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La fiebre, el tnecanistno regulador -por excelencia Xavier Uriarte (Médico Naturista) FEVER, A REGULATIVE MECHANISM. URIARTE X Keywords: Fever, Fever therapy, Fasting. English Abstract: Fever is one of the most frequent and characteristic body defense mechanisms. Many erroneous thoughts about jever have led to an u ndesirable medica! interventionism, that in many cases are only suppressing this phenomenon, inherent to lije. Fever can be oj Injectious, Necrotic, Inmunologic, Metabolic, Endocrina!, Iatrogenic, Neoplasic, Adaptative or Hematic origin, · being in the majority of cases a simply thermorregulative mechanism. Fever the�apy is also a good treatment for many illnesses. INTRODUCCIÓN La fiebre, o elevación de la tempera tura corporal, es uno de los fenómenos más característicos de defensa orgánica y una manifestación de las reacciones de combustión en el organismo. La presen cia de fiebre en los seres vivos es por tanto una realidad frecuente que generalmente constituye un motivo de alarma. Los conceptos erróneos acerca del proceso febril conducen a actitudes des mesuradas y a intervenciones por parte de los profesionales de la salud que no hacen más que ocultar un fenómeno intrínseco a la vida misma. El calor animal, que es resultado del' proceso de nutrición, se mantiene en el ser humano entre 36,4° y 37,2°C en mucosa bucal o axilar y en 38°C en mucosa rectal. Sufre modificaciones en virtud de factores muy diversos: durante el ciclo circadiano la temperatura corporal es máxima entre las 18:00 y las 20:00 horas y mínima a las 04:00 horas; los ciclos ultradianos de la ovulación y del embara zo también modifican la temperatura, así como las condiciones ambientales de temperatura y humedad, la actividad muscular, la ingesta de alimentos, y la activación de mecanismos de adaptación o estrés. ASPECTOS HISTÓRICOS La palabra calentura -sinónimo de fiebre, pirexia o estado febril- sirve para designar un tipo de sintomatología cuyo estudio es muy importante, puesto que según Sydenham casi la totalidad de la humanidad sufre en algún momento de 26 Natura Medicatrix. Verano 1992 (nº 30) su existencia un proceso febril. Fiebre (febris) deriva según unos del verbo lati no jerueoJervere, hervir, y según otros de febnto,februare, purgar, depurar, purifi car (1) . Desde hace miles de años se ha con siderado que la fiebre ejercía sobre el organismo unos efectos beneficiosos. Para Hipócrates (430-377 a .J .C.) la fiebre per mitía vencer ciertas enfermedades. Esta creencia estaba fundamentada principal mente en la teoría según la cual el cuerpo humano poseía cuatro humores: la san gre, la linfa, la bilis amarilla y la bilis negra. La enfermedad aparecía cuando uno de estos humores se producía en cantidad excesiva. Para defenderse, el organismo elevaría la temperatura ínterna, lo que provocaría una cocción del humor y su evacuación ulterior por los diferentes emunotorios de la econo mía. El concepto de fiebre como mecanis mo de defensa persistió durante toda la Edad Media e incluso hasta mucho más tarde. Probablemente muy influido por las ideas de Hipócrates, el médico inglés Thomas Sydenham pensaba que la fiebre era el motor de la naturaleza que servía para combatir al enemigo. La relación entre la fiebre y la enfermedad no empe zó a ser vislumbrada hasta finales del siglo XIX, cuando Liebermeister, médico alemán, dedujo que la fiebre no era debi da a una incapacidad del organismo en fermo para manterner la temperatura in terna a un nivel constante próximo a los 37° C, sino todo lo contrario: Durante un estado febril la temperatura corporal se guía estando controlada, aunque a un nivel superior al normal. Era el propio organismo el que imponía el incremento de la temperatura y la mantenía elevada. Liebermeister llegó a esta conclusión al comprobar que la temperatura del enfer mo con fiebre volvía frecuentemente al mismo nivel tanto si se le colocaba en un baño de agua fría como si se le colocaba en uno de agua caliente. Para este médico la fiebre era generalmente beneficiosa, pero podía conve1tirse en peligrosa si llegaba a ser muy elevada o se prolonga ba durante.muho tiempo. No obstante, la aparición de los fármacos antipiréticos a finales del siglo XIX condujo a numerosos médicos y al sistema sanitario en general a considerar la fiebre en otros términos. Conocer la calentura es más fácil que definirla . Los antiguos la definieron en función de su esencia, de sus efectos y de sus síntomas. Por su esencia, los solidistas dijeron que dependía de una afección del corazón, de las arterias, de los nervios, de los vasos capilares y hasta del organismo en masa; los humoristas la atribuyeron a la efervescencia o a diversas alteraciones de la sangre, de la bilis, etc. Ya dijo Hipócrates que la calentura, por sus efec tos era un medio de que se vale la natu raleza para rechazar el principio morbífico; Sydenham y Stoll, afirmaron que la fiebre es un instrumento del que la naturaleza se sirve para separar lo puro de lo impuro; una reacción de la vida que intenta re chazar