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ALTEC Venezuela 2014 
IV Seminario de Gestión Tecnológica 
(Maracaibo, Noviembre 2014) 
 
“No se enseña a innovar….” 
 
Alexis Mercado1 
 
Introducción 
El título hace referencia a una aseveración de León Lew, Químico Argentino-
venezolano, responsable de una de las innovaciones más importantes de la industria 
petroquímica venezolana2, en una de las múltiples conversaciones que a lo largo de 
varios años sostuvimos sobre el tema del desarrollo tecnológico e industrial en 
Venezuela. Para el momento de esa conversación, mediados del año 2007, Lew era 
miembro del Consejo Directivo del Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ) 
que en ese momento el autor de la ponencia presidía. Coincidencialmente, la 
sostuvimos en un vuelo de Caracas a Maracaibo, adonde nos dirigíamos a visitar una 
empresa del sector químico y petroquímico a objeto de tener una reunión para explorar 
la posibilidad de identificar algún proyecto tecnológico que se pudiera desarrollar en el 
ámbito de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI), sancionada a 
finales de 2005. 
La discusión giraba en torno a un problema esencial para el desarrollo tecnológico: la 
posibilidad de impulsar los esfuerzos innovadores mediante políticas públicas, y en 
forma más general, acerca de la influencia que ejerce sobre ello el ambiente 
socioinstitucional. En Venezuela, son diversos los autores que han reflexionado sobre 
este problema (Pirela, 1994, Viana y Cervilla, 1998, Mercado y otros 2001), sobre todo 
acerca de su escasa práctica y poco impacto, reflejado en los muy bajos niveles de 
capacidad tecnológica que históricamente ha exhibido la industria. 
Un abordaje adecuado del tema debe considerar la multiplicidad de factores que 
determinan el esfuerzo innovador. El lector debe tomar en cuenta que la citada 
discusión se daba entre un técnico con excepcional creatividad, que a partir de sus 
propias experiencias, reconocía que el esfuerzo de la innovación recae 
fundamentalmente sobre los actores directamente involucrados, y son estos en función 
de sus conocimientos y de su propensión a asumir riesgos los que serán determinantes 
 
1
 Profesor investigador del Área de desarrollo científico y Tecnológico del Centro de Estudios del 
Desarrollo (CENDES). UCV. 
2 Véase Mercado 2003. 
en llevar adelante los proyectos, y un investigador de los procesos de innovación, y de 
forma más general de la gestión y de las políticas de innovación. En otras palabras, 
entre un actor que conocía y se paseaba con gran propiedad por los procesos y factores 
internos del desarrollo tecnológico y un observador participante que analizaba dichos 
factores y los elementos del contexto. 
Para ese momento, la actividad fundamental del CNTQ era promover proyectos en la 
industria, apoyándose en capacidades tecnoproductivas de las universidades. Para ello 
se consideraba necesario inducir la aproximación de estos actores para lo cual se 
diseñaron varias estrategias. Una de ellas fue el dictado de cursos - talleres de gestión 
tecnológica con énfasis en la formulación y evaluación de proyectos de investigación y 
desarrollo en los que participaban conjuntamente personal técnico de las empresas e 
investigadores de universidades y centros de investigación. 
Como se expondrá adelante, Lew expresaba cierto escepticismo sobre el papel que 
podía jugar este tipo de instrumentos en la inducción de esfuerzos innovadores en las 
empresas. Por una parte, debido a que los académicos desconocen las dinámicas de la 
industria. Por otra, cierta desconfianza hacia cierto tipo de consultoría que había 
conocido durante su experiencia profesional. Cuestionaba que en muchos casos los 
consultores, aun teniendo total desconocimiento de las actividades de una fábrica, de 
las particularidades tecnoproductivas de la rama o agrupación donde esta se 
desempeñaba, se atrevían a proponer recetas y soluciones estandarizadas a los 
problemas y necesidades específicas de las mismas. 
Cabe señalar que la experiencia de la reunión citada al principio, la discusión y el 
ponerse de acuerdo para explorar posibles proyectos, sirvió al autor para argumentar 
contra la aseveración de Lew. Esto porque con su forma de visualizar los procesos 
productivos y la participación de la directiva y técnicos de la empresa para ese 
momento, se logró identificar requerimientos y hasta cuellos de botella a partir de los 
cuales se podían plantear proyectos orientados a incrementar la eficiencia productiva. 
En otras palabras, su indagación había abierto una ventana de oportunidad para la 
innovación. 
La conversación ha dado entonces el pretexto para discutir el papel que juegan los 
factores internos y externos sobre la innovación, llevando a plantear las siguientes 
interrogantes ¿Qué papel desempeñan los diferentes actores? ¿Puede el ambiente 
socioinstitucional estimular o inhibir el esfuerzo innovador? ¿Cómo se aborda el 
problema de una cultura empresarial que presta escasa atención a la innovación? ¿Se 
puede desligar esta última del ambiente socioinstitucional? 
Se analiza entonces de manera muy sucinta la influencia que factores relativos a la 
dinámica productiva e institucional ejercen sobre el esfuerzo innovador3. Para el caso de 
los factores internos se discuten los aspectos relativos al patrón tecnoproductivo a partir 
de experiencias concretas de algunos sectores, y se revisan algunos resultados de los 
 
