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Consecuencias-CC-pesca-acuicultura

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I0994S/1/11.11
ISBN 978-92-5-306347-5 ISSN 2070-7037
9 7 8 9 2 5 3 0 6 3 4 7 5
!
Consecuencias del cambio Consecuencias del cambio 
climático para la pesca y la climático para la pesca y la 
acuiculturaacuicultura
Visión de conjunto del estado actual de los Visión de conjunto del estado actual de los 
conocimientos científicosconocimientos científicos
FAOFAO
DOCUMENTODOCUMENTO
TÉCNICOTÉCNICO
DE PESCA YDE PESCA Y
ACUICULTURAACUICULTURA
530530
ISSN
 2070-70
ISSN
 2070-703737
Cubierta: 
Ilustración por Emanuela D’Antoni.
Consecuencias del cambio 
climático para la pesca y la 
acuicultura
Visión de conjunto del estado actual de los 
conocimientos científicos 
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA 
Roma, 2012
FAO 
DOCUMENTO 
TÉCNICO
DE PESCA Y 
ACUICULTURA
 530
Editado por
Kevern Cochrane
Jefe del Servicio de Gestión y Conservación Pesquera
División de Gestión de la Pesca y la Acuicultura
Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO
Roma (Italia)
Cassandra De Young
Analista de políticas pesqueras
División de Economía y Políticas de la Pesca y la 
Acuicultura
Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO
Roma (Italia)
Doris Soto
Oficial superior de recursos pesqueros (acuicultura)
División de Gestión de la Pesca y la Acuicultura
Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO
Roma (Italia)
Tarûb Bahri
Oficial de recursos pesqueros
División de Gestión de la Pesca y la Acuicultura
Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO
Roma (Italia)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma en 
que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de 
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura 
(FAO), juicio alguno sobre la condición jurídica o nivel de desarrollo de 
países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la 
delimitación de sus fronteras o límites. La mención de empresas o productos 
de fabricantes en particular, estén o no patentados, no implica que la FAO los 
apruebe o recomiende de preferencia a otros de naturaleza similar que no se 
mencionan. 
 
Las opiniones expresadas en esta publicación son las de su(s) autor(es), 
y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la FAO. 
 
ISBN 978-92-5-306347-5 
 
Todos los derechos reservados. La FAO fomenta la reproducción y difusión 
del material contenido en este producto informativo. Su uso para 
fines no comerciales se autorizará de forma gratuita previa solicitud. 
La reproducción para la reventa u otros fines comerciales, incluidos fines 
educativos, podría estar sujeta a pago de tarifas. Las solicitudes de 
autorización para reproducir o difundir material de cuyos derechos de 
autor sea titular la FAO y toda consulta relativa a derechos y licencias deberán 
dirigirse por correo electrónico a: copyright@fao.org, o por escrito al 
Jefe de la Subdivisión de Políticas y Apoyo en materia de Publicaciones, 
Oficina de Intercambio de Conocimientos, Investigación y Extensión, FAO, 
Viale delle Terme di Caracalla, 00153 Roma (Italia). 
 
© FAO 2012 
© FAO 2009, English edition. © FAO 2009, Edición en Ingles 
 
Este documento se publicó originalmente en el 2009 bajo el titulo “Climate 
Change implications for fisheries and aquaculture – Overview of current 
scientific knowledge”. Las referencias bibliográficas al comienzo de cada 
capítulo reflejan la fecha de publicación del documento original. 
 
iii
Preparación de este documento
Este documento ha sido preparado en respuesta a una petición del Comité de Pesca 
(COFI), el cual, en su 27º período de sesiones, solicitó al Departamento de Pesca y 
Acuicultura de la FAO (FI) emprender un estudio analítico exploratorio para identificar 
los principales problemas vinculados con el cambio climático y la pesca. El documento 
contiene los tres estudios técnicos exhaustivos en los cuales se basaron las discusiones 
del Taller de expertos de la FAO sobre las consecuencias del cambio climático para la 
pesca y la acuicultura, celebrado del 7 al 9 de abril de 2008 en la Sede de la FAO. Las 
conclusiones y recomendaciones del taller se han recogido en el Informe de Pesca No 870 
de la FAO, publicado en 2008.
Los tres estudios que componen esta publicación presentan una visión de conjunto 
de los conocimientos actuales sobre las posibles consecuencias del cambio climático 
para la pesca y la acuicultura. El primero trata de la variabilidad y el cambio climático 
y sus consecuencias físicas y ecológicas en los ambientes marinos y de aguas dulces. 
El segundo se ocupa de las repercusiones del cambio climático en los pescadores y 
comunidades pesqueras y examina las medidas de adaptación y mitigación que podrían 
ponerse en ejecución. Por último, el tercero se ocupa específicamente de las repercusiones 
del cambio climático en la acuicultura y explora las medidas de adaptación y mitigación 
posibles.
Se reconocen con gratitud los comentarios formulados por los participantes en el 
taller de expertos para perfeccionar el contenido de los tres estudios técnicos incluidos 
en este documento.
La organización del taller de expertos y la publicación de este documento técnico fueron 
financiadas por los Gobiernos de Italia y de Noruega mediante actividades relacionadas 
con la Conferencia de Alto Nivel de la FAO sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los 
Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía (Roma, 3-5 de junio de 2008).
La traduccion al Español se realizó con la contribución del Fondo Fiduciario Japones 
del proyecto: “Manejo y conservación de las pesquerías en el contexto de un ecosistema 
cambiante”.
iv 
Resumen
Los tres estudios técnicos presentados y discutidos en el Taller de expertos sobre las 
consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura (Roma, 7-9 de abril de 
2008) exponen una visión de conjunto del estado actual de los conocimientos científicos 
sobre las consecuencias del cambio climático en la pesca y la acuicultura. La Introducción 
de documento técnico presenta un resumen de los resultados del taller y las conclusiones 
sobre los efectos del cambio climático en los ecosistemas acuáticos y en los medios de 
vida relacionados con la pesca y la acuicultura. .
El primer estudio examina las repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático 
en las pesquerías de captura marina y continental y en la acuicultura. El estudio comienza 
con una revisión de los efectos físicos del cambio climático en los sistemas marinos y 
de aguas dulces para luego relacionar estos cambios con los efectos observados en los 
procesos de producción pesquera. Partiendo de estudios de casos realizados en diferentes 
regiones y ecosistemas, se bosquejan diversas hipótesis referidas a las consecuencias del 
cambio climático para la producción pesquera y los ecosistemas.
El segundo estudio se ocupa de los efectos del cambio climático en las pesquerías y 
comunidades pesqueras analizando la exposición, susceptibilidad y vulnerabilidad de 
las pesquerías y proponiendo algunos ejemplos de mecanismos de adaptación actuales a 
que se ha recurrido en el sector. Se examina la contribución de las actividades pesqueras 
a las emisiones de gases de efecto invernadero y se sugieren ejemplos de estrategias de 
mitigación. También se investiga el papel de la política pública y de las instituciones en 
la promoción de las medidas de adaptación al cambio climático y de mitigación de sus 
efectos.
Por último, el tercer estudio se ocupa de los efectos del cambio climático en la 
acuicultura. El estudio entrega una visión general de la producción de peces mediante 
la acuicultura y una síntesis de los trabajos hasta ahora realizados sobre los efectos 
del cambio climático en la acuicultura y en las pesquerías. El trabajo está enfocado en 
las repercusiones directas e indirectas –en términos de biodiversidad, enfermedades de 
los peces y producción de harina de pescado– delcambio climático en la acuicultura. 
Asimismo, se estudia la contribución de la acuicultura al cambio climático (emisiones y 
absorción de carbono) y las posibles medidas de adaptación y mitigación que se podrían 
aplicar.
Cochrane, K.; De Young, C.; Soto, D. y Bahri, T. (eds).
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura: visión de conjunto 
del estado actual de los conocimientos científicos.
FAO Documento Técnico de Pesca y Acuicultura. No 530. Roma. FAO. 2012. 237 p.
v 
Índice
Preparación de este documento iii
Resumen iv
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de 
captura marina y continental y en la acuicultura 7
(M. Barange y I. Perry) 
El cambio climático y la pesca de captura: repercusiones potenciales, 
adaptación y mitigación 119
(T. Daw, W.N. Adger, K. Brown y M.C. Badjeck) 
El cambio climático y la acuicultura: repercusiones potenciales, 
adaptación y mitigación 169
(S.S. De Silva y D. Soto) 
 
1 
Introducción
ANTECEDENTES GENERALES SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO
Desde la publicación en 2007 del cuarto Informe de Evaluación del Grupo 
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las amenazas del 
cambio climático para la sociedad humana y los ecosistemas naturales se han convertido 
en asuntos de la más alta prioridad. Aunque la importancia de la pesca y la acuicultura 
suele ser infravalorada, las consecuencias del cambio climático para estos sectores y 
para las comunidades costeras y ribereñas en general son difíciles de desconocer. Al 
mismo tiempo, las actividades pesqueras y acuícolas contribuyen a las emisiones de 
gases de efecto invernadero, si bien de forma relativamente atenuada, y ofrecen algunas 
oportunidades para acciones de mitigación.
Desde lo local hasta lo mundial, la pesca y la acuicultura desempeñan funciones 
fundamentales en el suministro de alimentos, en la seguridad alimentaria y en la generación 
de ingresos. Unos 43,5 millones de personas trabajan directamente en el sector pesquero 
y la gran mayoría de ellas viven en países en desarrollo. Sumando a esta cifra la de quienes 
intervienen en las industrias afines de elaboración, comercialización, distribución y 
suministro, el sector sostiene la subsistencia de cerca de 200 millones de personas. 