la mue1te. Por sus síntomas, Galeno dijo que era un· calor preternatural del cuerpo . P ara Boerhaave erauna preternatural velocidad del pulso; otros autores dijeron que era una enfermedad con frío, calor, sed, debilidad, pulso acelerado, etc. ASPECTOS FILOGENÉTICOS Hoy sabemos que no sólo los mamífe ros regulan la temperatura corporal; tam bién lo hacen otros grupos de vertebrados. Las aves, animales endotermos como los mamíferos, no se distinguen de estos en cuanto a la regulación de la temperatura corporal, puesto que pueden generar ca lor interno. En un ambiente frío utilizan los mismos procesos para calentarse: au ·mento del metabolismo, de la actividad muscular, etc. Los otros grandes grupos de vertebrados, los reptiles, anfibios y peces, llegan a mantener una temperatura inter na casi estable. Se distinguen de los ante riores grupos en que son ectotermos, es decir, dependen de fuentes de calor ex ternas para incrementar su temperatura, porque estos animales no producen calor interno. Cuando la temperatura exterior desciende se desplazan hacia un microclima más caliente y a la inversa. Hasta hace poco se creía que única mente los mamíferos generaban fiebre como respuesta a una infección. Pero actualmente se sabe que también las aves, reptiles, anfibios y petes, incluso algunos invertebrados como las langostas y los escorpiones son capaces de producir el fenómeno de la fiebre (2). Tenemos el ejemplo de la iguana. VAUGHN et col. ( 1974) demostraron que la iguana esco gía un ambiente más caluroso después de haber sido infectada por bacterias. En otro experimento (KLUGER) se coloca ron iguanas del desierto en un recinto artificial cuyas condiciones ambientales eran parecidas a las del desierto. La tem peratura en el recinto se mantenía a l 2°C durante la noche y a 30°C durante el día. Al mismo tiempo, se aumentaba la tem peratura en determinados puntos me diante focos. Los focos estaban encendi dos a lo largo del día. Bajo los focos la temperatura era de 50°C. De esta manera, la temperatura ambiente diurna estaba comprendida entre 30°C y 50°C, según la zona del recinto. Mientras los animales se mantenían sanos se desplazaban por el recinto a fin de mantener su temperatura corporal entre 38°C y 39°C. Pero la inoculación de un agente patógeno pro vocaba el desplazamiento de los anima les hacia regiones más calientes, permi tiéndoles así aumentar su temperatura corporal hasta 40° ó 42° C. En otra fase del mismo experimento las iguanas infecta das con bacterias Gram-negativas fueron separadas en dos grupos; uno se colocó en un ambiente a 38°C, y el otro a 40- 420C. La tasa de supervivencia fue mayor en este último. ETIOPATOGENIA Aunque existe un gran número de factores que pueden originar fiebre, casi siempre puede identificarse la causades pués de realizar un estudio en profundi dad de la persona. Se han establecido hasta 10 grupos etiológicos distintos de factores que origi nan fiebre: I. Infeccioso • Bacterias. • Virus. • Rickettsias. • Parásitos. II. Necrosis Tisular • Accidentes vasculares (infartos, he morragias, hematomas). • Traumatismos mecánicos. • Procesos inflamatorios locales. Cualquier inflamación, por muy loca lizada y puntual que sea, puede poner en marcha los mec anismos termorreguladores dependientes del hipotálamo. III. Inmunológico • Patología del tejido conectivo (alte raciones del colágeno, la reticulina, la elastina, tejido intersticial cartílago ar ticular y membrana sinovial (3). IV. Metabólico • Patología de la membrana basal (hipei·proteinemia, hipercoleste rolemia, hipe1triglicerinemia, hiper uricemia (4). • Deshidratación, dietas hipercon centradas. Exceso de cloruro de sodio y de azúcar (5). V. Endocrino • Transtornos de la hipófisis. • Transtornos del tiroides. Intoxi cación por yodo. • Extirpación del tiroides. • Hiperfunción de las suprarrenales. • Disfuncionalidad ovárica. · VI. Neoplásico • Cáncer gástrico, cáncer hepático, cáncer renal. • Cáncer suprarrenal, cáncer óseo. Linfomas. • Cáncer de páncreas. VII. Yatrogénico- . Farmacológico • Sulfamidas. Cefalosporinas. Tetra ciclinas. Rifampicina. Isoniacida. Eritromicina. Etambutol. Meticilina. PAS. Nitrofurantoina. Metimazol. • Antjhistam.ínicos. Antiinflamatorios. Analgésicos. A.A.S. Indometacina. Es- treptocinasa. Alopurinol. Cimetidina • Hipotensores (hidralacina, alfa-me tildopa y otros) . • Antidepresivos. Sedantes. Neurolép ticos. Antiepilépticos . Psicoana lépticos. Anfetaminas. Carbamaze pina. Difenilhidantoína. Meprobama t o . H aloperi.d o l . Amitrip til ina . , I .M.A.O. (6). VIII. Termorregulador • Aumento de la producción de calor por: Hipertemia maligna. Efecto de la anestesia generalizada. Incremento excesivo de la temperatu ra exterior. Presencia de un feocromocitoma. Tirotoxicosis. Status epiléptico. Ejercicio incontrolado (7). • Disminución de la pérdida de calor por: Insolación. Ciertos fármacos, como la atropina. Vendajes oclusivos. Ropajes excesivo. Distonía vegetativa. Ictiosis. Ciertas enfermedades de la.piel que afecten a las glándulas sudoríparas. Deshidratación . . Proximidad a una fuente de