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Tendencias_En_La_Representacion_De_Los_I

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Tendencias en la representación de los inmigrantes latinoamericanos 
en la prensa nacional española. 
Colombianos, ecuatorianos y argentinos: ¿iguales o diferentes? 
 
 
Jéssica Retis 
Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset 
 
 
 
Introducción: 
Este trabajo es parte de una Tesis de Doctorado1 que analiza la construcción de la imagen de 
la inmigración latinoamericana en España. Cinco son los presupuestos que orientan mi 
investigación. En primer lugar, el reconocimiento de que la evolución de la diversidad de 
nacionalidades latinoamericanas emigradas en este país deben ser analizadas en un marco global, 
considerando tanto las condiciones de expulsión de los países de América Latina como los 
contextos de recepción en España. En segundo lugar, la comprobación de que la naturaleza real de 
estos flujos es menos evidente que su naturaleza simbólica, esto es, de su imagen mediática. En 
tercer lugar, el reconocimiento de la existencia de un debate social en torno a la inmigración 
extracomunitaria en el que son muchos los actores que tienen algo que decir, pero que debido a las 
características estructurales de la sociedad española son sólo algunos pocos los que se hacen 
escuchar. En cuarto lugar, el peso de los medios de comunicación como formadores de la opinión 
pública en tanto que difunden informaciones que orientan las percepciones colectivas sobre la 
alteridad y, por ende, sobre la identidad. En el caso de los inmigrantes latinoamericanos no es 
sorprendente por tanto que de los ecuatorianos se perciban más ciertas condiciones 
socioeconómicas como su situación de explotación laboral o su subdesarrollo cultural, que es visto 
con paternalismo compasivo en la mirada autóctona española; de los colombianos, se perciban más 
la imagen de la violencia tanto en las noticias del país de origen como por las informaciones sobre 
sus inmigrantes: sicarios, narcotraficantes, delincuentes comunes, prostitución y demás temas 
ligados al conflicto social y que son vistos con una mirada española aterrorizada y desconfiada. En 
el caso de los inmigrantes argentinos, sin embargo, se percibe otra categoría referencial, más 
cercana, son españoles retornados, o sus hijos, o sus nietos, y son vistos con una mirada fraternal y 
familiar que rescata la naturaleza de la clase media abatida por la crisis o de artistas e intelectuales 
arrojados por imposición política. Tres talantes diferenciados para mirar alteridades que arriban en 
aviones, y no en pateras, a los aeropuertos españoles. El quinto hilo conductor de esta investigación 
rescata la necesidad del periodismo intercultural en el trabajo cotidiano. Necesitamos conocernos 
más para comprendernos y en este conocimiento mutuo los medios de comunicación tienen una 
especial responsabilidad. 
 
 
A la “conquista” de la Madre Patria 
La evolución de la inmigración latinoamericana en España ha estado condicionada por 
factores estructurales y coyunturales a ambos lados del Atlántico. De aquel lado, los 
latinoamericanos han emigrado de sus países desde la segunda mitad del siglo pasado como un 
eslabón final de una cadena que antes supuso tránsitos limítrofes y más anteriormente 
desplazamientos del campo a la ciudad, originados por las fuerzas de la industrialización temprana 
que propició el acelerado crecimiento de las ciudades en detrimento del sector agrícola (Pellegrino, 
2003). Aunque Estados Unidos ha sido el destino preferencial, España empezó a cobrar importancia 
 
1 Esta investigación es posible gracias al apoyo del Convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura y Deporte y el Instituto 
Universitario de Investigación Ortega y Gasset. 
hace un par de décadas en un proceso que se ha ido acelerando en los últimos cuatro años. Algunos 
autores los han llamado los preferidos del siglo XXI para explicar que su irrupción en el panorama 
español se debe, entre otros muchos factores, a una evidente voluntad política y a las preferencias 
sociales tanto en la opinión pública como en el sector empresaria.l2 Los especialistas en 
migraciones reconocen también que España es un claro latecomer3 y que esta conversión no ha sido 
sencilla. Para Herranz (1998) los contextos de recepción han sido tan determinantes como los 
factores de expulsión de los países latinoamericanos, las características socioculturales, o las 
estrategias colectivas o étnicas que desarrollan los emigrados frente al contexto que encuentran.4 
Así, si contraponemos estos contextos de recepción con la evolución de los flujos migratorios 
latinoamericanos entenderemos por qué en los primeros momentos se produce un clima más 
favorable y posteriormente se produce un ambiente de menor aceptabilidad frente a los inmigrantes. 
A mediados de los setentas el proceso de democratización de España y su integración al 
espacio económico trasnacional atrajo la penetración de capital extranjero y tecnología punta, 
generando un desarrollo económico que permitió dejar la condición de semiperiferia europea y 
acceder al estatus primer mundista. La consecuencia: se convirtió en un país atractivo para la 
inmigración laboral extranjera. La demanda de una nueva organización de la producción implicó la 
expansión acelerada del sector servicios y la concentración de la actividad económica en ciudades 
globales5 como Madrid o Barcelona. La nueva demanda laboral repercutió en la inmigración en dos 
sentidos: por un lado, trabajos altamente cualificados y técnicos y por otro, trabajos de baja 
cualificación profesional como limpieza, mensajería, hostelería y servicios en general. El inicio del 
proceso coincide con el primer flujo de inmigrantes latinoamericanos; los correspondientes al exilio 
político. En las contabilidades de los que vienen (véase el gráfico 1) aparecen como primera 
mayoría los argentinos y por extensión los provenientes del Cono Sur, aunque también se cuentan 
cubanos y venezolanos entre los grupos más numerosos. Son básicamente de procedencia urbana, 
con un equilibrio en la composición por sexo y niveles de estudios superiores a la media autóctona 
y con una tendencia al trabajo por cuenta propia superior a otros extranjeros. El que entonces no 
existiera una relación biunívoca entre titulación y puestos de trabajo permitió que estos 
latinoamericanos entraran con relativa facilidad en empleos del sector terciario. Con el paso del 
tiempo, los trabajadores nativos incrementaron su preparación profesional para copar estas plazas 
en su mayoría, dejando al margen a los inmigrantes. 
A finales de los ochenta la desaceleración de la economía y el incremento del paro produjeron 
una situación de crisis generalizada. Y aquí Herranz ubica el inicio del segundo contexto de 
recepción, en la que la mano de obra inmigrante se retrae a puestos de trabajo de baja cualificación, 
los que la población autóctona rechaza, y parece permanecer en ellos casi exclusivamente. A estos 
cambios en el entorno económico-laboral hay que sumarle también el entorno de la política de 
inmigración española que ha determinado una parte fundamental de este nuevo contexto en el que 
 
2 El peso de la inmigración en España ha estado distribuido de la siguiente manera: en los años ochenta fueron mayoritariamente 
europeos los que vinieron al país, en los noventas la primera mayoría fue asumida por los marroquíes y por extensión, los africanos. 
De 1991 ha 2001 el peso de los iberoamericanos ha subido en cuatro puntos porcentuales (de 23% a 27%). Esta vitalidad presagia un 
incremento mayor que está impulsado sobre todo por los dos últimos procesos de regularización y sobre todo a un decidido impulso 
desde el ámbito político como por ejemplo, la firma de los convenios bilaterales con Ecuador, Colombia y República Dominicana 
(Izquierdo, A. López, D. y Martínez, R. 2002) 
3 En relación a los early starters europeos que, según indica Arango (2002), son países con una mayor tradición de recepciónde 
inmigración y que han experimentado el proceso de manera más paulatina que lo que sucede con España. 
4 En la línea de Alejandro Portes, Herranz asume que esta incorporación en la nueva sociedad depende sólo parcialmente del capital 
humano de los inmigrantes, así como de sus motivaciones, habilidades o cualificaciones. Existen otros factores que determinan el uso 
de estos recursos personales y que no son controlables por los individuos, son contextuales. Diríamos pues que a los inmigrantes 
latinoamericanos les ha favorecido en mayor o menor medida el contexto de la sociedad española. Y este no ha sido en mismo en el 
transcurso de las décadas recientes. 
5 Ejemplos claros de lo que Saskia Sassen (citado por Herranz, 1998) propone como ciudad global, es decir, entornos urbanos en los 
que el desarrollo económico ha devenido en el crecimiento del sector servicios avanzados para la gestión y control de la economía en 
los circuitos internacionales provocando una polarización de la estructura ocupacional. Es decir se demanda de manera consistente 
trabajadores altamente cualificados y, paralelamente, trabajadores poco cualificados 
se insertan los inmigrantes latinoamericanos. La incorporación de España a la Comunidad Europea 
vino precedida se la Ley 7/1985 que se corresponde con la opinión europea del malestar sobre la 
inmigración extracomunitaria. A partir del endurecimiento de su aplicación, en 1991, con la política 
de cupos, y el incremento de los controles de entrada, se produjo el giro contextual. Hasta entonces, 
para los latinoamericanos no era indispensable tener acceso a la legalidad de su residencia y podían 
trabajar de manera informal acumulando un cierto capital sin temor a la expulsión. La exigencia de 
los recursos económicos y posteriormente del permiso de visado para entrar al país constituye un 
nuevo panorama de llegada. En este segundo contexto de recepción se produce el segundo flujo de 
inmigrantes latinoamericanos. 
 
