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ESTADOS_TRANSFORMADOS_DE_PINTURA

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#persephoneia. Pintura y collage digital.2020. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Semilla de la vida. 2020. Mosaico de mármol y cristal. 21 x 21 cms. 
 
 
A veces es mejor no hablar de arte usando la palabra “arte”. 
Si simplemente actuamos con consciencia e integridad, nuestro arte florecerá, 
y no tendremos que hablar de él en absoluto. 
Thich Nhat Han. 
 
 
 
 
 
Espiral de la vida. Acuarela sobre papel. 60 x 60 cms. 2020. 
 
BIENVENID@S queridos amigos a esta presentación que es un experimento. Quiero invitaros a las 
fronteras, a los mares, a los confines de lo absurdo; nuestra búsqueda no es dar a conocer lo 
“desconocido”, sino cuestionar nuestros miedos y, sobre todo, compartir historias de cómo lo 
aparentemente conocido es también territorio pasajero del misterio. Somos sujetos de la 
oscuridad, tejidos en sus muchos úteros latentes; criaturas de sombra y de locura. Estamos 
des/hechos. Y, sin embargo, las dulces sinfonías de la belleza y la maravilla desconciertan este 
pronóstico aparentemente sombrío de experiencia humana. 
 
 
Baubo. Técnica mixta sobre lienzo. 215 x 215 cms. 2019. 
 
Invocamos a la Musa y su inagotable inspiración, porque no existe un mundo o categoría estable 
(como Mito, o "naturaleza", o incluso "humano") por el que cualquiera de estas narrativas, por 
útiles que sean, pueda ser tratada como una verdad absoluta. Cada obra en su materialidad y su 
mutabilidad es la creación de nuevos mundos; cada trazo y cada rasgo viene con sus propios 
universos. Las imágenes en sí mismas se resisten como virus a la coherencia y a la categorización; 
no hay una narrativa estable a la que referirnos. Si la pintura fuera un virus. ¿cómo identificar algo 
que reelabora la identidad, que desestabiliza los cuerpos e invita a la difracción? ¿Y cómo nombrar 
a los virus sin nombrar los cortes, las medidas, las filosofías, las agendas y las prácticas tecno-
científicas que son cómplices de nombrarlos? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En la imagen: Baubo, la diosa de la risa que libera, aparece en el Himno homérico a Deméter, el 
texto más antiguo de Occidente (S. VII a.C.). Baubo es, sin duda, una diosa interesante en el 
universo de la mitología griega, pues, su único poder es, y ha sido siempre, el desparpajo, el ser 
auténtica, el fluir en el sentido de los acontecimientos y echar una carcajada bondadosa a los 
avatares de la vida. Así espanta a los demonios que paralizan, amedrentan y destruyen los mejores 
valores y sueños humanos. De la carcajada sagrada de Baubo nace el coraje para realizar lo que la 
mayoría cree imposible. Su risa libera las hormonas del Amor con mayúsculas. Comparto en este 
cuadro su mito y espero que todos y todas incorporemos algo del humor que tiene esta diosa 
provocadora, que con sus sonrisas, la horizontal y la vertical, sus risas y sus carcajadas nos coloca 
en la verdadera dimensión de la vida: el disfrute, el gozo y el fluir en la bondad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las musas salvajes. Rotulador y vinilo sobre papel. 100 x 35 cms. (detalle). 
 
 
Buscamos estremecer los modos de percepción y acción desfasados. Somos enemigos de las 
sensibilidades generales. Queremos mostrar cómo están cambiando los cuerpos humanos, cómo 
las mitologías también son activistas, cómo el recordar a los ancestros tiene consecuencias 
políticas, cómo el pensamiento no es una característica humana, cómo los cuerpos segregan el 
tiempo y cómo ralentizase en tiempos de urgencia tiene sentido en circunstancias específicas, 
especialmente ahora. Este trabajo surge en un momento en el que parece haber una necesidad 
sentida de modos alternativos de interactuar con nuestras realidades más preocupantes. Lo que 
encontramos son formas de sumergirnos en las grietas de nuestra piel, procesos que nos permiten 
advertir que hay más sabores en el menú. Que hay otros lugares de poder, de comprensión, de 
integración y del fluir en la belleza. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En la imagen: Las musas salvajes. Como explican historiadoras como Marija Gimbutas y Heide 
Goettner Abendroth o poetas como Robert Graves, la poesía se origina antes de la Historia en una 
experiencia mágica que se vive en ceremonias religiosas populares en honor a la diosa Luna, 
Madre Tierra o la Musa. El arte de las sociedades matriarcales de la Vieja Europa (hasta el segundo 
milenio a.C.) se ha definido como una estética cotidiana, ritual, extática, comunal y procesual. El 
mito de las Musas y Apolo se refiere a la revolución prehistórica que rompe el equilibrio entre los 
principios femenino y masculino, específicamente la supresión del matriarcado por el patriarcado. 
Homero cuenta en La Odisea cómo Apolo domesticó a las Musas. La narrativa histórica señala 
cómo el mito originario de la Diosa Madre o Musa que abarca la Antigua Europa y el Mediterráneo 
se pierde con las invasiones arias de pueblos que llegaron con nuevas tecnologías, como carros, 
jinetes y armas de hierro, con el militarismo, el robo de mujeres y sus dioses del cielo. Las 
divinidades masculinas van desplazando el papel de la Diosa por la necesidad de situarlo en el 
nuevo contexto de la evolución de la conciencia humana. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Musa negra. Ilustración digital. 2020. 
 
 
La danza de la vida. Óleo sobre lienzo. 195 x 315 cms. 2019. 
 
Imaginamos abrir más espacio para el movimiento, para emancipar la acción y la 
capacidad de respuesta más allá de los estrechos confines humanistas. Nuestro enfoque 
se basa en comprender que los seres humanos ya no pueden ser el centro de nuestras 
concepciones del cambio y que, por ello, hemos de comenzar a tomar en consideración 
los entornos eco-culturales que son la condición de nuestro hacer. Deseamos explorar lo 
excluido y lo invisible, e inventar prácticas regenerativas que permitan articular otras 
preguntas y valores convincentes frente a la crisis. Los tiempos que vivimos nos invitan a 
fijarnos en nuestros patrones habituales de respuesta al mundo que nos rodea. Como 
artistas entendemos que las formas en que enmarcamos nuestros problemas suelen ser 
precisamente el problema. Buscamos extrañarnos con lo familiar, para ayudar a abrir 
nuevos modos de percepción, compromiso y capacidad de respuesta en tiempos de crisis. 
Somos muchos escuchando la inquietante llamada de otras formas de actuar con el 
mundo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En la imagen: A mi llegada a Roma conservaba en la memoria los sugestivos bailes de las mujeres 
saharauis con sus coloridas melfhas. Recordaba el significado de identidad y resistencia que el arte 
tiene para este pueblo brutalizado. Por eso, cuando descubrí el fresco etrusco de la Tumba de las 
bailarinas en Ruvo di Puglia – Bari (S. V a.C.) conservado en el Museo Arqueológico de Nápoles 
decidí interpretar este friso. Las he dispuesto en dos hileras que se mueven en direcciones 
opuestas. La hilera inferior, en colores fríos, representa la noche, el ritual y la oscuridad. El friso 
superior en colores cálidos se refiere a la luz, la celebración y la vida. Aquí la referencia cultural 
particular se abre en el espacio-tiempo a una experiencia universal de comunidad, rito y 
celebración. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Eros y psiqué. Óleo sobre lienzo. 180 x 180 cms. 2019. 
 
La asombrosa complejidad de lo que está sucediendo hace vibrar nuestros modos 
habituales de dar sentido, nuestra necesidad de rastrear historias, tramas y personajes de 
origen lógico. Tales son los ingredientes de un mundo que nos supera a los humanos y a 
nuestras pretensiones de excepcionalidad. Cuando hemos caído en nuestro punto más 
bajo, probablemente estemos más cerca que nunca del medio de un cosmos de otras 
cosas donde las respuestas a nuestras preguntas, por urgentes que parezcan, ya no son 
útiles para resolver esas preguntas, porque tal vez haya sólo dos formas de responder a 
una pregunta: una, con una respuestaque ofrece cierre dentro de la misma economía de 
sentido; y, dos, con perplejidad, que libera la pregunta de su propio auto-
encarcelamiento. 
 
