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PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
MÓDULO 1.
Ibañez Gracia, Tomás.
a La inexcusable exigencia genealógica
La afirmación de que la psicología social tiene varios pasados abre un debate en cuanto a la
naturaleza del discurso histórico y en cuanto a la naturaleza de la causalidad social. Existen varias
formas de escribir la historia de una realidad actual, la forma en que se escribe una historia puede
afectar, con mayor o menos fuerza, la configuración misma del presente. La forma de relatar el
pasado influye necesariamente sobre el futuro, puesto que afecta el presente.
En este sentido, ninguna historiografía es ‘inocente’. Por ejemplo, la historia de la psicología social
publicada por Gordon Williard Allport en 1954 convertida en la historiografía estándar de la disciplina,
contribuyó probablemente a fortalecer la orientación positivista, individualista y experimentalista de la
psicología social. Los tópicos historiográficos establecidos por G.W. Allport se daban por supuestos
en casi todas las presentaciones históricas de la psicología social:
- la investigación científica en la disciplina se inauguraba en 1897 con N. Triplett.
- La aparición académica de la psicología social acontecía en 1908 con sus dos primeros manuales.
- La psicología social tenía una rica ascendencia europea, pero en suelo americano había conseguido
germinar, florecer y dar sus frutos más científicos.
- La psicología social, además, había sido “descubierta” por Auguste Comte.
Tuvieron que transcurrir muchos años antes de que se empezara a cuestionar cada uno de estos
tópicos. Si bien era cierto que la psicología social había conocido su más intenso desarrollo en suelo
americano, esto no podía interpretarse más que como el resultado lógico de un proceso mucho más
general de americanización del conjunto de las ciencias sociales. Además, era muy aventurado situar
en Auguste Comte el descubrimiento de la psicología social. La presentación que hacía Allport de la
postura de Comte adolecía de múltiples sesgos y considerables errores fácticos.
Quedó al descubierto la función ideológica desempeñada por los principales puntos de referencia
históricos elegidos por la persona a quien se encargó presentar la historiografía oficial de la
disciplina. El relato de Allport se quedaba en una ejemplificación típica de la llamada historia
whiggish, es decir, de una historia escrita por los vencedores y orientada a “producir una historia que
no es sino la ratificación e incluso la glorificación del presente”. La historiografía whiggish trata de
legitimar el presente buscando en el pasado la confirmación de las creencias y de los valores
actuales. Así por ejemplo, en vez de conceder un relieve particular al año 1908, Allport hubiera podido
elegir muchas otras fechas para ilustrar la aparición de los primeros tratados de la psicología social.
En lugar de fomentar la impresión de una nítida y brusca irrupción de la psicología social en el mundo
académico, emergiendo desde la psicología y desde la sociología, lo que hubiera enfatizado con la
elección de fechas más remotas, es la confusa, lenta y multifacética emergencia de la disciplina.
Pero es evidente que de esta forma no se hubiera podido dotar a la disciplina de una legitimación
positivista.
Las elecciones históricas de Allport fueron las que fueron y la autoconsciencia histórica de los
psicólogos sociales resultó de esas elecciones. El experimentalismo de Triplett y el positivismo de
Comte constituían puntos de referencia perfectamente adecuados para caracterizar esa psicología social
estadounidense. El problema es que la versión historiográfica de Allport engendraba efectos
prescriptivos, legitimando históricamente una determinada concepción de la psicología social. Estos
efectos fueron tanto más potentes cuanto que la aceptación acrítica de la historia elaborada por Allport se vio
fuertemente favorecida por dos factores nada desdeñables:
- el desinterés mayoritario de los psicólogos sociales por la historia en general, y por la historia de su
propia disciplina en particular,
- y la constante reedición del texto de Allport a lo largo de las sucesivas nuevas ediciones.
Una ciencia sin memoria está a la merced de las fuerzas del día. La historia de la psicología social,
concebida como un análisis crítico del pasado para alcanzar una mejor comprensión del presente,
aún queda por escribir. Quizás el rechazo del “mito de origen” construido por Allport constituya un
primer paso en esa dirección.
En cuanto se resquebraja la fe positivista, se impone con claridad, la idea de que las disciplinas
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científicas, lejos de constituir productos naturales, son el resultado de un conjunto de prácticas
sociales, históricamente situadas y propias de una sociedad determinada. Se torna imprescindible
calibrar con la máxima atención la naturaleza de las determinaciones sociales que incide sobre ellas
y que conforman sus características. Las formas de conocimiento que caracterizan hoy por hoy la
psicología social no pueden ser entendidas adecuadamente mientras sus orígenes sociales
permanezcan ocultos.
Entiendo que una de las huellas dejadas por la crisis que se manifestó en el seno de la disciplina
durante los años setenta es precisamente la emergencia del interés por la historia de la
psicología social. La reflexión crítica sobre las características dominantes de la psicología social, así
como el malestar expresado en relación al estado actual de la disciplina, condujeran lógicamente
hacia una preocupación por estudiar la trayectoria que había conducido a la psicología social hasta
ese supuesto impás teórico y metodológico, tomando consciencia de que “las formas presentes
tienen su particular naturaleza en virtud de su pasado, con lo cual la comprensión del presente exige
la comprensión de su génesis.
Se suele decir que el interés prestado a la propia historia constituye un indicador fiable del grado de
madurez alcanzado por una disciplina. La psicología social empieza a evidenciar, desde hace algunos
años, que está alcanzando una fase de madurez. Desde los principios de los años setenta, se
acumulan indicios de un creciente interés por la historia de la disciplina.
Entiendo que la preocupación por la historia sólo se torna realmente fructífera cuando deja de ceñirse a
una preocupación meramente historiográfica. Lejos de encerrar la historia en un museo, se trata de utilizarla
como un instrumento para forjar el futuro de la psicología social esclareciendo su presente. De lo que se trata es
de realizar un análisis historiográfico que constituya a la vez un análisis contextualista y un análisis crítico.
Contextualista porque no se puede entender adecuadamente la psicología social si no se la sitúa en
el amplio movimiento de ideas que tardó varios siglos en fragmentarse para dar paso a las diversas
disciplinas que constituyen las actuales ciencias sociales humanas. Cada una de estas disciplinas
sigue guardando las huellas de un pasado indiferenciado. Es precisamente en el lento proceso de diferenciación
disciplinar donde residen algunos de los factores explicativos actuales de las características de esas disciplinas.
Las posibilidades de acceder a la inteligencia de la psicología social quedarían sin dudas mermadas por el hecho
de desarrollar una historia separada para esta disciplina, perdiendo de vista el fondo común que la vincula con
las restantes disciplinas que forman parte de su contexto de conocimiento. El presente es el fruto del pasado y se
puede afirmar incluso que el pasado, transformado y sedimentado, late en el presente y que sigue teniendo en
este sentido, una plena actualidad. El presente emerge del pasado pero no está preinscrito en él. La genealogía
consiste en indagar el pasado desde el punto de vista del presente con el propósito de hacer que el presente sea
inteligible. La historiografía debe ser contextualista en el sentido de que debe abarcar el tronco común de la
reflexión sobre lo social, pero el contextualismo sería muy insuficientesi se redujese a una historia de las ideas.
Es preciso atender a las condiciones sociales que incidieron en la conformación última de la psicología social. No
se pueden negar acontecimientos como la Revolución francesa, ni procesos sociales como la industrialización de
las sociedades europeas, ni tampoco coyunturas históricas tales como el auge del período militar industrial de
Estados Unidos.
Además de ser contextualista, pretende ser una historiografía crítica. En primer lugar, porque una
de las principales funciones que asigno a la investigación histórica consiste en poner al descubierto
los supuestos implícitos y las tomas de partido enmascaradas que subyacen en muchas delas
formulaciones que se dan por sentadas en una disciplina. En segundo lugar, pretendo indicar
simplemente cierta distanciación con las formas académicamente dominantes de la psicología social
(la psicología social mainstream), o por lo menos mostrar idéntica receptividad hacia las posturas
alternativas.
a Las grandes orientaciones teóricas “tradicionales” y sus correspondientes teorías de medio alcance
Ninguno de los datos a los que se recurre para comprobar la aceptabilidad de una teoría está libre de
determinaciones teóricas. No existen datos que sean puramente datos, es decir, que no estén parcialmente
conformados por las teorías que los hacen existir como tales datos. Ninguna teoría existe separadamente y
siempre está conectada con una población de teorías afines en el seno de lo que podríamos llamar un “programa
de investigación” o un “paradigma científico”.
En psicología social como en cualquier otra ciencia, es preciso contextualizar los resultados producidos
por la investigación haciendo referencia a las teorías que los posibilitan, y enmarcar a su vez estas teorías en el
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
seno de los sistemas teóricos a los que pertenecen. 
