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El Cotidiano ISSN: 0186-1840 cotid@correo.azc.uam.mx Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco México Portal Martínez, Juan Manuel Control interno e integridad: elementos necesarios para la gobernanza pública El Cotidiano, núm. 198, julio-agosto, 2016, pp. 7-13 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32546809002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=325 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=325 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32546809002 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=32546809002 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=325&numero=46809 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32546809002 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=325 http://www.redalyc.org El Cotidiano 198 7 Juan Manuel Portal Martínez* Introducción esde principios de la década de 1980, el término gobernanza se ha extendido significativamente tanto dentro de la literatura de la administración pública como en las referencias y documentos de carácter formal propios de la práctica buro- crática. Sin embargo, en la actualidad aún persisten ambigüedades y lagunas considerables respecto al significado de dicha palabra, así como sobre su utilidad explicativa. Adicionalmente, el concepto de gobernanza no ha estado exento de polémica sobre su valor heurístico. Algunos teóricos de la ciencia administrativa descalifican el término tanto por su multiplicidad semántica como porque no es el resultado de la influencia del campo de la gestión empresarial a la adminis- tración pública, entre otras razones (Frederickson, 2012; Hewitt, 1998). A pesar de estos y otros contras- tes, la gobernanza ya forma parte del léxico de uso corriente en las organiza- ciones del Estado, en la academia y en los medios de comunicación. Dicha palabra generalmente se utiliza con una con- notación positiva y, casi intuitivamente, se equipara a una virtud o fortaleza de las organizaciones públicas. En círculos gubernamentales y de especialistas en la materia es común que la gobernanza sea descrita como una meta de política pública o como un distintivo de las prácticas propias de organizaciones mo- dernas y democráticas (la participación ciudadana, la transparencia, el control in- terno, la rendición de cuentas, la gestión D basada en resultados o la integridad), entre otros aspectos. Si bien cabe destacar que no existe una definición unívoca de gobernanza, sí es posible distinguir al menos dos tendencias principales en el desarrollo teórico del concepto: gobernanza en sentido descriptivo y prescriptivo. En los siguientes apartados se describen los rasgos principales de ambas líneas de análisis. Posteriormente, se explica en cuál de estas corrientes se inscribe el modelo de gobernanza propuesto por la Auditoría Superior de la Federación (asf), el cual está centrado en la promo- ción y fortalecimiento de las políticas de integridad y control interno. Cada una de las secciones dedica- das a ambos temas está acompañada de información que forma parte de los estudios realizados por la asf en el marco de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2014. julio-agosto, 2016 * Auditor Superior de la Federación. Con- tador Público por la unam, certificado por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Control interno e integridad: elementos necesarios para la gobernanza pública Los estudios sobre la gobernanza se caracterizan por la promoción de una serie de prácticas administrativas centradas en la mejora del desempeño de las instituciones públicas. La Auditoría Superior de la Federación ha desarrollado su propio modelo de gobernanza, el cual está compuesto por diez elementos, entre los que destacan los sistemas de control interno y las políticas de integridad. Con base en un análisis de riesgos de los resultados de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2014, se en- contró que dichos aspectos constituyen los factores principales de la recurrencia de observaciones de auditoría. Fiscalización y rendición de cuentas8 Vertientes conceptuales de la gobernanza Como se explicó en el apartado previo, no existe consenso acerca del sentido y alcance del término gobernanza; éste