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Ecología y Cambio Climático
en Ecosistemas de Alta Montaña en Colombia
 
Alcaldía de Bogotá
Enrique Peñalosa Londoño
Alcalde Mayor de Bogotá
© Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis
Directora General 
Laura Mantilla Villa
Subdirectora Científica 
María del Pilar Argüello Ortiz
© Autores Varios
Editor
Jairo Hernán Solorza Bejarano
Revisor Científico
Alba Luz González Pinto
Fotografías
Autores ©
Diagramación e Impresión
Silva & Muñoz Impresores Ltda.
Bogotá, D.C., Colombia
2018
ISBN obra impresa: 978-958-8576-32-9
ISBN obra digital: 978-958-8576-33-6
Esta publicación es financiada con recursos del Fondo Distrital para la Gestion de RIesgos y 
Cambio Climatico -FONDIGER-
Se permite la reproducción total o parcial de esta publicación, siempre y cuando se citen las 
fuentes y no se utilice con fines comerciales.
Citación de obra completa sugerida:
Solorza-Bejarano, J. (Ed.). (2018). Ecología y cambio climático en ecosistemas de alta montaña en Colombia. 
Bogotá D.C., Colombia: Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis. 68 p.
Citación de capítulo sugerida:
Medellín-Zabala, D. (2018). Estrategias adaptativas de plantas de páramo y bosque altoandino al cambio 
climático. En J. Solorza-Bejarano (Ed.), Ecología y cambio climático en ecosistemas de alta montaña en 
Colombia (pp. 31-34). Bogotá D.C., Colombia: Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis.
Contenido
Presentación 5
Autores 6
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático 7
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio
Climático 13
Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia
y sus Alteraciones Frente al Cambio Climático 19
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino 25
Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque
Altoandino al Cambio Climático 31
La Fauna Silvestre como Componente de Variación
en Escenarios de Cambio Climático 37
Especies Bioindicadoras del Cambio Climático
en Ecosistemas de Alta Montaña 45
Proyectos REDD+: Origen, Definición e Implementación
en Colombia 53
Modelos de Nicho Ecológico: Una Herramienta para
Evaluar el Efecto del Cambio Climático en
Ecosistemas Altoandinos 57
Sistemas de Información Geográfica para la Gestión
del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña 63
Ecología y Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña en Colombia Ecología y Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña en Colombia 5
Presentación
El cambio climático es un fenómeno que se relaciona con variaciones que se 
expresan en la confi guración de los componentes en el medio natural y su debate 
se centra sobre los efectos en la población humana. Actualmente, su estudio 
es de vital importancia en la agenda de las naciones que buscan implementar 
estrategias con el fi n de adelantar acciones para su mitigación, toda vez, que se 
ha evidenciado que su incidencia pone en riesgo la sustentabilidad ambiental 
en el planeta, y el desarrollo de los países.
Uno de los tantos efectos directos que se relacionan con el fenómeno de 
cambio climático, está orientado a la transformación de los ecosistemas y sus 
dinámicas ecológicas, razón por la cual, se hace necesario desde los diferentes 
actores académicos e institucionales, propender por enfocar los esfuerzos de 
investigación, para ampliar el conocimiento de los procesos y mecanismos que 
allí se presentan, con el fi n de hacer un análisis presente y prospectivo de los 
diferentes escenarios climáticos y sus relaciones ecológicas.
En este libro, se busca abordar de manera sintética algunos temas relevantes 
relacionados con el cambio climático y los ecosistemas altoandinos, con el fi n 
de brindar al lector algunos elementos de contexto, encaminadas a reconocer 
la importancia de estos escenarios naturales, su manejo integral y la necesidad 
de adelantar gestiones en pro de su conservación.
El lector encontrará aportes de diferentes autores, con relaciones entre los 
ecosistemas, sus elementos constitutivos y el cambio climático, abordando 
temáticas acerca de las características principales de los escenarios de 
transformación, los medios naturales, las respuestas ecológicas de los 
componentes biológicos o las estrategias de gestión que están orientadas 
a profundizar el conocimiento y la implementación de acciones para la 
conservación y la sustentabilidad ambiental.
Ecología y Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña en Colombia6
Autores
Alba Luz González-Pinto
Bióloga, Esp.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
algonzalez@jbb.gov.co
Alicia Alexandra Pineda-Guerrero
Bióloga, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
apineda@jbb.gov.co
Angélica Trujillo Acosta
Bióloga, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
atrujillo@jbb.gov.co
Carolina Villegas Vargas
Bióloga
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
carolinavillegasvargas@gmail.com
Diana Marcela Medellín-Zabala
Bióloga, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
dmedellin@jbb.gov.co
Diego Mauricio Cabrera-Amaya
Biólogo, M. Sc.
Investigador - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
dcabrera@jbb.gov.co
Jairo Hernán Solorza-Bejarano
Biólogo, Esp.
Investigador - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
jsolorza@jbb.gov.co
Julieth Monroy Hernández
Geógrafa, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
jmonroy@jbb.gov.co
Korina Ocampo Zuleta
Ing. Forestal, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
kocampo@jbb.gov.co
María Catalina Lopera Doncel
Bióloga, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
clopera@jbb.gov.co
Maribel Vasquez Valderrama
Ing. Forestal, M. Sc.
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
mvasquez@jbb.gov.co
Mónica Álvarez-Hernández
Ing. Ambiental, Esp. 
Investigadora - Subdirección Científi ca
Jardín Botánico José Celestino Mutis
monicaalvarez647@gmail.com
Sonia Margarita Borja Quintero
Geógrafa, M. Sc.
Investigadora en hidrología y climatología. 
smborjaq@unal.edu.co
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático 7
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático
Context of Variability and Climate Change
Jairo Hernán Solorza-Bejarano
Alba Luz González-Pinto
Páramo de Cruz Verde. Foto: Alba Luz González, 2017.
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático8
En la evolución del planeta Tierra, se han presentado diferentes procesos 
biogeoquímicos, que han sido la base para la aparición de nuevas formas de vida 
y la extinción de otras. Las evidencias que hay al respecto son amplias y se han 
estudiado desde diversos enfoques disciplinares como la biogeografía, la geofísica, 
la geoquímica, la climatología, la meteorología, la paleoecología, la paleontología, 
entre otras (Valladares, 2006).
Uno de los fenómenos que expresa la dinámica biogeoquímica, tiene que ver 
con los ciclos de cambio climático. En el planeta, se tiene evidencias de cinco 
periodos de glaciaciones, la primera ocurrida hace 2400 millones de años y la 
última que dio su inicio hace 2.6 millones de años. En cada intervalo entre una 
glaciación y otra, se presenta el fenómeno opuesto de aumento de la temperatura 
que está relacionado con el incremento en los niveles de CO2 atmosférico. Ligado 
a este fenómeno, se han producido cambios biogeográfi cos en especies de fauna 
y fl ora, con incrementos y descensos en la diversidad biológica a nivel mundial.
