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Tesis Javiera Herrera

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Universidad de Concepción 
Dirección de Postgrado 
Facultad de Humanidades y Arte 
Programa de Magíster en Lingüística Aplicada 
 
 
 
 
 
 
Se firmó la paz por parte de los embajadores. 
Construcciones con se + complemento agente 
 
 
 
Tesis para optar al grado de magíster en Lingüística Aplicada 
JAVIERA FRANCISCA HERRERA ZALAQUETT 
Concepción-Chile 
2022 
 
 
 
 
 
 
Profesor guía: Daniel Pereira Pereira 
Departamento de Español 
Facultad de Humanidades y Arte
 
ii 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
©Javiera Herrera Zalaquett 
 
Se autoriza la publicación total o parcial, con fines académicos, por cualquier 
medio o procedimiento, incluyendo la cita bibliográfica del documento. 
 
iii 
 
TABLA DE CONTENIDO 
 
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 1 
2. MARCO TEÓRICO ........................................................................................ 4 
2.1 La clasificación de las construcciones con se......................................... 4 
2.2 La estructura argumental de las construcciones con se ....................... 10 
2.3 Algunas construcciones con se: pasivas e impersonales..................... 16 
2.4 Agentividad, agente, complemento agente ........................................... 21 
2.5 Pasivas e impersonales con se + complemento agente ...................... 28 
3. METODOLOGÍA .......................................................................................... 36 
3.1 Primeros pasos ...................................................................................... 36 
3.2 Objetivos ................................................................................................. 37 
3.2 La construcción del corpus .................................................................... 38 
3.4 Las categorías de análisis ..................................................................... 40 
4. ANÁLISIS ..................................................................................................... 42 
4.1 Pasivas con se + complemento agente................................................. 42 
4.1.1 Oraciones de relativo ....................................................................... 42 
4.1.2 Sujetos oracionales ......................................................................... 47 
4.1.3 Nominalizaciones y proverbos ........................................................ 51 
4.1.4 Tipos de predicado .......................................................................... 65 
4.2 El argumento externo: ¿falsos agentes? ............................................... 69 
4.2.1 Agentes ............................................................................................ 69 
4.2.2 Superagentes ................................................................................... 75 
4.3 ¿Qué significa por parte de? ................................................................. 79 
4.3.1 De/desde .......................................................................................... 79 
4.3.2 Por/con ............................................................................................. 84 
4.3.3 En/entre ............................................................................................ 89 
4.4 Las construcciones impersonales en el corpus .................................... 91 
4.4.1 El problema de la concordancia ...................................................... 91 
4.4.2 Objetos preposicionales .................................................................. 93 
4.4.3 Otros casos de construcciones impersonales ................................ 97 
4.4.4 Sintagmas definidos y específicos, y la pregunta por la 
impersonalidad .......................................................................................... 98 
 
iv 
 
5. CONCLUSIÓN ........................................................................................... 101 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.............................................................. 104 
ANEXO: Corpus ............................................................................................. 109 
 
 
 
 
v 
 
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS 
Tabla 1. Clausura argumental y de función sintáctica ................................. 12 
 
Figura 1. Regla de pasivización ..................................................................... 15 
Figura 2. Pasiva con se (proverbo + nominalización) vs. activa ................... 52 
Figura 3. Valencia semántica y sintáctica del ejemplo (51) .......................... 55 
Figura 4. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (58) .......................... 57 
Figura 5. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (69) .......................... 60 
Figura 6. Valencia sintáctica y semántica del ejemplo (74) .......................... 64 
Figura 7. Regla de impersonalización ......................................................... 100 
 
 
vi 
 
RESUMEN 
El objetivo de esta investigación es definir el estatus formal y funcional de las 
construcciones con se + complemento agente introducido por la locución por 
parte de en el español actual. Para ello se utilizó una metodología cualitativa 
de corte descriptivo-gramatical, que consistió en el análisis manual de 510 
ejemplos extraídos de los corpus CREA y CORPES. Las categorías utilizadas 
en el análisis se enmarcan en una perspectiva funcional que concibe la 
gramática en relación con el uso lingüístico. Los resultados muestran que, si 
bien las construcciones con se no paradigmáticas han sido tradicionalmente 
consideradas desde la semántica de la impersonalidad, a menudo presentan 
un agente expreso, cuya referencia puede ser incluso un individuo particular. 
 
 
vii 
 
ABSTRACT 
This research seeks to define the formal and functional status of se 
constructions + agent complement headed by the locution por parte de in 
current Spanish. For this purpose, a qualitative methodology of descriptive-
grammatical cut was used, which consisted of the manual analysis of 500 
examples extracted from the CREA and CORPES corpora. The categories 
used in the analysis are framed within a functional perspective that conceives 
grammar in relation to linguistic use. The results show that, although non 
paradigmatic se constructions have traditionally been considered from the 
semantics of impersonality, they often present an express agent, whose 
reference can even be a particular individual. 
 
 
1 
 
1. INTRODUCCIÓN 
Existen dos tipos de pasivas en español, la pasiva perifrástica (Las casas son 
vendidas) y la pasiva con se (Se venden casas). La diferencia entre una y otra 
suele simplificarse recurriendo a la expresión del agente: solo la primera 
puede presentar un complemento prepositivo encabezado con por (Las casas 
son vendidas por las inmobiliarias). Detrás de esta explicación está lo que 
Amaya Mendikoetxea ha denominado «semántica de la impersonalidad»: las 
construcciones con se pasivas, impersonales y medias presentan un agente 
indeterminado que, de acuerdo con la literatura, no puede tener expresión 
formal. 
El carácter intransitivizador del clítico se, definido como un reductor de la 
valencia o un clausurador argumental, ha sido enfatizado por la tradición 
gramatical. Por este motivo, las construcciones a las que da origen, como la 
pasiva con se, han sido concebidas como operaciones de cambio eventual. 
La pasiva perifrástica, en cambio, formada con el verbo ser + participio 
concertado, ha sido descrita como un cambio de función, es decir, un 
reordenamiento de las funciones semánticas y sintácticas que no altera la 
estructura argumental. En una pasiva perifrástica, el objeto de la versión activa 
pasa a ser sujeto, y el elemento que desempeñaba esa función ve modificado 
su estatus sintáctico, pero no pierde su rango argumental.Por lo mismo, a 
diferencia de lo que sucede en la construcción con se, puede expresarse 
opcionalmente en un oblicuo. 
 
 
2 
 
Sin embargo, en 1943, Samuel Gilli Gaya le otorgaba un lugar en la gramática 
a la pasiva con se + complemento agente. En su Curso superior de sintaxis 
española consignó el famoso ejemplo Se firmó la paz por los embajadores. 
De acuerdo con Antonio Fábregas, la idea de que las pasivas con se permiten 
la expresión del agente se remonta a este hecho, cuestión que puede ser 
discutida a partir de los estudios diacrónicos que documentan su uso a partir 
del siglo XVI. Aun así, la postura predominante es que estas construcciones 
no pueden formarse o que, cuando se forman, el pretendido complemento 
agente no es tal, sino un adjunto indirectamente relacionado con el evento. 
Hoy probablemente diríamos Se firmó la paz por parte de los embajadores, ya 
que la preposición por ha cedido terreno en favor de la locución por parte de. 
Esta locución ha sido descrita sobre todo en relación con las 
nominalizaciones, pero poco en el contexto de las construcciones pasivas 
(con se y perifrásticas) y menos aún en el de las impersonales. Dicho esto, la 
presente investigación busca definir el estatus formal y funcional de las 
construcciones con se + complemento agente encabezado por la locución por 
parte de en el español actual. Para ello, se utilizó una metodología cualitativa 
de corte descriptivo-gramatical, que consistió en el análisis manual de 510 
ejemplos extraídos de los corpus CREA y CORPES. El estudio se enmarca 
en una perspectiva funcional de análisis, que concibe la gramática en relación 
con el uso lingüístico, para aportar a la descripción de las construcciones que 
efectivamente utilizan los hablantes con el objeto de modular la agentividad. 
 
 
3 
 
El texto ha sido organizado en cinco secciones. En el marco teórico revisamos 
las principales concepciones de las construcciones con se, especialmente las 
no paradigmáticas, así como las nociones de agentividad, agente y 
complemento agente, y lo que ha dicho la literatura sobre los oblicuos 
agentivos en las pasivas y las impersonales. La sección de metodología 
contiene los objetivos, la forma en que se construyó el corpus y las categorías 
que se utilizaron para sistematizarlo. Los hallazgos se presentan en la sección 
de análisis, que aborda las pasivas con se + complemento agente, la 
caracterización del argumento externo, el significado de la locución por parte 
de y las construcciones impersonales + complemento agente. Finalmente, se 
ofrecen unas conclusiones.
 
 
4 
 
2. MARCO TEÓRICO 
2.1 La clasificación de las construcciones con se 
Muchos son los textos acerca de las construcciones con se que comienzan 
con una advertencia: se trata de uno de los temas más controvertidos de la 
gramática del español (Mendikoetxea, 1999b; Sánchez López, 2002; Arús, 
2006; RAE-ASALE, 2009b). Las polémicas van desde la forma y función del 
clítico (Mendikoetxea, 1999b; Sánchez López, 2002) hasta el estatus de las 
construcciones a las que da origen y la conveniencia de distinguirlas (Devís 
Márquez, 2017; Stamboni y Libutzki, 2012; Westphal, 1999). El papel que 
desempeña la diátesis también ha sido objeto de debate en relación con estas 
construcciones (Devís Márquez, 2017; Bogard, 2015) y, más recientemente, 
el foco ha estado puesto en distinguir cuándo se trata de un fenómeno léxico 
y cuándo gramatical (Fábregas, 2021). 
Al parecer, hay consenso en que el origen de los distintos usos de se, salvo 
por el que reemplaza al dativo le cuando aparece el clítico de acusativo (Se lo 
di), está en las formas pronominales reflexivas del latín que «se fueron 
deslexicalizando hasta fusionarse con verbos a los que confirieron un valor 
medio» (Arús, 2006, s/p). Esta gramaticalización habría dado origen a las 
construcciones pasivas y, posteriormente, a las impersonales, sin que los 
significados antiguos hayan sido reemplazados por los nuevos, «sino que 
todos se han mantenido, dando así lugar a los múltiples usos del clítico que 
existen hoy en día» (Monge en Arús, 2006, s/p). 
 
