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FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AMBIENTALES LA EPIGENÉTICA COMO NUEVA DIANA TERAPÉUTICA EPIGENETICS AS A NEW THERAPEUTIC TARGET Autor: Marina González Zuloaga Tutores: María Paz Herráez Ortega Marta Lombó Alonso GRADO EN BIOTECNOLOGÍA Julio, 2023 Quisiera agradecer especialmente a mis tutoras Mª Paz Herráez Ortega y Marta Lombó Alonso la ayuda que me han proporcionado para la realización de este trabajo fin de grado. Índice Introducción ............................................................................................................................................ 1 Metodología ............................................................................................................................................ 2 Mecanismos y marcas epigenéticas: metilación del DNA, modificaciones de las histonas y RNAs no codificantes .............................................................................................................................................. 2 1. Metilación del DNA .................................................................................................................... 2 2. Modificaciones de las histonas .................................................................................................... 6 3. RNAs no codificantes .................................................................................................................. 9 Heredabilidad de las marcas epigenéticas, imprinting genómico y remodelación de las marcas epigenéticas durante el desarrollo. ........................................................................................................ 12 Heredabilidad de las marcas epigenéticas a través de las divisiones mitóticas ................................. 12 Remodelación de las marcas epigenéticas durante el desarrollo embrionario y heredabilidad entre generaciones ...................................................................................................................................... 13 Imprinting genómico ......................................................................................................................... 14 Alteraciones del patrón epigenético y enfermedad. Influencia del ambiente en los cambios epigenéticos. .......................................................................................................................................... 15 La actividad epigenética como diana terapéutica .................................................................................. 16 1. Medicamentos epigenéticos o “epidrugs” ................................................................................. 16 2. Tratamientos epigenéticos contra el cáncer ............................................................................... 20 3. Terapias epigenéticas para combatir otras enfermedades o trastornos ...................................... 25 Conclusiones ......................................................................................................................................... 27 Referencias ............................................................................................................................................ 28 Resumen La epigenética estudia los cambios en la expresión génica que no implican cambios en la secuencia del DNA, así como los mecanismos que los regulan. Se consideran mecanismos epigenéticos la metilación del DNA, las modificaciones postraduccionales de las histonas y los RNAs no codificantes. Todas estas marcas se encuentran interrelacionadas e interaccionan entre ellas para producir variaciones en el fenotipo a partir de diferentes estímulos, permitiendo o inhibiendo la expresión de diferentes genes. La actividad epigenética regula multitud de procesos biológicos, y su alteración puede provocar el desarrollo de patologías. Debido a que el establecimiento de marcas epigenéticas es un proceso reversible, la intervención en los procesos epigenéticos se ha planteado como una novedosa alternativa terapéutica a los tratamientos tradicionales. El modo de acción de estos nuevos medicamentos consiste en inhibir ciertas enzimas que realizan las modificaciones epigenéticas para permitir que el epigenoma vuelva a su estado fisiológico. Actualmente, algunas de estas terapias están clínicamente aprobadas, principalmente para el tratamiento del cáncer y, más concretamente, los hematológicos, así como de patologías cardiacas. Sin embargo, la mayoría de los tratamientos de este tipo se encuentran en estudios en fase II o III, por lo que es necesaria una mayor investigación para que estos avances puedan aplicarse a más patologías. Palabras clave: cáncer, epidrugs, epigenética, metilación del DNA, modificaciones de las histonas, RNA no codificante. Abstract Epigenetics is a branch of biology that studies the changes in gene expression that do not imply modifications in the DNA sequence or either in the mechanisms that regulate such modifications. Among the epigenetic mechanisms DNA methylation, histone modifications, and non-coding RNAs are the most studied. All these marks are interrelated and interact with each other in order to produce variations in the phenotype responding to different stimuli, allowing or inhibiting the expression of certain genes. Epigenetic activity regulates multiple biological processes, and its alteration can cause the onset of some pathologies. Since the establishment of epigenetics marks is a reversible process, the modulation of some of these marks is considered a novel therapeutic treatment alternative to traditional ones. The mode of action of these new drugs is based on inhibiting certain enzymes that catalyze epigenetic modifications, allowing the epigenome to return to its physiological state. Nowadays, some of these therapies are being applied, mainly used to treat some types of cancer, especially the hematological ones, as well as cardiac pathologies. However, most of this kind of treatments are currently in Phase II or III trials, so more research is still needed to enable a clinical application of these advances to a greater number of pathologies. Keywords: cancer, DNA methylation, epidrugs, epigenetics, histone modifications, non- coding RNA. Abreviaturas 5caC: 5-carboxilcitosina 5hmC: 5-hidroximetilcitosina 5mC: 5-metilcitosina AML: leucemia mieloide aguda AMPK: proteína quinasa activada por AMP BER: reparación por escisión de base BPA: bisfenol A CGI: isla CpG circRNA: RNA circular CpG: citosina-guanina CTCL: linfoma de células T cutáneo DNA: ADN (ácido desoxirribonucleico) DNMT: DNA metiltransferasa EGCG: galato de epigalocatequina EZH2: histona-lisina metiltransferasa Enhancer of zeste homolog 2 GNAT: N-acetiltransferasa relacionada con Gcn5 HAT: histona acetil transferasa HDAC: histona deacetilasa HDM: histona demetilasa HMT: histona metiltransferasa HSC: células troncales hematopoyéticas ICR: región de control del imprinting KMD: lisina demetilasa KMT: lisina metiltransferasa lncRNA: RNA no codificante largo LVH: hipertrofia ventricular izquierda miRNA: micro RNA MM: mieloma múltiple MYST: familia de histona acetiltransferasas nombrada a partir de sus miembros principales (MOZ, Ybf2, Sas2 y Tip60) ncRNA: RNA no codificante PCNA: antígeno nuclear de células en proliferación PGC: célula germinal primordial piRNA: RNA que interacciona con PIWI PIWI: abreviatura de P-element induced wimpy testis PRC1 y 2: complejo represivo Polycomb 1 y 2 PRMT: argininas metiltransferasas proteicas PTCL: linfoma de células T periférico PTM: modificación post-traduccional RG108: N-ftalil-L-triptófano RISC: complejo de silenciamiento inducidopor RNA RNA: ARN (ácido ribonucleico) SAM: S-adenosil metionina siRNA: RNA pequeño de interferencia sncRNA: RNA no codificante pequeño TDG: timina DNA glicosilasa TET: ten-eleven translocation UHRF1: proteína similar a ubiquitina con dominios PHD y dedos RING 1 XIST: transcrito específico del cromosoma X inactivo 1 Introducción La epigenética es la rama de la Biología que estudia aquellos cambios en la expresión génica que no implican la modificación de la secuencia de DNA, así como los mecanismos que los regulan. El concepto de epigenética ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, y ha adquirido nuevos significados a medida que se han realizado nuevos descubrimientos (Walton, 2016). Cuando Crick planteó el dogma central de la biología molecular en 1957 estableció que el flujo de información genética en la célula seguía una única dirección, de DNA a RNA y de RNA a proteínas (Crick, 1970). Sin embargo, actualmente se acepta que estos tres elementos interaccionan entre sí mediante complejas reacciones regulando la expresión génica y posterior fenotipo (Zhang et al., 2020). El término epigenética fue acuñado por el biólogo del desarrollo Conrad H. Waddington. El embriólogo define la epigenética como una nueva rama de la biología que estudia la relación entre los genes y la expresión de sus productos, las proteínas, lo cual transforma el genotipo en un fenotipo determinado (Waddington, 1957). Propone una visual metáfora para explicar el concepto, en la que compara una célula en desarrollo con una bola que va rodando y que escoge unos caminos u otros en función de diferentes factores tanto internos como externos (Fig. 1) (Waddington, 1957). De esta forma asemeja los caminos a las distintas rutas de diferenciación que puede tomar una célula, influenciada por factores tanto intra como extracelulares que permiten la expresión y/o silenciamiento de los genes (Herráez et al., 2022). La definición de epigenética propuesta por Riggs en 1966 refleja mejor la concepción actual que tenemos de este campo. El genetista la describió como “el estudio de los cambios heredables mediante mitosis y/o meiosis en la función de los genes, que no pueden ser explicados por los cambios en la secuencia de DNA” (Felsenfeld, 2014). Figura 1. Esquema dibujado por Waddington como explicación a su metáfora acerca de la diferenciación celular (Waddington, 1957). 