Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
CARTAS A PONCIVS PILATVS POR: MOISES A. LEON Si bien no existen datos escritos sobre el tiempo transcurrido desde la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús y las cosas que acontecieron durante esos instantes, le ha parecido bien al autor hacer uso de su imaginación y redactar cartas dirigidas a Poncio Pilatos procurador romano de la época contando como habrían sido tales hechos, cabe destacar que obviamente nada de esto está en la biblia ni tiene ningún sentido religioso. 1era Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo Gaivs Clavdivs Onésimo tengo el honor de dirigirme ante usted para informarle que ayer siendo día sexto de la semana del mes actual y año del emperador en curso, dimos muerte en toda la región de Judea a más de quinientos de estos judíos rebeldes, no obstante de acuerdo a sus órdenes a uno de ellos en especial, un carpintero galileo de Nazaret se le ejecutó, por crucifixión en las afueras de la ciudad en una loma la cual los nativos llaman en su lengua "la calavera" por la similitud que tiene esta con una de estas, también se le dio muerte a otros dos junto a el por la premura de los judíos ya que para ellos el día termina a la puesta del sol e inicia el siguiente, durante su ejecución, parecía que habría una tormenta, el cielo se oscureció, cosa que me extraño ya que en estas regiones no suele llover, hubo un terremoto tan fuerte que parte de la loma se agrietó y por toda la ciudad hubo rumores de daños incluso en el templo, por ser próximo a la ciudad muchos curiosos se acercaron profiriendo ofensas hacia el carpintero, sus parientes y su madre estuvieron presentes, mas sin embargo no hubo revuelta que reprimir, ciertamente la gente después de este ser muerto se retiraron del lugar, su madre y aquellos que parecían ser cercanos a el por la premura del término del día a la puesta del sol y por ser inicio según ellos de un día de descanso de acuerdo a sus tradiciones, pidieron permiso para sepultarlo y yo accedí, un hombre muy rico de nombre Josef ha Arimat me rogó que le entregásemos pues el cuerpo a lo cual también accedí no sin antes asegurarme de que estaba muerto, ordenándole a uno de los legionarios que le clavara una lanza en un costado, reporto ante usted que en vez de sangre de la herida brotó agua cosa que en mis años de soldado romano nunca había presenciado, ya al haber sido bajado de la cruz el cuerpo inerte del carpintero fue llevado a un sepulcro propiedad del hombre llamado Josef ha Arimat, una vez allí sus allegados le envolvieron como tienen ellos por costumbre mas no hubo tiempo de embalsamarlo como habrían querido puesto que ya iba a ser la puesta del sol, nos acompañaba también un grupo de la elite religiosa de estos y una vez sepultado nos pidieron que selláramos la tumba con una roca y que la clavásemos a la pared con cadenas y colocásemos sobre la piedra el sello del imperio romano, tal y como lo expresaban las cartas que ellos tenían de parte de su excelencia, hoy séptimo día de la semana debo hacer de su conocimiento su excelencia que la tumba sigue totalmente sellada, la roca encadenada contra la pared, el sello de Roma intacto y los legionarios resguardándola, le escribo pues para preguntarle a su excelencia, hasta cuando hemos de resguardar esta tumba? Puesto que ya mis legionarios se impacientan dado que no entienden porque se han tomado tantas molestias para resguardar la tumba de un carpintero galileo, yo Gaivs Clavdivs Onésimo al séptimo día de la semana reportándole a su excelencia todo sin novedad, salud a usted. 