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LA FANTASÍA Y LA PERTENENCIA CARLOS OBREGÓN LA FANTASÍA Y LA PERTENENCIA 1st edición, 2024, Ediciones Universitarias Derechos Reservados © 2024, Carlos Federico Obregón Díaz Diseño y formación: Ricardo Pascoe (Spot-ON) Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o pro- cedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito del autor y/o del editor. Este libro se encuentra disponible tanto en formato digital como en versión impresa en Amazon www.amazon.com [5] ÍNDICE introducción 6 capítulo 1 la plenitud de la pertenencia y los placeres de la individualidad 15 capítulo 2 la fantasía y el carácter representacional del cerebro humano 43 capítulo 3 la magia, la religión, y la fantasía 69 capítulo 4 vivir con fantasía y pertenencia 100 conclusión 119 [6] INTRODUCCIÓN El título de este libro busca destacar la importancia, poco valorada, de la fantasía y la pertenencia en el equilibrio psicobiológico individual, así como en la construcción del arreglo institucional y el sistema con- ceptual social. La supervivencia evolutiva del ser humano requiere que desarrolle su pertenencia con el exterior en tres vías: con los seres que amamos, con la sociedad, y con el universo biológico y material. Sin embargo, la dualidad entre el individuo y el grupo social, y la fragilidad de la pertenencia al mundo biológico y material, en un mundo evolutivamente definido por la competencia por la supervivencia, siempre genera fallas de pertenencia. El argumento central de este libro es el de que la fantasía imaginativa le permite al ser humano imaginar una pertenencia perfecta, aun ante las fallas inminentes de la misma en el mundo real. El amor implica un pro- ceso de idealización, sin el cual amar no es posible. Hay un proceso de idealización imaginativa conceptual de las relaciones sociales entre huma- nos vía la religión, el patriotismo, la hermandad social y otros conceptos. Y la pertenencia con el universo biológico y material también pasa por un proceso de fantasía imaginativa vía la magia, la religión, el misticismo y otros conceptos. Los seres humanos vivimos en un mundo imaginado, psicológicamente representacional, lo cual es una ventaja evolutiva para la supervivencia. Y este manuscrito argumenta que es importante usar nuestra fantasía imaginativa para fomentar la pertenencia, el equilibrio individual psicobiológico adecuado, y una vida social productiva apropia- da. El proceso vital de hacerlo siempre será imperfecto e inacabado, pero esto no le quita su importancia. La diferencia entre la realidad y la fantasía no es tan clara desde el punto de vista del cerebro humano. La realidad psicológica es siempre re- presentacional, o sea basada parcialmente en imágenes cerebrales defini- das por la imaginación humana influenciada por las emociones. De modo tal que la realidad psicológica siempre tiene un contenido de fantasía ima- ginativa, en el sentido de que conlleva elementos que no son explicables solo con la realidad de la naturaleza. Lo que ven dos personas distintas es diferente y depende de la psicobiología de cada uno. Y esta manera de introducción 7 interactuar con el exterior es una característica positiva de supervivencia adquirida a lo largo del proceso evolutivo. La imaginación le da perspectiva interpretativa a la información sen- sorial y tecnológica. La fantasía imaginativa de concebirnos como eternos y universales no es solo un ejercicio fantasioso; sino que es una experien- cia emocional, que nos da pertenencia existencial, y nos auspicia nuestro equilibrio evolutivo psicobiológico tanto social como individual. Cuando nos sentimos parte de las flores, de los pájaros, de la luna, y vibramos con ellos estamos realizando nuestra pertenencia evolutiva. No hay una sola manera de ejercer la imaginación, hay muchas posibles maneras de perte- necer. La fantasía imaginativa involucrada en realizar nuestra pertenencia es un fenómeno poco entendido y subvalorado en la cultura occidental. Los seres humanos tenemos diversas características de supervivencia evolutiva. La primera característica es la de que como muchos otros ani- males tenemos instintos de supervivencia individual como el hambre, el miedo, el sexo y la agresión. La segunda característica es que nacemos con un cerebro no desarrollado que madura en varios años, lo cual es necesario para que el bebé pueda salir del vientre de la madre, pero esto implica que somos incapaces de valernos por nosotros mismos y, como otros animales, requerimos una cuidadora o madre para sobrevivir. La evolución nos dotó de un instinto de pertenencia que vincula a la madre y al bebé, al cual en otros trabajos yo he denominado la primera vía de pertenencia o el amor. El amor es la relación de pertenencia del indivi- duo con aquellos seres cercanos a él, cuyo eje fundamental es la relación emocional entre la madre o cuidadora, y el bebé. La tercera característica evolutiva de supervivencia es que fuimos diseñados como otros animales, para sobrevivir en grupo, de hecho, la madre y el bebé no sobrevivirían por sí solos; de modo que la evolución nos dotó con un instinto social de supervivencia, al cual en otros trabajos yo he denominado la segunda vía de pertenencia, o la significación social, porque la pertenencia al grupo le da significado y sentido social a la vida individual. La cuarta característica es que, como otros animales, necesitamos desarrollar nuestra pertenencia al universo biológico y físico en el cual existimos. Reconocer colores, olores, y otras cualidades, entre ellas las espaciales, del universo que nos circunda es indispensable para nuestra supervivencia. A lo anterior en otros trabajos yo lo he denominado la tercera vía de pertenencia o la significación existencial. Lo que distingue al hombre de otros animales es que las cuatro carac- terísticas de supervivencia evolutiva, o sea los instintos básicos de super- carlos obregón8 vivencia individual y las tres vías de pertenencia, tienen un componente conceptual más abstracto asociado con la noción de un tiempo más exten- dido y con un grupo social más numeroso. El arreglo institucional pragmá- tico de los grupos humanos es más complejo y sofisticado que el de otros animales y se corresponde con un sistema conceptual más abstracto. Así, mientras que la fantasía imaginativa es relevante para la supervivencia de muchos animales, en los seres humanos es aún más importante. La genialidad de Heidegger fue la de comprender la relación única que el ser humano tiene con el tiempo, en cuanto a que es el único ani- mal consciente de su inevitable muerte futura. Heidegger, sin embargo, subestimó la relevancia de la fantasía imaginativa del ser humano que le permite trascender emocionalmente al tiempo, desarrollar sus pertenen- cias, y superar así la potencial ansiedad generada por la consciencia de su inminente muerte individual. El gran dilema de las sociedades y los individuos es el de cómo lograr vivir una vida plena. Este libro argumenta, con bases científicas, que la fantasía imaginativa de la existencia es un elemento fundamental para lograrlo. Los seres humanos vivimos en un mundo representacional de imágenes cerebrales, que guían nuestro proceso evolutivo de superviven- cia y definen la relación del cerebro humano tanto con nuestro propio cuerpo individual como con el mundo exterior. Y la forma representa- cional en la que imaginamos tanto nuestro yo como el mundo exterior, es un determinante crucial de nuestro equilibrio psicobiológico. Dichas imágenes cerebrales, como ya hemos comentado, dependen parcialmen- te de la realidad sensorial-empírica con la que conocemos el exterior y parcialmente de nuestra propia fantasía imaginativa. De modo que las imágenes cerebrales no corresponden unívocamente con la realidad, sino varían según nuestra imaginación. La experiencia humanapuede ser fantástica, plena de placeres indi- viduales, amor, y pertenencia social y existencial, y conducir a una vida larga y tranquila; pero también puede ser la realización de la soledad indi- vidual que conlleva graves depresiones, adicciones, suicidios, agresiones sociales, crimen y muerte prematura. Lograr una vida plena es una meta fundamental de las sociedades e individuos, pero no es fácil lograrlo. Nuestro propósito es este manuscrito es investigar con seriedad científica cual es la contribución de la fantasía imaginativa a lograr dicha meta. Y como veremos su contribución es determinante. La preservación de la existencia humana obedece las leyes evolutivas de la vida en general. La vida para optimizar sus posibilidades de perma- introducción 9 necer en un mundo material cambiante diversifica los más posible el pool genético entre especies e individuos, para incrementar las posibilidades de que, ante cambios inesperados en el universo material, algunas espe- cies e individuos sobrevivan. Somos individuos porque esto diversifica aún más el pool genético. Aquellos que sobrevivan, especies o individuos, deben heredar su pool genético para ir perfeccionando la adaptación de la vida ante el universo material en un momento dado. Por eso nace- mos y nos morimos. Esta relación de la vida con la materia le impone condiciones de existencia a los seres humanos que son en las que nos encontramos. Hay una dualidad existencial entre el individuo y el grupo social, defi- nida por una ambivalencia permanente en la cual el individuo necesita al grupo social para sobrevivir, pero su existencia y vida es de carácter indi- vidual. La evolución le da al individuo instintos necesarios para sobrevi- vir individualmente, el hambre, el miedo, la agresión y el sexo, y también el instinto de pertenencia que se requiere para que se identifique con el grupo social y con su medioambiente biológico y material, a los cuales requiere para su subsistencia. El instinto de pertenencia debe guiar a los otros instintos individuales para permitir la