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Diálisis peritoneal y hemodiálisis La diálisis peritoneal y la hemodiálisis son dos tratamientos de reemplazo renal utilizados en pacientes con insuficiencia renal crónica avanzada o enfermedad renal terminal (ERT). Ambos procedimientos tienen el objetivo de eliminar los desechos, el exceso de líquidos y las toxinas del cuerpo, así como de mantener el equilibrio adecuado de electrolitos en la sangre. En este ensayo, exploraremos en detalle tanto la diálisis peritoneal como la hemodiálisis, incluyendo sus principios de funcionamiento, procedimientos y consideraciones clínicas. La diálisis peritoneal es un procedimiento que implica la infusión y drenaje de un líquido de diálisis estéril a través de un catéter peritoneal implantado en la cavidad abdominal del paciente. Este líquido de diálisis, que contiene una solución salina con glucosa o dextrosa, se introduce en la cavidad peritoneal y permanece allí durante un período de tiempo especificado, conocido como el período de permanencia. Durante este tiempo, los desechos y las toxinas presentes en la sangre del paciente pasan a través de la membrana peritoneal y se mezclan con el líquido de diálisis. Luego, el líquido de diálisis, ahora contaminado con desechos y toxinas, se drena de la cavidad peritoneal y se descarta. Este proceso se repite varias veces al día, según el plan de diálisis prescrito por el médico. Por otro lado, la hemodiálisis es un procedimiento en el que la sangre del paciente se extrae de una vena mediante un acceso vascular, como un catéter o una fístula arteriovenosa, y se pasa a través de un filtro especial llamado dializador. Este dializador está compuesto por membranas semipermeables que permiten que los desechos y las toxinas presentes en la sangre atraviesen, mientras que los electrolitos y otros componentes sanguíneos importantes permanecen en la sangre. El líquido de diálisis circula por el otro lado de la membrana y actúa como un medio para eliminar los desechos y las toxinas de la sangre del paciente. Una vez que la sangre ha sido limpiada de desechos y toxinas, se devuelve al paciente a través de una vena. Ambos tipos de diálisis tienen ventajas y desventajas. La diálisis peritoneal puede ser realizada en casa por el paciente o un cuidador después de recibir capacitación adecuada, lo que proporciona una mayor flexibilidad y autonomía en comparación con la hemodiálisis, que generalmente se realiza en un centro de diálisis bajo la supervisión de personal médico especializado. Sin embargo, la diálisis peritoneal requiere un compromiso constante del paciente para realizar el intercambio de líquidos de diálisis varias veces al día y puede estar asociada con un mayor riesgo de infecciones peritoneales. Por otro lado, la hemodiálisis proporciona una limpieza más eficiente de la sangre y puede ser más adecuada para pacientes con enfermedad cardiovascular avanzada o complicaciones médicas graves. En resumen, tanto la diálisis peritoneal como la hemodiálisis son tratamientos efectivos para la insuficiencia renal crónica avanzada o enfermedad renal terminal. La elección entre estos dos procedimientos depende de las necesidades y preferencias individuales del paciente, así como de la disponibilidad de recursos y el soporte clínico. Una comprensión profunda de los principios de funcionamiento, procedimientos y consideraciones clínicas asociadas con la diálisis peritoneal y la hemodiálisis es esencial para los médicos que tratan pacientes con insuficiencia renal crónica.
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