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• PSICOLOGÍA 
Condicionamiento clásico: la 
venganza de Pavlov 
Por Fabián Maero - 
10/02/2015 
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Volvemos al ruedo con otro artículo que toca el área del 
conductismo (sí, otro más). Esta vez, sin embargo, vamos a 
enfocarnos en un área mal conocida y peor valorada en el campo 
del aprendizaje: el condicionamiento clásico. 
Condicionamiento clásico para principiantes 
La mayoría de nuestros artículos se refieren al condicionamiento 
operante, un área dentro de la psicología que generalmente se 
asocia a los desarrollos de B.F. Skinner, aproximadamente desde 
la década del 40, que se refiere a la interacción entre la conducta y 
el ambiente y en particular a cómo las consecuencias moldean la 
conducta (esta descripción es una carnicería, pero no quiero 
extenderme demasiado sobre este tema en este artículo, pueden 
visitar este artículo en donde describimos los principios de 
condicionamiento operante aplicado al Angry Birds) 
El condicionamiento clásico (que también se suele llamar 
“respondiente” o “pavloviano”), en cambio, comprende una serie 
de principios de aprendizaje que surgen del trabajo que Ivan 
Pavlov llevó a cabo a principios del siglo XX. 
La historia de Pavlov es bastante conocida por los estudiantes de 
psicología. Ivan Pavlov era un fisiólogo ruso que estaba 
investigando las secreciones salivares, gástricas y pancreáticas en 
perros, para lo cual había implementado un aparato que le 
permitía medir con precisión el volumen de saliva y otras 
secreciones emitidas por un perro (la ciencia es a veces una cosa 
asquerosa, lo sé). En el transcurso de su investigación notó que los 
perros salivaban al ver los guardapolvos blancos de las personas 
que los iban a alimentar, es decir, comenzaban a salivar antes de 
recibir la comida, lo que llamó una “secreción psíquica” (porque 
esa secreción no dependía de la comida en sí sino de la 
anticipación). A partir de entonces cambió el foco de su 
investigación, y comenzó a investigar bajo qué condiciones podía 
obtener ese resultado. 
PAVLOV ESTABLECIÓ ASÍ UNO DE LOS 
MOMENTOS MÁS IMPORTANTES EN LA 
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA 
Pavlov hipotetizó que cuando un estímulo cualquiera predice la 
ocurrencia de otro estímulo que dispara una respuesta 
automática, aquel primer estímulo adquiriría la capacidad de 
disparar esa respuesta. Dicho de una manera un poco más técnica: 
un estímulo incondicionado (EI), genera una respuesta 
incondicionada (RI). Tener comida en la boca (EI), dispara 
naturalmente salivación (RI); si un estímulo neutro (por ejemplo, 
en el caso de los perros de Pavlov, ver a las personas que 
proporcionan la comida) predice el estímulo incondicionado en 
repetidas ocasiones, ese estímulo comenzará a disparar la 
respuesta incondicionada. Ese estímulo se llamará estímulo 
condicionado (EC), y la respuesta que ese estímulo dispara se 
llamará entonces respuesta condicionada (RC). Pavlov 
experimentó entonces asociando distintos sonidos y estímulos 
visuales a la comida. Por ejemplo, ponía un metrónomo antes de 
alimentar a un perro; después de repetir esto en varias ocasiones, 
bastaba con que el perro escuchara el metrónomo para que 
empezara a salivar (nota para pedantes: a pesar de lo que cuenta 
la leyenda popular, Pavlov nunca usó una campana, porque un 
estímulo así sería demasiado impreciso y difícil de controlar1). La 
cosa iría así: 
1. Presentación de Estimulo Incondicionado (EI – comida)—
——Dispara Respuesta Incondicionada (RI – salivación) 
2. Presentación de un estímulo neutro (metrónomo) antes 
de presentar el EI (comida)—Dispara respuesta 
incondicionada de salivación. Este emparejamiento se 
repite varias veces. 
3. El Estímulo Condicionado (EC – metrónomo) genera 
ahora una Respuesta condicionada (RC – Salivación) 
 PAVLOV NUNCA USÓ UNA CAMPANA, 
PORQUE UN ESTÍMULO ASÍ SERÍA 
DEMASIADO IMPRECISO Y DIFÍCIL DE 
CONTROLAR 
Pavlov estableció así uno de los momentos más importantes en la 
historia de la psicología. Había descubierto un principio del 
aprendizaje que era aplicable tanto a animales como a humanos, 
que permitía tanto predecir como establecer nuevas respuestas. Si 
bien Pavlov no era propiamente un conductista, los principios que 
él descubrió inspiraron a las primeras generaciones del 
conductismo, y fueron la base para todo un campo de la psicología 
científica. Durante el siglo XX miles de psicólogos e investigadores 
utilizaron esos principios complejizándolos y refinándolos y quizá 
sea justamente el éxito que tuvo Pavlov (o mejor dicho, sus 
investigaciones), lo que hizo que quedara un poco en segundo 
plano en psicología. Hoy, el condicionamiento clásico suele 
enseñarse como si fuera una nota al pie en las carreras de 
psicología, una mera anécdota histórica de un abordaje obsoleto. 
Ahora bien, ¿recuerdan a Schwarzenegger en Terminator? Bien, el 
“Volveré” bien podría haberlo dicho Pavlov (y sí, me he dado el 
gusto de ponerle un título hollywoodense a este artículo). 
Hoy en día una plétora de investigaciones utilizan los principios 
del condicionamiento clásico en áreas que son de extraordinario 
interés en la psicología, y no me refiero a investigaciones que “más 
o menos, algo tienen que ver con el condicionamiento clásico”, 
sino que están explícitamente basadas en esos principios. Si me 
acompañan, veamos algunas de esas áreas. 
(Algunas) aplicaciones del 
condicionamiento clásico 
Vamos a omitir las aplicaciones más conocidas del 
condicionamiento clásico tales como fobias y aprendizajes básicos, 
ya que las pueden leer en cualquier libro de texto. Demos, en 
cambio, un vistazo a las aplicaciones y desarrollos del 
condicionamiento clásico más subterráneas, más desconocidas. 
En el ejemplo clásico del perro de Pavlov, lo que se condiciona es 
la secreción de una glándula (salival, para ser más precisos). 
Ahora bien, ¿qué otras respuestas pueden ser influenciadas por 
mecanismos de condicionamiento clásico? Vamos a examinar dos 
áreas: respuesta a las drogas y respuesta inmune. 
Tolerancia a las drogas y sobredosis 
Esta es una línea de investigación fascinante. 
Supongamos que administramos una inyección de adrenalina a 
una persona, precedida por, digamos un tono audible. Como quizá 
sepan, la adrenalina tiene el efecto de aumentar el ritmo cardíaco 
y el azúcar en la sangre. En este ejemplo la adrenalina sería un 
estímulo incondicionado (EI), el tono audible el estímulo 
condicionado (EC), y el aumento de la presión sanguínea y 
descenso del azúcar en la sangre serían la respuesta 
incondicionada (RI). Ahora bien, si repetimos este procedimiento 
varias veces, ¿qué creen que pasaría al presentar el tono audible 
solamente? 
Intuitivamente probablemente diríamos que el tono audible, al 
igual que el metrónomo en el caso del perro de Pavlov, generaría 
un aumento del ritmo cardíaco similar al de la adrenalina. 
HOY EN DÍA UNA PLÉTORA DE 
INVESTIGACIONES UTILIZAN LOS PRINCIPIOS 
DEL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO 
Error (me encanta decir eso). Lo que sucede en esos casos es que 
al presentar el tono, el ritmo cardíaco y el nivel de azúcar en la 
sangre descienden2. Es lo que se denomina una respuesta 
condicionada contradireccional (porque va en la dirección 
opuesta a la RI). Por decirlo de alguna manera, el organismo 
“compensa” el efecto de la adrenalina que se va a administrar y –
esta es la parte crucial– esta compensación hace que el efecto de la 
adrenalina que se administra sea menor. Estas respuestas 
contradireccionales han sido observadas en la administración de 
anfetaminas, atropina, clorpromazina, glucosa, histamina, litio, 
morfina, naloxona, entre otros3. 
La parte interesante es que esto permite explicar la tolerancia a las 
drogas y las sobredosis. Cuando una droga se administra repetidas 
veces en un mismo contexto (la misma habitación, por ejemplo), 
ese contexto o estímulo se vuelveun EC que dispara una RC 
compensatoria, y así disminuye el efecto de esa droga. Ahora bien, 
cuando esa misma droga con la misma dosis se administra en un 
contexto nuevo, esa respuesta compensatoria no se produce; no 
hay nada que le “avise” al cuerpo que va a recibir una dosis, por lo 
cual el efecto de la droga, ahora ya sin freno, se multiplica y se 
produce una sobredosis. 
CUANDO UNA DROGA SE ADMINISTRA 
REPETIDAS VECES EN UN MISMO 
CONTEXTO, ESE CONTEXTO O ESTÍMULO SE 
VUELVE UN EC QUE DISPARA UNA RC 
Esta respuesta compensatoria (y su ausencia), puede tener 
consecuencias dramáticas. Schneider4 cuenta la siguiente 
anécdota: 
“Un hombre quizá haya matado a su padre sin querer. Su padre, 
que sufría de cáncer pancreático, estaba recibiendo cuidados en 
su casa, en un dormitorio pobremente iluminado. Sentía mucho 
dolor y recibía cuatro inyecciones de morfina por día. En el día 
de su muerte, el hijo se encontró con que su padre se había 
movido hasta el living, que era muy luminoso, y como era la 
hora de su inyección y su padre estaba dolorido, el hijo le 
administró su dosis usual de morfina en ese lugar. La reacción 
del padre fue excepcional, y un médico inmediatamente 
diagnosticó sobredosis de morfina, pero nada pudo hacerse.” 
Por supuesto, es imposible saber a ciencia cierta si hubo 
mecanismos de condicionamiento clásico en esta historia, pero es 
bastante probable que así haya sido. Numerosas investigaciones 
dan cuenta de este efecto en el desarrollo de tolerancia a las 
drogas y sobredosis. En un estudio Siegel y colaboradores 
encontraron que un mero cambio de lugar bastaba 
para duplicar la ocurrencia de sobredosis5. 
