Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
((EEssttaa mmoonnooggrraaffííaa eess uunn ccaappííttuulloo ddeell lliibbrroo EEVVAALLUUAACCIIÓÓNN NNEEUURROOLLÓÓGGIICCAA DDEELL RREECCIIÉÉNN NNAACCIIDDOO)) CCoolleecccciióónn:: MMoonnooggrraaffííaass SSeerriiee:: MMEEDDIICCIINNAA // CCIIEENNCCIIAASS DDEE LLAA SSAALLUUDD AAllffrreeddoo GGaarrccííaa--AAlliixx JJoosséé QQuueerroo AAPPÉÉNNDDIICCEESS CCUUTTÁÁNNEEOOSS,, PPLLIIEEGGUUEESS YY SSUURRCCOOSS © Alfredo García-Alix / José Quero, 2012 Reservados todos los derechos No está permitida la reproducción total o parcial de esta publicación, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso y por escrito de los titulares del Copyright. Ediciones Díaz de Santos Albasanz, 2 28037 Madrid www.diazdesantos.com.es ediciones@diazdesantos.es ISBN 978-84-9969-146-6 Esta monografía está formada por un capítulo del libro: EVALUACIÓN NEUROLÓGICA DEL RECIÉN NACIDO de Alfredo García-Alix y José Quero (Obra completa publicada por Ediciones Díaz de Santos). Puede ocurrir que en el texto de esta monografía se haga referencia o citen otras páginas que correspondan a otros capítulos de la obra completa, esto sería normal al haberse respetado la paginación original. Obra completa: ISBN 978-84-9969-167-1 (Libro electrónico) Obra completa: ISBN 978-84-7978-972-5 (Libro en papel) CAPÍTULO Introducción El pelo Ontogenia, desarrollo y diferenciación Examen del pelo Patrón de dirección del pelo, número y ubicación de los remolinos Alteraciones de la consistencia, morfología y textura Alteración del color Alteraciones en la cantidad; alopecia, hirsutismo e hipotricosis Alteraciones en la línea de implantación del cabello La conjuntiva Alteraciones de la conjuntiva Las uñas Ontogenia, crecimiento y diferenciación Alteraciones de las uñas Las glándulas ecrinas Ontogenia, crecimiento y diferenciación Alteraciones en la sudoración Dermatoglifos y surcos volares Ontogenia y diferenciación de los dermatoglifos y surcos volares Utilidad del examen de los dermatoglifos y de los surcos volares Lecturas recomendadas Referencias Glosario 149 5 APÉNDICES CUTÁNEOS, PLIEGUES Y SURCOS 150 Evaluación neurológica del recién nacido Introducción Los apéndices cutáneos derivan de invaginacio- nes embrionarias de yemas epidérmicas en la dermis por influencias inductivas ejercidas desde esta.1 Estas invaginaciones epidérmicas dan lugar a una gran variedad de derivados como el pelo, las uñas, las glándulas sudoríparas y sebáceas, las glándulas mamarias y el esmalte de los dientes. aproximación utilizada no se basa en clasificacio- nes etiológicas o patogénicas, sino que se centra en los aspectos principales que merecen nuestra aten- ción durante la evaluación neurológica. El pelo Ontogenia, crecimiento y diferenciación Los pelos son derivados epidérmicos que se ori- ginan por estímulos inductivos de la dermis. Es por tanto la dermis subyacente quien determina las diferencias regionales en la forma y la distri- bución de los pelos.2 La formación de los folí- culos pilosos durante la embriogénesis tiene lugar a intervalos regulares en sitios definidos y se debe a señales entre las células de la dermis y las células madre epiteliales. La interacción entre ambas células da lugar finalmente al folí- culo piloso, la raíz del pelo y la papila dérmica (Figura 5.1). Mucho de lo que conocemos sobre los fenómenos inductivos en la formación del Este capítulo, complementario del capítulo previo que abordó la inspección de la piel, intenta aportar una información que puede ser de utilidad al clínico para valorar los apéndices cutáneos, los dermatoglifos y los surcos volares en el contexto de la evaluación neurológica del neonato. La El examen de los apéndices de la piel puede aportar pistas para el diagnóstico de trastornos del SNC, tanto adquiridos intraútero como de origen genéti- co. Es por ello que estos derivados deben ser exami- nados en el examen neurológico del neonato. Figura 5.1. Diferenciación de un folículo piloso. A: bulbo piloso a los 4 meses (14-16 semanas). B: folículo pilo- so bulboso a los 5 meses (20 semanas). C: folículo piloso adulto (postérmino). A B C Epidermis Papila pilosa Papila pilosa Proyección epidérmica descendente (brote piloso) Raíz del pelo Vaina radicular Glándula sebácea Múculo liso piloerector Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 151 pelo proviene de animales, pero los mecanismos básicos parecen ser similares en humanos. Las células madre epiteliales responden a las prime- ras señales dérmicas expresando inductores o inhibidores, que son responsables de que la capa de ectodermo se engruese y se forme una pláco- da para cada pelo. Los inductores que promue- ven la placoda son múltiples y diversos; entre estos están: el factor de crecimiento fibroblásti- co (FCF) y su receptor (FCFR), el factor de cre- cimiento transformador ß (TGF-ß), genes que contienen homeoboxes como el MSX1 y el MSX2, una molécula relacionada con el TNF llamada ectodisplasina (EDA) y su receptor A (EDAR), así como la ß1-integrina.3 La expre- sión de muchos de estos factores es suprimida por la activación de alguna de las proteínas mor- fogenéticas óseas (Bone Morpho genetic Pro- tein), como la BMP-2 y BMP-4, que actúan como potentes inhibidores de la formación de la plácoda. Tras la formación de la plácoda, las células epiteliales inducen la formación de una peque- ña condensación de células dérmicas en la base de la plácoda, llamada papila dérmica. Las moléculas inductoras de la papila dérmica parecen ser el factor de crecimiento derivado de la plaqueta y el sonic hedgehog (SHH). Gracias a la inducción proliferativa de las células epiteliales mediada por moléculas de señal SHH se forma un bulbo piloso, el cual más adelante pasa a ser el folículo piloso. La expresión de varios genes Hox parece jugar un importante papel en el tipo de pelo que se va a formar, por ejemplo: el pelo grueso de la ceja frente al vello fino de la mejilla.3 La morfolo- gía característica del folículo piloso y del pelo está estrechamente regulada por genes codifi- cadores del factor de crecimiento transforma- dor α (TGF-α), el receptor del factor de creci- miento epidérmico y el factor de transcripción ets2. Las mutaciones que afectan a estas molé- culas alteran la morfología del folículo piloso y probablemente conllevan alteraciones en la textura.3 En el folículo piloso, el pelo nace de la ac - tividad integrada de varias capas de keratinocitos en el interior de este. El proceso de di feren - ciación terminal del pelo es la queratinización, un proceso complejo estrechamente regulado. En este proceso, la síntesis y el depósito de proteínas estructurales de queratina en los queratinocitos de la corteza del pelo, permiten el ensamblaje de un compuesto de filamentos intermedios (FI) con una matriz de proteínas asociadas a queratina. Esta es truc tu ra y su estabilización posterior, mediante la formación de enlaces bisulfito, dan la rigidez estructural al pelo.4 Los trastornos que perturben este proceso de diferenciación cursa- rán con alteración de la consistencia, morfología y textura del pelo (véase más adelante). El crecimiento normal del pelo es en forma cíclica progresando a través de tres fases distin- tas; la fase anágena es la fase de crecimiento activo; la fase de regresión se denomina fase catágena, y se caracteriza por el cese de la mito- sis y de la producción de melanina a nivel del bulbo folículo piloso. En esta fase el pelo se contrae, liberando la papila dérmica. Final mente tiene lugar una fase de reposo del folículo, que finaliza con la caída del pelo y que se denomina fase telógena.5,6 Las distintas fases se distinguen mediante el examen de la raíz del tallo. Los folí- culos pilosos de pelo anagénicoaparecen ini- cialmente en la cara a nivel de las cejas, el labio superior y la mandíbula hacia la novena semana de gestación. Posteriormente a lo largo de la décima y undécima semana aparecen folículos de forma uniforme sobre la piel de la bóveda craneana. Los primeros pelos que sobresalen y se hacen visibles se aprecian después de la semana 16 en las cejas. La aparición del pelo sigue un gradiente cefalocaudal en todo el cuer- po y el pelo fetal tiene una textura muy fina, crece muy junto y se conoce como lanugo. En el prematuro, el lanugo cubre el cuero cabelludo y la frente, haciendo en muchas ocasiones difícil delinear la línea de implantación del cabello. El color del pelo está determinado por la infiltra- ción del bulbo piloso por melanocitos en las últi- mas fases de formación del pelo, y la firmeza por la queratinización de las células epidérmicas del tallo con la consiguiente formación de grá- nulos densos de tricohialina a partir del quinto mes. El lanugo es muy abundante durante el sép- timo y el octavo mes de gestación. 