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1 INTERCONSULTA La necesidad de solicitar una Ic puede surgir en distintos momentos. Uno al finalizar la evaluación diagnóstica y otro en algún momento del tratamiento en que el psicólogo observe un aumento mayor del esperable de la sintomatología previa o la aparición de síntomas nuevos, que pueden responder a diferentes causas. En ambos casos se indica una interconsulta con la especialidad que se considera pertinente de acuerdo a los indicadores que se presentan, citando a los padres para explicar el porqué y el sentido de dicha Ic. Cuando la Ic se determina en el marco de una evaluación diagnóstica, se explica en la entrevista de devolución a los padres. En caso de corresponder realizar un informe, se explicita al final del mismo, en el ítem de Recomendaciones, los tratamientos y derivaciones sugeridas. Los informes son necesarios especialmente cuando se indican IC, cuando ya hay otros profesionales trabajando con el niño, cuando la evaluación fue indicada por un médico de otra especialidad, ante trastornos que puedan persistir a lo largo del tiempo, aun cuando vayan variando en intensidad y características. Si la Ic surge en un momento del tratamiento, se cita a los padres a una entrevista para hablar de la evolución y de aquello que haya surgido. En este último caso seguramente los padres y/o escuela, también hayan visto el recrudecimiento o aparición de determinados indicadores. También se informa dicha indicación y el porqué de la misma, al pediatra u otros profesionales que lo atienden. En caso de estar conformado un equipo de trabajo interdisciplinario se puede pensar el momento adecuado tomando en cuenta las perspectivas de cada uno. Estas interconsultas pueden tener objetivos diagnósticos (en caso de haber comorbilidad) y/o de tratamiento. Al hacer el pedido de interconsulta se puede indicar tanto una evaluación específica o una consulta clínica del área detectada como deficitaria. Situaciones más frecuentes de derivación para una Ic. La observación del desarrollo de los niños en las primeras etapas de la vida permite detectar ciertas peculiaridades o advertir si las características esperables están ausentes o demoradas. A su vez hay indicadores específicos para cada área del desarrollo que pueden alertar acerca de una trayectoria no del todo esperable. La necesidad y recomendación de Ic puede surgir cuando, a partir de la anamnesis, preguntas a los padres y observación del niño, el terapeuta detecta, sospecha o se anoticia de: Una posible alteración o un retraso en el desarrollo esperable, Ausencia de características esperables para su EC, Una regresión muy marcada en una o varias áreas del desarrollo La presencia de indicadores de otro trastorno posiblemente asociado (comorbilidad), como podría ser el caso de un trastorno del lenguaje, alteración sensorial, organicidad, etc., Ciertos indicadores “predictores” de determinados cuadros, ya que anticipar y realizar una detección precoz aumenta las posibilidades de lograr una adecuada estimulación Cuestiones clínicas que pudieron haberse pasado por alta en el control pediátrico, Alguna característica llamativa atribuible a un posible problema médico (por ej que se acerca demasiado a la hoja para dibujar, en cuyo caso se recomendará un control oftalmológico), Síntomas o sospechas diagnósticas que deben ser objeto de consulta inmediata, especialmente ante la presunción de riesgos físicos y/o psíquicos Alguna enfermedad preexistente que no ha sido chequeada oportunamente, afecte o no el síntoma por el cual consultan (por ej hipoacusia/alteración vestibular, pies valgos/inestabilidad de la marcha, torpeza motora) Enfermedades parentales con fuerte carga hereditaria y comienzo de síntomas en el niño. Etc. 2 INTERCONSULTA PSIQUIÁTRICA En el caso de la IC con Psiquiatría, además de las características específicas es importante poder tomar en cuenta el timing del paciente/padres para sugerir su realización, salvo en caso de riesgo de vida. Si bien no suele ser una Ic de primera elección, cabe