subsistencia del individuo en su entorno. Pero la pertenencia se da en una ambiente evolutivo de com- petencia por la supervivencia entre especies e individuos que se requiere para optimizar las posibilidades de supervivencia de la vida misma, por lo que la pertenencia siempre es un proceso imperfecto e inacabado que siempre implica fallas de pertenencia. Dichas fallas son evolutivamen- te necesarias para garantizar la requerida competencia dinámica entre especies e individuos. El argumento central de este manuscrito es que, para lograr la requerida pertenencia, a pesar de las fallas de pertenencia, la evolución dotó al hombre de la fantasía imaginativa. Ésta, le permite al ser humano identificarse con su entorno social, biológico y material a pesar de las fallas de pertenencia. La fantasía imaginativa guía la pertenencia y desarrolla sistemas con- ceptuales sociales que le ponen condiciones de supervivencia adecuadas a los arreglos institucionales para fomentar la adecuada supervivencia so- cial. De modo que la fantasía imaginativa es un requerimiento evolutivo. Las tres vías de pertenencia se definen a partir de la fantasía imagina- tiva. El amor de la madre al bebé en el cual el bebé aparece maravilloso ante la madre, la pertenencia social incluyendo rituales y símbolos de identificación como la familia, el equipo deportivo, la escuela, el país y muchos otros, la pertenencia existencial con rituales y mitos mágicos, carlos obregón10 fantasioso-religiosos y/o místicos que identifican al ser humano con su entorno biológico y material. Como la pertenencia es imperfecta, y hay fallas de pertenencia, el carácter representacional imaginativo del ser humano es ambivalente. En general está dominado por lo maravilloso y sorprendente de la perte- nencia, por eso nos identificamos con la naturaleza, con el grupo social, con el bebé y con nuestra familia; pero fallas agudas de pertenencia dan lugar a la prevalencia de los instintos individuales de supervivencia y el mundo se nos puede representar dominado por nuestros miedos y temo- res, la agresión y el sexo pueden convertirse en destructores sociales, y el hambre en lugar de guiarnos a establecer una relación productiva con el medioambiente puede definir una batalla de exterminación entre indivi- duos y grupos sociales. A nivel individual Freud entendió las indeseables consecuencias de la insatisfacción de los instintos individuales de supervivencia, de ahí su gran influencia. Todos estamos familiarizados con pesadillas y temores que nos asaltan con frecuencia. El universo material nos recuerda con frecuencia que la pertenencia al mismo es imperfecta, con terremotos, huracanes, sequias, plagas y epidemias como la reciente del Covid. En un mundo de supervivencia competitiva, ni la existencia indivi- dual, ni la del grupo social, ni la de la especie humana, están garantizadas. Esto nos genera temores que se subsanan con una pertenencia imaginada, una pertenencia perfeccionada por la fantasía imaginativa que nos iden- tifica con el universo existencial a través de la magia primaria, la fantasía religiosa, y/ o los mitos, y con el universo social a través de rituales y sím- bolos que perfeccionan la pertenencia del amor y la significación social. La magia primaria ya nos enseña la dualidad del mundo existencial del hombre. La magia primaria es tanto una apología de lo sorprendente y maravilloso de vivir, como es misteriosa e inentendible e involucra temores y miedos relacionados con lo sobrenatural e impredecible. La magia prima- ria, como veremos, a diferencia de la concepción actual de la magia, incluye todos los conocimientos tecnológico y precientíficos que se tienen en la sociedad primaria, pero los integra en un visión cosmogónica universal que vincula la existencia, el tiempo, y los vivos y los muertos. A pesar de lo avanzado de la tecnología y la ciencia actual, las sociedades contempo- ráneas, como discutiremos, aun cuando más diversificadas, continúan do- minadas por una visión mística mágico-religiosa de la existencia humana. Sin esta fantasía imaginativa existencial, social, y del amor, las sociedades humanas, tanto tradicionales como occidentales, son inconcebibles. introducción 11 Que los seres humanos vivamos en un mundo psicológicamente re- presentacional es una ventaja evolutiva para la supervivencia. Y es impor- tante usar nuestra fantasía imaginativa para fomentar la pertenencia, el equilibrio individual psicobiológico adecuado, y una vida social producti- va apropiada. El proceso siempre será imperfecto e inacabado, pero esto no le quita su importancia. El primer capítulo versa sobre la plenitud de la pertenencia y los pla- ceres de la individualidad. Este capítulo desarrolla los fundamentos cien- tíficos de las tres vías de pertenencia, y establece con claridad que sin la guía de la pertenencia no es posible tener una satisfacción adecuada de los instintos de supervivencia. Se señala que los beneficios psicobioló- gicos y sociales que se obtienen de desarrollar con fantasía imaginativa una visión de la realidad son fundamentales, tanto para el desarrollo de las tres vías de pertenencia, como para la satisfacción de los instintos de supervivencia. La pertenencia se da en un contexto evolutivo de fricción y competencia por la supervivencia, entre individuos, grupos sociales y especies; así que la pertenencia es siempre un proceso inacabado que implica fallas. Ante las fallas de pertenencia los instintos de supervivencia predominan, y la agresión se vuelve el determinante de la relación entre individuos y grupos sociales, lo que lleva a un proceso social destructivo de las instituciones y formas de vida establecidas. Las fallas de perte- nencia tienen el objetivo evolutivo de mantener a las sociedades y a los individuos competitivos. Sin embargo, la agresión también tiene costos evolutivamente innecesarios e inadecuados.La destrucción inapropiada del medioambiente es un ejemplo. Pero aun a nivel social, se dan casos de sociedades que nunca se recuperan adecuadamente de sus procesos des- tructivos internos producto de fallas de pertenencia. El establecer la per- tenencia social apropiada para guiar a los instintos de supervivencia, sin perder el dinamismo social que implican las fallas de pertenencia es uno de los desafíos más importantes de las ciencias sociales contemporáneas. A nivel psicológico el hecho de que no existe una solución esencial para la pertenencia capaz de ser entendida e implementada por la razón humana implica que la pertenencia tiene siempre una centralidad emocional. La fantasía imaginativa le permite al ser humano imaginar una pertenencia perfecta aun ante las fallas inminentes de la misma en el mundo real. A los seres que amamos los miramos distinto a lo que realmente son, los idealizamos. Lo cual no quiere decir que ante condiciones extremas no reconozcamos la realidad de los seres amados. Pero el amor implica un proceso de idealización sin el cual el amor no es posible. La contraparte carlos obregón12 conceptual racional de la centralidad emocional del amor es la idealiza- ción de éste mediante la fantasía imaginativa. Lo mismo sucede con la sig- nificación social. Hay un proceso de idealización imaginativa conceptual de las relaciones sociales entre humanos vía el patriotismo, la hermandad social y otros conceptos. Y la significación existencial también pasa por un proceso de fantasía imaginativa vía la magia, la religión, el misticismo y otros conceptos. El segundo capítulo trata sobre la fantasía y el carácter representacio- nal del cerebro humano. El principal propósito es el de explicar cuál es el papel de la fantasía imaginativa en el equilibrio psicobiológico del cerebro humano. El capítulo consta de cuatro secciones. La primera explica cómo conoce el cerebro humano el exterior y cuál es el papel de las emociones y de la imaginación en este proceso. La segunda sección discute el come- tido evolutivo de los sentimientos y cuál es el rol de la conciencia en la formación de emociones en el ser humano. La tercera sección se dedica a analizar la literatura sobre el carácter representacional de la realidad psicológica en el cerebro humano, y como se influye por, y a su vez es de- terminante del equilibrio psicobiológico. En la construcción de la realidad psicológica representacional de la mente humana, tanto colectiva como individual, las emociones, y particularmente la fantasía imaginativa, tie- nen un papel fundamental. El carácter representacional de la realidad psicológica no significa que la realidad en sí misma no exista y no tenga relevancia. Pero esta realidad en sí misma tanto interna como externa al sujeto sólo puede ser interpretada a través de un sistema conceptual cognitivo representacional afectivo que permita ordenar la información y darle sentido. De modo que la realidad psicológica del sujeto siempre es representacional y está sustentada en la base afectiva-emocional que provee la pertenencia. La cuarta y última sección presenta una breve nota introductoria sobre la relación entre la fantasía imaginativa, la perte- nencia, y el equilibrio psicobiológico. Relación que se explora con mayor detenimiento en el capítulo cuatro. El tercer capítulo está dedicado a la magia, la religión, y la fantasía. El propósito de este capítulo es entender el papel de la fantasía imaginativa en la formación de la realidad representacional afectiva de la sociedad, el sistema conceptual social, que define la tres vías de pertenencia. La primera sección define el sistema conceptual de las sociedades primarias, la magia primaria, y la distingue del concepto actual de la misma que la concibe como algo irreal y/o demoniaco. La magia primaria, en contra- posición a la concepción actual de la magia, incluye no solo la fantasía introducción 13 imaginativa, sino también todos los conocimientos científicos y tecnoló- gicos que se poseen. La segunda sección explica como la herencia