 
 
 
En la imagen: Eros y Psiqué. La especie humana ha mitologizado la fuerza del amor en Eros, la 
urgencia erótica hacia la persona amada. Psiqué significa en griego tanto “mariposa” como “alma” 
o “espíritu”. En un episodio del relato mítico Psiqué baja a los infiernos por orden de Afrodita y es 
Eros el que baja a rescatarla. Se trata de la idea de la evolución del alma impulsada por la fuerza 
del amor, que llama al universo a conocerse a si mismo a través de la experiencia humana. En mi 
trabajo intento permitir que estas imágenes resuenen con mi vida personal y mis procesos 
exploratorios. Joseph Campbell explica que uno de los relatos arquetípicos que comparten los 
mitos es el viaje del héroe o la heroína, una aventura que estructura los ritos de iniciación: 
separación – iniciación – retorno. Cuando empieza lo que será la hazaña, el viaje mismo del héroe, 
hay un tránsito del mundo cotidiano, el de todos los días, hacia un mundo sobrenatural lleno de 
portentos; allí se enfrentará a pruebas, tendrá aliados y adversarios, conocerá realidades 
asombrosas y sufrirá una transmutación interior de la que emergerá conociéndose mejor, 
teniendo mayor conciencia de sus fuerzas. Luego, el héroe regresará al mundo del que partiera al 
principio, pero con la posibilidad de entregar algún tipo de don, mensaje o guía a sus pares. 
 
La aventura por excelencia del héroe mítico es la del viaje al Más Allá, al Mundo de los Muertos, 
Tártaro, Inframundo, Hades o Infierno, como prefiera llamárselo. Creo que la clave del relato es 
que el contacto con la muerte, con el misterio de lo ominoso, es el encuentro con los territorios de 
nuestra Sombra, la personal y la colectiva (en el sentido junguiano, el lado oscuro de la 
personalidad, los aspectos rechazados y negados por nosotros mismos o nuestras sociedades). Es 
aventurarse en lo desconocido y terrorífico de nuestras profundidades psíquicas, de nuestras 
experiencias de vida, en la esperanza de un retorno a la superficie con una integración mayor de la 
totalidad de nuestros aspectos. Y por si esto fuera poco, puede ser además la búsqueda de una 
resurrección simbólica, de la digna culminación del más trascendente viaje heroico de todos: el de 
nuestra propia vida. 
 
 
 
 
 
Camiseta comprada por internet. 
 
El chamán y escritor Malidoma Somé de la tribu Dagara en Burkina Faso explica en un escrito: “En 
mi tradición, la idea fundamental es que la comunidad no está formada solo por los vivos: la 
comunidad se extiende al reino de los muertos. Por lo tanto, toda la noción de relación con los 
antepasados se inspira en el deseo de poder tener una relación continua con este mundo y el 
otro”. Mientras que en Occidente hemos definido a los antepasados como nuestros ascendientes 
genealógicos, la definición Dagara es mucho más amplia. Malidoma aclara esto, diciendo que 
entre nuestros antepasados se encuentran “aquellos que nos han influido, nos han ayudado como 
maestros, como modelos a seguir, que han cruzado, pero que continúan estando ahí en nuestra 
mente”. Por lo tanto, no son necesariamente nuestros parientes consanguíneos, pero pueden 
incluir personas ajenas a nuestra familia que nos han servido de alguna manera. 
 
La cicatriz. Alpechín y acrílico sobre papel. 204 x 760 cms. 2007. 
 
 
La cicatriz (fragmento). Alpechín y acrílico sobre papel. 204 x 760 cms. 2007. 
 
Considero a las plantas mis ancestros. Muchas “plantas profesoras” me han conducido por el 
camino del arte como por ejemplo, el olivo. En las imágenes podéis ver algunas pinturas realizadas 
con alpechín. El alpechín es el residuo ácido de la fabricación del aceite. Es como si fuera su “lado 
de sombra”: para fabricar el aceite y obtener el “oro líquido”, también hay que tener en cuenta el 
manejo del residuo ácido y depositarlo en balsas contenedoras para su secado. El cuadro La 
cicatriz hace referencia al desastre de Aznalcóllar que fue un desastre ecológico debido a la 
ruptura de una balsa de residuos de la minería que contaminaron el Parque Nacional de Doñana 
en abril de 1998. La cicatriz de la tierra vuelve a brotar gracias al poder sanador de la naturaleza. 
 
 
 
 
Fuego verde. Acrílico sobre lienzo. 175 x 250 cms. 2006. 
 
 
El oficio del arte me ha puesto en el camino de las plantas. Avanzando en el camino, poco a poco, 
me he encontrado con gente-planta. Antiguamente no era tan raro que la gente se convirtiera en 
planta. Los antiguos sanadores vegetales conocían estas historias. Los viejos médicos sabían. Que 
este árbol era una niña, que esa flor había sido un niño. Esas cosas son verdad y su misterio 
todavía nos encanta. Dibujar plantas me conecta con la esencia de la vida. Creciendo como artista 
he pintado plantas de pequeñas a grandes. He dibujado semillas y hojas, plantado verduras y 
pintado árboles, he comido frutas y fumado flores. He dejado que las plantas dibujen a través de 
mí aquello que no se pensar. Dibujando me he dejado llevar y, en un momento mágico, figura y 
fondo se han intercambiado. He comprendido que no creamos el arte sino que es el arte el que 
nos crea a nosotros. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Linotipo de la serie Códex tomacum. Tinta sobre papel. 40 x 60 cms. 2008. 
 
 
La canción del tomaco es un relato que dibuja las experiencias con una planta fantástica que se 
hizo realidad. El tomaco, injerto de tomate y tabaco, saltó a la fama en un memorable capítulo de 
Los Simpsons. En la fábula Homero se hace agricultor y vierte en la tierra mineral radiactivo. De 
manera accidental descubre el tomaco, un híbrido mutante de tomate y tabaco. Todo el que lo 
prueba se vuelve peligrosamente adicto. El tomaco es una droga poderosa. Justo cuando Homero 
está a punto de ganar cien millones de dólares con la venta del tomaco, unos aterradores animales 
adictos destruyen sus planes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tomacco Fields Are My Home. Acrílico y aerosol sobre papel. 152 x 204 cms. 2006. 
 
 
Desde el comienzo de la humanidad hemos sobrevivido con las propiedades nutritivas y 
medicinales de las plantas. Dicen que el número de especies vegetales en la Tierra se estima en 
400,000, muchas de ellas desconocidas para los humanos. Mientras sólo una fracción han sido 
identificadas y categorizadas por los botánicos occidentales, podemos afirmar que muchas plantas 
desconocidas en Occidente son conocidas por los pueblos indígenas que conviven con ellas en su 
entorno natural. Todos estos pueblos ancestrales insisten en que su conocimiento de las 
medicinas vegetales proviene directamente de las mismas plantas y no de la experimentación por 
ensayo y error. Lo que es menos conocido es que muchas de estas enseñanzas de las plantas están 
en la base de descubrimientos modernos tanto en medicina como en alimentación. 
 
 
Mi tomaco bello. Lápiz de acuarela sobre papel. 28 x 21 cms. 2006. 
 
En todas las culturas existe una tradición de percepción directa de la naturaleza a través de la 
inteligencia del corazón. Los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones 
de un cuerpo pueden ser percibidos por una persona por resonancia. Esta inteligencia es un flujo 
de conciencia, entendimiento e intuición que experimentamos cuando la mente y las emociones 
se alinean en coherencia con el corazón. Descubrimientos recientes en neurociencia han 
demostrado que un 50 por ciento del corazón humano está formado por neuronas. El corazón es, 
de hecho, un cerebro en toda regla. La percepción centrada en el corazón puede ser 
extraordinariamente precisa y detallada en su capacidad para recoger información, tal como 
afirman los sabedores tradicionales e indígenas. 
 
