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Tendencias en la representación de los inmigrantes latinoamericanos en la prensa nacional española. Colombianos, ecuatorianos y argentinos: ¿iguales o diferentes? Jéssica Retis Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset Introducción: Este trabajo es parte de una Tesis de Doctorado1 que analiza la construcción de la imagen de la inmigración latinoamericana en España. Cinco son los presupuestos que orientan mi investigación. En primer lugar, el reconocimiento de que la evolución de la diversidad de nacionalidades latinoamericanas emigradas en este país deben ser analizadas en un marco global, considerando tanto las condiciones de expulsión de los países de América Latina como los contextos de recepción en España. En segundo lugar, la comprobación de que la naturaleza real de estos flujos es menos evidente que su naturaleza simbólica, esto es, de su imagen mediática. En tercer lugar, el reconocimiento de la existencia de un debate social en torno a la inmigración extracomunitaria en el que son muchos los actores que tienen algo que decir, pero que debido a las características estructurales de la sociedad española son sólo algunos pocos los que se hacen escuchar. En cuarto lugar, el peso de los medios de comunicación como formadores de la opinión pública en tanto que difunden informaciones que orientan las percepciones colectivas sobre la alteridad y, por ende, sobre la identidad. En el caso de los inmigrantes latinoamericanos no es sorprendente por tanto que de los ecuatorianos se perciban más ciertas condiciones socioeconómicas como su situación de explotación laboral o su subdesarrollo cultural, que es visto con paternalismo compasivo en la mirada autóctona española; de los colombianos, se perciban más la imagen de la violencia tanto en las noticias del país de origen como por las informaciones sobre sus inmigrantes: sicarios, narcotraficantes, delincuentes comunes, prostitución y demás temas ligados al conflicto social y que son vistos con una mirada española aterrorizada y desconfiada. En el caso de los inmigrantes argentinos, sin embargo, se percibe otra categoría referencial, más cercana, son españoles retornados, o sus hijos, o sus nietos, y son vistos con una mirada fraternal y familiar que rescata la naturaleza de la clase media abatida por la crisis o de artistas e intelectuales arrojados por imposición política. Tres talantes diferenciados para mirar alteridades que arriban en aviones, y no en pateras, a los aeropuertos españoles. El quinto hilo conductor de esta investigación rescata la necesidad del periodismo intercultural en el trabajo cotidiano. Necesitamos conocernos más para comprendernos y en este conocimiento mutuo los medios de comunicación tienen una especial responsabilidad. A la “conquista” de la Madre Patria La evolución de la inmigración latinoamericana en España ha estado condicionada por factores estructurales y coyunturales a ambos lados del Atlántico. De aquel lado, los latinoamericanos han emigrado de sus países desde la segunda mitad del siglo pasado como un eslabón final de una cadena que antes supuso tránsitos limítrofes y más anteriormente desplazamientos del campo a la ciudad, originados por las fuerzas de la industrialización temprana que propició el acelerado crecimiento de las ciudades en detrimento del sector agrícola (Pellegrino, 2003). Aunque Estados Unidos ha sido el destino preferencial, España empezó a cobrar importancia 1 Esta investigación es posible gracias al apoyo del Convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura y Deporte y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset. hace un par de décadas en un proceso que se ha ido acelerando en los últimos cuatro años. Algunos autores los han llamado los preferidos del siglo XXI para explicar que su irrupción en el panorama español se debe, entre otros muchos factores, a una evidente voluntad política y a las preferencias sociales tanto en la opinión pública como en el sector empresaria.l2 Los especialistas en migraciones reconocen también que España es un claro latecomer3 y que esta conversión no ha sido sencilla. Para Herranz (1998) los contextos de recepción han sido tan determinantes como los factores de expulsión de los países latinoamericanos, las características socioculturales, o las estrategias colectivas o étnicas que desarrollan los emigrados frente al contexto que encuentran.4 Así, si contraponemos estos contextos de recepción con la evolución de los flujos migratorios latinoamericanos entenderemos por qué en los primeros momentos se produce un clima más favorable y posteriormente se produce un ambiente de menor aceptabilidad frente a los inmigrantes. A mediados de los setentas el proceso de democratización de España y su integración al espacio económico trasnacional atrajo la penetración de capital extranjero y tecnología punta, generando un desarrollo económico que permitió dejar la condición de semiperiferia europea y acceder al estatus primer mundista. La consecuencia: se convirtió en un país atractivo para la inmigración laboral extranjera. La demanda de una nueva organización de la producción implicó la expansión acelerada del sector servicios y la concentración de la actividad económica en ciudades globales5 como Madrid o Barcelona. La nueva demanda laboral repercutió en la inmigración en dos sentidos: por un lado, trabajos altamente cualificados y técnicos y por otro, trabajos de baja cualificación profesional como limpieza, mensajería, hostelería y servicios en general. El inicio del proceso coincide con el primer flujo de inmigrantes latinoamericanos; los correspondientes al exilio político. En las contabilidades de los que vienen (véase el gráfico 1) aparecen como primera mayoría los argentinos y por extensión los provenientes del Cono Sur, aunque también se cuentan cubanos y venezolanos entre los grupos más numerosos. Son básicamente de procedencia urbana, con un equilibrio en la composición por sexo y niveles de estudios superiores a la media autóctona y con una tendencia al trabajo por cuenta propia superior a otros extranjeros. El que entonces no existiera una relación biunívoca entre titulación y puestos de trabajo permitió que estos latinoamericanos entraran con relativa facilidad en empleos del sector terciario. Con el paso del tiempo, los trabajadores nativos incrementaron su preparación profesional para copar estas plazas en su mayoría, dejando al margen a los inmigrantes. A finales de los ochenta la desaceleración de la economía y el incremento del paro produjeron una situación de crisis generalizada. Y aquí Herranz ubica el inicio del segundo contexto de recepción, en la que la mano de obra inmigrante se retrae a puestos de trabajo de baja cualificación, los que la población autóctona rechaza, y parece permanecer en ellos casi exclusivamente. A estos cambios en el entorno económico-laboral hay que sumarle también el entorno de la política de inmigración española que ha determinado una parte fundamental de este nuevo contexto en el que 2 El peso de la inmigración en España ha estado distribuido de la siguiente manera: en los años ochenta fueron mayoritariamente europeos los que vinieron al país, en los noventas la primera mayoría fue asumida por los marroquíes y por extensión, los africanos. De 1991 ha 2001 el peso de los iberoamericanos ha subido en cuatro puntos porcentuales (de 23% a 27%). Esta vitalidad presagia un incremento mayor que está impulsado sobre todo por los dos últimos procesos de regularización y sobre todo a un decidido impulso desde el ámbito político como por ejemplo, la firma de los convenios bilaterales con Ecuador, Colombia y República Dominicana (Izquierdo, A. López, D. y Martínez, R. 2002) 3 En relación a los early starters europeos que, según indica Arango (2002), son países con una mayor tradición de recepciónde inmigración y que han experimentado el proceso de manera más paulatina que lo que sucede con España. 4 En la línea de Alejandro Portes, Herranz asume que esta incorporación en la nueva sociedad depende sólo parcialmente del capital humano de los inmigrantes, así como de sus motivaciones, habilidades o cualificaciones. Existen otros factores que determinan el uso de estos recursos personales y que no son controlables por los individuos, son contextuales. Diríamos pues que a los inmigrantes latinoamericanos les ha favorecido en mayor o menor medida el contexto de la sociedad española. Y este no ha sido en mismo en el transcurso de las décadas recientes. 