 
5 
 
Si bien estos usos han sido considerados distintos tipos de se, existen 
propuestas que intentan unificarlos sobre la base de las propiedades 
compartidas (Sánchez López, 2002, p. 137 y ss.). Así, para Mendikoetxea 
(1999b) «se es afijo verbal en todos los casos» (§ 26.1.3), mientras que, para 
Fábregas (2021), se trata del pronombre que «supone el menor número de 
contrastes morfológicos: solo persona, en el supuesto de que la tercera 
persona deba ser considerada una “persona”» (p. 16).1 En esta propuesta, el 
clítico se es un elemento defectivo, que entra en relación con dos tipos de 
objetos también defectivos: argumentos y núcleos verbales que no pueden 
introducir sintagmas determinantes (Fábregas, 2021, p. 1). 
Los estudios suelen distinguir entre un se paradigmático o pronominal y un se 
no paradigmático o no pronominal (Alarcos Llorach, 1968; Sánchez López, 
2002; Arús, 2006; RAE-ASALE, 2009b; Devís Márquez, 2017). La distinción, 
que también se organiza en torno a los términos reflexivo y no reflexivo 
(Maldonado, 1999; González Vergara, 2012), separa las construcciones en 
las que el clítico alterna con los pronombres átonos correspondientes a las 
otras personas gramaticales (me, te, nos, os), de aquellas en las que no hay 
variación, porque solo admiten la tercera persona (RAE-ASALE, 2009b, 
§ 41.10). Si bien esta clasificación permite situar, por un lado, los usos 
reflexivos (Se cuida poco) y recíprocos (Se adoran) junto con los propiamente 
pronominales (Él se cansa) y de dativo no argumental (Se lo terminó) (RAE-
 
1 Todas las citas textuales de Fábregas (2021) son traducción nuestra. 
 
 
6 
 
ASALE, 2010, § 41.5.1a),2 y, por otro, las construcciones pasivas (Se venden 
casas) e impersonales (Se vio a los periodistas) que aborda esta 
investigación, cabe señalar que no todos quienes reconocen este criterio 
trazan la línea divisoria en el mismo lugar. 
Sánchez López (2002), por ejemplo, incluye entre las no paradigmáticas no 
solo las pasivas y las impersonales, sino también las medias y las 
aspectuales, estas últimas construcciones que suelen ser consideradas 
pronominales. Mientras que las medias denotarían procesos internos al 
sujeto, que se producen sin que exista intervención de un agente externo (La 
ropa se secó rápidamente), las aspectuales supondrían un cambio en la 
interpretación aspectual de la oración (El jefe se ha ido ya vs. El jefe ha ido 
ya)3 (Sánchez López, 2002, pp. 16-17), que, según consignan otras 
investigaciones, pasa a tener una lectura necesariamente télica (Fábregas, 
2021, p. 3). Una propuesta similar es la de González Vergara (2012), que 
agrupa bajo la etiqueta de no reflexivas tanto las construcciones impersonales 
y pasivas como las de interés (aspectuales), medias y de se inherente (p. 127). 
Estas últimas, formadas con verbos que no pueden prescindir del clítico (Se 
arrepiente), son normalmente consideradas pronominales puras o 
intrínsecamente reflexivas (Fábregas, 2021, p. 9). 
De acuerdo con González Vergara (2012), en su uso no reflexivo «se es la 
manifestación morfológica de un fenómeno léxico que modifica la estructura 
 
2 Los ejemplos son de la RAE-ASALE (2010). 
3 Los ejemplos son de Sánchez López (2002). 
 
 
7 
 
lógica de la oración mediante la disminución de la importancia del argumento 
de macropapel Actor y el privilegio del argumento de macropapel Undergoer» 
(p. 127). Dependiendo del aspecto léxico del predicado, este fenómeno se 
manifestaría de dos maneras: (i) la inespecificación del argumento de mayor 
jerarquía (el actor) en todo tipo de predicado, y (ii) la «aparición necesaria» de 
un argumento referencial de menor jerarquía en actividades susceptibles de 
transformarse en realizaciones activas (González Vergara, 2012,pp. 127-
128). En este sentido, se ha sido considerado «una manifestación morfológica 
de las realizaciones» (Sanz y Laka, 2002, p. 318), porque solo puede aparecer 
en presencia de un argumento que delimite el evento cuando se trata de 
oraciones transitivas (*Juan se comió empanadas vs. Juan se comió doce 
empanadas). 
Más recientemente, Fábregas (2021) ha propuesto reemplazar la distinción 
entre se paradigmático y se no paradigmático por una que distinga las 
construcciones donde el clítico afecta las propiedades léxicas del predicado 
de aquellas en las que modifica la estructura clausal (p. 10). Entre las 
primeras, ubica las reflexivas, las recíprocas, las aspectuales y las de se 
inherente, mientras que, entre las segundas, sitúa las pasivas, las 
impersonales, las medias y las de se espurio (Fábregas, 2021, p. 10). Estas 
últimas serían no paradigmáticas «únicamente en el sentido de que este 
reemplazo [Les dimos el regalo a mis padres por Se lo dimos a mis padres] 
 
 
8 
 
sucede solo cuando el pronombre es de tercera persona» (Fábregas, 2021, p. 
4).4 
En la propuesta de Fábregas (2021), son más de diez las construcciones con 
se consideradas léxicas debido a que modifican la estructura argumental, el 
aspecto léxico o el significado de los predicados (p. 106). Entre ellas están, 
además de las ya mencionadas, las antipasivas (Cuidarse de algo), en las que 
se transforma el argumento interno en un complemento de régimen, 
normalmente con un cambio de significado, y las anticausativas (Pedro se 
enfadó), donde el clítico marca la versión no causativa de ciertos verbos que 
tienen también una versión causativa (Luis enfadó a Pedro) (Fábregas, 2021, 
pp. 3-7).5 Al igual que las medias en la definición de Sánchez López (2002), 
las construcciones anticausativas transmitirían la idea de que «el sujeto sufre 
un cambio de estado iniciado internamente, sin la intervención externa de un 
agente o causante» (Fábregas, 2021, p. 3). 
En efecto, de todas las etiquetas mencionadas, la que menos consenso 
produce es la de medias. Por una parte, la gramática ha ubicado en la voz 
media el rasgo que comparten todas las construcciones con se: «Eventos que 
carecen de un agente y que son observados desde la perspectiva de un objeto 
afectado» (Sánchez López, 2002, p. 143), lo que ha llevado a considerar que 
«el marcador se es, literalmente, un marcador de voz media» (Maldonado, 
1999, p. 126). Por otra parte, las construcciones medias no solo comparten 
 
4 El ejemplo es de Fábregas (2021). 
5 Los ejemplos son de Fábregas (2021). 
 
 
9 
 
rasgos con las anticausativas, sino también con las pasivas. Para 
Mendikoetxea (1999b), que las clasifica como un subtipo de las segundas, 
una oración como Las camisas de algodón se lavan fácilmente tiene la 
estructura sintáctica de una pasiva con se, pero difiere en el orden privilegiado 
de las palabras, ya que presenta un sujeto preverbal, que además no puede 
ser indeterminado (Las camisas de algodón) (§ 26.2.2.1).6 De acuerdo con 
Fábregas (2021), las construcciones medias son una variante de las 
anticausativas, pero, a diferencia de estas, forman parte de los usos 
gramaticales de se: mientras que las anticausativas suponen un cambio en la 
estructura argumental —el argumento interno se mueve a una posición 
externa (p. 162)—, en las medias el argumento externo es semánticamente 
recuperable (p. 188). Esto contrasta con la idea de que las construcciones 
medias excluyen el agente o experimentante, porque no son eventivas 
(Sánchez López, 2002, p. 62), sino que describen procesos como si fueran 
propiedades inherentes al sujeto gramatical (el objeto nocional), por lo que 
serían incompatibles con los tiempos puntuales (García Negroni, 2002, pp. 
286-287). 
Finalmente, entre las aproximaciones que no utilizan la distinción 
paradigmático vs. no paradigmático está la de Bogard (2015), que propone 
cuatro usos para el clítico se en español: uno con sentido reflexivo (Dave se 
rasuró) y recíproco (Dave y Linda se presentaron), uno aspectual (Paula se 
fue a Toluca), uno de afectación (Pepe se cree todo lo que le dicen),7 y uno 
 
6 El ejemplo es de Mendikoetxea (1999b). 
7 Los ejemplos son de Bogard (2015). 
 
 
10 
 
donde se funciona como clausurador argumental y de función sintáctica 
(pasivas, impersonales, anticausativas y antipasivas). En este último uso, que 
no distingue la modificación léxica de la gramatical, nos detendremos en el 
siguiente apartado. 
2.2 La estructura argumental de las construcciones con se 
La tradición gramatical ha señalado reiteradamente que «se es un elemento 
“intransitivizador”», lo que en una «reinterpretación moderna» equivale a decir 
que el clítico «se comporta como un operador que reduce la valencia del verbo 
con el que se combina» (Bosque y Gutiérrez-Rexach, 2009, p. 415). Al 
describir el clítico como un clausurador argumental, Bogard (2015) se inscribe 
sin duda en esta tradición. 
De acuerdo con el autor, se es «el principal marcador de voz de la lengua» (p. 
21), pues, de los siete tipos de estructuras diatéticas que podemos encontrar 
en nuestro idioma, cuatro se formalizan gracias a su presencia: (i) la activa 
impersonal (Solo se discrimina a los mexicanos pobres), (ii) la pasiva refleja 
(Se colocaron las piedras tras las ruedas), (iii) la anticausativa (Bastaba abrir 
las ventanas para que la casa se enfriara) y (iv) la antipasiva (Su padre se 
ocupaba del cargo de secretario) (Bogard, 2015, p. 25).8 Las otras tres 
estructuras diatéticas que distingue Bogard (2015) son la activa transitiva 
inversa, la pasiva perifrástica y la activa transitiva directa, que funciona como 
punto de referencia (p. 26). Esto quiere decir que todas las demás operaciones 
 
