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LA EDUCACIÓN MOTRIZLA EDUCACIÓN MOTRIZ COMO ELEMENTO (...)COMO ELEMENTO (...) Riccardo Izzo; Ilaria Baczynsky de PucszynRiccardo Izzo; Ilaria Baczynsky de Pucszyn EXT071- LA EDUCACIÓN MOTRIZ COMO ELEMENTO DE SALUD Y DE ADECUACIÓN AL ESTILO DE VIDA DEL NIÑO EN ITALIA Autores- Riccardo Izzo, Ilaria Baczynsky de Pucszyn E-mail- izzore@yahoo.it; ricardo.izzo@uniurb.it Institución- Facultad de Ciencias Motriz, Deporte y de la Salud. Universidad de Urbino “Carlo Bo” País- Italia RESUMEN El trabajo trata de la situación de la educación motriz y de la edad en la cual esta resulta realmente eficaz, es decir, de los siete años a los 12-13 años, en Italia. El trabajo hace referencia también, a la estructura organizativa de la educación escolar italiana en lo referente a la educación motriz. Desde nuestro punto de vista en nuestro país , dicha educación es absolutamente escasa y mal organizada con asignaciones presupuestarias por parte del estado absolutamente poco productivas y sin consistencia. El problema sobre el cual vamos a incidir con fuerza es el de la hipomotricidad de los alumnos de dicha edad , que no sólo en Italia, sino también en muchos países de los que llamamos industrializados, provoca y provocará cada vez más el problema de la obesidad. Como elemento de “corrección” se hará hincapié en la relación fundamental que existe entre psique y motricidad y en el trabajo de educación motriz, entendido como propuesta didáctica, relacionado con el fin de actuar sobre los alumnos. Se ilustrarán algunas propuestas del “saber hacer” como ejemplos didácticos de propuestas operativas estructurales de campo. Introducción-Estado de la situación en Italia La situación en Italia en aquello que concierne a la educación motriz, en particular en la edad en la cual puede ser real y eficazmente incisiva en un porcentaje amplio, es decir de los 5-6 años a los 11-12 años, la que nutre la escuela primaria, se puede definir verdaderamente de problemática. En este sentido la estructura organizativa escolar está carente y altamente burocratizada y, a nuestro entender, non recoge ni programas ni proyectos dedicados a ello, la esencia de las necesidades de los niños. Todo esto viene a amplificarse en un periodo en el cual los niños viven un momento de fuerte hipomotricidad debida a diversos motivos como la “supra exposición” a diversos medios de moda como la televisión, playstation además de otras actividades culturales como la música y otra serie de actividades, ciertamente muy interesantes e importantes, pero obviamente lagunosas desde el punto de vista motor, desde nuestro punto de vista fundamental , para un sano crecimiento y un correcto estilo de vida. En el proceso educativo, necesariamente abigarrado, asume una relevancia negativa la escasa práctica motriz y deportiva en las escuelas que tendría que ser el sitio institucional destinado a desarrollar real y eficazmente todas las vías para una correcta y completa educación de los alumnos. En efecto, la educación motriz y deportiva resulta oficialmente ausente de los programas ministeriales de la escuela primaria, e incluso alguno ha intentado hacerla desaparecer de los programas de las escuelas medias, y es a discreción de la prudencia de las escuelas particulares y de la generosidad de los padres que a menudo, si no siempre, están dispuestos a pagar el “sueldo” de los profesionales, regalando de todas formas a los niños poco más de una hora de actividad semanal!. Por otro lado sucede también que, a pesar del merecimiento de la iniciativa, muchas veces los profesionales no están dotados de una preparación específica , técnica ni menos cultural, repescados de una u otra federación en el mejor de los casos. Al contrario, a nuestro modo de ver, en esta edad deberían estar presente profesionales licenciados en ciencias motrices y deportivas que han dedicado tres si no cinco ó más años al estudio profundo de las problemáticas ligadas a las edades referidas. Vamos también a recalcar el concepto, no muy claro evidentemente a la intelectualidad que guía las elecciones unidas a las programaciones y estructuración de la escuela, y en el caso de la primaria, que el trabajo más eficaz en el planteamiento de un alumno para una un futuro y sano crecimiento, ya sea físico y psíquico, se puede actuar sobre todo en la edad que hemos indicado, como lo corroboran diversos autores de prestigio entre los que tenemos al Prof. Filin, probablemente el precursor y mayor experto de los estudio sobre el tema. Me parece oportuno, por otro lado, subrayar que en Italia el movimiento motriz- deportivo es de todas formas una exigencia más que una