Logo Studenta

39651_4

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

LOS TIPOS DE MONTES
Sus caracteristicas principales.
IEMPRE que la vegetación es lo suficientemente exuberante para
provocar entre las distintas individualidades una competencia en la
lucha por el espacio, llega a formar asociaciones de plantas, más o
menos regulares, que tienen una determinada distribución y que se distin-
gue y diferencia en la naturaleza de un modo bastante preciso. Así se en-
cuentran en Finlandia las praderas de Agrostis canina y Nardus estricta,
con una composición florística determinada y en sitios bien definidos; las
turbas de Ledum palustre y Vaccinium uliginosum; las distintas asociacio-
nes de plantas de las rocas, asociaciones alpinas, etc. E igualmente existen
asociaciones de plantas forestales, como por ejemplo, los montes de pino
silvestre, en terrenos secos, arenosos, de matorral, con una vegetación
abundante de Calluna; los montes de Picea excelsa, sobre terrenos húme-
dos, con una rica vegetación de Myrtillus nigra, etc. Cada una de dichas
comunidades posee una vegetación de una composición regular y ocupa
una localídad de un carácter definido.
Siendo así, no hay nada más natural que utilizar las asociaciones de
plantas de ttno u otro modo para la clasificación de localidades y, en par-
ticular, para la clasificación de los suelos forestales. En las líneas siguien-
tes vamos a discurrir sobre la naturaleza de las asociaciones de plantas
forestales, desde este punto de vista (1).
Los montes primitivos, donde no interviene la mano del hombre,
son de suma regularidad. Así, por ejemplo, en el Lena, en la Siberia
Oriental, el monte de pino se halla en las pendientes algo secas y ex-
(1} La teoría de los tipos de los montes, que se explicará en las páginas siguientes,
se basa realmente en la clasificación de los suelos forestales, que se aplicó en Finlandia, y
las investigaciones fitotopográficas introducidas por J. P. NoRRt_ttv. Ya en el año 1904,
durante sus estudios en el Instituto Forestal de Ebo, se ocupó el autor de esta teoría
de realizar una descripcibn de la vegetación en matorrales secos, húmedos, etc., para
un Manual, cuyos datos se encuentran en ]a obra de B. ERtCSSON: •Ordenación de Mon-
tes^, páginas 3 y 5. La imposibilidad de determinar de un modo exacto la naturaleza de
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES I9
puestas al sol, el monte de Picea se encuentra en los valles húmedos,
mientras que el de alerce ocupa el resto del terreno forestal. En los ex-
tensos terrenos que resultan regularmente inundados por las aguas de
los ríos, varios arbustos, dos especies de aliso, abedul y Pfcea forman
rodales o matorrales, cuya distribución, con respecto a las inundaciones
primaverales, es bastante regular; así se encuentran los montes de alerce
(Laris cajanderi), que están a 67° grados de latitud Norte, agrupados en
dos tipos principales, o sean, el monte de Ledum palustre y el rnonte de
Vaccinium uliginosum, cada uno de los cuales posee una vegetación de
una composición bien determinada, presentándose el primero en suelos
frescos y el último en suelos algo húmedos. Los montes de alerce, de suelo
más fresco, están caracterjzados por una vegetacjón Vaccinium vitis idaea,
y las pendíentes expuestas al sol, por ]a vegetación Betttla nana.
Dicha regularidad no se encuentra en regiones habitadas por el hom-
bre. Así, por ejemplo, encontramos en la parte Sur de Finlandia, especial-
mente en las regiones donde antes se practicaba para fines de cultivo la
quema, Pinus sylvestris, Picea exeelsa, Betula verrucosa y Betula odorata,
Populus trémula o Alnus incana, en localidades del todo idénticas, en
rodales, generalmente, más o menos mezclados. De la regularidad del
monte primitivo no queda nada, exceptuarldo el que los terrenos más
secos están ocupados sólo por montes de Pinus sylvestris, mientras que
todas las demás especies corrientes se encuelltran predominando en sus
suelos más frescos y ocupando las frondosas sólo las tnejores localidades.
La vegetación del suelo varía, por tanto, grandemente. La única explica-
ción de la diferetieia entre países primitivos y cultivados está en la compe-
tencia etrtre las especies de árboles y las especies de plantas en general. En
los montes primitivos, esa competencia siguió sjn interrupejón por cente-
nares hasta millares de años, pero en las regiones donde intervino la mano
la diferencia de suelos, por la vegctación, le indujo a enmendar la ciasificacián; los resul-
tados están publicados en el libro: «Sobre tipos de Montes., escrito por el autor en 1909.
El término «Tipo de Monter procede, originalmente, de las clasificaciones ecológicas
forestales empleadas en Suecia, y donde las clases se Ilamaban generalmente tipos de
montes. Los principios de esos sistemas de dasificación eran, sin embargo, distintos. En
el mejor sistema de clasificación, debido a A. LtrNOSTRtix, las clases principales eran:
1. Monte natural. 2. Tipos derivados del monte natural; y 3. Tipos retrógrados. Los
tipos de rodales descritas por MoROSO^w, en Rusia, no eran conocidos por el autor, y no
tenían, por lo tanto, ninguna influencia sobre los tipos de montes descritos por él para
Finlandia. La clasificación rusa se basa sobre el clima, suelo, efecto de la íntervención
del hombre, naturaleza ecológica de las especies, etc. Se los aplicó, principalmente, para
finatidades de selvicultura, lo mismo como en Suecia, aunque su empleo no se ge-
neralizó.
20 A. K. i:AJANDER
de1 hombre, }^a sido interrumpida por cortas e incendios. Alguna idea de
]a intensidad de dicha competencia puede derivarse del hecho de que,
según }^vessA^o, un solo árbol de Pinus sylvestris, de un rodal de desarro-
Ilo normal, enclavado en terrenos de matorrales secos, en el Sur de Fin-
landia, exige, a la edad de veinticinco años, una superficie de 6,46 pies
cuadrados; a los cincuenta años, 21,42 pies cuadrados; a los setenta y cinco
años, 41,01; a los cien años, 73,52; a los ciento veinticinco años, 118,94, y
a los ciento cincuenta años, 162,32. Puesto que la superficie ocupada por
el rodal no varía, resulta inevitable una disminución del número de árbo-
les, a medida que el rodal crece. En los terrenos de matorrales secos esta
disminución varía de 6,716 hasta 268 árboles por acre, habiendo perecido
la mayoría de los individuas antes de que el rodal haya Ilegado a la
edad de veinticinco años. Esta lucha por el espacio se presenta doquiera
en la naturaleza; en determinadas condiciones y en una superficie deter-
minada, sólo un máximo fijo de árboles encuentra posibilidad de alcanzar
su desarrollo normal.
A1 quemarse una superficíe para fines de cultivos, hay al principio
sitio suficiente, y la composición de las plantas jóvenes que se presentan
depende grandemente de factores fortuitos como, por ejemplo, el carác-
ter de los montes de alrededor, la frecuencia de los años de semilla en
las distintas especies, las condiciones prevalentes en la primera etapa de
la vida de las plantas jóvenes, etc. Bien pronto, toda la superficie aparece
cubierta con plantas, y entonces empieza entre ellas la lueha por el espa-
cio. En montes mixtos que crecen sobre tal superficie, pueda ser que has-
ta los veinticinca años no ocurra nada definitivo respecto a la relación
entre Jas distintas especies que los componen, aunque las plantas de Picea
excelsa, debido a su crecimiento más lento pueden haber sido cubiertas
por las otras especies. A1 visitar el sitio, después de transcurridos cincuen-
ta aftos, se encuentra que el aliso ha quedado algo atrás y que el Picea ha
ganado gradualmente terreno sobre las demás especies. A los ciento cin-
cuenta años el aliso generalmente ha desaparecido y gran parte de abedu-
les y Populus han llegado al estado de plena madurez. Transcurridos tres-
cientos años, los abedules y Populus han desaparecido totalmente, que-
dando sólo viejos Pinus sylvestris y Picea, juntamente con una nueva
generación de Picea, habiéndose malogrado la regeneración de los pinos
por falta de luz. Antes de que dicha etapa se haya aicanzado, y en regio-
nes habitadas por el hombre, la competenciaresulta perturbada y hasta
interrumpida por las cortas, por cuyo efecto esos montes nunca pueden
alcanzar el grado de regularidad de los montes primitivos. V dicho des-
arrollo podemos discernir doquiera que se haya practicado la quema para
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES Ĝ I
fines de cultivo, y el último estado del monte de Pícea se encuentra toda-
vía en algunos sitios como, por ejemplo, en lus montes del Estado, aun-
que otras especies hayan casi desaparecido, cuar^to rnás intensiva es la
ordenación del monte, tar^to más perturbado resulta el desarrollo natural
de su composición referente a las especies. Al repoblarse un monte por
reproducción natural, una u otra especie determinada resultará favorecida;
al hacerse la repoblación de un modo artificial, se procede a una selección
rigurosa de ellas, mientras que aplicando el sístema de claras, se da deci-
didamente la preferencia a una u otra especie.
La composición natural de la vegetación resulta, por tanto, perturba-
da por las operaciones de cultivo. V en este sentido tenemos un buen
ejemplo en las superficies quemadas para ñnes de laboreo o cultivo. En
el curso de los años que sigue ► I inmediatamente al abandono de una
superficie quemada, el número de especies aumenta muy rápidamente,
alcanzando su máximo - unas 105 especies, por ejemplo - en las super-
ficies al Norte del Lago Ladoga en siete-ocho años, según las investiga-
ciones realizadas por LINxoLn {1916). Después de dicho tiempo, la super-
ficie se cubre de plantas, empezando la fase más violenta de la competen-
cia y pereciendo gr-adualmente las especies biológicamente más débiles.