Los alimentos acuáticos tienen una elevada calidad nutricional y aportan en 
promedio un 20 por ciento o más de la ingesta de proteínas animales per cápita a más de 
1 500 millones de personas que en su mayor parte viven en países en desarrollo. Estos 
alimentos son también los productos más ampliamente comercializados y representan 
componentes esenciales de las ganancias de exportación de muchos de los países más 
pobres. El sector tiene especial importancia para los pequeños Estados insulares, que 
dependen de la pesca y la acuicultura para suplir al menos el 50 por ciento de sus 
necesidades de proteínas animales.
Según las proyecciones, el cambio climático repercutirá ampliamente en los 
ecosistemas, las sociedades y las economías y aumentará la presión sobre los medios de 
vida y el suministro de alimentos, incluidos los alimentos que provienen del sector de 
la pesca y la acuicultura. La calidad de los alimentos tendrá un papel muy importante 
ya que la presión a que serán sometidos los recursos alimenticios será mayor, y ello 
determinará que la disponibilidad y acceso a los recursos pesqueros se convierta en una 
cuestión de desarrollo cada vez más crítica.
El sector pesquero difiere del sector agrícola convencional por las interacciones 
y necesidades específicas que lo vinculan a los problemas planteados por el cambio 
climático. La pesca de captura presenta rasgos propios en lo que respecta a la cosecha 
de los recursos naturales y a sus nexos con los procesos ecosistémicos mundiales. La 
acuicultura complementa los suministros alimentarios y contribuye considerablemente 
a su incremento, y, aunque por sus interacciones se parece más a la agricultura, tiene 
asimismo importantes conexiones con la pesca de captura.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación 
(FAO), reconociendo la probabilidad de los cambios que se avecinan y las interacciones 
entre la pesca y la acuicultura, la agricultura y las actividades forestales y los 
mencionados cambios, celebró del 3 al 5 de junio de 2008 en su Sede en Roma, una 
Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del 
Cambio Climático y la Bioenergía. La conferencia abordó las cuestiones relativas a la 
1 FAO. 2008. Report of the FAO Expert Workshop on Climate Change Implications for Fisheries and 
Aquaculture. Rome, Italy, 7–9 April 2008. FAO Fisheries Report. No. 870. Rome, FAO. 2008. 32p.
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 2
seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza ante los problemas relacionados con 
el cambio climático y la seguridad energética.
Entre el 7 y el 9 de abril de 2008, el Departamento de Pesca y Acuicultura (FI) de 
la FAO organizó un Taller de expertos sobre las consecuencias del cambio climático 
para la pesca y la acuicultura1, con el objeto de proporcionar a la conferencia de la 
FAO información coherente y de elevada calidad sobre las cuestiones de la pesca y la 
acuicultura y el cambio climático. El taller produjo aportes que fueron presentados 
a la Conferencia de Alto Nivel, y sus trabajos representan la respuesta a la petición 
del Comité de Pesca de la FAO (COFI), en su 27o período de sesiones, para que «la 
FAO emprendiese un estudio analítico exploratorio para identificar las cuestiones 
clave relativas al cambio climático y a la pesca, iniciase un debate acerca de las formas 
en que la industria pesquera puede adaptarse al cambio climático, y asumiese un 
papel protagónico en la difusión de informaciones a pescadores y encargados de la 
formulación de las políticas sobre las consecuencias probables del cambio climático 
para las pesquerías».
CONCLUSIONES DEL TALLER DE EXPERTOS SOBRE LAS CONSECUENCIAS DEL 
CAMBIO CLIMÁTICO PARA LA PESCA Y LA ACUICULTURA (ROMA, 7-9 DE 
ABRIL DE 2008)
El propósito del Taller de expertos fue identificar y examinar los asuntos clave planteados 
por el cambio climático y su relación con la pesca y la acuicultura, partiendo de las 
alteraciones físicas y de sus repercusiones en los recursos acuáticos y en los ecosistemas, 
y la forma en que afectan a las dimensiones humanas y a los esfuerzos de adaptación de 
los individuos para enfrentar los problemas que se advierten en el ámbito de la pesca 
y la acuicultura. Para facilitar los debates de los expertos, se elaboró tres exhaustivos 
documentos técnicos de antecedentes que se incluyen en la presente publicación:
– Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura 
marina y continental y en la acuicultura, por Manuel Barange y Ian Perry;
– El cambio climático y la pesca de captura: repercusiones potenciales, adaptación y 
mitigación, por Tim Daw, Neil Adger, Katrina Brown y Marie-Caroline Badjeck;
– El cambio climático y la acuicultura: repercusiones potenciales, adaptación y 
mitigación, por Sena S. De Silva y Doris Soto.
Uno de los mensajes esenciales de los debates, que emergió del análisis de los 
documentos, es que el cambio climático representa una amenaza compleja para 
la sostenibilidad de la pesca de captura y para el desarrollo de la acuicultura. Sus 
repercusiones resultan del calentamiento gradual y los cambios físicos relacionados, 
y de la frecuencia, intensidad y localización de los acontecimientos extremos. Los 
efectos tienen lugar en el contexto de otros fenómenos socioeconómicos mundiales y 
se traducen en presiones sobre los recursos naturales. El taller produjo un bosquejo 
de las principales repercusiones observadas en los ecosistemas y en los medios de 
vida y sus implicaciones en la seguridad alimentaria. Se requiere medidas urgentes de 
adaptación en respuesta a las oportunidades y las amenazas ala provisión de alimentos y 
medios de subsistencia debido a las variaciones climáticas. 
Impactos ecosistémicos
El taller llegó a la conclusión de que el cambio climático está ocasionando modificaciones 
físicas y biológicas en la distribución de las especies marinas y de aguas dulces. En 
general, se registra un desplazamiento hacia los polos de las especies de aguas templadas 
con los consiguientes cambios en el tamaño y productividad de sus hábitats. Es 
probable que en un mundo que se está calentando la productividad de los ecosistemas 
1 FAO. 2008. Report of the FAO Expert Workshop on Climate Change Implications for Fisheries and 
Aquaculture. Roma, Italia, 7-9 de abril de 2008. FAO Informe de Pesca. No 870. Roma. 32 p.
3Introducción
se reduzca en la mayor parte de los océanos tropicales y subtropicales, en los mares 
y en los lagos, pero que aumente en las zonas latitudinales altas. El incremento de las 
temperaturas también afectará la fisiología de los peces, y, según las regiones y latitudes, 
tendrá efectos tanto positivos como negativos en las pesquerías y en las actividades 
acuícolas. 
Al causar trastornos en las redes tróficas marinas y de aguas dulces, el cambio 
climático está ya alterando la estacionalidad de algunos procesos biológicos, con 
consecuencias imprevisibles para la producción pesquera. El riesgo de invasiones de 
especies y la difusión de enfermedades de transmisión vectorial representan motivos 
adicionales de preocupación.
El recalentamiento diferencial de las tierras y océanos y de las regiones polares y 
tropicales afectará la intensidad, frecuencia y estacionalidad de las pautas climáticas 
(por ejemplo, el fenómeno de El Niño) y determinará acontecimientos extremos (tales 
como inundaciones, sequías y tormentas). Estos eventos alterarán la estabilidad de los 
recursos marinos y de aguas dulces en esas regiones.
La elevación del nivel de los mares, el derretimiento de los glaciares, la acidificación de 
los océanos y los cambios en las precipitaciones y en el flujo de las aguas subterráneas y 
los ríos tendrán efectos significativos en los arrecifes de coral, los humedales y los ríos, 
lagos y estuarios, y requerirán implantar medidas de adaptación que permitan tanto 
sacar provecho de las oportunidades como minimizar las repercusiones perjudiciales 
en las pesquerías y en la acuicultura.
Repercusiones en los medios de vida
El taller observó que los cambios en la distribución, en la composición de las especies y 
en los hábitats harán necesario modificar las prácticas pesqueras y las operaciones en el 
sector de la acuicultura, y modificar la ubicación de las instalaciones de desembarque, 
cosecha y elaboración.
Los acontecimientos extremos también tendrán consecuencias en la infraestructura, 
que se manifestarán desde los puntos de desembarque y cosecha hasta las plantas 
de elaboración poscosecha y las vías de transporte. Habrá igualmente repercusiones 
en el ámbito de la seguridad en el mar y en los asentamientos humanos, siendo las 
comunidades que viven en las tierras bajas las que correrán los mayores riesgos.
Las actividades acuícolas y la producción de las pesquerías continentales se verán 
afectadas por el estrés hídrico y la competencia por los recursos de aguas, factores que 
acentuarán probablemente los conflictos en el sector de los empleos que dependen del 
acceso al agua. 
Debido a los cambios en la cronología de las actividades pesqueras, será probablemente 
necesario modificar las estrategias relacionadas con los medios de vida, por ejemplo en 
cuanto a pautas de migración de pescadores.
Tanto dentro como fuera del sector pesquero, la reducción de las opciones 
relacionadas con los medios de vida se traducirá en cambios en el empleo, que a su 
vez podrán ocasionar una presión social más intensa. La diversificación de los medios 
de vida constituye un procedimiento consolidado para la transferencia y contención 
de riesgos ante las perturbaciones, pero cuando las alternativas de diversificación son 
escasas, la factibilidad de tal procedimiento aparece comprometida.