8 Los ejemplos son de Bogard (2015). 
 
 
11 
 
suponen una pérdida de transitividad9 respecto de esta última y que todas se 
consideran construcciones derivadas de ella. Para Maldonado (1999), en 
cambio, la voz media —que agrupa todas las construcciones con se— no debe 
ser considerada una voz derivada, sino básica, pues supone una alternativa 
distinta de conceptualización del evento y no una reorganización valencial del 
verbo tal y como aparece en la voz activa (pp. 14-15). 
Como se sabe, la diátesis es la estructura gramatical que permite expresar los 
argumentos de un verbo y las voces son sus manifestaciones morfológicas y 
sintácticas, que se expresan sobre todo a través de la flexión verbal (RAE-
ASALE, 2010, § 41.1.1a). Sin embargo, «si bien los contrastes de voz en 
español no se manifiestan mediante flexión verbal morfológica, sí lo hacen 
mediante cambios sintácticos en la estructura del verbo, los cuales muestran 
cambios en la naturaleza sintáctica, semántica y pragmática de los 
argumentos oracionales» (Bogard, 2015, pp. 26-27). 
En este sentido, existen operaciones que pueden modificar la valencia de un 
verbo, ya sea alterando el enlace entre los roles semánticos y las funciones 
sintácticas (cambio de función), ya sea variando su estructura argumental 
(cambio eventual) (Haspelmath y Sims, 2010, pp. 236-237). La pasiva 
perifrástica, por ejemplo, opera un cambio de función consistente en la 
democión del agente, que puede ser recuperado mediante un argumento 
 
9 Aunque el uso habitual restringe el término transitivo a las cláusulas que tienen 
complemento directo, también pueden considerarse transitivas todas las construcciones que 
presentan un complemento regido, sea directo, indirecto o preposicional (García-Miguel, 
1995, pp. 9-11). 
 
 
12 
 
oblicuo, como se observa en el ejemplo La carta fue escrita (por Naphiri), de 
Haspelmath y Sims (2010, p. 237). Lo mismo puede decirse de la antipasiva, 
que demociona al paciente prácticamente en el mismo sentido (Haspelmath y 
Sims, 2010, p. 240). Al contrario, la anticausativa cambia la estructura 
eventual del predicado removiendo al causante, que yano puede ser 
recuperado como oblicuo (Haspelmath y Sims, 2010, p. 238). Como se ve en 
la tabla 1, en este caso se habla de deleción. 
Tabla 1. Clausura argumental y de función sintáctica 
Construcción Fenómeno Operación Argumento Función Ejemplo 
Impersonal ¿democión 
o deleción? 
¿cambio de 
función o 
eventual? 
agente sujeto Solo se discrimina a 
los mexicanos pobres 
Pasiva ¿democión 
o deleción? 
¿cambio de 
función o 
eventual? 
agente objeto 
directo 
Se colocaron las 
piedras tras las ruedas 
Anticausativa deleción cambio 
eventual 
causa objeto 
directo 
Bastaba abrir las 
ventanas para que la 
casa se enfriara 
Antipasiva democión cambio de 
función 
paciente objeto 
directo 
Su padre se ocupaba 
del cargo de secretario 
Fuente: elaboración propia a partir de Bogard (2015) y Haspelmath y Sims (2010). 
De acuerdo con la tabla 1, mientras que las anticausativas remueven un 
argumento y suponen un cambio eventual, y las antipasivas solo lo 
democionan, generando un cambio de función, en las impersonales y las 
pasivas no está claro si hay democión o deleción, por lo que no se sabe de 
qué forma afectan la valencia. En la perspectiva que distingue los usos de se 
léxicos de los gramaticales (Fábregas, 2021), solo cabría hablar de cambios 
 
 
13 
 
en la estructura argumental en el caso de las operaciones que afectan al 
predicado, lo que dejaría fuera a las pasivas y las impersonales, definidas 
como operaciones que afectan a la cláusula. En la propuesta de Bogard 
(2015), en cambio, hay alteración de la estructura argumental en todos los 
casos considerados en la tabla 1, debido a que la clasificación no depende de 
si el clítico aparece dentro o fuera del complejo verbal (Fábregas, 2021, p. 10), 
sino de si funciona o no como clausurador argumental (Bogard, 2015, p. 36). 
Para Bogard (2015), mientras que en las anticausativas el paciente eleva su 
importancia por encima del causante hasta que este pierde su expresión 
formal, en las antipasivas habría una prominencia tan acusada del agente que 
el paciente pierde toda relevancia comunicativa y ya no puede manifestarse 
como argumento10 (Bogard, 2015, pp. 31-32). En ambos casos, el clítico 
«bloquea la posibilidad de que la oración tenga un objeto directo» (Bogard, 
2015, p. 31). Asimismo, mientras que en las impersonales es el evento o 
estado el que eleva su valor topical, en las pasivas es el paciente o tema, y 
en ambas se pierde la función semántica del agente, pero solo la primera 
carece de sujeto, ya que la función que falta en la pasiva es la de objeto directo 
(Bogard, 2015, pp. 27-28). 
Según el análisis tradicionalmente aceptado, las construcciones pasivas e 
impersonales eliminan el argumento externo del verbo,11 lo que implica «que 
 
10 A diferencia de Bogard (2015), que opone argumentos a oblicuos, Haspelmath y Sims 
(2010) oponen argumentos a adjuntos, que es la perspectiva que seguimos aquí. 
11 El argumento externo ha sido definido como el sujeto agente o experimentante de un verbo 
transitivo, y el argumento interno, como el objeto o tema (Mendikoetxea, 1999a, § 25.1.1.1). 
Sin embargo, con el objeto de utilizar estas nociones también en relación con los verbos 
 
 
14 
 
el agente o experimentante [...] solo pueda hacerse explícito en forma de un 
adjunto» (Sánchez-López, 2002, p. 58). Alarcos Llorach (2000) refrenda esta 
aproximación cuando señala que «el parentesco de la construcción de pasiva 
refleja y la impersonal radica en la eliminación que ambas hacen del actor, lo 
cual explica su uso paralelo» (p. 211, énfasis nuestro). La idea de que estas 
construcciones rechazan los oblicuos agentivos refuerza la impresión de que 
tanto las pasivas como las impersonales no son solo operaciones de cambio 
de función. La RAE-ASALE (2009b) se expresa en un sentido ligeramente 
diferente cuando señala que «el punto fundamental de coincidencia [entre 
pasivas e impersonales] radica en que en ambas estructuras [un argumento] 
se oculta, o queda velado» (§ 41.10d, énfasis nuestro), cuestión que podría 
indicar que sigue conceptualmente presente y puede recuperarse. Sin 
embargo, solo la pasiva perifrástica es definida explícitamente como «una 
distribución diferente de las funciones semánticas y sintácticas» (RAE-
ASALE, 2010, § 41.1.2a), es decir, como un cambio de función, a diferencia 
de lo que sucede con las pasivas y las impersonales, que al parecer son 
concebidas desde la perspectiva del cambio eventual. 
En cuanto clasifica estas construcciones como usos de se que no alteran la 
estructura argumental del predicado, la propuesta de Fábregas (2021) 
pareciera ir en una dirección distinta. Sin embargo, al definir la función 
gramatical de se como «la supresión de la expresión manifiesta de uno de los 
 
intransitivos, consideramos como argumento externo al que aparece fuera del sintagma verbal 
y como argumentos internos a los que ocupan una posición interna a él (Mateu, 2016, p. 51). 
 
 
15 
 
argumentos del verbo (el argumento externo)» (Fábregas, 2021, p. 185, 
énfasis nuestro), su aproximación parece ser una variante actualizada de la 
«semántica de la impersonalidad» (Mendikoetxea, 2002). 
Para Mendikoetxea (1999b), las construcciones pasivas, impersonales y 
medias forman el «paradigma de la expresión de la impersonalidad» (§ 26.4), 
que define las construcciones con se a partir de la indeterminación del agente. 
La palabra expresión indica que la impersonalidad se considera un significado, 
mientras que la pasividad es un tipo de construcción, consistente en una 
alteración en la valencia que no supone un cambio en la estructura 
argumental, sino una democión del argumento más agentivo, de tal modo que 
su estatus sintáctico se ve modificado (Haspelmath y Sims, 2010, p. 237; 
Creissels, 2017, p. 63; Witzlack-Makarevich, 2010, p. 202). Si recordamos que 
modificar no necesariamente implica suprimir, la regla de pasivización podría 
ser formulada en los siguientes términos para las dos construcciones pasivas 
del español: 
Figura 1. Regla de pasivización 
 
Según la figura 1, la pasiva perifrástica y la pasiva con se no supondrían 
operaciones distintas desde el punto de vista de la valencia, un enfoque que 
podría servir para configurar una semántica de la pasividad que les otorgue a 
 
 
16 
 
las construcciones con se + complemento agente el lugar en la gramática que 
la semántica de la impersonalidad no permite asignar. 
2.3 Algunas construcciones con se: pasivas e impersonales 
A menudo denominadas reflejas, las pasivas y las impersonales con se han 
sido ampliamente discutidas en las gramáticas del español (Bello, 1995; RAE, 
1973; Gili Gaya, 1980; Alacos Llorach, 2000; Mendikoetxea, 1999b; RAE-
ASALE, 2009b). Formalmente, la pasiva con se ha sido descrita como una 
construcción donde un verbo transitivo en tercera persona aparece 
acompañado de un sintagma nominal concordado (Se venden casas) o una 
subordinada sustantiva en función de sujeto (Se dijo que pueden 
matricularse), mientras que la impersonal ha sido caracterizada como una 
construcción con un verbo en tercera persona singular, que puede ser 
inergativo (Se trabajó poco esta semana), inacusativo (Se llega más rápido 
por aquí), copulativo (Se es más libre cuando no se tiene nada) o transitivo 
con objeto preposicional (Se atendió bien a los clientes). La variante con 
sintagma nominal no concordado (Se vende casas) ha sido considerada tanto 
pasiva (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.2.2) como impersonal (Sánchez López, 
2002, p. 42). 
Las investigaciones suelen recurrir a los estudios diacrónicos a la hora de 
abordar las impersonales transitivas: la imposibilidad de discernir si una 
oración como Se trataron bien los clientes es pasiva, recíproca o reflexiva 
habría llevado, a partir del siglo XV, a marcar el sujeto de persona con la 
preposición a, transformándolo en objeto y fijando el verbo en singular (Gili17 
 