Chamana. Linotipo iluminado con acuarela. 40 x 30 cms. 2007. 
 
Los chamanes que he conocido en Colombia se distinguenpor su elocuencia, su humildad y su 
sabiduría. Don Antonio Jacanamijoy, un venerable taita del Putumayo, explicaba cómo algunas 
personas se acercaban al conocimiento de las plantas para ahuyentar el infortunio o curarse una 
dolencia. Decía que estas personas venían a la planta siguiendo una llamada. Que no era uno el 
que decidía buscar la planta para curarse sino que era la planta misma la que lo llama a uno. Y que 
uno debe prestar atención para distinguir esa voz, que nos llama en sueños desde el mundo 
natural. 
 
 
Cultivo de tomaco en la Hacienda Nueva Florida. Dos Hermanas, Sevilla. Abril-septiembre 2005. 
 
El tomaco nos ha traído de la ficción a la realidad, y hemos copiado este invento para cultivarlo en 
nuestra tierra. El tomate y el tabaco pertenecen a la misma familia de plantas, las solanáceas, lo 
que permite su injerto y crianza en una sola mata. Aprendiendo su cultura lo hemos criado con 
cuidado en tierras de Andalucía, Extremadura y Colombia. Siguiendo la llamada de esta mata he 
aprendido que el tomate y el tabaco son plantas originarias de la cordillera de los Andes en Abya 
Yala, “la tierra en plena madurez” como la gente Kuna han llamado ancestralmente al continente 
americano, donde se han cultivado desde hace milenios. Uniendo su tallos y compartiendo su 
clorofila, las frutas de tomate crecen en raíces de tabaco, y funden sus nombres, mitos y 
genealogías. El tomate, sustancioso alimento, es el cuerpo; y el tabaco, planta sagrada y 
alucinógeno chamánico es el espíritu. El alimento del tomate y la medicina del tabaco coexisten 
discurriendo por su savia. 
 
Cultivo de tomaco en la Hacienda Nueva Florida. Dos Hermanas, Sevilla. Abril-septiembre 2005. 
 
Localicé plantones de tabaco en la localidad de Santa Fé en Granada y de tomate en Los Palacios, 
Sevilla. Así empecé a injertar las plantas en mi casa. Después de varios intentos fallidos, algunas 
matas agarraron e incluso llegaron a dar fruto. Animado por los resultados, en los meses 
siguientes pinté y dibujé al tiempo que compartía ideas con mis amigos: artistas, jardineros, 
antropólogos, y chamanes. En la primavera de 2005 y gracias a la invitación de Carlos Angulo 
surgió la oportunidad de ampliar la investigación con un cultivo de tomaco en su finca, la Nueva 
Florida en Dos Hermanas, una hacienda de olivar muy cerca de Sevilla. Con la inestimable ayuda 
de José Gonzalez, un curtido hombre de campo, preparamos y abonamos el terreno; y tendimos 
dos líneas de unos treinta metros de riego por goteo para recibir cien injertos de tomaco en la roja 
tierra nazarena. Pedimos permiso a los dueños espirituales de este lugar y plantamos el tomaco. A 
lo largo de los meses de primavera y verano cultivamos y cuidamos nuestras plantas, viéndolas 
crecer con alegría. El huerto de tomaco se convirtió en mi taller al aire libre, recorriendo con 
deleite y criando con cariño a los habitantes de mi edénico jardín. 
 
Cultivo de tomaco en la Hacienda Nueva Florida. Dos Hermanas, Sevilla. Abril-septiembre 2005. 
 
La naturaleza no se hace mejor por ningún medio si la naturaleza no hace ese medio; así, sobre ese 
arte que decís que se añade a la naturaleza, hay un arte que la naturaleza hace. Veréis, dulce 
doncella, unimos un esqueje más delicado a la cepa más silvestre y hacemos concebir una corteza 
de una clase más baja por medio de un brote de raza más noble. Es éste un arte que enmienda a la 
naturaleza –o más bien la cambia- pero el arte mismo es naturaleza. 
William Shakespeare. 
 
 
Taller de injertos y plantas artificiales El mato de tomaco. 
Facultad de Artes y agronomía de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín. 2007. 
 
 
 
 
 
 
Taller de injertos y plantas artificiales El mato de tomaco. 
Facultad de Artes y agronomía de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín. 2007. 
 
 
 
 
 
 
 
Miss Malandra. Técnica mixta sobre cartón. 150 x 400 cms. 2006. 
 
Hoy en día, la base de la subsistencia humana ya no está amenazada por ejércitos feudales sino 
por un modelo industrial arrasador y por un puñado de multinacionales que expolian los recursos 
naturales. La tierra, el agua, los alimentos, las medicinas, las semillas, la biodiversidad, los recursos 
vitales de la naturaleza, se han convertido en mercancías sujetas a las rígidas leyes del mercado. 
Los agricultores, los ciudadanos, los consumidores críticos, y los defensores de la tierra están en la 
primera línea de una lucha de toda la población por defender el territorio, la soberanía alimentaria 
y la justicia social. Esta lucha se alimenta de las múltiples experiencias que, de forma 
descentralizada, están surgiendo en todo el planeta frente a la dictadura del comercio globalizado. 
Experiencias que, a pesar de las dificultades que tienen para sobrevivir, se están dando en todo 
tipo de economías y situaciones construyendo el bien común y las esperanzas para un nuevo 
modelo de sociedad. 
 
 
 
 
 
 
 
Artículo en el periódico La Chiva. Medellín, abril de 2007. 
 
 
Cargamento de tomaco. 300 latas de conserva y etiquetas. Medidas variables. 2015. 
 
Ha medida que avanzaba me sentí interesado en la toxicidad del tomaco. Me preguntaba por los 
peligros de un camino al conocimiento del veneno y de la aún más peligrosa ignorancia; y a las 
peligrosas tentaciones de las adicciones, donde uno no se ha de dejar llevar por los cantos de 
sirena de la autodestrucción. El veneno o pharmakon (griego: veneno, o rey), la droga, es a un 
tiempo embriagante y sanador, medicina y brujería, reactivo químico y color de artista. Es también 
nuestro aliado, y nos habla. El espíritu del tabaco habla de una sociedad enferma, consumida por 
las adicciones que para sí misma ha creado. A veces somos como la palabra navajo chindi: 
fantasmas hambrientos. Cuando Carl Jung visitó a los indios pueblos en los años veinte, el 
caballero indígena con el que conversaba dijo: “vosotros los blancos sois como saltamontes 
hambrientos. Nunca os asentáis. Llegáis, devoráis y os desplazáis a otro campo”. Y dijo: “nosotros 
lo tenemos todo aquí, hemos llegado. Vosotros estáis siempre desasosegados”. 
 
 
 
Hoja de coca. Acrílico sobre lienzo. 165 x 220 cms. 2001. 
 
¿Está nuestra existencia tan atascada en su propio embrutecimiento que ha eliminado la 
capacidad de oír a la voz del mundo natural? Si nuestra cultura está enferma, y casi todos estarán 
de acuerdo, el camino de las plantas y la inteligencia del corazón ofrecen una vía posible y sensata 
a la curación. Este camino no es el del exceso o la mera recreación. Es sobre todo de la muerte. 
Una señora de un grupo desana explicaba al antropólogo Gerardo Reichel Dolmatoff que “beber 
yagé es la muerte”. Nuestros cuerpos son mortales es verdad, pero hay sistemas, leyes, ideologías 
y muros que limitan nuestro potencial de trascender. Las plantas tienen una llave. La muerte es 
tanto metafórica como literal. Algunos venenos de las plantas pueden matarte. Pero no si se usan 
responsablemente. La mayoría benefician el cuerpo de manera física y medicinal. El tipo de 
muerte que traerán esos venenos es el de la muerte del ego y la remisión gradual de una forma de 
vida, de vivir en desarmonía no sólo con las plantas sino con otros humanos también. La disolución 
de los yos fabricados que nos separan de los otros y del mundo natural. 
 
 
 
Cultivo de tomaco en la finca del naturalista Joaquín Araujo en Las Villuercas. Cáceres. 2008. 
 
