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º 1 CUADERNOS DE TRABAJO DEL OBSERVATORIO DE POLÍTICA INTERNACIONAL Una primera aproximación al Caribe insular Diciembre de 2014 ISSN 2451-683X º 2 º 3 Autoridades del Honorable Senado de la Nación Argentina � Lic. Amado BOUDOU – PRESIDENTE DEL SENADO � Sr. Gerardo ZAMORA – PRESIDENTE PROVISIONAL � Dr. Juan Carlos MARINO – VICEPRESIDENTE � Dn. Roberto BASUALDO – VICEPRESIDENTE PRIMERO � Dr. Luis JUEZ – VICEPRESIDENTE SEGUNDO � Dn. Juan H. ZABALETA – SECRETARIO ADMINISTRATIVO � Dr. Juan H. ESTRADA – SECRETARIO PARLAMENTARIO � Dn. Mario D. DANIELE – PROSECRETARIO ADMINISTRATIVO � Dn. Luis BORSANI – PROSECRETARIO PARLAMENTARIO � Dn. Raúl Oscar SÁNCHEZ– PROSECRETARIO COORDINACIÓN OPERATIVA � Lic. Sabino VACA NARVAJA – DIRECTOR GENERAL DE RELACIONES INTERNACIONALES º 4 Observatorio de Política Internacional Desde la Dirección General de Relaciones Internacionales del Honorable Senado de la Nación se creó en junio de 2013 el Observatorio de Política Internacional, como un espacio de estudio y análisis de las relaciones internacionales. De esta manera se busca que los trabajos realizados sirvan como insumo para las Senadoras y Senadores de la Nación en su labor legislativa, para analizar la política internacional y para desempeñarse en el marco de la diplomacia parlamentaria. Sus objetivos son: - Realizar un seguimiento y análisis de los países en los organismos internacionales, particularmente los organismos parlamentarios. - Desarrollar análisis sobre temas estructurales de la política internacional y su canalización legislativa. - Relevar las vinculaciones de la política internacional con la agenda de política nacional, las relaciones bilaterales y multilaterales. - Diagnosticar el desarrollo de las actividades parlamentarias en el marco de las organizaciones internacionales. Editor general Sabino Vaca Narvaja Coordinador: Brieger Pedro Investigadores: Casal Guillermo Cueto Gonzalo De Vedia y Mitre Martín González Magnasco Malena Hayden Santiago Incarnato Florencia Leyes Evangelina Romero Carlos Sanguinetti Diego Tierno de la Rosa Juan Pablo Ves Losada Alfredo Contacto: Honorable Senado de la Nación Argentina Dirección General de Relaciones Internacionales Dirección: Av. Entre Ríos 140 3º H - CABA Tel: (011) 2822-5471 Email: dgri@senado.gov.ar ISSN 2451-683X º 5 Índice 1. Introducción .............................................................................................................................. 6 2. Historia y política del Caribe...................................................................................................... 7 2.A. Abolición de la esclavitud ................................................................................................. 9 2.B. Procesos independentistas ............................................................................................... 9 3. La economía de las islas del Caribe ......................................................................................... 10 4. Formas de gobierno ................................................................................................................ 11 5. Reparaciones ........................................................................................................................... 12 6. Instituciones y bloques regionales .......................................................................................... 17 7. Medios e integración ............................................................................................................... 27 7.1. Breve historia .................................................................................................................. 27 7.2. Integración y colonialismo .............................................................................................. 28 7.3. Del caricom a la CELAC .................................................................................................... 29 8. Conclusiones ............................................................................................................................ 30 ANEXO I: Ficha de países ............................................................................................................ 32 ANEXO II: Antillas: breve historia de las islas .......................................................................... 5863 º 6 Una primera aproximación al Caribe insular 1. INTRODUCCIÓN La región del Caribe oculta una paradoja para la Argentina. A pesar de su cercanía geográfica y de un pasado histórico común, la distancia política y simbólica que primó hace del Caribe una zona poco familiar para nuestro país. La decisión geopolítica en los últimos años de abrir embajadas en distintos países de aquella región, invita a replantear esa distancia y comenzar a comprender los pilares fundamentales que habilitarían la construcción de puentes de unión entre el Caribe y la Argentina. En esta línea, la presencia de embajadas en Jamaica (abierta en 1965 con concurrencia en Antigua y Barbuda1, Bahamas, Dominica y San Cristóbal y Nieves), República Dominicana, Trinidad y Tobago (con sede en Puerto España, cuyo año de apertura fue 1964, para luego ser cerrada en 1990 y re abierta en 1996, y con concurrencia en Granada y San Vicente y las Granadinas), Guyana y Haití, implica una toma de posición respecto al Caribe como región. La reapertura de la embajada en Barbados en 2013 (inaugurada en 1987 y posteriormente cerrada en 1990), y el establecimiento en Santa Lucía de otra en enero del mismo año no hace más que reforzar esta estrategia regional. Este acercamiento a su vez se vio concretado en diversas declaraciones y medidas de apoyo hacia nuestro país por parte de la región caribeña y los países que la componen. Tal fue el caso del apoyo del Caribe a la causa de Malvinas en la ONU o la decisión de Antigua y Barbuda, Cuba, 1 Los nombres de las islas utilizados en este informe corresponden a los empleados por la ONU en sus comunicados oficiales en español. Dominica y San Vicente y Granadinas de sumarse al resto de los países de América Latina a impedir el amarre en sus puertos de buques que porten la bandera colonial de las Islas Malvinas. A nivel de la diplomacia parlamentaria Aruba, Cuba, Curaçao, República Dominicana y Sint Maarten firmaron en el Parlamento Latinoamericano las declaraciones relacionadas al conflicto por la soberanía de las islas de 2001, 2002, 2005, 2007, 2009, 2012 y 2013. En la misma línea, pero relacionado con la disputa que nuestro país lleva en la actualidad con los fondos buitre, la mayoría de los países del Caribe han votado a favor de la Argentina en la ONU, la OEA y el Parlatino (en al año 2012 este organismo emitió una declaración a favor de Argentina en el contexto de los acontecimientos que involucraron a la Fragata Libertad). Sin embargo, en la relación de la región en general con Argentina, como consecuencia del estrecho vínculo que aún opera entre el Reino Unido y el Caribe, existen tensiones. En enero de 2012, todos los miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom por sus siglas en inglés) dieron su beneplácito a una declaración de apoyo a la autodeterminación de los Kelpers2. Ahondar en el conocimiento de las particularidades propias de la región, en consecuencia, resulta fundamental para generar lazos de acercamiento. Si la independencia de la mayoría de los países de América del Sur fue conseguida durante el siglo XVIII, en la región caribeña, en cambio, la soberanía 2 Caricom. Comunidad del Caribe y Mercado Común [en línea]. [consulta: 3 de julio de 2015]. Disponible en: <http://www.caricom.org/jsp/pressreleases/press_releases_2012/pres14_12.jsp> º 7 política se caracteriza por ser relativamente nueva y novedosa en un gran número de países. En otras palabras, aquel destino de colonia que Europa configuró para nuestra región constituye incluso hoy una realidad para algunos de los territorios que forman parte del Caribe. Esta condición política pareciera empezar a mutar con la aparición de algunos gobiernos que pretenden dejar de lado los vestigios y dispositivos coloniales que redundan en dependencia económica y política. El acercamiento de algunos países a la Celac o Unasur, las expresiones y decisiones políticas fuertemente enmarcadas en la idea de la adquisición de un mayor margen de independencia –como los objetivos promovidos por Petrocaribe–, hacen aun más necesario el estudio de la región a fin de echar luz sobre las cuestiones generales que resultan profundamente desconocidos. Haití y Caricom esconden otra cuestión paradojal que ilustra las contradicciones propias de la región en sí misma. El primero, por ser el pionero en la conquista de la independencia de toda América y por su actualidad signada por la situación de crisis política y por lo tanto económica y social del país. El segundo de ellos, porque a pesar de ser el segundo bloque regional de mayor antigüedad, sólo detrás de la Unión Europea, resulta un organismo con un cierto grado de desconocimiento en Argentina y de escaso peso relativo en el contexto general internacional. Siguiendo el camino que la región latinoamericana ha adoptado, con matices, en los últimos 10 años, es necesaria una primera aproximación al Caribe que permita visualizar los temas de interés que pueden ser el puntapié inicial para tejer vínculos aún más fuertes con dicha región. La siguiente investigación se caracterizará, por consiguiente, por su corte netamente exploratorio y descriptivo, en donde ciertas cuestiones, tales como las guaridas fiscales3 que operan en el Caribe, no serán relevados en profundidad. Por último, es necesario indicar el recorte geográfico que se tomó en cuenta a la hora de realizar el mencionado trabajo. Debido a que el Caribe continental resulta mayormente conocido, el análisis del Caribe insular permitirá acercar una zona que pareciera ser indiferente, en teoría, a la cotidianidad de nuestra región, pero que en la práctica posee un gran atractivo en relación a la integración, para la Argentina en particular, y la región suramericana en general. 