Gaya, 1980, pp. 77-78; Cuervo en Bello, 1995, nota 106; RAE, 1973, § 3.5.6; 
Mendikoetxea,1999b, § 26.4; Sánchez López, 2002, p. 134). El resultado (Se 
trató bien a los clientes) refuerza la idea de que «las oraciones impersonales 
surgen en español para deshacer la ambigüedad que se produce cuando el 
sujeto de la oración pasiva es de persona» (Mendikoetxea,1999b, § 26.4) y 
sirve al argumento de que se trata en realidad del mismo tipo de construcción. 
Las transitivas con sintagma nominal no concordado, del tipo Se vende casas, 
se deberían al mismo procedimiento pero con argumentos internos 
inanimados: «Generalizada la construcción impersonal con el verbo en 
singular para complementos de persona, la misma fórmula […] se aplica a los 
complementos de cosa» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.2.2). Sin embargo, 
según Mendikoetxea (1999b), el término impersonal debe reservarse para 
aquellas construcciones que tienen objetos preposicionales: «Todos los 
verbos preposicionales —los que tienen como complemento un sintagma 
preposicional (hablar (de), soñar (con), creer (en), etc.)— forman oraciones 
impersonales con se» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.4.1.1), y no solo los que 
marcan el objeto con a. Sintácticamente, entonces, «la diferencia entre las 
pasivas reflejas y las impersonales depende del papel que desempeña el 
adyacente que acompaña al verbo» (Alarcos Llorach, 2000, p. 212), es decir, 
si es sujeto u objeto de la oración: 
Estas construcciones se diferencian en que, con verbos transitivos, el 
objeto nocional del verbo es el sujeto gramatical en las pasivas con se 
[…], mientras que en las impersonales con se el objeto nocional es 
también el objeto gramatical […], y no hay un sintagma nominal sujeto 
con el que pueda concordar el verbo (Mendikoetxea, 1999b, § 26.1.1.2). 
 
 
18 
 
 
Sin embargo, aunque se supone que «la presencia del sintagma preposicional 
en la construcción impersonal es incompatible con la concordancia» 
(Mendikoetxea, 1999b, § 26.4.1.1), el ejemplo Se azotaron a los delincuentes, 
consignado por Bello para mostrar que «en algunos países de América se 
adulteran estas construcciones del modo más absurdo» (1995, § 793, nota*), 
es casi tan famoso como el que inspiró el título de esta investigación. Mientras 
que Se firmó la paz por los embajadores (Gili Gaya, 1980 [1943]) ha sido 
mencionado al menos por la RAE (1973, § 3.5.3); DeMello (1978, p. 323); 
Mendikoetxea (1999b, § 26.3); Sánchez López (2002, p. 59); Bogard (2006, 
p. 764); De Miguel (1999, § 46.4.2.3); Devís Márquez (2017, p. 229), y 
Fábregas (2021, p. 146), Se azotaron a los delincuentes ha sido reproducido 
en Mendikoetxea (1999b, § 26.4.1.1) y Westphal (1999, p. 162), y cuenta con 
un artículo titulado en su honor (Mackenzie, 2013). 
Tomando como punto de partida la construcción activa, entonces, en la pasiva 
con se el objeto pasa a ser sujeto y, en la impersonal, sigue siendo objeto, por 
lo que no hay, en teoría, concordancia verbal. El sujeto de las pasivas estaría 
sometido a dos restricciones: «Su posición no marcada es la postverbal, única 
posible, además, si se trata de un SN [sintagma nominal] sin determinante» y 
«no puede ser un SN definido y animado» (Sánchez López, 2002, p. 53). Se 
ve agua sería un ejemplo de pasiva con se según estas características, 
mientras que Se ve al periodista presentaría un sintagma nominal definido y 
animado que forzaría la construcción impersonal. 
 
 
19 
 
Las diferencias formales hasta aquí comentadas «no entrañan diferencias 
semánticas», según Mendikoetxea (1999b), pues tanto las pasivas como las 
impersonales pueden ser interpretadas desde una perspectiva activa, es 
decir, ‘alguien indeterminado opera sobre algo o alguien’, o desde una 
perspectiva pasiva, o sea, ‘algo o alguien sufre la acción de algo o alguien 
indeterminado’ (§ 26.1.1.2). Lo que destaca en esta descripción es la 
denominada indeterminación del agente (Frajzyngier, 1982, p. 277; 
Mendikoetxea, 1999b, § 26.1.2; RAE-ASALE, 2009b, § 41.10g, Sánchez 
López, 2002, pp. 27 y ss.), que, según la literatura, puede ser genérica (‘todo 
el mundo’, ‘cualquiera’) o existencial (‘alguien’) (Sánchez López, 2002, p. 27). 
De acuerdo con la RAE-ASALE (2009b), en este último caso, «el agente suele 
estar presente en la mente del que habla» (§ 41.10ñ). Asimismo, la bibliografía 
ha notado que en las impersonales el argumento externo solo puede tener 
una interpretación humana (Sánchez López, 2002, p. 23), lo que podría 
explicar que estas construcciones rechacen «los verbos sin un referente 
humano posible», como muestran los ejemplos *Se ocurre o *Se transcurre 
(Fábregas, 2021, p. 117). 
La indeterminación del agente también es central en las propuestas que 
postulan una equivalencia no solo semántica, sino también sintáctica entre 
pasivas e impersonales. Stamboni y Libutzki (2012), por ejemplo, sostienen 
que «las pasivas con SE son un subtipo de las impersonales con SE, ya que 
ambas proyectan […] un sujeto indefinido y genérico, invariablemente 
materializado por un pronombre nulo (pro), cuyos rasgos de persona y número 
 
 
20 
 
concuerdan con la flexión verbal» (p. 1). Esta es la razón de que, a juicio de 
los autores, las pasivas con se presenten una concordancia ad sensum: es el 
pronombre nulo o sujeto pro12 el constituyente oracional que debería 
concordar con el verbo (Stamboni y Libutzki, 2012, p. 5). 
En la misma línea, Devís Márquez (2017) propone evitar los valores diatéticos 
y unificar las estructuras pasivas e impersonales en un solo tipo (p. 207). 
Según el autor, ambas «coinciden en presentar un se cuya función es dotar 
de un grado tal de indefinitud e inespecificidad a un constituyente oracional de 
persona determinado por el verbo que su expresión se hace imposible» (Devís 
Márquez, 2017, p. 231). Así lo hace Frajzyngier (1982), que las clasifica bajo 
la única etiqueta de pasivas impersonales y advierte que «no están 
funcionalmente conectadas con los otros tipos de pasiva en español» (p. 
278).13 Finalmente, la propuesta de González Vergara (2012) también otorga 
a la indeterminación del agente, que denomina argumento de mayor jerarquía, 
un papel fundamental no solo en las pasivas y las impersonales, sino en todos 
los usos no reflexivos de se. 
Solo una de las propuestas revisadas discute la interpretación indeterminada 
o inespecífica del agente. Ramírez Gelbes (2016) señala que, al menos en 
textos académico-científicos, «el propio discurso orienta a interpretar los 
agentes omitidos […] de una manera definida» (p. 18) La autora pone a 
prueba esta hipótesis aplicando una encuesta para decidir si determinados 
 
12 Sujeto pronominal no explícito, tácito o nulo (véase Bosque y Gutiérrez-Rexach, 2009, p. 
344 y ss.). 
13 Todas las citas textuales de Frajzyngier (1982) son traducción nuestra. 
 
 
21 
 
agentes corresponden al locutor, a alguien distinto del locutor o tienen un 
referente universal (Ramírez Gelbes, 2016, p. 19). Apoyándose en la teoría 
polifónica de la enunciación, concluye que los sintagmas desagentivados son 
«el recurso discursivo, específico de este tipo de retórica, que permite poner 
en juego los distintos puntos de vista que interactúan en el texto cuando esos 
puntos de vista no adoptan el papel evidenciador de los sujetos sintácticos» 
(Ramírez Gelbes, 2016, p. 26). 
Así, agente, participante activo, actor, sujeto nocional, sujeto implícito, sujeto 
pro, argumento de mayor jerarquía y constituyente oracional de persona 
determinado por el verbo son algunas de las denominaciones que recibe un 
elemento cuya formalización, postulamos, desafía no solo la definición de 
estas construcciones, sino también algunas de las razones que se esgrimen 
a favor y en contra de diferenciarlas. En este trabajo optamos por el término 
más común agente, que utilizamos en un sentido amplio no relacionado con 
el papel temático específicodel argumento, sino con el grado de dependencia 
que mantiene respecto al predicado verbal. 
2.4 Agentividad, agente, complemento agente 
La agentividad es una propiedad semántica tradicionalmente asociada a 
ciertos tipos de predicado: los eventos (Moreno Burgos, 2017, p. 198) y, entre 
estos, las actividades y las realizaciones (Arche, 2016, p. 411). Sin embargo, 
más recientemente también se ha postulado que la agentividad solo se puede 
aplicar a los eventos télicos (realizaciones y logros) y, por vía modal, a los 
estados (Moreno Burgos, 2017, p. 199). En el caso de los eventos, el 
 