de la magia primaria influye decisivamente en los distintos esencialismos que conformaron las visiones ontológicas, epistemológicas y religiosas tanto de las sociedades tradicionales como de las sociedades occidentales. El capítulo concluye que, en las sociedades contemporáneas, tanto tradicio- nales como occidentales, aun hoy en día, hay muchas conductas que son una herencia directa de la magia primaria. En particular se señala que las sociedades contemporáneas no serían concebibles sin los elementos fantasioso-religiosos y místicos que son una herencia directa de la magia primaria. El cuarto capítulo se dedica al tema de vivir con fantasía y perte- nencia. El propósito de este capítulo es el de discutir como contribuye la fantasía imaginativa al adecuado desarrollo de nuestras pertenencias evolutivas y al desenvolvimiento de una vida individual y social plena. A nivel individual la fantasía imaginativa provee la flexibilidad psicológi- ca representacional para adaptarse adecuadamente al exterior; cualidad necesaria para mantener la salud mental, desarrollar una actitud positiva ante la vida y la existencia, y crear una adecuada pertenencia. De modo que, a nivel individual, se concluye, hay grandes beneficios de desarrollar con fantasía imaginativa una visión de la realidad. A nivel social, las so- ciedades necesitan visiones imaginativas emocionales para poder satisfa- cer adecuadamente las tres vías de pertenencia. El amor no es concebible sin fantasía imaginativa, la cual le da un carácter representacional único y especial a los seres amados. La significación social siempre involucra una fantasía imaginativa del grupo social que le da cohesión y sentido de pertenencia. La significación existencial siempre lleva consigo visiones imaginativas, ya sean mágicas, religiosas, y/o místicas, de la relación de pertenencia del hombre con el universo biológico y material. Aun la sa- tisfacción de los instintos individuales de supervivencia se da en un con- texto social influido por fantasía imaginativa. El hambre se transforma en arte culinario, el miedo en tabúes sociales, los sueños en mitología, y el sexo en formas culturales de satisfacerlo. No hay ni sexo, ni miedo, ni sueños, ni comida, que no involucren parcialmente a la fantasía imagina- tiva de la realidad. De modo que la satisfacción de los instintos básicos de supervivencia también puede beneficiarse grandemente del desarrollo adecuado de la fantasía imaginativa. En la primera sección, precisamos, al nivel individual, gráficamente cual es la relación entre las emociones, los sentimientos, la pertenencia, y la fantasía imaginativa. En la segunda carlos obregón14 sección, también al nivel individual, señalamos algunos métodos para po- der desarrollar una fantasía imaginativa y una pertenencia adecuada. En la tercera sección, discutimos, al nivel social, el papel de la fantasía imagi- nativa y de la pertenencia, y cuáles son las condiciones instituciónales y conceptuales adecuadas para una vida social plena. Y finalmente en la conclusión de esta manuscrito presentamos un bre- ve resumen de los principales propuestas que este manuscrito contiene. [15] CAPÍTULO 1 LA PLENITUD DE LA PERTENENCIA Y LOS PLACERES DE LA INDIVIDUALIDAD Los seres humanos estamos insertos en el gran proceso de la existencia, dominado en primera instancia por la expansión del universo material y en segunda instancia por la evolución de la vida; para vivir con plenitud, necesitamos desarrollar nuestra pertenencia a este gran proceso de la exis- tencia. La pertenencia es la identificación con el exterior, en este caso el universo existencial, producto del desarrollo de nuestro potencial evolutivo de relacionamiento con el mismo. La dualidad existencial del individuo se presenta entre sus instintos de supervivencia, diseñados para preservar su vida individual y los goces personales que ello conlleva,y el desarrollo de su pertenencia al universo social, biológico y material que lo circunda. La pertenencia es indispensable para la supervivencia individual, de modo que en general los instintos de supervivencia son guiados por la pertenencia y se crea un ciclo virtuoso. Entre más desarrollada esté la pertenencia, mejor se satisfacen los instintos de supervivencia y mayores los goces personales que dicha satisfacción conlleva. Sin embargo, hay necesariamente fallas de la pertenencia, y cuando esta última no guía adecuadamente a los instintos de supervivencia, la agresión individual se convierte en el organizador de las relaciones entre los seres humanos. Dicha agresión es destructora de la vida social y familiar. La destrucción, sin embargo, conlleva la posibilidad de renovar a la sociedad y mantenerla alerta y competitiva. El diseño evolutivo implica necesariamente tensión inherente entre: a) la realidad del individuo, enfrentado con su propio proceso de enve- jecimiento y muerte, su necesidad de sobrevivir y la búsqueda de sus goces personales, y b) la realidad social inserta en el gran proceso de la existencia material y biológica. El proceso de supervivencia de la raza humana implica una adecuada pertenencia del individuo y la sociedad al universo material y biológico, que yo he denominado en otros trabajos la tercera vía de pertenencia o la pertenencia existencial. Implica además la apropiada pertenencia del individuo al grupo social, lo que he denominado la segunda vía de per- tenencia o la significación social, porque el grupo social le da significado carlos obregón16 a la vida individual. Y por último implica la pertenencia cierta del indivi- duo al pequeño circulo social inmediato que lo rodea, particularmente la madre o cuidadora, que yo he denominado en otros trabajos la primera vía de pertenencia o el amor. Pero la pertenencia se da en un proceso evolutivo que requiere la fric- ción inherente al propio proceso de buscar la supervivencia. La vida misma en busca de su supervivencia en un mundo material cambiante está en un proceso continuo de adaptación y cambio, para ello la evolución diversifica los más posible a la vida en distintas especies, y en cada especie en diferentes individuos, lo que optimiza la diversidad del pool genético y maximiza las posibilidades de supervivencia de la vida. Pero este proceso implica, en cada momento dado de la evolución, la supervivencia de los más adaptados y que perezcan los menos adaptados, lo que requiere necesariamente la com- petencia constante por sobrevivir entre distintas especies e individuos. Así los seres humanos, por un lado, en busca de la supervivencia requieren de desarrollar las tres vías de pertenencia mencionadas, pero por el otro com- piten entre sí por sobrevivir. De modo que hay fricción y competencia entre individuos al interior de su grupo social y entre grupos sociales. Y hay fric- ción y competencia con otras especies que constituyen el universo biológico. En el caso de la primera vía de pertenencia, el amor, el bebé viene preparado con un instinto de pertenencia y también con sus instintos de supervivencia. El bebé muerde el pezón de la madre y exige el alimen- to, a la vez que atrae a la madre con gestos y caras dulces y tiernas. La relación de supervivencia entre la madre y el infante es complicada. En embarazos difíciles, donde se tiene que elegir la vida de uno de los dos, normalmente se elige la de la madre, pero no siempre. Y en la medida que el bebé crece y se convierte en niño, adolescente, y adulto, sus propios instintos de supervivencia lo diferencian claramente de la madre. Y se genera fricción y competencia entre ambos por la supervivencia. En la medida que el instinto de pertenencia del amor guía los instintos de su- pervivencia, la relación madre o cuidadora e hijo se da con relativa armo- nía. Pero no siempre sucede así. Hay fallas de pertenencia. Hay madres violentadas físicamente por sus hijos, e hijos por sus madres. En el caso de la segunda vía de pertenencia, la necesidad del indivi- duo de su pertenencia al grupo social hace que tenga que desarrollar su significación social. Pero hay fricción y competencia entre los individuos que pertenecen a un grupo social. Y cuando no existe pertenencia común entre dos grupos sociales distintos, la agresión y la competencia dominan plenamente la relación. capítulo 1 17 En lo que se refiere a la tercera vía de pertenencia, la supervivencia individual y social requiere de desarrollar la pertenencia existencial con el universo biológico y material, pero no siempre se logra adecuadamen- te. Hay competencia entre individuos, grupos sociales, y especies por el aprovechamiento de los recursos biológicos y materiales disponibles. Ade- más, la materia tiene su propia lógica, y esta no implica necesariamente la supervivencias de la vida. La vida tiene que adaptarse a la materia y no la materia a la vida. Los cambios materiales se dan independientemente de sus consecuencias para la vida. De modo que aun cuando la evolución diseñó a la vida para adaptarse y pertenecer a la materia, dicha pertenencia también tiene fallas que llevan a la desaparición de especies, y, por qué no, quizás en algún futuro, podrían llevar a la desaparición de la vida misma. Ya que la adaptación de la vida al universo material requiere la fric- ción y la competencia entre especies e individuos, la pertenencia siempre es un proceso inacabado. Un proceso necesario para la subsistencia, pero que siempre tiene fallas. El proceso de construcción y destrucción de grupos sociales y de sus formas de adaptación al universo biológico y material que los circunda es un proceso competitivo que nunca se termi- na. La pertenencia social del individuo siempre es imperfecta, reflejando la tensión inherente entre sus instintos individuales de supervivencia y su necesidad de desarrollar las tres vías de pertenencia para poder sobrevi- vir. Lo anterior implica que no hay una solución “racional” óptima para el desarrollo de las tres vías de pertenencia. No