necesidad real para la población en general, moviendo además notables cantidades de dinero, además de estar muchas veces sujeto a interesadas discusiones por y para las masas, sobre diversos deportes como el fútbol, baloncesto, rugby y también deportes individuales que incluso han dado grandes éxitos a la nación, como la natación, ciclismo, gimnasia y sobre todo la esgrima que pone a Italia desde hace tiempo entre las mejores escuelas del mundo, así como que estamos seguros de haber olvidado muchas otras. Es verdad que con la ayudad del estado la actividad deportiva y motriz en las escuelas, avalándose de profesionales, podrían dar un nuevo y más importante impulso al movimiento con la utilización de métodos, más adecuadas, racionales a la vez que científicos creando los presupuestos para dar a los alumnos una mejor posibilidad para demostrar sus capacidades, que incluso hoy, desde nuestro punto de vista, están dejadas muchas veces al azar o a pocos y reconocidos profesionales. Con respecto a lo específico, como ya se ha publicado por otra parte en este periódico, en nuestra Facultad de Ciencias Motrices de la Universidad de Urbino “Carlo Bo”, desde hace años estamos llevando a cabo algunos proyectos de investigación, que aspiran a hacer resaltar cada vez más detalladamente el valor y eficacia de la motricidad, ya sea dentro de un correcto desarrollo psico-físico y en la implantación de un correcto estilo de vida, que en la mejora de un aprendizaje de otras materias escolares. A este respecto, desde hace cuatro años estamos desarrollando un Proyecto titulado “Motrizmente” (Sole 24 horas Deporte número precedente), que además a ya dicho valor intrínsecamente motriz, prevé un segundo escalón ligado a la mejora de la lengua extranjera, el inglés en nuestro caso, gracias a la utilización de elementos didácticos ligados a la motricidad y la propia lengua. Las evidencias resultantes de nuestros hallazgos, han dado resultados muy satisfactorios en este sentido. Obviamente nada prohíbe de extender la experiencia a otros campos como las matemáticas además de la geografía, y por qué no la historia, lo importante es encontrar la justa relación entre ejercicio motor y noción ó elemento conceptual. Tomando más específicamente la educación motriz no se entiende por qué en cada campo de las ciencias humanas necesitan profesionales con certificados de estudios y registro profesional, preparados y con títulos, desde el dietólogo al farmacéutico e incluso en trabajos menos “culturales”, mientras que en aquello que concierne al campo de la educación motriz y del deporte esto no está previsto, abriendo el campo el todo vale de proveniencia desconocida y con experiencia muy básicas. Nosotros retenemos, por el contrario, absolutamente de primera importancia implantar el trabajo con profesionales, cualificados y especializados, como los licenciados en Ciencias Motrices, que hayan unido a una preparación universitaria convencional y que hayan madurado en una cultura del saber además del saber hacer, además de apropiadas intervenciones de campo. Retenemos, por tanto banal subrayar el trabajo en tandem entre la psique y la motricidad, allí donde el movimiento propuesto a los alumnos sea adecuadamente correlacionado con el pensamiento, y no como sucede a menudoen las escuelas y en la sociedades deportivas y en los propios gimnasios donde el movimiento es a menudo fin en sí mismo, una repetición mecánica y automática de los gestos, y no como parte de un lógico y racional recorrido educativo además de formativo. A tal propósito nos parece oportuno proponer algunas reflexiones doctrinales sobre la psimotricidad. Se tratará por tanto la psicomotricidad entendida como idea de “cuerpo como expresión de sí”. La educación psicomotriz, verdadera y propia corriente educativa, que en la escuela debería de ser utilizada como método de educación de base. Ilustraremos algunas propuestas del “saber hacer” con ejemplos didácticos bajo forma de algunas propuestas educativas, estructuradas de manera tal que aclaren los objetivos, materiales y desarrollo de los mismos. Se citarán, por otro lado los elementos cardinales de la estructuración psicomotriz y de la educación motriz superior, es decir, los esquemas motores de base, tantas veces discutidos pero a su vez tantas veces tratados con superficialidad, como el andar, correr y saltar, y también relacionarlos con los elementos operativos para la construcción de un gesto motor óptimo y perfeccionado, para poner a disposición de la fantasía motriz de forma de dar a un elemento , técnico en nuestro caso, personalizado y único si queremos, que posteriormente sean los que juntos logren crear en el