Actualmente, se debate sobre el cambio climático, como fenómeno natural que 
ha incrementado su velocidad de cambio a causa de la infl uencia de las actividades 
antrópicas. La razón de este proceso, está relacionada con la evolución de la 
especie humana y su capacidad de transformar el entorno a través de procesos 
tecnológicos, que han marcado el establecimientode diferentes edades en la 
historia de la humanidad. 
A partir de la edad moderna con la revolución industrial, la edad contemporánea 
con la aparición de aparatos eléctricos y electrónicos, y actualmente, con la 
revolución digital, los procesos de transformación del medio natural se han 
venido acelerando, sumado al fenómeno de concentración de la población 
humana alrededor de grandes metrópolis, con el 54 % de los habitantes a nivel 
mundial viviendo en áreas urbanas (United Nations, 2014), el incremento en las 
necesidades de consumo de recursos naturales (gran parte de ellos no renovables), 
y la tecnifi cación agropecuaria para aumentar la producción de alimento mundial, 
entre otros, ha llevado a que se generen cambios en la estructura y función de los 
ecosistemas, así como, en la alteración de los ciclos de elementos fundamentales 
para la vida, tales como, el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno y el 
fósforo, principalmente (Rodríguez et al., 2015). 
Estos cambios sugieren que las emisiones como el monóxido de carbono (CO), 
el dióxido de carbono (CO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2), 
el ácido sulfúrico (H2SO4), el metano (CH4), principalmente, que han aumentado 
sus concentraciones, resultado de actividades antrópicas, alteran y cambian las 
dinámicas climáticas, generando daño en las capas atmosféricas, lluvia ácida y 
produciendo el efecto invernadero, que en su conjunto, aceleran los procesos de 
cambio con un rápido incremento en la temperatura (IPCC, 2007, 2014).
Es así que, actualmente se tenga tanta relevancia en el estudio de los patrones 
de precipitación, temperatura, humedad, presión atmosférica, vientos, entre otros, 
para analizar el cambio climático en intervalos de tiempo superiores a los treinta 
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático 9
años y la variabilidad climática, que se relaciona con los fenómenos asociados a 
las variables mencionadas en intervalos menores a treinta años (IDEAM, PNUD, 
MADS, DNP, CANCILLERÍA, FMAM, 2017). De igual manera, la investigación en la 
variación o cambio de los ciclos de carbono, hidrógeno y oxígeno, como elementos 
constitutivos principalmente del dióxido de carbono (CO2) y del agua (H2O), 
fundamentales en los procesos funcionales de los organismos vivos y relacionados 
directamente con los cambios en los patrones climáticos.
El cambio climático es un fenómeno natural relacionado con la 
dinámica biogeoquímica del planeta, que ha incrementado su 
velocidad de cambio a causa de la infl uencia de las actividades 
antrópicas.
La dinámica biogeoquímica, incide en la expresión de fenómenos ecológicos, 
los cuales varían de acuerdo a la activación o bloqueo de mecanismos y procesos 
entre los organismos vivos y el medio en el que habitan. Es así que, los cambios 
en los patrones climáticos a mayor y menor escala, inciden directamente en la 
distribución de especies, los cambios en la biodiversidad, alteración y transformación 
de hábitat, la oferta de servicios ecosistémicos y demás procesos funcionales del 
ecosistema. 
En los ecosistemas altoandinos de Colombia, caracterizados por su amplia 
diversidad biológica y su alto grado de endemismos (principalmente en páramos), 
confi eren un patrimonio natural de invaluable riqueza, que provee una diversa 
gama de servicios ecosistémicos, estratégicos para el bienestar humano y el 
desarrollo sustentable del país. Los fenómenos asociados al cambio climático y 
la variabilidad climática, genera las condiciones para la transformación de estos 
escenarios ecológicos y plantean unos retos orientados a profundizar en el 
conocimiento de las dinámicas de estos escenarios naturales, donde se planteen e 
implementen estrategias claras y concretas para su manejo integral sustentable y 
su conservación (Rodríguez et al., 2017; Zanetti et al., 2017). 
Entender las dinámicas asociadas al cambio climático y su efecto sobre la 
transformación de los ecosistemas altoandinos, es un paso fundamental para la 
toma de conciencia mundial, respecto a la gestión y patrones culturales, orientados 
a las prácticas de la humanidad, respecto al planeta, así como, los efectos que 
el cambio climático y la variabilidad climática esté generando de manera local, 
regional y global, que permitan adoptar las medidas de prevención y mitigación, y 
contribuyan con la toma de decisiones que en la dimensión social, ambiental, política 
y económica, sean necesarias (IDEAM, PNUD, MADS, DNP, CANCILLERÍA. 2015).
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático10
Referencias bibliográfi cas
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IPCC. (2014). Cambio climático 2014: Informe de síntesis. Contribución de 
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Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América 
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Contexto de Variabilidad y Cambio Climático 11
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6.
Contexto de Variabilidad y Cambio Climático12
Jardín B
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utis. Foto: Jairo S
olorza, 2015.
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático 13
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático
High Mountain Ecosystems in Climate Change 
María Catalina Lopera Doncel 
Glaciar en el Nevado del Tolima. Parque Nacional Natural Los Nevados. Foto: María Catalina Lopera, 2012.
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático14
La alta montaña se encuentra en las culminaciones altitudinales de las cordilleras 
andinas a partir de los 2700 +/- 100 m. En estas, se encuentran ecosistemas 
característicos como bosques altoandinos, páramos y glaciares (Sarmiento et al., 
2013). Estos ecosistemas son muy vulnerables frente a los escenarios de cambio 
climático, en los cuales se predicen aumentos de temperaturas, cambios en 
las precipitaciones y en la humedad (Flores-López et al., 2016). Para las zonas 
andinas, los modelos proyectan un incremento medio de temperatura de 3 ± 1.5 °C, 
el cuales mayor en alturas superiores a los 4000 m, así como, para la mayoría de 
Colombia, se espera un incremento promedio anual de hasta 300 mm por año en 
las precipitaciones (Anderson et al., 2010; Buytaert et al., 2011).
Con el aumento de la temperatura se produce un incremento en la humedad 
del aire, relacionado con el fenómeno de la evapotranspiración, que, sumado a la 
reducción en el albedo, la disminución en las nieves y el grosor de los glaciares, 
intensifi ca el efecto del calentamiento en las zonas de alta montaña y una tendencia 
a la aridización (Buytaert, et al., 2011; Franco-V. et al., 2013). Los posibles efectos 
del cambio climático en los ecosistemas de alta montaña incluyen el aumento de 
ocurrencia de eventos como sequías, olas de frio, olas de calor o precipitaciones 
intensas (Anderson et al., 2010). Por ejemplo, Ruiz et al. (2008) reportaron 
evidencias de un aumento en la ocurrencia de eventos de fuertes lluvias en la zona 
de alta montaña en la Cordillera Central de Colombia, en un periodo de tiempo 
entre 1981 y 2003. 