5 Ejemplos claros de lo que Saskia Sassen (citado por Herranz, 1998) propone como ciudad global, es decir, entornos urbanos en los que el desarrollo económico ha devenido en el crecimiento del sector servicios avanzados para la gestión y control de la economía en los circuitos internacionales provocando una polarización de la estructura ocupacional. Es decir se demanda de manera consistente trabajadores altamente cualificados y, paralelamente, trabajadores poco cualificados se insertan los inmigrantes latinoamericanos. La incorporación de España a la Comunidad Europea vino precedida se la Ley 7/1985 que se corresponde con la opinión europea del malestar sobre la inmigración extracomunitaria. A partir del endurecimiento de su aplicación, en 1991, con la política de cupos, y el incremento de los controles de entrada, se produjo el giro contextual. Hasta entonces, para los latinoamericanos no era indispensable tener acceso a la legalidad de su residencia y podían trabajar de manera informal acumulando un cierto capital sin temor a la expulsión. La exigencia de los recursos económicos y posteriormente del permiso de visado para entrar al país constituye un nuevo panorama de llegada. En este segundo contexto de recepción se produce el segundo flujo de inmigrantes latinoamericanos. Gráfico 1: Residentes latinoamericanos en España por nacionalidades (1975-2002) 0 20.000 40.000 60.000 80.000 100.000 120.000 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2001 2002 Argentina Brasil Bolivia Colombia Cuba Chile Ecuador México Perú Rep. Dom. Uruguay Venezuela Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Ministerio del Interior, Dirección General de la Policía, elaboración propia En América Latina, la década perdida elevó las cifras de emigrantes hacia fuera de la región; los años noventa reprodujeron las condiciones, y los flujos que se dirigieron hacia España tuvieron más razones económicas que políticas. Como se aprecia en el Gráfico 1, durante los primeros años de los noventa, a los inmigrantes del Cono Sur se suman los del Caribe y el Area Andina, especialmente provenientes de Perú y República Dominicana. La fuerte concentración en zonas urbanas, su incorporación al mercado laboral en los sectores de servicios, especialmente de servicio doméstico y cuidado de ancianos y niños, propició una elevada feminización en las etapas iniciales.6 Los latinoamericanos se caracterizan por poseer en general un nivel cultural en su conjunto superior al de otros colectivos extracomunitarios,7 lo que indica una alta selección en relación a su cualificación. Sólo el colectivo dominicano tiende a ser originario de áreas más rurales y de menor nivel de instrucción. El cambio de signo político en el gobierno en 1996, supuso también una nueva percepción de la administración pública sobre la gestión de la inmigración. El comienzo de la era latinoamericana supuso la evidencia de una apuesta preferencial. La influencia de la inmigración en la dirección del voto8 tuvo un pulso importante en las elecciones municipales tras los sucesos de El Ejido. A partir 6 Con el asentamiento de los primeros llegados y el establecimiento de las redes se tiende a la equiparación de los géneros. 7 LABRADOR, J. (2001), APARICIO R. y GIMENEZ, C (2003), GÓMEZ, E. (2002, 2002a, 1998), LÓPEZ de LERA, D. (1995). 8 La emergencia del debate entorno a la inmigración extracomunitaria en períodos previos a los procesos electorales es una muestra evidente de la rentabilidad política de este tema puesto en las agendas de discusión de los partidos. Si tomamos como referencia los calendarios de elaboración y promulgación de las medidas legislativas sobre esta materia desde 1985 podemos confirmar esta idea. de entonces, las fuerzas políticas toman el talante del clima de opinión respecto a la inmigración al dirigir sus comportamientos. En un trabajo reciente, Izquierdo y López de Lera enfatizan su tesis de las preferencias por los latinoamericanos. Las decisiones políticas que han tenido más trascendencia en la población extranjera radicada en España son los procesos de Regularización y la Documentación por Arraigo y, según éstos, “los latinoamericanos incrementan su talla en el universo de la inmigración en España (tenga o no el estatuto legal) y a la par, consiguen tasas de reconocimiento claramente superiores a la media, lo que va a redundar en un peso acrecido entre los inmigrantes legales” (Izquierdo, A. y López de Lera, D, 2002: 20). Otros indicadores de la posición preferencial de los latinoamericanos viene de la mano de los procesos de naturalización9 derecho al que los latinoamericanos pueden acceder después de dos años de residencia legal en el país; por otro lado, las evidencias que recogen los sondeos de opinión sobre las preferencias de la sociedad española en la convivencia con los inmigrantes extracomunitarios, denotan que existe menor escepticismo en el trato con los iberoamericanos. Tabla 1: Comparación de “simpatía” de los inmigrantes por región de origen Voy a leerle una lista de personas de varios países o regiones del mundo. Dígame, por favor, en una escala de 0 a10, la simpatía que Ud. Siente por cada uno de ellos, teniendo en cuenta que 0 significa “ninguna simpatía” y 10 “mucha simpatía Media Media Media Media Media 1996 2000 2001 2002 2003 Norteafricanos (marroquíes, etc.) 6.0 6.0 5,9 4,9 5,3 Africanos (resto del continente) 6.3 6.4 6,3 5,5 5,9 Norteamericanos 6.2 6.3 6,1 5,5 5,5 Europeos del Este 6.6 6.6 6,5 5,7 5,8 Portugueses 6.7 6.7 6,7 6,2 6,5 Otros europeos occidentales y de la UE 7.2 7.2 7,1 6,7 7,1 Latinoamericanos 7.2 7.1 7,1 6,5 6,6 Fuente: Tomado de PEREZ-ALVAREZ-GONZÁLEZ (2002) Basado en datos del CIS, Barómetros sobre inmigración 1996-2000. A partir de 2001 los datos han sido tomado de los informes de CIS, Barómetros 2001,2002,2003. Las (re)presentaciones discursivas de los inmigrantes latinoamericanos en España Nunca como hoy las condiciones económicas, políticas y sociales se han enfrentado tanto en la configuración de los movimientos de población a nivel internacional. En primer lugar, la desigual distribución de la riqueza en el mundo polariza las condiciones de vida de los países. En segundo lugar, las condiciones sociodemográficas de las zonas más desarrolladas ha propiciado el envejecimiento de sus comunidades que corren el riesgo de contar a la baja a sus ciudadanos sin la inyección de nuevos pobladores extranjeros. En tercer lugar, el mercado laboral de estas economías ejerce un «efecto llamada» de trabajadores y mano de obra barata; en algunos casos, como el español, por ejemplo, la preexistencia de los sectores informales de la economía se convierten en colchón de llegada de inmigrantes cuyo nivel de aceptabilidad laboral es inferior al de los trabajadores autóctonos. Sin embargo, estas condiciones sociales y económicas se enfrentan en el plano jurídico y político, en donde surge la idea generalizada de que las políticas migratorias deben ser restrictivas, según criterios selectivos sobre los países de origen, y en dimensiones controladas. El panorama no es sencillo, los flujos de inmigrantes continúan en aumento porque la economía o las condiciones sociales los llaman perolas condiciones políticas restrictivas y de control de flujos y 9 Según los datos de la web de extranjería del Real Colegio de Abodados de Zaragoza, existen convenios de doble nacionalidad con Chile (1958), Perú (1959, modificado en 2000), Paraguay (1959, modificado en 1999), Nicaragua (1961, modificado en 1997), Guatemala (1961, modificado en 1999), Bolivia (1961, modificado en 1961 y 2000), Ecuador (1964, modificado en 1995), Costa Rica (1964, modificado en 1997), Honduras (1966, modificado en 2002), República Dominicana (1968, modificado en 2002), Argentina (1969, modificado en 2001) y Colombia (1979, modificado en 1998): véase: http://www.extranjeria.info/inicio/intex.htm. stocks, parecen generar por sí mismas una realidad innegable: el aumento de la inmigración irregular. En este contexto internacional se ha producido el incremento de la inmigración latinoamericana en España y existe un discurso científico que intenta describir, analizar y predecir este fenómeno. La mayor parte de los investigadores reconoce su volatilidad, su naturaleza cambiante y la imposibilidad de que los argumentos se sustenten permanentemente porque las cifras y los datos deben ser reevaluados periódicamente.10 Se advierte la necesidad de un análisis a largo plazo, de perspectivas comparativas, por ejemplo, con los países de Europa del Sur. Los analistas del entorno legislativo también advierten de las tendencias de la jurisprudencia en materia migratoria y la delicada situación a la que se enfrentan los inmigrantes que son orillados casi de manera consecuente por una legislación restrictiva: parece ser la misma ley la que genere inmigración irregular.11 Los avances en los estudios, las posturas analíticas y las críticas al comportamiento social tienen eco en las publicaciones académicas, en los congresos profesionales, en las aulas y en los foros de debate. Sin embargo, este discurso científico que intenta conocer más exactamente a los inmigrantes parece no tener suficiente eco en el discurso mediático. Algunos investigadores publican sendos artículos en prensa y, sin embargo, sus preceptos parecen no calar en el acontecer diario de las informaciones periodísticas. Este desfase entre el discurso científico y el discurso público dominante reflejado especialmente en las informaciones cotidianas vertidas en los medios de comunicación parece encontrarse en una espiral sin retorno: la naturaleza real de la inmigración latinoamericana se mira a través de un espejo opaco que deja traslucir sólo algunas características de algunos de sus componentes y ésta es la información que cala en la opinión pública. Teun van Dijk(1997) advierte que la mayor parte de nuestro conocimiento social y político, así como nuestras creencias sobre el mundo, emanan de decenas de informaciones que leemos o escuchamos a diario. Es muy probable que no exista ninguna otra práctica discursiva, aparte de la conversación