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Universidad de Concepción Dirección de Postgrado Facultad de Humanidades y Arte Programa de Magíster en Lingüística Aplicada Se firmó la paz por parte de los embajadores. Construcciones con se + complemento agente Tesis para optar al grado de magíster en Lingüística Aplicada JAVIERA FRANCISCA HERRERA ZALAQUETT Concepción-Chile 2022 Profesor guía: Daniel Pereira Pereira Departamento de Español Facultad de Humanidades y Arte ii ©Javiera Herrera Zalaquett Se autoriza la publicación total o parcial, con fines académicos, por cualquier medio o procedimiento, incluyendo la cita bibliográfica del documento. iii TABLA DE CONTENIDO 1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 1 2. MARCO TEÓRICO ........................................................................................ 4 2.1 La clasificación de las construcciones con se......................................... 4 2.2 La estructura argumental de las construcciones con se ....................... 10 2.3 Algunas construcciones con se: pasivas e impersonales..................... 16 2.4 Agentividad, agente, complemento agente ........................................... 21 2.5 Pasivas e impersonales con se + complemento agente ...................... 28 3. METODOLOGÍA .......................................................................................... 36 3.1 Primeros pasos ...................................................................................... 36 3.2 Objetivos ................................................................................................. 37 3.2 La construcción del corpus .................................................................... 38 3.4 Las categorías de análisis ..................................................................... 40 4. ANÁLISIS ..................................................................................................... 42 4.1 Pasivas con se + complemento agente................................................. 42 4.1.1 Oraciones de relativo ....................................................................... 42 4.1.2 Sujetos oracionales ......................................................................... 47 4.1.3 Nominalizaciones y proverbos ........................................................ 51 4.1.4 Tipos de predicado .......................................................................... 65 4.2 El argumento externo: ¿falsos agentes? ............................................... 69 4.2.1 Agentes ............................................................................................ 69 4.2.2 Superagentes ................................................................................... 75 4.3 ¿Qué significa por parte de? ................................................................. 79 4.3.1 De/desde .......................................................................................... 79 4.3.2 Por/con ............................................................................................. 84 4.3.3 En/entre ............................................................................................ 89 4.4 Las construcciones impersonales en el corpus .................................... 91 4.4.1 El problema de la concordancia ...................................................... 91 4.4.2 Objetos preposicionales .................................................................. 93 4.4.3 Otros casos de construcciones impersonales ................................ 97 4.4.4 Sintagmas definidos y específicos, y la pregunta por la impersonalidad .......................................................................................... 98 iv 5. CONCLUSIÓN ........................................................................................... 101 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.............................................................. 104 ANEXO: Corpus ............................................................................................. 109 v ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS Tabla 1. Clausura argumental y de función sintáctica ................................. 12 Figura 1. Regla de pasivización ..................................................................... 15 Figura 2. Pasiva con se (proverbo + nominalización) vs. activa ................... 52 Figura 3. Valencia semántica y sintáctica del ejemplo (51) .......................... 55 Figura 4. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (58) .......................... 57 Figura 5. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (69) .......................... 60 Figura 6. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (74) .......................... 64 Figura 7. Regla de impersonalización ......................................................... 100 vi RESUMEN El objetivo de esta investigación es definir el estatus formal y funcional de las construcciones con se + complemento agente introducido por la locución por parte de en el español actual. Para ello se utilizó una metodología cualitativa de corte descriptivo-gramatical, que consistió en el análisis manual de 510 ejemplos extraídos de los corpus CREA y CORPES. Las categorías utilizadas en el análisis se enmarcan en una perspectiva funcional que concibe la gramática en relación con el uso lingüístico. Los resultados muestran que, si bien las construcciones con se no paradigmáticas han sido tradicionalmente consideradas desde la semántica de la impersonalidad, a menudo presentan un agente expreso, cuya referencia puede ser incluso un individuo particular. vii ABSTRACT This research seeks to define the formal and functional status of se constructions + agent complement headed by the locution por parte de in current Spanish. For this purpose, a qualitative methodology of descriptive- grammatical cut was used, which consisted of the manual analysis of 500 examples extracted from the CREA and CORPES corpora. The categories used in the analysis are framed within a functional perspective that conceives grammar in relation to linguistic use. The results show that, although non paradigmatic se constructions have traditionally been considered from the semantics of impersonality, they often present an express agent, whose reference can even be a particular individual. 1 1. INTRODUCCIÓN Existen dos tipos de pasivas en español, la pasiva perifrástica (Las casas son vendidas) y la pasiva con se (Se venden casas). La diferencia entre una y otra suele simplificarse recurriendo a la expresión del agente: solo la primera puede presentar un complemento prepositivo encabezado con por (Las casas son vendidas por las inmobiliarias). Detrás de esta explicación está lo que Amaya Mendikoetxea ha denominado «semántica de la impersonalidad»: las construcciones con se pasivas, impersonales y medias presentan un agente indeterminado que, de acuerdo con la literatura, no puede tener expresión formal. El carácter intransitivizador del clítico se, definido como un reductor de la valencia o un clausurador argumental, ha sido enfatizado por la tradición gramatical. Por este motivo, las construcciones a las que da origen, como la pasiva con se, han sido concebidas como operaciones de cambio eventual. La pasiva perifrástica, en cambio, formada con el verbo ser + participio concertado, ha sido descrita como un cambio de función, es decir, un reordenamiento de las funciones semánticas y sintácticas que no altera la estructura argumental. En una pasiva perifrástica, el objeto de la versión activa pasa a ser sujeto, y el elemento que desempeñaba esa función ve modificado su estatus sintáctico, pero no pierde su rango argumental.Por lo mismo, a diferencia de lo que sucede en la construcción con se, puede expresarse opcionalmente en un oblicuo. 2 Sin embargo, en 1943, Samuel Gilli Gaya le otorgaba un lugar en la gramática a la pasiva con se + complemento agente. En su Curso superior de sintaxis española consignó el famoso ejemplo Se firmó la paz por los embajadores. De acuerdo con Antonio Fábregas, la idea de que las pasivas con se permiten la expresión del agente se remonta a este hecho, cuestión que puede ser discutida a partir de los estudios diacrónicos que documentan su uso a partir del siglo XVI. Aun así, la postura predominante es que estas construcciones no pueden formarse o que, cuando se forman, el pretendido complemento agente no es tal, sino un adjunto indirectamente relacionado con el evento. Hoy probablemente diríamos Se firmó la paz por parte de los embajadores, ya que la preposición por ha cedido terreno en favor de la locución por parte de. Esta locución ha sido descrita sobre todo en relación con las nominalizaciones, pero poco en el contexto de las construcciones pasivas (con se y perifrásticas) y menos aún en el de las impersonales. Dicho esto, la presente investigación busca definir el estatus formal y funcional de las construcciones con se + complemento agente encabezado por la locución por parte de en el español actual. Para ello, se utilizó una metodología cualitativa de corte descriptivo-gramatical, que consistió en el análisis manual de 510 ejemplos extraídos de los corpus CREA y CORPES. El estudio se enmarca en una perspectiva funcional de análisis, que concibe la gramática en relación con el uso lingüístico, para aportar a la descripción de las construcciones que efectivamente utilizan los hablantes con el objeto de modular la agentividad. 