De los veinte a los cuarenta años el número de las especíes ha dísmínuído
hasta unas 70. Después de unos sesenta años, el número ha rebajado hasta
unas 40, quedándose a los setenta años el número rnás o menos estacio-
nario entre 30 y 40. Mucho antes de que el monte haya llegado a la edad
en que puede utilizar^se, sólo los individuos selectos de aquellas especies,
que de no existir competencia alguna hubieran prosperado, sobreviven,
alcanzando la vegetación un carácter más o menos regular. También ]a
vegetación que se presenta primeramente en superficies quemadas ofrece
diferencia, según la calidad de las localidades. Desde luego, crece al prin-
cipio en estas superficies aclaradas un monte heterogéneo, que se compone
de todas las especies que tienen alguna posibilidad de prosperar. ?enien-
do en cuenta que las distintas localidades proveen a las distintas especies,
con medios rnuy diferentes, la composición del monte dependerá grande-
mente de la calidad de las distintas localidades para convertirse en una
característica de ellas. Paso a paso, a1 crecer la intensidad de la lucl^a
entre las plantas individuales, las especies biológicamente más débiles con
respecto a la localidad, resultan gradualmente eliminadas, alcanzando la
vegetación un carácter cada vez más regular. 1'al lucha se realiza, no sólo
en la vegetación del suelo y entre los árboles, sino también en las distin-
tas fases de la vegetación. Resuita, pues, que ia vegetación es también
muy regular en rodales maduros, situados en regiorles no habitadas, en
ii A. K. CAJANDER
montes de ordenación selvícola, hasta aproximarse a la regularidad de la
vegetación de un monte primitivo.
EI resultado final de la lucha depende necesariamente de las especies
y de la naturaleza de la localidad. Siendo las especies idénticas, el resulta-
do final depende exclusivamente de la calidad de la localidad, de modo
que obtendremos en localidades de un valor biológico uniforme lógica-
mente las mismas asociaciones de plantas, pero tal estado de cosas no se
realiza nunca de una manera completa, puesto que las especies disponi-
bles son tan numerosas que sus semillas apenas encuentran el sitio corres-
pondiente. Las especies más dominantes de una localidad se presentan
con tal frecuencia y abundancia, estando, además, tan ampliamente distri-
buídas, que después de cada clara resulta siempre la superficie poblada
por una colonia numerosa de sus especies características y la asociación de
plantas toma entonces el carácter típico de la calidad •de la localidad. Así
es posible distiriguir, especialmente en montes maduros, asociaciones de
plantas muy definidas, caracterizadas por especies determinadas. Así
tenemos, por ejemplo, los montes de Pinus sylvestris, donde el suelo está
cubierto por la vegetación blanca de Cladina, acompar►ada de arbustos y
hierbas, característicos los pinares de Calluna, los de Vaccinium vitis
idaea, los Mirtilius nigra, etc. En la vegetación del suelo de cada uno de
estos mohtes hay cierto número de plantas, de las que se encuentran
siempre, mientras que otras faltan a veces. Las caracterlsticas de una aso-
ciación de plantas están generalmente determinadas por aquellas especies
que se presentan en mayor abundancia y con más frecuencia. Aquellas
especies, sin embargo, de menos abundancia, pero que se presentan siem-
pre o casi siempre, caracterizan igualmente una asociación. Y por fin
aquellas especies que, aun siendo más a menos raras, se encuentran, sin
embargo, casi exclusivamente en una asociación determinada contribuyen
también a su caracterización. Por otra parte, la falta de determinadas
especies es asimismo un factor importante en la delineación de una asocia-
cidn de plantas, aunque resulta más dificil determinar dicha ausencia
como una caracteristica.
Todas las asociaciones de plantas y las modificaciones de ellas, que se
encuentran en el mismo rodal durante su crecimiento, desde la primera
época hasta la madurez, y que forman una sucesión continua de desarro-
Ilo, pertenecen al mismo tipo de monte. Tiene el mismo valor referente
a las asociaciones de plantas, las diferencias en más o en menos de la
sucesión normal en la correspondiente época, debidas a factores acciden-
tales como, por ejemplo, efectos de cortas, claras, incendios, pastoreo, etc.,
con tal de que tales diferencias desaparezcan al cesar los efectos de los
LA TEORfA DE LOS T[POS DE MONTES 23
factores o causas que los produjeron. Las especies pueden considerarse
del mismo modo como un factor accidental, cuya acción varía tan pronto
como sean substituídas por otras especies.
Por lo tanto, pertenecen al mismo tipo de monte todos aquellos roda-
les cuya vegetación en la época de la madurez del rodal, y contando con
un repoblado normal, está caracterizacta por uRa composicióa floristiea
más o menos idéntiea y por una naturaleza ecológico-biológica-idéntica, y
también aquellos rodales cuya vegetación di,fiere de la antes definida, sólo
en aquellos aspectos que deben considerarse como meramente accidentales,
eftmeros o solamente temporales. Las diferencias permanentes producen
nuevos tipos de montes, en los casos en que estén lo sufrcientemente carac-
terizadas, o solamente un subtfpo, cuando dichas diferencias son menos
esenciales, aunque sin embargo, perceptibles. En un tipo de monte se refle-
jan normalmente sólo los factores primarios, o sean, factores climáticos y
edáficos, que pueden considerarse que se hallan en actividad, aunque la
localidad o estación esté desprovista de plantas (l).
Respecto a]a clasificación de las distintas combinaciones vegetales
de uno u otro tipo, se hace la determinación con seguridad, bien sea me-
diante experiencias, es decir, escogiendo un rodal o una parte de él como
parcela permanente de ensayo y estudiando su desarrollo libre y regular,
o también de un modo más rápido, haciendo investigaciones comparati-
vas; en primer lugar, en donde los límites entre distiñtos rodales son lo
más rectilíneos posibles, puesto que dichos límites no pueden coincidir
con las demarcaciones de distintas localidades. Estos límites rectos se en-
cuentran en montés donde se hayan realizado las cortas de un modo re-
gular. En la práctica, el reconocimiento de tipos de montes no ofrece
grandes dificultades. Para eso es necesario que uno aprenda a distinguir,
en primer lugar, los distintos tipos de montes en su forma más típica
o nórmal, quiere decir,en rodales de un repoblado normal de bastante
madurez, y uha vez adquirida cierta práctica, se debe ejercitar en deter-
minar a qué serie de tipo normal pertenece una vegetación que se aparta
del estado normal. Debe dedicarse atención particular a los rodales conti-
guos del rodal en cuestión, así como también a los factores que hayan
(1) Los factores secundarios de la localidad, principalmente los cambios en el clima
local, es decir, en el de la misma cstación, por ejemplo, la variación en la intensidad de
la luz y en el suelo, producidos por la edad, densidad, etc., del vuelo del monte, dan a
la vegetación un colorido o una impresión muy característicos. Por otra parte, estas
variaciones, debidas a factores secundarios de la localidad, como la edad y la calidad del
rodal, pueden provocar cambios en la vegetación de los tipos de montes, que son sola-
mente incidentales, aunque a veces muy distintos.
24 A. K. CAJANDF.R
influído sobre el rodal, sin que sean precisamente los característicos de la
localidad. Dicha labor se simplifica por el hecho de que las diferencias en
la vegetaciún de todos los tipos de montes de mínima capacidad produc-
tiva, ofrecen variaciones relativamente pequeñas, dentro del mismo tipo,
y tarnbién por el hecho de que la influencia sobre la vegetación del suelo
de las diferentes especies es relativamente insignificante. En suelos de la
máxirna capacidad productiva las dificultades son bastante mayores, por-
que entonces ofrece la vegetación variaciones bastante apreciables en la
época del primer crecimiento y en la de la madurez, como lo demuestran
muy claramente las investigaciones realizadas por el autor referentes
a tipos de montes en Europa Central (1909); pero con una práctica conti-
nua se llega a distinguir con exactitud el desarrollo sucesivo de vegeta-
ciones, pertenecientes a los distintos tipos de montes, aun eri suelos de la
máxima capacidad productiva, por ofrecerse siempre suficiente material
para la comparación como, por ejemplo, partes más densas o más claras
que el resto del rodal, rodales más viejos o más jóvenes en la vecindad,
o rodales que se distinguen por otros caracteres diversos. La determina-
ción del tipo de monte, aun en casos extremos, no resulta más difícil que
la de una planta, por ejemplo, de desarrollo imperfecto que car.ece de
flores, lo que también exige cierto entrenamiento, pero una vez adquirida
la práctica, la determinación se hace con bastante exactitud.
Las líneas que dividen las distintas asociaciones de vegetación forestal,
lo misrno que las de comunidades de plantas en general, se distinguen
fácilrnente, de modo que no ofrece su determinación práctica ninguna
gran dificultad. Los cartógrafos se basan, al señalar las asociaciones de
vegetación forestal, sobre los tipos de montes. Las líneas divisorias que se
hallan bien pronunciadas ehtre las distintas asociaciones de plantas son el
resultado de la competencia entre las especies, como el autor lo demostró
ya en 1909. Esto se manifiesta muy claramente en los casos en que dos
asociaciones de plantas, que tienen cada una especie predominante, se
hallan en contacto como, por ejemplo, en el Norte de Finlandia, las pra-
deras situadas al nivel del agua y en las que la Carex acuta y la Calama-
grostis phragmitoides se encuentran a menudo en zonas paralelas sin que
se mezclen entre sí. La localidad varía gradualmente desde el nivel del
agua sin ninguna línea distinta de demarcación, aunque la vegetación se
mantiene en la línea divisoria trazada. La razón de esto está en que la
Carex actrta crece, como puede verse por algunos ihdividuos dispersos,
en todas partes en la zona Calamagrostis y aun hacia más arriba, y lo mis-
mo ocurre con la Calamagrostis en la zona Carex, pero en toda la super-
ficie de la zona Carex, la Carex es biológicamente más fuerte en la lucha
LA TEOR(A DE LOS 7•iPOS DE MONTES 2J^
que la Calamagrostis, ocurriendo lo contrario en la zona de Calantagros-
tis. Las dos pueden vivir, permanentemente una al lado de la otra, sólo en
aquellos sitios donde las condiciones locales son de tal índole que ningu-
na resulte derrotada por la otra. Tal localidad existe, sin embargo, sólo en
una franja estrecha que forma la parte limítrofe entre las dos zonas. Allí
donde las vegetaciones no son tan puras, conviven varias especies más
o menos dominantes como, por ejemplo, musgos y líquenes, matorrales,
hierbas, arbustos y árboles y las líneas divisorias para las distintas especies
no coinciden a menudo, y consiguientemente las líneas límites de las aso-
ciaciones de plantas no pueden trazarse con exactitud. Pero también en
este caso, la competencia y la lucha ejercen su influencia, resultando que las
zonas intermedias son de una importancia relativamente pequeña. Además,
una de las características de las asociaciones de plantas, es que se presen-
tan en la naturaleza generalmente en formas muy parecidas entre sí, de
modo que pueden combinarse fácilmente en unidades colectivas, casi de
la misma manera como las plantas individuales, parecidas entre sí, pueden
combinarse en géneros y especies. De este modo, es del todo factible rea-
lizar una clasificación de asociaciones de plantas. Por 1as razones arriba
expuestas, todas las localidades pobladas por el mismo tipo de montes,
deben considerarse como representantes del mismo valor biológico, sien-
do fácil su reconocimiento por el tipo del monte enclavado en ellas. Todos
esos factores prueban que resulta posible, fundándose sobre los tipos de
montes, establecer una base biológica de clasificación de localidades con
entera independencia de las especies de árboles, base que es necesaria como
fundamento para cualquier método de clasificaclón de estaciones o locali-
dades, ya se funde éste en el estudio del suelo o en la producción del rodal,
y una vez establecida aquélla, la labor puede seguirse de acuerdo con uno
de esos métodos. La introducción de los tipos de montes, no significa ne-
cesariamente una simplificación en la determinación de la calidad de la
estación con relación a la práctica actual; su finalidad principal es la de
realizar una determinación de las calidades más naturat y objetiva y en
general, más posible {1).