cotidiana, que se practique con tanta frecuencia y por tanta gente como son el seguimiento de noticias en prensa y televisión. En consecuencia, los inmigrantes latinoamericanos en España son más conocidos y (re)conocidos por su presencia en los medios de comunicación que por la convivencia diaria.12 Se sabe de ellos lo que aparece en las noticias, los reportajes y las entrevistas a los políticos que asumen una postura y tienden a problematizar la presencia de estos extranjeros en España. El análisis crítico del discurso público reflejado en la prensa no se limita a las estructuras textuales. Estas estructuras señalan varios significados, opiniones o ideologías. Para demostrar cómo dichos significados subyacentes se relacionan con el texto, también refiere a un análisis del contexto cognitivo, social, político y cultural. Los textos no tienen significados por sí mismos sino que son los usuarios del lenguaje los que se los atribuyen. Así hablamos de representaciones cognitivas y estrategias de los periodistas en su producción de noticias. En la línea de Peñamarín (1997), lo que es interesante para el análisis es que el texto siempre se ubica entre los varios discursos sociales, se identifica con cierta perspectiva, con cierta forma de referirse y de concebir algo en un lenguaje, se distancia de unas perspectivas e ignora otras, lo que Bajtín (citado por Peñamarín) llamó cualidad dialógica del texto, que permite comprender los conflictos sociales en los discursos y la lucha por el “poder de nombrar”. Así descubrimos no sólo las formas en las que se (re)presenta a la inmigración latinoamericana en España, sino que también deducimos los procesos mentales que subyacen en estas formaciones léxicas, es decir, la ideología que permanece latente y que sustenta el discurso en sí mismo. Partimos del texto para descubrir la estructura sociocognitiva 10 Para el Colectivo Ioé (2002), el fenómeno migratorio en España es tan cambiante que un análisis basado en datos de dos o tres años atrás queda obsoleto y necesita ser actualizado. 11 Véanse los trabajos de DE LUCAS, J. (2002) y SONALES, A. (2003). 12 Si tomamos en cuenta la elevada concentración de la inmigración latinoamericana en zonas urbanas de Madrid y Barcelona y más recientemente en zonas rurales del litoral mediterráneo y las islas veremos que buena parte de la población española no convive directamente con iberoamericanos, aunque sí tienen una imagen simbólica formada por la información mediática. en varios niveles de la producción de los mensajes: en el estrato individual del redactor de la crónica, en el tipo de fuentes de información que utiliza en sus reportajes, en el modo en que un articulista emite su opinión o en la postura más empresarial que se desvela en los editoriales. El conjunto de estos discursos insertos en un periódico puede aparecer como una orquesta que toca en consonancia o, como lo descubre el análisis, puede producir incluso contradicciones. La inmigración latinoamericana, no es una realidad que se pueda contemplar sólo con abrir la ventana, es un fenómeno social que se construye colectivamente dotándole de unas características que no le son propias, es decir, no son constitutivas de su naturaleza, sino que resultan de una construcción simbólica que constituye al «inmigrante imaginado», como lo llama Enrique Santamaría (2002), en un proceso de constitución de una determinada figura social que tiene un alcance sociopolítico y cognitivo. En esta construcción simbólica de la realidad, el discurso de los medios es el motor del engranaje sociocognitivo de los pensares y decires sociales y de entre todos, la prensa es el corpus más coherente, como Gerard Imbert (1990) lo llama, es el discurso constituído que ofrece una coherencia interna y una visión del mundo formalmente estructurada; de ahí el cometido el periódico como marcador de identidad. Pero también es un discurso ambivalente en su pretensión referencial, como espejo pretendidamente objetivo de la realidad, y en su función mediadora también es un lugar estratégico de constitución del discurso social. En este marco, el inmigrante latinoamericano estaría (re)presentado, como anota Santamaría, como un actor simbólico, en un gueto sociocognitivo hecho de algunas convenciones. Así, lo que se percibe de su realidad es la imagen de la persona que genera un conflicto y constituye un valor noticioso: sicarios, trabajadores explotados, prostitutas, narcotraficantes, “ilegales”... Estas informaciones son presentadas, como demuestra Antolín Granados (2002) fuera de su contexto, en un alcance más bien local y sin profundizar la complejidad de un fenómeno. La inmigración latinoamericana es producto de múltiples factores en múltiples niveles y sin embargo, el cruce o intersección entre lo local y lo global raramente se produce en el género de la noticia. En un estudio sobre las migraciones en Andalucía y su reflejo en los medios, Granadosencontró que se tiende a presentar el lado negativo de la inmigración: se ignora sistemáticamente la información referida a las culturas y países de origen, las causas sociohistóricas que provocan las migraciones, las relaciones de dependencia de entre emisores y receptores; la dimensión global de la inmigración se supedita a la información sobre las cuestiones personales e inmediatas del inmigrante, su modo fraudulento de llegada, sus dificultades para insertarse en la sociedad “la realidad del inmigrantes es, así, desposeída de su dimensión espacio-temporal, vale decir, histórica, para quedarse en simple anécdota sensacionalista de cualquier titular de prensa”. La imagen del inmigrante latinoamericano se construye con muchas piezas unidas en el imaginario colectivo. Una de ellas es, por ejemplo, la imagen de los países de origen. Los hallazgos de Igartúa y Humanes (2002) sobre los “encuadres noticiosos” de la información publicada en 1999 sobre Latinoamérica y los latinoamericanos en El País, El Mundo, ABC y La Vanguardia, entre otras cosas, descubrieron que se aplicaron “estrategias discursivas” que fomentan una cierta correlación ilusoria al asociar Latinoamérica con acontecimientos y resultados de carácter negativo y escritos en un tono tenso.13 Otra pieza de este puzzle imaginario es la idea de Iberoamérica como una comunidad integrada, la figura de la Comunidad Iberoamericana de Naciones (CIN). Laura Ruiz Jiménez (2002) analizó la imagen que El País, ABC y El Mundo han difundido de las Conferencias Iberoamericanas de Jefes de Estado y Gobierno. En el estudio encontró que pese a las marcadas diferencias ideológicas existentes entre estos periódicos y su distinto posicionamiento ante las Cumbres, los tres difundieron los mismos estereotipos de los países latinoamericanos y coincidieron en el diagnóstico sobre cuáles son los escollos más serios a la consolidación de la CIN. España aparece siempre asociada a la modernidad económica, la estabilidad política y el bienestar 13 En cuanto a la imagen mediática de cada país, Colombia destacó en informaciones relacionadas con conflictos armados, defensa y accidentes. Algo similar a lo que ocurre con Venezuela, que se asociaba de manera significativa con la política y los desastres naturales. En el otro extremo encontraron a México, cuyas noticias versaban sobre temas más positivos y de carácter más distendido social mientras abundan las noticias y reportajes sobre los grandes problemas que afectan a los latinoamericanos14 Relaciones peligrosas: la emotividad en el discurso sobre los otros Se arma una idea de los países latinoamericanos, una idea de las relaciones de España y América Latina, una idea de los inmigrantes extracomunitarios. Se define una composición compleja y heterogénea sobre una alteridad simbólica. Y en este engranaje también influye la configuración de la identidad, de un nosotros españoles. Desde el proceso de modernización de España y más concretamente con la entrada a la Comunidad Europea, España ha comenzado a perfilar un modo de autopercepción más relacionado con la Europa desarrollada. Para Gerard Imbert (1993) “hablar del sujeto europeo es hablar de la relación entre el sujeto y el otro, del encuentro del sujeto con la alteridad (la diferencia, la otredad, la «extranjeridad»...). Es hablar de la emergencia de la conciencia europea, de un sujeto histórico (dotado de identidad –de un ser- y de modalidad –un poder- para retomar categorías modales, tal como las utiliza la semiótica)”. El sujeto europeo es un sujeto etnocéntrico, que habla y mira al otro desde una postura central, que sale al encuentro del otro para negarlo en cuanto tal o remitirlo a una imagen-representación. Dolores Juliano (1994) explica que el problema de la inclusión/exclusión en el caso de los latinoamericanos es particularmente interesante porque no presentan grandes diferencias ni en la raza ni en términos de códigos lingüísticos y tampoco se encuentran diferencias religiosas, por lo que la conceptualización de los latinoamericanos como extranjeros es más elaborada. La segregación social se construía en los ochentas acuñando el neologismo «sudaca» para señalar la condición de extranjería social. Juliano recuerda la propuesta de Barth cuando se trata de señalar límites étnicos, así la cercanía cultural no implicaría la desaparición, sino el desplazamiento de los límites de la estructura