3 El texto ha sido organizado en cinco secciones. En el marco teórico revisamos las principales concepciones de las construcciones con se, especialmente las no paradigmáticas, así como las nociones de agentividad, agente y complemento agente, y lo que ha dicho la literatura sobre los oblicuos agentivos en las pasivas y las impersonales. La sección de metodología contiene los objetivos, la forma en que se construyó el corpus y las categorías que se utilizaron para sistematizarlo. Los hallazgos se presentan en la sección de análisis, que aborda las pasivas con se + complemento agente, la caracterización del argumento externo, el significado de la locución por parte de y las construcciones impersonales + complemento agente. Finalmente, se ofrecen unas conclusiones. 4 2. MARCO TEÓRICO 2.1 La clasificación de las construcciones con se Muchos son los textos acerca de las construcciones con se que comienzan con una advertencia: se trata de uno de los temas más controvertidos de la gramática del español (Mendikoetxea, 1999b; Sánchez López, 2002; Arús, 2006; RAE-ASALE, 2009b). Las polémicas van desde la forma y función del clítico (Mendikoetxea, 1999b; Sánchez López, 2002) hasta el estatus de las construcciones a las que da origen y la conveniencia de distinguirlas (Devís Márquez, 2017; Stamboni y Libutzki, 2012; Westphal, 1999). El papel que desempeña la diátesis también ha sido objeto de debate en relación con estas construcciones (Devís Márquez, 2017; Bogard, 2015) y, más recientemente, el foco ha estado puesto en distinguir cuándo se trata de un fenómeno léxico y cuándo gramatical (Fábregas, 2021). Al parecer, hay consenso en que el origen de los distintos usos de se, salvo por el que reemplaza al dativo le cuando aparece el clítico de acusativo (Se lo di), está en las formas pronominales reflexivas del latín que «se fueron deslexicalizando hasta fusionarse con verbos a los que confirieron un valor medio» (Arús, 2006, s/p). Esta gramaticalización habría dado origen a las construcciones pasivas y, posteriormente, a las impersonales, sin que los significados antiguos hayan sido reemplazados por los nuevos, «sino que todos se han mantenido, dando así lugar a los múltiples usos del clítico que existen hoy en día» (Monge en Arús, 2006, s/p). 5 Si bien estos usos han sido considerados distintos tipos de se, existen propuestas que intentan unificarlos sobre la base de las propiedades compartidas (Sánchez López, 2002, p. 137 y ss.). Así, para Mendikoetxea (1999b) «se es afijo verbal en todos los casos» (§ 26.1.3), mientras que, para Fábregas (2021), se trata del pronombre que «supone el menor número de contrastes morfológicos: solo persona, en el supuesto de que la tercera persona deba ser considerada una “persona”» (p. 16).1 En esta propuesta, el clítico se es un elemento defectivo, que entra en relación con dos tipos de objetos también defectivos: argumentos y núcleos verbales que no pueden introducir sintagmas determinantes (Fábregas, 2021, p. 1). Los estudios suelen distinguir entre un se paradigmático o pronominal y un se no paradigmático o no pronominal (Alarcos Llorach, 1968; Sánchez López, 2002; Arús, 2006; RAE-ASALE, 2009b; Devís Márquez, 2017). La distinción, que también se organiza en torno a los términos reflexivo y no reflexivo (Maldonado, 1999; González Vergara, 2012), separa las construcciones en las que el clítico alterna con los pronombres átonos correspondientes a las otras personas gramaticales (me, te, nos, os), de aquellas en las que no hay variación, porque solo admiten la tercera persona (RAE-ASALE, 2009b, § 41.10). Si bien esta clasificación permite situar, por un lado, los usos reflexivos (Se cuida poco) y recíprocos (Se adoran) junto con los propiamente pronominales (Él se cansa) y de dativo no argumental (Se lo terminó) (RAE- 1 Todas las citas textuales de Fábregas (2021) son traducción nuestra. 6 ASALE, 2010, § 41.5.1a),2 y, por otro, las construcciones pasivas (Se venden casas) e impersonales (Se vio a los periodistas) que aborda esta investigación, cabe señalar que no todos quienes reconocen este criterio trazan la línea divisoria en el mismo lugar. Sánchez López (2002), por ejemplo, incluye entre las no paradigmáticas no solo las pasivas y las impersonales, sino también las medias y las aspectuales, estas últimas construcciones que suelen ser consideradas pronominales. Mientras que las medias denotarían procesos internos al sujeto, que se producen sin que exista intervención de un agente externo (La ropa se secó rápidamente), las aspectuales supondrían un cambio en la interpretación aspectual de la oración (El jefe se ha ido ya vs. El jefe ha ido ya)3 (Sánchez López, 2002, pp. 16-17), que, según consignan otras investigaciones, pasa a tener una lectura necesariamente télica (Fábregas, 2021, p. 3). Una propuesta similar es la de González Vergara (2012), que agrupa bajo la etiqueta de no reflexivas tanto las construcciones impersonales y pasivas como las de interés (aspectuales), medias y de se inherente (p. 127). Estas últimas, formadas con verbos que no pueden prescindir del clítico (Se arrepiente), son normalmente consideradas pronominales puras o intrínsecamente reflexivas (Fábregas, 2021, p. 9). De acuerdo con González Vergara (2012), en su uso no reflexivo «se es la manifestación morfológica de un fenómeno léxico que modifica la estructura 2 Los ejemplos son de la RAE-ASALE (2010). 3 Los ejemplos son de Sánchez López (2002). 7 lógica de la oración mediante la disminución de la importancia del argumento de macropapel Actor y el privilegio del argumento de macropapel Undergoer» (p. 127). Dependiendo del aspecto léxico del predicado, este fenómeno se manifestaría de dos maneras: (i) la inespecificación del argumento de mayor jerarquía (el actor) en todo tipo de predicado, y (ii) la «aparición necesaria» de un argumento referencial de menor jerarquía en actividades susceptibles de transformarse en realizaciones activas (González Vergara, 2012,pp. 127- 128). En este sentido, se ha sido considerado «una manifestación morfológica de las realizaciones» (Sanz y Laka, 2002, p. 318), porque solo puede aparecer en presencia de un argumento que delimite el evento cuando se trata de oraciones transitivas (*Juan se comió empanadas vs. Juan se comió doce empanadas). Más recientemente, Fábregas (2021) ha propuesto reemplazar la distinción entre se paradigmático y se no paradigmático por una que distinga las construcciones donde el clítico afecta las propiedades léxicas del predicado de aquellas en las que modifica la estructura clausal (p. 10). Entre las primeras, ubica las reflexivas, las recíprocas, las aspectuales y las de se inherente, mientras que, entre las segundas, sitúa las pasivas, las impersonales, las medias y las de se espurio (Fábregas, 2021, p. 10). Estas últimas serían no paradigmáticas «únicamente en el sentido de que este reemplazo [Les dimos el regalo a mis padres por Se lo dimos a mis padres] 8 sucede solo cuando el pronombre es de tercera persona» (Fábregas, 2021, p. 4).4 En la propuesta de Fábregas (2021), son más de diez las construcciones con se consideradas léxicas debido a que modifican la estructura argumental, el aspecto léxico o el significado de los predicados (p. 106). Entre ellas están, además de las ya mencionadas, las antipasivas (Cuidarse de algo), en las que se transforma el argumento interno en un complemento de régimen, normalmente con un cambio de significado, y las anticausativas (Pedro se enfadó), donde el clítico marca la versión no causativa de ciertos verbos que tienen también una versión causativa (Luis enfadó a Pedro) (Fábregas, 2021, pp. 3-7).5 Al igual que las medias en la definición de Sánchez López (2002), las construcciones anticausativas transmitirían la idea de que «el sujeto sufre un cambio de estado iniciado internamente, sin la intervención externa de un agente o causante» (Fábregas, 2021, p. 3). En efecto, de todas las etiquetas mencionadas, la que menos consenso produce es la de medias. Por una parte, la gramática ha ubicado en la voz media el rasgo que comparten todas las construcciones con se: «Eventos que carecen de un agente y que son observados desde la perspectiva de un objeto afectado» (Sánchez López, 2002, p. 143), lo que ha llevado a considerar que «el marcador se es, literalmente, un marcador de voz media» (Maldonado, 1999, p. 126). Por otra parte, las construcciones medias no solo comparten 4 El ejemplo es de Fábregas (2021). 5 Los ejemplos son de Fábregas (2021). 9 rasgos con las anticausativas, sino también con las pasivas. Para Mendikoetxea (1999b), que las clasifica como un subtipo de las segundas, una oración como Las camisas de algodón se lavan fácilmente tiene la estructura sintáctica de una pasiva con se, pero difiere en el orden privilegiado de las palabras, ya que presenta un sujeto preverbal, que además no puede ser indeterminado (Las camisas de algodón) (§ 26.2.2.1).6 De acuerdo con Fábregas (2021), las construcciones medias son una variante de las anticausativas, pero, a diferencia de estas, forman parte de los usos gramaticales de se: mientras que las anticausativas suponen un cambio en la estructura argumental —el argumento interno se mueve a una posición externa (p. 162)—, en las medias el argumento externo es semánticamente recuperable (p. 188). Esto contrasta con la idea de que las construcciones medias excluyen el agente o experimentante, porque no son eventivas (Sánchez López, 2002, p. 62), sino que describen procesos como si fueran propiedades inherentes al sujeto gramatical (el objeto nocional), por lo que serían incompatibles con los tiempos puntuales (García Negroni, 2002, pp. 286-287). Finalmente, entre las aproximaciones que no utilizan la distinción paradigmático vs. no paradigmático está la de Bogard (2015), que propone cuatro usos para el clítico se en español: uno con sentido reflexivo (Dave se rasuró) y recíproco (Dave y Linda se presentaron), uno aspectual (Paula se fue a Toluca), uno de afectación (Pepe se cree todo lo que le dicen),7 y uno 6 El ejemplo es de Mendikoetxea (1999b). 