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• PSICOLOGÍA Condicionamiento clásico: la venganza de Pavlov Por Fabián Maero - 10/02/2015 • Compartir • Twittear • • Email Volvemos al ruedo con otro artículo que toca el área del conductismo (sí, otro más). Esta vez, sin embargo, vamos a enfocarnos en un área mal conocida y peor valorada en el campo del aprendizaje: el condicionamiento clásico. Condicionamiento clásico para principiantes La mayoría de nuestros artículos se refieren al condicionamiento operante, un área dentro de la psicología que generalmente se asocia a los desarrollos de B.F. Skinner, aproximadamente desde la década del 40, que se refiere a la interacción entre la conducta y el ambiente y en particular a cómo las consecuencias moldean la conducta (esta descripción es una carnicería, pero no quiero extenderme demasiado sobre este tema en este artículo, pueden visitar este artículo en donde describimos los principios de condicionamiento operante aplicado al Angry Birds) El condicionamiento clásico (que también se suele llamar “respondiente” o “pavloviano”), en cambio, comprende una serie de principios de aprendizaje que surgen del trabajo que Ivan Pavlov llevó a cabo a principios del siglo XX. La historia de Pavlov es bastante conocida por los estudiantes de psicología. Ivan Pavlov era un fisiólogo ruso que estaba investigando las secreciones salivares, gástricas y pancreáticas en perros, para lo cual había implementado un aparato que le permitía medir con precisión el volumen de saliva y otras secreciones emitidas por un perro (la ciencia es a veces una cosa asquerosa, lo sé). En el transcurso de su investigación notó que los perros salivaban al ver los guardapolvos blancos de las personas que los iban a alimentar, es decir, comenzaban a salivar antes de recibir la comida, lo que llamó una “secreción psíquica” (porque esa secreción no dependía de la comida en sí sino de la anticipación). A partir de entonces cambió el foco de su investigación, y comenzó a investigar bajo qué condiciones podía obtener ese resultado. PAVLOV ESTABLECIÓ ASÍ UNO DE LOS MOMENTOS MÁS IMPORTANTES EN LA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Pavlov hipotetizó que cuando un estímulo cualquiera predice la ocurrencia de otro estímulo que dispara una respuesta automática, aquel primer estímulo adquiriría la capacidad de disparar esa respuesta. Dicho de una manera un poco más técnica: un estímulo incondicionado (EI), genera una respuesta incondicionada (RI). Tener comida en la boca (EI), dispara naturalmente salivación (RI); si un estímulo neutro (por ejemplo, en el caso de los perros de Pavlov, ver a las personas que proporcionan la comida) predice el estímulo incondicionado en repetidas ocasiones, ese estímulo comenzará a disparar la respuesta incondicionada. Ese estímulo se llamará estímulo condicionado (EC), y la respuesta que ese estímulo dispara se llamará entonces respuesta condicionada (RC). Pavlov experimentó entonces asociando distintos sonidos y estímulos visuales a la comida. Por ejemplo, ponía un metrónomo antes de alimentar a un perro; después de repetir esto en varias ocasiones, bastaba con que el perro escuchara el metrónomo para que empezara a salivar (nota para pedantes: a pesar de lo que cuenta la leyenda popular, Pavlov nunca usó una campana, porque un estímulo así sería demasiado impreciso y difícil de controlar1). La cosa iría así: 1. Presentación de Estimulo Incondicionado (EI – comida)— ——Dispara Respuesta Incondicionada (RI – salivación) 2. Presentación de un estímulo neutro (metrónomo) antes de presentar el EI (comida)—Dispara respuesta incondicionada de salivación. Este emparejamiento se repite varias veces. 3. El Estímulo Condicionado (EC – metrónomo) genera ahora una Respuesta condicionada (RC – Salivación) PAVLOV NUNCA USÓ UNA CAMPANA, PORQUE UN ESTÍMULO ASÍ SERÍA DEMASIADO IMPRECISO Y DIFÍCIL DE CONTROLAR Pavlov estableció así uno de los momentos más importantes en la historia de la psicología. Había descubierto un principio del aprendizaje que era aplicable tanto a animales como a humanos, que permitía tanto predecir como establecer nuevas respuestas. Si bien Pavlov no era propiamente un conductista, los principios que él descubrió inspiraron a las primeras generaciones del conductismo, y fueron la base para todo un campo de la psicología científica. Durante el siglo XX miles de psicólogos e investigadores utilizaron esos principios complejizándolos y refinándolos y quizá sea justamente el éxito que tuvo Pavlov (o mejor dicho, sus investigaciones), lo que hizo que quedara un poco en segundo plano en psicología. Hoy, el condicionamiento clásico suele enseñarse como si fuera una nota al pie en las carreras de psicología, una mera anécdota histórica de un abordaje obsoleto. Ahora bien, ¿recuerdan a Schwarzenegger en Terminator? Bien, el “Volveré” bien podría haberlo dicho Pavlov (y sí, me he dado el gusto de ponerle un título hollywoodense a este artículo). Hoy en día una plétora de investigaciones utilizan los principios del condicionamiento clásico en áreas que son de extraordinario interés en la psicología, y no me refiero a investigaciones que “más o menos, algo tienen que ver con el condicionamiento clásico”, sino que están explícitamente basadas en esos principios. Si me acompañan, veamos algunas de esas áreas. (Algunas) aplicaciones del condicionamiento clásico Vamos a omitir las aplicaciones más conocidas del condicionamiento clásico tales como fobias y aprendizajes básicos, ya que las pueden leer en cualquier libro de texto. Demos, en cambio, un vistazo a las aplicaciones y desarrollos del condicionamiento clásico más subterráneas, más desconocidas. En el ejemplo clásico del perro de Pavlov, lo que se condiciona es la secreción de una glándula (salival, para ser más precisos). Ahora bien, ¿qué otras respuestas pueden ser influenciadas por mecanismos de condicionamiento clásico? Vamos a examinar dos áreas: respuesta a las drogas y respuesta inmune. Tolerancia a las drogas y sobredosis Esta es una línea de investigación fascinante. Supongamos que administramos una inyección de adrenalina a una persona, precedida por, digamos un tono audible. Como quizá sepan, la adrenalina tiene el efecto de aumentar el ritmo cardíaco y el azúcar en la sangre. En este ejemplo la adrenalina sería un estímulo incondicionado (EI), el tono audible el estímulo condicionado (EC), y el aumento de la presión sanguínea y descenso del azúcar en la sangre serían la respuesta incondicionada (RI). Ahora bien, si repetimos este procedimiento varias veces, ¿qué creen que pasaría al presentar el tono audible solamente? Intuitivamente probablemente diríamos que el tono audible, al igual que el metrónomo en el caso del perro de Pavlov, generaría un aumento del ritmo cardíaco similar al de la adrenalina. HOY EN DÍA UNA PLÉTORA DE INVESTIGACIONES UTILIZAN LOS PRINCIPIOS DEL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Error (me encanta decir eso). Lo que sucede en esos casos es que al presentar el tono, el ritmo cardíaco y el nivel de azúcar en la sangre descienden2. Es lo que se denomina una respuesta condicionada contradireccional (porque va en la dirección opuesta a la RI). Por decirlo de alguna manera, el organismo “compensa” el efecto de la adrenalina que se va a administrar y – esta es la parte crucial– esta compensación hace que el efecto de la adrenalina que se administra sea menor. Estas respuestas contradireccionales han sido observadas en la administración de anfetaminas, atropina, clorpromazina, glucosa, histamina, litio, morfina, naloxona, entre otros3. La parte interesante es que esto permite explicar la tolerancia a las drogas y las sobredosis. Cuando una droga se administra repetidas veces en un mismo contexto (la misma habitación, por ejemplo), ese contexto o estímulo se vuelveun EC que dispara una RC compensatoria, y así disminuye el efecto de esa droga. Ahora bien, cuando esa misma droga con la misma dosis se administra en un contexto nuevo, esa respuesta compensatoria no se produce; no hay nada que le “avise” al cuerpo que va a recibir una dosis, por lo cual el efecto de la droga, ahora ya sin freno, se multiplica y se produce una sobredosis. CUANDO UNA DROGA SE ADMINISTRA REPETIDAS VECES EN UN MISMO CONTEXTO, ESE CONTEXTO O ESTÍMULO SE VUELVE UN EC QUE DISPARA UNA RC Esta respuesta compensatoria (y su ausencia), puede tener consecuencias dramáticas. Schneider4 cuenta la siguiente anécdota: “Un hombre quizá haya matado a su padre sin querer. Su padre, que sufría de cáncer pancreático, estaba recibiendo cuidados en su casa, en un dormitorio pobremente iluminado. Sentía mucho dolor y recibía cuatro inyecciones de morfina por día. En el día de su muerte, el hijo se encontró con que su padre se había movido hasta el living, que era muy luminoso, y como era la hora de su inyección y su padre estaba dolorido, el hijo le administró su dosis usual de morfina en ese lugar. La reacción del padre fue excepcional, y un médico inmediatamente diagnosticó sobredosis de morfina, pero nada pudo hacerse.” Por supuesto, es imposible saber a ciencia cierta si hubo mecanismos de condicionamiento clásico en esta historia, pero es bastante probable que así haya sido. Numerosas investigaciones dan cuenta de este efecto en el desarrollo de tolerancia a las drogas y sobredosis. En un estudio Siegel y colaboradores encontraron que un mero cambio de lugar bastaba para duplicar la ocurrencia de sobredosis5. El mismo mecanismo permite explicar los impulsos (craving), para el consumo de drogas. Permítanme un rodeo para explicar esto. Seguramente están familiarizados con lo que nos pasa cuando vemos comida en una vidriera o cuando