emisión de calor. IX Adaptativo • Existen indicios de que el síndrome general de adaptación, en la fase de agotamiento, va acompañado de signos febriles de difícil lectura pronóstica (8). X Hemático • Ciertas hemólisis. Leucosis. Mieloma. • Alteraciones del sistema mieloproli ferativo. PARALELISMOS FISIOLÓGICOS ENTRE FIEBRE, AYUNO Y CAQUEXIA No se conoce todavía con total exacti- • tud y de un modo completo el mecanismo de producción de la fiebre, si bien muchos de los pasos intermedios están perfecta mente descritos en la literatura médica. Actualmente se sabe que las noxas producen una mayor afluencia de leucocitos al torrente circulatorio. En el transcurso de este proceso los neutrófilos, linfocitos y monocitos liberan una proteí na de bajo peso molecular que se conoce con el nombre de Pirógeno Endógeno (P.E.) . La activación de leucocit9s produc tores de P.E. requiere la síntesis tanto de RNA mensajero como de proteína. El P .E . Natura Medicatrix. Verano 1992 (nQ 30) 27 ( es transportado por la sangre hasta el encéfalo donde actúa a nivel del área preóptica del hipotálamo anterior, acti vando los centros termorreguladores hipotalámicos a través de la producción de ciertos mediadores, como algunos derivados del ácido araquidónico, prostaglandinas, monoaminas (serotonina y noradrenalina), iones Ca++ y Na+, AMPc. Rosendorff ha propuesto un interesante modelo de la patogenia de la fiebre: Cuando el P.E. circula por el hipotálamo induce la producción de un metabolito del ácido araquidónico; esta sustancia incrementa la síntesis de noradrenalina, la cual aumenta a su vez la producción de AMPc (9). También se sabe que el desencadena miento de la fiebre no depende necesa riamente de las PG. La explicación más creíble para este hecho sería que existen dos tipos de mecanismos de producción de la fiebre; uno dependería de las PG (como en los casos de necrosis tisular) mientras que el otro sería independiente de las PG. Una vez estimulado el hipotálamo anterior se ponen en marcha las numero sas reacciones conducentes a elevar la temperatura y a reducir la pérdida de calor con la finalidad de activar el sistema inmunitario para desactivar la noxa y de promover fenómenos complejos en el metabolismo, reacciones que tienen lu gar a través del eje neuroendocrino (10). Reacciones en el sistema inmunitario • Promoción de los mecanismos de defensa. Parecen ser hechos demostra dos que durante la fiebre se produce una activación fagocítica de los neutrófilos periféricos y una potenciación inmunita;·ia de los anticuerpos y del interferón con estimulación específica de su acción antibacteriana y antiviral. Reacciones metábolicas • Incremento de/ metabolismo basal. La fiebre eleva el metabolismo basal un 13o/o por cada grado centígrado por enci ma de 36,5 - 37. • Incremento del consumo de lípidos y proteínas. Durante el período febril el organismo consume una mayor cantidad de ácidos grasos y proteínas para proveer la energía extra que requiere en esos momentos debido a la limitada ingesta y al catabolismo energético. La movilización de las proteínas aumenta especialmente en el tejido muscular, lo que produce un balance negativo del nitrógeno y una mayor excreción de creatinina. • Intolerancia a los hidratos de car- 28 Natura Medicatrix. Verano 1992 (nQ 30) bono. Durante el período inicial existe un incremento en el nivel de glucemia y una glucosuria, observándose un aumento de la secreción ele insulina y glucagón. Le sigue un segundo estadio de depleción o hipoglucemia. • Intensificación de los fenómenos de oxidorreducción del catabolismo. Para que ello sea posible el organismo necesi ta tener una buena reserva energética. • Modificación del metabolismo del agua, de los minerales y de las vitaminas. Durante el proceso febril se obsetva una reducción de los niveles ele hierro y cinc y un aumento del cobre sérico. Las reser vas de vitaminas E, B y C disminuyen progresivamente a lo largo del proceso. A causa del aumento de secreción de aldosterona se origina una considerable retención ele agua en los primeros mo mentos, para incrementarse después la diuresis. • Alteración de las fu nciones secretorias de los órganos digestivos. Durante la evolución del procesGJ están disminuidas las secreciones gástricas e intestinales. La pérdida del apetito es fre cuente. • Fomento del funcionamiento de ciertos emunotorios. La eliminación se produce mayoritariamente por los pul mones, la piel y por la vía gastrointestinal en los primeros estadios del proceso (11) . Otras reacciones concomitantes a la fiebre • Modificaciones cardiovasculares. Durante el proceso febril se observa una vasoconstricción, un incremento de la tensión arterial y un aumento del gasto cardíaco. También aumentan la frecuen cia cardíaca y el volumen/minuto. • Alteraciones de la actividad cere bral. Durante \Ol primer estadio del proce so febril se produce una serie ele cambios en la actividad neuronal que comporta un enlentecimiento en la transmisión ele la información en el sistema reticular ascen dente, con tendencia a la hipersomnia. Al mismo tiempo se activa la