Gráfico 1: Residentes latinoamericanos en España por nacionalidades (1975-2002) 
 
0
20.000
40.000
60.000
80.000
100.000
120.000
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2001 2002
Argentina Brasil Bolivia Colombia Cuba Chile
Ecuador México Perú Rep. Dom. Uruguay Venezuela
 
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Ministerio del Interior, Dirección General de la Policía, elaboración propia 
 
En América Latina, la década perdida elevó las cifras de emigrantes hacia fuera de la región; 
los años noventa reprodujeron las condiciones, y los flujos que se dirigieron hacia España tuvieron 
más razones económicas que políticas. Como se aprecia en el Gráfico 1, durante los primeros años 
de los noventa, a los inmigrantes del Cono Sur se suman los del Caribe y el Area Andina, 
especialmente provenientes de Perú y República Dominicana. La fuerte concentración en zonas 
urbanas, su incorporación al mercado laboral en los sectores de servicios, especialmente de servicio 
doméstico y cuidado de ancianos y niños, propició una elevada feminización en las etapas iniciales.6 
Los latinoamericanos se caracterizan por poseer en general un nivel cultural en su conjunto superior 
al de otros colectivos extracomunitarios,7 lo que indica una alta selección en relación a su 
cualificación. Sólo el colectivo dominicano tiende a ser originario de áreas más rurales y de menor 
nivel de instrucción. 
El cambio de signo político en el gobierno en 1996, supuso también una nueva percepción de 
la administración pública sobre la gestión de la inmigración. El comienzo de la era latinoamericana 
supuso la evidencia de una apuesta preferencial. La influencia de la inmigración en la dirección del 
voto8 tuvo un pulso importante en las elecciones municipales tras los sucesos de El Ejido. A partir 
 
6 Con el asentamiento de los primeros llegados y el establecimiento de las redes se tiende a la equiparación de los géneros. 
7 LABRADOR, J. (2001), APARICIO R. y GIMENEZ, C (2003), GÓMEZ, E. (2002, 2002a, 1998), LÓPEZ de LERA, D. (1995). 
8 La emergencia del debate entorno a la inmigración extracomunitaria en períodos previos a los procesos electorales es una muestra 
evidente de la rentabilidad política de este tema puesto en las agendas de discusión de los partidos. Si tomamos como referencia los 
calendarios de elaboración y promulgación de las medidas legislativas sobre esta materia desde 1985 podemos confirmar esta idea. 
de entonces, las fuerzas políticas toman el talante del clima de opinión respecto a la inmigración al 
dirigir sus comportamientos. En un trabajo reciente, Izquierdo y López de Lera enfatizan su tesis de 
las preferencias por los latinoamericanos. Las decisiones políticas que han tenido más trascendencia 
en la población extranjera radicada en España son los procesos de Regularización y la 
Documentación por Arraigo y, según éstos, “los latinoamericanos incrementan su talla en el 
universo de la inmigración en España (tenga o no el estatuto legal) y a la par, consiguen tasas de 
reconocimiento claramente superiores a la media, lo que va a redundar en un peso acrecido entre los 
inmigrantes legales” (Izquierdo, A. y López de Lera, D, 2002: 20). Otros indicadores de la posición 
preferencial de los latinoamericanos viene de la mano de los procesos de naturalización9 derecho al 
que los latinoamericanos pueden acceder después de dos años de residencia legal en el país; por otro 
lado, las evidencias que recogen los sondeos de opinión sobre las preferencias de la sociedad 
española en la convivencia con los inmigrantes extracomunitarios, denotan que existe menor 
escepticismo en el trato con los iberoamericanos. 
 
Tabla 1: Comparación de “simpatía” de los inmigrantes por región de origen 
Voy a leerle una lista de personas de varios países o regiones del mundo. Dígame, por favor, en una escala de 0 a10, la simpatía que 
Ud. Siente por cada uno de ellos, teniendo en cuenta que 0 significa “ninguna simpatía” y 10 “mucha simpatía 
 
 Media Media Media Media Media 
 1996 2000 2001 2002 2003 
 
Norteafricanos (marroquíes, etc.) 6.0 6.0 5,9 4,9 5,3 
Africanos (resto del continente) 6.3 6.4 6,3 5,5 5,9 
Norteamericanos 6.2 6.3 6,1 5,5 5,5 
Europeos del Este 6.6 6.6 6,5 5,7 5,8 
Portugueses 6.7 6.7 6,7 6,2 6,5 
Otros europeos occidentales y de la UE 7.2 7.2 7,1 6,7 7,1 
Latinoamericanos 7.2 7.1 7,1 6,5 6,6 
 
 
Fuente: Tomado de PEREZ-ALVAREZ-GONZÁLEZ (2002) Basado en datos del CIS, Barómetros sobre inmigración 1996-2000. A 
partir de 2001 los datos han sido tomado de los informes de CIS, Barómetros 2001,2002,2003. 
 
 
Las (re)presentaciones discursivas de los inmigrantes latinoamericanos en España 
Nunca como hoy las condiciones económicas, políticas y sociales se han enfrentado tanto en 
la configuración de los movimientos de población a nivel internacional. En primer lugar, la desigual 
distribución de la riqueza en el mundo polariza las condiciones de vida de los países. En segundo 
lugar, las condiciones sociodemográficas de las zonas más desarrolladas ha propiciado el 
envejecimiento de sus comunidades que corren el riesgo de contar a la baja a sus ciudadanos sin la 
inyección de nuevos pobladores extranjeros. En tercer lugar, el mercado laboral de estas economías 
ejerce un «efecto llamada» de trabajadores y mano de obra barata; en algunos casos, como el 
español, por ejemplo, la preexistencia de los sectores informales de la economía se convierten en 
colchón de llegada de inmigrantes cuyo nivel de aceptabilidad laboral es inferior al de los 
trabajadores autóctonos. Sin embargo, estas condiciones sociales y económicas se enfrentan en el 
plano jurídico y político, en donde surge la idea generalizada de que las políticas migratorias deben 
ser restrictivas, según criterios selectivos sobre los países de origen, y en dimensiones controladas. 
El panorama no es sencillo, los flujos de inmigrantes continúan en aumento porque la economía o 
las condiciones sociales los llaman perolas condiciones políticas restrictivas y de control de flujos y 
 
9 Según los datos de la web de extranjería del Real Colegio de Abodados de Zaragoza, existen convenios de doble nacionalidad con 
Chile (1958), Perú (1959, modificado en 2000), Paraguay (1959, modificado en 1999), Nicaragua (1961, modificado en 1997), 
Guatemala (1961, modificado en 1999), Bolivia (1961, modificado en 1961 y 2000), Ecuador (1964, modificado en 1995), Costa 
Rica (1964, modificado en 1997), Honduras (1966, modificado en 2002), República Dominicana (1968, modificado en 2002), 
Argentina (1969, modificado en 2001) y Colombia (1979, modificado en 1998): véase: http://www.extranjeria.info/inicio/intex.htm. 
stocks, parecen generar por sí mismas una realidad innegable: el aumento de la inmigración 
irregular. 
En este contexto internacional se ha producido el incremento de la inmigración 
latinoamericana en España y existe un discurso científico que intenta describir, analizar y predecir 
este fenómeno. La mayor parte de los investigadores reconoce su volatilidad, su naturaleza 
cambiante y la imposibilidad de que los argumentos se sustenten permanentemente porque las cifras 
y los datos deben ser reevaluados periódicamente.10 Se advierte la necesidad de un análisis a largo 
plazo, de perspectivas comparativas, por ejemplo, con los países de Europa del Sur. Los analistas 
del entorno legislativo también advierten de las tendencias de la jurisprudencia en materia 
migratoria y la delicada situación a la que se enfrentan los inmigrantes que son orillados casi de 
manera consecuente por una legislación restrictiva: parece ser la misma ley la que genere 
inmigración irregular.11 Los avances en los estudios, las posturas analíticas y las críticas al 
comportamiento social tienen eco en las publicaciones académicas, en los congresos profesionales, 
en las aulas y en los foros de debate. Sin embargo, este discurso científico que intenta conocer más 
exactamente a los inmigrantes parece no tener suficiente eco en el discurso mediático. Algunos 
investigadores publican sendos artículos en prensa y, sin embargo, sus preceptos parecen no calar 
en el acontecer diario de las informaciones periodísticas. Este desfase entre el discurso científico y 
el discurso público dominante reflejado especialmente en las informaciones cotidianas vertidas en 
los medios de comunicación parece encontrarse en una espiral sin retorno: la naturaleza real de la 
inmigración latinoamericana se mira a través de un espejo opaco que deja traslucir sólo algunas 
características de algunos de sus componentes y ésta es la información que cala en la opinión 
pública. 
Teun van Dijk(1997) advierte que la mayor parte de nuestro conocimiento social y político, 
así como nuestras creencias sobre el mundo, emanan de decenas de informaciones que leemos o 
escuchamos a diario. Es muy probable que no exista ninguna otra práctica discursiva, aparte de la 
conversación cotidiana, que se practique con tanta frecuencia y por tanta gente como son el 
seguimiento de noticias en prensa y televisión. En consecuencia, los inmigrantes latinoamericanos 
en España son más conocidos y (re)conocidos por su presencia en los medios de comunicación que 
por la convivencia diaria.12 Se sabe de ellos lo que aparece en las noticias, los reportajes y las 
entrevistas a los políticos que asumen una postura y tienden a problematizar la presencia de estos 
extranjeros en España. 
El análisis crítico del discurso público reflejado en la prensa no se limita a las estructuras 
textuales. Estas estructuras señalan varios significados, opiniones o ideologías. Para demostrar 
cómo dichos significados subyacentes se relacionan con el texto, también refiere a un análisis del 
contexto cognitivo, social, político y cultural. Los textos no tienen significados por sí mismos sino 
que son los usuarios del lenguaje los que se los atribuyen. Así hablamos de representaciones 
cognitivas y estrategias de los periodistas en su producción de noticias. En la línea de Peñamarín 
(1997), lo que es interesante para el análisis es que el texto siempre se ubica entre los varios 
discursos sociales, se identifica con cierta perspectiva, con cierta forma de referirse y de concebir 
algo en un lenguaje, se distancia de unas perspectivas e ignora otras, lo que Bajtín (citado por 
Peñamarín) llamó cualidad dialógica del texto, que permite comprender los conflictos sociales en 
los discursos y la lucha por el “poder de nombrar”. Así descubrimos no sólo las formas en las que se 
(re)presenta a la inmigración latinoamericana en España, sino que también deducimos los procesos 
mentales que subyacen en estas formaciones léxicas, es decir, la ideología que permanece latente y 
que sustenta el discurso en sí mismo. Partimos del texto para descubrir la estructura sociocognitiva 
 