3 A partir de este documento se propone desarrollar un artículo. 
estudios realizados sobre los complejos industriales químico y petroquímico de Brasil y 
Venezuela que en ese momento permitieron abordar el tema de la formalidad – 
informalidad como causa consecuencia de la naturaleza y calidad de la estrategia 
tecnológica en la organización. 
Seguidamente se discute la influencia que los factores externos relacionados con el 
ambiente socioinstitucional pueden ejercer sobre la actividad innovadora. Sobradas 
evidencias demuestran que los marcos regulatorios en diferentes ámbitos (ambiente, 
seguridad y salud laboral y calidad, entre otros) inducen y pueden incrementar el 
esfuerzo innovador. 
A partir este marco analítico se reflexiona sobre la aseveración que da título a la 
ponencia, estableciéndose que si bien no se enseña a innovar, en el sentido de promover 
el desarrollo de la creatividad y la iniciativa individual, mediante la sensibilización, la 
capacitación y la formación se puede, promover una cultura acerca de la importancia 
del desarrollo tecnológico y proveer instrumentos que permitan proponer el desarrollo 
de proyectos de innovación. De esta manera, si en la empresa existen innovadores 
potenciales, estos pueden tener oportunidad de desplegar su creatividad, y enfocándose 
en la resolución de problemas o necesidades de la empresa, organizar sus ideas 
fundamentándose en conceptos y herramientas adecuadas que le permitan formular y 
ejecutar el proyecto tecnológico. 
 
Breve discusión sobre factores que inciden sobre la innovación 
La discusión acerca del tema de la innovación es muy fecunda. Si se compilan desde la 
seminal de Schumpeter (1939) cuyo enuncio es “el desarrollo de los inventos, 
institucionalizando nuevos métodos de producción o introduciendo los nuevos 
productos o servicios en el mercado” se podría hacer un libro sólo de definiciones. 
Hidalgo y Albors (2008) evidencian esta diversidad presentando definiciones de 
diversos autores que trascienden ampliamente la visión focalizada en el mercado. Por 
ejemplo, indican que Dosi la define como un proceso orientado a la solución de 
problemas. Patel y Pavitt señalan que es un proceso que involucra el intercambio de 
conocimiento tácito y codificado. Cohen y Dogson, y Edquist la relacionan con el 
aprendizaje. Los primeros la definen como un proceso diversificado de aprendizaje que 
puede surgir de diferentes demandas o necesidades internas oexternas. El segundo 
como un proceso interactivo de aprendizaje e intercambio entre actores caracterizado 
por la interdependencia. 
Factores asociados a la dinámica productiva (internos) 
 La innovación va a estar fuertemente determinada por el patrón tecnológico de la 
actividad industrial4. Para sectores intensivos en conocimiento es fundamental, aunque 
 