Los grandes marcos teóricos en los que se encardinan las investigaciones psicosociales provienen en su
mayoría de la psicología y de la sociología. Hasta los años setenta estos marcos solían resumirse en los siguientes:
conductismo, gestaltismo, orientación psicoanalítica y teoría de rol. A veces se hablaba además de la teoría de
campo lewiniana, el interaccionismo simbólico y la orientación cognitivista. Se analizan a continuación:
 Las orientaciones socioconductistas 
 Las orientaciones sociogestaltistas
 Las orientaciones psicoanalíticas
 La orientación de la teoría de rol
 Las orientaciones del interaccionismo simbólico
Orientación Principales
autores
referentes
Principales aportes
metodológicos
Principales aportes teóricos
Socio - conductistas Floïd Allport
Hull
Spence
Explicar las conductas
sociales en términos
de aprendizajes, válidos
según los conductistas para
dar cuenta del conjunto del
conjunto de la conducta
humana
La conducta social se adquiere
fundamentalmente a través de un proceso de
condicionamiento
Socio - gestaltistas Kurt Lewin
Fritz Heider
Solomon Asch
Adscripción a una
tradición
experimentalista que la
preservó de muchas
críticas positivistas
Aspecto fenomenológico:
acercamiento con el interaccionismo simbólico.
Interés procesos cognitivos
internos: el individuo
interpreta/construye la realidad.
Reduccionismo psicologista e
individualista.
Antihistoricismo: centración sobre el aquí y
ahora
Teoría de campo (Lewin)
Teoría del equilibrio estructural (Heider)
Estudios sobre la formación de las impresiones
y conformismo social (Asch
Psicoanalíticas Sigmund Freud
Neofreudianos:
Abraham
Kardiner,
Erik Erikson
Freudomarxista
s:
Theodor
Adorno
Postfreudianos
Relación persona sociedad otorgando mayor
importancia a los factores culturales de la
personalidad (Neofreudianos)
Escuela de FrankfurtAdornotrabajo sobre
personalidad autoritaria (Freudomarxistas)
Relativa autonomía del yo respecto a otras
instancias de la personalidad (Postfreudianos)
Teoría del rol George Herbert
Mead
Ralph Linton
Erving Goffman
Noción de rol para dar cuenta de la
sociogénesis de las personas.
La capacidad de adoptar la posición del otro y
de actuar hacia sí mismo desde esa posición:
proceso de toma de rol, que constituye uno de
los mecanismos básicos de la socialización y
de la interiorización de las normas sociales, y
proporciona un instrumento para construir la
propia identidad.
Abordaje de temas como: naturaleza de los
roles sexuales, diferencia “toma de rol” y “juego
de rol”, y conflicto de roles.
Interaccionismo
Simbólico
El IS se nutre
de:
Afinidades con la
etnometodología y la
a- reconocimiento de que lo propio de los seres
humanos consiste en actuar en relación con los
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
George H.
Mead
William James
John Dewey
Escuela de
Chicago
Quien la define
en
base a tres
premisas:
Herbert Blumer
etogenia propios objetos a partir del significado que
éstos representan para ellos. Para explicar la
conducta humana es menester entender cuál
es la definición subjetiva que da a la situación
el propio individuo (énfasis sobre la dimensión
fenomenológica de la realidad). El significado
de los hechos emerge a partir de las
interacciones sociales que el individuo teje
con sus semejantes. Son las propias personas
quienes construyen o reconstruyen el
significado de las cosas a través de sus
interacciones sociales. Este punto de vista
apunta a dos supuestos básicos: 
reflexividad: os actores sociales no son
radicalmente ajenos a los otros, sus
actuaciones respectivas se articulan entre sí.
Es necesario que el individuo pueda
contemplarse como objeto para los demás.
Actividad en la construcción del conocimiento:
el conocimiento se construye a través de la
intervención concreta con las cosas. Esta
intervención
proporciona un fedback, o una
 nformación en retorno. El conocimiento social
no se adquiere si no es a través de la
propia actividad desplegada por el sujeto en el
transcurso de las interacciones sociales. Idea
que apunta a una concepción del ser humana
en términos de agente activo.
Cestructuración activa de la realidad: el actor
selecciona, comprueba, suspende, reagrupa y
transforma los significados a la luz de la
situación en la que se halla y en función de la
orientación de su acción. La
construcción de significado resulta de un
proceso de negociación interpersonal a
través del cual se va perfilando el significado
compartido de la situación. El significado no
está en las cosas, sino que se construye en la
interacción a través de una negociación activa
Epílogo
La americanización de la psicología social ha tenido un impacto esencialmente reduccionista sobre la disciplina.
Este proceso reduccionista ha afectado simultáneamente:
 al campo sustantivos de los fenómenos abarcados por la psicología social 
 a la fundamentación epistemológica de la disciplina
 a su apertura interdisciplinar
 a las raíces históricas y a la pluralidad cultural de la psicología social
 al propio concepto de lo ‘social’
 al ámbito de las metodologías disponibles
a. Reducción del campo sustantivo de la psicología social
Aunque la psicología social naciera como disciplina intersticial entre la psicología y la sociología, esto no
implicaba en absoluto que sus unidades de análisis tuvieran que ser de un tamaño intermedio entre las unidades
de la psicología y las de la sociología; ni tampoco que los fenómenos por tal disciplina estudiados tuvieran que
ser fenómenos residuales en el sentido de no pertenecer ni al campo de la psicología ni al de la sociología. Sin
embargo, la tónica dominante en psicología social consistió en ceñir el alcance de la disciplina a los estrictos
límites marcados por una situación de la disciplina intersticial. La psicología social redujo paulatinamente su
ángulo de miras hasta hacerlo coincidir prácticamente con el impacto de los factores sociales sobre el individuo.
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
Se individualizó lo social y se desocializólo individual legitimando una insostenible dicotomía entre individuo y
sociedad.
b. Reducción de la fundamentación epistemológica → La psicología social se constituyó en un
rico contexto de tensiones epistemológicas. Pero dicho horizonte se fue restringiendo hasta dejar en posición de
predominio casi hegemónico la racionalidad analítica del empiricismo positivista. El interés por el control y la
predicción copaba la delantera de la escena excluyendo prácticamente el interés por la comprensión y la
emancipación.
c. Reducción de la apertura interdisciplinar → El diálogo se fue convirtiendo casi en un solo
exclusivo con la psicología general. Se perdió de esta forma la posibilidad de que la psicología social se
enriqueciera con perspectivas más diversificadas y más amplias, y también la posibilidad de que la psicología
social incidiera a su vez sobre los conocimientos producidos desde otras perspectivas.
d. Reducción del trasfondo histórico y del pluralismo cultural de la psicología social → Durante
varias décadas la psicología social sólo existió en suelo norteamericano, lo cual tuvo dos consecuencias: primero,
limitar el caudal de formulaciones teóricas, reduciéndolo a aportaciones americanas de principios de siglo. Tales
restricciones sólo podían tener efectos empobrecedores, la constitución propiamente disciplinar de la psicología
social apenas trascendía los límites de la tradición norteamericana. Segundo, al desarrollarse esencialmente en
Estados Unidos, la psicología social se convirtió en una disciplina hecha a la medida de los problemas de las
características de la sociedad norteamericana, perdiendo, aquí también, oportunidades de diversificar sus
producciones teóricas.
e. Reducción del propio concepto de lo ‘social’ → La amplia y diversificada dimensión social de
los fenómenos humanos tendió a equipararse con objetos concretos cuyas características pudieran ser
manipuladas con el rigor de una ciencia basada en el ‘control y la predicción’. Así, lo ‘social’ se limitó a designar
simplemente a los “demás”, es decir, a otros congéneres puestos en relación ‘real o imaginada’ con el individuo
estudiado.
f. Reducción metodológica → La reducción epistemológica trajo como consecuencia el hecho de
que casi todos los sistemas de incentivación articulados por la disciplina para “recompensar” a sus miembros,
descansaran sobre la realización de investigaciones experimentales. Promociones académicas, recursos para la
investigación, reconocimientos institucionales; eran función esencialmente de las investigaciones publicadas y las
revistas sólo aceptaban textos con resultados estadísticamente significativos. De esta forma, el método
experimental tendió a constituirse como el método de validación cuasiexclusivo de los conocimientos
psicosociales.
En definitiva, la configuración contemporánea de la psicología social se realizó a través de una serie de
reducciones que dejaban al margen de la disciplina muchas otras opciones teóricas y procedimientos prácticos.
Se ha manifestado una clara tendencia a superar esos reduccionismos y a abrir la psicología social a horizontes
más plurales en todos los aspectos mencionados. La diversidad de perspectivas y planteamientos solo puede
contribuir a enriquecer nuestro conocimiento social.
Dentro de un marco plural cada investigador puede desarrollar sus propias opciones y situarse en la
orientación precisa que le parezca más convincente.
Las vías más provechosas para la disciplina pasan por tres cuestiones esenciales:
- la reformulación de lo “social”
- la redefinición de los supuestos epistemológicos
- la necesaria integración de las principales aportaciones del pensamiento contemporáneo
a. La reformulación de lo social 
La dimensión social no puede definirse en términos de una tipología de objetos. No es la naturaleza del
objeto sino el tipo de relación en que está prendido quien quien le confiere su dimensión social.
