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Simón Bolívar

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En Europa 1818: 
LA PRIMERA BIOGRAFIA DE BOLIVAR* 
Por J. L. SALCEDO BASTARDO 
En el día de hoy, particularmente señalado en la historia, para celebraci6n 
de la gloria de Sim6n Bolívar, complace difundir a través de·la masiva circulación 
del diario caraqueño "El Nacional" y de la especializada suma de lectores del 
"Boletín de la Academia Nacional de la Historia", la primera biografía que se 
publicó en Europa del Libertador. 
La pieza que presentamos es parte valiosa de los hallazgos de la importante 
investigaci6n en curso -"Bolívar y Europa"- auspiciada por el Comité Ejecu-
tivo del Bicentenario de Simón Bolívar con apoyo importante y entusiasta de la 
Gobernación del Distrito Federal. Esta pesquisa que con simultaneidad se verifica 
en prácticamente todos los países del viejo Continente, se inscribirá sin duda entre 
las más fecundas iniciativas suscitadas por esta celebraci6n. 
La idea se debe al profesor Alberto Filippi, joven politólogo y humanista 
venezolano-italiano, de excelente formación y obra distinguida, actualmente aso-
ciado a la cátedra de Historia e Instituciones de América Latina en la Universi-
dad de Camerino. La investigación que él coordina desde Roma comprende dos 
partes. La primera, "Europa y Bolívar de 1800 a 1831", ha implicado un formi-
dable rastreo de fuentes en las más diversas naciones sobre los contrastantes con-
ceptos, juicios e interpretaciones que allá se van generando sobre Bolívar, vale 
decir, enfoques de historiadores, hombres de Estado y de Gobierno, ide6logos, 
viajeros, etc., contemporáneos de Bolívar sobre su figura y sobre el significado de 
la Independencia. Trabajamos con ahínco para presentar los resultados -edita-
dos en español- en tiempo cercano. La segunda comprenderá las Imágenes o 
visiones europeas de "Bolívar después de Bolívar" (1831-1883). 
A la hora de precisar sobre las primeras biografías de Bolívar, se ha trope-
zado en Italia con esta joya que debe incluirse entre las primerísimas. Al profesor 
Filippi y a la colaboración de su esposa Mirella Malfatti -experta traductora-
debemos el poder brindar esta primicia en versión española. 
Hasta ahora, y hasta donde alcanza nuestro conocimiento, esta es -ade-
más- la primera biografía de Bolívar que se publica en forma autónoma, es de-
* Texto publicado originalmente en el diario "El Nacional". Caracas, 24 de julio de 1983. 
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cir, separada de cualquier otro texto. Salió en fascículo, del mismo tamaño de 
todos los de la serie de "Vida y retratos de famosos personajes de los últimos 
tiempos" publicada en Milán en 1818, siguiendo a una iniciativa francesa de 1816 
que apareció con el título de "Biografía de Hombres vivos o Historia de todos 
los hombres que se han hecho notar por sus acciones o sus escritos". El profesor 
Filippi ha destacado aquí en Caracas, en el reciente Congreso convocado por la 
Academia Nacional de la Historia, que él comparte la observación de que en la 
serie milanesa "resalta una creciente subordinación de las biografías a la icono-
grafía. -y añade-. El caso de Bolívar .es ejemplar: su imagen, que las exigen-
cias editoriales solicitaban por encima de todo y a toda costa, al ser totalmente 
desconocida y probablemente no sólo en Italia fue inventada de pies a cabeza por 
Demarchi". 
Esta lámina de Bolívar, ataviado con una versión moderada del "sombrero 
Bolívar" muy popular en los círculos liberales y románticos de Europa, se publi-
có en Bogotá en 1930 y aparece en la "Iconografía del Libertador" recopilada 
por Enrique Uribe White, sin otra referencia que "Grabado. Museo Nacional, 
Bogotá. Catálogo N'? 1831. Dimensiones 0.34 x 0.25. Leyenda: Demarchi Dib. 
/T.T. Inv./ SIMONE BOLIVAR". Allí se advierte: "Publicada sin indicación 
de fecha ni origen ... ", esto es, sin la menor pista que ahora revelamos entera. 
Impresiona mucho la exactitud del texto en cuanto a los hechos de Bolívar, 
a quien por cierto se considera más joven, asignándole como año de nacimiento 
el de 1785. Llama la atención que en 1818, cuando Simón Bolívar estaba en el 
inicio de su trayectoria: todavía sin Angostura, Boyacá, Carabobo, Junín, y sin 
la convocatoria de Panamá ni la demostración cabal de su grandeza, 'ya se le inclu-
yera en la compañía de varones de la talla de Lord Byron, del Vizconde Chateau-
briand, de Ugo Foscolo, Fichte, Herder, del príncipe Kutusov-Smolerskoi, de La-
place, Mendelssohn, Pastalozzi, Rousseau, Montesquieu, Goethe, Volta, Sir Wal-
ter Scott ... 
