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Cartas a poncio pilatos (1)_093308

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CARTAS A PONCIVS PILATVS 
POR: MOISES A. LEON
Si bien no existen datos escritos sobre el tiempo transcurrido desde
la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús y las cosas que
acontecieron durante esos instantes, le ha parecido bien al autor
hacer uso de su imaginación y redactar cartas dirigidas a Poncio
Pilatos procurador romano de la época contando como habrían sido
tales hechos, cabe destacar que obviamente nada de esto está en
la biblia ni tiene ningún sentido religioso. 
1era Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio
romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de
las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted
salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo
Gaivs Clavdivs Onésimo tengo el honor de dirigirme ante usted para
informarle que ayer siendo día sexto de la semana del mes actual y
año del emperador en curso, dimos muerte en toda la región de
Judea a más de quinientos de estos judíos rebeldes, no obstante de
acuerdo a sus órdenes a uno de ellos en especial, un carpintero
galileo de Nazaret se le ejecutó, por crucifixión en las afueras de la
ciudad en una loma la cual los nativos llaman en su lengua "la
calavera" por la similitud que tiene esta con una de estas, también
se le dio muerte a otros dos junto a el por la premura de los judíos
ya que para ellos el día termina a la puesta del sol e inicia el
siguiente, durante su ejecución, parecía que habría una tormenta, el
cielo se oscureció, cosa que me extraño ya que en estas regiones
no suele llover, hubo un terremoto tan fuerte que parte de la loma
se agrietó y por toda la ciudad hubo rumores de daños incluso en el
templo, por ser próximo a la ciudad muchos curiosos se acercaron
profiriendo ofensas hacia el carpintero, sus parientes y su madre
estuvieron presentes, mas sin embargo no hubo revuelta que
reprimir, ciertamente la gente después de este ser muerto se
retiraron del lugar, su madre y aquellos que parecían ser cercanos a
el por la premura del término del día a la puesta del sol y por ser
inicio según ellos de un día de descanso de acuerdo a sus
tradiciones, pidieron permiso para sepultarlo y yo accedí, un hombre
muy rico de nombre Josef ha Arimat me rogó que le entregásemos
pues el cuerpo a lo cual también accedí no sin antes asegurarme de
que estaba muerto, ordenándole a uno de los legionarios que le
clavara una lanza en un costado, reporto ante usted que en vez de
sangre de la herida brotó agua cosa que en mis años de soldado
romano nunca había presenciado, ya al haber sido bajado de la
cruz el cuerpo inerte del carpintero fue llevado a un sepulcro
propiedad del hombre llamado Josef ha Arimat, una vez allí sus
allegados le envolvieron como tienen ellos por costumbre mas no
hubo tiempo de embalsamarlo como habrían querido puesto que ya
iba a ser la puesta del sol, nos acompañaba también un grupo de la
elite religiosa de estos y una vez sepultado nos pidieron que
selláramos la tumba con una roca y que la clavásemos a la pared
con cadenas y colocásemos sobre la piedra el sello del imperio
romano, tal y como lo expresaban las cartas que ellos tenían de
parte de su excelencia, hoy séptimo día de la semana debo hacer
de su conocimiento su excelencia que la tumba sigue totalmente
sellada, la roca encadenada contra la pared, el sello de Roma
intacto y los legionarios resguardándola, le escribo pues para
preguntarle a su excelencia, hasta cuando hemos de resguardar
esta tumba? Puesto que ya mis legionarios se impacientan dado
que no entienden porque se han tomado tantas molestias para
resguardar la tumba de un carpintero galileo, yo Gaivs Clavdivs
Onésimo al séptimo día de la semana reportándole a su excelencia
todo sin novedad, salud a usted. 