En los mercados y en los sectores de distribución y elaboración, donde actualmente 
la mujer juega un papel considerable, se registrarán problemas específicos ligados a las 
cuestiones de género; por ejemplo, la competencia por el acceso a los recursos, el riesgo 
derivado de los acontecimientos extremos y los cambios en las pautas laborales.
Las consecuencias del cambio climático afectarán a las cuatro dimensiones de la 
seguridad alimentaria:
– la disponibilidad de alimentos de origen acuático variará debido a las alteraciones 
en los hábitats, las poblaciones ícticas y la distribución de las especies;
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 4
– la estabilidad de los suministros se verá afectada por irregularidades estacionales, 
la varianza en la productividad de los ecosistemas, la mayor variabilidad de los 
suministros y los riesgos;
– el acceso a los alimentos de origen acuático se modificará a causa de los cambios 
en los medios de vida y en las capturas o en las posibilidades de cosecha;
– la utilización de los productos acuáticos también tendrá alteraciones, por ejemplo, 
algunas sociedades y comunidades deberán ajustar sus hábitos de consumo 
introduciendo en sus comidas especies que no formaban parte de su dieta 
tradicional.
Huella de carbono de las pesquerías y de la acuicultura
El taller admitió que la contribución de las actividades de pesca y acuicultura a las 
emisiones de gases de efecto invernadero generadas durante la producción y transporte 
y la elaboración y almacenamiento del pescado es, si bien menor, aun significativa. 
Según los subsectores y las especies buscadas o cultivadas, la intensidad de las emisiones 
varía mucho. La vía maestra para mitigar las emisiones pasa por la racionalización 
del consumo energético y depende del aprovechamiento del combustible y materias 
primas, aunque, tal como sucede con otros sectores alimentarios, la ordenación de 
las actividades de distribución y envasado y de algunos componentes de la cadena de 
suministro también contribuirá a disminuir la huella de carbono del sector.
La generación de gases de efecto invernadero por las actividades pesqueras, la 
acuicultura y segmentos afines de la cadena de suministro es pequeña si se la compara con 
otros sectores, pero puede aún ser reducida: existen para ello medidas a las que se puede 
fácilmente recurrir. En muchos casos, las acciones de mitigación del cambio climático 
podrían complementar y reforzar las iniciativas en curso para mejorar la sostenibilidad de 
la pesca y la acuicultura (por ejemplo, reduciendo el esfuerzo pesquero y la capacidad de 
las flotas con el objeto de limitar el consumo de energía y las emisiones de carbono, y, en 
el sector de la acuicultura, reduciendo la dependencia de la harina de pescado).
Las innovaciones tecnológicas podrían incluir la reducción del consumo de energía 
en la pesca y en la producción acuícola y la implantación de sistemas de distribución 
poscosecha más eficientes. En el sector pueden observarse también interacciones 
importantes respecto a los servicios medioambientales (por ejemplo, el mantenimiento 
de la calidad y funciones de los arrecifes de coral, los márgenes costeros y las cuencas 
hidrográficas continentales), el potencial de absorción de carbono y otras opciones de 
gestión de nutrientes que necesitan sin embargo ser investigadas y desarrolladas más 
a fondo. Si la diversidad genética se aprovechase de forma más sostenible –en especial 
gracias a las biotecnologías–, sería posible lograr ganancias en eficiencia apreciables 
(por ejemplo, aumentando la producción de las especies de acuicultura poco dañinas, 
creando sistemas acuícolas o utilizando los materiales derivados de cultivos agrícolas o 
productos de desecho para la cría de especies acuáticas carnívoras), pero tales ganancias 
deberán ser evaluadas según criterios sociales, ecológicos y políticos más amplios.Los gastos de investigación y desarrollo (I+D) relacionados con la mitigación 
deberán ser justificados comparándolos con los de otros sectores cuyos impactos 
podrían ser mucho mayores; pero desde ya es posible el desarrollo de políticas para 
apoyar algunas prácticas más eficientes recurriendo a procedimientos hoy disponibles.
Las posibles repercusiones negativas de las medidas de mitigación en la seguridad 
alimentaria y en los medios de vida deberán ser entendidas más cabalmente, justificadas 
cuando sea oportuno, y reducidas cuanto se pueda. 
Adaptación al cambio
Aunque a lo largo de la historia las comunidades que dependen de los recursos han 
conseguido adaptarse al cambio, las alteraciones climáticas previstas harán correr 
muchos más riesgos a las comunidades que dependen de la pesca, y esto podría limitar 
5Introducción
la efectividad de las anteriores estrategias de adaptación. El taller llegó a la conclusión 
de que las estrategias de adaptación deberán ser diseñadas específicamente en función de 
cada contexto y lugar, tomando en consideración tanto las repercusiones que ocurran a 
breve plazo (por ejemplo, el aumento en la frecuencia de acontecimientos severos) 
como a largo plazo (por ejemplo, reducción en la productividad de los ecosistemas 
acuáticos). Está claro que en los tres niveles de acciones de adaptación (la comunidad, 
el país y la región) será necesario –y provechoso– crear capacidades robustecidas 
mediante acciones de sensibilización sobre los impactos que el cambio climático ejerce 
en la pesca y la acuicultura, los programas de promoción de educación general y las 
iniciativas dirigidas, tanto dentro como fuera del sector.
Entre las opciones para aumentar la capacidad de recuperación y adaptación 
mediante la mejora de la ordenación en los sectores de la pesca y la acuicultura está la 
adopción, como práctica estándar, de la ordenación adaptativa precautoria. El enfoque 
ecosistémico de la pesca (EEP) y el enfoque ecosistémico de la acuicultura (EEA) 
deberán ser adoptados para aumentar la resiliencia de los ecosistemas de recursos 
acuáticos, de los sistemas de producción pesquera y de acuicultura y de las comunidades 
que dependen de los recursos acuáticos.
Los sistemas de acuicultura poco o no dependientes de los insumos de harina y 
aceite de pescado (por ejemplo, bivalvos y macroalgas) tienen mayores probabilidades 
de expansión que los sistemas productivos que dependen de los productos de la pesca 
de captura.
Las opciones de adaptación también comprenden la diversificación de los medios de 
vida y la promoción de los seguros de cultivos acuícolas ante la potencial reducción o 
la mayor variabilidad de los rendimientos.
Ante la mayor frecuencia de acontecimientos climáticos graves, las estrategias para 
reducir la vulnerabilidad de las comunidades que se dedican a la pesca o a la cría de 
peces deberán abordar en especial medidas como: las inversiones y la creación de 
capacidades para mejorar los pronósticos; los sistemas de alerta temprana; el aumento 
de la seguridad en los puertos y desembarcaderos; y la seguridad en el mar. De manera 
más general, las estrategias de adaptación deberían promover la gestión del riesgo de 
catástrofes, incluida la preparación para hacer frente a casos de catástrofe, y la gestión 
integrada de las zonas costeras.
Las políticas y programas nacionales de adaptación al cambio climático y de 
seguridad alimentaria deberán abarcar el sector de la pesca y la acuicultura en su 
totalidad (o, en caso de no existir, deberán ser diseñadas y puestas en ejecución sin 
tardar). Esto contribuirá a que los posibles impactos resultantes del cambio climático 
puedan ser integrados en los planes generales de desarrollo nacional (incluidas las 
infraestructuras).
Las acciones de adaptación en otros sectores tendrán repercusiones en las pesquerías, 
en particular en las continentales y en la acuicultura (por ejemplo, infraestructura de 
irrigación, embalses, escorrentías derivadas del uso fertilizantes), y harán necesario 
llegar a compromisos atentamente ponderados.
Las interacciones entre los sistemas de producción de alimentos podrían complicar 
los efectos del cambio climático en los sistemas de producción pesqueros, pero también 
ofrecer oportunidades. Se podrían por ejemplo fomentar los medios de vida basados en 
la acuicultura en caso de salinización de las zonas de delta y de la consiguiente pérdida 
de terrenos agrícolas.
Opciones que facilitan el cambio 
El taller contempló opciones de política y actividades a nivel internacional, regional 
y nacional que pueden contribuir a minimizar las repercusiones negativas del cambio 
climático, intensificar las acciones de mitigación y prevención y crear y mantener una 
capacidad de adaptación a dicho cambio. Estas opciones y actividades son las siguientes:
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 6
Desarrollo de la base de conocimientos. En el futuro, al elaborar planes para un 
contexto de incertidumbre, se deberá tomar en cuenta la mayor posibilidad de que 
ocurran acontecimientos imprevistos, tales como fenómenos meteorológicos extremos 
más frecuentes u otros eventos sorpresivos. Sin embargo, las experiencias pasadas en 
materia de ordenación bajo condiciones de variabilidad y acontecimientos extremos 
pueden ser útiles para diseñar sistemas robustos de adaptación capaces de responder 
adecuadamente. Será muy importante disponer de mejores conocimientos en diversos 
campos, por ejemplo en cuanto a proyecciones futuras respecto a niveles de producción 
pesquera, predicciones detalladas de las repercusiones en determinadas pesquerías 
y sistemas de acuicultura, mejores herramientas para la adopción de decisiones en 
situaciones de incertidumbre, y un conocimiento perfeccionado acerca de quiénes 
son o serán los sujetos vulnerables al cambio climático y sus efectos adversos sobre la 
seguridad alimentaria y cómo enfrentar estas alteraciones.