social a referentes simbólicos. Si las diferencias lingüísticas y religiosas no existen, y si las diferencias raciales no son tan extremas, entonces, otros son los criterios para definir estas alteridades. Como reconoce Marta Rizo (2001), la inmigración en los medios tiende a presentarse de dos modos. Por un lado, se induce al temor, mostrando a los inmigrantes como un peligro, como invasores de nuestro territorio, como una amenaza. Por otro lado, se tiende a mostrar la cara más dramática como su “lamentable” situación, su pobreza, sus dificultades, etc. “lo que induce a una reacción emotiva de compasión y piedad por parte del receptor”. Existe la tendencia tradicional a atribuir la función de “hacer saber” al género informativo, pero cada vez se tiende a pensar en este género como una hibridación, como un género “impuro” que añade a este “hacer saber”, a este informar, el entretener, y lo que es más significativo, el “hacer sentir”. A diferencia del racismo biológico, lo que existe hoy en día es un racismo cultural que conduce a la sobregeneralización de las diferencias y al olvido de lo común entre personas de culturas distintas, en palabras de Javier de Lucas: “la oposición maniquea entre nosotros y los demás, buenos y malos, prueba que, en las fases elementales de la organización social, necesitamos negar al otro para saber quiénes somos. La seguridad viene de la negación fundamental: nosotros no somos los otros, no somos los malos”.15 El otro es el que no pertenece a una cierta unidad social que se toma como referencia. Frente a esta unidad, el otro puede ser concebido como un enemigo, una amenaza, una figura que desestabiliza la sociedad preestablecida. Esta diferenciación entre el nosotros y los otros en el plano de los discursos se relaciona con lo que Teun van Dijk (1996) ha llamado el cuadrado ideológico: 1) intensificar la representación positiva 14 “Más allá de la igualdad proclamada es evidente que España se mira a sí misma con complacida superioridad y que los países latinoamericanos son percibidos como un grupo de naciones en vías de desarrollo, lejanas a nosotros (...) La consecuencia directa de esa buena imagen que España tiene de sí misma, y que se difunde permanentemente desde la reunión de Guadalajara, es que se autoconcede el papel de líder natural del espacio iberoamericano” (RUIZ JIMÉNEZ, 2002: 85). 15 citado en RIZO, M., 2001:5. sobre nosotros 2) intensificar la información negativa sobre ellos 3) mitigar la información positiva sobre ellos 4) mitigar la información negativa sobre nosotros. Antonio Bañón (2002) retoma esta idea y propone la caracterización de un hipergénero, el debate social, que alude, entre otros aspectos a: 1)la aparición pública de opiniones sobre un tema en un período de tiempo y que provoca el interés de amplios sectores de la sociedad, 2) la participación de diversos actores sociales, 3) la aparición de tipos discursivos diversos, 4) a pesar de la pluralidad de actores potenciales, no todos cuentan con la misma capacidad para trascender socialmente, 5) los tipos de discursos dependen de la posición del actor, de la valoración del objeto discursivo y del grupo de pertenencia del locutor, 6) la emergencia de debates sectoriales y de debates más amplios, 7) el surgimiento de un punto de confluencia de todos los tipos discursivos participantes en los medios de comunicación, especialmente en la prensa de referencia o de élite y 8)los altibajos en la intensidad que adquiere el debate social suele coincidir con determinados sucesos o eventos sociales, laborales o políticos, lo que, en palabras de la teoría de la agenda, supone la propuesta de temas para el interés de sus audiencias por parte de los medios. Veamos cómo podemos aplicar estos postulados teóricos al analizar la construcción de la inmigración latinoamericana en la prensa española. Tres son los momentos y tres las nacionalidades implicadas: el accidente de los trabajadores ecuatorianos en Lorca, la llegada de los sicarios colombianos a Madrid, y la crisis económica y los nuevos inmigrantes argentinos. Doce «ecuatorianos» muertos en Lorca Hasta 1995, los inmigrantes ecuatorianos habían mantenido un ritmo promedio de crecimiento anual en torno a las ciento cincuenta personas. En 1996 llegaron mil mas, lo que supuso incrementar la cifra a 2.900, en números redondos. El año siguiente, ya se contaban 4,100. En 1998 se incrementó a poco más de 7.000 y en 1999 se subió a poco menos de 13.000. Los datos de 2000 indican que residían en España casi 31.000 ecuatorianos con documentación en regla y para el año siguiente se suman ya casi 85.000. Este incremento de inmigrantes provenientes del Ecuador apareció de repente ante los ojos de los españoles: el 4 de enero del 2001 un tren arrolló una furgoneta en la que viajaban 12 de ellos. Eran trabajadores agrícolas que se dirigían a su jornada diaria de recogida de brécol. Los titulares de prensa dejan evidencia de la preocupación por la nacionalidad de los accidentados: Doce ecuatorianos mueren arrollados por un tren en Lorca (ABC), Doce ecuatorianos mueren al ser arrollados por un tren en Murcia (El País), Mueren doce ecuatorianos al arrollar un tren la furgoneta en la que viajaban hacinados (El Mundo). El titular es prácticamente el mismo en las portadas de los tres periódicos, salvo en el caso de El Mundo que resalta la idea de que los accidentados viajaban hacinados, dando la imagen de las paupérrimas condiciones de los inmigrantes. Durante cuatro días los tres tabloides dan cuenta del debate social originado. La coherencia global de las argumentaciones gira en torno a cuatro ejes temáticos: 1) Las deplorables condiciones en las que viajaban los trabajadores inmigrantes, 2) el destacado hecho de que hayan sido ecuatorianos, lo que trae a la palestra una nacionalidad nueva en el marco de la inmigración extracomunitaria, 3) la condición de irregularidad relacionada con la marginalidad y la consecuente explotación laboral, 4) la búsqueda literal y semántica del responsable concreto del accidente: el empresario que contrató a los jornaleros se convierte en el chivo expiatorio de las culpas. Tanto para El Mundo como para ABC estos acontecimientos tienen un valor noticia para la sección Sociedad (páginas 34 y 22 respectivamente), mientras que El País lo considera como un problema nacional, y por eso ubica las informaciones en la sección España (página 13). El accidente es presentado como un suceso que “descubre” una situación reciente: los problemas de los inmigrantes ecuatorianos. Así lo hacen saber los editoriales de los tres periódicos. El Mundo titula: Tragedia en Lorca: deben depurarse responsabilidades, ABC: La muerte a un paso, sin barreras, y El País: Paso mortal. La postura de ABC y El País es similar en cuanto a la presentación de los problemas; en ambos editoriales se reflexiona en primer lugar, la peligrosidad de los cruces y la necesidad de eliminarlos. Posteriormente se reflexiona en torno a lo que el accidente desvela: se trata de un suceso que además de recordarnos una deficiencia histórica de nuestra red viaria, nos golpea con otro dato aún más grave, relacionado con la explotación laboral de los inmigrantes, en este caso ecuatorianos: la furgoneta transportaba, como todos los días, a 14 personas hacinadas en un espacio habilitado para ocho. Entre los dos supervivientes figura, una niña de 13 años, que sustituía a su madre, lo cual es ilegal. Es urgente que Trabajo tome medidas para corregir estas condiciones laborales infames (El País).En el editorial de ABC se lee: el siniestro de ayer nos da también pistas de las lamentables condiciones en que algunos inmigrantes prestan su trabajo: catorce personas pendientes de regularizar su situación viajaban en una furgoneta de ocho plazas, entre las que se encontraba una niña de 13 años. Ésta, que salvó la vida, iba a sustituir a su madre (lesionada) como jornalera, “aprovechando” sus vacaciones. Un triste final para una vida demasiado triste. Vemos cómo en este texto se reproduce el tono compasivo del periódico ante el accidente y también surge la recreación de la situación particular de la niña que fue figura clave y recurrente en los tres periódicos analizados. La niña simboliza el extremo de la explotación laboral, de las miserables condiciones de trabajo, de la tristeza, el clamor a la compasión: La joven Nancy quería “ayudar a llevar dinero a casa”, (El País, 4 de enero 2001). El 5 de enero, los tres periódicos resaltan la fotografía de Nancy convaleciente y con vendas en la frente en la cama del hospital: ABC la destaca en su sumario, El País amplía el plano y deja ver la imagen de la madre y la hermana resaltando los rostros de tristeza, mientras que El Mundo traslada la misma fotografía de la Agencia EFE del ABC a su portada, y destaca en el pie de foto: Una niña ecuatoriana herida en el accidente de Lorca…. En la página 6 de ABC no aparece la fotografía pero sí un titular que dice: “¡Cuidado! que viene el tren”, gritó la niña de trece años herida en el accidente. El editorial de El Mundo del 4 de enero, descubre una propuesta aún más melodramática y propiciadora de emociones, al hilo del tratamiento compasivo: Era aún de noche. En una furgoneta con capacidad para siete personas, se hacinaban 14 que se dirigían a recoger brécol en una finca cercana. El