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2 PANIDA Una Historia. M. CARRE Era medio día de sol. Había mucho polvo e" las ca-lles y en la atmósfera parecía que también hubiera mucho polvo, polvo de oro y de plata. En el parque la fuente 、・」■セャ@ una sonata dl:J harmo- nía rara a las flores y a los árboles, y los árboles l'es- pondían con el canto de sus hojas. Todo era luz ' y música.-La tt'istezél y el dolor no aparecían por allí. El ambiente, tibio, era propicio para los besos y el amor; para la risa; para la contemplación de todo lo bello; de todo lo viviente. y los bancos estaban desiertos; no había niugúlJ sel' a la sombra de ningún árbol. Sólo el guarda, un viejo de rostl'O triste y flaco y gastado, gozaba de toda la belleza de las cosas; sólo él era dueño, en ese momento, del alma del jardín, y parecía gozar la caricia de una novia, contemplando la exuberan- cia de la<: flores; de las flor'es bt·,¡tadas del tallo que él sembrara un día .. .. ..... Parecía extasiado ante las rosas, y tal vez en su 、 セᆳ lirio de viejo, se fingía que todas las flores brotaban pet- ra él, que las había cuidado tanto, que las había vislo abrir sus pétalos sedosos. (Oh! lujuria de las flores abiel'tas; de las flores mar- chitas; de los lastimeros despojos ele las flol'es deshoja- das!., ..... , .) Aquel viejo era un sér raro. Se adivinaba en la pro- fundidad ele sus ojos azulosos, una histGl'ia, Hila tempes- tuosa historia de dolores, de amat'i:5uras y amor . ..... Un día en un momento de confidencia me narró su vida. Una histol'Ía como la de Werther y COllO la de Efra- ím, como la de Don Félix de Montemar y como la de Don Juan, Una amalgama de aventuras sangrientas; de apaci- bles idilios. La calma y !a tormenta unidas. Otras tierraa le vieron rico y calavera, y enamorado y loco. Esta tierra le vio !uego agohiado por el peso de todos los despojos de su vida agitada y turbulenta. An- tes fue un río impetuoso, luego llegó a la llanura y si- guió su curso sosegado, sereno. Hoyes muy viejo ya, pero ama; ama con todus las cicatrices de su alma, sus flores buenas, sus bellas flores, que le recuerdan días de amor, días de hesos y caricias y su corazón Jesl:ol'da de grato sentimiento, cuando el par- que es todo luz y música, y el ambienle oro y perfume::;. ©Biblioteca Nacional de Colombia
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