aclarar que no hay que olvidar que el paciente “esta padeciendo”, que al margen de la sintomatología que observamos, ese niño o joven está sufriendo. Este sufrimiento puede ir in crescendo por las repercusiones que el trastorno provoca en su capacidad de aprender y relacionarse, en sus vínculos, así como en la imagen de sí mismo. Por ejemplo es frecuente que el niño con algunos trastornos de Ansiedad, TEA, TOC, etc. luego de un tiempo, desarrolle como consecuencia, un trastorno del ánimo de tipo depresivo. Algunos indicadores de necesidad de IC Psiquiátrica: Cuando se presume un riesgo de vida como en el caso de los trastornos del ánimo (ideación suicida, aumento de la impulsividad), esquizofrenia, etc. Cuando la alteración afecta el tratamiento y/o áreas importantes de su vida, Cuando se presume la necesariedad de un tratamiento farmacológico simultáneo (puede ser el caso de depresión mayor, tdha, etc). En TOC ante la severidad de la sintomatología que afecta aspectos esenciales de su vida. Siempre es preferible comenzar con el tratamiento psicoterapéutico y luego de un período donde no hay cambio alguno o por el contrario se observa un recrudecimiento de la sintomatología, plantear la IC. Se habla con los padres de la Ic explicando que no necesariamente comenzara con una medicación sino que el psiquiatra evaluara si es el momento o si decide seguir un tiempo su evolución. En TEA ante aumentos de ansiedad que desorganizan al niño, trastornos del sueño significativos, etc. En niños con TDHA cuando presentan síndromes disatencionales que afecten notablemente su desempeño académico y/o elevado nivel de impulsividad/hiperactividad Para chequear la base orgánica del trastorno. Ante la aparición de nuevos síntomas (por ej regresiones marcadas o cambios conductuales extraños que no se pueden ligar al trastorno de base ni a situaciones familiares) que hace sospechar la presencia de patología orgánica (como podría ser el caso de tumores, epilepsia sin convulsiones, etc). En estos casos se decide de acuerdo a la sintomatología entre la consulta con psiquiatría o neurología. En general en niños/adolescentes que presenten agitación psicomotriz, desorganización del pensamiento y lenguaje, alucinaciones, expresiones delirantes, conductas disruptivas, impulsividad y tendencia al acting out que pueda provocar daños a si mismo o a terceros, trastornos del sueño graves, compulsiones y obsesiones severas, etc. Hay cuadros que requieren distintos abordajes simultáneos, que se eligen Siempre en función de cada paciente y evaluando en que momento incluir los distintos tratamientos. El tratamiento psicoterapéutico suele ser un espacio ideal para pensar y decidir estas cuestiones luego del psicodiagnóstico o de la evaluación inicial. IC sobre Lenguaje y Comunicación: Fonoaudiología/Neurolingüística Muchas veces al hacer la evaluación PD se detectan trastornos del lenguaje, que pueden formar parte del cuadro que evaluamos (por ej TEA) o ser un trastorno aparte (comorbilidad). En ambos casos es necesario indicar una IC para saber cuál es el tipo de trastorno y si requiere de tratamiento específico. Es importante averiguar con los padres si se han hecho estudios para descartar problemas auditivos, como ha sido la evolución del lenguaje y la comunicación, 3 características actuales, etc. Para ello se pueden tomar en cuenta los indicadores de alerta de lenguaje y conocer cuál es su desarrollo esperable. (ver material de indicadores del desarrollo y trastornos del lenguaje) Dependiendo de los indicadores observados se decide si se indica una Ic con fonoaudiología (por ej cuando solo hay compromiso de aspectos fonológicos del lenguaje como dislalias) o una Ic neurolingüística (cuando esta alterada la pragmática, lo morfológico o sintáctico). Si observamos una alteraciónen el lenguaje expresivo y comprensivo, en comunicación y juego corresponde indicar una Ic neurolingüística. En estas consultas se suele pedir al inicio de la evaluación, la realización de estudios como audiometrías, potenciales evocados, etc. para