Logo Studenta

Almacenamiento_de_CO2

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Biocombustibles 
 
ALMACENAMIENTO DE CO2 
 
Arroyabe Daniel, Gomez Alejandro, Rodas Allison, Viana Esteban 
2 de Septiembre 2015 
 
Resumen: 
La CAC entraña el uso de tecnología, primero, para recoger y concentrar el CO2 producido en las fuentes 
industriales y relacionadas con la energía, transportarlo a un lugar de almacenamiento apropiado y, 
entonces, almacenarlo aislándolo de la atmósfera durante un largo período de tiempo. Este documento se 
centra en los métodos de almacenamiento de CO2 (subterráneo y en océanos), también las aplicaciones que 
tiene todo este CO2 acumulado para la creación de productos y/o aplicaciones. 
 
 
INTRODUCCIÓN: 
La captación y almacenamiento 
de dióxido de carbono en el 
subsuelo es quizás una de las 
soluciones a corto plazo más 
prometedoras en lo que respecta 
a la estabilización y reducción de 
la concentración de dióxido de 
carbono atmosférico. Aunque 
potencialmente costosa, la 
tecnología hoy está disponible y 
ha sido ampliamente utilizada en 
la industria del petróleo y del 
gas. Esta técnica podría aplicarse 
para aquellas emisiones que 
provengan de grandes centrales 
eléctricas o plantas industriales 
[1] [2]. 
La captura y almacenamiento de 
CO2 (CAC) podría limitar las 
emisiones atmosféricas de 
carbono derivadas de las 
actividades humanas. Esta 
técnica consiste en capturar el 
CO2 producido en las centrales 
eléctricas o plantas industriales, 
y luego almacenarlo por un largo 
periodo de tiempo, ya sea en 
formaciones geológicas del 
subsuelo, en océanos o en otros 
materiales. No debe confundirse 
con el secuestro de carbono, que 
consiste en eliminar el carbono 
presente en 
la atmósfera mediante procesos 
naturales como el crecimiento de 
bosques. 
El proceso consiste en 3 etapas 
principales [2]: La primera es 
capturar el CO2 en su fuente, 
separándolo de los otros gases 
que se generan en los procesos 
industriales. Una vez capturado 
se procede a la segunda etapa 
que es el transporte, el CO2 
capturado se transporta a un 
lugar de almacenamiento 
apropiado (normalmente de 
forma comprimida). 
La última etapa es el 
almacenamiento del CO2, se 
almacena fuera de la atmósfera 
durante un largo periodo de 
tiempo, por ejemplo, en 
formaciones geológicas 
subterráneas, en los oceános o 
dentro de ciertos compuestos 
minerales. 
Hoy en día se cuenta con la 
tecnología para separar y 
almacenar CO2. La separación y 
compresión del CO2 proveniente 
de las corrientes de emisión 
siguen siendo la parte más 
costosa del proceso y pueden 
tener lugar antes o después de la 
combustión [1]. Para que sea 
viable el proceso, se tienen en 
cuenta estos factores: talla, fija o 
móvil, su proximidad con 
potenciales lugares de 
almacenamiento y el grado de 
concentración. El CO2 podría 
capturarse de fuentes de emisión 
fijas de gran envergadura, como 
las centrales eléctricas o las 
plantas industriales. Las 
instalaciones de transformación 
de biomasa a gran escala, por 
ejemplo bio-etanol, también 
podrían adecuarse a la captura 
[2]. 
Actualmente, el proceso más 
utilizado se basa en la absorción 
química para captar el CO2 del 
gas de chimenea mediante el 
empleo de solvente de 
monoetanolamina (MEA). Se 
logra producir con este método 
un gas concentrado que es 99% 
CO2. Se trata de un proceso de 
costo elevado, por lo que se 
Biocombustibles 
 