(1) Este hecho es de gran importancia, especialmente para un país como Finlandia,
donde la proporción natural de las especies se ha cambiado grandemente por incendios
de montes y quemas, por razones de laboreo, resultando yue la Picea ha sido dominada
por el pino, abedul y aliso. Pero ahora la Pleea vuelve a ocupar las superficies que ]e per-
tenecen, por haberse abandonado casi completamente la quema, con el resultado que,
en sitios del todo similares predominan distintas especies sin regularidad alguna.
26 A. K. CAJANDER
Los tipos de montes de Finlandia.
Los tipos de montes en regiones algo extensas son relativamente
numerosos y es indispensable ordenarlos en un sistema natural, de modo
que los que biológicamente están más o menos relacionados, tengan esta-
blecida dicha relación en el sistema adoptado. La sistematización de los
tipos de montes, lo mismo que la de asociaciones de plantas, se encuentra
todavía en su estado primitivo. La linea directora del sistema que vamos
a exponer tiende a agrupar los tipos de montes según su forma normal
(tal como una asoeiación de plantas caracteriza un rodal maduro y de des-
arrolla normal), reuniendo, en lo posible, aquellos tipos que se parecen por
la composición de su jl'ora y estableciendo las clases más comprensivas en
relación con las exigencias de las especies de los árboles y de las plantas
que crecen normalmente en las mismas. EI orden establecido es el siguien-
te: el ^Pinus sylvestris^ como especie más frugal, al que siguen después
las especies de ezigencias medias y, al frn, las de naáxima exigencia.
Además, se tiene en cuenta la abundancia relativa de aquellos tipos de
plantas fisionómico-ecológicas, como líquenes, musgos, plantas herbáceas,
matorrales y arbustos y, por último, el carácter ecológico-biológico gene-
ral de la uegetación.
En cuanto ala nomenclatura de los tipos de montes, pueden aplicar-
se varios rnétodos. Se les puede designar con las letras A, B, C, etc., o con
números romanos I, II, III, y también por una combinación de ellos; pero
esto tiene el defecto de que es difícil recordarlos, resultando, además, el
sistema interrumpido por la adición de tipos nuevos. Por esa razón, se dió
la denominación según las especies de plantas más características para
cada tipo de monte como, por ejemplo: el tipo Calluna, el tipo Myrtillus,
etcétera. Además, se han tomado como símbolos del nombre botánico de
la especie o grupos de especies más características como, por ejemplo,
CIT, para el tipo Cladina; CT, para el tipo Calluna; MT, para el tipo
.I^tyrtillus; OT, para el tipo Oxalis, método sugerido por el profesor
Barón J. A. PALMÉN, en analogía con las contracciones empleadas en la
geología. Pero con todo eso se tiene siempre en cuenta que esos nom-
bres se refieren sólo a un determinado tipo de monte que en su estado
normal está caracterizado por una asociación de vegetación de una defini-
da composición floral.
En las páginas siguientes haremos un breve resumen de los rasgos
principales de la vegetación de los tipos de montes normales, tal como
han sido diferenciados en Finlandia. Desde luego, también en Finlandía
LA TEOR ► A DE LOS TIPOS DE MONTES 27
esos tipos de montes exigen todavía bastantes investigaciones y rectifica-
ciones de detalle respecto al carácter botánico, para obtener una definición
lo más exacta posible y para aclarar aún más sus variaciones. Respecto a
las descripciones más detalladas se pueden recomendar las siguientes
publicaciones:
A. K. CAjANDER: <Sobre tipos de montes>, 1909. Acta forestalia fen-
nica I y Fennia 28.
K. LINKOLA: <Estudios sobre la influencia de cultivo sobre la Flora en
las regiones al Norte del Lago Ladoga>, 1, 1916 y II, 1921. Acta societatis
pro fauna et ftora fennica 45.
O. J. LAKARI: <Investigaciones referentes a tipos de montes en el Norte
de Finlandia>, 1925. Acta forestalia fennica 14.
V. II_VESSALO: <Investigaciones de estadísticas referentes a la vegeta-
ción de tipos de montes>, 1922. Acta forestalia fennica 20.
A. PALM6REN: <Contribución al conocimiento del carácter floral del
monte de coníferas>, 1922. Acta forestalia fennica 22.
K. LINKOLA: «Estudios referentes a tipos de montes en los Alpes de
Suiza>,1924. <Publicaciones del Instituto Geobotánico Riibel, en Ziirich>, I.
La clase de montes de musgo seco y líquenes.
EI carácter general de la repobfación es más o menos xeróftlo. La
vegetación de los líquenes se encuentra casi siempre formando una cubier-
ta continua en los brezos más secos. La vegetación del musgo está casi en
relación inversa con la vegetación de los líquenes. La vegetación herbácea
es escasa. Los matorrales son abundantes, la mayoría de ellos es de carác-
tec xerófilo: Hay pocos arbustos (Juniperus communis, algunos sauces). En
la mayoría de los casos, la especie que forma los montes es el Pinus syl-
vestris.
El humus es de poco espesor, muy defectuoso en los brezos más secos.
TIPO <CLADINA> (C1T). - Ef suelo es, por lo general, de un color
grisáceo-blanco, debido a la abundancia de la vegetación de Cladina (en
especial Cladonia alpestris). La vegetación de musgos es algo escasa; la
vegetación herbácea tiene pocos representantes. No hay abundancia de
matorrales, pero están dispersos entre los líquenes. El monte es, en su
mayor parte, de Pinus sylvestris. Se encuentra, generalmente, y en su for-
ma más típica, en los brezos de los arenales secos de Laponia, y también
en loŝ suelos más pobres y secos del Sur de Finlandia. Se encuentran
algunas variedades que difieren del tipo principal. Así, LAKARt ha recono-
Ĝ8 A. K. CAJANUER
cido en el extremo Norte y ei^ Laponia un subtipo, rico en Empetrum
nigrum y otro, rico en Calluna. Los montes septentrionales del tipo Cla-
dina difieren bastante de los del Sur de Finlandia. Se pueden diferenciar
dos subtipos intercambiables y geográficamente distintos. Resrecto a los
montes del tipo Cladina en el Sur, hay que anotar que la vegetación de
líquenes no es, por mucho, tan exuberante como en el Norte, y que el
Empetrum nigrum apenas s^ presenta; además, faltan algunas de las espe-
cies más norteñas cotno Nephfrona arcticum, Platysma nivale, etc. En su
lugar aparecen con más freeuencia y en mayor abundancia en el Sur, la
Convallaricz majalis y la Calamagrosiis arundinacea.
TIPO ^MYRTILt.US CLADINAa (MCIT). - Es éste un tipo intermedio
definído, entre los tipos Cludina y Empetrum-Myrtillus y caracterizado por
abundancia de iíquenes y gran vegetación de matorrales enanos (Myrtillus
ni,^ra y especialmente Empetrum nlgrunt) que abullda más en este tipo
que en el anterior. Se encuentra principalmente en los brezales secos del
extremo Norte y Laponia.
TIPO ^CALLUNA= (CT).-Abunda por los musgos (Hylocomium purie-
tinum y H. proliferum, Ptilium crlsta castrensis, Dicrattunt undulatum
y D. Scoparium, etc.) y la vegetación de los líquenes (especialmente Cla-
donia rangiferina). La vegetación herbácea es algo más abundante y más
rica en especies que en los tipos anteriores. Abunda la vegetación de
matorrales, predominando, generalmente, la Calluna vulgaris. El más co-
rriente de los arbustos es el Juniperus communis. Los montes más corrien-
tes son de Pinus sylvestris, aunque se encuentran, generalmente, mezcla-
dos el Betufa verrucosa y Betula odorata, así como el Plcea excelsa, lle-
gando a ser éstas, a veces, las especies dominantes.
El tipo Calluna se encuentra en toda Finlandia, ocupal^do el 8,3
por 100 de la superficie del terreno forestal, económicamente productivo,
aunque predomina más en la parte Sur del país. En los montes del Norte,
representa un subtipo, caracterizado por una vegetación de líquenes más
abundante.
Eu los montes de la Europa Central se encuentran, aunque no con tnucha frecuen-
cia, algunos que se aproximan bastante al tipo Culluna, sobre todo en el Norte.
TIYO rEMPETRU:tit-MYRT[LLUS^ (EMT). - Predomina la vegetación de
musgo, incluso los musgos ]lamados de pluma (Hylocomium Dicranum,
etcétera) y en cierta proporción los Polytric/tunt; los líquenes son corrien-
tes, pero menos abundantes que en MCIT. La vegetación herbácea es
algo escasa. La vegetación de matorrales enanos, donde predomina el
Myrtillus, es muy corriente, siendo acompañado en gran abundancia por
el Empetrum nigrum. Los montes están formados principalmente por
LA TEORfA DE LOS T[POS DE MONTES 29
Pinus sylvestris, estando siempre mezclados de Betula verrucosa y Betula
odorata, Pícea excelsa y Populus trémula. En algunos casos, la Betula y,
especialmente, la Pícea, llegan a ser dominantes. Este tipo está reparti-
do sobre los brezales, moderadamente secos en el Norte de Finlandia,
ocupando el 26 por 100 de la superficie del terreno forestal, económica-
mente productivo de la provincia de Oulu. Este tipo y el síguíente se
combinan en una subclase separada: montes de turberas moderadamente
secas. '
TIPO ^VACCINIUM> (VT). - La vegetacibn de musgos y de musgos
de pluma es bastante extensa; se presenta también la vegetación de líque-
nes, aunque generalmente, en menor importancia. La vegetación herbácea
es algo más rica en especies y más abundante que en el tipo Callulta. La
vegetacíón de matorrales enanos es bastante abundante y consiste, princi-
palmente, en Vaccinium vitis idaea, acompatiado, en más o en menos can-
tidad, por Myrtillus nigra y Calluna vlllgaris; el Juniperus es muy corrien-
te. La mayoría de los montes está compuesta de Pinus sylvestris, aunque
generalmente mezclados de abedul y Pícea. Estas últimas Ilegan a formar,
a veces, las especies predominantes, alternando en esta funcíón con el
Alnus incana.