hay una solución “esen- cial” para ejercer la pertenencia que pueda ser descubierta por la razón humana. La pertenencia tiene necesariamente una base emocional diri- gida parcialmente por sentimientos, que son una herencia de billones de años de evolución. Las emociones permiten preseleccionar cuales “cues” ambientales son necesarios para la supervivencia y guían el almacena- miento inicial de imágenes. Y dado que los seres humanos están dotados de un lenguaje más sofisticado, que les permite mayores combinatorias de imágenes cerebrales y la creación de categorías más abstractas, las emo- ciones, junto con la fantasía imaginativa, genera imágenes emotivas con- ceptuales de la realidad que le dan un sentido imaginado de perfección a una pertenencia que es de suyo imperfecta. De este modo aun cuando la pertenencia nunca se logre plenamente, y siempre conlleve fallas, la fantasía imaginativa le permite al hombre la ilusión de plena pertenencia, lo cual lleva toda clase de beneficios neuro-psicobiológicos. Este capítulo discute en la primera sección los instintos de superviven- cia explorados ampliamente por Freud, Lorenz, y otros. Y en la segunda carlos obregón18 sección presenta las tres vías de pertenencia. Finalmente, en la conclusión se resume cual es la relación entre la plenitud de la pertenencia y los pla- ceres de la individualidad. los instintos de supervivencia La agresión, el miedo, el hambre y el sexo son instintos básicos que permi- ten la supervivencia del individuo. La importancia de los instintos básicos en la supervivencia ha quedado demostrada en los trabajos de etología de Lorenz1. La agresión se requiere tanto para la defensa individual, como para atacar y obtener alimento y sexo, y promueve la supervivencia de los más adaptados. El miedo es un instinto necesario para sobrevivir en un entorno desconocido. El instinto sexual garantiza la reproducción. Elhambre orienta al individuo a la obtención de los nutrientes necesarios para la supervivencia. Como animales, fuimos creados para ser nómadas y movernos para satisfacer nuestro instinto de hambre. Competir por la comida con otros animales garantiza un movimiento adecuado y un ayuno regular. Tanto el movimiento como el ayuno se han asociado con una salud adecuada y un desarrollo cerebral apropiado. Freud fue el primero en llamar la atención sobre las consecuencias psi- cológicas de una satisfacción inadecuada de nuestros instintos de super- vivencia. Los escritos de Freud fueron un gran desafío a la concepción filosófica del hombre libre. La neurosis para Freud se produce por el con- flicto entre los instintos de supervivencia del ser humano y las restricciones conductuales impuestas por la sociedad. El psicoanálisis ha tenido éxito en el tratamiento de la neurosis y todavía hoy tiene muchos seguidores. Freud ha sido duramente criticado por convertirnos en esclavos de nuestros instintos de supervivencia de herencia animal. La psicología esta- dounidense contemporánea sostiene que los enfermos mentales que estu- dió Freud no representan adecuadamente a seres “normales”. La psicolo- gía cognitiva ha demostrado la capacidad del ego para imaginar, aprender y cambiar la conducta. El ego de los seres normales no es el ego vacío de Freud, ni siempre puede ser manipulado como argumentaba Skinner. Bandura y otros han demostrado empíricamente que el ego sólo puede manipularse para una gama limitada de conductas. La evidencia en tér- minos de flexibilidad del ego y su capacidad de aprendizaje es sólida e in- 1 Lorenz, Konrad, On Aggression, New York, Harcourt, Brace and World, 1996. capítulo 1 19 cuestionable. Y, desde el punto de vista evolutivo, es de esperarse la flexi- bilidad del ego, porque es una característica evolutiva de la supervivencia. Sin embargo, algunas de las propuestas centrales de Freud se mantie- nen como relevantes. Las fallas en la pertenencia conducen al predominio de los instintos de supervivencia en cuanto a definir el comportamiento. Cuando el individuo no está adecuadamente socializado, se presenta el conflicto freudiano entre la satisfacción de sus instintos de supervivencia y las restricciones del comportamiento social impuestas por la sociedad. En estos casos, el comportamiento de dichos individuos se vuelve rígido, predecible y altamente manipulable desde el exterior. Darwin fue una gran influencia en el desarrollo del pensamiento de Freud; quien no solo lo leyó y escribió expresamente su admiración, sino que además estudio zoología con varios darwinistas. Darwin había seña- lado que todos los animales tenían un instinto de preservación que incluía tanto la pelea por sobrevivir como la inclinación a reproducirse. La se- lección natural darwiniana por la capacidad sexual de reproducirse está detrás de los principales conceptos de Freud tales como el ello, el libido y las etapas psicosexuales. Para Freud la naturaleza animal del hombre es el origen de las raíces inconscientes de la conducta humana. El ego es de alguna manera el sirviente de fuerzas inconscientes e incontrolables de la mente. Freud se vuelve ateo porque piensa que la religión tiende a suprimir las fuerzas naturales de supervivencia evolutiva como el sexo. Y para él son estas fuerzas moralistas represivas las que causan la neurosis. Para Freud, Darwin habiendo demostrado el origen animal del hombre abre las puertas para poder explicar su conducta en términos científicos, y para dejar de lado la espiritualidad y la moral racional como normas explicativas de la misma. El hombre para Freud vive en una lucha permanente entre el ello, que representa los instintos de sexo (vida) y agresión (muerte), y el superego, que representa las restricciones sociales2. El ego para Freud es sólo un intermediario en la batalla. La ansiedad neurótica en Freud es el miedo a que los instintos se salgan de control y ocasionen que la persona haga algo por lo que será reprimida nuevamente. La neurosis para Freud es la consecuencia de la frustración en la satisfacción de los instintos constitu- cionales de supervivencia. Para Freud, eventos importantes de insatisfac- ción o violación de dichos instintos tienden a ser negados, falsificados o distorsionados por mecanismos de defensa que operan inconscientemen- 2 Freud, S. (1953-1974), The Standard Edition of the Complete Psychological Works, Stracherey J. (ed.), London, Hogarth. carlos obregón20 te. El hombre es asaltado con frecuencia por estas imágenes del incons- ciente que le van formando su personalidad y le ocasionan fobias, mie- dos, pesadillas, neurosis y desequilibrio emocional. Para Freud el trauma está frecuentemente relacionado con eventos de la niñez o juventud, y de especial importancia son las experiencias relativas a la sexualidad. La neurosis está particularmente relacionada con la etapa de Edipo, de tres a cinco años, en la cual el niño inicia su diferenciación de otros y comienza a jugar con sus genitales. La teoría de Freud no ha podido ser comproba- da empíricamente, pero a pesar de ello ha sido de gran influencia. Freud construye su teoría en base a su experiencia con enfermos men- tales con desequilibrios emocionales, en los cuales la agresión y el sexo con frecuencia se encuentran fuera de control, esto lleva a Freud a una visión sesgada del hombre. Hoy en día hay consenso en que los instintos autónomos de agresión y sexo que Freud propuso no son comprobables empíricamente. En cuanto al instinto de agresión, este ha sido verificado en estudios que muestran que los niños nacen agresivos, pero también se muestra en estos mismos estudios que la agresión se desaprende como consecuencia de la experiencia familiar y social3. En cuanto al instinto del sexo, hoy en día el psicoanálisis continúa siendo exitoso en el tratamiento de la neurosis, la cual sí tiene su origen en frustraciones psicosexuales relacionadas con las etapas de desarrollo sexual. Pero las etapas de de- sarrollo sexual no son tan rígidas y definidas como Freud pensaba, sino que dependen de factores genéticos y culturales. Y la neurosis no se pre- senta en todos los casos: hay muchos niños que se desarrollan en forma normal porque aprenden familiar y socialmente a manejar adecuadamen- te su desarrollo sexual. En cuanto al inconsciente propuesto por Freud, hay actualmente una gran evidencia acumulada en el sentido de que la conciencia es de hecho sólo una parte pequeña de la actividad mental y de la importancia del inconsciente4, sin embargo, la concepción que ha ido emergiendo del inconsciente difiere de aquél definido por Freud. Para él el inconsciente es consecuencia de la defensa de la frustración de los instintos autónomos de agresión y sexo, mientras que actualmente el inconsciente se aprecia que puede tener características muy diversas en distintas personas. Para Rogers, por ejemplo, el inconsciente no está necesariamente dominado por traumas de la infancia, la represión puede evitarse cuando los individuos reciben la adecuada recompensa psico- 3 Fonagy, (2004), “Early life trauma and the psychogenesis and prevention of violence”, Ann NY Acad Sci, Vol. 1036, pp. 181-200. 