152 Evaluación neurológica del recién nacido Durante la vida fetal y neonatal precoz, los folículos pilosos adyacentes están sincroniza- dos en sus ciclos de crecimiento y caída.4 Entre las 28 y 32 semanas de gestación se pierde el primer lanugo, siendo reemplazado por una segunda oleada de lanugo fino, el cual se caerá a partir de las 37 semanas poco antes del parto y será reemplazado por vello más grueso. Al nacimiento, el crecimiento del pelo del cuero cabelludo muestra dos ondas consecutivas de crecimiento desde la frente a la raíz del cuello. Mientras que la segunda onda es exclusivamen- te de pelo anagénico, la primera es convertida a pelo telogénico y será la que primero se caiga. La región frontal muestra pelo predominante- mente telogénico, mientras que en la occipital predomina el pelo anagénico. El área occipital no muestra pelo telogénico hasta después del nacimiento, por lo que persistirá hasta las 8 a 12 semanas de vida.5,7 Algunos neonatos presentan alopecia temporalmente, y en otros el cabello madura más rápidamente adquiriendo una dis- tribución adulta. Las glándulas sebáceas maduran durante la diferenciación del folículo piloso entre las 13 y las 16 semanas postmenstruales. A medida que la glándula se desarrolla, las células más exter- nas se diferencian y proliferan dando lugar a células que acumulan lípidos y grasa. Los pro- ductos de las glándulas sebáceas se acumulan en la superficie de la piel y esta sustancia protecto- ra de la epidermis se conoce como vérnix ca seo - sa y sirve de capa protectora para la epidermis, que está continuamente expuesta al líquido amniótico.1,4 Examen del pelo Al examinar el pelo es importante prestar aten- ción a: 1) el patrón de dirección del pelo, y el número y ubicación de los remolinos, 2) la con- sistencia, morfología y textura de los tallos pilo- sos, 3) el color, 4) la cantidad (hipertricosis o hipotricosis o alopecia global o focal en zonas determinadas del cuero cabelludo), 5) la línea de implantación del cabello. Patrón de dirección del pelo, número e ubicación de los remolinos El crecimiento del cerebro, y consiguientemente del cráneo, determina la tensión de la epidermis en el momento en que se forman los folículos pilosos. Entre las semanas 10 y 18 del desarrollo fetal, los folículos pilosos crecen hacia dentro desde la capa germinativa de la piel y se inclinan o angulan en su dirección. Ello ocurre como consecuencia de la dirección y magnitud de las fuerzas tensiles ejercida sobre la piel por el cre- cimiento del cráneo. Cuando el pelo queratini- zado sale al exterior en la semana 18, su direc- ción está establecida de por vida y a nivel parietal se genera un punto fijo en relación al cual todos los pelos crecen girando en sentido de las agujas del reloj; el remolino. El pelo neonatal tiene una dirección de creci- miento estable y el patrón de dirección es hacia delante intentando ir a contactar con el pelo que está sobre la frente. El neonato normal presenta generalmente un único remolino a nivel parietal posterior, ubicado por delante de la fontanela posterior, generalmente situado a la derecha de la línea media y girando en sentido de las agujas del reloj8 (Figura 5.2). Sin embargo, los niños de color con pelo corto y rizado no muestran nin- Figura 5.2. Remolino y patrón normal de crecimiento del pelo. Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 153 gún remolino y un 5% de la población presenta dos remolinos en la región parietal. En la forma- ción del remolino no solo juega un importante papel la tensión superficial sino también las sin- gularidades individuales.9 Mientras la localiza- ción del remolino a nivel parieto-occipital no se correlaciona con ser zurdo o diestro ni con defectos en el desarrollo óseo del cráneo,10 en el 95% de las personas diestras el remolino gira en sentido de las agujas del reloj, en las personas ambidiestras o zurdas, el remolino tiene igual de posibilidades de girar en sentido horario o anti- horario.11 Esta observación sugiere que la direc- ción del remolino y la dominancia manual son influidos por un mecanismo genético común. En el mismo sentido, se ha encontrado una relación entre la dirección del remolino y el hemisferio cerebral dominante para el lenguaje.12 La presencia de patrones aberrantes en el patrón de dirección del pelo y alteración en los remolinos —fuera de su ubicación habitual o más de dos remolinos— sugieren un desarrollo cerebral anormal. Aunque la investigación al respecto es escasa, recientemente se ha descrito una asociación clínica radiológica caracterizada por doble remolino, trastorno de hiperactividad e impulsividad, retraso en la adquisición del lenguaje y dilatación de los espacios de Vir- chow-Robin.13 Además, alteraciones en el creci- miento del cerebro entre la 11 y la 18 semana de gestación pueden condicionar patrones aberran- tes en la dirección del pelo y alteración en los remolinos.14-16 Algunos neonatos con microcefa- lia congénita muestran un patrón direccional del pelo hacia atrás y ausencia del remolino parietal (Fi gu ra 5.3). En niños con deficiencia del cere- bro frontal o con otras anomalías se ha señalado un patrón direccional del pelo frontal hacia arri- ba.12,15 Este patrón direccional y remolinos en el área frontal son habituales en el síndrome FG, una entidad que cursa con macrocefalia, agene- sia parcial o completa del cuerpo calloso, hipo- tonía congénita, retraso mental y ano imperfora- do.18 Es sorprendente que toda la información disponible sobre los remolinos y el patrón de dirección del pelo en niños con anomalías del desarrollo cerebral procedan de casos individua- les y no de investigaciones sistemáticas. Alteraciones de la consistencia, morfología y textura La consistencia y textura del pelo en el neonato es bastante diferente de la del niño y el adulto. La textura del pelo neonatal es fina y tanto más cuan- to menor sea la edad gestacional. No es fácil apre- ciar alteraciones de la consistencia, la morfología o de la textura del pelo. Los síndromes genéticos que cursan con defectos del pelo con frecuencia asocian alteraciones en otros derivados ectodér- micos.19 Bajo el epígrafe de Neurotricosis se incluyen alteraciones morfológicas del pelo, fun- damentalmente del tallo, que asocian trastornos neurológicos. En estos trastornos el pelo es por lo general fino y quebradizo, y al examen microscó- pico se observan alteraciones del tallo piloso, como son el pili torti, la tricorrexis nodosa, la tri- correxis invaginada, el moniletrix y el pelo trico- tiodistrófico (Figura 5.4). El pili torti (pelo retorcido sobre su eje) da lugar a un pelo brillante, quebradizo y tosco, y al microscopio el tallo se observa acanalado, apla- nado a intervalos irregulares y doblándose sobre su eje a intervalos regulares. La tricorrexis no - do sa, la más frecuente de las alteraciones del tallo piloso, se caracteriza por un pelo seco, que- bradizo, sin brillo y que muestra áreas de hin- Figura 5.3. Patrón del crecimientodel pelo en la mi - crocefalia grave. 154 Evaluación neurológica del recién nacido chazón nodular (nudos) en el tallo del pelo.20 Esta alteración ha sido observada tan precoz- mente como a las dos semanas de edad en un niño con aciduria argininosuccínica.21 La trico- rrexis invaginada no ha sido descrita en el perio- do neonatal y en esta alteración, el pelo es corto, escaso, frágil y adquiere al microscopio aspecto en caña de bambú. Esta alteración se observa particularmente en el síndrome Netherton: ato- pia, angioedema, infecciones recurrentes, ami- noaciduria y retraso mental. El moniletrix es un raro defecto del tallo piloso de herencia autosó- mica dominante que presenta una marcada variabilidad en la edad de comienzo, gravedad y evolución. Esta alteración, causada por defectos en las queratinas 1 y 6 de la corteza del pelo (HB1, HB6), puede estar presente al nacimien- to y el pelo es quebradizo, sin brillo y se rompe espontáneamente o por el rozamiento con el lecho, dando lugar a alopecia neonatal. Puede afectar a las cejas, pestañas y el vello de otras áreas corporales y también puede estar presen- te hiperqueratosis folicular y coiloniquia. La mayoría de los pacientes presentan un neurode- sarrollo normal, pero se han referido casos que han asociado epilepsia, esquizofrenia, enferme- dad neurodegenerativa y trastorno cognitivo.22 Las ano malías del tallo piloso pueden observar- se al microscopio de luz, pero se visualizan me - jor con el microscopio electrónico, el cual per- mite diferenciar claramente moniletrix de otros trastornos del tallo que asocian trastornos neuro- lógicos.23 La tricotiodistrofia agrupa probable - mente a varios desórdenes neuroectodérmicos autosómicos recesivos, que cursan con displasia congénita del pelo, displasia de las uñas y otras manifestaciones neuroectodérmicas como ictio- sis, fotosensibilidad, cataratas, rasgos dismórfi- cos, trastorno del crecimiento y desmieliniza- ción.24-26 Estos niños presentan retraso mental, hiperactividad y otros déficits neurológicos. Se han identificado 2 genes, ambos involucrados en la reparación del ADN e idénticos a los genes del xedoderma pigmentoso.19 El fenotipo del pelo se debe a un error metabólico en la síntesis de los aminoácidos azufrados del pelo (cisteína) Figura 5.4. Alteraciones de la vaina del pelo. A: Pelo normal. B: Moniletrix. C: Tricorrexis nodosa. D: Tricorrexis invaginada. E: Pili Torti. F: Tricotiodistrofia. A B C D E F Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 155 y al microscopio óptico éste es aplanado (acin- tado), de superficie irregular, con aspecto peco- so o atigrado y con fracturas transversales (tri- coclasis). El pelo bajo luz polarizada presenta alternancia de bandas claras con otras oscuras, adquiriendo un aspecto atigrado.24,25 Además de en el moniletrix y en la tricotio- distrofia, las alteraciones del tallo piloso están presentes en varias enfermedades metabólicas (Tabla 5.1).27-30 Entre las enfermedades metabó- licas que cursan con alteraciones del tallo piloso están: la enfermedad Menkes, el déficit de bioti- na, la aciduria argininosuccinica, los trastornos congénitos de la glicosilación (tipo I y II) y las enfermedades mitocondriales. La enfermedad Menkes constituye el paradigma de las neurotri- cosis, y es una rara enfermedad ligada al sexo, causada por un defecto en la ATPasa transporta- dora del cobre [ATP7A].31 En el periodo neona- tal las manifestaciones son sutiles, y el pelo de estos pacientes es fino y pobremente coloreado, pero progresivamente va haciéndose quebradizo y al tacto se siente como papel de lija. Aunque las alteraciones características que se observan mediante el microscopio no parecen estar pre- sentes al nacimiento, estas pueden detectarse hacia el final del primer mes de vida. Alteracio- nes como tricorrexis nodosa y pili torti se han observado en lactantes con trastorno congénito de la glicosilación (CDG) tipo I, uno ellos de un mes de edad.30 El síndrome Pollit es un desorden neurocutáneo complejo, en el cual además de un pelo corto, escaso y quebradizo, asocia numero- sas alteraciones dando lugar a un