Lo “social” posee una consustancialidad con lo simbólico. No aparece hasta el momento en que se
constituye un mundo de significados compartidos entre varias personas. Es este fondo común de significaciones
el que permite investir a los objetos con una serie de propiedades que no poseen de por sí, sino que son
construidas conjuntamente a través de la comunicación y que se sitúan por lo tanto en la esfera de los signos. Lo
“social” es distinto de lo colectivo e incluso de las relaciones interindividuales y de las actuaciones conjuntas.
Por su vinculación con la dimensión simbólica y con la construcción y circulación de significados,
cualquier cosa que denominemos “social” está íntima y necesariamente relacionado con el lenguaje y con la
cultura.
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
Lo “social” sólo existe en el marco y por medio de la intersubjetividad. Nada es social si no es instituido
como tal en el mundo de significados comunes propio de la colectividad de seres humanos.
Lo “social” no radica en las personas, ni tampoco fuera de ellas, sino que se ubica precisamente entre las
personas, en el espacio de significados del que participan o que construyen conjuntamente.
 Lo “social” se construye efectivamente en la interacción entre las personas. La interacción de lo que
surge lo social se articula en torno a una serie de prácticas muy concretas, entre las cuales figura la comunicación
en un lugar privilegiado. El propio lenguaje conlleva una serie de preinterpretaciones constitutivas. Los
significados elaborados en el espacio intersubjetivo no son ni mucho menos independientes del bagaje
acumulado a través de la historia de la colectividad a la que pertenecen las personas.
El ser humano se construye como agente social. Las personas son seres sociales independientemente de
la forma en la que se las trate. El ser biológico empieza a constituirse como ser social en el preciso momento en
que viene al mundo, y esta construcción se prosigue precisamente a través de la comunicación que establece con
los demás y a través de su participación en el espacio de la intersubjetividad. Lo social no es algo que “incide
sobre” la persona o que la “condicione” de alguna forma, sino que es la sustancia misma con la que esa persona
está constituida como tal persona. El individuo, cuando lo reconocemos como persona es, esencialmente, una
entidad socialmente construida.
El individuo se construye como realidad social gracias a la reflexividad y mediante su participación en la
construcción de la intersubjetividad. El individuo es intrínsecamente un objeto social, y sería absurdo separar
individuo y sociedad como si se trataran de objetos distintos. Desde esta concepción de lo social, las estructuras
sociales tan sólo existen a través de su continua producción por parte de los individuos a través de las prácticas
que desarrollan y de los significados que construyen, y los individuos sólo existen a través de su participación en
las estructuras sociales. 
Son muchas las implicaciones que esta ampliación tiene para la psicología social. El lenguaje, la comunicación y
las actividades simbólicas adquieren un estatus particular en las prioridades de investigación. El interés por el
lenguaje implica así también conceder una importancia particular al enfoque histórico de la cultura de los
pueblos, e implica, a nivel metodológico prestar especial atención a los aportes de la hermenéutica. El campo de
la psicología social se extiende mucho más allá de lo individual, para abarcar las prácticas sociales, la
intersubjetividad, la construcción de los significados sociales y la continua reproducción y transformación de las
estructuras sociales a través de las prácticas sociales individuales y colectivas. La difuminación de la dicotomía
individuo/sociedad obliga a la consideración simultánea de varios niveles de realidad. El hecho de que lo social
sea obra de los seres humanos y resulte de sus propias actividades deconstrucción le otorga un estatus
particular en cuanto a objeto de conocimiento.
b. La redefinición de los supuestos epistemológicos 
Además de considerar que el interés por el control y la predicción no debería primar sobre otros intereses, como
por ejemplo el de la comprensión, entiendo que la concepción verificacionista del conocimiento y la teoría de la
verdad como correspondencia con la realidad han dejado de constituir un punto de referencia legítimo para la
investigación científica. Frente a la epistemología neopositivista es preciso recoger las aportaciones de la nueva
filosofía de la ciencia y los aspectos más interesantes de esas dos epistemologías contrapuestas, que son el
realismo y el neopragmatismo. 
Realismo: resulta provechoso conservar la idea de que los fenómenos que observamos obedecen a causas que
radican en las estructuras de la realidad, y están conectadas con sus efectos mediante relaciones necesarias. La
realidad que describimos existe con independencia de nuestras descripciones, aunque sólo pueda ser conocida
bajo descripciones particulares. El realismo es compatible además con la idea de que las causas pueden no
producir necesariamente sus efectos porque, por ejemplo, se ven neutralizadas con otras causas que actúan en
la estructura de la realidad. El realismo permite rehabilitar de esta forma el concepto de causas sociales e impide
que se disuelva la realidad de las estructuras sociales en el nivel fenomenológico de su percepción.
Neopragmatismo: resulta provechoso retener su anticartesianismo y la negación de la dicotomía entre espacio
mental “interior” y realidad “exterior”, así como su antiesencialismo. Es preciso retener también su rechazo a
todo fundamentalismo epistemológico. Es preciso aceptar su crítica del conocimiento como espejo de la realidad
y su concepción construccionista del conocimiento científico. Se pueden considerar válidas también tanto su
crítica de la epistemología, y la correspondiente sugerencia de sustituirla por una sociología de la ciencia, así
como su consideración del diálogo racional. 
La reconceptualización de la ciencia como producto y práctica social orienta la atención hacia los
ineludibles efectos sociales que el diálogo científico ejerce sobre la conformación misma de la sociedad. Los
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
conceptos y el lenguaje científico, sobre todo los que se elaboran en las ciencias sociales, infiltran el lenguaje del
sentido común engendrando nuevas formas de concebir el mundo social y el propio ser social. Esto plantea la
necesidad de considerar la psicología social no sólo en términos de su “objeto”, sino también de sus “objetivos”:
asumir el objetivo de la psicología social, reconocer el sujeto, tiene sendas implicaciones prácticas y teóricas que
van desde el moverse en la cotidianeidad, hasta aceptar las escalas de valores como ingredientes contextuales de
toda situación. 
La psicología social es científica si enfatizamos el aspecto de conocimiento organizado con la función de
producir interpretaciones sistematizadas de su campo de estudio. Como conocimiento fundamentado
socialmente, produce interpretaciones que alteran necesariamente, y en mayor o menor grado, la propia
organización social. Como psicólogos sociales somos personas que se proponen de modo riguroso hacer
transparentes ciertos procesos del vivir cotidiano que no aparecen con claridad a primera vista.
La reinserción teóricopráctica del conocimiento científico en el seno de la sociedad reinserta también ese
tipo de conocimiento en el contexto más amplio del conocimiento humano, difuminando de esta forma la tajante
ruptura epistemológica introducida por el neopositivismo. El conocimiento científico vuelve a compartir muchas
de sus características con el conocimiento elaborado por las propias personas en el transcurso de sus prácticas
cotidianas.
Ibañez, T. y Domenech, M. La psicología social como crítica
En los años ’70 Gergen apostaba por una comprensión de la realidad social en la que los mismos fenómenos
estudiados son transformados por el desarrollo sociohistórico.
Así como que los mismos conocimientos elaborados por los científicos constituyen un factor de cambio de los
fenómenos psicosociales.
La crisis producida en los años ’70 y ’80, con sus convulsiones metateóricas y metodológicas, tuvo lugar bajo un
efecto retardado de la crisis con el paradigma epistemológico en el cual se asentaba la psicología social: el
positivismo. A partir de la crisis surgían dos alternativas: Continuar dentro de la corriente dominante, la
Psicología social como ciencia Positivista Abrir paso a una nueva corriente, la Psicología social como crítica
Pareciera que la psicología social como crítica sólo se limitara a desmantelar las creencias de la otra corriente sin
aportar nada original. Sin embargo, hay una propuesta alternativa, ya que la o deconstrucción de algo, siempre
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
implica reconstrucción.
Psicología social positivista Psicología social como crítica
Los objetos existen con independencia del
sujeto, la realidad existe como algo
independiente de la acción humana
El error aquí está en creer que estamos comparando la
realidad por una parte, y la representación de la realidad
por otra. En realidad sólo estamos comparando entre sí
dos representaciones de la misma realidad: la que nos
ofrecen nuestros ojos al ver al objeto real y el objeto
representado
Plantea una concepción representacionista
del conocimiento: sólo es válido en la medida
en que representa el objeto.
El error aquí está en creer que estamos
comparando la realidad por una parte, y la
representación de la realidad por otra.
En realidad sólo estamos comparando entre sí
dos representaciones de la misma realidad: la
que nos ofrecen nuestros ojos al ver al objeto
real y el objeto representado.
Método cuantitativo Método cualitativo, que permite atender los
significados intersubjetivos situados y
construidos que se dan en la interacción
humana
El método es lo que debe hacer posible que las
condiciones de producción del conocimiento
científico no determinen ese conocimiento. El
resultado no debe estar determinado ni por las
características del instrumento, ni por el
momento sociohistórico, ni por el sujeto productor de
conocimientos (debe ser un proceso sin sujeto, desde
ningún lugar, ahistórico y asocial).
 Requiere como garantía, además, la contrastabilidad
empírica de los resultados que
genera.