4 Kihlstrom, JF (1987), “The cognitive unconscious”, Science, Vol. 237, pp. 1445-1452. capítulo 1 21 lógica de los padres. Mientras que, para Bowlby, niños que crecen con personalidades seguras no presentan la represión freudiana. En general, hoy se admite que el inconsciente no está necesariamente dominado por la represión de los instintos autónomos de Freud. La psiquiatría y psicología contemporáneas han demostrado empírica- mente que los instintos del sexo y la agresión no son autónomos, sino que se orientan y determinan en la interacción con el medioambiente. La limi- tación más importante de Freud fue la de no comprender la importancia del medioambiente en la formación del ego, el cual aprende, se forma y responde entonces ante estímulosexternos diferencialmente en distintos individuos; así que el inconsciente de diversos individuos tiene caracte- rísticas diversas. El ser humano no está condenado al conflicto freudiano. A pesar de lo anterior Freud tuvo grandes contribuciones: 1) Destacó la importancia de los instintos de supervivencia – los cuales, aun no siendo autónomos, no dejan de ser relevantes; y si no son orientados apropiada- mente, sí producen la frustración freudiana; 2) señaló la importancia del inconsciente, el cual no necesariamente tiene las características que Freud señaló – pero tiene de todos modos gran relevancia. La obra de Freud ha tenido en este tema gran influencia, inspiró por ejemplo las pinturas de Sal- vador Dalí y las películas de terror de Alfred Hitchcock; 3) enfatizó el hecho de que la individualidad y los instintos de supervivencia que ésta requiere siempre crean fricción con el grupo familiar y social al que se pertenece. Y aun cuando dicha fricción en general pueda ser manejable bajo la guía de la pertenencia, lo cierto es que cuando la pertenencia no orienta adecuadamen- te a los instintos de supervivencia individual se produce frustración psicoló- gica. La naturaleza del hombre no es la que Freud propuso, pero sin duda este autor destacó una parte importante de la misma, y su contribución ha tenido tanta relevancia que aun hoy en día es sujeto de mención y discusión. las tres vías de la pertenencia El cerebro de un bebé recién nacido aún no está completamente desa- rrollado y el bebé no es apto para sobrevivir. La supervivencia de los bebés requiere un proveedor de atención, por tanto, la primera relación de pertenencia es con la madre o cuidadora. La relación de pertenencia a quienes están cerca de nosotros, la he llamado “amor” en obras anterio- res; y ha sido explorada empíricamente extensamente por la psicología carlos obregón22 del apego5. Pero la madre y el bebé, a su vez, no están hechos evoluti- vamente para sobrevivir por sí solos, la madre necesita la protección de un grupo social para poder dedicar el tiempo necesario a cuidar al bebé y no sucumbir a otros depredadores animales o humanos. Ya nuestros antecesor común con el chimpancé era un ser social, y lo que distinguió a los homínidos de dicho antecesor fue precisamente la ampliación del grupo social gracias al descubrimiento de la tecnología de la roca. Evo- lutivamente hemos sido diseñados como seres sociales. A la segunda relación de pertenencia con el grupo social la he denominado “significa- ción social”, porque la pertenencia al grupo social le da “significado” a la vida individual, el individuo a través de su relación con el grupo social adquiere un significado social que le da pertenencia. La significación so- cial ha sido documentada empíricamente por la sociología, la psicología social y otras escuelas de psicología. Finalmente, como cualquier forma de vida, y como requisito de supervivencia, los humanos están prepara- dos evolutivamente para interactuar con el mundo material y biológico que los rodea. A esta tercera relación de pertenencia la he denominado “significación existencial”. La significación existencial le da significado al individuo en el universo existencial a través de sistemas conceptuales como la magia primaria y las religiones. La significación existencial ha sido mostrada empíricamente por la medicina y la psicología budista. La primera vía de pertenencia: el amor Bowlby estudió en la tradición freudiana, pero cuando estaba estudian- do estaban sucediendo varias desarrollos intelectuales importantes6. Los 5 Obregon, C. The Philosophy of Belonging, 2021. Amazon.com. Disponible en Research gate.net. 6 Bowlby, J. (1969) Attachment and Loss, Vol. 1. Attachment. New York: Basic Books. _______ (1973) Attachment and Loss, Vol. 2. Separation and Anger, New York, Basic Books. _______ (1980) Attachment and Loss, Vol. 3 Sadness and Depression, New York, Basic Books. _______ (1988), A Secure Base: Parent-child Attachment and Healthy Human Development, New York, Basic Books. _______ (1988a.), “Developmental psychiatry comes of age”, American Journal of Psychiatry, Vol. 145, pp. 1-10. _______ (1988b), A Secure Base. Clinical Applications of Attachment Theory, London, Routledge. Bowlby J., K. Figlio and R. Young (1990), “An interview with John Bowlby on the origins and reception of His Work, Free Associations, no. 21, pp. 36-64. La literatura mencionada en esta sección y las dos siguientes que no ha sido directamente citada se encuentra en Obregon, C., The Philosophy of Belonging, op. cit. capítulo 1 23 seguidores de Freud habían modificado su pensamiento, argumentando que existía un yo – un ego – que desempeña un papel clave en el com- portamiento humano, Piaget había demostrado cómo la conciencia del bebé se desarrolla a partir de su interacción con el entorno, y Lorenz había desarrollado sus experimentos de apego con gansos. Bowlby, uti- lizando todos estos elementos, desarrolla la psicología del apego, que he rebautizado como psicología de la pertenencia, porque el apego en los humanos, a diferencia de animales más simples como los pájaros, implica emociones. Para Bowlby, el apego es un imperativo biológico de la evolución. El infante tiene instintos que lo guían a encontrar una figura a la cual ape- garse, busca asegurar la disponibilidad continua de su cuidador. Bowlby propuso que la forma en que los padres tratan a los niños es fundamental para explicar su desarrollo psicológico. Bowlby utilizó un modelo de tra- bajo interno, adoptado de los primeros trabajos en inteligencia artificial; que, a diferencia del esquema mental de Piaget, tiene un contenido emo- cional. Así, el modelo de funcionamiento interno que forma el infante depende de la interacción emocional con sus padres –especialmente la madre–; y es este modelo el que determina la manera en que el niño procesa el mundo que lo rodea. El modelo de trabajo interno de Bowlby sería verificado empíricamente por Ainsworth y Main. Para Bowlby la pertenencia, el apego en sus palabras, también es crucial en el desarrollo psicológico de los adultos; esta propuesta sería verificada empíricamente por Fonagy. Mary Ainsworth, que colaboró con Bowlby, ha demostrado empírica- mente que el modelo de funcionamiento interno de los bebés varía depen- diendo de la calidad de la relación emocional con la madre o cuidadora. Sus experimentos llevaron a la conclusión de que la calidad de la comuni- cación preverbal entre madre e hijo define cuán segura es la personalidad del niño. Ella construyó el experimento de la “situación extraña”, en el que la madre abandona temporalmente al niño en una habitación extraña con una persona desconocida y se observa la conducta del niño, así como sus rasgos fisiológicos. Este experimento clasificó a los niños, según su respuesta conductual, en tres categorías: niños seguros, niños evasivos y niños ambivalentes. Los niños seguros actúan estables en su conducta a pesar del abandono de la madre y sus rasgos fisiológicos también son estables, lo que implica que el abandono temporal de la madre no los perturba Los niños evasivos pretenden que el abandono de la madre no los afecta, y también muestran una conducta estable, pero sus rasgos fi- carlos obregón24 siológicos se alteran reflejando su nerviosismo por el abandono temporal de la madre. Los niños ambivalentes alteran drásticamente su conducta y se muestran nerviosos y alterados, lo cual también se refleja en sus datos fisiológicos. Mientras que las madres de niños seguros establecen una comunicación contingente y colaboradora, las madres de niños inseguros fallan en establecerla apropiadamente. Los niños inseguros optimizan, en la medida de lo posible, la calidad de la protección que reciben. Los niños evasivos ocultan sus emociones y dejan claro que no esperan atención. Los niños ambivalentes muestran preocupación en todo momento por la disponibilidad de la madre, buscando ser escuchadospor ella7. Una alumna de Ainsworth, Mary Main, descubrió experimentalmen- te una nueva categoría de bebés, los niños desorganizados. El comporta- miento desorganizado en los niños es el resultado del miedo a los padres, a quienes los bebés identifican como una fuente de peligro; o alternati- vamente, es consecuencia de ver a los padres comportarse temerosos e impotentes. Mary Main también se preocupó por diseñar estudios longitudinales, para evaluar la permanencia del modelo de trabajo interno8. El primer resultado importante fue que se encontró una fuerte correlación entre 7 Ainsworth, MDS (1967), Infancy in Uganda. Infant Care and the Growth of Love, Baltimore, The Johns Hopkins University Press. Ainsworth, MDS et. to. (1978) Patterns of Attachment: A Psychological of the Strange Situation, Hillsdale, NJ, Erlbaum. 