El ensayo biográfico termina con un ant1c1po razonable -en la cercana 
perspectiva de 1819- sobre la creación de .Colombia, y con un voto que reconoce 
para Bolívar el mérito mayor en la empresa para entonces incierta de la emanci-
pación. Ofrecemos el texto completo para deleite y conocimiento de nuestros lec-
tores. Los errores son mínimos, y las deducciones tienen el sabor de la época. 
Nos alegra la prioridad italiana europea en la producción y publicación de una 
Biografía de Bolívar, apenas sobrepasada en los Estados Unidos por la que el inol-
vidable Monseñor Nicolás E. Navarro localizó en el periódico "The Columbian", de 
Nueva York, entrega del sábado 7 de septiembre de 1816 N'.' 2.115, incluida en 
la sección de Cartas al Editor. Italia ha tenido en este año de 1983 la prioridad 
europea en la Celebración Bicentenaria con el imponente acto cumplido en el Ins-
tituto !talo-Latinoamericano de Roma, el 4 de febrero, con la presencia de la 
cúpula entera de los poderes de la República italiana, hecho de alta relevancia, 
y prestigiado con la asistencia del flamante ·segundo Cardenal de Venezuela, Mon-
señor José Alí Lebrún, del ex-presidente de Colombia Julio César Turbay Ayala, 
de una calificada representación de Venezuela y del cuerpo diplomático acredita-
LA PRIMERA BIOGRAFIA DE BOLIVAR 269 
do en Roma. Nos correspondió allí la intervención central, y resaltando los víncu-
los de Bolívar con Italia recordamos cómo el genio artístico de esa culta nación 
es responsable de la imagen en tres dimensiones que de Bolívar se tiene en buena 
parte del mundo: Tenerani, Canonica, Tadolini, y el recién fallecido escultor Ta-
bacco, son los autores en mármol y en bronce de la perennidad bolivariana que se 
luce en muy diversos escenarios como Roma, Bogotá, Lima, Caracas, Río de Ja-
neiro, El Cairo, México y pronto Quebec y San Francisco. 
* * * 
"Serie di vite e ritratti de' famosi personaggi degli ultimi tempi", vol. 111, 
Milano 1818. 
"Serie de vidas y retratos de los personajes famosos de los últimos tiempos", 
tomo III, Milán 1818. 
SIMON BOLIVAR 
Nacido en Caracas en 1785. 
Nació, este célebre caudillo de los independentistas de América, de una fa-
milia noble e inmensamente rica. Sus padres (el coronel Don Juan Vicente Bolívar 
y Doña Concepción Soto) lo enviaron durante algún tiempo a España para que 
allí s~ educara. Posteriormente, marchó él a París, donde fue bien recibido en los 
principales círculos. Tenía entonces veintidós años: su semblante muy expresivo, 
sus ojos negros, vivos y ardientes, sus facciones regulares y su gran facilidad de 
palabra, lo convirtieron en el centro de todas las miradas. Dotado de imaginación 
riquísima y de gran fi_rmeza de espíritu, en extremo ávido de aprender, asistía con 
regularidad a las lecciones de los mejores maestros y se deleitaba instruyéndose 
en los descubrimientos modernos. Amigo íntimo del ilustre Humboldt y de Bon-
pland, con los que viajó durante largo tiempo, recorrió Francia, Inglaterra, Italia, 
Suiza y gran parte de Alemania. A su llegada a Madrid, casó con la hija del Mar-
qués de Ustaris, que murió pocos años antes de la revolución de Caracas; poste-
riormente, no contrajo nuevas nupcias. Desde su primera juventud había sido 
oficial de milicias; cuando se instauró la República de Venezuela, en 1810, fue 
ascendido al grado de coronel y, posteriormente, se le asignó una importante mi-
sión ante la corte de Londres, que cumplió a sus expensas. El general Miranda 
lo nombró,a la vuelta, comandante de Puerto Cabello, donde aún se hallaba en 
el momento del horrible terremoto que asoló Caracas en 1812 y supuso para los 
prisioneros españoles la posibilidad de sublevarse. Estando detenidos casi todos 
en la fortaleza de Puerto Cabello, se apoderaron de ella por sorpresa; Bolívar, al 
no disponer de fuerzas para resistir, se salvó en una barca superando mil peligros 
bajo el fuego enemigo y se protegió en Caracas. Cuando el general Miranda se 
rindió al Virrey Monteverde, Bolívar decidió pasar a las colonias inglesas para no 
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caer en manos de los españoles; viendo que Miranda, quien quería huir solo, se 
oponía a su partida, reunió a algunos amigos, se lanzó en pos de este general y 
lo hizo prisionero en un castillo, de donde posteriormente pasó al poder de los 
españoles, quienes lo condujeron a Cádiz. Pero, mientras tanto, Monteverde en-
traba en Caracas y sus tropas marchaban hacia la Guayana. Bolívar, entonces, tras 
conseguir un pasaporte del gobierno español, se trasladó a Cura~ao, donde conci-
bió el proyecto de liberar la República. Partió entonces rumbo a Cartagena y allí 
se puso al frente de una división; arrebató a los realistas las orillas del Magda-
lena y obtuvo del Congreso de Nueva Granada, gracias a su ascendiente y a su 
crédito, un refuerzo de seis mil hombres, con los que pudo proseguir la empresa. 