El mismo mecanismo permite explicar los impulsos (craving), 
para el consumo de drogas. Permítanme un rodeo para explicar 
esto. Seguramente están familiarizados con lo que nos pasa 
cuando vemos comida en una vidriera o cuando sentimos el olor 
del asado que el desgraciado de nuestro vecino está cocinando. En 
esos casos, no sólo babeamos como perros, sino que con 
frecuencia efectivamente comenzamos a sentir hambre. En parte 
esto se explica por una respuesta contradireccional: el cuerpo, 
ante el EC de ver comida, comienza a aumentar la producción de 
insulina, lo cual genera un descenso del azúcar en la sangre y así 
comenzamos a sentir hambre (en la siguiente sección hablaremos 
más de esto). Del mismo modo, la exposición a estímulos 
vinculados al consumo de drogas puede disparar una respuesta 
compensatoria que hace que aumente el deseo de consumir. 
De esto se derivan algunas indicaciones clínicas2. En primer lugar, 
se deriva que es relativamente fácil ser abstinente si no se 
confronta con estímulos vinculados al consumo; en segundo lugar 
las recaídas son más probables apenas una persona en 
recuperación se expone a estímulos asociados al consumo (por 
ejemplo, cuando una persona recibe el alta de una clínica de 
adicción y vuelve a vivir en ambientes previamente asociados al 
consumo). Finalmente, la prevención de recaídas se ve facilitada si 
se debilita el vínculo entre estímulos y consumo. Esto es lo que se 
denomina “exposición a señales” (cue exposure therapy), y 
básicamente consiste en exponer a los estímulos que disparan el 
consumo a la vez que se bloquea la respuesta de consumir. La 
evidencia para este tipo de intervención está aún en sus etapas 
iniciales pero parece ser prometedora6. (Para leer un poco más 
sobre el efecto del ambiente en la administración de drogas 
pueden leer este artículo que escribimos sobre farmacología 
conductual) 
Respuesta inmune y medicina 
Pareciera algo sacado de las peores páginas de los libros de mala 
psicología (no voy a nombrar ninguno para no herir 
susceptibilidades), pero pareciera que la respuesta inmune del 
cuerpo también es susceptible de ser influida por 
condicionamiento clásico. 
En un estudio ya clásico Ader y Cohen (1975)7 descubrieron 
accidentalmente que podían condicionar una respuesta de 
inmunosupresión. Observaron que si en un procedimiento de 
condicionamiento clásico asociaban la administración de sacarina 
(el edulcorante que usan para el café) a un medicamento 
inmunosupresivo (ciclofosfamida -se utilizaba para tratar 
enfermedades autoinmunes), posteriormente la mera inyección de 
sacarina tenía un efecto inmunosupresor. Tiempo después se 
demostró que también es posible condicionar una respuesta de 
inmunosupresión en seres humanos8. 
¿Tienen alguna alergia? Russell y colaboradores9 trabajaron con 
conejillos de india alérgicos a una proteína. Asociaron la 
presentación de esa proteína a un olor específico y encontraron 
que luego de repetidas asociaciones el olor por sí mismo disparaba 
una respuesta de alergia (incremento de la histamina plasmática). 
Booth y colaboradores demostraron que es posible condicionar 
una respuesta alérgica en la piel de seres humanos10. Recuerden 
esto la próxima vez que comiencen a estornudar en primavera, 
quizá el culpable no sea un alergeno sino algún estímulo del 
ambiente asociado a él. 
En una línea de investigación vinculada, Woods y Ramsay 
demostraron que es posible condicionar la secreción de insulina, 
tanto en animales como en seres humanos11. Un estímulo que se 
asocia a la ingestión de comida puede provocar un aumento en la 
secreción de insulina, de la misma manera en que las respuestas 
compensatorias contradireccionales actúan en la tolerancia al 
consumo de drogas. 
LA PRÓXIMA VEZ QUE COMIENCEN A 
ESTORNUDAR EN PRIMAVERA, QUIZÁ EL 
CULPABLE NO SEA UN ALÉRGENO SINO 
ALGÚN ESTÍMULO DEL AMBIENTE ASOCIADO 
A ÉL 
Pero además de investigar si es posible causar una respuesta 
alérgica o deprimir el sistema inmune, también ha sido 
investigado si es posible utilizar los mismos principios para 
mejorar la respuesta del organismo frente a diversas 
enfermedades. Y al parecer, esto es posible. Es posible aumentar 
la actividad y el conteo de células natural killers (NK), utilizando 
condicionamiento clásico. En una serie de experimentos 
prometedores, Exton et al.12 dicen lo siguiente: 
Datos de experimentos animales sugieren que el 
condicionamiento clásico tiene el potencial de modificar la 
progresión de tumores. Incrementos clásicamente condicionados 
de la actividad de células NK en ratones pueden prolongar el 
tiempo de supervivencia luego de la inoculación de tumores. Más 
aún, la inmunoterapia activa con células alogénicas del bazo en 
animales con linfomas es aumentada por el condicionamiento, 
resultando así en un retraso en el crecimiento de tumores. 
En un estudio de caso, Olness y colaboradores13 utilizaron 
condicionamiento clásico como co-tratamiento para una niña de 
11 años con Lupus, y esto es lo que narran: 
“a lo largo de doce meses la niña recibió 6 en lugar de 12 
tratamientos con ciclofosfamida, la mitad de la dosis 
acumulativa que hubiera sido administrada. La niña mejoró 
clínicamente, y 5 años después continúa estando bien.” 
Impresionante, ¿no? 
Cerrando 
Como dije, la evidencia para estos tratamientos aún es inicial y 
debe ser tomada con cautela. Después de todo, esto es 
investigación, y hay un motivo por el cual la investigación siempre 
avanza lentamente. Cuando meramente especulamos, podemos 
imaginar muchas cosas pero eventualmente los desarrollos se 
estancan y quedamos condenados a la repetición. Pero cuando la 
evidencia es sólida, cuando hacemos los deberes, los resultados 
pueden ser extraordinarios. 
Consideren esto: un siglo después de Pavlov, no sólo los principios 
que postuló aún se sostienen (han pasado por varias 
modificaciones y refinaciones, sin embargo), sino que siguen 
generando nuevas aplicaciones en campos insospechados. 
CUANDO LA EVIDENCIA ES SÓLIDA, CUANDO 
HACEMOS LOS DEBERES, LOS RESULTADOS 
PUEDEN SER EXTRAORDINARIOS 
Para no extendernos demasiado sólo hemos tocado dos áreas en 
este artículo, pero las áreas de aplicación son enormes– por 
ejemplo, la literatura sobre la relación entre el condicionamiento 
clásico y el efecto placebo, que vamos a tratar en un próximo 
artículo. 
Por supuesto, con respecto a las líneas de investigación que 
abordamos en este artículo, se necesitan más ensayos para 
confirmar los estudios, se necesita saber de qué manera 
funcionan, cuáles son las condiciones necesarias para que suceda, 
pero sólo por un momento imagínense las posibilidades si estas 
áreas de investigación prosperaran. 
Imaginen que pudiéramos mejorar el efecto de los tratamientos 
para el cáncer, ayudar a tratar las alergias, o reducir la necesidad 
de medicamentos inmunosupresores. 
Pavlov estaría contento. 
Referencias 
1. Specter M. DROOL. New Yorker. 2014. 
http://www.newyorker.com/magazine/2014/11/24/drool. 
2. Van den Hout M, Merckelbach H. Classical Conditioning: 
Still Going Strong.Behav Psychother. 1991;19:59. 
doi:10.1017/S0141347300011514. 
3. MacRae JR, Scoles MT, Siegel S. The contribution of 
Pavlovian conditioning to drug tolerance and 
dependence. Br J Addict. 1987;82:371-380. 
doi:10.1111/j.1360-0443.1987.tb01493.x. 
4. Schneider SM. The Science of Consequences : How They 
Affect Genes, Change the Brain, and Impact Our World. 
Prometheus Books; 2012. 
5. Siegel S, Hinson RE, Krank MD, McCully J. Heroin 
“overdose” death: contribution of drug-associated 
environmental cues. Science. 1982;216:436-437. 
doi:10.1126/science.7200260. 
6. Drummond DC, Glautier S. A controlled trial of cue 
exposure treatment in alcohol dependence. J Consult Clin 
Psychol. 1994;62:809-817. doi:10.1037/0022-
006X.62.4.809. 
7. Ader R, Ader R, Cohen N, Cohen N. Behaviorally 
conditioned immunosuppression. Psychosom Med. 
1975;37:333-340. 
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1162023. 
8. Goebel MU, Trebst AE, Steiner J, et al. Behavioral 
Conditioning of Immunosuppression Is Possible in 
Humans.; 2002:1869-1873. doi:10.1096/fj.02-0389com. 
9. Russell M, Dark KA, Cummins RW, Ellman G, Callaway E, 
Peeke H V. Learned histamine release. Science. 
1984;225:733-734. doi:10.1126/science.6205449. 
10. Booth RJ, Petrie KJ, Brook RJ. Conditioning Allergic 
Skin Responses in Humans: A Controlled Trial.; :492-
495. 
11. Woods SC, Ramsay DS. Pavlovian influences over food 
and drug intake. In:Behavioural Brain Research.Vol 110.; 
2000:175-182. doi:10.1016/S0166-4328(99)00194-1. 
12. Exton MS, Von Auer AK, Buske-Kirschbaum A, 
Stockhorst U, Göbel U, Schedlowski M. Pavlovian 
conditioning of immune function: Animal investigation 
and the challenge of human application. In: Behavioural 
Brain Research.Vol 110.; 2000:129-141. 
doi:10.1016/S0166-4328(99)00191-6. 
13. Olness K, Ader R. Conditioning as an Adjunct in the 
Pharmacotherapy of Lupus Erythematosus. Journal of 
developmental and behavioral pediatrics : JDBP 13, 124-
125 (1992). doi:10.1097/00004703-199204000-00008. 
Imagen: monsteroftheid 
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Si callamos, hablarán las 
piedras: un análisis al estado 
actual del psicoanálisis 
Por Isabel Lucioni - 
09/04/2013 
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Comencemos por aclarar algunos conceptos y cómo van a ser 
usados en este trabajo. 
1. Movimiento psicoanalítico: es el conjunto de personas 
que se consideran psicoanalistas y todas las prácticas de 
curas llamadas psicoanalíticas, más las publicaciones 
producidas por el primer conjunto. 