síndrome muy heterogéneo. Además de las alteraciones del tallo piloso, este síndrome puede presentar alteracio- nes de la piel (ictiosis, fotosensibilidad), del siste- ma nervioso (microcefalia, retraso mental, espasticidad), de los ojos (cataratas, nistagmo), de los huesos y del crecimiento, así como del sistema inmune o endocrino. En esta neurotrico- sis el pelo muestra un bajo contenido de proteí- nas con azufre (reducción del nivel de cisteína) y aquellos niños que presentan fotosensibilidad cutánea muestran un déficit en la reparación de DNA. Los lactantes con enfermedades mitocon- driales pueden presentar también diversas alte- raciones del tallo como pili torti, tricorrexis nodosa, surcos longitudinales y fracturas trans- versas a través del tallo, junto con fragilidad del cabello y alopecia.28,29 En estas enfermedades la alteración del tallo puede ser muy precoz; se ha referido un neonato con encefalomiopatía y con- vulsiones por deficiencia del complejo V de la cadena respiratoria que presentó la alteración del tallo piloso poco después del nacimiento.29 Debi- do a la dificultad que entraña el diagnóstico pre- coz de algunas enfermedades mitocondriales, el estudio morfológico del tallo piloso puede ofrecer una pista para el diagnóstico.28,29 Aunque, hasta el momento no se dispone de ningún estudio que haya examinado sistemáticamente la presencia de alteraciones macro-microscópicas del tallo pilo- so en neonatos con enfermedades metabólicas, la información disponible sugiere que las altera- ciones macroscópicas y microscópicas del pelo pueden ser marcadores clínicos útiles para sos- pechar un trastorno metabólico. Alteración del color El color del pelo, como el de la piel, se debe a la cantidad y tipo de pigmento producido por los melanocitos; células que derivan de las células de la cresta neural que migran a la epidermis. Las alteraciones de la pigmentación del pelo, independientemente de que cursen con o sin alteración del color de la piel, no deben ser pasa- das por alto en el examen, pues constituyen un buen marcador para el diagnóstico de trastornos neurocutáneos, neurocristopatías y síndromes genéticos específicos. Cuando detectamos un trastorno congénito de la pigmentación del pelo, es preciso examinar con atención el color de la piel, el iris, la retina y las membranas mucosas, debido a que cada uno de estas estructuras puede estar afectada. Las alteraciones de la pigmenta- ción del pelo son por defecto, pudiendo afectar a todo el pelo (difusas) o localizarse en una zona determinada, como un mechón de pelo blanco frontal. En el capítulo previo se abordaron los trastornos de la pigmentación y en él se presen- taron los síndromes genéticos más relevantes en neurología neonatal que cursan con hipopig- mentación del pelo. Entre las entidades que cur- 1 5 6 Evaluación neurológica del recién nacido Tabla 5.1. Condiciones que asocian alteración del tallo del pelo y trastorno neurológicos. Entidad Principales características Alteraciones Evolución (OMIN) clínicas-analíticas pelo Síndrome Clínica. Con frecuencia son prematuros, cara de querubín, En el neonato el pelo es fino y con Convulsiones repetidas y refractarias, Menkes hipotonía, hipotermia, ictericia, pobre medro, convulsiones. escaso color. Tras las primeras retraso del desarrollo y deterioro (309400) Hidroureter o hidronefrosis. Múltiples huesos wormianos, semanas el pelo es escaso, frágil y neurológico con muerte para el pectus excavatum, hernia inguinal o umblilical. sin color. El examen microscópico segundo año de vida (19 meses Analítica. Bajos niveles séricos de cobre y ceruloplasmina, muestra pili torti y ocasionalmente por término medio). aumento de la captación de cobre en cultivo de fibroblastos. tricorrexis nodosa o tricoclasis. Déficit de Clínica. 10% de los casos presenta clínica neonatal, Alopecia, pelo frágil, tricorresxis Convulsiones refractarias, sorderabiotina hipotonía, convulsiones, letargia, piel seca, con aspecto nodosa. sensorio-neural, ataxia, retraso del escamoso. rash eritematoso, conjuntivitis o blefaritis. desarrollo, atrofia óptica. Problemas Analítica. Bajos niveles de biotinidasa en suero, leucocitos y respiratorios con infecciones fibroblastos. recurrentes y episodios de taquipnea o estridor recurrente. Aciduria Clínica. Síntomas después de las primeras 24 horas. Pobre Pelo seco, frágil, y tricorrexis Convulsiones refractarias, coma. La argininosuccínica alimentación, vómitos, taquipnea, convulsiones, letargia- nodosa en el examen microscópico mayoría de pacientes muere en el (207900) estupor-coma. Hepatomegalia. (observado a partir de las 2 periodo neonatal. Si sobreviven: Analítica. Hiperamoniemia y niveles altos de ácido semanas de edad). alteración neurológica progresiva: argininosuccínico y citrulina en sangre y orina. Aciduria diplejía espástica, alteración orótica y altos niveles séricos de glutamina. Actividad de cognitiva, convulsiones, ataxia y argininosuccinasa marcadamente reducida atetosis. en hígado. Trastorno Clínica. Hipotonía, hiporreflexia, esotropía, contracturas Pelo escaso, frágil, pili torti y Retraso psicomotor marcado (CI congénito de la articulares, leve dismorfismo facial, lipodistrofia. tricorrexis nodosa. 40-60), ataxia, retinitis glicosilación Hipoplasia olivo-ponto-cerebelosa. pigmentosa, contracturas tipo Ia Analítica. Glicosilación anormal de la transferrina: deter- articulares, episodios similares a (212065) minación de transferrina deficiente en carbohidratos infartos cerebrales. (valor absoluto y porcentaje), y análisis del patrón de las isoformas de la transferrina por isoelectroenfoque. (continúa en página siguiente) Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 157 san con marcada expresión neurológica neonatal o durante la infancia precoz y que pueden pre- sentar hipopigmentación del pelo y la piel están: el síndrome Prader-Willi, el síndrome Menkes y la fenilcetonuria, entre otros. En algunas entida- des el color del pelo es tan característico que este constituye el signo clínico más orientativo del diagnóstico. Un pelo plateado con un carac- terístico brillo metálico se observa en el síndro- me Chediak-Higashi, el síndrome Griscelli (SG) y en el síndrome Elejalde. Este último cursa con marcada morbilidad neurológica e infantil (véase Tabla 4.6 del capítulo previo). Alteraciones en la cantidad; alopecia, hirsutismo e hipotricosis Denominamos alopecia a la ausencia de pelo en una localización habitual de este, y de acuerdo a su localización y extensión, podemos distinguir formas localizadas o difusas de alopecia congé- nita en el recién nacido. La alopecia difusa del cuero cabelludo no es del todo infrecuente en neonatos, probablemente debido a las ondas sin- cronizadas de crecimiento del pelo que tienen los neonatos en comparación con las patrones de crecimiento más difusos y no sincronizados que tienen lugar en los niños. Una alopecia generali- zada o difusa que exprese un trastorno subyacen- te es por tanto difícil de diagnosticar en neona- tos, pero puede observarse en diversas entidades (Tabla 5.2). Alopecia generalizada puede estar presente en algunas entidades que cursan con alteración del neurodesarrollo, como son: enfer- medades metabólicas congénitas que cursan con alteraciones del tallo piloso (ejemplo: la en - fermedad de Menkes, enfermedades mitocon- driales), el síndrome Costello, la enfermedad Netherton, el síndrome progeroide neonatal, el síndrome Hallermann-Streiff, y un grupo de sín- dromes que están peor definidos y que cursan con alopecia total y retraso mental. Entre estos destaca el síndrome de retraso mental, enanismo, alopecia y contracturas articulares (Tabla 5.2). La ausencia de pelo en cuero cabelludo junto con ausencia de cejas y pestañas se denomina «alo- pecia congénita universal». Esta puede observar- (c on tin ua ci ón ) En tid ad Pr in ci pa le s ca ra ct er ís tic as A lte ra ci on es Ev ol uc ió n (O M IN ) cl ín ic as -a na lít ic as pe lo En fe rm ed ad es D iv er sa s m an ife sta ci on es n eu ro ló gi ca s (S N C y m ús cu lo ) y D iv er sa s al te ra ci on es d el ta llo : p ili Va ria bl e y ac or de a l d ef ec to y la m ito co nd ria le s ex tra ne ur ol óg ic as . to rti , t ric or re xi s no do sa , s ur co s gr av ed ad d e la a lte ra ci ón d e la lo ng itu di na le s y fra ct ur as ca de na r es pi ra to ria . E n ge ne ra l tra ns ve rs as . F ra gi lid ad d el c ab el lo hi po to ní a, c on vu lsi on es , t ra sto rn o y pe lo h ip op ig m en ta do . co gn iti vo . Sí nd ro m e Cl ín ic a. Fi su ra s pa lp eb ra le s la rg as c on e ve rs ió n de l t er ci o Tr ic or re xi s no do sa . Re tra so m en ta l l ev e- m od er ad o, Ka bu ki la te ra l d el p ár pa do in fe rio r, ce ja s ar qu ea da s co n te rc io re tra so e n la a dq ui si ci ón d el (1 47 92 0) la te ra l d es po bl ad o, r aí z na sa l a nc ha c on p un ta d ep rim id a le ng ua je , h ip er ac tiv id ad . y or ej as g ra nd es . A lm oh ad ill as fe ta le s en e l p ul pe jo d e lo s de do s y a us en ci a de lo s t rir ad io s d ig ita le s c y /o d . H ip ot on ía , an om al ía s ca rd ia ca s y ve rte br al es . 