2. HISTORIA Y POLÍTICA DEL CARIBE Se entiende que el concepto Caribe incluye no sólo las islas, sino también parte del litoral suramericano, desde Colombia hasta las Guyanas y las costas de América Central. Sin embargo en muchos textos se lo conoce con el término español Antillas. Derivado de este concepto, el "mar de las Antillas" fue un nombre común para denominar al mar Caribe en varios idiomas europeos e incluso a la hora de diferenciar las colonias. Por esa razón es que se habla de Antillas españolas, Antillas francesas, Antillas inglesas, Antillas holandesas y Antillas danesas. Es por ello que sólo nos referimos a la historia de las islas y no de los países continentales que también forman el Caribe. De todas maneras, su historia no comienza con la llegada de Colón. Estas 3 La Argentina logró que en el documento final de la cumbre G-20 correspondiente al año 2013, el término paraíso fiscal fuera reemplazado por “guarida fiscal”. Telam: A pedido de Argentina, el documento final de se pronunciará sobre las "guaridas fiscales". Consulta 3 de julio de 2015. <http://www.telam.com.ar/notas/201309/314 37-la-presidenta-confirmo-que-el-documento- final-se-pronunciara-sobre-las-guaridas- fiscales-la-deuda-y-el-trabajo.html>. º 8 regiones ya se encontraban habitadas por poblaciones como los taínos, quienes se dedicaban a la pesca y agricultura, además de ser buenos navegantes. En cuanto al Caribe continental hay que destacar a los Mayas de la zona de América Central que dominaron la región hasta el siglo XV. No es hasta finales del siglo XV que comenzó la conquista de estos territorios por parte de varios imperios europeos. El Reino de España, Portugal, Gran Bretaña, Holanda, Francia y Dinamarca se disputaron las islas caribeñas para incorporarlas como sus colonias y convertirlas en importantes puntos de abastecimiento para los barcos que viajaban hacia las metrópolis y para los que comerciaban esclavos provenientes de África. Durante el periodo comprendido entre 1492 y el siglo XVII, el Caribe en general, y particularmente las islas de la India Occidental –como también se conocían a las Antillas españolas–, se convirtieron en un gran proveedor de alimentos para las zonas más urbanizadas de las colonias españolas en el “nuevo mundo”4. En este contexto, el desenvolvimiento histórico del Caribe se vinculó a un modo de vida señorial, basado en el trabajo de la tierra y la explotación indígena. Así, el colonialismo europeo introdujo un sistema de explotación de la tierra a través de las plantaciones. Ciudades como Portobelo, en la actual Panamá, se convirtieron en verdaderos centros neurálgicos del comercio. El nivel de actividad económica desarrollada en la zona atraía no sólo a otras potencias sino también al saqueo por medio de la piratería. Por esta razón es que a partir de 4 Es importante resaltar que gran parte de la historia del Caribe fue escrita por europeos y no por los propios pobladores locales, por lo tanto se hace presente un determinado sesgo en la investigación. esta época muchas de las ciudades comienzan a fortalecerse, un fenómeno que se repite en casi todas las islas. El siglo XVII trajo nuevos conquistadores de Holanda, Gran Bretaña y Francia. Estas coronas enviaron marinos a la conquista de territorios, los que asaltaron y exitosamente tomaron posesión de varias islas. De esta manera muchas veces el dominio de las islas se pasaba de imperio a imperio producto de guerras o tratados. También se dividían sin ningún criterio cultural-histórico y se cambiaban de nombre, en función del nuevo poder dominante sobre ellas. Un claro ejemplo es la isla de Dominica, nombrada así por los españoles, que fue rebautizada como Roseau cuando los franceses lograron ocuparla. Posteriormente, Francia cedió sus derechos sobre ella al Reino Unido, y actualmente tiene su nombre original. Algo similar ocurrió con Granada, donde se fundó la colonia en Saint George's en 1650 que quedó bajo dominio francés. Pero en 1762 la isla pasó a estar bajo los dominios de la corona británica hasta un ataque francés, ocurrido en 1779, y la reconquistó definitivamente en 1783. Por otro lado, Monserrat fue ocupada por Francia durante un breve periodo para luego ser devuelta a Gran Bretaña por el Tratado de Versalles. El caso más llamativo es el de las Islas Vírgenes, que fueron vendidas en 1916 por su posición estratégica a los Estados Unidos, mientas que la Isla del Agua corrió la misma suerte en 1944. El aniquilamiento de la población nativa y las necesidades de las nuevas explotaciones agrícolas trajeron consigo la necesidad de traer población esclava de África. Así es como los nativos pasaron a ser minoría en las islas5. La cantidad de 5 Esta conquista y colonización no implicó prosperidad alguna para los pueblos originarios, sino más bien todo lo contrario. La población de las islas se encontraba º 9 población indígena de las islas del Caribe es de difícil cálculo, pero hay investigaciones que la estiman en aproximadamente ocho millones6. Durante el siglo XIX, la región se encontró atravesada por dos fenómenos muy importantes: el proceso independentista y la abolición de la esclavitud. En este período,se podría decir que la región vivió una transición del proceso feudal, dado por las plantaciones y las relaciones de producción, a un proceso de libertades civiles pero de colonialismo y dependencia económica. 2.A. ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD Durante 1817,1835 y 1845 Inglaterra firma varios tratados con España para prohibir el tráfico de esclavos, pero el tráfico clandestino de esclavos continuaría prácticamente hasta 1886 y 1888, año en que fue abolida la esclavitud en Cuba y en Brasil, respectivamente7. Esta situación fue el inicio de una serie de problemas para los gobiernos locales de la colonia y sobre todo para los terratenientes. Inglaterra y Holanda abolieron la esclavitud entre 1834 y 1838, sin embargo conformada en su gran mayoría por esclavos, los expatriados por delitos comunes, los primeros conquistadores y una proporción de piratas. En todos los casos, el número de esclavos y trabajadores libres superaban en amplio margen a las elites dominantes, por lo que todas las revueltas o intentos de sublevación terminaban con grandes matanzas. 6 Bethell, Lislie. Historia de América Latina. Editorial Crítica. Barcelona. 1990. 7 La abolición de la esclavitud no se tradujo en mejores condiciones de vida para los esclavos. Bajo el esquema político y social anterior, los propietarios poseían cierto interés en conservar vivos y saludables a sus esclavos, pero cuando se volvieron labradores asalariados, tal atractivo se desvaneció. se trató de garantizar la lealtad de los emancipados. Los franceses debieron implementar la abolición de la esclavitud por reconocimiento legal, aunque su aplicación en territorios coloniales no fue inmediata. La abolición en el caso español estuvo atravesada por luchas que tuvieron lugar en distintos períodos y, en comparación con los otros reinados europeos, de forma posterior. Como ejemplo de la disparidad de tiempo podemos citar a Montserrat y Jamaica, donde la esclavitud fue oficialmente abolida en 1834 –en la isla de Jamaica se contaba con una población de esclavos casi 20 veces mayor a la europea, siendo una de las islas con mayor cantidad de esclavos–. En su antípoda las Islas Vírgenes, abolieron la esclavitud en 1848. 2.B. PROCESOS INDEPENDENTISTAS La lucha de las potencias europeas por la conquista de esta región duró varios siglos, y las naciones del Caribe alcanzaron la independencia tardíamente si se lo compara con otros países de América. El caso de Haití es clave en la región porque es el primero en independizarse de todos los territorios coloniales en América. Impulsado por las ideas revolucionarias francesas de libertad, igualdad y fraternidad, el proceso independentista haitiano se convirtió rápidamente en 1791 en una guerra civil y una guerra imperial al mismo tiempo. Por un lado, estaban los sectores blancos apoyados por Inglaterra, por otro los mulatos aliados a los franceses y, finalmente, los negros esclavos apoyados por los españoles apostados en el lado este de la isla. Tras la abolición de la esclavitud por parte del ejército francés, los mulatos y los esclavos se aliaron con Francia logrando que Inglaterra abandone la isla y que España se replegara. Haití quedó bajo el mando de un esclavo negro emancipado, Toussaint Louverture, quien en 1801 º 10 invadió la parte española de la isla y la unificó bajo su dominio. Sin embargo, Napoleón envió casi 60 mil hombres en alianza con los españoles para derrocar a Toussaint, objetivo que logró conseguir. La intención era reimplantar el sistema colonial, pero tras la muerte de la mayor parte del ejército por fiebre amarilla, el otrora esclavo Jean-Jacques Dessalines quedó al mando de Haití, quien declaró la independencia en 1804. Otros ejemplos de lucha por la independencia que pasaron por varias etapas fue el de la República Dominicana, que se independizó inicialmente para más tarde volver a