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Resumen de estructuracion de la subjetividad (1)

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RESUMEN DE ESTRUCTURACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD
Cantidad: monto de energía tanto interna como externa.
Cualidad: es cuando la dimensión económica adquiere significado.
Subjetividad: integra a un conjunto de cualidades que singularizan a un determinado sujeto. Es el modo de ser que 
particulariza y diferencia a un sujeto de otro. Es lo que le da individualidad, identidad propia. La subjetividad se 
construye en la medida en que el registro de la experiencia va conformando realidad psíquica y de esta se desprende
ulteriormente la realidad consensual. 
Metapsicología: es una reflexión sobre la mirada de un determinado tema (meta). Es la explicación del aparato 
psíquico (concepto abstracto) que queda afuera de lo empírico pero que sirve como instrumento y es consecuencia 
de lo observable. La metapsicología ayuda a comprender conceptos que están fuera de la realidad, pero en conexión
con la misma. Meta→ volver sobre uno mismo. 
Las 3 vertientes metapsicológicas: 
1. Económica: es la primera vertiente, el origen. Está relacionada con la libido y la pulsión (lo propio del sujeto).
2. Tópica: es la inscripción de la experiencia. Está organizada en torno a la representación y el afecto, origen del
topos (lugar) inconsciente. Es en dónde queda el registro, esa energía psíquica. 
3. Dinámica: es la circulación de la energía libidinal entre esas estructuras. Da cuenta del conflicto establecido 
entre los distintos sectores (ICC, PCC, CC) y factores que conforman lo mental. 
- Estas tres dimensiones se encuentran entrelazadas epigenéticamente y son insoslayables en la consolidación del 
concepto de sujeto. 
- La estructura del sujeto se forma por los primeros vínculos. 
PULSIÓN → es algo propio del sujeto. Es un concepto límite entre lo somático y lo anímico (conexión lidiada por la 
pulsión). Es esa energía endógena que genera una exigencia de trabajo al aparato psíquico en función de una 
experiencia emocional. Este trabajo debe reconocer una imagen exterior y una necesidad subjetiva. Además, está 
adherida al deseo y a lo destructivo según la experiencia del sujeto, que se va estableciendo en el inconsciente y 
también en la conciencia, por eso, es una inscripción. Si la experiencia fue buena se libera en deseo. En cambio, si la 
experiencia fue mala surge la tensión que no sabe cómo resolver o enfrentar esa energía. 
Epigénesis: indica que el registro de la experiencia que hace cada sujeto surge de la concurrencia de aquellos 
estímulos específicos provenientes del medio y la capacidad de almacenamiento y transformación de los mismos 
promovidos por la presencia de una determinada disposición constitutiva. Es aquello que ocurre a lo largo del 
desarrollo de la persona, sus experiencias. 
CONCIENCIA
Freud define a la conciencia como la capacidad del aparato anímico para captar las cualidades psíquicas (diversas a 
medida que vamos creciendo) y poder diferenciarlas. La conciencia en el sujeto es, esa función psíquica que, 
promoviendo un movimiento reflexivo, puede dar cuenta de la propia subjetividad, de aquellas cualidades que la 
constituyen. Está destinada a captar la intensidad de los estímulos, endógenos y externos, que arriban al sistema 
perceptual. 
La subjetividad inicial es pura sensación, que oscila entre los polos del placer y el displacer. El principio de placer 
genera un funcionamiento evacuatorio (arco reflejo). Luego, este principio modula la integración de la experiencia 
primitiva en torno a las vivencias de satisfacción y de dolor. Estas vivencias implican un movimiento: 
1. Percepción y captación de la intensidad del estímulo: función de conciencia atribuida al sistema de neuronas 
omega, que captan el incremento displacentero de la tensión, así como su caída placentera. Además, las 
omega perciben la conciencia, pero no la registran. 
2. Recepción y conducción de los estímulos: función atribuida a un grupo de neuronas denominadas Fi.
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3. Registro indeleble del engrama vivencial: por un grupo neuronal denominado Psi. Este efecto inaugura el 
interjuego representacional mnésico en la vida psíquica que tiene como uno de sus paradigmas a la vivencia 
de satisfacción. 
VIVENCIA DE SATISFACCIÓN
Es una experiencia originaria que muestra una primera articulación entre lo interno, proveniente del soma, y lo 
externo resultante de la acción específica aportada por el medio. La tensión de necesidad inicial promueve una 
demanda pulsional que implica una exigencia ligada al incremento tensional somático encuentra en los comienzos 
una psique inmadura capaz de una sola respuesta: la descarga. 
La respuesta apropiada la aporta el medio (madre) ya que suministra nuevos estímulos que sacian, contienen, alivian
y que por ello transforman la tensión primera, la calma. La conciencia alternativamente registra aumento de tensión 
displacentero y su caída placentera, cuando la satisfacción se ha producido (registro de lo que será luego 
padecimiento y goce). En Psi, que fija la experiencia de manera inconsciente, queda registrada la asociación entre el 
padecimiento inicial y el alivio ulterior. Por ello, cada vez que resurja la tensión de necesidad automáticamente se 
reinvertirán las huellas de la experiencia placentera, dando origen al movimiento propio de la realización de deseo, 
que se define como el camino psíquico más corto para el reencuentro con la satisfacción. 
En este segundo tiempo, la psique descarga a través de la vía alucinatoria, en la cual la conciencia capta una imagen 
y revive las sensaciones placenteras propias de la experiencia de satisfacción sin poder reconocer todavía que 
depende de un objeto externo para que el alivio sea real. Para que este reconocimiento ocurra, es necesaria una 
ampliación de la capacidad de registro consiente. Aquí hay un primer obstáculo que dificulta la transformación del 
funcionamiento mental y la expansión de la conciencia: la experiencia de satisfacción original se ha asimilado al yo. 
La reproducción alucinada no encuentra un objeto, sino un estado del yo donde lo bueno le es propio, donde 
automáticamente se reconstituye un estado carente de tensión, en el cual el yo es uno con la imagen alucinada que 
lo produce. El yo se va constituyendo a expensas de un desconocimiento, se consolida a partir de una expulsión de 
los estados de malestar. 
Facilitación: es la huella mnémica de la primera vivencia de satisfacción que da paso al deseo. Es algo que ya está 
preparado para que suceda, está fijado. Por lo tanto, comienza a haber una separación entre necesidad y deseo. 
Para ir a buscar el objeto de satisfacción tiene que haber un discernimiento, que es la primera forma de pensamiento
humano (siento algo) o juicio. Es decir, que el bebé entendió que a partir del berreo y llanto viene un adulto 
experimentado a cubrir y a satisfacer esa tensión de necesidad. 
VIVENCIA DE DOLOR
Ante el dolor, producto de un exceso intolerable de estímulo, surge la llamada defensa primaria. El engrama 
doloroso es evitado debido a un conjunto de facilitaciones colaterales que bloquean su recatectización y alejan el 
sufrimiento de la incipiente (naciente) vida psíquica. Lo placentero es asimilado al yo, mientras que lo malo es 
rechazado fuera de las fronteras del yo. 
El dolor psíquico se genera en el proceso de reconocimiento vivencial de lo irreparable de una pérdida objetal. Este 
reconocimiento implica que el funcionamiento de la conciencia ha adquirido en esta etapa un nivel integrador que le
permite reconocer y procesar experiencias negativas. La conciencia pasa de captar solo sensaciones ligadas a las 
modificaciones de la cantidad a ejercer el reconocimiento de las cualidades de los objetos y a delimitarlos del propio 
sujeto. Este proceso permite que las pérdidas sean significativas como la falta de aquello que el yo necesita. 
EL PENSAMIENTO
El pensamiento es producto de un proceso de desarrollo en el que se experimenta una complejización que 
promueve cambios paralelos en otras funciones dentro de la estructura psíquica, en particular enla conciencia. 
EL PENSAMIENTO ASOCIATIVO O POR CONTIGUIDAD (primera fase del pensamiento) implica un cambio en el nivel 
previo de ligadura establecido en Psi. Esta ligazón es más firme, retiene la investidura de la experiencia de 
satisfacción inhibiendo al movimiento alucinatorio (no hay percepción de un objeto externo real que alivia la 
tensión→ omnipotencia). Este hecho surge de la necesidad de evitar la frustración que produce la descarga 
automática alucinada, incapaz de disipar (desaparecer) la tensión displacentera acumulada. Este movimiento 
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transforma la identidad de percepción alucinatoria originaria en una adecuación entre cierto recorrido de huellas 
mnémicas y la percepción final de un objeto real externo. Cuando esta percepción se produce ocurre la descarga. 
Esta descarga luego del encuentro con el objeto real es la llamada acción específica que lleva a la reiteración de la 
satisfacción. En conclusión, este pensamiento surge de un estado en donde el cuerpo, mente y mundo exterior 
forman parte de un todo no diferenciado conscientemente. 
Estos movimientos son pura sensación (orientados libidinalmente) y tienden a reencontrar la misma dimensión 
placentera ya experimentada. La identidad de percepción alucinada previa se sustituye por un tipo de movimiento 
representacional que promueve una correspondencia con el mundo exterior y esta identidad una vez hallada 
consolida al yo. Es por ello que es un tipo de pensamiento identitario. La identidad de percepción ha dado lugar a la 
identidad de pensamiento. 
En su búsqueda de lo idéntico, este pensamiento paralelamente consolida la investidura de un grupo de huellas 
mnésicas estables, que son la base de la constitución del yo. 
