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DEONTOLOGÍA PSICOLÓGICA

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DEONTOLOGÍA PSICOLÓGICA 
 
La deontología es el estudio del corpus normativo que rige la práctica profesional. Estas
normativas se establecen por medio de la delegación del Estado a los Colegios
provinciales. 
Las normas son pautas que el grupo profesional establece como adecuadas. La
deontología es la moral profesional, establecida por la comunidad de pares, por delegación
del Estado. Se espera que estas pautas sean analizadas críticamente y con juicio propio;
apropiación crítica, reflexiva y responsable. 
Se interrelacionan cuestiones políticas, institucionales, jurídicas, morales y éticas. En el
contexto histórico que habitamos dominado por la ciencia y el capitalismo hace necesario
que una asignatura que se encarga de analizar valorativamente el ejercicio de una
profesión que puntualmente se dedica al tratamiento del padecimiento físico, así como al
desarrollo de los sujetos en los ámbitos educacional, jurídico, institucional y comunitario, no
puede dejar de problematizarse el estado de estos ámbitos y el estado de los valores de la
cultura. (PTD) 
 
MÓDULO 1 
 
La empresa de vivir – Abraham, T. (f.4901)
Foucault llama estética de la existencia a las técnicas de modelamiento de uno mismo con 
el fin de plasmar en la vida personal un ideal de belleza. Ideal que resulta variado con las 
formas históricas. El autor las dividió en 3: erótica (la relación con los otros), dietética (la 
relación con el cuerpo) y económica (relación con el patrimonio). Conforman un arte; un 
modo de hacer que se explicita en reglas, ejercicios y entrenamiento para modelar lo que 
hemos llamado carácter. El objetivo es un deseo de honra, de reputación, de gloria, de 
armonía o de pureza. Para Foucault es el arte de vivir en el que la vida misma es una 
preocupación estética, un material a modelar. 
 
Hay una relación entre ética e historia. Definiendo cultura como un sistema de valores que 
incluyen lo deseable y lo permitido en una sociedad. Aquí circulan ideales modos 
ejemplares y seductores de ser y aparentar que tienen que ver con las ideologías en tanto 
sistemas de valores que se inscriben en una estrategia de dominación. 
La creación de valores se produce en las instituciones, en tanto dispositivos materiales y 
regulados en que se agrupan los seres humanos. En toda sociedad surgen modos 
atractivos de ser, fenómenos de moda, formas dominantes de prestigio social. 
La estética de la existencia puede pensarse como un concepto que traza un segmento entre
valores y las subjetividades. 
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¿A dónde van los valores? – Bindé, J . 
Hoy en día evocamos el nihilismo, la pérdida del sentido, la desaparición de los valores; la 
reducción del ser al valor de intercambio. Esto sería así a causa de la decadencia de los 
valores supremos. La certidumbre universalista de la moral del Iluminismo se ha ido 
desmoronando ante la denuncia de un origen humano de la moral. La sospecha de una 
relatividad histórica y cultural de los valores. 
1
Esta gran crisis de valores de los últimos dos siglos ha desembocado en múltiples 
incertidumbres. Ya no existe un patrón fijo de valores de medida estable y absoluta, sino 
que todos los valores fluctúan en un amplio mercado. Como el fenómeno de la moda, 
vivimos en lo efímero como si los más sagrados valores ahora sin fundamento pudieran 
entrar en el gran mercado de los valores mobiliarios y fluctuar a la vez. El papel de la 
información y de los medios de comunicación refuerza esta orientación. La información 
instantánea sustituye así el sentido de la historia y el reconocimiento de sus largas 
evoluciones. 
Emergen nuevos valores. Ahora la creación está por todas partes; todos aspiramos a ser 
creadores. En la vida personal, en la ausencia de marcos estables y eternos, todos nos 
vemos obligados a crear aunque solo sea nuestra propia existencia: hay que inventar un 
estilo de vida. 
Cuando la cohesión social se ha desvanecido ante el incremento de un individualismo cada 
vez más radical que destruye los vínculos heredados y las identidades establecidas se 
observa un crecimiento sin precedentes de nuevas formas de asociación. Declive masivo de
la adhesión de los dogmas religiosos tradicionales y nuevas formas de búsquedas 
personales espirituales, derrumbamiento de los marcos patriarcales que conlleva una 
feminización de los valores de consecuencias profundas. 
El nuevo reto de estos tiempos consiste en saber cómo preservar la diversidad cultural. Por 
el impacto de la globalización y de las nuevas tecnologías. Esto nos demuestra que el 
nuevo mundo que se perfila nos impone volver a considerar totalmente los contratos 
sociales, pilares de nuestra sociedad. Las transformaciones globales reclaman un proyecto 
de nuevos fundamentos políticos y sociales a escala mundial. 
Al inicio se planteó el Nihilismo, la pérdida de sentido. Puede ser que ella sea solo resultado
de la melancolía y que quizá podemos hablar de deslices de sentido y de creación de 
sentidos nuevos. 
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Sobre la Ley – Calo (F.1011) 
El lenguaje epistémico describe la ley como enunciados de orden general que describen 
una regularidad que ha sido científicamente establecida. 
Algunos investigadores confunden la noción de ley con la de causa, lo que resulta de 
limitarse a definir causa como sucesión regular, pero debe tratar de dar cuenta de las 
razones por las que esa regularidad se produce, debe explicar el fenómeno refiriendo las 
causas materiales por las cuales ocurre. 
A su vez los científicos operan con un conjunto de suposiciones respecto de la 
ciencia y del mundo, que son el marco filosófico con el cual encaran la actividad 
investigativa e interpretativa. Gerald Holton desarrollo lo que llamo un enfoque temático de 
la ciencia, analizando las adhesiones subyacentes de los hombres de ciencia a ciertas 
visiones de la realidad. Por ejemplo, entre los supuestos más extendidos, se cuentan la 
convicción de que existe una realidad material independiente de que se la conozca. 
Entonces a una explicación científica subyace una necesidad, tanto a nivel lógico 
como material. 
 
El chiste de Liniers de la oveja volando resulta gracioso porque una ley natural no 
admite excepciones ya que describe lo que ocurre necesariamente. Nos lleva a todo un 
desarrollo que concluye en que las normas sociales no son como las científicas que 
describen regularidades, sino que prescriben comportamientos deseables. Como por 
ejemplo “si robo voy preso”, puede ser que alguien que robe no vaya preso porque es 
2
amigo del juez, pero eso no implica falsedad del enunciado anterior (como diría Popper), no 
se pone duda a este razonamiento. Las leyes sociales son normativas, no describen sino 
que ordenan, mandan un ser debido. 
El carácter prescriptivo de la ley social deviene de que su cumplimiento no es 
necesario sino que tiene por finalidad que los sujetos sigan comportamientos que la cultura 
considera deseables y que incluso pueden llegar a ser opuestos de la tendencia natural. 
Entonces pueden deducirse dos aspectos de las leyes culturales: a) la ley social no es de 
cumplimiento necesario y b) lo que la ley ordena al sujeto puede ser contrarios a la 
tendencia natural o a su deseo. 
La consecuencia de esto es que la norma viene acompañada de castigo. 
En las leyes de la naturaleza no interviene la libertad. A los objetos que estudiamos 
desde la perspectiva de las leyes naturales no los suponemos libres sino que suponemos 
que sus aconteceres son determinados por causas en las cuales el objeto no participa. La 
libertad es la posibilidad de incluir la reflexión deliberada como uno de los elementos 
intervinientes en la serie causal. Aunque la libertad también tiene causalidades. En algún 
punto los sujetos estamos causados por factores ajenos a nuestra voluntad pero en otros 
puntos somos capaces de introducir en esa serie causal el resultadode nuestra deliberación
voluntaria. 
Freud plantea 3 fuentes de displacer: lo inmanejable de la naturaleza (terremotos), la
fragilidad de nuestro cuerpo y la presencia de los otros. Las dos primeras son naturales e 
intentan controlarse a través de la física, la biología y la tecnología. Ahora con el derecho, la
ética y la moral el hombre trata de encontrar modos de regulación de las relaciones para 
conseguir el mayor nivel de felicidad posible para el mayor número de personas, lo cual 
asienta necesariamente cierto mínimo de frustración de cada uno (malestar de la cultura). 
 
Capítulo 2: Del sujeto epistémico al sujeto del deseo 
Desde la modernidad el término sujeto es empleado para referirse a quien conoce, al
que ocupa el lugar de agente, al pensante. Para los medievales era diferente, eran Subjecta
las cosas reales independientes del yo, y denominaban Objectum a lo vinculado o la 
actividad representante del yo. 
Con el establecimiento del hombre como sujeto y las cosas del mundo como objetos a ser 
conocidos y dominados el hombre se convierte en aquel ente sobre el que se fundamenta 
todo ente, se convierte en el centro de referencia. El filosofar cartesiano deriva en la certeza
respecto a ese primer principio “el pensar como evidencia de la existencia”. Este agente de 
pensamiento es racional, puro y atento, libre de deseos y pasiones que lo turben del cuerpo.
El fundamento que subyacía en las cosas ha pasado a estar centrado en el sujeto; mientras 
que las cosas del mundo, la naturaleza, el mismo cuerpo, se han convertido en objetos que 
el hombre habrá de dominar mediante el conocimiento científico. 
 