ser dominada por España, y finalmente lograr independencia definitiva en 1865. Los procesos independentistas caribeños no finalizaron en el siglo XIX, sino todo lo contrario. Existen islas que alcanzaron su independencia de mediados de siglo XX en adelante. Los ejemplos más llamativos de independencia tardía fueron Anguila, que alcanzó la completa independencia el 19 de septiembre de 1983, y también el caso de San Vicente, que alcanzó la condición de Estado asociado el 27 de octubre de 1969 y en 1979 adquirió su independencia. Una vez alcanzada la independencia formal durante el periodo comprendido entre 1885 y 1929, las islas sufrieron la colonización o dominio económico. Con el predominio político y económico del capital británico, muchas islas quedaron reducidas a simples proveedores de materia prima para la corona inglesa. A partir de 1900, Estados Unidos comienza a intervenir económicamente en la región. La historia del Caribe insular post 1492 es la historia de las pujas imperiales hasta la actualidad, con la región convertida en un tablero de intereses foráneos que determinaron en parte los destinos de las islas, a través de la implantación de miles de esclavos negros africanos, de la dominación política y finalmente de la inserción de las islas en la economía global como meros enclaves productores de materias primas. Esta historia provocó que en la actualidad existan en la región distintos regímenes políticos como distintos tipos de Estados (como autónomos, asociados, regiones de ultramar, entre otros). 3. LA ECONOMÍA DE LAS ISLAS DEL CARIBE Las economías de los países y otros territorios caribeños son poco desarrolladas y de pequeña escala. A partir de la poca cantidad de habitantes de cada país, los mercados internos son pequeños y, por consiguiente, débiles promotores de las economías. Los establecimientos productivos volcados a la economía interna son pequeños, sin economías de escala y, por lo tanto, poco competitivos. La actividad económica histórica de las islas del Caribe es la agricultura y, continuando con su estructura económica tradicional, el azúcar es el principal cultivo de la región. Sin embargo, a nivel mundial el Caribe ya no representa, en cuanto a producción y exportación, una cuota importante del mercado. De todas maneras es un producto importante a la hora de generar divisas por exportación. La mayoría de las islas del Caribe son netamente importadoras de energía (en forma de hidrocarburos), haciéndolas sumamente vulnerables en especial cuando los precios del petróleo y gas son elevados. Sin embargo, en el caso de Trinidad y Tobago, por su gran cantidad de recursos y su pequeño consumo interno, es un importante productor y exportador de petróleo y gas natural, captando inversiones extranjeras y exportando casi el 100% de su producción. A nivel general, las islas del Caribe son exportadoras de materias primas provenientes de la agricultura (azúcar, café, º 11 plátanos, otros frutos tropicales y pescados de mar) y netamente importadores de bienes manufacturados y energía. Sus flujos de exportación están orientados principalmente a EE. UU. y a sus ex metrópolis como el Reino Unido y Francia. Por otro lado, sus importaciones provienen de diversos países, en particular Estados Unidos. Uno de los principales sectores económicos de las islas del Caribe es el turismo siendo una de las actividades económicas que más empleo genera, incluyendo la construcción de complejos turísticos. Los gobiernos promueven el turismo de la mano de grandes inversores extranjeros que se dedican a la construcción de infraestructura hotelera. Así, el sector capta grandes cantidades de inversiones extranjeras, principalmente de países desarrollados. Al mismo tiempo, como el turismo en la región apunta al visitante extrarregional, se convierte en un importante generador de divisas.Por otro lado, al ser un sector con una estrecha vinculación tanto a las inversiones como al consumo externo, dificultades económicas en los países inversores y/o emisores de turismo puede afectar fuertemente las economías del Caribe El sector financiero también es importante para algunas islas. Bahamas, Islas Vírgenes, Islas Caimán, entre otras, se han convertido en importantes guaridas fiscales y centros de transferencias millonarias de todo el mundo. El resguardo de la información de quienes radican empresas y abren cuentas bancarias es uno de sus principales activos. Las islas del Caribe promueven sus regulaciones financieras para atraer flujos de dinero de todo tipo de negocios alrededor del mundo. Las economías de las islas caribeñas son pequeñas y con una gran vinculación del exterior, tanto a nivel de productos de consumo, como de inversiones para desarrollos turísticos, financieros o en hidrocarburos. Al mismo tiempo, su inserción en la economía mundial en el siglo XXI las posiciona a nivel general como pequeños proveedores de materias primas agrícolas y, en algunos casos, como importantes guaridas fiscales. 4. FORMAS DE GOBIERNO Con el propósito de ilustrar los tipos de gobierno predominante y sus respectivos sistemas, debemos reflejar en primera instancia la distinción de las islas del Caribe en cinco grandes grupos8: 1. Países independientes: Cuba, Dominica, Haití, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas. 2. Islas dependientes del Reino de los Países Bajos. A su vez se dividen en a. “Países”9: Aruba, Curaçao y Sint Maarten. b. Municipios especiales: Bonaire, Saba y San Eustaquio. 2. Islas dependientes del Reino Unido (Territorios Británicos de Ultramar): Anguila, Islas Caimán, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes británicas y Montserrat10. 3. Islas dependientes del Gobierno francés: Guadalupe, 8 Para más información sobre las islas y países detallados en este apartado ver Anexo 1. 9 El entrecomillado se debe a que son “países” en tanto territorios autónomos, pero no reconocidos por Naciones Unidas. 10 También se encuadra en este subgrupo a las Islas Malvinas. º 12 Martinica, San Bartolomé y Saint Martin. 4. Islas dependientes del Gobierno de Estados Unidos de América: Islas Vírgenes americanas y Puerto Rico. Con respecto a los países independientes reconocidos por Naciones Unidas, podemos decir que si bien corresponden al mismo conjunto, sus formas de gobierno son diferentes. Cuba y República Dominicana tienen una forma de gobierno presidencialista, Haití cuenta con un semipresidencialismo, y Dominica y Trinidad y Tobago son parlamentarios. El grupo de países que pertenecieron al Commonwealth (Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas) se caracteriza por reconocer a la reina Elizabeth II como su monarca, la mayoría de las islas cuenta con un primer ministro y un parlamento elegido por voto popular. En cuanto a las islas dependientes del Reino de los Países Bajos, si bien dependen de un sistema monárquico, poseen sus propias leyes, su Constitución y un gobernador que representa al Príncipe Guillermo que es elegido por el voto popular. Tanto Aruba como Curaçao cuentan con un parlamento elegido por el pueblo. Particularmente, el caso de Sint Maarten posee estas mismas características, pero compartidas territorialmente con Saint Martin, desde su división en 2010 donde se constituyó también la única frontera entre el Reino de los Países Bajos y Francia. En Aruba, Curaçao y Sint Maarten tanto la Defensa como las Relaciones Exteriores quedan exclusivamente bajo la competencia del Reino de los Países Bajos. Cabe aclarar que ninguno de los tres países posee al Euro como moneda corriente. Luego de la disolución en el año 2010 de las Antillas Neerlandesas, se incorporan tres Municipios Especiales dependientes del Reino de los países Bajos en el Caribe. En el caso de San Eustaquio su sistema de gobierno está integrado por un Consejo de la Isla y un Consejo Ejecutivo, presidido por un Gobernador. Para el caso de las islas dependientes del Reino Unido debe destacarse que no las administran directamente, sino que tienen su propio gobierno que las administra, y el Reino Unido se encarga de su protección, de las relaciones exteriores y asuntos de negocios. Tampoco cuentan con representación en el Parlamento Británico. En el caso de las islas dependientes del gobierno francés, ninguna cuenta con representación ante la Asamblea Francesa o en el Senado, excepto Guadalupe que cuenta con representación en ambas instituciones. Estados Unidos cuenta también con territorios no autónomos en el Caribe, las cuales son administradas por un gobernador, una Asamblea Legislativa y cuentan también con un delegado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Las decisiones tomadas por el Poder Judicial, en el caso de las Islas Vírgenes, pueden ser revisadas por el Tribunal Supremo de Estados Unidos. 