El retardo en la descarga refuerza un tipo de ligadura y posibilita, durante la búsqueda exploratoria, la incorporación
de nuevas ligaduras. La consecuencia psíquica es la ampliación del registro de los atributos objetales. Estos son 
asimilados inicialmente a la propia interioridad, lo que refuerza la estabilidad previa. En esta etapa se instala el juicio
atributivo que vincula lo placentero a lo bueno y lo bueno al yo. Este tipo de pensamiento es inconsciente y 
presupone un adecuado posicionamiento del objeto exterior como objeto auxiliador. 
OBJETO AUXILIADOR DE WINNICOT: Este objeto debe cumplir ciertas funciones para asegurar la consolidación tanto 
de la omnipotencia inicial como de la capacidad de ilusión del infante, base de la futura creatividad del sujeto. La 
conciencia, en el momento de ese encuentro inicial con el objeto, capta una cualidad en él, la incorpora, y esta 
incorporación actúa como un modulador de la incipiente vida emocional que lo prepara para futuros cambios de sus 
propias funciones. Este proceso va estableciendo subjetividad en torno a un pensamiento omnipotente e ilusorio. 
EL PENSAMIENTO JUDICATIVO O DISCERNIMIENTO: en este pensamiento el semejante, como referente del objeto 
placentero, refleja atributos vivenciales que completan la propia imagen del sujeto impregnándola de cualidades 
subjetivas. En este proceso, todavía opera el pensamiento por contigüidad de tipo identitario que elimina al objeto 
en su externalidad a través de procesos identificatorios, introyectivos. A su vez, el prójimo, es el espacio donde se 
deposita lo negativo inasimilable (proyección). La proyección de lo diferente, de lo hostil en el objeto, prepara la 
aparición de nuevas funciones adscriptas a la percepción consiente tramitadas por el discernimiento. El nuevo 
pensamiento busca reconocer en el objeto lo diferente, sus distintos atributos y esto lo enfrenta a sus aspectos 
negativos y positivos. En primer término, surge en el psiquismo un movimiento atributivo que asimila lo placentero 
a lo bueno y a lo interno, hace desaparecer al objeto como entidad diferenciable y da lugar así al nacimiento de la 
realidad psíquica. Lo displacentero, articulado a lo malo, es rechazado al exterior de lo psíquico. Este proceso inicial 
esta sostenido por el pensamiento asociativo. En un segundo término, surge el juicio de existencia promoviendo al 
pensamiento judicativo. El discernimiento opera sobre la dimensión negativa proyectada dando lugar al 
reconocimiento de lo diferente como aspecto de lo existente por fuera del sujeto. Además, este pensamiento está 
vinculado al papel que el lenguaje asume paulatinamente dentro de la dinámica psíquica. 
El pensamiento asociativo es inconsciente y es la base del llamado proceso primario. En cambio, el discernimiento, 
ligado al proceso secundario, incluye en su devenir a la intervención de la conciencia que participa en procesos 
analíticos y sintéticos modulados por el juicio. También interviene en el dialogo interior y en estados de 
conocimiento favoreciendo reacomodamientos inconscientes indirectos. 
CONCIENCIA MORAL 
Es aquella transformación de la función conciencia por la inclusión en el psiquismo de un sistema de valores, capta 
cualidades psíquicas impregnándolas de connotaciones axiológicas. Implica un cierto ordenamiento de la conducta, 
de los pensamientos y de los razonamientos (proceso inacabado). 
El origen de esta dimensión moral en el funcionamiento de la conciencia es doble: 
1. Por un lado, tiene una vertiente ética que se asienta en el discernimiento. La aplicación del pensamiento 
judicativo a la experiencia permite reconocer los caminos para lograr ciertos fines y apreciar los medios que 
facilitan el alcance de dichos logros. Facilita el equilibrio entre los intereses narcisista y aquellos derivados 
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de las relaciones con los objetos. La conciencia moral en esta vertiente corona un desarrollo epigenético 
que, si ha sido exitoso, permite a los sujetos conectarse con cualidades subjetivas en las que el intercambio 
con los semejantes es posible. 
2. Vertiente moral: se liga la prohibición terminante de los aspectos rechazados y disruptivos de la sexualidad 
infantil y se articula con la dimensión tanática adscripta al super yo. Cuando esta instancia impide la 
deflexión del instinto de muerte. Esta faceta moral tiene sus raíces en el topos inconsciente y se le impone al
sujeto por fuera de toda reflexión posible. 
En conclusión, hay 4 tipos de conciencia según el desarrollo de la persona: 
 Conciencia de sensaciones
 Conciencia que incluye un lenguaje y reconoce objetos
 Conciencia de sí mismos
 Conciencia moral 
EL INCONCIENTE 
La estructuración del inconsciente
La fijación de la experiencia en el aparato, va incluyendo diversos registros que organizan la estructura psíquica y 
asienta las bases para la futura subjetividad. Esta fijación inicial está por fuera del registro consciente. La conciencia 
primitiva actúa en base al principio del placer - displacer registrando cambios tensionales y desconoce 
paralelamente la complejidad sistémica que se va gestando en el aparato psíquico.
Las primeras experiencias, de satisfacción y dolor, establecen la carnadura psíquica del cuerpo erógeno e inauguran 
el funcionamiento de la sexualidad. El cuerpo erógeno es ese conjunto de huellas, producto y origen de sucesivas 
sensaciones placenteras que llevan a una ulterior integración final.
El régimen psicosexual es ese plus libidinal que se desprende de los sucesos inesperados de la supervivencia física y 
encausa el empuje pulsional en la búsqueda de la realización de DESEO→ ese encuentro reiterado de una sensación 
de placer por fuera de cualquier otra necesidad especifica.
El cuerpo erógeno y las mociones de deseo configuran la estructura primitiva del topos inconsciente. 
Deseo→ circula reactualizando la erogeneidad corpórea en pos del placer. El cuerpo, se organiza libidinalmente 
alrededor de zonas erógenas. Lo exterior, lo ajeno se hace propio en tanto reafirme la erogeneidad corporal y desde 
allí consolide al yo.
WINNCOT: Características de este estadio
Es una etapa de máxima dependencia y omnipotencia ya que el infante se construye en torno a su propio deseo 
desconociendo que está sostenido por el deseo del otro.
Freud→dirá que el yo es primero un yo corporal investido libidinalmente y se asienta sobre un conjunto de 
representaciones catectizadas que configura el concepto de narcisismo primario.
REPRESION PRIMARIA FUNCIONAL→ es el proceso de fijación representacional que instala al topos inconsciente y 
hace la delimitación con el pre consciente. Son las primeras huellas que se van estableciendo y es funcional porque 
tiene que ver con los registros del sujeto. Este tipo de represión, implica un primer nivel de ligadura en la estructura. 
Estas representaciones fijadas conforman al yo y son cercanas al devenir vivencial, a lo concreto del hecho 
corporalmente vivido. Por ello, forman parte de la representación cosa→ es la representación inicial, el propio 
cuerpo. Es lo que está más cerca de la vivencia. Junto con esta representación corporal perduran en el inconsciente 
las mociones de deseo.
Las primeras zonas desde donde se organiza el narcisismo primario son las zonas erógenas oral y de la piel. El 
erotismo oral condiciona los procesos introyectivos incorporando los primeros intercambios con el medio. La piel va 
generando una erótica que permite la delimitación de la superficie corporal.
La imagen del semejante solidifica la propia imagen, en la medida en que los movimientos previos de constitución 
corporal erógena hayan sido exitosos (sensación orgásmica que tiene el bebé con el contexto y todo lo que el mismo 
implica con la madre). Este nuevo acto psíquico es el que cierra una etapa en la constitución narcisista e inaugura 
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otra en un nivel de mayor delimitación sujeto-objeto. Es este acto el que da paso al narcisismo secundario y, por 
ende, a un nuevo nivel estructural.
A partir de ese momento, la conciencia tendrá un registro más acabado de la propia integridad por lo que también 
podrá registrar las amenazas a esa integridad. El pensamiento asociativo dará lugar al ejercicio cada vez mayor del 
discernimiento. El deseo tendrá que encontrar nuevos cauces dentro de la economía psíquica a partir de un 
reconocimiento cada vez mayor del objeto. Esto da lugar a la delimitación del pre consciente.
PRE CONSCIENTE
El surgimiento del pre consciente se produce alrededor de la Representación Palabra, surgidas del papel que la voz y
la escucha juegan en la conformación del sujeto. Estas representaciones implican una adquisición cultural que 
posibilita un nuevo nivel de ligadura psíquica. Este proceso consolida la Represión Primaria Estructural→ instituye al
topos inconsciente separado de un nuevo espacio intrapsíquico, el pre consciente. Además, surge de la instalación 
del lenguaje. Este nuevo espacio, es el que regula el acceso de los diversos contenidos psíquicos al plano 
inconsciente.
El precociente va a facilitar el ordenamiento del pensamiento judicativo en torno al proceso secundario. La palabra 
permitirá la construcción de los procesos lógicos asegurando un mayor nivel de discernimiento. Este 
enriquecimiento psíquico se asienta sobre una delimitación espacio-temporal lograda en los primeros tiempos del 
desarrollo que lleva luego a la construcción de las categorías: espacio y tiempo.
El logos surgido de este movimiento requiere de una apropiada articulación de las nuevas representaciones con las 
representaciones-cosa iniciales para que el discurrir tenga una base efectiva y de lugar al sentimiento de plenitud y 
verdad.
La mezcla entre la representación-cosa y la representación-palabra, origina la representación-objeto. En este objeto 
establecido hay una conjunción icc-pcc y, por ende, afectivo-representacional.
El devenir epigenético lleva a que la pulsión primero se haga cuerpo erógeno y deseo. Las transformaciones 
ulteriores dan lugar a la consolidación del Yo del narcisismo y a la delimitación estructural icc-pcc, permitiendo que, 
sobre esta base, el Yo consolide su funcionamiento cc a través de la delimitación objeto. La consciencia va a 
diferenciar e identificar cualidades y realidades objetales sobre referentes más apropiados, construyendo lo que 
sería la realidad consensual, la objetividad.