2. “El Psicoanálisis”: dicho en singular como pretenden 
seguir usándolo, tanto propios como extraños al movimiento 
psicoanalítico y, sobre todo, los enconados críticos de “los 
freudianos”, es inexistente. 
Muchos de los enconados que menciono critican pues una 
singularidad o totalidad inexistente. 
Son varios los psicoanalistas que hablan de una Babel que está 
constituyendo “al psicoanálisis” de tal manera que, como también 
están diciendo algunos, el singular referido a los integrantes del 
Movimiento y sus obras, no corresponde, sino que hay que hablar 
de “los psicoanálisis”. 
Muchos psicoanalistas llegan a reconocer en privado pero no en 
publicado que : cada uno tiene su propia “ensalada” de autores en 
la cabeza, otros sostienen que cada uno elige la teoría que “le 
gusta”, otros explican que para cada paciente usan el autor 
conveniente, tirando de un “cajoncito” de los varios en los que 
tiene archivados a los autores, y finalmente están los muchísimos 
que afrontan la hinchazón llamándola gordura y que sostienen 
que la situación descripta constituye en sí misma nuestra 
“riqueza”. 
Ese estado sería absolutamente divertido si se tratara sólo de un 
ejercicio de ideas y no de ideas diferentes que producen 
inevitablemente procesos de “cura” muy distintos y hasta dispares 
consecuentemente, así como una indeseable versatilidad y 
variabilidad en los diagnósticos, estado de la práctica y de la 
práctica teórica totalmente excéntrica al proyecto freudiano. 
EL MOVIMIENTO ESTÁ FUNCIONANDO MAS 
BIEN AL 
ESTILO DE UNA FUERZA POLÍTICA 
Es decir que el Movimiento está funcionando mas bien al estilo 
de una fuerza política, que se diferencia bastante de una 
disciplina en búsqueda de verdades que operan concretamente en 
la vida de las personas, verdades contrastables de alguna manera, 
contrastación consensuada racionalmente, para lo que no es 
necesario acudir a una de las metodologías “duras” de 
contrastación parecida al experimento pero sin llegar a ello, 
cualquier metodología dura a la que, por la descripción antedicha, 
no es posible acceder en estos momentos. El estado de la 
psicología no es mejor aunque se tenga una esperanza de solidez 
(vana) en la identificación de la mente con el cerebro al estilo 
de Bunge. 
Pero el objetivo de mi trabajo no es la psicología en general y sus 
múltiples formas de psicoterapias, sino el estado del movimiento 
psicoanalítico, del cual defenderé siempre la validez de su 
fundamento: la estructura de la teoría freudiana y la 
práctica clínica que se deriva de ella. 
Es muy difícil ver esto como un problema, y grave, cuando lo que 
cunde en la sociedad es el pensamiento débil, tal cual lo describió 
el filósofo Vattimo, alegre él porque evidentemente el 
pensamiento débil, el ataque a la racionalidad y a la lógica llevan a 
la religión. 
Respeto a las religiones que buscan su verdad en un acto de fe, 
considerada por ellas como la virtud fundante de la religiosidad, y 
respeto su convocatoria a una verdad, consoladora de una 
humanidad que se siente huérfana, soberbiamente extrañada de 
los demás animales. 
Pero encontrar verdades mas allá de una fe es un esfuerzo 
específico para buscarlas y no una mera variabilidad de ideas a las 
que se llame “riqueza”. 
El ataque a la razón conlleva un ataque a la posibilidad de 
encontrar verdades con lo cual se funda también un relativismo 
absoluto de las afirmaciones, considerándose tiránica a toda 
posición científica, por lo menos en el campo de las ciencias 
humanas o sociales. Esta posición de muchos psicoanalistas que 
despacha con el cómodo mote de “positivistas” a todas las críticas, 
repito, un mote no funciona como una crítica razonable que 
deslinde por ejemplo la circunstancia de que hay muchos 
positivismos, funciona mas bien como un insultoque paraliza 
cualquier intento de crítica en el sentido de pensamiento crítico, el 
que es muy distinto a la mala educación, pero al que el 
pensamiento “blando” denigra. El pensamiento “blando” es un 
pensamiento sin lógica, intuitivista, en el que se exaltan los 
“sentimientos” en una regresión al romanticismo, no en el sentido 
común de regalar rosas o bombones, en que se lo usa también, 
sino en el de la corriente de pensamiento que dió origen, por 
ejemplo, al nazismo; con su sentimiento de “pueblo” y “raza” y su 
teoría del origen del universo a partir de una gran bloque de hielo. 
El pensamiento blando que tanto gusta a los relativismos 
extremos, culturales y morales, donde todos los gatos son pardos, 
pensamiento blando que también prefiere considerar al riguroso 
como “narcisista” o “irrespetuoso de las diferencias”, diferencias a 
las que se quiere salvaguardar en un estado de desorden e 
imprecisión extrema. El pensamiento “blando” reniega de la 
posibilidad de encontrar verdades salvo que sea por revelaciones 
compartidas por comunidad empática o de sentimiento. 
Veo pues al movimiento psicoanalítico mal, en un estado 
de disolución implosiva y digo disolución, porque es un 
deterioro silencioso, parapetado detrás de la actitud de 
desechar todas las críticas despachándolas con otro 
mote: el de las “resistencias” o el “odio”, también 
resistencial contra el psicoanálisis. 
 
Esto no quiere decir, como lo reconocí en párrafos anteriores que 
la mayoría de las críticas emprendidas contra los “freudianos” 
sean buenas, mas bien son malas, sobre todo cuando atacan a 
Freud por mentiroso o por su vida personal, o porque se “peleaba” 
no dejando levantar cabeza a sus “discípulos”, como lo ha hecho el 
“Libro negro del psicoanálisis” o considerándolo como a un 
filósofo mas entre otros filósofos como hace Onfray. 
La autocrítica tiene que ser interna, la tenemos que 
asumir los psicoanalistas si no queremos naufragar en 
una alegre y autocomplaciente disolución filosofante y 
poetizante, donde se considera psicoanalista a 
cualquiera que se autotitule así, aunque sea por 
ejemplo, un deleuziano con algo de Lacan, al que no le 
importa que Deleuze sea un crítico de Lacan y de Freud, 
que ha inventado una terapia alternativa al psicoanálisis 
que es el “ezquizoanálisis”. Basta que su discurso “guste” 
a la masa de psicoanalistas para que se considere 
psicoanalista. Es un mero ejemplo de las “ensaladas” 
posibles hoy en día. 
Sería un error pensar que esto se corrige con institucionalidad 
política como lo intentó hacer durante décadas la IPA, creando 
definiciones defensivas del psicoanálisis que pasan por la rigidez 
ritual como concepto de la técnica, lo que ha dado lugar y no sé si 
continúa así, a definirlo por el diván y por las cuatro sesiones 
como exigencia formal, que según se sabe pocos cumplen pero 
dicen que sí lo cumplen. Y cuando digo “definiciones defensivas” 
lo hago en el mas estricto sentido de defensa en el mas estricto 
psicoanálisis : defensa es lo que la angustia dispara como 
operación sustitutiva de un pensamiento que, si se hiciera 
también angustiaría. 
Creo que hubo una desgracia inicial fundante del psicoanálisis y 
de los psicoanálisis que fue la del no reconocimiento del 
psicoanálisis por la ciencia oficial decimonónica; no puedo 
ponerme en los zapatos de Freud como para saber cuál hubiera 
sido un camino mejor al que tomó, que fue el de formar una 
institución de alcance prácticamente ecuménico, la que no 
funcionó de manera muy distinta a la del Vaticano, con 
inquisidores internos incluidos. 
ESTA SALIDA POLÍTICO-INSTITUCIONAL FUE 
MORTAL PARA LA 
CIENCIA QUE SE PROPUSO FUNDAR FREUD 
Esta salida político-institucional fue mortal para la ciencia que se 
propuso fundar Freud, a pesar de su valor para saber apartarse de 
discípulos que no adoptaban las líneas fundamentales que él le 
imprimió a su teoría-práctica. No tenía porqué aceptar 
desviaciones que él consideraba esenciales para su construcción 
racional. 
La estructura teórica y las prácticas como contexto de aplicación 
derivadas, son los grandes desconocidos del movimiento 
psicoanalítico a 113 años de la publicación de la “Interpretación de 
los Sueños” y su primera consolidación publicada de las bases 
para concebir el Aparato Psíquico. 
La multiplicidad de fotos y recuerdos lacrimógenos de Freud que 
tanto gustan de conservar o de publicar en Facebook muchísimos 
que se consideran psicoanalistas, no hace mas que reafirmar este 
vínculo religioso pero no teórico-práctico que señalo. 
Salvando las distancias y sin ofender a nadie, es parecido a lo que 
pasa con la iconografía de Jesús que prolifera en una inmensa 
masa generalmente incapaz de ser cristiana. 
Salvando las distancias repito, porque ser psicoanalista es 
infinitamente menos difícil que ser cristiano, es decir 
heroicamente bueno. 
Hace poco un joven colega 
que está emprendiendo muy rigurosamente sus estudios de la 
teoría y la práctica freudiana me hizo notar lo temprano de los 
primeros discípulos de Freud, por ejemplo Jung: fué mas o menos 
alrededor de 1912. A esa altura sólo hacían 12 años de la primera 
configuración estable de la teoría del psiquismo, sólo se habían 
publicado los “3 Ensayos” y “Totem y Tabú” y la citada 
“Interpretación….” como grandes obras, y el primero todavía 
habría de sufrir numerosos agregados a lo largo de la vida de 
Freud. Los primeros discípulos fueron convocados por el 
deslumbrante descubrimiento del inconciente y la eficacia de la 
cura por la palabra que cambiaba totalmente la perspectiva de una 
medicina todavía mecanicista y abría el acceso científico a lo que 
los siglos habían llamado el alma, pero que ahora tenía forjada 
una categoría científica: el Aparato Psíquico, en 1912 todavía como 
Conciente-Preconciente-Inconciente. Faltaba un y poco aún para 
el otro gran monumento teórico que son los escritos de 
metapsicología y nada menos que 8 años para la revolución 
teórica freudiana de los años 20, y 26 años hasta la muerte de la 
fructífera y productiva vida de Freud, quien fundó una Institución 
antes de tener concluído su descubrimiento. 