Pero este razonamiento al que llegó Descartes a través de especulaciones del 
entendimiento puro sobre la naturaleza y esencia de las cosas no puede sostenerse 
indemnes cuando son contradichas por los datos que las ciencias particulares recogen de la
experiencia. Pero con Kant la filosofía encuentra nuevamente su lugar cuando se cuestiona 
sobre las condiciones de posibilidad del conocimiento. Logró incluir y superar el conflicto 
entre las perspectivas racionalistas y empiristas, por la vía de reconocer “que todos 
nuestros conocimientos comienzan con la experiencia pero no todos proceden de ella”. Este
trabajo permitió dejar como objetos propios de las ciencias empíricas todos los que 
proceden de la experiencia y reservar para la filosofía el estudio de las condiciones de 
3
posibilidad de conocimiento que él llamó “trascendental” – conocimiento que se ocupa, no 
del objeto, sino de la manera que tenemos de conocerlo – 
El conjunto de las ciencias que se ocupan de un tipo de conocimiento que se asienta en la 
organización categorizada por el entendimiento de las intuiciones que resultan de la 
percepción de los objetos. Este conocimiento tendrá siempre un grado de limitación en lo 
que hace al conocimiento de la sustancia misma de las cosas. Todas nuestras intuiciones 
son solo representaciones de fenómenos, es para nosotros absolutamente desconocido 
cual puede ser la naturaleza de las cosas en sí. 
Pero es diferente el tipo de conocimiento que debe esperarse de la filosofía porque la 
capacidad de la sensibilidad y la facultad del entendimiento no son objeto de ninguna 
percepción y solo pueden construirse infiriendo, no son cognoscibles sino por la vía de la 
especulación racional. 
 
Kant planteó; al Sujeto trascendental asociado al yo pienso, síntesis pura del entendimiento 
que sirve de fundamento a priori de la síntesis empírica y es de incumbencia exclusiva de 
la filosofía. Al Sujeto Fenoménico particularizado por lo contingente y lo contextual, que es 
incumbencia de la Psicología. Y en el Sujeto Moral kantiano están incluidas las dimensiones
del sujeto trascendental y el empírico (fenoménico) en tanto que regulaciones del orden de 
la necesidad pero son superadas al incluirse la consideración del orden de la libertad, la 
espontaneidad y la autonomía personal. 
Diferencia la voluntad humana en tanto libre albedrío, de la voluntad animal sometida a la 
determinación de las pasiones y las necesidades. Esta libertad permite al hombre regular su
comportamiento según su apreciación racional de lo que es debido. La voluntad del sujeto 
moral kantiano es libre respecto de las necesidades y lo es para someterse a la ley que la 
Razón le indica que es debida. Es la Razón la que elabora las reflexione que permiten 
apreciar lo que es deseable y lo que “dicen que debe suceder”. 
Deberá la voluntad actuar según un imperativo que sea categorice para que no quede 
subordinado a fines diferentes que solo el cumplimiento del deber. Además, para que el 
imperativo no esté definido por particularidades empíricas, contextuales, propone Kant un 
imperativo categórico formal: “ Actúa siempre de modo tal que esperes que el motivo de tu 
acto pueda ser elevado a ley universal”. 
 
Del Sujeto psicológico 
Relaciones entre Descartes y Kant con las de Piaget y Kohlberg. En todos ellos lo que está 
tematizado se despliega en la esfera de la conciencia. 
El estudio piagetiano del sujeto epistémico podría ser pensado como una investigación 
científica del sujeto psicológico de Kant. El reconocimiento de Kant de la doble 
determinación del conocimiento, por un lado por vía empírica y por otro, por la organización 
de la intuición sensible a partir de las categorías subjetivas, puede considerarse como 
análogo a la descripción piagetiana del progreso del conocimiento a través de la dialéctica 
de la asimilación y la acomodación. También puede señalarse las similitudes en el rol 
central que el sujeto kantiano tiene como fundamento del conocimiento con la importancia 
que atribuye Piaget a la acción del sujeto como inicio del conocimiento. 
Se destacan también los parecidos en el orden de la moralidad: las investigaciones 
piagetianas, si bien refieren en cierto punto a la dimensión práctica de las reglas, su énfasis 
está principalmente en la dimensión racional argumentativa y con escasa consideración de 
los factores particulares y sensibles, lo que es fácilmente asociable con la pretensión de 
generalidad con la que Kant se ocupa del sujeto moral. 
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Del sujeto sujetado 
Ricoeur incluyó a Nietzsche, Marx y Freud bajo el apelativo de “Los maestros de la 
sospecha”, lo que pone sobre el tapete era que las certezas de la modernidad hacia fines 
del siglo XIX comenzaban a debilitarse y que la obra de estos tres grandes del pensamiento
socavaba los fundamentos de la filosofía centrada en un sujeto identificado a la conciencia. 
La transparencia de la conciencia, su identificación con el yo y la libertad de este o de su 
voluntad no son tan seguras como podía pensarse de los sistemas de Descartes y de Kant. 
Con Marx el hombre, en el marco del capitalismo, se descubre alienado y ya no puede 
reconocerse en el mundo creado por él. Su propia objetivación se le enfrenta como algo 
extraño y que lo domina. 
Nietzsche Desenmascara los supuestos de las nociones del yo, autoconciencia, voluntad, 
libre albedrío y la identificación con las instancias de la Razón, frente a las que reivindica el 
papel del cuerpo, de los instintos. Establece la función del disfraz y de la máscara. 
Con Freud el yo no es sino una instancia que trata de servir a intereses que no sólo le son 
impuestos por distintos amos, sino que, además litigan entre sí. 
Todo esto desenmascara la superficialidad del sujeto autoconsciente que irá siempre de la 
mano del desenmascaramiento de la noción de verdad y de la disolución más amplia del ser
como fundamento. 
 
Sobre el sujeto del psicoanálisis 
Freud, con su descubrimiento del inconsciente golpeó la identificación del sujeto con la 
conciencia. Este carácter de dividido incluye la idea de que la causa de su comportamiento 
no está en la conciencia, sino en otro lugar que, siendo también parte de él mismo, el sujeto
lo siente sin embargo como otro. Lacan formula al inconsciente como un efecto no de la 
naturaleza, sino del hecho de que toda la subjetividad humana está determinadapor el 
lenguaje. 
 
Del sujeto de derecho al sujeto de la moral 
El derecho procura producir un determinado comportamiento de los hombres vinculando al 
comportamiento opuesto un acto de coerción como sanción. La moral también procura 
producir un determinado comportamiento y también prevé sanciones. Pero estas sanciones 
consisten en la aprobación del comportamiento adecuado a la moral y en la desaprobación 
del comportamiento contrario a ella, no en actos de coerción. 
Esta diferencia sirve para las sociedades estatales en las que el discurso del derecho, 
asociado al Estado organizado, ha recogido sobre sí la autoridad para la aplicación 
coercitiva de sanciones que, en sociedades más primitivas, no se diferenciaba con claridad 
de la coerción comunitaria moral vinculada al pensamiento religioso. 
Los rasgos comunes entre el discurso jurídico y el moral: 
● No describe lo que es, sino que prescribe lo que debe ser 
● No se dirige tanto al sujeto por lo que empíricamente es, sino en función de 
capacidades de autonomía de la voluntad y conciencia reflexiva cognitiva y 
según un potencial de realización del deber. 
Por ejemplo, la imputabilidad es un concepto jurídico, no una descripción de un fenómeno 
natural. Y también la prescripción moral constituye una categoría normativa y el hombre al 
que la normativa moral se refiere es más un ideal regulativo que un hombre concreto. 
El sujeto moral esperado por Kant no es el que es, sino, siempre según Kant, el que puede 
ser si somete su conducta a la prescripción de la regla de la conciencia. 
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¿Cómo es posible la articulación de estas normativas con los sujetos empíricos de “carne y 
hueso”? 
 
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La constitución del sujeto moral en época de crisis. ESTHER DÍAZ (f.4995) 
 
La obra de Foucault interpela la historia para saber quiénes somos y para tomar distancia 
de las individualizaciones como de las totalizaciones. Analiza los dispositivos inscriptos en 
juegos de poder, los cuales están conectados al saber, que surge de relaciones de poder y 
a su vez las condiciona. Los dispositivos están atravesados por el deseo y producen deseo 
y establecen sexualidad. Foucault se propone hacer una historia de la sexualidad. 
Los textos anteriores al siglo XVIII no problematizan cuestiones que se puedan relacionar 
directamente con la noción de deseo. Los griegos clásicos y los romanos imperiales se 
refieren al deseo en tanto este es algo que debe manejarse o dominarse en la relación con 
uno mismo. La necesidad de dominarse a sí mismo se manifiesta en la importancia 
otorgada a la “Económica”, a la “Dietética” y a la “Erótica”. Con los cristianos se agudiza el 
temor a lo relacionado con el sexo. Hay una necesidad de relacionarse consigo mismo, y en
este sentido Foucault se propone realizar una arqueología de nuestras subjetividades 
morales (reglas de formación de las prácticas discursivas) y una genealogía del “hombre del
deseo” (relaciones de fuerza aplicadas al poder y asociadas a los discursos). 
La sexualidad no tiene más de 200 años y por ello decide estudiar los textos antiguos y 
concluye que este concepto había sido precedido por la concepción cristiana de la carne la 
cual fue precedida por la noción de aphrodisia de los paganos (uso de los placeres). 
Nuestra idea de sexualidad cubre un dominio más amplio que esta noción de “uso de 
placeres”. Y el deseo sexual se mantiene como problemático a través del tiempo. 
 