Pueden ocurrir, en esta nueva dimensión del funcionamiento mental, factores conflictivos que no permitan una 
apropiada integración psíquica en la medida en que las modalidades primitivas de funcionamiento se conservan en 
el topos inconsciente y reaparecen en determinadas circunstancias vivenciales. En conclusión, el sujeto cuenta con 
su cc pivoteando sobre el funcionamiento preconsciente y esto le permite construir una realidad consensual 
asentada en los códigos verbales. A su vez, está condicionado por su prehistoria libidinal infantil registrada en el 
inconsciente.
Hay ciertos desarrollos epigenéticos que no promueven la articulación antedicha. Falla, ya que no hay significantes 
integrados en un lenguaje codificado que dé cuenta de ciertos movimientos inconsciente. Las estructuras alcanzadas 
son otras.
EL TOPOS INCONCIENTE
Primeros pasos estructurantes del inconsciente. La fijación erógena y las pulsiones desiderativas conformaban un 
espacio que se asentaba en el cuerpo sexuado representado y promovía el reencuentro con el placer sobre la base 
de movimientos evacuatorios-expropiatorios.
En este espacio inconsciente se consolida el esquema corporal y un modo de funcionamiento psíquico orientado por 
el proceso primario. En este topos no hay contradicción ni negación. Hay atemporalidad. El flujo de energía es libre, 
determinado por desplazamientos y condensaciones anárquicas (desordenadas). Descargas alucinatorias y motrices 
placenteras son los efectos observables, el objeto no existe como tal.
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La encrucijada del complejo del semejante y el predominio del erotismo anal con sus intercambios con el entorno 
generan cierta complejidad organizativa en la medida en que la cc diferencia al objeto 
(representación-cosa/representación-palabra) y se enfrenta con restricciones emanadas del miso objeto, que 
empiezan a tener un efecto limitante sobre el modo de funcionamiento descrito.
Dos dimensiones aportadas por los intercambios con el semejante: la de la palabra que estructura al preconsciente y
la de los límites, restricciones o prohibiciones que reestructuran al inconsciente incorporando nuevas facetas.
Represión primaria orgánica: constituye los diques que bloquean esos modos de funcionamiento inapropiados, que 
anteriormente fueron fuente de placer y que han pasado a ser prohibidos. El sujeto establece sus límites, aprecia las 
características del objeto, reconoce a su dependencia con respecto a los aportes externos y su psiquismo reprime 
determinados grupos de representaciones. Esta represión instaura los mecanismos de defensa inconsciente del Yo y 
es la base para introducir el segundo modelo tópico con el papel que ocupa el Super-Yo.
La concurrencia de las tres dimensiones de la Represión primaria (funcional, estructural y orgánica) es necesaria para
una apropiada delimitación subjetiva. Es necesario el establecimiento de una fijación erógena que constituya la 
primera imagen corporal. Se requiere la delimitación del preconsciente que separe dos modalidades del 
funcionamiento psíquico: La lógica y la mítica. También la interdicción de movimientos desiderativos válidos para dar
lugar a opciones más ajustadas dentro de los intercambios humanos. Cada una de estas dimensiones puede tener 
una realización fallida que promueva los diversos destinos patológicos. 
EL NARCISISMO
El sí mismo
El sí mismo es un término que señala una totalidad compensatoria. El término, implica para el sujeto un significado 
afirmativo que encubre (oculta) un proceso constitutivo promotor de angustias. Dicho sujeto, a lo largo de su 
desarrollo, construye mismidad y esta debe ser reencontrada por él en sí, en su interioridad. El sí mismo, se 
construye en torno a procedimientos identitarios. 
La expresión sí mismo representa una función imaginaria del yo, el término narcisismo implica una aproximación 
metapsicológica al yo. 
NARCISISMO→ Conjunto estable de cargas libidinales que invistenla representación del yo. Por ello, este yo es en 
los orígenes un yo de Placer Purificado también denominado yo del Narcisismo→ el topos narcisista originario, es 
ese espacio que va estableciéndose en la medida que se conforma un territorio interior habitado por rasgos 
asimilados libidinalmente desde las experiencias primitivas. Este Yo del Narcisismo inicial, va consolidando esta 
mismidad en la medida que su conciencia registra el placer reencontrado una y otra vez, en esa sucesión que el 
entorno le provee y que le permite entrar en concordancia consigo mismo. La relación de este Yo con su mismidad 
cambia, una vez que puede discernirla como una totalidad ya establecida, comprenderla. Una vez que el sujeto 
puede reconocerse, puede amarse a sí mismo y, por ende, generar una construcción subjetiva.
El amor es definido como la relación del Yo con sus fuentes de placer. Es en este momento, en el cual el Yo podrá 
imaginar daños a su integridad.
Esta transformación determina el pasaje del narcisismo primario caracterizado por una falta de integración, al 
narcisismo secundario, donde está integración ya se ha producido. Dicho pasaje esta mediado por el mecanismo de 
la identificación primaria→ es el enlace afectivo previo a toda relación de objeto. Este mecanismo tiene una 
impronta gestáltica vehiculizada por la mirada. La función de la mirada permite la captación global de otro 
significativo transformando el ser del sujeto y dándole una forma reconocible. Esta identificación se establece 
cuando el niño toma como modelo a la figura del padre preedípico y preambivalente. También se incluye a la madre 
preedípico en el proceso identificatorio primario de la niña. 
La transformación del Yo, gracias a este proceso de identificación, promueve cambios en el modo en que el sujeto se 
capta a sí mismo y en las capacidades operatorias del Yo y lo habilita para enfrentar a nuevas exigencias.
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La fase del espejo. Narcisismo primario y secundario.
Lacan: La expresión gozosa del infante entre 6 y 18 meses al ver su propia imagen reflejada en el espejo lo lleva a 
concluir que esa manifestación revela un proceso de integración imaginaria. Esa imagen promueve dos efectos: 
reafirma al sujeto y simultáneamente lo enajena. Dicha imagen cumple, por un lado, un papel anticipatorio. 
Compensa la prematurez del infante y le permite un dominio de su cuerpo hasta ese momento desconocido. El 
sujeto, quedará condicionado a la imagen de sí que el otro devuelva. De ahí en más, el otro se le impone 
significativamente en su campo visual y mental y se transforma en un Otro.
La fase del espejo se constituye en la base de ese nuevo acto psíquico postulado por Freud en conjunción con los 
procesos de identificación primaria. Esta fase delimita dos momentos en la constitución del Yo del Narcisismo: 
Narcisismo primario→ previo a la fase del espejo, la libido narcisista inviste a un cuerpo erógeno que es fuente de 
placer anárquico y coexiste con mociones de deseo que buscan la obtención de placer auto erótico sin registro de la 
propia unidad ni de la existencia del objeto. Narcisismo secundario → subsiguiente a la fase del espejo, inaugura la 
dialéctica con el otro en el contexto de la integridad alcanzada. Tiene 2 tipos de vinculación con el objeto:
1. Anaclítico: donde elegimos al objeto a partir de las diferencias (lo diferente complementa, completa).
2. Narcisista: se elige en función de uno mismo. El otro me completa narcisísticamente, es para que el 
narcisismo se mantenga. Se busca a otro similar a nosotros. Se evidencia en la elección del objeto sexual→ lo
diferente está en la anatomía. 
(Cuando se resuelve la problemática narcisista hay un cambio estructural en donde se establecen el yo y el super 
yo/ideal del yo, vamos regulando la autoestima).
El establecimiento de la propia imagen trasforma la omnipotencia inicial en un reconocimiento cada vez mayor de la 
propia dependencia de un amo todopoderoso. La amenaza a la propia integridad promovida por la presencia de otro
que anonada establece un estado de alerta persecutoria que orienta el curso del pensamiento desde una impronta 
paranoica.
Winnicott: El espejo está representado por el reflejo que la mirada materna devuelve al sujeto. Esta mirada, para 
que favorezca la Epigénesis, debe implicar funciones precisas de contención, de sostén, de entrega, de presentación 
del objeto, que no obturen la capacidad de ilusión del infante y le permitan crear su propio mundo, como vía para 
adentrarse en la construcción de un mundo compartido.
Lacan: Si bien hay una consideración acerca de la transmisión por la madre del nombre del padre como reaseguro de
la inclusión en el vínculo con su hijo, hay un énfasis mayor del efecto enajenante inevitable en la relación dual 
primordial. La captura inicial del sujeto en su propia imagen especular da paso a la captura ulterior del mismo en el 
deseo del Otro. En este punto hay una inflexión estructural: circula un deseo que es deseo de deseo del otro y que 
condiciona los propios deseos.
Winnicott: Los propios deseos pueden y deben encontrar una vía creativa, dentro de un marco de contención 
apropiado suministrado por el medio parental, que potencia la propia autonomía del sujeto. La construcción del 
espacio transicional es lo que le permite al sujeto discernir el propio espacio en relación al otro. Los acontecimientos
propios de la relación con el otro son las que van incidiendo en el principio de placer dando lugar al principio de 
realidad.
Los diques de la Represión Primaria Orgánica van confinando a estos deseos originarios en el inconsciente, lugar 
donde perduran inmutables. Estos diques se establecen a partir de los procesos de identificación secundaria, que 
incorporan en el inconsciente, rasgos surgidos de la interacción con el otro. La incorporación del código del lenguaje,
paralelamente, contribuye a consolidar al preconsciente y favorece nuevas transformaciones en el narcisismo.