2 Actualmente, la epigenética y los tratamientos que se basan en ella son temas que se encuentran en constante investigación, y cuya relevancia se hace cada vez más patente. Cada vez se conocen más a fondo la regulación y función de estas marcas epigenéticas. Se diferencian principalmente 3 mecanismos epigenéticos: la metilación del DNA, las modificaciones de las histonas y los RNAs no codificantes; los cuales se explicarán a continuación. Metodología Para la realización de la revisión bibliográfica se ha realizado una búsqueda en bases de datos que contienen diferentes artículos y revisiones como PubMed y ScienceDirect. Esta búsqueda se ha efectuado en el periodo entre septiembre de 2022 y junio de 2023. Se han introducido diferentes términos en el buscador, siempre en inglés, como: “epigenetics”, “DNA methylation”, “histone modifications”, “non-coding RNAs”, “epigenetic environment”, “epidrugs”, “epigenetic treatments”, “epigenetic disease”, “cancer epigenetics”, “hematological malignancies epigenetics” o “left ventricular hypertrophy”. En cuanto a los filtros utilizados, normalmente se utilizó un límite de fecha de 5 años de tal forma que se mostraban solamente aquellos artículos más recientes. En algunas ocasiones, también se activaron los filtros que limitan la búsqueda a revisiones y libros para poder encontrar información más general y descriptiva, descartando artículos de investigación y estudios clínicos. Se ha procurado utilizar como referencia artículos y libros provenientes de fuentes fiables y con una información lo más actualizada posible. Mecanismos y marcas epigenéticas: metilación del DNA, modificaciones de las histonas y RNAs no codificantes 1. Metilación del DNA La metilación de las bases del DNA fue el primer mecanismo epigenético en ser descrito y, por tanto, del que se conoce una mayor cantidad de información. En 1965 fue mencionado por primera vez este proceso, aunque pasaron varias décadas hasta que se comprendió en su totalidad y se descubrieron las enzimas que lo llevan a cabo (Peixoto et al., 2020). Las bases del DNA se pueden modificar mediante la adición de grupos metilo o hidroximetilo unidos 3 covalentemente a los nucleótidos. En los vertebrados las metilaciones suelen ocurrir en las citosinas y rara vez en adeninas (Herráez et al., 2022). La base metilada más abundante es la 5- metilcitosina o 5mC, la cual consiste en una citosina a la que se le ha adicionado un grupo metilo. Normalmente tiene lugar en los residuos de citosina que se encuentran unidos mediante un enlace fosfodiéster a residuos de guanina (CpGs) (Meng et al., 2015). 1.1. Metilación mediada por DNA metiltransferasas (DNMTs) El proceso de metilación de la citosina está catalizado por las DNA metiltransferasas (DNMTs). Estas enzimas añaden covalentemente un grupo metilo a la posición 5 en el anillo de la citosina con ayuda del cofactor S-adenosil metionina (SAM) (Meng et al., 2015). La disponibilidad de este metabolito depende de la capacidad de regeneración de la metionina a partir de la homocisteína mediante el denominado ciclo de SAM (Fig. 2). (Murín et al., 2018). En mamíferos encontramos cinco tipos de DNA metiltransferasas: DNMT1, DNMT2, DNAMT3a, DNMT3b y DNMT3L. Cada una de estas enzimas tiene una función biológica diferente que complementa y regula los patrones de metilación junto a las demás. Según el momento y el proceso de la metilación podemos diferenciar entre metilación de novo o de mantenimiento (Mondal et al., 2022). Las metiltransferasas de novo (DNMT3a, DNMT3b y DNMT3L) se dirigen a aquellos dinucleótidos CpG previamente sin metilar (Fig. 3) (Mondal et al., 2022). DNMT3a y DNMT3b poseen especificidad tanto por las hebras de DNA hemimetiladas como por las hebras sin metilar, y se unen a ellas catalizando la adición de grupos metilo (Meng et al., 2015). En cambio, la enzima DNMT3L no posee los aminoácidos necesarios para la actividad metiltransferasa en el dominio C-terminal, por lo que no es catalíticamente activa. Actúa de Figura 2. Ciclo de regeneración del metabolito SAM cuando actúa como donador del grupo metilo. Modificado de James et al., 2002. 4 forma indirecta como factor regulatorio, ya que se une a las enzimas DNMT3a y DNMT3b y aumenta su afinidad por el cofactor SAM (Mondal et al., 2022). Para evitar que se metilen regiones génicas de forma aleatoria, las metiltransferasas reconocen modificaciones en las colas de las histonas como H3K36me3 (trimetilación de la lisina 36 de la histona 3) o H3K4 (lisina 4 de la histona 3) sin metilar, por lo que existen mecanismos de regulación de la metilación a través de las histonas (Chen y Zhang, 2020). El papel de la metilación de novo es esencial durante el desarrollo embrionario, proceso durante el que, como veremos más adelante, ocurre de forma temprana una ola de desmetilación del genoma. La expresión de estas metiltransferasas es especialmente elevada tras la implantación y permite la metilación del genoma de nuevo. DNMT3A colabora en el imprinting de diferentes regiones metiladas mientras que DNMT3B metila las repeticiones en los centrómeros y las islas CpG en el cromosoma X inactivado (Meng et al., 2015). La metilación de mantenimiento es llevada a cabo por la enzima DNMT1, la cual copia los patrones de metilación preexistentes durante la replicación del DNA (Fig. 3). Las DNMT1 son enzimas específicas de este procesoya que poseen una gran afinidad por las hebras hemimetiladas (Meng et al., 2015). La enzima DNMT1 funciona en asociación con las proteínas PCNA (antígeno nuclear de células en proliferación) y UHRF1 (proteína similar a ubiquitina con dominios PHD y dedos RING 1) (Chattopadhyaya y Ghosal, 2022). Con ayuda de estas proteínas, la enzima reconoce la cadena hemimetilada y adiciona grupos metilo en los sitios CpG de la cadena recién sintetizada, generando una hebra de DNA con los mismos patrones de metilación que la original. La metilación de mantenimiento permite preservar el patrón de metilación durante las divisiones mitóticas. Es por esta razón que se detecta una alta expresión de esta enzima en las células en división (Meng et al., 2015). Figura 3. Esquema de los procesos de metilación de novo y de mantenimiento en el DNA llevados a cabo por las DNMT y ciertos cofactores. Modificado de Chattopadhyaya y Ghosal, 2022. 5 1.2. Desmetilación y nucleótidos intermediarios En el proceso de metilación y desmetilación de la citosina existen otros nucleótidos que actúan como intermediarios. Estos nucleótidos son la 5-hidroximetilcitosina (5hmC), que se presenta frecuentemente, y los productos resultantes de la oxidación, que son más raros: 5-formilcitosina (5fC) y 5-carboxilcitosina (5caC). Estas formas oxidadas pueden volver al estado original desmetilado mediante la timina DNA glicosilasa (TDG). La 5hmC se forma con la adición de un grupo hidroxilo a la 5mC catalizado por las enzimas TETs (ten-eleven translocation). Las enzimas TET son citosinas dioxigenasas y las 3 clases principales se denominan TET1, 2 y 3. Poseen un dominio catalítico que oxida el grupo 5-metilo de la citosina en 5-hidroximetilo y, consecuentemente, en el resto de las formas oxidadas, 5fC y 5caC. Dentro de las formas oxidadas, la más estable es 5hmC y se encuentra presente en los lugares de unión de los factores de transcripción y de forma menos abundante en las zonas de los promotores. Estas bases oxidadas pueden ser eliminadas mediante las proteínas que intervienen en la vía de reparación por escisión de base (BER) (Meng et al., 2015). 