-Historia de las problematizaciones 
En la cultura griega clásica y en la romana las problematizaciones morales se encontraban 
ligadas a un conjunto de prácticas llamadas “artes de la existencia”. Estas técnicas sobre sí 
mismo se ejercían en determinadas sociedades y permitían a los individuos efectuar un 
cierto número de operaciones sobre sus cuerpos, sus almas, sus pensamientos y sus 
conductas. Intentan producir modificaciones en pos de la felicidad, la libertad o el orgullo. 
A Foucault le interesa hacer un análisis arqueológico y genealógico de deseo mediante una 
historia de las problematizaciones morales. El territorio de las problematizaciones se 
establece entre las prácticas y el saber. Se instaura en las relaciones del sujeto consigo 
mismo, intenta dilucidar las condiciones de posibilidad de nuestra moral remontándose 
Grecia y Roma. 
-Aspectos de la moral: 
El código, se constituye por los valores y reglas de acción propuestos a los 
individuos por las instituciones. Se concentran nudos de compromiso y se abren líneas de 
fuga que posibilitan la interpretación. 
El comportamiento real de los individuos es el conjunto de conductas realizadas en 
relación al código. Se observan estas realizadas en relación al código. Este nivel sería del 
comportamiento y pertenece a la “moralidad del comportamiento”. 
La disposición de cada individuo hace el código en relación consigo mismo. Estos 
son procedimientos para constituirnos en sujetos morales, son las formas de subjetivación o
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tecnologías del yo. A través de ellas se establece la conexión entre los modelos propuestos 
en el código y las prácticas para conseguirlo. Es una interacción del sujeto consigo mismo. 
 
Tipos de sistemas morales: 
El código es fuerte y se sostiene por obligatoriedad de dicho código, son tipo 
legalistas. La no observancia de sus prescripciones implica sanción. 
-En las que el elemento fuerte se basa en las prácticas de sí, el código… 
 
Foucault dice que los códigos en si no han cambiado demasiado, los grandes cambios que 
han acontecido en la moral griega y cristiana no surgieron en los códigos sino en lo que yo 
llamo ética, la relación con uno mismo. 
Cuatro instancias constitutivas de la subjetividad de la moral: 
● La determinación de la sustancia ética estriba en la manera en que el individuo, 
teniendo en cuenta la pertenencia a un grupo, se da forma a sí mismo. Esto será
la materia prima de su conducta moral, la cual surge de un valor que se acepte 
como tal. Por ejem. Los actos ligados al placer y al deseo, las experiencias con 
la carne y la sexualidad. Respondería a las preguntas: ¿qué es lo moral en mí?, 
¿qué parte de mi conducta concierne a la moral? 
● Los modos de sujeción son la forma en que el individuo se reconoce ligado a la 
regla y establece relación con ella. Es la manera en que la gente asume sus 
obligaciones morales. En general se orientan según los siguientes interrogantes 
¿a qué principios debo responder para ser moral? 
● El trabajo de transformación que debemos realizar en nosotros mismos es la 
elaboración del trabajo ético. Concierne a la modelación de nuestros actos o al 
desciframiento de nuestro deseo. ¿Cómo debo proceder para ser moral? ¿a qué 
tipo de saber responden mis prácticas morales? 
● La última es la finalidad buscada. Porque en general se tiene a buscar un cierto 
equilibrio, o libertad o estética. 
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HISTORIA DE LA SEXUALIDAD. FOUCAULT (4848) 
El surgimiento del término sexualidad se dio en relación a campos de conocimiento 
diversos; el establecimiento de un conjunto de normas tradicionales y nuevas que se 
apoyan en instituciones religiosas, judiciales, pedagógicas, médicas. Esto generó cambios 
en la manera en que los individuos se ven llevados a dar sentido y valor a su conducta, a 
sus deberes, placeres, sentimientos, sensaciones y sueños. 
Me pregunté ¿por qué el comportamiento sexual, las actividades y placeres que de él 
depende, son objeto de una preocupación moral? Surgió ante mí que esta problematización 
estaba ligada a un conjunto de prácticas que tuvieron ciertamente una importancia 
considerable en nuestras sociedades y que son las artes de la existencia. Son prácticas con
las que el hombre no solo se fija reglas de conducta sino que busca transformarse a sí 
mismo, modificarse en su ser singular y hacer de su vida una obra que presenteciertos 
valores estéticos. Estas técnicas de sí perdieron su importancia y autonomía al integrarse al
cristianismo y más tarde a prácticas de tipo educativas, médicas y psicológicas. 
Analiza las problematizaciones a cuyo través el ser se da como poderse y deberse ser 
pensado y las prácticas a partir de las cuales se forman aquellas. En la antigüedad la 
actividad y los placeres sexuales fueron problematizados a través de prácticas de sí, al 
hacer jugar los criterios de una estética de la existencia. 
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LECCIONES PRELIMINARES DE FILOSOFÍA. GARCIA MORENTE 
Fundamentos morales de la Metafísica 
Kant en la Crítica de la Razón pura llega a la conclusión de la imposibilidad de la metafísica 
como ciencia, pero hay otros caminos que podrían conducir a los objetos de la metafísica. 
Nuestra personalidad humana no consta solo de conocer, entre otras, hay una actividad 
espiritual que podemos condensar con el nombre de conciencia moral. La conciencia moral 
contiene dentro de sí un cierto número de principios, en virtud de los cuales los hombres 
rigen su vida. Acomodan su conducta a esos principios, y por otra parte, tienen en ellos una 
base para formular juicios morales acerca de ellos mismos y de cuanto los rodea. Esa 
conciencia moral es un hecho, tan real como el hecho del conocimiento. 
 
Aristóteles la llama “Razón práctica”, Kant lo resucita y lo hace precisamente para hacer 
patente y manifiesto que en la conciencia moral actual algo que sin ser la razón 
especulativa se asemeja a la razón. Es la razón aplicada a la acción, a la práctica, aplicada 
a la moral. Los calificativos morales de bueno, malo, inmoral, no pueden aplicarse a las 
cosas sino que sólo puede aplicarse al hombre, a la persona humana. Pero los predicados 
morales tampoco pueden aplicarse a lo que el hombre hace sino que a su voluntad. La 
buena voluntad es aquella que se presenta a la razón, a la reflexión en forma de imperativo.
Todo acto, antes de realizarse se presenta a la conciencia en forma de mandamiento, de 
imperativo, “hay que hacer esto”. Según Kant hay dos tipos de imperativos; el hipotético y el
categórico. La forma racional del hipotético consiste en sujetar el mandamiento a una 
condición, por ejemplo “si quieres sanar tu enfermedad, toma la medicina”, por lo que si no 
quieres sanar ya no es válido el imperativo. El categórico no está puesto bajo ninguna 
condición, es incondicionalmente absoluto, por ejemplo “no mates a otro hombre” y todos 
los mandamientos conocidos. 
La moralidad no es lo mismo que la legalidad, para que un acto sea moral tiene que tener 
pleno mérito moral y no miedo a un castigo o esperanza a una recompensa. Una voluntad 
plena, pura, moral, valiosa es cuando sus acciones están regidas por imperativos 
auténticamente categóricos. O sea que no está hecha por consideración al contenido 
empírico sino por respeto al deber y esto lo lleva a Kant a decir: “obra de manera que 
puedas querer que el motivo que te ha llevado a obrar sea una ley universal”. Esta 
exigencia vincula la moralidad a la pura forma de la voluntad y no a su contenido. 
 
La voluntad es autónoma es ella quien se da a ella misma su propia ley, pone en la 
voluntad misma el origen de la propia ley; y es heterónoma cuando recibe pasivamente la 
ley de algo o de alguien que no es ella misma. La voluntad autónoma obliga a que la ley sea
una ley puramente formal, por eso la ley no tiene que consistir en una serie de 
mandamientos, sino en la acentuación de un lugar psicológico, un lugar de conciencia en 
donde reside lo meritorio; en donde lo meritorio es ajustar la conducta a lo universal y a la 
necesidad de la ley misma. Esto es lo que formula Kant diciendo “Obra de tal manera que el
motivo, el principio que te lleva a obrar, puedas tú querer que sea una ley universal” 
Esta autonomía de la libertad nos abre una puerta fuera del mundo de los objetos, porque si
la voluntad moral pura es voluntad autónoma entonces esto implica el postulado de la 
libertad de la voluntad. La conciencia moral no es conocimiento sino que es un acto de 
valoración que nos pone en contacto con unas realidades suprasensibles, inteligibles a las 
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cuales no llegamos con conocimiento sino como directas intuiciones de carácter moral que 
nos ponen en contacto con la dimensión de la conciencia humana que es la dimensión no 
cognoscitiva sino valorativa y moral. Este primer postulado es con el que Kant inaugura la 
metafísica extrayéndose de la ética. El segundo postulado es el de la inmortalidad, si 
nuestro yo moral no está sujeto al tiempo ni a las categorías entonces no tiene sentido para 
él hablar de una vida más o menos larga. El alma humana, la conciencia, la voluntad libre 
es ajena al espacio y al tiempo. 
Kant dice que cada una de nuestras acciones tiene que ser considerada como un fenómeno
que se efectúa en el mundo, tiene sus causas y está determinada íntegramente. Pero no 
cae bajo el aspecto de la causa sino del deber y entonces bajo el aspecto de lo moral e 
inmoral. El tercer postulado es la existencia de Dios que es traída por las necesidades 
evidentes de la estructura intangible moral del hombre. Asegura que en ese mundo interno 
no hay abismo entre el ideal y la realidad, de que no hay separación o diferenciación entre 
lo que yo quisiera ser y lo que soy. Este acuerdo entre o que es y lo que debe ser es, es un 
postulado que requiere de la unidad sintética superior entre ese ser y el otro que debe ser. 
Y a esa unión de lo más real que puede haber con lo más ideal que puede haber la llama 
Kant Dios. 
 