conductor, ecuatoriano y seguramente poco conocedor de las señales de tráfico, no se percató del paso a nivel sin barreras (…) La más terrible (circunstancia) es la situación denigrante de las condiciones laborales y de transporte de algunos inmigrantes en España. No sólo se destacan las pésimas condiciones laborales, sino que además el conductor es propuesto como el otro, «ignorante» e «inepto» que no pudo o no supo reconocer el paso a nivel. En las tres argumentaciones propuestas en los editoriales, se denotan los términos del cuadrado ideológico: 1) Se intensifica la posición positiva de un nosotros españoles reconocedores del dolor y la tragedia ajena y acusadores de las miserables condiciones de trabajo de los inmigrantes, 2) Se intensifica la información negativa de ellos, los inmigrantes ecuatorianos, que llegan y se insertan en la marginalidad y sufren las vejaciones de la contratación ilegal, aunque también se apunta a los responsables de este accidente, los empresarios que contratan de manera fraudulenta a los irregulares (en todas las informaciones analizadas se resalta el hecho de que los fallecidos no tenían “los papeles en regla”), 3) Se mitiga la representación positiva de ellos, los ecuatorianos son sometidos a la explotación laboral con su anuencia, 4) Se mitiga la representación negativa de nosotros al identificar como único responsable al empresario y reclamando la intervención de la Inspección de Trabajo. La línea ideológica de los tres periódicos se evidencia más claramente en los editoriales y los artículos firmados ya que las crónicas y los reportajes no resaltan diferencias en el tratamiento informativo, en algunos casos, incluso es notorio el uso de los mismos textos de las agencias: En El País se lee: Los familiares y amigos de las víctimas siguieron el funeral desde la primera fila, asistidos en todo momento por un equipo de psicólogos de Cruz Roja y Protección Civil. Los 12 féretros, cubiertos con ramos de flores y decenas de coronas, se encontraban al pie del altar (…), en ABC: Losdoce féretros, cubiertos de ramos de flores y varias decenas de coronas, se encontraban al pie del altar (…). Los familiares y amigos de las víctimas siguieron el funeral desde la primera fila, asistidos en todo momento por un equipo de psicólogos de Cruz Roja y Protección Civil… Ambos textos son parte de reportajes que incluyen otras declaraciones pero que evidencian la utilización de las mismas fuentes de información. Estas prácticas periodísticas son comunes, y así aunque El País y ABC se definan como líneas editoriales distintas, es evidente que en la cobertura noticiosa se difuminan estas diferencias para construir un discurso equiparable. Los textos periodísticos son un discurso en sí mismo en términos de opinión y de argumentación, pero también son eco de los discursos de otros sectores de la sociedad. En este caso, la presencia de las fuentes evidencia el discurso público dominante. Aparecen entonces las declaraciones del Delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda: en materia laboral no hay que olvidar que la responsabilidad no es sólo del trabajador, también del empresario que es el que contrata (El País 4 de enero de 2001), “Fernández Miranda señaló que la actitud del Gobierno va a ser “solidaria” y explicó que el objetivo principal ahora es “asegurar la identificación de los cadáveres (…). Asimismo, dijo tener una sensación de “pena” ante una situación “de impacto” (El Mundo 4 de enero de 2001). Se recoge incluso el pésame de la Casa del Rey: “su “más sentido pésame” a los familiares de las víctimas, así como el deseo del rápido restablecimiento de las víctimas (ABC 4 de enero de 2001). La diferencia en el tratamiento a las fuentes provenientes de los inmigrantes ecuatorianos es notoria en términos proporcionales, pero también en el tono en que son reproducidas: Nancy: “Le dije al conductor que venía el tren, pero la música estaba alta y no me oyó” (El Mundo, 5 de enero pág 27) “¡Cuidado que viene el tren!” gritó la niña de trece años herida en el accidente (ABC, 5 de enero pág 6) “La situación de mi país es bastante dura y pienso que las autoridades harán algo por las familias y las deudas que tienen” (declaraciones de Rita Gortaire, de la Asociación Adeyade) (El País, 5 de enero de 2001). La coherencia global de la articulación de las informaciones en las páginas de los periódicos también evidencia un sesgo en el discurso. En el caso de ABC, por ejemplo, se incluye en la misma sección de Sociedad del 4 de enero, un informe de la Guardia Civil que se titula: El índice de criminalidad en España desciende casi un diez por ciento. La Guardia Civil detectó 9,000 inmigrantes hasta septiembre de 2000. La inclusión de esta nota en la sección sobre el accidente de Lorca sirve para relacionar temáticamente la inmigración con la criminalidad y se obvia hacer en hincapié en que los inmigrantes “ilegales” no han cometido un delito criminal sino que están en falta administrativa de regulación de documentación y por lo tanto no son “ilegales”. El mismo periódico, el día 6 de enero junto al titular Detenido el empresario de Lorca que había contratado ilegalmente a los ecuatorianos muertos un recuadro de una nota que titula Un representante de joyería muere al ser atracado por tres magrebíes. Esta relación de noticias dentro de una misma sección contribuye a la asociación de la inmigración con la criminalidad y la delincuencia. Las metáforas son otra muestra de la manera en que los periódicos constituyen el discurso. Encontramos pues, otra referencia a la construcción simbólica de esta alteridad. Ya no sólo importa la presencia de los inmigrantes ecuatorianos en España, sino que se extiende esta representación a la imagen del país de origen, así, en El País del domingo 7 de enero un reportaje titula: Ecuador, un país en estampida y un subtítulo anota: EEUU ya no es el único Eldorado, España es al puerta de escape de 50,000 personas. Ese mismo día El Mundo titula otro reportaje: El “desierto” ecuatoriano. Hay lugares, como el Pueblo de las Mujeres Solas, donde no quedan esposos porque han emigrado en busca de fortuna. Hace años emigraban a EEUU, ahora es España su destino soñado. En la misma fecha, ABC publica un artículo firmado por Mercedes Díaz que titula: Los conquistadores del Siglo XX. Es una muestra de cómo se construye esa imagen de invasión cuyo perfil ha sido “destapado” a raíz del accidente de Lorca. Frente a los «ecuatorianos» inmigrantes ilegales y frente a Ecuador como «país» en estampida o como desierto, se representa a España como «Eldorado», en una exaltación de la autorrepresentación positiva. Los «sicarios colombianos» abren sucursal en Madrid En 1995 había en España poco menos de 7.000 colombianos. Al año siguiente eran casi 8.500. En 1997, poco más de 10.000 y al siguiente año 13.600. La contabilidad del año 2000 demuestra que oficialmente residían en el país cerca de 25.000 colombianos y para el 2001 la cifra subía a casi 49.000. La apuesta preferencial por la inmigración latinoamericana por parte de la política española se demuestra así con el incremento de los flujos, en este caso, provenientes de Colombia. Los censos demográficos comprueban la tendencia de estos inmigrantes a concentrarse principalmente en Madrid y Barcelona, aunque más adelante se extiende a las zonas agrícolas del Levante. Así su presencia es más evidente en las zonas urbanas, metropolitanas, en general, de las que emergen las informaciones periodísticas más cotidianamente. Aparicio y Jiménez (2003) realizaron un estudio que presentan afirmando que “dos rasgos especiales tiene la inmigración colombiana: el primero, que en los tres últimos años ha experimentado un crecimiento proporcionalmente mayor que el de casi todos nuestros colectivos inmigrantes; el segundo, que su verdadera imagen ha venido a recubrirse en los medios de comunicación con los rasgos negativos de las bandas de atracadores y narcotraficantes. (...) esta imagen tiene poco que ver con la realidad de la inmigración colombiana, como lo muestra el presente estudio...” A diferencia de la tragedia de los ecuatorianos, durante el 2001 el «destape» de los inmigrantes colombianos vino de la mano de las actividades de algunos delincuentes. Paradójicamente, El Mundo comienza el año eligiendo la obra de Gabriel García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”, como la mejor novela en español del siglo XX. Convive la imagen de «Gabo» con la de sus compatriotas: ‘Mulas’ de carga peligrosa. Cada día, una media de 10 colombianos que transportan cientos de cápsulas de cocaína en su estómago intenta subir a un avión con destino a España o EEUU (El Mundo, 3 de enero de 2001), Aparece un colombiano en Colmenarejo con dos tiros en la cabeza (ABC, 4 de enero de 2001). El 15 de enero la Policía detuvo a cuatro miembros de una banda de delincuentes. Al día siguiente, el suceso tuvo eco en los tres periódicos nacionales en sus páginas de Madrid. Mientras ABC titula Cae una banda de colombianos que extorsionó a un joyero y agredió a su mujer, El País obvia la nacionalidad de los delincuentes en el titular: La policía desmantela una banda que intentó extorsionar a un joyero, pero sí lo menciona en el cuerpo de la nota: El pasado 22 de diciembre, los delincuentes, de nacionalidad colombiana, se colaron en la