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Fósiles

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Fósiles
Contenido
Fósiles	3
Tipos de fósiles	3
Fósiles físicos o cuerpos fósiles	3
Rastro fósil	3
Macrofósiles	3
Microfósiles	4
Origen de los fósiles	4
Mineralización	4
Moldes y enyesados	5
Reemplazo	5
Compresión	5
Trampas de conservación	5
Objetivo de estudio de los fósiles	5
Bioestratigrafía	6
Evolución	6
ADN de los fósiles	6
Obtención de los fósiles	6
Fósiles
Los fósiles son cualquier resto o evidencia de un organismo que vivió hace mucho tiempo. Los restos preservados de seres vivos o sus huellas del pasado son documentos de la historia de la vida sobre el planeta Tierra.
La paleontología es la ciencia que estudia y utiliza los fósiles para investigar cómo fue la vida en la Tierra en el pasado. Todos estos fósiles constituyen lo que se conoce como registro fósil. Este registro se extiende desde que apareció la vida en la Tierra, aproximadamente hace 3.500 millones de años.
La palabra "fósil" deriva del latín fossilis que significa desenterrar.
Tipos de fósiles
Los fósiles pueden clasificarse según el tamaño y el origen del material preservado.
Fósiles físicos o cuerpos fósiles
Los restos del cuerpo de un ser vivo, como huesos, conchas, dientes se conocen como cuerpos fósiles o fósiles físicos.
Rastro fósil
La icnología estudia las huellas fósiles. Por las pistas y los trazos se puede tener evidencia directa del comportamiento de animales extintos. Así como el tamaño: la huella de Tyrannosaurus rex más grande encontrada medía 85 cm.
Por las huellas se puede decir si los dinosaurios caminaban con las patas abiertas, como un cocodrilo, o más cerradas, como un perro. Las pistas también nos enseñan lo rápido que corrían los animales, o si vivían en manadas o solitarios. Las huellas se mineralizaron durante el proceso de formación de las rocas sedimentarias.
Dentro de este grupo de fósiles también se encuentra los coprolitos (heces fosilizadas), las madrigueras, los nidos, entre otros.
Macrofósiles
Son los fósiles de tamaño visible, como los huesos, las conchas o la madera petrificada.
Microfósiles
Los microfósiles se ven con el microscopio o con lupa. Son importantes para correlacionar las capas sedimentarias cuando se busca petróleo y para descifrar el clima ancestral de la Tierra. Ejemplos de microfósiles son las diatomaceas, radiolarias y foraminiferas.
Origen de los fósiles
Transformar los restos de un organismo en un fósil luego de su muerte toma una gran cantidad de tiempo. La tafonomía es la rama de la paleontología que estudia los procesos de formación de los fósiles o fosilización.
Se pueden presentar tres etapas en la fosilización:
1. Putrefacción de los tejidos blandos de plantas o animales.
2. Transporte y ruptura de los tejidos duros: huesos, dientes, conchas, madera.
3. Entierro y modificación de los tejidos duros.
La fosildiagénesis estudia los procesos de fosilización que ocurren después del enterramiento. La fosilización puede ocurrir en diferentes formas, la mayoría ocurre a través de los siguientes procesos:
· Mineralización.
· Moldes y enyesados.
· Reemplazo.
· Compresión.
· Trampas de preservación.
Mineralización
Cuando un organismo queda enterrado y su carne desaparece, lo que queda son los huesos o la concha. Algunas de estas partes son porosas, y pueden llenarse con agua y minerales, que luego se transforman en roca. De esta forma se preservan la madera y los huesos.
De los minerales más comunes en este proceso tenemos la sílica y la calcita, pero también entra la pirita, el fosfato y el pedernal.
Moldes y enyesados
En algunos casos, el hueso o la concha original se disuelven o desaparece, dejando un espacio libre que es un molde. Este molde luego se llenó con otros sedimentos. Muchos de los fósiles moluscos se forman de esta manera.
Reemplazo
Algunas veces la composición química de un fósil cambia debido a las condiciones del ambiente. Por ejemplo, en un hueso enterrado se llenan sus poros con un lodo salino y se mineraliza. Luego, lo que queda de hueso se reemplaza por otras moléculas diferentes.
Este tipo de fosilización se consigue en algunas conchas de amonites u otros moluscos. La composición original de carbonato es reemplazada por sulfuro de hierro o pirita (oro de tontos), dándole a la concha la apariencia de que está hecha de oro.
Compresión
Algunos fósiles se formaron cuando los organismos fueron comprimidos por alta presión. La compresión es común en las hojas y los helechos.
Trampas de conservación
Las trampas de conservación son formas extraordinarias de preservación instantánea. Una de estas trampas es el ámbar, una resina de árbol fosilizada, que cuando emanaba del árbol atrapó insectos, pequeños animales y plantas.
Objetivo de estudio de los fósiles
Una vez los paleontólogos consiguen un fósil, empieza el proceso de imaginarse cómo vivió ese ser, dónde vivió, cómo interactuaba con otros seres vivos y cómo se adaptó a su ambiente físico. A partir de pedazos de fósiles se pueden reconstruir los organismos.
Por ejemplo, con una tibia o fíbula (hueso de la pierna), unas cuantas costillas y algunas vértebras se reconstruyó el esqueleto del Argentinosaurus huinculensis, un gigantosauro descubierto en la Patagonia, Argentina. Gracias a esta reconstrucción y con simulación computarizada se pudo determinar cómo estos grandes gigantes se movían.
Bioestratigrafía
El hallazgo de fósiles en diferentes estratos geológicos permite caracterizar el tiempo de las diferentes capas de la litósfera.
Evolución
Comparando los organismos actuales con los registros fósiles se puede determinar la manera cómo han evolucionado las especies.
ADN de los fósiles
Con la novela de Michael Crichton y luego la serie de películas "Parque Jurásico", entró en el imaginario del público la posibilidad de usar el ADN de fósiles para recrear los organismos vivos de la prehistoria.
El primer genoma de una especie prehistórica se analizó en el 2008. De un mamut preservado en el permafrost de Siberia, se obtuvo una muestra de pelos con los cuales se pudo analizar el ADN. Esta experiencia dio origen a la paleogenómica, el estudio del genoma de las especies ancestrales extintas.
Obtención de los fósiles
Algunas veces se pueden encontrar fósiles bien preservados y de buen tamaño, por lo cual sólo hace falta recogerlos. Estos pueden estar en la superficie debido a procesos erosivos o pueden ser excavados en expediciones arqueológicas.
En otras ocasiones se requiere de más trabajo y preparación. Las huellas fósiles no se pueden remover; en su lugar se hacen reproducciones o copias en el campo.
Los microfósiles son difíciles de manipular por su tamaño diminuto. Se encuentran frecuentemente en la arena o en rocas sedimentarias granuladas.

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