se utiliza con una considerable variedad de significados y en múltiples contextos. No obstante, de manera general se pueden distinguir dos tendencias principales1 en la carac- terización del concepto: en sentido descriptivo y con una connotación prescriptiva. Estas corrientes son complementarias y con frecuencia aparecen de manera entrelazada en distintas referencias. Empero, existen diferencias considerables que es preciso puntualizar. En primer lugar, la gobernanza en su acepción descriptiva se utiliza para aludir a toda la estructura adminis- trativa de un Estado. En este sentido, dicho término adquiere una función únicamente nominal, es decir, se emplea para nombrar al aparato institucional de un país, el cual incluye a las autoridades electas y su correlativo cuerpo de funciona- rios. En esta línea se inscriben, por ejemplo, las menciones a los sistemas de gobernanza de los países, expresión que equivale a la noción de gobierno. Esta connotación eminentemente retórica de la go- bernanza es usualmente enunciada en discursos políticos y en algunos textos de organismos internacionales. Fre- cuentemente, algunos actores públicos y entidades de ese tipo –como la Organización de las Naciones Unidas (onu), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco- nómicos (ocde) o el Banco Mundial (bm)– hacen hincapié en la necesidad de fortalecer los “sistemas de gobernanza nacionales” o, en otras palabras, fortalecer las instituciones gubernamentales. Como ya se expuso, esta clase de plantea- mientos parte de asimilar a la gobernanza como la totalidad del sector público, sin hacer distinciones entre órdenes de gobierno, procesos o ámbitos de competencia. De forma complementaria, precisamente para evitar la generalidad excesiva del concepto, ha surgido una segunda versión del mismo, la cual también hace alusión a los canales institucionales pero desde una visión micro, y no a partir de una perspectiva totalizadora. Esta segunda formulación de la gobernanza tiene un carácter mucho más acotado, ya que se relaciona con la organización interna de las dependencias e instancias gubernamentales en lo individual y no de forma global. Este enfoque también es comúnmente conocido como gobernanza corporativa y, en esencia, se refiere a los procesos directivos de las instituciones y órganos públicos de un Estado. Entonces, hablar de los esquemas de gober- nanza de algún ente de gobierno atañe al conocimiento de sus reglas y directrices de operación, a sus formas de organización y control y, en última instancia, a los procesos de gobierno interno. Aguilar Villanueva define estos dos niveles de gobernan- za de la siguiente forma: gobernanza del sector público o de la administración pública es el “proceso mediante el cual el gobierno dirige o gobierna el sector público o el sistema de la administración pública en su conjunto” (2014: 20), y gobernanza corporativa pública “es el concepto y término que refiere al proceso mediante el cual el gobierno dirige o gobierna sus específicas y particulares corporaciones u organizaciones administrativas” (2014: 20). A partir de este enfoque, el término gobernanza se emplea casi como un sinónimo de gobierno o estructura ad- ministrativa, ya sea de manera genérica o específica. Como puede observarse, la función de dicho concepto no va más allá de la simple enunciación de determinados procesos de gobierno. Es común, porejemplo, encontrar referencias al entorno de gobernanza de alguna dependencia, incluso se suelen hacer evaluaciones a la gobernanza de las entidades u organismos gubernamentales, lo cual equivale a revisar su gestión y funcionamiento. Ahora bien, la segunda tendencia en el uso del término gobernanza, es decir, la connotación prescriptiva, tiene una orientación mucho más práctica que discursiva. Es decir, gobernanza no sólo como indicativo de la capacidad guber- namental de un Estado, sino como una categoría valorativa o punto de referencia para calificar la calidad de la gestión y los resultados de los entes gubernamentales. Desde la academia, los estudios sobre la gobernanza se centran en interrogantes de índole pragmática, es decir, en cómo mejorar la administración de los asuntos públicos. Desde esta perspectiva, gobernanza alude al grado de cumpli- miento del mandato de las instituciones públicas, lo que incluye el logro de sus objetivos y metas. Se considera que existe gobernanza cuando el aparato gubernamental, dentro de un marco de legalidad, genera resultados, entrega servicios de calidad o, de manera general, cumple con las expectativas ciudadanas. Por tanto, hablar de gobernanza es hablar de instituciones transparentes, eficaces y eficientes. 