7 Los ejemplos son de Bogard (2015). 10 donde se funciona como clausurador argumental y de función sintáctica (pasivas, impersonales, anticausativas y antipasivas). En este último uso, que no distingue la modificación léxica de la gramatical, nos detendremos en el siguiente apartado. 2.2 La estructura argumental de las construcciones con se La tradición gramatical ha señalado reiteradamente que «se es un elemento “intransitivizador”», lo que en una «reinterpretación moderna» equivale a decir que el clítico «se comporta como un operador que reduce la valencia del verbo con el que se combina» (Bosque y Gutiérrez-Rexach, 2009, p. 415). Al describir el clítico como un clausurador argumental, Bogard (2015) se inscribe sin duda en esta tradición. De acuerdo con el autor, se es «el principal marcador de voz de la lengua» (p. 21), pues, de los siete tipos de estructuras diatéticas que podemos encontrar en nuestro idioma, cuatro se formalizan gracias a su presencia: (i) la activa impersonal (Solo se discrimina a los mexicanos pobres), (ii) la pasiva refleja (Se colocaron las piedras tras las ruedas), (iii) la anticausativa (Bastaba abrir las ventanas para que la casa se enfriara) y (iv) la antipasiva (Su padre se ocupaba del cargo de secretario) (Bogard, 2015, p. 25).8 Las otras tres estructuras diatéticas que distingue Bogard (2015) son la activa transitiva inversa, la pasiva perifrástica y la activa transitiva directa, que funciona como punto de referencia (p. 26). Esto quiere decir que todas las demás operaciones 8 Los ejemplos son de Bogard (2015). 11 suponen una pérdida de transitividad9 respecto de esta última y que todas se consideran construcciones derivadas de ella. Para Maldonado (1999), en cambio, la voz media —que agrupa todas las construcciones con se— no debe ser considerada una voz derivada, sino básica, pues supone una alternativa distinta de conceptualización del evento y no una reorganización valencial del verbo tal y como aparece en la voz activa (pp. 14-15). Como se sabe, la diátesis es la estructura gramatical que permite expresar los argumentos de un verbo y las voces son sus manifestaciones morfológicas y sintácticas, que se expresan sobre todo a través de la flexión verbal (RAE- ASALE, 2010, § 41.1.1a). Sin embargo, «si bien los contrastes de voz en español no se manifiestan mediante flexión verbal morfológica, sí lo hacen mediante cambios sintácticos en la estructura del verbo, los cuales muestran cambios en la naturaleza sintáctica, semántica y pragmática de los argumentos oracionales» (Bogard, 2015, pp. 26-27). En este sentido, existen operaciones que pueden modificar la valencia de un verbo, ya sea alterando el enlace entre los roles semánticos y las funciones sintácticas (cambio de función), ya sea variando su estructura argumental (cambio eventual) (Haspelmath y Sims, 2010, pp. 236-237). La pasiva perifrástica, por ejemplo, opera un cambio de función consistente en la democión del agente, que puede ser recuperado mediante un argumento 9 Aunque el uso habitual restringe el término transitivo a las cláusulas que tienen complemento directo, también pueden considerarse transitivas todas las construcciones que presentan un complemento regido, sea directo, indirecto o preposicional (García-Miguel, 1995, pp. 9-11). 12 oblicuo, como se observa en el ejemplo La carta fue escrita (por Naphiri), de Haspelmath y Sims (2010, p. 237). Lo mismo puede decirse de la antipasiva, que demociona al paciente prácticamente en el mismo sentido (Haspelmath y Sims, 2010, p. 240). Al contrario, la anticausativa cambia la estructura eventual del predicado removiendo al causante, que yano puede ser recuperado como oblicuo (Haspelmath y Sims, 2010, p. 238). Como se ve en la tabla 1, en este caso se habla de deleción. Tabla 1. Clausura argumental y de función sintáctica Construcción Fenómeno Operación Argumento Función Ejemplo Impersonal ¿democión o deleción? ¿cambio de función o eventual? agente sujeto Solo se discrimina a los mexicanos pobres Pasiva ¿democión o deleción? ¿cambio de función o eventual? agente objeto directo Se colocaron las piedras tras las ruedas Anticausativa deleción cambio eventual causa objeto directo Bastaba abrir las ventanas para que la casa se enfriara Antipasiva democión cambio de función paciente objeto directo Su padre se ocupaba del cargo de secretario Fuente: elaboración propia a partir de Bogard (2015) y Haspelmath y Sims (2010). De acuerdo con la tabla 1, mientras que las anticausativas remueven un argumento y suponen un cambio eventual, y las antipasivas solo lo democionan, generando un cambio de función, en las impersonales y las pasivas no está claro si hay democión o deleción, por lo que no se sabe de qué forma afectan la valencia. En la perspectiva que distingue los usos de se léxicos de los gramaticales (Fábregas, 2021), solo cabría hablar de cambios 13 en la estructura argumental en el caso de las operaciones que afectan al predicado, lo que dejaría fuera a las pasivas y las impersonales, definidas como operaciones que afectan a la cláusula. En la propuesta de Bogard (2015), en cambio, hay alteración de la estructura argumental en todos los casos considerados en la tabla 1, debido a que la clasificación no depende de si el clítico aparece dentro o fuera del complejo verbal (Fábregas, 2021, p. 10), sino de si funciona o no como clausurador argumental (Bogard, 2015, p. 36). Para Bogard (2015), mientras que en las anticausativas el paciente eleva su importancia por encima del causante hasta que este pierde su expresión formal, en las antipasivas habría una prominencia tan acusada del agente que el paciente pierde toda relevancia comunicativa y ya no puede manifestarse como argumento10 (Bogard, 2015, pp. 31-32). En ambos casos, el clítico «bloquea la posibilidad de que la oración tenga un objeto directo» (Bogard, 2015, p. 31). Asimismo, mientras que en las impersonales es el evento o estado el que eleva su valor topical, en las pasivas es el paciente o tema, y en ambas se pierde la función semántica del agente, pero solo la primera carece de sujeto, ya que la función que falta en la pasiva es la de objeto directo (Bogard, 2015, pp. 27-28). Según el análisis tradicionalmente aceptado, las construcciones pasivas e impersonales eliminan el argumento externo del verbo,11 lo que implica «que 10 A diferencia de Bogard (2015), que opone argumentos a oblicuos, Haspelmath y Sims (2010) oponen argumentos a adjuntos, que es la perspectiva que seguimos aquí. 11 El argumento externo ha sido definido como el sujeto agente o experimentante de un verbo transitivo, y el argumento interno, como el objeto o tema (Mendikoetxea, 1999a, § 25.1.1.1). Sin embargo, con el objeto de utilizar estas nociones también en relación con los verbos 14 el agente o experimentante [...] solo pueda hacerse explícito en forma de un adjunto» (Sánchez-López, 2002, p. 58). Alarcos Llorach (2000) refrenda esta aproximación cuando señala que «el parentesco de la construcción de pasiva refleja y la impersonal radica en la eliminación que ambas hacen del actor, lo cual explica su uso paralelo» (p. 211, énfasis nuestro). La idea de que estas construcciones rechazan los oblicuos agentivos refuerza la impresión de que tanto las pasivas como las impersonales no son solo operaciones de cambio de función. La RAE-ASALE (2009b) se expresa en un sentido ligeramente diferente cuando señala que «el punto fundamental de coincidencia [entre pasivas e impersonales] radica en que en ambas estructuras [un argumento] se oculta, o queda velado» (§ 41.10d, énfasis nuestro), cuestión que podría indicar que sigue conceptualmente presente y puede recuperarse. Sin embargo, solo la pasiva perifrástica es definida explícitamente como «una distribución diferente de las funciones semánticas y sintácticas» (RAE- ASALE, 2010, § 41.1.2a), es decir, como un cambio de función, a diferencia de lo que sucede con las pasivas y las impersonales, que al parecer son concebidas desde la perspectiva del cambio eventual. En cuanto clasifica estas construcciones como usos de se que no alteran la estructura argumental del predicado, la propuesta de Fábregas (2021) pareciera ir en una dirección distinta. Sin embargo, al definir la función gramatical de se como «la supresión de la expresión manifiesta de uno de los intransitivos, consideramos como argumento externo al que aparece fuera del sintagma verbal y como argumentos internos a los que ocupan una posición interna a él (Mateu, 2016, p. 51). 15 argumentos del verbo (el argumento externo)» (Fábregas, 2021, p. 185, énfasis nuestro), su aproximación parece ser una variante actualizada de la «semántica de la impersonalidad» (Mendikoetxea, 2002). Para Mendikoetxea (1999b), las construcciones pasivas, impersonales y medias forman el «paradigma de la expresión de la impersonalidad» (§ 26.4), que define las construcciones con se a partir de la indeterminación del agente. La palabra expresión indica que la impersonalidad se considera un significado, mientras que la pasividad es un tipo de construcción, consistente en una alteración en la valencia que no supone un cambio en la estructura argumental, sino una democión del argumento más agentivo, de tal modo que su estatus sintáctico se ve modificado (Haspelmath y Sims, 2010, p. 237; Creissels, 2017, p. 63; Witzlack-Makarevich, 2010, p. 202). Si recordamos que modificar no necesariamente implica suprimir, la regla de pasivización podría ser formulada en los siguientes términos para las dos construcciones pasivas del español: Figura 1. Regla de pasivización Según la figura 1, la pasiva perifrástica y la pasiva con se no supondrían operaciones distintas desde el punto de vista de la valencia, un enfoque que podría servir para configurar una semántica de la pasividad que les otorgue a 16 las construcciones con se + complemento agente el lugar en la gramática que la semántica de la impersonalidad no permite asignar. 