Los “discípulos” pues, se congregaron y luego se 
institucionalizaron sintiéndose socios del descubrimiento, 
expertos en inconciente y cura por la palabra, socios y no 
discipulos, lo que por lo menos a mí me explica algo del 
desenvolvimiento psicoanalítico. 
Siempre me ha llamado la atención el narcisismo de los autores 
psicoanalíticos, la extremada estima que casi todos tienen sobre la 
“originalidad” y la “creatividad” de cada autor y la 
despreocupación absoluta por consolidar el fundamento o 
paradigma y las derivaciones lógicas de él. Creo que este es el 
comienzo del funcionamiento de la “cómoda” o “mesita de luz” 
donde cada cajoncito es un autor retirado en el momento 
necesario para cada paciente. Cada cajoncito un pequeño sol con 
pretensiones, generalmente, de ser el centro del sistema 
planetario del psicoanálisis. 
André Green dijo antes de morir que una de las desgracias del 
movimiento psicoanalítico fue la de que el único genio haya sido y 
sigue siendo el fundador, sin desmedro de los valiosos aportes de 
varios otros autores, aportes que es necesario especificar 
lógicamente todavía por su relación al paradigma o fundamento 
en lugar de ponerlo en un “cajoncito” mas en la acumulación de 
nuestra “riqueza” o disolución implosiva. 
¿Qué impresión tengo a partir de esa en la que veo que los 
“discípulos” se acercaron a Freud como socios y no dispuestos a 
aprender, aunque tantos se hayan analizado con el fundador y/o 
con algunos de sus primeros adherentes? Se sintieron en su 
mayoría mas inclinados a desatar su “originalidad narcisista” más 
que a acompañar críticamente pero con rigurosidad y paciencia el 
desenvolvimiento de la poderosa teoría que Freud estaba 
construyendo. 
Elanálisis personal es una potente herramienta de conocimiento 
de sí mismo y de adquisición de la convicción sobre la existencia 
de nuestro propio inconciente, pero la experiencia del análisis no 
enseña teoría y tampoco enseña a ser epistemológicamente 
riguroso. 
Green nunca será taxativo como lo soy yo, pero de todos modos 
sirven sus tímidos pensamientos que a veces rozan lo que planteo: 
“La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud” pag 21: 
(Refiriéndose al giro teórico freudiano de los años 20) “…ya no se 
trata entonces de una controversia destinada a averiguar si el 
psicoanálisis de Freud se debe admitir o rechazar. El proceso 
cismático ha terminado y el movimiento psicoanalítico ha dejado 
por el camino (Yo:¡¿?!) a los que estaban en desacuerdo con los 
principios fundamentales del psicoanálisis. Los que permanecen 
agrupados en torno de Freud no cesan de reafirmar su lealtad 
hacia su pensamiento y reconocen-con una sinceridad de la que 
no cabe dudar- su indiscutible leadership. No se puede negar, sin 
embargo, que las relaciones de Freud con sus discípulos eran 
mas complejas, y que sin cesar y de manera indefinida se 
replanteaba la cuestión formulada por Adler de saber si era 
preciso conformarse con vivir a la sobre del gran hombre. Freud 
percibía sin duda entre los más cercanos de sus fieles esa 
legitima necesidad de independencia, que el declaraba admitir 
sin limitación, aunque no ahorraba sus criticas cuando 
ese afán de volar con las alas propias dejaba a su juicio 
translucir desviaciones teóricas susceptibles de poner en peligro 
los ejes fundamentales de la teoría psicoanalítica. 
Lo que sorprende de esta confesión es que, siendo un texto que en 
castellano se publicó en 1991, o sea con la obra de Lacan ya hecha 
y reivindicada como “la verdadera teoría o la continuidad de la 
teoría freudiana”, sorprende, repito, que Green no se haga cargo 
de este último “freudiano” (O sea Lacan) que viene a fundar el 
psicoanálisis por retroacción, sin respetar por lo tanto a ninguna 
categoría freudiana cuando las redefine en el contexto de: 
Simbólico-imaginario-Real, lo cual no funda sino que volatiliza 
toda la teoría freudiana ante un público complaciente, demasiado 
acomodado a los prestigios adquiridos como para hacerse cargo 
de un debate trascendental, en el que se jugaba nada mas y nada 
menos que cómo heredar, hacerse cargo productivamente de la 
herencia freudiana. 
Pero hay mas cosas -que sorprenden a un pensamiento que es 
riguroso- de las que dice Green que hay que revisar como muestra 
nada mas de maneras de pensar que escucho muchísimo en el 
medio del “movimiento”. Son: 
1. Reafirmación de la lealtad. ¿Qué es eso? Lealtad no es 
un reconocimiento científico ni pone en juego una 
racionalidad, hasta política diría, porque si uno ve que un 
líder se equivoca políticamente hay que tener mas lealtad 
con la causa que con el líder. Lealtad pertenece mas bien a 
contextos religiosos o guerreros en los que si la obediencia, 
sobre todo en el último caso, es necesaria aunque lleve a la 
muerte. 
2. Reconocimiento del liderazgo ¿qué es eso? El juramento 
de los señores feudales al Rey “como primero entre pares”. El 
mismo Green está reconociendo el aglutinamiento de 
profesionales alejados ya de una posición científica. 
¿Porqué lo reconocio Freud? Creo que por la expulsión que hizo 
de él la ciencia, a la cual siempre quiso pertenecer sin poder, y 
porque tempranamente apareció una incapacidad del 
movimiento, entusiasmado por la facilidad para que “muchos 
descubran cosas”, pero sin poder contrastar de manera fuerte es 
decir rigurosa todas y cada una de las “ideas” que iban ocurriendo 
mientras el fundador seguía firme en el camino de su 
descubrimiento que culminó en su muerte. 
La contrastación clínica como única contrastación necesaria tiene 
fallas porque depende muy grandemente de los afectos del 
psicoanalista y del sentimiento subjetivo de bienestar que cada 
analizando tiene con ese psicoanalista. Pero esta es una dificultad 
que se agranda con la proliferación de ideas que no se critican o 
que se critican mal, porque ya hay desorden en la estructura de 
enunciados base y porque las ideas cunden también 
desordenadamente si algunos analistas “ven” o “como han dicho 
ver”. No alcanzo a saber cuánta responsabilidad sobre esto tuvo 
Freud y tampoco me preocupa porque no soy historiadora del 
Movimiento psicoanalítico. 
MAS TARDE TODAVÍA ME SEGUÍ 
SORPRENDIENDO DEL 
DESORDEN DE LA PRODUCCIÓN 
PSICOANALÍTICA 
Ejemplo de esto fue la bizantina discusión que sostuvieron los 
psicoanalistas respecto a M. Klein y con los kleinianos, sobre si 
había “suficiente Yo” al nacer como para aceptar la dramática de 
fantasías y defensas que Klein postulaba. Esta discusión me 
perturbó ya en la universidad haciendo la carrera, porque me 
quedaba claro que Klein no postulaba un Yo semejante al Yo de 
realidad Definitiva, maduro y ejecutor de las defensas. Pensaba 
que sólo hacía falta el principio del Placer-Displacer para que 
territorios psíquicos se escindieran. Mas tarde pulí la idea, sobre 
todo cuando ya recibida, me dediqué a estudiar a Freud de lleno, y 
ví que Freud mismo había planteado una disociación así, 
defensiva en el Proyecto y que en otras obras postulaba el inicio 
del Psiquismo divido en un territorio de todo lo bueno-
placiente=Yo de Placer Purificado y otro espacio psíquico al que 
llamó Objeto hostil como zona de todo lo displaciente=odiado. 
La discusión pues había sido totalmente inútil por lo menos 
porque se había ignorado lo que Freud había sostenido respecto a 
los inicios del Aparato Psíquico. 
Mas tarde todavía me seguí sorprendiendo del desorden de la 
producción psicoanalítica cuando vi que piera Aulagnier postulaba 
un “Pictograma bueno” y un “Pictograma malo” reconociendo 
vagamente y sin precisiones a Freud y sin reconocer a Klein. O no 
estudiaban debidamente o eran falsarios, una de dos. 
Pero el colmo del desorden ha sido Lacan indudablemente. En mi 
experiencia la teoría freudiana nunca fue una ortodoxia, cuando 
estudiaba la mayoría de los psicoanalistas hablaban básicamente 
kleiniano y las referencias a Freud no eran profundas y de pronto 
comenzaron a hablar en otro idioma o a mezclar términos de otro 
idioma que rápidamente me dí cuenta de que era un dialecto 
nuevo: el lacanés. 
Como yo ya estaba consolidando a Freud como una estructura 
teórica fuerte y lógica me ví arrasada por este idioma que se 
proponía como la mejor continuidad de Freud, así que me dediqué 
a estudiarlo también durante 9 años. 
PERO EL COLMO DEL DESORDEN HA 
SIDO LACAN INDUDABLEMENTE 
Indudablemente el nuevo autor no planteaba disidencias o 
novedades sino que era una teoría que arrasaba con la teoría 
frfeudiana y con todo aquéllo que uno pudiera considerar aporte o 
derivaciones consecuentes de la teoría fundacional. 
Pero el movimiento psicoanalítico fue creyente una vez mas: viró 
sin crítica al idioma lacanés y puso fervientemente retratos de 
Lacan al lado de los de Freud. La mayoría probablemente no 
conoce ni a uno ni al otro. La IPA echó a Lacan sin crítica, sólo por 
la sesión de tiempo arbitrario que Lacan preconizaba y que le 
permitió ahorrar en oro, pero la oficialidad psicoanalítica jamas 
defendió a Freud teórica y clínicamente Defendió su ritual de 4 
por 50 minutos. 
Otra vez citamos la percepción y la cobarde complacencia de un 
gran intelectual como André Green en su libro editado en 2002: 
“El pensamiento clínico” Pag 26. “ Si el pensamiento 
psicoanalítico sufre hoy no es por su cuestionamiento de las 
ideas eutanasias Esto sería mas bien el indicio de un 
psicoanálisis en movimiento, y no fijado a la idolatría de su 
creador y a su teoría. No, lo que preocupa es la multiplicidad de 
ideas de reemplazo, la dispersión de referencias fundamentales, la 
ausencia de un examen atento y desprovistode prejuicios de los 
cuerpos doctrinarios que se reparten el campo del psicoanálisis. 