están investigando otros 
métodos para separar el CO2 del 
solvente, incluyendo el empleo 
de membranas microporosas [1]. 
Una vez capturado el CO2, se 
necesita transportarlo una vez 
separado. Se utilizan gasoductos 
de alta presión, ya que las 
experiencias realizadas en las 
pasadas décadas han demostrado 
la escasez de accidentes y de 
riesgos asociados con 
gasoductos convenientemente 
diseñados. Aunque le CO2 
también puede transportarse 
como líquido, en barcos 
camiones o vagones cisternas a 
través de tanques aislaos a baja 
temperatura y a una presión 
mucho más baja que en los 
gaseoductos [2]. 
Con todo el CO2 que se 
almacena, se busca reutilizarlo o 
transformarlo en productos 
inertes o comerciales capaces de 
retener este gas de efecto 
invernadero de forma estable y 
duradera. Para ello se expone el 
proceso de carbonatación 
mineral y otros usos industriales 
que se le puede dar al CO2 para 
dicho propósito. Es necesario 
tener en cuenta los insumos 
energéticos requeridos que 
implican los procesos de 
transformación y reutilización, 
al igual que las consecuencias 
ambientales producidas y los 
costos, de manera tal que sea 
justificable respecto a la 
reducción de emisiones. 
 
ALMACENAMIENTO 
Las formaciones geológicas 
aptas para el almacenamiento de 
CO2 son las reservas agotadas de 
gas y de petróleo, los acuíferos 
salinos profundos y los lechos de 
carbón inexplotables. Los 
lugares de almacenamiento 
deben estar generalmente 
localizados a profundidades 
iguales o superiores a los 800 m, 
donde la presión predominante 
mantiene el CO2 en un estado 
tanto líquido como supercrítico. 
Almacenamiento en 
tierra: 
El CO2 inyectado en los poros de 
la formación almacén migrará a 
través de la roca, empujando y 
expulsando el fluido original 
contenido en los mismos. Para 
que el CO2 pueda desplazarlo 
debe ser inyectado a una presión 
mayor de la existente en la 
formación [9]. 
La inyección de CO2 es una 
técnica aplicada en la 
producción de petróleo: Desde la 
década de los 70 se aplica dicha 
tecnología (CO2-EOR) para 
mejorar la recuperación de 
petróleo (denominada tercera 
fase de producción). La técnica 
se aplica con éxito en campos de 
producción de EEUU, Canadá, y 
Oriente (Turquía, entre otros). 
Las principales formaciones 
geológicas consideradas [9]: 
Yacimientos/reservas de 
hidrocarburos: petróleo o gas 
natural: Puede ser bombeada a 
los depósitos para llenar los 
espacios vacíos dejados por la 
extracción de hidrocarburos. La 
geología de estos embalses es 
conocida y tienen almacenes de 
petróleo y gas durante mucho 
tiempo haciéndolos buenos 
sitios para el almacenamiento de 
CO2. 
Capas de carbón no explotables: 
Puede ser almacenado en las 
costuras de carbón profundas, 
donde se acumulará en los poros 
de la superficie del carbón y en 
las fracturas. Esto tiene la 
ventaja adicional de forzar el 
metano de los yacimientos de 
carbón que puede ser usado 
como combustible. 
Proyectos de almacenamiento 
en tierra: 
Situado en Holanda, el gas 
natural extraído en el campo 
contiene una concentración de 
CO2 elevada (13%). Con el fin 
de cumplir con las 
especificaciones de transporte 
por tubería del Gas Natural, es 
necesario que el gas extraído 
sufra un proceso de 
acondicionamiento. El CO2 
capturado es reinyectado de 
nuevo sobre la misma reserva de 
gas natural (Rotliegende 
Sandstone, a 3800 m de 
profundidad). 
La capacidad de inyección 
asciende a 200 kt CO2/año, 
aunque en la fase final se espera 
alcanzar las 310-475 kt CO2/año. 
El proyecto se encuentra 
financiado por el Gobierno de 
Holanda, dentro del proyecto 
CRUST, cuyo objetivo fue 
realizar un inventario de posibles 
almacenamientos de CO2 en el 
país, considerando y estudiando 
aspectos legales, 
medioambientales y posibles 
usos del CO2. 
Ventajas almacenamiento en 
tierra: 
 El almacenamiento en 
formaciones geológicas es la 
opción de almacenamiento de 
Biocombustibles 
 