10 Para el Colectivo Ioé (2002), el fenómeno migratorio en España es tan cambiante que un análisis basado en datos de dos o tres 
años atrás queda obsoleto y necesita ser actualizado. 
11 Véanse los trabajos de DE LUCAS, J. (2002) y SONALES, A. (2003). 
12 Si tomamos en cuenta la elevada concentración de la inmigración latinoamericana en zonas urbanas de Madrid y Barcelona y más 
recientemente en zonas rurales del litoral mediterráneo y las islas veremos que buena parte de la población española no convive 
directamente con iberoamericanos, aunque sí tienen una imagen simbólica formada por la información mediática. 
en varios niveles de la producción de los mensajes: en el estrato individual del redactor de la 
crónica, en el tipo de fuentes de información que utiliza en sus reportajes, en el modo en que un 
articulista emite su opinión o en la postura más empresarial que se desvela en los editoriales. El 
conjunto de estos discursos insertos en un periódico puede aparecer como una orquesta que toca en 
consonancia o, como lo descubre el análisis, puede producir incluso contradicciones. 
La inmigración latinoamericana, no es una realidad que se pueda contemplar sólo con abrir la 
ventana, es un fenómeno social que se construye colectivamente dotándole de unas características 
que no le son propias, es decir, no son constitutivas de su naturaleza, sino que resultan de una 
construcción simbólica que constituye al «inmigrante imaginado», como lo llama Enrique 
Santamaría (2002), en un proceso de constitución de una determinada figura social que tiene un 
alcance sociopolítico y cognitivo. En esta construcción simbólica de la realidad, el discurso de los 
medios es el motor del engranaje sociocognitivo de los pensares y decires sociales y de entre todos, 
la prensa es el corpus más coherente, como Gerard Imbert (1990) lo llama, es el discurso 
constituído que ofrece una coherencia interna y una visión del mundo formalmente estructurada; de 
ahí el cometido el periódico como marcador de identidad. Pero también es un discurso ambivalente 
en su pretensión referencial, como espejo pretendidamente objetivo de la realidad, y en su función 
mediadora también es un lugar estratégico de constitución del discurso social. En este marco, el 
inmigrante latinoamericano estaría (re)presentado, como anota Santamaría, como un actor 
simbólico, en un gueto sociocognitivo hecho de algunas convenciones. Así, lo que se percibe de su 
realidad es la imagen de la persona que genera un conflicto y constituye un valor noticioso: sicarios, 
trabajadores explotados, prostitutas, narcotraficantes, “ilegales”... 
Estas informaciones son presentadas, como demuestra Antolín Granados (2002) fuera de su 
contexto, en un alcance más bien local y sin profundizar la complejidad de un fenómeno. La 
inmigración latinoamericana es producto de múltiples factores en múltiples niveles y sin embargo, 
el cruce o intersección entre lo local y lo global raramente se produce en el género de la noticia. En 
un estudio sobre las migraciones en Andalucía y su reflejo en los medios, Granadosencontró que se 
tiende a presentar el lado negativo de la inmigración: se ignora sistemáticamente la información 
referida a las culturas y países de origen, las causas sociohistóricas que provocan las migraciones, 
las relaciones de dependencia de entre emisores y receptores; la dimensión global de la inmigración 
se supedita a la información sobre las cuestiones personales e inmediatas del inmigrante, su modo 
fraudulento de llegada, sus dificultades para insertarse en la sociedad “la realidad del inmigrantes 
es, así, desposeída de su dimensión espacio-temporal, vale decir, histórica, para quedarse en simple 
anécdota sensacionalista de cualquier titular de prensa”. 
La imagen del inmigrante latinoamericano se construye con muchas piezas unidas en el 
imaginario colectivo. Una de ellas es, por ejemplo, la imagen de los países de origen. Los hallazgos 
de Igartúa y Humanes (2002) sobre los “encuadres noticiosos” de la información publicada en 1999 
sobre Latinoamérica y los latinoamericanos en El País, El Mundo, ABC y La Vanguardia, entre 
otras cosas, descubrieron que se aplicaron “estrategias discursivas” que fomentan una cierta 
correlación ilusoria al asociar Latinoamérica con acontecimientos y resultados de carácter negativo 
y escritos en un tono tenso.13 Otra pieza de este puzzle imaginario es la idea de Iberoamérica como 
una comunidad integrada, la figura de la Comunidad Iberoamericana de Naciones (CIN). Laura 
Ruiz Jiménez (2002) analizó la imagen que El País, ABC y El Mundo han difundido de las 
Conferencias Iberoamericanas de Jefes de Estado y Gobierno. En el estudio encontró que pese a las 
marcadas diferencias ideológicas existentes entre estos periódicos y su distinto posicionamiento 
ante las Cumbres, los tres difundieron los mismos estereotipos de los países latinoamericanos y 
coincidieron en el diagnóstico sobre cuáles son los escollos más serios a la consolidación de la CIN. 
España aparece siempre asociada a la modernidad económica, la estabilidad política y el bienestar 
 
13 En cuanto a la imagen mediática de cada país, Colombia destacó en informaciones relacionadas con conflictos armados, defensa y 
accidentes. Algo similar a lo que ocurre con Venezuela, que se asociaba de manera significativa con la política y los desastres 
naturales. En el otro extremo encontraron a México, cuyas noticias versaban sobre temas más positivos y de carácter más distendido 
social mientras abundan las noticias y reportajes sobre los grandes problemas que afectan a los 
latinoamericanos14 
 
 
Relaciones peligrosas: la emotividad en el discurso sobre los otros 
Se arma una idea de los países latinoamericanos, una idea de las relaciones de España y 
América Latina, una idea de los inmigrantes extracomunitarios. Se define una composición 
compleja y heterogénea sobre una alteridad simbólica. Y en este engranaje también influye la 
configuración de la identidad, de un nosotros españoles. Desde el proceso de modernización de 
España y más concretamente con la entrada a la Comunidad Europea, España ha comenzado a 
perfilar un modo de autopercepción más relacionado con la Europa desarrollada. Para Gerard 
Imbert (1993) “hablar del sujeto europeo es hablar de la relación entre el sujeto y el otro, del 
encuentro del sujeto con la alteridad (la diferencia, la otredad, la «extranjeridad»...). Es hablar de la 
emergencia de la conciencia europea, de un sujeto histórico (dotado de identidad –de un ser- y de 
modalidad –un poder- para retomar categorías modales, tal como las utiliza la semiótica)”. El sujeto 
europeo es un sujeto etnocéntrico, que habla y mira al otro desde una postura central, que sale al 
encuentro del otro para negarlo en cuanto tal o remitirlo a una imagen-representación. Dolores 
Juliano (1994) explica que el problema de la inclusión/exclusión en el caso de los latinoamericanos 
es particularmente interesante porque no presentan grandes diferencias ni en la raza ni en términos 
de códigos lingüísticos y tampoco se encuentran diferencias religiosas, por lo que la 
conceptualización de los latinoamericanos como extranjeros es más elaborada. La segregación 
social se construía en los ochentas acuñando el neologismo «sudaca» para señalar la condición de 
extranjería social. Juliano recuerda la propuesta de Barth cuando se trata de señalar límites étnicos, 
así la cercanía cultural no implicaría la desaparición, sino el desplazamiento de los límites de la 
estructura social a referentes simbólicos. 
Si las diferencias lingüísticas y religiosas no existen, y si las diferencias raciales no son tan 
extremas, entonces, otros son los criterios para definir estas alteridades. Como reconoce Marta Rizo 
(2001), la inmigración en los medios tiende a presentarse de dos modos. Por un lado, se induce al 
temor, mostrando a los inmigrantes como un peligro, como invasores de nuestro territorio, como 
una amenaza. Por otro lado, se tiende a mostrar la cara más dramática como su “lamentable” 
situación, su pobreza, sus dificultades, etc. “lo que induce a una reacción emotiva de compasión y 
piedad por parte del receptor”. Existe la tendencia tradicional a atribuir la función de “hacer saber” 
al género informativo, pero cada vez se tiende a pensar en este género como una hibridación, como 
un género “impuro” que añade a este “hacer saber”, a este informar, el entretener, y lo que es más 
significativo, el “hacer sentir”. A diferencia del racismo biológico, lo que existe hoy en día es un 
racismo cultural que conduce a la sobregeneralización de las diferencias y al olvido de lo común 
entre personas de culturas distintas, en palabras de Javier de Lucas: “la oposición maniquea entre 
nosotros y los demás, buenos y malos, prueba que, en las fases elementales de la organización 
social, necesitamos negar al otro para saber quiénes somos. La seguridad viene de la negación 
fundamental: nosotros no somos los otros, no somos los malos”.15 El otro es el que no pertenece a 
una cierta unidad social que se toma como referencia. Frente a esta unidad, el otro puede ser 
concebido como un enemigo, una amenaza, una figura que desestabiliza la sociedad preestablecida. 
Esta diferenciación entre el nosotros y los otros en el plano de los discursos se relaciona con lo que 
Teun van Dijk (1996) ha llamado el cuadrado ideológico: 1) intensificar la representación positiva 
 