No puede pasar por alto las diferentes prácticas
sociales y culturales de producción de conocimientos.
El conocimiento es relativo. Relativo a unas prácticas, a un
contexto sociohistórico y cultural y a los intereses
cintíficos. Lo que supone rechazar todo principio
trascendental, cualquier principio no tiene otro
origen que nosotros mismos en tanto seres sociales y
culturales
El proceso de sustracción de la cuestión de la
verdad del dominio público, tiene como
consecuencia la ocultación de la implicación de
lo político en la producción de la verdad. Para
esta disciplina la ciencia debe estar alejada de lo
político
Desde la psicología social no se cree en la
verdad debido a su carácter absoluto. Ella debe
trascender el carácter cambiante de la
subjetividad humana.
Postula la necesidad de considerar la dimensión
política de la disciplina.
El psicólogo social debe asumir el carácter de
agente político al producir conocimientos sobre
la realidad social
Al negar lo político, se afirma como individualista
y psicologista.
Debe abarcar las prácticas sociales, la
intersubjetividad, la construcción de los
significados sociales y la reproducción y
transformación de las estructuras sociales.
Es transdisciplinaria (de naturaleza híbrida):
integra planteamientos propios de disciplinas
como sociología, psicología, antropología,
historia, ciencias naturales
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
Montero, M. Un paradigma para la psicología social. Reflexionesdesde el quehacer en
América Latina
I. La noción de paradigma
Definir que es un paradigma no ha sido tarea sencilla debido a su pluralidad de significados. Kuhn es
responsable de introducir al menos tres tipos de significados para la noción de paradigma: el paradigma como
una unidad metafísicofilosófica; el paradigma como una entidad de tipo sociológico, y el paradigma como
artefacto o construcción de carácter más bien concreto. Para este autor un paradigma es “una o más
realizaciones científicas… que una comunidad científica particular reconoce durante cierto tiempo como
fundamento para su práctica posterior…”. Además, un paradigma establece los criterios para la elaboración de
las herramientas apropiadas para resolver rompecabezas disciplinarios. Es una realización científica concreta que
como foco de entrega profesional es anterior a los diversos conceptos, leyes, teorías y puntos de vista que
pueden abstraerse de ella.
Por otra parte, para Mumné los paradigmas en psicología social específicamente derivan de modelos del
hombre, lo cuales se ubican a su vez en las concepciones de la ciencia o metaparadigmas, cuyo referente último
es el ámbito disciplinario entendido como un marco epistemológico sustantivo.
Para Mumné, un paradigma es un conjunto coherente y relativamente autónomo de premisas referentes
a un determinado modelo del hombre, que proporciona un fundamento a diferentes teorías de alcance medio, y
eventualmente a varios marcos simplemente teóricos. Estas teorías o marcos,
obtienen su pleno sentido al tomar explícita o implícitamente dicho modelo como fuente última de significado.
Lo propio del paradigma será su carácter fundamentante, su condición de modelo organizador y suministrador
de una orientación epistemológica, un producto histórico en cuanto es
acumulativo. La posición de Mumné nos parece más clara de la de Kuhn, que no deja de representar un punto de
vista, que al partir de modelos de las ciencias naturales, continúa sesgando la perspectiva de las ciencias
humanas y sociales.
Entenderemos entonces como paradigma un modelo constituido por un conjunto sistemático de ideas
que presenta relaciones e interpretaciones acerca de la actividad humana, de sus productores, de su génesis, de
sus efectos sobre los seres humanos y sobre la sociedad, señalando modos preferentes de hacer para conocerlos.
II. El paradigma dominante en la psicología
La psicología encuentra un panorama paradigmático en el cual las ciencias naturales en virtud de un
método (hipotéticodeductivo) ya sistematizado habían establecido modelos de interpretación y conocimiento de
la naturaleza. La posición intermedia de la psicología la llevaban a adoptar por un parte, el modelo o paradigma
metodológico de las ciencias naturales, y por otra, a adoptar simultáneamente modelos o paradigmas de
explicación de la actividad humana provenientes del campo de la filosofía, ligadas sin embargo a corrientes
filosóficas y sociológicas. Para lograr la aplicación práctica de las segundas, su traducción en adquisición de
conocimientos, faltaba crear los modelos procedimentales, los artefactos, las construcciones metodológicas
adecuadas a ellos. Lo cual contrastaba con la productividad y eficiencia del modelo hipotéticodeductivo y con la
noción o paradigma de ciencia ligada a él.
Ese modelo será definitivamente adoptado por la psicología como paradigma de ciencia y campeará en la
disciplina haciendo sentir de manera dominante su influencia, hasta principios de la década de los ’70 ’80,
cuando se comienzan a sentir los atisbos de malestar e inconformidad, ya que la visión del ser humano y las vías
para estudiarlo son insuficientes. Un ejemplo fue el artículo publicado por Gergen sobre la Psicología social como
historia (1973).
El paradigma que dominado en la psicología se caracteriza de la siguiente manera:
1. Predominio del método hipotéticodeductivo (científico por excelencia), con la tendencia a
descalificar como ilegítimas a otras vías metodológicas. 
2. Atemporalidad, predominio de estudios sincrónicos. Carácter histórico de hechos y fenómenos
como no científico.
3. Modelo metodológico experimentalista predominante. Las reglas relativas al control de
variables (que expresan dominio del investigador sobre la situación experimental) son vistas como condiciones
ideales y la vía más adecuada, segura, objetiva, válida, confiable para producir conocimiento.
4. Clara separación entre el investigador y el sujeto de conocimiento. Investigador: activo,
controla, dirige, conoce los objetos y fines, inicia y finaliza la acción investigativa, que previamente ha
seleccionado o diseñado, sabe, es un experto, busca el conocimiento. Sobre el objeto de investigación: se ejercen
influencias, es sometido a la acción de determinadas variables, de él se extraen u obtienen respuestas, acciones,
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reacciones; es pasivo y manipulable.
5. Los fenómenos psicosociales se rigen por procesos causales que actúan seleccionando
pautas de comportamiento de acuerdo con sus consecuencias.
6. Se reconoce la existencia de fuerzas sociales antagónicas, pero se supone una tendencia
teleológica: la necesidad de mantener un estado, de alcanzar un fin. Un postulado de este modelo puede
expresarse diciendo que conocido un fenómeno de él pueden deducirse sus causas. No hay necesidad de
introducir la dimensión histórica.
La inconformidad con este paradigma se venía haciendo sentir desde la década del ‘70. Aludimos a las
voces críticas dirigidas contra los postulados mismos del paradigma, contra una forma de ver la ciencia, de hacer
ciencia y de interpretar a los seres humanos en relación con su ambiente. El surgimiento de la psicología
comunitaria latinoamericana es un buen ejemplo. Esta rama de la psicología se inicia en los ’70 en varios países
latinoamericanos. Otro tanto va a suceder con la psicología política, en la cual se da una evolución del paradigma
dominante a un paradigma coincidente con el que venía desarrollando la psicología comunitaria. La crisis de la
psicología social pro fin da frutos en el sentido de estructurar un nuevo paradigma
III. El paradigma emergente
El paradigma que se ha venido construyendo durante las últimas décadas está constituido por los
siguientes postulados:
1. Carácter histórico de la psicología. Su objeto de estudio debe ser ubicado en el devenir, y está
constituido por hechos cultural y espacialmente anclados. Los fenómenos psicosociales se dan en realidades
específicas, teoría y método deben relacionarse con los cambios socioculturales. Lo que supone:
a. la impredictibilidad de la conducta humana. Ya el hecho ocurrió y mientras se lo estudia, otras cosas
están ocurriendo, la situación se está transformando, es otra.
b. no se puede hablar de verdad. La psicología busca el conocimiento y este es histórico y transitorio.
2. La realidad social como orientadora fundamental de los estudios psicológicos, lo que indica
que:
a. la realidad es una construcción cotidiana.
b. la realidad social debe ser entendida desde una perspectiva dialéctica. Persona y sociedad se
construyen mutuamente. 
C. la naturaleza de la realidad social supone un carácter simbólico. Se construye subjetivamente, se
comunica y por ende el producto es una realidad construida intersubjetivamente.
d. la psicología debe tomar en cuenta la realidad en la que se hace; tomar en cuenta la estructura
económica y social y sus efectos en la formación del ser social; ubicar la conducta en su contexto social.
3. La psicología no es una ciencia objetiva a la manera de las ciencias naturales ya que su objeto
es diferente sus paradigmas provienen de modelos del hombre y no de modelos del mundo:
a. El método de la psicología debe apartarse de los cánones dictados para las ciencias naturales en la
medida en que estos pasan a constituirseen estructuras limitantes, y no asumir como modelo fundamental el
experimento. El método sigue el objeto y no viceversa, por lo cualdebe ser generado en función de la realidad
estudiada.
b. No existe neutralidad ni en el modo de producción de conocimiento ni en los resultados que produce.
c. Se abre la posibilidad y se reconoce la necesidad de producir métodos alternativos (investigación,
acción participativa, técnicas cualitativas, análisis de discurso…)
d. Se reconoce un nuevo rol para el psicólogo: el de agente y facilitador del cambio social, lo cual supone
una toma de consciencia de su inserción social y de los intereses históricos a los que sirve.