sentimos el olor del asado que el desgraciado de nuestro vecino está cocinando. En esos casos, no sólo babeamos como perros, sino que con frecuencia efectivamente comenzamos a sentir hambre. En parte esto se explica por una respuesta contradireccional: el cuerpo, ante el EC de ver comida, comienza a aumentar la producción de insulina, lo cual genera un descenso del azúcar en la sangre y así comenzamos a sentir hambre (en la siguiente sección hablaremos más de esto). Del mismo modo, la exposición a estímulos vinculados al consumo de drogas puede disparar una respuesta compensatoria que hace que aumente el deseo de consumir. De esto se derivan algunas indicaciones clínicas2. En primer lugar, se deriva que es relativamente fácil ser abstinente si no se confronta con estímulos vinculados al consumo; en segundo lugar las recaídas son más probables apenas una persona en recuperación se expone a estímulos asociados al consumo (por ejemplo, cuando una persona recibe el alta de una clínica de adicción y vuelve a vivir en ambientes previamente asociados al consumo). Finalmente, la prevención de recaídas se ve facilitada si se debilita el vínculo entre estímulos y consumo. Esto es lo que se denomina “exposición a señales” (cue exposure therapy), y básicamente consiste en exponer a los estímulos que disparan el consumo a la vez que se bloquea la respuesta de consumir. La evidencia para este tipo de intervención está aún en sus etapas iniciales pero parece ser prometedora6. (Para leer un poco más sobre el efecto del ambiente en la administración de drogas pueden leer este artículo que escribimos sobre farmacología conductual) Respuesta inmune y medicina Pareciera algo sacado de las peores páginas de los libros de mala psicología (no voy a nombrar ninguno para no herir susceptibilidades), pero pareciera que la respuesta inmune del cuerpo también es susceptible de ser influida por condicionamiento clásico. En un estudio ya clásico Ader y Cohen (1975)7 descubrieron accidentalmente que podían condicionar una respuesta de inmunosupresión. Observaron que si en un procedimiento de condicionamiento clásico asociaban la administración de sacarina (el edulcorante que usan para el café) a un medicamento inmunosupresivo (ciclofosfamida -se utilizaba para tratar enfermedades autoinmunes), posteriormente la mera inyección de sacarina tenía un efecto inmunosupresor. Tiempo después se demostró que también es posible condicionar una respuesta de inmunosupresión en seres humanos8. ¿Tienen alguna alergia? Russell y colaboradores9 trabajaron con conejillos de india alérgicos a una proteína. Asociaron la presentación de esa proteína a un olor específico y encontraron que luego de repetidas asociaciones el olor por sí mismo disparaba una respuesta de alergia (incremento de la histamina plasmática). Booth y colaboradores demostraron que es posible condicionar una respuesta alérgica en la piel de seres humanos10. Recuerden esto la próxima vez que comiencen a estornudar en primavera, quizá el culpable no sea un alergeno sino algún estímulo del ambiente asociado a él. En una línea de investigación vinculada, Woods y Ramsay demostraron que es posible condicionar la secreción de insulina, tanto en animales como en seres humanos11. Un estímulo que se asocia a la ingestión de comida puede provocar un aumento en la secreción de insulina, de la misma manera en que las respuestas compensatorias contradireccionales actúan en la tolerancia al consumo de drogas. LA PRÓXIMA VEZ QUE COMIENCEN A ESTORNUDAR EN PRIMAVERA, QUIZÁ EL CULPABLE NO SEA UN ALÉRGENO SINO ALGÚN ESTÍMULO DEL AMBIENTE ASOCIADO A ÉL Pero además de investigar si es posible causar una respuesta alérgica o deprimir el sistema inmune, también ha sido investigado si es posible utilizar los mismos principios para mejorar la respuesta del organismo frente a diversas enfermedades. Y al parecer, esto es posible. Es posible aumentar la actividad y el conteo de células natural killers (NK), utilizando condicionamiento clásico. En una serie de experimentos prometedores, Exton et al.12 dicen lo siguiente: Datos de experimentos animales sugieren que el condicionamiento clásico tiene el potencial de modificar la progresión de tumores. Incrementos clásicamente condicionados de la actividad de células NK en ratones pueden prolongar el tiempo de supervivencia luego de la inoculación de tumores. Más aún, la inmunoterapia activa con células alogénicas del bazo en animales con linfomas es aumentada por el condicionamiento, resultando así en un retraso en el crecimiento de tumores. En un estudio de caso, Olness y colaboradores13 utilizaron condicionamiento clásico como co-tratamiento para una niña de 11 años con Lupus, y esto es lo que narran: “a lo largo de doce meses la niña recibió 6 en lugar de 12 tratamientos con ciclofosfamida, la mitad de la dosis acumulativa que hubiera sido administrada. La niña mejoró clínicamente, y 5 años después continúa estando bien.” Impresionante, ¿no? Cerrando Como dije, la evidencia para estos tratamientos aún es inicial y debe ser tomada con cautela. Después de todo, esto es investigación, y hay un motivo por el cual la investigación siempre avanza lentamente. Cuando meramente especulamos, podemos imaginar muchas cosas pero eventualmente los desarrollos se estancan y quedamos condenados a la repetición. Pero cuando la evidencia es sólida, cuando hacemos los deberes, los resultados pueden ser extraordinarios. Consideren esto: un siglo después de Pavlov, no sólo los principios que postuló aún se sostienen (han pasado por varias modificaciones y refinaciones, sin embargo), sino que siguen generando nuevas aplicaciones en campos insospechados. CUANDO LA EVIDENCIA ES SÓLIDA, CUANDO HACEMOS LOS DEBERES, LOS RESULTADOS PUEDEN SER EXTRAORDINARIOS Para no extendernos demasiado sólo hemos tocado dos áreas en este artículo, pero las áreas de aplicación son enormes– por ejemplo, la literatura sobre la relación entre el condicionamiento clásico y el efecto placebo, que vamos a tratar en un próximo artículo. Por supuesto, con respecto a las líneas de investigación que abordamos en este artículo, se necesitan más ensayos para confirmar los estudios, se necesita saber de qué manera funcionan, cuáles son las condiciones necesarias para que suceda, pero sólo por un momento imagínense las posibilidades si estas áreas de investigación prosperaran. Imaginen que pudiéramos mejorar el efecto de los tratamientos para el cáncer, ayudar a tratar las alergias, o reducir la necesidad de medicamentos inmunosupresores. Pavlov estaría contento. Referencias 1. Specter M. DROOL. New Yorker. 2014. http://www.newyorker.com/magazine/2014/11/24/drool. 2. Van den Hout M, Merckelbach H. Classical Conditioning: Still Going Strong.Behav Psychother. 1991;19:59. doi:10.1017/S0141347300011514. 3. MacRae JR, Scoles MT, Siegel S. The contribution of Pavlovian conditioning to drug tolerance and dependence. Br J Addict. 1987;82:371-380. doi:10.1111/j.1360-0443.1987.tb01493.x. 4. Schneider SM. The Science of Consequences : How They Affect Genes, Change the Brain, and Impact Our World. Prometheus Books; 2012. 5. Siegel S, Hinson RE, Krank MD, McCully J. Heroin “overdose” death: contribution of drug-associated environmental cues. Science. 1982;216:436-437. doi:10.1126/science.7200260. 6. Drummond DC, Glautier S. A controlled trial of cue exposure treatment in alcohol dependence. J Consult Clin Psychol. 1994;62:809-817. doi:10.1037/0022- 006X.62.4.809. 7. Ader R, Ader R, Cohen N, Cohen N. Behaviorally conditioned immunosuppression. Psychosom Med. 1975;37:333-340. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1162023. 8. Goebel MU, Trebst AE, Steiner J, et al. Behavioral Conditioning of Immunosuppression Is Possible in Humans.; 2002:1869-1873. doi:10.1096/fj.02-0389com. 9. Russell M, Dark KA, Cummins RW, Ellman G, Callaway E, Peeke H V. Learned histamine release. Science. 1984;225:733-734. doi:10.1126/science.6205449. 10. Booth RJ, Petrie KJ, Brook RJ. Conditioning Allergic Skin Responses in Humans: A Controlled Trial.; :492- 495. 11. Woods SC, Ramsay DS. Pavlovian influences over food and drug intake. In:Behavioural Brain Research.Vol 110.; 2000:175-182. doi:10.1016/S0166-4328(99)00194-1. 12. Exton MS, Von Auer AK, Buske-Kirschbaum A, Stockhorst U, Göbel U, Schedlowski M. Pavlovian conditioning of immune function: Animal investigation and the challenge of human application. In: Behavioural Brain Research.Vol 110.; 2000:129-141. doi:10.1016/S0166-4328(99)00191-6. 13. Olness K, Ader R. Conditioning as an Adjunct in the Pharmacotherapy of Lupus Erythematosus. Journal of developmental and behavioral pediatrics : JDBP 13, 124- 125 (1992). doi:10.1097/00004703-199204000-00008. Imagen: monsteroftheid MÁS DE PSYCIENCIA La importancia del lenguaje y los pensamientos en la aplicación de las Técnicas Conductuales Angry Birds y Skinner: conductismo en la vida cotidiana "Yo soy visual" - El mito de los estilos de aprendizaje Una experta en enfermedades mentales revela su lucha personal ¿Por qué la gente no cambia de opinión? ¿Que dibuje qué cosa? - Una revisión al Test de la Figura Humana Teoría de los Marcos Relacionales: Lectura de un Terapeuta Integrativo Powered by • ETIQUETAS • ADICCIÓN • APRENDIZAJE • CONDICIONAMIENTO • CONDUCTISMO • DROGAS • PAVLOV • RESPUESTA INMUNE Artículo anteriorCómo ser conscientes de nuestras emociones sin rechazarlas Artículo siguiente(Vídeo) Par Si callamos, hablarán las piedras: un análisis al estado actual del psicoanálisis Por Isabel Lucioni - 09/04/2013 • Compartir • Twittear • • Email Comencemos por aclarar algunos conceptos y cómo van a ser usados en este trabajo. 