CO2 menos costosa y más 
aceptable desde el punto de 
vista medioambiental.  El coste de almacenamiento 
en las formaciones salinas y 
en las reservas agotadas de 
gas y petróleo suelen oscilar 
entre los 0.5-8 dólares por 
tonelada de CO2 inyectada, 
con un coste adicional de 
control de entre los 0.1 y los 
0.3 dólares por tonelada de 
CO2 inyectada.  Los costes de 
almacenamiento más 
económicos se darán en 
aquellas reservas que estén 
dotadas de una gran 
permeabilidad, que se sitúen 
en tierra firme, a poca 
profundidad, y/o en aquellos 
lugares donde existan pozos e 
infraestructuras procedentes 
de la industria del gas y del 
petróleo que puedan ser 
reutilizadas. El almacenamiento geológico 
de CO2 podría incluso 
generar beneficios, por 
ejemplo mediante 
la recuperación asistida de 
petróleo o de gas, donde se 
utiliza la inyección de 
CO2 bajo tierra para desplazar 
y recuperar el combustible 
Desventajas almacenamiento 
en tierra: 
 Riesgos para poblaciones 
locales, ecosistemas y aguas 
subterráneas en el caso de un 
escape súbito y rápido de 
CO2.  Podría ser necesario el 
control de los lugares de 
almacenamiento durante 
periodos de tiempo muy 
largos, y se espera un 
desarrollo de nuevos métodos 
a medida que mejore la 
tecnología.  También se requiere un 
marco legal a largo plazo, al 
extenderse el tiempo de 
almacenamiento a muchas 
generaciones. 
 
Almacenamiento en 
océanos: 
Cuando se realiza el 
almacenamiento en el océano 
implica la fertilización con 
hierro de sus suelos. Uno de los 
métodos propuestos, disuelve el 
CO2 en agua de mar y luego 
inyecta la mezcla en el océano, a 
profundidades que oscilan entre 
1500 y 3000m. Otro método 
coloca directamente CO2 líquido 
en las profundidades de los 
océanos, explotando el contraste 
de densidad entre el CO2 líquido 
y el agua salada. 
El CO2 posee una temperatura 
crítica baja de 31°C una presión 
crítica moderada de 73.8 bares. 
En líneas generales, esto 
significa que se requieren 
profundidades de 
almacenamiento de 600m o 
mayores. La capacidad de 
almacenamiento geológico se 
estima en cientos a miles de 
gigatoneladas de carbono, 
equivalentes a cientos de años de 
almacenamiento al ritmo de 
emisión actual [1]. 
Proyectos de almacenamiento 
en océanos: 
Esta tecnología constituye el 
núcleo de proyectos tales como 
el FutureGen de EUA, un 
programa piloto, y el proyecto 
HyPOGEN europeo para la 
creación de una usina eléctrica 
alimentada a carbón con cero 
niveles de emisiones, que capte 
el CO2 y produzca H2 para las 
celdas de combustible [1]. El 
proyecto Sleipner es la base de 
hoy en día para la aplicación de 
este tipo de proyectos. 
En 1996 Statoil empleo por 
primera vez en el campo 
Sleipner del Mar del Norte al 
norte de Noruega. Al fin de 
abordar el tema del CO2 en 
forma eficaz, Statoil lo capta y lo 
Figura 1 – Un hito en el Campo Sleipner. Statoil separa el CO2 del gas producido desde la 
formación Heimdal 
Biocombustibles 
 