1.3. Función biológica En cuanto a su función biológica, la metilación principalmente interviene en el silenciamiento de la expresión de los genes en eucariotas. Juega un papel esencial en numerosos procesos como el desarrollo embrionario o la expresión diferencial de los genes en función del momento y tejido (Fardi et al., 2018). En numerosas ocasiones, aunque no siempre, la metilación del DNA en las regiones promotoras desencadena el silenciamiento génico ya sea evitando o promoviendo la unión de ciertas proteínas reguladoras al DNA. Por una parte, puede bloquear la unión de los factores transcripcionales impidiendo de esta forma la posterior transcripción de los genes que regulan. Por otro lado, la metilación promueve el reclutamiento de proteínas con dominios de unión a grupos metilo, las cuales interaccionan con enzimas que provocan la represión génica (Sharma et al., 2010). 1.4. Islas CpG Como ya se ha mencionado, las metilaciones ocurren principalmente en los dinucleótidos CpG, los cuales se encuentran distribuidos a lo largo del genoma en las secuencias repetidas, el cuerpo de los genes o las regiones intergénicas (Li et al., 2021). En los mamíferos, existen unas regiones denominadas islas CpG o CpG islands (CGIs) en las cuales hay una particular concentración de estos dinucleótidos (Sharma et al., 2010). Sin embargo, al contrario que los 6 dinucleótidos CpG dispersos por el genoma, las islas CpG suelen encontrarse sin metilar (Meng et al., 2015). La gran mayoría de las islas CpG se sitúan en las regiones de los promotores de los genes. Son las más estudiadas, ya que entre el 50 y el 70% de los promotores se encuentran enriquecidos en CpGs, sobre todo los que regulan los genes housekeeping y específicos de tejido (Angeloni y Bogdanovic, 2021). Estas islas permiten la transcripción de los genes adyacentes debido a que, al encontrarse en estado de hipometilación, la secuencia de los promotores es accesible para la polimerasa y los factores de transcripción (Blackledge y Klose, 2011). 2. Modificaciones de las histonas Los nucleosomas constituyen la unidad básica de estructuración de la cromatina. Están formados por una hebra de DNA de 146-147 pares de bases que se enrolla alrededor de un octámero de histonas. El octámero se compone de las histonas H2A, H2B, H3 y H4 repetidas dos veces cada una (Bannister y Kouzarides, 2011). Entre los nucleosomas se encuentra la histona H1, la cual actúa como estabilizador de la estructura. Los extremos N- y C-terminales de las histonas que sobresalen de la estructura del nucleosoma son denominados colas y se encuentran enriquecidos en residuos básicos de lisina y arginina. Dichos residuos, pueden sufrir numerosas modificaciones postraduccionales o PTMs tales como metilación, acetilación, fosforilación, ubiquitinación o sumoilación que alteran la afinidad de unión de estas proteínas. Estas modificaciones permiten el reclutamiento de proteínas efectoras, varían la estructura de la cromatina y regulan la expresión génica. Cada una de las PTMs de las histonas comprende una marca epigenética distinta y, en conjunto, forman el denominado “código de las histonas”. Las enzimas que catalizan estas modificaciones suelen formar parte de complejos de proteínas cuya función es la organización de la cromatina y la regulación de la transcripción de los genes. Las modificaciones postraduccionales más estudiadas son la metilación y la acetilación de las histonas (Herráez et al., 2022; Mondal et al., 2022). 2.1. Metilación de las histonas La metilación de las histonas se encuentra catalizada por la histona metiltransferasa (HMT), enzima que transfiere grupos metilo presentes en la S-adenosilmetionina (SAM) a los residuos de lisina o arginina de las histonas H3 y H4 habitualmente. Las histonas pueden presentar una, 7 dos o hasta tres metilaciones (Zhang et al., 2021). La presencia del grupo metilo no influye en la carga total de las colas, aunque sí lo hace en la basicidad y afinidad de unión a moléculas iónicas como el DNA. La expresión génica también se ve afectada por el lugar y grado de las metilaciones, por lo que en función de esto la metilación de las histonas puede provocar la expresión o el silenciamiento de los genes (Mondal et al., 2022). Por otra parte, la eliminación de las metilaciones de las histonas es catalizada por las enzimas histonas demetilasas (HDMs). Otras enzimas que intervienen en el proceso son las lisinas metiltransferasas (KMTs), las argininas metiltransferasas proteicas (PRMTs) y las lisinas demetilasas (KMDs) (Mondal et al., 2022). 2.2. Acetilación de las histonas La acetilación de las histonas se produce habitualmente en el extremo amino terminal de las lisinas de H3 y H4, aunque hasta 40 sitios distintos de lisinas pueden sufrir esta modificación (Wu et al., 2023). Este proceso se encuentra regulado por dos clases de enzimas, las histonas acetil transferasas (HATs) y las histonas deacetilasas (HDACs). Las HATs catalizan la transferencia del grupo acetilo desde la acetil-coA hasta los residuos de lisina presentes en las colas de las histonas. Estas enzimas se clasifican en 3 familias: p300/CBP, MYST (familia nombrada a partir de sus miembros principales MOZ, Ybf2, Sas2 y Tip60) y GNAT (N-acetiltransferasa relacionada con Gcn5) (Mondal et al., 2022). La acetilación reduce la carga positiva de los residuos de lisina, de tal forma que la interacción entre el DNA cargado negativamente y estas proteínas se reduce. De esta forma, se modifica la estructura de la cromatina, que pasa de hetero a eucromatina, favoreciendo así la trascripción génica. Es por eso por lo que se considera una marca epigenética activadora (Zhang et al., 2021).Por otra parte, las HDACs eliminan el grupo acetilo de los residuos de lisina, transformando la eucromatina en heterocromatina y reduciendo la accesibilidad de estos genes a la maquinaria de transcripción. Se agrupan en 4 clases diferentes: clase I (dominio deacetilasa en el extremo N-terminal, comprende a las HDAC1, 2, 3 y 8), clase II (dominio deacetilasa en el extremo C- terminal, comprende a las HDAC4-10, excluyendo a HDAC8), clase III (proteínas de silenciamiento en levaduras Sir-2 como SIRT1-7) y clase IV (HDAC11) (Mondal et al., 2022). 8 2.3. Fosforilación de las histonas La fosforilación de las histonas ocurre normalmente en los residuos de serina, treonina y tirosina de las colas de las 4 histonas nucleosómicas (Rossetto et al., 2012). Las histonas quinasas catalizan la adición de grupos fosfato contenidos en el ATP a los grupos hidroxilo de los aminoácidos modificados. Debido a la carga negativa de los grupos fosfato, se neutraliza la carga positiva de las histonas. Por tanto, disminuye la unión por el DNA y se modifica la estructura de la cromatina que pasa a un estado relajado. Las histonas fosfatasas eliminan los grupos fosfato revirtiendo el proceso. Esta modificación postraduccional participa en la regulación de numerosos procesos celulares tales como la remodelación de la cromatina, la reparación del DNA o la mitosis. Los patrones de fosforilación de las histonas son diferentes en función del momento del ciclo celular que observemos (Harrison et al., 2021; Santana et al., 2023). 2.4. Ubiquitinación de las histonas En este caso la modificación postraduccional no consiste en la adición de una molécula de bajo peso molecular, sino que se une covalentemente una proteína, la ubiquitina, compuesta por 76 aminoácidos. Las enzimas de ubiquitinación y desubiquitinación regulan este proceso que normalmente ocurre en las histonas H1, H2A, H2B, H3 y H4. Se asocia a los procesos de estrés genotóxico, respuesta al daño en el DNA y regulación transcripcional (Wu et al., 2023). 2.5. Efectos de las modificaciones postraduccionales Las modificaciones desarrolladas previamente desencadenan dos efectos a grandes rasgos: a. Modificaciones estructurales: Ciertas modificaciones como la acetilación y la fosforilación neutralizan la carga positiva de las histonas, de forma que la interacción entre estas proteínas y el DNA, cargado negativamente, se vuelve más débil. De esta forma, la cromatina adquiere una conformación menos compacta y permite la unión de las moléculas encargadas de la expresión de los genes. Por otra parte, la ubiquitinación añade una molécula de gran tamaño que altera las interacciones entre los componentes del nucleosoma, y con las moléculas efectoras. En cuanto a la metilación de las histonas, al no variar la carga, no influye directamente en las interacciones de las histonas con la cromatina y, por tanto, tampoco en su estructura. Este tipo de modificación tiene otra función distinta, ya que sirve como sitio de unión de moléculas efectoras como los factores de transcripción, como se explica a continuación (Bannister y Kouzarides, 2011). 9 b. Regulación de la unión de moléculas efectoras: Ciertas proteínas son capaces de reconocer las modificaciones que se han producido en las histonas a través de dominios específicos. Las proteínas mayoritarias son las que reconocen las histonas metiladas y se agrupan en dos clases, dedos de zinc PHD y la familia de dominios Tudor que incluye los cromodominios, dominios Tudor, secuencia PWWP (Pro-Trp-Trp-Pro) y dominios MBT (Malignant Brain Tumor). Pueden provocar la unión de las enzimas que catalizan la acetilación y deacetilación de las histonas o desencadenar cambios en la conformación de la cromatina (Bannister y Kouzarides, 2011). Los dominios de unión a las histonas acetiladas son el bromodominio, PHD fingers y el dominio YEATS (Zhu et al., 2020). 