Algunos autores han modelado diferentes variables ambientales para Colombia 
en los últimos cincuenta años del siglo XX, y sus resultados han mostrado que la 
temperatura muestra una tendencia general a aumentar en 0.1 y 0.2 °C (Pabón-
Caicedo, 2012). Este cambio afecta el área de los glaciares, que a mediados de 
la década de los 2000 había disminuido cerca del 51%, pasando de 89.3 km2 en 
los años 1950s a 43.8 km2. Dado el contexto actual del cambio climático y las 
proyecciones tanto globales como locales, se puede prever que muchos glaciares 
en los Andes tropicales pueden desaparecer a lo largo del siglo XXI y se considera 
que los de menores altitudes (< 5400 m) son los más vulnerables (Rabatel et al., 
2013).
Dentro de los ecosistemas de alta montaña, los páramos son los que pueden 
presentar mayores cambios por efecto del cambio climático (Anderson et al., 2010). 
Estos se extienden por las regiones más elevadas de Costa Rica, Venezuela, 
Colombia, Ecuador y Perú. En Colombia, los páramos ocupan un 2.5 % de la 
superfi cie total del país y generalmente se ubican por encima de los 3000 m de 
altitud (Sarmiento y León, 2015), entre el límite superior del bosque andino y el 
límite inferior de los glaciares y bordes de nieve (en las montañas más altas) y se 
caracterizan por un clima predominantemente frío (Sarmiento et al., 2013), con 
fuerte variación térmica a lo largo del día. 
Los páramos, se consideran estratégicos por su alta diversidad y alto número de 
endemismos de especies, por funcionar como un tipo de ecosistema fragmentado 
de islas, por los servicios de provisión y regulación hídrica y por su capacidad 
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático 15
Por otra parte, los bosques altoandinos o bosques de niebla, también ecosistemas 
de alta montaña ubicados entre los 2800 y 3300 m poseen temperaturas promedio 
entre 11 y 12 ºC, y se caracterizan por estar cubiertos por una densa capa de 
niebla formada por pequeñas partículas de agua en suspensión en alta humedad 
atmosférica. Por esta condición, el área que ocupan los bosques altoandinos 
se vería reducida, pues la humedad en estas zonas también disminuiría según 
modelos realizados sobre variaciones de coberturas vegetales en Colombia frente 
a escenarios de cambio climático en los próximos treinta años (Alarcón y Pabón, 
2013).
El aumento en las temperaturas puede llevar a mayor evapotranspiración de los 
lagos y humedales con la consecuente disminución de hábitat y de la calidad de 
agua. Por otro lado, la capacidad de almacenar y proveer agua en humedales de 
alta montaña varía, ya que depende de las fuentes de provisión existentes como la 
precipitación directa, el agua de deshielo glaciar, la escorrentía superfi cial, el fl ujo 
subsuperfi cial y el aporte desde acuíferos. Particularmente, los humedales y las 
formaciones de turberas pueden cambiar debido a la disminución de disponibilidad 
de agua, la salinización, la reducción del área que ocupan y pueden aumentar las 
emisiones de carbono, principalmente CO2 (Anderson et al., 2010; Franco-V. et al., 
2013). 
Por último, hay que tener en cuenta que los efectos del cambio climático sobre 
los ecosistemas de alta montaña en Colombia se ven intensifi cados y acelerados 
por actividades antrópicas como la ganadería y la agricultura, que pueden ocasionar 
procesos de paramización, los cuales contribuyen a cambios en la distribución y las 
características de los páramos. En este sentido, es necesario evaluar e implementar 
estrategias que conlleven al desarrollo de acciones locales y regionales, orientadas 
a minimizar el efecto acelerado de cambio en estos ecosistemas.
Un aumento de temperatura, llevaría a un cambio altitudinal hacia 
arriba de las franjas de subpáramo, páramo y superpáramo
de almacenamiento y captación de carbono especialmente en los suelos (Van 
der Hammen y Otero, 2007). El efecto del cambio climático, determinado por 
variaciones en los promedios anuales de la temperatura y la humedad, puede llevar 
a cambios en la distribución geográfi ca, por ejemplo, un aumento de temperatura, 
llevaría a un cambio altitudinal hacia arriba de las franjas de subpáramo, páramo y 
superpáramo, especialmente en la primera de estas franjas, cuyo efecto de aumento 
de la temperatura, aceleraría los procesos de colonización o avance del bosque 
sobre el páramo (Sarmiento y León, 2015), así como, la variación de especies y 
cambios en diversidad biológica (Van der Hammen y Otero, 2007; Buytaert et al., 
2011).
Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático16
Referencias bibliográfi cas
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Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático 17
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Los Ecosistemas de Alta Montaña Frente al Cambio Climático18
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atural Los N
evados. Foto: M
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atalina Lopera, 2012.
Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia y sus Alteraciones Frente al Cambio Climático 19
Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia y sus 
Alteraciones Frente al Cambio Climático
Ecosystem Services of High Mountain in Colombia and their Alterations Due to 
Climate Change 
Alicia Alexandra Pineda-Guerrero
Paisaje con ecosistema de páramo y bosque alto andino en Colombia. Foto: Alexandra Pineda-Guerrero, 2017.
Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia y sus Alteraciones Frente al Cambio Climático20
Los Servicios Ecosistémicos (SE), defi nidos como los benefi cios que los humanos 
reciben del ecosistema, se han clasifi cado dentro de cuatro grandes categorías: 
provisión, regulación, soporte y culturales (MEA, 2005). En los ecosistemas de alta 
montaña, existe una relación directa entre bienestar humano y la calidad de los 
ecosistemas, ya que dependen directamente de la integridad de estos (Anderson 
et al., 2012). 
En Colombia, la alta montaña agrupa principalmente los Glaciares, Páramos 
y Bosques Andinos, distribuidos a lo largo de la Cordillera Oriental, Central y 
Occidental, atravesando el territorio nacional en sentido suroccidente – nororiente, 
y el sistema montañoso de la Sierra Nevada de Santa Marta (IDEAM, 2011). 
Así, de los 32 departamentos de Colombia, 23 presentan ecosistemas de alta 
montaña, siendo los departamentos de Boyacá y Cundinamarca los de mayor 
representatividad con un área de 849 865 ha y 535 560 ha respectivamente. 