1 5 8 Evaluación neurológica del recién nacido Tabla 5.2. Condiciones que asocian hipotricosis (alopecia) y trastorno neurológicos evolutivos . A. Alopecia generalizada Entidad Principales Alteraciones Evolución (OMIN) características del pelo Síndrome Estatura corta, braquicefalia con abombamiento frontal y Pelo delgado, fino y escaso con Problemas respiratorios en la Hallermann- parietal. Hipoplasia malar, micrognatia y microstomía, hipotricosis sobre todo en cuero lactancia precoz. Pueden Streiff microftalmía bilateral, cataratas. La nariz es delgada, cabelludo, cejas y pestañas. presentar retraso del desarrollo (234100) pequeña y afilada. y trastorno cognitivo de grado variable. Síndrome Contracturas múltiples, alopecia, microcefalia, turricefalia, Ausencia total de pelo. Retraso mental y retraso del retraso mental- estatura corta de inicio prenatal, grandes orejas y nariz crecimiento. enanismo- prominente. Huesos metacarpianos cortos, braquimelia contracturas- rizomélica. Hiperqueratosis cutánea. alopecia (203550) Síndrome Microcefalia, alopecia, convulsiones (gran mal), trastorno Alopecia o hipotricosis. Convulsiones, trastorno cognitivo. alopecia- cognitivo y del habla. epilepsia- oligofrenia (203600) Enfermedad Prematuridad frecuente, cara de querubín, hipotonía, Pelo fino, escaso y con poco Convulsiones repetidas y refractarias, Menkes hipotermia, ictericia, pobre medro. Hidroureter o color. Tras las primeras semanas retraso del desarrollo y deterioro (309400) hidronefrosis. Osteoporosis y huesos Wormianos. el pelo es escaso, frágil y sin color. neurológico con muerte hacia el Pili torti y tricorrexis nodosa. segundo año de vida. Déficit de Clínica neonatal en 10% de los casos: hipotonía, Alopecia, pelo frágil, tricorrexis Convulsiones refractarias, sordera biotina convulsiones, letargia, piel seca, con aspecto escamoso. nodosa. sensori-neural, ataxia, retraso del desarrollo, atrofia óptica. Problemas respiratorios recurrentes. (continúa en página siguiente) A péndices cutáneos, pliegues y surcos 1 5 9 Entidad Principales Alteraciones Evolución (OMIN) características del pelo Enfermedades Diversas manifestaciones neurológicas (SNC y músculo) y Diversas alteraciones del tallo: Variable y acorde al defecto y la mitocondriales extraneurológicas. pili torti, tricorrexis nodosa, gravedad de la alteración de surcos longitudinales y fracturas la cadena respiratoria. transversas. Fragilidad del cabello. Síndrome Macrosomía,macrocefalia, facies grotesca, labios gruesos, Alopecia, pelo rizado, cejas Hipotonía, pobre alimentación, Costello macroglosia, cuello corto, dedos hiperextensibles, surcos espesas, alopecia fronto- convulsiones, retraso del desarrollo y (218040) palmares profundos. temporo-parietal. trastorno cognitivo. Hipotricosis con Manifestaciones inicialmente limitadas al pelo. Pelo corto y escaso al nacimiento Degeneración macular progresiva. distrofia macular Anomalías morfológicas como juvenil (601553) pili torti y pseudomoniletrix. Síndrome CIR, nariz bulbosa, filtra prominente, labios finos, helix Pelo escaso y delgado en cuero Trastornos cognitivos y retraso del Langer-Giedion grueso, leve microcefalia, ojos hundidos, pelo escaso, piel cabelludo, cejas normales. desarrollo, retraso inicio del habla. (150230) redundante, sindactilia. Síndrome Aspecto envejecido, lipoatrofia generalizada, pero con Hipotricosis en cuero cabelludo, Trastorno cognitivo leve-moderado. progeroide almohadillas de grasa en región lateral superior de las cejas y pestañas. neonatal o S. nalgas, piel arrugada, macrocefalia con venas prominentes Wiedemann- en cuero cabelludo, cara triangular, micrognatia y dientes Rautenstrauch neonatales. (264090) Síndrome Ictiosis folicular, fotofobia desde el nacimiento, retraso del Ausencia de vello, alopecia, Convulsiones, trastorno cognitivo. ictiosis con crecimiento postnatal, hernia inguinal. ausencia de cejas y pestañas. atriquia y fotofobia [IFAP] (308205) Síndrome Fisura palatina/labio leporino. Reducción de extremidades Pelo escaso y rubio La mayoría fallecen en la infancia Roberts (tetrafocomelia), microcefalia, nevo flamígero, anomalías temprana. Los que sobreviven retraso (268300) oculares del crecimiento y algunos trastorno cognitivo (ccontinuación) (continúa en página siguiente) Displasia Amplia descamación de la piel en los primeros días de vida. Pelo escaso e hipopigmentado o Mala tolerancia al calor y episodios ectodérmica Piel lisa, seca, con arrugas finas e hipopigmentada. alopecia, Cejas y pestañas de hipertermia. Hipodoncia y dientes hipohidrótica Rasgos dismórficos faciales. Ausencia de sudoración y despobladas. incisivos cónicos. Algunos pacientes Uñas hipoplásicas o ausentes. presentan trastorno cognitivo. Displasia Anquiloblefaron filiforme adnatum, fisura palatina y/o Corto y escaso o alopecia. Dientes incisivos cónicos. ectodérmica labio leporino. Displasia ectodérmica. Al nacimiento, piel Granulomas crónicos en el cuero Hay-Wells erosionada en extensión variable. Descamación eritematosa, cabelludo. No retraso cognitivo. (106260) anhidrosis parcial. Uñas ausentes o distróficas. B. Alopecia localizada Aplasia cutis Ausencia focal de la piel. Las lesiones están bien Alopecia localizada en la lesión. Curación de la lesión. Habitualmente congénita (ACC) delimitadas, se ubican con frecuencia en el cuero cabelludo, no problemas neurológicos asociados (107600 y Principalmente en el vertex del occipucio. excepto cuando la ACC se asocia 207700) con lesiones encefaloclásticas o con anomalías cromosómicas. Nevo sebáceo Nevos únicos en cuero cabelludo o cara. Se caracterizan Alopecia localizada. Puede ser parte del síndrome del de Johannson por un área de alopecia de 1 a 10 cm de forma oval o nevo sebáceo Lineal, que se (163200) lineal. Superficie ligeramente elevada de color rosa o caracteriza por: nevo sebáceo de amarillo con tacto aterciopelado. Jadassohn, convulsiones y retraso mental. Un 70% presenta anomalías del SNC . Síndrome Hipertelorismo, epicantus, puente nasal plano, labio Escaso pelo en cuero cabelludo Hipotonía, retraso del desarrollo. Pallister-Killian superior prominente, hernia diafragmática, hexadactilia. y cejas, alopecia fronto-temporal. Trastorno cognitivo. (601803) Síndrome Fisura palatina, anomalías digitales (clinodactilia, Alopecia temporo-parietal uni Convulsiones, retraso del desarrollo, Oro-facio sindactilia, braquidactilia), anomalías del SNC, riñones o bilateral, milio facial. trastorno cognitivo, ataxia. digital tipo I quísticos, micro o macrocefalia. (311200) Lipomatosis Lesiones ipsilaterales: lipodermoides en conjuntiva, esclera Alopecia ya en el periodo Convulsiones en la infancia, encefalocráneo- o párpados, lipomas en cara, cráneo o cuello y alteraciones neonatal y localizado en áreas hemiparesia, retraso del desarrollo. cutánea cerebrales. del cráneo. 1 6 0 Evaluación neurológica del recién nacido (ccontinuación) Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 161 Tabla 5.3. Síndromes con sinofridia y alteraciones neurológicas. Entidad Principales características Alteraciones (OMIN) neonatales neurológicas Síndrome Pestañas largas, hirsutismo facial, nariz pequeña con Microbraquicefalia, Lange (122470) narinas antevertidas, filtro largo, labios y boca convulsiones, trastornos de característicos, contractura en flexión de los codos, conducta, trastorno cognitivo y micromelia, focomelia, oligodactilia. del desarrollo motor. Síndrome Desplazamiento lateral de los cantos internos, puente nasal Sordera. Waardenburg alto y ancho, mancha amelanótica triangular o con forma (193500) de diamante en la frente. Fetopatía por CIR, estatura corta, cejas en forma de V y sinofridia, Microcefalia, trastorno trimetadiona pliegues epicánticos, nariz pequeña con puente cognitivo y del habla, (-) deprimido, hipoplasia mediofacial. alteraciones auditivas. Síndrome Falanges distales cortas en manos y pies, hipoplasia o Hipotonía, microcefalia leve, Coffin-Siris ausencia de las uñas. Facies grotesca. Hirsutismo, pero trastorno cognitivo. (135900) escaso pelo en cuero cabelludo. Trisomia 4p CIR, cuello corto, línea posterior de implantación del pelo Microcefalia, trastorno cognitivo (-) baja, hipertelorismo, mamilas separadas, anomalías y retraso del desarrollo motor. genitales. CIR = crecimiento intraútero retardado. se tras el nacimiento y su asociación con micro- cefalia, cutis marmorata, disgenesia gonadal XY, laringomalacia, atresia intestinal y hepatoesple- nomegalia, señala el síndrome El-Shanti.32 La alopecia localizada es más fácil de apre- ciar por comparación con otras áreas del cuero cabelludo. La aplasia cutis congénita, el nevo sebáceo de Jadassohn, el nevo epidérmico y las lesiones precoces de incontinencia pigmentaria pueden producir áreas de alopecia focalizada (Tabla 5.2). Alopecia focalizada en área fronto- temporal o fronto-temporo-parietal puede observarse en el síndrome Pallister-Killian,33 en el síndrome oro-facio digital tipo I y en la lipo- matosis encéfalo-cráneo-cutánea.34,35 Aunque con frecuencia los términos hirsutis- mo e hipertricosis se han utilizado indistinta- mente al evaluar la cantidad de vello corporal, por hipertricosis se entiende un exceso de vello en zonas no androgénicas. Diversos síndromes genéticos que cursan con disfunción neurológica tanto durante el periodo neonatal como poste- riormente presentan hipertricosis precoz. En la aproximación diagnóstica debemos tener en cuenta la distribución del exceso de vello. Una hipertricosis ampliamente distribuida puede apreciarse en el síndrome Cantu, el síndrome Cornelia de Lange, el leprechaunismo, y ocasio- nalmente en algunos síndromes secundarios a teratógenos, como el síndrome por hidantoina fetal. Una hipertricosis distribuida principal- mente en la parte baja de la espalda se observa en el síndrome Nevo.36 La sinofridia es una extensión anormal de las cejas, encontrándose ambas en la línea media,3,37 y con frecuencia se asocia con hipertricosis, como en el síndrome de Cornelia de Lange. Este signo es muy llamativo y se observa en diversos síndromes genéticos (Tabla 5.3), muchos de los cuales cursan con marcada morbilidad neurológica.38,39 La presen- cia de un anillo de pelo denso y oscuro rodean- do una masa en el cuero cabelludo, el denomi- 162 Evaluación neurológica del recién nacido nado «signo del collar de pelo», se asocia con encefalocele o meningocele craneal, por lo que se considera un marcador cutáneo de disrafismo craneal.40,41Sin embargo, no todos los casos res- ponden a esta patología y se ha descrito asociado a hamartomas meningoteliales, tumores fibrosos benignos, aplasia cutis y en ocasiones a nevo fla- mígero o a melanocitosis dérmica.40,42,43 Alteraciones en la línea de implantación del cabello