casa del empresario. El Mundo coloca la información en sus breves sin mencionar nacionalidades en ningún espacio Detenidos por estafar a un joyero. En el caso de los inmigrantes colombianos, a diferencia de los ecuatorianos, es más evidente el tratamiento de los otros como enemigos que desestabilizan la convivencia ciudadana. Al hilo de las imágenes sobre los países de origen, sucede con Colombia que la mayor parte de las informaciones en la prensa nacional están ligados a la guerrilla, la delincuencia, la corrupción institucional y el narcotráfico. Se produce entonces una coherencia global entre las notas referidas a los inmigrantes colombianosen el España como extensión de la imagen de Colombia. En este caso, la alteridad colombiana viene dada de la mano de las argumentaciones que provocan el miedo, el rechazo ante el extranjero que viene a delinquir. Como afirma Reguillo: “Colombia se ha convertido para los gobiernos y la prensa latinoamericana (y mundial) en la metáfora del horror: “riesgo de colombianización”, anuncian los grandes titulares de los periódicos a lo largo y ancho de la región, y ello significa caos, ingobernabilidad, violencia desmedida, narco-control de las instituciones, en una palabra, “colpaso de la institucionalidad. Y desde hace unos meses, “argentinización”, es el proceso temible que anuncia el deterioro económico, la corrupción de la clase política, la inviabilidad financiera, la parálisis. El riesgo de “argentinización” se dice, es la expropiación de toda idea de futuro” (Reguillo, 2002a: 32-33). Esta imagen mediática influye no sólo en la opinión pública española, sino que también es reconocida por los propios inmigrantes. En el estudio de Aparicio y Giménez se demuestra que los colombianos asumen que deben enfrentarse ante esta imagen a la hora de establecer las relaciones interculturales con la sociedad española. Los colombianos se consideraban tratados ante todo como colombianos, en segundo lugar, como inmigrantes y, en tercer lugar, como trabajadores. Con mucha menor frecuencia se consideraban percibidos en tanto que extranjeros o latinoamericanos. “Es interesante, porque si fuera cierto, indicaría que los españoles tienden a diferenciar unos latinoamericanos de otros, unos extranjeros de otros, y la condición de trabajador de otros niveles de estratificación social al estructurar sus relaciones con los inmigrados. Y posiblemente así son las cosas”. El estudio buscó saber si los inmigrantes colombianos pensaban que los españoles confían más, igual o menos que ellos respecto a otros inmigrantes latinoamericanos, o si consideraban que su nivel de educación es más alto, igual o peor, así como su actitud en el trabajo. Ante estas interrogantes los encuestados respondieron que piensan que los españoles consideran su actitud hacia el trabajo mejor que la de otros inmigrantes latinoamericanos; también que su nivel de educación es más alto; y sin embargo piensan que confían menos en ellos. “A primera vista esto es extraño: ¿por qué confían menos en aquellos a quienes se considera mejor dispuestos hacia el trabajo y de mejor nivel de educación? Pero en seguida se advierte que esa menor confianza puede deberse a otros rasgos negativos de su imagen de colombianos, devaluadores de lo representado en ésta por el nivel educativo y la actitud ante el trabajo. Y las frecuentes referencias de la prensa a actos delictivos cometidos por los colombianos invitarían a considerar la hipótesis de que entre esos rasgos negativos que los colombianos suponen se atribuyen a su imagen estuviera precisamente el de que entre ellos es frecuente la delincuencia. (…) Porque no es sólo que los encuestados piensen que los españoles les miran a través de una imagen contaminada por sospechas de cercanía a lo delictivo; es que ellos mismos, los colombianos encuestados, se miran a través de esa imagen” (Aparicio y Giménez 2003: 164-167). Se ha analizado antes la cobertura periodística sobre la inmigración ecuatoriana a raíz del accidente de Lorca tendiente a la argumentación compasiva. En el caso de los colectivos colombianos, las tematizaciones devienen de una argumentación más tendiente al miedo y el rechazo: 1) La situación de la inmigración irregular ligada temáticamente a la violencia del país de origen: Los inmigrantes han denunciado el Gandia a un empresario temen represalias. En Colombia, si te amenazan, estás muerto (El País, 21 de enero de 2001), Una red llevaba 11 años colocando a “sin papeles” en hoteles de Tenerife y en el desarrollo se anota se lee que la policía ha detenido a 14 personas relacionadas con una empresa que durante once años se ha dedicado a captar a ciudadanos extranjeros, sobre todo de nacionalidad colombiana (…) entre los detenidos hay diez colombianos, un cubano y tres españoles.(El País, 14 de enero). El 12 de febrero El Mundo titula: La policía rechazó en Barajas a 3.712 extranjeros durante el año 2000. Y en el desarrollo de la nota dice: ... de los que 40% eran colombianos, un 26% procedían de Ecuador, el 3% eran chinos y el resto de otros países. ABC titula el 28 de marzo del 2001: Colombia dice que el visado sanciona a todos y los narcotraficantes son minoría. Un mes más tarde titula así una noticia: Esclarecen el crimen de un colombiano muerto a manos de un compatriota (21 de abril de 2001). Al mes siguiente, encontramos este titular: Capturan en España a un colombiano acusado de cometer una matanza en Bogotá (13 de mayo de 2001). 2) El tráfico de drogas como tema recurrente en las informaciones: La cocaína incautada en Vinarós valdría en la calle 35,000 millones dice el titular del 14 de enero (El País), y en el cuerpo de la nota: “la investigación ha permitido detener a 22 personas (siete de ellos españoles, seis colombianos y nueve ecuatorianos, Desmantelada una red de cocaína que utilizaba una inmobiliaria de tapadera, y en el desarrollo se lee: … los agentes han detenido a 14 personas, todas de nacionalidad colombiana, a excepción de un ciudadano español (El País 27 de enero). El 29 de mayo de 2001 ABC titula en la sección Madrid: Cae una red de «narcos» colombianos que actuaba a través de internet y hacía los pagos con esmeraldas. Unos meses más tarde publica: Viajaban con su hija de tres años para camuflar el transporte de cocaína (ABC, 22 de septiembre de 2001) 3) La delincuencia, la violencia y los ajustes de cuentas: La policía desmantela una banda que intentó extorsionar a un joyero y en el cuerpo de la nota se lee: El pasado 22 de diciembre, los delincuentes, de nacionalidad colombiana, se colaron en la casa del empresario (…) Los cuatro detenidos, que están acusados también de dos robos con violencia, amenazas, detención ilegal y sustracciones de coches, fueron detenidos cuando salían de sus casas… (El País, 16 de enero), Los bomberos rescatan a un colombiano que llevaba diez días secuestrado (El País, 18 de enero de 2001). España apresa al asesino de once colombianos (ABC 14 de mayo de 2001, internacional) Sicarios y peligrosos delincuentes detenidos en una de las mayores acciones contra bandas colombianas (ABC, 25 de noviembre de 2001) Desmantelan una peligrosa banda de colombianos que asaltó más de cincuenta chalés y pisos (ABC, 28 de junio de 2001). El Mundo publica el 1 de febrero: Nueve colombianos detenidos por atracos y homicidio. 4) Las informaciones sobre Colombia relacionadas con la guerrilla, la corrupción y la extrema pobreza: La guerrilla colombiana ELN secuestra al campeón latinoamericano de motociclismo (ABC, 4 de enero de 2001), “Aumentan las víctimas de paramilitares. La violación de los derechos humanos en Colombia, ya sea por parte de los instrumentos del Estado, de la guerrilla, de los paramilitares o de los narcotraficantes, es una constante cotidiana que convierte a este país en el peor de la región (ABC, 27 de febrero de 2001), Campesinos de zonas pobres de Colombia regalan a sus hijos a turistas para evitar que se mueran de hambre (ABC, 27 de enero de 2001), Colombia, en el umbral del espanto (El Mundo, 16 de marzo de 2001). La “internacional” del terror se cita en Colombia ... la detención de tres miembros del IRA en el aeropuerto bogotano de El Dorado después de haber estado más de un mes en la zona desmilitarizada de las FARC (ABC, 16 de agosto de 2001). ETA podría estar en Colombia instruyendo a la guerrilla del ELN (ABC, 20 de agosto de 2001) «Emigrantes españoles» vuelven de Argentina Los inmigrantes argentinos han sido desde siempre la primera mayoría latinoamericana en España. Sólo en 1997 fue superado su número por el de peruanos y dominicanos en las cifrasde residentes extranjeros. Paradójicamente, durante los tres años siguientes se notó un descenso de sus efectivos. De 17.200 en números redondos, se bajó a 17.000 en 1998, a 16,300 en 1999 y a 16,600 en el 2000. Sin embargo, la crisis del año 2001 revirtió esta tendencia y después de mucho tiempo los argentinos volvieron a emigrar a España. La contabilidad de ese año descubre un incremento de 4.000 personas y al año siguiente, de casi 8.000. En total, para el año 2002 figuran cerca de 28.000 los argentinos con permiso de residencia en España. A diferencia de los otros colectivos, el discurso público reflejado en la prensa sí que fue constatando tanto la crisis económica como la salida de los argentinos de su país. La presencia de los