Nos hemos plantado en este paisaje de armonía y lo hemos visto crecer con alegría. Mirando su 
recorrido en el tiempo imagino el paisaje de nuestros ancestros en Abya Yala y pienso en 
historicidades fronterizas diversas, en tiempos no marcados por la linealidad historicista de 
occidente. Temporalidades cíclicas, espirales, que tienen otra visión del tiempo, como en las 
sabidurías andinas, donde el pasado está adelante, porque es un tiempo vivido y conocido, yel 
futuro está detrás, en la espalda, porque es un tiempo que aún no nace. Recuerdo las palabras del 
anciano guaraní Karai Miri Poty recogidas por Patricio Guerrero Arias: “debemos aprender a ser 
puentes para una nueva existencia”. Es verdad, debemos trabajar comprometidos con la vida en la 
perspectiva de construir un paisaje social, ético, estético, político que nos permita hilar sueños, 
luchas y esperanzas. La existencia y la felicidad como horizontes de nuestro trabajo. Sumak 
Kawsay, el buen vivir, en idioma quechua, que nace de la alegría del corazón. 
 
 
 
 
 
Himno a Gaia. Óleo sobre lienzo. 195 x 315 cm. 2020. 
 
Todos comenzamos a vivir en este mundo con una experiencia de separación: la expulsión del 
útero materno. Antes vino una eternidad de nueve meses de paraíso edénico, donde todas 
nuestras necesidades fueron satisfechas sin esfuerzo. Entonces el paraíso se empezó a constreñir; 
crecimos contra los límites del entorno materno. Finamente este previo Edén –ya no más un 
paraíso– se volvió activamente contra nosotros, expulsándonos finalmente con gran fuerza a un 
mundo completamente extraño. Este viaje es uno de los grandes arquetipos de la psique humana: 
el viaje, la trascendencia y el renacimiento. ¿Cómo termina la historia? Con la vuelta al hogar, un 
retorno a la Unidad pero con un nivel más elevado de consciencia. Para la criatura, toma la forma 
del pecho de la madre. Sí, la reconexión primigenia con la Unidad viene de la experiencia de la 
nutrición. El universo se ha dado la vuelta como un calcetín, pero aún nos alimenta. Todo irá bien. 
 
 
Mare Magnum. Acrílico y vinilo sobre lienzo. 130 x 195 cms. 2019. 
 
En la imagen: Mare Magnum. La visión tumultuosa de un Mediterráneo en convulsiones. En 2017 recibí 
la invitación del IVAM a realizar un proyecto con la única premisa de que tuviera relación con el 
Mediterráneo, ubicación geográfica del museo y parte de su ámbito de investigación. Yo estaba 
leyendo una investigación de Peter Kingsley (un libro titulado En los oscuros lugares del saber) sobre el 
enigmático poema de Parménides, un texto presocrático que sobrevive en parte como el primer texto 
filosófico de Occidente (S. IV a.C.). Kingsley explica que en otras épocas el Mediterráneo era un cruce 
de culturas mucho mas abierto de lo que se cree y que el intercambio de bienes, de personas y sobre 
todo de ideas viajaba de Mesopotamia a Persia, Creta, el Mediterráneo oriental y de ahí a las colonias 
griegas del Mediterráneo occidental. Así las ideas y prácticas de Oriente Medio e incluso Asia central 
aparecían en Occidente. El autor se interesa por el conocimiento de prácticas curativas chamánicas de 
Asia central y sabidurías reveladas no duales de la India, y en un acercamiento radical e iconosclasta a 
Parménides insinúa que el relato filosófico de su Poema se apoya en una sabiduría recibida en la 
oscuridad del sueño directamente de los Dioses a través de una técnica primordial de curación física y 
mental conocida como "incubación". La práctica consistía en hacer que el paciente visitara un templo 
del dios sanador Apolo, o más tarde, Asclepio, donde se acostaría a dormir en un profundo trance - 
descrito por los antiguos en metáforas de la hibernación de un animal - y en ese sueño sagrado , el 
paciente recibiría información en sueños visionarios que conducirían a la curación. Los sacerdotes 
estaban allí para interpretar esos sueños y mediar en la sanación divina para los pacientes. La 
incubación es como un viaje al Inframundo, el oscuro lugar de la sabiduría, y a menudo se hacía en las 
cuevas subterráneas. 
 
 
 
Montaje de la exposición Al borde del mundo. Galeria 6 del IVAM. Enero 2017. 
 
La Galería 6 del IVAM tiene dos niveles. En la parte inferior desarrollé un trabajo de pintura y 
gráfica sobre el Poema de Parménides. La parte superior estaba ocupada por un mural 
colaborativo titulado Posidonia oceánica, que nos sumerge en el mar Mediterráneo. 
 
 
 
 
 
 
Posidonia oceánica (fragmento). Técnica mixta sobre lienzo. 2 x 54 m. 2016-2017. 
 
 
Me imagino como un migrante en un acantilado frente al mar, huyendo del infierno de las guerras 
y contemplando el profundo mar azul. El océano y las olas, metáfora de la consciencia y la forma, 
me permiten abrirme a un mundo en conflicto desde el fundamento del Ser: las olas pasan, el 
océano permanece. Para mí la sabiduría del arte es paradójica, simultánea y no-dual. Consiste en 
una inteligencia holística capaz de contemplar la Unidad a través del naufragio de los trozos rotos, 
y sostener esta visión no-dual, al mismo tiempo que la voz de protesta contra la ignorancia 
destructiva. Cuando vemos más allá de un mundo roto, o del sueño de una identidad herida hacia 
la completitud más allá del ser y el no-ser, eso en sí mismo tienes más poder sanador del que nos 
podemos imaginar. 
 
 
Posidonia oceánica (fragmento). Técnica mixta sobre lienzo. 2 x 54 m. 2016-2017. 
 
Concebido como una obra específica, la planta superior acoge un mural colectivo sobre lienzo, 
realizado en talleres en colaboración con inmigrantes de Sevilla Acoge, con estudiantes de artes de 
la Universidad Politécnica de Valencia, con amigos artistas y con niños y niñas. Esta obra estilo 
libre pinta un fondo acuático que nos sumerge en las praderas submarinas de Posidonia oceanica, 
la planta endémica del Mediterráneo. Con más de 100.000 años de vida, la Posidonia es el 
organismo vivo más longevo del planeta, y es también la piedra angular en la lucha contra la 
contaminación en el Mediterráneo. Sobre este mural colaborativo aportamos elementos visuales 
del paisaje submarino, bandadas de peces, arrecifes de coral, tesoros hundidos, ruinas 
arqueológicas, el dios Neptuno y hasta la Estatua de la Libertad, sumergida en inundaciones por 
efecto del calentamiento global. Hay dibujados pictogramas en homenaje a los 900 migrantes que 
se hundieron frente a las costas de Sicilia y hay sirenas infantiles, estrellas y caballitos de mar. En 
este Mare Magnum las cosas no son lo que parecen y la autoría se disuelve. Uno continua el dibujo 
de otro como en un gran cadáver exquisito. Y pintamos, dibujamos, coloreamos, pintarrajeamos y 
embadurnamos una forma que desborda sus propios límites en un espacio de transformación. 
Saliendo del juego de la perspectiva, y la ilusión figura/fondo, comprendemos que nos pensamos 
la ola mientras somos en realidad el océano. El "yo individual" surge del espacio, la apertura y el 
vasto océano del Ser. El fondo del océano es nuestro fondo y es el fondo mismo del Universo vivo 
que nos ha creado y nos sostiene. 
 
 
 
 
La sombra de la talja. Ilustración digital para el libro Poetas y poesía del Sáhara Occidental. 2020. 
 
 
Me acerco a la orilla africana del Mediterráneo, y al trabajo con ARTifariti, –los Encuentros 
internacionales de arte y derechos humanos del Sáhara Occidental¬. Como sabéis, el Sáhara 
Occidental es la excolonia española y última colonia de África, brutal e ilegalmente ocupada por 
Marruecos. Nos proponemos colaborar en la visibilización del conflicto y en apoyo a los derechos 
humanos del pueblo saharaui. Deseamos trabajar sobre el terreno e interrogarnos por el 
significado de los derechos humanos desde la propia experiencia de las y los saharauis en 
resistencia frente a la opresión y la exclusión. Ahora más que nunca, cuando Marruecos ha violado 
unilateralmente el alto el fuego firmado en 1991 bajo los auspicios de la ONU, y hemos vuelto a la 
guerra. 
 