8 Main, M. (1991), “Metacognitive knowledge, metacognitive monitoring and singular (coherent) vs. multiple (incoherent) models of attachment “, in Attachment Across the Life Cycle, CM Parkes, J. Steven- son-Hinde, and P. Marris (Eds.), London, Routledge, pp. 127-159. _______ (1995), “Attachment: overview, with implicaciones for clinical work”, in S. Goldberg, R. Muir and J. Kerr (eds.), Attachment theory: Social, developmental and clinical perspectives, Hillsdale, N. J, Analytic Press, pp. 407-474 _______ (1995a), “Recent studies in attachment: With selected implicaciones overview for clinical work”, in S Goldberg, R. Muir and J. Kerr (eds.), Attachment Theory: Social, Developmental and Clinical Perspectives, NJ, Analytic Press, pp. 407-474. Main, M., E. Hesse, and N. Kaplan (2005), “Predictability of Attachment Behavior and Represen- tational Processes”, in KE Grossmann, Grossmann K. and E. Waters (Eds.), Attachment from infancy to adulthood: Lessons from longitudinal studies, pp. 245-304, New York, Guilford Press. Main, M., N. Kaplan, J. Cassidy (1985), “Security in infancy, childhood, and adulthood: a move to the level of representation”, in I. Bretherton and E. Waters (Eds.), Growing Points of Attachment Theory and Research. Monographs of the Society for Research in Child Development, Vol. 50 (2-3, serial no. 209), pp. 66-104. Main, M., and J. Sólomon (1990), “Procedures for Identifying infants as disorganized / disoriented During the Ainsworth Strange Situation”, in M. Greenberg, D. Cicchetti & EM Cummings (eds.), At- tachment During the Preschool Years: Theory, Research and Intervention, Chicago, University of Chicago press, pp. 121-160, MS Mahler (1963), “Thoughts acerca development and individuation” The Psychoa- nalytic Study of the Child, Vol. 18, pp. 307-24. capítulo 1 25 la clasificación de la personalidad del niño según el comportamiento del infante en la situación extraña a los doce meses, con los modelos internos de representación con los que el niño interpreta los eventos que ocurren. cuando tiene seis años. El segundo resultado importante fue la correla- ción entre el comportamiento infantil a los doce meses y el estado mental representacional de los padres con respecto a la pertenencia. Main pro- puso que el modelo de trabajo interno es en realidad un proceso estruc- tural, que define no sólo sentimientos y comportamientos; pero también, la atención, la memoria y la conciencia cognitiva. El modelo de trabajo interno se relaciona no sólo con diferentes patrones de conducta no ver- bal, sino también con patrones de lenguaje y estructura mental. Diversos estudios han mostrado que las reglas que el bebé aprende para sobrevivir se mantienen durante toda su vida, y definen no sólo su comportamiento posterior, sino cómo percibe el mundo. Main también ha mostrado que estas reglas influyen decisivamente en el estilo que tendrá el individuo para ejercer su paternidad. Numerosos estudios han confirmado las propuestas de Bowlby, Ainsworth y Main. Van Ijsendoorn corroboró los principales resultados en seis países. Hesse registró que Benoit y Parker encontraron corre- laciones en tres generaciones. Sroufe mostró que los niños seguros se convierten en líderes confiados, los niños evasivos tienden a victimizar a otros niños, y los niños ambivalentes tienden a ser las víctimas. Como adultos, los niños evasivos tienen un factor de riesgo que los vincula con problemas de narcisismo, y comportamiento esquizoide u obsesivo. En la adolescencia los niños ambivalentes tienden a correlacionarse con la anorexia, y en la edad adulta se relacionan con la histeria y el comporta- miento histriónico. Los niños desorganizados, cuando se exponen en la vida a presiones sociales adicionales, se asocian con graves trastornos de la personalidad. La relación de pertenencia tiene una centralidad emocional funda- mental. Existe una conexión límbica entre los mamíferos, producto de una larga evolución, que permite la protección de las crías y el desarrollo de la vida grupal. En el caso de los reptiles, el cerebro controla el equi- librio corporal y asegura la supervivencia; la agresión es un medio para conseguir lo que necesitan, no tienen emociones y sólo optimizan su pro- pia supervivencia. En cambio, en los mamíferos, el cerebro límbico, inclu- yendo la amígdala y el hipocampo, controla las emociones, las relaciones, el equilibrio hormonal y el sexo. En los mamíferos, el cerebro límbico restringe la agresión reptiliana y los inclina a brindar la protección social carlos obregón26 necesaria para que la relación entre madre y bebé pueda desarrollarse. La comunicación límbica es fundamental para establecer la relación de pertenencia: sin emoción no hay pertenencia. Las expresiones verbales, de las que es capaz el cerebro cortical, no tienen sentido si no están res- paldadas por la comunicación emocional no verbal, que proviene de la relación límbica. La neurobiología ha demostrado que el desarrollo neuronal del infante depende de la calidad de la relación de pertenencia con los padres. Tanto la teoría psicológica de la pertenencia, como la neurobiología contempo- ránea, resaltan la importancia de la calidad de la comunicación no verbal y de la relación emocional. Algunos estudios genéticos, particularmente de gemelos criados por separado, han demostrado el poder de la genética para determinar algunos rasgos clave como la inteligencia, la personali- dad, el temperamento, las preferencias y las aversiones. Pero ninguno de estos rasgos se correlaciona con qué tan segura es la personalidad. La seguridad del comportamiento conductual del niño, del adolescente y del adulto no se correlaciona con ningún gen; se explica por la calidad de la atención y la comunicación no verbal que recibe el infante El cerebro está dividido en dos hemisferios, que interactúan entre ellos. Cuando domina el hemisferio izquierdo, la información se procesa de forma lineal (un hecho a la vez), lógica, y se utiliza el lenguaje. En este hemisferio, se ejercita el razonamiento silogístico (causa-efecto), la lógica binaria (ejemplo, el bien y el mal), y el análisis lingüístico. Cuan- do domina el hemisferio derecho, la información se procesa de forma visual, espacial, no lineal y holística. El yo autobiográfico, las señales no verbales, el sentido integral del cuerpo, los modelos mentales del yo, las emociones fuertes y la comprensión social son procesados principalmen- te por el hemisferio derecho. Las narrativas históricas y propias surgen de la interacción de los dos hemisferios, el hemisferio izquierdo busca explicar lógicamente la información autobiográfica, social y emocional del hemisferio derecho. Estas narrativas, que implican la noción de un tiempo extendido, sólo prevalecen entre humanos, debido a la capacidad de abstracción del cerebro cortical. La memoria es la forma en que la experiencia crea los mapas neuro- nales. Hay dos formas de memoria: inconsciente – implícita; y conscien- te – explícita. La memoria implícita está disponible desde el nacimiento y registra modalidades físicas, conductuales, emocionales y perceptivas. Esta memoriano requiere atención consciente, y los acontecimientos no se pueden recordar. La memoria explícita depende de la maduración del capítulo 1 27 hipocampo en el cerebro límbico, lo que lleva aproximadamente un año y medio. El hipocampo crea un mapa neuronal contextual de representa- ciones integrales. Hacia el segundo año de vida, el bebé puede desarrollar un sentido de sí mismo y del paso del tiempo, lo que le permite tener memoria autobiográfica; en la cual está involucrada la corteza prefrontal. La memoria explícita permite, a través de la narrativa, crear historias, y sueños, que dan a la mente una sensación de realidad y le permiten orga- nizar la experiencia en una imagen de su ser en el mundo. La memoria explícita requiere atención consciente y los eventos registrados tienden a recordarse tanto como datos y/o episodios. Nuestras percepciones del mundo exterior y nuestras emociones dependen no sólo de la memoria explícita, sino también de la implícita, y a esta última no tenemos acceso a través de la razón. La emoción es un aspecto fundamental de la integración de muchas funciones cerebrales. Las emociones dan sensación de vitalidad al ser. La emoción, el significado y la conexión social se definen por el mismo proceso neuronal. La emoción primaria pone la mente en un modo de alerta, al que sigue una evaluación que da lugar a emociones categóricas (como tristeza, disgusto, etc.). La resonancia ocurre cuando dos perso- nas alinean sus emociones primarias, lo que ocurre entre los bebés y sus madres en los primeros dos días después del nacimiento. Las emociones están en el cerebro límbico. Normalmente los mamíferos son capaces de transmitir sus emociones. Iacoboni descubrió neuronas espejo en huma- nos, que habían sido descubiertas años antes en monos. Estas neuronas nos dan la capacidad de interpretar correctamente a otros mamíferos; una ventaja, obtenida en el proceso evolutivo. Así, las emociones pueden entenderse como procesos de integración neuronal, que nos conectan con los demás. La integración de la actividad de dos cerebros es un proceso vital para la supervivencia, y se requiere para el correcto desarrollo del potencial genético. Es por eso por lo que los desequilibrios emocionales tienen implicaciones importantes para la capacidad de razonar, así como para la salud física del individuo. Los problemas agudos de pertenencia alteran la función de los circuitos cerebrales necesarios para la mentaliza- ción. Nuestros cerebros están diseñados para ser influenciados por la in- teracción con otros cerebros; este es un rasgo de supervivencia evolutivo. La comunicación colaboradora y contingente, aquella que responde adecuadamente a las señales de otro, es fundamental; porque es el proce- so mediante el cual los niños crean tanto su conocimiento social como la comprensión de sí mismos. El crecimiento del cerebro del bebé requiere carlos obregón28 literalmente de la interacción de cerebro a cerebro, y ocurre como con- secuencia de una relación positiva entre madre e infante. Neurológica- mente la coherencia requiere respuestas contingentes ambientales; que puede afectar a uno o ambos hemisferios cerebrales. Las neuronas que se activan juntas crean circuitos sinápticos neuronales que subyacen al funcionamiento del flujo de información en el cerebro humano. Estos cir- cuitos almacenan información y forman un modelo de memoria interna, que consta de memorias invariantes que organizan la infinita información que se percibe desde el exterior. Sin estos modelos de memoria interna, la infinita información del entorno no sería procesable y constituiría un caos. Así, la mayor parte de lo que percibimos no nos llega a través de nuestros sentidos, sino que lo genera el modelo de memoria interna. Por lo tanto, la primera infancia es crucial porque define el primer modelo del mundo del cerebro. Lewis, et al. señalan que la memoria implícita es parte de nuestro conocimiento, y nuestro cerebro límbico nos permite percepciones de las que no tenemos explicación racional. Las conexiones