individuo la idea de “estilo” personal. Será por tanto fundamental la relación estrecha entre los varios peldaños del aprendizaje, motriz-deportivo, la taxonomía, el aprendizaje en general, con el acento sobre todo sobre la primera importancia del concepto de “performance” entendida no como resultado a toda costa, sino como optimización del trabajo y monitorizaje, externo e interno del sujeto de trabajo propuesto, trabajo que debe de llevar de todas formas un resultado positivo a todos los niveles. Este es el objetivo de dirigir sucesivamente a mejor el trabajo de forma de poder poner arreglo allí donde hubiera necesidad. La psicomotricidad: el cuerpo como expresión de si mismo El término psicomotricidad aparece en la escena pedagógica hacia el año 1960 para indicar un campo de intervención referido al crecimiento y al aprendizaje del niño desde el nacimiento hasta la edad escolar. Las primeras aplicaciones de dicha disciplina hacen referencia a la rehabilitación de niños con déficits, y por tanto, su imagen ha estado durante mucho tiempo ligada a la patología. Posteriormente, gracias estudios de autores tan importantes como Pierre Bayer, André Lapierre, Bernard Acouturier y Jean Le Boulch la psicomotricidad se ha convertido en una autentica corriente educactiva. “La educación psicomotriz debe de ser considerada y siempre mas, como educación de base en la escuela elemental. Ella misma condiciona todos los aprendizajes preescolares y escolares; los cuales no pueden llegar a buen fin si el niño no consigue a tomar conciencia de su propio cuerpo, de su lateralidad, a situarse en el espacio, a controlar el tiempo, y si no ha adquirido la suficiente habilidad en la coordinación de sus gestos y movimientos. La educación psicomotriz debe de ser beneficiada desde la más tierna edad, realizada con constancia, la cual ayuda a prevenir algunos desajustes, difíciles de eliminar cuando se han estructurado…”1. “Antes que se consoliden en el niño las representaciones mentales que le llevarán al mundo de los conceptos y de las operaciones abstractas, antes todavía de la conciencia mental de tener un cuerpo, el niño es un cuerpo: un cuerpo que siente y conoce experimentándose dentro de una polaridad, de contrastes (equilibrio- desequilibrio, dentro-fuera, cerca-lejos, tensión-relajación, etc….) reconocibles en todos los juegos que pone constantemente en escena. Balancearse, girar, caer, probar el vértigo, el límite del equilibrio, tocar, construir y desmontar son todas condiciones de la búsqueda de la experiencia de un sé corpóreo en grado de darse sentido en el mundo”.2 Le Boulch, inspirándose explícitamente en las fases del desarrollo de Piaget, sostiene que el ser humanos no puede ser entendido fuera del lazo que lo une a su ambiente interhumano; el mecanismo de regulación que consiente la adaptación entre el sujeto y su ambiente se constituye de dos procesos complementarios y concomitantes: la asimilación y la adecuación. La asimilación y la integración de todo aquello que es externo a las estructuras propias del sujeto. La acomodación y la trasformación de las estructuras propias en función de las variaciones del ambiente externo.3 Es decir que a lo que Le Boulch llama ajuste no es otra cosa que el aspecto que admite la adecuación referida a la respuesta motriz a los estímulos del ambiente Desde este punto de vista el cuerpo adopta técnicas para resolver problemas: entre las cuales la capacidad del cuerpo de realizar acciones (saltar, correr…) y de actuar sobre objetos (manipular). Las técnicas vienen llamadas por Le Boulch praxias. La práxia representa un sistema de movimientos coordinados con el objetivo de un resultado ó una intención.4 Pierre Parlebas5 propone una especificación del término motricidad definiendo con esta palabra “ el conjunto de la situación motriz sin interacción entre los participantes; el individuo se encuentra sólo frente a la resolución de su problema” 1 J. Le Boulch, Lo sviluppo psicomotorio dalla nascita ai 6 anni, Armando Editore, Roma, 20047 , p. 25. 2 I. Gamelli, Pedagogia del corpo, Meltemi, Roma, 2001, p. 21. 3 J. Le Boulch, ivi , p. 29. 4 J. Le Boulch, ivi , p. 32. 