En escenarios de cambio climático, con variación de la humedad, el aumento 
de la temperatura y la precipitación, los servicios ecosistémicos se alteran (Ruiz 
et al., 2008; Ruiz et al., 2012), tales como la regulación hídrica, el control de la 
erosión, el suministro de agua y la provisión de alimentos y fi bras vegetales, entre 
otros (Halloy et al., 2005; Perez et al., 2010). De igual manera, se ha reportado que 
la variación en los patrones climáticos puede infl uir en la capacidad de almacenar 
y proveer agua en los ecosistemas andinos, especialmente en los humedales de 
alta montaña (Anderson et al., 2012; Ricaurte et al., 2017), afectando directamente 
centros urbanos, así como, actividades productivas y agrícolas. 
El comportamiento hidrológico y la regulación hídrica están infl uenciados 
directamente por las condiciones de precipitación y temperatura de los ecosistemas 
en los cuales están ubicadas las fuentes hídricas, lo cual, corrobora la necesidad 
de promover acciones integrales de conservación y manejo de estos ecosistemas 
a fi n de garantizar la disponibilidad del recurso hídrico (IDEAM, 2011). En periodos 
cortos de tiempo y relacionado con fenómenos de variabilidad climática, se ha 
evidenciado cambios en la estructura de ecosistemas de alta montaña, como en 
los glaciares de los Andes Tropicales, que han venido perdiendo su masa de hielo y 
cuyo proceso se ha acelerado, por las variaciones en los regímenes meteorológicos 
y de actividades antrópicas que se han presentado en las últimas décadas (Rabatel 
et al., 2013; Vuille et al., 2018). 
Dentro de las investigaciones relacionadas sobre el monitoreo de glaciares en 
Colombia, se ha reportado fl uctuaciones de la masa glaciar en el volcán Nevado 
de Santa Isabel en un periodo de cuatro años, relacionados con la ocurrencia del 
fenómeno de variabilidad climática El Niño y La Niña. En cuanto a los impactos del 
cambio climático sobre los glaciares, se concluye que son especialmente sensibles 
ante las alteraciones del clima, indicando una infl uencia entre la variabilidad del 
clima y el ciclo hidrológico (IDEAM, 2011), donde se espera que con la pérdida de 
masa glaciar aumente el efecto del calentamiento en estas zonas y una tendencia 
a la aridización (Buytaert et al., 2011).
Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia y sus Alteraciones Frente al Cambio Climático 21
Por otro lado, en cuanto a los servicios de soporte, los análisis de carbono 
realizados frente a tasas de descomposición de material vegetal y contenido en 
el suelo tanto en parcelas de páramo como de bosque, arrojaron como resultados 
preliminares, que los mayores contenidos de carbono se encuentran en ecosistemas 
boscosos poco intervenidos, lo que se atribuye principalmente al comportamiento 
lento y continuo de descomposición en estas áreas (IDEAM, 2011).
Las actividades humanas actuales como lo son la tala de bosques, alteraciones 
de los ríos, minería, pastoreo, entre otras ejercen una presión sobre la integridad 
de los ecosistemas de los Andes y sobre su capacidad de suministrar servicios 
ecosistémicos (Jarvis et al., 2010). Sumado a lo anterior, fenómenos asociados 
al cambio climático pueden aseverar esta presión y causar mayores impactos 
que comprometan la funcionalidad y contribuye con el aumento del estrés en los 
ecosistemas de alta montaña (Andrade et al., 2010; Ruiz et al., 2012). 
Aunque se han realizado iniciativas de mitigación al cambio climático en 
diferentes escalas, aún se debe continuar promoviendo políticas compatibles con 
el desarrollo económico del país (Román et al., 2018). Dada la importancia de 
los ecosistemas de alta montaña, es preponderante continuar identifi cando los 
servicios ecosistémicos presentes en estas áreas y evaluar el impacto del cambio 
climático sobre estos, para formular estrategias que les permitan a las comunidades 
adaptarse frente a los cambios. Por tanto, resulta prioritario que el ordenamiento 
territorial permita mitigar dichos impactos, aumentando la resiliencia de estos 
ecosistemas y disminuyendo la vulnerabilidad de las comunidades que los habitan. 
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En periodos cortos de tiempo y relacionado con fenómenos de 
variabilidad climática, se ha evidenciado cambios en la estructura 
de ecosistemas de alta montaña
Adicionalmente, las proyecciones de los efectos del cambio climático en los 
ecosistemas de alta montaña indican un aumento en la probabilidad de ocurrencia 
de desastres naturales, desbordamientos de ríos y deslizamiento de tierras, 
especialmente en ecosistemas que se encuentran en las laderas como bosques 
montanos y nublados (Anderson et al., 2012; Vuille et al., 2018). Estos desastres 
naturales representan un riesgo potencial para las poblaciones, teniendo en cuenta 
que el 58 % de la población colombiana habita zonas de alta montaña (IDEAM, 
2011).
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Servicios Ecosistémicos de Alta Montaña en Colombia y sus Alteraciones Frente al Cambio Climático24
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bia. Foto: A
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uerrero, 2017.
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino 25
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino
Functional Groups of the High Andean Forest
Maribel Vasquez Valderrama
Korina Ocampo Zuleta
Bosque Altoandino en proceso de restauración ecológica. Bogotá. Foto: Korina Ocampo Zuleta, 2015.
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino26
¿Qué son los grupos funcionales? Los grupos funcionales son una forma de 
caracterizar la diversidad funcional, entendida como, la diferencia de rasgos de las 
especies de manera intra e inter específi ca que se relaciona con los procesos de 
los ecosistemas (Salgado-Negret, 2015). La clasifi cación de grupos funcionales 
consiste en agrupar especies con similares roles en los procesos del ecosistema, 
que responden de manera similar a múltiples factores ambientales (Lavorel et al., 
1997; Castro, 2005; Córdova-Tapia y Zambrano, 2015). Las especies de un grupo 
funcional se pueden agrupar por su efecto en un proceso en particular y puede 
variar al evaluar otro proceso del ecosistema (Casanoves et al., 2011). 
Según Castro (2005), son cinco los mecanismos que explican la diversidad de 
grupos o atributos funcionales en los ecosistemas:
1) Complementariedad, cada especie es capaz de usar los recursos de una 
manera diferente proporcionando diversidad.
2) Facilitación, ciertas especies les permiten a otras el crecimiento en ambientes 
favorables.
3) Identidad de especies, cuando la efi ciencia de los procesos ecológicos depende 
de las especies clave.
4) Patrones, escalas e intercambio de organismos, conectividad entre los 
sistemas naturales que permita el funcionamiento dependiente de la estructura 
paisajística.
5) Flujo de organismos entre ecosistemas, intercambio de especies por procesos 
de dispersión y colonización que valoricen las funciones ecosistémicas.
Importancia de los grupos funcionales del bosque altoandino. La 
comprensión de la diversidad funcional de la vegetación conlleva a mejorar los 
componentes ambientales, ecosistémicos y comunitarios, en este sentido, la 
caracterización de la vegetación de zonas de bosque altoandino, mediante 
caracteres morfológicos, fi siológicos y estructurales puede contribuir a la 
comprensión del comportamiento ecológico, como la sucesión ecológica y su 
respuesta potencial ante cambios ambientales (Easdale y Gurvich, 2014). 