neuronales que se desarrollaron antes de la memoria explícita no son recordadas ni com- prendidas por el cerebro cortical. La razón no puede reemplazar la im- portancia de las conexiones límbicas con otros mamíferos y humanos. La resonancia, regulación y revisión límbicas definen nuestra existencia límbica emocional. La biología límbica y las relaciones químicas gobier- nan a los mamíferos. Nuestro código genético está definido de tal manera que sólo se desa- rrolla adecuadamente como consecuencia de una experiencia adecuada con el mundo exterior. A partir de una genética heredada, existen varios desarrollos posibles; y cuál de estos sucede depende de la experiencia social. Y en ello, los cuidados iniciales del infante y los primeros años del niño juegan un papel básico. Suomi señala que los monos con un gen que impacta el metabolismo de la serotonina muestran un comportamiento social anormal en ausen- cia de atención materna; sin embargo, si se crían por una madre que les dé una crianza adecuada, se regula el comportamiento anormal9. La nece- sidad de una vida social no es sólo humana, es en general una característi- ca de los mamíferos e incluso de otros animales como las aves. Los expe- 9 Suomi, SJ (1999), “Attachment in rhesus monkeys”, in J. Cassidy and PR Shaver (Eds.), Handbook of attachment. Theory, Research and Clinical Implications, 181-197, New York, The Guilford Press. _______, “A biobehavioral perspective on developmental psychopathology. Excessive aggression and serotonergic dysfunction in monkeys “, in AJ Sameroff, M. Lewis, and S. Miller (eds.), Handbook of Developmental Psychopathology, 2nd. ed. New York, Plenum Press, 2000. capítulo 1 29 rimentos de Harlow y Lorenz, entre otros, han demostrado la fuerza de los instintos sociales en mamíferos y otras especies. Lorenz mostró cómo los patos y los gansos siguen instintivamente a su madre, y engañando al sistema instintivo de apego logró que siguieran a otros objetos, incluido él mismo10. El sistema de apego instintivo de las aves está programado para hacerlas seguir, cuando nacen, cualquier cosa que se mueva y aparezca ante sus ojos. Los estudios de Lorenz también se han repetido con mamí- feros como ovejas, cerdos y monos. Este instinto de pertenencia de aves y mamíferos fue denominado por Lorenz “imprinting”. Harlow demostró que un mono prefiere quedarse con una madre artificial, en lugar de que- darse junto a un dispositivo que le da leche. Hofer ha demostrado que la relación madre-hijo en ratas es vital para el correcto funcionamiento químico y fisiológico de la rata hija. El cuerpo de la madre rata cuando está cerca del de la hija regula los procesos químicos y biológicos de la rata bebé en todo su sistema corporal: afecta el ritmo cardíaco, el sue- ño y el sistema inmunológico, neuroquímico, circadiano y endocrino11. Los niños regulan mejor su sueño si duermen con un osito que respira artificialmente, que con un simple Winnie Poo. El síndrome de muerte súbita infantil se relaciona con hábitos maternos de sueño que dejan al bebé solo. Es de destacar que el mencionado síndrome aumenta cuatro veces cuando las madres están deprimidas. Los bebés que duermen con sus madres amamantan hasta tres veces más que los que duermen solos. Los mamíferos generalmente crecen, protegen y defienden a sus des- cendientes cuando estos son inmaduros. Los bebés después de nacer son capaces de distinguir la voz de la madre en lugar de la del padre, lo que implica alguna forma de aprendizaje prenatal. A los 42 minutos, son ca- paces de imitar la expresión facial de un adulto. Y a las 36 horas de edad reaccionan a las emociones y expresiones faciales de la madre. 10 Lorenz, K. (1935), “Der Kumpan in der Umvelt des Vogels [Companionship in Bird Life]”, in CH Schiller (ed.), Instinctive Behavior, New York: International University Press. 11 Hofer, MA (1987), “Early relationships: a psychologist’sview”, Child Development, Vol. 58 (3), pp. 633-47. _______ (1995) “Hidden regulators: implicaciones for a new understanding of attachment, separation, and loss” in S. Goldberg, R. Muir, and J. Kerr (eds.), Attachment Theory: Social, Development, and Clinical Perspectives, Hillsdale, New Jersey, Analytic Press. _______ (1996), “On the nature and Consequences of early loss”, Psychosomatic Medicine, Vol. 58, pp. 570-81. _______ (2004), “The emerging neurobiology of attachment and separation: How parents shape Their infant’s brain and behavior”, in SW Coates and JL Rosenthal (eds.), September 11 “When the Bough Broke” Attachment Theory, Psychobiology, and Social Policy: An Integrated Approach to Trauma, New York, Analytic Press. carlos obregón30 Estamos genéticamente preparados para desarrollarnos interactuando con otros seres humanos. Los neurotransmisores son liberados por el cuerpo como resultado de las relaciones interpersonales. En las relaciones con personas cercanas el cuerpo libera dopamina y otro neurotransmisor, la oxitocina, que es liberada por la madre antes del parto. Las largas separaciones forzadas perturban las funciones de los procesos cardiovas- culares, hormonales e inmunológicos del adulto. Los neurotransmisores se utilizan en adultos para el tratamiento de trastornos nerviosos: la sero- tonina (Prozac) se utiliza para la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y la hostilidad, entre otros; el opio reduce la ansiedad. El cerebro se crea a través de la energía que activan las neuronas; el flujo de energía en la mente se define a partir de un flujo de información; y la integración de la información en un todo coherente se facilita o inhibe como resultado de las relaciones interpersonales, y el principal medio de comunicación en tales relaciones son las emociones; la capacidad de un individuo para organizar las emociones, producto en parte de relaciones de apego anteriores, moldea directamente la capacidad de la mente para integrar la experiencia y adaptarse a factores estresantes futuros. La experiencia influye directamente en las conexiones sinápticas (la forma en que las neuronas están conectadas entre sí) y las fortalece o las lleva a su desaparición. La ansiedad y la depresión son las primeras consecuencias de la omisión límbica. Spitz ya demostró desde 1945 que los niños en orfanatos y prisiones, que no reciben atención interperso- nal, pierden peso, enferman y a menudo mueren12. Los monos adultos que crecieron aislados no pueden interactuar con otros monos, tienden a automutilarse y a dejar de comer y beber durante largos períodos. El mono que creció de forma aislada no desarrolla adecuadamente su siste- ma nervioso, y muestra una alteración general de la función cerebral que Kraemer duda que pueda remediarse o controlarse mediante medicamen- tos13. Esta desorganización general del cerebro produce conductas socia- 12 Spitz, RA (1945), hospitalism: An Inquiry into the Genesis of Psychiatric Conditions in Early Child- hood. The Psychoanalytic Study of the Child, 1, pp. 53-73. _______ (1959), A Field Theory of Ego Cenetic Formation: Its Implications for Pathology, New York: International University Press. 13 Kraemer, GW (1985), “Effects of expats in early social experience of neurobiological-primate behavio- ral development”, in M. Reite and T. Field (eds.), The Psychology of Attachment and Separation, New York, Academic Press. Kraemer, GW (1992), “A psychobiological theory of attachment”, Behavioral and Brain Sciences, Vol. 15, pp. 493-541. Kraemer, GW, Ebert MH, DE Schmidt and WT McKinney (1989), “A longitudinal study of the effect of different social rearing conditions on cerebrospinal fluid norepinephrine and biogenic amine capítulo 1 31 les agresivas. Los monos que crecen junto a madres que muestran estrés emocional presentan trastornos de personalidad. El aislamiento límbico en el ser humano también tiene graves consecuencias, la falta de una relación de pertenencia a la familia y a la sociedad conduce a todo tipo de conductas agresivas indeseables, como la delincuencia. Lewis, et al. Se- ñalan que no existe ninguna restricción intrínseca a dañar a las personas fuera del dominio límbico14. Para estos autores la violencia entre grupos se debe a la explicación racional de que el enemigo no es como nosotros. El cerebro límbico insatisfecho busca reemplazar las relaciones hu- manas con sustitutos como drogas, alcohol, cirugía plástica excesiva y otros. Así, los criminales en serie pueden explicarse, en algunos casos, por defectos genéticos, y en otros, como resultado de una negligencia límbica extrema; y en la mayoría de los casos como una combinación de los dos factores. Las conexiones sinápticas extremadamente inadecuadas en los primeros años pueden perjudicar la función cerebral hasta el punto de dejarla sin reparación. Cuando ocurre una negligencia de pertenencia aguda con el niño, los bebés presentan una circunferencia cefálica menor de lo normal, su cerebro se ha encogido por la pérdida de millones de células resultado de la falta de relaciones interpersonales y de protección materna; la posible causa es el exceso de cortisol y otras hormonas des- encadenadas por el estrés que provocan daño neuronal. En casos de ne- gligencia menos extrema, la omisión límbica tiene consecuencias de com- portamiento social agresivo e indeseable. Cuando el daño es reparable, las terapias psiquiátricas y psicológicas pueden contribuir a crear nuevas relaciones con personalidades confiables y contribuir a la recuperación. La mayoría de los adultos, sin embargo, conservan la personalidad que desarrollaron cuando eran niños; de modo que incluso si hay esperanza de cambio, no sucede muy a menudo. metabolites in rhesus monkeys”, Neuropsychopharmacology, no. 2 (3), pp. 175-89. Kraemer, GW and AS Clarke (1990), “The behavioral neurobiology of self-injurious behavior in rhe- sus monkeys”, Progress in Neuro-Psychopharmatology and Biological Psychiatry, Vol. 14, pp. S141-S168. _______ (1996). “Social Attachment, brain function, and aggression”, Annals of the New York Aca- demy of Science s, no. 794, 121-35. 