transmisión ele la información en ciertas áreas del cere bro, con afluencia libre ele ideas. • jl;Jodificaciones neuroendocrinas periféricas. Son frecuentes los cambios en la regulación de la T3-T4 y de las hormonas suprarrenales. Se obs-erva un incremento significativo ele las hormonas tiroideas, glucocorticoicle, mineral o corticoide y esteroide. Comoresultado de todo ello se produce una activación del cartílago de crecimiento en la metáfisis ele los huesos largos que origina un estiramiento en longitud si la edad del individuo está comprendida dentro del período biológico del desarrollo. Estos brotes de crecimiento se obsetvan con frecuencia en los períodos de convale cencia y de recuperación (12) . Observando con atención puede comprobarse que algunos de estos cam bios no sólo son cuantitativos sino tam bién cualitativos. Por ejemplo puede darse el caso de un niño que además de haber crecido en longitud haya hecho una transformación caracterial. Fiebre, ayuno y caquexia Indagando en la fisiología de la nutri ción he encontrado dos procesos que presentan ciertos parecidos con el metabolismo de la fiebre. Me estoy refi riendo al ayuno prolongado y a la caquexia -neoplásica e infecciosa-. En el caso del ayuno prolongado se observa que la supresión total de la ingestión de alimentos durante varias se manas origina determinadas modifica ciones en el organismo (13): • Incremento del consumo de lípidos, proteínas e hidratos de carbono. Regula ción de la glucemia al 4.º día en casos de hiperglucemia; descenso de las cifras de ácido úrico durante las primeras dos se manas y de creatinina durante la 2.ª y 3 .ª semanas. • Pérdida de peso de 392,2 g/día como media. La mayor pérdida de peso se produce durante la 1 .ª semana. Duran te las semanas 2.ª y 3 ª se estabiliza la pérdida en 223'3 g/día de media, para aumentar nuevamente en 402'5 g/ día de media en la 4 -ª semana. • Aceleración del recambio proteico total del organismo y predominio del catabolismo sobre el anabolismo. • Regulación de las cifras tensionales sistólica y diastólica (14) . • Descenso d e l a transferrina. • Aceleración de la actividad del siste ma neuroendocrino con hiperfunciones glandulares. En la caquexia infecciosa no neoplásica las modificaciones obsetva clas son muy similares a las que se produ cen durante el ayuno prolongado. En la caquexia neoplásica también se halla alterado el metabolismo, tal como se describe a continuación ( 1 5) : • Incremento del catabolismo, que predomina sobre el anabolismo. El nivel ele recambio proteínico es todavía supe rior al deJ. estaclo de ayuno. • Aceleración ele la neoglucogénesis y de los procesos de oxidación, con au mento ele las cifras de glucemia. • Mayor movilización ele los ácidos grasos y de los mecanismos ele oxidación. Durante el proceso que tiene lugar en el ayuno existe una convergencia metabólica tan sorprendente con los me canismos de la fiebre que hace pensar que el ayuno es un arma terapéutica de gran utilidad. En cambio, en la caquexia neoplásica, aunque las alteraciones metabólicas son parecidas a las de la fiebre, la finalidad de tales alteraciones es diferente. Se diría que los cambios fisiológicos de la nutri ción en la caquexia neoplásica son la respuesta al fracaso de los mecanismos de regulación y de utilización normal de las fuentes energéticas. LOS PERIODOS EVOLUTIVOS DEL PROCESO FEBRIL La manifestación sindrómica del pro ceso febril sigue una serie de periodos en un orden establecido, siendo siete sus estadios evolutivos (16): • Primer estadio: Oportunidad. Difiere de la mera disposición a la calen tura en tanto que supone su inicio. Cuan to más aguda es la enfermedad má.s corto será este primer periodo. Una pronta y acertada actuación que estimule una re acción de las fuerzas vitales puede ani quilar la causa y hacer desaparecer la fiebre y los pródromos si los hubiere. • Segundo estadio: Invasión. Se caracteriza por que la persona entra en un estado de laxitud y de frío, acampanado de sequedad y palidez de la piel. El frío que experimenta el paciente no pasa al principio de una ligera horripilación; posteriormente se transforma en hormi gueo y acaba en estremecimiento general con intervalos de escalofríos. La duración de este segundo periodo rara vez pasa de un día. •Tercer estadio: Incremento. Su pone el acrecentamiento de la enferme dad y la aparición de la calentura propia mente dicha. Cesan algunos síntomas del anterior periodo, aumentan otros y ade más aparecen síntomas nuevos: El frío es sustituido por un calor general; la circula ción se aviva; cesan los espasmos y con tracciones -en particular los cutáneos La orina es caliente y coloreada, aumenta la sed y disminuye el apetito. Este periodo suele ser un poco largo, según sea la naturaleza de las calenturas, no sobrepa sando por lo general una semana de du ración. • Cuarto estadio: Estado. Es el acmé de los griegos. La calentura entra en una fase como estacionaria, aunque la sensa ción ele calor es más pujante. Comienzan a renacer los deseos e instintos. Debido a que en este periodo las materias excretadas son más blandas, se le ha lla mado estadio de maduración o pepas mas de Hipócrates . Su duración no exce de generalmente de 14 días. Durante los estadios tercéro y cuarto -Incremento y Estado- la fiebre sigue un ritmo cíclico, distinto para cada enfer medad (17). Veamos las siguientes grá ficas: 39' 38' 3r 39' 38' 37' M 1...