2.3 Algunas construcciones con se: pasivas e impersonales A menudo denominadas reflejas, las pasivas y las impersonales con se han sido ampliamente discutidas en las gramáticas del español (Bello, 1995; RAE, 1973; Gili Gaya, 1980; Alacos Llorach, 2000; Mendikoetxea, 1999b; RAE- ASALE, 2009b). Formalmente, la pasiva con se ha sido descrita como una construcción donde un verbo transitivo en tercera persona aparece acompañado de un sintagma nominal concordado (Se venden casas) o una subordinada sustantiva en función de sujeto (Se dijo que pueden matricularse), mientras que la impersonal ha sido caracterizada como una construcción con un verbo en tercera persona singular, que puede ser inergativo (Se trabajó poco esta semana), inacusativo (Se llega más rápido por aquí), copulativo (Se es más libre cuando no se tiene nada) o transitivo con objeto preposicional (Se atendió bien a los clientes). La variante con sintagma nominal no concordado (Se vende casas) ha sido considerada tanto pasiva (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.2.2) como impersonal (Sánchez López, 2002, p. 42). Las investigaciones suelen recurrir a los estudios diacrónicos a la hora de abordar las impersonales transitivas: la imposibilidad de discernir si una oración como Se trataron bien los clientes es pasiva, recíproca o reflexiva habría llevado, a partir del siglo XV, a marcar el sujeto de persona con la preposición a, transformándolo en objeto y fijando el verbo en singular (Gili17 Gaya, 1980, pp. 77-78; Cuervo en Bello, 1995, nota 106; RAE, 1973, § 3.5.6; Mendikoetxea,1999b, § 26.4; Sánchez López, 2002, p. 134). El resultado (Se trató bien a los clientes) refuerza la idea de que «las oraciones impersonales surgen en español para deshacer la ambigüedad que se produce cuando el sujeto de la oración pasiva es de persona» (Mendikoetxea,1999b, § 26.4) y sirve al argumento de que se trata en realidad del mismo tipo de construcción. Las transitivas con sintagma nominal no concordado, del tipo Se vende casas, se deberían al mismo procedimiento pero con argumentos internos inanimados: «Generalizada la construcción impersonal con el verbo en singular para complementos de persona, la misma fórmula […] se aplica a los complementos de cosa» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.2.2). Sin embargo, según Mendikoetxea (1999b), el término impersonal debe reservarse para aquellas construcciones que tienen objetos preposicionales: «Todos los verbos preposicionales —los que tienen como complemento un sintagma preposicional (hablar (de), soñar (con), creer (en), etc.)— forman oraciones impersonales con se» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.4.1.1), y no solo los que marcan el objeto con a. Sintácticamente, entonces, «la diferencia entre las pasivas reflejas y las impersonales depende del papel que desempeña el adyacente que acompaña al verbo» (Alarcos Llorach, 2000, p. 212), es decir, si es sujeto u objeto de la oración: Estas construcciones se diferencian en que, con verbos transitivos, el objeto nocional del verbo es el sujeto gramatical en las pasivas con se […], mientras que en las impersonales con se el objeto nocional es también el objeto gramatical […], y no hay un sintagma nominal sujeto con el que pueda concordar el verbo (Mendikoetxea, 1999b, § 26.1.1.2). 18 Sin embargo, aunque se supone que «la presencia del sintagma preposicional en la construcción impersonal es incompatible con la concordancia» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.4.1.1), el ejemplo Se azotaron a los delincuentes, consignado por Bello para mostrar que «en algunos países de América se adulteran estas construcciones del modo más absurdo» (1995, § 793, nota*), es casi tan famoso como el que inspiró el título de esta investigación. Mientras que Se firmó la paz por los embajadores (Gili Gaya, 1980 [1943]) ha sido mencionado al menos por la RAE (1973, § 3.5.3); DeMello (1978, p. 323); Mendikoetxea (1999b, § 26.3); Sánchez López (2002, p. 59); Bogard (2006, p. 764); De Miguel (1999, § 46.4.2.3); Devís Márquez (2017, p. 229), y Fábregas (2021, p. 146), Se azotaron a los delincuentes ha sido reproducido en Mendikoetxea (1999b, § 26.4.1.1) y Westphal (1999, p. 162), y cuenta con un artículo titulado en su honor (Mackenzie, 2013). Tomando como punto de partida la construcción activa, entonces, en la pasiva con se el objeto pasa a ser sujeto y, en la impersonal, sigue siendo objeto, por lo que no hay, en teoría, concordancia verbal. El sujeto de las pasivas estaría sometido a dos restricciones: «Su posición no marcada es la postverbal, única posible, además, si se trata de un SN [sintagma nominal] sin determinante» y «no puede ser un SN definido y animado» (Sánchez López, 2002, p. 53). Se ve agua sería un ejemplo de pasiva con se según estas características, mientras que Se ve al periodista presentaría un sintagma nominal definido y animado que forzaría la construcción impersonal. 19 Las diferencias formales hasta aquí comentadas «no entrañan diferencias semánticas», según Mendikoetxea (1999b), pues tanto las pasivas como las impersonales pueden ser interpretadas desde una perspectiva activa, es decir, ‘alguien indeterminado opera sobre algo o alguien’, o desde una perspectiva pasiva, o sea, ‘algo o alguien sufre la acción de algo o alguien indeterminado’ (§ 26.1.1.2). Lo que destaca en esta descripción es la denominada indeterminación del agente (Frajzyngier, 1982, p. 277; Mendikoetxea, 1999b, § 26.1.2; RAE-ASALE, 2009b, § 41.10g, Sánchez López, 2002, pp. 27 y ss.), que, según la literatura, puede ser genérica (‘todo el mundo’, ‘cualquiera’) o existencial (‘alguien’) (Sánchez López, 2002, p. 27). De acuerdo con la RAE-ASALE (2009b), en este último caso, «el agente suele estar presente en la mente del que habla» (§ 41.10ñ). Asimismo, la bibliografía ha notado que en las impersonales el argumento externo solo puede tener una interpretación humana (Sánchez López, 2002, p. 23), lo que podría explicar que estas construcciones rechacen «los verbos sin un referente humano posible», como muestran los ejemplos *Se ocurre o *Se transcurre (Fábregas, 2021, p. 117). La indeterminación del agente también es central en las propuestas que postulan una equivalencia no solo semántica, sino también sintáctica entre pasivas e impersonales. Stamboni y Libutzki (2012), por ejemplo, sostienen que «las pasivas con SE son un subtipo de las impersonales con SE, ya que ambas proyectan […] un sujeto indefinido y genérico, invariablemente materializado por un pronombre nulo (pro), cuyos rasgos de persona y número 20 concuerdan con la flexión verbal» (p. 1). Esta es la razón de que, a juicio de los autores, las pasivas con se presenten una concordancia ad sensum: es el pronombre nulo o sujeto pro12 el constituyente oracional que debería concordar con el verbo (Stamboni y Libutzki, 2012, p. 5). En la misma línea, Devís Márquez (2017) propone evitar los valores diatéticos y unificar las estructuras pasivas e impersonales en un solo tipo (p. 207). Según el autor, ambas «coinciden en presentar un se cuya función es dotar de un grado tal de indefinitud e inespecificidad a un constituyente oracional de persona determinado por el verbo que su expresión se hace imposible» (Devís Márquez, 2017, p. 231). Así lo hace Frajzyngier (1982), que las clasifica bajo la única etiqueta de pasivas impersonales y advierte que «no están funcionalmente conectadas con los otros tipos de pasiva en español» (p. 278).13 Finalmente, la propuesta de González Vergara (2012) también otorga a la indeterminación del agente, que denomina argumento de mayor jerarquía, un papel fundamental no solo en las pasivas y las impersonales, sino en todos los usos no reflexivos de se. Solo una de las propuestas revisadas discute la interpretación indeterminada o inespecífica del agente. Ramírez Gelbes (2016) señala que, al menos en textos académico-científicos, «el propio discurso orienta a interpretar los agentes omitidos […] de una manera definida» (p. 18) La autora pone a prueba esta hipótesis aplicando una encuesta para decidir si determinados 12 Sujeto pronominal no explícito, tácito o nulo (véase Bosque y Gutiérrez-Rexach, 2009, p. 344 y ss.). 13 Todas las citas textuales de Frajzyngier (1982) son traducción nuestra. 21 agentes corresponden al locutor, a alguien distinto del locutor o tienen un referente universal (Ramírez Gelbes, 2016, p. 19). Apoyándose en la teoría polifónica de la enunciación, concluye que los sintagmas desagentivados son «el recurso discursivo, específico de este tipo de retórica, que permite poner en juego los distintos puntos de vista que interactúan en el texto cuando esos puntos de vista no adoptan el papel evidenciador de los sujetos sintácticos» (Ramírez Gelbes, 2016, p. 26). Así, agente, participante activo, actor, sujeto nocional, sujeto implícito, sujeto pro, argumento de mayor jerarquía y constituyente oracional de persona determinado por el verbo son algunas de las denominaciones que recibe un elemento cuya formalización, postulamos, desafía no solo la definición de estas construcciones, sino también algunas de las razones que se esgrimen a favor y en contra de diferenciarlas. En este trabajo optamos por el término más común agente, que utilizamos en un sentido amplio no relacionado con el papel temático específicodel argumento, sino con el grado de dependencia que mantiene respecto al predicado verbal. 