Marcos normativo, jurídico y de ejecución. Para hacer frente a las complejas 
interacciones del cambio climático y a sus probables repercusiones es necesario 
introducir en los marcos de gobernanza las respuestas que los diferentes sectores 
han dado a dicho cambio y sus repercusiones. En el plano nacional, la base para las 
actuaciones podrá ser el Código de Conducta para la Pesca Responsable y los planes 
de acción internacional (PAI) relacionados, así como una adecuada vinculación entre 
los marcos normativo y jurídico y los planes de ordenación. Será necesario establecer 
nexos entre las políticas y programas nacionales de adaptación al cambio climático y 
también entre los marcos jurídicos transectoriales, tales como los marcos relativos a la 
seguridad alimentaria, reducción de la pobreza, preparación para responder a casos de 
emergencia, y otros. A causa del posible desplazamiento de los recursos acuáticos y de 
las personas, que resultará de las repercusiones ocasionadas por el cambio climático, 
será necesario fortalecer las estructuras y procesos regionales vigentes o dar a éstos una 
orientación más específica. A nivel internacional, los asuntos sectoriales relacionados 
con el comercio y la competencia también sufrirán probables repercusiones debidas al 
cambio climático.
Creación de capacidad: estructuras técnicas y organizativas. El diseño de las políticas 
y la planificación de las acciones en respuesta al cambio climático exige no solo 
la intervención de los organismos técnicos competentes, tales como las entidades 
encargadas de la pesca, de asuntos interiores, de la investigación científica y de la 
educación, sino también la de las que se ocupan de la planificación del desarrollo 
nacional y de la financiación. Estas instituciones, y los representantes comunales o 
políticos a nivel subnacional y nacional, deberán también recibir una información 
dirigida y ser instruidos en materia de creación de capacidad. Será necesario además 
establecer o reforzar las asociaciones en el seno del sectorpúblico y privado, la sociedad 
civil y las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Activar los mecanismos financieros: incorporar los asuntos relativos a la seguridad 
alimentaria en los mecanismos financieros existentes y en los nuevos mecanismos 
financieros. Para hacer frente a los problemas del cambio climático, será necesario 
aprovechar plenamente, a nivel nacional e internacional, las potencialidades de los 
mecanismos financieros existentes, tales como los de seguros. También será preciso 
recurrir a enfoques innovadores para seleccionar instrumentos financieros y crear 
incentivos y desincentivos eficaces. El sector público jugará un papel importante al 
estimular e integrar las inversiones del sector privado y actuar por conducto de los 
mecanismos de mercado para satisfacer los objetivos sectoriales relacionados con las 
respuestas al cambio climático y la seguridad alimentaria. Muchos de estos enfoques 
son nuevos y deberán ser probados en el sector. 
7
Repercusiones físicas y ecológicas 
del cambio climático en la pesca de 
captura marina y continental y en 
la acuicultura
Manuel Barange 
Oficina del Proyecto internacional GLOBEC 
Laboratorio marino de Plymouth 
Prospect Place
Plymouth PL1 3DH
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
m.barange@pml.ac.uk
R. Ian Perry
Fisheries and Oceans Canada
Estación Biológica del Pacífico
Nanaimo, B.C. V9T 6N7
Canadá
Ian.Perry@dfo-mpo.gc.ca
Barange, M. y Perry, R.I. 2009. Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en 
la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura. En K. Cochrane, C. De  Young, 
D. Soto y T. Bahri (eds). Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura: 
visión de conjunto del estado actual de los conocimientos científicos. FAO Documento 
Técnico de Pesca y Acuicultura, No 530. Roma, FAO. pp. 7–118.
 
RESUMEN
En este capítulo se estudian las repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático 
en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura. Se ha observado que los 
océanos se están calentando, pero que el calentamiento no es homogéneo geográficamente. 
Se espera que debido al efecto combinado de los cambios de temperatura y de salinidad, 
resultantes del calentamiento climático, se reduzca la densidad de la superficie del océano, 
aumente la estratificación vertical y se registren modificaciones en la mezcla de la capa 
superficial.
Existe evidencia de que las aguas continentales también se están calentando y que ello 
repercute en la escorrentía de los ríos. Es probable que a consecuencia del incremento 
de la estratificación vertical y de la estabilidad de la columna de agua en los océanos y 
lagos se reduzca la disponibilidad de nutrientes en la zona eufótica y que, por lo tanto, 
en un mundo que se ha recalentado, la producción primaria y secundaria disminuya. Sin 
embargo, en latitudes altas el tiempo de residencia de las partículas en la zona eufótica 
aumentará, prolongando la temporada de crecimiento y por ende el incremento de la 
producción primaria. 
Si bien existen indicios de que en las últimas décadas la surgencia costera se ha 
intensificado, los modelos de circulación global no muestran que dicho fenómeno 
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 8 
obedezca a claras pautas en respuesta al calentamiento global. Sin embargo, los actuales 
modelos climáticos no han sido desarrollados lo suficiente para resolver las incógnitas 
relacionados con los fenómenos de surgencia costera, de modo que para entender las 
repercusiones del cambio climático en los procesos de afloramiento se requieren estudios 
adicionales. 
También se ha demostrado que el cambio climático puede afectar la estacionalidad de 
las surgencias. El nivel de los mares ha aumentado en todo el mundo a un ritmo creciente, 
siendo las zonas de mayor riesgo las costas del Atlántico y el Golfo de México de las 
Américas, el Mediterráneo, el Báltico, las pequeñas regiones insulares, los megadeltas 
asiáticos y otras áreas costeras urbanas. 
A causa de la acidificación de los océanos, el pH de las aguas marinas ha disminuido en 
0,1 unidades a lo largo de los últimos 200 años; y de acuerdo con los modelos predictivos 
se anticipan reducciones de 0,3 a 0,5 unidades durante los próximos 100 años. Las 
repercusiones de la acidificación de los océanos serán particularmente graves para los 
organismos conchíferos, los arrecifes de coral tropicales y los corales de aguas frías. 
Los efectos del cambio climático en los ecosistemas continentales se suman a los cambios 
en el uso de la tierra, y se evidenciarán en especial en la carga de sedimentos, los flujos 
hídricos y otros fenómenos físico-químicos consecuenciales (hipoxia, estratificación, 
cambios en la salinidad). Los resultados de estos procesos son complejos y se harán sentir 
en la composición de las comunidades y en la producción y estacionalidad del plancton 
y las poblaciones de peces. En particular en los países en desarrollo, estas alteraciones 
presionarán más intensamente los sistemas de producción de alimentos pesqueros 
continentales y de fuentes terrestres que son grandes consumidores de agua.
Se han constatado muchos efectos del cambio climático en la producción pesquera. 
Si bien se ha observado una leve reducción en la producción oceánica primaria mundial 
durante las últimas décadas, se espera un pequeño incremento en la producción mundial 
primaria a lo largo de este siglo, aunque con fuertes diferencias entre las regiones. Es 
posible que el grupo de fitoplancton dominante experimente cambios. En términos 
generales, la cubierta de hielo de los lagos de altura situados en zonas de latitud elevada 
se reducirá, las aguas serán más cálidas, la temporada de crecimiento se prolongará y la 
abundancia de algas y la productividad serán mayores. Por el contrario, algunos lagos 
tropicales experimentarán una menor abundancia de algas y pérdida de productividad, 
probablemente a causa de una limitada reposición de nutrientes. 
Se pronostica que la intensificación de los ciclos hidrológicos influya mucho en 
los procesos limnológicos acentuando la escorrentía, y que las tasas de descarga, las 
superficies inundadas y las estaciones secas impulsen la producción en todos los niveles 
(desde el plancton hasta los peces). Se prevé que debido al cambio climático la mayor 
parte de las especies terrestres y marinas se desplazarán hacia los polos, ampliando el 
rango de distribución de las especies de aguas templadas y reduciendo el de las especies 
de aguas más frías. 
Los cambios más rápidos afectarán a las comunidades de especies ícticas pelágicas 
las que para contrarrestar el calentamiento superficial intensificarán los movimientos 
verticales. Los períodos de migración de muchos animales han seguido las tendencias 
decádicas de la temperatura de los océanos, retrasándose durante las décadas frías y 
adelantándose en hasta uno a dos meses en los años más cálidos. La abundancia de las 
poblaciones cuyo ámbito de distribución extremo está más cercano a los polos aumentará 
en concomitancia con las temperaturas más cálidas, mientras que la de las poblaciones 
situadas en la partes más ecuatoriales de sus zonas de distribución declinará conforme 
la temperatura aumenta. Más de la mitad de todas las especies terrestres de aguas dulces 
o marinas estudiadas han mostrado a lo largo de los últimos 20 a 140 años cambios 
fenológicos mensurables vinculados predominante y sistemáticamente a las modificaciones 
observadas en los cambios climáticos regionales. Las respuestas diferenciadas de los 
componentes planctónicos (algunos responden a los cambios de temperatura, otros a la 
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 9
intensidad luminosa) indican que la trofodinámica de las aguas marinas y de las aguas 
dulces puede haber sufrido alteraciones debidas a un desajuste en la relación depredador-
presa. Existenpocas pruebas de que el aumento de brotes de enfermedades pueda estar 
vinculado con el recalentamiento mundial, pese a que se ha observado una difusión de 
patógenos hacia las altas latitudes.
El estudio resume las consecuencias del cambio climático a lo largo de las escalas 
temporales. A escalas temporales «rápidas» (unos pocos años), se estima, con un nivel de 
confianza alto, que el incremento de las temperaturas tendrá repercusiones perjudiciales 
en la fisiología de los peces y que causará menoscabos significativos en la acuicultura, 
cambios en la distribución de las especies y probables alteraciones en los índices de 
abundancia relacionados con las perturbaciones de los procesos de reclutamiento. 