- T M T M T M T M T M T ¡-- � ¡...... ¡..... ¡....... 17 ........ � ¡-..... F�ebre contimta. Propio de wolquierprocesojehril lece Afecciones 1rspimtorias M T M T M T M T M T M T 11'.. J 1\ lA V\ � I/ fl V ./ V \ Fiebre remitente o séptica. Propia de la jleb!f Tifoides. Tbc y sepsis 39' 38' 37' 39' 38' 37' M T M T M T M T M T M T M T M T ,.. - 1 lA 1 l 1 1 1\ l7r\ 1 1 ¡...... ..... r-v � 1 � �� Fiebre intennitente. Propia de la jlebre palúdica. de las infeccio/1es de las cías urinarias y biliares Fiebre recwrellte. Propw de la leptospirosis M T M T M T M T M T M T M T M T 1 V� 1¡\ 1 Y\ 1 \1/1 1 ' 17 1" !/l 1 '\1' Fiebre ondulante. Propia de las Fíeb1rs de .llalla • Quinto estadio: Resolución. En este periodo se resuelven las calenturas. Después de efectuada la ,cocción, de las substancias morbosas en los anteriores periodos se produce su absorción en los distintos tejidos para ser eliminadas del cuerpo, por medio ele una o más evacua ciones críticas -por eso a este quinto periodo se le denomina también periodo ele evacuación o periodo de crisis-. La evacuación va precedida ele cierta exarcebación denominada perturbación crítica, cuya manifestación converge más fácilmente hacia la cavidad que goza de mayor vida, por cuya razón tal perturba ción crítica afecta a los niiios en la cabeza principalmente, a los jóvenes en el pecho y a los ancianos en el abdomen. • Sexto estadio: Declinación. Aparece una disminución progresiva de los síntomas si bien pueden interponerse todavía ligeras exarcebaciones. Los sínto mas más comunes son ele tipo nervioso. Esta etapa es normalmente breve. • Séptimo y último estadio: Con valecencia. Este periodo es el de la res tauración progresiva de la normalidad de todas las funciones fisiológicas. Esa res tauración conlleva a menudo pequeiias disfunciones o trastornos tales como irri tabilidad, caída del cabello, descamación de la epidermis, cierta pérdida de fuerza muscular. La duración de la Convalecencia está supeditada a la edad del sujeto, a su estado antes de enfermar, a la naturaleza de la enfermedad recién superada y a las circunstancias en las que se desarrolló. Ocurre a veces que el proceso febril no sigue la secuencia ele periodos tal como se ha descrito porque pueden darse . determinados factores que alteren su cur so normal, factores como una mala dispo sición del mal, una complicación inespe rada con otras enfermedades, causas morbosas accidentales, la insuficiente re solución de la crisis o una incorrecta pautación o cuidado de la Vis Natura Medicatrix. Estos factores pueden causar la alteración del curso normal del ciclo febril . lA CRISIS COMO RECURSO AUTOCURATIVO Las enfermedades terminan siempre de una eleestas maneras: restablecimien to ele la salud y desaparición de los sínto mas; desaparición de los síntomas i�icia les pero aparición ele síntomas crónicos (secuelas); transformación de una enfer medad en otra; muerte . El restablecimiento de la salud de pende de factores diversos; unos son in trínsecos al enfermo, como la buena o mala predisposición del organismo a combatir la enfermedad o el estado y la constitución orgánica del propio enfer mo. Otros factores son extrínsecos a él, como el grado ele intensidad de la causa mórbica o una oportuna actuación sanita ria. Incluso hay un tercer tipo de factores que podría considerarse mitad intrínse cos, mitad extrínsecos tales como la au sencia o presencia ele complicaciones o el que se den o no las condiciones necesa rias para una correcta desintoxicación. La fiebre puede considerarse como una medida terapéutica intrínseca del propio organismo para llevar a buen puerto la aventura que se inició en el momento de enfermar. Es uno de los Natura Medicatrix. Verano 1992 (nQ 30) 29 recursos más utilizados por la Naturaleza (la Physis de los griegos) para restablecer las buenas condiciones que el organismo ha perdido al enfermar. Es un recurso natural, expresión del esfuerzo del orga nismo para combatir tanto las enfermeda des agudas como crónico-degenerativas. El organismo vivo recurre frecuente mente a crisis espontáneas encaminadas a eliminar ciertos desequilibrios en la homeostasis de la economía. La crisis puede ser: • Excretoria, cuando cursa con eva cuaciones críticas tales como las hemo rragias nasal o uterina, los flujos mucosos ·bJenorrágicos, la salivación excesiva, la expectoración, los vómitos, la diarrea y ciertas características del sudor y de la orina. • Depositaria, llamada también cri sis metastásica, porque se produce el transporte y depósito en otro punto del organismo de la materia q�e debía haber sido excretada. Cuando el depósito se produce en órganos que no son esenciales para la vida el pronóstico es favorable; pero cuando tiene lugar en órganos esen ciales para la vida el pronóstico se