 
 
 
 
La plenitud del vacío. Acrílico sobre papel. 152 x 204 cms. 2009. 
 
 
Promovido por la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla (AAPSS) y el Ministerio 
de Cultura de la República Árabe Socialista Democrática (RASD), el origen fundacional de ARTifariti 
es un encuentro internacional de artistas por los derechos humanos globales y como una acción 
colectiva experimental contrael Muro de la vergüenza marroquí. Esta berma militar de 2.720 Km. 
es el campo de minas antipersona más extenso del mundo y fractura el territorio y a las familias 
entre la ocupación y el exilio. Esta construcción se extiende a día de hoy como un ofensivo 
monumento al culturicidio y al expolio sistemático perpetrados contra el pueblo saharaui. 
 
La talja de la cultura (fragmento). Acrílico sobre muro. 3 x 17 ms. 
Mural para la fachada del Ministerio de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática. 
Campamento de población Refugiada Saharaui de Rabuni, Argelia. 2013. 
 
L@s artistas saharauis pintan cuadros políticos, épicos y cotidianos, sus poemas son manifiestos 
de incertidumbre, protesta y esperanza, su música es reivindicativa, combativa e inspiradora y el 
cine está comprometido con el esfuerzo revolucionario de su tierra. Su arte es la intifada de una 
nueva vanguardia transformadora. Observamos en ellos una urgencia y una inmediatez tan 
poderosas que a veces pueden desestabilizar nuestra sofisticada mirada occidental. Si bien 
podemos hacer análisis postmodernos, deconstructivos o post-estructuralistas de su obra, ésta es 
sobre todo una indispensable herramienta insurgente, desautomatizadora, decolonial, colectiva y 
sanadora de desarrollo psico-estético, comunicacional y socio-expresivo. Es el grito de sublevación 
de todo un pueblo, en lucha no-violenta por su dignidad como personas, por su tierra, sus raíces y 
su libertad. Muchos de ellos no habían pensado ser artistas, pero en vez de agarrar un fusil, han 
tomado una brocha con pintura, y han visto que pueden, en vez de derramar sangre, embadurnar 
el mundo con colores, mensajes y símbolos. Todo saharaui es artista cuando descubre dentro de sí 
aquello que le permite trascender su condición de exiliado, y reconocerse como ser co-creador, 
capaz de transformar la realidad, dando un sentido a la maktuba (el destino) colectivo. 
 
 
 
Con Fernando Peraita, productor de ARTifariti, frente al mural realizado 
para la tienda de mi amigo Amma. Campamento de Smara, 2011. 
 
En el Sáhara he empezado a vislumbrar el profundo sentido del omnipresente concepto islámico 
de la maktuba saharaui (la suerte, el destino, literalmente: lo escrito). No estamos en control de 
nuestra suerte. Pero esto no significa fatalismo ni resignación. Nuestra libertad reside en hacer 
siempre lo que toca en cada momento, sin preocuparnos del resultado. Nuestro destino individual 
está indisolublemente vinculado al destino colectivo. El saharaui se confía en una fuerza anterior a 
nosotros que nos ha dado la existencia. Todas las personas somos parte de algo más grande y 
estamos unidas por una red inescapable de mutualidad, somos pequeñas hebras del vasto tejido 
de la vida. Cualquier cosa que afecte a uno directamente, afecta a todos indirectamente. Ahí 
residen nuestra felicidad y nuestra responsabilidad. 
 
 
 
 
Taller de melfhat artesanales Anna Lindt. Campamento de Bojador, 2014. 
 
Desde la antigüedad, las mujeres saharauis han gozado de gran reconocimiento en las tribus. Esto se 
basa en la conciencia social de que su trabajo es muy duro y necesario para la vida de la comunidad. La 
educación de las niñas significó un gran énfasis en las tareas que implican la especialización: diferentes 
tipos de tejido de la tela, la construcción de largas tiras de pelo de camello y cabra para la fabricación 
de jaimas y la preparación de alimentos. Las mujeres también eran responsables de transportar el agua 
y la recolección de leña; también se hicieron cargo de las cabras y la leche de las camellas. Desde 
entonces la solidaridad femenina se considera esencial para la transmisión de la cultura saharaui y la 
capacidad de mantener lazos familiares cohesivos. Esta solidaridad entre todas las mujeres, conocida 
como tuiza, incluye a las madres e hijas, primas y hermanas y a todas las mujeres. El espíritu de la tuiza 
hace más fácil para las mujeres saharauis hacer frente colectivamente al trabajo duro o 
completamente nuevo sin perder sus tradiciones y transmitir información vital, discutir las condiciones 
sociales, tomar decisiones colectivas sobre la educación y la participación política, y en última instancia, 
influir en las decisiones de la tribu y, actualmente, en la política de los órganos de gobierno de la 
República Árabe Saharaui Democrática. En la actualidad, la RASD es uno de los pocos, si no el único país 
árabe, donde el derecho a la educación, la salud, el bienestar y la representación popular se centra en 
el logro de la igualdad entre mujeres y hombres 
 
 
 
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Tuiza, las culturas de la jaima. Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid. MNCARS. 2015. 
 
 
En nuestra jaima Tuiza, cosida con melhaft (las coloridas túnicas de las mujeres saharauis) y 
plantada en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid, el espacio está amueblado con la 
austera elegancia del refugio. Colchones, alfombras y los enseres del té, además de equipos 
audiovisuales y conexión a internet, todo limpio y confortablemente ordenado. Todo en el espacio 
es femenino. Las luminosas telas, que ondean suavemente, narran con grandes dibujos un sinuoso 
cuentacuentos de la vida cotidiana en el conflicto: los campamentos de refugiados, el Muro de la 
Vergüenza marroquí, la intifada en la zona ocupada, el expolio de los recursos naturales saharauis, 
además de los elementos tradicionales de la cultura nómada y la vida beduína. En la jaima hemos 
encontrado hospitalidad, refugio y solidaridad compartiendo conversaciones alrededor de la 
ceremonia del té. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tuiza, las culturas de la jaima. Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid. MNCARS. 2015. 
 
 
La jaima es una preciosa obra de arte inspirada en esta forma de hacer, desde la colaboración con 
las artesanas de Bojador que han pintando las melhaft, a la construcción textil ideada por las 
arquitectas Maripi Rodríguez y Charo Escobar, al trabajo de velería en el puerto de Sevilla, el 
apoyo de ARTifariti y la Escuela Saharaui de Artes, y a la programación de actividades en las que 
participan artistas, músicos, poetas, antropólogos o activistas. La iniciativa incluye conversatorios, 
cuentacuentos, conciertos, presentaciones de libros y películas. El público visitante también se 
siente contagiado por la tuiza aportando sus propios talentos y experiencias y tomando el espacio 
hospitalario de la jaima para proponer, compartir, para construir. 
 
 
 
 
 
 
 
Tuiza, las culturas de la jaima. Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid. MNCARS. 2015. 
 
 
La jaima nómada desplegó sus velas en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid, 
sirviendo durante cuatro inolvidables meses como lugar de encuentro para el conocimiento y 
abriendo la cuestión saharaui a un diálogo global en torno a los derechos humanos y la 
descolonialidad. Pero hay que recordar también que la jaima es símbolo de resistencia. El 8 de 
noviembre de 2010, las fuerzas de ocupación desmantelaron la mayor protesta registrada en el 
Sáhara Occidental en su historia. Más de 20.000 saharauis instalados en el Campamento de la 
Dignidad, en la zona desértica de Gdeim Izik, fueron violentamente expulsados por el ejército, la 
policía y la gendarmería. Sus exigencias (el respeto a los derechos sociales, como el acceso al 
trabajo y la vivienda y a sus recursos naturales) fueron, con sus jaimas y pertenencias, aplastadas y 
quemadas. Desde entonces, el régimen alauita ha prohibido a los saharauis plantar sus jaimas en 
el espacio público. La jaima, centro de la vida tradicional en el desierto, se convierte aún más en 
símbolo de resistencia y solidaridad, y vemos como ahora los saharauis las plantan en las azoteas 
urbanas, fuera de la vista de las autoridades, para continuar compartiendo en ellas su vida y su 
lucha cotidiana. 
 