5. REPARACIONES El rasgo principal del Caribe, como región, fue la colonización por parte de diversas potencias europeas. Su actualidad, al igual que la de otras regiones, se encuentra estrechamente vinculada con la manera en la cual se introdujo a la división internacional de trabajo. Como sostuvo Hilary Beckles, secretario general de Caricom durante su discurso en la Cámara de los Comunes británica, “estos últimos 50 años han estado limpiando el desastre º 1 3 Fuente: elaboración propia º 14 dejado por el legado colonial de Gran Bretaña”11. En los últimos años, Caricom ha puesto en agenda el debate sobre las consecuencias que el colonialismo ha traído al Caribe. Ya sea a través de discursos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, o mediante la concreción de otro tipo de medidas, se ha comenzado a instalar este tema como uno de los más destacados en tanto región. Las coincidencias históricas que unieron a nuestro país y al Caribe, sumado a nuestra demanda a Gran Bretaña por la soberanía por las Islas Malvinas, hace que el planteo caribeño se erija como un tema de gran importancia para nuestro país y para la región en su totalidad. Conocer el desarrollo de esta estrategia tiene la potencialidad de fortalecer las relaciones entre ambas regiones, las cuales poseen grandes puntos de encuentro. La contratación del estudio de abogados británico “Leigh Day”, el cual defendió y consiguió una sentencia a favor de un grupo de ciudadanos keniatas, quienes exigían que Gran Bretaña se hiciera cargo monetariamente de su accionar colonial, marca, desde lo simbólico y lo político, la fortaleza de la propuesta. El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, es uno de sus principales impulsores, y le ha dado una gran relevancia política al tema en su pasado rol de presidente pro témpore de Caricom. Bajo su óptica, no se trata de un mero antojo, sino por el contrario que el bloque regional se encuentra ante la posibilidad de establecer un andamiaje político que funcionará como dispositivo de independencia y soberanía política. Visión, por otra parte, compartida por el cúmulo 11 Caricom. Comunidad del Caribe y Mercado Común. [en línea]. [consulta: 3 de julio de 2015]. Disponible en: <http://www.caricom.org/jsp/pressreleases/pr ess_releases_2014/pres188_14.jsp> de países, funcionarios y actores políticos y sociales involucrados en este causa. En el discurso ya citado, Hillary Beckles, quien además está a cargo de la Comisión de Caricom especializada en llevar adelante las demandas (CaricomReparations Comission), afirmó que “el gobierno de Caricom, como el gobierno de Gran Bretaña, representa a naciones que son independientes e iguales (…) Barcos británicos de esclavos trajeron 5,5 millones de africanos esclavizados a sus colonias caribeñas por 180 años. Cuando la esclavitud fue abolida en 1893, sólo quedaban 800 mil. Es decir, una tasa de retención/supervivencia del 15%. Jamaica recibió 1,5 millones de africanos. Sólo 300 mil quedaron para la emancipación (20%). Barbados recibió 600 mil africanos. Sólo 83 mil estaban para la emancipación (14%). El régimen de esclavitud fue hecho por políticas y actitudes que eran claramente genocidas. (…) La esclavitud terminó en 1838, sólo para ser reemplazada por un siglo de apartheid racial, incluyendo a denigración de asiáticos. El genocidio indígena, la esclavitud africana y su genocidio, y el contrato de esclavitud de los asiáticos, eran tres actos de una sola jugada –un único proceso por el cual el Estado británico extrajo forzosamente la riqueza del Caribe que resulta en su persistente y endémica pobreza (…)”12. La caracterización del coloniaje como genocidio es otra de las apuestas políticas más concisas para llevar adelante este reclamo. Precisamente, la riqueza de este trabajo reside en la posibilidad de echar luz a las coincidencias entre nuestro país y la región en general y aquello que sucede en el Caribe. El antecedente de esta iniciativa, 12 T&T News. CARICOM Reparations Presentation to UK House of Commons. Consulta 3 de julio de 2015. <http://www.trinidadandtobagonews.com/blo g/?p=8337>. º 15 de acuerdo a Gonsalves, fue la encabezada en los primeros años de la década del 2000, por el presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, quien propuso la discusión sobre los efectos del coloniaje en la isla y la necesidad de su consecuente reparación. A tono con su paradójica historia, la cual incluye la derrota de tropas napoleónicas en su suelo, constituir la primera independencia de las Américas, y su presente de permanente reconstrucción marcado por el terremoto sufrido en 2010, Haití promovió en los albores del siglo XXl la disputa contra Francia en relación a su accionar en los siglos pasados en territorio haitiano. El por entonces presidente Aristide, solicitó que el país europeo se hiciera cargo y pagara lo que él denominó una restitución, equivalente a lo que su país debió pagarle a Francia cuando ganó su independencia. París se negó a aceptar el reclamo que luego, tras el golpe de Estado de febrero de 2004 que derrocó a Aristide e impuso a Latortue como nuevo presidente de Haití, fue dado de baja por el país demandante. En 2014, por impulso de los países del Caribe, se decidió construir un monumento cuyo objetivo será el recordatorio permanente a las víctimas de esclavitud. Al mismo tiempo, varios han sido los jefes de Estado que han pronunciado discursos en diversos ámbitos multilaterales, instalando paulatinamente en la agenda internacional el reclamo por las reparaciones por esclavitud. Vale aclarar el peso específico de los países europeos denunciados: Francia, España, Noruega, Suecia, Portugal, Dinamarca, Países Bajos y Reino Unido, para comprender lo emblemático y complejo, al mismo tiempo, de esta proposición. El núcleo central de esta demanda supone una implicación directa entre el pasado, el presente y el futuro. Si el pasado colonial, representa un obstáculo al desarrollo actual en esta región, la posibilidad de cambio y desenvolvimiento de las capacidades productivas y humanas de esta región, a futuro, depende, en parte del cómo se desenvolverá esta disputa. El actual presidente de Caricom y primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, manifestó su intención de dinamizar y otorgarle una mayor visibilidad a este movimiento reparatorio. Tal es así que en la segunda Conferencia sobre Reparaciones por Esclavitud, desarrollada en su país en octubre último, sostuvo la necesidad de negociar con las potencias europeas, y que en caso de que esto no prosperara, el siguiente paso será el de la acción judicial. La concreción de una Comisión de Caricom encargada de este tópico implica la institucionalización de este reclamo a nivel regional. No se trata de, como se ha mencionado en el caso haitiano, un país aislado dirimiendo su futuro contra parte de Europa, sino más bien el Caribe, como tal y como región, exigiendo políticamente la enmienda de una injusticia histórica. En consecuencia, en marzo último, la Comisión de Reparaciones de Caricom (CRC) presentó un plan de diez puntos –Caricom Reparations Justice Program (CRJP)– que desde lo simbólico, político y económico pretende reparar. Si bien existen puntos tales como el pedido de una disculpa pública por parte de Europa hacia el Caribe, otros puntos tienen una potencialidad reparatoria que no debe pasar desapercibida. En orden de aparición, el primero de ellos implica la ya citada disculpa formal por parte de los países involucrados en la esclavitud caribeña. A su vez, la repatriación de aquellos que desean volver a África debe ser garantizada, poniendo a disposición las leyes y medidas diplomáticas necesarias para que esto se cumpla. La reparación del genocidio perpetrado contra los pueblos originarios del Caribe, los cuales según el CRJP, para los años 1700 eran cerca de 3.000.000 de habitantes y para los 2000 alrededor de 30.000, forma parte de los diez puntos º 16 propuestos. Aquí el documento introduce la idea de “rehabilitación” de estas comunidades, al ser las más perjudicadas y marginadas y reclama un programa de desarrollo que los tenga como objetivo. La constitución, por parte de los países europeos demandados, de instituciones culturales que hagan alusión a los Crímenes de Lesa Humanidad que perpetraron en el Caribe es otro de los elementos entendidos como fundamentales. De acuerdo con este plan de reparaciones, los habitantes del Caribe no cuentan con la posibilidad de que su historia colonial de esclavitud sea contada de forma científica y por lo tanto, Europa debería hacerse cargo de financiar este entramado científico-institucional. En torno a la salubridad, el plan menciona la necesidad de combatir los problemas de salud que, en la actualidad, poseen los caribeños descendientes de africanos. La diabetes e hipertensión son dos de las enfermedades que más afectan la región, y son entendidas como consecuencia directa del accionar esclavista. La solución financiera de este dilema excede a la capacidad propia de la región para enfrentarse con el mismo, por ello, las antaño potencias de Europa esclavistas deben proveer los recursos financieros y materiales en ciencia, y tecnología para terminar con esta crisis de salud. Por otro lado, el accionar esclavista se refleja aún hoy en los altos porcentajes de analfabetismo del Caribe, en donde para la década de 1960, cuando los Estados Nación caribeños empezaron a emerger, cerca del 70% de la población negra era analfabeta. Por ello, la tarea alfabetizadora de los gobiernos de la región debe ser dinamizada y acompañado por Europa. Los puntos 7 y 8 están estrechamente vinculados, debido a que ambos expresan como esencial lo relacionado a la constitución de la identidad africana en el Caribe. Así, la construcción de mecanismos que permitan conocer las raíces africanas, para de esa manera contribuir a la edificación de una identidad propia, es considerada clave para superar la fragmentación y contribuir a la cimentación de la región como región en sí misma. Los últimos dos puntos son, quizás, los más contundentes del CRJP, debido a su contenido político y económico. El primero de ellos revela el pasado que compartieron América del Sur y el Caribe, al destacar la impronta propia del esclavismo europeo en toda la región. La frase “Ni siquieralos clavos deben ser hechos en las colonias”, ilumina las características productivas de las