vuelve incierto. La metástasis puede interesar determinadas estructuras neurológicas, como en el caso de ciertos procesos neurológicos degenerativos de tipo esclerótico (disfonías, ambliopías, sor deras, disestesias, parestesias, distimias, etc.) y estructuras funcionales endocri nas, dérmicas , cardiorrespiratorias , genitales y del aparato locomotor (dis funcionalidades hormonales, erupciones a lérgico-eccema tosas , disritmias vasculares, tumores genitales y casi todas las conectivopatías). PAUTAS TERAPÉUTICAS Después de haber descrito en los apartados anteriores la génesis y el curso de la fiebre llegamos al aspecto práctico del problema: las medidas terapéuticas. El ambiente que rodea a un enfermo febril, tanto en lo físico como en lo psico lógico, ha de ayudar a su curación; todo ha de ser terapéutico, todo lo que afecte al universo entero del paciente habría que considerarlo como botica. La difi cultad · está en encontrar la indicación adecuada a cada cosa. Para la curación del paciente hay que contar con la fuerza meclicatriz de su propio organismo, una fuerza qúe es au tónoma y que obra ele por sí. A la fuerza medicatriz se la puede distraer y frenar, o se la puede excitar, pero es ella la que a la postre determina la curación a pesar ele los obstáculos que se le ponen con fre cuencia ( 18). Toda actuación ante un proceso febril debe perseguir los siguientes objetivos: A) Favorecer los procesos fisiológicos de eliminación. Hay que favorecer que los metabolitos derivados del catabolismo sean expulsa dos al exterior mediante un drenaje esca lonado realizado por los diferentes emunotorios de la economía. Cada uno de los sistemas del organismo tiene sus órganos de drenaje. En el proceso febril los riñones y la piel adquieren frecuente mente una gran importancia como emunotorios primarios. En algunos casos ei colon comparte esta importancia. El aparato respiratorio y el hígado también incrementan su actividad de manera con siderable como emunotorios secundarios. Todos conocemos la relación estructural y funcional que existe entre el hígado y la glándula tiroides. Es muy significativo que en todos los casos la actividad de la parte alta del tubo digestivo sufra una disminución funcio nal importante, tanto a nivel de secreción exógena como de motiliclacl de la fibra lisa. Un factor de primer orden lo constitu ye la importante función de filtro o drena je interno que realiza la estructura conectiva a través de serosas pleurales, pericárcliacas y sinoviales. Las glándulas mamarias, salivares, gonádicas y otros órganos no suponen normalmente una ayuda en el drenaje durante los procesos febriles. B) Respetar la Ley de Hering Lo que significa que hay que promo ver en lo posible la aparición de la sintomatología y la activación de los dife rentes mecanismos de acuerdo con el orden que dicha Ley establece (19): • De dentro hacia fuera. Las deriva ciones y los drenajes se han de producir desde los órganos más vitales hacia los órganos menos vitales. • Desde arriba hacia abajo. En di rección ele la cabeza a los pies. • Desaparición de los síntomas en orden inverso al de su aparición. C) Procurar una correcta oxigenación de la sangre. Lo que se consigue mediante el enri quecimiento en oxígeno de la hemoglo bina circulante (gracias a una buena ven tilación de la estancia, a una buena pauta respiratoria del paciente, etc.). 30 Natura Medicatrix. Verano 1992 (nQ 30) D) Procurar al organismo un ahorro energético extrínseco Mediante una relajación viscero-mus cular que posibilite las reacciones ener géticas intrínsecas. Primeros días: estadios I, II, IIIy IV. Una vez descritos los objetivos a con seguir, pasemos a concretar las medidas terapéuticas que hay que tomar según se va desarrollando el proceso febril. Van a resaltarse a continuación los aspectos de mayor interés en lugar de dar una des cripción detallada ele los diferentes re cursos terapéuticos. Es aconsejable el reposo físico, senso rial, psicológico y mental. La oxigenación del espacio-lecho del enfermo es una práctica útil. La temperatura templada de la bebida es muy útil para evitar posibles reacciones ele rebote (20). Favorecer la sudoracion, la expectoración, las erup ciones y la defecación, y también deter minadas manifestaciones psíquicas, como ciertas tendencias depresivas o maníacas. E}ercitamiento progres ivo en bipedestación y utilización del masaje corporal. Una serie de ejercicios de ex pansión de la cavidad torácica y de estimulación de la circulación vascular pueden completar los cuidados básicos del enfermo febril. La dieta en los cuatro primeros estadios Prescribir una dieta l íquida hipocalórica o acalórica, aproteica , alipídica, pero vitamínica y mineralizante. El ayuno es un arma terapéutica de pri mera magnitud, aunque puede permitir se la ingesta de celulosa. Progresivamente puede ir introdu ciéndose una dieta semilíquida, cruda, · hipoproteica, hipolipídica y vitamino mineralizante. Últimos días: estadios V, VI, VII. Estos periodos son clave, constituyen un momento muy delicado porque es entonces cu.ando mayor cantidad de en� fermedades