 
22 
 
significado intencional que implica la agentividad podría ser cancelado gracias 
a la presencia del clítico se, descrito en Moreno Burgos (2017) «como un 
mecanismo para despojar a los verbos télicos de su lectura de agentividad» 
(p. 210). 
Según Moreno Burgos (2017), el agente «remite a una entidad del mundo 
extralingüístico que es identificada con una persona» e «implica la correlación 
con un segundo elemento sobre el que actúa o en el que se posiciona» (p. 
198). De acuerdo con esta propuesta, cuando la acción conduce «de manera 
indirecta a un resultado», se debe otorgar al «sujeto» el papel semántico de 
causa y no el de agente (Moreno Burgos, 2017, p. 199). Para Cuartero Otal 
(2000), en cambio, «la agentividad no se asocia necesariamente a la 
transitividad del esquema oracional» (p. 70), aunque coincide en que es 
necesario distinguirla de la causatividad para identificar «expresiones cuyo 
sujeto sea una entidad animada y dotada de voluntad» (Cuartero Otal, 2000, 
p. 73). 
Al menos dos consecuencias se desprenden de estas consideraciones. Por 
un lado, que el agente se realiza preferentemente en el sujeto y, por otro, que 
la entidad a la que se refiere debe ser humana y participar en la situación 
descrita actualizando su voluntad. En cuanto a lo primero, las construcciones 
con se que analiza este estudio o no tienen sujeto (impersonales) o están 
formadas por un sujeto paciente (pasivas), lo que, como veremos, no quiere 
decir que sean necesariamente desagentivadas. Respecto a lo segundo, 
Pereira (2020) ha discutido la noción de agentividad no intencional en una 
 
 
23 
 
perífrasis (pasar a + INF) que cambia las propiedades léxicas de los 
predicados —transformando actividades y realizaciones activas en logros— y 
hace que el agente sea interpretado como causa (pp. 69 y 80). 
En cuanto al rendimiento descriptivo de los papeles temáticos, Hengeveld y 
Mackenzie (2008) señalan que las lenguas difieren en la extensión que admite 
el macrorrol actor para agrupar papeles no prototípicos con el mismo 
comportamiento gramatical y ponen como ejemplo el inglés, que asigna la 
función actor tanto a agentes volitivos como a fuerzas no volitivas (p. 195). En 
este sentido, la gramática discursivo-funcional asume que «las funciones 
semánticas específicas no son universalmente válidas» y distingue tres 
macrorroles que sí lo serían: actor, undergoer y locative (Keizer, 2015, p. 132-
133).14 Sin embargo, mientras que en esta teoría los actores solo tienen 
cabida en los estados de cosas dinámicos (Hengeveld y Mackenzie, 2008, p. 
196), en otras aproximaciones el argumento x (the doer) puede adoptar los 
papeles temáticos de experimentante y recipiente (poseedor) en estados y 
eventos de dos o más argumentos, y de paciente en predicados 
monoargumentales (Pavey, 2010, pp. 110-116). Esto permite desvincular el 
argumento agentivo no solo de la noción más tradicional de acción, sino 
también de la exigencia de participar voluntariamente en lo que se describe. 
 
14 Traducción nuestra. 
 
 
24 
 
Para Funes (2016), por ejemplo, el término agente supone una «escala de 
agentividad» que va «desde el más prototípico hasta el más marginal» (pp. 
46-47), una idea que también sostiene Delbecque (2003): 
El concepto de agentividad es complejo y gradual: incluye nociones 
como fuente, punto de partida, causa, acción, conciencia, intención, 
control, fuerza, efectividad, y otras similares. Abarca, pues, un conjunto 
de dimensiones de las que el tradicional concepto de agente, entendido 
como el ser animado realizador de la acción o productor del proceso, no 
puede dar cuenta sino muy parcialmente (pp. 391-392). 
 
En la misma línea, Mendikoetxea (1999b) advierte que «el sujeto nocional de 
una oración pasiva (con se o perifrástica) puede estar asociado con una 
variedad de papeles semánticos», cuestión que pasan por alto expresiones 
como agente implícito o sintagma agentivo (§ 26.3.3). Sin embargo, el término 
sujeto nocional no mejora mucho las cosas, dado que combina una noción 
sintáctica y una lógica para describir un elemento que es semántico. Además, 
debido a que el argumento en cuestión no coincide en estas construcciones 
con el sujeto gramatical, pensamos que es mejor utilizar expresiones como 
actor (con el significado de doer) y oblicuo agentivo, o incluso mantener las 
más tradicionales de agente y complemento agente en el sentido amplio 
descrito más arriba. 
De hecho, el nombre complemento agente sirve para dar cuenta de que el 
agente no se realiza en el sujeto, sino en otros complementos verbales y no 
verbales. Según Herrero Ruiz de Loizaga (1992), «tradicionalmente, las 
gramáticas se han ocupado del llamado complemento agente en íntima 
conexión con el problema de la voz pasiva», a tal punto que lo han 
 
 
25 
 
considerado «un complemento característico —aunque no obligatorio— de 
[esta] voz» (p. 339). Formalmente, el complemento agente se construye con 
«una preposición más un sustantivo o elemento sustantivado como término, 
cuyo valor es el de señalar el agente de una acción o proceso», y «puede ser 
modificador tanto de un verbo que sea núcleo oracional, como de un participio, 
de un infinitivo, o de un sustantivo» (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 340). 
La preposición más representativa es sin duda por, al punto de que «a menudo 
se ha llamado complemento agente al sintagma-por» (De Miguel en Funes, 
2016, p. 42). La preposición de, que habría sido predominante en la lengua 
antigua (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 351), también ha sido descrita en 
relación con este complemento, como se advierte en la RAE-ASALE (2010), 
que además considera un contexto más amplio que la voz pasiva: 
Los complementos agentes construidos con por no son exclusivos de las 
oraciones pasivas perifrásticas, sino que aparecen también en las 
construcciones de participio (una ciudad rodeada por montañas), en las 
pasivas reflejas (Se dictará sentencia por el tribunal: § 41.6), con los 
adjetivos derivados en -ble (gastos asumibles por la empresa: § 7.4.3) y 
con algunos sustantivos deverbales (la supresión de las libertades por el 
dictador). Las propiedades léxicas de los participios inciden en la 
alternancia entre las preposiciones por y de en algunos complementos 
agentes: conocido de todos ~ conocido por todos; rodeada de montañas 
~ rodeada por montañas (§ 41.2.3b). 
 
En su estudio acerca de la alternancia de las preposiciones de y por para 
introducir el complemento agente, Funes (2016) concluye que, aunque mucho 
menos frecuente, de se especializa en contextos estáticos, mientras que por 
lo hace en contextos dinámicos. Delbecque (2003), en tanto, propone 
«considerar la variación preposicional como un recurso para modular la 
 
 
26 
 
agentividad», donde por, de, en, con, pero también entre y desde, forman un 
espectro en que por representa el grado máximo de agentividad y en el grado 
mínimo (pp. 373 y 413). 
En cuanto al complemento agente introducido con por parte de, las referencias 
son mucho más escasas. Según el Diccionario de la Lengua Española (DLE, 
parte), esta locución preposicional se usa para indicar ‘procedencia u origen’. 
En el capítulo de la Nueva gramática de la lengua española dedicado al 
sustantivo y el grupo nominal, se dice que las nominalizacionesde acción y 
efecto pueden tener «complementos agentivos encabezados por la 
preposición por y las locuciones formadas con el sustantivo parte (por parte 
de…, por su parte)» (RAE-ASALE, 2009a, § 12.11j) y que los sintagmas que 
introduce la locución por parte de son menos restrictivos que los encabezados 
con por, «ya que pueden indicar la procedencia o el origen de algo, en lugar 
de introducir estrictamente un complemento agente» (§ 12.11k). 
En cuanto a las construcciones con se, la Nueva gramática señala que «en el 
lenguaje jurídico y en otros registros de carácter oficial son también frecuentes 
las pasivas reflejas en las que la expresión “por parte de + grupo nominal” 
hace las veces de complemento agente» (RAE-ASALE, 2009b, § 41.11k), y 
Herrero Ruiz de Loizaga (1992) indica que «además del uso de la preposición 
por, es muy frecuente también en la pasiva refleja el uso de la locución por 
parte de» (p. 355). El resto de las menciones tiene un carácter marginal en la 
literatura revisada. En una nota al pie, Devís Márquez (2017) señala que «se 
habla incluso de que este SP [sintagma preposicional] puede estar introducido 
 
 
27 
 
no por por, sino por la locución por parte de», aun cuando «resulta evidente 
que estas expresiones pueden aparecer igualmente en estructuras 
oracionales no pasivas y no agentivas» (p. 228, nota 37). Y Ramírez Gelbes 
(2016) hace una concesión cuando indica que «no es infrecuente en ella [la 
pasiva con se], con todo, la ocurrencia del complemento agente nucleado por 
la frase por parte de + grupo nominal, particularmente en el discurso judicial o 
burocrático» (p. 18, nota 5). Esto, tras señalar que «mientras la pasiva 
perifrástica admite con comodidad la presencia del complemento agente, la 
pasiva refleja tiende fuertemente a rechazarlo» (Ramírez Gelbes, 2016, p. 18), 
que es, como veremos, la opinión general. 
Finalmente, en la línea de Devís Márquez (2017), Fábregas (2021) invoca la 
presencia de la locución para desestimar que las pasivas con se puedan 
expresar verdaderos agentes. Según el autor, el famoso ejemplo Se firmó la 
paz por los embajadores no resulta aceptable para la mayoría de los hablantes 
contemporáneos debido, entre otras razones, a que hoy es «más natural» 
usar por parte de que por (Fábregas, 2021, pp. 146-147). De esto, tendríamos 
que colegir que la locución no puede cumplir la misma función que la 
preposición a la que reemplaza. Sin embargo, más que demostrar que los 
complementos que introduce por parte de pueden contener verdaderos 
agentes, quizás conviene investigar si son capaces de albergar al argumento 
que se ubica fuera del sintagma verbal. En este sentido, entendemos como 
complemento agente la función sintáctica que contiene el argumento externo 
cuando este no se realiza en el sujeto. 
 