Los grupos funcionales de las comunidades vegetales de los bosques permiten 
estimar la captura y uso de los recursos, estimando la distribución que tienen estos 
dentro de la comunidad con la abundancia de las especies. Los grupos funcionales 
que se han determinado en los bosques altoandinos de Colombia (fi gura 1), están 
relacionados con procesos de sucesión y regeneración de especies nativas, 
con el fi n principal de conocer y mantener la biodiversidad y defi nir grupos de 
especies aptas para los procesos de restauración ecológica (Castellanos-Castro y 
Bonilla, 2011), también se ha determinado los rasgos funcionales de la madera de 
especies dominantes de este ecosistema con la biomasa y la captura de carbono, 
(Vasquez-V, 2013). 
La comprensión de la diversidad funcional de la vegetación conlleva 
a mejorar los componentes ambientales, ecosistémicos y comunitarios
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino 27
Figura 1. Grupos funcionales de plantas encontrados en bosque altoandinos de Colombia 
y el proceso ecosistémico asociado. Fuente: Elaboración propia (2017).
Implicaciones del cambio climático para el bosque altoandino. Los grupos 
funcionales son empleados en la investigación destinada a predecir los efectos del 
cambio global en la vegetación (Lavorel et al., 1997), ya que se ha demostrado 
que la diversidad funcional presenta una alta susceptibilidad a cambios ambientales 
y motores de cambio global (Salgado-Negret, 2015), generando cambios en la 
composición de las comunidades vegetales y descenso en el funcionamiento de los 
ecosistemas (Castro, 2005; Castellanos-Castro y Bonilla, 2011).
Un grupo funcional de respuesta climática, reúne a especies vegetales de 
determinado género o familia, cuyas características principales se relacionan con el 
grado de tolerancia, la capacidad de dispersión, de colonización y de establecimiento 
en nuevos hábitats (Gómez-Mendoza et al., 2008; Castellanos-Castro y Bonilla, 
2011), haciendo posible que el cambio climático genere variaciones en la 
composición, abundancia y riqueza de especies, teniendo en cuenta los escenarios 
y la respuesta biológica a las variaciones hídricas y de temperatura, los aislamientos 
biogeográfi cos y la reducción de nichos (Ramírez-Villegas et al., 2014).
Grupos Funcionales del Bosque Altoandino28
El funcionamiento de la vegetación puede resumirse en la resiliencia y la 
resistencia, asociadas a la adaptación a las condiciones ambientales generando 
diversidad taxonómica y estructural, no obstante, los daños que el cambio climático 
puede producir sobre el funcionamiento ecosistémicos deben evaluarse sobre la 
biodiversidad y la productividad (Castro, 2005).
El trabajo realizado por Páez (2016), muestra como el estudio de los rasgos 
funcionales de especies vegetales ayudan a entender los procesos de regeneración 
y la forma en que las especies se establecen en diferentes ambientes, permitiendo el 
establecimiento de estrategias para la conservación y restauraciónde ecosistemas 
alto andinos. Por ejemplo, especies con alta biomasa en las hojas colonizan con 
mayor facilidad zonas estrés ambiental (suelos degradados), mientras que especies 
con mayor biomasa en tallo pueden colonizar zonas con buena disponibilidad 
de recursos, así mayor variación de los rasgos funcionales implica un mayor 
aprovechamiento de los recursos (Páez, 2016). 
Adicionalmente, el identifi car grupos funcionales de plantas asociadas a la 
dispersión y la regeneración de las especies empleadas en procesos de restauración 
ecológica ayuda a defi nir las especies que pueden aumentar la cobertura vegetal, 
aportando al cumplimiento de sus objetivos (Castellanos-Castro y Bonilla, 2011). 
En otros ecosistemas, el estudio de los rasgos funcionales (rasgos reproductivos) 
se han empleado para determinar categorías de riesgo de las especies y así mismo 
establecer prioridades de conservación (Alcázar y Ramírez, 2011).
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Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque Altoandino al Cambio Climático 31
Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque 
Altoandino al Cambio Climático
Plant Adaptive Strategies to Climate Change in Paramo and 
High Andean Forest Ecosystems
Diana Marcela Medellín-Zabala
Sphagnum magellanicum. Páramo El Verjón, Parque Ecológico Matarredonda. Foto: Diana Medellín-Zabala, 2017.
Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque Altoandino al Cambio Climático32
El cambio climático además de implicar alteraciones en los patrones 
de precipitación e incremento en la temperatura global, puede tener como 
consecuencia el cambio en la distribución de las especies vegetales de ecosistemas 
de alta montaña hacia elevaciones superiores (Chirino et al., 2017). En efecto, los 
ecosistemas de páramo y bosque altoandino se encuentran entre los más sensibles 
a la variación en las condiciones climáticas que ocurren a escala global, regional y 
local, debido a los cambios abruptos en los regímenes de precipitación y a épocas 
de sequía extrema (Ruiz et al., 2008; Bréda y Peiffer, 2014).
Como las nuevas condiciones ambientales superarán los umbrales fi siológicos 
de muchas especies de plantas que no podrán migrar a la misma velocidad en 
que está cambiando el clima, es probable que se reduzca el tamaño poblacional 
de muchas especies, haciéndolas más susceptibles a la extinción local y global, 
de manera que la diversidad, la composición de las comunidades y los servicios 
ambientales como la regulación hídrica, se verán afectados en muchos ecosistemas 
andinos tropicales (Cotto et al., 2017).
Los ecosistemas de páramo y bosque altoandino se encuentran 
entre los más sensibles a cambios en las condiciones climáticas 
que ocurren a escala global, regional y local
Ya que el clima es una fuerza selectiva crucial en poblaciones naturales (Jump 
y Peñuelas, 2005), el estudio de las estrategias adaptativas de las plantas y de los 
factores ambientales bióticos y abióticos que las han seleccionado a lo largo del 
tiempo, son elementos esenciales para entender el éxito de su mantenimiento en 
los ecosistemas donde han evolucionado (Bonilla, 2005). Con base en esto, se 
han desarrollado diversos estudios en ecosistemas de alta montaña para conocer 
y entender algunas de las características morfológicas y fi siológicas que algunas 
plantas han desarrollado para adaptarse a cambios ambientales, y que pueden 
verse relacionados con efectos de cambio climático. A continuación, se presentan 
dos ejemplos.
Respuesta ecofi siológica de musgos. Los briofi tos forman parte de la 
vegetación típica que crece sobre el suelo y rocas de zonas de páramo y 
subpáramo. Tradicionalmente, se les ha asignado el papel de reguladores hídricos 
por la capacidad de retener agua de lluvia, aguas corrientes y niebla en sus tejidos. 