secuelares aparecen; unas debido a que no se ha respetado la evolu <,:ión natural de cada estadio, otras porque el intenso esfuerzo energético del orga nismo ha agotado las reservas necesarias para el correcto metabolismo de las di ferentes-estructuras de la economía. En el · primer caso aparecen las hipersecrecio nes mucosas, la pérdida de fuerza mus cular o las algias óseo-articulares. En el segundo caso se originan pérdidas de agudeza visual, deficiencias auditivas, polineuritis, procesos neuromielopáticos y reumatismos poliarticulares. Por ello la iniciación al esfuerzo ha de ser progresivaen estos últimos períodos de la enferme dad. La exposición pautada al viento y al sol son elementos de gran ayuda. El baño vigorizante en contraste con la tempera · tura y la arcilla son elementos de gran utilidad. La dieta en los tres últimos estadios Prescribir una dieta sólida rica en vita minas hidrosolubles y liposolubles, en oligoelementos de la fibra nerviosa, de la hemoglobina, de la fibra muscular y del tejido glandular Desde hace algunos años se viene afirmando que durante el proceso febril hay que alimentar al enfermo intensa mente con alimentos ricos en proteína, incluso a los enfermos de fiebre tifoidea, porque se suponía que, de esta manera se acortaba la Convalecencia. Pero después de haberse estudiado la acción dinámica específica de los alimentos y haber obser vado el metabolismo de los principios inmediatos cae por su propio peso la exclusión de las proteínas, de las grasas y de ciertos hidratos de carbono en la ali mentación del enfermo febril. No es correcto el intento de acortar la convalecencia alimentando a los enfer mos durante el período febril con pro ductos muy nutritivos, porque se sabe que la Convalecencia es el resultado de haber cumplido o no la finalidad del pro ceso crítico metabólico. Después del pro ceso febril el e nfermo q u e d a , orgonómicamente hablando, mejor que antes por lo general, y su nutricióp es rápida durante la Convalecencia. Ahora bien, estas medidas generales han de ser particularizadas en cada enfermo. En enfermos con manifestaciones predominantes en el aparato respiratorio es conveniente evitar los alimentos ricos en fécula y los azúcares. En cambio 'están indicadas las fmtas ácidas, oleaginosas y ' astringentes, tanto completas como en zumo, y las hortalizas administradas en forma adecuada. En enfermos con manifestaciones · predominantes en la parte baja del apa rato digestivo se prescribirá dieta líquida: zuinos de fmtas dulces y ácidas, horcha tas de fmtas oleaginosas y cocimientos de cereales y hortalizas. En enfermos con manifestaciones predominantes de los sistemas vascular y renal el ayuno y los zumos de fmtas frescas mezclados con agua evitarán complicaciones mayores. En enfermos con manifestaciones predominantes en la piel -las fiebres emptivas en general--'- las fmtas más acuosas serán las preferidas. En enfermos con manifestaciones predominantes en el sistema nervioso las ensaladas cmdas y las fmtas oleaginosas serán las más indicadas. El hambre en enfermos febriles es un signo que hay que interpretar prudente mente. Cuando el hambre representa el aviso del organismo de una necesidad natural hay que dar que comer, y más en enfermos que están en edad de creci miento. Por el contrario en enfermos · inapetentes hay que suprimir el alimento sólido hasta que apetezca. A los enfermos que sientan sed no hay que regatearles el agua o el zumo de frutas. A los enfermos obesos debe hacérseles ayunar valientemente. Y en el caso de los flacos hay que alimentarlos -Cuando el cuadro del proceso febril lo permite con cocimientos de semillas de legumbres secas, cereales, frutas oleaginosas, miel, mantequilla y requesón. En el proceso febril es importante tener en cuenta la combinación correcta de los diferentes alimentos. Se aconseja la monodieta. La cantidad de alimento en cada vez y la del número de veces son cuestiones de importancia. Conviene guiarse por la di gestión realizada. Naturalmente eJ paso del ayuno a la alimentación semisólida o sólida debe siempre hacerse gradualmente. Pasando del ayuno a la dieta líquida, semisólida y sólida en intervalos de 24 a 48 horas. En ciertos casos de enfermos con pre dominio histolítico conviene recurrir a alimentos nitl:ogenados. En algunos pa cientes que _presentan crisis agudas con viene administrar cuidadosamente cier tos excitantes, para evitar la aparición de síntomas de difícil control (cansancio ex cesivo, delirio furioso). En algunas ocasiones en las que se presenta una. reagudización del proceso febril hay que volver a la dieta líquida y al ayuno. APLICACIONES TERAPÉUTICAS DE lA FIEBRE Los efectos beneficiosos de la hipertermia provocada o espontánea en enfermos afectados de procesos infeccio sos, reumáticos o tumorales se conocen desde finales del siglo XIX. A la técnica terapéutica que utiliza la elevación de la temperatura corporal para desencadenar una respuesta específica e inespecífica del sistema inmunitario y la puesta en marcha de los diferentes emunotorios primarios y secundarios se le denomina P