Los montes de este tipo se encuentran en suelos arenosos meclio se-
cos y en los límites de los glaciares, ocupando aproximadamente la cuarta
parte de terreno forestal, económicamente productivo de Finlandia. Un
tipo de una distribución tan grande tiene, naturalmente, muchas formas
intermedias. Unas seacercan al tipo Myrtillus, otras al tipo Calluna; el
tipo Vaccinium se dívide también, geográficamente, en dos subtipos inter-
cambiables, encontrándose uno en el Norte y el otro en el Sur de Finlan-
dia, sin ser bien definida su línea limítrofe. EI primer subtipo está carac-
terizado por el Empetrum nigrum.
En los montes de Europa Central y en regiones donde las condiciones climatoló-
gicas son aproximadamente las mismas que en Escandinavia, se encuentran en muchos
sítios montes del tipo Vaccinlum, que corresponde bastante a los del Norte de Europa.
Hasta en las zonas forestales más altas de los Alpes, como, por ejemplo, en Brixen, en
el Tirol Meridional, el autor ha encontrado montes de Pinus sylvestris, cuya vegetación
y earácter general coinciden bastante con ]os montes de Pinus sylvestris en el Norte de
Europa. L[NKO^A encontró también montes del tipo Vaccinium en los Alpes Suizos, en
cuyas partes altas hay un tipo de monte casi idéntico con el tipo Vaccinium del Norte de
Finlandia (EVT), y en alturas más bajas otro tipo que puede considerarse idéntico
al tipo Vaccinium del Sur de Finlandia.
En la categoría de los montes de turbera seca deben incluirse algunos tipos de
montes que se encuentran en los Alpes y que están caracterizados por la Erica carnea.
3^ A. K. CAJANDER
La clase de montes de musgo húmedo.
El carácter general de la vegetación es más o menos mesófilo. Los tipos
de montes de esta clase están caracterizados, generalmente, por una vegeta-
ción bastante abundante o continua de musgos (especies de Hylocomium,
Dicranum, etc.). Los líquenes desempeñan un papel del todo insignifican-
te. Las gramíneas abundan en cierto grado; la vegetación de matorrales
enanos es bastante grande y consiste, principalmente, en Myrtillus nigra;
en algunos tipos predomina la Vaccinium vitis ideae. De árboles se encuen-
tran las especies menos exigentes, como Picea excelsa, Betula verrucosa,
Betula odarata, Pinus sylvestris, etc., creciendo, a la vez, otras especies
frondosas, así como arbustos más exigentes, en tipos que se acercan ya
más a la próxima clase.
La capa de humus está, generalmente, bien desarrollada, siendo su
carácter más o menos el de humus bruto.
TIPO rHY1.OCOMIUM-MYRTILLUS^ fHM"1'). - Este tipo de monte está
caracterizado por una vegetación continua y extraordinariamente exube-
rante de musgo de pluma. Los líquenes son escasos. También escasean
las gramíneas, siendo más o menos abundante la vegetación de matorra-
les enanos y los Myrtillus nigra, Vaccinium vitis ideae y Empetrum nigrum.
Los montes son de Plcea excelsa, con mezcla de abedules. También se
encuentra a menudo el Pinus sylvestris, geYleralmente como árboles tipos.
Esta forma de monte ocupa el 9,9 por 100 del suelo forestal, econó-
micamente productivo en la provincia de Oulu, y se encuentra, especial-
mente, en las pendientes altas de fas montañas de la parte Este de Finlan-
dia, alcanzando allí un predominio pronunciado. Se le encuentra, también,
en las montañas de Laponia Occidental, en las pendientes húmedas
expuestas al Norte.
A dicho tipo se aproximan aigo los montes de Prnus sylveslris de crecimiento
pobre, que se encuentran en las partes supeciores de las montañas centrales de Europa,
distinguíéndose por una vegetación rica de musgos y Myrti/lus, predominando el Cala-
magroslis vi/liosa.
TIPO ^MYRTILLUS^ (MT).- La vegetación de musgos es, geheralmen-
te, abundante o continua, pero no tan exuberante como en el tipo ante-
rior. Se compone, principalmente, de Hylocomium proliferum, H. parieti-
num y de varias especies de Dicranum, etc. Los líquenes desempeñan un
papel poco importante La vegetación herbácea es más abundante y rica
en especies que en el tipo anterior. Las gramíneas son relativamente
pocas. El Myrtillus nigra, que predomina, está casi siempre acompañado
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES 31
por Vaccinium vitis ideae. En el estado natural, dicho tipo está siempre
cubierto por el Pícea excelsa; pero, debido a incendios, cortas, etc., sus
componentes principales son el Pinus sylvestris y el abedul, y en sitios
donde se ha practicado mucho la quema, el Alnus incana y el Populus
tremula. Las frondosas no se encuentran normalmente, excepto en las re-
giones donde predominan los tipos de monte herbáceo.
EI tipo Myrtillus es muy característico en la parte Sur de Finlandia
en la que ocupa el 28,5 por 100 del sueto forestal, económicamente pro-
ductivo. En la provincia de Oulu ]lega al 4 por 100.
En Europa Central, los montes ricos en Myrti/lus son muy corrientes, y se encuen-
tran también en los Alpes suizos. E( tipo Myrtillus, que se encuentra aqi^í en alturas
desde 5.900 pies es, según las investigacíones de L ►NKOLp, bastante parecidn al de Fin-
landia. Montes análogos del tipo Myrtillus se encuentran también en las partes altas de
las montañas alemanas, mientras que los montes del mismo tipo, en las llanuras de Ale-
mania, ofrecen, según recientes investigaciones, ciertas diferencias.
iIPO <OXALIS-MYRTILLUS^ (^MT). - Este tipa representa una forma
intermedia, bastante bien definida, entre los tipos Myrtillus y Oxalis-Ma-
janthemum. Abunda bastante la vegetación de musgo, aunque en grado
inferíor al del tipo precedente. Los líquenes no tienen ninguna importan-
cia. La vegetación herbácea es más abundante que en el tipo anterior.
Entre las hierbas y gramíneas se encuentran algunas especies más higrófi-
las, como oxalis, acetosella, Melica nutans, Fragaria vesca, etc. También
se encuentran arbustos más exigentes (Rubus idaeus, Daphne, etc.). Entre
los árboles se encuentran también frondosas, que a veces pueden llegar a
ser la especie dominante, como el Quercus pedunculata, en el Suroeste de
Finlandia.
Este tipo de monte se encuentra et7 las regiones más fértiles del Sur
de Finlandia, especialmente en los valles y pendientes bajas, aunque su
superficie no sea muy extensa.
En los montes de Alemania el tipo Oxalis Myrtilfus se encuentra principatmente
en valles fértiles y en alturas de 2.300 a 3.900 pies; LltvKOLA ha observado también mon-
tes de esa clase en numerosos sitios de Suiza, en alturas de 5.425 a 6.250 pies.
TtPO <PYROLA^ (PyT). - Este tipo está estrechamente relacionado
con el anterior y está caracterizado por abundante presencia de Vaccinium
vitis ideae, faltando a veces, del todo, el Myrtillus nigra. Son corrientes
las distintas especies de Pyrola y Succisa pratensis. Este tipo se encuen-
tra, principalmente, en los suelos arcillosos de la parte Sur de Finlandia.
A veces se le clasifica juntamente con el tipo de monte precedente, como
una subclase separada, denominándolo monte húmedo, parecido a los
tipos de Gramíneas.
32 A. K. (:AJANDEI2
En los rnontes de Europa Central se encuentran a menudo montes de Myrtillus,
que se acercan al tipo de carácter herbáceo-gramíneo, y ricos en Rubus idueus iRMT).
Clase de monte herbáceo gramineo.
El carácter de la vegetación es más o menos higrófilo. Los líquenes
desempeñan un papel del todo insignificante. La vegetación de musgos
es escasa, aunque existen varias especies. Los matorraies enanos aparecen
sólo en pequeña cantidad o no existen. La vegetación gramínea, especial-
mente herbácea, es bastante abundante y rica en especies, siendo notable
la presencia de especies de hojas delgadas. También los arbustos apare-
ceh con mucha frecrrencia. En esta clase de montes, el Pinus sylvestris no
se presenta, generalmente, como especie formando rodales. Los montes
están principalmente formados por frondosas, pero en los países norteños
predomina, generalmente, el Pícea excelsa. La capa de humus varia en
espesor y es de buena composición.
T1P0 ^GERANIUM-DRYOPTERIS^ (GDT).- Es tipo de rnonte herbáceo-
gramíneo, aproximándose a los montes húmedos de musgos. Los musgos
son escasos, destacándose algunas especies de Hylocomium. Los líquenes
son muy escasos también. Las hierbas son bastante abundantes, especial-
mente las Geranium sylvaticum y Phegopteris dryopteris; además, las Ma-
yanthemum, Rubus saxatilis, Angelica sylvestris y variasespecies de Pyro-
la, Trientalis, etc. La vegetación gramínea es bastante escasa (Luzula, Ca-
lamagrostis, etc.). De matorrales enanos se encuentran especialmente los
Myrtillus nigra y Vaccinium vitis idaea. De arbustos existen el funiperus
communis y especies de Ribes, los Rubus idaeus, Prunus padus, etc. Los
montes son, generalmente, mixtos, componiéntlose de Abedul, Pícea
excelsa, Pinus sylvestris y Populus tremula. Se encuentran, general-
mente, en las pendientes fértiles y valles del Norte de Finlandia y Lapo-
nia, especialmente en suelos calizos, siendo su extensión relativamente
pequeña.
T1P0 C OXALIS-MAJANTHEMUM> (OMaT). - Los musgos son bastante
escasos (Hyloconium triquetrum, varias especies de Politrichum, etc.).
Los más corrientes entre los matorrales enanos son: los Myrtillus
nigra y Vaccinium vitis ideae, aunque no aparecen en grandes cantidades.