 
28 
 
2.5 Pasivas e impersonales con se + complemento agente 
No hay acuerdo entre los gramáticos acerca de si es posible expresar el 
agente en las pasivas con se. Según Bogard (2015), entre los «pocos que 
hacen algún tipo de mención al respecto», se puede mencionar a Alarcos 
Llorach (2000), por un lado, y Llorente (1976), por otro (pp. 29-30). La posición 
de este último, que explícitamente acepta la «frase agentiva», es compartida 
por Martín Zorraquino (1979), Fernández Ramírez (1986), y De Kock y Gómez 
Molina (1990), todos quienes destacan, no obstante, su escasa frecuencia 
(Bogard, 2015, p. 30). 
Curiosamente, la postura menos restrictiva respecto al complemento agente 
está representada por la gramática académica. Ya en el Esbozo de una nueva 
gramática para la lengua española (RAE, 1973), aparece el célebre ejemplo 
de Gilli Gaya (1980 [1943]) para graficar una de las dos posibilidades que 
ofrece la pasiva española. Según la RAE (1973), «La paz fue firmada por los 
embajadores equivale a Se firmó la paz por los embajadores» y «si 
desaparece el interés por el agente, diremos Se firmó la paz» (§ 3.5.3). En 
este último caso, nos hallaríamos «en los límites que separan las oraciones 
de pasiva refleja de las impersonales» (RAE, 1973, § 3.5.3), debido a que la 
impersonalidad se refiere a la falta de expresión del sujeto y la imposibilidad 
de sobreentenderlo (§ 3.5.6). 
Pero esta perspectiva no es en absoluto mayoritaria. En sus trabajos sobre el 
tema, DeMello (1978, 1997) concluye que la pasiva refleja con agente expreso 
es una construcción aceptada por los gramáticos, pero limitada en su uso, y 
 
 
29 
 
que solo admite sintagmas plurales y de referencia no específica. Más 
recientemente, García Negroni (2002) ha señalado que ni las construcciones 
pasivas ni las medias admiten en el español moderno el complemento agente 
(p. 279); González Vergara (2012), que la tendencia de las oraciones con se 
es a no presentarlo (p. 150); Vivanco Gefaell (2015), que las pasivas con se 
rechazan el complemento agente (p. 134), y Funes (2016), que raramente lo 
aceptan (p. 55). 
Entre las investigaciones que argumentan que las pasivas con se rechazan la 
expresión del agente, las generativistas suelen recurrir al concepto de pro. 
Stamboni y Libutzki (2012), por ejemplo, señalan: «El hecho de que pro sea 
un AGENTE indefinido y genérico hace que ni las P-se [pasivas con se] ni las 
I-se [impersonales con se] licencien la materialización del agente» (p. 5). En 
la misma línea, Frajzyngier (1982) considera que las pasivas impersonales 
«no admiten frases agentivas, porque ya hay un agente implicado en la forma 
gramatical de la oración» (p. 277). Desde otra perspectiva, Devís Márquez 
(2017) concluye que las construcciones con se + complemento agente 
constituyen «un intento fallido de sustitución de las estructuras con “ser + 
participio”» y propone dejarlas de lado para caracterizar funcionalmente las 
pasivas y las impersonales con se (p. 231). 
Sánchez López (2002) tiene una postura menos tajante, pero también reacia 
a aceptar la gramaticalidad de los oblicuos agentivos. Aunque reconoce que 
son frecuentes en textos jurídico-administrativos, como ha mostrado Ricós 
Vidal (1998), considera que la interpretación inespecífica del argumento 
 
 
30 
 
omitido «se manifiesta en el caso de las pasivas en el rechazo del 
complemento agente con por», el que «raramente se hace explícito» y, 
cuando aparece 
lo hace con unas características precisas que reiteran todos los 
analistas. Se trata en la mayoría de los casos de un plural, muchas 
veces sin determinar […], generalmente de nombres colectivos o 
de referencia generalizada […], un 'agente esquematizado', 
fácilmente predecible por el evento (firmar la paz .. por los 
embajadores; dictar la sentencia ... por el tribunal). Es inusual y casi 
agramatical, en cambio, la presencia de agentes específicos 
(Sánchez López, 2002, p. 60, énfasis nuestro). 
 
En este sentido, el carácter genérico de los complementos preposicionales les 
impediría contener verdaderos agentes. De acuerdo con la autora, que se 
refieran «a entidades abstractas, inespecíficas, o [que] tienen interpretación 
de tipo» avala la hipótesis de que «el complemento con por es en realidad un 
medio, instrumento o causa que de forma secundaria contribuye al 
cumplimiento de la acción» (Sánchez López, 2002, p. 61). Esta opinión se 
inscribe en la perspectiva según la cual la pasiva con se está en una suerte 
de distribución complementaria respecto a la de participio, supuestamente 
especializada en acciones puntuales y agentes delimitados (Mendikoetxea, 
1999b, § 26.3.4). De ahí que Fábregas (2021) señale que las frases 
prepositivas de las pasivas con se no pueden ser tratadas «como 
complementos agentes en el mismo sentido en que lo son los de las pasivas 
perifrásticas», sino que es mejor considerarlas «adjuntos que especifican 
semánticamente una propiedad que ya ha sido satisfecha en la estructura 
verbal» (p. 147). 
 
 
31 
 
Sin embargo, la distinción entre argumento y adjuntoque propone Kroeger 
(2005) permite reenfocar esta discusión. De acuerdo con el autor, (i) mientras 
que los argumentos tienen una relación semántica cercana con el predicado, 
de manera que pueden ser obligatorios, los adjuntos siempre pueden ser 
omitidos; (ii) solo los argumentos son elegibles para ocupar las funciones de 
sujeto u objeto, y (iii) cada predicado puede tener únicamente un argumento 
de cada tipo, a diferencia de los adjuntos que pueden multiplicarse libremente 
(Kroeger, 2005, pp. 57-60). Una explicación similar se encuentra en Mateu 
(2016), que define los argumentos como los elementos que son seleccionados 
semánticamente por el predicado verbal, a diferencia de los adjuntos que no 
lo son (p. 52). En este sentido, los complementos agentes de las 
construcciones pasivas con se y perifrásticas serían argumentos oblicuos 
(Haspelmath y Sims, 2010, p. 238). 
Siguiendo la línea del Esbozo, la Nueva gramática se muestra más llana a 
aceptar estos complementos. Por ejemplo, la afirmación de que las pasivas 
con se muestran resistencia a aceptar «expresiones definidas que designan 
individuos», es matizada señalando que, sin embargo, estas eran frecuentes 
en la lengua antigua y lo siguen siendo en el lenguaje jurídico (RAE-ASALE, 
2009b, § 41.11h-i). Aún así, indica que en el español actual los complementos 
agentes suelen construirse con sustantivos en plural (los estudiantes), con 
singulares de naturaleza genérica (la gente) o hacer referencia a instituciones 
o corporaciones (la Administración) (RAE-ASALE, 2009b, § 41.11j). 
 
 
32 
 
Bogard (2015) da un paso más y señala que, si consideramos que la 
estructura ha sido documentada en la historia del español desde el siglo XVI, 
«difícilmente podríamos aceptar la agramaticalidad de la concurrencia del 
agente prepositivo con por en la construcción de pasiva refleja» (p. 30). Y 
Herrero Ruiz de Loizaga (1992) señala que «es claro que —
independientemente de que nos parezcan más o menos elegantes— son 
construcciones que existen» (p. 344). Según el autor, pasivas reflejas con 
complemento agente se pueden encontrar en textos de Unamuno, Pérez 
Galdós, Baroja, Ortega y Gasset, y Azorín (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, 
pp. 345-346). Además, al igual que Bogard (2015), afirma que no se trata de 
un fenómeno reciente: «Hay ejemplos medievales documentados y, al menos 
desde el siglo XVI se registran empleos claros de esa construcción» (Herrero 
Ruiz de Loizaga, 1992, p. 346).15 
La posibilidad de que construcciones con se no pasivas presenten 
complementos agentes es generalmente omitida por la literatura, aunque a 
veces se descarta explícitamente: «Otras construcciones verbales 
impersonales —por lo tanto sin expresión de sujeto—, pero ya no pasivas, no 
admiten el complemento agente» (Herrero Ruiz de Loizaga, 1992, p. 349). 
Una excepción es Mendikoetxea (1999b), para quien las «impersonales con 
sintagmas agentivos» (de las que proporciona el ejemplo Se enseña a los 
niños por el maestro) serían «resultado del ‘cruce’ o ‘contaminación’ entre 
 
15 Varios de ellos provienen del Amadís de Gaula, por ejemplo, En letra y pergamino tan 
antiguo, que con mucho trabajo se pudo leer por aquellos que la lengua sabían (Herrero 
Ruiz de Loizaga, 1992, p. 346). 
 