14 “Más allá de la igualdad proclamada es evidente que España se mira a sí misma con complacida superioridad y que los países 
latinoamericanos son percibidos como un grupo de naciones en vías de desarrollo, lejanas a nosotros (...) La consecuencia directa de 
esa buena imagen que España tiene de sí misma, y que se difunde permanentemente desde la reunión de Guadalajara, es que se 
autoconcede el papel de líder natural del espacio iberoamericano” (RUIZ JIMÉNEZ, 2002: 85). 
15 citado en RIZO, M., 2001:5. 
sobre nosotros 2) intensificar la información negativa sobre ellos 3) mitigar la información positiva 
sobre ellos 4) mitigar la información negativa sobre nosotros. 
Antonio Bañón (2002) retoma esta idea y propone la caracterización de un hipergénero, el 
debate social, que alude, entre otros aspectos a: 1)la aparición pública de opiniones sobre un tema 
en un período de tiempo y que provoca el interés de amplios sectores de la sociedad, 2) la 
participación de diversos actores sociales, 3) la aparición de tipos discursivos diversos, 4) a pesar de 
la pluralidad de actores potenciales, no todos cuentan con la misma capacidad para trascender 
socialmente, 5) los tipos de discursos dependen de la posición del actor, de la valoración del objeto 
discursivo y del grupo de pertenencia del locutor, 6) la emergencia de debates sectoriales y de 
debates más amplios, 7) el surgimiento de un punto de confluencia de todos los tipos discursivos 
participantes en los medios de comunicación, especialmente en la prensa de referencia o de élite y 
8)los altibajos en la intensidad que adquiere el debate social suele coincidir con determinados 
sucesos o eventos sociales, laborales o políticos, lo que, en palabras de la teoría de la agenda, 
supone la propuesta de temas para el interés de sus audiencias por parte de los medios. Veamos 
cómo podemos aplicar estos postulados teóricos al analizar la construcción de la inmigración 
latinoamericana en la prensa española. Tres son los momentos y tres las nacionalidades implicadas: 
el accidente de los trabajadores ecuatorianos en Lorca, la llegada de los sicarios colombianos a 
Madrid, y la crisis económica y los nuevos inmigrantes argentinos. 
 