descartar problemas auditivos y hacer un diagnóstico diferencial. Si la alteración observada corresponde a una regresión se realizara paralelamente una Ic neurológica para descartar algún cuadro orgánico que pueda estar ocasionándolo. Procesamiento sensorial El SNC es el encargado de analizar y organizar, de manera automática e inconsciente, la información que llega a través de los sentidos u órganos sensoriales para poder responder de manera eficaz y lograr una conducta adaptativa. Muchas de las tareas que hacemos de manera automática están influenciadas por el procesamiento de la información sensorial (visual, auditiva, táctil, vestibular, propioceptiva, olfativa, gustativa). El Trastorno en el Procesamiento Sensorial (TPS) puede interferir con su capacidad para mantener la atención y permanecer quieto en clase, afectar la capacidad para interactuar y jugar, el estado del ánimo así como procesos y funciones vitales como el sueño y la alimentación. Los niños con TPS pueden sentirse abrumados por la cantidad de estímulos ambientales cotidianos o por el contrario que estos sean insuficientes para producir la reacción esperada. De allí se derivan reacciones tales como impulsividad, rechazo o evitación de aquellos estímulos que no pueden procesar de manera adecuada o por el contrario una búsqueda exagerada de estimulación. En algunos casos la multiplicidad de estímulos puede producir la desorganización y aparición de crisis con conductas disruptivas. Estas alteraciones suelen presentarse en trastornos de base como TEA y TDAH. Los problemas en la modulación de los estímulos sensoriales se agrupan en dos tipos de respuesta: hiper/hipo responsivo. La hipersensibilidad conduce a la evasión sensorial, los chicos evitan la estimulación sensorial porque es demasiado abrumadora. Suele ser la más frecuente. Por ej el niño con hipersensibilidad táctil va a presentar un elevado nivel alerta a todo tipo de estímulo, lo cual puede impactar en conductas de tipo rechazo (arisco al contacto), disminuir la capacidad de atención, sentir mas estrés, etc. La hiposensibilidad causa que los niños sean buscadores sensoriales, que busquen más estimulación sensorial por ej tocando las cosas, buscar sentir el contacto físico y la presión. A veces pueden ser menos sensibles al dolor y tengan una mayor tolerancia. Es por eso que prefieren jugar brusco y no entienden si están lastimando a alguien. Cabe aclarar que algunos chicos pueden presentar ambas características (buscar y evitar sensaciones). Pueden ser excesivamente sensibles a algunos estímulos sensoriales y ser poco sensibles a otros. Ej de alteración vestibular en ambos tipos de reacciones: El sistema vestibular cumple un rol importante en la conciencia de la posición del cuerpo y del movimiento, en el tono postural, el equilibrio y en la estabilización de los ojos durante los movimientos de la cabeza. Los niños que son hiperresponsivos al estímulo vestibular suelen reaccionar de manera exagerada al movimiento o desplazamiento de su eje corporal de lo vertical. 4 La dificultad para regular el nivel de actividad hace que sean muy precavidos en juegos de acción, suelen explorar menos el ambiente y mantenerse más pasivos. Por el contrario los niños hiporresponsivos suelen buscar gran cantidad de experiencias de movimientos poder volver a estar regulados, como rodar, mecerse y girar rápidamente, y no se marean cuando otros niños sí. Signos a tener en cuenta para sugerir una Evaluación de Terapia ocupacional con Integración sensorial: Ciertos sonidos, luces, olores, texturas y sabores pueden causar la sensación de “sobrecarga sensorial”. Luces brillantes o intermitentes, sonidos fuertes, ciertas texturas de alimentos y prendas de vestir son algunos de los detonantes que pueden hacer sentir a los chicos sobrecargados y molestos. Los chicos que sienten una sobrecarga sensorial evitan una variedad estímulos y en caso de no poder evitarlos pueden tener crisis. Indicadores frecuentes de la Evasión sensorial: - Rechazo ante ciertos alimentos por sus textura, consistencia u