 
33 
 
oraciones impersonales y oraciones pasivas», al igual que las «concordancias 
anómalas», como Se vende botellas y Se azotaron a los delincuentes 
(§ 26.1.1.2). Asimismo, para Delbecque (2003), el oblicuo introducido por la 
preposición en sería admisible en la impersonal o «pasiva refleja irregular» en 
ejemplos como En Washington se podía culpar a los exiliados, que, según la 
autora, equivale a Washington podía culpar a los exiliados (p. 399). 
Esto nos lleva a uno de los aspectos centrales de nuestro problema de 
investigación: el clítico se no solo ha sido definido como un marcador de voz 
media (Maldonado, 1999), sino, y sobre todo, como «el índice más frecuente 
de la impersonalidad» (Monge, 2002, p. 384). Debido a que la impersonalidad 
ha sido tradicionalmente asociada con la interpretación inespecífica de los 
sujetos nulos (Creissels, 2017, p. 57) y entendida como «uno de los recursos 
que ofrece la gramática para callar el agente» (Sánchez López, 2002, p. 51), 
es lógico considerar que «cuando el sujeto nocional aparece expreso, no 
estamos ya dentro de la impersonalidad» (Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.3). 
Por este motivo, Monge (2002) señala que, en lo que toca a las pasivas con 
se, «a lo largo de la historia del español, nada autoriza a suponer que se haya 
dado en el sistema de la lengua el paso siguiente, es decir, la expresión del 
agente que realiza la acción que sufre el sujeto» (Monge, 2002, p. 360). 
Sin embargo, esta idea ha sido discutida incluso por investigaciones que no 
consideran gramaticales las construcciones con se + complemento agente en 
el español actual. A partir de un estudio comparativo, Macdonald y Maddox 
(2018) concluyen que las restricciones que pesan sobre la pasiva con se 
 
 
34 
 
española —como la expresión del agente— no se daban en el pasado. Los 
autores proponen «un patrón general para las lenguas romances, donde las 
frases con por son inicialmente gramaticales en las pasivas con se, pero con 
el tiempo se vuelven agramaticales», de manera que el rumano moderno, que 
las acepta, «ilustraría un estado más temprano de la lengua que el español 
actual» (Macdonald y Maddox, 2018, p. 389).16 Al contrario, para 
Mendikoetxea (1999b), «las oraciones de pasiva con se con sujeto nocional 
expreso constituirían el último eslabón en la evolución de las construcciones 
pronominales del latín a las lenguas románicas» (§ 26.3.3), evolución que 
estaría marcada por lo que la autora denomina «la presencia sentida del 
agente»: 
Hemos pasado pues de procesos ‘incoativos’ (sin agente o causa) a 
procesos ‘medios’ (agente, causa o experimentante en segundo plano), 
y de ahí a procesos ‘impersonales’ (donde por impersonales entendemos 
simplemente que el sujeto nocional está implícito), para pasar de ahí a 
construcciones que conservan la forma de las pasivas e impersonales 
pero permiten la realización del sujeto nocional de forma expresa 
(Mendikoetxea, 1999b, § 26.3.3, énfasis nuestro). 
 
De acuerdo con esto, las construcciones con se + complemento agente solo 
tendrían «la forma de las pasivas e impersonales», pero serían algo distinto. 
A diferencia de la pasiva perifrástica, cuyo oblicuo agentivo ha sido descrito 
como opcional, las construcciones con se y las construcciones con se + 
complemento agente implicarían operaciones lingüísticas diferentes. En las 
páginas que siguen, intentaremos analizarlas no desde el paradigma de la 
 
16 Traducción nuestra. 
 
 
35 
 
expresión de la impersonalidad, sino desde el punto de vista de la pasividad, 
entendida como un tipo de construcción. 
 
 
36 
 
3. METODOLOGÍA 
Para responder a la pregunta por el estatus formal y funcional de las 
construcciones con se + complemento agente, la presente investigación 
adopta una metodología cualitativa de corte descriptivo-gramatical y se 
inscribe en una perspectiva funcional de análisis. Según esta perspectiva, «el 
uso lingüístico juega un papel fundamental en el diseño de la gramática», la 
que en definitiva «emerge de la repetición de patrones discursivos» (Rivas, 
2016, p. 25). Este enfoque es indispensable para estudiar construcciones 
cuya existencia la literatura niega o tiende a minimizar. 
3.1 Primeros pasos 
En un primer momento, recogimos corpus «al vuelo» (Moirand, 2018) y 
comprobamos que la supuesta infrecuencia de las construcciones con se + 
complemento agente puede ser desmentida por cualquiera que encienda 
actualmente la radio o la televisión. Estos corpus permitieron desestimar 
algunas restricciones documentadas por la literatura, como que las pasivas 
con se rechazan las expresiones definidas quedesignan individuos (1) y las 
impersonales no pueden presentar complementos agentivos (2). 
(1) ¿Cuál es la diferencia que se debe hacer en lo que se presentó 
en su minuto por parte de la diputada Pamela Jiles […] de lo que 
están haciendo ustedes en esta oportunidad? (prensa, oral, 
Canal CNN, 22 de febrero de 2021, 18:02 h). 
(2) Se está buscando por parte de las policías a quienes huyeron 
del lugar (prensa, oral, Radio Cooperativa, 30 de diciembre de 
2020, 13:04 h). 
 
 
 
37 
 
Esta primera aproximación no solo contribuyó a ampliar la búsqueda más allá 
de las construcciones tradicionalmente descritas como pasivas, sino también 
a considerar el rango argumental de los complementos. Para dar una idea, en 
los ejemplos (1) y (2), (i) tanto Pamela Jiles como las policías tienen una 
relación cercana con los predicados se presentó y se está buscando, 
respectivamente; (ii) en una construcción activa ocuparían la posición de 
sujeto, y (iii) no cabría añadir otros complementos del tipo por parte de Flor 
Motuda o por parte de los curiosos a los enunciados en cuestión. 
Así, tras comprobar que estas construcciones se dan cotidianamente en 
determinados contextos de la lengua oral, decidimos estudiar su presencia en 
la lengua escrita en dos corpus de referencia del español: el Corpus de 
Referencia del Español Actual (CREA) y el Corpus del Español del Siglo XXI 
(CORPES), ambos de la RAE. 
3.2 Objetivos 
El objetivo de esta investigación es definir el estatus formal y funcional de las 
construcciones con se + complemento agente introducido por la locución por 
parte de en los corpus CREA y CORPES. Para ello, se definieron los 
siguientes objetivos específicos: 
1. Describir las construcciones pasivas con se + complemento agente. 
2. Caracterizar el oblicuo de las construcciones con se + complemento 
agente. 
 
 
38 
 
3. Identificar el sentido de la locución por parte de en las construcciones 
con se. 
4. Describir las construcciones impersonales con se + complemento 
agente. 
3.2 La construcción del corpus 
Mientras que un corpus es un conjunto de textos que se emplea «para conocer 
el significado y características de palabras, expresiones y construcciones a 
partir de los usos reales registrados», los corpus de referencia están 
diseñados «para proporcionar información exhaustiva acerca de una lengua 
en un momento determinado de su historia», por lo que su extensión debe 
permitir representar todas las variedades relevantes de esa lengua (RAE, 
2019b). 
El CREA es un corpus de referencia del español que cuenta con unos 
160 millones de formas y está compuesto por «textos escritos y orales, 
producidos en todos los países de habla hispana desde 1975 hasta 2004» 
(RAE, 2019a). Los textos escritos (90 % del total) corresponden a libros 
(49 %), periódicos y revistas (49 %), y miscelánea (2 %), mientras que los 
textos orales (10 % del total) son transcripciones de documentos sonoros 
obtenidos principalmente de la radio y la televisión (RAE, 2019a). El 50 % del 
material proviene de España y el 50 %, de América (RAE, 2019a). 
El CORPES, en tanto, está «formado por textos escritos y orales procedentes 
de España, América, Filipinas y Guinea Ecuatorial con una distribución de 25 
 
 
39 
 
millones de formas por cada uno de los años correspondientes al siglo XXI» 
(RAE, 2019b). Hoy, este corpus cuenta con más de 333 millones de formas, 
de las cuales el 90 % corresponde a textos escritos y el 10 % a la lengua oral 
(RAE, 2019b). Los materiales escritos proceden de libros (40 %), 
publicaciones periódicas (40 %), internet (7,5 %) y miscelánea (2,5 %) (RAE, 
2019b). La distribución geográfica es de 30 % para España y 70 % para 
América (RAE, 2019b). El porcentaje de las formas provenientes de otros 
lugares no se especifica. 
Los corpus CREA y CORPES permiten obtener concordancias de hasta siete 
formas que ocupan posiciones cercanas mediante el submenú proximidad 
(RAE, 2019b). Las formas consideradas para construir el corpus de esta 
investigación fueron se, por, parte y de, con distancias de 2, 3 y 4. Una vez 
obtenidas las concordancias, el criterio de selección fue que el oblicuo fuera 
un argumento verbal y no nominal. Por ejemplo, el siguiente caso no cumple 
con este requisito: 
(3) En fin, está claro que papá no se esperaba por parte de Jasmin 
[sic] esa especie de propina (CREA). 
 
Como se puede apreciar, el argumento externo de se esperaba es papá, por 
lo que se trata de un uso pronominal de se, tradicionalmente descrito como 
aspectual, mientras que por parte de Jasmín es un argumento de propina, que 
es un sustantivo. El ejemplo podría ser reformulado como sigue: 
(3’) En fin, está claro que papá no se esperaba esa especie de 
propina por parte de Jasmín. 
 
 
 
40 
 
Aunque este tipo de casos quedaron fuera del corpus, algunos ejemplos de 
difícil clasificación fueron conservados y forman parte del análisis. Otro criterio 
de selección establecía que el clítico debía tener un carácter paradigmático, 
pero fue descartado debido a la presencia de construcciones pronominales 
que formalizan un adjunto, cuya descripción contribuye a caracterizar el 
sentido de la locución preposicional por parte de. El corpus quedó así 
compuesto por 510 ejemplos. 
3.4 Las categorías de análisis 
Los ejemplos del corpus fueron sistematizados utilizando las siguientes 
categorías de análisis: concordancia, verbo transitivo o intransitivo, valencia 
sintáctica, valencia semántica, papel temático del oblicuo y aspecto léxico del 
predicado. Mientras que la concordancia y el tipo de verbo son los recursos 
formales que tradicionalmente han servido para distinguir las pasivas de las 
impersonales (Mendikoetxea, 1999b), la valencia, entendida como la 
expresión de los argumentos en verbos y formaciones deverbales, fue 
considerada en sus dos dimensiones: semántica (estructura argumental) y 
sintáctica (estructura funcional) (Haspelmath y Sims, 2010, pp. 235-236). Esta 
última sirvió para establecer qué funciones sintácticas estaban presentes en 
los ejemplos y en qué orden aparecían. 
La valencia semántica, el papel temático y el aspecto léxico permitieron 
describir estas construcciones desde un punto de vista argumental. El 
predicado, categoría que no se aplica exclusivamente al verbo, designa 
relaciones o propiedades en las que «puede haber cero, uno o más 
 