La implantación del pelo puede ser anormal- mente baja o alta. La línea anterior varía marcada- mente entre neonatos, pudiendo encontrarse neo- natos hirsutos con abundante vello pigmentado sobre la frente pero sin alcanzar o atravesar las cejas.3 La línea posterior tiene un límite más cons- tante. Una línea de implantación posterior baja se asocia con un cuello corto en la anomalía Klippel- Feil, la impresión basilar y en el síndrome Turner. La anomalía Klippel-Feil se debe a una dis- minución del número de vértebras cervicales con fusión parcial o completa de dos o más vér- tebras, lo cual posiblemente refleja un fracaso de la segmentación más que una fusión secun- daria. Esta anomalía se caracteriza por un cuello corto con una implantación posterior del cabello marcadamente baja y limitación de la movilidad del cuello. En estos niños la cabeza parece nacer directamente desde los hombros. La etiología del síndrome Klippel-Feil es heterogénea, pu - diendo ocurrir principalmente de forma esporá- dica, pero también con herencia autosómica dominante (expresión variable y penetrancia reducida), recesiva o como parte de un síndrome específico; Turner, Noonan y Wildervanck.44-46 Los niños con síndrome de Klippel-Feil pueden presentar diversas anomalías asociadas: platiba- sia, deformidad de Sprengel, mielodisplasia, mal- formación Arnold-Chiari, siringomielia e hidro- cefalia, así como anomalías cardiovasculares y genitales.46 Las manifestaciones neurológicas no son habituales en el periodo neonatal, aparecen por término medio hacia los 9 años.47 La impresión basilar congénita es una mal- formación congénita de herencia autosómica dominante que combina la deformidad de las estructuras óseas de la base del cráneo con una invaginación anormal de la columna cervical en la base de la fosa posterior del cráneo. Al estar desplazados hacia arriba, el suelo de la fosa pos- terior y el proceso odontoides, el foramen magno es pequeño, estrecho y deformado, pudiendo comprimir el bulbo raquídeo y la médula espinal cervical superior. Esta anomalía también puede presentarse asociada a la malformación Arnold Chiari. La clínica neurológica secundaria a un aumento de la presión intracraneal, a la alteración cerebelosa y de los pares craneales más bajos, es tardía, pero desde muy pequeño el niño presenta: cuello corto, baja implantación posterior del cabello y limitación del movimiento cervical. La conjuntiva La conjuntiva es una membrana mucosa, delga- da y transparente que reviste la parte posterior de los párpados y la superficie anterior del globo ocular. La región circular, donde la conjuntiva del párpado se refleja para aplicarse sobre el globo ocular, constituye el fondo de saco conjun- tival. Se distinguen las siguientes partes: la con- juntiva bulbar, aquella que recubre la esclerótica, y la conjuntiva tarsal o palpebral, que recubre la parte posterior del párpado. En la zona del canto interno es posible reconocer dos formaciones en la conjuntiva, la carúncula lacrimal y el repliegue semilunar. La carúncula lacrimal es un mamelón mucoso, que contiene tejido conjuntivo laxo, con glándulas sebáceas y sudoríparas, y folículos pilosos. El repliegue semilunar de la conjuntiva está situado por fuera de la carúncula y oculto en gran parte por los párpados. Es un vestigio del tercer párpado o membrana nictitante de los ver- tebrados inferiores. La conjuntiva ayuda a proteger el ojo de cuerpos extraños e infecciones y, además, ayuda a lubricar el globo ocular al ser capaz de produ- cir mucosidad y lágrimas, aunque estas en una cantidad muy inferior a la producida por las glándulas lacrimales. La mucina que segregan sus glándulas, contribuye a constituir la capa mucosa de la lágrima. Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 163 Alteraciones de la conjuntiva En el examen de la conjuntiva podemos obser- var una masa sólida ovalada, de color amarillen- to-rosáceo, mayor de 10 mm de diámetro, uni o bilateral y que puede extenderse de forma varia- ble en la conjuntiva bulbar. Esta masa es un tumor dermoide epibulbar o lipodermoide. Los dermoides epibulbares pueden observarse en varios síndromes: Goldenhar, Proteus, oculo- ectodérmico y Duane plus. La causa más fre- cuente de tumores epibulbares es el síndrome Goldenhar. Un 35% de los pacientes con esta entidad presentan estos tumores epibulbares. El síndrome Goldenhar es un síndrome polimalfor- mativo que se caracteriza por malformaciones que afectan principalmente a cara, oídos, ojos y vértebras, aunque también puede estar presentes alteraciones cardiacas y del sistema nervioso central. El conjunto de anomalías, así como su gravedad, puede variar mucho de un individuo a otro, por lo que se prefiere denominar a esta entidad como «espectro facio-auriculo-verte- bral». La afectación facial corresponde a una hipoplasia variable de las regiones malar, maxi- lar, y/o mandibular del lado afectado (microso- mía hemifacial). Las anomalías auriculares son: microtia o anotia, presencia de apéndices preau- riculares, atresia del canal auditivo y sordera. En la mayoría de las ocasiones, la afectación es uni- lateral y asimétrica, y con más frecuencia afecta al lado derecho. Entre un 10% y un 33% de los afectados presentan alteraciones bilaterales. Pueden estar presentes alteraciones neurológi- cas como microcefalia, hidrocefalia, encefalo- cele occipital, malformación de Arnold Chiari, espina bífida, y se ha señalado que entre un 5 y un 15% de los pacientes presentarán retraso mental.47 El síndrome Duane plus, se caracteriza por la presencia de un síndrome Duane, junto con otras anomalías congénitas diversas, como: anomalías esqueléticas (columna y miembros), defectos otológicos (desde el oído externo al nervio acústico) y otras malformaciones ocula- res (nistagmo, dermoides epibulbares, anisoco- ria, ptosis y coloboma de párpado). El síndrome Duane es una disfunción oculomotora por alte- ración del desarrollo del VI par craneal que afecta sobre todo a las aducciones horizontales y a la posición del globo y de los párpados (véase examen pares craneales).48 Las uñas Ontogenia, crecimiento y diferenciación Las uñas son apéndices cutáneos compuestos de células epiteliales especializadas, especialmente fuertes, y constituyen las primeras áreas que experimentan queratinización.46 En el desarrollo de las uñas, los lechos ungueales están presentes en torno a la décima semana de gestación, son visibles hacia la 17 semana, alcanzan la punta de los dedos a las 32 semanas y la punta del dedo gordo del pie a las 36 semanas de gestación.3,49 Las señales moleculares que regulan la morfogé- nesis de las uñas no son bien conocidas, aunque se ha implicado a proteínas homebox y factores de transcripción como las proteínas Msx y LMX1b.4 La longitud y rigidez de las uñas se correlaciona con la edad gestacional; en el recién nacido a término se extienden más allá del lecho ungueal, y debido a su delgadez se doblan y se rompen con facilidad. El tamaño y la forma de la uña refleja en cierta medida el tamaño y la forma de la falange distal. La hipoplasia de las uñas de los pies tiene una significación menor que la de las uñas de los dedos de las manos. La trascen- dencia de examinar las uñas en el contexto del examen neurológico se debe a que al igual que la piel y el pelo, pueden ser un marcador que puede ayudar a identificar o confirmar trastornos gené- ticos, algunos de ellos asociados con anomalías funcionales o estructurales del SNC. Alteraciones de las uñas La hipoplasia de las uñas a nivel de los dedos de los pies es más frecuente que la de los dedos de las maños, y generalmente es de naturaleza transito- ria.3 La posibilidad de una hipoplasia ungueal debe ser valorada examinando las uñas de las manos, quecuando está presente suele cursar con hipoplasia de las falanges distales. Las alte- raciones congénitas de las uñas pueden ser 164 Evaluación neurológica del recién nacido expresión de diversos síndromes genéticos o por teratógenos (Tabla 5.4 y 5.5). Entre los teratóge- nos que pueden dar lugar a hipoplasia ungueal destaca la hidantoína, pero el alcohol, el tolueno, la warfarina y la primidona pueden ser también responsables. La observación de uñas hi poplá - sicas o ausentes de forma bilateral y simétrica con mayor afectación de los pulgares y una gra- vedad decreciente a medida que nos aproxima- mos al dedo meñique, sugiere el síndrome uña rótula (Tabla 5.5). Este es uno de los más fre- cuentes síndromes que cursan con hipoplasia ungueal y se debe a mutaciones del gen LMX- 1b. La mayoría de estos niños exhiben limita- ción de la extensión del codo y un 12% presen- ta pterigión uni o bilateral de esta articulación. Los tobillos y los pies están contracturados en algún grado en casi el 20% de los niños.50 La evolución neurológica es normal en la mayoría de estos neonatos. Aunque el síndrome uña rótu- la es una condición autosómica dominante, la marcada variabilidad en la expresión, tanto en la frecuencia como en la gravedad de las manifes- taciones, hace posible que las familias pasen desapercibidas durante varias generaciones.50 Cuando la hipoplasia de las uñas cursa con- comitantemente con alteración del pelo, es nece- sario descartar un trastorno neuroectodérmico, como la tricotiodistrofia, la cual conlleva un pobre pronóstico neurológico: retraso mental, hiperactividad y otros déficits. Además de la dis- plasia del pelo y las uñas, estos neonatos pre- sentan otras manifestaciones neuroectodérmicas como ictiosis (bebé colodión), cataratas y rasgos dismórficos. El examen del pelo al microscopio óptico y bajo luz polarizada señala el diagnósti- Tabla 5.4. Síndromes secundarios a teratógenos que cursan con hipoplasia ungueal. Entidad Principales característica Alteraciones neurológicas Síndrome Déficit crecimiento pre y postnatal, microcefalia leve a Microcefalia prenatal y de alcohol moderada, fisuras palpebrales cortas, hipoplasia mediofacial, postnatal leve o moderada. fetal filtro liso y labio superior fino. Alteración surcos palmares, Disfunción motora fina. hipoplasia falange distal, CIV. Hipoplasia uña del 5º dedo e Déficit cognitivo, hipoplasia de las falanges distales. hiperactividad. Embriopatía Prematuridad (42%), CIR (52%), microcefalia (32%). Retraso del desarrollo y por tolueno Estrechamiento bifrontal, fisuras palpebrales cortas, hipoplasia déficit cognitivo. mediofacial, surcos palmares alterados y terminaciones romas de los dedos. Muy parecido en todas sus características al síndrome de alcohol fetal. Síndrome fetal Déficit crecimiento pre y postnatal. Fontanela anterior amplia, Discreto déficit cognitivo. por hidantoína hipertelorismo ocular, cresta metópica, puente nasal ancho y deprimido, labio leporino y fisura palatina. Cuello corto. Hipoplasia ungueal e hipoplasia de falanges distales. Síndrome fetal Déficit crecimiento prenatal, hipoplasia nasal acusada, puente Déficit cognitivo acusado. por warfarina nasal deprimido. Con frecuencia existe un surco profundo entre las alas y la punta nasal. Leve hipoplasia ungueal y dedos algo cortos. Síndrome fetal Microcefalia, hirsutismo en la frente, hipertelorismo, narinas Déficit cognitivo. por primidona antevertidas, micrognatia. CIR = crecimiento intraútero retardado, CIU = comunicación interventricular. Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 165 Tabla 5.5. Síndromes genéticos que cursan con hipoplasia o displasia ungueal. Entidad (OMIN) Principales característica Alteraciones neurológicas Síndrome Condición autosómica dominante que se caracteriza por: Aproximadamente uña rótula 1) alteraciones ungueales (hipoplasia uñas); 2) allteraciones en un 25%: debilidad (161200) esqueléticas: ausencia o hipoplasia de la rótula, anomalías del motora, epilepsia codo (pterigión) y/o pies equinovaros. Cuernos iliacos. y síntomas neurológicos Alteraciones más tardías: renales y oftalmológicas. periféricos. Síndrome Déficit crecimiento prenatal leve a moderado, facies grotesca Hipotonía, microcefalia leve, Coffin-Siris con labios grandes, laxitud articular. Hipoplasia ungueal e déficit cognitivo. (135900) hipoplasia falanges distales. Hirsutismo general y tendencia a pelo ralo y escaso en cuero cabelludo. Síndrome Áreas de hipoplasia dérmica lineal con pigmentación alterada. Estrabismo, coloboma o Goltz Tras el periodo neonatal se desarrollan múltiples papilomas microftalmos. Déficit (305600) blandos y angiofibromas. Uñas displásicas. cognitivo ocasional. Síndrome Anquilobléfaron, displasia ectodérmica, labio leporino o fisura No problemas neurológicos. Hay-Wells palatina. Puente nasal ancho. Uñas ausentes o hipoplásicas. (106260) Pelo áspero y ralo, alopecia. Síndrome Anomalías faciales: puente nasal ancho, micrognatia, fisura Muerte temprana, si Fryns palatina o labio leporino. Hipoplasia digital distal e hipoplasia sobrevive acusado trastorno (229850) ungueal, hernia diafragmática, genitales externos hipoplásicos, cognitivo. Más del 50% de malformaciones del tracto urinario. Cardiopatía congénita: los pacientes tienen anomalía defecto septal. Dandy-Walker, agenesia del cuerpo calloso. Síndrome Hamartoblastoma hipotalámico congénito, anomalías Panhipopituitarismo, retraso Pallister-Hall craneofaciales, (nariz pequeña, raíz nasal plana y orejas del desarrollo. (146510) rotadas posteriormente), polidactilia postaxial, ano imperforado. Síndrome Enanismo acromesomélico, polidactilia postaxial, tórax La mayoría no Ellis van Creveld pequeño, alteraciones en la boca y los labios (hipertrofia de presentan trastorno (225500) frenillo, dientes neonatales, hendidura en línea media del labio del desarrollo motor superior), defectos cardiacos septales. ni cognitivo. Sólo ocasionalmente anomalías cerebrales y del neurodesarrollo. Tricotiodistrofia Displasia congénita del pelo, hipotricosis persistente de cabello, Desmielinización, atrofia (601675) cejas y pestañas, displasia de las uñas y otras manifestaciones cerebral y cerebelar neuroectodérmicas como ictiosis, fotosensibilidad, cataratas, progresiva. Retraso mental, y rasgos dismórficos. hiperactividad y trastorno motor. Síndrome DOOR Onicodistrofia, osteodistrofia, microcefalia y sordera congénita. Retraso global del desarrollo, (220500) ceguera progresiva, convulsiones-hipsarrítmia. 166 Evaluación neurológica del recién nacido co. Este fenotipo del pelo se debe a un error metabólico en la síntesis de los aminoácidos azufrados del pelo (cisteína). Un grupo heterogéneo de trastornos heredi- tarios que también cursan con distrofia de las uñas o ausencia de estas y alopecia o un pelo escaso son las displasias ectodérmicas (DE). Estas entidades resultan de mutaciones en genes reguladores críticos, como los que codifican fac- tores de crecimiento y proteínas de unión al ADN. Las DE se caracterizan por la displasia congénita en una o más estructuras ectodérmicas: el pelo (hipotricosis parcial o alopecia total), las uñas (distróficas, hipertróficas o anormalmente queratinizadas), los dientes (alteración del esmal- te), y las glándulas sudoríparas (hipoplásicas o aplásicas). Las displasias ectodérmicas no cursan solo con alteraciones ectodérmicas, sino que coe- xisten con displasias de origen mesodérmico y/o endodérmico.51 Aunque los avances en genética molecular probablemente permitirán reclasificar los casi 2000 tipos clínicos descritos, los mejor conocidos y más frecuentes son: la displasia ecto- dérmica hipohidrótica (anhidrótica), una entidad debida a la mutación del gen ectodisplasina en el cromosoma X, la displasia ectodérmica hidróti- ca (tipo Clouston) que se asocia con defectos en la conexina 30, y el síndrome ectrodactilia, dis- plasia ectodérmica, labio leporino y paladar hendido (síndrome EEC) que al igual que la dis- plasia ectodérmicaHay-Wells se debe a muta- ciones del gen p63, un gen esencial para la pro- liferación regenerativa durante el desarrollo craneofacial, epitelial y de los miembros.19 Excepto el síndrome EEC, estos trastornos no suelen diagnosticarse en el periodo neonatal debido a que el pelo escaso no es un signo lla- mativo en este momento de la vida y la alopecia se observa tras caerse el pelo neonatal. Las alte- raciones del SNC no son la norma, pero el tras- torno cognitivo y la epilepsia se observan con relativa frecuencia. Estudios de neuroimagen han mostrado que algunos casos presentan vacuolización (dilatación amplia de los espacios de Virchow-Robin) y alteraciones en la sustan- cia blanca. Se ha propuesto que esta asociación de DE y «cerebrum polycystica vera» represen- ta un nuevo síndrome neurocutáneo.52 Las glándulas ecrinas Ontogenia, desarrollo y diferenciación Existen dos tipos de glándulas productoras de sudor: las glándulas ecrinas y las apocrinas. Las primeras están presentes en todo el cuerpo, aunque predominan en la frente, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Gracias a la producción de sudor, estas glándulas ayudan a regular la temperatura corporal y sirven también para excretar productos de desecho. Las glándu- las apocrinas se desarrollan en la pubertad y se localizan mayoritariamente en la axila, en el área anogenital y periumbilical, y también en la areola y el pezón. Las glándulas ecrinas comienzan a desarro- llarse sobre las superficies volares de manos y pies entre la octava y la décima semanas de ges- tación. Hacia la duodécima semana están orde- nadas de forma paralela a las crestas epidérmi- cas (dermatoglifos), y en la semana dieciséis se detecta la porción secretora de la glándula pero el conducto no se canaliza hasta la semana vein- tidós.19 Las glándulas ecrinas interfoliculares se desarrollan más tarde que las glándulas de las superficies volares y no son funcionales hasta el periodo posnatal. La densidad de glándulas ecrinas en la der- mis al nacimiento es alta pero su actividad es relativamente baja hasta el segundo o tercer año de vida. Los recién nacidos tienen, aunque limi- tada, capacidad de sudar. En condiciones de hipertermia, después del primer día de vida, muestran sudor en la frente y las palmas de las manos. En los neonatos menores de 36 semanas esta capacidad es muy limitada en los primeros días, aunque está presente dos semanas después del nacimiento.53,54 En el neonato, el sudor solo se aprecia al ojo desnudo en los nacidos a térmi- no tras un periodo de llanto prolongado o cuan- do está en un entorno excesivamente caliente. Sin embargo, tanto en los recién nacidos a tér- mino como en los prematuros es posible obtener una adecuada cantidad de sudor después del ter- cer día de vida, mediante iontoforesis cuantitati- va con pilocarpina.54 Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 167 Alteraciones en la sudoración Los principales trastornos que cursan con alte- ración de la sudoración en el neonato son algu- nas formas de displasia ectodérmica y ciertas alteraciones del sistema nervioso autónomo, particularmente la disautonomía familiar (DF) o síndrome Riley-Day. Estos trastornos se abor- dan en el capítulo del sistema nervioso autóno- mo, por lo que no serán tratados aquí. Los lac- tantes con displasia ectodérmica hipohidrótica tienen una piel lisa, seca, con arrugas finas y suele ser hipopigmentada. Un signo clínico que constituye una pista para el diagnóstico en el periodo neonatal es una amplia descamación de la piel en los primeros días de vida. Además de uñas hipoplásicas o ausentes, estos neonatos presentan pelo escaso o alopecia y las cejas y pestañas están despobladas. Aunque exhiben rasgos dismórficos faciales, estos son discretos (frente amplia, nariz pequeña con alas hipoplá- sicas, labios prominentes e hipoplasia malar) y pasan fácilmente desapercibidos.38,51 La inca- pacidad para sudar determina que los pacientes no puedan perder calor por evaporación, y ello condiciona la intolerancia al calor, que se tra- duce por episodios repetidos de fiebre alta en un entorno caluroso. Se piensa que el retraso mental