colonias en siglos pasados. Dicho en otras palabras, la extracción masiva de materias primas, para que sean las potencias europeas las productoras de los bienes, y el rol meramente pasivo de las colonias como simples compradores de estas manufacturas, es la causa fundamental del atraso productivo, económico y social del Caribe. Como ya se ha mencionado, el pasado esclavista del Caribe se descubre en su presente. La transferencia de tecnología y conocimiento para superar el letargo económico y como herramienta de desarrollo de las industrias del Caribe es uno de los puntos más fuertes de este plan. En la misma línea, el punto 10 trae a colación las deudas contraídas por los países caribeños. Denunciando una vez más las implicancias del colonialismo para los gobiernos caribeños y sus habitantes en la actualidad, los servicios de deuda que arrastran los Estados son consignados como corolario del sistema esclavizador europeo. La ayuda financiera para lidiar con esta realidad, sumada a la posibilidad de cancelar parte de estas deudas, son propuestas aquí. El argumento principal en este sentido centra su atención en el necesario endeudamiento que los Estados fueron obligados a realizar para paliar las consecuencias que el coloniaje tuvo en la vida cotidiana de estos países. De esta manera, la deuda es esencialmente producto directo de la actividad colonial y º 17 por ello debe ser reparada. En conclusión, las reparaciones por esclavitud poseen una potencialidad sin precedentes para la región del Caribe en un doble sentido. En principio, su concreción permitiría al Caribe hacerse de invaluables recursos materiales y simbólicos que le permitirían empezar a dejar de lado su antecedente –no muy lejos en el tiempo– colonial. A su vez, fortalece las capacidades de institucionalizar aun más al Caribe como región autónoma, independiente de otras regiones y potencias. Se debe destacar que Caricom es el segundo bloque regional más longevo. Por otro lado, los puntos 9 y 10 del CRJP poseen elementos que pueden posibilitar el estrechamiento de intereses con la región de América del Sur en general. No deben pasarse por alto los destinatarios de la demanda judicial que lleva adelante Caricom, por un lado, pero tampoco debe desestimarse el marco regional general en el que se lleva a cabo esta iniciativa. La resolución adoptada por Caricom en torno a esta disputa coincide en líneas generales con las definiciones políticas abrazadas por la región latinoamericana en los últimos 10 años. Conocer y comprender los motivos y razones del pedido de justicia reparatorio que llevan adelante los países miembro de Caricom, proporciona elementos que pueden contribuir al fortalecimiento de una integración regional aún más amplia que la actual. 6. INSTITUCIONES Y BLOQUES REGIONALES 6.1. ASOCIACIÓN DE ESTADOS DEL CARIBE i) Origen y composición La Asociación de Estados del Caribe (AEC) apoya su actividad y composición sobre una categoría de cuño propio: el Gran Caribe, “un concepto político creado por esta Asamblea para sentar las bases para la unidad entre los países miembros”. Para el organismo “con este concepto, el más incluyente de los que definen la zona que bordea el Mar Caribe, se hace hincapié en las características comunes históricas, sociales y culturales de sus miembros”. Esto permite que entre los 25 Estados que conforman el bloque no sólo estén presentes las islas que se agrupan en OECO y Caricom: “Geográficamente, vincula a las Antillas y numerosos países cuyos territorios no son del todo del Caribe, pero que comparten con otras zonas como América Central, América del Norte, países andinos y otras áreas de América del Sur”. Por caso, son parte de AEC México, Colombia, Honduras y Venezuela. La Asociación firmó su acta de creación el 24 de julio de 1994, en Cartagena de Indas, “con el propósito de promover la consulta, la cooperación y la acción concertada entre todos los países del Caribe”. En la actualidad, además sus miembros hay otros once países no independientes bajo la categoría de asociados. Integrantes plenos son Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Las Bahamas, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela. Como asociados figuran Aruba, Curazao, Bonaire, Saba, Sint Eustatius, Sint Maarten, Guadalupe, Martinica, Guinea Francesa y Saint Barthelemy. Por otra parte, la Asociación cuenta con 20 países observadores, entre ellos Argentina. ii) Misión y gobierno Según su Convenio Constitutivo, AEC guía su actividad en procura del “fortalecimiento de la cooperación regional y del proceso de integración, con el propósito de crear un espacio económico ampliado en la región; preservar la º 1 8 Fuente: elaboración propia º 19 integridad medioambiental del Mar Caribe, considerado como patrimonio común de los pueblos de la región; y promover el desarrollo sostenible del Gran Caribe”. En la actualidad, centra sus acciones en cuatro “áreas focales”: comercio, transporte, turismo sustentable y desastres naturales. En cuanto a su gobierno, los principales órganos de la Asociación son el Consejo de Ministros, al mando de la formulación de políticas, y la Secretaría General, que a mediados de 2014 encabezaba el embajador Alfonso Múnera Cavadía. El Consejo lo componen los ministros y/o representantes de los Estados Miembro y es el principal órgano definidor de la política y dirección de AEC, que además supervisa el funcionamiento de la Secretaría. Cada año, durante las últimas dos semanas del enero, celebra su reunión ordinaria. La última fue la VI Cumbre de Jefes de Estado y/o Gobiernos, realizada a fines de abril de 2014en Mérida, México, coincidiendo con el vigésimo aniversario del organismo. El Consejo cuenta con una Mesa Directiva, cuyas autoridades –presidente, vicepresidente y relatoría– ejercen el cargo por un año. La Mesa se reúne dos veces al año y, a su vez, preside la reunión intersesional, de la que pueden participar todos los miembros del bloque. Para dotar de contenido a la labor de AEC, el Consejo creó seis Comités Especiales, sobre los ejes de Desarrollo del Comercio y las Relaciones Económicas Externas; Transporte; Turismo Sostenible; Reducción del Riesgo de Desastres; y Presupuesto y Administración. En el caso de la Secretaría –con sede en Puerto España, Trinidad y Tobago– su rol es asistir al Consejo y a los Comités Especiales “en el desarrollo e instrumentación de sus políticas y programas”. Con ese fin, entre otras tareas, se ocupa de “mantener relaciones políticas con los Miembros y mantener contacto con otras organizaciones subregionales, regionales e internacionales”; “acopiar fondos para los proyectos”; y prestar servicios en las reuniones del Consejo de Ministros y los Comités Especiales. iii) Diferencias con Caricom En su sitio web –www.acs-aec.org, disponible en español, francés e inglés, al igual que todos los documentos y las conferencias del bloque– AEC se ocupa de explicar sus diferencias con Caricom. En principio, señala que aquel “está integrado fundamentalmente por el Caribe anglófono” y que sus miembros suman una población consolidada de 13 millones de personas. En cambio, gracias al concepto del Gran Caribe, AEC integra una población de 237 millones de personas. También destaca que mientras “Caricom se enfoca hacia la integración, la AEC hacia la cooperación” y que así como el primero “trabaja en pos de un Mercado y Economía Únicos (CSME)”, la Asociación “es una Zona de Cooperación cuyo énfasis central en la actualidad está dirigidohacia el comercio, el transporte, el turismo sustentable y los desastres naturales”. 6.2. COMUNIDAD DEL CARIBE Y MERCADO COMÚN i) Origen y miembros La Comunidad del Caribe y Mercado Común (Caricom) nació formalmente en 1973, resultado de experiencias previas de integración regional que comenzaron 15 años antes, con la creación en 1958 de la Federación de las Indias Occidentales Británicas. En rigor, Caricom surge del colapso de aquella entidad de fuerte designio británico y de lastre colonial, donde la cabeza era un primer ministro elegido por los miembros de la Cámara de Representantes de Londres y surgido de ese propio cuerpo. Esta y otras imposiciones llevaron a que en febrero de 1962 la Federación se º 20 desmembrara, luego de que Jamaica votara un referéndum para retirarse del bloque, hecho que derivaría en su declaración de independencia –en agosto de ese año–, camino que también tomaría Trinidad y Tobago. Con ese ciclo terminado, algunos dirigentes caribeños buscaron una nueva forma de encauzar la integración. Fue Trinidad y Tobago el que propuso creare una Comunidad que abroquelara no sólo a los 10 miembros de la antigua Federación, sino también a todas las islas del mar Caribe, hayan o no alcanzado su independencia. Con ese fin de celebró una primera Conferencia de Jefes de Gobierno, en julio de 1963. Ya por entonces, desde Barbados, Guyana Británica, Jamaica y Trinidad y Tobago se señaló la necesidad de establecer lazos de cooperación con Europa, África y América Latina. En 1965, las tratativas iniciadas por los ministros de Barbados, Guyana Británica y Antigua permitieron un acuerdo para establecer la Asociación de Libre Comercio del Caribe (Carifta), que entró en vigor el 1 de mayo de 1968, incluida Trinidad y Tobago. Ese mismo año se sumaron Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves; Anguila, Santa Lucía, San Vicente, Jamaica y Montserrat. En mayo de 1971 se incorporó Honduras Británica (hoy Belice). En 1972, durante la Séptima Reunión de Jefes de Estado, los miembros de Carifta decidieron transformar la asociación a un mercado