4. Los seres humanos poseen un carácter activo: son actores y constructores de su realidad. Por l
tanto:
a. Quienes van a ser estudiados deben participar en la formulación de los objetivos de la investigación,
así como poder hacerlo en otras fases de la investigación.
b. Los sujetos de la investigación tienen derecho a conocer los resultados en tanto que coproductores del
conocimiento.
c. Se debe incluir la autogestión y participación en los modelos metodológicos.
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d. La investigación psicosocial tiene dos sujetos: uno investigador externo y otro investigador-
investigado, interno, proveniente de la situación investigada. Debe darse una relación horizontal, ambos poseen
conocimientos que deben ser objetos de intercambio.
5. Incluir en el estudio psicológico el punto de vista de los oprimidos, no hacer psicología
únicamente de la perspectiva del hombre promedio:
a. Los resultados de la investigación deben ser evaluados en función de sus efectos sobre la realidad y no
en función de lo que manifiestan sus realizadores.
b. La investigación está mediada por significados compartidos socialmente y construidos culturalmente.
c. El estudio de las formas de consciencia y saber popular es parte del objeto de la psicología social
d. La psicología puede y debe incluir en su objeto formas de intervención psicosocial que tiendan a
fortalecer, rescatar y potenciar las virtudes y potencialidades de los desfavorecidos.
6. El conflicto es parte de la acción humana, su estudio debe estar incluido en el objeto de la
psicología:
a. Inclusión del estudio de la rebeldía y desviación
b. No privilegiar la normalidad
c. Reconocer e incluir en las teorías el interés político y la resistencia que se dan fuera de la psicología.
7. Importancia del estudio psicológico de la ideología como fenómeno humano y producto
psicosocial, en el cual el individuo es sujeto tanto activo cuanto pasivo.
8. Necesidad de estudiar el cambio social en tanto producto de grupos y comunidades.
9. La psicología debe trabajar porque sus objetos de estudio, seres humanos, adquieran consciencia y control
sobre sus vidas y circunstancias vitales. Estudiar los procesos mediante los cuales las victimas pueden devenir
dueños de su destino.
10. Inclusión de los estudios sobre individuos y vida cotidiana:
a. Se reconoce el carácter generador de conocimiento del sentido común.
b. Los hallazgos y teorías de la psicología contienen, al igual que el sentido común, datos contradictorios
y conflictivos.
11. Carácter engañoso de la percepción, la cual se organiza dentro de interpretaciones mediadas
y mantenidas por el lenguaje.
12. Rechazo a la noción de progreso como elemento básico del paradigma de la psicología.
IV. Evolución, erosión y cambio de paradigmas
Cuando Kuhn hablaba de cambio de paradigma lo equiparaba a una conversión, interpretando ese
fenómeno de una manera que a nuestro parecer recuerda las “iluminaciones” religiosas. En tal sentido, no habría
revolución, ocurriría todo de una sola vez, y el nuevo paradigma emergería también completo, “todo de una vez”.
La propia lectura de Kuhn nos lleva a considerar que su tesis no puede explicar el panorama paradigmático de la
disciplina que nos concierne.
Si analizamos las características del paradigma emergente, podemos observar que algunas de ellas se
inician o tienen su fundamento inicial por lo menos treinta o cuarenta años atrás. Surgen ante la dificultad o
incapacidad del paradigma dominante para explicar satisfactoriamente ciertos fenómenos bajo estudio, porque
los modelos teóricos quedan cortos, porque los modelos metodológicos no permiten asir el fenómeno a
investigar, o porque ambos conjuntamente son insuficientes. Un buen ejemplo es el de lo que hoy llamamos
Investigación-Acción Participativa o participante o participatoria. La InvestigaciónAcción tiene sus inicios en uno
de los últimos trabajos de Kurt Lewin, es el primer planteamiento de un modelo metodológico de acuerdo con el
cual su autor quería corregir la separación entre proceso de investigación, resultados e incidencia de éstos sobre
el fenómeno o situación estudiada. Entre formulación del problema y aplicación final un buen lapso puede haber
transcurrido, y como la sociedad e individuos que la crean son dinámicos, la aplicación se hace en un ambiente,
grupo o fenómeno que ya es otro, reduciéndose o desapareciendo la efectividad y aún la utilidad esperada. A
Lewin no se le escapó tal brecha entre estudio y acción y propuso hacer investigación acción. Un procedimiento
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en el cual se fuese interviniendo a medida que se fuese investigando, acortando así la distancia.
Durante los años ’60 y ’70 son muchos los trabajos que se realizan con el modelo de investigación acción
cada vez más rico y más preciso. Para entonces ya la psicología ha empezado a incorporarlo. Los aires de un
nuevo modelo que se había venido gestando en las ciencias afines llegaban en un momento en que la psicología,
por lo menos en una de sus ramas, la social, se sentía incómoda, insatisfecha, a disgusto con el paradigma
dominante. Pero es sólo en los ’80 cuando el elemento participativo es incorporado. El paradigma metodológico
dominante coexiste en perfecta salud con este nuevo, emergente, si bien en pie de guerra.
El proceso de evolución de las ciencias heréticas o disidentes o innovadoras; el proceso de lucha entre
paradigmas rivales; la existencia de vías paralelas; la propia ignorancia entre los grupos que propician el
cambio dentro de la comunidad científica de que se trata de un modelo nuevo; así como sus vacilaciones, su
búsqueda por vías falsas y calles ciegas, antes de encontrar el camino que lleva con seguridad a la estructuración
de un nuevo paradigma; la aceptación de un nuevo modo de ver las cosas como ciencia legítima; la erosión o
desgaste explicativo del paradigma dominante: llegado a un punto el modelo ya no puede explicar ciertas áreas,
acceder a nuevas perspectivas.
La psicología social y, en particular, la psicología comunitaria y la psicología política demuestran cómo formas
alternativas vienen coexistiendo aún bajo la férula de un paradigma dominante. Hablemos pues de erosión,
agotamiento y cambio, no de revolución; pero aceptemos también la crisis y aun saludemos su existencia y
reconocimiento como problema, de la consciencia de ella, de sentirla es que no sólo surgen nuevas ideas, nuevos
problemas, sino que los modelos emergentes obtienen reconocimiento.
Moscovici, S. Introducción: el campo de la psicología social
A. Qué es la psicología social?
a. Todos aceptamos como algo indiscutible que individuo y sociedad estén separados, que cada uno sea
autónomo y posea una realidad propia. Esto significa que podemos conocer uno sin conocer el otro como si se
tratasen de dos mundos extraños entre sí. Nos hemos acostumbrado al tratado de partición que concede el
individuo a la psicología y la sociedad a la economía o a la sociología.
Pero resulta banal reconocer que el individuo sólo existe dentro de la red social y que toda sociedad se compone
de una multitud de individuos diversos. Cuando decimos: existe el individuo y existe la sociedad, dejamos a un
lado la experiencia compartida por casi todo el mundo. Dicha partición tiene un sentido, ocultauna realidad
primera: la oposición entre individuo y sociedad, la feroz batalla que libran desde tiempos inmemoriales lo
personal y lo colectivo. Si la psicología social tiene una razón de ser en tanto que ciencia y un leitmotiv que le sea
propio, es ahí donde lo encontraremos. La psicología social se ha ocupado y lo sigue haciendo, de un solo y único
problema: por qué se produce el conflicto entre individuo y sociedad? Siempre que la psicología social olvida
este problema, pierde su personalidad, convirtiéndose incluso en un apéndice, inútil de otra ciencia.
b. Una primera fórmula: la psicología social es la ciencia del conflicto entre individuo y la sociedad. De la
sociedad externa y de la sociedad que lleva dentro. La resistencia a las presiones conformistas de la mayoría, la
oposición entre un líder y su grupo, las desviaciones con respecto a la ortodoxia, las discusiones dentro de un
grupo a fin de llegar a una decisión, la captación de un individuo por la masa son ejemplos de dicho conflicto. 
Yo formularía, escribía en 1970, como objeto central, exclusivo de la psicosociología, todos los
fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenados según su génesis, su estructura y su
función. 
En cuanto a los primeros, sabemos que consisten en sistemas de representaciones y de actitudes.
Expresan una representación social que individuos y grupos se forman para actuar y comunicar. Son estas
representaciones las que dan forma a esta realidad mitad física y mitad imaginaria que es la realidad social. En
cuanto a los fenómenos de la comunicación social, estos designan los intercambios de mensajes lingüísticos y no
lingüísticos entre individuos y grupos. Se encargan de transmitir una información determinada e influir sobre los
demás. Incluye tanto los fenómenos de masas de influencia colectiva como los procesos puramente lingüísticos y
los hechos semánticos. También se relaciona con los signos que circulan en la sociedad.
Disponemos entonces de una segunda fórmula: la psicología es la ciencia de los fenómenos de la
ideología (cogniciones y representaciones sociales) y de los fenómenos de comunicación.