5 P. Parlebas, P. Arnaud, G. Broyer (a cura di), Corpo e movimento, Borla, Roma, 1989, p. 125. como por ejemplo en los saltos en el agua, en la gimnasia con aparatos, en el lanzamiento de peso, en las inmersiones en el agua ó en la vela.. La psicomotricidad, en este sentido, se opone a la sociomotricidad, referida a “situaciones que ponen necesariamente en juego una interacción motriz entre los participantes”, como en el voleibol, el tenis y aún más el baloncesto, fútbol, rugby, etc. Una característica muy importante de la psicomotricidad es que en su actuación resulta necesario tener una actitud no directiva y carente de juicio; el psicomotricista ó educador debe concentrarse en aquello que el niño sabe hacer más que en aquello que carece. Así mismo en la raíz de una acción organizada y estructurada, por tanto, con la presencia de normas explicitas e implícitas, el educador no debe intervenir con una actitud directiva ó autoritaria sino que debe ofrecerse como un facilitador del aprendizaje del niño y acompañarlo a lo largo del recorrido de su experiencia. Seria muy facil para todos los operadores de la motricidad describir un protocolo de tipologías didácticas útiles para un correcto camino de adquisición psicomotriz para ofrecer a unos niños de entre 6 y 11 años, para esto no lo hacemos en estas lineas. Esquemas motores de base: corro, salto y ando El movimiento voluntario, que se añade a aquel reflejo y al automático, viene realizado por el sujeto conscientemente para realizar un fin concreto. Los esquemas motores de base, conjuntamente a los esquemas posturales, representan la estructura que sostiene el movimiento voluntario. Después de los esquemas posturales recordamos: doblar, plegar, abducir, aducir, rodar, lanzar, etc. Tras los esquemas motores podemos incluir: andar, correr, saltar, arrastrarse, lanzar, agarrar, etc. Estos, pueden ser considerados elementos base del movimiento porque son los primeros movimientos complejos en ser adquiridos y resultarán, con el paso de los años, el patrimonio motor del adulto. De los 5 a los 10 años se pueden adquirir, además, automatismos más complejos como nadar, esquiar, patinar, etc., siempre que estos estén “construidos” y “basados” en una amplia y sólida base compuesta por los esquemas motores y posturales. El educador debe ayudar al niño a adquirir, de manera correcta, la gama másamplia de movimientos, buscando de garantizar también una cierta progresión en la experimentación de ellos mismos, pasando de aquellos más simples a aquellos otros más complejos. Los esquemas motores pueden implicar, en la ejecución de un gesto ó de un movimiento, todo el cuerpo ó una parte de él. Es importante que los esquemas motores se dominen, utilicen, varíen, combinen entre ellos, reutilicen con aparatos y objetos diferentes.6 Los esquemas motores y posturales representan la “letra” del alfabeto motriz que unidos entre ellos conformarán las “palabras” de un movimiento globalmente más complejo y estructurado como la técnica específica de cada actividad deportiva. La construcción y el desarrollo del mayor número posible de esquemas motores y posturales debe de seguir un proceso de crecimiento “circular”, que a través de las varias fases (como el aprendizaje, control, adaptación y transformación de la postura y del movimiento) conducirá a un nuevo aprendizaje de secuencias 6 M. Mondoni, M. Cremonini, A. De Giorgio, G. Marcangeli, (a cura di), Conoscere e insegnare il minibasket, F.I.P., Roma, 1998, p.76. motoras más complejas, y así consecutivamente hasta la construcción estable de las habilidades motrices.7 De hecho, tener un amplio bagaje de esquemas motores, permitirá al niño, a través de la fantasía motriz de expresarse con habilidad en cada situación que prevea un movimiento voluntario armónico y coordinado, proponiendo soluciones nuevas y creativas, ya sea en una situación de juego psicomotor con en aquella de juego sociomotor. Aquì tambien se podrian escribir con mucha facilidades algunos elementos didacticos para las actividades de juego. REFERENCIAS 7 A.A.V.V., L’educazione motoria di base, Istituto della Enciclopedia Italiana fondata da G. Treccani e Comitato Olimpico Nazionale Italiano, Roma, 1987, p. 120. Rodar Equilibrarse Deslizarse Colgarse Trepar Balancearse Orientarse Girar Combatir Pararse Sostener Tirar Empujar Opponerse Lanzar Mirar Agarrar Esquivar Golpear Andar Correr Saltar Arrastrarse ESQUEMAS MOTORES DE BASE Baczynsky de Pukszyn I., Piccoli e pazienti, Edizioni Goliardiche, Trieste 2003. Baldacci M. (a cura di), Il territorio come laboratorio, Mario Adda Bari 1998. Baldacci M., Dozza L., Falsetti F., Frabboni F., Guerra L., Giocare a scuola, Mario Adda Editore, Bari 1995. Baldacci M., I modelli della didattica, Carocci, Roma 2004. Baldacci M., Il problematicismo, Micella, Lecce 2003. Baldacci M., La didattica per moduli, Laterza, Roma-Bari 2003. Baldacci M., Metodologia della ricerca pedagogica, Mondadori, Milano 2001. Baldacci M., Personalizzazione o individualizzazione?, Centro Studi Erikson, Gardolo 2005. Ballardini R., Battacchi M.W., Frabboni F., Il campo-gioco e la città, La Nuova Italia, Firenze 1971. 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