2da Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio
romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de
las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted
salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo
Gaivs Clavdivs Onésimo tengo el honor de dirigirme ante usted para
informarle que hoy siendo el día séptimo de la semana y luego de
haber cumplido sus ordenes al pie de la letra en relación a la
ejecución, muerte y sepultura del carpintero de Nazaret llamado
Jeshua BenDavid por sus seguidores, después de hoy haber
recibido cartas por parte de su excelencia enviadas con un
legionario de nombre Maximvs Quintvs he redoblado la guardia de
la tumba tal y como su excelencia lo ordeno, para ello he mandado
traer legionarios desde Gaza que lucharon en la guerra de Cartago,
en Egipto y Etiopía, hombres diestros con la espada y de gran
experiencia en combate y acostumbrados a las más difíciles
situaciones, hoy no hemos recibido ni visitas de las elites religiosas
judías ni de los allegados al carpintero, puede estar su excelencia
tranquilo puesto que mis soldados y yo estamos resguardando la
tumba la cual continua, sellada, la piedra clavada contra la entrada
en la pared con clavos y cadenas y el sello de Roma intacto, al
principio mis legionarios estaban desconcertados ya que
consideraban que era mucha la precaución tomada para con la
tumba de un carpintero muerto pero ahora con la llegada de los
soldados experimentados en batallas de renombre están tranquilos
aunque si me permite su excelencia deseamos saber cuándo
dejaremos de cuidar esta tumba, puesto que no creemos necesaria
tanta tarea para cuidar una cueva cubierta con una piedra la cual se
necesitaron diez legionarios fornidos para rodarla, encadenarla y
asegurarla además del exceso de legionarios dedicados a esta
labor sabiendo que en la provincia hay cosas que deben ser
atendidas, no se enoje su excelencia con este su servidor, yo Gaivs
Clavdivs Onésimo al séptimo día de la semana reportándole a su
excelencia todo sin novedad, salud a usted
3era Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio
romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de
las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted
salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo
Gaivs Clavdivs Onésimo me dirijo a usted para informarle la
siguiente novedad a riesgo de ser ejecutado o encarcelado pero
esto fue lo que pasó: siendo ya pasadas la media noche, nos
encontrábamos los legionarios y un servidor resguardando la tumba
de aquel a quien conocen como Jeshua BenDavid, cuando encima
de la piedra y al lado de la misma vimos una luz muy brillante, tan
fuerte como la luz de medio día, al percatarnos de aquello todos
dirigimos la mirada y he aquí que estaban dos soldados con
uniformes que no pertenecen a los de nuestras legiones, muy altos,
sus ropas y sus armaduras brillaban tanto que apenas podíamos
reconocer sus figuras, uno sentado sobre la piedra y el otro al lado
de esta, nadie se atrevía a proferir palabra, puesto que parecían
"hijos de los dioses" aquel que estaba sobre la piedra de un salto se
bajo y se coloco a un lado, a la diestra de la roca, mis legionarios y
yo impresionados apenas podíamos movernos, en eso aquellos
soldados resplandecientes tocaron con sus manos derechas las
cadenas que sujetaban a la piedra e inmediatamente el sello de
Roma se consumió sobre esta como si un calor muy fuerte viniese
de dentro de la tumba, la piedra salió por los aires rompiendo las
cadenas como si estas explotaran, cayó a medio estadio de
distancia como impulsada por una catapulta, desde dentro de la
cueva una luz aun más brillante que la de los dos soldados nos hizo
cubrirnos la cara y todos caímos a tierra soltando nuestras espadas,
lo más impresionante de estofue lo que ocurrió inmediatamente, el
galileo a quien conocen como Jeshua BenDavid salió de la tumba
caminando y fue entonces cuando pudimos percatarnos que la luz
venia de él, al ver todo esto y casi muertos de miedo mis legionarios
y yo recobrando fuerzas salimos corriendo como nunca antes lo
habíamos hecho, su excelencia hoy primer día de la semana ya
siendo de mañana y encontrándonos todos siervos de su
excelentísimo general y del cesar en la guarnición de Judea a
puertas cerradas aunque dudo mucho que existan puertas que
puedan contener tal poder , yo Gaivs Clavdivs Onésimo capitán de
las legiones romanas informo ante usted que EL NAZARENO HA
RESUCITADO y nada de lo que habíamos colocado como
seguridad pudo contra él, RESUCITÓ, ESTA VIVO Y MIS
HOMBRES Y YO BAJO PENA DE MUERTE O PRISION HOY
DAMOS FE DE ELLO, JESHUA HA NATZARET RESUCITÓ, EL
VIVE HOY.

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