2da Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo Gaivs Clavdivs Onésimo tengo el honor de dirigirme ante usted para informarle que hoy siendo el día séptimo de la semana y luego de haber cumplido sus ordenes al pie de la letra en relación a la ejecución, muerte y sepultura del carpintero de Nazaret llamado Jeshua BenDavid por sus seguidores, después de hoy haber recibido cartas por parte de su excelencia enviadas con un legionario de nombre Maximvs Quintvs he redoblado la guardia de la tumba tal y como su excelencia lo ordeno, para ello he mandado traer legionarios desde Gaza que lucharon en la guerra de Cartago, en Egipto y Etiopía, hombres diestros con la espada y de gran experiencia en combate y acostumbrados a las más difíciles situaciones, hoy no hemos recibido ni visitas de las elites religiosas judías ni de los allegados al carpintero, puede estar su excelencia tranquilo puesto que mis soldados y yo estamos resguardando la tumba la cual continua, sellada, la piedra clavada contra la entrada en la pared con clavos y cadenas y el sello de Roma intacto, al principio mis legionarios estaban desconcertados ya que consideraban que era mucha la precaución tomada para con la tumba de un carpintero muerto pero ahora con la llegada de los soldados experimentados en batallas de renombre están tranquilos aunque si me permite su excelencia deseamos saber cuándo dejaremos de cuidar esta tumba, puesto que no creemos necesaria tanta tarea para cuidar una cueva cubierta con una piedra la cual se necesitaron diez legionarios fornidos para rodarla, encadenarla y asegurarla además del exceso de legionarios dedicados a esta labor sabiendo que en la provincia hay cosas que deben ser atendidas, no se enoje su excelencia con este su servidor, yo Gaivs Clavdivs Onésimo al séptimo día de la semana reportándole a su excelencia todo sin novedad, salud a usted 3era Carta al excelentísimo Poncivs Pilatvs procurador del imperio romano en la provincia Judía de Galilea: muy excelente General de las legiones romanas en esta región olvidada por el cesar a usted salud, como capitán de la guarnición romana en Jerusalém, yo Gaivs Clavdivs Onésimo me dirijo a usted para informarle la siguiente novedad a riesgo de ser ejecutado o encarcelado pero esto fue lo que pasó: siendo ya pasadas la media noche, nos encontrábamos los legionarios y un servidor resguardando la tumba de aquel a quien conocen como Jeshua BenDavid, cuando encima de la piedra y al lado de la misma vimos una luz muy brillante, tan fuerte como la luz de medio día, al percatarnos de aquello todos dirigimos la mirada y he aquí que estaban dos soldados con uniformes que no pertenecen a los de nuestras legiones, muy altos, sus ropas y sus armaduras brillaban tanto que apenas podíamos reconocer sus figuras, uno sentado sobre la piedra y el otro al lado de esta, nadie se atrevía a proferir palabra, puesto que parecían "hijos de los dioses" aquel que estaba sobre la piedra de un salto se bajo y se coloco a un lado, a la diestra de la roca, mis legionarios y yo impresionados apenas podíamos movernos, en eso aquellos soldados resplandecientes tocaron con sus manos derechas las cadenas que sujetaban a la piedra e inmediatamente el sello de Roma se consumió sobre esta como si un calor muy fuerte viniese de dentro de la tumba, la piedra salió por los aires rompiendo las cadenas como si estas explotaran, cayó a medio estadio de distancia como impulsada por una catapulta, desde dentro de la cueva una luz aun más brillante que la de los dos soldados nos hizo cubrirnos la cara y todos caímos a tierra soltando nuestras espadas, lo más impresionante de estofue lo que ocurrió inmediatamente, el galileo a quien conocen como Jeshua BenDavid salió de la tumba caminando y fue entonces cuando pudimos percatarnos que la luz venia de él, al ver todo esto y casi muertos de miedo mis legionarios y yo recobrando fuerzas salimos corriendo como nunca antes lo habíamos hecho, su excelencia hoy primer día de la semana ya siendo de mañana y encontrándonos todos siervos de su excelentísimo general y del cesar en la guarnición de Judea a puertas cerradas aunque dudo mucho que existan puertas que puedan contener tal poder , yo Gaivs Clavdivs Onésimo capitán de las legiones romanas informo ante usted que EL NAZARENO HA RESUCITADO y nada de lo que habíamos colocado como seguridad pudo contra él, RESUCITÓ, ESTA VIVO Y MIS HOMBRES Y YO BAJO PENA DE MUERTE O PRISION HOY DAMOS FE DE ELLO, JESHUA HA NATZARET RESUCITÓ, EL VIVE HOY.
Compartir