Se esperan cambios en la cronología de los acontecimientos del ciclo biológico, que 
afectarán en especial a las especies de vida breve, tales como el plancton, los calamares 
y los peces pelágicos pequeños. A escalas temporales intermedias (de unos pocos años 
a una década), el estrés fisiológico determinado por la temperatura y las alteraciones 
fenológicas repercutirán en el funcionamiento de los mecanismos de reclutamiento y por 
consiguiente en la abundancia de muchas poblaciones marinas y acuáticas, en particular 
en los extremos de los ámbitos de distribución de las especies menos longevas. A escalas 
temporales largas (varias décadas), las repercusiones pronosticadas dependerán de los 
cambios que se registren en la producción primaria neta de los océanos y su transferencia 
a niveles tróficos más altos, respecto a los cuales se carece de información.
Muchos son aún los puntos inciertos y los vacíos de la investigación, sobre todo en 
cuanto a los efectos de las interacciones sinérgicas entre agentes estresantes (p. ej., la pesca 
y la contaminación), la incidencia y funciones de los umbrales críticos y la capacidad de 
adaptación y evolución de los organismos marinos y acuáticos ante los cambios. En lo 
que respecta a los sistemas de agua dulce, son motivo de preocupación las variaciones en 
el ritmo, intensidad y duración de las inundaciones, resultantes del cambio climático, a 
las que muchas especies de peces han adaptado sus pautas migratorias, de desove y de 
transporte de los productos de desove. 
El capítulo concluye con la descripción de las respuestas anticipadas específicas de los 
ecosistemas marinos regionales al cambio climático (Ártico, nor-Atlántico, nor-Pacífico, 
las surgencias costeras, las regiones tropicales y subtropicales, los arrecifes de coral, los 
sistemas de aguas dulces y los sistemas de acuicultura).
AGRADECIMIENTOS
Expresamos nuestra gratitud a Kevern Cochrane y a Cassandra de Young por habernos 
brindado la oportunidad de escribir este informe, y por sus valiosos comentarios sobre 
un primer borrador del mismo. Agradecemos a Iddya Karunasagar su información sobre 
los efectos potenciales del cambio climático sobre los patógenos humanos en el ambiente 
marino. Agradecemos también a los colegas que participaron en el Taller de expertos 
sobre las consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura (Roma, 7-9 de 
abril de 2008) por sus comentarios y sugerencias.
 
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 11 
ÍNDICE
1. Bases físicas del cambio climático en los sistemas marinos y de 
aguas dulces 13
1.1 Contenido calórico y temperatura 13
1.1.1 Ecosistemas oceánicos 13
1.1.2 Aguas continentales 14
1.2 Salinidad de los océanos, densidad y estratificación 17
1.3 Circulación oceánica y surgencia costera 18
1.3.1 Circulación meridional de convección (CMC) 19
1.3.2 Surgencia costera 20
1.4 Aumento del nivel del mar 22
1.5 Acidificación y otras propiedades químicas 23
1.6 Intercambios atmósfera-océano y tierras-océano 25
1.7 Patrones de variabilidad climática de baja frecuencia 27
2. Efectos observados de la variabilidad y el cambio climáticos en los 
procesos del ecosistema y de producción pesquera 30
2.1 Resumen de los procesos fisiológicos, de desove y de reclutamiento 
susceptibles a la variabilidad climática 31
2.1.1 Efectos fisiológicos del cambio climático en los peces 31
2.1.2 Desove 33
2.1.3 Reclutamiento de peces y cambio climático 33
2.2 Producción primaria 36
2.2.1 Océano Mundial 36
2.2.2 Repercusiones regionales 40
2.2.3 Aguas continentales 43
2.3 Producción secundaria 44
2.4 Cambios en la distribución 47
2.5 Cambios en la abundancia 51
2.6 Cambios fenológicos 53
2.6.1 Ambientes oceánicos 53
2.6.2 Aguas continentales 55
2.7 Invasiones de especies y enfermedades 56
2.8 Repercusiones en la red trófica, desde el plancton hasta los peces 58
2.9 Cambios de régimen y otros acontecimientos ecosistémicos extremos 60
3. Hipótesis sobre las repercusiones del cambio climático en la 
producción pesquera y en los ecosistemas 65
3.1 Repercusiones generales 65
3.1.1 Escalas temporales rápidas 66
3.1.2 Escalas temporales intermedias 67
3.1.3 Escalas temporales amplias 67
3.2 Estudios de caso 68
3.2.1 Ártico 68
3.2.2 Atlántico septentrional 70
3.2.3 Pacífico septentrional 71
3.2.4 Sistemas de surgencia costeros impulsados por el viento 72
3.2.5 Mares tropicales y subtropicales 73
3.2.6 Arrecifes de coral 74
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 12
 
3.2.7 Sistemas de aguas dulces 76
3.2.8 Sistemas de acuicultura 76
3.3 Factores de incertidumbre y lagunas en la investigación 78
4. Resumen de las investigaciones 81
4.1 Cambio climático: sus bases físicas en los sistemas marinos y de aguas 
dulces 81
4.1.1 Contenido calórico y temperatura 81
4.1.2 Salinidad y estratificación 82
4.1.3 Circulación oceánica y surgencia costera 82
4.1.4 Aumento del nivel del mar 82
4.1.5 Acidificación y otras propiedades químicas 82
4.1.6 Intercambios atmósfera-océano y tierra-océanos 83
4.1.7 Patrones de variabilidad climática de baja frecuencia 83
4.2 Efectos observados de la variabilidad y el cambio climático en los 
procesos ecosistémicos y en la producción pesquera 83
4.2.1 Resumen de los procesos fisiológicos, de desove y de reclutamiento 
susceptibles a la variabilidad climática 83
4.2.2 Producción primaria 83
4.2.3 Producción secundaria 84
4.2.4 Cambios en la distribución 84
4.2.5 Cambios en la abundancia 84
4.2.6 Cambios fenológicos 85
4.2.7 Invasiones de especies y enfermedades 85
4.2.8 Repercusiones en la cadena trófica, desde el zooplancton hasta los 
peces 85
4.2.9 Cambios de régimen y otros eventos ecosistémicos extremos 85
4.3 Hipótesis de las repercusiones del cambio climático en la producción 
pesquera y en los ecosistemas 86
Bibliografía 93
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 13
1. BASES FÍSICAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS SISTEMAS MARINOS Y 
DE AGUAS DULCES
A consecuencia de los cambios climáticos y de otras alteraciones antropogénicas, 
se han observado en los últimos años numerosas variaciones de largo plazo en el 
forzamiento físico a escala mundial, regional y de las cuencas hidrográficas. Las 
repercusiones observadas de tales modificaciones en los procesos biológicos que 
sustentan la producción íctica y de las pesquerías en los ecosistemas marinos y de aguas 
dulces pueden servir de indicadores sustitutivos para estimar otros efectos resultantes 
del cambio climático mundial. Estos factores físicos comprenden la circulación 
atmosférica, los patrones de intensidad y variabilidad, las corrientes oceánicas y la 
mezcla, la estratificación, los ciclos hidrológicos y los patrones estacionales. 
1.1 Contenido de calor y temperatura
1.1.1 Ecosistemas oceánicos
Los océanos juegan un papel importante en la regulación del clima. Su capacidad 
calórica (y por lo tanto la absorción de calor neta) es alrededor de 1 000 veces superior a 
la de la atmósfera. En el medio oceánico, las actividades biológicas interactúan de forma 
considerable con los procesos físicos dando origen a circuitos de retroalimentación 
de diversaíndole. Por ejemplo, la absorción de calor por el fitoplancton influye tanto 
en el estado promedio y transitorio del clima ecuatorial (véase Murtugudde et al., 
2002; Timmermann y Jin, 2002; Miller et al., 2003) como en el campo de temperatura 
promedio mundial de la superficie del mar (Frouin y Lacobellis, 2002).
Las opiniones concuerdan en cuanto a que el océano Mundial se ha recalentado 
considerablemente desde 1955 y que al recalentamiento ha causado más del 80 por 
ciento de los cambios registrados en el contenido de energía del sistema climático de 
la Tierra durante este período (Levitus, Antonov y Boyer, 2005; Domingues et al., 
2008, Figura 1). Los estudios han atribuido estos cambios a factores antropogénicos 
(Bindoff et al., 2007), y se ha indicado que en los modelos del cambio climático se 
ha subestimado la cantidad de calor absorbido por los océanos durante los últimos 
40 años (Domingues et al., 2008). Si bien el mundo tiende al recalentamiento, se han 
observado variaciones decádicas significativas en las series cronológicas mundiales 
(Figura 2), existiendo por el contrario grandes regiones donde los océanos se están 
enfriando (Bindoff et al., 2007). P. ej., Harrison y Carson (2007) han observado una 
acentuada variación espacial en las tendencias de 51 años en el océano superior, que 
muestran que algunas regiones se han enfriado más de 3 oC, y que otras han registrado 
un calentamiento de magnitud equivalente. Los autores concluyeron que había que 
prestar más atención a las estimaciones de los factores de incertidumbre respecto a las 
tendencias térmicas promedio registradas en las cuencas y el océano Mundial.
Las observaciones indican que el calentamiento es generalizado por encima de 
los 700 m superiores del océano Mundial, pero que la penetración térmica ha sido 
más profunda en el océano Atlántico (hasta los 3 000 m) que en los océanos Pacífico, 
Índico y Meridional debido a la circulación de convección profunda que tiene lugar en 
el Atlántico septentrional (Levitus, Antonov y Boyer, 2005). Al menos dos mares en 
latitudes subtropicales (el Mediterráneo y el mar de Japón y China oriental) también 
se están recalentando.