 
Doce «ecuatorianos» muertos en Lorca 
 Hasta 1995, los inmigrantes ecuatorianos habían mantenido un ritmo promedio de 
crecimiento anual en torno a las ciento cincuenta personas. En 1996 llegaron mil mas, lo que supuso 
incrementar la cifra a 2.900, en números redondos. El año siguiente, ya se contaban 4,100. En 1998 
se incrementó a poco más de 7.000 y en 1999 se subió a poco menos de 13.000. Los datos de 2000 
indican que residían en España casi 31.000 ecuatorianos con documentación en regla y para el año 
siguiente se suman ya casi 85.000. Este incremento de inmigrantes provenientes del Ecuador 
apareció de repente ante los ojos de los españoles: el 4 de enero del 2001 un tren arrolló una 
furgoneta en la que viajaban 12 de ellos. Eran trabajadores agrícolas que se dirigían a su jornada 
diaria de recogida de brécol. Los titulares de prensa dejan evidencia de la preocupación por la 
nacionalidad de los accidentados: Doce ecuatorianos mueren arrollados por un tren en Lorca 
(ABC), Doce ecuatorianos mueren al ser arrollados por un tren en Murcia (El País), Mueren doce 
ecuatorianos al arrollar un tren la furgoneta en la que viajaban hacinados (El Mundo). El titular es 
prácticamente el mismo en las portadas de los tres periódicos, salvo en el caso de El Mundo que 
resalta la idea de que los accidentados viajaban hacinados, dando la imagen de las paupérrimas 
condiciones de los inmigrantes. 
Durante cuatro días los tres tabloides dan cuenta del debate social originado. La coherencia 
global de las argumentaciones gira en torno a cuatro ejes temáticos: 1) Las deplorables condiciones 
en las que viajaban los trabajadores inmigrantes, 2) el destacado hecho de que hayan sido 
ecuatorianos, lo que trae a la palestra una nacionalidad nueva en el marco de la inmigración 
extracomunitaria, 3) la condición de irregularidad relacionada con la marginalidad y la consecuente 
explotación laboral, 4) la búsqueda literal y semántica del responsable concreto del accidente: el 
empresario que contrató a los jornaleros se convierte en el chivo expiatorio de las culpas. 
Tanto para El Mundo como para ABC estos acontecimientos tienen un valor noticia para la 
sección Sociedad (páginas 34 y 22 respectivamente), mientras que El País lo considera como un 
problema nacional, y por eso ubica las informaciones en la sección España (página 13). El 
accidente es presentado como un suceso que “descubre” una situación reciente: los problemas de los 
inmigrantes ecuatorianos. Así lo hacen saber los editoriales de los tres periódicos. El Mundo titula: 
Tragedia en Lorca: deben depurarse responsabilidades, ABC: La muerte a un paso, sin barreras, y 
El País: Paso mortal. La postura de ABC y El País es similar en cuanto a la presentación de los 
problemas; en ambos editoriales se reflexiona en primer lugar, la peligrosidad de los cruces y la 
necesidad de eliminarlos. Posteriormente se reflexiona en torno a lo que el accidente desvela: se 
trata de un suceso que además de recordarnos una deficiencia histórica de nuestra red viaria, nos 
golpea con otro dato aún más grave, relacionado con la explotación laboral de los inmigrantes, en 
este caso ecuatorianos: la furgoneta transportaba, como todos los días, a 14 personas hacinadas 
en un espacio habilitado para ocho. Entre los dos supervivientes figura, una niña de 13 años, que 
sustituía a su madre, lo cual es ilegal. Es urgente que Trabajo tome medidas para corregir estas 
condiciones laborales infames (El País).En el editorial de ABC se lee: el siniestro de ayer nos da 
también pistas de las lamentables condiciones en que algunos inmigrantes prestan su trabajo: 
catorce personas pendientes de regularizar su situación viajaban en una furgoneta de ocho plazas, 
entre las que se encontraba una niña de 13 años. Ésta, que salvó la vida, iba a sustituir a su madre 
(lesionada) como jornalera, “aprovechando” sus vacaciones. Un triste final para una vida 
demasiado triste. 
Vemos cómo en este texto se reproduce el tono compasivo del periódico ante el accidente y 
también surge la recreación de la situación particular de la niña que fue figura clave y recurrente en 
los tres periódicos analizados. La niña simboliza el extremo de la explotación laboral, de las 
miserables condiciones de trabajo, de la tristeza, el clamor a la compasión: La joven Nancy quería 
“ayudar a llevar dinero a casa”, (El País, 4 de enero 2001). El 5 de enero, los tres periódicos 
resaltan la fotografía de Nancy convaleciente y con vendas en la frente en la cama del hospital: 
ABC la destaca en su sumario, El País amplía el plano y deja ver la imagen de la madre y la 
hermana resaltando los rostros de tristeza, mientras que El Mundo traslada la misma fotografía de la 
Agencia EFE del ABC a su portada, y destaca en el pie de foto: Una niña ecuatoriana herida en el 
accidente de Lorca…. En la página 6 de ABC no aparece la fotografía pero sí un titular que dice: 
“¡Cuidado! que viene el tren”, gritó la niña de trece años herida en el accidente. 
El editorial de El Mundo del 4 de enero, descubre una propuesta aún más melodramática y 
propiciadora de emociones, al hilo del tratamiento compasivo: Era aún de noche. En una furgoneta 
con capacidad para siete personas, se hacinaban 14 que se dirigían a recoger brécol en una finca 
cercana. El conductor, ecuatoriano y seguramente poco conocedor de las señales de tráfico, no se 
percató del paso a nivel sin barreras (…) La más terrible (circunstancia) es la situación denigrante 
de las condiciones laborales y de transporte de algunos inmigrantes en España. No sólo se 
destacan las pésimas condiciones laborales, sino que además el conductor es propuesto como el 
otro, «ignorante» e «inepto» que no pudo o no supo reconocer el paso a nivel. 
En las tres argumentaciones propuestas en los editoriales, se denotan los términos del 
cuadrado ideológico: 1) Se intensifica la posición positiva de un nosotros españoles reconocedores 
del dolor y la tragedia ajena y acusadores de las miserables condiciones de trabajo de los 
inmigrantes, 2) Se intensifica la información negativa de ellos, los inmigrantes ecuatorianos, que 
llegan y se insertan en la marginalidad y sufren las vejaciones de la contratación ilegal, aunque 
también se apunta a los responsables de este accidente, los empresarios que contratan de manera 
fraudulenta a los irregulares (en todas las informaciones analizadas se resalta el hecho de que los 
fallecidos no tenían “los papeles en regla”), 3) Se mitiga la representación positiva de ellos, los 
ecuatorianos son sometidos a la explotación laboral con su anuencia, 4) Se mitiga la representación 
negativa de nosotros al identificar como único responsable al empresario y reclamando la 
intervención de la Inspección de Trabajo. 
La línea ideológica de los tres periódicos se evidencia más claramente en los editoriales y los 
artículos firmados ya que las crónicas y los reportajes no resaltan diferencias en el tratamiento 
informativo, en algunos casos, incluso es notorio el uso de los mismos textos de las agencias: En El 
País se lee: Los familiares y amigos de las víctimas siguieron el funeral desde la primera fila, 
asistidos en todo momento por un equipo de psicólogos de Cruz Roja y Protección Civil. Los 12 
féretros, cubiertos con ramos de flores y decenas de coronas, se encontraban al pie del altar (…), 
en ABC: Losdoce féretros, cubiertos de ramos de flores y varias decenas de coronas, se 
encontraban al pie del altar (…). Los familiares y amigos de las víctimas siguieron el funeral desde 
la primera fila, asistidos en todo momento por un equipo de psicólogos de Cruz Roja y Protección 
Civil… Ambos textos son parte de reportajes que incluyen otras declaraciones pero que evidencian 
la utilización de las mismas fuentes de información. Estas prácticas periodísticas son comunes, y así 
aunque El País y ABC se definan como líneas editoriales distintas, es evidente que en la cobertura 
noticiosa se difuminan estas diferencias para construir un discurso equiparable. 
Los textos periodísticos son un discurso en sí mismo en términos de opinión y de 
argumentación, pero también son eco de los discursos de otros sectores de la sociedad. En este caso, 
la presencia de las fuentes evidencia el discurso público dominante. Aparecen entonces las 
declaraciones del Delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda: en 
materia laboral no hay que olvidar que la responsabilidad no es sólo del trabajador, también del 
empresario que es el que contrata (El País 4 de enero de 2001), “Fernández Miranda señaló que la 
actitud del Gobierno va a ser “solidaria” y explicó que el objetivo principal ahora es “asegurar la 
identificación de los cadáveres (…). Asimismo, dijo tener una sensación de “pena” ante una 
situación “de impacto” (El Mundo 4 de enero de 2001). Se recoge incluso el pésame de la Casa del 
Rey: “su “más sentido pésame” a los familiares de las víctimas, así como el deseo del rápido 
restablecimiento de las víctimas (ABC 4 de enero de 2001). 
La diferencia en el tratamiento a las fuentes provenientes de los inmigrantes ecuatorianos es 
notoria en términos proporcionales, pero también en el tono en que son reproducidas: Nancy: “Le 
dije al conductor que venía el tren, pero la música estaba alta y no me oyó” (El Mundo, 5 de enero 
pág 27) “¡Cuidado que viene el tren!” gritó la niña de trece años herida en el accidente (ABC, 5 
de enero pág 6) “La situación de mi país es bastante dura y pienso que las autoridades harán algo 
por las familias y las deudas que tienen” (declaraciones de Rita Gortaire, de la Asociación 
Adeyade) (El País, 5 de enero de 2001). 
La coherencia global de la articulación de las informaciones en las páginas de los periódicos 
también evidencia un sesgo en el discurso. En el caso de ABC, por ejemplo, se incluye en la misma 
sección de Sociedad del 4 de enero, un informe de la Guardia Civil que se titula: El índice de 
criminalidad en España desciende casi un diez por ciento. La Guardia Civil detectó 9,000 
inmigrantes hasta septiembre de 2000. La inclusión de esta nota en la sección sobre el accidente de 
Lorca sirve para relacionar temáticamente la inmigración con la criminalidad y se obvia hacer en 
hincapié en que los inmigrantes “ilegales” no han cometido un delito criminal sino que están en 
falta administrativa de regulación de documentación y por lo tanto no son “ilegales”. El mismo 
periódico, el día 6 de enero junto al titular Detenido el empresario de Lorca que había contratado 
ilegalmente a los ecuatorianos muertos un recuadro de una nota que titula Un representante de 
joyería muere al ser atracado por tres magrebíes. Esta relación de noticias dentro de una misma 
sección contribuye a la asociación de la inmigración con la criminalidad y la delincuencia. 
Las metáforas son otra muestra de la manera en que los periódicos constituyen el discurso. 
Encontramos pues, otra referencia a la construcción simbólica de esta alteridad. Ya no sólo importa 
la presencia de los inmigrantes ecuatorianos en España, sino que se extiende esta representación a la 
imagen del país de origen, así, en El País del domingo 7 de enero un reportaje titula: Ecuador, un 
país en estampida y un subtítulo anota: EEUU ya no es el único Eldorado, España es al puerta de 
escape de 50,000 personas. Ese mismo día El Mundo titula otro reportaje: El “desierto” 
ecuatoriano. Hay lugares, como el Pueblo de las Mujeres Solas, donde no quedan esposos porque 
han emigrado en busca de fortuna. Hace años emigraban a EEUU, ahora es España su destino 
soñado. En la misma fecha, ABC publica un artículo firmado por Mercedes Díaz que titula: Los 
conquistadores del Siglo XX. Es una muestra de cómo se construye esa imagen de invasión cuyo 
perfil ha sido “destapado” a raíz del accidente de Lorca. Frente a los «ecuatorianos» inmigrantes 
ilegales y frente a Ecuador como «país» en estampida o como desierto, se representa a España como 
«Eldorado», en una exaltación de la autorrepresentación positiva. 
 