1. Movimiento psicoanalítico: es el conjunto de personas que se consideran psicoanalistas y todas las prácticas de curas llamadas psicoanalíticas, más las publicaciones producidas por el primer conjunto. 2. “El Psicoanálisis”: dicho en singular como pretenden seguir usándolo, tanto propios como extraños al movimiento psicoanalítico y, sobre todo, los enconados críticos de “los freudianos”, es inexistente. Muchos de los enconados que menciono critican pues una singularidad o totalidad inexistente. Son varios los psicoanalistas que hablan de una Babel que está constituyendo “al psicoanálisis” de tal manera que, como también están diciendo algunos, el singular referido a los integrantes del Movimiento y sus obras, no corresponde, sino que hay que hablar de “los psicoanálisis”. Muchos psicoanalistas llegan a reconocer en privado pero no en publicado que : cada uno tiene su propia “ensalada” de autores en la cabeza, otros sostienen que cada uno elige la teoría que “le gusta”, otros explican que para cada paciente usan el autor conveniente, tirando de un “cajoncito” de los varios en los que tiene archivados a los autores, y finalmente están los muchísimos que afrontan la hinchazón llamándola gordura y que sostienen que la situación descripta constituye en sí misma nuestra “riqueza”. Ese estado sería absolutamente divertido si se tratara sólo de un ejercicio de ideas y no de ideas diferentes que producen inevitablemente procesos de “cura” muy distintos y hasta dispares consecuentemente, así como una indeseable versatilidad y variabilidad en los diagnósticos, estado de la práctica y de la práctica teórica totalmente excéntrica al proyecto freudiano. EL MOVIMIENTO ESTÁ FUNCIONANDO MAS BIEN AL ESTILO DE UNA FUERZA POLÍTICA Es decir que el Movimiento está funcionando mas bien al estilo de una fuerza política, que se diferencia bastante de una disciplina en búsqueda de verdades que operan concretamente en la vida de las personas, verdades contrastables de alguna manera, contrastación consensuada racionalmente, para lo que no es necesario acudir a una de las metodologías “duras” de contrastación parecida al experimento pero sin llegar a ello, cualquier metodología dura a la que, por la descripción antedicha, no es posible acceder en estos momentos. El estado de la psicología no es mejor aunque se tenga una esperanza de solidez (vana) en la identificación de la mente con el cerebro al estilo de Bunge. Pero el objetivo de mi trabajo no es la psicología en general y sus múltiples formas de psicoterapias, sino el estado del movimiento psicoanalítico, del cual defenderé siempre la validez de su fundamento: la estructura de la teoría freudiana y la práctica clínica que se deriva de ella. Es muy difícil ver esto como un problema, y grave, cuando lo que cunde en la sociedad es el pensamiento débil, tal cual lo describió el filósofo Vattimo, alegre él porque evidentemente el pensamiento débil, el ataque a la racionalidad y a la lógica llevan a la religión. Respeto a las religiones que buscan su verdad en un acto de fe, considerada por ellas como la virtud fundante de la religiosidad, y respeto su convocatoria a una verdad, consoladora de una humanidad que se siente huérfana, soberbiamente extrañada de los demás animales. Pero encontrar verdades mas allá de una fe es un esfuerzo específico para buscarlas y no una mera variabilidad de ideas a las que se llame “riqueza”. El ataque a la razón conlleva un ataque a la posibilidad de encontrar verdades con lo cual se funda también un relativismo absoluto de las afirmaciones, considerándose tiránica a toda posición científica, por lo menos en el campo de las ciencias humanas o sociales. Esta posición de muchos psicoanalistas que despacha con el cómodo mote de “positivistas” a todas las críticas, repito, un mote no funciona como una crítica razonable que deslinde por ejemplo la circunstancia de que hay muchos positivismos, funciona mas bien como un insultoque paraliza cualquier intento de crítica en el sentido de pensamiento crítico, el que es muy distinto a la mala educación, pero al que el pensamiento “blando” denigra. El pensamiento “blando” es un pensamiento sin lógica, intuitivista, en el que se exaltan los “sentimientos” en una regresión al romanticismo, no en el sentido común de regalar rosas o bombones, en que se lo usa también, sino en el de la corriente de pensamiento que dió origen, por ejemplo, al nazismo; con su sentimiento de “pueblo” y “raza” y su teoría del origen del universo a partir de una gran bloque de hielo. El pensamiento blando que tanto gusta a los relativismos extremos, culturales y morales, donde todos los gatos son pardos, pensamiento blando que también prefiere considerar al riguroso como “narcisista” o “irrespetuoso de las diferencias”, diferencias a las que se quiere salvaguardar en un estado de desorden e imprecisión extrema. El pensamiento “blando” reniega de la posibilidad de encontrar verdades salvo que sea por revelaciones compartidas por comunidad empática o de sentimiento. Veo pues al movimiento psicoanalítico mal, en un estado de disolución implosiva y digo disolución, porque es un deterioro silencioso, parapetado detrás de la actitud de desechar todas las críticas despachándolas con otro mote: el de las “resistencias” o el “odio”, también resistencial contra el psicoanálisis. Esto no quiere decir, como lo reconocí en párrafos anteriores que la mayoría de las críticas emprendidas contra los “freudianos” sean buenas, mas bien son malas, sobre todo cuando atacan a Freud por mentiroso o por su vida personal, o porque se “peleaba” no dejando levantar cabeza a sus “discípulos”, como lo ha hecho el “Libro negro del psicoanálisis” o considerándolo como a un filósofo mas entre otros filósofos como hace Onfray. La autocrítica tiene que ser interna, la tenemos que asumir los psicoanalistas si no queremos naufragar en una alegre y autocomplaciente disolución filosofante y poetizante, donde se considera psicoanalista a cualquiera que se autotitule así, aunque sea por ejemplo, un deleuziano con algo de Lacan, al que no le importa que Deleuze sea un crítico de Lacan y de Freud, que ha inventado una terapia alternativa al psicoanálisis que es el “ezquizoanálisis”. Basta que su discurso “guste” a la masa de psicoanalistas para que se considere psicoanalista. Es un mero ejemplo de las “ensaladas” posibles hoy en día. Sería un error pensar que esto se corrige con institucionalidad política como lo intentó hacer durante décadas la IPA, creando definiciones defensivas del psicoanálisis que pasan por la rigidez ritual como concepto de la técnica, lo que ha dado lugar y no sé si continúa así, a definirlo por el diván y por las cuatro sesiones como exigencia formal, que según se sabe pocos cumplen pero dicen que sí lo cumplen. Y cuando digo “definiciones defensivas” lo hago en el mas estricto sentido de defensa en el mas estricto psicoanálisis : defensa es lo que la angustia dispara como operación sustitutiva de un pensamiento que, si se hiciera también angustiaría. Creo que hubo una desgracia inicial fundante del psicoanálisis y de los psicoanálisis que fue la del no reconocimiento del psicoanálisis por la ciencia oficial decimonónica; no puedo ponerme en los zapatos de Freud como para saber cuál hubiera sido un camino mejor al que tomó, que fue el de formar una institución de alcance prácticamente ecuménico, la que no funcionó de manera muy distinta a la del Vaticano, con inquisidores internos incluidos. ESTA SALIDA POLÍTICO-INSTITUCIONAL FUE MORTAL PARA LA CIENCIA QUE SE PROPUSO FUNDAR FREUD Esta salida político-institucional fue mortal para la ciencia que se propuso fundar Freud, a pesar de su valor para saber apartarse de discípulos que no adoptaban las líneas fundamentales que él le imprimió a su teoría-práctica. No tenía porqué aceptar desviaciones que él consideraba esenciales para su construcción racional. La estructura teórica y las prácticas como contexto de aplicación derivadas, son los grandes desconocidos del movimiento psicoanalítico a 113 años de la publicación de la “Interpretación de los Sueños” y su primera consolidación publicada de las bases para concebir el Aparato Psíquico. La multiplicidad de fotos y recuerdos lacrimógenos de Freud que tanto gustan de conservar o de publicar en Facebook muchísimos que se consideran psicoanalistas, no hace mas que reafirmar este vínculo religioso pero no teórico-práctico que señalo. Salvando las distancias y sin ofender a nadie, es parecido a lo que pasa con la iconografía de Jesús que prolifera en una inmensa masa generalmente incapaz de ser cristiana. Salvando las distancias repito, porque ser psicoanalista es infinitamente menos difícil que ser cristiano, es decir heroicamente bueno. Hace poco un joven colega que está emprendiendo muy rigurosamente sus estudios de la teoría y la práctica freudiana me hizo notar lo temprano de los primeros discípulos de Freud, por ejemplo Jung: fué mas o menos alrededor de 1912. A esa altura sólo hacían 12 años de la primera configuración estable de la teoría del psiquismo, sólo se habían publicado los “3 Ensayos” y “Totem y Tabú” y la citada “Interpretación….” como grandes obras, y el primero todavía habría de sufrir numerosos agregados a lo largo de la vida de Freud. Los primeros discípulos fueron convocados por el deslumbrante descubrimiento del inconciente y la eficacia de la cura por la palabra que cambiaba totalmente la perspectiva de una medicina todavía mecanicista y abría el acceso científico a lo que los siglos habían llamado el alma, pero que ahora tenía forjada una categoría científica: el Aparato Psíquico, en 1912 todavía como Conciente-Preconciente-Inconciente. Faltaba un y poco aún para el otro gran monumento teórico que son los escritos de