3. RNAs no codificantes Dentro del genoma humano solo el 2% de los genes codifican proteínas. Parte del resto del DNA se transcribe para dar lugar a RNAs no codificantes o ncRNAs, hebras monocatenarias que no codifican proteínas. Normalmente se clasifican en función de su longitud en ncRNA pequeños (sncRNAs, entre 18 y 200 nucleótidos de longitud) y ncRNA largos (lncRNA, más de 200 nucleótidos) (Mondal et al., 2022; Wu et al., 2023). Este tipo de RNAs interaccionan con diversos tipos de moléculas: con el DNA (como por ejemplo en la inactivación del cromosoma X mediante el lncRNA XIST), con RNA (puede regular su traducción a proteínas o su estabilidad) e incluso con proteínas (por ejemplo, el complejo que forman con la telomerasa en los procesos de mantenimiento de los telómeros). Las funciones del RNA no codificante abarcan procesos tan amplios como la transcripción y traducción, desarrollo y gametogénesis de los individuos y la respuesta a estrés entre otros. También intervienen en la regulación de diferentes patologías como el cáncer (Miranda Furtado et al., 2019; Costa et al., 2023). 3.1. sncRNAs (miRNAs, siRNAs, circRNAs y piRNAs) Los RNAs no codificantes pequeños se subdividen a su vez en varios tipos, aunque esta clasificación varía en función del autor. Las principales clases de sncRNAs son microRNA (miRNAs), piwi-interacting RNA (piRNAs), RNA pequeño de interferencia (siRNAs) y RNA circular (circRNAs) (Herráez et al., 2022; Mondal et al., 2022; Wu et al., 2023). 10 Los sncRNAs se encuentran asociados a proteínas de la familia Argonauta, las cuales le permiten reconocer los sitios diana de unión del RNA y estabilizar este apareamiento. Existen dos subfamilias distintas, las proteínas Argonauta propiamente dichas que se asocian a los miRNAs y siRNAs y las proteínas PIWI (abreviatura de P-element induced wimpy testis) que forman complejos con los piRNAs (La Rocca y Cavalieri, 2022). Los micro RNAs o miRNAs maduros tienen unos 22-23 nucleótidos de longitud y son de doble cadena. Se forman a partir de un transcrito primario de RNA que contiene estructuras con forma de horquilla. A continuación, es procesado por una endonucleasa dando lugar al precursor de RNA que abandona el núcleo. En el citoplasma, el complejo proteico DICER corta el precursor y da lugar al miRNA maduro (Carlberg y Molnár, 2016). Los miRNAs regulan la expresión génica de diferentes formas, ya sea bloqueando la transcripción de los RNA mensajeros (mRNAs) o provocando su degradación posteriormente (de Sousa et al., 2019). Poseen cierta complementariedad de bases con algunos mRNAs, de forma que se unen a su región 3’ UTR junto al complejo de RNA de silenciamiento inducido RISC e inducen su degradación. Al degradar los mRNAs, provocan un silenciamiento de los genes (Wu et al., 2023). Los miRNAs forman parte de numerosos procesos epigenéticos como la diferenciación celular, el desarrollo o la transmisión de las marcas epigenéticas de una generación a la siguiente (Zhang et al., 2020; Herráez et al., 2022). El RNA pequeño de interferencia o siRNA es muy similar al miRNA. Ambos tienen una longitud parecida y regulan la expresión génica mediante el bloqueo de la traducción o degradando el mRNA. Su mecanismo de acción es similar al de los miRNAs ya que también son procesados por el complejo proteico DICER y posteriormente se unen a RISC para inducir la degradación de los mRNAs diana (Ozata et al., 2019). La principal diferencia entre ambos es que el siRNA es específico para una única diana, mientras que el miRNA puede unirse a diferentes moléculas y regular de manera simultánea varios procesos (Costa et al., 2023). El RNA circular o circRNA se encuentra formado por bucles cerrados covalentemente que se generan mediante un proceso de splicing a partir de intrones, exones o una combinación de ambos. Su expresión es específica de cada tejido y célula y participa en la regulación de numerosos mecanismos epigenéticoscomo la metilación del DNA o la modificación de las histonas (Wu et al., 2023). 11 Por último, el piwi-interacting RNA o piRNA suele tener una longitud alrededor de 24 y 32 nucleótidos y se caracteriza por presentar un extremo 3’ con el grupo 2´-O-metilado. Los piRNAs se expresan principalmente en las células germinales y troncales, donde regulan numerosos procesos fisiológicos (Zhang et al., 2023). Su principal función biológica es el silenciamiento de transposones, aunque recientemente se han descubierto que se encuentran implicados en ciertos procesos de defensa viral y espermatogénesis (Ozata et al., 2019). Si nos centramos en papel clásico de los piRNAs, estos RNAs no codificantes se transcriben a partir de unos loci llamados clusters de piRNA que contienen elementos transponibles, de forma que el RNA se encarga de silenciarlos (Fig. 4) (Zhang et al., 2023). Este proceso de silenciamiento puede producirse en la etapa transcripcional o post-transcripcional de las secuencias transponibles. En ambos casos, los piRNAs se asocian a una proteína denominada PIWI, formando un complejo que reconoce las secuencias estables de los transcritos producidos a partir de transposones. Si esto ocurre en el núcleo, los complejos PIWI-piRNA se unen a los genes diana y reclutan diferentes reguladores epigenéticos, de tal forma que inhiben su expresión mediante la metilación del DNA y la trimetilación de la histona H3 (H3K9me3). Sin embargo, en el citoplasma su modo de acción es diferente, ya que las proteínas PIWI actúan de forma similar a una endonucleasa que degrada los mRNAs procedentes de transposones, previamente reconocidos por el piRNAs que tienen asociado (Ozata et al., 2019). Figura 4. Esquema de las dos posibles vías de silenciamiento génico mediadas por los complejos piRNA-PIWI. El primero es el proceso transcripcional y el segundo el post-transcripcional (Ozata et al., 2019). 12 3.2. lncRNAs Los RNA no codificantes largos son aquellos que sobrepasan los 200 nucleótidos de longitud. En humanos, es el tipo de ncRNA prevalente. Al igual que el mRNA, pueden sufrir modificaciones postranscripcionales tales como splicing, adición de 5’- cap o poliadenilación. Los genes que codifican para los lncRNAs se encuentran en regiones intergénicas o agrupados con genes codificantes. Al igual que estos últimos, las histonas asociadas a las regiones de los promotores sufren numerosas modificaciones como la metilación o la acetilación (Costa et al., 2023). Su función principal es modular la expresión génica de las células, sobre todo durante el desarrollo ya que participan en el crecimiento y diferenciación celular. Modifican la estructura de la cromatina al interactuar con la maquinaria de metilación del DNA y los complejos de modificación de histonas, permitiendo activar o silenciar diversos genes. También regulan procesos como la homeostasis, estabilidad génica y la inactivación del cromosoma X. Su papel en el desarrollo tumoral también es crucial ya que cualquier cambio en la expresión de los lncRNAs puede promover la progresión del tumor. Además, algunas oncoproteínas y supresores de tumores regulan la transcripción de ciertos lncRNAs (Mondal et al., 2022; Costa et al., 2023). En función de la localización genómica, podemos encontrar diversas clasificaciones: sentido o antisentido, intergénico o intrónico, transcritos divergentes o bidireccionales (Mondal et al., 2022). Heredabilidad de las marcas epigenéticas, imprinting genómico y remodelación de las marcas epigenéticas durante el desarrollo. Heredabilidad de las marcas epigenéticas a través de las divisiones mitóticas Los patrones epigenéticos presentes en las células son capaces de transmitirse por mitosis a las células hijas. Existen diversos mecanismos que aseguran que las marcas epigenéticas se mantengan durante el proceso de división celular. Por ejemplo, cuando se produce la duplicación del DNA, las metiltransferasas de mantenimiento como DNMT1 son capaces de copiar el patrón de metilación original en las cadenas recién sintetizadas, como se ha explicado anteriormente (Lempradl, 2020). 