14 Lewis, T., Amini, F., Lannon, R. (2000). A General Theory of Love, New York. Vintage Books. carlos obregón32 La segunda vía de pertenencia: la significación social Los seres humanos desarrollan un arreglo institucional que acumula conocimientos pragmáticos para poder sobrevivir en su entorno. Dicho arreglo institucional define en términos prácticos a las tres vías de perte- nencia. La forma en que se estructura la familia y el cuidado de los bebés, la definición de cómo se da la pertenencia social, y la organización social que define cómo interactuar con el medio ambiente biológico y mate- rial. Y con el advenimiento del lenguaje, dicho arreglo institucional tiene como contrapartida un sistema conceptual, que contiene el conjunto de creencias y valores necesarios para que el arreglo institucional funcione adecuadamente. El sistema conceptual, como contrapartida del arreglo institucional, define conceptualmente a las tres vías de pertenencia, y se expresa en diversos sistemas conceptuales tales como el misticismo mági- co, las religiones, la filosofía y la filosofía política, las concepciones artís- ticas, la ciencia y otras. Siempre que las condiciones de supervivencia sean difíciles, el sistema conceptual reforzará el comportamiento conocido y conservador, porque no hay lugar para correr riesgos adicionales. Por otro lado, si existe un excedente económico material y la supervivencia está más garantizada, hay espacio para que se propongan nuevas ideas. En las sociedades pri- marias, el sistema conceptual era la “magia”, que era muy conservador y penalizaba cualquier conducta individual que se desviaba de las reglas sociales establecidas. En el otro extremo, en las sociedades occidentales contemporáneas el sistema conceptual es la “armonía”, que permite la creatividad individual. En el mediodel camino, encontramos las socieda- des tradicionales cuyo sistema conceptual es la “racionalidad”, en las que la creatividad ocurre la mayor parte del tiempo a nivel social, y la creati- vidad individual todavía está fuertemente penalizada, como, por ejemplo, ilustra el caso de Copérnico. En el capítulo tres revisaremos con mayor detenimiento los sistemas conceptuales que los humanos han tenido históricamente. Pero es con- veniente anticipar que estas categorías abstractas sólo se utilizan para la discusión, y que nunca existieron como tales. Históricamente hay mu- chas sociedades primarias, con diversas características, así como muchas sociedades tradicionales, y hoy tenemos muchas sociedades occidentales distintas. Y los límites entre las sociedades primarias, las sociedades tradi- cionales y las sociedades occidentales no están bien establecidos. Pero las capítulo 1 33 categorías abstractas son útiles para pensar y analizar la historia humana; y es por eso por lo que se utilizan en este manuscrito, en el entendido de que varios otros esquemas diferentes de categorías abstractas también pueden resultar útiles. En cuanto a la significación social, como ya mencionamos, nos con- vertimos en humanos como resultado de una vida social más intensa, consecuencia del avance de la tecnología de la roca, que permitió la crea- ción de un excedente económico. El cerebro del niño requiere crianza social para madurar. El lenguaje es un resultado social. Cualquier cono- cimiento conceptual es de origen social; ya sea ciencia, religión u otros. De modo que la pertenencia social le da significado a la vida individual. Que evolutivamente nos convertimos en humanos debido a una in- tensificación de la vida social del grupo, ha sido documentado científica- mente por muchas disciplinas. La arqueología ha descubierto que los pri- meros artefactos sociales de piedra tienen una antigüedad de 2.6 millones de años. La paleontología ha demostrado que la caza social se remonta a 2 millones de años. La lingüística evolutiva muestra que sólo tenemos un registro histórico lingüístico de alrededor de 7000 años; pero que a partir de registros de arqueología, paleontología y genética es posible te- ner una idea de la evolución del lenguaje. Probablemente ya existía un protolenguaje hace 2 millones de años, y era bastante sofisticado hace 500 mil años. Es probable que un lenguaje sintáctico tenga 100 mil años. La sociología ha documentado ampliamente el origen social de los humanos. Durkheim, por ejemplo, atribuyó el suicidio a la alienación social. En psicología, la psicología social y varias otras escuelas han documentado empíricamente la naturaleza social de los humanos. Existe una discusión contemporánea sobre si la dinámica social co- mienza con el grupo o con el individuo; esto se debe al surgimiento del individualismo, asociado con la visión económica de los mercados libres. Tal discusión, por relevante que sea para determinadas políticas econó- micas o sociales, es irrelevante para lo que estamos discutiendo aquí. Los individuos existen porque la diversificación genética de la especie humana optimiza sus posibilidades de supervivencia; pero la existencia de individuos no significa que la dinámica social parta de los individuos. Los individuos son siempre producto de un contexto social. Nuestros antecesores ya eran seres sociales. El individualismo es una posición fi- losófica contemporánea que sostiene que más esferas de la vida pública deben definirse libremente por los individuos; pero, sin juzgar por ahora si esta posición es correcta o incorrecta, el hecho es que el individualismo carlos obregón34 es en sí mismo una concepción social, y que los mercados siempre operan dentro de un contexto social institucional determinado. Cualquier sistema social para sobrevivir tiene que desarrollar algunas funciones básicas. Su función más fundamental es garantizar que los in- dividuos permanezcan juntos como grupo social; este es el propósito del sistema integrador. Otra función clave es producir y distribuir los medios económicos para la supervivencia, que es tarea del sistema económico. Y para que el grupo social se mantenga unido es necesario castigar las violaciones a las reglas del grupo social, así como defender al grupo social de otros grupos, estos son los objetivos del sistema de poder. Las defini- ciones del sistema integrador, el sistema económico y el sistema de poder se presentan en las Tablas 1.1 y 1.215. La significación social es una relación de pertenencia. Y establecer la pertenencia es la función del sistema integrador; por lo tanto, la significa- ción social se obtiene en todas las sociedades a través del sistema integra- dor. El sistema integrador valida, en todas las sociedades, desde el punto de vista de pertenencia, a los otros dos sistemas. En cuanto al sistema de poder, la integración del grupo social requiere que el uso del poder indi- vidual esté prohibido en todas las sociedades, entender esto fue el gran aporte de Hobbes. El uso del poder es validado por el sistema integrador, sólo cuando es necesario para mantener las reglas que requiere el orden social, o para defender al grupo social de otros grupos. La significación so- cial se obtiene a través del sistema de poder, sólo cuando es validado por el sistema integrador. En cuanto al sistema económico, éste en la sociedad primaria es definido por el sistema integrador el cual es la única fuente de significación social. El sistema integrador solo valida al sistema económico como fuente de significación social a partir de la sociedad tradicional, en la cual el individuo es diferenciado en base a sus obligaciones, y cum- plir con sus obligaciones económicas le proporciona significación social al individuo. En la sociedad occidental el sistema integrador diferencia al individuo también en base a sus derechos políticos y económicos, y el éxito económico, por primera vez, se vuelve fuente de significación social. Evolutivamente, fuimos diseñados para vivir en grupos de alrededor de ciento cincuenta individuos. Y fuimos diseñados para utilizar la agre- sión para establecer el orden, dentro del grupo social, y en la interacción entre distintos grupos sociales. Pero al interior de un grupo social la agre- sión está delimitada por la pertenencia social establecida por el sistema integrador. 15 Esta clasificación se debe inicialmente a Kenneth Boulding. capítulo 1 35 En grupos pequeños, los miembros se conocen muy bien; y la co- nexión límbica, que se da principalmente a través de los ojos, funciona muy bien. Las sociedades primarias no eran jerárquicas; no requerían de una autoridad central para funcionar. En estas sociedades las tres formas de pertenencia están definidas por la cosmogonía universal del sistema conceptual y su correspondiente arreglo institucional. Dado que los gru- pos eran pequeños, el amor y la significación social están definidas por el grupo social en su conjunto; y la significación existencial también se obtiene en gran medida a través del grupo social. Como las sociedades primarias dependían para su supervivencia de su relación con el universo material y biológico, y como acumular conocimientos sobre éste fue un largo proceso de prueba y error con grandes costos asociados, estas so- ciedades promueven el comportamiento conservador de los individuos. De modo que, las desviaciones de las reglas sociales sobre cómo hacer las cosas se castigaban severamente, en ocasiones con la muerte. Dada la relevancia del entorno material y biológico para la supervivencia, el sistema conceptual de las sociedades primarias, que yo he denominado la “magia,” vincula el orden social al orden existencial universal. En la sociedad primaria tienen mayor relevancia el sistema integrador y el sistema de poder; pues el sistema económico está definido por el siste- ma integrador. La producción y distribución de bienes económicos se de- cide por el sistema integrador.
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