metapsicología y nada menos que 8 años para la revolución teórica freudiana de los años 20, y 26 años hasta la muerte de la fructífera y productiva vida de Freud, quien fundó una Institución antes de tener concluído su descubrimiento. Los “discípulos” pues, se congregaron y luego se institucionalizaron sintiéndose socios del descubrimiento, expertos en inconciente y cura por la palabra, socios y no discipulos, lo que por lo menos a mí me explica algo del desenvolvimiento psicoanalítico. Siempre me ha llamado la atención el narcisismo de los autores psicoanalíticos, la extremada estima que casi todos tienen sobre la “originalidad” y la “creatividad” de cada autor y la despreocupación absoluta por consolidar el fundamento o paradigma y las derivaciones lógicas de él. Creo que este es el comienzo del funcionamiento de la “cómoda” o “mesita de luz” donde cada cajoncito es un autor retirado en el momento necesario para cada paciente. Cada cajoncito un pequeño sol con pretensiones, generalmente, de ser el centro del sistema planetario del psicoanálisis. André Green dijo antes de morir que una de las desgracias del movimiento psicoanalítico fue la de que el único genio haya sido y sigue siendo el fundador, sin desmedro de los valiosos aportes de varios otros autores, aportes que es necesario especificar lógicamente todavía por su relación al paradigma o fundamento en lugar de ponerlo en un “cajoncito” mas en la acumulación de nuestra “riqueza” o disolución implosiva. ¿Qué impresión tengo a partir de esa en la que veo que los “discípulos” se acercaron a Freud como socios y no dispuestos a aprender, aunque tantos se hayan analizado con el fundador y/o con algunos de sus primeros adherentes? Se sintieron en su mayoría mas inclinados a desatar su “originalidad narcisista” más que a acompañar críticamente pero con rigurosidad y paciencia el desenvolvimiento de la poderosa teoría que Freud estaba construyendo. Elanálisis personal es una potente herramienta de conocimiento de sí mismo y de adquisición de la convicción sobre la existencia de nuestro propio inconciente, pero la experiencia del análisis no enseña teoría y tampoco enseña a ser epistemológicamente riguroso. Green nunca será taxativo como lo soy yo, pero de todos modos sirven sus tímidos pensamientos que a veces rozan lo que planteo: “La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud” pag 21: (Refiriéndose al giro teórico freudiano de los años 20) “…ya no se trata entonces de una controversia destinada a averiguar si el psicoanálisis de Freud se debe admitir o rechazar. El proceso cismático ha terminado y el movimiento psicoanalítico ha dejado por el camino (Yo:¡¿?!) a los que estaban en desacuerdo con los principios fundamentales del psicoanálisis. Los que permanecen agrupados en torno de Freud no cesan de reafirmar su lealtad hacia su pensamiento y reconocen-con una sinceridad de la que no cabe dudar- su indiscutible leadership. No se puede negar, sin embargo, que las relaciones de Freud con sus discípulos eran mas complejas, y que sin cesar y de manera indefinida se replanteaba la cuestión formulada por Adler de saber si era preciso conformarse con vivir a la sobre del gran hombre. Freud percibía sin duda entre los más cercanos de sus fieles esa legitima necesidad de independencia, que el declaraba admitir sin limitación, aunque no ahorraba sus criticas cuando ese afán de volar con las alas propias dejaba a su juicio translucir desviaciones teóricas susceptibles de poner en peligro los ejes fundamentales de la teoría psicoanalítica. Lo que sorprende de esta confesión es que, siendo un texto que en castellano se publicó en 1991, o sea con la obra de Lacan ya hecha y reivindicada como “la verdadera teoría o la continuidad de la teoría freudiana”, sorprende, repito, que Green no se haga cargo de este último “freudiano” (O sea Lacan) que viene a fundar el psicoanálisis por retroacción, sin respetar por lo tanto a ninguna categoría freudiana cuando las redefine en el contexto de: Simbólico-imaginario-Real, lo cual no funda sino que volatiliza toda la teoría freudiana ante un público complaciente, demasiado acomodado a los prestigios adquiridos como para hacerse cargo de un debate trascendental, en el que se jugaba nada mas y nada menos que cómo heredar, hacerse cargo productivamente de la herencia freudiana. Pero hay mas cosas -que sorprenden a un pensamiento que es riguroso- de las que dice Green que hay que revisar como muestra nada mas de maneras de pensar que escucho muchísimo en el medio del “movimiento”. Son: 1. Reafirmación de la lealtad. ¿Qué es eso? Lealtad no es un reconocimiento científico ni pone en juego una racionalidad, hasta política diría, porque si uno ve que un líder se equivoca políticamente hay que tener mas lealtad con la causa que con el líder. Lealtad pertenece mas bien a contextos religiosos o guerreros en los que si la obediencia, sobre todo en el último caso, es necesaria aunque lleve a la muerte. 2. Reconocimiento del liderazgo ¿qué es eso? El juramento de los señores feudales al Rey “como primero entre pares”. El mismo Green está reconociendo el aglutinamiento de profesionales alejados ya de una posición científica. ¿Porqué lo reconocio Freud? Creo que por la expulsión que hizo de él la ciencia, a la cual siempre quiso pertenecer sin poder, y porque tempranamente apareció una incapacidad del movimiento, entusiasmado por la facilidad para que “muchos descubran cosas”, pero sin poder contrastar de manera fuerte es decir rigurosa todas y cada una de las “ideas” que iban ocurriendo mientras el fundador seguía firme en el camino de su descubrimiento que culminó en su muerte. La contrastación clínica como única contrastación necesaria tiene fallas porque depende muy grandemente de los afectos del psicoanalista y del sentimiento subjetivo de bienestar que cada analizando tiene con ese psicoanalista. Pero esta es una dificultad que se agranda con la proliferación de ideas que no se critican o que se critican mal, porque ya hay desorden en la estructura de enunciados base y porque las ideas cunden también desordenadamente si algunos analistas “ven” o “como han dicho ver”. No alcanzo a saber cuánta responsabilidad sobre esto tuvo Freud y tampoco me preocupa porque no soy historiadora del Movimiento psicoanalítico. MAS TARDE TODAVÍA ME SEGUÍ SORPRENDIENDO DEL DESORDEN DE LA PRODUCCIÓN PSICOANALÍTICA Ejemplo de esto fue la bizantina discusión que sostuvieron los psicoanalistas respecto a M. Klein y con los kleinianos, sobre si había “suficiente Yo” al nacer como para aceptar la dramática de fantasías y defensas que Klein postulaba. Esta discusión me perturbó ya en la universidad haciendo la carrera, porque me quedaba claro que Klein no postulaba un Yo semejante al Yo de realidad Definitiva, maduro y ejecutor de las defensas. Pensaba que sólo hacía falta el principio del Placer-Displacer para que territorios psíquicos se escindieran. Mas tarde pulí la idea, sobre todo cuando ya recibida, me dediqué a estudiar a Freud de lleno, y ví que Freud mismo había planteado una disociación así, defensiva en el Proyecto y que en otras obras postulaba el inicio del Psiquismo divido en un territorio de todo lo bueno- placiente=Yo de Placer Purificado y otro espacio psíquico al que llamó Objeto hostil como zona de todo lo displaciente=odiado. La discusión pues había sido totalmente inútil por lo menos porque se había ignorado lo que Freud había sostenido respecto a los inicios del Aparato Psíquico. Mas tarde todavía me seguí sorprendiendo del desorden de la producción psicoanalítica cuando vi que piera Aulagnier postulaba un “Pictograma bueno” y un “Pictograma malo” reconociendo vagamente y sin precisiones a Freud y sin reconocer a Klein. O no estudiaban debidamente o eran falsarios, una de dos. Pero el colmo del desorden ha sido Lacan indudablemente. En mi experiencia la teoría freudiana nunca fue una ortodoxia, cuando estudiaba la mayoría de los psicoanalistas hablaban básicamente kleiniano y las referencias a Freud no eran profundas y de pronto comenzaron a hablar en otro idioma o a mezclar términos de otro idioma que rápidamente me dí cuenta de que era un dialecto nuevo: el lacanés. Como yo ya estaba consolidando a Freud como una estructura teórica fuerte y lógica me ví arrasada por este idioma que se proponía como la mejor continuidad de Freud, así que me dediqué a estudiarlo también durante 9 años. PERO EL COLMO DEL DESORDEN HA SIDO LACAN INDUDABLEMENTE Indudablemente el nuevo autor no planteaba disidencias o novedades sino que era una teoría que arrasaba con la teoría frfeudiana y con todo aquéllo que uno pudiera considerar aporte o derivaciones consecuentes de la teoría fundacional. Pero el movimiento psicoanalítico fue creyente una vez mas: viró sin crítica al idioma lacanés y puso fervientemente retratos de Lacan al lado de los de Freud. La mayoría probablemente no conoce ni a uno ni al otro. La IPA echó a Lacan sin crítica, sólo por la sesión de tiempo arbitrario que Lacan preconizaba y que le permitió ahorrar en oro, pero la oficialidad psicoanalítica jamas defendió a Freud teórica y clínicamente Defendió su ritual de 4 por 50 minutos. Otra vez citamos la percepción y la cobarde complacencia de un gran intelectual como André Green en su libro editado en 2002: “El pensamiento clínico” Pag 26. “ Si el pensamiento psicoanalítico sufre hoy no es por su cuestionamiento de las ideas eutanasias Esto sería mas bien el indicio de un psicoanálisis en movimiento, y no fijado a la idolatría de su creador y a su teoría. No, lo que preocupa es la multiplicidad de ideas de reemplazo, la dispersión de referencias fundamentales, la ausencia de un examen atento y desprovistode prejuicios