1 Existe una tercera tendencia conceptual que se ha desarrollado, especialmente en el campo del análisis de políticas públicas. Desde esta disciplina la gobernanza es definida, de manera general, como la apertura de los procesos de toma de decisión. Desde esta óptica, el concepto go- bernanza supone una nueva opción de gestión de los asuntos que atañen a la colectividad, centrada en la articulación de múltiples actores sociales como los legisladores, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales, los investigadores y la academia, o la ciudadanía. El Cotidiano 198 9 Así, esta segunda versión de la gobernanza puede ser caracterizada como un parámetro o juicio de valor sobre la fortaleza de las instituciones de gobierno. Es por esta razón que a este enfoque también se le conoce como de la buena gobernanza, ya que su objetivo es sugerir una serie de estrategias prácticas y recomendaciones de aplicación global para coadyuvar a crear mejores entornos organi- zacionales. La mayor parte de la literatura que se ha generado en torno a esta postura de análisis corresponde a los organis- mos internacionales. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), la onu, la Comisión Europea (ec), el Fondo Monetario Internacional (fmi), el Instituto de Auditores Internos (iia), la Federación Internacional de Contadores (ifac) y la ocde han desarrollado modelos de gobernanza que comprenden una serie de instrumentos y mecanismos administrativos que han demostrado su uti- lidad para mejorar las capacidades de las dependencias del Estado y, consecuentemente, generan un ambiente propicio para el desarrollo y el bienestar económico y social. Esta clase de agencias y organismos multilaterales coinciden en la necesidad de promover diversas prácticas de gestión como la planeación estratégica, la evaluación del desempeño, la transparencia, las políticas de integridad, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, el control interno, por mencionar algunas. Desde esta perspectiva, este grupo de elementos constituyen un marco de referencia básico para construir entes gubernamentales eficaces y eficientes; asimismo, representan factores críticos que de- ben ser procurados por la dirección de las instituciones y evaluados a través de la auditoría gubernamental (interna y externa). El resultado de la aplicación de estos esquemas es la detección de las vulnerabilidades y riesgos prioritarios que comprometen la efectividad de las organizaciones. La Tabla 1 presenta un comparativo de algunos modelos de gobernanza propuestos por entes internacionales. Tabla 1 Comparativo de las definiciones de buena gobernanza promovidas por la onu, el pnud, la Comisión Europea, el fmi, la ocde, el Banco Mundial y la ifac Definiciones de buena gobernanza Concepto Principios de buena gobernanza 1. pnud “En la comunidad de naciones, la gobernanza se considera ‘buena’ y ‘democrática’ en la medida en que las instituciones y los procesos de un país son transparentes. Sus instituciones se refieren a organismos como el Parlamento y sus diferentes ministe- rios. Sus procesos son las actividades clave como las elecciones y los procedimientos legales, que deben ser vigilados para estar libres de corrupción y rendir cuentas ante el pueblo. El éxito de un país en el logro de esta norma se ha convertido en una medida clave de su credibilidad y respeto en el mundo” (onu, s.f.). 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. Equidad Participación Pluralismo Transparencia Rendición de cuentas Estado de derecho Orientación al consenso Responsividad Eficiencia Efectividad Inclusión (unescap, s.f.). 1. pnud “Buena Gobernanza se define como los procesos y estructuras que guían las rela- ciones políticas y socioeconómicas” (Qudrat-I Elahi, 2009: 1170). “La buena gobernanza se refiere a los sistemas de gobierno que son capaces, sensibles, inclusivos y transparentes” (pnud, 2011). 