Kant termina su sistema filosófico a fines del siglo XVIII proclamando la primacía de la razón
práctica sobre l razón pura. Esto quiere decir que la razón práctica, la conciencia moral y 
sus principios pueden lograr lo que la razón teórica no logra, conduciendonos a las 
verdades metafísicas, a lo que existe verdaderamente. Ese modo de libertad no es 
indiferenciada sino que es una voluntad de santidad (hombre que ha dominado por 
completo en la experiencia toda determinación moral oriunda de los fenómenos concretos 
para sujetarlos a la ley moral), voluntad libre, regida por el Supremo Hacedor que es Dios, 
en donde lo ideal y lo real entran en identificación. 
Pero la razón teorética está en cierto modo al servicio de la razón práctica porque no tiene 
por función as que el conocimiento de este mundo real, subordinado, de los fenómenos, que
es como un tránsito al mundo esencial de esas “cosas en sí mismas” que son Dios. O el 
reino de almas libres las voluntades puras. 
 
Ontología de los valores 
En nuestra vida hay cosas reales, cosas ideales y también valores. Las cosas de las que se 
compone el mundo no son indiferentes, sino que todas ellas tienen un acento peculiar que 
las hace ser mejores o peores; adoptamos posiciones según las cosas. Pero, ¿qué es lo 
que enunciamos de ellas? 
-Juicios de existencia: son aquellos que de una cosa enuncian lo que esa cosa es, enunciar 
propiedades, atributos, predicados que pertenecen al ser. 
-Juicios de valor: enuncian acerca de una cosa algo que no añade ni quita nada al caudal 
de existencia y esencial de la cosa, o roza con el ser. Por ejemplo, que una acción es justa 
o injusta no dice nada de la acción. 
Los VALORES no son cosas ni elementos de las cosas, tampoco son impresiones 
subjetivas de agrado o desagrado que las cosas nos producen a nosotros y que nosotros 
proyectamos sobre las cosas (teoría desechada). Porque por ejemplo el pecado puede 
producirnos agrado pero no es algo que valoremos positivamente. Además de los valores 
se puede discutir, por lo que se supone que son objetivos, de que están ahí y que no son 
sólo el residuo del agrado o desagrado. Entonces no son cosas ni impresiones subjetivas, 
no son objetos reales ni objetos ideales, los valores no son. Los valores valen (primera 
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categoría); no decimos nada de su ser sino que noes indiferente. El valer es no ser 
indiferente. El valor no es un ente sino que es algo que adhiere a la cosa y por consiguiente 
es lo que llamamos cualidad (segunda categoría). 
La cualidad no es real, porque no es cosa. La cualidad valiosa es irreal. Pero tampoco es 
ideal porque lo ideal tiene fundamento y consecuencia, por lo que se puede demostrar cosa 
que no podemos demostrar la valerosidad de una cosa. Lo único que puedo hacer con los 
valores es mostrarlos. No podemos medir la validez de algo porque esta no tiene tiempo ni 
espacio. Los valores son absolutos, no es que existen en un tiempo y en otro no o que 
existen para algunos y para otros no. Los valores se descubren, no son creados, siempre 
estuvieron ahí. 
La tercera categoría surge al analizar la no-indiferencia porque estructuralmente implica la 
polaridad, porque siempre hay dos posibilidades de alejarse del punto de indiferencia. O sea
todo valor tiene su contravalor negativo o positivo. Esta categoría está fundada en la 
esencia misma del valer ya que todo no indiferencia puede serlo por alejarse, positiva o 
negativamente de la indiferencia. Pero si bien comparten esta característica de polaridad 
con los “sentimientos”, se distinguen porque los valores expresan cualidades irreales pero 
objetivas de las cosas mismas, en cambio los sentimientos representan vivencias internas 
del alma. 
La cuarta categoría de esta esfera ontológica de los valores es la jerarquía. Porque los 
valores se clasifican por la relaciones mutuas entre ellos. Los valores religiosos se afirman 
superiores a los éticos, los éticos a los estéticos, los estéticos a los lógicos, los lógicos a los 
vitales y los vitales a los útiles. Esto quiere decir que si esquemáticamente señalamos como
un 0 la indiferencia, entonces estos valores se agruparan a derecha y a izquierda del punto 
como valores positivos a negativos. 
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UNA VISIÓN MASCULINA DE LA ÉTICA, DE IMMANUEL KANT – ESPERANZA GUISÁN
 
Las éticas de enfoque masculino no narran sino la mitad de una historia, y se convierten en 
solemnes mentiras, imágenes distorsionadas de la realidad cuando no son complementadas
por la visión femenina de la ética. En esta gran separación de roles lo “masculino” ha sido 
ligado a la idea de la racionalidad abstracta, mientras que lo “femenino” se pretendía 
circunscrito al terreno de los sentimientos y el mundo concreto. 
La ética kantiana radica principalmente en ser una visión masculina del fenómeno moral, 
que no ha tenido en cuenta el análisis de los sentimientos y propósitos morales de los seres
humanos. La ética kantiana es particularmente deficitaria en: -la concepción de la razón 
pura, a priori, no condicionada empíricamente y la autonomía del agente frente a las leyes 
de la sensibilidad. – La escisión del hombre sensible y el hombre racional, la tajante ruptura 
entre lo deseado y lo deseable, y por ende la imposible conexión, aquí y ahora, entre 
felicidad y virtud. 
 
-Las miserias de la Razón pura práctica 
La libertad sobre la que Kant asienta el reino de lo moral, es equivalente a una razón 
práctica totalmente autónoma que no tiene nada que aprender de las necesidades y los 
deseos humanos. Para él, la razón se degrada cuando el hombre se comporta, olvidándose 
de su diferencia con los restantes animales, con indiferencia a lo que le dice la razón por sí 
10
misma utilizándose únicamente para la satisfacción de sus necesidades como ser de 
sentidos. Pero Kant no explica cómo podemos saber lo que nos dice la razón por sí misma, 
ni qué relevancia pudiera tener ese conocimiento. Nos presente esta razón pura práctica 
incondicionada, desligada de todo empírico interés, pura y libre de sentidos. 
Pero esta razón pura práctica es claramente “impura” desde una perspectiva humanista. El 
deber se impone contra el hombre o si se prefiere, el deber se impone a una parte del 
hombre. Divide, escinde el hombre en dos. La supuesta autonomía de la razón práctica no 
supone sino el sometimiento de todo el mundo pasional, al mundo de lo “racional”. No 
reconoce el papel importante de impulso y la emoción en la vida moral. 
La razón y el sentimiento no constituyen ámbitos separados sino que son parte constitutiva 
de una unidad: la naturaleza humana, que mediante la reflexión expande y refuerza 
determinados sentimientos socialmente productivos, o productivos simplemente a nivel 
individual, a la vez que modera y modela determinados impulsos que producirían la 
autodestrucción del individuo o anularían sus posibilidades de atender otros impulsos que 
llevan a compartir sus vivencias en el mundo de la convivencia. 
 
Un concepto precario de autonomía 
La deliberación del hombre de su yo pasional, no es sino el sometimiento de las pasiones a 
una Razón Pura práctica que en última instancia y como Kant llega a reconocer, no es sino 
Dios. Dice; Dios es la razón moralmente práctica auto-legislativa. 
La creencia en un Dios santo que impone sobre los humanos un ideal de santidad que, 
dada la constitución de los seres humanos movidos por pasiones y deseos, es siempre 
compulsión y constricción. El sujeto que auto-legisla no es el yo fenoménico, el yo vivo, el 
hombre de carne y hueso, sino una entelequia racional, que renegando de las miserias de la
condición humana no puede sino considerar todos los mandatos del ser supremo. 
Lo que me parece preocupante es el resquebrajamiento de la autonomía humana al 
someterlo al imperio de una razón práctica que no es sino la voz de un Dios de una tradición
religiosa y de una concepción peculiar dentro de la misma. Es un Dios viril, masculino, 
carente de la afectividad ligada tradicionalmente a lo femenino. Esta hace al hombre moral, 
a su imagen y semejanza, un ser desprovisto de emociones, sentimientos y afectos. Y nada 
de lo que constituye la belleza y la alegría de la vida adquiere valor moral. 
La autonomía fruto del diálogo con los demás y con uno mismo, cuando uno mismo es el 
hombre no dividido, el hombre completo con sus pasiones y su capacidad racional para 
hacerlas productivas a nivel individual y colectivo. 
 
Una penosa virtud 
Se quiere lograr que la imparcialidad y la universalidad se conviertan en sí mismas en el fin 
objeto y sentido de todo nuestro actuar moral. Kant afirma que la moral no es la doctrina de 
cómo nos hacemos felices sino de cómo debemos llegar a ser dignos de la felicidad. El 
contento de sí mismo es la satisfacción de verse libre afirmará, independencia de las 
inclinaciones. 
Tendremos que corregir a Kant, el contento con uno mismo brota de las fuentes más 
profundas de nuestras inclinaciones, como las de ser coherentes con nosotros mismos, con 
nuestros principios, las de ser capaces de extender nuestra capacidad simpática 
alcanzando los principios de solidaridad. Cuando nos reconocemos como dignos de ser 
respetados por nosotros mismos, cuando tenemos visiones de largo alcance, o luchamos 
por el equilibrio y la armonía de nuestras aspiraciones. Se genera en nosotros un estado de 
satisfacción que brota del sentimiento y percepción de que somos racionales y pasionales a 
11
la vez, y que hemos ´podido reconciliar las demandas de nuestro yo racional, que busca 
principios de justicia, con las de nuestro yo pasional que desea la felicidad propia y la de 
familiares, amigos, e incluso de nuestra raza humana cuando la sympatheia está bien 
desarrollada. 
Fue un acierto notable por parte de Kant que el hombre encuentra una fuente particular de 
gratificación y contento en el cumplimiento de sus deberes para la comunidad y consigo 
mismo. No obstante, sobre la fuente de esta gratificación o contento, el pensamiento 
kantiano se descarrió lamentablemente. Sus prejuicios puritanos, su particular concepción. 
 