separa utilizando MEA y luego 
lo inyecta en la Formación 
Utsira utilizando un solo pozo de 
inyección de gran desviación. La 
operación Sleipner ha inyectado 
más de 7 millones de toneladas 
métricas de CO2 y está previsto 
operar hasta el 2020. Debido a su 
flotabilidad, el CO2 es forzado a 
migrar lateralmente a través de 
varios cientos de metros, por 
debajo de las capas de lutita 
(roca sedimentada). Por medio 
de varios estudios, se ha 
demostrado que a lo largo de 
extensos períodos, al 
enriquecerse la salmuera con 
CO2, la mezcla se vuelve más 
densa que el agua que se 
encuentra debajo, formando 
corrientes y mejorando la 
disolución [1]. (Ver imagen 1). 
Ventajas almacenamiento en 
océanos: 
 Las posibilidades de 
almacenamiento de CO2 en 
las profundidades oceánicas 
para periodos de tiempo de 
centenares de años o más, 
incluyen la formación de 
hidratos sólidos de CO2 y/o de 
lagos de CO2 líquido en el 
fondo del mar, y la disolución 
de minerales alcalinos, como 
la piedra caliza, para 
neutralizar la acidez 
producida por el CO2 [2]. 
Desventajas almacenamiento 
en océanos: 
 Al ser el CO2 soluble en agua, 
se producen intercambios 
naturales entre la atmósfera y 
la superficie de los océanos 
hasta que alcanzan un 
equilibrio. Si aumenta la 
concentración atmosférica de 
CO2, se prevé que los océanos 
tarden varios siglos en 
absorber el CO2 adicional 
hasta alcanzar un nuevo 
equilibrio [2]. A pesar de que 
el océano representa el 
potencial de almacenamiento 
total más grande, 
probablemente unos 
40’000,000 millones de 
toneladas métricas de 
carbono se prevean y puedan 
ser causantes de un 
desequilibrio [1].  La inyección de unas cuantas 
gigatoneladas de CO2 y la 
mezcla con el agua podría 
provocar una emisión gradual 
de CO2 en la atmósfera; 
además, se ha demostrado 
que puede la inyección 
directa puede dañar a los 
organismos marinos que se 
sitúen cerca de los puntos de 
inyección en grandes áreas 
oceánicas [2].  Es poco probable que estos 
tipos de almacenamiento se 
conviertan en el modo 
preferido, dado que no se ha 
abordado adecuadamente el 
tema del impacto ambiental 
[1]. Esta opción es la más cara 
y menos aceptable desde el 
punto de vista 
medioambiental, los pocos 
estudios revelan que la 
sociedad ha expresado 
muchas más reservas respecto 
a este tipo de almacenamiento 
que con el almacenamiento 
geológico.  La acidez del CO2 puede 
corroer los tubulares de fondo 
de pozo y degradar el 
cemento. Las altas 
concentraciones de CO2 que 
fugan por encima del nivel 
del terreno o en los acuíferos 
de agua dulce podrían causar 
daños. El cemento Pórtland es 
el material más utilizado en 
cementación de pozos. 
Cuando se disuelve en agua, 
aproximadamente un 1% de 
CO2 forma ácido carbónico 
disociado [HCO3-], que 
reacciona químicamente con 
los compuestos en la matiz 
del cemento Pórtland 
hidratado, tales como el gel 
hidratado de silicato de calcio 
(C-S-H) y el hidróxido de 
calcio [Ca(UH)2] [1]. 
 