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Participación Estado de derecho Transparencia Responsividad Orientación al consenso Equidad Eficacia y eficiencia Rendición de cuentas Visión estratégica (pnud, 1997: 14-15). 2. Comisión Europea Sin una definición explícita. 1. 2. 3. 4. 5. Apertura Participación Rendición de cuentas Eficacia Coherencia (Comisión Europea, 2001: 7). Continúa… Fiscalización y rendición de cuentas10 Definiciones de buena gobernanza Concepto Principios de buena gobernanza 3. fmi “La Buena Gobernanza se refiere a la gestión de gobierno de una manera que es esencialmente libre de abusos y corrupción, y con el debido respeto por el imperio de la ley” (fmi, 2007: 111). Sin una definición explícita. 4. ocde “Es la optimización de los procesos y los arreglos institucionales a través de los cuales el gobierno desarrolla, implementa y entrega políticas, programas y servi- cios en beneficio de los ciudadanos y la sociedad. Es el aseguramiento de que los mecanismos de conducción del ciclo de la política en la formulación, implemen- tación y monitoreo y evaluación están operando efectivamente, eficientemente y económicamente, y son apuntalados por principios generales de gobernanza como el Estado de derecho, la transparencia, la integridad y la rendición de cuentas” (ocde, 2014: 13). 1. 2. 3. 4. Procesos presupuestarios racionales Adecuadas políticas regulatorias Centros de gobierno ágiles y estraté- gicos Procesos de control interno efectivos (ocde, 2014: 13). 5. Banco Mundial “La Buena Gobernanza es esencialmente la combinación de instituciones transparen- tes y responsables, habilidades fuertes y competencias, y una voluntad fundamental para hacer lo correcto. Esas son las cosas que permiten a un gobierno prestar servicios de manera eficiente” (Banco Mundial, 2007: 17). “Buena gobernanza consiste en un servicio público eficiente, un sistema judicial que es confiable y una administración que es responsable ante el público” (Banco Mundial, 1989: 2). 1. 2. 3. 4. Gestión del sector público Rendición de cuentas Marco legal en favor del desarrollo Transparencia y acceso a la información (Fondo Internacional de Desarrollo Agrí- cola, 1999: 3). 6. ifac “La gobernanza se refiere a las estructuras y procesos de toma de decisiones, la rendición de cuentas, el control y el comportamiento por parte de la gerencias de las organizaciones” (ifac, 2001: 7). 1. 2. 3. Transparencia, Integridad Rendición de cuentas (ifac, 2001: 7). Fuente: Elaboración propia. Ahora bien, si la interrogante de fondo de estos planteamientos es promover políticas con el potencial de mejorar la gobernanza de los países, claramente los factores antes expuestos pueden parecer limitativos o incompletos. Sin embargo, no hay que perderde vista que se trata de estándares mínimos, es decir, representan una serie de condiciones elementales aplicables a una variedad de contextos. Aunado a lo anterior, es relevante considerar que su grado de generalidad obedece a que son propuestas de aplicación global. En este sentido, dichos sistemas están diseñados para ser adaptados a las realidades de los países; por tanto, se pueden añadir o eliminar componentes, así como modificar su peso relativo, siempre y cuando el pro- pósito sea abonar al éxito de las organizaciones públicas y, por ende, al cumplimiento de las expectativas ciudadanas. Por ejemplo, el conocido estudio comparativo sobre los entor- nos de gobernanza de 175 países, realizado por Kaufman, Kraay y Mastruzzi2, está compuesto por casi 200 indicado- res agrupados en seis dimensiones: libertad de expresión y rendición de cuentas, estabilidad política y ausencia de violencia, efectividad gubernamental, calidad regulatoria, Estado de derecho y control de la corrupción. Ahora bien, inscrito en esta misma tendencia se en- cuentra el modelo de gobernanza desarrollado por la asf, el cual recoge, en buena medida, las principales aportaciones de los organismos internacionales. Esta propuesta se des- prende del Informe del “Estudio General sobre la Situación que Guarda la Gobernanza en el Sector Público Federal”, realizado en el marco de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2014. El propósito de dicho estudio fue analizar “los ele- mentos