4 Se considera un factor interno porque es inherente a los procesos de producción de la empresa, y 
aunque incide en forma similar en todas las firmas de una agrupación, las respuestas son 
fundamentadas en decisiones y capacidades propias. 
su carácter puede variar de manera importante. Incluso dentro de un mismo sector 
productivo (e.g química y petroquímica) se consiguen diferencias sustanciales en su 
orientación. En la petroquímica, en la que en generalidad de los casos se trabaja con 
procesos uniproposito de grandes escalas, la innovación se concentra alrededor de los 
procesos, procurando básicamente incrementar su eficiencia (disminuir el consumo de 
materias primas y energía, reutilizar subproductos) y minimizar la generación de 
residuos. Para su desarrollo, los esfuerzos de ingeniería son fundamentales5. Aguas 
abajo (e.g. química fina) los esfuerzos se orientan a los productos, bien sea al desarrollo 
de nuevas entidades, modificaciones de productos existentes y nuevas aplicaciones. En 
este caso las actividades se concentran principalmente en el laboratorio de desarrollo, 
específicamente en actividades de síntesis y formulación. 
Los problemas de la producción, reflejo en buena medida del patrón tecnológico, pero 
también de los requerimientos regulatorios y del mercado son los principales ejes 
inductores de esfuerzos innovadores. Sin embargo, los factores que la viabilizan se 
relacionan básicamente con la cultura tecnológica de la dirección, fundamental para 
aceptar y promover las actividades de innovación, la capacitación de los recursos 
humanos y los recursos disponibles para su desarrollo. Estos determinarán las 
posibilidades de formalizar la actividad estructurada en torno de la figura de la 
Investigación y desarrollo (I+D). 
Factores externos 
Los factores externos son muy diversos y varían también en función de la agrupación 
productiva. Por ejemplo, en el caso de la industria de los alimentos, donde se señala qe 
que la innovación viene principalmente incorporada en los bienes de capital 
(Castellacci, 2004. Sin embargo, en estudio realizado sobre la industria de alimentos 
venezolana, se determinó la existencia de una relación muy estrecha entre la 
implantación de sistemas de calidad y control de procesos y los esfuerzos de innovación 
y aprendizaje tecnológico (Mercado y otros, 2014). 
Clásicamente los principales factores externos que ejercen influencia sobre la 
innovación son: 
 Ambiente Político-económico. 
 Situación del mercado local y/o mundial 
 Situación de los competidores (productores) 
 Marco regulatorio (ambiente, Higiene y seguridad industrial 
 
5 Diferencias similares se identifican en la industria de los alimentos. Incluso factores relativos a 
garantizar la inocuidad y calidad de los productos juegan papel fundamental en la orientación y 
desarrollo de la innovación (Mercado y otros, 2014) 
 Marco de estímulo (política tecnológica e industrial) 
Un análisis de los factores, internos y externos, que inducían la innovación en la década 
de los noventa en las industrias química y petroquímica de Brasil y Venezuela 
evidenció que estos comportamientos eran marcadamente diferentes. Internamente, 
factores inherentes a los procesos, como la diversificación de la producción, a objeto de 
dar el mayor uso posible a los equipos, y mejorar la seguridad industrial y el 
incremento de la eficiencia, eran importantes en ambas industrias. Pero en el caso 
venezolano, requerimientos de calidad y mantenimiento, vinculados a garantizar la 
producción, eran importantes, en tanto que en el brasileño la necesidad de incrementar 
las escalas de producción y la productividad. 
La diferencia más importante, se observó en un factor calificado como reto o desafío 
profesional. Este resultaba poco significativo en el caso brasileño pero era uno de los 
más importantes en el caso venezolano. De alguna manera, este resultado era reflejo del 
nivel de formalización de las actividades tecnológicas en la firma y del peso que tenían 
los factores socioinstitucionales. En el caso brasileño, requerimientos del mercado y el 
marco regulatorio, impulsaba en organizaciones con una adecuada cultura tecnológica, 
la definición de agendas para orientar la actividad innovadora, o de manera más formal 
actividades de investigación y desarrollo. En otras palabras, formaban parte de la 
estrategia empresarial. 
En Venezuela, por el contrario, al no existir formalización, en diversos casos los técnicos 
asumían la resolución de problemas, en oportunidades incluso sin contar con el 
respaldo de la directiva. En un contexto de desarrollo tecnológico muy limitado, esto 
resultaba un atributo muy positivo que, incluso, generó innovaciones importantes. 
Debe señalarse que con el progresivo deterioro de las condiciones de producción de la 
industria en los últimos veinticinco años, este atributo ha disminuido 
considerablemente. 
 