2.4 Agentividad, agente, complemento agente La agentividad es una propiedad semántica tradicionalmente asociada a ciertos tipos de predicado: los eventos (Moreno Burgos, 2017, p. 198) y, entre estos, las actividades y las realizaciones (Arche, 2016, p. 411). Sin embargo, más recientemente también se ha postulado que la agentividad solo se puede aplicar a los eventos télicos (realizaciones y logros) y, por vía modal, a los estados (Moreno Burgos, 2017, p. 199). En el caso de los eventos, el 22 significado intencional que implica la agentividad podría ser cancelado gracias a la presencia del clítico se, descrito en Moreno Burgos (2017) «como un mecanismo para despojar a los verbos télicos de su lectura de agentividad» (p. 210). Según Moreno Burgos (2017), el agente «remite a una entidad del mundo extralingüístico que es identificada con una persona» e «implica la correlación con un segundo elemento sobre el que actúa o en el que se posiciona» (p. 198). De acuerdo con esta propuesta, cuando la acción conduce «de manera indirecta a un resultado», se debe otorgar al «sujeto» el papel semántico de causa y no el de agente (Moreno Burgos, 2017, p. 199). Para Cuartero Otal (2000), en cambio, «la agentividad no se asocia necesariamente a la transitividad del esquema oracional» (p. 70), aunque coincide en que es necesario distinguirla de la causatividad para identificar «expresiones cuyo sujeto sea una entidad animada y dotada de voluntad» (Cuartero Otal, 2000, p. 73). Al menos dos consecuencias se desprenden de estas consideraciones. Por un lado, que el agente se realiza preferentemente en el sujeto y, por otro, que la entidad a la que se refiere debe ser humana y participar en la situación descrita actualizando su voluntad. En cuanto a lo primero, las construcciones con se que analiza este estudio o no tienen sujeto (impersonales) o están formadas por un sujeto paciente (pasivas), lo que, como veremos, no quiere decir que sean necesariamente desagentivadas. Respecto a lo segundo, Pereira (2020) ha discutido la noción de agentividad no intencional en una 23 perífrasis (pasar a + INF) que cambia las propiedades léxicas de los predicados —transformando actividades y realizaciones activas en logros— y hace que el agente sea interpretado como causa (pp. 69 y 80). En cuanto al rendimiento descriptivo de los papeles temáticos, Hengeveld y Mackenzie (2008) señalan que las lenguas difieren en la extensión que admite el macrorrol actor para agrupar papeles no prototípicos con el mismo comportamiento gramatical y ponen como ejemplo el inglés, que asigna la función actor tanto a agentes volitivos como a fuerzas no volitivas (p. 195). En este sentido, la gramática discursivo-funcional asume que «las funciones semánticas específicas no son universalmente válidas» y distingue tres macrorroles que sí lo serían: actor, undergoer y locative (Keizer, 2015, p. 132- 133).14 Sin embargo, mientras que en esta teoría los actores solo tienen cabida en los estados de cosas dinámicos (Hengeveld y Mackenzie, 2008, p. 196), en otras aproximaciones el argumento x (the doer) puede adoptar los papeles temáticos de experimentante y recipiente (poseedor) en estados y eventos de dos o más argumentos, y de paciente en predicados monoargumentales (Pavey, 2010, pp. 110-116). Esto permite desvincular el argumento agentivo no solo de la noción más tradicional de acción, sino también de la exigencia de participar voluntariamente en lo que se describe. 14 Traducción nuestra. 24 Para Funes (2016), por ejemplo, el término agente supone una «escala de agentividad» que va «desde el más prototípico hasta el más marginal» (pp. 46-47), una idea que también sostiene Delbecque (2003): El concepto de agentividad es complejo y gradual: incluye nociones como fuente, punto de partida, causa, acción, conciencia, intención, control, fuerza, efectividad, y otras similares. Abarca, pues, un conjunto de dimensiones de las que el tradicional concepto de agente, entendido como el ser animado realizador de la acción o productor del proceso, no puede dar cuenta sino muy parcialmente (pp. 391-392). En la misma línea, Mendikoetxea (1999b) advierte que «el sujeto nocional de una oración pasiva (con se o perifrástica) puede estar asociado con una variedad de papeles semánticos», cuestión que pasan por alto expresiones como agente implícito o sintagma agentivo (§ 26.3.3). Sin embargo, el término sujeto nocional no mejora mucho las cosas, dado que combina una noción sintáctica y una lógica para describir un elemento que es semántico. Además, debido a que el argumento en cuestión no coincide en estas construcciones con el sujeto gramatical, pensamos que es mejor utilizar expresiones como actor (con el significado de doer) y oblicuo agentivo, o incluso mantener las más tradicionales de agente y complemento agente en el sentido amplio descrito más arriba. De hecho, el nombre complemento agente sirve para dar cuenta de que el agente no se realiza en el sujeto, sino en otros complementos verbales y no verbales. Según Herrero Ruiz de Loizaga (1992), «tradicionalmente, las gramáticas se han ocupado del llamado complemento agente en íntima conexión con el problema de la voz pasiva», a tal punto que lo han 25 considerado «un complemento característico —aunque no obligatorio— de [esta] voz» (p. 339). Formalmente, el complemento agente se construye con «una preposición más un sustantivo o elemento sustantivado como término, cuyo valor es el de señalar el agente de una acción o proceso», y «puede ser modificador tanto de un verbo que sea núcleo oracional, como de un participio, de un infinitivo, o de un sustantivo» (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 340). La preposición más representativa es sin duda por, al punto de que «a menudo se ha llamado complemento agente al sintagma-por» (De Miguel en Funes, 2016, p. 42). La preposición de, que habría sido predominante en la lengua antigua (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 351), también ha sido descrita en relación con este complemento, como se advierte en la RAE-ASALE (2010), que además considera un contexto más amplio que la voz pasiva: Los complementos agentes construidos con por no son exclusivos de las oraciones pasivas perifrásticas, sino que aparecen también en las construcciones de participio (una ciudad rodeada por montañas), en las pasivas reflejas (Se dictará sentencia por el tribunal: § 41.6), con los adjetivos derivados en -ble (gastos asumibles por la empresa: § 7.4.3) y con algunos sustantivos deverbales (la supresión de las libertades por el dictador). Las propiedades léxicas de los participios inciden en la alternancia entre las preposiciones por y de en algunos complementos agentes: conocido de todos ~ conocido por todos; rodeada de montañas ~ rodeada por montañas (§ 41.2.3b). En su estudio acerca de la alternancia de las preposiciones de y por para introducir el complemento agente, Funes (2016) concluye que, aunque mucho menos frecuente, de se especializa en contextos estáticos, mientras que por lo hace en contextos dinámicos. Delbecque (2003), en tanto, propone «considerar la variación preposicional como un recurso para modular la 26 agentividad», donde por, de, en, con, pero también entre y desde, forman un espectro en que por representa el grado máximo de agentividad y en el grado mínimo (pp. 373 y 413). En cuanto al complemento agente introducido con por parte de, las referencias son mucho más escasas. Según el Diccionario de la Lengua Española (DLE, parte), esta locución preposicional se usa para indicar ‘procedencia u origen’. En el capítulo de la Nueva gramática de la lengua española dedicado al sustantivo y el grupo nominal, se dice que las nominalizacionesde acción y efecto pueden tener «complementos agentivos encabezados por la preposición por y las locuciones formadas con el sustantivo parte (por parte de…, por su parte)» (RAE-ASALE, 2009a, § 12.11j) y que los sintagmas que introduce la locución por parte de son menos restrictivos que los encabezados con por, «ya que pueden indicar la procedencia o el origen de algo, en lugar de introducir estrictamente un complemento agente» (§ 12.11k). En cuanto a las construcciones con se, la Nueva gramática señala que «en el lenguaje jurídico y en otros registros de carácter oficial son también frecuentes las pasivas reflejas en las que la expresión “por parte de + grupo nominal” hace las veces de complemento agente» (RAE-ASALE, 2009b, § 41.11k), y Herrero Ruiz de Loizaga (1992) indica que «además del uso de la preposición por, es muy frecuente también en la pasiva refleja el uso de la locución por parte de» (p. 355). El resto de las menciones tiene un carácter marginal en la literatura revisada. En una nota al pie, Devís Márquez (2017) señala que «se habla incluso de que este SP [sintagma preposicional] puede estar introducido 27 no por por, sino por la locución por parte de», aun cuando «resulta evidente que estas expresiones pueden aparecer igualmente en estructuras oracionales no pasivas y no agentivas» (p. 228, nota 37). Y Ramírez Gelbes (2016) hace una concesión cuando indica que «no es infrecuente en ella [la pasiva con se], con todo, la ocurrencia del complemento agente nucleado por la frase por parte de + grupo nominal, particularmente en el discurso judicial o burocrático» (p. 18, nota 5). Esto, tras señalar que «mientras la pasiva perifrástica admite con comodidad la presencia del complemento agente, la pasiva refleja tiende fuertemente a rechazarlo» (Ramírez Gelbes, 2016, p. 18), que es, como veremos, la opinión general. Finalmente, en la línea de Devís Márquez (2017), Fábregas (2021) invoca la presencia de la locución para desestimar que las pasivas con se puedan expresar verdaderos agentes. Según el autor, el famoso ejemplo Se firmó la paz por los embajadores no resulta aceptable para la mayoría de los hablantes contemporáneos debido, entre otras razones, a que hoy es «más natural» usar por parte de que por (Fábregas, 2021, pp. 146-147). De esto, tendríamos que colegir que la locución no puede cumplir la misma función que la preposición a la que reemplaza. Sin embargo, más que demostrar que los complementos que introduce por parte de pueden contener verdaderos agentes, quizás conviene investigar si son capaces de albergar al argumento que se ubica fuera del sintagma verbal. En este sentido, entendemos como complemento agente la función sintáctica que contiene el argumento externo cuando este no se realiza en el sujeto. 