inmigrantes argentinos en España vienen condicionada, a diferencia de los otros colectivos por un proceso de miradas más directas hacia el otro lado del Atlántico. Los argentinos aparecen como más cercanos, en varios niveles: como hermanos, como hijos o nietos; pero también como socios comerciales, como clientes de empresas y al mismo tiempo como amigos políticos. El seguimiento del año 2001 de las formas en que se piensa a los argentinos en España viene determinado por algunos ejes argumentales: 1) Una de las miradas se corresponde con la percepción de las denuncias contra los militares argentinos, los recuerdos a las torturas, los procesos a los miembros del gobierno opresor, en la línea del recuerdo de la propia opresión sufrida en la historia reciente. Así se leen titulares como Nuevas denuncias judiciales contra militares en Argentina (El Mundo, 8 de marzo de 2001). Martín Prieto, en su columna de El Mundo del 8 de marzo de 2001 señala: Sentar en el banquillo de la Corte Suprema a Videla, Massera y Agosti devolvió la dignidad al Estado argentino”. Una sección se inscribe como: América Latina /Proceso a las dictaduras. Y titula la nota: Eduardo Freirre y Hugo Cañón / Fiscales argentinos. “Sin anular las leyes de impunidad no habrá Estado de Derecho en Argentina”. En El País del 14 de enero del 2001 se lee: El Juez admite en ‘El caso Cavallo’ la jurisdicción internacional de Garzón. La extradición a España del torturador argentino tardará un año. Ese mismo periódico publicaría otros días: El golpismo en el Cono Sur. La dictadura argentina iniciada en 1976 surge de una larga tradición intervencionista en una región de regímenes militares. (Internacional, El País, 24 de marzo de 2001), La sombra de la “guerra sucia”. Dieciséis años después de que se condenase a los militares que integraron las tres primeras Juntas Militares de la dictadura, el país todavía vive las consecuencias. (El País, 24 de marzo de 2001), La generación del silencio y el olvido. Sólo un 32% de los jóvenes argentinos menores de 25 años saben que hubo golpe. (El País, 25 de marzo de 2001), Los torturadores argentinos usaron técnicas obtenidas de los franceses (El País, 16 de junio de 2001) 2) Una segunda línea de argumentación se evidencia en la cobertura a las cuestiones sobre corrupción política. Generalmente en las páginas de opinión, pero también en las notas y reportajes se descubre este tema en las publicaciones. Así, por ejemplo, se lee: La comisión argentina que investiga el ‘lavado’ de dinero confía en llegar al fondo de la corrupción. (El País, 15 de mayo de 2001), Los trapos sucios de la expansión española. La investigación del Congreso argentino sobre lavado de dinero implica cada vez más a ex directivos de Telefónica (El País, 21 de mayo de 2001). En Siglo veinte cambalache... Luis Ignacio Parada se pregunta: ¿Será posible que los economistas que apoyan una nueva moneda para Argentina, ahora que el respaldo ha sido sustituido por el crecimiento con estabilidad, no conozcan lo que dice la pragmática de Carlos III que explica cómo se hacen las trampas desde el poder? A lo mejor tampoco saben que el peso argentino de hace 102 años valdría hoy diez billones si una reata de políticos adictos al tango no llevaran una siglo practicando el cambalache. (El Mundo, 27 de diciembre de 2001). Hacia el final del año se lee: Mientras hago cola, un político roba. (El País, 9 de diciembre de 2001) 3) Pero sin duda, la principal preocupación reflejada en la prensa nacional española sobre Argentina durante este año ha sido el problema de la crisis económica. Esta se ha visto no sólo como un problema de este país, sino también como un suceso que preocupa a España. Ejemplos de esta idea se encuentran en publicaciones como: Estados Unidos acusa de blanqueo de dinero a un ex socio de Telefónica Argentina (El Mundo, 1 de marzo de 2001), Los trabajadores de Recol ocupan la embajada española en Buenos Aires (El Mundo 2 de marzo de 2001), La agonía argentina titula y dice “Siglo XX cambalache, problemático y febril...” El cambio de siglo no ha hecho caducar la letra de este tango: Argentina sigue en crisis. (El Mundo 4 de marzo de 2001), Los inversores argentinos vuelven a confiar en Argentina. (El País, 28 de enero de 2001), América Latina frente al fantasma de la dolarización. La introducción del ‘billete verde’ en Ecuador y El Salvador reabre la polémica sobre el posible abandono de las monedas nacionales. (El País, 11 de febrero de 2001), Argentina se prepara para vivir una semana de huelgas contra la política económica ultraliberal. El presidente De la Rúa trata de recomponer su Gobierno tras dimitir la mitad de su equipo por las radicales medidas económicas del nuevo ministro, López Murphy. (El País, 18 de marzo de 2001), Decenas de miles de personas protestan en Argentina contra el duro plan de ajuste. El parlamento aprueba una ley para frenar la constante fuga de capitales del país. (El País, 31 de agosto de 2001), El pánico se apodera de Argentina (El País, 2 de diciembre de 2001), Atrapados en el ‘corralito’ (El País, 30 de diciembre de 2001) 4) Las implicaciones directas de España en la crisis argentina es también motivo de cobertura periodística. Algunos ejemplos: Parlamentarios argentinos amenazan con bloquear las inversiones españolas. (El País, 1 de junio de 2001), España atrapada en la crisis argentina. Los inversores confían en el país suramericano pese a los brotes de manifestaciones antiespañolas. (El País, 10 de junio de 2001), La amenaza de una devaluación en Argentina hunde la Bolsa española. (El País, 19 de junio de 2001), España mantiene su crédito en Argentina. La campaña desatada por algunos sindicatos y medios de comunicación contra la imagen de España no ha calado entre la opinión pública. (El País, 24 de junio de 2001), Trabajadores argentinos arrojan huevos contra la sede de Telefónica en Buenos Aires (El País, 6 de agosto de 2001, fotografía en Internacional), Las empresas españolas respaldan el nuevo plan económico del Gobierno argentino para sacar al país de la recesión. (El País, 6 de noviembre de 2001), Aznar aconseja a los argentinos resolver la crisis con la Constitución (El País, 22 de diciembre de 2001), EEUU pide a Argentina que se ajuste a los criterios del Fondo Monetario (El País, 22 de diciembre de 2001), Felipe González se interesa por la crisis (El País, 22 de diciembre de 2001), Las empresas españolas se protegen ante una posible devaluación (21 de diciembre de 2001). Piqué llega hoy a Buenos Aires. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se convertirá en el primer político extranjero que se entreviste con el nuevo presidente argentino, Rodríguez Saá.(...) La visita, anunciada hace varios días por el Gobierno español en un intento de respaldar Argentina en los momentos de crisis, concluirá mañana en la capital del país. El Gobierno español ha querido dejar claro que nuestro país está muy pendiente de la evolución de la crisis económica que sufre Argentina. España es el segundo país inversor allí, solo superado por Estados Unidos. Cerca de quinientas empresas con capital español están implantadas en el país austral. Como informó ABC, no han sido pocaslas voces que se han comenzado a levantar en Argentina en contra de lo que consideran una “excesiva influencia” de España en la economía y hasta en la política argentinas. La visita de Felipe González a De la Rúa horas antes de su renuncia y la felicitación de Aznar a Rodríguez Saá cuando la Asamblea aún no le había ratificado, levantaron esas suspicacias que ahora Piqué quiere restañar. (ABC, 27 de diciembre de 2001). 5) La emigración como vía de solución a la crisis económica obtiene protagonismo en la coherencia global de las informaciones: Irse de aquí. La degradación en la subsistencia y el desencanto con el Gobierno impulsan un nuevo exilio argentino (El País, 14 de marzo de 2001), Todo por la Madre Patria. Cuatro argentinos hijos de españoles explican sus razones para marcharse de su país e ingresar al ejército español. (El País, 17 de junio de 2001), Argentinos hacen cola en la embajada española para emigrar. (El País, 25 de junio de 2001, una fotografía) 6) En la línea de las preocupaciones, aparecen informaciones que recuerdan algunas ideas para el imaginario español. El recuerdo reciente de las anteriores migraciones españolas hacia Argentina: Cuidemos las relaciones entre España y Argentina. Cartas al director: Guillermo Schavelzon. Lo que está sucediendo con Aerolíneas Argentinas pone en riesgo no sólo inversiones millonarias de España en Argentina, sino también una historia que debemos cuidar. Los españoles siempre fueron bien vistos en este país, donde recibimos una enorme migración de gente sencilla y trabajadora a quienes hemos visto progresar y tener hijos y nietos tan argentinos como cualquiera. Y también intelectuales brillantes, que dieron lo mejor. No existió nunca, como sucede en México, cierta reacción popular, peyorativa (“gachupines” les dicen), por quienes hace cinco siglos ‘nos conquistaron’. Aquí es al contrario; lo peor que ha sucedido es la pésima costumbre de llamar ‘gallegos’ a todos los españoles, apelativo que se utiliza con cariño e ingenuidad, aunque les duela con razón a los catalanes.(...) Todo está en juego, porque nadie entiende qué pasó con Aerolíneas Argentinas ¿Es que nadie desde España puede explicarlo? (El País, 7 de junio de 2001). 