Bonilla (2005), analizó la relación que existe entre la anatomía y morfología de 
hojas, y la capacidad de retención y liberación de agua en cinco especies de 
musgos (Sphagnum magellanicum Brid., Sphagnum sancto-josephense H.A. Crum 
y Crosby, Racomitrium crispipilum (Taylor) A. Jaeger, Pleurozium schreberi (Willd. 
ex Brid.) Mitt. y Polytrichadelphus longisetus (Brid.) Mitt.) presentes en el páramo del 
Parque Nacional Natural Chingaza. Encontró que R. crispipilum es capaz de perder 
más del 50 % de su contenido hídrico sin morir, ya que vive en condiciones de alta 
exposición al desecamiento, mientras que S. sanclo-josephense y S. magellanicum 
son capaces de retener 21 y 23 veces su peso seco en agua, respectivamente, 
debido a que son especies típicas de turberas. A su vez, encontró que la capacidad 
Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque Altoandino al Cambio Climático 33
de retener agua de estas dos últimas especies, está estrechamenterelacionada con 
la presencia de unas células especiales en las hojas que actúan como reservorio, 
de manera que el agua almacenada es liberada lentamente.
Respuestas de especies arbóreas ante sequías. Muchas de las respuestas 
que las plantas presentan ante las sequías han sido asociadas a rasgos morfológicos 
y fi siológicos. De acuerdo a Chirino et al. (2017), estos rasgos son importantes ya 
que los desbalances en el desarrollo de las plantas (como cambios en el radio de 
raíces o de la superfi cie de absorción radical), pueden afectar su probabilidad de 
supervivencia y su capacidad para enfrentar los períodos de sequía. Las variables 
relacionadas con el sistema radical determinan la capacidad de absorción del agua 
que asegura un buen estado de hidratación de las plantas bajo condiciones de 
estrés por sequía. Por su parte, las variables de intercambio gaseoso como la 
conductancia estomática, la transpiración y la tasa fotosintética, también han sido 
asociadas a la morfología de plántulas y raíces en plantas, así como a la resistencia 
a la cavitación (Chirino et al., 2017). 
El conocimiento sobre rasgos funcionales y patrones de asignación de biomasa, 
estructura radical y efi ciencia del uso del agua durante un período de sequía, puede 
ayudar a mejorar la capacidad de predecir el impacto de sequías en especies y 
comunidades vegetales (Vilagrosa et al., 2014). En un estudio desarrollado por 
Chirino et al. (2017), que involucró el análisis de rasgos funcionales en cuatro que 
tienen distribución en Colombia: Alnus acuminata Kunth, Cedrela montana Moritz 
ex Turcz., Schinus molle L. y Caesalpinia spinosa (Molina) Kuntze, se encontró que 
no todas las especies de ecosistemas secos son las más resistentes a sequías, 
así como, la variación de respuesta con estrategias adquisitivas o conservativas.
Conclusión
Las estrategias que las plantas desarrollan ante factores ambientales extremos 
como altas temperaturas y estrés hídrico, dependen de su plasticidad, que 
corresponde a un rasgo sujeto a selección y que ha sido propuesto como uno de los 
principales mecanismos que les permite a las especies persistir frente a cambios 
ambientales, debido al incremento en la probabilidad de tener fenotipos adecuados 
para las nuevas condiciones. Sin embargo, esta plasticidad tiene límites, por lo 
cual es importante tener en cuenta la necesidad de la conservación de bosques 
y páramos, a través de alternativas que reduzcan los efectos de degradación del 
suelo y fragmentación del hábitat, que en últimas se verán refl ejados en cambios 
en la estructura, función y composición de los ecosistemas, con la reducción de los 
benefi cios y servicios que ofrecen los ecosistemas de alta montaña.
Estrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque Altoandino al Cambio Climático34
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 2
01
7.
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio ClimáticoEstrategias Adaptativas de Plantas de Páramo y Bosque Altoandino al Cambio Climático36
Epidendrum secundum. Reserva Ecológica Andes. Foto: Diana Medellín, 2017. 
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático
37
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios 
de Cambio Climático
The Wildlife as a Component of Variation in Climate Change Scenarios
Angélica Trujillo Acosta
Colibri coruscans. Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis. Foto: Angélica Trujillo Acosta, 2017.
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático38
Es claro que la fauna silvestre per se no permite conocer las variaciones que 
el cambio climático está generando en los ecosistemas ya que su capacidad 
de movimiento reduce la visibilidad de estos efectos. Sin embargo, la ausencia 
de fauna silvestre en los ecosistemas repercutiría en la pérdida de funciones y 
procesos ecológicos, y por ende en la prestación de servicios y benefi cios para 
el ser humano. Entonces, en un escenario de cambio climático ¿cuáles son las 
implicaciones cuando hablamos de fauna silvestre?
La fauna silvestre dentro de cada ecosistema participa en procesos de sucesión 
natural y ciclaje de nutrientes. En los procesos de sucesión, la fauna silvestre 
a través de la dispersión y depredación de semillas, polinización y herbivoría, 
modifi can su hábitat favoreciendo la reproducción y producción de frutos, regulando 
las poblaciones de ciertas especies de plantas. Además de estas funciones 
y procesos, los servicios que la biodiversidad y en especial la fauna ofrece al 
ser humano, se relacionan con servicios de provisión a través de la producción 
de miel; servicios de regulación como la dispersión de semillas y polinización, 
servicios de soporte en la generación de suelo por medio de anélidos e insectos, 
y servicios culturales por medio de toda la tradición oral y belleza escénica que 
proveen (Whelan et al., 2008; MADS, 2012; Pla et al., 2012). Por ejemplo, algunas 
especies de aves realizan procesos de descomposición, polinización, dispersión 
de semillas y depredación, que se ven refl ejados principalmente en servicios de 
regulación y provisión (Whelan et al., 2008; Pla et al., 2012).
Estas asociaciones planta - animal han evolucionado a lo largo del tiempo 
hasta el punto de relaciones especie - específi cas que, si bien aumentan la 
riqueza y la importancia para la conservación, también favorecen los endemismos 
de especies. A su vez, en escenarios de cambio climático, la pérdida de hábitat es 
un escenario posible que afecta directamente a la fauna silvestre (IPCC, 2007), 
que aunque las especies pueden movilizarse altitudinalmente, las especies 
especialistas y endémicas pueden llegar a ser las más afectadas en cada uno 
de los ecosistemas, debido a que se presenta una pérdida de características de 
hábitat fundamentales para su desarrollo y reproducción (IPCC, 2007; Rodríguez-
Eraso et al., 2010), afectando de manera visible sus patrones de migración, 
reproducción, cría, y distribución (IPCC, 2002). 