28 2.5 Pasivas e impersonales con se + complemento agente No hay acuerdo entre los gramáticos acerca de si es posible expresar el agente en las pasivas con se. Según Bogard (2015), entre los «pocos que hacen algún tipo de mención al respecto», se puede mencionar a Alarcos Llorach (2000), por un lado, y Llorente (1976), por otro (pp. 29-30). La posición de este último, que explícitamente acepta la «frase agentiva», es compartida por Martín Zorraquino (1979), Fernández Ramírez (1986), y De Kock y Gómez Molina (1990), todos quienes destacan, no obstante, su escasa frecuencia (Bogard, 2015, p. 30). Curiosamente, la postura menos restrictiva respecto al complemento agente está representada por la gramática académica. Ya en el Esbozo de una nueva gramática para la lengua española (RAE, 1973), aparece el célebre ejemplo de Gilli Gaya (1980 [1943]) para graficar una de las dos posibilidades que ofrece la pasiva española. Según la RAE (1973), «La paz fue firmada por los embajadores equivale a Se firmó la paz por los embajadores» y «si desaparece el interés por el agente, diremos Se firmó la paz» (§ 3.5.3). En este último caso, nos hallaríamos «en los límites que separan las oraciones de pasiva refleja de las impersonales» (RAE, 1973, § 3.5.3), debido a que la impersonalidad se refiere a la falta de expresión del sujeto y la imposibilidad de sobreentenderlo (§ 3.5.6). Pero esta perspectiva no es en absoluto mayoritaria. En sus trabajos sobre el tema, DeMello (1978, 1997) concluye que la pasiva refleja con agente expreso es una construcción aceptada por los gramáticos, pero limitada en su uso, y 29 que solo admite sintagmas plurales y de referencia no específica. Más recientemente, García Negroni (2002) ha señalado que ni las construcciones pasivas ni las medias admiten en el español moderno el complemento agente (p. 279); González Vergara (2012), que la tendencia de las oraciones con se es a no presentarlo (p. 150); Vivanco Gefaell (2015), que las pasivas con se rechazan el complemento agente (p. 134), y Funes (2016), que raramente lo aceptan (p. 55). Entre las investigaciones que argumentan que las pasivas con se rechazan la expresión del agente, las generativistas suelen recurrir al concepto de pro. Stamboni y Libutzki (2012), por ejemplo, señalan: «El hecho de que pro sea un AGENTE indefinido y genérico hace que ni las P-se [pasivas con se] ni las I-se [impersonales con se] licencien la materialización del agente» (p. 5). En la misma línea, Frajzyngier (1982) considera que las pasivas impersonales «no admiten frases agentivas, porque ya hay un agente implicado en la forma gramatical de la oración» (p. 277). Desde otra perspectiva, Devís Márquez (2017) concluye que las construcciones con se + complemento agente constituyen «un intento fallido de sustitución de las estructuras con “ser + participio”» y propone dejarlas de lado para caracterizar funcionalmente las pasivas y las impersonales con se (p. 231). Sánchez López (2002) tiene una postura menos tajante, pero también reacia a aceptar la gramaticalidad de los oblicuos agentivos. Aunque reconoce que son frecuentes en textos jurídico-administrativos, como ha mostrado Ricós Vidal (1998), considera que la interpretación inespecífica del argumento 30 omitido «se manifiesta en el caso de las pasivas en el rechazo del complemento agente con por», el que «raramente se hace explícito» y, cuando aparece lo hace con unas características precisas que reiteran todos los analistas. Se trata en la mayoría de los casos de un plural, muchas veces sin determinar […], generalmente de nombres colectivos o de referencia generalizada […], un 'agente esquematizado', fácilmente predecible por el evento (firmar la paz .. por los embajadores; dictar la sentencia ... por el tribunal). Es inusual y casi agramatical, en cambio, la presencia de agentes específicos (Sánchez López, 2002, p. 60, énfasis nuestro). En este sentido, el carácter genérico de los complementos preposicionales les impediría contener verdaderos agentes. De acuerdo con la autora, que se refieran «a entidades abstractas, inespecíficas, o [que] tienen interpretación de tipo» avala la hipótesis de que «el complemento con por es en realidad un medio, instrumento o causa que de forma secundaria contribuye al cumplimiento de la acción» (Sánchez López, 2002, p. 61). Esta opinión se inscribe en la perspectiva según la cual la pasiva con se está en una suerte de distribución complementaria respecto a la de participio, supuestamente especializada en acciones puntuales y agentes delimitados (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.4). De ahí que Fábregas (2021) señale que las frases prepositivas de las pasivas con se no pueden ser tratadas «como complementos agentes en el mismo sentido en que lo son los de las pasivas perifrásticas», sino que es mejor considerarlas «adjuntos que especifican semánticamente una propiedad que ya ha sido satisfecha en la estructura verbal» (p. 147). 31 Sin embargo, la distinción entre argumento y adjuntoque propone Kroeger (2005) permite reenfocar esta discusión. De acuerdo con el autor, (i) mientras que los argumentos tienen una relación semántica cercana con el predicado, de manera que pueden ser obligatorios, los adjuntos siempre pueden ser omitidos; (ii) solo los argumentos son elegibles para ocupar las funciones de sujeto u objeto, y (iii) cada predicado puede tener únicamente un argumento de cada tipo, a diferencia de los adjuntos que pueden multiplicarse libremente (Kroeger, 2005, pp. 57-60). Una explicación similar se encuentra en Mateu (2016), que define los argumentos como los elementos que son seleccionados semánticamente por el predicado verbal, a diferencia de los adjuntos que no lo son (p. 52). En este sentido, los complementos agentes de las construcciones pasivas con se y perifrásticas serían argumentos oblicuos (Haspelmath y Sims, 2010, p. 238). Siguiendo la línea del Esbozo, la Nueva gramática se muestra más llana a aceptar estos complementos. Por ejemplo, la afirmación de que las pasivas con se muestran resistencia a aceptar «expresiones definidas que designan individuos», es matizada señalando que, sin embargo, estas eran frecuentes en la lengua antigua y lo siguen siendo en el lenguaje jurídico (RAE-ASALE, 2009b, § 41.11h-i). Aún así, indica que en el español actual los complementos agentes suelen construirse con sustantivos en plural (los estudiantes), con singulares de naturaleza genérica (la gente) o hacer referencia a instituciones o corporaciones (la Administración) (RAE-ASALE, 2009b, § 41.11j). 32 Bogard (2015) da un paso más y señala que, si consideramos que la estructura ha sido documentada en la historia del español desde el siglo XVI, «difícilmente podríamos aceptar la agramaticalidad de la concurrencia del agente prepositivo con por en la construcción de pasiva refleja» (p. 30). Y Herrero Ruiz de Loizaga (1992) señala que «es claro que — independientemente de que nos parezcan más o menos elegantes— son construcciones que existen» (p. 344). Según el autor, pasivas reflejas con complemento agente se pueden encontrar en textos de Unamuno, Pérez Galdós, Baroja, Ortega y Gasset, y Azorín (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, pp. 345-346). Además, al igual que Bogard (2015), afirma que no se trata de un fenómeno reciente: «Hay ejemplos medievales documentados y, al menos desde el siglo XVI se registran empleos claros de esa construcción» (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 346).15 La posibilidad de que construcciones con se no pasivas presenten complementos agentes es generalmente omitida por la literatura, aunque a veces se descarta explícitamente: «Otras construcciones verbales impersonales —por lo tanto sin expresión de sujeto—, pero ya no pasivas, no admiten el complemento agente» (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 349). Una excepción es Mendikoetxea (1999b), para quien las «impersonales con sintagmas agentivos» (de las que proporciona el ejemplo Se enseña a los niños por el maestro) serían «resultado del ‘cruce’ o ‘contaminación’ entre 15 Varios de ellos provienen del Amadís de Gaula, por ejemplo, En letra y pergamino tan antiguo, que con mucho trabajo se pudo leer por aquellos que la lengua sabían (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 346). 