de los cuerpos doctrinarios que se reparten el campo del psicoanálisis. Es válido preguntarse si, a pesar de los notables logros de la posteridad de Freud, algo no se perdió, o si las numerosas modificaciones aportadas a sus interpretaciones de la clínica sus recomendaciones técnicas, sus hipótesis teóricas, no llevaron a una crisis del entendimiento psicoanalítico. Va de suyo que está describiendo una situación grave, leída atentamente es el estado que yo llamo de disolución implosiva pero Green concilia permanentemente las contradicciones sin admitir que existe una necesidad lógica de exclusiones. En la pag 27 de la obra citada dice: “ Son muchos los admiradores de Freud entre los psicoanalistas, (Yo: Freud estará contento de tener tatos fans como una estrella de rock) incluso entre aquéllos cuyas opciones contemporáneas se separan tanto de su obra-aunque se proclamen sus continuadores-, que ya no tienen mucho en común con ella. Y, de un deslizamiento a otro, lo que hace temer la inminencia de lo peor…” Ah! Lo peor es inminente! Pero Green continua impávido como tantos autores contentos con la “originalidad” que le dejan a la posteridad, aunque no sepamos si esa posteridad será de psicoanalistas, puede que el nombre continúe porque, como ya hemos visto, Freud tiene muchos fans. ¡Jesucristo Superstar! Si seguimos callando, hablarán las piedras. Ha llegado la hora de reconocer, conocer los fundamentos y reconocerse en los fundamentos, fundamentar a los fundamentos, separar lógicamente lo que es de lo que no es y, sobre todo, fundamentar la clínica y hacer descripciones coherentes de los procesos que desencadenamos en los pacientes y de los diagnósticos a partir de los cuales los comprendemos e intentamos ayudarlos. Si callamos hablarán las piedras. Vigencia de Freud Por Luis Hornstein - 21/09/2012 • Compartir • Twittear • • Email Sigmund Freud, circa 1935 El 23 de septiembre se cumplen 73 años de la muerte de Freud. ¿Cuánto de Freud nos queda en nuestras arcas? Lo cual supone que tenemos arcas, además de un mundo asolado por destrucciones y miserias, que tenemos un patrimonio. El psicoanálisis es una práctica entre otras, a las que afecta y por las que es afectada. Más que insertar al psicoanálisis en la cultura se trata de dejar de negar que está inserto. En vida de Freud y después de Freud, el psicoanálisis ha sido atravesado por diversas líneas teóricas y por diversas prácticas clínicas. Un enorme capital acumulado, pero no pasivo sino en permanente inversión productiva, que a veces hace olvidar que, hoy por hoy, los fundamentos son freudianos. Los fundamentos y el disparador. Por eso la lectura de Freud es un paso ineludible para quien aspire a reformular, con los recursos teóricos actualmente disponibles, los innumerables problemas que requieren ser dilucidados. Pero no basta con Freud. Una lectura histórico-crítica-problemática de Freud implica relegar conceptos que se han vuelto impensables desde la racionalidad actual diferenciando entre la historia caduca y la historia constituida por el pasado actual (que define los conceptos aún válidos). Umberto Eco (1997) ante la pregunta de cómo reflexionar sobre un pensador del pasado, responde: “Tomar en serio todo lo que ha dicho es como para abochornarse. Ha dicho, entre otras cosas, un montón de estupideces. Honestamente: ¿Hay alguien que sienta que vive como si Aristóteles, Platón, Descartes, Kant o Heidegger tuvieran razón en todo y para todo? […] Cada uno ha tratado de interpretar sus experiencias desde su punto de vista. Ninguno ha dicho la verdad, pero todos nos han enseñado un método de buscar esta verdad. Esto es lo que hay que entender, no si es verdad lo que dijeron, sino si es adecuado el método con el que han tratado de responder a sus interrogantes”. PARA ALGUNOS EL PSICOANÁLISIS YA NO ES CONTEMPORÁNEO Para algunos el psicoanálisis ya no es contemporáneo. Otros ni deprimidos ni eufóricos están luchando con los nuevos desafíos clínicos, teóricos y transdisciplinarios. Una vez apareció en un periódico que Mark Twain había muerto. El escritor, que estaba vivo y con el humor siempre despierto, les mandó un telegrama: “Noticia de deceso muy exagerada”. Twain no dijo “falsa”, dijo “exagerada”. Observen ese matiz. Científicos, filósofos, etc., todos heredan. En el legado se reciben objetos valiosos y trastos viejos. No se trata de administrar un patrimonio sino de ponerlo a producir. Para lo cual, en la vida y en la teoría, hay que abandonar la fascinación. “La idea de herencia implica no solo reafirmación y doble exhortación, sino a cada instante, en un contexto diferente, un filtrado, una elección, una estrategia. Un heredero no es solamente alguien que recibe, es alguien que escoge y que se pone a prueba decidiendo” (Derrida). Somos herederos, pero no del gran hombre sino de su obra. Trabajemos la obra de Freud definiendo sus condiciones de posibilidad, sus principios, sus métodos, desentrañando su idiosincrasia teórica, histórica y pragmática, dando cuenta de sus fuentes, sus referencias conceptuales, sus fundamentos y sus finalidades. EVITEMOS LA FASCINACIÓN Evitemos la fascinación. En 1921 Freud afirma que la idealización “falsea el juicio”. El objeto idealizado “sirve para sustituir un ideal del yo propio, no alcanzado”. generando el autosacrificio del yo. Nietzsche (1881) lo dice en un molde imperativo: “¡Si aspiráis a las alturas, usad vuestras propias piernas! ¡No os dejéis llevar arriba; no os encaraméis en hombros y cabezas ajenos!”. Cuando se activan ciertas ilusiones prevalece la idealización como ocurre en el enamoramiento en la hipnosis, y en el dogmatismo. De la fijación neurótica a la filiación simbólica Todo saber, en tanto deviene saber instituido, porta el germen de su propia esclerosidad. Una historización y actualización de los fundamentos para problematizarlos y renovarlos hace que lo instituyente (Castoriadis) repercuta sobre la práctica y que ésta vuelva a actuar sobre los fundamentos. El riesgo del fundamentalismo está siempre allí. Cuando Freud deja de ser una referencia al origen para ser un punto de llegada, se convierte en una identificación cristalizada dando lugar a tantas ortodoxias coaguladas. Por el contrario, Freud y su obra deben constituir una identificación fundante que remita a una filiación simbólica. No nos resignemos a ser alelados discípulos crónicos. Ni a deponer la pasión. Hay pasión cuando nos identificamos con ese Freud dispuesto a cuestionar lo dado, nunca sentado en los laureles. En caso contrario el deseo de no tener que pensar convierte al pensamiento en ecolalia. Un psicoanalista es una trayectoria. Día a día procesa sus lecturas, su experiencia clínica, su propio análisis, su participación en diversos colectivos. Va complejizando su escucha, jaqueada por una teorización insuficiente o tan consciente, tan sistemática, que dejara de flotar. EL PSICOANÁLISIS NO NACIÓ AISLADO. NI SE CONSOLIDÓ HACIENDO OÍDOS SORDOS A SU ÉPOCA ¿Estamos actualizados o seguimos como si el mundo no hubiera cambiado? ¿No serán viejos nuestros paradigmas? ¿Cómo es hoy nuestra subjetividad? ¿Un mecanismo de relojería, como lo era en el siglo XVIII? ¿Una entidad orgánica, como en el XX? No. Hoy la metáfora para nuestra subjetividad es un flujo turbulento. Fundamentarse en Freud no es garantizarse en Freud ni menos que menos atarse a él. Hoy estamos obligados a pensar el psicoanálisis, con la física, la biología, las neurociencias, las ciencias sociales, la epistemología de hoy. No con las de Freud. El psicoanálisis no nació aislado. Ni se consolidó haciendo oídos sordos a su época. Y ahora, en que se advierten signos de agotamiento de cierto discurso psicoanalítico anquilosado, que se quiso sentar en sus laureles,el intercambio es más necesario que nunca. No le escapo al diálogo. Le escapo al reduccionismo, es decir a la simplificación excesiva en el abordaje de un tema complejo. A los reduccionismos, porque cada disciplina tiene el suyo. Para la ideología reduccionista en biología (biologicismo) las problemáticas psíquicas serían consecuencia de la constitución genética. Se les niega cualquier papel a las problemáticas psíquicas, sociales, históricas. La ideología reduccionista en psicología (psicologismo), a su turno, hace oídos sordos a los aspectos biológicos, a los socio-históricos y al cuerpo. El sociologismo no considera casi la historia individual y familiar. Por el contrario se trata de inscribir al psicoanálisis en el paradigma de la complejidad. Y así entendemos los conflictos humanos y neuróticos debido a la acción conjunta y difícilmente deslindable, de la herencia, la situación personal, la historia, la enfermedad corporal, las condiciones histórico-sociales, las vivencias, los hábitos y el funcionamiento del organismo. SE TRATA DE INSCRIBIR AL PSICOANÁLISIS EN EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD La filiación implica abrir un futuro al pasado, oponiendo un olvido pasivo al activo. El pasivo es el de los fundamentos. Perpetúa todo lo que tiene un valor de origen. El olvido activo es lo que Nietzsche denominó la fuerza del olvido. Ese “hacer lugar a lo nuevo” cumple una función liberadora, evitando la parálisis debido al exceso de memoria. Sobre el Autor: Luis Hornstein *Premio Konex de platino en psicoanálisis (década 1996 a 2006). Sus últimos libros son Narcisismo (Paidós), Las depresiones (Paidós) y Autoestima e identidad (F.C.E.). Puedes escribirle a su email: luishornstein@gmail.com. La ‘extraña muerte’ del conductismo radical Por José Olid - 18/02/2015 • Compartir • Twittear • • Email El conductismo ha muerto. Un capítulo corto en la historia de la Psicología. Acusado desde el principio como corto de miras y