Así mismo, los cambios en los regímenes de precipitación y temperatura 
generados por el cambio climático generarán modifi cacionesen la fenología 
de plantas, por lo que tanto la fl oración y fructifi cación tendrán unos patrones 
temporales diferentes a los conocidos (IPCC, 2007; Rodríguez-Eraso et al., 
2010). Estos cambios afectarían directamente a especies de insectos, aves y 
murciélagos nectarívoros, e insectos y vertebrados que de manera primaria o 
secundaria son frugívoros y dispersores o depredadores de semillas, que a su 
vez modifi carían en algún grado la dinámica del ciclo de carbono en el suelo por 
efecto de la disposición de heces y la caída de frutos y su descomposición.
De igual manera, escenarios de aumento de precipitación generan hábitats 
húmedos más constantes, que en grupos de fauna como los dípteros (por 
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático
39
La fauna silvestre en el ecosistema participa en procesos de sucesión 
natural y ciclaje de nutrientes, que, a través de la dispersión y 
depredación de semillas, polinización y herbivoría, modifi can su 
hábitat favoreciendo la reproducción y producción de frutos, así como, 
la regulación de las poblaciones de ciertas especies vegetales
Por otra parte, en un escenario de cambio climático las condiciones propician 
la prevalencia, reproducción y asentamiento de especies invasoras, debido a 
sus ventajas ecológicas generalistas y de no presentar en el medio invadido 
los depredadores naturales. Efecto similar ocurre en la prevalencia y aumento 
en la presencia de especies plaga (IPCC, 2002), que en escenarios de cambio 
climático son una causa inminente de la disminución en la productividad agrícola 
(MADS, 2012).
Al reconocer la íntima relación de dependencia que la fauna silvestre tiene 
con los ecosistemas, se hace necesario conocer su vulnerabilidad y capacidad 
de resiliencia (Andrade et al., 2011). Sin embargo, es necesario proponer e 
implementar estrategias de mitigación al cambio climático, ya que en escenarios 
de aumento a 1.5 o 2.5 °C, los ecosistemas sobrepasarán su capacidad de 
mantener sus funciones y estructura (IPCC, 2007). Sobrepasar esta barrera de 
resiliencia provocaría que los ecosistemas se transformen en otros sistemas 
con funciones, estructura y composición diferente a la inicial, que proveería de 
hábitats que favorecería solo a algunas de las especies que originalmente lo 
habitaban.
Los ecosistemas con mayores efectos en escenarios de cambio climático y 
que están representados en América Latina son tundras, montañas, manglares, 
arrecifes de coral, costas bajas, humedales (IPCC, 2007). En Colombia los 
escenarios de cambio climático tienden al retroceso de páramos, deshielo 
de nevados, aumento del nivel del mar y pérdidas de productividad agrícola 
(IDEAM et al., 2015). Particularmente los sistemas de alta montaña son los 
más vulnerables a los efectos del cambio climático, comprendiendo humedales, 
bosques altoandinos, glaciares y páramos (MADS, 2012).
Los ecosistemas de alta montaña representan gran importancia por suministrar 
el servicio de provisión de agua y porque albergan gran cantidad de biodiversidad 
con algún grado de amenaza en el país (IDEAM et al., 2016), razón por la cual 
ejemplo, mosquitos) son espacios ideales para su reproducción sin limitantes 
de estacionalidad o con períodos de reproducción más largos. Esto generaría 
grandes volúmenes de individuos que sobrepasarían la capacidad de control 
natural y de manera alterna la posibilidad de brote de enfermedades, como la 
malaria y el dengue, diseminadas por especies vectores. (IPCC, 2002; IPCC, 
2007).
La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático La Fauna Silvestre como Componente de Variación en Escenarios de Cambio Climático40
aumenta la vulnerabilidad de este ecosistema por pérdida de biodiversidad. El 
efecto esperado por cambio climático en estos ambientes es la disminución de 
la precipitación y el aumento de la temperatura, lo cual reducirá el área de cada 
uno de los ecosistemas que comprende debido a la migración altitudinal de las 
condiciones climáticas y en especial los humedales presentes tenderán a la 
desecación (IDEAM, 2011). 
En consecuencia, las especies de fauna tenderán a migrar de igual manera, 
pero su establecimiento dependerá de la capacidad de adaptación a estos 
cambios, que en caso de Colombia, cerca del 50 % de las especies de anfi bios 
tendrían que desplazarse altitudinalmente conforme la temperatura aumenta 
y cinco especies de aves en la Sierra de Perijá, Darién y Chiribiquete podrían 
extinguirse por efecto de cumbre, donde las especies llegan a un límite de 
migración altitudinal que no compensa los cambios de temperatura (IAvH, 2016).
Sin embargo, si bien los posibles cambios en los ecosistemas que generaría 
cada uno de los escenarios de cambio climático acarrean grandes cambios en 
la distribución, comportamiento y fi siología de la fauna, las causas generadoras 
de cambio climático son también las principales amenazas a la biodiversidad. 
Los incendios forestales, cambios en el uso del suelo como la deforestación 
y la urbanización, y la sobreexplotación, son algunos ejemplos (MEA, 2003; 
Rodríguez-Eraso et al., 2010; IDEAM et al., 2016). 
Por lo tanto, se hace necesaria la reacción inmediata para evitar o al menos 
reducir el impacto que pueda causar el cambio climático sobre las especies de 
fauna, a través de estrategias de mitigación y adaptación que se contemplen a 
nivel de ecosistema, que si bien ya se han planteado y puesto en marcha (MADS, 
2012; IDEAM et al., 2016), se requiere mayor esfuerzo local y la integración de 
las comunidades locales para que estas estrategias se mantengan a lo largo del 
tiempo. 
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Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña42
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Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña
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Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña44
Frailejón en G
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ngélica Trujillo A
costa, 2017.
Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña
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Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de 
Alta Montaña
Bioindicator Species of Climatic Change in High Mountain Ecosystems
Diego Mauricio Cabrera-Amaya
Panorámica del páramo de La Lechuza en Pasquilla (Ciudad Bolívar, Bogotá). Foto: Diego Cabrera, 2017.
Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña46
Millones de personas derivan su sustento de los ecosistemas de alta montaña 
en Colombia, pues representan la principal fuente de agua potable y de alimento, 
de forma directa o por la industria agropecuaria, pero a su vez presenta una 
gran importancia cultural para sus habitantes (Rangel-Ch., 2000; Josse et al., 
2009). El aumento progresivo de las temperaturas en la alta montaña provocará 
inevitablemente la reducción de las precipitaciones y cambios en los ciclos 
hidrológicos y de nutrientes, lo cual se verá refl ejado a su vez en la disminución del 
suministro de agua y de la oferta de alimentos propia de la franja altoandina (León 
et al., 2015). Dado que los Andes tropicales se encuentran entre las regiones del 
mundo más vulnerables al cambio climático (Bush, 2002; Malcolm, et al., 2006) 
y los pronósticos de aumento de las temperaturas son similares a los del Ártico 
(Anderson et al., 2012), es necesario llevar a cabo el seguimiento y monitoreo de 
las variables climáticas y de sus efectos sobre los ecosistemas de alta montaña 
en los Andes tropicales. Por supuesto, una de las mejores formas de hacerlo es a 
través de bioindicadores como veremos a continuación.