33 oraciones impersonales y oraciones pasivas», al igual que las «concordancias anómalas», como Se vende botellas y Se azotaron a los delincuentes (§ 26.1.1.2). Asimismo, para Delbecque (2003), el oblicuo introducido por la preposición en sería admisible en la impersonal o «pasiva refleja irregular» en ejemplos como En Washington se podía culpar a los exiliados, que, según la autora, equivale a Washington podía culpar a los exiliados (p. 399). Esto nos lleva a uno de los aspectos centrales de nuestro problema de investigación: el clítico se no solo ha sido definido como un marcador de voz media (Maldonado, 1999), sino, y sobre todo, como «el índice más frecuente de la impersonalidad» (Monge, 2002, p. 384). Debido a que la impersonalidad ha sido tradicionalmente asociada con la interpretación inespecífica de los sujetos nulos (Creissels, 2017, p. 57) y entendida como «uno de los recursos que ofrece la gramática para callar el agente» (Sánchez López, 2002, p. 51), es lógico considerar que «cuando el sujeto nocional aparece expreso, no estamos ya dentro de la impersonalidad» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.3). Por este motivo, Monge (2002) señala que, en lo que toca a las pasivas con se, «a lo largo de la historia del español, nada autoriza a suponer que se haya dado en el sistema de la lengua el paso siguiente, es decir, la expresión del agente que realiza la acción que sufre el sujeto» (Monge, 2002, p. 360). Sin embargo, esta idea ha sido discutida incluso por investigaciones que no consideran gramaticales las construcciones con se + complemento agente en el español actual. A partir de un estudio comparativo, Macdonald y Maddox (2018) concluyen que las restricciones que pesan sobre la pasiva con se 34 española —como la expresión del agente— no se daban en el pasado. Los autores proponen «un patrón general para las lenguas romances, donde las frases con por son inicialmente gramaticales en las pasivas con se, pero con el tiempo se vuelven agramaticales», de manera que el rumano moderno, que las acepta, «ilustraría un estado más temprano de la lengua que el español actual» (Macdonald y Maddox, 2018, p. 389).16 Al contrario, para Mendikoetxea (1999b), «las oraciones de pasiva con se con sujeto nocional expreso constituirían el último eslabón en la evolución de las construcciones pronominales del latín a las lenguas románicas» (§ 26.3.3), evolución que estaría marcada por lo que la autora denomina «la presencia sentida del agente»: Hemos pasado pues de procesos ‘incoativos’ (sin agente o causa) a procesos ‘medios’ (agente, causa o experimentante en segundo plano), y de ahí a procesos ‘impersonales’ (donde por impersonales entendemos simplemente que el sujeto nocional está implícito), para pasar de ahí a construcciones que conservan la forma de las pasivas e impersonales pero permiten la realización del sujeto nocional de forma expresa (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.3, énfasis nuestro). De acuerdo con esto, las construcciones con se + complemento agente solo tendrían «la forma de las pasivas e impersonales», pero serían algo distinto. A diferencia de la pasiva perifrástica, cuyo oblicuo agentivo ha sido descrito como opcional, las construcciones con se y las construcciones con se + complemento agente implicarían operaciones lingüísticas diferentes. En las páginas que siguen, intentaremos analizarlas no desde el paradigma de la 16 Traducción nuestra. 35 expresión de la impersonalidad, sino desde el punto de vista de la pasividad, entendida como un tipo de construcción. 36 3. METODOLOGÍA Para responder a la pregunta por el estatus formal y funcional de las construcciones con se + complemento agente, la presente investigación adopta una metodología cualitativa de corte descriptivo-gramatical y se inscribe en una perspectiva funcional de análisis. Según esta perspectiva, «el uso lingüístico juega un papel fundamental en el diseño de la gramática», la que en definitiva «emerge de la repetición de patrones discursivos» (Rivas, 2016, p. 25). Este enfoque es indispensable para estudiar construcciones cuya existencia la literatura niega o tiende a minimizar. 3.1 Primeros pasos En un primer momento, recogimos corpus «al vuelo» (Moirand, 2018) y comprobamos que la supuesta infrecuencia de las construcciones con se + complemento agente puede ser desmentida por cualquiera que encienda actualmente la radio o la televisión. Estos corpus permitieron desestimar algunas restricciones documentadas por la literatura, como que las pasivas con se rechazan las expresiones definidas quedesignan individuos (1) y las impersonales no pueden presentar complementos agentivos (2). (1) ¿Cuál es la diferencia que se debe hacer en lo que se presentó en su minuto por parte de la diputada Pamela Jiles […] de lo que están haciendo ustedes en esta oportunidad? (prensa, oral, Canal CNN, 22 de febrero de 2021, 18:02 h). (2) Se está buscando por parte de las policías a quienes huyeron del lugar (prensa, oral, Radio Cooperativa, 30 de diciembre de 2020, 13:04 h). 37 Esta primera aproximación no solo contribuyó a ampliar la búsqueda más allá de las construcciones tradicionalmente descritas como pasivas, sino también a considerar el rango argumental de los complementos. Para dar una idea, en los ejemplos (1) y (2), (i) tanto Pamela Jiles como las policías tienen una relación cercana con los predicados se presentó y se está buscando, respectivamente; (ii) en una construcción activa ocuparían la posición de sujeto, y (iii) no cabría añadir otros complementos del tipo por parte de Flor Motuda o por parte de los curiosos a los enunciados en cuestión. Así, tras comprobar que estas construcciones se dan cotidianamente en determinados contextos de la lengua oral, decidimos estudiar su presencia en la lengua escrita en dos corpus de referencia del español: el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) y el Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES), ambos de la RAE. 3.2 Objetivos El objetivo de esta investigación es definir el estatus formal y funcional de las construcciones con se + complemento agente introducido por la locución por parte de en los corpus CREA y CORPES. Para ello, se definieron los siguientes objetivos específicos: 1. Describir las construcciones pasivas con se + complemento agente. 2. Caracterizar el oblicuo de las construcciones con se + complemento agente. 38 3. Identificar el sentido de la locución por parte de en las construcciones con se. 4. Describir las construcciones impersonales con se + complemento agente. 3.2 La construcción del corpus Mientras que un corpus es un conjunto de textos que se emplea «para conocer el significado y características de palabras, expresiones y construcciones a partir de los usos reales registrados», los corpus de referencia están diseñados «para proporcionar información exhaustiva acerca de una lengua en un momento determinado de su historia», por lo que su extensión debe permitir representar todas las variedades relevantes de esa lengua (RAE, 2019b). El CREA es un corpus de referencia del español que cuenta con unos 160 millones de formas y está compuesto por «textos escritos y orales, producidos en todos los países de habla hispana desde 1975 hasta 2004» (RAE, 2019a). Los textos escritos (90 % del total) corresponden a libros (49 %), periódicos y revistas (49 %), y miscelánea (2 %), mientras que los textos orales (10 % del total) son transcripciones de documentos sonoros obtenidos principalmente de la radio y la televisión (RAE, 2019a). El 50 % del material proviene de España y el 50 %, de América (RAE, 2019a). El CORPES, en tanto, está «formado por textos escritos y orales procedentes de España, América, Filipinas y Guinea Ecuatorial con una distribución de 25 39 millones de formas por cada uno de los años correspondientes al siglo XXI» (RAE, 2019b). Hoy, este corpus cuenta con más de 333 millones de formas, de las cuales el 90 % corresponde a textos escritos y el 10 % a la lengua oral (RAE, 2019b). Los materiales escritos proceden de libros (40 %), publicaciones periódicas (40 %), internet (7,5 %) y miscelánea (2,5 %) (RAE, 2019b). La distribución geográfica es de 30 % para España y 70 % para América (RAE, 2019b). El porcentaje de las formas provenientes de otros lugares no se especifica. Los corpus CREA y CORPES permiten obtener concordancias de hasta siete formas que ocupan posiciones cercanas mediante el submenú proximidad (RAE, 2019b). Las formas consideradas para construir el corpus de esta investigación fueron se, por, parte y de, con distancias de 2, 3 y 4. Una vez obtenidas las concordancias, el criterio de selección fue que el oblicuo fuera un argumento verbal y no nominal. Por ejemplo, el siguiente caso no cumple con este requisito: (3) En fin, está claro que papá no se esperaba por parte de Jasmin [sic] esa especie de propina (CREA). Como se puede apreciar, el argumento externo de se esperaba es papá, por lo que se trata de un uso pronominal de se, tradicionalmente descrito como aspectual, mientras que por parte de Jasmín es un argumento de propina, que es un sustantivo. El ejemplo podría ser reformulado como sigue: (3’) En fin, está claro que papá no se esperaba esa especie de propina por parte de Jasmín. 40 Aunque este tipo de casos quedaron fuera del corpus, algunos ejemplos de difícil clasificación fueron conservados y forman parte del análisis. Otro criterio de selección establecía que el clítico debía tener un carácter paradigmático, pero fue descartado debido a la presencia de construcciones pronominales que formalizan un adjunto, cuya descripción contribuye a caracterizar el sentido de la locución preposicional por parte de. El corpus quedó así compuesto por 510 ejemplos. 