que presentan más tarde algunos pacientes está relacionado con los episodios de hipertermia. La enfermedad se debe a una mutación del gen ectodisplasina en el cromoso- ma X, en el locus Xq12-q13.1. El examen de la madre es pertinente por cuanto casi un 90% de las mujeres portadoras pueden ser identificadas por la presencia de alteraciones dentarias y escasa producción de sudor al valorar la sud- oración.56 La iontoforesis de pilocarpina o la aplicación tópica de o-ftalaldehido en las pal- mas y finalmente la biopsia cutánea establecen el déficit de su doración y el de glándulas ecri- nas, respectivamente. Otras displasias ectodér- micas pueden cursar con déficit en la sudora- ción, como ocurre en la displasia ectodérmica Hay-Wells, una llamativa entidad debida a una mutación en el gen p63, que cursa con anquilo- blefaron, labio leporino o fisura palatina y dis- plasia ectodérmica. Sin embargo, a diferencia de la displasia ectodérmica hipohidrótica la reducción de glándulas sudoríparas en esta entidad no es tan acusada, de aquí que la piel seca y la mala tolerancia al calor no sean signos clínicos distintivos de esta entidad.38,51 Dermatoglifos y surcos volares Ontogenia y diferenciación de los dermatoglifos y surcos volares La piel que cubre la palma de las mano y la planta del pie es más gruesa que la de otras áreas corporales y no presenta folículos pilosos ni glándulas sebáceas, pero tiene glándulas sud- oríparas grandes y una menor pigmentación (más evidente cuanto más pigmentada es la piel). Otra característica destacable de esta piel es la presencia de crestas y pliegues. Las crestas epidérmicas dibujan figuras en las yemas de los dedos, en las palmas de las manos y en las plan- tas de los pies. Estas figuras se denominan der- matoglifos, los cuales en las puntas de los dedos configuran las huellas digitales. Las crestas están separadas por surcos que son visibles sin necesidad de lupas u otros dispositivos de aumento. La formación de las crestas (entre la semana 13 y 19 de vida fetal) se asocia estre- chamente con el desarrollo de una estructura anterior; las almohadillas, las cuales constitu- yen la base para su formación. Las almohadillas son elementos transitorios; aparecen primero en las palmas (6,5 semanas) y poco después en los dedos y comienzan a regresar hacia las 10,5 semanas. El patrón de las crestas refleja la mor- fología de las almohadillas fetales, su simetría y el momento de aparición de las crestas.4 Si la almohadilla es alta y redonda, las crestas epidér- micas forman un remolino (vertilicio), mientras que si es baja y arqueada el patrón de las crestas forma un arco y si la almohadilla es de altura intermedia da lugar a una configuración en forma de presilla o asa. La formación precoz de las crestas se asocia con remolinos y la tardía con arcos. Parece ser que las fibras nerviosas afe - rentes a la piel aportan una cuadrícula que modu- 168 Evaluación neurológica del recién nacido la la disposición y la distancia entre las crestas epidérmicas.57 Las crestas epidérmicas no se cru- zan entre sí y donde convergen tres grupos de crestas provenientes de tres direcciones se forman los trirradios. Estos elementos en forma de Y se encuentran formando un ángulo de aproximada- mente 120º y son reconocibles hacia el final del quinto mes de gestación. En la Tabla 5.6 se resu- me el desarrollo de las almohadillas o cojinetes volares, las crestas dérmicas y los surcos. Ello puede ofrecer pistas acerca del momento de la morfogénesis en que se gestarán problemas en estos elementos. El elemento clave en los estudios dermatoglí- ficos es el trirradio y los patrones observados en la yema de los dedos, que pueden ser en forma de lazo, asa ulnar o radial, doble asa o remolino (Figura 5.5). Los trirradios son los puntos en los cuales confluyen tres patrones de crecimiento de crestas dérmicas. En la palma de las manosla mayoría de las personas presentan 5 trirradios; 4 en la base de los dedos y un quinto ubicado en la palma próximo a los pliegues de la muñeca. Los surcos volares se denominan también pliegues de flexión por reflejar los planos de flexión en áreas plegables de la superficie volar, y por tanto están siempre sobre articulaciones móviles. Así, los pliegues de la mano están relacionados con las articulaciones metacarpofalángicas e interfa- lángicas.58 La ausencia de un pliegue habitual en un área malformada sugiere la ausencia de una articulación subyacente y viceversa, la presencia de un pliegue sugiere la existencia de la articula- ción subyacente.55 Utilidad del examen de los dermatoglifos y de los surcos volares El estudio del patrón de los dermatoglifos y sur- cos volares ofrece ventajas y oportunidades úni- cas para la investigación del desarrollo prenatal por las razones que se exponen en la Tabla 5.7. Dermatoglifos. Se han establecido diversos métodos de análisis de los patrones, así como índices cuantitativos y semicuantitativos. Cada método computa un tipo de información y por ello, su utilidad depende de la entidad nosológi- ca del paciente. Mediante índices que computan los patrones en arco, se ha podido observar que los teratógenos que causan hipoplasia ungueal y digital dan lugar a un exceso de patrones en arco, aún cuando el niño no presente otras ano- malías manifiestas.59 Otros índices diagnósticos dermatoglíficos han mostrado ser de gran ayuda en el diagnóstico del síndrome Rubinstein- Taybi, Cornelia de Lange, Trisomía 13 y 18, de - lec ción del brazo corto de cromosoma 5 (cri du chat), síndrome Down, síndrome Turner, síndro- me Williams, síndrome de Kabuki y otros.59-63 Por otro lado, un número considerable de estu- dios han resaltado la importancia de los derma- Figura 5.5. Importantes marcas en el examen de los dermatoglifos en las palmas y en los dedos de la mano. Trirradios en las palmas (letras minúsculas) a, b, c, d. Surcos (letras mayúsculas). A: transverso pro- ximal. B: transverso distal. C: de la eminencia tenar. D: interfalángico. Formas de las crestas epidermicas en las yemas de los dedos (Números Arábigos). 1: Lazo (un trirradio). 2: Espiral (2 trirradios). 3: Arco (ningún trirradio). AB D 32 1 d c b a C Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 169 Tabla 5.6. Desarrollo de los cojinetes volares, las crestas dérmicas y los pliegues. Semanas de gestación Evento 6 • Aparición de la asimetría radial del primordio de la mano. La piel es lisa y no muestra cojinetes. El pulgar se encuentra en el mismo plano que los dedos. 7 • Formación de surcos digitales cóncavos y comienza la rotación del pulgar. Aparecen las almohadillas interdigitales y digitales. 8 • Comienza la separación de los dedos y el pliegue tenar inicia en extremo radial. El pulgar está ya completamente rotado. 9 • Los dedos están separados y los cojinetes de los dedos al igual que los surcos interfalángicos y metacarpofalángicos son visibles. 10 • Los lechos de las uñas y todos los pliegues digitales están bien definidos. 11 • El pliegue tenar se extiende por toda la eminencia tenar. 12 • Las almohadillas interdigitales regresan y los pliegues de flexión proximal alcanzan la eminencia hipotecar. 13 • Todos los pliegues digitales y de la palma están bien definidos. Comienzan a regresar las almohadillas fetales. 14-16 • A medida que las almohadillas regresan, se hacen visibles las crestas dérmicas. • Regresión completa de las almohadillas fetales. • Crestas dérmicas en la mayor parte de la superficie volar. 17-19 • Los surcos interfalángicos proximales son dobles mientras que el surco interfalángico distal es único. Datos de Wertelecki (1993) y Stevens et al. (1988). Tabla 5.7. Utilidad de la valoración de los dermatoglifos y surcos volares. • Una vez formados los dermatoglifos o los surcos volares no se alteran por el crecimiento y desarrollo posterior. Permiten valorar el estadio de desarrollo fetal. • Se incluyen entre los caracteres hereditarios que más reflejan el sexo, la raza, las mutaciones genéticas y los teratógenos. Se piensa que su estudio puede detectar efectos teratogénicos subclínicos. • Pueden ser útiles para calibrar las influencias medioambientales sobre el desarrollo, al valorar si existen discrepancias entre gemelos monocigóticos, dicigóticos o hermanos del mismo sexo. • Pueden indicar alteración del desarrollo prenatal y permiten valorar la simetría corporal temprana. • Los surcos volares muestran una relación estrecha con el desarrollo de las articulaciones subyacentes y el movimiento de la mano. Modificada de Wertelecki 1993. 