De hierbas se encuentran las Calamagrostis arundinacea, Aira caespitosa,
Melica nutans, Cares digitata, presentándose en mayor abundancia los
helechos: Oxalis Majanthemum, Covallaria majadis, Rubus saxatilis,
Fragaria vesca, varias especies de Viola, ete. En condiciones primitivas,
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES 33
Pícea excelsa es la especie dominante, pero en las condiciones normales
en Finlandia predomina el Betula verrucosa y Betula odorata, y en re-
giones donde se haya practicado la quema, los Alnus incana y Populus
tremula. Su distribución en Finlandia es bastante parecida a la de OMT,
sin ser tan corriente.
LINxoLA encontró, en muchos sitios en los Alpes Suizos, tipos de
montes muy parecidos a éste, a una altura de 5.250 y 5.575 pies.
TIPO DE HELECfios (FT). - La característica de este tipo es la pre-
sencia de helechos de hojas delgadas (varias especies de Phegopteris, de
Polystichum, de Athyrium, Onoclea) que se encuentran en gran abundan-
cia, así como varias clases de otras hierbas y gramíneas. A veces está
acompañado por earacteres de terrenos pantanosos. Uno de los árboles
dominantes es el Alnus glutinosa. Este tipo de monte se encuentra en los
valles fértiles del Sur de Finlandia, encontrándose en las partes Norte del
país en condiciones muy favorables.
Este tipo se encuentra también en los montes centrales de Alemanía
y en valles algo húmedos.
TIPO <SANICULA^ (ST). - Compreflde los montes de vegetación muy
exuberante herbáceo-gramínea en Aland, y se encuentra en suelos más o
menos calizos. También abundan los arbustos. E1 monte es de un carácter
mixto, figurando, principalmente entre las frondosas el Alnus glutinosa..
A veces, estos montes tienen mucho de común con las praderas.
Ttpo ^ACONITUM^ (AT). - Comprende los montes de una vegetación
muy exuberante herbáceo-gramínea de la provincia Ladoga Carelia y se
encuentra, generalmente, en suelos calizos. Su carácter general es muy
parecido al del típo precedente, aunque su composición florística difiere
bastante. La planta más característica de este tipo es el Aconitum lycocto-
mum. En estado normal, el Picea excelsa es la especie dominante. La
importancia de las especies de frondosas es menor que en el tipo Sanicu-
la, aunque se ven bastante los Acer platanoides y Tília ulmifolia y, a
veces el Ulmus montana.
TIPO <LYSCHNIS DIURNA^ (LT). - Este tipo se encuentra en el Lito-
ral; todavía no está lo suficientemente estudiado; principalmente se com-
pone de rodales de Alnus glutinosa.
^Vluy parecido al tipo Oxatis Majanthemum es un tipo de monte genérico que se
encuentra con bastante frecuencia en Europa Central, o sea, el tipo Oxatis (OT), cuyo
parecido al monte de carácter herbáceo-gramíneo es aún más pronunciado que el del
tipo Oxa(is Majanthemum. Los matorrales enanos faltan del todo o existen en número
muy corto, siendo relativamente abundantes las hierbas de hoja fina y las gramíneas.
En Europa Central hay algunos otros tipos de monte herbáceo-gramíneo, entre ellos
INSTITUTO FORESTAL-I0. g
34 A. K. CAJANDER
especialmente el tipo Asperula (AspT) y el Impatiens-Asperula (IAspT) que [.INKOLA
encontró también en Suiza en los valles fértilcs y algo húmedos. A dichos tipos perte-
necen también los tipos de montes herbáceo-gramíneos de Dinamarca (tipo Mercurio-
les, tipo C[rcaea, ete.), descritos por BoRNEQUSCti. Parece que se pueden diferenciar,
desde el punto de vista puramente botánico, un gran número de tipos de montes herbá-
ceo-gramíneos. Su diferenciación sería, sin duda, también importante desde el punto
de vista selvícola; pero por ser para la práctica demasiado difícil el tener que manejar
un número demasiado grande de tipos, es conveniente agrupar los tipos de montes en
algunos grupos naturales que pueden servír de tipos genéricos.
Respecto a Finlandia podemos añadir, en este sentido, los siguien-
tes tipos:
TtPO <VACCINIUM RUBUS^ (VRT). - Este tipo representa una forma
intermedia entre los montes de carácter herbáceo-gramíneo y los montes
de musgo seco y se encuentra en las pendientes altas expuestas al Norte
de la provincia Lagoda. Tipos parecidos se encuehtran también dispersos
en el Sur de Finlandia, aunque tengan un carácter puramente local.
Otros tipos parecidos a éste se encuentran, con toda probabilidad, en Alemania.
L^NKOLA encontró un tipo parecido, el tipo Vaccinium Papilionacee (VPT), en Zermantt,
en los Alpes suizos, en pendientes fértiles y algo secas, expuestas al Sur. También es
análogo a éste el de Brachypodium-Chamaebuzus (BrChT^, que se encuentra en Suiza,
y en idéntica situación.
TURBERAS DE <PfceA^ Y DE FRONDOSAS. - El carácter general de la ve-
getación de este tipo es más o menos mesófilo y en parte también higró-
filo. La proporción de la vegetación de musgos varía bastante. Consta de
especies muy exigentes de Sphagnum (Sph. stritum, squarrosum, Wul-
ffi, etc.) y algunas especies de Polytrichum (especialmente P. commune).
De las especies de musgos de hoja hay que mencionar los géneros Mnium,
Hypnum, Dicranum, ete. EI monte está formado principalmente por el
Pícea excelsa y frondosas, teniendo poca importancia el Pinus sylvestris.
Esta clase se encuentra en terrenos pantanosos, ricos en materias ali-
menticias y donde el agua es relativamente corriente. Se pueden distinguir
dos subclases. Una, que es más exigente y corresponde a los montes de
carácter herbáceo-gramíneo, en que la vegetación es principalmente de
musgos, ricos en especies, as'r como de hierbas y gramíneas. Predominan
los árboles de hojas anchas, como el Alnus gluti►:osa. La otra clase es me-
nos exigente, corresponde a la clase de monte húmedo de musgo y tiene
una vegetación musgosa muy abundante, pero con pocas especies. La ve-
getación herbáceo-gramínea tiene también pocas especies, los matorrales
enanos abundan y especialmente el Myrtillus nigra. El representante típi-
co de los árboles es el Píceci excelsa. Las dos subclases comprenden un
LA TEORÍA DE LOS TIP05 DE MONTES 35
número de varios tipos, cuya frecuencia depende grandemente de la hume-
dad del suelo.
TuRaERAS De PINOS. - El carácter general de la vegetación es gene-
ralmente xerófilo. La vegetación de musgos es continua y se forma de
especies de Sphagnun (S. fuscum, recurvum, acutifolium, etc.) con mezcla
de otras especies de musgos como Polytrichum strictum, Aulacomium
palustre etc. De líquenes se encuentran especialmente el Cladonia Rangi-
ferina; de matorrales enanos hay gran cantidad de Ledum palustre, Myrti-
llus ulíginosa, Calluna vulgaris, Betula nana, etc. En algunos predomina
el Myrtillus nigra. Las hierbas y gramíneas se encuentran en cantidad re-
ducida (Eriophorum vaginatum, Rubus chamaemorus, Drosera rotundifo-
lia, etc). La especie dominante de árboles es el Pinus sy[vestris, que forma
rodales puros. En los tipos más extremos se encuentran también mez-
clados los Pícea excelsa y Betula. Las turberas de Pinus sylvestris están
más relacionadas con los montes secos de musgos que las turberas de
Picea. Se encuentran en suelos más pantanosos e improductivos. El agua
subterránea es menos activa que en las turberas de Plcea.
En Finlandia dichos tipos de montes han sidotratados generalmente,
en relación con otros tipos pantanosos, por cuya causa podemos prescin-
dir de un análisis más detallado. Señalamos solamente el estudio de CA1AN-
DER <Estudios sobre las turberas de Finlandia^, 1913. Acta Forestalia
Fennica 2 y Fennia 35.
En nuestro estudio no se han tenido en cuenta los tipos de montes
que se encuehtran en terrenos inundados por ríos, en arena movediza, en
suelo rocoso y en la vecindad de las tundras por tener estos tipos, gene-
ralmente, sólo una importancia local.
Los tipos de montes y su relació:^ con la cubicación.
Las primeras investigaciones de esta índole tuvieron un carácter de
ensayo, así como los estudios comparativos, realizados por el autor en los
bosques de las montafias y Ilanuras de Europa Central en los años 1906-7.
5e referían principalmente a las mediciones de altura de los árboles domi-
nantes en rodales maduros de desarrollo normal, y en ]os tipos de mon-
tes más variados en que se aplicaban, en parte, las cortas a hecho. Dichas
mediciones, aunque poco precisas, indicaron claramente las diferencias en
el crecimiento de los distintos tipos de montes.
Las investigaciones del crecimiento, realizadas por THOM>r y MINNt,
en 1908, y por SIL>'veRaER6 y KAR[.ssoN, en 1909, referente a dos tipos de
36 A. K. CAJANDER
montes, el de Calluna y de 1^lyrtillus, en el Distrito Forestal de Evo-
Vesijoki, tuvieron también el mismo carácter. Se tomaron parcelas de en-
sayo en rodales de todas edades y de carácter normal y se indicó gráfica-
mente el volumen de madera en un sistema de coordenadas, en el que
representaban las ordenadas el volumen y las abscisas la edad, pudiéndose
trazar, sin gran desviación, una curva bastante regular por los puntos ante-
riormente señalados en el gráfico. Este hecho demuestra claramente que
los rodales de Pinus sylvestris de desarrollo normal, pertenecientes al
mismo tipo forestal, poseen un crecimiento bastante uniforme, ocurriendo
lo contrario en tipos de montes no iguales.