13 El ejemplo más claro de conservación de las marcas epigenéticas tras sucesivas divisiones es la inactivación del cromosoma X. Para compensar el desequilibrio en la dosis génica, es necesario desactivar uno de los dos cromosomas X presentes en las hembras (Patrat et al., 2020). Durante las primeras fases del desarrollo embrionario las células del embrión silencian de manera aleatoria uno de los dos cromosomas X. Esta decisión se mantiene en las células que se originan a partir de ellas gracias a la heredabilidad de los patrones epigenéticos que regulan el proceso (Boškovi´c y Rando, 2018). La inactivación cromosómica se genera por la interacción de un lncRNA denominado XIST (X-inactive specific transcript o transcrito específico del cromosoma X inactivo), codificado por el cromosoma X, con la cromatina de este cromosoma. Numerosas moléculas de XIST se unen al cromosoma X que va a ser inactivado, permitiendo reclutar complejos que remodelan la estructura de la cromatina. Las enzimas presentes en los complejos, como DNMT3a, DNMT3b y HMT, catalizan modificaciones en las histonas y la metilación del DNA. Todas estas remodelaciones epigenéticas provocan la conversión a heterocromatina, de tal forma que solo se expresan los genes presentes en el cromosoma equivalente sin silenciar. Dichas marcas de inactivación se transmiten de igual forma a las células hijas (Patrat et al., 2020). Remodelación de las marcas epigenéticas durante el desarrollo embrionario y heredabilidad entre generaciones A lo largo del crecimiento y diferenciación celular se producen numerosas rondas de remodelación de las marcas epigenéticas. En los mamíferos, la primera ronda ocurre antes de la diferenciación de las células primordiales germinales (PGCs) en gametos. Se borran la gran mayoría de las marcas epigenéticas para llegar al llamado estado epigenético fundamental y permitir que las nuevas células adquieran su propio patrón epigenético (Herráez et al., 2022). Durante la posterior diferenciación de las células germinales se establecen unas nuevas marcas epigenéticas, algunas de ellas específicas del sexo. Por ejemplo, la metilación varía enormemente entre los gametos femenino y masculino. Los espermatozoides al final del proceso de gametogénesis tienen metilado casi el 90% de los sitios CpG. En cambio, en los ovocitos los niveles de metilación son mucho menores (Champroux et al., 2018). Las histonas también son modificadas drásticamente durante la gametogénesis. En el caso de los espermatozoides, casi todas las ellas son sustituidas por protaminas, proteínas que permiten un mayor empaquetamiento de la cromatina. Sin embargo, 14 las histonas que encontramos en los ovocitos son muy similares a las de las células somáticas y hay una menor condensación de la cromatina. Todas estas marcas epigenéticas se ven influidas por los estímulos ambientales que reciben los individuos parentales donde se produce la maduración de estas células (Lempradl, 2020). Una vez se ha producido la fecundación entre los dos gametos, es necesario una segunda ronda de reprogramación epigenética. Primero se descompacta el material genético del espermatozoide para permitir la fusión entre ambos pronúcleos, sustituyendo las protaminas por histonas (Boškovi´c y Rando, 2018). A continuación, se produce una desmetilación de ambos genomas, llegando a un máximo en el estadio de blastocisto. La desmetilación del DNA puede producirse de forma activa o pasiva. La desmetilación activa es catalizada por las enzimas TET (principalmente TET3) mediante el procedimiento previamente explicado, y es el proceso que ocurre mayoritariamente en los espermatozoides aunque también se da en el genoma materno. Encambio, la desmetilación en caso del genoma materno es principalmente pasivo (Champroux et al., 2018). El proceso pasivo es dependiente de la replicación del DNA, de modo que en cada ciclo de replicación la nueva copia del DNA se encuentra desmetilada y finalmente las hebras hemimetiladas se van diluyendo (Guo et al., 2014). Una vez se ha producido la implantación, gracias a la actividad de las DNMTs, se regeneran los patrones de metilación de forma diferente en el epiblasto y el ectodermo extraembrionario (Boškovi´c y Rando, 2018). Aunque se realice un borrado epigenético tras la fecundación, existen ciertas marcas que son capaces de sortearlo. De esta forma, algunas características determinadas por los patrones epigenéticos son heredadas de padres a hijos. Hay marcas, como el imprinting que mencionaremos a continuación, que solo se transmiten a la siguiente generación. Sin embargo, existen también algunas que se mantienen a lo largo de las generaciones, aunque esto es raro en mamíferos (Boškovi´c y Rando, 2018). Aún no se conocen exactamente todos los mecanismos mediante los que se heredan los cambios epigenéticos, aunque es casi seguro que se debe a la interacción entre los diferentes mecanismos (Lempradl, 2020). Imprinting genómico Un caso particular de herencia transgeneracional de las marcas epigenéticas es el imprinting genómico. Los genes con impronta o imprinting son aquellos cuya expresión depende de si 15 provienen de la herencia materna o paterna. Estos genes tienen una expresión monoalélica dependiendo del origen parental, es decir, la descendencia solo va a expresar uno de los dos alelos homólogos que han heredado. El proceso está regulado por una serie de marcas epigenéticas parentales que determinan cuál de los dos alelos será inactivado, siendo la más conocida la metilación del DNA (Lempradl, 2020). Los genes que sufren imprinting no son muy numerosos, normalmente se encuentran agrupados en una misma zona del genoma y son regulados por las regiones de control del imprinting o ICRs. Las ICRs poseen un diferente patrón de metilación en función de si provienen del padre o de la madre, y producen el silenciamiento del alelo metilado en la siguiente generación (Caldwell y Bartolomei, 2022). El proceso de la metilación de las ICRs varía en función del momento del desarrollo que observemos. Cuando ha finalizado la proliferación de las PGCs se produce, como hemos mencionado, un primer borrado de los patrones de metilación en dos fases, primero de forma pasiva en la gran mayoría del genoma y posteriormente se desmetilan activamente los genes que sufren imprinting y las islas CpG. A continuación, se establecen las marcas específicas de cada sexo según si se diferencian en espermatozoides u ovocitos. Tras la fecundación, como ya se explicó en el apartado anterior, se borran casi todas las marcas de metilación. Las ICRs resisten este borrado y mantienen el patrón establecido en los individuos parentales (Caldwell y Bartolomei, 2022). Alteraciones del patrón epigenético y enfermedad. Influencia del ambiente en los cambios epigenéticos. En numerosas ocasiones, los cambios en los patrones epigenéticos son el reflejo del ambiente al que se encuentra sometido un organismo. Ciertos factores, como la nutrición o los contaminantes presentes en el medio, pueden provocar variaciones en los mecanismos epigenéticos dando lugar a fenotipos diferentes partiendo del mismo genotipo. Este es el caso de los gemelos homocigóticos, los cuales comparten el genoma, pero no son idénticos debido principalmente a la actividad epigenética. En ocasiones, se alteran los patrones epigenéticos que regulan ciertos genes, provocando la aparición de diversas enfermedades tales como cáncer o enfermedades autoinmunes (Zhang et al., 2020). Un ejemplo claro de alteración provocada por contaminantes es el efecto del bisfenol A (BPA) en la salud cardiovascular. El BPA es uno de los contaminantes más extendidos en el ambiente, 16 ya que se encuentra en la mayoría de los envases de plástico y resinas. Esta sustancia actúa como disruptor endocrino, ya que posee una estructura similar a los estrógenos endógenos y se une a sus receptores, pero, además, al igual que otros disruptores endocrinos, puede producir modificaciones en los patrones epigenéticos. Los disruptores endocrinos, pueden modificar la actividad epigenética al alterar, por ejemplo, la expresión de los reguladores epigenéticos o sus cofactores (Herráez et al., 2022). En un estudio realizado por Lombó et al. (2019) se analizaron los efectos de la exposición a BPA en embriones de pez cebra. Se determinó que la exposición a bisfenol A durante el primer día de desarrollo aumenta significativamente la probabilidad de sufrir malformaciones cardiacas (elongación de las cámaras del corazón, disminución del grosor del epicardio, formación de edemas pericárdicos, etc.). A nivel molecular, los efectos estrogénicos se confirmaron al observarse un incremento en la expresión del receptor de estrógenos esr2b. De igual forma, se observó una sobreexpresión de la histona acetiltransferasa kat6a, que bien podía ser responsable del incremento en la acetilación observado en las histonas H3 y H4, aumentando específicamente las marcas H3K9ac y H4K12ac. Adicionalmente se observó un aumento en la expresión de factores de transcripción esenciales en el desarrollo cardiaco (hand2), que tiene consecuencias en la cardiogénesis. La reversión de todos los efectos observados se logró tratando los embriones previamente expuestos a BPA con galato de epigalocatequina (EGCG), compuesto con propiedades antiestrogénicas que además inhibe la actividad de las histonas acetil transferasas (Choi et al., 2009). Tras la administración de EGCG, los niveles de acetilación de histonas se reestablecieron, la expresión de hand2 recuperó los niveles normales y el sistema cardiovascular de los embriones de pez cebra se desarrolló adecuadamente (Lombó et al., 2019). La actividad epigenética como diana terapéutica 1. Medicamentos epigenéticos o “epidrugs” El conocimiento de los