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CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA – KANT 
La Razón Teórica “pura” es la razón no mezcladacon elementos empíricos, refiere al 
conocimiento del ser y da lugar a proposiciones o juicios a priori “universales y necesarias” 
o particulares y necesarios. 
 
La Razón Práctica es la conciencia moral y sus principios: razón aplicada a la acción, razón 
aplicada a la práctica y a la moral. Es una dialéctica continua y recíproca entre el individuo y
la sociedad. Los tres postulados son: La libertad de la voluntad, la existencia de Dios y la 
inmortalidad del alma. Se refiere al deber ser y da lugar a proposiciones en forma de 
mandatos; imperativos categóricos (universales y necesarios) e imperativos hipotéticos 
(particulares y continentes). 
 
Ser moral consiste en representarse la ley en sí misma y hacer de esta representación el 
principio determinante de su voluntad. 
El sujeto moral kantiano es el hombre concreto, finito, cuya voluntad puede ser determinada
por toda una serie de motivos y que tiene libertad para moverse en función de lo querido o 
lo deseado. 
 
Heteronomía de la voluntad: La voluntad no determinada por la razón del sujeto sino por 
algo ajeno a ella (la voluntad de otras personas, las cosas del mundo, la sensibilidad, la 
voluntad divina). 
 
La autonomía de la voluntad: llamamos autónomo a un sujeto cuando se da a sí mismo su 
propia ley y es capaz de cumplirla. Cuando un sujeto se comporta moralmente él mismo se 
da las leyes a las que se somete, pues dichas leyes tienen su origen en la naturaleza de su 
propia razón. Equivale a la libertad de la voluntad. 
 
La Ética formal significa que actuar bien es un fin en sí mismo. Debo hacerlo porque la 
razón me dictamina que así se debe actuar, no para evitar un castigo o conseguir una 
recompensa. Identifica la esencia de la moral con la forma de realizar el acto humano, con 
la manera de alcanzar el bien. 
 
LA ÉTICA ARISTOTÉLICA (4956) 
 
La ética es una praxis íntima que refiere a las acciones que podemos realizar los hombres y
la dirección que vamos a dar a nuestra voluntad y libertad. 
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La ética de Platón (maestro de Aristóteles), al igual que la socrática, identificaba el bien con 
el conocimiento. Por naturaleza el hombre tiende a buscar el bien, por lo que basta 
conocerlo para actuar bien . El problema es que el hombre desconoce el bien y toma por 
bueno lo que le parece bueno y no lo que es realmente bueno. Es una idea de bien que es 
única y la misma para todos los hombres. 
Pero para Aristóteles no es posible afirmar la existencia del bien en sí, de un único tipo de 
bien. Hay una variedad de bienes y de formas de actuar. 
 
Para Aristóteles toda actividad humana tiende hacia algún fin. Habrá que determinar cuál es
el fin último del hombre al que estarán subordinados los otros fines, el fin último que sea el 
fundamento de todos los demás. Para este autor este fin es la felicidad y por eso se dice 
que su ética es eudemonista porque considera que el fin último que persigue el hombre es 
la felicidad. Bienestar podría ser una traducción más actual y la ética sería el medio por el 
cual el hombre la lograría. 
Cómo se alcanza la felicidad? La riqueza, los honores y la fama son bienes externos que no
son perseguidos por sí mismos, sino por ser medios para alcanzar la felicidad. Es ésta la 
única que se basta a sí misma para ser. La ética no es ni puede ser una ciencia que busque
definiciones sino una reflexión práctica encaminada a la acción, por lo que ha de ser en la 
actividad humana donde encontraremos los elementos que nos permitan responder esta 
pregunta. Cada sustancia tiene una función propia que viene determinada por su 
naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra de la propia 
naturaleza. Por ejem. Una cama es para dormir, si no puede cumplir esa función sería una 
“mala” cama. Si la cumple tendría una virtud. 
La virtud es cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia. Del mismo modo el 
hombre ha de tener una unción. La felicidad consistirá en actuar conforme esa función. S 
sus actos la conducen a ella entonces serían virtuosos y sino serían vicios. 
 
Habrá dos formas propias de comportamiento que lleven a la felicidad: las virtudes éticas 
(propias de la parte apetitia y volitiva de la naturaleza humana) y las dianoéticas propias del 
pensamiento, de las funciones intelectuales). 
 