Las investigaciones realizadas por I^vessA^o en 1914, en el monte del
Estado de Salmi, del tipo Myrtillus y Calluna, eran de mucha mayor im-
portancia. Se basaron sobre 130 parcelas de ensayo, establecidas en rodales
de Pinus sylvestris de desarrollo normal, escogiéndose un número igual
de cada tipo. Se realizaron en los árboles análisis completos de troncos,
haciéndose la selección de la manera siguiente: los árboles de las parcelas
de ensayo, de un cuarto de hectárea de superficie cada una, se agruparon
según el diámetro, clasificándolos en cuatro clases, cada una de 25 árbo-
les, y empezando por el grupo de mayor diámetro; el grupo siguiente se
dividió en tres clases, cada una de ellas de 50 árboles, y los árboles más
delgados se dividieron en clases, cada una de 100 árboles. La selección de
los árboles tipos se hizo a base de los troncos medios de la clase domi-
nahte. Determinado el crecimiento de este modo, resultó ser bastante uni-
forme para los rodales del mismo tipo de montes, ocurriendo lo contra-
rio respecto a tipos de montes desiguales. Las investigaciones referentes
a la relación del diámetro a la altura del pecho y altura del árbol, realiza-
das por ILVessA^o en los distritos forestales de Simo y Kemi en 1915, de-
mostraron que los árboles del mismo diámetro eran, en promedio, mu-
cho más altos en fos tipos de montes de mejor calidad como, por ejem-
plo, en el tipo Myrtillus donde ofrecían más altura los árboles que los del
tipo Vaccinium, siendo esos últimos, por su parte, más altos que los en-
clavados en montes del tipo Calluna.
En vista de que todas esas investigaciones preliminares, incluso las re-
alizadas por B)óRKENHEin^t en las montañas de la Alemania Central, en 1907,
dieron resultado tan positivo, la Sociedad Forestal, de Finlandia, subven-
cionada oficialmente, comisionó a I^vESSA^o para continuar las investiga-
ciones en ese sentido. La finalidad de dichos ensayos era la de preparar
tablas de producción para rodales normales de Pinus sylvestris, Pícea
excelsa y Betula, en la parte Sur de Finlandia, y para cuyo fin se escogie-
ron parcelas de ensayo en rodales de desarrollo normal y de todas eda-
LA TEORÍA Dt. LOS TIPOS DE MONTES Ĵ7
des, y de las especies antes mencionadas, coetáneas y enclavadas en sitios
donde no existían turberas. Las parcelas se midieron lo más exactamente
posible, recogiéndose todos los datos acostumbrados para establecer las
tablas de producción. Además, en cada parcela de ensayo el árbal medio
de los 100 árboles más gruesos por hectárea, se sometió a un completo
análisis de tronco, haciéndose una descripción completa de la vegetación.
Al fin, se sacaron muestras de suelo de cada uno de los distintos horizon-
tes. El material recogido se trató según métodos matemático•estadístícos.
La finalidad principai era la de averiguar si lcs tipos de mantes podían
servir como clases de calidad para la preparación de las tablas de produc-
ción. Las parcelas de ensayo las eligió Ilvasselo durante tres veranos suce-
sivos: 1916-18, alcanzando su número en total 467 parcelas.
Dichas parcelas se encontraron dispersas en la parte meridional de
Finlandía, ofreciendo su distribución, entre los distintos típos de montes
y especies de árboles, et siguiente cuadro:
^
AT ^ AMaT
i
--
O MT MT
- -
VT
--_
CT CIT
_ _-
Pinus sylvestris. .......
--_ ^
- I'
-
1 ]5
- i
65 I
--
77 ^ 70 13
P/cea excelsa. . . . . . . . 4 3 50 I 27 I^ - - -
Betula. . . . . . . . . . . . 3 29 44 38 5 - -
Populus tremula . . . . . . . - - 5 2 - - -
Alnus gris . . . . . . . . . . 2 7 I 1 - - - -
Para los efectos de la comparación se añadieron tres parcelas en roda-
les mezclados y tres en montes del tipo Hylocomium-11^lyrtlllus. El número
de las parcelas era suficiente para poder determinar el crecimiento de los
rodales de Pinus sylvestris en los tipos de montes OMT, MT, VT, CT
y C1T, el de los rodales de Picea excelsa en los tipos OMT y MT y los de
Betula en los tipos de OMaT, OMT, MT y VT. Las demás parcelas se
utílízaron para fines de comparación.
En cuanto al punto de vista de ]a cubicación del monte, las investiga-
ciones dieron el siguiente resultado:
El diámetro medio de todas ]as especies de un rodal y en cada edad,
es mayor cuanto mejor es el tipo de monte, observándose una diferencia
notable, además, referente al crecimiento corríente y medio del diámetro.
Cuanto mejor es el tipo de monte, tanto mayor es la dispersión en la
distribución del tronco, por clases diamétricas.
ĴH A. K. CAJANDER
Cuanto más pobre es un tipo de monte, tanto mayor es el número
de árboles de un rodal en cada especie, a partir desde los veinte años,
por lo menos.
Basándose en las características de las clases de troncos y tomando
los tipos de montes como clases de calidad, es posible, ayudándose de
los métodos estadísticos, calcular teóricamente la distribución media de
troncos para las distintas edades de un rodal. Dicha serie de dístribución
varía grandemente con los distintos tipos de montes, dando en el gráñco
curvas más bajas y anchas cuanto mejor es el monte, a la vez que dismi-
nuyen más rápidamente las clases más pequeñas, aumentat^do e1 diámetro
de las clases de mayores, de lo que se puede deducir que la madera de
aserrar crece de modo más rápido y en mayor cantidad en tipos de mon-
tes de buena calidad, que no en los de calidad pobre.
Cuanto mejor es el tipo de monte, mayor es el volumen de un rodal
para todas las especies en cada edad, siendo también más aito et máximo
del crecimiento corriente anual del volumen, que se presenta más pronto.
Lo mismo ocurre con el crecimiento medio anual del volumen.
Cuanto mejor es el tipo de monte, mayor es la sección normal de un
rodal dentro de una misma especie y en cada edad, y más rápidamente
alcanzan su máximo los crecimientos corriente y medio de dicha superficie.
La altura media en rodales normales es (por muy grande que sea la va-
riación de los casos individuales) mayor, cuanto mejor es el tipo de monte.
La altura de los árboles dominantes de un rodal en cada especiey
edad (exceptuando el Pinus sylvestris en los tipos Oxalis-Myrtillus y Myr-
tillus) es mayor cuanto mejor es el tipo de monte, y lo mismo puede
decirse en lo que al máximo alcanzado por la altura corriente y media se
refiere.
Cuanto mejor es el tipo de monte, mayor es el diámetro a la altura
del pecho en los árboles dominantes de un rodal coetáneo, y mayor es el
máximo del crecimiento corriente del diámetro desde la primera época,
así como el crecimíento del diámetro medio.
Cuanto mejor es el tipo de monte, mayor es el volumen de los árbo-
les dominantes de un rodal de la misma edad, y tanto mayor es también
el volumen medio corriente del crecimiento.
Las divergencias entre los diferentes tipos de montes respecto al cre-
cimiento de los árboles dominantes de un rodal, han sido establecidos
también matemáticamente según la teoría de probabilidades. Igualmente
se ha demostrado que, respecto al crecimiento, el comportamiento del
mismo tipo de monte es muy parecido en las diferentes partes de la Fin-
landia meridionaL
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES 39
De ]os datos arriba expuestos dedujo IcvESSaLO las siguientes con-
clusiones:
Por ser el crecimiento, en todos sus aspectos, distinto eh los dife-
rentes tipos de montes, y porque difiere, por otra parte, en ef mismo tipo
de monte dentro de límites relativamente estrechos, ios tipos de montes,
al ofrecer clases de calidad uniformes, naturales y de recohocirniento rela-
tivamente fácil, pueden servir muy bien de base para la clasificación de
los suelos forestales, para la cubicación generaf del monte y para el esta-
blecimiento de tablas de producción en particular.
En vista de los resultados tan positivos obtenidos de las investigacio-
nes, se podía proceder a la construcción de tablas de crecimiento, basadas
en los tipos de montes.
De este modo, ILVESSALO estableció las tablas de producción referen-
tes al volumen de rodales de Pinus sylvestris de desarrollo normal y para
distintas edades, obteniendo un promedio por hectárea para volúmenes
con corteaa, los siguientes datos, expresados en metros cúbicos:
AÑOS OMT
^
MT
,
I VT CT CIT
10 19 13 10 7 -
20 69 59 44 24 3
30 138 133 88 46 10
40 206 197 132 74 I 17
50 276 257 175 103 31
60 340 309 216 126 95
70 400 ^ 359 259 151 61
80 453 ^ 402 295 176 79
90 494 438 324 201 97
100 529 466 347 ^ 219 113
I10 553 486 362 237 130
120 569 497 370 251 146
130 - - 377 263 162
140 - - - 271 178
150 - - - 279 193
EI núrnero de los árboles comerciables por hectárea con un diámetro
de 11 pulgadas al menos, en rodales de Pinus sylvestris, de un desarrollo
normal y en distintas edades, era, en promedio, como sigue:
40 A. K. CAJANDER
AlVOS OMT MT VT CT
50 15 - - -
60 64 22 - -
70 143 64 12 -
80 230 131 42 -
90 286 200 86 -
100 319 247 131 5
1l0 348 272 158 17
120 375 291 178 37
Las «tablas de crecimiento y producción para montes de Pínus syl-
vestris, Picea excelsa y Betula en la parte meridional de Finlandia^, cons-
truídas por I^vessAl.o en 1920, difieren de ^as demás tablas publicadas hasta
la fecha en los siguientes puntos: 1°, se utilizaron como clases de calidad
los típos de monte, y 2°, las clases de calidad son, por dicha razón, las
mismas para cada especie tratada en las tablas, lo que permite hacer cálcu-
los comparativos, como, por ejemplo, respecto a la conveniencia de plan-
tar diferentes especies en la misma superftcie.
Otras particularidades de ellas son que:
1. Estas tablas permiten, utilizar los datos de cubicación de cada clase
y tipo de monte de modo independiente de los referentes a los demás
tipos de montes, por lo que representan así las series de datos de las
tablas (las curvas de crecímiento en los diagramas) valores medios para
las parcelas del tipo de monte que se está estudiando, ilustrando el cre-
cimiento de cada tipo de monte en sí.
2. La continuidad de las series de crecimiento ha sido controlada
por el método del tanto por ciento indicador, y el crecimiento ha sido
examinado bajo todos los aspectos mediante métodos estadísticos.
3. Dichas tablas dan la distribución de los árboles por clases diamé-
tricas a la altura de pecho, con un intervalo de 2 cm. para cada edad del
rodal, lo que es un factor muy importante al determinar el valor del cre-
cimiento de un rodal, que depende especialmente del grueso de los
árboles.
