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En las ciudades capitalistas el acceso al suelo es un acceso discrecional, interceptado por las reglas del mercado en las que prima el valor de cambio sobre el valor de uso de las mercancías que por él circulan. Por eso este sistema se origina en la desposesión generalizada cuya continuidad depende de la escasez y su fin último es la concentración privada de la riqueza social.(Giareto)
La ciudad es un producto social, producida por el trabajo de diversos actores sociales, sus calles, barrios, viviendas, equipamientos, infraestructuras y áreas de esparcimiento son el producto del trabajo humano organizado en el ceno de cada sociedad en momentos históricos dados, la ubicación de cada uno de estos objetos en la trama urbana también es un producto histórico.
Actores principales en la producción de la ciudad:
Actores Privados: propietarios de terrenos, inmobiliarias, empresas constructoras. La lógica que guía sus acciones es “la lógica capitalista”, su oferta está orientada a los sectores sociales que logran satisfacer sus necesidades de vivienda y servicios atreves de la compra en el mercado. 
Familias o grupos organizados: que siendo excluidos de los circuitos formales de provisión de servicios habitacionales, participan en procesos de autoproducción de sus viviendas y de los barrios que habitan, utilizando para ello su propia fuerza de trabajo. 
Actores Públicos, El Estado: actor fundamental, es quien regula mediante leyes y políticas públicas. El Estado por su acción u omisión, es siempre responsable directo de las características que adquiere cada ciudad.
En una ciudad no todos los barrios son iguales: 
· Barrios habitados por familias con ingresos altos (compran la vivienda que les gusta)
· Barrios desprovistos de todos los servicios y población llena de padecimientos. 
En una ciudad excluyente, las diferencias entre los que más y los que menos tienen, se hacen cada vez más grandes. Amplios sectores de la población quedan excluidos del mercado de trabajo y como consecuencia sin ingresos para acceder a los elementos básicos, por lo tanto el acceso a la ciudad formal. 
La mayoría viven en condiciones habitacionales precarias y la minoría en la abundancia estas son expresiones de la desigualdad y la exclusión social.
 Los que no cumplen con la ley son estigmatizados como "ilegales". 
 La urbanización se puede dar de diferentes formas, pero todas conviven entre sí: 
La forma Convencional: es aquella que llevan a cabo las inmobiliarias y las empresas constructoras con fines comerciales. El Estado también participa, encarando proyectos de viviendas sociales. La ciudad se produce, luego se habita. 
Sin embargo la Espontánea: está protagonizada por quienes no pueden comprar una vivienda en el mercado, las familias ocupan el predio lo habitan en formas precarias con carpas, para luego encara la urbanización y la construcción de sus casa, conviviendo con los riesgos que eso implica. Esta forma de producción de la ciudad es mucho más cara, tanto para las familias como para el Estado que mas tarde o más temprano será quien regularizara la ocupación.
El Estado en estas sociedades, es en un principio el modo legítimo de organizar la violencia de una clase sobre otra, pero este fin primario se invisibiliza progresivamente a medida que el Estado se convierte en el modo de organizar la sociedad en su conjunto[footnoteRef:1]. Si existe el Estado, es porque hay contradicción entre los intereses de los individuos singulares y el interés común, en este sentido tiene que haber una escisión entre interés particular e interés general para que exista el Estado. [1: Castillo realiza un análisis exhaustivo del concepto de Estado en la obra de Marx (Castillo, 2007). ] 
Es así que ‘’el Estado se configura como la organización de la sociedad” (Marx, 1982).
Tomas, asentamientos, ocupaciones ilegales, usurpaciones, invasiones, son las principales formas de referirse a lo que no puede negarse como un conflicto político-social complejo.
Los sujetos sociales que protagonizan las tomas de tierras, en su gran mayoría, pertenecen a los sectores populares, sectores históricamente desposeídos y hostigados por el sistema.
En Argentina hay una gran cantidad de familias que no tiene regularizada la tenencia de sus lotes, las ocupaciones directas de terrenos se ha dado desde los años 80´, las villas y asentamientos existen y albergan muchas familias y son parte constitutiva de una ciudad que crece en un contexto de alta exclusión social. 
Se considera que un hogar tienen "vivienda deficitaria" si habita en un rancho, casilla, pieza de inquilinato, hotel, pensión o local o si vive en una casa "tipo B", es decir, tiene piso de tierra o no tiene provisión de agua por cañería dentro de la vivienda o no dispone de inodoro con descarga de agua.
Es necesario comprender que el acceso a habitar una vivienda adecuada ayuda a tener garantizados otros derechos humanos.
La vivienda urbana debe estar conectada a una multiplicidad de redes: agua, cloacas, electricidad, calles, teléfono; estar localizada en barrios integrados a la ciudad cuya accesibilidad a los hospitales, salitas sanitarias, escuelas, lugares de esparcimiento, centros comerciales, entre otros. De esta manera se está facilitando la satisfacción de otros derechos.
Los problemas que acarrean la necesidad de acceder a una vivienda digna y no tener los recursos económicos para hacerlo, son innumerables, desde problemas de salud hasta inseguridad en el propio sujeto para superase. Esto lleva a las familias a tomar decisiones muy difíciles como; las ocupaciones de inmuebles abandonados, instalaciones de villas o asentamientos. La toma también recupera este sentido existencial de la apropiación del suelo urbano, pero remarca el sentido político de la organización de los sujetos en un colectivo. 
 Las mismas son, las únicas formas posibles de satisfacer sus necesidades de vivienda, instalarse en la ciudad y pertenecer a la sociedad. Aunque esto signifique enfrentar el riego al desalojo, la inseguridad, el engaño, fraude, clientelismo político, dificultades para el acceso a la los servicios públicos insuficientes, problemas de salud ligados a las condiciones ambientales, la precariedad de la vivienda, pensiones, inquilinatos y la estigmatización de los barrios populares. Experiencias de sufrimiento, resistencia y lucha por la subsistencia humana que resultan poco comprensibles si no se desentrañan las relaciones entre el Estado y los sectores populares en el actual contexto de acumulación por desposesión (Harvey, 2004). Las cooperativas aparecen como forma, como recurso, como estrategia estatal para resolver el problema de la desocupación y de la informalidad, instrumentalización que no sólo implicaría el riesgo de perder su contenido autónomo, participativo y democrático, sino además de quedar sujeta a la lógica clientelar-asistencialista de la política tradicional. Sin embargo, lo que tampoco se explicita en esta visión es el papel de las cooperativas en la actual reconfiguración de las relaciones capitalistas.

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