Las virtudes morales: 
Son fruto de la costumbre, nos vamos forjando una forma de ser a lo largo de la vida. Hay 
tres aspectos formales que intervienen en ella: la volición, la deliberación y la decisión. Es 
decir, queremos algo, deliberamos acerca de la mejor forma de conseguirlo y tomamos una 
decisión acerca de la acción que debemos emprender para alcanzar el fin propuesto. Dado 
que Aristóteles entiende que la voluntad está naturalmente orientada hacia el bien la 
deliberación siempre es acerca de los medios y no sobre la volición, y también se delibera 
sobre la conducta que hemos de adoptar. 
Si la decisión fue correcta entonces tiende a automatizarse, se repite en futuras ocasiones 
llegando a automatizarse y se convierte en hábito, esto para el autor es una virtud. (“soy 
bueno porque me porto bien”). Si continuamos repitiendo aunque no es correcta generará 
un hábito basado en la repetición de malas decisiones, es decir un vicio. 
La virtud es por tanto un hábito selectivo consistente en una posición intermedia 
determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Es una posición 
intermedia entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto., es un punto medio. No hay 
forma universal de comportarse en la que pueda decirse que consiste la virtud, pero es a 
13
través de la experiencia cómo podemos ir forjando ese hábito, mediante la persistencia en 
la adopción de decisiones correctas.
Las virtudes dianoéticas:
Para determinarlas parte del análisis de las funciones de la parte racional o cognitiva del 
alma, de la diánoia. A la función práctica del hombre, la actividad del pensamiento que 
reflexiona sobre la vida ética y política tratando de dirigirla le corresponde la virtud de la 
prudencia o racionalidad práctica. Mediante ella elegimos las conductas correctas de 
comportamiento. La prudencia es la virtud fundamental de la vida ética del hombre sin la 
cual no podemos alcanzar las virtudes éticas. 
Las funciones contemplativas o teóricas propias del conocimiento científico les corresponde 
la virtud de la sabiduría. Ésta presenta el grado más elevado de virtud al que puede aspirar 
el hombre y Aristóteles la identifica como la verdadera felicidad porque tiene por objeto la 
determinación de lo verdadero y lo falso, del bien y el mal. El hábito de captar la verdad a 
través de la demostración, la sabiduría. En efecto, el saber teórico no sirve para nada más 
que ello, es el fin último porque tiene su placer propio, dado lo que , a diferencia de otras 
virtudes, no debe buscarse el justo punto medio sino el máximo desarrollo posible. 
ÉTICA, MORAL Y DEONTOLOGÍA - HUGO MARTÍNEZ ÁLVAREZ
Deontología (del griego deon, deber y logos tratados) significa tratado de los deberes y se 
aplica especialmente en relación a los deberes de una profesión. La deontología es la moral
profesional entendida esta como una serie de principios morales consensuados por un 
grupo de profesionales determinados.
Ética proviene del griego ethos y moral del latín mos-ris, ambas significan costumbre en 
sentido amplio pero sus connotaciones se diferencian. Moral se usa para referirse al 
conjunto normatizado como bueno en cada época o lugar, mientras que ética designa a la 
rama de la filosofía que tiene como tema el acto moral. Como adjetivos se diferencian 
también porque moral designa la relación del individuo con las normas aceptadas por un 
grupo humano y ética para designar a la conducta del individuo que, a partir del ejercicio 
reflexivo, se posiciona críticamente frente a la norma y asume voluntariamente la 
responsabilidad sobre los efectos de su acto. La ética no nos sirve para saber si lo que los 
otros hacen está bien sino para saber si loque yo hago está bien.
La moral es un código que prescribe los modos de comportamiento de las personas, y en 
esas prescripciones aporta un modelo ideal de cómo uno debe actuar. Este modelo se 
expresa en los principios que expresan los códigos deontológicos, son las directrices 
generales que constituyen ideales de comportamiento para los profesionales. . De estos 
códigos se derivan normas que aluden a campos o relaciones precisas del desempeño 
profesional. Las normas, por su carácter más ligado a lo concreto, tienen excepción. Pero 
no hay excepción a los principios de responsabilidad social de la profesión, o a la 
competencia que requiere el profesional, o al respeto por la dignidad de las personas. Es 
por este carácter ideal que los principios se enlazan con la vocación de universalidad. 
La ética se caracteriza por el recorte singular, por estar marcada por un rasgo 
fundamentalmente diferencial. La ética es una dimensión ineludible de la experiencia 
humana que alude al posicionamiento de un sujeto en relación con las circunstancias que le
14
tocan vivir. Es este sentido es que la ética está fuertemente vinculada a la responsabilidad 
que obviamente está basada en la responsabilidad social que la moral profesional 
constituye pero queda este margen que alude al sujeto en su subjetividad, es un margen de 
libertad enmarcado en su propio tiempo. . 
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MÓDULO 2
EL CONCEPTO DEL SUPERYÓ- NASIO
Se remonta al momento de desaparición del Complejo de Edipo; es la autoridad parental 
internalizada en el momento del Edipo y diferenciada en el seno del yo como una de sus 
partes. Es el heredero del complejo de Edipo. 
La génesis del superyo primordial y sus tres funciones inconcientes: prohibir exhortar y 
proteger.
El superyo es la huella psíquica y duradera de la solución del principal conflicto de la escena
edípica. La ley prohíbe el goce; el conflicto se da entre la ley y el goce absoluto del incesto. 
El niño, por miedo a ser castrado se somete resignado a la prohibición parental y acepta 
renunciar (con temor y odio) a concretar su deseo, pero su deseo no queda suprimido. 
Entonces, una parte del yo se identifica con la figura parental interdictora mientras que la 
otra parte continúa deseando. Esta ley con la que se identifica constituye lo que 
denominamos superyo y es el garante de la repetición de los tres gestos fundamentales a lo
largo de su existencia: renunciar al goce prohibido, mantener su deseo hacia ese goce 
inaccesible y salvar su pene de la amenaza de castración (salvar su integridad física y 
psíquica que se hubiera fragmentado si hubiera accedido al goce trágico del incesto). La 
existencia del super yo no representa la desaparición del deseo sino su vigor.
El super yo representa la renuncia al goce prohibido, la exaltación del deseo por un goce 
prohibido y la defensa de la integridad al yo no solo contra la amenaza de castración sino 
contra el peligro del goce del deseo incestuoso. 
Las dos categorías del superyó primordial: el superyó-conciencia y el superyó-inconciente 
tiránico
El superyó conciencia es la parte de nuestra personalidad que regula las conductas, nos 
juzga y nos ofrece como modelo un ideal.Responde a una moral a seguir y a un ideal a 
alcanzar. Esta se explica por la incorporación en el seno del yo no solo de la ley de 
prohibición del incesto sino también de la influencia crítica de los padres y de modo 
progresivo de la sociedad en su conjunto. Sus tres roles son: crítica, juez y modelo, que 
15
representan la parte subjetiva de los fundamentos de la moral, el arte, la religión y de toda 
aspiración hacia el bien estar social e individual. Pero esta cara es la más superficial del 
superyó.
Este otro superyó tiránico cruel y feroz es la causa de gran parte de la miseria humana y de 
las absurdas acciones infernales del hombre (suicidio, asesinato, destrucción y guerra). El 
bien que este superyó salvaje nos ordena encontrar no es el bien moral sino el goce 
absoluto en sí mismo. ; nos ordena infringir todo límite y alcanzar lo imposible de un goce 
incesamente sustraído. 
Los excesos del superyó tiránico: condena (interdicción desmesurada), ordena (exhortación
desmesurada) e inhibe (protección desmesurada)
El superyó tiránico es el heredero de un trauma primitivo
No se trata aquí necesariamente de la crisis edípica sino de cualquier traumatismo primitivo 
padecido por el niño con independencia de su edad, cuando sus fantasmas le hacen oír la 
voz de un adulto como una imposición brutal y desgarradora. Aturdido el niño siente el peso 
de la autoridad y de la intimidación parentales sin comprender sobre qué recae en realidad 
la prohibición proferida por la voz fantasmada de los padres. Este superyó está hecho del 
fragmento de voz a la deriva, a un objeto errático denominado objeto a. Hay un rechazo de 
lo simbólico mediante una forclusión por un trauma primitivo. Es un trauma personificado 
por el yo que condena, ordena y sofoca. 
La culpabilidad es una enfermedad imaginaria del yo que reclama el remedio imaginario del 
auto castigo infligido por el superyo. Freud explica que este sentimiento permanece mudo 
para sujeto pero el mismo se siente enfermo. La culpabilidad se expresa de modo indirecto 
en afecciones psicopatológicas
El yo recae enfermo a fin de aliviar la opresión de ser inconscientemente culpable. El dolor 
sentido (autocastigo) es el alivio de un dolor no sentido (culpabilidad)
Por una parte debemos obedecer a una voz que obliga a gozar y por otro lado a otra voz 
que prohíbe gozar. Ante el superyó que exhorta el yo es culpable de no realizar su deseo; 
es una falta por defecto y ante el superyó que prohíbe y condena es culpable de estar a 
punto de realizar ese deseo; es una falta por exceso. 
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TEORÍAS DEL DESARROLLO MORAL
Hemos optado agruparlas en dos grandes bloques de acuerdo a ciertas afinidades que 
iremos señalando.
En el primero se entenderá el desarrollo moral como “adaptación heterónoma”. En este se 
reúnen aquellos teorías que han entendido la adquisición de la moralidad como un medio de
inserción de los individuos. Sea por mecanismos biológicos de adaptación o apelando a 
procesos de socialización, identificación o condicionamiento en todos los casos el papel del 
sujeto que se adapta es muy limitado, quedando como principal tarea hacer suyas las 
influencias que desde el exterior se le imponen y sin que para ello tengan especial relieve 
sus capacidades cognitivas. 
El segundo bloque está constituido por aquellas posturas cognitivas que entienden el 
desarrollo moral oco la progresiva construcción de un pensamiento moral justo y autónomo.
Tal desarrollo se consigue en interacción con el medio pero de un modo que el sujeto no 
16
queda sometido unilateralmente a la presión ambiental. sino que hay un notable papel 
autoorganizador. Estas posturas nos permiten fundamentar el modelo de personalidad 
moral propuesto, al menos en lo que se refiere a su capacidad para elaborar principios 
generales de valor y normas concretas de conducta. 
La moral como adaptación heterónoma
Los supuestos que coinciden en Durkheim, Freud, Skinner son…
- La formación moral es una interiorización de reglas culturales externas al individuo,
- Ciertas necesidades biológicas, o la búsqueda de recompensas y evitación de castigos 
son las motivaciones básicas de la conducta moral.
-Aceptan la relatividad cultural del desarrollo moral. 
- Definen el papel de los agentes del medio educativo por la tarea de modular 
cuantitativamente la presión que se ejercerá sobre los sujetos a moralizar. 
Durkheim: Tiende a reducir la moral a sus condicionamientos sociológicos . La moral en 
tanto hecho social es un dato ajeno a nuestra voluntad, se nos impone y sólo al comprender
y aceptar su necesidad logramos conquistar nuestra autonomía moral.
Las accionesmorales responder siempre a un sistema de reglas preestablecidas que 
determinan imperativamente la conducta de los hombres. Para que sean obedecidas es 
necesario que haya un componente de autoridad, tal fuerza debe proceder de una entidad 
superior a los individuos de la sociedad. El sentido de autoridad y de regularidad son los 