común que, a su vez, se establecería dentro de una Comunidad del Caribe. La iniciativa se concretó al año próximo, en la octava cumbre de líderes en Georgetown, con el apoyo de los integrantes Carifta, a excepción de Antigua y Montserrat. El 4 de julio del ‘73 se concretó el Tratado Chaguaramas, que estableció la Comunidad del Caribe incluyendo el Mercado Común – si bien cada institución tiene una entidad jurídica independiente–, con la firma de los entonces cuatro países independientes: Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, y comenzó a regir el 1 de agosto. Los otros ocho territorios se convirtieron en miembros plenos de derecho el 1 de mayo 1974. Bahamas ingresó el 4 de julio de 1983 pero sólo a la Comunidad. En julio de 1995 fue la incorporación de Surinam y Haití lo hizo en 3 de julio de 2002, como primer Estado de habla francesa en entrar al bloque. En cuanto a los miembros en calidad de asociados, las Islas Vírgenes Británicas y las Islas Turcas y Caicos asumieron ese estatus en 1991; Anguila en 1999, en 2002 fue el turno de las Islas Caimán y en 2003 llegó el de Bermudas. En 1989, el bloque optó por pasar de un mercado común a un mercado único, liberando la economía, para lo cual modificó el acuerdo original, del cual surgiría el Tratado Revisado de Chaguaramas, que establece la Comunidad del Caribe e incluye el Mercado y Economía única de Caricom. El bloque Común –cuya sede se encuentra en Georgetown– tiene 15 miembros plenos: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Santa Lucía; San Cristóbal y Nieves; San Vicente y Granadinas, Suriname y Trinidad y Tobago. También cuenta con cinco Estados asociados: Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán e Islas Turcas y Caicos. ii) Objetivos Para guiar su accionar, la Comunidad se fija 9 objetivos generales, con una fuerte impronta de tipo social. Las metas principales son “mejorar los niveles de vida y de trabajo”; lograr “el pleno empleo de la mano de obra y otros factores de producción”; “la aceleración, coordinada y sostenida, del desarrollo económico y la convergencia”; “la expansión del comercio y las relaciones económicas con terceros Estados”; y “mejorar los niveles de competitividad º 21 internacional”. Por otra parte, Caricom busca lograr “la organización para aumentar la producción y la productividad”; “un mayor grado de influencia económica y la eficacia de los Estados miembros para hacer frente a los terceros Estados, grupos de Estados y entidades de cualquier tipo”; y una “mayor coordinación de las políticas económicas extrajeras” con respecto al bloque. Por último, la Comunidad apunta a “una mayor cooperación funcional”, en lo que toca “al funcionamiento más eficiente de los servicios y actividades comunes para el beneficio de sus pueblos”; “la promoción acelerada de un mayor entendimiento entre sus pueblos y el avance de su desarrollo social, cultural y tecnológico”; y la intensificación de la actividad en áreas clave: salud, educación, transporte y telecomunicaciones. iii) Gobierno Hasta el momento, el bloque lleva realizadas 35 cumbres de mandatarios. La última de ellas fue en Antigua y Barbuda, donde asumió la presidencia pro tempore el primer ministro local, Gaston Browne, con Irwin LaRocque como secretario general. En cuanto a su gobierno, la Comunidad cuenta con dos organismos principales: la Conferencia de jefes de Estado y el Consejo de Ministros. La primera es el órgano que integran los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros, encargados de definir las políticas del organismo y firmar tratados con otros bloques u organismos. La Conferencia cuenta, a su vez, con un buró, compuesto por el presidente actual, su antecesor y su sucesor inmediato. En el caso del Consejo, lo componen los ministros de Relaciones Exteriores de cada país y tiene a su cargo trazar los planes estratégicos, coordinar la integración en distintas áreas y promover la cooperación interna. En un tercer lugar de jerarquía aparecen otras tres entidades: el Consejo de Relaciones Exteriores y Comunitarias (Cofcor); el Consejo para el Desarrollo Comercial y Económico (Coted); el Consejo de Finanzas y Planificación (Cofap); y el Consejo para el Desarrollo Humano y Social (Cohsod). En la actualidad, hay 27 representantes plenipotenciarios de terceros Estados acreditados ante Caricom. En 2013, la Argentina designo por primera vez a un embajador: el diplomático Luis Alberto Martino. El sitio web institucional – www.caricom.org, que está en idioma inglés si bien el español también es idioma oficial del bloque– incluye un apartado con los partidos de la oposición parlamentaria de los países miembro del bloque. Además, Caricom cuenta con un “cuasi-gabinete” de carteras regionales, donde cada miembro se encarga de “encabezar la acción en sectores críticos para la integración de la región y como una visión del desarrollo en el siglo XXI”. Por caso, a mediados de 2014, Servicios estaba en manos de Antigua y Barbuda, en tanto que Bahamas se encargaba de Turismo. En total, son 13 áreas estratégicas, que pueden ser reasignadas por pedidos de los Estados. iv) Instituciones A partir de su tratado constitutivo, Caricom cuenta con varias instituciones encargada de formular políticas y ejecutar actividades de integración, con un ministro del Gobierno por cada Estado. Las siguientes instituciones, muchas aún en estado de formación, integran del bloque: - Corte Caribeña de Justicia (CCJ) - Asamblea de Parlamentarios de la Comunidad del Caribe (ACCP) - Instituto de Investigación y Desarrollo Agrícola del Caribe (Cardi) - Centro caribeño para el Desarrollo Administrativo - Agencia Caribeña de Respuestaa Emergencias y Desastres (Cdera) - Agencia de Salud Pública del º 2 2 Fuente: elaboración propia º 23 Caribe (Carpha) - Instituto Meteorológico del Caribe (CMI) - Organización Meteorológica del Caribe (CMO) 6.3. CORTE CARIBEÑA DE JUSTICIA i) Origen y funciones La Corte Caribeña de Justicia (CCJ) es la máxima instancia judicial de la región, resultado de un proceso que inició en 1970, cuando la delegación jamaiquina de la Sexta Conferencia de Jefes de Gobierno propuso dar forma a un Tribunal de Apelación del Caribe en sustitución del Comité Judicial del Consejo Privado (Privy Council), un órgano británico y con una institucionalidad de reminiscencias coloniales. La CCJ fue establecida el 14 de febrero de 2001, por acuerdo de los Estados miembro de Caricom, con jurisdicción internacional reconocida por otras organizaciones de derecho. El Convenio Constitutivo del tribunal entró en vigor el 23 de julio de 2003 y la CCJ fue inaugurada el 16 de abril de 2005 en Puerto España, Trinidad y Tobago. Pero la CCJ no es sólo el último peldaño judicial para los países de Caricom, sino que, a su vez, funge como tribunal de jurisdicción originaria, encargado de interpretar y aplicar el Tratado constitutivo de la Comunidad del Caribe. En cuanto a su jurisdicción de apelación, como mayor corte municipal de la región, la CCJ se aboca a considerar y decidir sobe apelaciones en materia civil y criminal ante los tribunales de derecho común en las jurisdicciones de los Estados miembro, pero sólo en aquellos que antes hayan aceptado el Convenio Constitutivo de la CCJ y abandonado el Consejo Privado británico. En lo referido a su jurisdicción original, la CCJ dispone la aplicación de normas de derecho internacional en relación con la interpretación y aplicación del Tratado. ii) Composición y competencia El cuerpo cuenta con seis miembros, incluido un presidente. Si bien Caricom firmó la constitución de la CCJ, no todos sus miembros remiten a esta corte: muchos siguen sin desvincularse del Consejo Privado de Londres como mecanismo de apelaciones. En julio de 2014, el presidente de Caricom, Gaston Browne, llamó a la plena incorporación de todos los países del bloque a la Corte. Hasta el momento solo tres países, Barbados, Belice y Guyana, asumen a la CCJ como tribunal de apelaciones. En enero de 2014, Dominica inició el procedimiento para desvincularse del Consejo. Se espera que Granada y Jamaica inicien un camino en ese sentido. En su intervención en la 35 cumbre anual de Caricom, Browne sostuvo que hasta que no se concrete la plena integración de todos los países en la CCJ no se logrará la "soberanía política definitiva" ni "el fin de cualquier vestigio de colonialismo". 