La importancia de los tipos de montes en la cubicación la demostró
tarnbién LóNNROTx, 1925, en su estudio, que trata del desarrollo de rodales
de Pínus sylvestris de desarrollo normal y coetáneo, en los tipos Calluna,
Vaccínium y Myrtillus, refiriéndose especialmente a la distribución de los
árboles, según clases biológicas. Para dicho fin se eligieron 30 parcelas
de ensayo en la Finlandia meridional, fijándose particularmente en la
LA TEORIA DE LOS TIPOS DE MONTES 41
pureza de los tipos de montes y normalidad de los rodales, determinados
por estimación ocular. Los datos recogidos demostraron una regularidad
bastante notable respecto al desarrollo de los roda(es. En cuanto a la cubi-
cacián forestal podemos hacer destacar los siguientes factores de im-
portancia:
Dentro de ciertos límites de regularidad uniformes, los tipos de
montes ofrecieron, entre sí, variaciones características en importantes fac-
tores, relacionados con la biología y la práctica forestales, como por
ejemplo, la distinta rapídez de su desarrollo, manifestada en los prome-
dios, la serie de distribución de árboles en clases diamétricas.
Es digno de mencionarse, en cuanto a las distintas características refe-
rentes a la cubicación del monte, que los datos de las parcelas de ensayo
de los distintos tipos de montes dan series uniformes y bien pronuncia-
das, sin entrecruzarse, dejando entre sí grandes intervalos sin interferen-
cia alguna. De dichas características mencionaremos: el número de tron-
cos, sección normal, volumen por unidad de superficie, altura media,
altura dominante y diámetro medio.
A1 fin señalamos que dichos datos coinciden bastante con los valores
correspondientes obtenidos por ILVESSALO, en cuanto ello es posible en
estudios que se han hecho sobre una base del todo distinta, que perse-
guían distintos objetos y que trabajaron con material distinto.
Las investigaciones realizadas por ILVessALO y LbNNROTH han demos-
trado que el crecimiento de rodales de un desarrollo normal de cualquier
tipo de monte es muy uniforme, dentro de ]a misma especie. Demostra-
ron, además, que entre los distintos tipos de montes pueden ocurrir
variaciones que interfieren más o menos respecto a algunas características,
pero que ofrecen una diferencia muy señalada entre sí en cuanto se refie-
re al crecimiento. Cuantó más puro es el tipo y cuanto más normal el
rodal elegido, tanto más fácil es la determinacibn del crecimiento de
series de desarrollo de los distintos tipos de montes. Se ha demostrado
por tanto, que los tipos de montes pueden cumplir con las exigencias refe-
rentes a un rnétodo de clasificación de localidades desde el punto de vista
de la cubícación forestal.
Las investigaciones de ILVESSALO demuestran, según lo indicado arri-
ba, que los rodales del mismo tipo de monte en las distintas partes de la
Finlandia meridional tienen un crecimiento parecido; lo mismo parecen
indicar otras investigaciones de carácter preliminar, es decir, que los roda-
les de Pinus sylvestris del mismo tipo de monte no ofrecen diferencias
notables en la Fínlandia meridional y los Alpes (Evo y BRixEN).
42 A. K. CAJAIVDCR
Los tipos de montes y su relación con el suelo.
Admitiendo la hipótesis de que las localidades ocupadas por el mis-
mo tipo de monte, representan superficies, en !as que resulta idéntica la
acción cornbinada del clima y suelo, se puede deducir que en regiones de
idéntico clima la presencia de determinados tipos de montes y, en su con-
secuencía, de diferencias en el valor biológico de las localidades, debe
depender de las diferencias de las calidades del suelo.
Para esclarecer dicho problema, [1.vessAl.o recogió de las parcelas,
situadas en una región bastanteuniforme climatológicamente, muestras
de suelo para su correspondiente análisis, realizado por V1.AMAR1, determi-
nándose la pérdida por ignición, cantidad de nitrógeno, electrólitos, ácido
fosfórico, potasa y cal. En total se analizaron 600 muestras de suelo, saca-
da de 175 parcelas.
Los resultados se dan eri el siguiente cuadro, en el que tas cifras se
refieren a la cantidad de una capa de tierra de 20 cm. de grueso y expre-
sadas en kilogramos:
POR 100 ldETROS CUADRADOS PUR ryEC7ÁREA
Pérdidadepeso Cantidad N. P^Or K^O Ca0
por iQnicióo. de eleclrol.
AT . . . . . . . . 390 119 926 58 184 $15
OMaT ....... 365 161 980 52 131 358
OMT ....... 298 163 667 101 99 300
M^I' ........ 255 103 500 187 91 256
VT ........ 207 56 355 304 91 203
CT ........ 224 86 318 222 88 138
C[T ........ 124 55 177 303 107 94
Dichos datos demuestran un gran paralelismo entre las series de
tipos de montes y los elementos constitutivos del suelo, e indican, ade-
más, la importancia de éstos en la producción forestal de una localidad.
Observamos que el ácido fosfórico y la potasa tienen cierta signiñcación.
La cantidad de esta última es generalmente mayor para los tipos de mon-
tes más productivos, pero la diferencia es muy grande, la cantidad de
ácido fosfórico varía grandemente en sentido inverso de la capacidad
productiva del suelo. La cantidad de cal está en relación directa con el
rendimiento del suelo e influye también sobre la variación de la cantidad
total de los electrólitos. Igual regularidad de comportamiento vemos en
la pérdida de peso en la ignición que se refleja en seguida en la cantidad
del humus en el suelo.
LA TEORIA DE COS TIPOS DE MON7'ES 43
Íntimamente relacionado con esto último está la cantidad de nitróge-
no que por su parte se halla en estrecha relación con el crecimiento.
Ayudándose de las tablas de producción, de It,vessA^o, VALMARI da el
siguiente cuadro interesante, basado en sus análisis, y en e1 que MT tiene
el valor 100:
Crecimientos annales
corrientes relativos en
rodal,Pirtusrodal, Be-
sylvestrls. fala.
70 añosi' 60 años.
115
100
83
52
27
185
117
100
83
Cantidad relativa de
CaO. N.
en una capa superficial
de 20 cros, de profundidad
140
117
100
79
54
36
223
137
]00
71
64
34
Con el fin de haĉer más clara la dependencia del rendimiento de los
componentes del suelo, ILVessALO calculó la magnitud de la relación entre
el rendimiento y las cantidades de los componentes del suelo, tomando
como base de sus cálculos rodales de Pinus sylvestris de edad media, ínclu-
yendo todas las parcelas de tates rodaies, y añadiendo, mediante un méto-
do de conversión correspondiente, todas las parcelas de rodales de Picea
y abedul. El resultado obtenido es el siguiente:
Pérdida de peso por ignición ..... r= 0,435 t 0,078
Tota] de electrólitos . . . . . . . . r = 0,407 t 0,081
Idem de nitrógeno. . . . . . . . . . r - 0,736 ± 0,056
Idem de ácido fosfórico. .. ..... no hay corrretación
Idem de potasa . . . . . . . . . . r = 0,214 t 0,091
Idem de cal . . . . . . . . . . . . . r ^ 0,612 ± 0,069
Hemos de decir que la cal, además de ser un factor nutritivo impor-
tante para las plantas, es de gran influencia para las condiciones físicas del
suelo y especialmente sobre las reacciones químicas, de las que se derí-
van, por ejemplo, la posibiiidad de que las p(antas asimiien et nitrógeno.
Respecto a la relación de nitrógeno hay que señalar el hecho de que no
todo el nitrógeno existente es efectivamente asilnilable por las plantas.
AALTONEN, en sus últimas investigaciones respecto a la descomposición
de compuestos de nitrógeno en los suelos forestales, dedicó atención
especial al nitrógeno efectivamente disponible para las plantas, demostran-
do que los distintos tipos de montes difieren bastante en este concepto.
4Q A. K. CAJANDL'R
Cuanto mayor es la capacidad de producción del tipo de monte, mayor
es la cantidad de nitrógeno en forma de amoníaco y de nitratos en el suelo.
El porcentaje del total de nitrógeno, en una capa de humus es, según
Í^ALTONEN, COIT10 Slgue:
TipO de mOnte. CT. VT. MT. OMT. OMaT.
Por 100 .... 1,495 1,666 1,796 2,234 2,795
El nitrógeno, en forma de amoníaco y de nitratos, de las muestras,
ha sido determinado inmediatamente al recogerlas y, más tarde, transcu-
rridos dos meses. La relación de nitrógeno movilizado, en forma de amo-
níaco y nitratos, al total de nitrógeno era la siguiente:
Tipo de monte. CT. VT. MT. OMT. OMaT.
Determinación inmediata por 100 ..... 0,220 0,335 0,333 0,484 0,551
Idem, después de dos meses, por 100 .... 1,074 1,217 1,819 2,868 4,425
Por no disponer de un aparato a propósito VALMAR^ tenía que desistir
de determinar de modo exacto la acidez del suelo. AALTON>rN, sin embargo,
determinó la concentración de los iones de hidrógeno de un total de 800
muestras de humús, tomadas de distintas partes del país, incluso en las
regiones más apartadas de Lapohia, resultando que la capa de humus de
los suelos forestales de Finlandia es, generalmente, más o menos ácida. La
acidez en pH es, en los montes de musgo seco, la más baja; algo más
alta en los montes de musgo húmedo, y alcanza el grado máximo eti los
montes de carácter herbáceo-gramíneo, donde la reacción puede ser a
veces neutra. Los valores medios de pH de esos montes son como sigue:
Montes de carácter herbáceo-gramíneo. .. 5,1 t 0,10
Idem de musgo húmedo . . . . . . . . . 4,7 t 0,05
ldem de musgo seco. . . . . . . . . . . 4,1 t 0,05
Los promedios en los tipos de montes más señalados en la Finlandia
meridional son, según AALTOtveN, los siguientes:
pn.
OMaT . . . . . 5,0
OMT . . . . . 5,2
MT...... 4,8
VT ..... . 4,6
CT...... 4,2
CIT . . . . . . 3,6
LA TEORfA DE LOS TIPOS DE MONTES 45
Puesto que la acidez del suelo y especialmente del humus ejerce una
influencia sobre el llamado proceso de ^podsolación ► del suelo, es muy
probable que haya cierta relacíón entre dicho proceso y el tipo de monte.