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B. La visión psicosocial
a. Ningún límite preciso separa la psicología social de otros campos de la psicología. Tampoco hay
frontera precisa entre la psicología social y la antropología. Cómo se distingue la psicología social de estas
disciplinas? Nuestra disciplina no se distingue tanto por su territorio como por el enfoque que le es propio. Esto
es lo que practicantes, investigadores y estudiantes aprenden durante su trabajo. Es una manera de observar los
fenómenos y las relaciones. En este sentido podemos afirmar que existe una visión psicosocial.
El psicólogo y el sociólogo utilizan por lo general una clave de lectura binaria. Que corresponde a la
separación entre el sujeto y el objeto, que son dados y definidos independientemente uno del otro. El
psicólogo pone de un lado el “ego” (el individuo, el organismo) y del otro, el “objeto”. Por lo que el
esquema de relación queda así:
En sociología la diferencia radica en que el sujeto ya no es un individuo, sino una colectividad (el grupo, la clase
social, el Estado). Por lo que se refiere al objeto, este también posee un valor social, representando un interés o
una institución. El objeto a veces está constituido por otras personas, por otros grupos. Nos encontramos ante
un sujeto y un objeto diferenciados por criterios económicos o políticos, éticos o históricos:
b. No obstante, existe una visión psicosocial que se traduce en una lectura ternaria de los hechos y relaciones. Su
particularidad consiste en sustituir la relación a dos términos, entre sujeto y objeto, por una relación en clave de
tres términos: sujeto individual – sujeto social – objeto. O de otra manera: Ego – Alter – Objeto:
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Esta relación de sujeto a sujeto en su relación con el objeto puede concebirse de manera estática o
dinámica, o sea, puede corresponder a una simple copresencia o a una interacción que se traduce en
modificaciones que afectan el pensamiento y el comportamiento de cada individuo. Dos mecanismos que
ilustran perfectamente esa distinción: la facilitación social y la influencia social. La primera consiste en que la
simple presencia de un individuo o de un grupo haga que un individuo prefiera o aprenda con mayor facilidad las
respuestas más familiares y las menos originales. El individuo expresa o retiene las respuestas dominantes,
comunes a todos. La influencia social consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de
un grupo adopte las opiniones y conductas de dicha autoridad o grupo.
Nos encontramos ya sea ante otro similar, un alter ego, ya sea ante otro diferente, un alter sin más.
Dependiendo de que se trate del primero o del segundo, consideramos fenómenos distintos. Las corrientes
teóricas y de investigación se oponen según su concepción de este “alter”. La mayoría de las investigaciones
sobre los grupos tienden a concebir a éste como un “alter ego” similar al “ego”. En los estudios sobre
conformidad se manifiesta en los individuos una tendencia a compararse a alguien semejante o a alguien a quien
nos gustaría parecernos. Los desviados en especial, que en principio carecen de opiniones y posiciones propias,
intentarían juzgar sus opiniones y conductas en función de la mayoría de los individuos que encarnan el poder. Y
se conforman para parecerse a esos alter egos privilegiados. Otras corrientes de investigación consideran un alter
sin más, marcado por una diferencia precisa. Me refiero a las investigaciones sobre la innovación donde la
minoría, el individuo, expresan una opinión y un juicio que le son propios. Están confrontados a una mayoría o a
una autoridad que tiene sus propias opiniones y sus propios juicios, y que representan la norma o la ortodoxia.
Lo que intentan estas minorías o estos individuos es hacerse reconocer una identidad particular y una diferencia
evidente. Los dos mecanismos psicosociales fundamentales, el de
comparación social y el de reconocimiento social, corresponden a dos maneras de percibir al otro en el campo
psicosocial.
El desplazamiento operado implica pasar de una concepción binaria de las relaciones humanas, tan
extendida, a una concepción ternaria, que, por ser más compleja, no es menos rica. Esta visión la encontramos
concretada en las prácticas de la psicología social se trata de prácticas de observación directa de relaciones o
gestos, de reacciones afectivas o simbólicas de los individuos entre ellos en una situación precisa.
c. Obstáculos epistemológicos para alguien que desee dedicarse a la investigación y práctica de la psicología
social:
 El primero, consiste en la opinión bastante difundida según la cual hay que agregar un suplemento
espiritual a los fenómenos sociales. Se debe explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad
objetiva. Por realidad objetiva debemos comprender la realidad económica y social. Se comienza por analizar los
diversos aspectos del sujeto colectivo; constatamos las diferencias con respecto a lo que debería pensar o hacer
ese sujeto colectivo si obedeciera a los amplios determinismos económicos o sociales; para dar cuenta de estas
diferencias se invocan factores subjetivos; entonces nos volvemos hacia la psicología social y le pedimos que
comprenda lo que “la gente piensa y siente” y mida sus efectos.
El segundo obstáculo guarda una simetría perfecta con el primero. La psicología estudia una suma
impresionante de fenómenos, pero los estudia en el individuo aislado, como si fuera autista. Encargamos a un
niño que complete una tarea o que rellene un test; concluimos que su evolución intelectual sigue efectivamente
la tarea de Piaget o de Bruner. Pedimos a un individuo adulto que aprenda una serie de frases de sentidonegativo o en sentido afirmativo; medimos el tiempo que necesita para aprenderlas; siguiendo la hipótesis,
constatamos que las frases negativas son aprendidas con mayor lentitud que las frases afirmativas.
Estos procedimientos son perfectamente legítimos. También sabemos y nos damos cuenta todos los días
en el laboratorio de que el individuo por estar aislado, no deja de pertenecer al grupo, a una clase social. Y sus
reacciones más anodinas son influenciadas por esta pertenencia. Haga lo que haga o tome las precauciones que
tome, la sociedad está ahí. Penetra en las habitaciones más aisladas del laboratorio y actúa sobre los aparatos
más sofisticados. 
El psicólogo se cree obligado a estudiar los mismos fenómenos en el seno de la sociedad, después de haberlos
estudiado en el vacío social. Encarga a la psicología social que añada una dimensión objetiva a los fenómenos
subjetivos, que vuelva a situar en el contexto de la sociedad aquello que ha sido analizado fuera de dicho
contexto. Vemos en la psicología social el medio de satisfacer una carencia: llenar al sujeto social de un mundo
interior, y resituar al sujeto individual en el mundo
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exterior, social. Así pues, su naturaleza sería sociológica para unos y psicológica para otros. Al mismo tiempo un
híbrido y una ciencia de residuos de cada una de las ciencias vecinas. Los obstáculos epistemológicos impiden ver
lo que esta ciencia tiene de propio. Esta imagen de híbrido no es la suya. El carácter original e incluso subversivo
de su enfoque, consiste en cuestionar la separación entre lo individual y lo colectivo, en contestar la partición
entre lo psíquico y lo social en los campos esenciales de la vida humana. Para Freud “la psicología individual tiene
por objeto al hombre aislado y que intenta saber por qué vías este trata de satisfacer sus influjos pulsionales,
pero al hacerlo, raramente está en condiciones de hacer abstracción del individuo tomado aisladamente, pues el
Otro interviene con gran frecuencia en tanto que modelo, apoyo y adversario, y por ello la psicología individual
es ante todo y simultáneamente una psicología social…”.
La psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales.
Este es el caso de las comunicaciones de masas, del lenguaje, de las influencias que ejercemos los unos sobre los
otros, de las imágenes y signos en general, de las representaciones sociales que compartimos. Siempre nos
encontraremos entre lo individual y lo colectivo solidarios, incluso, indiscernibles. La psicología social nos enseña
a observarlos de esta manera, permaneciendo fiel a su vocación entre las ciencias.
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PichónRivière, E. Aportaciones a la didáctica de la psicología social
El encuadre institucional
Caracterización de la escuela. La escuela de la psicología social se define como una institución centrada
en el aprendizaje y fundamentada en un esquema referencial, conceptual y operativo en el campo de la
psicología social.
El esquema conceptual referencial y operativo. Caracterizamos al ECRO como conjunto organizado de
nociones y conceptos generales, teóricos, referidos a un sector de lo real, a un universo del discurso, que permite
una aproximación instrumental al objeto particular concreto. Este ECRO y la didáctica que lo vehiculiza están
fundamentados en el método dialéctico. Este método es el que permite la producción del conocimiento de las
leyes que rigen la naturaleza, la
sociedad, el pensamiento, tres aspectos de lo real, comprometido en lo que denominamos “hombre
en situación”. Con dicho término intentamos conceptualizar un objeto de conocimiento, en una tarea
que reintegre lo fragmentado por un pensamiento disociante que oscurece las relaciones entre sujeto, naturaleza
y sociedad.
Psicología social. La psicología social a la que apuntamos se inscribe en una crítica a la vida cotidiana.
Abordamos al sujeto inmerso en sus relaciones cotidianas. La psicología social que postulamos tiene como
objeto de estudio el desarrollo y transformación de una relación dialéctica, la que se da entre estructura social y
fantasía inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad. La relación entre estructura social y
configuración del mundo interno del sujeto, relación que es abordada la noción de vínculo.