No se enseña… pero se estimula a innovar 
La experiencia de Lew, no sólo en Venezuela, sino al principio en la industria 
petroquímica argentina, le había permitido observar que los cuadros directivos de las 
empresas en muchos casos eran reacios a asumir los riesgos de adelantar proyectos de 
innovación. Es en este contexto que esa figura de técnico emprendedor era fundamental 
para impulsar innovaciones. Se daba incluso el caso de directores de empresa que 
tenían conciencia acerca de la importancia del desarrollo tecnológico, pero la baja 
capacidad tecnológica de la estructura industrial en general - escasa industria de bienes 
de capital para soportar esfuerzos innovadores mediante la fabricación de equipos y 
partes a la medida, inexistencia de instancias que puedan ofrecer servicios y asistencia 
técnica –obstaculizaba el emprendimiento de proyectos. En consecuencia, asumir 
riesgos en contextos tan poco propicios es imposible enseñarlo. 
Las acciones de política tecnológica deberían entonces crear condiciones para potenciar 
estas capacidades e iniciativas. Un primer paso es la sensibilización, tanto de la 
directiva como de los trabajadores de todos los niveles de la empresa, acerca de la 
importancia y las oportunidades que abre plantearse proyectos para abordar problemas 
o necesidades de la producción con capacidades propias. En otras palabras promover 
una cultura tecnológica. 
Un aspecto en el que Lew insistía desde el Consejo directivo del CNTQ, era que 
cualquier proyecto que se promoviera desde esa institución debía partir y apuntar a la 
resolución de problemas concretos de la producción, algo muy necesario en la realidad 
de baja capacidad tecnológica de la industria venezolana. Pero una limitación 
importante era que en muchos casos las empresas tan siquiera tenían capacidad de 
caracterizar adecuadamente los problemas, siendo prácticamente imposible la 
formulación de proyectos para resolverlos6. Por otra parte, existía también la limitación 
de que en muchos casos, las universidades y centros de investigación carecían de las 
capacidades para dar respuestas o participar en la solución de los mismos7. 
Por esta razón dentro de la estrategia de aproximación a la industria y la universidad, se 
instrumentaron cursos talleres de gestión de proyectos de I+D+i orientado a personal 
de las áreas técnica y económica de las empresas e investigadores de universidades y 
centros de investigación en áreas de interés industrial con el objetivo de proveerlos de 
conocimientos, destrezas y herramientas para la formulación y gestión de proyectos enel marco de la LOCTI. 
Lew expresaba alguna reserva con relación a este instrumento. Insistía en que estos no 
podían ser impartidos por personas que no tuvieran claros conocimientos de los 
aspectos técnicos de la agrupación industrial que se estuviera abordando. Expresaba 
que los cursos de los que había tenido conocimiento generalmente se limitaban apenas a 
comunicar técnicas de gestión estandarizadas que raras veces podían incidir 
positivamente en la dinámica tecnoproductiva. 
Pero el CNTQ conformó un equipo con profesionales con amplia experiencia en áreas 
técnicas de la industria química (químicos e ingenieros de varias áreas) e investigadores 
con amplia experiencia en los temas del desarrollo tecnológico (economista, químico, 
estadístico, antropólogo), cuyas experiencias particulares y colectivas fueron 
determinantes para estructurar los contenidos. 
 
6 En tal sentido era esclarecedor lo que Lew sostenía “si usted le pregunta a un gerente de una empresa 
sobre el principal problema que la firma confronta y este responde que no tienen ningún problema, 
puede tener la certeza de que esa empresa va a tener muchísimos. 
7
 Se ha definido capacidad tecnoproductiva de las universidades como su habilidad para aplicar y 
transferir el conocimiento que se genera en sus espacios tecnológicos en actividades de utilidad industrial 
(Mercado y Malavé, 2010). 
 
