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Robert Darnton. Censores trabajando: Conclusiones
¿Qué es la censura? Si definiéramos la censura de forma demasiado rígida, entonces podría entenderse como un fenómeno autónomo que funciona de la misma forma en todas partes sin importar el contexto.
El encarcelamiento funciona de forma distinta a las fuerzas del mercado(se refiere a que un editor rechace tu manuscrito): es infligido por el Estado, que tiene el monopolio del poder.
Con esto no quiero decir que todos los Estados impusieran sanciones de la misma manera. Sus acciones podían ser arbitrarias, pero las revestían con procedimientos que les daban un tinte de legalidad.
Algunos censores debían ceñirse, dependiendo el régimen, a la línea del partido cuando revisaban los manuscritos (supongo que porque tmb habia censuras morales, religiosas, etc) lo q requería que hicieran una interpretación de la línea del partido (Onda pensar si eso q estaba en el libro era correlativo con las ideas del partido o no), del texto, y de cuán compatibles son la línea partidista y las líneas en el texto.
La censura en estos tres sistemas era una lucha sobre el significado. Los debates requerían considerar la respuesta del lector.
En uno de los estudios más influyentes sobre la censura, Leo Strauss, refugiado de la Alemania nazi, afirma que los censores son estúpidos por naturaleza, ya que carecen de la capacidad de detectar el significado oculto entre las líneas de textos poco ortodoxos.
Los estudios en este libro muestran lo contrario. Los censores no sólo eran capaces de percibir matices de significado oculto, sino que también entendían la manera en que los textos publicados resonaban entre el público. En el caso de la RDA el aparato censor incluía autores, investigadores y críticos, en otros casos bibliotecarios. 
También podía ser positiva. Las aprobaciones de los censores franceses daban fe de la excelencia de los libros considerados dignos de un privilegio real. A menudo se asemejan a las notas promocionales en la parte posterior de los libros de hoy. Además algunos censores mejoraban los textos que revisaban. A pesar de su función ideológica, la reelaboración de los textos tenía semejanzas con la edición realizada por profesionales en las sociedades abiertas.
Daba lugar a una colaboración entre censores y autores a menudo más cercana que las relaciones actuales entre autores y editores en las casas editoriales de París, Londres y Nueva York. Algunos censores franceses trabajaban tan estrechamente con los escritores, que acababan participando como coautores. Los textos de sus aprobaciones, impresas en el libro, no pueden separarse del cuerpo del texto que recomiendan. Las aprobaciones, privilegios y dedicatorias eran cuidadosamente repasados por la administración a cargo y aparecían dentro del libro como partes de un todo. 
El régimen de la India a veces intervenía no sólo para revisar la literatura vernácula, sino para fomentarla dando subsidios y premios a escritores que podrían producir algo similar a una novela europea. 
La colaboración se llevaba a cabo mediante negociaciones. En los sistemas autoritarios, los escritores entendían que fungían dentro del mundo real, donde agentes del Estado tenían el poder de controlar y reprimir todas las publicaciones. La mayor parte de los controles se centraban en periódicos y otros medios de comunicación y no en los libros, que son el objeto de este estudio. Sin embargo, los libros a menudo amenazaban con alterar el monopolio del poder y las autoridades.
En algunos regímenes estas negociaciones empiezan desde el inicio de la escritura del texto, pero en otros la censura se restringía a la represión posterior a la publicación. 
Voltaire, cuando publicaba trabajos legales, o casi legales, negociaba con los censores, sus superiores, intermediarios influyentes y la policía: sabía cómo manipular todos los engranajes y las palancas en el aparato del poder, y era un experto en usarlos para su beneficio.
Desde el punto de vista de los censores, ésta puede coexistir con la literatura: los censores creían que hacían posible la literatura.
Soy de la opinión de que percibir la compatibilidad entre los elementos contradictorios de un sistema cultural es atestiguar su poder de control sobre los “nativos”. Le parece importante reconocer que los censores y los autores a menudo compartían un compromiso con la clase de literatura que producían juntos.
¿Deberíamos entonces ir tan lejos como algunos teóricos postestructuralistas y ver actos de censura en cada expresión de poder y en las restricciones de cualquier tipo, incluyendo las del mercado como es entendido por los marxistas o las del subconsciente estudiado por los freudianos? Yo pienso que no. Si el concepto de censura se extiende a cualquier aspecto, no significa nada y no debería trivializarse de esa forma. Aunque estoy de acuerdo en que el poder toma muchas formas, creo que es crucial distinguir entre una forma de poder monopolizada por el Estado (u otras autoridades constituidas como organizaciones religiosas en algunos países o comunidades) y el poder que existe en todas las demás partes de la sociedad. La censura como yo la entiendo es esencialmente política y es ejercida por el Estado.
Una visión etnográfica de la censura la contempla holísticamente, como un sistema de control que impregna las instituciones, influye en las relaciones humanas e influye incluso en el funcionamiento oculto del alma. Al tomar una visión tan amplia, la historia etnográfica entonces puede estudiar de manera más justa las diferentes maneras en que operaba la censura en distintas sociedades.