Es válido preguntarse si, a pesar de los notables logros de la 
posteridad de Freud, algo no se perdió, o si las numerosas 
modificaciones aportadas a sus interpretaciones de la clínica sus 
recomendaciones técnicas, sus hipótesis teóricas, no llevaron a 
una crisis del entendimiento psicoanalítico. 
Va de suyo que está describiendo una situación grave, leída 
atentamente es el estado que yo llamo de disolución implosiva 
pero Green concilia permanentemente las contradicciones sin 
admitir que existe una necesidad lógica de exclusiones. En la pag 
27 de la obra citada dice: “ Son muchos los admiradores de Freud 
entre los psicoanalistas, (Yo: Freud estará contento de tener tatos 
fans como una estrella de rock) incluso entre aquéllos cuyas 
opciones contemporáneas se separan tanto de su obra-aunque se 
proclamen sus continuadores-, que ya no tienen mucho en común 
con ella. Y, de un deslizamiento a otro, lo que hace temer la 
inminencia de lo peor…” 
Ah! Lo peor es inminente! Pero Green continua impávido como 
tantos autores contentos con la “originalidad” que le dejan a la 
posteridad, aunque no sepamos si esa posteridad será de 
psicoanalistas, puede que el nombre continúe porque, como ya 
hemos visto, Freud tiene muchos fans. ¡Jesucristo Superstar! 
Si seguimos callando, hablarán las piedras. 
Ha llegado la hora de reconocer, conocer los fundamentos y 
reconocerse en los fundamentos, fundamentar a los fundamentos, 
separar lógicamente lo que es de lo que no es y, sobre todo, 
fundamentar la clínica y hacer descripciones coherentes de los 
procesos que desencadenamos en los pacientes y de los 
diagnósticos a partir de los cuales los comprendemos e 
intentamos ayudarlos. 
Si callamos hablarán las piedras. 
Vigencia de Freud 
Por Luis Hornstein - 
21/09/2012 
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Sigmund Freud, circa 1935 
El 23 de septiembre se cumplen 73 años de la muerte de Freud. 
¿Cuánto de Freud nos queda en nuestras arcas? Lo cual supone 
que tenemos arcas, además de un mundo asolado por 
destrucciones y miserias, que tenemos un patrimonio. El 
psicoanálisis es una práctica entre otras, a las que afecta y por las 
que es afectada. Más que insertar al psicoanálisis en la cultura se 
trata de dejar de negar que está inserto. 
En vida de Freud y después de Freud, el psicoanálisis ha sido 
atravesado por diversas líneas teóricas y por diversas prácticas 
clínicas. Un enorme capital acumulado, pero no pasivo sino en 
permanente inversión productiva, que a veces hace olvidar que, 
hoy por hoy, los fundamentos son freudianos. Los fundamentos y 
el disparador. Por eso la lectura de Freud es un paso ineludible 
para quien aspire a reformular, con los recursos teóricos 
actualmente disponibles, los innumerables problemas que 
requieren ser dilucidados. Pero no basta con Freud. 
Una lectura histórico-crítica-problemática de Freud implica 
relegar conceptos que se han vuelto impensables desde la 
racionalidad actual diferenciando entre la historia caduca y la 
historia constituida por el pasado actual (que define los conceptos 
aún válidos). 
Umberto Eco (1997) ante la pregunta de cómo reflexionar sobre 
un pensador del pasado, responde: “Tomar en serio todo lo que ha 
dicho es como para abochornarse. Ha dicho, entre otras cosas, un 
montón de estupideces. Honestamente: ¿Hay alguien que sienta 
que vive como si Aristóteles, Platón, Descartes, Kant o Heidegger 
tuvieran razón en todo y para todo? […] Cada uno ha tratado de 
interpretar sus experiencias desde su punto de vista. Ninguno ha 
dicho la verdad, pero todos nos han enseñado un método de 
buscar esta verdad. Esto es lo que hay que entender, no si es 
verdad lo que dijeron, sino si es adecuado el método con el que 
han tratado de responder a sus interrogantes”. 
PARA ALGUNOS EL PSICOANÁLISIS YA NO ES 
CONTEMPORÁNEO 
Para algunos el psicoanálisis ya no es contemporáneo. Otros ni 
deprimidos ni eufóricos están luchando con los nuevos desafíos 
clínicos, teóricos y transdisciplinarios. Una vez apareció en un 
periódico que Mark Twain había muerto. El escritor, que estaba 
vivo y con el humor siempre despierto, les mandó un telegrama: 
“Noticia de deceso muy exagerada”. Twain no dijo “falsa”, dijo 
“exagerada”. Observen ese matiz. 
Científicos, filósofos, etc., todos heredan. En el legado se reciben 
objetos valiosos y trastos viejos. No se trata de administrar un 
patrimonio sino de ponerlo a producir. Para lo cual, en la vida y en 
la teoría, hay que abandonar la fascinación. “La idea de herencia 
implica no solo reafirmación y doble exhortación, sino a cada 
instante, en un contexto diferente, un filtrado, una elección, una 
estrategia. 
Un heredero no es solamente alguien que recibe, es alguien que 
escoge y que se pone a prueba decidiendo” (Derrida). Somos 
herederos, pero no del gran hombre sino de su obra. Trabajemos 
la obra de Freud definiendo sus condiciones de posibilidad, sus 
principios, sus métodos, desentrañando su idiosincrasia teórica, 
histórica y pragmática, dando cuenta de sus fuentes, sus 
referencias conceptuales, sus fundamentos y sus finalidades. 
EVITEMOS LA FASCINACIÓN 
Evitemos la fascinación. En 1921 Freud afirma que la idealización 
“falsea el juicio”. El objeto idealizado “sirve para sustituir un ideal 
del yo propio, no alcanzado”. generando el autosacrificio del yo. 
Nietzsche (1881) lo dice en un molde imperativo: “¡Si aspiráis a las 
alturas, usad vuestras propias piernas! ¡No os dejéis llevar arriba; 
no os encaraméis en hombros y cabezas ajenos!”. Cuando se 
activan ciertas ilusiones prevalece la idealización como ocurre en 
el enamoramiento en la hipnosis, y en el dogmatismo. 
De la fijación neurótica a la filiación simbólica 
Todo saber, en tanto deviene saber instituido, porta el germen de 
su propia esclerosidad. Una historización y actualización de los 
fundamentos para problematizarlos y renovarlos hace que lo 
instituyente (Castoriadis) repercuta sobre la práctica y que ésta 
vuelva a actuar sobre los fundamentos. El riesgo del 
fundamentalismo está siempre allí. Cuando Freud deja de ser una 
referencia al origen para ser un punto de llegada, se convierte en 
una identificación cristalizada dando lugar a tantas ortodoxias 
coaguladas. Por el contrario, Freud y su obra deben constituir una 
identificación fundante que remita a una filiación simbólica. 
No nos resignemos a ser alelados discípulos crónicos. Ni a 
deponer la pasión. Hay pasión cuando nos identificamos con ese 
Freud dispuesto a cuestionar lo dado, nunca sentado en los 
laureles. En caso contrario el deseo de no tener que pensar 
convierte al pensamiento en ecolalia. Un psicoanalista es una 
trayectoria. Día a día procesa sus lecturas, su experiencia clínica, 
su propio análisis, su participación en diversos colectivos. Va 
complejizando su escucha, jaqueada por una teorización 
insuficiente o tan consciente, tan sistemática, que dejara de flotar. 
EL PSICOANÁLISIS NO NACIÓ AISLADO. NI SE 
CONSOLIDÓ HACIENDO OÍDOS SORDOS A SU 
ÉPOCA 
¿Estamos actualizados o seguimos como si el mundo no hubiera 
cambiado? ¿No serán viejos nuestros paradigmas? ¿Cómo es hoy 
nuestra subjetividad? ¿Un mecanismo de relojería, como lo era en 
el siglo XVIII? ¿Una entidad orgánica, como en el XX? No. Hoy la 
metáfora para nuestra subjetividad es un flujo turbulento. 
Fundamentarse en Freud no es garantizarse en Freud ni menos 
que menos atarse a él. Hoy estamos obligados a pensar el 
psicoanálisis, con la física, la biología, las neurociencias, las 
ciencias sociales, la epistemología de hoy. No con las de Freud. El 
psicoanálisis no nació aislado. Ni se consolidó haciendo oídos 
sordos a su época. Y ahora, en que se advierten signos de 
agotamiento de cierto discurso psicoanalítico anquilosado, que se 
quiso sentar en sus laureles,el intercambio es más necesario que 
nunca. 
No le escapo al diálogo. Le escapo al reduccionismo, es decir a la 
simplificación excesiva en el abordaje de un tema complejo. A los 
reduccionismos, porque cada disciplina tiene el suyo. 
Para la ideología reduccionista en biología (biologicismo) las 
problemáticas psíquicas serían consecuencia de la constitución 
genética. Se les niega cualquier papel a las problemáticas 
psíquicas, sociales, históricas. La ideología reduccionista en 
psicología (psicologismo), a su turno, hace oídos sordos a los 
aspectos biológicos, a los socio-históricos y al cuerpo. 
El sociologismo no considera casi la historia individual y familiar. 
Por el contrario se trata de inscribir al psicoanálisis en el 
paradigma de la complejidad. Y así entendemos los conflictos 
humanos y neuróticos debido a la acción conjunta y difícilmente 
deslindable, de la herencia, la situación personal, la historia, la 
enfermedad corporal, las condiciones histórico-sociales, las 
vivencias, los hábitos y el funcionamiento del organismo. 
SE TRATA DE INSCRIBIR AL PSICOANÁLISIS 
EN EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD 
La filiación implica abrir un futuro al pasado, oponiendo un olvido 
pasivo al activo. El pasivo es el de los fundamentos. Perpetúa todo 
lo que tiene un valor de origen. El olvido activo es lo que Nietzsche 
denominó la fuerza del olvido. Ese “hacer lugar a lo nuevo” 
cumple una función liberadora, evitando la parálisis debido al 
exceso de memoria. 
Sobre el Autor: Luis Hornstein *Premio Konex de platino en 
psicoanálisis (década 1996 a 2006). Sus últimos libros son 
Narcisismo (Paidós), Las depresiones (Paidós) y Autoestima e 
identidad (F.C.E.). Puedes escribirle a su email: 
luishornstein@gmail.com. 