 
41 
 
participantes», el conjunto de los cuales se denomina estructura argumental 
(Campos, 2016, p. 448). La estructura temática es su versión enriquecida, ya 
que da cuenta de la función semántica específica de cada argumento en la 
predicación (González Rivera, 2016, p. 816). En este sentido, consideramos 
que «la estructura argumental es una representación léxico-sintáctica que solo 
da cuenta de: (i) el número de argumentos que selecciona un predicado y (ii) 
la jerarquía que se puede establecer entre ellos», es decir, qué argumentos 
son externos y cuáles son internos (Mateu, 2016, p. 56). Las clasificaciones 
de Kroeger (2005) y Bosque y Gutiérrez-Rexach (2009) nos sirvieron para 
describir temáticamente el argumento externo que se realiza como oblicuo en 
las construcciones con se y evaluar si corresponde a la noción tradicional de 
agente. Con algunas diferencias, estas clasificaciones contemplan, entre 
otros, los papeles temáticos de agente, experimentante, recipiente, tema, 
fuente y locación. A estos agregamos el de causa, que solo está en Bosque y 
Gutiérrez-Rexach (2009) y el de paciente que aparece en Kroeger (2005). 
Por aspecto léxico se entendieron las propiedades relativas a la dinamicidad 
y la telicidad de los predicados, que dependen no solo de la raíz léxica de los 
verbos (Arche, 2016, p. 405), sino también del sintagma verbal en su conjunto 
e incluso del sujeto (Verkuyl, 1989, p. 40). La tradicional tipología de Vendler 
(1957) (actividades, realizaciones, logros y estados)fue utilizada para 
clasificar los predicados de las construcciones con se e identificar si imprimen 
restricciones a la expresión del agente. 
 
 
42 
 
4. ANÁLISIS 
Para configurar una perspectiva teórica que soporte la evidencia empírica de 
que el agente —en el sentido amplio del término— sí se expresa en las 
construcciones con se, a continuación describimos las pasivas con se + 
complemento agente (4.1), el argumento externo tal y como se presenta en el 
corpus (4.2), el significado de la locución preposicional que encabeza al 
oblicuo (4.3) y las construcciones impersonales con se + complemento agente 
(4.4). 
4.1 Pasivas con se + complemento agente 
Aunque la posición no marcada del sujeto en las pasivas con se ha sido 
descrita como posverbal, la mayoría de los ejemplos del corpus presentan un 
orden sujeto-verbo-oblicuo (S-V-Obl), es decir, tienen sujetos antepuestos. 
Esta ubicación se ve favorecida por las oraciones de relativo en que aparece 
la construcción (4.1.1), a diferencia de la posposición, que a menudo se da 
con sujetos formados por subordinadas sustantivas (4.1.2). Asimismo, las 
pasivas con se suelen contener nominalizaciones acompañadas de proverbos 
(4.1.3) y darse con todo tipo de predicados ( 4.1.4). 
4.1.1 Oraciones de relativo 
En español, las oraciones de relativo se forman con un nexo subordinante 
(fundamentalmente que) que representa a un argumento de la cláusula 
principal en la subordinada (RAE-ASALE, 2010, § 44.1.2b). La naturaleza 
anafórica de este nexo, que implica que el elemento al que representa debe 
 
 
43 
 
precederlo, favorece la posición preverbal del sujeto en las pasivas con se + 
complemento agente. 
En los siguientes ejemplos, se muestran algunos enunciados completos y, en 
cursiva, la construcción con se objeto de esta investigación. Salvo que se 
requiera más contexto, en los análisis posteriores solo citaremos estos 
fragmentos. Así, cuando se trate de una construcción pasiva, en los ejemplos 
mostraremos el sujeto [S], el verbo + el clítico [V] y el oblicuo o complemento 
agente [Obl]. A continuación, marcamos también el antecedente [An], cuyo 
contenido léxico reproduce el relativo (RAE-ASALE, 2010, § 44.1.2a): 
(4) Sin embargo, desde hace ya varios años las sanciones [An] que [S] se 
abonan [V] por parte de los infractores [Obl] en la sede de Circulación se 
efectúan por un procedimiento distinto, que consiste en el empleo de 
papel de ordenanza (6, CREA).17 
(5) Un encuentro [An] que [S] se jugó [V] por parte de los All Stars [Obl] 
en busca del aplauso del público y por parte de la selección como un 
buen banco de pruebas para futuros y próximos compromisos más 
importantes (46, CREA). 
(6) La plusvalía, a su vez, tiene varios componentes: la parte [An] que [S] 
se consume [V] por parte de los capitalistas [Obl] (p'), la que se 
acumula en capital variable (pv), la que se acumula en capital 
constante (p) y la que se atesora en forma de dinero (pm) (52, CREA). 
(7) La misma modificación precisa que el Consejo de Presidentes de 
clubes deja de tener jurisdicción para conocer aspectos disciplinarios 
de este tipo y por lo tanto no podrá actuar como organismo que deje 
sin efecto una sanción [An] que [S] se aplique [V] por parte de la 
estructura disciplinaria de la ANFP [Obl] (103, CREA). 
(8) «Con plena confianza el Comando de la División garantiza a los 
habitantes de la jurisdicción un sistema de seguridad completo [An] 
que [S] se implementará [V] por parte de nuestras tropas [Obl] 
quedando sin valor los mecanismos de terrorismo escrito promovido 
por la guerrilla que buscan desestabilizar el sistema político del país, 
pero que con la decidida acción del Ejército, el orden y la tranquilidad 
 
17 Al final de cada ejemplo indicamos el número que le fue asignado en el corpus de trabajo 
y el corpus de referencia al que pertenece. 
 
 
44 
 
serán garantes permanentes en las próximas elecciones» (114, 
CREA). 
(9) El monopolio [An] que [S] se generaría [V] por parte de Telefónica [Obl] 
primero se vería reflejado en el incremento de las tarifas. Actualmente, 
este servicio ya es muy caro. Esperamos que nuestras autoridades no 
permitan que los afectados seamos los usuarios (200, CORPES). 
(10) Que triunfara la posición representada por Nuestro Tiempo tiene 
mucho de coyuntural, si tomamos en cuenta la antigua amistad de 
Fidel y Alfredo Guevara, que determinó que el segundo pudiera formar 
parte del selecto Grupo de Tarará, ese en el cual, paralelo a las 
decisiones legales [An] que [S] se tomaban [V] por parte del gobierno 
de Manuel Urrutia [Obl], se diseñaron las leyes más radicales que 
pondría en práctica en lo adelante la Revolución, incluyendo la 
creación del ICAIC (325, CORPES). 
(11) «Se deduce añade a renglón seguido la ONIF que el importe de los 
gastos [An] que [S] se ocultaron [V] por parte del PPCV [PP valenciano] 
[Obl] en las elecciones autonómicas y locales de 2007 ascendió a la 
cifra de 2.565.891 euros» (367, CORPES). 
(12) «Por otra parte, los sectores son más difíciles de conectar con la 
realidad, un poco por la metodología [An] que [S] se utiliza [V] por parte 
de los docentes [Obl] que abusa de lo teórico y otro por la desconexión 
con la realidad y las situaciones concretas con que son presentados 
en los mismos programas» (370, CORPES). 
(13) Esta ya es la V edición de estos galardones [An] que [S] se otorgan [V] 
por parte de la Asociación [Obl], compuesta por parlamentarios y ex 
parlamentarios, de un amplío espectro político de nuestro país (414, 
CORPES). 
(14) La denuncia, que no es ni mucho menos la primera vez que [S] se 
efectúa [V] por parte de Citypeg [Obl] llega en un momento complicado 
puesto que las colas en la frontera, la intervención de tabaco 
procedente de la Roca, o la tensión con los pescadores no está 
ayudando, para nada, a mejorar las relaciones de buena vecindad 
entre los dos pueblos (416, CORPES). 
(15) De hecho, la crónica de Zum Felde era un intento firme de desacreditar 
las alarmas [An] que [S] se habían lanzado [V] por parte del Partido 
Nacional [Obl] (427, CORPES). 
(16) Un ofrecimiento realizado el pasado viernes [An], según adelantó ayer 
la Cadena Ser y confirmó EL PAÍS, que [S] se denegó [V] por parte de 
las autoridades marroquíes [Obl], que decidieron actuar por su cuenta 
(459, CORPES). 
(17) Para el Colectivo CIMTRA la transparencia es «todo ejercicio de 
gobierno -y de la clase política de cara a los ciudadanos, lo que implica 
 
 
45 
 
que las acciones, decisiones y recursos [An] que [S] se utilizan [V] por 
parte de los gobernantes [Obl] se encuentran documentados y 
accesibles a cualquier persona de manera permanente, sencilla y 
expedita, sin necesidad de ser requerida»; en abundancia de ideas, el 
Colectivo CIMTRA aborda el tema de la transparencia proactiva, es 
decir que los gobiernos municipales ofrezcan al ciudadano información 
útil (471, CORPES). 
(18) En otras ocasiones se utilizan criterios vinculados con la actividad 
sindical, como el número de convenios [An] que [S] se negocian [V] por 
parte del sindicato [Obl] o el número de huelgas que se convocan, 
pero, entonces, la propia actividad sindical podría estar mediatizada 
por la consecución de la calificación de mayor representatividad (481, 
CORPES). 
 
En estos ejemplos, las sanciones (4); un encuentro (5); la parte (6); una 
sanción (7); un sistema de seguridad completo (8); el monopolio (9); las 
decisiones legales (10); los gastos (11); la metodología (12); estos galardones 
(13); la denuncia (14); las alarmas (15); un ofrecimiento realizado el pasado 
viernes (16); las acciones, decisiones y recursos (17), y el número de 
convenios (18) son los antecedentes nominales del relativo que. Este 
elemento funciona como sujeto de la relativa, reproduciendo el contenido del 
sintagma que le sirve de antecedente. Por este motivo, en estos casos 
consideraremos como sujetos de

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