principales mecanismos epigenéticos, así como el papel que juegan en el desarrollo de diversas enfermedades, ha hecho que en los últimos años se establezca la actividad epigenética como una potencial diana terapéutica (Montalvo-Casimiro et al., 2020). Los medicamentos epigenéticos o epidrugs son agentes químicos que se utilizan en el tratamiento de patologías causadas por modificaciones en los patrones epigenéticos (Zhang 17 et al., 2020). Su funcionamiento se basa fundamentalmente en inhibir la actividad de aquellas enzimas que realizan modificaciones epigenéticas alteradas debido a la enfermedad y de esta forma restablecer el epigenoma normal del individuo (Miranda Furtado et al., 2019; Montalvo- Casimiro et al., 2020). El hecho de que las marcas epigenéticas sean reversibles hace estos fármacos muy prometedores, ya sea como complemento de las terapias actuales o como nuevos tratamientos. La gran mayoría de los medicamentos ya aprobados para su uso se centran en el tratamiento del cáncer (Walton, 2016). Los fármacos epigenéticos se clasifican habitualmente en función de la diana sobre la que hacen efecto, es decir, el tipo de enzima sobre la que actúan. Existen inhibidores de múltiples enzimas reguladoras como DNMTs, HDACs, HATs, HMTs, etc. Sin embargo, en cuanto a su aplicación clínica, las principales dianas de los inhibidores son las DNMTs y las HDACs (Miranda Furtado et al., 2019). 1.1. Inhibidores de DNA metiltransferasas (DNMTi) Los inhibidores de las DNMT se utilizan para tratar aquellas enfermedades causadas por la hipermetilación del DNA, ya que bloquean el mecanismo de metilación genética (Fardi et al., 2018). Las enzimas DNA metiltransferasas pueden ser inhibidas de diferentes formas: atacando la zona catalítica,los sitios alostéricos o impidiendo su unión al DNA (Lopez et al., 2022). En función del mecanismo de acción que sigan estos fármacos se dividen en inhibidores nucleosídicos y no nucleosídicos (Lopez et al., 2022). a. Nucleosídicos: Los primeros medicamentos epigenéticos aprobados por la FDA fueron la azacitidina (5- azacitidina o Vidaza) y la decitabina (5-aza-2’-deoxicitidina o Dacogen Estas dos sustancias son aza-nucleótidos, análogos de los nucleótidos que se incorporan en el DNA de la célula, en este caso sustituyendo a la citosina. Cuando las DNMTs se unen a los aza-nucleótidos para metilarlos, se crea un enlace covalente. Al no poder liberarse, esta enzima es degradada por el proteasoma provocando una inhibición de la metilación (Lopez et al., 2022). Este tipo de fármacos epigenéticos se usan principalmente en el tratamiento de la leucemia mieloide agua (AML), el síndrome mielodisplásico y leucemia crónica mielomonocítica. El uso de estos medicamentos no está limitado a los tumores hematológicos y se aplica también en el tratamiento de otro tipo de cánceres. Sin embargo, no se deben usar en altas concentraciones por sus efectos citotóxicos al interferir con el proceso de síntesis del DNA (Fardi et al., 2018). 18 Los fármacos de primera generación presentaban una serie de problemas, como efectos farmacocinéticos no deseados o una baja especificidad. Por lo que ha sido necesario crear medicamentos de segunda generación que intentasen solucionar estos problemas, como pueden ser la zebularina y la guadecitabina (Montalvo-Casimiro et al., 2020). La zebularina es un análogo de la citidina, tiene gran estabilidad y una toxicidad baja. Su mecanismo de acción es similar a los anteriores, se incorpora en el DNA y atrapa las DNMTs al no poder liberarse de estos nucleótidos. La presencia de esta enzima bloquea la replicación del DNA y forma roturas de la doble hebra (Hu et al., 2021). La baja toxicidad de la zebularina puede deberse a la alta expresión de uridina citidina quinasa en las células cancerosas, lo que provoca un aumento de la sustitución de los aza-nucleótidos entre los nucleótidos estándar (Fardi et al., 2018). La guadecitabina es un inhibidor de las DNA metiltransferasas de segunda generación cuyo compuesto activo principal es la decitabina. Este medicamento soluciona uno de los problemas de la primera versión, que es la desaminación mediada por las citidinas desaminasas. La guadecitabina, al no ser sustrato de estas enzimas, presenta una vida media mucho más larga (Montalvo-Casimiro et al., 2020). Además, la incorporación de este nucleótido a las células en división es mayor que la de sus predecesores. Presenta resultados prometedores en los tratamientos contra el síndrome mielodisplásico y la leucemia mieloide aguda. Debido a todos estos factores, se cree que es una opción más adecuada que sus equivalentes de primera generación (Hu et al., 2021). A pesar de los resultados prometedores, solo se encuentran aprobados por la FDA la azacitidina y la decitabina, encontrándose el resto en diferentes fases de los estudios clínicos (Zhang et al., 2020). b. No nucleosídicos: Esta clase de inhibidores incluye análogos del cofactor SAM y moléculas pequeñas que interactúan con el sitio activo de la metiltransferasa inhibiéndola (Montalvo-Casimiro et al., 2020). Los inhibidores no nucleosídicos no son tan específicos para las DNMTs como los anteriores, por lo que se necesitan mejoras antes de poder considerarlos como una alternativa. Sin embargo, tienen ciertas ventajas ya que no se incorporan al DNA y, por tanto, se reducen sus efectos secundarios (Lopez et al., 2022). 19 Existen tanto inhibidores sintetizados químicamente en el laboratorio como compuestos naturales que ejercen esta función. La principal sustancia natural con esta actividad es el galato de epigalocatequina (EGCG), un polifenol obtenido del té verde con funciones antiinflamatorias, antioxidantes y antiestrogénicas. Recientemente, se ha propuesto su función como DNMTi ya que interacciona con el sitio catalítico de las metiltransferasas (Montalvo- Casimiro et al., 2020). En cuanto a los compuestos sintéticos, la hidralazina es un medicamento aprobado por la FDA como vasodilatador, pero, posteriormente, se descubrió su función como inhibidor débil de las DNMTs. Esta molécula se une al centro activo en la cavidad de unión a la citidina mediante puentes de hidrógeno impidiendo su actividad normal (Lopez et al., 2022). Dentro de esta categoría también destaca el RG108 o N-ftalil-L-triptófano, el cual impide la unión de la DNMT1 con su cofactor SAM reduciendo los niveles de metilación generales (Hu et al., 2021). Con un mecanismo de acción similar, el disulfiram interfiere con la actividad de DNMT1 mediante la interacción con el centro catalítico (Montalvo-Casimiro et al., 2020). 1.2. Inhibidores de histonas deacetilasas (HDACi) La gran mayoría de los compuestos epigenéticos aprobados por la FDA son inhibidores de HDACs. La mayor parte de las HDACs utilizan el Zn2+ como cofactor para llevar a cabo la reacción catalítica, por lo que muchos HDACi basan su mecanismo de acción en capturar los átomos de zinc del centro catalítico e inhibir el funcionamiento de las enzimas histonas deacetilasas (Montalvo-Casimiro et al., 2020). Los inhibidores de histona deacetilasas normalmente se clasifican en función de su naturaleza química, siendo los siguientes los que mayor éxito clínico han conseguido. Solo se encuentran aprobados los 5 fármacos mencionados a continuación (Bondarev et al., 2021). a. Ácidos hidroxámicos: es el grupo más numeroso y el que mejores resultados presenta. Como se mencionó antes, se unen a los átomos de Zn2+ (Bondarev et al., 2021). El fármaco más conocido es vorinostat, se comercia bajo el nombre comercial Zolinza para el tratamiento de linfomas de células T cutáneos (CTCL) resistentes a otras terapias (Bondarev et al., 2021). Inicialmente se creía que inhibía todas las HDACs, aunque se ha demostrado que solo inhibe la 1, 2, 3 y 6 (McClure et al., 2018). El belinostat o Beleodaq es un ácido hidroxámico capaz de inhibir todas las clases de HDACs. Fue aprobado en 2014 por la FDA 20 para el tratamiento de linfomas de células T periféricos (PTCL) (Bondarev et al., 2021). Por último, la aprobación de panobinostat o Farydak supuso el primer HDACi para el tratamiento de un cáncer que no era un linfoma, el mieloma múltiple. Este compuesto inhibe todas las clases de HDACs pero sin producir efectos citotóxicos en los pacientes (McClure et al., 2018). b. Benzamidas: fueron los primeros HDACi en dirigirse de forma selectiva a las HDACs de clase I (McClure et al., 2018). El tucidinostat fue aprobado en 2014 en China para el tratamiento de PTCL y en 2019 para el cáncer de mama en pacientes postmenopáusicas (Bondarev et al., 2021). c. Péptidos cíclicos: estos fármacos se unen al zinc a través del grupo tiol que poseen y ejercen actividad inhibitoria en el rango nanomolar (Bondarev et al., 2021). La romidepsina es un péptido cíclico natural obtenido de una bacteria y posee actividad HDACi. Se utiliza en el tratamiento de CTCL y PTCL. Aún no se conoce en profundidad el mecanismo de acción de este compuesto (McClure et al., 2018). 