Los «sicarios colombianos» abren sucursal en Madrid 
En 1995 había en España poco menos de 7.000 colombianos. Al año siguiente eran casi 
8.500. En 1997, poco más de 10.000 y al siguiente año 13.600. La contabilidad del año 2000 
demuestra que oficialmente residían en el país cerca de 25.000 colombianos y para el 2001 la cifra 
subía a casi 49.000. La apuesta preferencial por la inmigración latinoamericana por parte de la 
política española se demuestra así con el incremento de los flujos, en este caso, provenientes de 
Colombia. Los censos demográficos comprueban la tendencia de estos inmigrantes a concentrarse 
principalmente en Madrid y Barcelona, aunque más adelante se extiende a las zonas agrícolas del 
Levante. Así su presencia es más evidente en las zonas urbanas, metropolitanas, en general, de las 
que emergen las informaciones periodísticas más cotidianamente. Aparicio y Jiménez (2003) 
realizaron un estudio que presentan afirmando que “dos rasgos especiales tiene la inmigración 
colombiana: el primero, que en los tres últimos años ha experimentado un crecimiento 
proporcionalmente mayor que el de casi todos nuestros colectivos inmigrantes; el segundo, que su 
verdadera imagen ha venido a recubrirse en los medios de comunicación con los rasgos negativos 
de las bandas de atracadores y narcotraficantes. (...) esta imagen tiene poco que ver con la realidad 
de la inmigración colombiana, como lo muestra el presente estudio...” 
A diferencia de la tragedia de los ecuatorianos, durante el 2001 el «destape» de los 
inmigrantes colombianos vino de la mano de las actividades de algunos delincuentes. 
Paradójicamente, El Mundo comienza el año eligiendo la obra de Gabriel García Márquez, 
“Crónica de una muerte anunciada”, como la mejor novela en español del siglo XX. Convive la 
imagen de «Gabo» con la de sus compatriotas: ‘Mulas’ de carga peligrosa. Cada día, una media de 
10 colombianos que transportan cientos de cápsulas de cocaína en su estómago intenta subir a un 
avión con destino a España o EEUU (El Mundo, 3 de enero de 2001), Aparece un colombiano en 
Colmenarejo con dos tiros en la cabeza (ABC, 4 de enero de 2001). El 15 de enero la Policía 
detuvo a cuatro miembros de una banda de delincuentes. Al día siguiente, el suceso tuvo eco en los 
tres periódicos nacionales en sus páginas de Madrid. Mientras ABC titula Cae una banda de 
colombianos que extorsionó a un joyero y agredió a su mujer, El País obvia la nacionalidad de los 
delincuentes en el titular: La policía desmantela una banda que intentó extorsionar a un joyero, 
pero sí lo menciona en el cuerpo de la nota: El pasado 22 de diciembre, los delincuentes, de 
nacionalidad colombiana, se colaron en la casa del empresario. El Mundo coloca la información 
en sus breves sin mencionar nacionalidades en ningún espacio Detenidos por estafar a un joyero. 
En el caso de los inmigrantes colombianos, a diferencia de los ecuatorianos, es más evidente 
el tratamiento de los otros como enemigos que desestabilizan la convivencia ciudadana. Al hilo de 
las imágenes sobre los países de origen, sucede con Colombia que la mayor parte de las 
informaciones en la prensa nacional están ligados a la guerrilla, la delincuencia, la corrupción 
institucional y el narcotráfico. Se produce entonces una coherencia global entre las notas referidas a 
los inmigrantes colombianosen el España como extensión de la imagen de Colombia. En este caso, 
la alteridad colombiana viene dada de la mano de las argumentaciones que provocan el miedo, el 
rechazo ante el extranjero que viene a delinquir. Como afirma Reguillo: “Colombia se ha 
convertido para los gobiernos y la prensa latinoamericana (y mundial) en la metáfora del horror: 
“riesgo de colombianización”, anuncian los grandes titulares de los periódicos a lo largo y ancho de 
la región, y ello significa caos, ingobernabilidad, violencia desmedida, narco-control de las 
instituciones, en una palabra, “colpaso de la institucionalidad. Y desde hace unos meses, 
“argentinización”, es el proceso temible que anuncia el deterioro económico, la corrupción de la 
clase política, la inviabilidad financiera, la parálisis. El riesgo de “argentinización” se dice, es la 
expropiación de toda idea de futuro” (Reguillo, 2002a: 32-33). 
Esta imagen mediática influye no sólo en la opinión pública española, sino que también es 
reconocida por los propios inmigrantes. En el estudio de Aparicio y Giménez se demuestra que los 
colombianos asumen que deben enfrentarse ante esta imagen a la hora de establecer las relaciones 
interculturales con la sociedad española. Los colombianos se consideraban tratados ante todo como 
colombianos, en segundo lugar, como inmigrantes y, en tercer lugar, como trabajadores. Con mucha 
menor frecuencia se consideraban percibidos en tanto que extranjeros o latinoamericanos. “Es 
interesante, porque si fuera cierto, indicaría que los españoles tienden a diferenciar unos 
latinoamericanos de otros, unos extranjeros de otros, y la condición de trabajador de otros niveles 
de estratificación social al estructurar sus relaciones con los inmigrados. Y posiblemente así son las 
cosas”. El estudio buscó saber si los inmigrantes colombianos pensaban que los españoles confían 
más, igual o menos que ellos respecto a otros inmigrantes latinoamericanos, o si consideraban que 
su nivel de educación es más alto, igual o peor, así como su actitud en el trabajo. Ante estas 
interrogantes los encuestados respondieron que piensan que los españoles consideran su actitud 
hacia el trabajo mejor que la de otros inmigrantes latinoamericanos; también que su nivel de 
educación es más alto; y sin embargo piensan que confían menos en ellos. “A primera vista esto es 
extraño: ¿por qué confían menos en aquellos a quienes se considera mejor dispuestos hacia el 
trabajo y de mejor nivel de educación? Pero en seguida se advierte que esa menor confianza puede 
deberse a otros rasgos negativos de su imagen de colombianos, devaluadores de lo representado en 
ésta por el nivel educativo y la actitud ante el trabajo. Y las frecuentes referencias de la prensa a 
actos delictivos cometidos por los colombianos invitarían a considerar la hipótesis de que entre esos 
rasgos negativos que los colombianos suponen se atribuyen a su imagen estuviera precisamente el 
de que entre ellos es frecuente la delincuencia. (…) Porque no es sólo que los encuestados piensen 
que los españoles les miran a través de una imagen contaminada por sospechas de cercanía a lo 
delictivo; es que ellos mismos, los colombianos encuestados, se miran a través de esa imagen” 
(Aparicio y Giménez 2003: 164-167). 
Se ha analizado antes la cobertura periodística sobre la inmigración ecuatoriana a raíz del 
accidente de Lorca tendiente a la argumentación compasiva. En el caso de los colectivos 
colombianos, las tematizaciones devienen de una argumentación más tendiente al miedo y el 
rechazo: 
1) La situación de la inmigración irregular ligada temáticamente a la violencia del país de 
origen: Los inmigrantes han denunciado el Gandia a un empresario temen represalias. En 
Colombia, si te amenazan, estás muerto (El País, 21 de enero de 2001), Una red llevaba 11 años 
colocando a “sin papeles” en hoteles de Tenerife y en el desarrollo se anota se lee que la policía ha 
detenido a 14 personas relacionadas con una empresa que durante once años se ha dedicado a 
captar a ciudadanos extranjeros, sobre todo de nacionalidad colombiana (…) entre los detenidos 
hay diez colombianos, un cubano y tres españoles.(El País, 14 de enero). El 12 de febrero El Mundo 
titula: La policía rechazó en Barajas a 3.712 extranjeros durante el año 2000. Y en el desarrollo de 
la nota dice: ... de los que 40% eran colombianos, un 26% procedían de Ecuador, el 3% eran 
chinos y el resto de otros países. ABC titula el 28 de marzo del 2001: Colombia dice que el visado 
sanciona a todos y los narcotraficantes son minoría. Un mes más tarde titula así una noticia: 
Esclarecen el crimen de un colombiano muerto a manos de un compatriota (21 de abril de 2001). 
Al mes siguiente, encontramos este titular: Capturan en España a un colombiano acusado de 
cometer una matanza en Bogotá (13 de mayo de 2001). 
2) El tráfico de drogas como tema recurrente en las informaciones: La cocaína incautada en 
Vinarós valdría en la calle 35,000 millones dice el titular del 14 de enero (El País), y en el cuerpo 
de la nota: “la investigación ha permitido detener a 22 personas (siete de ellos españoles, seis 
colombianos y nueve ecuatorianos, Desmantelada una red de cocaína que utilizaba una 
inmobiliaria de tapadera, y en el desarrollo se lee: … los agentes han detenido a 14 personas, 
todas de nacionalidad colombiana, a excepción de un ciudadano español (El País 27 de enero). El 
29 de mayo de 2001 ABC titula en la sección Madrid: Cae una red de «narcos» colombianos que 
actuaba a través de internet y hacía los pagos con esmeraldas. Unos meses más tarde publica: 
Viajaban con su hija de tres años para camuflar el transporte de cocaína (ABC, 22 de septiembre 
de 2001) 
3) La delincuencia, la violencia y los ajustes de cuentas: La policía desmantela una banda que 
intentó extorsionar a un joyero y en el cuerpo de la nota se lee: El pasado 22 de diciembre, los 
delincuentes, de nacionalidad colombiana, se colaron en la casa del empresario (…) Los cuatro 
detenidos, que están acusados también de dos robos con violencia, amenazas, detención ilegal y 
sustracciones de coches, fueron detenidos cuando salían de sus casas… (El País, 16 de enero), Los 
bomberos rescatan a un colombiano que llevaba diez días secuestrado (El País, 18 de enero de 
2001). España apresa al asesino de once colombianos (ABC 14 de mayo de 2001, internacional) 
Sicarios y peligrosos delincuentes detenidos en una de las mayores acciones contra bandas 
colombianas (ABC, 25 de noviembre de 2001) Desmantelan una peligrosa banda de colombianos 
que asaltó más de cincuenta chalés y pisos (ABC, 28 de junio de 2001). El Mundo publica el 1 de 
febrero: Nueve colombianos detenidos por atracos y homicidio. 
4) Las informaciones sobre Colombia relacionadas con la guerrilla, la corrupción y la extrema 
pobreza: La guerrilla colombiana ELN secuestra al campeón latinoamericano de motociclismo 
(ABC, 4 de enero de 2001), “Aumentan las víctimas de paramilitares. La violación de los derechos 
humanos en Colombia, ya sea por parte de los instrumentos del Estado, de la guerrilla, de los 
paramilitares o de los narcotraficantes, es una constante cotidiana que convierte a este país en el 
peor de la región (ABC, 27 de febrero de 2001), Campesinos de zonas pobres de Colombia regalan 
a sus hijos a turistas para evitar que se mueran de hambre (ABC, 27 de enero de 2001), Colombia, 
en el umbral del espanto (El Mundo, 16 de marzo de 2001). La “internacional” del terror se cita 
en Colombia ... la detención de tres miembros del IRA en el aeropuerto bogotano de El Dorado 
después de haber estado más de un mes en la zona desmilitarizada de las FARC (ABC, 16 de 
agosto de 2001). ETA podría estar en Colombia instruyendo a la guerrilla del ELN (ABC, 20 de 
agosto de 2001) 
 