Se ha predicho que aun si todos los agentes de radiación de forzamiento se hubiesen 
mantenido constantes en el nivel que habían alcanzado en el año 2000, el recalentamiento 
atmosférico habría continuado a un ritmo de cerca de 0,1 oC por década debido a la 
lenta respuesta de los océanos. Las pautas geográficas del recalentamiento atmosférico 
proyectado evidencian que los mayores aumentos de temperatura se registran sobre las 
tierras (aproximadamente el doble del aumento de la temperatura promedio mundial) 
y en las altas latitudes septentrionales, y que un menor recalentamiento ocurre encima 
de los océanos meridionales y el Atlántico Norte (Meehl et al., 2007).
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 14
1.1.2 Aguas continentales
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha 
examinado las consecuencias de los cambios climáticos proyectados para los sistemas de 
aguas dulces, concluyendo que, en general, los recursos dulceacuícolas son vulnerables 
a las repercusiones del cambio climático y pueden verse muy afectados por ellas. Los 
cambios esperados comprenden (Kundzewicz et al., 2008): disminuciones de entre el 
10 y el 30 por ciento de la escorrentía fluvial promedio en las latitudes medias y en los 
trópicos secos para mediados de siglo, pero incrementos de 10 a 40 por ciento en las 
latitudes altas y en los trópicos húmedos (Milly, Dunne y Vecchia, 2005); variaciones en 
la forma de las precipitaciones, que de nevosas pasarán a ser lluviosas, y un consiguiente 
cambio en la cronología de los flujos fluviales máximos; y cambios en la frecuencia e 
intensidad de las inundaciones y sequías. La evaluación del IPCC también afirma que 
las repercusiones del cambio climático y la efectividad de las acciones de adaptación 
dependerán de las condiciones locales, comprendidas las condiciones socioeconómicas 
y de presiones de otro tipo sobre los recursos hídricos (Kundzewicz et al., 2008). Se 
pronostica que las pautas de cambio de las temperaturas de las aguas continentales 
FIGURA 1
Cambios en el contenido de energía de diferentes componentes del sistema Tierra 
durante dos períodos (1961-2003, en azul, y 1993-2003, en borgoña). Los valores del 
cambio en el contenido de calor oceánico han sido tomados de Levitus, Antonov y Boyer 
(2005); los del contenido de calor continental, de Beltrami et al. (2002); los del contenido 
de energía atmosférica están basados en Trenberth et al. (2001); y los de liberación de 
hielo marino ártico han sido tomados de Hilmer y Lemke (2000); el resto de los datos son 
del IPCC (2007). Un cambio positivo en el contenido de energía significa un aumento de 
la energía almacenada. Todos los errores de estimación están referidos a un intervalo 
de confianza del 90 por ciento. No se dispone de estimaciones de confianza para los 
incrementos de calor continental. Algunos de los resultados se han indicado a escala 
derivándolos de datos publicados para los dos períodos respectivos. El cambio en el 
contenido de calor del océano para el período 1961 a 2003 corresponde a la capa de 
0 a 3 000 m. El período 1993 a 2003 corresponde a la capa de 0 a 700 m (o 750 m) y se 
ha calculado como promedio de las tendencias indicadas por Ishii et al. (2006), Levitus, 
Antonov y Boyer (2005) y Willis, Roemmrich y Cornuelle (2004)
 
Fuente: Bindoff et al., 2007.
Glaciares y campos de hielo
Cambio en el contenido de energía (1022 J)
Casquete glaciar de Groenlandia
Casquete glaciar antártico
Continentes
Atmósfera
Hielo marino ártico
Océanos
Cambio total
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 15
seguirán los cambios registrados sobre las superficies de tierras, las cuales se están 
recalentando a un promedio superior a la media atmosférica mundial debido a que la 
cantidad de agua disponible para el enfriamiento por evaporación es menor y a que, en 
comparación con los océanos, la inercia térmica es más baja (Christensen et al., 2007).
Desde el decenio de 1960, las temperaturas de las aguas superficiales han aumentado 
entre 0,2 y 2 oC en los lagos y ríos de Europa, América del Norte y Asia (Rosenzweig 
et al., 2007). El incremento de la temperatura de las aguas y estaciones más largas libres 
de hielo influyen en la estratificación térmica. A consecuencia de la mayor estabilidad 
térmica, en varios lagos de Europa y de América del Norte el período de estratificación 
se ha anticipado en hasta 20 días y se ha prolongado dos a tres semanas (Rosenzweig 
et al., 2007; O’Reilly et al., 2003).
El 90 por ciento de la pesca continental se realiza en África y Asia (FAO, 2006), 
y por consiguiente se resumen a continuación las repercusiones físicas probables del 
cambio climático en esas regiones. El recalentamiento en África será presumiblemente 
más acentuado que el recalentamiento mundial medio a través de todo el continente y 
durante todas las estaciones, recalentándose algunas de las regiones subtropicales secas 
más que los trópicos húmedos. La pluviosidad anual disminuirá probablemente en la 
mayor parte del África mediterránea y el norte del Sahara, siendo más probable que 
la disminución de la pluviosidad sea progresivamente mayor a proximidad de la costa 
mediterránea. En África meridional, la pluviosidad se reducirá probablemente en la 
mayor parte de la región lluviosa invernal y en los márgenes occidentales. En África 
oriental es probable que la pluviosidad anual media aumente. No se sabe con exactitud 
cuál será la evolución de las pautas de pluviosidad en el Sahel, la costa de Guinea y el 
Sahara meridional (Christensen et al., 2007).
Es probable que el recalentamiento superará en mucho la media mundial en Asia 
central, la mesetatibetana y Asia septentrional, estará por encima de la media mundial 
en Asia oriental y Asia meridional, y será similar a la media mundial en Asia sudoriental. 
Las precipitaciones durante el invierno boreal aumentarán muy probablemente en Asia 
septentrional y en la meseta tibetana, y aumentarán probablemente en Asia oriental y 
las zonas sureñas de Asia sudoriental. Durante el verano, las precipitaciones aumentarán 
probablemente en Asia septentrional, oriental y meridional y en la mayor parte de Asia 
O
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10
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J)
 
FIGURA 2
Series cronológicas del contenido de calor anual mundial de los océanos (1022 J para la 
capa de 0-700 m [línea negra] y la capa de 0-100 m [línea roja gruesa; las líneas rojas 
finas indican una desviación de un error estándar], y temperatura equivalente de la 
superficie del mar (en azul; escala de la derecha). Todas las series cronológicas fueron 
suavizadas mediante una media móvil de tres años y están referidas a 1961
Fuente: tomado con modificaciones de Domingues et al., 2008.
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Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 16
sudoriental, pero disminuirán probablemente en Asia central. En muy probable que las 
olas de calor de verano sean más prolongadas, más intensas y más frecuentes en Asia 
oriental. Es muy probable que se registren menos días muy fríos en Asia oriental y Asia 
meridional. Es muy probable que la frecuencia de los fenómenos de precipitaciones 
intensas sea mayor en algunas partes de Asia meridional y en Asia oriental. Es probable 
que las lluvias extremas y los vientos asociados con los ciclones tropicales aumenten en 
Asia oriental, sudoriental y meridional. Pese a una tendencia al debilitamiento de los 
propios flujos monzónicos, la circulación monzónica tenderá a determinar un aumento 
de las precipitaciones debido a la intensificación de la convergencia de humedad. No 
obstante, muchos aspectos de las respuestas del clima tropical siguen siendo inciertas 
(Christensen et al., 2007). 
Las temperaturas de las aguas continentales están estrechamente relacionadas 
con la dinámica del ciclo hidrológico. En términos generales, durante el siglo XX se 
realizaron muchos estudios sobre la tendencia de los flujos fluviales y el nivel de los 
lagos en escalas que iban desde la cuenca de captación hasta lo mundial. Algunos de 
estos estudios desvelaron tendencias significativas, tales como la elevación del nivel 
de las aguas en respuesta al aumento del derretimiento de la nieve y los deshielos, o 
disminuciones debidas a los efectos combinados de la sequía, el calentamiento y las 
actividades humanas (Rosenzweig et al., 2007). En general, no se ha informado de 
ninguna tendencia mundial homogénea (Rosenzweig et al., 2007). La variación en los 
flujos fluviales de un año a otro se ve fuertemente influenciada en algunas regiones 
por los patrones de los grandes fenómenos de circulación atmosférica asociados con la 
Oscilación del Sur El Niño (ENSO, por sus siglas en Inglés), la Oscilación del Atlántico 
Norte (NAO, por sus siglas en Inglés) y otros sistemas de variación decádica. A escala 
mundial, existen pruebas de un patrón de cambios muy coherente de escorrentía 
anual, conforme al cual algunas regiones experimentan un incremento en las zonas de 
latitudes más altas y una disminución en algunas partes de África occidental, Europa 
meridional y América Latina meridional (Milly, Dunne y Vecchia, 2005). Labat et al. 
(2004) aseguran que a lo largo del siglo XX el aumento de la escorrentía mundial total 
ha sido del 4 por ciento por un incremento de la temperatura de 1 oC, y con variaciones 
regionales en torno a esta tendencia. Sin embargo esta afirmación ha sido cuestionada 
(Legates, Lins y McCabe, 2005) a causa de los efectos ejercidos en la escorrentía por 
factores no climáticos y a un sesgo debido los escasos puntos de datos.