simplista, fue obviamente reemplazado por la revolución cognitiva hace ya bastantes décadas. Esta perspectiva es la que se transmite comúnmente en libros de texto, revistas y publicaciones populares (Baron-Cohen, 2014; Miller, 2003). Ser conductista parece ser pertenecer al pasado, ser un vestigio de la Psicología. Parece ser una sorpresa para algunos, entonces, que el conductismo radical -y su ciencia y análisis de la conducta- de hecho está prosperando. Parafraseando a Mark Twain, “los informes sobre la muerte del conductismo han sido enormemente exagerados”. Lejos de haber llevado a una histórica muerte absoluta, las ideas del conductismo radical forman una parte importante de nuestro presente psicológico. Y son precisamente esas ideas las que están haciendo que el conductismo radical se esté posicionando en una posición claramente ventajosa. Dado que sus principios, términos y teorías se están convirtiendo poco a poco en parte del pensamiento popular, es difícil distinguirlo de otros modelos y posturas. Aquí tendremos algunos ejemplos. La construcción social de la ciencia Skinner definía el conductismo radical como la filosofía de la ciencia de la conducta. Conducta, para el conductismo radical, se refiere a todo lo que un organismo hace, lo que para humanos incluye experiencias privadas como pensamientos y emociones. Esto es lo que lo diferencia de formas tempranas de conductismo, que se centraban sólo en las conductas públicas y observables. De hecho, ese es uno de los motivos por los cuales es llamado radical. Lo que es menos conocido es que el conductismo radical desecha la idea de que el mundo puede ser objetivamente conocido, y asume el conocimiento científico como una construcción social. Para el conductismo radical, la ciencia es una forma de conducta humana (muy especializada) por lo que es objeto del mismo análisis contextual que cualquier otra conducta. EL CONDUCTISMO RADICAL RECHAZA DE PLENO ESTA IDEA POSITIVISTA, Y SE POSICIONA COMO TOTALMENTE AONTOLÓGICA Con sus orígenes en el pragmatismo americano de William James, John Dewey y Charles Pierce (Menand, 2001, el conductismo radical toma a la ciencia como un método para encontrar maneras útiles de hablar y relacionarse con el mundo, y no como un método para descubrir la verdad última o la naturaleza de la realidad. De hecho, esa tarea es imposible, porque ninguna ciencia podrá jamás aportar una perspectiva no sesgada sobre su materia de estudio. Lo que subyace a la visión de la ciencia dada por el conductismo radical es “invención” (Hayes&Follette, 1992). Describe la ciencia como el proceso por el cual nosotros inventamos (en el sentido creativo de formular o disponer) maneras de hablar del mundo que son útiles. Mientras que es posible que exista un mundo real ahí fuera, nosotros jamás podremos conocerlo de manera objetiva. Esta visión de la ciencia contrasta con aquella que la describe como un proceso de descubrimiento, mediante el cual vamos iluminando poco a poco la verdad última de la naturaleza. El conductismo radical rechaza de pleno esta idea positivista, y se posiciona como totalmente aontológica (Barnes-Holmes, 2000). Aunque a veces pueda ser entendido como mecanicista, el conductismo radical es mejor entendido como una variante de contextualismo filosófico (Hayes y otros, 1988). El contextualismo cubre un amplio rango de modelos filosóficos, incluyendo al constructivismo social, que es actualmente popular en ciencia psicológica (Gergen, 2001) y su particular relevancia para la práctica clínica (Rapley y otros, 2011). Viniendo desde la misma postura filosófica, no es sorprendente que el constructivismo social y el conductismo radical tengan mucho que ver relacionados con los asuntos típicos en la práctica clínica. Por ejemplo, la reserva de la Sociedad Británica de Psicología (BPS, 2011) sobre que el manual diagnóstico DSM descontextualiza el problema de las personas y se pierde su carácter personal es totalmente compartida por los principales analistas de conducta (Hayes y otros, 2011). El aprendizaje como un proceso evolutivo En los últimos años la psicología evolutiva ha ido relacionando la conducta humana con el marco teórico darwiniano. Las habilidades y capacidades humanas son concebidas como adaptaciones psicológicas en el mismo sentido en que nuestro cuerpo obedece a adaptaciones biológicas. Una de las mayores críticas que se hace a esta suposición de la psicología evolutiva es que el supuesto contexto que favoreció el desarrollo de habilidades humanas es histórico y por tanto inobservable e inmedible; de esta manera, dichas críticas remarcan que las explicaciones de la psicología evolutiva son especulaciones y poco más que historias “porque sí”. (Rose&Rose, 2000). El contextualismo funcional también entiende la actividad humana dentro del marco del darwinismo, pero en su caso dicha relación puede ser estudiada directamente en un presente evolutivo. El aprendizaje es entendido como el proceso por el cual nos adaptamos a nuestro entorno, teniendo en cuenta nuestro periodo vital. Aprendemos cuando variantes conductuales son seleccionadas por el entorno, que hace que sea más posible que se repitan en el futuro. Skinner llamó a este proceso selección mediante consecuencias (comunmente conocido como “reforzamiento”), en el sentido en que las consecuencias causan un aumento o una reducción en la probabilidad futura de la conducta (Skinner, 1987). Tal y como explicó Darwin en relación a la manera en que las especies se adaptan al entorno mediante selección natural, Skinner explicó cómo los organismos individuales se adaptan a su entorno mediante el aprendizaje en su periodo vital. Esto no es sólo una gran especulación o un “porque sí”. La selección natural del comportamiento no es una teoría o una hipótesis, es un procesodirectamente observable que ha sido ampliamente estudiado en laboratorio y en situaciones diarias. EL CONDUCTISMO RADICAL ES MEJOR ENTENDIDO COMO UNA VARIANTE DE CONTEXTUALISMO FILOSÓFICO La “operante” es un concepto central en conducta evolutiva y es el equivalente a la especie en biología evolutiva. Operantes y especies son las unidades en las cuales la evolución y el cambio como variantes individuales son seleccionadas. En biología evolutiva, los organismos viven y mueren conforme la especie evoluciona. En conducta evolutiva, las conductas son seleccionadas conforme la operante evoluciona. La principal diferencia es que en las especies el organismo vive de manera concurrente y se distribuye en el espacio, mientras que en la operante las conductas ocurren de manera consecutiva y se distribuyen a lo largo del tiempo (Glenn y otros, 1992). Igualmente, tanto especies como operantes son moldeadas por la acción selectiva del entorno. No es de extrañar que Skinner haya sido descrito como “el Darwin de la ontogenia” (Donahoe, 1984). Lenguaje y Psicoterapia Uno de los más curiosos malentendidos del conductismo radical es que no puede explicar el comportamiento complejo, como el lenguaje. A juzgar por la manera en que se aborda comúnmente este asunto, fue la crítica de Chomsky sobre Conducta Verbal(1957) de Skinner la que asestó el golpe de gracia. Lo que es extraño sobre esa crítica es que, realmente, es totalmente errónea. Sea lo que fuere que Chomsky criticó, claramente no lo hizo sobre la postura funcionalista de Skinner (Andresen, 1991; MacCorquodale, 1970). Es cierto que los primeros investigadores conductistas se centraron en el estudio del lenguaje centrándose en animales no humanos o en humanos con sistemas lingüísticos poco desarrollados. Igualmente, esa estrategia fue tan sólo el comienzo, y la intención siempre fue dirigir la investigación hacia análisis más complejos en el momento en que fuera oportuno. Fue en el comienzo de la década de 1980 cuando Murray Sidman y sus compañeros realizaron una serie de investigaciones que condujeron a la teoría de la equivalencia funcional (Sidman, 1994) y más tarde a la teoría del marco relacional (RFT: Hayes y otros, 2001). Los detalles de esas teorías van más allá de este artículo, y se podrían resumir en que describen en qué manera los humanos lingüísticamente competentes relacionan y combinan funciones derivadas de los aprendizajes. Dicha habilidad puede sonar trivial, y lo cierto es que es algo que sólo se ha encontrado en humanos: otros animales fallan a la hora de realizar aprendizaje por derivación en relación de equivalencia. Es una habilidad que permite a los humanos enlazar todo tipo de eventos y estímulos (incluidos pensamientos y emociones) de manera arbitraria, lo cual parece ser la diferencia entre el lenguaje simbólico humano y otras maneras de comunicación animal. SEA LO QUE FUERE QUE CHOMSKY CRITICÓ, CLARAMENTE NO LO HIZO SOBRE LA POSTURA FUNCIONALISTA DE SKINNER Los principios básicos de análisis de conducta, junto a la equivalencia estimular y la RFT, han sido transformados en modelos terapéuticos, siendo los más característicos la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT: Hayes y otros, 2011) y la Terapia Dialéctico Conductual (DBT: Dimeff y Linehan, 2001). Curiosamente, gran parte de los terapeutas que ejercen en la actualidad no están enterados de ello, o en el mejor de los casos no tienen ni idea de la relación de esos modelos terapéuticos con el conductismo radical. Una asociación con la neurociencia y la epigenética El conductismo radical está interesado en nuestro funcionamiento biológico y neurológico. A pesar de que se dice que dicha postura ignora “nuestro interior” y lo mira como si fuera una “caja negra”, no es realmente cierto. Skinner (1974) fue muy explícito en ese sentido, y escribió: “El organismo no está vacío, por supuesto, y no puede ser tratado como