Un bioindicador es un organismo o comunidad cuya existencia, estructura, 
funciones y reacciones dependen del medio en que se desarrollan (Capó Martí, 
2007), de manera que son muy sensibles a los cambios del ambiente y reaccionan 
de manera específi ca, de tal forma que en ocasiones es posible establecer la 
intensidad de dichos cambios (Capó, 2007). El uso de bioindicadores se encuentra 
extendido principalmente como una metodología menos costosa para observar el 
impacto de los contaminantes sobre los ecosistemas a lo largo del tiempo o para 
comparar un sitio contaminado frente a uno no contaminado (Markert et al., 2003). 
No obstante, los bioindicadores también representan una herramienta de la biología 
de la conservación, pues se usan para elucidar los efectos del cambio global como 
la alteración del hábitat, la fragmentación y el cambio climático (McGeoch, 1998).
Los frailejones son uno de los elementos más característicos de 
los páramos en el norte de Suramérica y algunas especies son 
endémicas de localidades particulares; por esta razón, la reducción 
de sus poblaciones o la desaparición de sus especies puede ser una 
señal de alerta ante el cambio climático
Dada la gran sensibilidad que se requiere de un bioindicador, las especies 
endémicas pueden ser una buena opción a la hora de evaluar el efecto del 
cambio climático, pues se trata de especies con requerimientos de hábitat muy 
particulares, justamente en la alta montaña de los Andes tropicales muchas 
especies se encuentran muy propensas a la extinción debido a su reducida área de 
distribución (Larsen et al., 2012). En los páramos de los Andes del norte se estima 
que alrededor del 35 % de las especies de aves y el 60 % de las especies vegetales 
podrían extinguirse o resultar críticamente dañadas para el año 2080, esto debido 
a la distribución en forma de islas de estos ecosistemas y a su biota altamente 
endémica (Cuesta, 2007). En el caso del bosque nublado, muchas especies 
están adaptadas a estrechos rangos altitudinales en pendientes pronunciadas, de 
Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña
47
manera que el cambio climático podría colapsar las poblaciones o hacerlas más 
vulnerables a la extinción (Anderson et al., 2012). De la misma forma, el cambio 
climático puede provocar un ascenso del nivel basal las nubes en zonas boscosas, 
lo que podría llevar a una reducción de la niebla o precipitación horizontal, con 
resultados nefastos para las epífi tas y para la fauna que éstas sustentan (Anderson 
et al., 2012). Solamente en Colombia, el número de especies endémicas por 
encima de 2800 msnm (bosque altoandino y páramo) llega a 1577 especies de 
plantas vasculares, 24 de musgos, 15 de hepáticas, una de antoceros y 48 de 
líquenes (Bernal et al., 2017). Debido a esto, las especies endémicas son en primer 
grupo dentro de los bioindicadores para el monitoreo del cambio climático en alta 
montaña.
Las especies epífi tas, en general, son consideradas buenos indicadores de la 
calidad de los hábitats en donde viven (Turner et al., 1994; Krömer et al., 2014), 
principalmente por su sensibilidad a cambios en las condiciones climáticas y el 
estado del bosque (Benzing, 1998; Nadkarni y Solano, 2002; Zotz y Bader, 2009). 
Ya que las epífi tas responden rápidamente a cambios en la humedad relativa, 
composición del aire y niveles de luz (Foster, 2001), estas plantas son otro de 
los grupos focales que se deben tener en cuenta para el monitoreo de cambio 
climático (Nadkarni y Solano, 2002; Krömer et al., 2014).
Las plantas epífi tas son muy sensibles a los cambios del clima en 
los bosques nublados, pues la mayor parte del agua y los nutrientes 
los reciben de la atmósfera directamente; los cambios en la riqueza, 
composición y abundancia de estas plantas pueden ser un refl ejo del 
cambio climático
Otros organismos frecuentemente utilizados como bioindicadores son los 
líquenes u hongos liquenizados, principalmente para monitorear la calidad del aire 
(Simijaca-Salcedo et al., 2014), sin embargo, también se ha descubierto su valor 
en el monitoreo del cambio climático (Hawksworth et al., 2005), de manera que 
pueden cumplir el mismo papel en la alta montaña dado que son muy diversos en 
este tipo de ambientes (Sipman et al., 2000).
Finalmente, vale la pena destacar que no sólo la desaparición de las especies 
o la reducción de sus poblaciones pueden ser indicadores de cambio, también es 
posible que otras especies de zonas más cálidas empiecen a colonizar los nuevos 
ambientes tal como se ha demostrado en la Antártida con las especies Colobanthus 
quitensis y Deschampsia antarctica (Smith, 1994; Rabert et al., 2017). Es necesario 
entonces que el monitoreo en la alta montaña sea integral y que tenga en cuenta 
todos los aspectos y los grupos de especies que se han mencionado.
Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña Especies Bioindicadoras del Cambio Climático en Ecosistemas de Alta Montaña48
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REDD+ Projects: Origin, Defi nition and Implementation in Colombia
Carolina Villegas Vargas
Bosque tropical. Foto: Carolina Villegas Vargas, 2017.
Proyectos Redd+: Origen, Definición e Implementación en Colombia54
La sigla REDD+ signifi ca reducción de emisiones por deforestación y degradación 
de bosques. En el contexto internacional se defi ne en el año 2005 en la COP11. 
En el contexto colombiano, en 2008 se crea la mesa REDD, una iniciativa que 
promocionó estos proyectos. En tiempos recientes, el Estado ha implementado 
REDD+ en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.
¿Qué es REDD+? En los proyectos REDD+ se conservan áreas cubiertas de 
bosque amenazadas por deforestación; para que países que contaminan el aire 
paguen por la conservación de estos bosques. En estos proyectos se les paga un 
“arriendo” a las comunidades dueñas de los bosques. El costo de ese “arriendo” 
depende del área del bosque y del tamaño de los árboles. 
Origen de los proyectos REDD+ El origen de los proyectos REDD+ es el 
Protocolo de Kioto (1998). Los 197 países que se acogieron a este protocolo 
coincidieron en que la temperatura promedio del planeta había aumentado de 
manera anómala. Para mitigar el aumento de la temperatura, los países fi rmantes 
del Protocolo se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto 
invernadero y se planteó el intercambio de la reducción de las emisiones, de tal 
manera que los países que disminuyeran sus emisiones pudieran vender estos 
cupos a países que aumentaran sus emisiones (ONU, 1998).

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