FIGURA 3
Comparación entre el área y el volumen del lago Chad en 1973 y 1987. El lago Chad, que 
suministra agua a Chad, Camerún, Níger y Nigeria, era en otros tiempos uno de los lagos 
más extensos de África. Los grandes proyectos de irrigación, la invasión de arenas del 
desierto y un clima cada vez más árido han determinado que el lago se haya reducido al 
5 por ciento de su tamaño anterior
Fuente: Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA (www.gsfc.nasa/gov).
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 17
En las últimas décadas, el tamaño de varios lagos ha disminuido en todo el mundo, 
principalmente a causa del uso del agua por el hombre. Para algunos autores, la merma 
de las precipitaciones también ha sido una causa significativa; por ejemplo, en el caso 
del lago Chad (Coe y Foley, 2001; Figura 3). En términos generales, el recalentamiento 
atmosférico está contribuyendo a que las lluvias se reduzcan en las zonas subtropicales 
y a que aumenten en altitudes altas y en algunas partes de los trópicos. Sin embargo, la 
razón fundamental de la contracción de la superficie de las aguas continentales es el uso 
del agua por el hombre y el drenaje (Christensen et al., 2007).
Según las predicciones, para 2100 se registrarán repercusiones negativas importantes 
en el 25 por ciento de los ecosistemas acuáticos continentales africanos (hipótesis de 
emisiones SRES B1, De Wit y Stankiewicz, 2006), que se evidenciarán en el deterioro 
tanto de la calidad del agua como de los bienes y servicios del ecosistema. Como por 
lo general resulta difícil y costoso controlar los regímenes hidrológicos, la situación de 
interdependencia entre cuencas de captación a través de las fronteras nacionales deja 
poco margen para poner en práctica acciones de adaptación.
1.2 Salinidad de los océanos, densidad y estratificación
Las variaciones de salinidad de los océanos son un indicador indirecto pero 
potencialmente sensible de varios procesos relacionados con el cambio climático, tales 
como las precipitaciones, la evaporación, la escorrentía fluvial y el derretimiento de 
los hielos, aunque los datos respecto a estas variaciones son mucho más escasos que 
para las variaciones de temperatura. La Figura 4 muestra las tendencias de la salinidad 
promedio por zonas en los 500 m superiores del océano Mundial para períodos 
de cinco años desde 1955 hasta 1998 (Boyer et al., 2005). En síntesis, durante los 
últimos 50 años se han observado cambios en el índice de salinidad de los océanos 
en las girocorrientes y en las cuencas; y ha aumentado, en casi todos los océanos y 
cuencas, la salinidad de las aguas más cercanas a la superficie en las regiones donde la 
evaporación es más intensa, mientras que las zonas de altas latitudes han mostrado una 
tendencia decreciente debido a las más fuertes precipitaciones, a la intensificación de 
la escorrentía, al derretimiento de los hielos y a la advección. Los indicios generales 
apuntan a que el océano Mundial se está refrescando (Antonov, Levitus y Boyer, 2002), 
FIGURA 4
Tendencias lineales (1955-1998) de la salinidad promedio por zonas (unidades prácticas de 
salinidad, psu) en los 500 m superiores de los océanos mundiales. El intervalo de contorno 
es de 0,01 psu por década y los contornos segmentados son de ±0,005 psu por década. La 
línea negra gruesa indica el contorno cero. Las zonas sombreadas rosadas indican valores 
iguales o mayores de 0,005 psu por década, y las zonas sombreadas azules indican valores 
iguales o menores de –0,005 psu por década
Fuente: Boyer et al., 2005.
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Latitud
Mundo
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 18
pero de forma muy diferenciada según las regiones. La salinidad va en aumento en la 
superficie del océano Noratlántico subtropical (15-42°N), mientras quemás al norte se 
constata una tendencia al refrescamiento. El océano Meridional muestra débiles signos 
de refrescamiento. El refrescamiento también ocurre en el Pacífico, salvo en los 300 m 
superiores y en la girocorriente subtropical, donde la salinidad está aumentando. En 
el océano Índico, la salinidad está por lo general aumentando en las capas superiores 
(Bindoff et al., 2007). Aunque la escasez de datos no permite a los autores del presente 
estudio formular conclusiones más definitivas, el evidente refrescamiento del océano 
Mundial parece deberse a un incremento de la actividad del ciclo hidrológico (Bindoff 
et al., 2007).
Las predicciones respecto a las pautas de salinidad de un océano más caliente son 
congruentes con las observaciones. Sarmiento et al. (2004) esperaban cambios en 
la salinidad que resultarían del acrecentamiento del ciclo hidrológico, producto del 
aumento de la capacidad de contención de humedad del aire que se ha calentado. El 
efecto combinado de las variaciones de salinidad y temperatura sería una reducción 
general de densidad en la capa superficial que da origen al aumento esperado de la 
estratificación vertical y a cambios en la mezcla superficial (Sarmiento et al., 2004). En 
la mayor parte del océano Pacífico, el recalentamiento superficial y el refrescamiento 
actúan en la misma dirección y contribuyen a reducir la mezcla, tal como lo indican 
las observaciones regionales (Freeland et al., 1997; Watanabe et al., 2005). En los 
océanos Atlántico e Índico, las tendencias de salinidad y temperatura actúan por lo 
general en sentidos opuestos, pero los cambios en la mezcla no han sido cuantificados 
adecuadamente. 
Las modificaciones en el hielo marino son uno de los principales factores que 
intervienen en las mencionadas pautas de salinidad de un océano más cálido. De 
acuerdo con las proyecciones y conforme a todas las hipótesis de emisiones, los hielos 
marinos se reducirán tanto en el Ártico como en el Antártico durante el siglo XXI, pero 
siguiendo una amplia gama de respuestas según los modelos utilizados (Meehl et al., 
2007). Con arreglo a algunas proyecciones, el hielo marino ártico de postrimerías de 
verano habrá desaparecido para 2030 (Stroeve et al., 2007). 
Históricamente, en el Atlántico septentrional se han registrado fuertes cambios 
de salinidad asociados con cambios esporádicos en los aportes de agua dulce y con el 
índice de Oscilación del Atlántico Norte. Las grandes anomalías de salinidad (Dickson 
et al., 1988) son consecuencia del reforzamiento de la girocorriente subpolar durante 
las fases positivas de la Oscilación del Atlántico Norte, y en la región subpolar central 
éstas causan una menor salinización de la capa superficial. Tres de estas anomalías han 
sido documentadas entre 1968 y 1978, en el decenio de 1980 y en el decenio de 1990 
(Houghton y Visbeck, 2002).
1.3 Circulación oceánica y surgencia costera
Los cambios observados y pronosticados en el contenido de calor y de salinidad de 
los océanos afectan y seguirán afectando las pautas de circulación. Una descripción 
exhaustiva de sus repercusiones actuales y potenciales está más allá del alcance de este 
estudio; para más detalles, se recomienda al lector consultar el correspondiente Cuarto 
Informe de Evaluación del IPCC (Bindoff et al., 2007). No obstante, se discutirán aquí 
dos temas específicos vinculados a la circulación: los cambios posibles que se registrarán 
en la circulación meridional de convección en el Atlántico Norte, ya que sus efectos 
podrían ser extremos; y las pautas de largo plazo de la surgencia costera, debido a 
sus consecuencias para la producción biológica en las corrientes limítrofes orientales. 
Además, es oportuno notar que hay indicios de que en ambos hemisferios los vientos 
del oeste se han intensificado en las zonas de latitud media desde el decenio de 1960 
(Gillett, Allan y Ansell, 2005). Se predice que este fenómeno se reforzará a causa del 
recalentamiento mundial, con cambios concomitantes en la circulación oceánica.
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 19
1.3.1 Circulación Meridional de Convección (CMC)
En virtud de la circulación meridional, los flujos de aguas superiores cálidas son 
transportados hacia las más distantes latitudes septentrionales. Este tránsito enfría las 
aguas, que se hunden y retornan hacia el sur en niveles más profundos. Los cambios 
en el ciclo hidrológico (incluida la dinámica de los hielos, puesto que el agua en 
congelación libera sal) pueden influir en la intensidad de la circulación meridional. 
El calor transportado por este flujo circulatorio contribuye considerablemente a 
la determinación del clima de Europa continental, pudiendo cualquier episodio de 
desaceleración tener consecuencias importantes en el clima atmosférico (un descenso 
de hasta 4 oC respecto a los valores presentes si se llegara a producir una detención 
completa de la corriente, Velinga y Wood, 2002). 
Las observaciones y predicciones derivadas de modelos indican que en el Ártico 
y en el sub-Ártico el aporte de agua dulce aumentará (en ambos casos debido a la 
menor disponibilidad de hielo marino resultante de la reducción de las precipitaciones, 
Schrank, 2007; Figura 5), con un consiguiente posible incremento de la estratificación 
FIGURA 5
Anomalías en la extensión de la banquisa (calculadas respecto a la media de todo el período) 
para a) el hemisferio norte (HN) y b) el hemisferio sur (HS), sobre la base de datos satelitales 
de microondas pasivas. Los símbolos indican los valores medios anuales, mientras que las 
curvas azules suaves muestran las variaciones decádicas. Se indican las tendencias lineales 
para cada hemisferio. Para el Ártico, la tendencia es de aproximadamente –2,7 por ciento por 
década, mientras que los resultados para el Antártico muestran una leve tendencia positiva. 
La tendencia negativa en el HN es significativa con un nivel de confianza del 90 por ciento; 
en cambio la leve tendencia positiva en el HS no es significativa
Fuente: Lemke et al., 2007.