Represión Primaria Funcional → mecanismo estructurante que instala al inconsciente y hace la delimitación con el 
pre consciente. Asegura el mantenimiento de una dimensión narcisista cohesiva en tanto que la Represión Primaria 
Estructural permite la instauración de la función simbólica. Es cuando se instala el código del lenguaje y se instala el 
pre consciente. Hay una nueva estructura en donde se delimita con más claridad este espacio inconsciente.
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Lo traumático queda confinado (aprisionado) a esa impronta sexual previamente placentera que cambia de signo y 
deviene amenazante para el Yo desde las profundidades del inconsciente. La represión secundaria subsidiaria de la 
Represión Primaria Orgánica aparta del precociente aquellas mociones de deseo perturbadoras que quedan en el 
inconsciente luchando desde allí por manifestarse de un modo compulsivo. Todo lo placentero tiene que ser 
reprimido. Surge la psico sexualidad infantil→ fundación del narcisismo. 
Los sujetos psiconeuróticos cuentan con una capacidad de ligadura asegurada por las distintas facetas de la 
Represión Primaria. 
El predominio de este mecanismo dará lugar a un determinado tipo de estructura, propia de los denominados 
trastornos narcisistas. A diferencia de las estructuras psiconeuróticas, en las que el sujeto puede renunciar a ciertos 
contenidos aprisionándolos en el inconsciente, en estas estructuras se producen distintos tipos de escisiones dentro 
del Yo que muestran la imposibilidad de la renuncia junto con la deformación del Yo. Ej. Estructura Border, la 
perversa, etc.
EL COMPLEJO DE EDIPO - EL SÚPER YO
Prehistoria del Edipo
Tiempo pre-edípico: el principal mecanismo psicológico generador de estructura (cuando las condiciones vinculadas 
son favorables) es la Represión Primaria. 
El pasaje del narcisismo primario al secundario posee su propia encrucijada, la identificación primaria. Su 
atravesamiento no siempre es exitoso, pero de serlo, el cuerpo erógeno consolidado en torno a sucesivas buenas 
experiencias clase adquiereunidad en el momento en el que se identifica con la imagen integrada del semejante → 
fenómeno llamado fase del espejo.
La mirada Freudiana, observa los acontecimientos desde el lugar del infante. Las etapas del narcisismo primario y 
secundarios son, desde El Niño, preedípicas. El niño psíquicamente, en el momento original del narcisismo primario, 
es alguien no estructurado y ahistórico → su historia, su identidad, su yo deberán advenir.
El pasaje al estadio del narcisismo secundario, a través de la identificación primaria, le da al sujeto una primera 
organización estructural condicionante de mismidad. Este sí mismo → es todavía prehistórico, no puede significarse 
temporalmente su ubicación humana personal. Su vida está signada por los intercambios presentes con un otro cada
vez más influyente y delimitable del sí mismo.
Estos intercambios preedípicos promueven distinto tipo de efectos:
1. Incorporan putas vinculares al registro mnemónico vivencial.
2. Complejizan el movimiento desiderativo y lo van articulando con determinados objetos establecidos ya en el 
preconsciente.
3. Fijan determinadas pautas, ciertos rasgos, que establecen esbozos de una identidad subjetiva incipiente con 
una posible proyección futura.
4. Construyen el fantasma inconsciente.
La incorporación en el sujeto de rasgos del objeto es producto del mecanismo de la identificación secundaria y este 
tipo de identificación es la base de la represión primaria orgánica → construye diques al avance desiderativo y 
transforma ciertos movimientos pulsionales en determinados modos de ser.
La identificación secundaria acontece cuando el sujeto incorpora el límite impuesto desde la exterioridad del otro a 
su propio movimiento deseante.
En la medida que el otro adviene exterior y autónomo, se lo pierde como parte indiscriminada de sí. Esta pérdida 
confirma la existencia independiente del otro. Como compensación, algunos rasgos del otro presente en los 
intercambios precios se introyectan psíquicamente y van a formar parte constitutiva del modo de ser→ este proceso 
va dando consistencia a la propia subjetividad.
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El ser del sujeto queda así signado por la impronta transmitida desde el otro.
La identificación secundaria → incide y remodela los engramas identitarios aportados por el proceso de 
identificación primaria. La impronta identificante inicial primaria, indiscrimina al sujeto del otro, lo hace uno con el 
otro. En cambio, la identificación secundaria diferencia al sujeto del otro y por ello está identificación es secundaria a
una pérdida. La pérdida es pérdida de la ilusión de completud diferenciada.
Identidad y deseo experimentarán nuevas transformaciones en este nuevo estadio. El pasaje por el complejo de 
Edipo resignificará los sucesos previos y ubicará al sujeto en una perspectiva histórica, exogámica, desde donde le es 
posible construir un pasado propio y proyectarse en un futuro de realización personal.
El sujeto historizable, emergente del Edipo, construye la memoria del pasado y esta memoria no recuerda los 
sucesos de esta etapa narcisista. Estos sucesos solo emergen a través de su modo de ser o de síntomas psico 
neuróticos.
Freud señala con respecto al complejo de Edipo que consta de dos tiempos separados por el período de latencia:
1. El primero surge en el desarrollo de la sexualidad infantil y contribuye a su sofocación.
2. El segundo se desarrolla en la época de la reactivación sexual de la pubertad y promueven la delimitación de 
la identidad sexual y la consecuente elección del objeto sexual definitivo.
EL PRIMER TIEMPO DEL COMPLEJO DE EDIPO FREUDIANO: EL EDIPO FÁLICO
El sujeto en el momento de arribar a la encrucijada edípica infantil, ya ha unificado sus tendencias debido a los 
procesos identificatorios previos. Ha podido delimitar y reconocer a sus objetos de rivalidad y amor. 
4-6 años → sus deseos son canalizados desde la impronta fálica ya que esta zona ha adquirido una intensa carga 
narcisista. El amor sexual se orienta hacia ambos progenitores (rivalidad y celos). 
Las experiencias orales y anales, los nuevos cursos de pensamientos con inclusión de un discernimiento naciente, el 
recorte del objeto y de un mundo de fantasías han fundamentado un yo con nuevas potencialidades → estas 
potencialidades requerirán de un nuevo reordenamiento que le permita al sujeto desprenderse de sus objetos de 
amor primario y reorientar sus deseos sobre nuevos objetos → este reordenamiento subjetivo se procesa en el 
contexto del Complejo de Edipo y su operador es el Complejo de Castración. 
Edipo fálico → incluye un arco que va desde el polo positivo, en el que el objeto de amor predominante es el 
progenitor de sexo opuesto al del niño y el rival del mismo sexo, al polo negativo, en el que las condiciones están 
invertidas → esto da a que los niños obtengan una identidad sexual de género definitiva. 
Resolución del Edipo positivo del varón → conserva de su objeto de amor primordial, la madre, una dimensión 
femenina. 
Disolución del Edipo positivo → promovida por la amenaza de castración, se resuelve desde una renovada y firme 
identificación con el padre, dejando de ser un rival.
Edipo masculino negativo → el niño toma al padre como objeto de amor sexual. La resolución de este enlace 
erótico surge por efecto de la amenaza de una castración que aparece como condición de la entrega amorosa al 
padre. 
Edipo positivo en la niña → para arribar a este, debe abandonar su primer objeto amoroso, pasar de la relación 
preedípica con madre al vínculo con el padre, y cambiar de zona erógena, trasladar la erogeneidad clitoridiana a la 
vaginal. En la mujer este pasaje se favorece desde la concepción de no haber recibido de la madre el atributo fálico 
que sí había recibido el varón. Por ende, la nueva expectativa es recibirlo del padre → vías de realización femenina a 
través de la concreción del propio embarazo en la unión sexual con un hombre. 
El motor de estos movimientos dentro del Edipo positivo femenino no es la angustia derivada de la amenaza de la 
castración, sino que es esa angustia inicial surgida ante la constatación de la diferencia sexual anatómica → esta 
percepción alimenta la creencia de estar frente a una castración consumada. 
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El sentimiento de humillación y de decepción por la supuesta traición del amor materno lleva a un anhelo 
consecuente del amor paterno. Hay 3 dinámicas subjetivas contrapuestas:
1. La propia desvalorización, deseo de reconocimiento.
2. La envidia al pene, deseo de deseo frustrado.
Edipo negativo en la niña → la lleva a que tome como objeto amoroso a un parecido materno. Esta elección está 
sostenida por la persistencia de una fantasía femenina de posesión de un pene imaginario → esto es posible en base
al mecanismo de la Desmentida que sostiene la convicción de la existencia de la madre fálica (para Freud esta 
fantasía es universal) a pesar de la verificación de la diferencia sexual anatómica. 
Ambos sexos enfrentan intereses amorosos ligados a la consumación sexual en ciertas elecciones primarias de 
objeto con intereses narcisistas relacionados con la propia integridad → la unidad narcisista previamente alcanzada, 
si alienta la realización de los deseos incestuosos, se ve amenazada por la castración. 
Resolución Edípica a través del complejo de castración, produce cambios en los movimientos desiderativos 
(expresión del deseo) en la identidad del yo y establece un código interno previamente inexistente → los deseos 
incestuosos, fuente del intenso placer masturbatorio (propio de la etapa fálica), serán enérgicamente suprimidos 
como efecto de la amenaza. El yo, si acata la prohibición del incesto, incorpora a su identidad nuevos rasgos de sus 
objetos provenientes de la renuncia sexual dentro vínculos primordiales → esta nueva pérdida consolida los 
procesos identificatorios primarios y secundarios ya vigentes a través de un renovado proceso de identificación. Este
proceso incorpora una nueva subestructura en el aparato psíquico: el superoyo/ideal del yo.