aspectos constitutivos del espíritu de la disciplina que todo individuo debe adquirir para 
cumplir las normas morales por deber y no por miedo a las consecuencias. La DISCIPLINA 
es imprescindible no solo para regular la vida individual sino la colectiva.
La ADHESIÓN A LOS GRUPOS SOCIALES es el segundo elemento de la moralidad que 
explica cómo se acepta y reconoce la autoridad que emana de la sociedad. Para ello 
distingue entre los actos personales, que tienen como fin sostener o desarrollar la existencia
de quien los realiza, por lo que no son actos morales, y los actos impersonales que tienen 
como fin una entidad distinta al sujeto que los realiza y son propiamente morales. Los fines 
morales serán aquellos cuyo objeto es la sociedad y obrar moralmente será obrar 
colectivamente, es decir que supone la adhesión, solidaridad y vinculación con los grupos 
sociales. Esto se produce porque se reconoce a la sociedad como un ente que sobrepasa y 
trasciende a cualquier individuo y esto está indisociablemente unido al espíritu de disciplina 
porque la autoridad que regula y normativiza la vida emana de la superioridad que los 
individuos reconocen en la naturaleza.
Durkheim considera a la moral como algo exterior que se impone comparándola con la 
naturaleza con sus leyes naturales. Dice que la autonomía moral es el reconocimiento 
personal de la necesidad de las normas morales de la sociedad y por tanto el paso de lo 
que era exterior al interior de la conciencia individual. 
Explica que para construirla en la personalidad de los jóvenes hay que basarse en la 
receptividad que tienen hacia los hábitos y su gran sugestibilidad. Estas inclinaciones 
requieren prudencia de los educadores y exponer las reglas a las que deben responder para
imprimirles el carácter moral. La autoridad que respalde estas reglas será la del maestro en 
la escuela, el cual adquirirá la autoridad moral y la manifestará en la medida e que tenga 
una idea clara de su misión social. Se basa en la autoridad y critica los castigos corporales.
Freud
17
El desarrollo moral parte de la confrontación entre el individuo no socializado y el sistema 
social; al producirse en la vida de cada sujeto lo hace pasar de un estadio primitivo a uno de
socialización. En el primer estado predomina la impulsividad y la violencia, en el segundo se
impone el autocontrol y el respeto a los demás. La cultura tiene una doble finalidad, proteger
a sus miembros asegurando la supervivencia física y cierto grado de satisfacción y también 
la institucionalización de mecanismos para defenderse y perpetuarse limitando la 
satisfacción de sus miembros. 
El desarrollo moral es el proceso mediante el cual los individuos abandonan su condición 
social y puramente instintual y pasan a un nuevo estado de relativa renuncia a sus 
tendencias instintivas. En principio este cambio se logra por mera coacción externa que la 
sociedad ejerce pero luego esta se internaliza y acaba por construir el mecanismo interno 
superyo. Este impone al yo, como instancia moral, el rechazo de los deseos prohibidos 
socialmente; rechazó que luego se logra por la introyección de las prohibiciones que pasan 
del exterior al interior.
Skinner:
La moral puede reducirse a respuestas condicionadas, todo comportamiento se aprende a 
través de semejantes o idénticos mecanismos.Skinner sostiene que toda conducta es 
debida a contingencias de refuerzo que acompañan su proceso de aprendizaje y hacen 
posible que aquélla sea progresivamente moldeada e incluso mantenida. Los reforzadores 
son de carácter social y los verbales de bien y mal. Entonces la moralidad es el conjunto de 
pautas de comportamiento que los padres y adultos legitimados para ello imponen o 
tramiten a los niños. El estado inicial del niño se caracteriza por impulsividad y egoísmo, es 
a través de la acomodación a las normas como el niño consigue modificar ese estado. Se 
refuerzan las respuestas que se asemejan y se acercan a la pauta necesaria para producir 
una respuesta adecuada. 
Darwin
El carácter universal de la conducta ética indica que posiblemente su fundamento se halle 
en la misma naturaleza del hombre, y que por lo tanto sea un producto de la evolución 
biológica. Esta tesis considera el origen de la moral y el sentido de las virtudes éticas deben
buscarse en los procesos de mutación y selección que modelan la carga genética humana . 
Mediante estos mecanismos se puede llegar a producir cualquier resultado, se refiere a las 
formas corporales o el comportamiento, y por lo tanto pueden modelarse las conductas 
morales y juzgarlas, que se justifican por su éxito. 
La moral como construcción de un pensamiento justo y autónomo
Las teorías cognitivas del desarrollo moral tienen en común….
-el concepto de estadio y en el supuesto de que el paso de uno a otro requiere una 
reorganización de la estructura que los define, de modo que las sucesivas organizaciones 
explican el paso de un nivel de juicio moral a otro más desarrollado.
-El desarrollo moral concede una importancia fundamental al análisis de los pensamientos o
juicios morales.
- La motivación de la conducta moral reside en la realización personal, el amor propio y el 
afán de optimización personal. 
- Los principios y las normas morales nacen de las experiencias de interacción social. 
- Los principios morales básicos son universales y comunes a todas las culturas
18
- El papel de los educadores y del medio en general no se reduce a programar el grado de 
presión conveniente, sino a proporcionar experiencias abundantes y ricas que estimulen el 
desarrollo moral de los educandos. 
Piaget
Crítica el pensamiento de Durkheim y afirma que en circunstancias normales los jóvenes 
experimentan un desarrollo que les lleva desde una moral basada en la presión adulta a una
moral de la cooperación y autonomía. Parte del supuesto de que la moralidad no es innata a
la conciencia individual, para construirla se requiere un proceso de desarrollo cognitivo y de 
las relaciones interpersonales que constituyen la vida colectiva.
La sociedad no es homogénea y por ello se dan dos tipos de interrelación social, una 
coercitiva y otra de cooperación. Ambas se desencadenan evolutivamente y el niño pasa de
una moral heterónoma a una moral autónoma. El juicio moral heterónomo se asienta en 
relaciones interpersonales basados en la presión, en las que el adulto impone al joven 
mediante órdenes y consignas un sistema de reglas y prescripciones obligatorias. Si a esto 
se le suman el respeto unilateral que es la unión de afecto y temor, se facilita la 
consolidación de la moral heterónoma. Pero solo no alcanza sino que surge de la 
convergencia de esos métodos con el egocentrismo en que se encuentran los niños a edad 
tempranas ya que lo externo se impone sin posibilidad alguna de función crítica y 
distanciamiento porque se confunde lo externo con lo interno; el egocentrismo facilita la 
coerción. En este tipo de moral prima el deber y la obligación por encima del bien y la 
autonomía. 
El juicio moral autónomo se asienta en un tipo de relaciones interpersonales basadas en la 
igualdad, la reciprocidad y la cooperación, inauguran el diálogo y la colaboración. Conducen
al nacimiento en la conciencia de cada sujeto de aquellas normas ideales que regulan las 
conductas necesarias para la vida social cotidiana.Requiere también de un sentimiento de 
respeto mutuo que surge en íntima conexión con la superación del egocentrismo y la 
aparición de conductas cooperativas y autónomas . Cuando cada individuo comienza a 
percibirse como diferente a los demás, con motivos e ideas propias, pero a la vez capaz de 
comprender las posturas de todos los otrosparticipantes en una controversia y discutir 
críticamente con ellos.
Piaget realizó investigaciones concretas respecto a estas dos etapas sucesivas. Respecto a
las reglas de juego estableció cuatro períodos sucesivos que cubren el recorrido evolutivo 
de la moral. El primer nivel está constituido por la inexistencia propiamente dicha de reglas, 
le sigue la etapa egocéntrica de imitación de las reglas adultas..Posteriormente inicia el 
periodo de cooperación socializante y de usp titubeante de reglas colectivas. Por último en 
la cuarta etapa se manifiestan plenamente las aptitudes para discutir o codificar las reglas. 
El tránsito de una etapa inicial basada en el realismo moral (deber heterónomo, bien como 
obediencia, normas al pie de la letra y no en su espíritu, concepción objetiva de 
responsabilidad) supone considerar que los deberes y valores se imponen obligatoriamente 
con total independencia de la conciencia para luego pasar a un juicio autónomo.
Probó que hay dos tipos de responsabilidad: la objetiva que se manifiesta 
predominantemente en torno a los 7 años y que juzga los actos por medio de los resultados;
y la responsabilidad subjetiva cuyas manifestaciones dominan alrededor de los 9 años y son
exclusivos a partir de las 10 que juzga los actos por la intención de su ejecutor.
En relación a la noción de justicia Piaget establece tres etapas en su desarrollo. De los 6 a 
los 8 la justicia como obediencia, osea que la justicia se confunde con con lo impuesto por 
lo exterior; de los 8 a los 11 aparece relacionada a la igualdad porque “todos deben ser 
19
tratados del mismo modo”. Y por último de los 11 en adelante surge la justicia como 
equidad, que implica la superación del mero igualitarismo por pensar las particularidades de
cada sujeto. 
Concluye que el fin de la educación moral no puede ser otro que la construcción de 
personalidades autónomas aptas para la cooperación.Para alcanzar dicho objetivo es 
necesario:
-Potenciar el desarrollo intelectual dado que es condición necesaria.
-Colocar a los niños en situaciones donde experimenten una vida social activa y cooperativa
- Ayudar a los niños a que descubran las normas más convenientes 
- Favorecer la participación activa de todos los individuos en grupos de pares para incitar el 
intercambio de puntos de vista sobre temas morales. 
Lawrence Kohlberg
Estudia sobre el desarrollo de los modos de pensamiento y acción moral entre los 10 y los 
16 años. La tesis central defiende que el desarrollo del pensamiento moral del hombre se 
produce de un modo natural, plasmandose en un recorrido a través de 6 estadios cada vez 
más óptimos, que se manifiestan con total independencia de la cultura en que están insertos
los individuos. 
Prolonga los estudios de Piaget pero se diferencia en varias cosas. El estudio del desarrollo 
es en realidad una descripción del desarrollo del juicio moral. Se trata de establecer el tipo 
de razonamiento empleado por los jóvenes a propósito de temas morales. Explica que se 
necesita recurrir a un juicio racional que tenga presentes tanto las exigencias propias como 
las ajenas y las haga compatibles mediante algún procedimiento justificado racionalmente. 
Los hombres durante su vida llegan a construir sucesivamente 6 grandes estructuras de 
razonamiento moral para solventar de formas cada vez más adecuada los conflictos de 
valor.
Los sucesivos estadios de juicio moral suponen un progreso en el nivel de desarrollo 
intelectual así como un grado de empatía o capacidad para asumir roles cada vez mejor. 
Estas son el resultado de la interrelación adaptativa optimizante entre el sujeto y su medio 
natural y social. Los estadios no definen normas sino criterios de razonamiento que no 
dependen de creencias particulares. los modos de razonar propios de cada estadio, son 
universales, así como del número y orden de los estadios. Las diferencias son debidas a la 
multiplicidad de los contenidos y puntos de vista culturales, pero eso no afecta a la forma 
del razonamiento que es la misma en todas las culturas. ESTADIOS:
-Preconvencional: los temas morales se plantean desde los intereses de los 
individuos afectados, no existe una comprensión de las reglas y expectativas sociales que 
permanecen como algo externo y ajeno al yo. 