FORMAS 
ALTERNATIVAS DE 
FIJACIÓN DE CO 2: 
FOTOSÍSTESIS 
Una forma alternativa de fijación 
de C02 nace de los procesos 
Figura 2 – Proceso de obtención de biocombustible a partir de algas [4]. 
Biocombustibles 
 
naturales. Por excelencia, la 
fotosíntesis es el proceso por el 
cual las plantas capturan el C02 
atmosférico y lo utilizan para su 
crecimiento. Es decir, 
transforman el C02 para obtener 
azucares y otros compuestos 
requeridos para su desarrollo. 
Tanto los bosques como los 
océanos actúan como sumideros 
de carbono y controlan de forma 
natural la concentración y flujo 
de C02. Sin embargo, debido al 
mal uso del suelo, a la 
deforestación y a las escasas 
medidas de reforestación se 
altera el ciclo de carbono. 
La captación de C02 por los 
ecosistemas vegetales terrestres 
constituye un componente 
importante en el balance global 
de Carbono. A escala mundial se 
considera que la biosfera 
terrestre fija cerca de 2.000.000 
toneladas/año [3]. Por mucho 
que se pudiera aumentar la 
superficie de los bosques, tarde o 
temprano, el C02 fijado volverá 
en cuestión de años a la 
atmosfera de forma natural 
(dependiendo del periodo que 
durara el carbono secuestrado en 
la biomasa). Los sumideros de 
carbono son entonces una 
“alternativa temporal” mientras 
que se desarrollan otras 
soluciones tecnológicas de 
captura o reducción de C02. 
Otra solución al problema es la 
utilización de la biomasa para 
generar energías renovables y 
disminuir el consumo de 
combustibles fósiles, haciendo 
uso de tecnologías denominadas 
de tercera generación como es la 
obtención de biocombustibles a 
partir de micro algas. La gran 
ventaja del uso del uso de algas 
marinas es que naturalmente 
necesitan de energía solar y CO2 
para su crecimiento. Además, su 
desarrollo es más acelerado que 
el de las plantas terrestres y no 
necesitan de condiciones 
ambientales exigentes. Dando 
como resultado una obtención 
mayor de biomasa comparada 
con los cultivos tradicionales 
(Ver Figura 2). 
Cultivo de algas para 
biocombustibles 
Existen tres métodos de cultivo 
de micro algas [4]. El primero 
consiste en un sistema o 
estanque abierto simulando las 
condiciones necesarias para el 
desarrollo de las algas. Es simple 
y económico de operar. 
El segundo método consiste en 
un estanque cerrado, cumple la 
misma misión que el primer 
método y tiene la ventaja de 
prevenir la contaminación 
proveniente del aire permitiendo 
un mayor control sobre el 
cultivo. 
El tercer método se refiere a 
unos fotobioreactores donde se 
cultivan las algas en 
laboratorios. De esta forma, el 
control sobre la temperatura y 
los diferentes parámetros 
químicos es muy eficaz. Unagran ventaja de cultivar las algas 
es su rapidez de crecimiento (10 
días) pero de allí nace la 
desventaja primordial ya que el 
costo de cultivar este tipo de 
organismo es muy elevado y es 
lo que impide la evolución de 
este tipo de tecnologías en la 
industria. 
Al finalizar la cosecha de 
cualquiera de los métodos, se 
realiza una separación centrifuga 
para obtener biomasa húmeda. 
Luego, mediante procesos de 
secado, se transforma en 
biomasa seca y por último se 
hace la extracción de aceite ya 
sea de manera mecánica o por 
solventes químicos. La posterior 
refinación del aceite se lleva 
acabo para obtener el 
biocombustible. 
Existen diversos proyectos en 
desarrollo distribuidos en varias 
partes del mundo. Por ejemplo, 
“Algenol Biofuels” fundada el 
2006 en Florida, es una 
compañía que comercializa 
biocombustibles creados a partir 
de micro algas. Tienen la 
capacidad de producir 8.000 
galones de biocombustible 
líquido al año. 
En el norte de Chile, se creó una 
planta piloto denominada “algae 
fuels” ubicada en la central 
termoeléctrica de Mejillones. 
Utilizan el dióxido de carbono 
emitido por esta planta para 
cultivar las microalgas a gran 
escala. Se estudia la viabilidad 
técnica de esta nueva tecnología 
para hacerle frente al 
calentamiento global a partir de 
energías renovables sostenibles. 
 