6.4. ORGANIZACIÓN DE ESTADOS DEL CARIBE ORIENTAL i) Origen y miembros Con el compromiso de siete países caribeños y la firma del Tratado de Basseterre, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO) nació el 18 de junio 1981, para “cooperar entre sí y promover la unidad y la solidaridad entre los miembros”. Fue otro efecto del colapso de la Federación de las Indias Occidentales y la sumatoria de independencias alcanzadas entre las antiguas colonias británicas. En su interior, OECO acoge a otros dos organismos preexistentes, sucesores de la Federación: el Consejo de Ministros de los Estados Asociados de las Indias Occidentales (WISA) y el Mercado Común del Caribe Oriental (CCME). WISA se constituyó en la secretaría central de OECO º 24 y el CCME, en su secretaría económica. OECO agrupa a nueve Estados. Miembros plenos son Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, mientras que Anguila y las Islas Vírgenes Británicas son asociados. Estos dos últimos países, más Montserrat, son a su vez territorios del Reino Unido. En 2010, el Tratado de Basseterre fue revisado en la 51 Reunión de la Conferencia de Jefes de Gobierno del bloque. De allí surgió un acuerdo que “establece la Unión Económica de la OECO, haciendo posible la creación de un único espacio financiero y económico en el que los bienes, las personas y los capitales circulan libremente, las políticas monetarias y fiscales están armonizados y los países siguen adoptando un enfoque común para el comercio, la salud, la educación y la medio ambiente”. ii) Misión OECO busca contribuir “al desarrollo sostenible” de los integrantes del bloque, mediante “el apoyo a su inserción estratégica en la economía mundial y maximizando los beneficios derivados del espacio colectivo”. En concreto, el Tratado de Basseterre apunta a promover “la cooperación entre los Estados miembros y el nivel regional e internacional”; y “la unidad y la solidaridad entre los Estados miembros y defender su soberanía, integridad territorial e independencia”. Además, se propone “ayudar” a los países del Organismo “en la realización de sus obligaciones y responsabilidades para con la comunidad internacional; “tratar de alcanzar el nivel máximo posible de armonización de la política exterior entre los Estados miembros; adoptar posiciones comunes en cuestiones internacionales y establecer y mantener las disposiciones para representaciones conjuntas en el exterior y/o servicios comunes”. Otro objetivo es “promover la integración económica entre los Estados miembros” y lograr todos estos fines señalados “a través de sus respectivas instituciones, mediante la discusión de cuestiones de interés compartido, por acuerdo y acción común”. iii) Gobierno En cuanto a su gobierno, OECO cuenta con una multiplicidad de instancias. Tiene en su cima una Autoridad compuesta por los jefes de gobierno de los Estados miembro. Como órgano máximo, es responsable de la dirección general y el control del cumplimiento de las funciones de la Organización. La Autoridad tiene una presidencia rotativa de duración anual, siguiendo un orden alfabético, y mantiene dos reuniones cada 12 meses. El principal órgano administrativo es la Comisión de OECO, que comprende a la Secretaría Central –con sede en Castries, Santa Lucía– y al director General, responsable del manejo cotidiano del bloque. La Comisión hará recomendaciones a la Autoridad y el Consejo de Ministros en relación con la formación de leyes y reglamentos de la Organización. El Consejo de Ministros lo integran funcionaros que designa cada Estado y su función es tomar acciones a partir de las cuestiones planteadas por la Autoridad y, a su vez, hacerle recomendaciones. Por otra parte, el Consejo se encarga de examinar e informar sobre las recomendaciones de la Comisión. En cuanto a la Asamblea del Organismo, la componen representantes de los parlamentos y legislaturas de los miembros. Se encarga de considerar e informar a la Autoridad sobre cualquier propuesta de promulgar una ley y lo mismo hace con respecto al Consejo de Ministros sobre iniciativas de regulaciones remitidas al cuerpo legislativo. º 25 También existe un Consejo de Asuntos Económicos, compuesto por los ministros de esas carteras de cada Estado y guiado por el Protocolo de Unión Económica. iv) Moneda En uno de sus rasgos distintivos, las islas de OECO comparten una moneda única: el dólar del Caribe Oriental (ECD). Cada dólar americano vale 2,70 ECD. El Banco Central del Caribe Oriental (ECCB), como autoridad monetaria de los siete miembros plenos de OECO y de Anguila, supervisa el funcionamiento de la moneda. En el caso de las Islas Vírgenes Británicas, usan el dólar estadounidense. v) Justicia Los miembros de OECO comparten su propia Corte Suprema: el Tribunal Supremo del Caribe Oriental, que incluye al Tribunal Superior y al Tribunal de Apelación. En caso de apelaciones finales, la resolución queda en manos del Consejo Privado del Reino Unido. En enero de 2012, durantela 54 Cumbre de la Autoridad de OECO, los líderes de los países miembros discutieron sobre la conveniencia de aceptar la jurisdicción de la Corte Caribeña de Justicia (CCJ), creada bajo la órbita de Caricom. Coincidieron en que, fruto de las diferentes normativas constitucionales en cada Estado, una adhesión simultánea al tribunal no era la mejor opción. Como resultado, se informó que “todos los países miembros de la OECO se han comprometido a adherirse a la jurisdicción de apelación de la CCJ en el menor tiempo posible y con este fin (…) se facilitará e intensificará la discusión pública”. 6.5. PETROCARIBE i) Origen y composición Fruto de la iniciativa del presidente venezolano, Hugo Chávez, Petrocaribe, “Energía para la Unión”, nació con el objetivo de conformar un nuevo polo para el desarrollo petrolero, a partir del acuerdo entre el gobierno de Caracas y un grupo de países caribeños y de Centro América que obtienen el barril de crudo en condiciones de preferencia. El Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe fue suscripto el 29 de junio de 2004, durante el I Encuentro de Jefes de Estado y/o de Gobiernos del Caribe sobre Petrocaribe, celebrado en Puerto La Cruz. En esa oportunidad, el Acuerdo fue subscripto por 14 países: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela. Luego, con el ingreso de Honduras, Nicaragua, Guatemala y Haití, el organismo llegó a sus 18 miembros actuales. La incorporación de El Salvador, si bien muy avanzada, hacia fines de 2014 aún no se había concretado en el parlamento de ese país. En su origen, bajo la impronta de Chávez, los Estados que constituyeron Petrocaribe se manifestaron “preocupados por las tendencias de la economía mundial y, particularmente, por las políticas y prácticas prevalecientes en los países industrializados que pueden conducir a una mayor marginación de los países del Tercer Mundo más pequeños y con economías más dependientes”. Una vez conformado, el bloque petrolero sentó sus bases en una serie de “principios políticos”: unión, solidaridad, cooperación, complementariedad, seguridad energética, desarrollo socioeconómico, empleo soberano de los recursos energéticos, visión conservacionista y mirada hacia el Sur. Como uno de los eslabones de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el surgimiento de Petrocaribe supuso que Venezuela º 26 redefiniera su política energética, a través del fortalecimiento de la estatal PDVSA y la creación de la filial PDV Caribe SA. En el plano internacional, Petrocaribe sostiene una “visión solidaria, complementaria y unificadora, como mecanismo para liberar a los pueblos hermanos de las enormes dificultades de acceso a los recursos energéticos, que acentúan las desigualdades sociales y deterioran la calidad de vida”, con la mira puesta en “construir la soberanía y seguridad energética de los países miembros”. ii) Naturaleza jurídica y objetivos De acuerdo a los dos primeros artículos de su estatuto, Petrocaribe constituye “una organización intergubernamental de carácter permanente”, abocada a “coordinar las políticas públicas en materia de energía de los países miembros”, para así lograr 1) “minimizar el riesgo asociado con la seguridad de suministro de energía”; 2) “defender el derecho soberano de administrar la tasa de explotación de los recursos naturales no renovables y agotables”; 3) “minimizar los costos de transacciones de la energía” y 4) conseguir el “aprovechamiento de los recursos energéticos para solventar las asimetrías en el marco de integración regional”. Con ese objetivo, el organismo también se fija como meta 5) “crear mecanismos para asegurar que los ahorros derivados de la factura energética” conseguida por esta vía se empleen “para el desarrollo económico y social, el fomento de empleo, el incremento de actividades productivas y de servicios, de salud pública, de educación, de cultura, y de deporte”, para que “los beneficios derivados de Petrocaribe sean un aporte sustancial a la lucha contra la pobreza, el desempleo, el analfabetismo y la falta de asistencia médica”. iii) Gobierno A nivel interno, Petrocaribe tiene como órgano máximo un Consejo Ministerial, compuesto por los ministros de Energía de los países miembros. Se encarga de “delegar funciones y responsabilidades” entre las otras autoridades del bloque; “acordar y aprobar los tópicos de interés prioritario para la organización”; “ejercer la máxima instancia de rendición de cuentas” de la Secretaría Ejecutiva; y “acordar el ingreso de nuevos miembros”. El consejo debe celebrar cada año una reunión ordinaria –la VII y al momento última cumbre fue en mayo de 2013– y, de ser necesario, puede disponer encuentros extraordinarios –el II encentro de este tipo tuvo lugar en diciembre pasado–. En segundo orden de jerarquía aparece una Secretaría Ejecutiva, al mando del Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela y dedicado a “gerenciar y administrar directamente los asuntos de Petrocaribe”; “asegurar la ejecución y realizar el seguimiento de las decisiones adoptadas en el Consejo”; “establecer la prioridad de los estudios y proyectos definidos” por ese órgano y proponerle “la asignación de recursos para la conducción de los estudios que sean necesarios”. iv) Herramientas de Petrocaribe Para cumplir las metas de Petrocaribe, la estatal PDVSA creó PDV Caribe SA, su “filial de propósitos especiales”, encargada en esencia de “apoyar la planificación, organización y desarrollo conjunto de capacidades de transporte, recepción, almacenamiento, distribución y comercialización de hidrocarburos, a través de un suministro directo, seguro y confiable para los países caribeños y centroamericanos, con el fin de impulsar su desarrollo sustentable”. Entre otras tareas, también busca concretar la constitución de empresas mixtas y se ocupa de impulsar proyectos de infraestructura para el “manejo soberano de la energía en el Caribe y Centroamérica”, así como iniciativas sociales. Para esto, recurre al º 27 financiamiento de otra de las herramientas de Petrocaribe: el Fondo Alba Caribe, definido como “una de las puntas de lanza” de las acciones tendientes a “disminuir las grandes brechas de la exclusión, la inequidad y desigualdad social y económica de los pueblos, con esquemas de cooperación no tradicional que entiendan y aborden la pobreza como un fenómeno estructural y multidimensional”. El Fondo financia programas y proyectos sociales y de desarrollo económico mediante cooperativas y PyMEs. Petrocaribe informó que por esta vía ya lleva distribuidos U$S 179 millones en 85 proyectos, en 11 países de la región; y otros U$S 29 millones de dólares en tres proyectos eléctricos. En cuanto a las mencionadas empresas mixtas que impulsa el bloque, desde el surgimiento de la iniciativa se constituyeron en nueve países miembros: Belice, Cuba, Dominica, Granada, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, y San Vicente y las Granadinas. En cada caso, se conforman con acciones a manos de Venezuela y de los gobiernos locales. Petrocaribe asegura que esto facilitó que muchos Estados lleven adelante “proyectos de infraestructura energética que han consolidado paulatinamente el proceso de independencia energética regional”, sin perder el ya señalado enfoque social. 