2. Tratamientos epigenéticos contra el cáncer 2.1. Modificaciones epigenéticas en el cáncer El epigenoma de las células cancerosas se caracteriza por cambios globales en la metilación del DNA, los patrones de las modificaciones postraduccionales de las histonas, los niveles de los RNAs no codificantes y en la expresión de las enzimas que regulan estos procesos (Fig. 5) (Montalvo-Casimiro et al., 2020). Figura 5. Principales modificaciones que se producen en el patrón epigenético de las células normales que finalmente desembocan en cancerosas. Modificado de Costa et al., 2023. 21 a. Metilaciones:las células cancerosas se caracterizan por una hipometilación general a lo largo del genoma, aunque se produce un aumento de la metilación en algunos puntos como las islas CpG localizadas en los promotores de ciertos genes (Sharma et al., 2010). La reducción de los niveles de metilación en el genoma o hipometilación causa la expresión de ciertos genes que habitualmente se encuentran reprimidos (Fardi et al., 2018). Si se produce en las secuencias repetidas y los transposones tiene como consecuencia la inestabilidad genómica, ya que estos elementos pueden translocarse a otras regiones cromosómicas afectando a los genes que se encuentren en el destino. Además, la hipometilación puede activar protooncogenes, genes normalmente implicados en el crecimiento y división celular, pero que cuando se ven desregulados se convierten en oncogenes y dan paso a la progresión tumoral (Sharma et al., 2010). También se ha demostrado que la falta de metilación puede suponer la pérdida del imprinting genómico y la expresión de los alelos procedentes de ambos progenitores en los genes regulados mediante este proceso, lo cual está relacionado con numerosas enfermedades oncológicas (Costa et al., 2023). Por otra parte, la hipermetilación contribuye a la progresión tumoral silenciando los genes supresores de tumores. Estos genes tienen diversas funciones como la reparación del material genético, regulación del ciclo celular o de la apoptosis. Por ejemplo, se ha descubierto una hipermetilación de la isla CpG situada en el promotor de Rb (retinoblastoma), gen supresor de tumores implicado muchas veces en la progresión tumoral (Sharma et al., 2010). b. Modificaciones de las histonas: Las principales marcas observadas en las células cancerosas son la pérdida de la acetilación en la histona 4 en la lisina 16 (H4K16) y de la trimetilación en la lisina 20 de la histona 4 (H4K20me3) (Sharma et al., 2010). La falta de acetilación en las colas de las histonas provoca la represión de los genes, ya que esta marca, como se ha mencionado, habitualmente está asociada a una transcripción activa. La causa habitual es la sobreexpresión de HDACs (Sharma et al., 2010). En cambio, si se produce una hiperacetilación de las colas de las histonas puede provocar la activación de la expresión génica de ciertos proto-oncogenes (Audia y Campbell, 2016). Por otra parte, las metilaciones de las histonas están asociadas con el silenciamiento génico de los genes supresores de tumores (Sharma et al., 2010). Las alteraciones en la función de las enzimas histonas metiltransferasas pueden provocar cambios en el número y lugar en el que se adicionan los grupos metilo, de tal forma que la célula es más propensa a convertirse en una cancerosa (Fardi et al., 2018). 22 c. RNAs no codificantes: dentro de los ncRNAs, aquellos que juegan un papel más importante en el desarrollo tumoral son los miRNAs. Los miRNAs controlan la expresión de genes involucrados en la regulación de la transcripción, proliferación celular y apoptosis (Sharma et al., 2010). La desregulación de estos RNAs o de RNAs codificantes en el cáncer puede deberse a cambios epigenéticos, a alteraciones durante el proceso de biogénesis o a diferentes mutaciones en los genes que los codifican. Dependiendo de su función, los miRNAs pueden actuar como supresores de tumores o como oncogenes (Menon et al., 2022). Los que actúan como supresores de tumores regulan la expresión de genes promotores del crecimiento y, por tanto, se ven reducidos sus niveles de expresión durante el cáncer. De esta forma, los genes promotores se expresan en mayor medida provocando el avance de la progresión tumoral. Por ejemplo, mir-101, que regula la proteína EZH2, se encuentra en menor concentración en ciertos cánceres (Sharma et al., 2010). En contraste, los miRNAs oncogénicos se encuentran sobreexpresados en las células cancerosas (Sharma et al., 2010). Las funciones principales de estos miRNAs son la inhibición de los genes supresores de tumores diana por una parte, y, por la otra, la estimulación de diferentes procesos como la proliferación celular, angiogénesis y metástasis (Menon et al., 2022). 2.2. Cáncer hematológico, causas epigenéticas y tratamientos Los tratamientos epigenéticos se aplican a un rango muy amplio de enfermedades oncológicas, y muchas más se encuentran en estudio. Sin embargo, hay una categoría que destaca frente a las demás, ya que la gran mayoría de las terapias aprobadas se centran en ella. Este es el cáncer hematológico o de las células sanguíneas. Como ya se ha mencionado en el apartado de medicamentos epigenéticos, la aplicación de estos tratamientos se encuentra avanzada especialmente en el caso de la leucemia mieloide aguda, linfoma y mieloma. La hematopoyesis es el proceso de diferenciación que sufren las células troncales hematopoyéticas (HSC) en la médula ósea para dar lugar a todos los tipos de células sanguíneas. Estas células madre deben mantener el equilibrio entre la autorrenovación y la diferenciación para asegurar la homeostasis (Bryder et al., 2006). Ambos sucesos se encuentran minuciosamente regulados, no solo por las condiciones celulares sino también por el ambiente exterior. En el proceso de regulación tienen un papel esencial las diferentes marcas epigenéticas, las cuales determinan la expresión o no de ciertos genes y, por tanto, el fenotipo de la célula. Sin embargo, muchas veces surgen problemas y alteraciones epigenéticas que pueden desembocar en los cánceres hematológicos (Gallipoli y Huntly, 2018). 23 a. Cáncer mieloide: este tipo de enfermedad oncológica se desarrolla cuando se producen mutaciones en los genes involucrados en el proceso de hematopoyesis de las células mieloides. El linaje mieloide comprende los eritrocitos, monocitos, granulocitos y plaquetas (Hu y Shilatifard, 2016). Existen numerosos tipos de desórdenes mieloides, como los neoplasmas mieloproliferativos, los síndromes mielodisplásicos o la leucemia mieloide aguda (Gallipoli y Huntly, 2018). La leucemia mieloide aguda (AML) es uno de los cánceres mieloides en los que más se han estudiado los mecanismos epigenéticos subyacentes y en la que, como ha sido mencionado anteriormente, ya se dispone de varios tratamientos epigenéticos. La AML se caracteriza por un bloqueo de la diferenciación de las células pluripotentes y un incremento de su proliferación. Es una enfermedad muy agresiva y normalmente fatal (Gallipoli y Huntly, 2018). Se han demostrado numerosas marcas epigenéticas relacionadas con el desarrollo de la enfermedad. Al igual que la mayoría de los cánceres, presenta alteraciones en los patrones de metilación. La mutación de la enzima DNMT3a ocurre en casi el 55,3 % de los pacientes con AML y provoca una disminución en los niveles de metilación del DNA (Zhao et al., 2023). Alrededor del 30% de las personas que padecen esta enfermedad poseen mutaciones en la enzima TET2, de tal forma que se reduce el proceso de desmetilación y conversión en 5-hmc. Muchas veces se asocia a un diagnóstico con malas perspectivas de futuro (Zhang et al., 2020). En cuanto a las modificaciones en las histonas, diversos tipos de enzimas se encuentran alteradas en esta enfermedad. Las alteraciones de la función de las histonas metiltransferasas (HMT) pueden provocar cambios en el lugar o número de las metilaciones. Una alteración característica es la sobreexpresión de EZH2 (Enhancer of zeste homolog 2), la subunidad catalítica del complejo represivo Polycomb 2 (PRC2). Su función principal en estado fisiológico es la trimetilación de la histona H3 (H3K27), lo que provoca la inhibición transcripcional. Esta modificación es reconocida a su vez por el complejo represivo Polycomb 1 (PRC1), que condensa el DNA e inhibe la transcripción. Una excesiva actividad de EZH2 puede provocar el silenciamiento indebido de genes supresoresde tumores, lo cual desencadena los primeros pasos de la progresión tumoral (Fardi et al., 2018). Otra mutación muy común en la AML es la alteración de las KMTs que actúan sobre H3K4. Las reorganizaciones del gen KMT2A se producen frecuentemente, y provocan una pérdida del extremo carboxilo en el dominio metiltransferasa de la enzima (Goyama y Kitamura, 2017). 