 
La ‘extraña muerte’ del 
conductismo radical 
Por José Olid - 
18/02/2015 
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El conductismo ha muerto. Un capítulo corto en la historia de la 
Psicología. Acusado desde el principio como corto de miras y 
simplista, fue obviamente reemplazado por la revolución cognitiva 
hace ya bastantes décadas. Esta perspectiva es la que se transmite 
comúnmente en libros de texto, revistas y publicaciones populares 
(Baron-Cohen, 2014; Miller, 2003). 
Ser conductista parece ser pertenecer al pasado, ser un vestigio de 
la Psicología. Parece ser una sorpresa para algunos, entonces, que 
el conductismo radical -y su ciencia y análisis de la conducta- de 
hecho está prosperando. Parafraseando a Mark Twain, “los 
informes sobre la muerte del conductismo han sido enormemente 
exagerados”. 
Lejos de haber llevado a una histórica muerte absoluta, las ideas 
del conductismo radical forman una parte importante de nuestro 
presente psicológico. Y son precisamente esas ideas las que están 
haciendo que el conductismo radical se esté posicionando en una 
posición claramente ventajosa. Dado que sus principios, términos 
y teorías se están convirtiendo poco a poco en parte del 
pensamiento popular, es difícil distinguirlo de otros modelos y 
posturas. Aquí tendremos algunos ejemplos. 
La construcción social de la ciencia 
Skinner definía el conductismo radical como la filosofía de la 
ciencia de la conducta. Conducta, para el conductismo radical, se 
refiere a todo lo que un organismo hace, lo que para humanos 
incluye experiencias privadas como pensamientos y emociones. 
Esto es lo que lo diferencia de formas tempranas de conductismo, 
que se centraban sólo en las conductas públicas y observables. De 
hecho, ese es uno de los motivos por los cuales es llamado radical. 
Lo que es menos conocido es que el conductismo radical desecha 
la idea de que el mundo puede ser objetivamente conocido, y 
asume el conocimiento científico como una construcción social. 
Para el conductismo radical, la ciencia es una forma de conducta 
humana (muy especializada) por lo que es objeto del mismo 
análisis contextual que cualquier otra conducta. 
EL CONDUCTISMO RADICAL RECHAZA DE 
PLENO ESTA IDEA POSITIVISTA, Y SE 
POSICIONA COMO TOTALMENTE 
AONTOLÓGICA 
Con sus orígenes en el pragmatismo americano de William James, 
John Dewey y Charles Pierce (Menand, 2001, el conductismo 
radical toma a la ciencia como un método para encontrar maneras 
útiles de hablar y relacionarse con el mundo, y no como un 
método para descubrir la verdad última o la naturaleza de la 
realidad. De hecho, esa tarea es imposible, porque ninguna ciencia 
podrá jamás aportar una perspectiva no sesgada sobre su materia 
de estudio. 
Lo que subyace a la visión de la ciencia dada por el conductismo 
radical es “invención” (Hayes&Follette, 1992). Describe la ciencia 
como el proceso por el cual nosotros inventamos (en el sentido 
creativo de formular o disponer) maneras de hablar del mundo 
que son útiles. Mientras que es posible que exista un mundo real 
ahí fuera, nosotros jamás podremos conocerlo de manera objetiva. 
Esta visión de la ciencia contrasta con aquella que la describe 
como un proceso de descubrimiento, mediante el cual vamos 
iluminando poco a poco la verdad última de la naturaleza. El 
conductismo radical rechaza de pleno esta idea positivista, y se 
posiciona como totalmente aontológica (Barnes-Holmes, 2000). 
Aunque a veces pueda ser entendido como mecanicista, el 
conductismo radical es mejor entendido como una variante de 
contextualismo filosófico (Hayes y otros, 1988). El contextualismo 
cubre un amplio rango de modelos filosóficos, incluyendo al 
constructivismo social, que es actualmente popular en ciencia 
psicológica (Gergen, 2001) y su particular relevancia para la 
práctica clínica (Rapley y otros, 2011). Viniendo desde la misma 
postura filosófica, no es sorprendente que el constructivismo 
social y el conductismo radical tengan mucho que ver relacionados 
con los asuntos típicos en la práctica clínica. Por ejemplo, la 
reserva de la Sociedad Británica de Psicología (BPS, 2011) sobre 
que el manual diagnóstico DSM descontextualiza el problema de 
las personas y se pierde su carácter personal es totalmente 
compartida por los principales analistas de conducta (Hayes y 
otros, 2011). 
El aprendizaje como un proceso evolutivo 
En los últimos años la psicología evolutiva ha ido relacionando la 
conducta humana con el marco teórico darwiniano. Las 
habilidades y capacidades humanas son concebidas como 
adaptaciones psicológicas en el mismo sentido en que nuestro 
cuerpo obedece a adaptaciones biológicas. Una de las mayores 
críticas que se hace a esta suposición de la psicología evolutiva es 
que el supuesto contexto que favoreció el desarrollo de 
habilidades humanas es histórico y por tanto inobservable e 
inmedible; de esta manera, dichas críticas remarcan que las 
explicaciones de la psicología evolutiva son especulaciones y poco 
más que historias “porque sí”. (Rose&Rose, 2000). 
El contextualismo funcional también entiende la actividad 
humana dentro del marco del darwinismo, pero en su caso dicha 
relación puede ser estudiada directamente en un presente 
evolutivo. El aprendizaje es entendido como el proceso por el cual 
nos adaptamos a nuestro entorno, teniendo en cuenta nuestro 
periodo vital. Aprendemos cuando variantes conductuales son 
seleccionadas por el entorno, que hace que sea más posible que se 
repitan en el futuro. Skinner llamó a este proceso selección 
mediante consecuencias (comunmente conocido como 
“reforzamiento”), en el sentido en que las consecuencias causan 
un aumento o una reducción en la probabilidad futura de la 
conducta (Skinner, 1987). Tal y como explicó Darwin en relación a 
la manera en que las especies se adaptan al entorno mediante 
selección natural, Skinner explicó cómo los organismos 
individuales se adaptan a su entorno mediante el aprendizaje en 
su periodo vital. Esto no es sólo una gran especulación o un 
“porque sí”. La selección natural del comportamiento no es una 
teoría o una hipótesis, es un procesodirectamente observable que 
ha sido ampliamente estudiado en laboratorio y en situaciones 
diarias. 
EL CONDUCTISMO RADICAL ES MEJOR 
ENTENDIDO COMO UNA VARIANTE DE 
CONTEXTUALISMO FILOSÓFICO 
La “operante” es un concepto central en conducta evolutiva y es el 
equivalente a la especie en biología evolutiva. Operantes y 
especies son las unidades en las cuales la evolución y el cambio 
como variantes individuales son seleccionadas. En biología 
evolutiva, los organismos viven y mueren conforme la especie 
evoluciona. En conducta evolutiva, las conductas son 
seleccionadas conforme la operante evoluciona. La principal 
diferencia es que en las especies el organismo vive de manera 
concurrente y se distribuye en el espacio, mientras que en la 
operante las conductas ocurren de manera consecutiva y se 
distribuyen a lo largo del tiempo (Glenn y otros, 1992). 
Igualmente, tanto especies como operantes son moldeadas por la 
acción selectiva del entorno. No es de extrañar que Skinner haya 
sido descrito como “el Darwin de la ontogenia” (Donahoe, 1984). 
Lenguaje y Psicoterapia 
Uno de los más curiosos malentendidos del conductismo radical 
es que no puede explicar el comportamiento complejo, como el 
lenguaje. A juzgar por la manera en que se aborda comúnmente 
este asunto, fue la crítica de Chomsky sobre Conducta 
Verbal(1957) de Skinner la que asestó el golpe de gracia. Lo que es 
extraño sobre esa crítica es que, realmente, es totalmente errónea. 
Sea lo que fuere que Chomsky criticó, claramente no lo hizo sobre 
la postura funcionalista de Skinner (Andresen, 1991; 
MacCorquodale, 1970). 
Es cierto que los primeros investigadores conductistas se 
centraron en el estudio del lenguaje centrándose en animales no 
humanos o en humanos con sistemas lingüísticos poco 
desarrollados. Igualmente, esa estrategia fue tan sólo el comienzo, 
y la intención siempre fue dirigir la investigación hacia análisis 
más complejos en el momento en que fuera oportuno. Fue en el 
comienzo de la década de 1980 cuando Murray Sidman y sus 
compañeros realizaron una serie de investigaciones que 
condujeron a la teoría de la equivalencia funcional (Sidman, 1994) 
y más tarde a la teoría del marco relacional (RFT: Hayes y otros, 
2001). Los detalles de esas teorías van más allá de este artículo, y 
se podrían resumir en que describen en qué manera los humanos 
lingüísticamente competentes relacionan y combinan funciones 
derivadas de los aprendizajes. Dicha habilidad puede sonar trivial, 
y lo cierto es que es algo que sólo se ha encontrado en humanos: 
otros animales fallan a la hora de realizar aprendizaje por 
derivación en relación de equivalencia. Es una habilidad que 
permite a los humanos enlazar todo tipo de eventos y estímulos 
(incluidos pensamientos y emociones) de manera arbitraria, lo 
cual parece ser la diferencia entre el lenguaje simbólico humano y 
otras maneras de comunicación animal. 
SEA LO QUE FUERE QUE CHOMSKY CRITICÓ, 
CLARAMENTE NO LO HIZO SOBRE LA 
POSTURA FUNCIONALISTA DE SKINNER 
Los principios básicos de análisis de conducta, junto a la 
equivalencia estimular y la RFT, han sido transformados en 
modelos terapéuticos, siendo los más característicos la Terapia de 
Aceptación y Compromiso (ACT: Hayes y otros, 2011) y la Terapia 
Dialéctico Conductual (DBT: Dimeff y Linehan, 2001). 
Curiosamente, gran parte de los terapeutas que ejercen en la 
actualidad no están enterados de ello, o en el mejor de los casos no 
tienen ni idea de la relación de esos modelos terapéuticos con el 
conductismo radical. 
Una asociación con la neurociencia y la epigenética 
El conductismo radical está interesado en nuestro funcionamiento 
biológico y neurológico. A pesar de que se dice que dicha postura 
ignora “nuestro interior” y lo mira como si fuera una “caja negra”, 
no es realmente cierto. Skinner (1974) fue muy explícito en ese 
sentido, y escribió: “El organismo no está vacío, por supuesto, y no 
puede ser tratado como una “caja negra” (página 233). 