7. MEDIOS E INTEGRACIÓN 7.1. BREVE HISTORIA Los procesos políticos que vivió el Caribe encuentran su correlato en la historia de los medios de comunicación. De esta manera, es posible delimitar tres grandes momentos en la vida de esta subregión en que se generaron nuevos medios de comunicación: la primera etapa emancipatoria en el siglo XIX; una segunda, en la segunda mitaddel siglo XX; y la globalización digital de fines del siglo XX y principios del XXI. El Jamaica Gleaner, de 1834, editado en inglés, y el haitiano Le Nouvelliste, de 1898, en francés, son dos de los diarios más emblemáticos e históricos del Caribe, que sobrevivieron a todo tipo de catástrofes y aún son editados en papel. En el caso del periódico jamaiquino, debido a dos incendios en su planta de impresión, debió ser impreso temporalmente por el gobierno –incluso llegó a ser una empresa pública hasta que salió a cotizar en la bolsa–. Imprimió durante tres años el diario norteamericano The Miami Herald y hoy tiene ediciones de ultramar en Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos. En el caso del haitiano Le Nouvelliste, por el terremoto de 2010 suspendió temporalmente su edición impresa y siguió saliendo en internet hasta que meses después logró volver a reeditarse. The Guardian, de Trinidad y Tobago; The Crusader, de Santa Lucía; The Vincentian, de San Vicente y las Granadinas; y The Chronicle, de Dominica, completan una larga lista de diarios y periódicos del Caribe, que marcan una tradición de la prensa de esta subregión, previa a la gran ola emancipatoria de mediados del siglo XX. Posterior a este proceso, quizá el medio más emblemático fue Caribbean News Agency (CANA), nacida en 1976 como una respuesta de los diarios y periódicos de habla inglesa de la subregión para dejar de depender económicamente e informativamente de la agencia británica Reuters. Unos años antes en radio había nacido la Caribbean Broadcasting Union (que hoy tiene presencia en 18 países). Y fue así que en 2000 estas dos entidades se fusionaron para formar la Caribbean Media Corporation, que desde Barbados presta servicios a los medios de comunicación de la subregión de habla º 28 inglesa. Pero si el camino que hicieron los medios de comunicación en los países de habla inglesa y francesa estuvo marcado por los procesos políticos nacionales y subregionales, la situación no fue distinta en los de habla hispana. Fue la Revolución Cubana la que le imprimió a los diarios una renovada importancia en la subregión, a partir de la creación de dos grandes medios: la agencia Prensa Latina (1959) y el periódico Granma (1965), destinados informar sobre las noticias de la región y a Cuba, respectivamente. Con una sección específica sobre Centroamérica y Caribe, Prensa Latina tiene desplegados corresponsales y por su caudal informativo se convirtió en un medio de referencia para las noticias regionales. La tercera gran ola de creación de nuevos medios de comunicación en el Caribe se produjo a partir de la globalización digital y la facilitación de las condiciones para tener portales online. De esta manera, se propagaron diarios que tienen escasas producción propia de contenidos, que se concentran en las noticias deportivas y el show business. 7.2. INTEGRACIÓN Y COLONIALISMO Las relaciones internacionales de los países del Caribe aún están cruzadas por la historia colonial que muchos de ellos tuvieron y que algunos de ellos aún conservan. Los medios de comunicación no escapan a esa realidad y por eso del análisis del Documento de Trabajo “Integración y medios de comunicación” realizado por este Observatorio se desprende que bloques regionales como el Caricom ya están legitimados y ganan espacio en las noticias frente a las crónicas sobre Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países Miembros de los Organismos Internacionales º 29 europeos, pero no así aún la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Petrocaribe y Unasur. Sin embargo, no es una realidad aplicable en forma pareja a todos los países de la región, sino más bien que lo que la caracteriza es la disparidad con que los medios de las diferentes naciones relatan o no con frecuencia lo que sucede en los bloques de integración regional. Mientras que a grandes rasgos los medios de Aruba, Puerto Rico, Barbados o Granada aún tienen una tendencia a mirar más hacia Estados Unidos y Europa, Cuba, Haití y Santa Lucía lo hacen más hacia Sudamérica. De esta manera, es habitual que en el Barbados Today y Barbados Advocate salgan noticias sobre las predicciones económicas del FMI o los procesos políticos europeos y norteamericanos, o que en el Washington Post Granada –filial local de la cabecera de Estados Unidos– se reproduzcan íntegros editoriales escritos en Norteamérica. En contraposición, por ejemplo, los medios relevados de Santa Lucía, reflejan un creciente acercamiento a los bloques de integración regional, frente a la habitual gravitación que tuvieron Estados Unidos e Inglaterra en esta isla de 617 kilómetros cuadrados. En ese sentido, es interesante resaltar el reconocimiento de los medios al legado del ex presidente venezolano Hugo Chávez a partir de su fallecimiento, incluso por parte de aquellas líneas editoriales que no comulgan con el chavismo. Esa tensión entre las tradicionales relaciones internacionales de los países del Caribe y el espacio que se abre a partir de la consolidación de los bloques regionales se vio reflejada, por ejemplo, cuando St. Lucía News consignó que el Partido de los Trabajadores Unidos (UWP) pidió que el primer ministro, Kenny Anthony, diera precisiones sobre el acuerdo alcanzado con la Alianza Bolivariana porque, entre otras cosas “los miembros del ALBA han acordado apoyar a Argentina sobre las Islas Malvinas”. 7.3. DEL CARICOM A LA CELAC Del citado Documento de Trabajo también se desprende que las menciones de los medios de comunicación respecto de los bloques de integración regional las encabezan Caricom y la siguen Petrocaribe, en particular por la participación económica que Venezuela le imprimió a este bloque en los diferentes países del Caribe. La ideologización que algunos medios hacen de estas relaciones internacionales los lleva muchas veces a publicar los temas de Petrocaribe en la sección economía en forma positiva, mientras que en política se le hacen críticas a este tipo de integración. En tanto, la realización de la Cumbre de la Celac en La Habana, Cuba, el 28 y 29 de enero de 2014, implicó que los medios de comunicación del Caribe le dedicaron un destacado espacio al bloque regional, en general con una visión de que se trata de una alianza estratégica para sus países. En ese contexto, por ejemplo, el Jamaica Gleaner publicó13 un artículo del director del Consejo del Caribe, David Jessop, en el que afirmó: “A pesar de que la nueva agrupación ha sido defendida por los países latinoamericanos de izquierda, representa un deseo más amplio de establecer un marco político basado en las similitudes en el pensamiento entre los países miembros y el deseo de representar auténticamente los puntos de vista de los dos tercios meridionales del hemisferio a 13 Jamaica Gleaner. CELAC Offers New Strategic Possibilities. Consulta 3 de julio de 2015. <http://jamaica- gleaner.com/gleaner/20140119/business/busin ess84.html>. º 30 un mundo en el que la ubicación del poder ha cambiado significativamente en la última década”. Además de aparecer en la página del Consejo del Caribe (www.caribbean-council.org), el artículo de David Jessop también fue publicado por otros medios de comunicación de la región, como Dominican Today, Barbados Advocate y Trinidad Tribune, entre otros. Por su parte, el periódico haitiano Le Nouvelliste remarcó que los 33 países miembro declararon la región como “zona de paz” en la que se renuncia al uso de la fuerza para resolver los diferendos limítrofes. No obstante, en Haití, la atención estuvo puesta en la controversia por el trato a los inmigrantes haitianos en República Dominicana, a partir de un fallo de la Corte Suprema de ese país. Fue entonces, que Le Nouvelliste destacó el apoyo
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