iretotera p i a o Hipertermoterapia. La elevación de la temperatura corporal se consigue me diante la inoculación de determinados gérmenes patógenos o exposición del organismo a una fuente CÍe calor controla da y regulada para tal fin. Ya en 1893 el cimjano W.B. Coley del Memorial Hospital de Nueva York obtu vo cierto éxito en el tratamiento de pa cientes cancerosos por medio de inoculaciones de bacterias vivas. Ello ani mó a Coley a desarrollar poqteriomente vacunas con bacterias muertas en lugar de vivas para aminorar los efectos infec ciosos que la inoculación producía. Pero la explicación científica de los resultados favorables de ese tipo de tratamiento no llegó hasta el año 1943, cuando se pudo identificar el componente activo de las bacterias Gram-negativas y comprobar que su endotoxina podía producir efec tos tanto beneficiosos como perjudiciales (21). Y por citar otro ejemplo del valor terapéutico inherente a ciertos procesos infecciosos -o a los mecanismos de res puesta que tales procesos ponen en mar chaC'J - ahí está el neuropsiquiatra J . Wagner]auregg, Premio Nobel en Medi cina y Fisiología de 1927 por sus trabajos en el campo de las enfermedades neurológ i c a s , q u i e n mediante inoculaciones de malaria terciana en en fermos con parálisis progresiva y de tuberculina en enfermos psicóticos con siguió detener el avance de los cuadros y en algunos casos mejorar el estado de los pacientes (22). Experimentos de laboratorio demos traron que la infección por el bacilo Calmette-Guerin limitaba el crecimiento tumoral en ratones (BENACERRAF B, 1959). También se ha observado que ciertos tumores malignos acusan clara mente la influencia del calor (ISSELS R, 1985). A partir de 42,5° C se produce la explosión de las células tumorales (23). C iertas enfermedades como la neurosífilis, la brucelosis crónica, la go nococia, la uveítis, la artritis reumatoide, las neumococias y las criptococias res ponden favorablemente a la hipertemia provocada que viene aplicándose como terapia desde hace tiempo (HARRISON, 1973) (24). Natura Medicatrix. Verano 1992 (nQ 30) 31 En la actualidad se ha abandonado casi del todo, sin saber porqué, este siste ma terapéutico cuya acción está fuerte mente basada en mecanismos fisiológi cos. Indicaciones, contraindicaciones y efectos secundarios Como toda técnica terapéutica, la Hipertermoterapia tiene sus indicaciones, contraindicaciones y efectos secundarios. La Piretoterapia está indicada en : • Ciertas displasias, metaplasias y neoplasias. • Inflamación de la mucosa respirato ria. • Inflamación de la mucosa de vías urinarias. • Inflamación ele la mucosa genital. • Inflamación ele las serosas, incluyen do la sinovial ¡¡rticular. • Inflamación ele la fibra nerviosa mie línica. • Insuficiencia endocrina. • Ciertas metabolopatías. En cambio la Piretoterapia está con traindicada en: • Estados de Insuficiencia de órganos principales. • Neoplasias en fase terminal. • Disritmias cardíacas. • Ciertas insuficiencias venosas. 32 Natura Medicatrix. Verano 1992 (n9 30) • Estados ele baja energía orgonómica. • Estados ele desnutrición. • Algunos estados epilépticos. La Piretoterapia produce los siguien tes efectos secundarios: • Puede desencadenar clescom pensación en órganos principales. • Puede desencadenar estadoso sig nos delirantes. • Puede descargar los depósitos ele proteína almacenada. • Puede provocar la aparición del herpes labial. D BffiLIOGRAFÍA ( 1 ) Las Calenturas. Tratado ele Patología Médica. Año 1880. (2) KLUGER M.J Recherche (edic. española). 1979, n.º 6. · (3) ROBBIKS S.L. Patología estructural y funcional. Ylecanismos de la Inflamación. Edit. Interan1ericana. 1975. ( 4) WENO L. Sobrealimentación con proteínas anünales como causa de la micro y macroangiopatía. "'atura Medicatrix, 1982. n.º O. (5) MARAÑON G . Diagnóstico Etiológico. Hipertermia. Edit. Espasa Calpe, 1954. (6) ILLIKGWORTH R.S. Diagnóstico Etiológico en Pediatría. Fiebre inexplicada. Eclit. Interamericana, 1983. LOO. P . Las consultas diarias en Psiquiatría. Efectos secundario de los medicamentos. 1 9 7 1 . RAMON l. Fármacos Involucrados en la aparición de la Fiebre. Hospital General, Servicio ele Farmacia, Granollers. (1) AZNAR REIG. La fiebre y las hipertermias. Tribuna Médica. 1986. (8) HANS. SEYLE. Stress y Conducta Social. ]ano. 1977. BEER F.!., Stress y envejecimiento. Medicina e Higiene. 1977, n.º 339. (9) lVIANERA F. 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TOWNSEND LETTER FOR DOCTORS An Informal Newsletter for Doctors Communicating to Doctors VES ! , 1 want to suscribe: 1 am My adress is: __________ _ ZIP(C.Postai) : ___ Country: ___ _ Si aún no conoces esta revista, y saber leer inglés, no te lo pienses dos veces. Townsend Letter te ofrece cada mes las últimas noticias dedicadas al profesional de la Medicina Complementaria. Nutrición, Fitoterapia, Quelación, , Acupuntura, Homeopatía, y muchas cosas más vistas desde la óptica de los EE.UU. TARIFAS DE SUSCRIPCION ANUAL PARA EUROPA: Vía aÚea, tQ Dólares USA. Superficie, 57 pólares USA
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