En este caso, sin embargo, no necesitamos entender lo que ocurre 
por dentro para estudiar las relaciones funcionales que tenemos 
con el entorno exterior. Es muy factible el hecho de que, mientras 
nosotros desarrollamos la investigación sobre cómo nos 
relacionamos con nuestro enorme contexto, las neurociencias 
sigan estudiando nuestro funcionamiento biológico interior. Los 
datos de una ciencia no invalidarán los datos de la otra en parte 
porque están respondiendo a diferentes preguntas. Dado que las 
neurociencias investigan sobre como nuestra neurobiología 
correlaciona con nuestro comportamiento, no puede explicar el 
significado contextual de nuestra conducta. Puede ser que nos 
diga qué ocurre en nuestro cerebro cuando pensamos y hacemos 
ciertas cosas, pero en ningún caso nos dirá por qué pensamos o 
hacemos esas cosas. La neurociencia puede identificar qué partes 
de nuestro cerebro están activas cuando pensamos en jugar al 
tenis, pero no nos puede decir por qué pensamos en jugar al tenis 
en primer lugar, ni tampoco el significado que tiene jugar al tenis 
para nosotros. Esto requiere de un análisis contextual, y ese es el 
dominio de la psicología (para una mayor discusión sobre niveles 
cercanos y lejanos a la causación, consultar Alessi, 1992). 
LAS NEUROCIENCIAS NO PUEDEN EXPLICAR 
EL SIGNIFICADO CONTEXTUAL DE NUESTRA 
CONDUCTA 
Lejos de ser extraños compañeros de cama, el conductismo radical 
contempla a la psicología y a la neurociencia como necesitadas la 
una respecto a la otra. La neurociencia profundizará en nuestro 
entendimiento del funcionamiento humano llenando los huecos 
“temporales” (cómo eventos pasados afectan a nuestro 
comportamiento futuro). A cambio, la ciencia psicológica ayudará 
a configurar los puntos interesantes sobre los que los 
neurocientíficos deberían investigar. Shallice y Cooper (2011), 
escribieron: “Sin tareas analíticas putativas, interpretar los 
resultados de imagen funcional es poco más que ver las hojas 
caer” (p. 186). La neurociencia es dependiente de un análisis 
contextual coherente para organizar su actividad y darle sentido a 
sus datos. Las dos ciencias se necesitan mutuamente. 
La epigenética es el estudio de la expresión genética y la 
heredabilidad fenotípica que ocurre sin que se produzcan cambios 
profundos en la estructura del ADN (Jablonka y Lamb, 2005). 
Aunque se pensó que podría ser una “estupidez lamarckiana”, hoy 
en día la epigenética está ampliando nuestro entendimiento de la 
manera en que nuestro genoma interactúa con el entorno. 
Michael Meaney y sus compañeros, por ejemplo, concluyeron 
como una modificación conductual en ratones podía modificar la 
expresión genética de sus descendientes, que presentaron 
conductas estereotipadas moduladas por el ambiente, que moduló 
la estructura genética. 
La epigenética está empezando a entender cómo eventos del 
entorno afectan a la expresión de nuestros genes en las 
generaciones actuales y futuras. El análisis de la conducta está a la 
vanguardia de esta asociación, en parte porque comparte un 
modelo evolutivo, y también porque el análisis de la conducta está 
compuesto por un conjunto de teorías y métodos que describen 
nuestras relaciones contextuales con el entorno, algo que los 
epigenetistas necesitan con la intención de explicar su impacto en 
la expresión génica. 
Actualizando desde cero 
El conductismo radical es descaradamente utópico. La utopía no 
se concibe ingenuamente como un lugar o destino (el término fue 
acuñado por Tomás Moro del significado griego antiguo “ninguna 
parte”, después de todo), sino más bien como un ideal a alcanzar. 
La intención de la ciencia psicológica es hacer del mundo un lugar 
mejor, más justo, seguro y sostenible. Este es el valor y la 
dirección desde la cual el conductismo radical se aleja del sueño 
utópico. No es raro ver camisetas donde se lee “Salva al Mundo 
conAnálisis Conductual” en conferencias sobre ACT y análisis de 
conducta. Quizás alguien pase por alto la presunción, pero 
seguramente no la ambición. 
Skinner recibió influencia de las ideas del filósofo del siglo XVII 
Francis Bacon, quien veía que el propósito de la ciencia era la 
mejora del Estado del hombre. Para Skinner, problemas sobre el 
medio ambiente, la polución, la sobrepoblación o la falta de 
alimentos eran fundamentalmente problema de conducta 
humana, y quería que la ciencia dijera algo al respecto. 
 MUCHOS DE LOS PRINCIPIOS DEL 
CONDUCTISMO RADICAL SON APLICADOS 
REALMENTE EN EL PENSAMIENTO Y LA 
CULTURA POPULAR 
Hoy en día, la ciencia psicológica está jugando un rol incremental 
en cómo organizamos el comportamiento, y los psicólogos están 
realizando una contribución positiva en cada nivel de la sociedad. 
En Reino Unido, por ejemplo, la Administración general del 
gobierno ha creado el “Behavioural Insights Team” (Equipo de 
Investigación Conductual) con el propósito específico de usar el 
conocimiento y los métodos psicológicos para realizar una mejora 
de la política social. En el NHS (National Health Service), las 
terapias como ACT y DBT están ayudando a mejorar el bien estar 
psicológico ofreciendo apoyo para que las personas vivan una vida 
que tenga más significado. En educación, los psicólogos 
numerosas intervenciones en grupos de atención especial. En 
otros campos está sucediendo lo mismo: marketing y negocios, 
dieta y comida saludable, deportes de élite e incluso conducción 
segura. El tiempo de que la Psicología marque la diferencia en la 
sociedad es este, y los modelos explicativos que aporta el 
conductismo radical tienen un papel principal. 
Muriendo de éxito 
Fue el historiador Thomas Leahey quién primero escribió sobre la 
extraña muerte del conductismo radical (Leahey, 1992). Él notó 
que el análisis de la conducta estaba en realidad en buena forma, y 
que a lo largo de las décadas ha continuado creciendo. 
Muchos de los principios del conductismo radical son aplicados 
realmente en el pensamiento y la cultura popular. “El 
conductismo está muerto, larga vida al conductismo”, escribió 
Steve Hayes reflejando el hecho de que muchas personas 
realmente practican conductismo radical sin saberlo (Hayes, 
1987). Él notó eso hace 25 años y hoy en día es aún más cierto. 
En los libros de texto, sin embargo, aún se ofrece esa versión como 
si el conductismo fuera un movimiento monolítico, cuando la 
realidad es que está compuesto de muchas variedades muchas de 
las cuáles sí están realmente muertas. Mezclarlas todas y tenerlas 
como un único conductismo ha supuesto un malentendido 
enorme. 
EL CONDUCTISMO RADICAL NUNCA FUE 
ENTENDIDO DE MANERA DOGMÁTICA PARA 
LA PSICOLOGÍA, SIENDO REALMENTE PARTE 
DEL AMPLIO CAMPO QUE SUPONE EL 
CONTEXTUALISMO 
Eso hace que se confunda el trabajo de Watson con el de Skinner 
de manera muy frecuente, incluso en libros de texto que 
supuestamente han pasado una revisión académica (Hobbs y 
otros, 2000). 
Skinner predijo que el conductismo radical moriría algún día, y lo 
haría por su éxito y no por fracasar (Skinner, 1969, p. 267). 
Entendió que dejaría de ser necesario en la medida en que los 
problemas del mentalismo y el positivismo lógico se fueran 
resolviendo. 
El conductismo radical nunca fue entendido de manera dogmática 
para la psicología, siendo realmente parte del amplio campo que 
supone el contextualismo, y Skinner comprendió que existiría 
mientras fuera útil. Desde la muerte de Skinner, el conductismo 
radical se ha definido y se han ampliado sus aplicaciones, 
extendiéndose y revitalizándose, y ese proceso continúa. 
Lejos de ser un capítulo de la psicología del pasado, las ideas del 
conductismo radical, los principios y la ciencia continúan dando 
forma y contribuyendo a las discusiones contemporáneas, teorías, 
práctica e investigación. Quizás ahora es la hora de rehabilitar 
nuestro entendimiento de una de las más importantes posiciones 
filosóficas de la psicología moderna. 
Traducción del artículo: The Strange Death of Radical 
Behaviorism de Freddy Jackson Brown y Duncan 
Guillar publicado en The British Psychological Society. 
 
 
Angry Birds y Skinner: 
conductismo en la vida 
cotidiana 
Por Fabián Maero - 
17/03/2014 
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El conductismo (más precisamente, el análisis de la conducta), no 
es el modelo más popular dentro de la psicología. La persona 
promedio probablemente desconozca prolijamente el nombre 
de Burrhus Frederic Skinner (su representante más conocido), e 
incluso una buena parte de los psicólogos tiene dificultades para 
distinguir entre condicionamiento clásico (o respondiente) y 
condicionamiento operante, sin mencionar distinciones más 
sutiles, como la que hay entre refuerzo negativo y castigo. 
A pesar de haber pasado a un segundo plano en lo que a 
popularidad se refiere, los principios planteados por Skinner 
siguen absolutamente vigentes, utilizándose en toda una gama de 
situaciones y contextos. Esto es posible porque los principios del 
condicionamiento operante son aplicables a todo organismo, 
incluyendo a los seres humanos. 
LOS PRINCIPIOS PLANTEADOS POR SKINNER 
SIGUEN ABSOLUTAMENTE VIGENTES 
El conductismo operante se basa en una premisa muy simple: 
toda conducta se ve afectada por sus consecuencias. Es una 
descripción de cómo funciona el aprendizaje de los organismos, y 
en este sentido, las leyes del aprendizaje no son una invención (así 
como Newton no inventó la gravedad), sino una descripción de 
cómo todo aprendizaje tiene lugar. 
Un ámbito interesante para echar un vistazo a esto es el de los 
videojuegos. Los videojuegos han dejado de ser ámbito exclusivo 
de las consolas para pasar a ser accesibles a un amplio número de 
personas a través de la posibilidad de jugar en el celular o incluso 
en el navegador (vía juegos nefastos como Farmville y 
similares). Y gran parte del éxito de estos videojuegos se puede 
explicar a través de principios conductuales, aún cuando no sean 
aplicados de manera deliberada.Nota para los conductistas 
leyendo este artículo (si, ustedes tres), vamos a sacrificar aquí la 
precisión técnica en aras de la claridad, así que vayan sabiendo. 