El ser humano es un ser de necesidades, que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo
determinan. El sujeto no es sólo un sujeto relacionado, es un sujeto producido en una praxis. No hay nada en él
que no sea resultante de la relación entre individuo, grupos y clases.
 El campo operacional privilegiado de la psicología social es el grupo, que permite la indagación del
interjuego entre lo psicosocial (grupo interno) y lo sociodinámico (grupo externo). El análisis de las formas de
interacción nos permite establecer hipótesis acerca de sus procesos determinantes. Valoramos la praxis porque
sólo ella introduce la inteligibilidad dialéctica en las relaciones sociales y restablece la coincidencia entre
representaciones y realidad.
El ECRO es un instrumento interdisciplinario, articula aportes de distintas disciplinas en la medida en
que resulten pertinentes en el esclarecimiento del objeto de estudio.
La didáctica. La didáctica que postulamos emerge del campo mismo de la psicología social.
Reformularemos una metodología para operar en el campo del aprendizaje a partir de las contribuciones que la
psicología social hace a la comprensión del proceso de aprendizaje. Didáctica es una estrategia destinada no sólo
a comunicar conocimientos (tarea informativa) sino básicamente a desarrollar aptitudes y modificar actitudes
(tarea formativa). La articulación de lo informativo y lo formativo se cumple en la construcción de un
instrumento: ECRO, que ubique al sujeto en el campo (lo referencial), le permita abordarlo a partir de elementos
conceptuales, comprenderlo y operar sobre él mediante las técnicas adecuadas. Esta situación en el campo y el
pensar y operar sobre él implica la necesidad no sólo de manejo teórico sino de la elaboración de las ansiedades
emergentes en toda situación de cambio.
Esta didáctica puede ser caracterizada como de núcleo básico, interdisciplinaria y grupal,
instrumental y operacional:
Núcleo básico. Que está constituido por esos conceptos universales y el aprendizaje va de lo
general a lo particular.
Interdisciplinaria y grupal. Lo interdisciplinario estaría dado por los aportes que de distintas disciplinas
 se integran en el ECRO. Estaría relacionado con el sentido de la búsqueda de mayor heterogeneidad posible, en
términos de edad, actividad, formación, sexo, en la composición de los grupos que deberán reelaborar la
información. A mayor heterogeneidad de los miembros, la cual es adquirida a través de la diferenciación de roles
desde los cuales cada miembro aporta al grupo su bagaje de experiencias y conocimientos y una mayor
heterogeneidad en la tarea lograda por sumación de la información, el grupo adquiere una productividad mayor
(aprendizaje).
El esquema referencial de cada uno y cada modelo interno se confrontan y modifican en la situación grupal,
configurándose a través de la tarea un nuevo esquema referencial que emerge de la producción del grupo.
Instrumental y operacional. Tomamos como punto de partida la ubicación del sujeto, su inserción en un
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campo específico (la situación grupal). Esto le permite vivir una experiencia de campo a la vez que lo dota
progresivamente de herramientas teóricas para comprender su propia inserción, las características del campo y
los recursos técnicos para operar sobre él. 
La noción de aprendizaje. Está sustentada por una didáctica que lo caracteriza como la apropiación
instrumental de la realidad, para modificarla. Se vincula íntimamente con el concepto de adaptación activa a la
realidad.Entendemos por adaptación activa, aprendizaje de lo real, la relación dialéctica mutuamente
modificante y enriquecedora entre sujeto y medio. Aprender es realizar una lectura de la realidad, una lectura
que implique capacidad de evaluación y creatividad (transformación de lo real). 
Esta concepción de aprendizaje como praxis, como relación dialéctica nos conduce a postular que el enseñar y el
aprender constituyen una unidad, que deben darse como proceso unitario, como continua y dialéctica
experiencia de aprendizaje.
Bibliografía complementaria: Correa de Jesús, N. y otros. Pasión inútil del Estado terapéutico
El Estado puede pensarse como productor y creador de superficies (o escenarios) de intimidad accesibles, a 
través de las cuales se hace posible la intervención en los procesos sociales tanto a nivel individual como 
colectivo. Las nociones de lo que constituye intimidad son parcialmente construidas por el Estado y en general 
por sus instituciones. Las instituciones del Estado fomentan que permanezcamos indiferentes ante la alienación 
de nuestras formas autóctonas de intimidad mediante la creación y producción de superficies (o escenarios) a 
través de los cuales las intervenciones estatales no sólo se hacen posibles, sino que aparentan ser legítimas o aún
deseadas.
La cacareada crisis de la psicología social es una crisis congénita que emerge de la naturaleza misma de 
su ubicación estructural en la interjección Estado-ciencia. La psicología social no puede
satisfacer la demanda social de la dominación. Antes que lamentarse por la crisis no resuelta de la psicología 
social, la reconocemos como una fisura en los intentos de normalización. Nos aunamos a la voz contemporánea 
de la postdisciplinariedad que rehúsa su funcionalidad en los proyectos de la dominación.
El Estado traza y reproduce en su propia estructura la división social del trabajo: relaciones jerarquizadas,
procesos centralizados y disciplinarios, determinados niveles de decisión y ejecución, delegación de autoridad y 
formas de distribución del saber. A la par con la acumulación ampliada del capital se transforman los mecanismos
del control social y la dominación. 
El Estado incorpora a la ciencia misma en la organización de su discurso. Pero no se trata sencillamente de una 
instrumentalización de la ciencia de su manipulación al servicio del capital. El
Estado propicia el desarrollo de una ciencia imbricada (solapada, cubierta) en los dispositivos del poder. El Estado
cuadricula la producción del trabajo intelectual mediante una serie de dispositivos que someten y estipendian 
(recompensan, retribuyen) al conjunto de intelectuales portadores y gestadores del poder. Dice Foucault: El 
papel del intelectual no es el de situarse ‘un poco en avance o un poco al margen’ para decir la muda verdad de 
todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento; en el 
orden del “saber”, de la “verdad”, de la “consciencia”, del “discurso”. Es en esto en lo que la teoría no traduce, no 
expresa, no aplica una práctica; es una práctica. Hacer teoría es, en este sentido, cuestionar los supuestos 
asumidos tácita e implícitamente en los diversos discursos que van contorneando los límites de lo que se ha 
llamado el sufrimiento humano. 
Toda la historia de nuestra disciplina ha germinado a partir de la interjección Estadociencia. Cuando 
hablamos del desarrollo histórico de la psicología social como área de especialización dentro de la psicología 
podemos distinguir tres períodos históricos importantes: a principio del siglo XX, después de la Segunda Guerra 
Mundial y a partir de la década de los sesenta. En el primer período, donde el objeto de estudio de la psicología 
social derivó del desarrollo industrial acelerado en Europa, el proyecto social capitalista no estaba preparado 
para lidiar con problemas tangenciales que habían surgido del cambio en el modo de producción: el 
hacinamiento en las ciudades, el surgimiento de cordones de viviendas marginales sumidas en la más terrible 
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miseria, el trastocamiento de las antiguas instituciones que otorgaban cierta significación social al accionar 
individual –la familia, la iglesia, etc.y la eventual subordinación del trabajador al sistema empresarial como eje 
regulador de la vida empresarial como eje regulador de la vida social, etc. En el segundo período, caracterizado 
por una norteamericanización de la psicología social, la Segunda Guerra Mundial propició la emigración masiva a 
Estados Unidos, transportándose en este, no sólo procesos importantes dentro de la intelectualidad europea, 
sino también el campo de la turbulencia social. Dicha turbulencia fue creada por el llamado melting pot. Otro 
factor estimulador de la turbulencia social fue igualmente el proceso de industrialización acelerada, la búsqueda 
de mayor rendimiento, mayor productividad. A partir de la década de los sesenta, se aproxima lo que se ha 
llamado la “crisis de confianza” de la Psicología social, en donde las demandas estuvieron ligadas a la incapacidad
por parte de la disciplina para garantizar el orden social, sobre todo a raíz de la crisis económica y la derrota de 
los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
En base a las problemáticas planteadas en las demandas de los respectivos períodos antes mencionados,
la Psicología social ha dado diferentes respuestas. En el segundo período, durante el proceso de 
norteamericanización, el melting pot, proyecto de ‘integración’ social, fue dirigido desde los centros de poder y 
el propósito básico era integrar a los recién llegados al orden social establecido. Los primeros textos de psicología
social propiamente fueron desarrollados dentro de la academia norteamericana. El gran proyecto, entonces, de 
la psicología social en este período, fue desarrollar estudios y teorías que garantizaran la integración de cualquier
tipo de individuo al estándar de vida que el orden social establecido requiere. El énfasis de la investigación fue 
puesto sobre aquellos aspectos de la conducta que son claramente observables y medibles, y por lo tanto que 
podrían ser manipulables a los fines de alcanzar el máximo de ganancias. Desprecio hacia la conceptualización y 
apego a los datos como fuente absoluta del conocimiento. 