7) Con este talante, la instalación de los inmigrantes argentinos, a diferencia de cómo aparecen los ecuatorianos o colombianos son referidos en un tono más amable, con calidez incluso, con la idea de recibir a los nietos de los españoles, a los provenientes de la clase media más castigada por la crisis (sin recordar que en el caso de otros latinoamericanos, la situación es similar: los que llegan a España son mayoritariamente los pertenecientes a clases medias castigadas por las crisis económicas). Un reportaje publicado en ABC a finales de año es un buen ejemplo de esta idea: Crisis en argentina: Consecuencias. Emigrantes españoles emprenden el viaje de vuelta. La clase media, que aporta buena parte de los ingresos fiscales, la más afectada por la situación. Madrid, Aurelio Medel. Abilio ha dejado a su mujer y su hijo de 18 años en Buenos Aires. Espera traerlos antes de tres meses, una vez que él haya visto como están realmente las cosas en España. Si pueden comprar una casa con los ahorros o vivir de alquiler, si su hijo puede tener aquí un trabajo, en Argentina trabaja en una gasolinera, y si su pensión de 140,000 pesetas al cambio le puede dar para mantener la familia.Asegura que se marcha cansado de tanta inseguridad, teme por la vida de su hijo, que todos los días arranca de casa para ir a trabajar a una ciudad donde cada día hay más pistolas en la calle (...) El caso de Abilio no es el único. Las propias autoridades de Buenos Aires reconocen que hay muchos nietos de abuelos españoles que llegaron a Argentina a comienzos del siglo XX y después de la guerra civil española que están volviendo, después de que todos los esquemas de la Argentina rica y próspera se hayan roto.(...) La situación es más que alarmante, realmente hay gente que pasa hambre, algo inaudito en un país que fue capaz de ayudar a España a salir de la hambruna tras la guerra civil. Hay regiones donde el número de parados y desocupados supera ampliamente el 40%.(...) La situación es tal, que la tradicional altanería de los argentinos está borrada por un pesimismo agónico: La ciudad de Buenos Aires no ofrece la estampa navideña de otras ocasiones, apenas si hay adornos navideños. No están para fiestas. Abilio volverá por ellos. (ABC, 27 de diciembre de 2001) Con el cambio de año y la agudización de los problemas económicos argentinos, estas tendencias se hacen más evidentes. La crisis es vista en España muy cercana, ya no sólo es cubierta en las páginas de economía sino que acceden a las primeras páginas, las de internacional. Los reportajes sobre las recientes migraciones hacia España se cubren en esta línea y los reportajes sobre la instalación de argentinos en Madrid o Barcelona se suceden más cotidianamente, en un tono más distendido y amable que en los casos de ecuatorianos y colombianos. ¿Cómo mirarnos? En busca el periodismo intercultural Las sociedades modernas se caracterizan por un pluralismo cultural, que hace difícil establecer cuáles son las fronteras culturales o los criterios de diferenciación cultural. Lo que evidencia la inmigración es la convivencia con otros (Rodrigo, M.: 1999). La definición de esta otredad es relacional, por lo que pensar y hablar del otro implica pensarse a sí mismo y hablar de sí mismo; pero los límites entre uno y otro son múltiples y las combinaciones de criterios que se pueden dar en una persona en concreto son enormes. La cultura no es sólo conducta manifiesta, sino también ideas, creencias, valores subyacentes a esas conductas, también es un determinado modo de interpretación de la realidad, es decir, es dar sentido a la realidad pues en la cultura existen aspectos conductuales pero también cognitivos estrechamente relacionados (Malgesini, G. y Giménez C.: 2000). La sociedad española mira a esa alteridad migratoria pero también se mira a sí misma. Se producen entonces relaciones formales y simbólicas entre la sociedad de recepción y los inmigrantes que se incorporan al panorama demográfico. Los españoles generan discursos sobre la inmigración para conocerlos y (re)conocerlos, pero también para conocerse a sí mismos y (re)conocerse. Los inmigrantes son su realidad pero también lo que se dice de ellos y lo que se piensa de ellos. Uno de los espejos donde se reproducen estas representaciones es el discurso mediático. Como apuntan Rodrigo y Gaya (2003), la información etnocéntrica o los denominados malentendidos interculturales, que afectan la mirada sobre otras culturas, están presentes en la construcción periodística. Los medios de comunicación, o más concretamente el trabajo del periodista construye las otras culturas y por lo general lo hace de manera incompleta, apelando a estereotipos simplificadores, reduccionistas e incluso estigmatizadores: el otro, por el hecho de serlo, es diferente. La incidencia de lo que Rodrigo (1999) ha definido en otro momento como comunicación intercultural mediada, es decir, el contacto con otras culturas a través de los medios, es fundamental para entender cómo se forma y estructura el clima de opinión respecto a los inmigrantes latinoamericanos en España. Los periodistas, como los sociólogos o los antropólogos, son intérpretes del acontecer. “Sin embargo, su trabajo intelectual y productivo es bien distinto. Los periodistas, como los científicos sociales, llevan a cabo una actividad cognoscitiva, pero la equiparación entre ambos es engañosa. Así, por ejemplo, el sociólogo es un pensador que puede plantearse los problemas epistemológicos y metodológicos de su propio trabajo, mientras que el periodista aparece como una persona de acción que debe producir un discurso con las limitaciones del sistema productivo en el que está inserto”(Rodrigo, M., 2003). A diferencia delantropólogo, un periodista trabaja a contrarreloj, sin tiempo para detenerse en especificidades.16 Por otro lado, mientras que el primero suele escribir pensando en otros especialistas no necesariamente de su propia cultura, el periodista tiene una audiencia que necesita comprender, de acuerdo con sus propios marcos de referencia, lo que acontece, y para hacer comprensibles los acontecimientos, los medios los adaptan a los patrones culturales de su audiencia: “a pesar de que puedan existir distintas comunidades interpretativas en una cultura, los medios suelen aproximarse a la interpretación hegemónica o, al menos, fácilmente consensuable (…) así establecen un horizonte espacial cognitivo y emotivo por el que se crean unas fronteras que marcan los límites entre el “nosotros” y el “ellos”. Es decir, los medios llevan a cabo procesos de construcción identitaria”.(Rodrigo, M. y Gaya, C., 2003). Es imprescindible el análisis crítico de las prácticas periodísticas para señalar los «ruidos interculturales» que, en palabras de Estrella Israel (2000), serían las distorsiones que se producen en la representación informativa de los otros, es decir, en la construcción informativa de la diferencia. Los colectivos profesionales del periodismo lo reconocen. Prueba de ello han sido los acuerdos17 ya firmados de carácter propositivo en los que se demuestra un compromiso formal por eliminar estas prácticas y tomar una mayor conciencia de la responsabilidad social de los periodistas. Existen además observatorios18 de los medios de comunicación que intentan desde diversas posturas analizar el comportamiento de la prensa en la representación de los inmigrantes. Israel propone continuar en la línea de la formación de los periodistas en la comunicación intercultural, para Francisco Sierra un campo productivo de transformación de la cultura global en un sentido dialógico es la enseñanza de la comunicación. En la dinámica productiva de la información periodística es también fundamental proponer vías alternativas de acceso de las voces de los inmigrantes en el discurso público reflejado en la prensa. Son terrenos sobre los que hay que trabajar aún mucho más para avanzar en el entendimiento mutuo. Bibliografía APARICIO, Rosa y GIMÉNEZ, Carlos (2003): Migración colombiana en España. International Organization for Migrations, Bruselas. ARANGO, Joaquín (2003): “Inmigración y diversidad humana”, en: Revista de Occidente núm. 268, septiembre 2003. --- (2002): “La inmigración en España a cominezos del siglo XXI: un intento de caracterización”, en: GARCÍA, F. y MURIEL, C. La inmigración en España: contextos y alternativas, vol. 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El 5 de abril del 2000 casi una treintena de medios de comunicación vascos firmaron un protocolo de adhesión con instituciones públicas y no gubernamentales para proteger la cultura, los derechos y la imagen de los inmigrantes en el tratamiento de la información. Por su parte, el Grupo Periodismo Solidario del Colegio de Periodistas de Cataluña propuso un Manual de Estilo para el tratamiento periodístico de las minorías. 18 Véanse los estudios de CIPIE/Fundación Iberoamérica Europa, los análisis de Mugak, los informes RAXEN, así como el Observatorio Europeo del Racismo y las propuestas de grupos interuniversitarios como Migracom o el Grupo Comunicación y Cultura de la Universidad de Sevilla. --- (1995): Discursos de los españoles sobre los extranjeros. Paradojas de la alteridad. 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