-Convencional: se enfoca desde la perspectiva que otorga el sentimiento de 
pertenencia a un grupo social y la necesidad de defenderlo, el yo comprende, acepta y se 
identifica con las reglas sociales.
-Postconvencional: los problemas morales se enfocan desde una perspectiva 
superior a la sociedad , se comprenden las normas sociales pero solo se aceptan en la 
medida en que están de acuerdo con los principios que la conciencia dicta a cada sujeto.
Dentro de cada estadio hay otros dos estadios más:
-Preconvencional: 
1- Moral heterónoma suele cubrir de los 5 a los 8. Es adecuada y justa aquella conducta 
que se someta a reglas apoyadas por el castigo y acate las normas que emanan de la 
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autoridad. Predomina el punto de vista egocéntrico lo que le impide tomar en consideración 
los intereses de los demás y reconocer que pueden ser distintos a los suyos. Por ello solo 
concibe como bueno el acatamiento de las normas de autoridad que vienen avaladas por la 
amenaza de castigo. 
2- Moral instrumental e individualista entre los 8 y 14 años. Entienden que lo apropiado y 
justo es actuar de modo que se satisfagan las propias necesidades, y si se llega a un 
acuerdo de intercambio beneficioso, actuar de modo que se satisfagan también las 
necesidades de los demás. Buscan obtener un beneficio propio relegándose la obediencia a
la categoría de medio para lograr lo que se desea y el castigo a instrumento pragmático 
para restablecer la igualdad allí donde se haya roto. En este sentido el bien es relativo a la 
situación particular, pero esta relatividad impide ordenar y establecer prioridades.
-Convencional:
3- Moral normativa interpersonal en la preadolescencia prolongandose a veces toda la vida. 
El comportamiento bueno y correcto es aquel que complace y ayuda a los demás, y acaba 
recibiendo su aprobación. Se trata de vivir de acuerdo con lo que las personas cercanas. 
Aparece el concepto de equidad por lo que se favorece al más débil, esto se da en las 
relaciones interpersonales con las personas próximas. En cambio se tienen dificultades para
resolver situaciones de conflicto en las que no se pueda mantener la aprobación de todos.
4- Moral del sistema social suele empezar a desarrollarse a la mitad de la adolescencia. Se 
vuelve a considerar la autoridad como guía del deber aunque ya no es personal sino que 
emana de la sociedad, se busca el mantenimiento del orden social porque nos parece 
valioso en sí mismo. El sujeto toma el punto de vista del sistema social global generalizado, 
el valor supremo es contribuir al bienestar de la sociedad.
Posconvencional:
5- Moral del contrato y de los derechos humanos. entre este y el estadio 4 hay un estadio 
intermedio en la que se reconocen la relatividad de criterios sociales, es decir, es posible la 
validez de cualquier criterio. Por lo que el sujeto se orienta hacia valores que elige de 
acuerdo a opciones subjetivas y personales. 
El quinto estadio está dominado por la moral del contrato y de los derechos humanos y no 
suele aparecer al menos hasta el final de la adolescencia. El comportamiento correcto 
deberá tener presentes tanto los derechos humanos individuales y generales que están por 
encima de cualquier otra consideración, como las normas que han elaborado críticamente y 
han sido aceptadas por la sociedad. El sujeto conoce y respeta ciertos valores y derechos 
anteriores a cualquier pacto social, conoce también las distintas posturas que defienden los 
individuos o grupos sociales, pero es capaz de integrar tales posturas mediante 
mecanismos formales e imparciales de acuerdo. 
Las razones que conducen a obrar bien tienen que ver con la necesidad de mantener 
intacto el autorespeto que sufriría en caso de no implicarse enla defensa de valores 
básicos, como en el sentido de obligación que introduce la ley fundada en un acuerdo 
social.
6- Moral de principios éticos universales. Se llega con dificultad y no antes de los 20 años. 
Lo correcto para una persona que alcanzó este estadio es proceder según la decisión de su 
conciencia y de acuerdo con principios éticos de carácter universal y general que ella misma
elige. Se reconoce en primer término que hay un criterio de naturaleza moral que debe regir 
la vida colectiva, se refiere al respeto debido a las personas y a la condición de fines y no de
medios. 
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La perspectiva supone orientarse por principios éticos auto escogidos, considerar justas las 
leyes sociales en la medida en que se apoyan en tales principios y de lo contrario 
cambiarlas. Se alcanza el desarrollo del juicio moral con contenido universal: igualdad, 
respeto a la dignidad, libertad y autonomía. Dado que son principios se utilizan para generar
decisiones adaptadas a situaciones particulares. 
Elliot Turiel
Parte de la convicción de que la vida social de los individuos está regulada por el 
pensamiento que éstos hayan construido sobre la organización social. El conocimiento 
social no se construye globalmente sino que en él se distinguen varios dominios referidos a 
distintos niveles de interrelación con el medio social y que para cada uno de ellos podrían 
determinarse etapas de desarrollo distintas.
El conocimiento social resultante de las experiencias de interrelación con el medio social se 
estructura en teorías, complejos conceptuales, o modos de pensar que permiten a los 
individuos comprender la sociedad y orientarse a ella. Estas formas de pensar son 
elaboraciones producto de los contactos interactivos con el medio y ello produce un 
pensamiento coherente y sistemático a propósito de la estructura social. Estos van 
cambiando a lo largo del desarrollo del individuo y cada reestructuración supone un 
aumento de coherencia interna del pensamiento, así como la construcción de una estructura
conceptual mejor adaptada a la comprensión de la realidad. 
La experiencia de los sujetos en el mundo social no permite definir una estructura general y 
homogénea de la mente que limite a una sola gama de conceptos la comprensión de las 
relaciones sociales. Por el contrario, se piensa que esta comprensión de las relaciones 
sociales depende de la construcción de al menos tres categorías: los conceptos sobre el yo 
y la estructura psicológica de los demás, los conceptos sobre la organización social en 
todas sus facetas (roles sociales, instituciones) y los conceptos sobre la justicia, el derecho 
o el bienestar. 
Turiel intenta demostrar las diferencias entre dos dominios del pensamiento social que se 
han ido confundiendo, nos referimos a la convención y a la moralidad.
Convención y moralidad:
La moralidad se refiere a aquellos juicios prescriptivos sobre temas de justicia, derechos, 
bienestar y en general a los juicios y conductas que inciden en la manera en que debemos 
relacionarnos con las demás personas. Los juicios morales son juicios obligatorios aunque 
no impuestos socialmente, universalmente aplicables, ya que sirven para todos los 
individuos que se encuentren ante circunstancias similares, e impersonales porque no están
en función de las preferencias individuales. No dependen del contexto en que se aplican ni 
del contexto social porque no están reguladas por un consenso entre los miembros sino que
se fundamentan en el mérito intrínseco que acompaña a la acción determinada respecto a 
las relaciones sociales. 
Las convenciones son uniformidades conductuales que manifiestan los miembros de una 
colectividad y tienen un carácter arbitrario por lo que permite pensar en la posibilidad de 
cursos alternativos de acción sin que por ello se vea modificada su eficacia. Coordinan las 
interacciones y permiten prever la conducta de todos los participantes. 
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ACERCA DEL MALESTAR EN LA CULTURA DE SIGMUND FREUD- HUGO MARTINEZ
ALVAREZ
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El texto insiste en plantear que no se puede estudiar el destino del individuo por fuera de la 
comunidad en la cual està inserto, que uno y otro son partes solidarias de la misma 
estructura.
El desarrollo de la civilizaciòn està sujeto al mismo proceso que rige la gènesis del yo: 
dominar las excitaciones externas (la naturaleza en caso de la civilizaciòn), y regular las 
tensiones internas (entre los miembros del grupo). 
El el Malestar en la cultura Freud plantea las tres fuentes de displacer para el hombre. EL 
PROPIO CUERPO fuente de displacer originado en pulsiones internas), el mundo (asedio 
de las presiones externas) y el Otro (civilización, leyes, mundo, cultura,etc). Estos límites 
que marcan estas fuentes, la resignaciòn que representa para el humano su existencia en la
cultura, ponen de manifiesto que sólo renunciando al narcisismo e ingresando a un mundo 
de límites (el mundo de castraciòn y de muerte) es posible la vida para el humano. Estos 
elementos son los bàsicos para pensar los temas èticos y morales.
Otro tema esencial para la consideraciòn de la ética y la moral es el tema de la libertad; 
Freud le da sentido como empuje pulsional obstaculizado por la necesidad de los humanos 
a vivir en comunidad. Explica que son dos las condiciones inherentes al ser humano que le 
impedían la libertad absoluta: “la realización de sus deseos”; por un lado la necesidad de 
compartir las satisfacciones con los demás miembros de la comunidad, a los que necesita 
por su debilidad física y su insuficiente técnica para dominar la naturaleza, y por otro lado la 
conciencia moral que impone una restricción a la realización de deseos.
“El edificio de la civilización descansa sobre el principio de la renuncia a las pulsiones… y 
supone la no satisfacción de estas” La civilización necesita volver la agresividad sobre el 
individuo a fin de que éste no la ejerza sobre sus congéneres, de algún modo, utiliza la 
agresividad contra sí misma, transformándola en una instancia represiva. 
Para cimentar la civilización, hace falta en un primer momento inhibir la pulsión sexual en 
cuanto a la meta que le es propia y desviar la energía libidinal hacia las tareas que son 
útiles a la comunidad. La comunidad exige a sus miembros la mayor cantidad posible de 
libido inhibida en cuanto a su meta sexual con el objeto de consolidar el lazo social 
mediante relaciones amistosas. Utiliza la agresividad para sus fines interiorizándola en la 
forma de moral y el superyo, vías que no dejan propiciar la neurosis expresándose en los 
síntomas que los sujetos padecen. 
Freud plantea que la vida nos trae dolores, desengaños y tareas insolubles. Para soportarla 
hay tres calmantes posibles; poderosas distracciones, satisfacciones sustitutivas y 
sustancias embriagadoras. Ciencia, arte y religión son los tres calmantes posibles.
Para Freud la cultura es una organización colectiva de expiación del asesinato primordial 
del padre. La cultura es la tentativa de saldar la deuda contraída por este crimen, y 
simultáneamente el eterno fracaso de este propósito . Este crimen es la expresión mítica de 
una violencia constitutiva, la violencia que el símbolo ejerce sobre lo real y que tiene por 
efecto abrir la dimensión de una falta en el campo de lo representable.
El mito del padre muerto explica que en el origen de la cultura hay un imposible. Este 
imposible es el fundamento pues alude a un estado anterior de la cultura en la que hay Uno-
el padre- para quien ninguna prohibición tiene vigencia. El padre encarna un goce no 
limitado por la castración; es un goce que se pierde al entrar en la cultura y es un goce que 
el hombre no termina de resignar. Si el goce tuviera lugar no existiría la posibilidad de armar
comunidad porque el otro se presentaría solo en la dimensión de obstáculo para la 
satisfacción.
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Ahí donde Freud hablaba del programa del principio de placer diciendo

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