Derrotados los realistas, se apoderó del departamento de Mérida, y fue entonces 
cuando la conducta inhumana del gobernador español de Barinas hizo enfurecer 
de tal forma a Bolívar, quien hasta entonces se había mostrado sumamente hu-
mano con los prisioneros enemigos, que lo impulsó a declarar que haría uso, en el 
futuro, del derecho de represalia. El éxito de sus armas muy pronto le abrió el 
camino de Caracas: el 14 de agosto de 1813 hizo su entrada solemne en esa ciu-
dad, donde fue recibido con expresiones de júbilo y agradecimiento. Sitió poste-
riormente Puerto Cabello e hizo generosas ofertas a los españoles, quienes las 
rechazaron para defenderse obstinadamente. Algún tiempo después, habiéndose 
producido algunas quejas contra el gobierno militar, Bolívar convocó una asam-
blea general ( enero de 1814) en que dimitió de su autoridad civil; pero, a pro-
puesta de Mendoza, se acordó por unanimidad que el libertador de Venezuela se-
ría investido nuevamente de los poderes de dictador y nombrado jefe supr~mo de 
la República. A partir de entonces triunfó sucesivamente sobre varios generales 
españoles, hasta que halló en Boves, que había sublevado a los esclavos, a un 
antagonista realmente formidable. Tras once meses de escaramuzas continuas, Bo-
lívar, cuyo ejército había quedado reducido a unos pocos soldados, fue derrotado 
en las llanuras de la Puerta y obligado a ceder territorio a aquel enemigo feroz. 
Se dirigió entonces, con lo que quedaba de sus tropas, a la provincia de Barcelo-
na, pero de nuevo fue derrotado en Araguita; y embarcó inmediatamente rumbo 
a Cartagena, seguido por algunos oficiales. Lejos de dejarse atemorizar por los de-
sastres, Bolívar, redoblando las pruebas de valor y perseverancia, elabora nuevos 
proyectos, obliga a la ciudad de Santa Fe de Bogotá a reconocer la autoridad del 
Congreso de Nueva Granada y, con tres mil hombres, se pone en marcha para 
apoderarse de la provincia de Santa Marta. Cartagena, de acuerdo con lo que ha-
bía establecido el Congreso, tenía que suministrar refuerzos para ese ataque; pe-
ro el gobernador de esa ciudad se opuso por enemistad contra Bolívar, quien 
marchó contra Cartagena para obligar a éste a obedecer. Estalló entonces una 
guerra civil de la que supieron aventajarse los españoles, quienes pronto amena-
zaron Cartagena. En medio de todo eso, Bolívar se alejó del ejército y se trasladó 
a Jamaica, donde tenía intención de organizar una expedición para volver a sal-
var aquella ciudad, pero la encontró tomada. Esta circunstancia modificó sus de-
signios y los impulsó a llevar ayuda a los independentistas de la isla Margarita. 
De allí volvió sus velas hacia Carúpano, expulsó a los realistas de Cumaná y llegó 
( el 16 de julio de 1816) a Ocumara, de donde dirigió un bando a los habitantes 
de la provincia de Caracas, aboliendo la esclavitud y anunciando moderación con 
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los prisioneros. Poco después Morales asaltó el lugar en que se encontraba y lo 
obligó a embarcar de nuevo. En diciembre, Bolívar llevó nuevos refuerzos a la 
isla Margarita. Otro bando de Bolívar convocó a los representantes de Venezuela 
a una asamblea general; luego marchó a Barcelona, donde constituyó un gobierno 
provisional que él mismo encabezó. Aproximadamente en ese período fue atacado 
por Real y Morales, a los que rechazó vigorosamente, produciéndoles numerosas 
pérdidas. De esa forma, y a lo largo de varios años, Simón Bolívar libró una gue-
rra dura contra los españoles y mantuvo la independencia de su patria, a pesar 
del coraje y de los continuos asaltos del valiente Morillo, quien no cejó en sus 
ataques, hasta que los acontecimientos en España propiciaron una tregua. Las 
repúblicas americanas de tierra firme se unieron en una sola, que tomó el nom-
bre de Colombia y que actualmente posee un territorio igual que el de los Estados 
Unidos de América del Norte. Bolívar es generalísimo de los ejércitos de esa Re-
pública, que, si alcanza algún día una independencia estable, se lo debería, en 
primer lugar, a los esfuerzos incánsables de este intrépido guerrero. 
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