24 Por último, también se ha detectado actividad aberrante de algunos tipos de miRNAs. El miRNA con efecto supresor de tumores Let-7 regula la expresión de numerosos oncogenes y por tanto se ve disminuida su expresión. En cambio, la expresión de los miRNAs oncogénicos como miR-126 inhibe la apoptosis celular y, por tanto, aumenta el tiempo de vida de las células cancerosas (Zhang et al., 2020). Los tratamientos epigenéticos que se aplican en estos casos son mayoritariamente los inhibidores de las DNMTs, siendo los principales medicamentos aprobados por la FDA la azacitidina y decitabina. Sin embargo, aún no se conoce en profundidad el mecanismo de acción, ya que en este caso las células presentan tanto hiper como hipometilación. Conociendo las diferentes modificaciones epigenéticas que presentan este tipo de tumores, podremos obtener biomarcadores para detectar posibles enfermedades y los tratamientos para curarlas de forma cada vez más precisa (Goyama y Kitamura, 2017). b. Cáncer linfoide: Por otra parte, los tumores linfoides son aquellos que derivan de las células del linaje linfoide. Los linfocitos tanto B como T, así como las células NK (Natural Killer) pertenecen a esta categoría (Hu y Shilatifard, 2016). La gran mayoría de estos tumores deriva de diferentes etapas del desarrollo de los linfocitos B, aunque también es posible que se origine a partir de las otras dos clases celulares. Dentro de esta categoría se incluyen numerosas enfermedades como la leucemia linfoblástica aguda, la leucemia linfocítica crónica, los linfomas malignos y el mieloma múltiple (Gallipoli y Huntly, 2018). El mieloma múltiple (MM) representa aproximadamente el 10% de los cánceres hematológicos. Se caracteriza por una rápida proliferación de las células B tumorales, las cuales producen inmunoglobulinas clonales pero que carecen de función (Chattopadhyaya y Ghosal, 2022). Tras el análisis del genoma de los pacientes que padecen mieloma múltiple, se ha detectado una falta de metilación en los elementos repetitivos y un aumento de esta modificación en los genes supresores de tumores, de tal forma que se promueve su silenciamiento (Chattopadhyaya y Ghosal, 2022). Además, se ha observado una hipermetilación específica de las regiones enhancer o amplificadoras (Bühler et al., 2021). Si analizamos las modificaciones en las histonas, la desregulación de EZH2 provoca los mismos efectos que en la progresión de la AML (Chattopadhyaya y Ghosal, 2022). 25 Dentro de los medicamentos epigenéticos aprobados por la FDA para el tratamiento del mieloma múltiple está el panobinostat, inhibidor de las HDACs que permite recuperar el estado acetilado de las histonas (McClure et al., 2018). 3. Terapias epigenéticas para combatir otras enfermedades o trastornos A pesar de que la gran mayoría de las terapias epigenéticas se encuentran centradas en el tratamiento del cáncer, se realizan cada vez más estudios clínicos probando sus efectos en otro tipo de trastornos. Uno de ellos es la hipertrofia ventricular izquierda. La hipertrofia ventricular izquierda (LVH) consiste en un engrosamiento de las paredes del ventrículo izquierdo del corazón. Esto provoca que pierda elasticidad, lo que impide la relajación de este ventrículo durante la diástole, provocando una disfunción. Se caracteriza por una elevada fibrosis y crecimiento de los cardiomiocitos (Jones et al., 2022). Una de las causas de la LVH es el estrés producido por la hipertensión de larga duración, lo que provoca una respuesta celular patogénica (Jones et al., 2022). Aunque la hipertrofia se produce para intentar compensar la situación patológica, una hipertensión prolongada deteriora la función cardiaca y puede llevar al fallo del corazón (Cai et al., 2020). Durante el desarrollo de la LVH los cardiomiocitos sufren una reprogramación hacia un fenotipo fetal, cambiado sus patrones de expresión génica. Esta reprogramación está ligada a cambios en su perfil epigenético (Cai et al., 2020; Jones et al., 2022). Las alteraciones epigenéticas más frecuentemente observadas son las siguientes: 3.1. Metilación Los cardiomiocitos en los pacientes con hipertrofia ventricular izquierda presentan un incremento de los niveles de metilación del DNA. Este aumento en la metilación se produce en genes relacionados con la función y estructura del ventrículo izquierdo. Por ejemplo, se encuentran diferencialmente metilados genes relacionados con el índice de masa del ventrículo izquierdo, la dimensión diastólica interna o el grosor de las paredes (Jones et al., 2022). Sin embargo, la correlación aún no es clara y son necesarios más estudios que determinen la relación entre el aumento de la metilación y la enfermedad (Watanabe et al., 2020). 26 3.2. Modificaciones en las histonas Múltiples HATs han sido relacionadas con el desarrollo de la LVH y, entre ellas, cabe destacar p300, que es considerada una acetiltransferasa prohipertrófica. Así, se ha observado en ratones que los individuos que presentan hipertrofia ventricular izquierda tienen altos niveles de expresión de p300 (Funamoto et al., 2021). Esta HAT cataliza la acetilación de la H3K9 en las regiones promotoras de los factores de transcripción GATA4 y MEF2c, promoviendo la expresión patológica de genes como ANF, BNP y MHVI, relacionados con el desarrollo de LVH. 3.3. RNAs no codificantes Se ha detectado una expresión disminuida del lncRNA H19 en los pacientes que sufren de hipertrofia cardiovascular. Este RNA no codificante suprime las señales pro-hipertróficas impidiendo el desarrollo de LVH tras un estrés cardiaco, y es por eso por lo que una baja expresión conduce a la hipertrofia (Viereck et al., 2020) 3.4. Tratamientos Actualmente, los tratamientos disponibles para la hipertrofia ventricular izquierda van dirigidos a reducir las causas de la enfermedad como puede ser la hipertensión crónica o el estrechamiento de la válvula aórtica. Sin embargo, siguen más bien un enfoque sintomático y no resultan efectivos para numerosos pacientes. Por este motivo, es importante desarrollar nuevas terapias basadas en la corrección de las alteraciones epigenéticas que se producen en los cardiomiocitos durante la progresión de la enfermedad (Viereck et al., 2020). Uno de los posibles tratamientos para este desorden es el uso de la metformina, un fármaco aprobado para el tratamiento de la diabetes de tipo 2 pero que ejerce también efectos epigenéticos. En un estudio se probó que la administración de este medicamento mejoraba la función diastólica del ventrículo izquierdo con hipertrofia. El mecanismo de acción aún no está claro, pero se cree que activa la enzima AMPK (proteína quinasa activada por AMP), que a su vez incrementa la actividad de HAT1 y reduce la actividad de la HAT p300, responsable, como hemos visto, de ciertas acetilaciones en las histonas relacionadas con la enfermedad (Gorica et al., 2022). 27 Conclusiones Todas las marcas epigenéticas, ya sean la metilación del DNA, las modificaciones postraduccionales de las histonas o los RNAs no codificantes, interaccionan entre sí para permitir o reprimir la expresión de ciertos genes y dar lugar a diferentes fenotipos sin producir cambios en la secuencia del DNA. En los últimos años se han relacionado ciertas patologías, como el cáncer o algunas afecciones cardiacas, con la modificación de la actividad epigenética y la aparición de patrones epigenéticos alterados. Los cambios en las modificaciones epigenéticas pueden ser unade las causas de estos desórdenes, pero también una consecuencia del propio avance de la enfermedad. Dado que la actividad epigenética puede ser modulable, representa una potente diana terapéutica y por ello ha emergido como alternativa farmacológica a otros tratamientos tradicionales, la utilización de las llamadas drogas o medicamentos epigenéticos. Hoy en día, solo una pequeña cantidad de fármacos basados en la epigenética tienen permitida su comercialización y uso en clínica. Sin embargo, cada vez más medicamentos están superando las diversas fases de los ensayos clínicos, demostrando su efectividad para tratar ciertas patologías mediante el restablecimiento de los patrones epigenéticos fisiológicos. Por estos motivos, resulta esencial seguir estudiando los mecanismos epigenéticos que subyacen a la enfermedad y avanzar en el conocimiento de nuevas moléculas con actividad epigenética que permitan diseñar terapias cada vez más específicas. 28 Referencias Angeloni, A. y Bogdanovic, O. (2021) "Sequence determinants, function, and evolution of CpG islands", Biochemical Society Transactions, 49(3), pp. 1109-1119. Audia, J. E. y Campbell, R. M. (2016) "Histone modifications and cancer", Cold Spring Harbor Perspectives in Biology, 8(4):a019521. doi:10.1101/cshperspect.a019521. Bannister, A. J. y Kouzarides, T. (2011) "Regulation of chromatin by histone modifications", Cell Research, 21(3), pp. 381-395. BioRender (2023) BioRender [Programa de ordenador]. Disponible en: https://www.biorender.com/ Blackledge, N. P. y Klose, R. J. (2011) "CpG island chromatin: A platform for gene regulation", Epigenetics, 6(2), pp. 147-152. Bondarev, A. D., Attwood, M. M., Jonsson, J., Chubarev, V. 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