que, desde el punto de vista de la asf, conforman 2 Véase Worldwide Governance Indicators. Recuperado de <http://info. worldbank.org/governance/wgi/index.aspx#home>. El Cotidiano 198 11 en su conjunto los componentes clave de la gobernanza, de acuerdo con las mejores prácticas nacionales e inter- nacionales que se han revisado (organismos multilaterales, internacionales, nacionales y del sector público y privado” (asf, 2015: 6). De acuerdo con dicho estudio, la gobernanza pública es [el] conjunto de principios, procesos, estructuras, dis- posiciones formales y valores, que dirigen y controlan las actividades y el comportamiento institucional con la finalidad de que las instituciones públicas alcancen sus objetivos y metas de manera eficaz y eficiente, en apego al marco jurídico que regula su actuación y a los principios éticos y normas de conducta que deben imperar en la actuación del servicio público (asf, 2015: 43). Asimismo, la asf desarrolló un modelo de gobernanza compuesto por los siguientes diez elementos: 1. Órgano de gobierno, Consejo de Administración o Titulares de las Organizaciones. 2. Planeación estratégica. 3. Ética e integridad. 4. Control Interno. 5. Administración de riesgos. 6. Auditoría interna. 7. Auditoría externa. 8. Comité de Auditoría. 9. Evaluación del desempeño. 10. Transparencia y rendición de cuentas. Como es posible apreciar, los esquemas de gobernanza referidos, incluyendo el de la asf, se caracterizan por su generalidad y énfasis en el fortalecimiento de las institu- ciones públicas. Es decir, estas propuestas conceptuales engloban diversos planteamientos relativos a la mejora de las capacidades del aparato estatal. Consecuentemente, no es posible afirmar que un modelo sea superior a otro, ni tampoco es posible sugerir cuál de todos constituye, o no, una opción viable para determinado contexto organi- zacional. En realidad se trata de diversas alternativas que ponen sobre la mesa una cuestión elemental: la necesidad de continuamente implementar medidas tendientes a corregir, modernizar y optimizar la estructura y funcionamiento del sector público. Para cerrar este apartado es relevante recalcar que las diferentes modalidades conceptuales sobre la gobernanza que se han expuesto tienen una utilidad pragmática más que teórica o heurística. Es decir, esta agenda de investigación forma parte de un movimiento internacional impulsado, en buena medida, por las organizaciones multilaterales preocu- padas por el fortalecimiento de las instituciones públicas como una vía para alcanzar mejores niveles de desarrollo económico y social. Los modelos de gobernanza resumen una colección de políticas que han mostrado ser útiles para mejorar las capacidades de las dependencias del Estado; por tanto, éstos deben ser considerados como marcos de refe- rencia generales para el análisis y desarrollo de estrategias de mejora del desempeño de las entidades públicas. Fiscalización y gobernanza Como se expuso en el apartado previo, desde la perspectiva de la asf la gobernanza pública es el resultado de la conjun- ción de, al menos, diez elementos, los cuales constituyen re- quisitos fundamentales para el adecuado funcionamiento de las instituciones gubernamentales. Ahora bien, como resul- tado de la experiencia auditora de la asf, se ha encontrado que de estas diez condiciones, las fallas en el control interno y la débil implantación de políticas de integridad tienen un vínculo estrecho con la recurrencia de observaciones de auditoría tanto en los tres Poderes de la Unión como en los tres ámbitos de gobierno. En un análisis que forma parte del Informe General correspondiente a la Fiscalización Su- perior de la Cuenta Pública 20143, justamente se encontró que dichos elementos constituyen dos de los principales factores explicativos de las observaciones derivadas de las 1 mil 659 auditorías practicadas en 2015. Cabe señalar que la determinación de la correlación entre las problemáticas detectadas a través de la Fiscali- zación Superior y las deficiencias en el control interno y las políticas de integridad fue el resultado de la revisión cualitativa de cada uno de los informes de auditoría. En primer lugar, este ejercicio se basó en la identifica- ción de las principales áreas de la gestión gubernamental que presentan riesgos4, es decir, circunstancias que afectan 3 Recuperado de <http://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2014i/ Documentos/InformeGeneral/ig2014.pdf>. 