La investigación en psicología social que intenta ponerse al día se nutre de una perspectiva 
postdisciplinaria. En esta dimensión, los estudios de psicología social proponen la consideración de las siguientes 
formas de investigación: análisis de discurso, historias de vida, historia oral, análisis de textos como cartas, 
diarios, cine y fotografía, periodismo popular, periodismo de guerrilla, etnografía, etnometodología, análisis de 
testimonio, arqueología y genealogía, análisis conversacional, análisis de textos literarios, teatro, etc. No se 
plantea la preeminencia de un método sobre otro, ni se rechaza a priori ninguno. Más bien se dejan abiertas las 
posibilidades que permitan al investigador la exploración de la relación entre sus supuestos y el estilo que 
propondrá su diseño de investigación. El énfasis no es sólo la búsqueda de regularidades y consistencias, sino 
sobre todo la identificación de la variedad y la contradictoriedad en los ‘repertorios lingüísticos’.
Jacques Ardoino acepta el hecho de la imbricación de la psicología social con el Estado. Siendo hijos 
bastardos o no del Estado no podemos tener una relación, por ambivalente que esta sea, con el mismo. Él 
visualiza al psicólogo social como un doble agente. Su propósito es lograr la autorización de los actores sociales. 
Allí se revela entonces como creyente de la capacidad subversiva del psicólogo social. Habla de una 
multirreferencialidad y declara inoperante la dicotomía purezaimpureza
del conocimiento. La psicología social es para Ardoino un campo ambiguo debido a la impureza que resulta de 
sus prácticas. Nos falta un nuevo léxico, una nomenclatura impura. Son tiempospara la humildad crítica. Nos 
interesa comprender los procesos que construyen y deconstruyen los actos y los actores sociales ¿cuáles son las 
posibilidades de resistencia y cómo se vehiculizan las mismas? Para responder es necesario examinar de manera 
histórica.
Faltan los textos de:
Correa y Paulin: Psicología Social (Manual de curso de ingreso).
Paulín, perspectivas teóricas contemporáneas en psicología social. Cuaderno de campo Nº3.
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
MÓDULO 2
Fernández, A.M. Haciendo metodhos
Pensar problemas: criterios de indagación
Se trata de abrir interrogaciones en un campo de problemas de la subjetividad. Interrogar por el cómo y
no por el quién no constituye un mero detalle. Allí reside uno de los ejes más fuertes y una de las mayores
complejidades teóricas, que habilita a pensar desde una noción de subjetividad que implique la indagación de sus
procesos de producción. 
Cómo de un campo de disponibilidades de significación –institucionalsocialhistóricose produce en
una actividad grupal, en un momento y no en otro, en alguien y no en cualquiera, en algunos y no en todos, una
singularidad de sentido? 
Cómo desde los universos de significaciones se produce una singularidad de sentido? 
Pensar las cuestiones a indagar como campos de problemas atravesados por múltiples inscripciones:
deseantes, históricas, institucionales, políticas, económicas, etc. implica un doble movimiento conceptual que
abarca el trabajo sobre las especificidades de las diferentes dimensiones involucradas y su implicación con las
múltiples inscripciones que atraviesen. Este modo de pensar intenta superar los reduccionismos necesarios a las
lógicas de objeto discreto.
Se trata de pensar un campo de problemas. Supone desdisciplinar las territorializaciones disciplinarias,
para poder demarcar las cuestiones de otro modo. Es la forma en la que aquí se busca pensar por fuera de las
antinomias clásicas: individuosociedad, sujetoobjeto, etc. 
Desdisciplinar implica complejos objetos elucidatorios; desnaturalizar los dominios de objetos instituidos sin por
ello invalidar los conocimientos que ellos han producido y producen. Supone deconstruir las lógicas desde donde
han operado sus principios de ordenamiento. Así como genealogizar permitiendo interrogar los a priori desde los
que un campo de saberes y prácticas ha construido sus conceptualizaciones. 
Desnaturalizar sus territorios, deconstruir sus lógicas y genealogizar sus conceptos son los procedimientos de
indagación para crear condiciones de posibilidad que permitan construir programas que tiendan a conexiones
que desborden los dominios de objeto unidisciplinarios.
Pensar una noción de subjetividad más allá de los dominios de objeto unidisciplinarios hace necesario no sólo el
aporte de diversas disciplinas sino pensar desde un campo de problemas, que se diferencia de la idea de objeto
de conocimiento. Campo y no objeto. Campo que rescata lo diverso como aquello que agrupa lo discontinuo, sin
cultivar lo homogéneo.
Dicho trabajo implica considerar que pensar problemáticamente es trabajar ya no desde sistemas teóricos que
operan como ejes centrales sino pensar puntos relevantes, que operen permanentemente descentramientos y
conexiones no esperadas. Los problemas persisten e insisten como singularidades que se despliegan en el
campo. Detener el movimiento problemático es crear condiciones de dogmatización de un pensamiento; por lo
tanto, referirá a producir, no descubrir, y será un pensamiento plural. La importancia de pensar desde un criterio
problemático radica en que sus posibles desarrollos mantendrán como ejes preguntas abiertas que operan como
recurrencias que en sus insistencias aspiran a delinear método.
El pensamiento como modo de experiencia supone pensar en el límite de lo que se sabe. Se trata de hacer de una
serie de preguntas, una problemática, en el sentido de un agrupamiento de problemas que se relacionan en el
interior de un campo abierto. Se trataría de problemas que en sus derivas e insistencias presentan puntos y
momentos de conexión y desconexión que enlazan y desenlazan, que insisten y mutan, pero que al volver una y
otra vez sobre lo mismo van armando método. Metodhos: ponerse en camino, distanciándose de la idea de
repertorio de técnicas a utilizar.
En el camino se va armando método, trazando circuitos de problematización recursiva. Se trata, más que de
responder a una pregunta, de demarcar o delimitar un campo de problemas a partir de las múltiples cuestiones
que en él confluyen. Se presenta aquí un programa de indagación conceptual. Programa se constituye por los
puntos de orientación que conducen una experimentación que desborda nuestra capacidad de previsión y por lo
tanto se modifican a medida que se implementan. Será abierto e inacabado. Indagación por una modalidad o
forma específica de construcción de un saber y a la gestión o ejercicio de adquirirlo o transmitirlo. 
En tanto programa de indagación, se transitarán diferentes estrategias y escenarios de acción en proceso
de modificación en tanto interesa caminar en la heterogeneidad eludiendo el camino de la constitución de
sistemas. Pensar problemas, más que aplicar sistemas teóricos. 
Abrir la interrogación, dar curso y no obturar la incomodidad, de modo que lo invisible opere visibilidad, lo
impensado se vuelve enunciable. Se intenta sostener una tensión, mantener una incomodidad como caución
PS. SOCIAL 2015. MÓDULO 1, 2, 3.
metodológica frente a la consolidación de certezas que en tanto tales corren el riesgo de dejar de operar como
herramientas, para instituir regímenes de verdad. Se trata entonces de establecer una demora que instale las
condiciones de posibilidad de un pensar en un campo de problemáticas; que habilite un pensar como experiencia
de elucidación e indagación; un pensar necesariamente incómodo, desdisciplinario, que se construya y
reconstruya permanentemente, que se despliega en los límites mismos de lo que ignora y que constituye su
rigurosidad metodológica desde un criterio de problematización recursiva.
Hacia un criterio de problematización recursiva
El criterio de trabajar en un campo de problemas implica una serie de cuestiones
epistemológicometodológicas. Se trata de pensar problemas.
Esta propuesta de indagación trabajará con un criterio de construcción de caja de herramientas. Que supone dos
cuestiones básicas:
 La elaboración conceptual no tomará la teoría o autores de los que se nutra como sistemas que operen
como fundamentos de verdad o relatos totalizadores. Se trata de construir elementos para pensar
problemas. 
 Sucomposición no puede realizarse más que gradualmente a partir de la elucidación de situaciones
específicas.
Implica construir estrategias de pensamiento. Supone interrogar los problemas que las teorizaciones de autores
han hecho posible. Problematizar es abrir a la elucidación. Elucidar supone pensar lo que se hace y saber lo que
se piensa. Es una labor propositiva, una exploración acerca de, inacabada, sujeta a revisiones y ajustes
provisorios; se tratará de pensar sobre lo hecho mientras se buscará conocer con mayor precisión eso que, como
hecho, deberá ser deshecho. Un trabajo elucidativo se nutre de diferentes procedimientos de indagación:
 Las desnaturalizaciones de sentidos comunes disciplinarios. 
 Las deconstrucciones de las lógicas de la diferencia con que opera un campo de saberes y prácticas 
 El rastreo genealógico de la construcción de las nociones de los cuerpos teóricos con que se trabaja.
Las ideas no son sólo ideas; en sus condiciones de posibilidad de enunciación confluyen los a priori
epistémicos. Lo que una teoría no ve o no enuncia, no son sus eventuales errores o defectos, sino sus objetos
prohibidos, sus objetos denegados, sus impensables. A priori epistémicos, urgencias sociohistóricas, tensiones
institucionales, confluyen constituyendo las condiciones de posibilidad de un saber

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