olor. - Evita probar nuevos alimentos. Es excesivamente selectivo con sus comidas. - Negativas y berrinches a la hora de lavarse o cortarse el pelo, limpieza de los oídos, cortarse las uñas, etc. - Mostrar fuertes preferencias o rechazo por ciertas prendas de vestir: (molestias por etiquetas, medias, zapatos, etc.) Se niega a usar ropa que pica o que no siente “cómoda”. - Rechazo a jugar con materiales como la arena, pintar con los dedos o modelar con plastilina. - Excesiva preferencia o rechazo/evitación de movimientos bruscos, giros, altura, balanceo, etc. - Rechazo y/o temor ante ruidos fuertes como truenos (alerta excesiva ante tormentas), quejas de molestia por el ruido de la clase, etc. Se sobresalta con facilidad por ruidos repentinos. - Evita tocar a las personas o abrazarlas. - Se molesta por cambios pequeños en la rutina o en el entorno, y evita probar cosas nuevas. - Se abruma fácilmente con personas o lugares. Evita espacios ruidosos y concurridos. - Le molesta la luz brillante. Búsqueda sensorial Los chicos que son poco sensibles a la información sensorial experimentan la situación contraria. A menudo tienen necesidad de moverse, buscan estimulación en sabores condimentados o agrios, aumentan el contacto físico y la presión. Indicadores frecuentes de Búsqueda sensorial: Toca los objetos constantemente. Juega de manera brusca y toma riesgos físicos. Tiene una gran tolerancia al dolor. A menudo se retuerce o juega con objetos manipulables Está constantemente en movimiento. Invade el espacio personal de otras personas. Se distrae o se siente ansioso con frecuencia. Es torpe y sin coordinación. En el caso que las alteraciones detectadas correspondan a trastornos de la coordinación motriz, en motricidad fina o gruesa sin sospecha de alteración sensorial, se puede hacer la derivación tanto a Psicomotricista como a Terapia Ocupacional, dependiendo de los recursos de salud que se cuenten para dicho paciente. En ambos casos se indica una evaluación y luego el profesional decidirá si requiere tratamiento. IC Psicopedagógica/Neurocognitiva/Neuropsicológica Cuando se presenta un niño con un rendimiento académico descendido en un área específica del aprendizaje, se ha descartado una discapacidad intelectual o sensorial, y se ve que excede 5 un trastorno emocional, privación cultural e instrucción insuficiente, se considera que puede deberse a una dificultad o trastorno especifico del aprendizaje (DEA). En estos casos se indica una IC con psicopedagogía, para realizar una Evaluación Psicopedagógica. También en caso de trastornos de la capacidad intelectual, donde el niño necesitará no solo tratamiento pedagógico sino la implementación de un plan de trabajo escolar con adaptaciones curriculares y metodológicas con la presencia de una MI en el aula (por ej cuando se encuentra 2 puntos debajo de la media). En todos los casos se decide en función de cada niño en que momento ir incluyendo otros abordajes terapéuticos. Cuando sospechamos que su desenvolvimiento cognitivo está vinculado a alguna disfunción del SNC o algún tipo de daño cerebral, o si el cuadro que se diagnostica corresponde a un trastorno del neurodesarrollo, es conveniente indicar una Evaluación Neurocognitiva. Esta evaluación investiga justamente el funcionamiento cognitivo, comportamental y dispositivos básicos del aprendizaje a nivel cerebral. Se recomienda entonces en el caso de niños/jóvenes que presentan trastornos de las funciones ejecutivas, como por ej. en TDHA, TEA, TANV, etc. Esta evaluación permite tener una idea acerca del potencial intelectualy conocer en detalle el perfil cognitivo de ese niño, sus fortalezas y debilidades, con la discriminación de las diferentes funciones cognitivas: atención (en sus diferentes tipos), memoria, coordinación visomotora, etc. El abordaje o tratamiento está destinado también a la estimulación de aquellas funciones que se detectan como deficitarias. Muchos trastornos requieren abordajes paralelos, como en el caso del TANV (Trastorno del aprendizaje no verbal), también denominado “Discapacidad