4 Durante la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2014 se encon- traron 11 riesgos principales: subejercicios, adquisiciones, contrataciones o inversiones que cumplen con la norma pero que no representan las mejores condiciones para el Estado; obra pública; participación de inter- mediarios en la dispersión del gasto público; diseño e implementación de la política para atender el problema público; servicios suministrados por particulares; programas públicos duplicados y sin coordinación; integra- ción efectiva de la participación ciudadana en la gestión de los programas públicos, y revelación de pasivos y gastos. Fiscalización y rendición de cuentas12 o podrían afectar el correcto funcionamiento del aparato estatal en términos de legalidad, calidad, eficiencia, eficacia o transparencia en el ejercicio de los recursos públicos, lo cual se manifiesta en la repetición de irregularidades. Posteriormente, el equipo auditor llevó a cabo un análisis cualitativo de los informes de auditoría con el propósito de vincular sus hallazgos con las áreas de riesgo. Con esta activi- dad fue posible encontrar, por ejemplo, que los subejercicios y las fallas en los procesos de contratación y desarrollo de obra pública representan poco más de la tercera parte de los riesgos detectados en la Cuenta Pública 2014. Por último, se realizó un segundo análisis cualitativo para determinar cuáles son los principales factores que explican las observaciones de auditoría vinculadas con las áreas de riesgo. Como ya se adelantaba previamente, el control interno y las políticas de integridad fueron las causas-raíz de la mayoría de los riesgos detectados. El 83% de los riesgos vinculados con las auditorías correspondientes al Grupo Funcional Desarrollo Eco- nómico, Desarrollo Social y Gobierno pueden explicarse, primordialmente, por las deficiencias de control interno e integridad. Asimismo, se encontró que en el caso del Gasto Federalizado, dichos factores aparecen en segundo lugar, puestoque en el primer puesto se encuentran las fallas en el diseño de la normativa que regula el funcionamiento y ámbito de actuación de los sujetos auditados. Por último, es importante resaltar que, en esencia, este ejercicio tuvo como objetivo responder a un cues- tionamiento que ha sido planteado con frecuencia: ¿por qué, a pesar de la labor de la asf, año con año se presenta recurrencia de observaciones? Con los datos aportados a través del análisis de riesgos fue posible responder que, mientras no se generen mejores condiciones de gobernanza al interior de las instituciones públicas –especialmente en lo referente al control interno y la integridad– se seguirán reproduciendo problemáticas que deterioran significativa- mente su operación. El control interno y la integridad A continuación, de manera breve se analiza por qué, dentro del marco de gobernanza propuesto por la asf, los sistemas de control interno y las políticas de integridad son conce- bidos como factores cruciales para la mejora de la gestión de los entes auditados. En primer lugar, el control interno y la integridad, aunque puedan parecer conceptos separados, desde la perspectiva de la auditoría gubernamental, forman parte de una misma idea: la importancia de la prevención de ries- gos que puedan afectar el correcto funcionamiento de las instituciones públicas. Para empezar, hay que señalar que, en esencia, el control interno es un proceso de carácter preventivo cuyo propósito es brindar una seguridad razonable de que las actividades organizacionales están encaminadas al logro de los objetivos y metas, así como garantizar el cumplimiento del marco jurídico aplicable y salvaguardar los recursos públicos. Los sistemas de control interno funcionan como la estructura que engloba y da sentido a las actividades diarias de las organizaciones. Se trata de una serie de prácticas apuntaladas por la alta dirección y que deben ser adoptadas de manera cotidiana por todo el personal. Dicho sistema se compone por actividades agrupadas en cinco niveles: ambiente de control, administración de