 
 
La piedad saharaui (retrato dela madre coraje Takbar Hadi y su hijo Haidala Mohamed Lemin). 
 Óleo sobre lienzo. 200 x 200 cms. 2017. 
 
 
Con todo este trabajo quiero expresar un modesto pero firme apoyo a un pueblo de gente noble, 
al que he conocido tanto en los campamentos como en las zonas ocupadas y la diáspora, y al que 
veo unánimemente identificado con un legítimo proyecto nacional, representado por su 
movimiento de liberación el Frente POLISARIO y por su estado en el exilio la RASD. Aquí la 
“comunidad indentitaria”, en palabras de Franco Berardi, Bifo, se superpone fielmente a la 
“comunidad deseante” y las tribus ancestrales se han agregado en la umma mayor de la nación. El 
país que anhelan los saharauis no es un proyecto étnico, religioso, ni de filiación, es sobre todo un 
proyecto de la imaginación colectiva y del intelecto general, y ahí radica su fuerza y su belleza. 
 
 
Mapa de la resistencia de El Aaiún. Impresión digital sobre lona. 168 x 229 cm. 2006. 
 
Pero es urgente abrir los ojos a la realidad de la última colonia de África. Que se conozcan las 
dimensiones del sufrimiento saharaui en las zonas ocupadas, que se conozca la perversión de los 
crímenes del Reino de Marruecos y de su macabro majzen, que se sepa de la discriminación de 
ciudadanos considerados de cuarta fila, del terror, el genocidio, los asesinatos, las cárceles 
secretas, fosas comunes, detenciones ilegales, juicios militares a civiles, las violaciones, vejaciones, 
torturas, secuestros y desapariciones forzadas de hombres, mujeres, ancianos y niños. De los 
presos políticos, del pillaje de los recursos naturales, del sembrado de minas, envenenamiento de 
pozos, de la destrucción y apropiación de su identidad y su cultura, del chantaje diplomático, del 
borrado del castellano, la extinción de la talha, de la demolición planificada de su historia, y de la 
continua represión que sufren cada día los saharauis en su tierra. Que miren a los exiliados en los 
campamentos de Tinduf y se den cuenta que detrás de cada número de las escalofriantes 
estadísticas recopiladas por ACNUR hay una persona que nos mira cara a cara interrogándonos, sin 
resentimiento ni resignación. Todas y todos estamos ante el reto de imaginar el futuro: los 
conflictos que vivimos no podrán ser resueltos desde el mismo paradigma que los creó. Como 
decía Albert Einstein “vamos a necesitar una manera substancialmente nueva de pensar para que 
la humanidad sobreviva”. Y ese pensamiento trascendente vendrá inevitablemente acompañado 
con la responsabilidad de algo superior. Superior a mi familia, mi país, mi tribu, mi equipo, mi 
éxito. Una responsabilidad colectiva por toda la humanidad. Para que podamos resolver los 
conflictos a través de la cercanía y la compasión, y no recurriendo al uso de la fuerza y la violencia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MAKE SPACE. Jaima tradicional saharaui creada en colaboración con Pamen Pereira para ARTifariti 2018. 
 
 
 
Vistas de la planta inferior de la exposición Al borde del mundo. Galeria 6 del IVAM. Enero 2017. 
 
Volvemos a la Galería 6 del IVAM. La planta inferior nos inicia en el camino de investigación del 
mítico poema Sobre la naturaleza de Parménides. La sala en negro se abre al interior de una 
caverna; es el inframundo donde se desarrolla la narrativa visionaria del poema. Como 
intervención in situ, las paredes están pintadas con un fondo negro, a modo de cueva, sobre el que 
se despliegan lienzos y obra sobre papel de gran formato, y una serie específica de linotipos que 
ilustran el poema presocrático. 
 
 
Sobre la naturaleza. Linotipo sobre papel. 70 x 100 cm. 2018. 
 
Parménides es llevado, transportado al inframundo, impulsado por el poderoso anhelo de la 
verdad en un carro, tirado por yeguas y guiado por las Hijas del Sol, a través de las Moradas de la 
Noche. Todo en el poema es femenino. Los ejes trepidantes de las ruedas silban como flautas. 
 
 
 
 
Las hijas del sol. Técnica mixta sobre papel. 152 x 510 cm. 2017. 
 
 
 
 
 
 
 
Las puertas del día y la noche. Acrílico sobre papel. 152 x 204 cms. 2019. 
 
 
El filósofo alcanza el umbral del tártaro, cerrado por las Puertas del Día y la Noche, custodiadas 
por la diosa Justicia (Diké). Las puertas se elevan hasta el cielo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Sobre la naturaleza. Linotipo sobre papel. 70 x 100 cm. 2018. 
 
 
Las Hijas del Sol se quitan sus velos y susurran bellas palabras al oido de Justicia para que permita 
al filósofo entrar al reino de la Diosa. Los cerrojos se abren, las puertas silban girando en sus 
enormes ejes. Ante él se abre un abismo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
#persephoneia. Acrílico sobre papel. 102 x 152 cms. 2018. 
 
 
Más allá de Justicia (Diké) el filósofo entra en el espacio de Aletheia (la verdad) donde ya no rigen 
las leyes de los mortales. La Diosa sin nombre le da una bienvenida afectuosa ofreciéndole su 
mano derecha y dirigiéndole la palabra: 
 
Oh kourós (joven), acompañado de inmortales cocheras y de yeguas que te traen, al llegar a 
nuestra casa te saludo, puesto que no es el infortunado destino el que te impulsó a andar este 
camino (pues en verdad está fuera del paso de los hombres) sino Temis y Niké. Y veo necesario que 
conozcas todas las cosas, tanto el inquebrantable corazón de la verdad de hermoso círculo, como 
las opiniones de los mortales, para las cuales no hay garantía de verdad. Pero aprende tú no 
obstante también éstas, porque es preciso que todas las cosas aparentes que a través del todo 
penetran todas las cosas existan en el nivel de la opinión. 
 
 
 
 
 
 
Sueño mariposa. Acuarela sobre papel. 21 x 29 cms. 2013. 
 
Ea, pues, yo te diré, y tú acoge mi palabra tras haberla escuchado, cuáles son los únicos caminos 
de investigación que se pueden pensar. El uno, que es y que no es posible que no sea, es el camino 
de la persuasión (pues acompaña a la verdad), y el otro, que no es y que es necesario que no sea, 
camino que te digo está totalmente repleto de ignorancia. Pues ni podrías conocer lo que no es (ya 
que no es posible) ni podrías expresarlo. Pues lo mismo es pensar y ser. Observa sin embargo que 
cosas ausentes están firmemente presentes para la mente. Pues no impedirás al ser de mantenerse 
siendo ni que esté disperso por todas partes a lo ancho del cosmos, ni que esté bien unido. Es igual 
para mí por dónde empezar, pues al mismo punto llegaré de nuevo otra vez. 
 
 
 
 
Autoretrato. Collage digital. 2020. 
 
 
Es necesario decir y pensar que el ser es. Pues es el ser y la nada no es, eso yo te exhorto a pensar. 
A ti te aparto de ese primer camino de investigación y en seguida de aquel que los humanos que 
nada saben pisan, gente de cabeza dividida. Ya que la falta de recursos de sus pechos guía su 
vacilante mente. Ellos marchan sordos y al mismo tiempo ciegos, llenos de estupor, razas sin juicio, 
para quienes el ser y el no ser pasa como lo mismo y no lo mismo, es el camino de muchas vueltas 
de todos. 
 
 
 
 
 
 
 
#todoirámal. Acrílico sobre lienzo. 200 x 300 cms. 2020. 
 