Dicho esto, pasemos al Angry Birds. 
Angry Birds y los principios del aprendizaje 
Los videojuegos proveen una ventana a los principios básicos del 
conductismo. La mayoría de los videojuegos utilizan estrategias 
derivadas de los principios del condicionamiento operante para 
mantenernos “enganchados” al juego. Consideremos cualquier 
juego sencillo de los últimos años, como el Candy Crush, Angry 
Birds, Farmville, etc. (aunque esto se aplica también a los 
videojuegos más complejos) y veamos algunos elementos que 
tienen en común. Pero antes de esto, necesitamos comprender 
algunos términos básicos para el análisis de la conducta. 
Refuerzo y castigo 
Como dijimos antes, el conductismo se basa en que las 
consecuencias de una conducta influyen en su frecuencia. De la 
misma manera que en la teoría de la evolución la interacción entre 
las adaptaciones de un organismo y su medio hacen que ciertas 
modificaciones perduren y otras no, para el conductismo las 
consecuencias de una conducta llevan a que ésta se sostenga (es 
decir, que se siga produciendo), o que se extinga (que se deje de 
emitir). Cuando las consecuencias hacen que una conducta dada 
aumente o se sostenga, hablamos de “refuerzo”; cuando las 
consecuencias hacen que una conducta disminuya, hablamos de 
“castigo”. Sobre este último término, probablemente “castigo” no 
sea el término más feliz, por lo cual hacemos hincapié en lo 
siguiente: “castigo” no es sinónimo de castigo físico, sino que es 
un término técnico para describir lo que sucede cuando las 
consecuencias de una conducta hacen que ésta disminuya. 
Debemos recordar que “refuerzo” y “castigo”no remiten a 
estímulos concretos, sino afunciones que ciertos estímulos ejercen 
sobre las conductas. Por esto incluso un abrazo (algo que 
podríamos considerar generalmente como un reforzador), bajo 
ciertas condiciones puede funcionar como un castigo para algunas 
conductas (si no me creen, prueben a abrazar a su hijo adolescente 
frente a sus compañeros). 
LOS VIDEOJUEGOS PROVEEN UNA VENTANA 
A LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL 
CONDUCTISMO 
Denominamos entonces “refuerzo” acualquier consecuencia que 
aumenta la probabilidad futura de una conducta. Una distinción 
más fina es la de “refuerzo positivo” y “refuerzo negativo”. 
Hablamos de refuerzo positivo cuando la 
consecuenciaagrega algo nuevo (por ejemplo, ganar puntos o 
pasar de nivel en el juego), en cambio un reforzador negativo es 
cuando esa consecuencia quita algo aversivo del ambiente (por 
ejemplo, cuando tomamos una aspirina para mitigar un dolor de 
cabeza). Pero ya sea que agregue algo o que remueva un aversivo, 
el refuerzo siempre aumenta o sostiene la frecuencia de una 
conducta. 
Veamos cómo se aplica esto a los videojuegos. Básicamente un 
videojuego tiene dos objetivos 
1. “Enganchar” al usuario, que éste aprenda las reglas 
básicas de funcionamiento. 
2. Que éste siga jugando. 
Para el primer objetivo, el principio conductual que aplica es el de 
moldeamiento (shaping), de la conducta. 
Moldeamiento 
El moldeamiento de una conducta es el proceso por el cual, a 
través de la manipulación de las contingencias, se genera una 
conducta que no estaba presente anteriormente. Involucra 
reforzar aproximaciones sucesivas a la conducta deseada hasta 
que se llega a ella. 
Los videojuegos comienzan estableciendo recompensas por jugar: 
estrellas, puntos, gemas, vidas, pasar de nivel, etc. Podemos 
considerar a estas recompensas como “refuerzos positivos”, en 
tanto agregan nuevos estímulos. Una vez establecido cuáles serán 
los reforzadores, éstos se utilizan para generar las conductas 
deseadas. 
El refuerzo es inmediato y contingente en las primeras etapas del 
juego. En los primeros niveles de Angry Birds, por ejemplo, 
prácticamente cualquier lugar al que se apunte será exitoso y nos 
permitirá pasar al siguiente nivel, es decir, se refuerza cada vez la 
conducta de apuntar y disparar el condenado pájaro. La dificultad 
es mínima en este punto es mínima, y frecuentemente hay 
tutoriales incorporados que nos señalan qué hacer (y a menudo, 
esos tutoriales sólo nos permiten seleccionar la opción correcta, 
eliminando la posibilidad de meter la pata). 
EL REFUERZO ES INMEDIATO Y 
CONTINGENTE EN LAS PRIMERAS ETAPAS 
DEL JUEGO 
De a poco, siguiendo con el ejemplo de Angry Birds, las conductas 
necesarias para derribar a los cerdos son más complejas, y sólo 
son reforzadas las conductas con mayor precisión al apuntar, o las 
más rápidas, es decir, se refuerzan sólo las conductas que 
tienen ciertas propiedades especiales. Skinner denominó a este 
proceso “reforzamiento diferencial”, y dijo “es la diferencia 
entre ‘saber hacer algo’ y ‘hacerlo bien’. Este último es el campo 
de la habilidad”. Es la etapa de “aprender a jugar el Angry 
Birds”. 
También es el camino estándar en el aprendizaje de cualquier 
instrumento musical: inicialmente se comienza sólo presionando 
teclas, luego se practican escalas sencillas que se pueden realizar 
sin dificultad, y de a poco se refuerzan conductas con propiedades 
especiales (tocar una tecla con cierta fuerza, pero no demasiada, 
para obtener un forte en el piano, por ejemplo.) 
De esta manera, podemos construir operantes complejas que 
nunca hubieran aparecido en el repertorio del organismo de otra 
manera. Reforzando una serie de aproximaciones sucesivas, 
hacemos que una respuesta infrecuente tenga una alta 
probabilidad en un corto tiempo. 
(Skinner, 1963) 
Para observar el proceso de moldeamiento en otro ámbito, aquí 
podemos ver a Skinner moldeando una conducta nueva en una 
paloma (hacer que la paloma efectúe un giro completo) a través de 
reforzar las conductas que se acercan a la conducta deseada: 
Esto es el primer paso para la adquisición de toda nueva conducta: 
el refuerzo de las aproximaciones progresivas a dicha conducta. 
Esto aplica a aprender a caminar, a tocar el piano, a hablar, hacer 
psicoterapia, etc. En esta charla de TED podemos ver cómo un 
bebé, partiendo de un sonido inarticulado llega por 
aproximaciones sucesivas a emitir correctamente la palabra 
“water” (agua) (a partir del minuto 4.30 es el segmento en 
cuestión) 
Programas de refuerzo 
Una vez adquirida la conducta (una vez que uno ya aprendió a 
jugar el Angry Birds, en este caso), lo siguiente que le interesa a 
quien diseña el juego es que la persona siga jugando, que la 
conducta se mantenga en el tiempo. Y aquí entran a tallar otro 
conjunto de principios conductuales. 
¿Cuándo y qué reforzar? Si estuviéramos diseñando un 
videojuego, podríamos entregar un refuerzo cada vez que se emite 
la conducta, pero esto tiene un inconveniente: conduce a la 
saciación; el jugador se aburre rápidamente. Este es el problema 
con los juegos “demasiado fáciles”, en los que a poco tiempo de 
jugar se pierde el interés, aun cuando se siga reforzando al 
jugador. 
¿CUÁNDO Y QUÉ REFORZAR? 
Hay otra opción, y es la de reforzarintermitentemente la conducta. 
Es decir, en lugar de reforzar todas las conductas podemos hacer 
que el refuerzo se entregue bajo determinadas condiciones. En la 
vida cotidiana, esto es la norma; no obtenemos un refuerzo por 
cada actividad que realizamos, sino que el refuerzo se presenta 
bajo ciertas condiciones (por ejemplo, rara vez se paga un salario 
por cada vez que se trabaja, sino que habitualmente cobramos 
cada cierta cantidad de días o al alcanzar determinada cuota de 
producción). Estas condiciones son las que denominamos 
“programas de refuerzo”. 
Los programas de refuerzo intermitente pueden depender de la 
cantidad de respuestas (programas de “razón”), o del tiempo 
transcurrido (programas de “intervalo”). Cada tipo de programa 
de refuerzo tiene sus utilidades y desventajas, son útiles bajo 
ciertas situaciones y no otras. En este artículo sólo nos vamos a 
detener en las características de los programas de razón. 
Programa de refuerzo de razón fija: en estos programas, en 
lugar de reforzar todas las respuestas, el refuerzo se obtiene cada 
cierto número determinado de respuestas. Por ejemplo, se 
refuerza sólo cada 10 respuestas emitidas. Un ejemplo cotidiano 
podemos encontrarlo en las personas que reparten volantes en la 
calle, que tienen que repartir un determinado número de volantes 
para poder recibir su paga. En los juegos, nos encontramos con 
situaciones en las cuales tenemos que completar diez misiones 
(cantidad de respuestas), para obtener un ítem especial o para 
pasar al siguiente nivel (refuerzo). Todos los juegos comienzan 
reforzando cada conducta para pasar luego a un programa de 
razón fija que gradualmente va aumentando el número de 
respuestas requeridas. Es crucial aquí lo de “gradualmente”, ya 
que si no fuera así: 
Cuando se utilizan programas de razón debe tenerse cuidado de 
no aumentar demasiado pronto la razón requerida (o, en 
términos más generales, la dificultad de la tarea), pues de otro 
modo puede presentarse una tensión de la razón y el sujeto tal 
vez deje de responder por completo. 
(Domjan, 2010) 
Esto es algo que, a propósito o no, tenemos en cuenta siempre: 
nunca se le impone un aumento súbito de dificultad a alguien que 
está aprendiendo, sino que la dificultad se 
aumenta gradualmente. 
Estos programas de refuerzo juegan un papel importante en lo que 
denominamos comúnmente “motivación”. Cuando una persona 
actúa dentro de un programa de refuerzo de razón fija en la cual el 
refuerzo surge sólo después de un número altísimo de respuestas, 
es probable que la persona termine abandonando la

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