170 Evaluación neurológica del recién nacido toglifos como marcadores de un trastorno del desarrollo de origen prenatal en entidades que cursan con trastorno cognitivo de origen desco- nocido; entre estas, la que más atención ha reci- bido, por su magnitud numérica y relevancia social, es la esquizofrenia.63-67 Sin embargo, a pesar de la potencial utilidad, el análisis de patrones de dermatoglifos tiene una escasa apli- cabilidad en la práctica clínica por varios razo- nes: 1) la metodología de examen y registro de los dermatoglifos es laboriosa y compleja. Para realizar un estudio adecuado de los dermatogli- fos, es necesario tomar las huellas de los dedos y las palmas de las manos con tinta sobre una hoja de papel blanco, y posteriormente trazar líneas y efectuar mediciones sobre ellas, 2) el examen detenido de los dermatoglifos conlleva un excesivo consumo de tiempo. El desarrollo de análisis informáticos cuantitativos (recuento de crestas) y cualitativos (patrones), de la ima- gen de la huella de las palmas y los dedos de las manos, ha posibilitado un análisis integral de los dibujos, crestas, y surcos de la mano. Sin embar- go, esta evaluación es una prueba complementa- ria más que una parte integral del examen clíni- co de los neonatos con potencial alteración neurológica o del desarrollo posterior. El exa- men de los trirradios es más fácil y puede ser realizado de forma grosera al pie de la cuna y cuando sospechamos entidades concretas puede ser de utilidad. Así, el síndrome Kabuki presen- ta una ausencia de trirradio digital c o d y de tri- rradios interdigitales bc o cd en casi el 90% de estos pacientes.63 Una descripción del análisis pormenorizado de los dermatoglifos y su signi- ficado puede encontrarse en revisiones publica- das en libros o monografías.55,68-70 Las almohadillas fetales en el pulpejo de los dedos son elementos transitorios que comienzan a regresar hacia las 10,5 semanas de gestación. En algunas condiciones genéticas puede obser- varse persistencia de las almohadillas y su pre- sencia constituye una pista para el diagnóstico. Las almohadillas fetales persistentes son un signo constante en algunos síndromes en los que el retraso mental es un hallazgo cardinal, como son el síndrome Kabuki y el síndrome FG (Figu- ra 5.6). El diagnóstico del síndrome Kabuki, en el periodo neonatal no es fácil, pero los hallazgos faciales distintivos hacen posible considerar su diagnóstico.71,72 Los hallazgos faciales únicos son: largas fisuras palpebrales con eversión del tercio lateral del párpado inferior, cejas arqueadas con tercio lateral despoblado, raíz nasal ancha con punta deprimida, y pabellones auriculares grandes y prominentes.63,71-74 Más de un 90% de los casos tienen almohadillas fetales en el pulpe- jo de los dedos de las manos y de los pies, y au - sen cia de los trirradios digitales c y/o d. Pueden existir malformaciones mayores, principalmente anomalías esqueléticas y cardiacas. Durante el periodo neonatal estos niños presentan una hipo- tonía marcada y más adelante un retraso mental leve-moderado, retraso en el habla, hiperactivi- dad, y algunos pacientes autismo.63,73,75 El sín- drome FG es una causa de retraso mental ligado al sexo que se caracteriza por agenesia parcial o completa del cuerpo calloso, macrocefalia relati- va, pulgares largos con prominentes almohadi- llas en el pulpejode los dedos, hipotonía central y una serie de rasgos dismórficos faciales como frente amplia, remolinos frontales, fisuras palpe- brales hacia abajo y orejas pequeñas y en copa.76 Pliegues y surcos. En la arena clínica su observación y registro es más útil en muchas ocasiones que el análisis de los dermatoglifos. Aunque los surcos pueden aportar información acerca del desarrollo fetal temprano, nuestro conocimiento sobre ello aún es limitado, ya que la mayoría de estudios se han centrado en el reconocimiento y descripción de alteracio- nes en entidades concretas, sin ofrecer una clara interpretación del porqué de las mismas. Los surcos de flexión anómalos reflejan la alte- ración de la forma y la función de las manos o los pies durante el desarrollo temprano fetal. Es por ello que alteraciones de los surcos de flexión son indicadores de trastornos intraútero y su reconocimiento durante el examen alerta al clínico sobre un potencial problema subya- cente.77 El desarrollo en profundidad de los surcos al nacimiento se correlaciona con la edad gestacional y con la función de los miem- bros. Cuanto más maduro es el recién nacido mayor será la profundidad de los pliegues.78 La presencia de pliegues profundos indica madu- Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 171 rez o contención fetal, tal como ocurre cuando existe desproporción entre continente (el útero) y el contenido (el feto). Un surco más profun- do que lo esperado para la edad gestacional, o en una localización inusual sugiere que esa región ha estado plegada de forma anómala.77 Sin embargo, cuando la contención fetal es grave puede inhibirse el desarrollo del pliegue. Habi tualmente se identifican claramente tres surcos palmares de flexión; cuando los dos sur- cos palmares distales están fusionados y corren como un único surco a través de toda la palma hablamos de un surco palmar transverso o surco simiesco, y cuando hay dos surcos trans- versos y el proximal atraviesa toda la palma, hablamos de la línea de Sidney. El surco pal- mar transverso se presenta unilateralmente en aproximadamente un 4%, y de forma bilateral en el 1% de los recién nacidos, siendo dos veces más frecuente en varones que en mujeres (Figura 5.7A).79 El surco palmar transverso bilateral, el surco de Sidney o combinaciones de transverso-Sidney son mucho más frecuen- tes en niños con síndrome Down (45%), con síndrome Turner, y en la población general de niños malformados con retraso cognitivo.55,80 En la embriofetopatía por alcohol pueden encontrase tres anomalías en los surcos palmo- digitales. 1) Una incurvación suave o brusca del surco palmar distal, que se dirige y prolon- ga hasta el área interdigital entre el 2º y 3er dedo, formando el denominado surco palmar en palo de jockey, que es un signo frecuente y característico, pero no específico del síndrome de alcohol fetal (Figura 5.7B). 2) Una hipopla- sia del surco transverso proximal, especial- mente en su porción intermedia. 3) Un surco tenar excesivamente marcado.81 La anomalía Figura 5.6. Almohadillas fetales en el pulpejo de los dedos de la mano y de los dedos del pie. Las almohadillas fetales se observan de forma constante en algunos síndromes que cursan con retraso mental como el síndrome FG (en el dibujo) y el síndrome de Kabuki. 172 Evaluación neurológica del recién nacido de los surcos, particularmente el surco palmar en palo de jockey, tiene un elevado valor pre- dictivo de alteración cognitiva posterior en este síndrome.82 Surcos de flexión ausentes o hipo- plásicos en las manos se observan en procesos que cursan con hipocinesia fetal. Un cuadro que presenta alteraciones características de los surcos es la trisomía 8 en mosaico, la anomalía cromosómica más frecuente tras las trisomías 21,18 y 13. Esta cursa con surcos palmares y plantares profundos, siendo características las prominentes almohadillas interdigitales y los surcos profundos verticalizados en la planta del pie 83 En el síndrome Costello también se observan surcos profundos y almohadillas feta- les, pero además se observa una piel gruesa y redundante en las palmas, lo que da a estas el aspecto de haber estado sumergidas en agua.84 Figura 5.7. A: Surco palmar transverso. Frecuente en niños con síndrome de Down, síndrome de Turner, y en la población de niños malformados y /o con retraso cognitivo. B: Surco palmar distal en palo de jockey. Se aprecia en niños con el síndrome fetal por alcohol. A B La detección de alteraciones en los apéndices cutá- neos como el pelo y las uñas, así como de los plie- gues y surcos volares puede aportar importantes pistas para el diagnóstico de entidades específicas, tanto adquiridas como genéticas, que cursan con disfunción neurológica en el periodo neonatal y/o presentan alteración del neurodesarrollo en la infancia o la niñez. La mayoría de síndromes genéticos con altera- ción en la consistencia, la morfología y la textura del pelo asocian otras anomalías estructurales o funcio- nales del sistema nervioso central. Los dermatoglifos y surcos volares aportan información acerca del desarrollo fetal temprano y son de gran ayuda en la orientación diagnóstica de un gran número de entidades que cursan con altera- ción del neurodesarrollo. Apéndices cutáneos, pliegues y surcos 173 Lecturas recomendadas • Barth JH. The hair in infancy and childhood. En: Rook A, Dawber RP, (eds.) Diseases of the hair and scalp. Oxford, Blackwell Scientific 1991: 51-70. • Sprecher E. Genetic hair and nail disorders. Clin Dermatol 2005; 23: 47-55. • Rogers GE. Hair follicle differentiation and regu- lation. Int J Dev Biol 2004; 48: 163-170. • Chu DH, Loomis CA. Structure and development of the skin and cutaneous appendages. En: Polin RA, Fox WW. (eds.) Fetal & neonatal physiology. Philadelphia: W.B. Saunders, 2005, 589-596. • Wertelecki W. Dermatoglyphics. En: Stevenson RE, Hall JG, Goodman RM. Human malformations and related anomalies. Vol II. New York Oxford Uni- versity Press, 1993: 999-1016. • Graham JM. Mechanics in morphogenesis: Principles and response of particular tissues. En: Smith´s Recog- nizable patterns of human deformation. Second edi- tion. Philadelphia, W.B. Saunders. 1988:136-175. Referencias 1. Carlson. Sistema tegumentario, esquelético y muscular. En: Embriología humana y biología del desarrollo. 2a Ed. Madrid, Harcourt & Mosby 2003: 152-188. 2. Barth JH. The hair in infancy and childhood. En: Rook A, Dawber RP, (eds.) Diseases of the hair and scalp. Oxford, Blackwell Scientific 1991: 51-70. 3. Waseem A, Leigh IM. The skin. En: Ferretti P, Copp A, Tickle C, Moore G (eds) Embryos, genes and birth defects. West Sussex, Wiley & Sons, 2006: 373-410. 4. Fletcher MA. Skin. En: Physical diagnosis in neonatology. Philadelphia, Lippincott-Raven. 1998: 107-169. 5. Rogers GE. Hair follicle differentiation and regulation. Int J Dev Biol 2004; 48: 163-170. 6. Sprecher E. Genetic hair and nail disorders. Clin Dermatol 2005; 23: 47-55. 7. Crelin ES. Functional anatomy of the newborn. New Haven, Yale University Press, 1973. 8. Bernard P, Ardouin P, Fontaine G. Study of scalp hair patterns in the newborn infant. Arch Fr Pediatr 1976; 33: 645-652. 9. Hoath SB. Considerations on the role of surface tension and epidermal growth factor in the mechanism of intergumental pattern formation. J Theor Biol 1990; 143: 1-14. 10. Wunderlich RC, Heereman NA. Hair crown pat- terns of human newborns: estudies on parietal whorl locations and their direction. Clin Pediatr 1975; 14: 1045-1049. 11. Klar AJS. Human handedness and scalp hair whorl direction develop from a common genetic mechanism. Genetics 2003; 165:269-276. 12. Weber B, Hoppe C, Faber J, Axmacher N, Fliess- bach K, Mormann F, et al. Association between scalp hair-whorl direction and hemispheric lan- guage dominance. Neuroimage 2006; 30:539- 543. 13. Vaquerizo-Madrid J, Gomero-Telo JL, Cáceres- Marzal C, Escobar-Bejarano M, Fernández- Calderón E. Implantación del cabello en doble remolino y dilatación de los espacios de Vir- chow-Robin: propuesta
Compartir