 
 
Sólo nos queda un camino por recorrer. El ser es. E innumerables signos prueban que el ser está 
libre del nacimiento y la muerte. Porque es completo, inmutable y eterno. Nunca fue, nunca será. 
Porque está completamente completo en el ahora. Uno. Interminable. 
Poema de Parménides de Elea. S V a.e.c. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Logos. Acrílico sobre papel. 204 x 304 cms. 2017. 
 
 
Esta serie recoge una comprensión esencial, una verdad sencilla y hermosa: “si queremos crecer, 
convertirnos en verdaderos hombres y mujeres, tenemos que enfrentarnos a la muerte antes de 
morir. Tenemos que descubrir lo que es para poder escabullirnos entre bastidores y desaparecer”. 
(Peter Kingsley, En los oscuros lugares del saber). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La iniciación. Óleo sobre lienzo. 315 x 195 cms. 2020. 
 
La última parte de nuestrafábula explora la historia de una religión sin nombre. Se trata de los 
cultos mistéricos de Eleusis, dedicados a las diosas Deméter y su hija Perséfone que se 
mantuvieron desde el 1500 a.C. al S. IV d.C. Para la exposición Perséfone sin velo, que presenté en 
la galería Juana de Aizpuru en 2018, me basé en el Himno homérico a Deméter (S. VII a.C.) como 
hilo conductor. El relato me ha llamado con su belleza y el dolor como rito de iniciación colectiva. 
 
 
 
 
 
 
 
 
La transmisión del rito. Acrílico sobre papel. 102 x 152 cms. 2017. 
 
Los cultos mistéricos de Eleusis eran rituales de fertilidad y ceremonias secretas de iniciación 
donde los participantes tenían una vivencia de la muerte. Las sacerdotisas escenificaban esta 
experiencia en una performance que incluía un relato con elementos teatrales, sonido, fuego y la 
ingestión de una potente poción mágica conocida como kykeon. Se especula que la bebida tenía 
agua, menta y alcaloides como el cornezuelo del centeno, elemento original de la LSD. Los 
participantes llegaban como mistes (los que tienen los ojos cerrados) y vivían esta experiencia 
como su propia salvación tan pronto se produjera su muerte física. El objetivo es que seguirían 
existiendo en el más allá, de manera consciente, y no como una sombra o un espectro. Lo que 
muere es el ego (es decir, esa parte de tu mente que funciona con tu nombre en la vida cotidiana). 
Lo que renace es la dimensión transpersonal, más profunda y universal de la consciencia. Al 
terminar, los iniciados salían como epoptes (los que han visto). 
 
 
 
 
 
La mirada interior. Acuarela sobre papel. 60 x 90 cms. 2020. 
 
Esta nueva visión que adquirían los iniciados podría leerse desde la filosofía perenne, el núcleo 
místico común de las grandes tradiciones espirituales del mundo. Como explica Ken Wilber “los 
hombres y las mujeres poseen al menos tres modos diferentes de conocimiento: el ojo de carne, 
que revela el mundo material, concreto y sensual; el ojo de la mente, que revela el mundo 
simbólico, conceptual y lingüístico; y el ojo de la contemplación, que revela el mundo espiritual, 
trascendental y transpersonal”. Estos no son tres mundos diferentes, sino tres aspectos diferentes 
de nuestro mundo único, revelados por diferentes modos de conocer y percibir. Esta, por 
supuesto, es precisamente la idea detrás de muchas de las grandes obras de arte asiáticas, desde 
los thangkas tibetanos hasta los paisajes zen y la iconografía hindú. Lo mejor de estas obras de 
arte proviene directamente de la mente meditativa. El artista maestro entra en samadhi 
meditativo, o unión contemplativa, y de la unión del sujeto y el objeto, el "sujeto" luego "pinta" el 
"objeto", aunque los tres —pintor, pintura y objeto— son ahora un acto indivisible. (El que no 
puede convertirse en un objeto, no puede pintar ese objeto.) 
 
 
 
 
 
El rapto de Perséfone. Óleo sobre papel. 102 x 152 cms. 2017. 
 
El Himno dice así: 
¡Comienzo por glorificar en mi canto a Deméter, venerable diosa de hermosa cabellera, y a su 
esbelta hija a quien arrebató Hades! Ella cogía flores en un ameno prado: rosas, azafrán, hermosas 
violetas, espadillas, jacintos y aquel narciso que la Tierra produjo tan admirablemente lozano, por 
la voluntad de Zeus, con el fin de engañar a la doncella de cutis de rosa y complacer a Hades. Al 
verlo la joven tendió hacia él ambas manos para apoderarse de aquel hermoso juguete; pero 
entonces se abrió la tierra de anchos caminos en la llanura Nisa, y por la abertura salió el soberano 
Hades, hijo famoso de Cronos, llevado por sus corceles inmortales. Y arrebatándola contra su 
voluntad en carro de oro, se la llevó mientras gritaba y gemía, invocando a su padre, el sumo y 
excelente Crónida Zeus. Pero ninguno de los inmortales ni de los mortales oyó su voz: ni siquiera 
sus compañeras de espléndidas muñecas y tobillos. 
 
 
 
 
 
 
 
Deméter y el poder de las semillas. Acrílico sobre papel. 102 x 152 cms. 2017. 
 
Fue entonces cuando al fin la escuchó su venerable madre; sintió ésta que un agudo dolor le 
traspasaba el corazón, destrozó con las manos la cinta que sujetaba su cabellera inmortal, echóse 
sobre los hombros un manto negruzco y salió presurosa, a la manera de las aves, en busca de su 
hija por la tierra y el mar. Mas ninguno de los dioses ni de los mortales quiso revelarle la verdad; ni 
siquiera se le presentó algún ave que con sus augurios le anunciara algo con certeza. Así anduvo la 
noble Deméter, vagando durante nueve días por la tierra con una antorcha encendida en las 
manos, llena de tristeza; y en ese tiempo no gustó la ambrosía ni el dulce néctar, ni sumergió su 
cuerpo en el baño. 
 
 
 
 
 
La brillante oscuridad. Óleo sobre lienzo. 195 x 195 cms. 2018. 
 
E hizo que sobre la fértil tierra fuese aquel año muy terrible y cruel para los hombres; y el suelo no 
produjo ninguna semilla, pues las escondía Deméter. En vano arrastraron los bueyes muchos 
corvos arados por los campos e inútilmente cayó en abundancia la blanquecina cebada sobre la 
tierra. Y hubiera perecido por completo el linaje de los hombres dotados de palabra por causa del 
hambre feroz, privando a los inmortales del honor de las ofrendas y de los sacrificios, si Zeus no lo 
hubiese notado y considerado en su ánimo. 
 
 
 
 
 
 
Argos. Óleo sobre lienzo. 70 x 100 cms. 2020. 
 
Zeus envía a Hermes a rescatar a la doncella del inframundo. Allí debe enfrentarse a Argos 
Panoptes, Argos “de todos los ojos”, que era un gigante de cien ojos que guardaba los infiernos. 
De hecho era un guardián muy efectivo, pues sólo algunos de sus ojos dormían en cada momento, 
habiendo siempre otros aún despiertos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Argos II. Óleo sobre lienzo. 70 x 100 cms. 2020. 
 
 
Para matar a Argos, Hermes se disfrazó de pastor haciendo que todos los ojos de Argos cayeran 
dormidos con el sonido de la flauta de cañas que inventó (el aulós). Luego lo decapitó con una 
espada en forma de media luna. Según el poeta Michel Hubert, la cantidad de sangre que vertió 
se convertiría en los chorreones de la primera pintura de acción conocida en la historia del arte. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Otromundo. Acrílico sobre lienzo. 200 x 300 cms. 2020. 
 
 
Zeus, el tonante, el de amplias miradas, envió al Érebo a Hermes, el de la áurea varita, para que, 
exhortando a Hades con suaves palabras, sacara a la casta Perséfone de la oscuridad tenebrosa y 
la llevara a la luz, a los dioses, con el fin de que la madre la viera con sus ojos y depusiera la cólera. 
No se rehusó Hermes, sino que al punto abandonó su trono en el Olimpo y bajó veloz a las 
profundidades de la tierra. Allí encontró dentro del palacio al rey Hades, sentado en un alto lecho, 
juntamente con su venerada esposa; y a ésta, muy contrariada por la soledad de su madre, que a 
lo lejos revolvía en su mente algo contrario a los intereses de los bienaventurados dioses. 
 