ries- gos, información y comunicación; actividades de control y supervisión. Estos elementos constituyen la estructura de gestión que permite reorientar la operación de las institu- ciones, en caso de que se llegaran a presentar riesgos en cuanto al cumplimiento de sus objetivos. Por su parte, la integridad, vista desde el ámbito or- ganizacional, se refiere al establecimiento de pautas de comportamiento organizacionales basadas, esencialmente, en principios emanados de las leyes, así como de la regula- ción interna de cada dependencia. Si bien es común asociar al concepto de integridad con la honestidad o rectitud de cada persona, cuando se habla de funcionarios públicos la integridad denota el apego a un determinado código de valores que incluye tanto principios de aplicación general, como legalidad y transparencia, como del orden particular, es decir, que son impuestos dada la naturaleza y condiciones que enmarcan el quehacer de cada institución. Destacar la diferencia de la integridad en su dimensión individual y organizacional es crucial, ya que con frecuencia el término se suele relacionar, erróneamente, con una pos- tura moral, cuando en realidad se trata de una herramienta de gestión de las entidades públicas. Por ejemplo, desde una visión general, el aceptar obsequios e intercambiar favores es una práctica socialmente aceptada y un aspecto positivo de la convivencia colectiva. En contraste, en una institución pública, el que los funcionarios reciban obsequios o sean objeto y promuevan otra clase de concesiones es una situación negativa que pone en riesgo el cumplimiento de sus responsabilidades. Como puede observarse, la integridad es el resultado de políticas específicas –códigos de ética y conducta, de- tección de conflictos de interés, instauración de comités de El Cotidiano 198 13 integridad, sistemas de sanción, etc.–, por lo que es necesa- rio establecer procedimientos claros de implementación y monitoreo continuo para mantener vigente su contenido. En conjunto, los sistemas de control interno y las po- líticas de integridad son la base para el buen desempeño de las instituciones, en la medida en que permiten que los funcionarios públicos interioricen que cada una de sus decisiones se desarrolla bajo la premisa de que existen controles formales para evitar desviaciones. Si bien es cierto que no existe política pública que garantice de manera total que los funcionarios públicos se conducirán con apego a las normas y, por tanto, no es posible asegurar que no se presentarán fallas que perjudi- quen la labor de las instituciones, también es cierto que la ausencia de controles formales y bien afianzados alienta la reproducción de actos irregulares. La credibilidad y confianza en la acción y resultados de las instituciones públicas sólo pueden suceder si su actuación se basa en un conjunto de valores éticos –inte- gridad– y cuando existen los mecanismos que permiten asegurar que cumplirán debidamente con sus respectivos mandatos –control interno–. Conclusiones El concepto de gobernanza ha dado lugar al desarrollo de diversos esquemas de gestión los cuales están centrados en el éxito de las organizaciones en términos de eficacia, eficiencia, transparencia y legalidad. Para la asf, la gobernanza pública implica un conjunto de prácticas de gestión y sistemas de valores que orientan el quehacer cotidiano de los miembros de una organización hacia el cumplimiento de sus metas y objetivos. Dentro de estos elementos destacan los sistemas de control interno y las políticas de integridad debido a que coadyuvan a que las acciones de los funcionarios públicos sean acordes con las expectativas de la sociedad. Referencias Aguilar Villanueva, L. F. (2014). “Las dimensiones y los niveles de la gobernanza”, en Cuadernos de Gobierno y Adminis- tración Pública 1(11): 11-36. asf (2015). Informe del Estudio General sobre la Situación que Guarda la Gobernanza en el Sector Público Federal. Ciudad de México: asf. Banco Mundial (1989). África Subsahariana, de la crisis al de- sarrollo sustentable. Washington, D.C.: Banco Mundial. Banco Mundial (2007). Strengthening the World Bank Group Engagement on Governance and Anticorruption? Washing- ton, D.C.: Banco Mundial. 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