EL SUPER YO
Alcanza la categoría de conciencia moral → le permite al sujeto discernir desde la ética las alternativas más 
apropiadas para el yo. Esta función está impregnada de condicionamientos morales que pueden dificultarle al sujeto 
un buen discernimiento → estas restricciones surgen del papel que el Super Yo, desempeña en la estructura.
 ↓
 Se instaura como tal en el momento de la resolución del Complejo de Edipo. 
 Es un derivado intrapsíquico de la autoridad paterna.
 Se instituye como una intensa formación reactiva frente a los deseos incestuosos. 
 Es producto de un proceso introyectivo y el último escalón de la Represión Primaria Orgánica.
Condicionantes emocionales de la Ley: la violencia, el medio y la culpa → esta gama de sentimientos, se 
reencuentran en los procesos individuales de construcción de subjetividad: intensa agresión por la frustración de los 
deseos incestuosos, miedo ante la retaliación del rival paterno poderoso, culpa ante el reconocimiento del daño 
promovido por las fantasías agresivas. 
Las corrientes libidinal y agresiva, son bloqueadas por la prohibición, y esta imposibilidad de realización condiciona 
inicialmente en la psiquis un incremento de tensión que debe ser reprocesado → este incremento de tensión, si no 
es ligado o evacuado, si no es reprocesado por los procesos de pensamiento o por los procesos identificatorios que 
aseguren una accionar posterior apropiado, promueve una situación traumática, una amenaza de desestructuración 
de lo ya establecido → este concepto es la base de la definición del instinto de muerte (Tánatos): es aquella 
tendencia que lleva a la estructura a un estado anterior. Este movimiento condiciona el retorno de lo vivo a lo 
inanimado. Desliga lo ligado previamente por Eros (instinto de vida) e impide la concreción de nuevas ligaduras en 
los momentos de pasaje a un nuevo nivel estructural. Eros es la tendencia contrapuesta, la que con su tendencia a la 
ligatura complejiza lo vital. 
La consolidación de un pensamiento judicativo incipiente y de rasgos identificatorios apropiados en la etapa del 
narcisismo secundarios, permite que el procesamiento edípico se realice en un contexto donde los niveles de 
violencia, miedo y culpa sean tolerables. La interdicción paterna podrá asimilarse, la instancia punitiva incorporada 
será contrarrestada por ideales posibles de alcanzar → en esta transformación el Yo ideal dará lugar a un Yo de 
realidad que, en lugar de dejarse llevar por sus impulsos, se dejará guiar por sus ideales. 
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Si en el desarrollo narcisista previo hubo dificultades en la asimilación de lo bueno y en la evacuación de lo malo, en 
la incorporación de rasgos de identidad, en la consolidación del pensamiento judicativo, etc., los niveles de 
frustración, miedo y culpa adquirirán una connotación disruptiva → esto induce a que la incorporación del Super Yo 
esté condicionada por una impronta tanática (distorsión de la ética por una moral feroz).
El predominio de Eros en la resolución edípica, asegura un equilibrio mayor. La instancia reguladora punitiva 
superyoica se ve contrarrestada por el predominio de ideal accesibles al Yo → estos ideales, inalcanzables para el 
sujeto en los casos patológicos, estructuran el Ideal del Yo en la mente. 
EL IDEAL DEL YO. LA LATENCIA
 Ideal del Yo → es un conjunto de representaciones consolidadas en la mente y surgidas como consecuencia 
de la resolución edípica. Estas representaciones son en parte pre consientes y en parte inconscientes.
 Su función es la de orientar al sujeto, guiarlo en sus elecciones, en sus decisiones, en sus conductas. 
 Es el referente interno que, establecido como un modelo ligado a pautas parentales previas, modula el 
sentimiento de sí del sujeto que se compara en sus caracteres con este modelo ideal. 
 En su dimensión pre consciente, incluye aspectos valorativos al alcance de la reflexión consciente del yo. 
 En su dimensión inconsciente, conserva imágenes impregnadas con libido narcisista que también se 
realimentan con los logros que el sujeto obtiene en sus realizaciones cotidianas. Este aspecto del Ideal del Yo
es heredero directo del Yo Ideal poco acotado y, en ocasiones exaltado desde las pautas parentales. 
El yo regula su autoestima en la comparación de sus realizaciones con las aspiraciones de su Ideal → esta función 
depende del nivel de exigencia inconsciente que se desprenda del Ideal, que en ocasiones es tan alta que 
empequeñece cualquier resultado positivo o bien empuja al sujeto al camino de la idealización, la propia o la de 
objetos, cuando lo que condiciona desde el Ideal al sujeto es una tendencia expansiva. 
El yo, una vez resuelto el primer tiempo del Edipo, entra en la etapa de latencia: 
 En esta etapa, las pulsiones sexuales orientadas hacia los objetos se hallan sofocadas. 
 La energía circulante cambia de meta y se la aplica en fortalecer los diversos tipos de aprendizaje y en 
ampliar los procesos de pensamiento. 
 El discernimiento se afianza y el pensamiento judicativo comienza a dar lugar al pensamiento creativo → se 
instituye y se sostiene en los aspectos más flexibles del Ideal del Yo y sus logros fortifican esos mismos 
aspectos. 
 Las relaciones objetales emprendidas tiene un tinte sublimado → las metas dentro de estas relaciones no 
poseen una finalidad sexual. 
 En la tensión establecida entre la libido objetal y la libido narcisista predomina esta última, y su fin es el 
afianzamiento del yo a través de los procesos de aprendizaje. La concreción de este fin lleva a que el yo se 
quiera y se valore más.
La resolución edípica, con la instauración del Ideal del Yo ha producido una radical transformación del narcisismo → 
se dirime (resuelve) en la relación descrita entre el yo y su Ideal. 
Los vínculos tiernos en esta etapa ayudan a fortalecer los nexos entre el Yo y su Ideal en la medida que sostienen un 
camino educativo facilitado desde el reconocimiento cariñoso parental.
EL SEGUNDO TIEMPO DEL EDIPO FREUDIANO: EL EDIPO PUBERAL 
El ingreso a la pubertad, con su eclosión sexual, marca el fin de la etapa de latencia. 
Las transformaciones del narcisismo operadas en el momento de la resolución del primer tiempo del Edipo y 
proseguidas durante la etapa escolar, si fueron apropiadas, promueven un sujeto con capacidades ampliadas → su 
identidad se ha consolidado en torno a ideales que señalan a la diversidad como marco y la apertura erótica 
exogámica como la tarea a concluir. Este último cometido se resuelve en esta segunda etapa edípica, que tiene 
como principal cometido la elección definitiva del objeto sexual. 
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Los deseos primigenios perduran en el inconsciente tópico luego de la instauración del Super Yo/Ideal del Yo y, 
desde allí, buscan algún tipo de realización. Es por ello, que la elección del objeto sexual definitivo generalmente, 
oscila entre el polo de la inhibición o bien de un enamoramiento condicionado por algún rasgo añorado del objeto 
primordial que se intenta reencontrar. 
Las relaciones de amor-odio son propias de un yo ya constituido. El Yo Ideal inicial, primera estación del Yo, inviste 
libidinal y agresivamente a los objetos en la búsqueda de una plena afirmación narcisista → el conflicto con los 
objetos se gesta en torno a la propia supervivencia psíquica. 
El Yo de Realidad post Edipo, se realiza en vínculos diferenciados con los objetos → en estas relaciones se ponen de 
manifiesto los ideales surgidos de las transformaciones narcisistas previas que jerarquizan al objeto como un buen 
preciado. Estas ligazones dan el marco donde pugnan por realizarse aquellos deseos sostenidos desde la 
construcción fantasmática inconsciente. Es también el espacio en donde se pondrán de manifiesto tendencias 
destructivas, intensificadas por las frustraciones surgidas dentro del contexto social. La elección amorosa puede 
hacer que el Ideal previamente alcanzado transmute nuevamente en idealización dando lugar al mundode las 
pasiones.
Bion → destacó el papel que juega en el Complejo de Edipo la búsqueda de la verdad sobre los orígenes y la 
dimensión conflictiva que esto implica. Este autor delimita en el sujeto 3 tipos posibles de vínculos: de amor, de 
odio y de conocimiento. Estos vínculos, presentes en el drama edípico, implican ligaduras estables que interjuegan y 
se contraponen a tendencias tanáticas anti vínculos. Estas ligaduras conllevan por sí mismas tendencias conflictivas 
pasionales que enfrentan el vínculo amoroso con el agresivo y con la búsqueda de saber. Estos conflictos pueden 
perturbar el siempre inestable equilibrio narcisista alcanzado en el contexto de las relaciones vinculares. 
Represión secundaria: es un concepto central del psicoanálisis que designa el mecanismo o proceso psíquico del cual
se sirve un sujeto para rechazar representaciones, ideas, pensamientos, recuerdos o deseos y mantenerlos en el 
inconsciente. Los contenidos rechazados, lejos de ser destruidos u olvidados definitivamente por la represión, al 
hallarse ligados a la pulsión mantienen su efectividad psíquica desde el inconsciente. Lo reprimido constituye para 
Freud el componente central del inconsciente. La represión secundaria o propiamente dicha es un mecanismo de 
defensa del yo, tendiente a apartar de la conciencia todas aquellas representaciones que, por su carácter 
displacentero, generan en el sujeto un estado de malestar. Los productos transaccionales son las formas en las que 
las representaciones pasan a la conciencia de manera disfrazada (síntomas, actos fallidos y sueños). 
COMPLEJO DE EDIPO – Melanie Klein
El Edipo temprano → este concepto está signado por el papel que desempeña la fantasía inconsciente en su 
articulación con los instintos de vida y de muerte.