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Año
Año
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 20
con estabilización de la capa de mezcla superficial, una reducción del flujo salino, 
una reducción de la convección oceánica y una menor formación de masas de aguas 
profundas (p. ej., Stenevik y Sundby, 2007), fenómenos que podrían conducir, en el 
Atlántico, a la reducción prolongada de la circulación termohalina y de la ventilación 
oceánica. 
Una disminución de la circulación meridional de cerca del 30 por ciento ya fue 
observada entre 1957 y 2004 (Bryden, Longworth y Cunningham, 2005). Los modelos 
de simulación indican que la circulación meridional se hará más lenta durante el 
siglo XXI (hasta en un 25 por ciento en 2100 según el Informe especial A1B sobre 
escenarios de emisiones, Meehl et al., 2007). Aunque esta respuesta podría retardarse en 
algunas décadas debido a una tendencia positiva en la Oscilación del Atlántico Norte, 
la oscilación no lograría evitarla (Delworth y Dixon, 2000). 
En la actualidad, en ningún modelo climático se predice un cese completo de la 
circulación meridional, pero tal acontecimiento no puede ser descartado si el ritmo del 
recalentamiento sobrepasara un cierto umbral (Stocker y Schmittner, 1997). Schmittner 
(2005) advierte que un trastorno en la circulación termohalina reduciría las poblaciones 
zooplactónicas en más del 50 por ciento respecto a su biomasa original. Kuhlbrodt et al. 
(2005) realizaron un estudio en profundidad de las consecuencias físicas, biológicas y 
económicas para Europa septentrional de una alteración de la circulación termohalina, 
concluyendo que un cambio contundente podría determinar una subida del nivel del 
mar de más de 50 cm.Los autores indican además que habría fuertes repercusiones en 
toda la red trófica marina en el norte del Atlántico septentrional, que afectarían desde 
las algas hasta el plancton, camarones y peces. 
En un estudio específico, Vikebo et al. (2005) investigaron las consecuencias de una 
reducción del 35 por ciento de la circulación termohalina en los mares noruegos. El 
estudio puso de manifiesto sobre todo un descenso de la temperatura de la superficie del 
mar (TSM) de hasta 3 oC en el mar de Barents debido a la menor afluencia de agua del 
Atlántico al mar de Barents y al aumento del flujo en el oeste de Svalbard. Conforme a la 
nueva hipótesis, las simulaciones de transporte de larvas y juveniles de bacalao indican 
un posible desplazamiento del área de distribución de las clases anuales hacia el sur y 
el oeste desde el mar de Barents hasta las estrechas plataformas de Noruega y Svalbard, 
y una reducción del crecimiento de los individuos juveniles pelágicos. Más adelante, 
estos movimientos darían origen a clases anuales más despobladas (probablemente en 
<10 por ciento respecto a las abundantes clases anuales actuales). Un mayor número de 
larvas y juveniles se desplazaría por advección hacia las zonas occidentales de Svalbard 
y eventualmente más lejos aún hacia el océano Ártico, donde (si prevalecieran las 
condiciones actuales) serían incapaces de sobrevivir.
1.3.2 Surgencia costera
Por la dinámica del bombeo de Ekman, que es gobernada por los vientos, son 
impulsados en las zonas orientales limítrofes los cuatro grandes sistemas mundiales de 
surgencia: la corriente de Humboldt, la de Benguela, la de California y la de Canarias; 
se añade a éstas, suplementándolas, una región en el mar Arábigo frente al norte de 
África oriental que recibe el forzamiento de los vientos monzónicos. 
Las evidencias respecto de las repercusiones del cambio climático en los fenómenos 
de surgencia son contradictorias y las predicciones difieren unas de otras. Bakun (1990) 
pronosticó que las diferencias de calentamiento entre océanos y masas continentales 
conducirían, por la intensificación del estrés de viento sobre la superficie del océano a 
lo largo de las costas, a una aceleración de la surgencia costera, e indicó que este efecto 
ya era evidente en las corrientes sobre el margen Ibérico y en las corrientes de California 
y de Humboldt. Esta hipótesis fue respaldada posteriormente por Snyder et al. (2003), 
quienes observaron una tendencia de 30 años del incremento de los fenómenos de 
surgencia producidos por el viento frente a California; esta hipótesis fue corroborada 
Repercusiones físicas y ecológicas del cambio climático en la pesca de captura marina y continental y en la acuicultura 21
por los resultados de los modelos de agentes de forzamiento climático regionales. 
Auad, Miller y Di Lorenzo (2006), apoyando las observaciones anteriores, llegaron a 
la conclusión de que, a lo largo de la costa californiana, el obstáculo representado por 
el aumento de la estratificación de las masas de agua recalentadas era superado por la 
surgencia causada por el estrés de viento.
También se han observado correlaciones positivas entre surgencia y temperatura 
atmosférica en los paleo-registros de la corriente de California (Pisias, Mix y Heusser, 
2001). Los registros relativos a las aguas superficiales marinas obtenidos mediante 
análisis de muestras de sedimentos recogidos frente a la costa de Marruecos indican 
que un enfriamiento anómalo y sin precedentes ha tenido lugar durante el siglo XX; y 
que este fenómeno sería congruente con un aumento de la surgencia causado por los 
cambios climáticos (McGregor et al., 2007).
También se ha constatado un incremento en la surgencia en el mar Arábigo durante 
el siglo XX, que se ha atribuido a un incremento térmico de la masa continental 
eurasiática debido al recalentamiento mundial (Goes et al., 2005). Se llegó a esta 
conclusión relacionando los paleo-registros con la disminución de la cubierta de nieves 
invernales y vernales en Eurasia y la intensificación del monzón sudoccidental (de 
verano), y por lo tanto con la potenciación de la surgencia costera (Anderson, Overpeck 
y Gupta, 2002). Esto indica que, a consecuencia de las concentraciones de gases de 
efecto invernadero podría tener lugar, durante el siglo próximo, una intensificación de 
los monzones sudoccidentales y de los fenómenos de surgencia.
En contraste con las observaciones anteriores, Vecchi et al. (2006) hacen notar que 
dado que el calentamiento será más intenso en los polos que en los trópicos, el frente de 
los alisios, que también favorece los vientos que estimulan los fenómenos de surgencia, 
debería debilitarse. Las simulaciones realizadas por Hsieh y Boer (1992) indican que 
no todos los continentes de media latitud responden a la hipótesis de Bakun (1990), 
según la cual en éstos se producirían bajas presiones anómalas en verano y vientos 
costeros más fuertes que favorecen la surgencia. En el océano abierto, las bandas 
de surgencia zonal ecuatoriales y subpolares y las bandas de aguas descendientes se 
debilitarían conforme la intensidad de los vientos se aplaca, porque en condiciones 
de recalentamiento mundial el gradiente térmico ecuador-polo disminuye en la baja 
troposfera. Cuando la surgencia en el océano abierto es más débil y la surgencia 
costera no registra aumentos, el efecto general del recalentamiento sería una menor 
productividad biológica en todo el mundo. De hecho, las investigaciones más recientes 
coinciden en que el recalentamiento mundial reforzaría la estratificación térmica y 
causaría una profundización de la termoclina, y que ambas producirían una reducción 
de la surgencia y del suministro de nutrientes en las regiones oceánicas soleadas, 
disminuyendo la productividad (Cox et al., 2000; Loukos et al., 2003; Lehodey, Chai y 
Hampton, 2003; Roemmich y McGowan, 1995; Bopp et al., 2005).
Fundándose en los modelos de circulación global (MCG), Sarmiento et al. (2004) 
concluyen que no existe, a escala mundial, una pauta clara acerca de la respuesta de 
la surgencia al recalentamiento, excepto en la zona comprendida entre los dos grados 
desde el ecuador, donde todos los modelos de circulación general atmósfera-océano, 
salvo uno, muestran una reducción (Sarmiento et al. 2004). En términos generales, 
los fenómenos de surgencia ecuatorial y costera que tienen lugar hasta los 15o desde 
el ecuador registran un descenso del 6 por ciento. Sin embargo, cabe advertir que los 
modelos climáticos actuales no permiten aún resolver los problemas relacionados 
con la surgencia costera (Mote y Mantua, 2002); y conviene por lo tanto considerar 
con precaución los resultados de las simulaciones de los MCG en gran escala. Las 
consecuencias de un incremento o decremento de la surgencia costera provocada por 
el cambio climático pueden ser drásticas y no limitarse a la producción biológica. 
Bakun y Weeks (2004) han planteado que si la surgencia se intensificara durante las 
próximas décadas, ello podría determinar alteraciones no deseadas, dominadas por 
Consecuencias del cambio climático para la pesca y la acuicultura 22
un crecimiento incontrolado del fitoplancton resultante de la rápida exportación del 
zooplancton herbívoro, la deposición de biomasa en el fondo marino y la erupción de 
gases de efectos invernadero nocivos.
En general, la respuesta de la surgencia costera al recalentamiento del clima 
adoptará seguramente aspectos más complejos y no se limitará a simples incrementos 
o decrementos. Concentrándose en la corriente de California, Diffenbaugh, Snyder 
y Sloan (2004) mostraron que la retroalimentación entre la superficie terrestre y la 
atmósfera, inducida por un forzamiento radiactivo de CO2, acentuaba los contrastes 
térmicos entre las tierras y el mar, y que éstos se traducían en cambios en la surgencia 
estacional total y en fluctuaciones estacionales de los fenómenos de surgencia. 
Concretamente, la retroalimentación entre la superficie

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