REUTILIZACIÓN DEL 
CO2 
Se puede considerar la 
transformación del CO2 en 
productos inertes o comerciales 
que sean capaces de retener al 
gas de forma estable y duradera. 
Ejemplos de ello podrían ser la 
formación de MgCO3. 
En la transformación del CO2 en 
compuestos inertes o 
comerciales se destacan la 
formación de carbonatos y 
Biocombustibles 
 
cloratos, compuestos estables e 
inertes que asegurarían el 
confinamiento del gas durante 
largos periodos de tiempo. El 
objetivo se convierte entonces en 
la búsqueda de nuevas rutas 
hacia la trasformación del CO2 
en otros compuestos que sean 
capaces de alcanzar un 
reconocimiento en el mercado, 
paliando de esta forma el coste 
del proceso. Se puede intentar 
imitar a la naturaleza para 
obtener de forma masiva, un 
nuevo material EL CARBONO, 
disociando la molécula de CO2, 
que podría sustituir una parte de 
los materiales fabricados con un 
consumo de energía o 
procedentes de árboles que 
podrían seguir siendo sumideros 
naturales del CO2 producido en 
actividades más dispersas [5]. 
 
Carbonatación mineral y 
usos industriales 
 
La Carbonatación mineral es una 
forma de almacenamiento de 
dióxido de carbono, que consiste 
en la conversión de ese CO2 en 
carbonatos inorgánicos solidos 
mediante reacciones químicas, 
de esta manera el CO2 no es 
liberado a la atmosfera. El 
proceso se limitaría a la 
supervisión de los lugares de 
eliminación y al control de las 
reservas de silicatos desde los 
puntos de vista técnicos, 
ambientales, jurídicos y sociales 
(ver Figura 3). 
 
Entre varias de las reacciones 
para la fijación de CO2 se 
pueden considerar [6]: 
 
MgO+CO2MgCO3 
(carbonato de magnesio), 
CaO+CO2CaCO3 
(carbonato cálcico  
piedra caliza). 
 
En la corteza terrestre hay 
suficiente cantidad de óxidos 
metálicos para la fijación del 
CO2 producido por la 
combustión de las reservas de 
combustibles fósiles existentes. 
Los productos de la 
carbonatación mineral (silicatos 
y carbonatos) permanecen 
estables durante largos periodos 
de tiempo, por tanto se pueden 
eliminar en minas de silicato o 
reutilizarse con fines de 
construcción. 
Aún deben aclararse diversas 
cuestiones para poder facilitar 
cualquier estimación del 
potencial de almacenamiento de 
la carbonatación mineral. Tales 
cuestiones comprenden 
evaluaciones de la viabilidad 
técnica y las necesidades 
energéticas correspondientes a 
gran escala, pero también la 
fracción de reservas de silicato 
cuya explotación es técnica y 
económicamente posible para el 
almacenamiento de CO2. De 
igual manera el impacto 
ambiental de la explotación 
minera, la eliminación de 
desechos y el almacenamiento 
de productos también podrían 
limitar el potencial. La medida 
en que puede utilizarse la 
carbonatación mineral no puede 
determinarse en este momento, 
ya que depende de la cantidad 
desconocida de reservas de 
silicato que pueden ser 
técnicamente explotadas y de 
cuestiones ambientales. 
Un sistema de CAC con 
carbonatación mineral requeriría 
un insumo energético por kWh 
del 60 al 180 por ciento más que 
una central eléctrica de 
referencia sin captación ni 
carbonatación mineral. Estas 
necesidades energéticas hacen 
aumentar el costo por tonelada 
de CO2 evitado para el sistema 
general de forma significativa. 
El mejor caso que se ha 
estudiado hasta la fecha es el de 
Figura 3 – Flujo de materiales y fases el proceso relacionados con la 
carbonatación de las rocas de silicatos o los residuos industriales (ECN) 
[8] 
Biocombustibles 
 