Fantasía inconsciente → es el correlato del instinto que promueve en lo psíquico un profuso mundo de fantasía que 
da lugar a una temprana realidad psíquica. La fantasía tiene entre sus funciones la de dar cabida al denominado 
objeto interno, objeto que esta de entrada en el psiquismo y que protege o amenaza al Yo. Esta concepción implica 
que la mente se modela no solo a través de la experiencia con el objeto sino en función de la intensidad instintiva 
predominante.
Es el instinto de muerte el que tiene una fuerte incidencia inicial y que por ello debe ser neutralizado por el Yo. 
Tánatos (instinto de muerte) tiene una expresión directa a través de la fantasía sin necesitar de la mediación de Eros 
(instinto de vida). El instinto de muerte deja de ser la expresión de un exceso desorganizador de energía libre que 
tiende a llevar la vida a lo inanimado y se manifiesta a través de una fantasmática objetal, centrada en la 
destrucción agresiva. Tánatos inscribe sus propias representaciones con las que el Yo deberá lidiar muy 
precozmente. El Yo es tan precoz como la fantasía inconsciente que alberga al objeto.
Para Freud, en cambio, el engrama del deseo es la primera inscripción física determinante de todo el desarrollo 
psíquico ulterior. El fantasma inconsciente se consolida en la medida en que se va estructurando el topos 
inconsciente debido a los intercambios con el medio que enriquecen el mundo representativo. Tánatos se deflexiona
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(desvía) y amenaza al sujeto cuando se produce su reintegración traumática. El objeto inicialmente está fusionado 
con el sí mismo y no tiene representación como tal hasta el momento en que la estructura psíquica se diversifica.
Otra diferencia entre Freud y Klein es la del papel que le atribuyen a la escisión en la conformación de la estructura 
psíquica:
 Para Freud, la escisión del Yo es el resultado de un mecanismo: La Desmentida → interviene como 
respuesta a una situación traumática en la que el exceso de estímulo no puede ser ligado. La situación 
traumática amenaza al Yo con la desorganización y actúa en consonancia con el instinto de muerte. La 
Desmentida conquista al trauma y libera ciertas funciones del Yo para que puedan seguir cumpliendo sus 
adaptaciones. El trauma desnuda la impotencia del Yo en conferirle un sentido que permita integrarlo a su 
conjunto representativo vigente. El Yo, en el momento de la incidencia traumática, está consolidado 
alrededor concepciones que no podrán sostenerse si se le da cabida plena a lo recientemente percibido. 
Estas desestructurarían al Yo.
 Para Klein, la escisión es un mecanismo defensivo del Yo, principal de la posición esquizo-paranoide por el 
cual este Yo, separa dos dimensiones en su mundo interno, la buena y la mala, la idealizada y la 
persecutoria. El Yo necesita escindirse y escindir a sus objetos para evitar la confusión y la muerte psíquica. 
La impronta tanática inicial se equipara en eficacia a la impronta erótica, más allá de que en el decurso 
ulterior el predominio de las buenas experiencias tienda a integrarse, en la posición depresiva, bajo el 
amparo de Eros. El Yo, en sus experiencias con los objetos parciales, se enfrenta a una fantasía inconsciente 
en la cual precozmente el pecho bueno y el malo coexisten con otros objetos parciales. En esta dramática, 
cuyo escenario es el interior del cuerpo materno, advienen fantasías que dan lugar a la triangularidad junto 
con los efectos promovidos por la existencia de un Super Yo primitivo, promotor de persecución y culpa 
persecutoria. La identificación proyectiva traslada la dramática con los objetos internos en relación con los 
externos, que pasan a ser depositarios de aspectos del Yo buenos y malos.
A partir del segundo semestre, comienzan a predominar los fenómenos integradores propios de la posición 
depresiva, los objetos parciales dan lugar a los totales, el Super Yo atenuara su ferocidad inicial y surgirán 
los procesos reparadores para una buena integración.
En esta concepción del Edipo se relativiza el papel estructurante de la castración, resaltándose el efecto 
disruptivo que juegan la envidia y los celos en los procesos de elaboración. La elaboración edípica está 
abocada a la reparación de los efectos promovidos por el instinto de muerte mediados por las ansiedades 
que, en esta concepción, son ansiedades psicóticas.
Bion → modifica la teoría kleiniana de las posiciones transformándola en una oscilación, siempre presente en la 
mente, entre la desintegración y la integración. Esta oscilación está condicionada por el impacto de las experiencias, 
vehículo de sucesivos acontecimientos a los que Bion denomina hechos seleccionados que pueden promover tanto a
la integración, como al caos.
En Bion, como en Freud hay una formación epigenética del pensamiento. Plantea que el pensamiento se complejiza 
a través de sucesivas transformaciones. La fantasía, el mito, el sueño, como formas específicas del pensamiento 
emergen en la estructura psíquica luego que se ha producido una serie en primer lugar, que dio existencia mental a 
los denominados elementos alfa. La fantasía deja de ser el correlato originario del instinto para ser un logro 
estructural del sujeto.
Las ansiedades observables en el decurso de un desarrollo normal se diferencian de las de los estados psicóticos. En 
estos cuadros psicóticos el sujeto se encuentra amenazado por una configuración que Bion denominó terror sin 
nombre, es decir, sin significante alguno que les de sustento.
LOS TRES TIEMPOS DEL EDIPO EN LACAN
-Primer tiempo del Edipo → implica la captura alienante del sujeto en el reflejo imaginario de su propia imagen 
ligado al papel de otro primordial. El reconocimiento del propio valor depende del deseo del otro.
El valor → es denominado valor fáctico, el sujeto desea ser el falo del otro. 
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El significante → entendido como la base material que sustenta en forma aleatoria al significado, debe advenir 
desde el Otro para el sujeto.
Existe otro del lenguaje del Otro primordial. Esta dimensión es lo que le permite decir que la madre es el vehículo 
inicial de la metáfora paterna y que en la medida en que el Otro primordial materno hable en nombre del padredel 
infante, tendrá asegurado un acceso pleno a este mundo del sentido.
-Segundo tiempo del Edipo → la relación imaginaria con el Otro primordial se ve perturbada por la irrupción de una 
dimensión paterna gestora de rivalidad, que opera como una función de disyunción que incluye terceridad. Esta 
secuencia introduce un tercero que disputa el lugar fálico y promueve dos movimientos: de frustración y de 
privación, que afectan a ambos integrantes de la dupla narcisista.
Frustración → el tercero para el niño vector (resultante) de un daño imaginario ante la pérdida de un objeto real 
(Otro primordial).
Este segundo tiempo del Edipo promueve el modo de construcción del conocimiento característico de lo humano. El 
padre en esta fase es interdictor (prohibidor) tanto del deseo materno como de la posición fálica del niño. Esta 
posición que el padre le disputa al infante es la del falo. Lo que está en juego es “ser o no ser” lo uno.
-Tercer tiempo del Edipo → es la castración simbólica. Esta operación se sustenta, en ese primer hablar de la madre 
en nombre del padre y permite que la dimensión paterna predominante se aparte de la rivalidad inicial y facilite la 
inscripción del sujeto en el registro de lo simbólico. Se consolida la Ley del padre que lo reubica a la figura paterna 
dejando de ser dicho padre un rival en la pretensión de ser el falo y aparece en cambio, como garante de la 
diversidad.
Se pasa de la dialéctica del SER, conectado a la figura paterna, a la de TENER, vinculado a las experiencias 
maternales. En esta progresión se va estableciendo un anudamiento distinto entre los tres registros que, para Lacan, 
están ligados a la delimitación de la experiencia humana. En un principio el registro de lo imaginario (articulado con 
el narcisismo, con la relación dual) ordena al sujeto a partir de una imagen totalizadora. El registro de lo simbólico 
(ligado a la Ley del significante) articula el orden del lenguaje en una combinatoria significante promotora de 
diversos significados. En la trama simbólico-imaginaria queda circunscripto el registro de lo real. Este registro es 
propio de lo incognoscible (indescifrable).
CONCLUSION: El inconsciente freudiano se asienta en representaciones vivenciales fijadas tópicamente promotoras 
de deseos atemporales y eternos que operan como el motor de los cambios subjetivos. Lacan, en cambio, promueve 
un inconsciente condicionado por el gran Otro del lenguaje (“el inconsciente está estructurado como un lenguaje”).
Klein: La fantasía centrada en el objeto parcial es el correlato originario del instinto.
Lacan: El objeto como tal es un artificio teórico y la representación freudiana es sustituida por el juego significante 
que contornea una falta propia de una especularidad incompleta, fallida.
Freud: La pulsión logra ser representada, adquiere status psíquico por el representante representativo y el afecto. 
Esta base estructural inicial, construida por la represión primaria, devendrá narcisismo constituyente y relación 
objetal a lo largo de una Epigénesis transformadora que consolida simultáneamente a la identidad del sujeto, al 
inconsciente tópico y a los diversos matices de la conciencia. 
CONFERENCIA 31, “LA DESCOMPOSICIÓN DE LA PERSONALIDAD PSÍQUICA”
YO – ELLO – SUPERYÓ 
- Desde el comienzo el ser humano padece síntomas a raíz del conflicto entre las exigencias de la vida
pulsional y la resistencia. Esa instancia que rechaza y reprime son las pulsiones yoicas. Apartándonos de lo
reprimido, nos enfocamos en el represor que es el yo.
- Es el centro del aparato estructural ya que tiene contacto con la realidad y con lo pulsional. Se reconoce y
relaciona consigo mismo. La estructura del yo está compuesta por capacidad de pensamiento y de
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discernimiento. Es una instancia operativa y ejecutiva con respecto a la realidad, pero también hay
cuestiones que desconoce de ésta porque las reprime inconscientemente. 