una “caja negra” (página 233). En este caso, sin embargo, no necesitamos entender lo que ocurre por dentro para estudiar las relaciones funcionales que tenemos con el entorno exterior. Es muy factible el hecho de que, mientras nosotros desarrollamos la investigación sobre cómo nos relacionamos con nuestro enorme contexto, las neurociencias sigan estudiando nuestro funcionamiento biológico interior. Los datos de una ciencia no invalidarán los datos de la otra en parte porque están respondiendo a diferentes preguntas. Dado que las neurociencias investigan sobre como nuestra neurobiología correlaciona con nuestro comportamiento, no puede explicar el significado contextual de nuestra conducta. Puede ser que nos diga qué ocurre en nuestro cerebro cuando pensamos y hacemos ciertas cosas, pero en ningún caso nos dirá por qué pensamos o hacemos esas cosas. La neurociencia puede identificar qué partes de nuestro cerebro están activas cuando pensamos en jugar al tenis, pero no nos puede decir por qué pensamos en jugar al tenis en primer lugar, ni tampoco el significado que tiene jugar al tenis para nosotros. Esto requiere de un análisis contextual, y ese es el dominio de la psicología (para una mayor discusión sobre niveles cercanos y lejanos a la causación, consultar Alessi, 1992). LAS NEUROCIENCIAS NO PUEDEN EXPLICAR EL SIGNIFICADO CONTEXTUAL DE NUESTRA CONDUCTA Lejos de ser extraños compañeros de cama, el conductismo radical contempla a la psicología y a la neurociencia como necesitadas la una respecto a la otra. La neurociencia profundizará en nuestro entendimiento del funcionamiento humano llenando los huecos “temporales” (cómo eventos pasados afectan a nuestro comportamiento futuro). A cambio, la ciencia psicológica ayudará a configurar los puntos interesantes sobre los que los neurocientíficos deberían investigar. Shallice y Cooper (2011), escribieron: “Sin tareas analíticas putativas, interpretar los resultados de imagen funcional es poco más que ver las hojas caer” (p. 186). La neurociencia es dependiente de un análisis contextual coherente para organizar su actividad y darle sentido a sus datos. Las dos ciencias se necesitan mutuamente. La epigenética es el estudio de la expresión genética y la heredabilidad fenotípica que ocurre sin que se produzcan cambios profundos en la estructura del ADN (Jablonka y Lamb, 2005). Aunque se pensó que podría ser una “estupidez lamarckiana”, hoy en día la epigenética está ampliando nuestro entendimiento de la manera en que nuestro genoma interactúa con el entorno. Michael Meaney y sus compañeros, por ejemplo, concluyeron como una modificación conductual en ratones podía modificar la expresión genética de sus descendientes, que presentaron conductas estereotipadas moduladas por el ambiente, que moduló la estructura genética. La epigenética está empezando a entender cómo eventos del entorno afectan a la expresión de nuestros genes en las generaciones actuales y futuras. El análisis de la conducta está a la vanguardia de esta asociación, en parte porque comparte un modelo evolutivo, y también porque el análisis de la conducta está compuesto por un conjunto de teorías y métodos que describen nuestras relaciones contextuales con el entorno, algo que los epigenetistas necesitan con la intención de explicar su impacto en la expresión génica. Actualizando desde cero El conductismo radical es descaradamente utópico. La utopía no se concibe ingenuamente como un lugar o destino (el término fue acuñado por Tomás Moro del significado griego antiguo “ninguna parte”, después de todo), sino más bien como un ideal a alcanzar. La intención de la ciencia psicológica es hacer del mundo un lugar mejor, más justo, seguro y sostenible. Este es el valor y la dirección desde la cual el conductismo radical se aleja del sueño utópico. No es raro ver camisetas donde se lee “Salva al Mundo conAnálisis Conductual” en conferencias sobre ACT y análisis de conducta. Quizás alguien pase por alto la presunción, pero seguramente no la ambición. Skinner recibió influencia de las ideas del filósofo del siglo XVII Francis Bacon, quien veía que el propósito de la ciencia era la mejora del Estado del hombre. Para Skinner, problemas sobre el medio ambiente, la polución, la sobrepoblación o la falta de alimentos eran fundamentalmente problema de conducta humana, y quería que la ciencia dijera algo al respecto. MUCHOS DE LOS PRINCIPIOS DEL CONDUCTISMO RADICAL SON APLICADOS REALMENTE EN EL PENSAMIENTO Y LA CULTURA POPULAR Hoy en día, la ciencia psicológica está jugando un rol incremental en cómo organizamos el comportamiento, y los psicólogos están realizando una contribución positiva en cada nivel de la sociedad. En Reino Unido, por ejemplo, la Administración general del gobierno ha creado el “Behavioural Insights Team” (Equipo de Investigación Conductual) con el propósito específico de usar el conocimiento y los métodos psicológicos para realizar una mejora de la política social. En el NHS (National Health Service), las terapias como ACT y DBT están ayudando a mejorar el bien estar psicológico ofreciendo apoyo para que las personas vivan una vida que tenga más significado. En educación, los psicólogos numerosas intervenciones en grupos de atención especial. En otros campos está sucediendo lo mismo: marketing y negocios, dieta y comida saludable, deportes de élite e incluso conducción segura. El tiempo de que la Psicología marque la diferencia en la sociedad es este, y los modelos explicativos que aporta el conductismo radical tienen un papel principal. Muriendo de éxito Fue el historiador Thomas Leahey quién primero escribió sobre la extraña muerte del conductismo radical (Leahey, 1992). Él notó que el análisis de la conducta estaba en realidad en buena forma, y que a lo largo de las décadas ha continuado creciendo. Muchos de los principios del conductismo radical son aplicados realmente en el pensamiento y la cultura popular. “El conductismo está muerto, larga vida al conductismo”, escribió Steve Hayes reflejando el hecho de que muchas personas realmente practican conductismo radical sin saberlo (Hayes, 1987). Él notó eso hace 25 años y hoy en día es aún más cierto. En los libros de texto, sin embargo, aún se ofrece esa versión como si el conductismo fuera un movimiento monolítico, cuando la realidad es que está compuesto de muchas variedades muchas de las cuáles sí están realmente muertas. Mezclarlas todas y tenerlas como un único conductismo ha supuesto un malentendido enorme. EL CONDUCTISMO RADICAL NUNCA FUE ENTENDIDO DE MANERA DOGMÁTICA PARA LA PSICOLOGÍA, SIENDO REALMENTE PARTE DEL AMPLIO CAMPO QUE SUPONE EL CONTEXTUALISMO Eso hace que se confunda el trabajo de Watson con el de Skinner de manera muy frecuente, incluso en libros de texto que supuestamente han pasado una revisión académica (Hobbs y otros, 2000). Skinner predijo que el conductismo radical moriría algún día, y lo haría por su éxito y no por fracasar (Skinner, 1969, p. 267). Entendió que dejaría de ser necesario en la medida en que los problemas del mentalismo y el positivismo lógico se fueran resolviendo. El conductismo radical nunca fue entendido de manera dogmática para la psicología, siendo realmente parte del amplio campo que supone el contextualismo, y Skinner comprendió que existiría mientras fuera útil. Desde la muerte de Skinner, el conductismo radical se ha definido y se han ampliado sus aplicaciones, extendiéndose y revitalizándose, y ese proceso continúa. Lejos de ser un capítulo de la psicología del pasado, las ideas del conductismo radical, los principios y la ciencia continúan dando forma y contribuyendo a las discusiones contemporáneas, teorías, práctica e investigación. Quizás ahora es la hora de rehabilitar nuestro entendimiento de una de las más importantes posiciones filosóficas de la psicología moderna. Traducción del artículo: The Strange Death of Radical Behaviorism de Freddy Jackson Brown y Duncan Guillar publicado en The British Psychological Society. Angry Birds y Skinner: conductismo en la vida cotidiana Por Fabián Maero - 17/03/2014 • Compartir • Twittear • • Email El conductismo (más precisamente, el análisis de la conducta), no es el modelo más popular dentro de la psicología. La persona promedio probablemente desconozca prolijamente el nombre de Burrhus Frederic Skinner (su representante más conocido), e incluso una buena parte de los psicólogos tiene dificultades para distinguir entre condicionamiento clásico (o respondiente) y condicionamiento operante, sin mencionar distinciones más sutiles, como la que hay entre refuerzo negativo y castigo. A pesar de haber pasado a un segundo plano en lo que a popularidad se refiere, los principios planteados por Skinner siguen absolutamente vigentes, utilizándose en toda una gama de situaciones y contextos. Esto es posible porque los principios del condicionamiento operante son aplicables a todo organismo, incluyendo a los seres humanos. LOS PRINCIPIOS PLANTEADOS POR SKINNER SIGUEN ABSOLUTAMENTE VIGENTES El conductismo operante se basa en una premisa muy simple: toda conducta se ve afectada por sus consecuencias. Es una descripción de cómo funciona el aprendizaje de los organismos, y en este sentido, las leyes del aprendizaje no son una invención (así como Newton no inventó la gravedad), sino una descripción de cómo todo aprendizaje tiene lugar. Un ámbito interesante para echar un vistazo a esto es el de los videojuegos. Los videojuegos han dejado de ser ámbito exclusivo de las consolas para pasar a ser accesibles a un amplio número de personas a través de la posibilidad de jugar en el celular o incluso en el navegador (vía juegos nefastos como Farmville y similares). Y gran parte del éxito de estos