la carbonatación húmeda de 
olivino de silicato natural. El 
costo estimado de este proceso 
varía entre 50 y 100 dólares de 
los EE.UU. por tonelada neta de 
CO2 mineralizado (además de 
los costos de captación y 
transporte de CO2, pero teniendo 
en cuenta las necesidades 
energéticas adicionales). El 
proceso de carbonatación 
mineral requeriría la explotación 
de entre 1,6 y 3,7 toneladas de 
silicatos por cada tonelada de 
CO2, y produciría de 2,6 a 4,7 
toneladas de materiales 
desechables por cada tonelada de 
CO2 almacenado como 
carbonatos. Por tanto, se trataría 
de una operación de grandes 
dimensiones, con un impacto 
ambiental similar al de las 
actuales actividades de 
explotación minera a cielo 
abierto y a gran escala [7]. 
 
 
Usos industriales del CO2 
almacenado 
 
Se puede emplear CO2 como 
materia prima para la producción 
de diversas sustancias químicas 
que contienen carbono para 
mantenerlo fuera de la 
atmosfera. Estos usos 
comprenden procesos químicos 
y biológicos en los que el CO2 
actúa como reactivo para 
producir sustancias útiles a nivel 
industrial, tales como la urea y el 
metanol. La mayor parte de 
utilización de CO2 se emplea 
para producir urea empleada en 
la fabricación de fertilizantes y 
demás; otras plantas de 
producción de hidrogeno y 
amoniaco captan CO2 para el 
respectivo proceso de 
producción. 
En principio, los usos 
industriales del CO2 pueden 
contribuir a mantenerlo fuera de 
la atmósfera mediante su 
almacenamiento en el “depósito 
químico de carbono” (reservas 
de productos manufacturados 
carbonatados). Esta opción 
únicamente tiene valor si la 
cantidad y la duración del CO2 
almacenado son significativas, y 
si se registra una reducción neta 
real de las emisiones de CO2. La 
duración típica de la mayor parte 
del CO2 utilizado actualmente 
para los procesos industriales 
corresponde a períodos de 
almacenamiento de tan sólo días 
a meses. Posteriormente, el 
carbono almacenado es 
degradado a CO2 para ser 
emitido de nuevo a la atmósfera. 
Esas escalas cronológicas tan 
breves no aportan una 
contribución válida a la 
mitigación del cambio climático. 
 
Los usos industriales pueden 
causar un incremento de las 
emisiones globales en lugar de 
una reducción neta. Dada la baja 
fracción de CO2 que es retenido, 
el escaso volumen utilizado y la 
posibilidad de que la sustitución 
pueda provocar el aumento de 
las emisiones de CO2, cabe 
concluir que es probable que la 
contribución de los usos 
industriales de CO2 captado a la 
mitigación del cambio climático 
sea moderada [7]. 
 
FUTURO EN CAC 
Los sistemas de captura y 
almacenamiento de CO2 podrían 
implementarse a gran escala 
dentro de unas décadas. Una 
cuestión para ello, de importa 
especialmente crítica es la de los 
incentivos, como lo es el precio 
del carbón por unidad de gas de 
efecto invernadero emitido. Los 
sistemas de CAC sólo son 
susceptibles de ser adoptados a 
larga escala para la producción 
de electricidad cuando el precio 
de emisión por tonelada 
sobrepase los 25-30 dólares 
durante todo el tiempo de 
existencia del proyecto [2]. 
En ausencia demedidas para 
limitar las emisiones de CO2, las 
tecnologías de CAC sólo tendrán 
oportunidades de despliegue 
reducidas y específicas, y 
alcanzarán, como máximo, un 
potencial aproximativo de 360 
Mt de CO2 por año [2]. 
En cuanto a las fugas a largo 
plazo desde los lugares de 
almacenamiento, deberá 
establecerse un tope para la 
cantidad de pérdidas que puedan 
permitirse. Si se consigue 
retener el CO2 en una fracción 
de 90-99% durante 100 años, o 
de 60-95% durante 500 años, 
estos almacenamientos 
temporales todavía podrían ser 
considerados como una opción 
válida para la mitigación del 
cambio climático [2]. 
 