del aprendizaje visoespacial” y ubicado en el área de Trastorno de las habilidades motoras del Neurodesarrollo. Este trastorno se pone de manifiesto con torpeza, lentitud e imprecisión en la realización de habilidades motoras al presentar dificultades por ejemplo en las capacidades visual, espacial y de organización, afectando tanto cuestiones del rendimiento académico como actividades motoras de la vida cotidiana. Sera importante diferenciar cuales tratamientos priorizar y cuando, o si estos deben hacerse de forma simultánea. La Neuropsicología es una rama de la Psicología que estudia la relación entre el cerebro, las funciones cognitivas, las emociones y la conducta. Consiste en la detección y cuantificación de la disfunción cognitiva, conductual y emocional causada por cambios químicos o alteraciones en la estructura o en la función cerebral de un sujeto determinado. Estos cambios pueden deberse a una injuria cerebral o a enfermedades del desarrollo, y pueden afectar numerosas áreas como la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y la comunicación, la memoria, las funciones ejecutivas, la regulación emocional, la conducta. Son frecuentes las alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso que afectan procesos como lenguaje, memoria, razonamiento atención percepción o conducta en los que no se evidencia lesión anatómica del sistema nervioso. En estos casos el diagnóstico es clínico y de manera más certera a través de una EVALUACIÓN NEUROPSICÓLOGICA. Estas evaluaciones son valiosas en pacientes con: Personas con inmadurez o disfunción del SNC que presentan alteraciones ligeras en los procesos cognitivos. Pacientes con alteraciones cognitivas causadas por daño cerebral adquirido (accidente cerebro vascular, traumatismo de cráneo, tumores cerebrales, etc) trastornos del neurodesarrollo, del aprendizaje, de la coordinación y del lenguaje problemas de memoria, atención o lenguaje que limiten el funcionamiento epilepsia refractaria que requiere de una neurocirugía, para evaluar habilidades cognitivas antes y después de la misma 6 enfermedades neurológicas que requieran monitorear su curso y grado de recuperación etc. La EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA permite objetivar el funcionamiento intelectual global tanto de sujetos sanos como de aquellos que presentan alguna alteración, determinando el estilo cognitivo individual. A través de distintos tests y escalas, el neuropsicólogo puede describir las funciones preservadas y acordes a la EC e identificar fallas en dominios cognitivos tales como atención, memoria, lenguaje, habilidades viso espaciales y viso constructivas, funciones ejecutivas, teoría de la mente, etc. así como su posible impacto en las actividades cotidianas. Cabe hacer la salvedad que ningún tests por sí solo determina una disfunción Nps. Sino que cada función debe ser evaluada en diferentes tareas/tests, buscando la convergencia de resultados. A su vez los resultados deben ser interpretados en el contexto clínico, con el material aportado por las entrevistas con padres y paciente, la observación del comportamiento del paciente durante la evaluación, informes escolares o de otras evaluaciones previas. Hay diferentes tipos de evaluaciones según utilicen baterías fijas y estandarizadas o flexibles, donde se seleccionan los tests de acuerdo al MC y criterio del profesional. Ambas aportan resultados cuantitativos (numéricos) y cualitativos (por ej se ve como resuelve, estilo, conducta), que se interrelacionan entre sí. Aquellos pacientes que presenten un deterioro o afectación en algunas de las funciones cognitivas evaluadas, como por ej a causa de una injuria cerebral, requerirán de un tratamiento específico de rehabilitación. En el caso donde estas funciones se encuentren ausentes o demoradas el tratamiento será fundamentalmente de estimulación de dichas funciones. Cuanto más tempranamente se realice la detección y tratamiento, mayores serán las oportunidades de recuperación de la función.
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