En los cursos talleres se exponían los conceptos básicos de innovación y desarrollo 
tecnológico y se aportaban instrumentos de gestión de proyectos con experiencias 
concretas de los sectores abordados. Seguidamente, empleando diferentes técnicas se 
procedía a identificar problemas a partir de los cuales se formularan los proyectos. Un 
esfuerzo muy importante en ese momento fue el adelantado conjuntamente entre el 
CNTQ y la gerencia de Ciencia y Tecnología de la Corporación Venezolana de Guayana 
(CVG) donde se conformaron redes para abordar los severos problemas ambientales y 
tecnológicos que confrontaban las empresas básicas (minería, hierro y aluminio). En 
este caso, se realizaron importantes esfuerzos de capacitación en formulación de 
proyectos enmarcados en el ámbito de la LOCTI. Se entrenó a 172 profesionales y a 
partir de talleres de trabajo se elaboraron documentos conceptuales donde se 
identificaban problemas en las áreas citadas y se generaba la información base para 
formular los proyectos que se financiarían mediante la inversión obligatoria que 
establecía la Ley en ese momento. Sin embargo, la severa crisis que afectó a las 
empresas básicas desde 2009 y la modificación de la ley un año después paralizó este 
esfuerzo. 
Muchos de estos técnicos nunca habían tenido oportunidad de expresar sus puntos de 
vista acerca de los problemas que confrontaban en el día a día, y de procurar abordarlos 
con un enfoque de gestión de proyectos. Los talleres permitían una identificación 
precisa de los mismos, y en muchos casos, estos profesionales, conjuntamente con 
técnicos de las otras empresas e investigadores de universidades y centros de 
investigación, identificaban las acciones posibles para resolverlos empleando diversas 
técnicas, en especial la fertilización cruzada de ideas. Un aspecto adicional a resaltar, era 
la importante cantidad de ellos que manifestaba un gran interés por adquirir una 
formación más sólida y desarrollar vida profesional en este campo. Esto plantea, sin 
duda, grandes retos a la estructura formal de educación (universidades e institutos 
tecnológicos) para atender a los requerimientos de adquisición de conocimientos del 
personal que labora en la industria, al cual no le es fácil insertarse dentro de programas 
académicos de dichas estructuras (Jones, 2007). 
De esta experiencia se evidencia que es posible estimular la creación de espacios para el 
desarrollo tecnológico en las organizaciones. Si se dota a un emprendedor de 
instrumentos de gestión y recursos, y se constituyen espacios para el desarrollo 
tecnológico, seguramente podrá desplegar mucho mejor su creatividad y desenvolver 
su potencial innovador. 
Por último referimos el fin de la conversación con Lew. Pero antes debe destacarse que 
cuando él lideró el proyecto de transformación de la planta del alquilbenceno de 
Química Venoco, reclutó a un importante contingente de profesionales jóvenes de 
universidades nacionales que en las diferentes etapas participaron en el largo proceso 
de innovación y desarrollo tecnológico8. En otras palabras, él, aunque al inicio no existía 
 
8 Uno de ellos, coincidencialmente en ese momento se desempeñaba como gerente de planta de la 
empresa visitada. 
una figura formal para la realización de labores tecnológicas en la empresa, había 
terminado de formar en la práctica a estos profesionales; les había transmitido sus 
conocimientos y su manera de abordar los problemas con enfoques de innovación, 
constituyendo esto un extraordinario estimulo a su creatividad. Este esfuerzo, permitió 
constituir las instancias formales de investigación y desarrollo desde la cual estos 
profesionales posteriormente han continuado realizando diversos proyectos de 
desarrollo tecnológico. Le hice ver que en el desarrollo de todo ese esfuerzo les había 
enseñado a innovar. 
 
Referencias 
Hidalgo, A. Albors, J (2008). Innovation management techniques and tolos: a review 
from theory and practice. R&D Management. 38, 3, pp 113-127. 
Jones, R (2007). The New American Workforce: Challenges and Opportunities for 
Higher Education. Springboard Commission. Disponible en: 
http://www.educationworkforcepolicy.com/papers.html 
Mercado, A (2003 a). ¿Innovaciones incrementales o desarrollo tecnológico nuevo?: la 
planta del alquilbenceno de química Venoco. En: Arnoldo Pirela (ed). Venezuela el 
desafío de innovar. Fundación Polar CENDES. Caracas 
Mercado, A. Testa, P (eds) (2001). Tecnología y Ambiente: el desafío competitivo de la 
industria química y petroquímica venezolana. Fundación Polar CENDES. Caracas 
Mercado, A (Coordinador) (2014). Industria de los Alimentos Venezolana Desarrollo 
Socioproductivo y Sustentabilidad (CENDES). 602 pags. ISBN: 978-980-00-2766-0 
Mercado, A. Malavé, M (2010). Implantación del Centro Nacional de Tecnología 
Química ¿Porqué es difícil construir interfases en un país en desarrollo? Revista 
Espacios, Caracas. Volumen 31, 4 
Pirela, A (edit. 1996). Cultura Empresarial en Venezuela. La Industria Química y 
Petroquímica. Fundación Polar CENDES. Caracas 
Viana H. y M. A. Cervilla (1998) Tecnología y competitividad de la industria 
manufacturera venezolana, Fondo Editorial FINTEC. -

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