 
«Emigrantes españoles» vuelven de Argentina 
 Los inmigrantes argentinos han sido desde siempre la primera mayoría latinoamericana en 
España. Sólo en 1997 fue superado su número por el de peruanos y dominicanos en las cifrasde 
residentes extranjeros. Paradójicamente, durante los tres años siguientes se notó un descenso de sus 
efectivos. De 17.200 en números redondos, se bajó a 17.000 en 1998, a 16,300 en 1999 y a 16,600 
en el 2000. Sin embargo, la crisis del año 2001 revirtió esta tendencia y después de mucho tiempo 
los argentinos volvieron a emigrar a España. La contabilidad de ese año descubre un incremento de 
4.000 personas y al año siguiente, de casi 8.000. En total, para el año 2002 figuran cerca de 28.000 
los argentinos con permiso de residencia en España. 
A diferencia de los otros colectivos, el discurso público reflejado en la prensa sí que fue 
constatando tanto la crisis económica como la salida de los argentinos de su país. La presencia de 
los inmigrantes argentinos en España vienen condicionada, a diferencia de los otros colectivos por 
un proceso de miradas más directas hacia el otro lado del Atlántico. Los argentinos aparecen como 
más cercanos, en varios niveles: como hermanos, como hijos o nietos; pero también como socios 
comerciales, como clientes de empresas y al mismo tiempo como amigos políticos. El seguimiento 
del año 2001 de las formas en que se piensa a los argentinos en España viene determinado por 
algunos ejes argumentales: 
1) Una de las miradas se corresponde con la percepción de las denuncias contra los militares 
argentinos, los recuerdos a las torturas, los procesos a los miembros del gobierno opresor, en la 
línea del recuerdo de la propia opresión sufrida en la historia reciente. Así se leen titulares como 
Nuevas denuncias judiciales contra militares en Argentina (El Mundo, 8 de marzo de 2001). Martín 
Prieto, en su columna de El Mundo del 8 de marzo de 2001 señala: Sentar en el banquillo de la 
Corte Suprema a Videla, Massera y Agosti devolvió la dignidad al Estado argentino”. Una sección 
se inscribe como: América Latina /Proceso a las dictaduras. Y titula la nota: Eduardo Freirre y 
Hugo Cañón / Fiscales argentinos. “Sin anular las leyes de impunidad no habrá Estado de 
Derecho en Argentina”. En El País del 14 de enero del 2001 se lee: El Juez admite en ‘El caso 
Cavallo’ la jurisdicción internacional de Garzón. La extradición a España del torturador argentino 
tardará un año. Ese mismo periódico publicaría otros días: El golpismo en el Cono Sur. La 
dictadura argentina iniciada en 1976 surge de una larga tradición intervencionista en una región 
de regímenes militares. (Internacional, El País, 24 de marzo de 2001), La sombra de la “guerra 
sucia”. Dieciséis años después de que se condenase a los militares que integraron las tres primeras 
Juntas Militares de la dictadura, el país todavía vive las consecuencias. (El País, 24 de marzo de 
2001), La generación del silencio y el olvido. Sólo un 32% de los jóvenes argentinos menores de 25 
años saben que hubo golpe. (El País, 25 de marzo de 2001), Los torturadores argentinos usaron 
técnicas obtenidas de los franceses (El País, 16 de junio de 2001) 
2) Una segunda línea de argumentación se evidencia en la cobertura a las cuestiones sobre 
corrupción política. Generalmente en las páginas de opinión, pero también en las notas y reportajes 
se descubre este tema en las publicaciones. Así, por ejemplo, se lee: La comisión argentina que 
investiga el ‘lavado’ de dinero confía en llegar al fondo de la corrupción. (El País, 15 de mayo de 
2001), Los trapos sucios de la expansión española. La investigación del Congreso argentino sobre 
lavado de dinero implica cada vez más a ex directivos de Telefónica (El País, 21 de mayo de 2001). 
En Siglo veinte cambalache... Luis Ignacio Parada se pregunta: ¿Será posible que los economistas 
que apoyan una nueva moneda para Argentina, ahora que el respaldo ha sido sustituido por el 
crecimiento con estabilidad, no conozcan lo que dice la pragmática de Carlos III que explica cómo 
se hacen las trampas desde el poder? A lo mejor tampoco saben que el peso argentino de hace 102 
años valdría hoy diez billones si una reata de políticos adictos al tango no llevaran una siglo 
practicando el cambalache. (El Mundo, 27 de diciembre de 2001). Hacia el final del año se lee: 
Mientras hago cola, un político roba. (El País, 9 de diciembre de 2001) 
 3) Pero sin duda, la principal preocupación reflejada en la prensa nacional española sobre 
Argentina durante este año ha sido el problema de la crisis económica. Esta se ha visto no sólo 
como un problema de este país, sino también como un suceso que preocupa a España. Ejemplos de 
esta idea se encuentran en publicaciones como: Estados Unidos acusa de blanqueo de dinero a un 
ex socio de Telefónica Argentina (El Mundo, 1 de marzo de 2001), Los trabajadores de Recol 
ocupan la embajada española en Buenos Aires (El Mundo 2 de marzo de 2001), La agonía 
argentina titula y dice “Siglo XX cambalache, problemático y febril...” El cambio de siglo no ha 
hecho caducar la letra de este tango: Argentina sigue en crisis. (El Mundo 4 de marzo de 2001), 
Los inversores argentinos vuelven a confiar en Argentina. (El País, 28 de enero de 2001), América 
Latina frente al fantasma de la dolarización. La introducción del ‘billete verde’ en Ecuador y El 
Salvador reabre la polémica sobre el posible abandono de las monedas nacionales. (El País, 11 de 
febrero de 2001), Argentina se prepara para vivir una semana de huelgas contra la política 
económica ultraliberal. El presidente De la Rúa trata de recomponer su Gobierno tras dimitir la 
mitad de su equipo por las radicales medidas económicas del nuevo ministro, López Murphy. (El 
País, 18 de marzo de 2001), Decenas de miles de personas protestan en Argentina contra el duro 
plan de ajuste. El parlamento aprueba una ley para frenar la constante fuga de capitales del país. 
(El País, 31 de agosto de 2001), El pánico se apodera de Argentina (El País, 2 de diciembre de 
2001), Atrapados en el ‘corralito’ (El País, 30 de diciembre de 2001) 
 4) Las implicaciones directas de España en la crisis argentina es también motivo de 
cobertura periodística. Algunos ejemplos: Parlamentarios argentinos amenazan con bloquear las 
inversiones españolas. (El País, 1 de junio de 2001), España atrapada en la crisis argentina. Los 
inversores confían en el país suramericano pese a los brotes de manifestaciones antiespañolas. (El 
País, 10 de junio de 2001), La amenaza de una devaluación en Argentina hunde la Bolsa española. 
(El País, 19 de junio de 2001), España mantiene su crédito en Argentina. La campaña desatada por 
algunos sindicatos y medios de comunicación contra la imagen de España no ha calado entre la 
opinión pública. (El País, 24 de junio de 2001), Trabajadores argentinos arrojan huevos contra la 
sede de Telefónica en Buenos Aires (El País, 6 de agosto de 2001, fotografía en Internacional), Las 
empresas españolas respaldan el nuevo plan económico del Gobierno argentino para sacar al país 
de la recesión. (El País, 6 de noviembre de 2001), Aznar aconseja a los argentinos resolver la crisis 
con la Constitución (El País, 22 de diciembre de 2001), EEUU pide a Argentina que se ajuste a los 
criterios del Fondo Monetario (El País, 22 de diciembre de 2001), Felipe González se interesa por 
la crisis (El País, 22 de diciembre de 2001), Las empresas españolas se protegen ante una posible 
devaluación (21 de diciembre de 2001). Piqué llega hoy a Buenos Aires. El ministro español de 
Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se convertirá en el primer político extranjero que se entreviste con 
el nuevo presidente argentino, Rodríguez Saá.(...) La visita, anunciada hace varios días por el 
Gobierno español en un intento de respaldar Argentina en los momentos de crisis, concluirá 
mañana en la capital del país. El Gobierno español ha querido dejar claro que nuestro país está 
muy pendiente de la evolución de la crisis económica que sufre Argentina. España es el segundo 
país inversor allí, solo superado por Estados Unidos. Cerca de quinientas empresas con capital 
español están implantadas en el país austral. Como informó ABC, no han sido pocaslas voces que 
se han comenzado a levantar en Argentina en contra de lo que consideran una “excesiva 
influencia” de España en la economía y hasta en la política argentinas. La visita de Felipe 
González a De la Rúa horas antes de su renuncia y la felicitación de Aznar a Rodríguez Saá 
cuando la Asamblea aún no le había ratificado, levantaron esas suspicacias que ahora Piqué 
quiere restañar. (ABC, 27 de diciembre de 2001). 
 5) La emigración como vía de solución a la crisis económica obtiene protagonismo en la 
coherencia global de las informaciones: Irse de aquí. La degradación en la subsistencia y el 
desencanto con el Gobierno impulsan un nuevo exilio argentino (El País, 14 de marzo de 2001), 
Todo por la Madre Patria. Cuatro argentinos hijos de españoles explican sus razones para 
marcharse de su país e ingresar al ejército español. (El País, 17 de junio de 2001), Argentinos 
hacen cola en la embajada española para emigrar. (El País, 25 de junio de 2001, una fotografía) 
 6) En la línea de las preocupaciones, aparecen informaciones que recuerdan algunas ideas 
para el imaginario español. El recuerdo reciente de las anteriores migraciones españolas hacia 
Argentina: Cuidemos las relaciones entre España y Argentina. Cartas al director: Guillermo 
Schavelzon. Lo que está sucediendo con Aerolíneas Argentinas pone en riesgo no sólo inversiones 
millonarias de España en Argentina, sino también una historia que debemos cuidar. Los españoles 
siempre fueron bien vistos en este país, donde recibimos una enorme migración de gente sencilla y 
trabajadora a quienes hemos visto progresar y tener hijos y nietos tan argentinos como cualquiera. 
Y también intelectuales brillantes, que dieron lo mejor. No existió nunca, como sucede en México, 
cierta reacción popular, peyorativa (“gachupines” les dicen), por quienes hace cinco siglos ‘nos 
conquistaron’. Aquí es al contrario; lo peor que ha sucedido es la pésima costumbre de llamar 
‘gallegos’ a todos los españoles, apelativo que se utiliza con cariño e ingenuidad, aunque les duela 
con razón a los catalanes.(...) Todo está en juego, porque nadie entiende qué pasó con Aerolíneas 
Argentinas ¿Es que nadie desde España puede explicarlo? (El País, 7 de junio de 2001). 
 7) Con este talante, la instalación de los inmigrantes argentinos, a diferencia de cómo 
aparecen los ecuatorianos o colombianos son referidos en un tono más amable, con calidez incluso, 
con la idea de recibir a los nietos de los españoles, a los provenientes de la clase media más 
castigada por la crisis (sin recordar que en el caso de otros latinoamericanos, la situación es similar: 
los que llegan a España son mayoritariamente los pertenecientes a clases medias castigadas por las 
crisis económicas). Un reportaje publicado en ABC a finales de año es un buen ejemplo de esta 
idea: Crisis en argentina: Consecuencias. Emigrantes españoles emprenden el viaje de vuelta. La 
clase media, que aporta buena parte de los ingresos fiscales, la más afectada por la situación. 
Madrid, Aurelio Medel. Abilio ha dejado a su mujer y su hijo de 18 años en Buenos Aires. Espera 
traerlos antes de tres meses, una vez que él haya visto como están realmente las cosas en España. 
Si pueden comprar una casa con los ahorros o vivir de alquiler, si su hijo puede tener aquí un 
trabajo, en Argentina trabaja en una gasolinera, y si su pensión de 140,000 pesetas al cambio le 
puede dar para mantener la familia.Asegura que se marcha cansado de tanta inseguridad, teme por 
la vida de su hijo, que todos los días arranca de casa para ir a trabajar a una ciudad donde cada 
día hay más pistolas en la calle (...) El caso de Abilio no es el único. Las propias autoridades de 
Buenos Aires reconocen que hay muchos nietos de abuelos españoles que llegaron a Argentina a 
comienzos del siglo XX y después de la guerra civil española que están volviendo, después de que 
todos los esquemas de la Argentina rica y próspera se hayan roto.(...) La situación es más que 
alarmante, realmente hay gente que pasa hambre, algo inaudito en un país que fue capaz de ayudar 
a España a salir de la hambruna tras la guerra civil. Hay regiones donde el número de parados y 
desocupados supera ampliamente el 40%.(...) La situación es tal, que la tradicional altanería de los 
argentinos está borrada por un pesimismo agónico: La ciudad de Buenos Aires no ofrece la 
estampa navideña de otras ocasiones, apenas si hay adornos navideños. No están para fiestas. 
Abilio volverá por ellos. (ABC, 27 de diciembre de 2001) 
 Con el cambio de año y la agudización de los problemas económicos argentinos, estas 
tendencias se hacen más evidentes. La crisis es vista en España muy cercana, ya no sólo es cubierta 
en las páginas de economía sino que acceden a las primeras páginas, las de internacional. Los 
reportajes sobre las recientes migraciones hacia España se cubren en esta línea y los reportajes 
sobre la instalación de argentinos en Madrid o Barcelona se suceden más cotidianamente, en un 
tono más distendido y amable que en los casos de ecuatorianos y colombianos. 
 