CONCLUSIONES 
La técnica de la captura y 
almacenamiento de CO2 es 
tecnológicamente factible y 
podría tener un papel importante 
en la reducción de las emisiones 
de gases de efecto invernadero a 
lo largo de este siglo. Aunque 
partes de esta tecnología ya son 
de eficacia probada, sería 
esencial ampliar la experiencia y 
el conocimiento, así como 
Biocombustibles 
 
reducir las incertidumbres 
acerca de ciertos aspectos de la 
CAC para permitir su despliegue 
a gran escala. 
También está la captación de 
CO2 mediante procesos 
naturales como la fotosíntesis. 
Esta es una forma alternativa de 
almacenamiento, sin embargo, 
no hay manera física de fijar 
todo el dióxido de carbono 
producido por la actividad 
humana en los bosques y 
vegetación terrestre. 
Los biocombustibles de tercera 
generación proponen sistemas 
más eficientes y útiles, por tanto 
reduciendo emisiones y con ello 
la capacidad de idear como 
almacenarlo, como las micro 
algas son un gran ejemplo de 
este tipo de biocombustibles, 
como se expuso ya. 
El problema de las micro algas 
es que los costos de producción 
y operación son muy elevados 
para implementarse de manera 
masiva. Por lo que se requieren 
estudios de viabilidad con 
plantas pilotos para determinar 
el tiempo requerido en alcanzar 
una estabilidad económica y 
ambiental. 
Por otro lado, las medidas de 
implementación del proceso de 
carbonatación mineral y usos 
industriales del CO2 cuyo fin es 
la no liberación de este gas a la 
atmósfera aún no se puede 
determinar debido a otros 
impactos ambientales y 
económicos, entre ellos el 
impacto de la explotación 
minera y los costos de los 
insumos energéticos requeridos 
en la aceleración de las 
reacciones. 
Todas esta medidas, no quitan el 
hecho de es de vital importancia 
conservar de manera adecuada 
los suelos y los bosques 
selváticos, también hacer uso de 
la reforestación y tratar de no 
quemar materia orgánica ya que 
liberan el C02 captado en su ciclo 
de vida. 
El mejoramiento de los ciclos, de 
las tecnologías son las que 
permiten que se haga realmente 
una huella en el cambio 
climático, tratar de “esconder” 
las emisiones que se producen, 
no soluciona el problema real. 
Todas estas metodologías y 
proyectos se deben evaluar muy 
bien, y verlos más como una 
medida de ayuda y no una 
solución permanente.
 
 
REFERENCIAS: 
[1] Capacitación y almacenamiento de co2: una solución al alcance de la mano, 
[2] Resumen fiel del informe de la IPCC, realizado por GrennFacts. Consenso científico sobre la captura 
y almacenamiento de CO2. 2005. 
[3] M. Carvajal. Investigación sobre la absorción de CO2 por los cultivos representativos. UNESCO, 2005 
[4] Oil of the future, Algae?, disponible en línea en: http://www2.hci.edu.sg/y11hci0149/website/algae.html 
[5] A. Valero, L.R. (s.f.). La Fundación Española del CO2. Una iniciativa para España. 
[6] Rodriguez, C. B. (2011). Estado del arte de las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 en 
la industria del cemento. 
[7] Bert Metz, O. D. (2005). La captación y el almacenamiento de dioxido de carbono. 
[8] Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Resumen técnico. La captación y 
el almacenamiento de dióxido de carbono. 2005 
[9] H. Morales, C. Torres. Tecnologías de captura y secuestro de CO2. Pontificia Universidad Católica de 
Chile. 2008.
 
http://www2.hci.edu.sg/y11hci0149/website/algae.html

Continuar navegando