- El yo es el sujeto más genuino, pero podemos tratarlo como objeto, observarlo y criticarlo, en cuanto una
parte del yo se contrapone al resto, se escinde. Hay una parte del yo que observa, critica y persigue y es
aquella parte la que está más presente en los locos.
- La observación es el primer paso hacia el enjuiciar y castigar, acciones que van marcando la consciencia
moral: siento la inclinación de hacer algo que me promete un placer, pero lo omito porque mi consciencia
moral no me lo permite.
- Tomando esta instancia del yo de manera individual se marcan las principales funciones que son la
consciencia moral, la observación de sí y la función de ideal. A esta instancia situada en el interior del yo la
llamamos superyó.
- El superyó goza de cierta autonomía, persigue sus propios propósitos y es independiente del yo, pero en él
se impone un cuadro patológico ligado a la severidad y crueldad que dirige al sujeto a un estado de
melancolía, en el cual se resalta principalmente el modo en que el superyó trata al yo, se vuelve hiper
severo, insulta, denigra y maltrata al yo. Transcurrido un determinado tiempo el alboroto moral pasa hasta
que se da un nuevo ataque. En el período intermedio el yo goza de su libertad como si el superyó hubiera
perdido toda su fuerza.
- La consciencia moral es algo propio en nosotros, pero no la tenemos desde el comienzo, los niños pequeños
al principio son amorales. Sin embargo, el superyó es desempeñado por un poder externo, proveniente del
padre, quien le otorga pruebas de amor y lo amenaza con castigos que ponen en juego ese amor. Se da así
una angustia realista, que será la precursora de la posterior angustia moral. 
- En el lugar del padre, aparece el superyó que observa al yo, lo guía y lo amenaza como hacían los padres con
el niño. Es el legítimo heredero de la instancia parental. El problema es que el superyó solo toma la parte
prohibidora del padre y deja de lado el amor característico de éste. 
- El paso del vínculo parental al superyó se da por medio de la identificación, el yo acoge dentro de sí aspectos
del otro. La creación del superyó se enlaza con el destino del Complejo de Edipo, aparece como heredero de
éste. Al tener el niño que renunciar al objeto de amor parental, se identifica intensamente con éste, pero a
lo largo del desarrollo lo normal sería que se vaya distanciando cada vez más de los padres.
- En realidad, el niño no se identifica con el modelo de sus padres, sino que se identifica con el superyó de
estos, hay una tradición en el pasaje del superyó a lo largo de las generaciones.
- Lo reprimido continuamente está haciendo un esfuerzo por aflorar consciente, pero la resistencia,
exteriorización del yo que llevó a la represión, hace una fuerza opuesta para mantenerlo inconsciente. La
represión es obra del superyó.
- Como el superyó y el yo pueden tener sectores inconscientes en el aspecto dinámico, ya no usamos la
palabra “inconsciente” en el sentido sistemático, sino que ahora la llamamos “ello”. El ello es ajeno al yo, es
la parte oscura, inaccesible de nuestra personalidad y solo se puede describir por oposición al yo. Se lo llama
un caos. Como su extremo está abierto a lo somático, acoge en sí las necesidades pulsionales de éste. Desde
esas pulsiones se llena de energía, pero no tiene ninguna organización, se rige por el principio de placer y
solo busca satisfacción. En él coexisten mociones opuestas, no existe la negación y tampoco el tiempo, el ello
no conoce el bien ni el mal y el factor que gobierna todos los procesos es el económico.
- El yo se conecta con el mundo exterior por medio del sistema P-Cc (percepción- consciencia). Teniendo en
cuenta esto, el yo es considerado como una parte del ello, de quien toma sus energías, que fue modificado
por el contacto con el mundo exterior ya que debe percibir estímulos y protegerse de estos. De esta manera,
el principio de placer es destronado sustituyéndolo por el principio de realidad. 
- Las investiduras de objeto partende las exigencias pulsionales del ello y es necesario que el yo las registre y
que se identifique con el objeto. El yo se ve obligado a realizar los propósitos del ello, pero se divorcia de una
parte del ello mediante resistencias de represión 
- El yo debe servir a tres amos que son el mundo exterior, el ello y el superyó, por eso no es raro que muchas
veces fracase en sus tareas. Está amenazado por tres clases de peligros por lo que puede reaccionar con
angustia. Quiere cumplir los reclamos del mundo exterior, pero al mismo tiempo ser fiel servidor del ello
para atraer su libido hacia sí. Al querer mediar entre el ello y la realidad el yo se ve obligado a disfrazar los
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mandamientos inconscientes del ello con sus realizaciones preconscientes, a encubrir los conflictos del ello
con la realidad. Al mismo que esto sucede, el superyó observa cada paso que da el yo para estar preparado
en caso de que sea necesario castigarlo con sentimientos de inferioridad y culpa.
- El yo lucha para dominar su tarea económica y por establecer armonía entre las fuerzas que actúan en él y
sobre él. Cuando se demasiado presionado estalla en angustia realista, ante el mundo exterior, angustia
moral, ante el superyó y angustia neurótica, ante el ello.
“DE LA DEPENDENCIA A LA INDEPENDENCIA EN EL DESARROLLO DEL INDIVIDUO” WINNICOTT
 La dependencia es absoluta ya que el niño depende completamente de la madre. 
FUSIÓN (ilusión) → MADRE - BEBÉ 
 ↙ ↘
 Yo integrado yo no integrado
 ↘ ↙
MADRE: yo auxiliar → ella es quién provee la sensación de omnipotencia. 
 Los procesos evolutivos están ligados a la provisión ambiental, la madre es quien provee el medio y debe 
empatizar con el bebé: “preocupación materna primaria”, es necesaria para el niño ya que se encuentra en 
absoluta indefensión (no puede satisfacer sus necesidades). La madre tiene que estar 100% a disposición del 
bebé, se debe sentir identificada con él. 
HOLDING (sostén psíquico y físico)
 ↓
Transmisión de seguridad y 
protección. 
 FUNCIONES DEL MEDIO (MADRE).
HALDING (manejo e integración) ↓
Presentación de la realidad: hace alusión a cómo le presenta la realidad construida por una continuidad 
existencial. Se genera una ilusión de adaptación casi perfecta, ya que la madre es consistente en esta 
presentación, lo hace todo el tiempo.
 En este momento pueden ocurrir fallas por falta de empatía de parte de la madre y esto genera vivencias 
de aniquilación y angustias impensadas. El mundo se construye por la construcción que le provee la madre 
presentándole el mundo y los objetos. 
DESDE EL BEBÉ
 No hay CC de la provisión materna.
 Hay agresión no intencional (es por pura descarga)
 Relación objeto-subjetivo (todo es creado por él)
 Narcisismo primario
 Indiscriminación yo/no yo
PREMIO → lo que sabía que iba a suceder sucedió: no hay deformación del desarrollo.
DEPENDENCIA RELATIVA (hasta los 2 años)
 Desde los 6 meses hasta los 2 años deben haber “fallas”. Lo que antes era bueno ahora no debe ser así. Una 
vez que hay una ausencia, el bebé puede darse cuenta de lo que había antes. Logra perder el sentimiento de 
omnipotencia y gracias a eso comienza a haber una diferenciación del yo/no yo.
 Aparece el objeto transicional para reemplazar al objeto materno.
16
 Con la ausencia empieza a diferenciar lo que le construyó la madre y la realidad en sí. Se da cuenta que el no 
construyó la realidad y se produce la destrucción intencional del objeto (representante de la madre 
ausente).
 Premio: Es CC de su independencia. Cuando el bebé no se quiere separar es porque ya hubo 
ausencia/separación. Hubo fallas adecuadas para lograrlo.
 Comienza a darse la capacidad de espera gracias a la frustración. 
 La ilusión de la fusión se va separando. 
 Se da la angustia por ausencia de la madre ya que esta debe ausentarse con el fin de que el bebé entienda 
que ella es OTRO SEPARADO de él. 
HACIA LA INDEPENDENCIA
 Aceptación de la realidad (proceso que no se completa nunca).
 Proceso de mentalización: uso de símbolos.
 Área de fenómenos transicionales (juego, creatividad, cultura).
 Fallas del medio: patologías relativas en los niveles de independencia.
 Logros: pasaje a la sociabilización.
“OBJETOS TRANSICIONALES Y FENÓMENOS TRANSICIONALES” WINNICOTT
Hay 3 tipos de objetos: 
- 1) Subjetivo: objeto interno y fusionado. Al principio, para el niño, sujeto y objeto son una misma cosa ya 
que no hay una diferenciación del yo/no yo.
- 2) Real exterior: va a ser útil para la delimitación del yo/no yo.
- 3) Transicional: es una representación que implica una operación psíquica ya que dicho objeto tuvo que ser 
perdido para ser reemplazado por otro. Son objetos que ya no van a estar fusionados ya que comienza una 
delimitación, no es del todo interno ni del todo externo. Comienza el conocimiento del objeto real exterior, 
presentado por la madre. Esta tiene que ser lo suficientemente buena para sostener al niño y provocarle 
frustraciones óptimas para que el infante entienda que ella tiene vida propia y no le pertenece → la madre 
le permite al niño construir el espacio transicional. 
Este objeto se encuentra en el espacio transicional que es el área donde la expresividad del sujeto, desde la 
experiencia, va a tener corroboración. Es un área de experiencias donde se rectifican y promueven aspectos 
adaptativos que le van a dar conformación al sí mismo. 
Al principio, el espacio transicional es precario, por eso necesita la regularidad del medio (darle un cubo de 
colores blando en vez de una copa de vidrio), se debe apropiar del objeto. El mundo se construye por medio 
de ese espacio transicional y el niño construye su subjetividad a partir de la objetalidad. 