 
¿Cómo mirarnos? En busca el periodismo intercultural 
 Las sociedades modernas se caracterizan por un pluralismo cultural, que hace difícil 
establecer cuáles son las fronteras culturales o los criterios de diferenciación cultural. Lo que 
evidencia la inmigración es la convivencia con otros (Rodrigo, M.: 1999). La definición de esta 
otredad es relacional, por lo que pensar y hablar del otro implica pensarse a sí mismo y hablar de sí 
mismo; pero los límites entre uno y otro son múltiples y las combinaciones de criterios que se 
pueden dar en una persona en concreto son enormes. La cultura no es sólo conducta manifiesta, sino 
también ideas, creencias, valores subyacentes a esas conductas, también es un determinado modo de 
interpretación de la realidad, es decir, es dar sentido a la realidad pues en la cultura existen aspectos 
conductuales pero también cognitivos estrechamente relacionados (Malgesini, G. y Giménez C.: 
2000). 
La sociedad española mira a esa alteridad migratoria pero también se mira a sí misma. Se 
producen entonces relaciones formales y simbólicas entre la sociedad de recepción y los 
inmigrantes que se incorporan al panorama demográfico. Los españoles generan discursos sobre la 
inmigración para conocerlos y (re)conocerlos, pero también para conocerse a sí mismos y 
(re)conocerse. Los inmigrantes son su realidad pero también lo que se dice de ellos y lo que se 
piensa de ellos. Uno de los espejos donde se reproducen estas representaciones es el discurso 
mediático. Como apuntan Rodrigo y Gaya (2003), la información etnocéntrica o los denominados 
malentendidos interculturales, que afectan la mirada sobre otras culturas, están presentes en la 
construcción periodística. Los medios de comunicación, o más concretamente el trabajo del 
periodista construye las otras culturas y por lo general lo hace de manera incompleta, apelando a 
estereotipos simplificadores, reduccionistas e incluso estigmatizadores: el otro, por el hecho de 
serlo, es diferente. La incidencia de lo que Rodrigo (1999) ha definido en otro momento como 
comunicación intercultural mediada, es decir, el contacto con otras culturas a través de los medios, 
es fundamental para entender cómo se forma y estructura el clima de opinión respecto a los 
inmigrantes latinoamericanos en España. 
Los periodistas, como los sociólogos o los antropólogos, son intérpretes del acontecer. “Sin 
embargo, su trabajo intelectual y productivo es bien distinto. Los periodistas, como los científicos 
sociales, llevan a cabo una actividad cognoscitiva, pero la equiparación entre ambos es engañosa. 
Así, por ejemplo, el sociólogo es un pensador que puede plantearse los problemas epistemológicos 
y metodológicos de su propio trabajo, mientras que el periodista aparece como una persona de 
acción que debe producir un discurso con las limitaciones del sistema productivo en el que está 
inserto”(Rodrigo, M., 2003). A diferencia delantropólogo, un periodista trabaja a contrarreloj, sin 
tiempo para detenerse en especificidades.16 Por otro lado, mientras que el primero suele escribir 
pensando en otros especialistas no necesariamente de su propia cultura, el periodista tiene una 
audiencia que necesita comprender, de acuerdo con sus propios marcos de referencia, lo que 
acontece, y para hacer comprensibles los acontecimientos, los medios los adaptan a los patrones 
culturales de su audiencia: “a pesar de que puedan existir distintas comunidades interpretativas en 
una cultura, los medios suelen aproximarse a la interpretación hegemónica o, al menos, fácilmente 
consensuable (…) así establecen un horizonte espacial cognitivo y emotivo por el que se crean unas 
fronteras que marcan los límites entre el “nosotros” y el “ellos”. Es decir, los medios llevan a cabo 
procesos de construcción identitaria”.(Rodrigo, M. y Gaya, C., 2003). 
Es imprescindible el análisis crítico de las prácticas periodísticas para señalar los «ruidos 
interculturales» que, en palabras de Estrella Israel (2000), serían las distorsiones que se producen en 
la representación informativa de los otros, es decir, en la construcción informativa de la diferencia. 
Los colectivos profesionales del periodismo lo reconocen. Prueba de ello han sido los acuerdos17 ya 
firmados de carácter propositivo en los que se demuestra un compromiso formal por eliminar estas 
prácticas y tomar una mayor conciencia de la responsabilidad social de los periodistas. Existen 
además observatorios18 de los medios de comunicación que intentan desde diversas posturas 
analizar el comportamiento de la prensa en la representación de los inmigrantes. Israel propone 
continuar en la línea de la formación de los periodistas en la comunicación intercultural, para 
Francisco Sierra un campo productivo de transformación de la cultura global en un sentido 
dialógico es la enseñanza de la comunicación. En la dinámica productiva de la información 
periodística es también fundamental proponer vías alternativas de acceso de las voces de los 
inmigrantes en el discurso público reflejado en la prensa. Son terrenos sobre los que hay que 
trabajar aún mucho más para avanzar en el entendimiento mutuo. 
 
 
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16 Ante una pregunta en torno a su especialización sobre el tema, la redactora del ABC que entonces cubría los asuntos 
sobre migración me confirmó que “le cayó” el tema circunstancialmente, ante lo cual ella intentó leer de aquí y de allá 
para ir enterándose de la situación pero que muchas veces al hilo de la vorágine de la producción periodística a veces se 
“cometen fallos” o simplemente, escribe la nota alguien de la redacción que no “controla” el tema. 
17 En mayo de 1997 periodistas de 70 países debatieron el papel de los medios en la construcción de una sociedad 
democrática y multicultural. El 5 de abril del 2000 casi una treintena de medios de comunicación vascos firmaron un 
protocolo de adhesión con instituciones públicas y no gubernamentales para proteger la cultura, los derechos y la 
imagen de los inmigrantes en el tratamiento de la información. Por su parte, el Grupo Periodismo Solidario del Colegio 
de Periodistas de Cataluña propuso un Manual de Estilo para el tratamiento periodístico de las minorías. 
18 Véanse los estudios de CIPIE/Fundación Iberoamérica Europa, los análisis de Mugak, los informes RAXEN, así 
como el Observatorio Europeo del Racismo y las propuestas de grupos interuniversitarios como Migracom o el Grupo 
Comunicación y Cultura de la Universidad de Sevilla. 
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