Y, en efecto, las investigaciones realizadas por ?AMM, en Suecia, en 1920,
lo confirman, pues, los tipos de montes que él estudió, en Suecia, eran
muy parecidas a los de Finlandia, llegando a las conclusiones siguientes:
Las investigaciones realizadas demostraron que los distintos tipos de
montes influyen en distinto grado sobre el proceso de la ^podsolacíón^,
debido a]a calidad de la capa de áumus. Dicho proceso se manifiesta en
forrna más notable en el tipo Myrtillus, siguiendo después el tipo Vacci-
nium, y se observa la influencia mínima en ef tipo Cladrna. EI tipo Oxalis
Manjathemum representa un tipo intermedio, siendo, con toda probabíli-
dad, la acción más pronunciada cuanto mayor es su mezcla con el tipo
Myriillus.
Los trabajos reallzados hasta la fecha no han pasado del estado pre-
lrminar, pero demuestran, sin embargo, que los tipos de monfes re,jlejan las
propiedades del suelo, de un modo tan claro, que satisfacea, en grado muy
elevado, las exigencias antes indicadas para un sistema de clasificación,
permitiendo la agrupación de localidades de un modo natural, aunque sea
sólo en lineas generales. Ofrecen, además, la posibilidad de armonizar los
sistemas de clasificación de localidades, que se basan en las propiedades
del suelo o en la producción de los rodales.
Así, en el porvenir, será necesario que se tengan en cuenta, en los tra-
bajos de investigación, las propíedades del suelo, tan importantes para la
vida de las plantaŝ y, especialmente, las propiedades físicas; pero es
necesario tratarlas combinadas, en cada caso aislado, pues no se com-
prende, por ejemplo, la baja capacidad de producción o el valor biológico
inferior de una localídad, que contenga una proporción muy alta de nitró-
geno y a la que debía corresponder una gran capacidad de rendimiento,
sino determinando también la naturaleza de otras propiedades de la esta-
ción y su proporción relativa, porque puede existir un número de factores
de crecímíento que, por obrar de un modo independiente entre sí, se
hallen muy distante del óptimo necesario para que exista la armonía con
los óptimos de los otros factores(ScHrMPER). Además, cuanto más exten-
sas sean las regiones geográficas que se investigan, tanto más necesario
resultará el tener en cuenta el carácter del clima, quiere decir, estudiar
las propiedades del suelo y su relación con el clima. Parece ser que el
mismo tipo de monte se hace más exigente respecta a]as condiciones del
suelo, cuanto más desfavorable es el clima. También debe estudiarse la
misma parcela homogénea de ensayo en muchos sitios, puesto que las
46 A. K. CA)ANDER
características de localidad parecen variar grandemente, aun en las super-
ficies más homogéneas. Resulta particularmente necesario, para definir los
problemas en relación con las materias nutritivas del suelo, el empleo de1
método de cultivos en tiestos, tal como los hizo últimamente M^TSCttERLtcrr.
De este modo podría alcanzarse, sin duda, una base sólida para los
estudios referentes a la capacidad del rendimiento del suelo en general y
del suelo en particular.
Los tipos de montes en relación con la biologfa de las plantas.
Las investigaciones referentes a la biología de plantas en los distintos
tipos de montes se encuentran todavía en un estado preliminar. Según lo
antes expuesto, el comportamiento y crecimiento de las distintas especies
difieren bastante con los tipos de montes. Las especies más exigentes no
prosperan de modo alguno en suelos de una capacidad productiva pobre.
Su presencia en los distintos tipos, se explica por los datos que ILVESSALo
recogió en sus parcelas de ensayo. Los rodales de Pinus sylvestris en un
desarrollo normal se encontraron principalmente en los tipos MT, VT y
CT, los de Picea excelsa en los tipos OMT y NT, y los de Betula en los
tipos OMaT, OMT y MT. También en estos tipos el crecimiento de los
árboles que forman rodales varía bastante. La causa debe buscarse prin-
cipalmente en la biología de las plantas. Y en efecto, se puede adelantar
que el rrecimiento de los árboles y de las plantas en general es uno de
los lndicadores más sensibles del valor biológico de una localidad. Tam-
bién la división (la distribución natural) de los árboles de un rodal en
clases, según su desarrollo, en un fenómeno puramente biológico.
HE ►KiNHEiMO (1915) ha demostrado que la capacidad de las frondosas
para la formación de los brotes de cepa varía bastante en los distintos
tipos de montes. Las investigaciones referentes a la regeneración de la
vegetación del suelo se realizan en Ku^ALA.
Hemos indicado ya que los tipos de montes difieren entre sí respecto
a su estructura ecolágico-biológica, lo que puede servir de base para la
agrupación de tipos de montes en clases más amplias. Así, los tipos de
montes de madera dura (frondosas) son más higrófilos en su estructura
general, como tamhién 1os tipos de monte de musgo seco, tienen un ca-
rácter xerófifo. Los montes de musgo húmedo, ocupan una posición inter-
media. Las turberas de Pinus sylvestris son más xerófilas que las de Plcea
excelsa.
LiNKOLn ha demostrado que los tipos de montes difieren entre sí
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES 47
también respecto al espectro biológico, obteniendo en sus investigaciones
realizadas en Suiza el siguiente cuadro de porcentaje:
Phanerophytas. Chamaephytas.
Hemicrypto- I
Jphytas. 1
^iOeophytas. ,
__
Therophytas.
Montes de musgo
-- --- -- --
'
---- ^---
seco:
EVT .. . 18 25 50 - 7
VT. ... 19 22 53 - ^ 6
Montes de musgo
húmedo:
MT ... . 18 18 58 2 4
OMT. .. 17 11 66 5 1
Montes de carácter
herb.-gramíneo:
OMaT .. 9 9 74 7 1
OT. ... 17 5 58 16 4
BrChT .. 28 4 55 12 1
VPT ... 15 14 66 - 5
Las investigaciones que L1NKOLA realizó en Finlandia dieron el siguien-
te cuadro espectrobiológico:
Phanerophytas. Chamaephytas.
Hemicrypto- ''
phytas. peophytas. Therophytas.
^Montes de musgo
seco:
CT .... 21 32 35 9 3
VT .... 19 24 40 12 5
Montes de musgo
húmedo:
MT ... . 17 17 46 15 5
PyT ... 14 14 59 l0 3
OMT ... 22 ] 1 48 15 4
Montes de carácter
herb.-gramíneo:
OMaT .. 16 6 57 18 3
AT .... 13 5 60 18 4
FT .... 14 4 58 20 4
VRT ... 17 7 57 ^ 12 4
I_1NtcoLA cs de la opinión de que los distintos tipos de montes ofrecen
en sus espectros biológicos diferencias bastante grandes, especialmente en
lo que se refiere a la proporción de las Chamaephytas, siendo dicha pro-
4ó A. K. CAJANDER
porción menor en lás Hemicrytophytas y Geophytas. Los espectros del
mismo tipo en Finlandia y en !os Alpes suizos son en alto grado pareci-
dos, y su semejanza sería mayor, según todas las probabilidades, si no
hubiesen existido ciertas discrepancias en los métodos empleados (los
datos para Finlandia se recogieron en 1914-15 y los de Suiza en 1923) y
que los datos de Suiza fuesen más amplios. La caracteristica más especi-
fica de los espectros biológicos de los distintos tipos de montes parece, por
tanto, depender principalmente de las ^ Chamaephytas• existentes. Según
su proporción, los tipos de montes, sin tener en cuenta los de turberas,
se dividen en tres grupos: los montes de musgo seco con el 22-23 por 100
de rChamaephytas^, los moates de musgo húmedo con el 11-18 por 100, y
los montes de carácter herbáceo-gram(neo con el 4-9 por 100. Dicho carác-
ter rrsaltaría aún más si se tuvieran en cuenta la frecuencra y abundancia
de las ^Chamaephytas^ en los distintos fipos de montes. L[NKOLA señala,
además, que los tipos de montes están caracterizados por sus espectros
pheno-ecológicos (GAHS). Así falta, en los tipos de montes de musgo
seco, el aspecto de verano del todo, o se presenta sólo de un modo
incompleto, mientras que en los montes de frondosas tíene un carácter
más pronunciado.
Basándose en las investigaciones fundamentales realizadas en ^pra-
deras de frondosas^, en Ahvenanmaa, ha desarrol(ado PALMaREN, simul-
tánea, pero independientemente, de algunos botánicos suizos, un método
exacto de investígación fitogeográfico. Construyó las llamadas curvas de
constitución para las «praderas de frondosasy en Aland, en 1917, e ILVES-
sALO en 1922, díbujó con los datos recogidos en sus parcelas de ensayo
las curvas de constitución de los diferentes tipos de montes, que ofrecen
una diferencia bastante grande entre sí. En sus estudios, de índole pareci-
da a los realizados por HuLT en la Finlandia septentrional en 1881, cons-
truyó diagramas de la estructura morfológica de los distintos tipos de
montes, muy características para cada tipo, y determinó por métodos
estadísticos las 1lamadas superficies mínimas para la vegetación forestal
- término que PAL^oREN introdujo en 1917 en la ciencia -, que ofrecen
una gran variación para los distintos tipos de montes.
En esta relación parece indicado mencionar brevemente el número
de las especies de plantas en los tipos de montes, cuya importancia para
la caracterización de localidades y asociaciones de plantas, e incluso para
los tipos de montes, ha sido recomendado especialmente por PALMQREN.
EI resultado variará, naturalmente, según que se tenga en cuenta sólo las
especies de un tipo de monte en su forma normal o en todas las formas
en que pueda presentarse; si se consideran sólo las especies propias de un
LA TEORÍA DE LOS TIPOS DE MONTES 49
tipo o también aquéllas que se presentan ocasionalmente, etc. Teniendo
en cuenta dichos factores, presentamos, según L11vKOLA, el siguiente cua-
dro del número proporcional de especies en los tipos de montes, consi-
derando el tipo Myrtillus igual a]00:
Tipo de monte. En los Alpes suizos, Enl^pro.LadogaCarelia.
AT. ....... - 281
OT. . . . . . . , 249 -
OMaT . . . . . 180 190
OMT . . . . . . , 144 131
MT. . . . . . . . 100 100
VT . . . . . , . , 71 74
CT........ - ó6
EVT . . . . . . . 62 -
El parecido de los típos de montes en los Alpes suizos y en Finlan-
dia es tan grande que no puede ser mayor.
Las investigaciones realizadas hasta !a fecha demuestran que cada
uno de los distintos tipos de montes ofrece una naturaleza muy caraeterts-
tica respecto a la biología de las plantas, ofreciéndose un ancho campo de
trabajos de suma importancia para la fitogeografía y la selvicultura.
Los tipos de montes en retación con la selvicultura.
EI tratamiento

Continuar navegando