 Realidad interna
 ↑ 
Espacio transicional → intermedio → Objeto transicional:
 ↓
 Realidad externa
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Es determinado por el bebé y ofrecido por la 
madre. Es una cosa en sí, que existe. Representa 
a la madre, pero es un objeto real (oso, manta, 
etc.). Representa al pecho y permite la 
separación de la madre. No se tiene que romper,
destruir, tiene que ser suave y resistente porque 
si no se produce la ilusión y desilusión. El niño 
tiene que poder manipularlo para hacer uso del 
objeto. 
CUALIDADES DEL OBJETO: 
 El bebé adquiere derechos sobre el objeto, y nosotros los aceptamos. Pero desde
el comienzo existe como característica cierta anulación de la omnipotencia. 
 El objeto es acunado con afecto, y al mismo tiempo amado y mutilado con 
excitación. 
 Nunca debe cambiar, a menos de que lo cambie el propio bebé. 
 Tiene que sobrevivir al amor instintivo, así como al odio y a la agresión pura. 
 Al bebé debe parecerle que irradia calor, o que se mueve, o que posee cierta
textura, o que hace algo que parece demostrar que posee una vitalidad o una
realidad propia. 
 Proviene de afuera desde nuestro punto de vista, pero no para el bebé.
Tampoco viene de adentro: no es una alucinación. 
 El objeto no se olvida ni se llora. Pierde significación, y ello porque los fenómenos 
transicionales se han vuelto difusos, se han extendido a todo el territorio interme-
-dio entre la “realidad psíquica interna” y “el mundo exterior tal como lo perciben
las dos personas en común”, es decir, a todo el campo cultural (creación, arte,
sentimientos religiosos, sueños, adicción a drogas, fetichismo, rituales obsesivos,
etc. 
 Representa por primera vez un yo/no yo. Dependencia relativa: se empieza a armar un límite entre el adentro y el afuera.
Desde el momento de satisfacción oral (chupar pulgar) a la relación con el osito/manta hay una zona intermedia 
(espacio transicional) que es la que permite soportar la ausencia de la madre que tanto satisfacía. 
La música, el osito, la frazada → dan a los gestos no organizados espontáneos, reencuentro con el objeto. 
 → dan a descubrimientos y vinculación con los objetos. 
 ↓
 EXPERIMENTACIÓN que le permite ir entendiendo y descubriendo al objeto (si es duro, blando, suave, etc.).
Desde los 4-6 meses a 8-12 aparece el objeto transicional, aunque a veces éste no existe y genera una dificultad en el
proceso de transicional.
Verdadera cualidad: De producirse la sustitución, el objeto tiene más importancia que la madre. Realmente hubo 
una operación simbólica que permitió sustituir el pecho de la madre, lo que calma la ansiedad es el objeto. Lo 
importante es que haya fallas de la madre, para que esa ausencia pueda ser sustituida.
 El niño pasa del dominio omnipotente (dependencia absoluta de la madre, ilusión de omnipotente) al 
dominio de manipulación (placer en el uso del objeto).
 En caso de que el objeto transicional sea una verdadera sustitución, en diferentes etapas puede representar 
diferentes objetos relacionados con esas etapas.
ILUSIÓN/DESILUSIÓN
- Al comienzo, la madre ofrece al bebé la oportunidad de crearse la ilusión de que su pecho es parte de él.
Por así decirlo, parece encontrarse bajo su dominio mágico. 
- Desilusión: es la tarea posterior de la madre, que consiste en desilusionar al bebé en forma gradual, pero
no lo logrará si al principio no le ofreció suficientes oportunidades de ilusión. Es esa frustración que le 
permite al niño la capacidad de espera. 
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EMPIEZA A 
ESBOZARSE UN 
NUEVO SUJETO
- Pasar del principio del placer (madre satisface al bebé) al principio de realidad (la madre empieza a 
fallar), es una transición. Existe una zona transicional que nos permite a lo largo de la vida soportar las 
exigencias de la realidad.
- Primero debe haber placer (satisfacción) para que después pueda haber una diferencia. Al faltar la 
madre debe adaptarse transicionalmente a la realidad.
- Al dejar el objeto transicional se genera un vacío que permite llenarse con otras cosas (deportes, 
religión, etc.) que van a calmar la ansiedad.
- Si la madre no puede dejar de satisfacerse, satisfaciéndolo y no puede fallarse, aparece algo 
alucinatorio. Debe empezar a frustrarlo gradualmente.
Agresión: el bebé no quiere romper ni destruir al objeto, sino que lo agrede para exteriorizar lo que por dentro lo 
destruiría. 
“SUEÑOS, FANTASIA Y VIDA” WINNICOTT
Hay un contraste entre el fantaseo y los sueños:
- Sueño: es una fantasía creativa equiparable a la VIDA. 
- Fantaseo: es un fenómeno aislado, que absorbe energía, que no contribuye al soñar ni al vivir. Es una 
producción relacionada con el mundo interno, lo imaginario. Es un espacio cerrado y muerto en la mente → 
imágenes ligadas a la masturbación equiparable a la MUERTE. En el fantaseo lo que ocurre se produce 
inmediatamente, aparte de que no ocurre en modo alguno. No es constructivo, resulta nocivo para el 
paciente y lo hace sentir mal. 
- Fantaseo ≠ fantasía (creativo). 
“EL USO DE UN OBJETO Y LA RELACION POR MEDIO DE IDENTIFICACIONES” WINNICOTT
- Se puede describir la relación de objeto en términos de la experiencia del sujeto. La descripción del uso del objeto 
implica la consideración de la naturaleza de este. 
- La capacidad para usar el objeto es más complicada que la aptitud para relacionarse con objetos; y la relación 
puede ser con un objeto subjetivo, en tanto que el uso implica que el objeto forma para de la realidad exterior. 
Es posible observar la siguiente secuencia: 
1) El sujeto se relaciona con el objeto. 
2) El objeto está a punto de ser hallado por el sujeto, en lugar de ser ubicado por este en el mundo. 
3) El sujeto destruye al objeto. 
4) El objeto sobreviene a la destrucción. 
5) El sujeto puede usar el objeto. Para usar el objeto es preciso que el sujeto haya desarrollado una capacidad 
que le permita usarlos. La destrucción desempeña un papel en la formación del principio de realidad, pues 
ubica al objeto fuera de la persona → proceso de maduración que depende de un ambiente facilitador. 
- El objeto siempre es destruido. Está destrucción se convierte en el telón de fondo inconsciente para el amor a un 
objeto real, es decir un objeto que se encuentra fuera de la zona de control omnipotente del sujeto. 
- "Mientras te amo, te destruyo constantemente en mi fantasía inconsciente". Aquí comienza la fantasía para el 
individuo. Entonces el sujeto puede utilizar el objeto que ha sobrevivido. 
- El estudio de este problema implica una afirmación del valor positivo de la destructividad. Esta, más la 
supervivencia del objeto a la destrucción, ubica al objeto fuera de la zona creada por los mecanismos mentales 
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proyectivos del sujeto. De ese modo, se crea un mundo de realidad compartida, que este puede usar y que puede 
devolverle una sustancia que no-es-yo. 
EL FANTASMA
- La experiencia sostenida con el entorno va poblando de contenidos al topos inconsciente. 
- Cada etapa que atraviesa el sujeto presenta específicas encrucijadas a resolver. En la etapa oral → la tarea 
gira en torno al establecimiento y la consolidación de la propia existencia libidinal. En la etapa anal → la 
tarea gira en torno a los movimientos de subordinación y rebeldía ligados al establecimiento de pautas y a 
los juegos del poder en torno a la posesión. En la etapa fálica → la tarea gira en torno a la delimitación de las
diferencias, a la resolución de los sentimientos de exclusión, a la resolución de los vínculos con los objetos 
primarios. En la etapa de latencia → la tarea gira en torno al esbozo de un camino ético que ayude a 
construir la propia historia futura. 
- Estos sucesos inciden en el psiquismo organizando la vida emocional a través del establecimiento del 
FANTASMA en el psiquismo.
- Los fantasmas originarios se organizan en torno a ciertas escenas básicas. Estas escenas son la escena 
primaria (observación del coito parental), la escena de seducción y la escena de castración → estas 3 escenas
se articulan ulteriormente en torno del EDIPO, complejo organizador retroactivo de la vida psíquica. 
- Definición de fantasma: es un sector organizado del topos inconsciente. Es una escena construida con los 
elementos emergentes de las encrucijadas vivenciales ya nombradas. Estas escenas se van reconstruyendo a 
medida que se suceden las diversas etapas de la epigénesis. Son los procesos de represión primaria, ligados 
a los mecanismos identificatorios, los artífices de esas sucesivas transformaciones. 
- El FANTASMA es un engrama que incluye una representación del sujeto (surgida de las identificaciones 
primarias y secundarias), una representación del objeto (emergente de la paulatina delimitación 
intrapsíquica del mismo a partir de la fijación de la experiencia realizada en el espacio transicional) y una 
pauta vincular (alentada por el deseo y orientada por el registro afectivo de los intercambios originarios). 
Esta parte organizada del inconsciente articula el deseo a aspectos del objeto, del YO y del Super-Yo/Ideal 
del Yo. El fantasma condiciona a la subjetividad en su conjunto.
- El fantasma nos sostiene y nos permite vincularnos mediante vínculos de alianza estables que, de no 
conformarse este fantasma, este código interno propio, no permitirá la elección y el deseo de una 
relación/persona/pareja ya que no se estableció de forma integrada dicho código. 
- Algo del fantasma se resuelve en el vínculo con el otro, con el fantasma del otro. La elección se realiza en 
base a características del otro, se crea un pacto

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