videojuegos se puede explicar a través de principios conductuales, aún cuando no sean aplicados de manera deliberada.Nota para los conductistas leyendo este artículo (si, ustedes tres), vamos a sacrificar aquí la precisión técnica en aras de la claridad, así que vayan sabiendo. Dicho esto, pasemos al Angry Birds. Angry Birds y los principios del aprendizaje Los videojuegos proveen una ventana a los principios básicos del conductismo. La mayoría de los videojuegos utilizan estrategias derivadas de los principios del condicionamiento operante para mantenernos “enganchados” al juego. Consideremos cualquier juego sencillo de los últimos años, como el Candy Crush, Angry Birds, Farmville, etc. (aunque esto se aplica también a los videojuegos más complejos) y veamos algunos elementos que tienen en común. Pero antes de esto, necesitamos comprender algunos términos básicos para el análisis de la conducta. Refuerzo y castigo Como dijimos antes, el conductismo se basa en que las consecuencias de una conducta influyen en su frecuencia. De la misma manera que en la teoría de la evolución la interacción entre las adaptaciones de un organismo y su medio hacen que ciertas modificaciones perduren y otras no, para el conductismo las consecuencias de una conducta llevan a que ésta se sostenga (es decir, que se siga produciendo), o que se extinga (que se deje de emitir). Cuando las consecuencias hacen que una conducta dada aumente o se sostenga, hablamos de “refuerzo”; cuando las consecuencias hacen que una conducta disminuya, hablamos de “castigo”. Sobre este último término, probablemente “castigo” no sea el término más feliz, por lo cual hacemos hincapié en lo siguiente: “castigo” no es sinónimo de castigo físico, sino que es un término técnico para describir lo que sucede cuando las consecuencias de una conducta hacen que ésta disminuya. Debemos recordar que “refuerzo” y “castigo”no remiten a estímulos concretos, sino afunciones que ciertos estímulos ejercen sobre las conductas. Por esto incluso un abrazo (algo que podríamos considerar generalmente como un reforzador), bajo ciertas condiciones puede funcionar como un castigo para algunas conductas (si no me creen, prueben a abrazar a su hijo adolescente frente a sus compañeros). LOS VIDEOJUEGOS PROVEEN UNA VENTANA A LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL CONDUCTISMO Denominamos entonces “refuerzo” acualquier consecuencia que aumenta la probabilidad futura de una conducta. Una distinción más fina es la de “refuerzo positivo” y “refuerzo negativo”. Hablamos de refuerzo positivo cuando la consecuenciaagrega algo nuevo (por ejemplo, ganar puntos o pasar de nivel en el juego), en cambio un reforzador negativo es cuando esa consecuencia quita algo aversivo del ambiente (por ejemplo, cuando tomamos una aspirina para mitigar un dolor de cabeza). Pero ya sea que agregue algo o que remueva un aversivo, el refuerzo siempre aumenta o sostiene la frecuencia de una conducta. Veamos cómo se aplica esto a los videojuegos. Básicamente un videojuego tiene dos objetivos 1. “Enganchar” al usuario, que éste aprenda las reglas básicas de funcionamiento. 2. Que éste siga jugando. Para el primer objetivo, el principio conductual que aplica es el de moldeamiento (shaping), de la conducta. Moldeamiento El moldeamiento de una conducta es el proceso por el cual, a través de la manipulación de las contingencias, se genera una conducta que no estaba presente anteriormente. Involucra reforzar aproximaciones sucesivas a la conducta deseada hasta que se llega a ella. Los videojuegos comienzan estableciendo recompensas por jugar: estrellas, puntos, gemas, vidas, pasar de nivel, etc. Podemos considerar a estas recompensas como “refuerzos positivos”, en tanto agregan nuevos estímulos. Una vez establecido cuáles serán los reforzadores, éstos se utilizan para generar las conductas deseadas. El refuerzo es inmediato y contingente en las primeras etapas del juego. En los primeros niveles de Angry Birds, por ejemplo, prácticamente cualquier lugar al que se apunte será exitoso y nos permitirá pasar al siguiente nivel, es decir, se refuerza cada vez la conducta de apuntar y disparar el condenado pájaro. La dificultad es mínima en este punto es mínima, y frecuentemente hay tutoriales incorporados que nos señalan qué hacer (y a menudo, esos tutoriales sólo nos permiten seleccionar la opción correcta, eliminando la posibilidad de meter la pata). EL REFUERZO ES INMEDIATO Y CONTINGENTE EN LAS PRIMERAS ETAPAS DEL JUEGO De a poco, siguiendo con el ejemplo de Angry Birds, las conductas necesarias para derribar a los cerdos son más complejas, y sólo son reforzadas las conductas con mayor precisión al apuntar, o las más rápidas, es decir, se refuerzan sólo las conductas que tienen ciertas propiedades especiales. Skinner denominó a este proceso “reforzamiento diferencial”, y dijo “es la diferencia entre ‘saber hacer algo’ y ‘hacerlo bien’. Este último es el campo de la habilidad”. Es la etapa de “aprender a jugar el Angry Birds”. También es el camino estándar en el aprendizaje de cualquier instrumento musical: inicialmente se comienza sólo presionando teclas, luego se practican escalas sencillas que se pueden realizar sin dificultad, y de a poco se refuerzan conductas con propiedades especiales (tocar una tecla con cierta fuerza, pero no demasiada, para obtener un forte en el piano, por ejemplo.) De esta manera, podemos construir operantes complejas que nunca hubieran aparecido en el repertorio del organismo de otra manera. Reforzando una serie de aproximaciones sucesivas, hacemos que una respuesta infrecuente tenga una alta probabilidad en un corto tiempo. (Skinner, 1963) Para observar el proceso de moldeamiento en otro ámbito, aquí podemos ver a Skinner moldeando una conducta nueva en una paloma (hacer que la paloma efectúe un giro completo) a través de reforzar las conductas que se acercan a la conducta deseada: Esto es el primer paso para la adquisición de toda nueva conducta: el refuerzo de las aproximaciones progresivas a dicha conducta. Esto aplica a aprender a caminar, a tocar el piano, a hablar, hacer psicoterapia, etc. En esta charla de TED podemos ver cómo un bebé, partiendo de un sonido inarticulado llega por aproximaciones sucesivas a emitir correctamente la palabra “water” (agua) (a partir del minuto 4.30 es el segmento en cuestión) Programas de refuerzo Una vez adquirida la conducta (una vez que uno ya aprendió a jugar el Angry Birds, en este caso), lo siguiente que le interesa a quien diseña el juego es que la persona siga jugando, que la conducta se mantenga en el tiempo. Y aquí entran a tallar otro conjunto de principios conductuales. ¿Cuándo y qué reforzar? Si estuviéramos diseñando un videojuego, podríamos entregar un refuerzo cada vez que se emite la conducta, pero esto tiene un inconveniente: conduce a la saciación; el jugador se aburre rápidamente. Este es el problema con los juegos “demasiado fáciles”, en los que a poco tiempo de jugar se pierde el interés, aun cuando se siga reforzando al jugador. ¿CUÁNDO Y QUÉ REFORZAR? Hay otra opción, y es la de reforzarintermitentemente la conducta. Es decir, en lugar de reforzar todas las conductas podemos hacer que el refuerzo se entregue bajo determinadas condiciones. En la vida cotidiana, esto es la norma; no obtenemos un refuerzo por cada actividad que realizamos, sino que el refuerzo se presenta bajo ciertas condiciones (por ejemplo, rara vez se paga un salario por cada vez que se trabaja, sino que habitualmente cobramos cada cierta cantidad de días o al alcanzar determinada cuota de producción). Estas condiciones son las que denominamos “programas de refuerzo”. Los programas de refuerzo intermitente pueden depender de la cantidad de respuestas (programas de “razón”), o del tiempo transcurrido (programas de “intervalo”). Cada tipo de programa de refuerzo tiene sus utilidades y desventajas, son útiles bajo ciertas situaciones y no otras. En este artículo sólo nos vamos a detener en las características de los programas de razón. Programa de refuerzo de razón fija: en estos programas, en lugar de reforzar todas las respuestas, el refuerzo se obtiene cada cierto número determinado de respuestas. Por ejemplo, se refuerza sólo cada 10 respuestas emitidas. Un ejemplo cotidiano podemos encontrarlo en las personas que reparten volantes en la calle, que tienen que repartir un determinado número de volantes para poder recibir su paga. En los juegos, nos encontramos con situaciones en las cuales tenemos que completar diez misiones (cantidad de respuestas), para obtener un ítem especial o para pasar al siguiente nivel (refuerzo). Todos los juegos comienzan reforzando cada conducta para pasar luego a un programa de razón fija que gradualmente va aumentando el número de respuestas requeridas. Es crucial aquí lo de “gradualmente”, ya que si no fuera así: Cuando se utilizan programas de razón debe tenerse cuidado de no aumentar demasiado pronto la razón requerida (o, en términos más generales, la dificultad de la tarea), pues de otro modo puede presentarse una tensión de la razón y el sujeto tal vez deje de responder por completo. (Domjan, 2010) Esto es algo que, a propósito o no, tenemos en cuenta siempre: nunca se le impone un aumento súbito de dificultad a alguien que está aprendiendo, sino que la dificultad se aumenta gradualmente. Estos programas de refuerzo juegan un papel importante en lo que denominamos comúnmente “motivación”. Cuando una persona actúa dentro de un programa de refuerzo de razón fija en la cual el refuerzo surge sólo después de un número altísimo de respuestas, es probable que la persona termine abandonando la
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