3.4 Las categorías de análisis Los ejemplos del corpus fueron sistematizados utilizando las siguientes categorías de análisis: concordancia, verbo transitivo o intransitivo, valencia sintáctica, valencia semántica, papel temático del oblicuo y aspecto léxico del predicado. Mientras que la concordancia y el tipo de verbo son los recursos formales que tradicionalmente han servido para distinguir las pasivas de las impersonales (Mendikoetxea, 1999b), la valencia, entendida como la expresión de los argumentos en verbos y formaciones deverbales, fue considerada en sus dos dimensiones: semántica (estructura argumental) y sintáctica (estructura funcional) (Haspelmath y Sims, 2010, pp. 235-236). Esta última sirvió para establecer qué funciones sintácticas estaban presentes en los ejemplos y en qué orden aparecían. La valencia semántica, el papel temático y el aspecto léxico permitieron describir estas construcciones desde un punto de vista argumental. El predicado, categoría que no se aplica exclusivamente al verbo, designa relaciones o propiedades en las que «puede haber cero, uno o más 41 participantes», el conjunto de los cuales se denomina estructura argumental (Campos, 2016, p. 448). La estructura temática es su versión enriquecida, ya que da cuenta de la función semántica específica de cada argumento en la predicación (González Rivera, 2016, p. 816). En este sentido, consideramos que «la estructura argumental es una representación léxico-sintáctica que solo da cuenta de: (i) el número de argumentos que selecciona un predicado y (ii) la jerarquía que se puede establecer entre ellos», es decir, qué argumentos son externos y cuáles son internos (Mateu, 2016, p. 56). Las clasificaciones de Kroeger (2005) y Bosque y Gutiérrez-Rexach (2009) nos sirvieron para describir temáticamente el argumento externo que se realiza como oblicuo en las construcciones con se y evaluar si corresponde a la noción tradicional de agente. Con algunas diferencias, estas clasificaciones contemplan, entre otros, los papeles temáticos de agente, experimentante, recipiente, tema, fuente y locación. A estos agregamos el de causa, que solo está en Bosque y Gutiérrez-Rexach (2009) y el de paciente que aparece en Kroeger (2005). Por aspecto léxico se entendieron las propiedades relativas a la dinamicidad y la telicidad de los predicados, que dependen no solo de la raíz léxica de los verbos (Arche, 2016, p. 405), sino también del sintagma verbal en su conjunto e incluso del sujeto (Verkuyl, 1989, p. 40). La tradicional tipología de Vendler (1957) (actividades, realizaciones, logros y estados)fue utilizada para clasificar los predicados de las construcciones con se e identificar si imprimen restricciones a la expresión del agente. 42 4. ANÁLISIS Para configurar una perspectiva teórica que soporte la evidencia empírica de que el agente —en el sentido amplio del término— sí se expresa en las construcciones con se, a continuación describimos las pasivas con se + complemento agente (4.1), el argumento externo tal y como se presenta en el corpus (4.2), el significado de la locución preposicional que encabeza al oblicuo (4.3) y las construcciones impersonales con se + complemento agente (4.4). 4.1 Pasivas con se + complemento agente Aunque la posición no marcada del sujeto en las pasivas con se ha sido descrita como posverbal, la mayoría de los ejemplos del corpus presentan un orden sujeto-verbo-oblicuo (S-V-Obl), es decir, tienen sujetos antepuestos. Esta ubicación se ve favorecida por las oraciones de relativo en que aparece la construcción (4.1.1), a diferencia de la posposición, que a menudo se da con sujetos formados por subordinadas sustantivas (4.1.2). Asimismo, las pasivas con se suelen contener nominalizaciones acompañadas de proverbos (4.1.3) y darse con todo tipo de predicados ( 4.1.4). 4.1.1 Oraciones de relativo En español, las oraciones de relativo se forman con un nexo subordinante (fundamentalmente que) que representa a un argumento de la cláusula principal en la subordinada (RAE-ASALE, 2010, § 44.1.2b). La naturaleza anafórica de este nexo, que implica que el elemento al que representa debe 43 precederlo, favorece la posición preverbal del sujeto en las pasivas con se + complemento agente. En los siguientes ejemplos, se muestran algunos enunciados completos y, en cursiva, la construcción con se objeto de esta investigación. Salvo que se requiera más contexto, en los análisis posteriores solo citaremos estos fragmentos. Así, cuando se trate de una construcción pasiva, en los ejemplos mostraremos el sujeto [S], el verbo + el clítico [V] y el oblicuo o complemento agente [Obl]. A continuación, marcamos también el antecedente [An], cuyo contenido léxico reproduce el relativo (RAE-ASALE, 2010, § 44.1.2a): (4) Sin embargo, desde hace ya varios años las sanciones [An] que [S] se abonan [V] por parte de los infractores [Obl] en la sede de Circulación se efectúan por un procedimiento distinto, que consiste en el empleo de papel de ordenanza (6, CREA).17 (5) Un encuentro [An] que [S] se jugó [V] por parte de los All Stars [Obl] en busca del aplauso del público y por parte de la selección como un buen banco de pruebas para futuros y próximos compromisos más importantes (46, CREA). (6) La plusvalía, a su vez, tiene varios componentes: la parte [An] que [S] se consume [V] por parte de los capitalistas [Obl] (p'), la que se acumula en capital variable (pv), la que se acumula en capital constante (p) y la que se atesora en forma de dinero (pm) (52, CREA). (7) La misma modificación precisa que el Consejo de Presidentes de clubes deja de tener jurisdicción para conocer aspectos disciplinarios de este tipo y por lo tanto no podrá actuar como organismo que deje sin efecto una sanción [An] que [S] se aplique [V] por parte de la estructura disciplinaria de la ANFP [Obl] (103, CREA). (8) «Con plena confianza el Comando de la División garantiza a los habitantes de la jurisdicción un sistema de seguridad completo [An] que [S] se implementará [V] por parte de nuestras tropas [Obl] quedando sin valor los mecanismos de terrorismo escrito promovido por la guerrilla que buscan desestabilizar el sistema político del país, pero que con la decidida acción del Ejército, el orden y la tranquilidad 17 Al final de cada ejemplo indicamos el número que le fue asignado en el corpus de trabajo y el corpus de referencia al que pertenece. 44 serán garantes permanentes en las próximas elecciones» (114, CREA). (9) El monopolio [An] que [S] se generaría [V] por parte de Telefónica [Obl] primero se vería reflejado en el incremento de las tarifas. Actualmente, este servicio ya es muy caro. Esperamos que nuestras autoridades no permitan que los afectados seamos los usuarios (200, CORPES). (10) Que triunfara la posición representada por Nuestro Tiempo tiene mucho de coyuntural, si tomamos en cuenta la antigua amistad de Fidel y Alfredo Guevara, que determinó que el segundo pudiera formar parte del selecto Grupo de Tarará, ese en el cual, paralelo a las decisiones legales [An] que [S] se tomaban [V] por parte del gobierno de Manuel Urrutia [Obl], se diseñaron las leyes más radicales que pondría en práctica en lo adelante la Revolución, incluyendo la creación del ICAIC (325, CORPES). (11) «Se deduce añade a renglón seguido la ONIF que el importe de los gastos [An] que [S] se ocultaron [V] por parte del PPCV [PP valenciano] [Obl] en las elecciones autonómicas y locales de 2007 ascendió a la cifra de 2.565.891 euros» (367, CORPES). (12) «Por otra parte, los sectores son más difíciles de conectar con la realidad, un poco por la metodología [An] que [S] se utiliza [V] por parte de los docentes [Obl] que abusa de lo teórico y otro por la desconexión con la realidad y las situaciones concretas con que son presentados en los mismos programas» (370, CORPES). (13) Esta ya es la V edición de estos galardones [An] que [S] se otorgan [V] por parte de la Asociación [Obl], compuesta por parlamentarios y ex parlamentarios, de un amplío espectro político de nuestro país (414, CORPES). (14) La denuncia, que no es ni mucho menos la primera vez que [S] se efectúa [V] por parte de Citypeg [Obl] llega en un momento complicado puesto que las colas en la frontera, la intervención de tabaco procedente de la Roca, o la tensión con los pescadores no está ayudando, para nada, a mejorar las relaciones de buena vecindad entre los dos pueblos (416, CORPES). (15) De hecho, la crónica de Zum Felde era un intento firme de desacreditar las alarmas [An] que [S] se habían lanzado [V] por parte del Partido Nacional [Obl] (427, CORPES). (16) Un ofrecimiento realizado el pasado viernes [An], según adelantó ayer la Cadena Ser y confirmó EL PAÍS, que [S] se denegó [V] por parte de las autoridades marroquíes [Obl], que decidieron actuar por su cuenta (459, CORPES). (17) Para el Colectivo CIMTRA la transparencia es «todo ejercicio de gobierno -y de la clase política de cara a los ciudadanos, lo que implica 45 que las acciones, decisiones y recursos [An] que [S] se utilizan [V] por parte de los gobernantes [Obl] se encuentran documentados y accesibles a cualquier persona de manera permanente, sencilla y expedita, sin necesidad de ser requerida»; en abundancia de ideas, el Colectivo CIMTRA aborda el tema de la transparencia proactiva, es decir que los gobiernos municipales ofrezcan al ciudadano información útil (471, CORPES). (18) En otras ocasiones se utilizan criterios vinculados con la actividad sindical, como el número de convenios [An] que [S] se negocian [V] por parte del sindicato [Obl] o el número de huelgas que se convocan, pero, entonces, la propia actividad sindical podría estar mediatizada por la consecución de la calificación de mayor representatividad (481, CORPES). En estos ejemplos, las sanciones (4); un encuentro (5); la parte (6); una sanción (7); un sistema de seguridad completo (8); el monopolio (9); las decisiones legales (10); los gastos (11); la metodología (12); estos galardones (13); la denuncia (14); las alarmas (15); un ofrecimiento realizado el pasado viernes (16); las acciones, decisiones y recursos (17), y el número de convenios (18) son los antecedentes nominales del relativo que. Este elemento funciona como sujeto de la relativa, reproduciendo el contenido del sintagma que le sirve de antecedente. Por este motivo, en estos casos consideraremos como sujetos de
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