 
 
 
 
Granada de paz. Acrílico sobre papel. 102 x 152 cms. 2018. 
 
Sonrióse, moviendo las cejas, el rey de los infiernos, Aidoneo, y no desobedeció el mandato del 
soberano Zeus; pues en seguida dio esta orden a Perséfone, la reina de los milagros: “Ve, 
Perséfone, con ánimo y corazón apacibles a encontrar a tu madre, de peplo púrpura oscuro, y no te 
acongojes en demasía. Y cuando tú te encuentres en su reino, serás señora de todas las plantas 
que se cultivan y de cuanto se mueve, y disfrutarás de las mayores honras entre los dioses.” Díjole 
así. Alegróse la prudente Perséfone y en seguida saltó de júbilo; mas él, atrayéndola a sí, le dio a 
comer dolosamente un dulce grano de granada, para que no se quedase por siempre allá, al lado 
de la venerada Deméter, la de peplo púrpura oscuro. 
 
Nota: La granada o Punica granatum originaria de Asia central viajó a la cuenca mediterránea y 
echó raíces profundas. La fruta roja tiene una amplia simbología comoportadora de fertilidad y 
fecundidad, dato que la ciencia contemporánea ha corroborado al comprobar su alto nivel de 
antioxidantes. Tiene propiedades beneficiosas en relación al sistema reproductor, tanto femenino 
como masculino. De hecho, el extracto de granada mejora el orgasmo y la satisfacción sexual 
femenina en mujeres en edad fértil. Quizás por eso en China es costumbre regalar una granada a 
los recién casados para asegurar una descendencia numerosa. 
 
 
 
 
El retorno de Perséfone. Acuarela sobre papel. 30 x 40 cms. 2019. 
 
Acto seguido Aidoneo, enganchó los inmortales corceles a su carro de oro. Subió Perséfone al carro 
y junto a ella subió Hermes poderoso, quien tomó en sus manos las riendas y el látigo y aguijó a los 
caballos hacia el exterior de la casa; y ellos volaron gozosos. Con gran rapidez recorrieron el largo 
camino; ni el mar, ni el agua de los ríos, ni los valles herbosos, ni las cumbres, contuvieron el 
ímpetu de los corceles inmortales; Así Hermes, que los conducía, llegó hasta el sitio en donde 
residía Deméter, la de bella corona, y se detuvo delante del templo perfumado con incienso, y ésta, 
al advertirlo, salió corriendo como una ménade que baja por una montaña cubierta de bosque. 
Perséfone, a su vez, en cuanto vio los bellos ojos de su madre, dejando el carro y los caballos, saltó, 
se puso a correr y echándose a su cuello la abrazó. 
 
 
 
 
 
 
El nacimiento de la primavera. Óleo sobre lienzo, 200 x 300 cms. 
 
¡Ven acá, Deméter! Te llama el tonante Zeus, de amplias miradas, para que vayas a las familias de 
las deidades; prometió darte las honras que quisieras entre los inmortales dioses, y asintió con la 
cabeza a que, en el transcurso del año, tu hija pase un tercio del tiempo en la oscuridad tenebrosa 
y los otros dos contigo y con los demás inmortales. Así dijo que se cumpliría y lo ratificó con un 
movimiento de su cabeza. Mas ve, hija mía, y obedece. No te irrites demasiada e incesantemente 
contra el hijo de Cronos, el de las sombrías nubes, y haz que crezcan rápidamente los frutos de que 
viven los hombres.” Así dijo; y no desobedeció Deméter, la de bella corona, que en seguida hizo 
salir fruto de los fértiles campos. Toda la ancha tierra se cargó de hojas y flores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
El origen de las estaciones. Óleo sobre papel. 102 x 152 cm. 2018. 
 
Entonces la diosa fue a mostrar a los reyes que administran justicia el ministerio de las ceremonias 
sagradas, y les enseñó sus misterios: santas ceremonias que no es lícito descuidar ni escudriñar por 
curiosidad ni revelar, pues la gran reverencia debida a los dioses enmudece la voz. Dichoso, entre 
los hombres terrestres, el que los ha contemplado; pues el no iniciado en estos misterios, el que de 
ellos no participa, jamás gozará de igual suerte que aquél cuando, después de la muerte, descienda 
a la oscuridad tenebrosa. ¡Ea!, ¡tú que posees el pueblo de Eleusis, perfumado por el incienso!; ¡Oh 
venerable que nos haces espléndidos dones y nos traes los frutos a su tiempo, soberana Deméter!; 
¡tú y tu hija, la hermosísima Perséfone!, ¡dadme benévolas una vida agradable como recompensa 
de este canto!. Y yo volveré a acordarme de ti en otro canto. 
Himno homérico a Deméter. S.VII a.C. 
 
 
 
 
 
 
 
Transformatrix. Óleo sobre papel. 102 x 152 cms. 2016. 
 
Esta fábula plantea una hipótesis insólita: la humanidad está buscando de manera inconsciente su 
propio colapso para forzar un salto de conciencia como especie a nivel planetario. Estamos 
viviendo la emergencia de un rito de transición colectivo. Una transformación holística que se hace 
inteligible desde la perspectiva unificadora de la veracidad. Hemos de desenterrar del pasado 
nuestra verdadera historia: que somos hermanos y hermanas, hijos de la Madre Tierra, niños y 
niñas mágicos del árbol de la vida. Y que al mismo tiempo también somos sus defensores, 
protectores y guardianes. 
 
 
 
 
 
 
El nacimiento de la primavera II. Óleo sobre lienzo. 195 x 195 cms. 2017. 
 
En búsqueda de una nueva mitología podríamos partir del término de Thich Nhat hanh “inter-ser”. 
Este concepto permite soltar las rígidas fronteras del yo separado para afirmar que la existencia es 
relacional. Lo que yo soy depende de lo que tú eres. El mundo es parte de mi, al igual que yo soy 
parte del mundo. Lo que le ocurre al mundo, de alguna manera me ocurre a mi. El estado del clima 
político o cultural afecta a las condiciones del clima del planeta. Cuando una cosa cambia, todo lo 
demás cambia también. Las cualidades de un yo (consciencia, acción, propósito, una experiencia 
de ser) no están limitadas a los humanos solamente. Y el resultado de nuestras acciones volverá 
para afectarnos de manera inescapable. El inter-ser ha de convertirse en algo más que un 
concepto filosófico para que las cosas cambien. Ha de ser una forma de ver, una forma de ser, un 
principio estratégico y, sobre todo, una realidad sentida. 
 
 
 
 
 
 
 
Augurios. Acrílico sobre papel. 50 x 75 cm. 2019. 
 
 
Existe la esperanza de que lo que está muriendo es la oruga de la humanidad inmadura 
para que la metamorfosis produzca una emergencia sorprendente. Que lo que sobreviva a 
este proceso de iniciación colectiva será más verdadero, más conectado con el corazón, 
más amplio y cálido, más resistente, generativo e inspirador. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La vasija paradójica. Ilustración digital. 2020. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hermana. Acuarela sobre papel. 40 x 30 cms. 2020. 
 
 
Soy natural de Sevilla, artista e investigador. Entiendo el arte como una práctica libre que abraza la 
sensibilidad, la inteligencia y la acción consciente de la naturaleza. Para mí el arte es una 
experiencia de autodescubrimiento. Estados transformados de pintura es una fábula especulativa 
sobre la distopía global. Recombinando pintura con mitología comparada y contracultura nos 
sumergimos en los orígenes visionarios de nuestra civilización. Busco en ellos valores de sabiduría 
y pertenencia para imaginar un pluriverso ecológicamente sabio, políticamente igualitario y 
socialmente inclusivo. 
 
Instagram: @ficoman 
https://sites.google.com/site/ficoman/home 
 
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