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LA FANTASÍA Y 
LA PERTENENCIA
CARLOS OBREGÓN
LA FANTASÍA Y LA PERTENENCIA
1st edición, 2024, Ediciones Universitarias
Derechos Reservados © 2024, Carlos Federico Obregón Díaz
Diseño y formación: Ricardo Pascoe (Spot-ON)
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o pro-
cedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la 
grabación, sin la previa autorización por escrito del autor y/o del editor.
Este libro se encuentra disponible tanto en formato digital como en versión impresa en Amazon 
www.amazon.com
[5]
ÍNDICE
introducción 6
capítulo 1 la plenitud de la pertenencia
y los placeres de la individualidad 15
capítulo 2 la fantasía y el carácter
representacional del cerebro humano 43
capítulo 3 la magia, la religión, y la fantasía 69
capítulo 4 vivir con fantasía y pertenencia 100
conclusión 119
[6]
INTRODUCCIÓN
El título de este libro busca destacar la importancia, poco valorada, de 
la fantasía y la pertenencia en el equilibrio psicobiológico individual, 
así como en la construcción del arreglo institucional y el sistema con-
ceptual social.
La supervivencia evolutiva del ser humano requiere que desarrolle su 
pertenencia con el exterior en tres vías: con los seres que amamos, con la 
sociedad, y con el universo biológico y material. Sin embargo, la dualidad 
entre el individuo y el grupo social, y la fragilidad de la pertenencia al 
mundo biológico y material, en un mundo evolutivamente definido por 
la competencia por la supervivencia, siempre genera fallas de pertenencia. 
El argumento central de este libro es el de que la fantasía imaginativa le 
permite al ser humano imaginar una pertenencia perfecta, aun ante las 
fallas inminentes de la misma en el mundo real. El amor implica un pro-
ceso de idealización, sin el cual amar no es posible. Hay un proceso de 
idealización imaginativa conceptual de las relaciones sociales entre huma-
nos vía la religión, el patriotismo, la hermandad social y otros conceptos. 
Y la pertenencia con el universo biológico y material también pasa por 
un proceso de fantasía imaginativa vía la magia, la religión, el misticismo 
y otros conceptos. Los seres humanos vivimos en un mundo imaginado, 
psicológicamente representacional, lo cual es una ventaja evolutiva para 
la supervivencia. Y este manuscrito argumenta que es importante usar 
nuestra fantasía imaginativa para fomentar la pertenencia, el equilibrio 
individual psicobiológico adecuado, y una vida social productiva apropia-
da. El proceso vital de hacerlo siempre será imperfecto e inacabado, pero 
esto no le quita su importancia. 
La diferencia entre la realidad y la fantasía no es tan clara desde el 
punto de vista del cerebro humano. La realidad psicológica es siempre re-
presentacional, o sea basada parcialmente en imágenes cerebrales defini-
das por la imaginación humana influenciada por las emociones. De modo 
tal que la realidad psicológica siempre tiene un contenido de fantasía ima-
ginativa, en el sentido de que conlleva elementos que no son explicables 
solo con la realidad de la naturaleza. Lo que ven dos personas distintas 
es diferente y depende de la psicobiología de cada uno. Y esta manera de 
introducción 7
interactuar con el exterior es una característica positiva de supervivencia 
adquirida a lo largo del proceso evolutivo.
La imaginación le da perspectiva interpretativa a la información sen-
sorial y tecnológica. La fantasía imaginativa de concebirnos como eternos 
y universales no es solo un ejercicio fantasioso; sino que es una experien-
cia emocional, que nos da pertenencia existencial, y nos auspicia nuestro 
equilibrio evolutivo psicobiológico tanto social como individual. Cuando 
nos sentimos parte de las flores, de los pájaros, de la luna, y vibramos con 
ellos estamos realizando nuestra pertenencia evolutiva. No hay una sola 
manera de ejercer la imaginación, hay muchas posibles maneras de perte-
necer. La fantasía imaginativa involucrada en realizar nuestra pertenencia 
es un fenómeno poco entendido y subvalorado en la cultura occidental. 
Los seres humanos tenemos diversas características de supervivencia 
evolutiva. La primera característica es la de que como muchos otros ani-
males tenemos instintos de supervivencia individual como el hambre, el 
miedo, el sexo y la agresión. La segunda característica es que nacemos 
con un cerebro no desarrollado que madura en varios años, lo cual es 
necesario para que el bebé pueda salir del vientre de la madre, pero esto 
implica que somos incapaces de valernos por nosotros mismos y, como 
otros animales, requerimos una cuidadora o madre para sobrevivir. La 
evolución nos dotó de un instinto de pertenencia que vincula a la madre 
y al bebé, al cual en otros trabajos yo he denominado la primera vía de 
pertenencia o el amor. El amor es la relación de pertenencia del indivi-
duo con aquellos seres cercanos a él, cuyo eje fundamental es la relación 
emocional entre la madre o cuidadora, y el bebé. La tercera característica 
evolutiva de supervivencia es que fuimos diseñados como otros animales, 
para sobrevivir en grupo, de hecho, la madre y el bebé no sobrevivirían 
por sí solos; de modo que la evolución nos dotó con un instinto social de 
supervivencia, al cual en otros trabajos yo he denominado la segunda vía 
de pertenencia, o la significación social, porque la pertenencia al grupo le 
da significado y sentido social a la vida individual. La cuarta característica 
es que, como otros animales, necesitamos desarrollar nuestra pertenencia 
al universo biológico y físico en el cual existimos. Reconocer colores, 
olores, y otras cualidades, entre ellas las espaciales, del universo que nos 
circunda es indispensable para nuestra supervivencia. A lo anterior en 
otros trabajos yo lo he denominado la tercera vía de pertenencia o la 
significación existencial.
Lo que distingue al hombre de otros animales es que las cuatro carac-
terísticas de supervivencia evolutiva, o sea los instintos básicos de super-
carlos obregón8
vivencia individual y las tres vías de pertenencia, tienen un componente 
conceptual más abstracto asociado con la noción de un tiempo más exten-
dido y con un grupo social más numeroso. El arreglo institucional pragmá-
tico de los grupos humanos es más complejo y sofisticado que el de otros 
animales y se corresponde con un sistema conceptual más abstracto. Así, 
mientras que la fantasía imaginativa es relevante para la supervivencia de 
muchos animales, en los seres humanos es aún más importante. 
La genialidad de Heidegger fue la de comprender la relación única 
que el ser humano tiene con el tiempo, en cuanto a que es el único ani-
mal consciente de su inevitable muerte futura. Heidegger, sin embargo, 
subestimó la relevancia de la fantasía imaginativa del ser humano que le 
permite trascender emocionalmente al tiempo, desarrollar sus pertenen-
cias, y superar así la potencial ansiedad generada por la consciencia de su 
inminente muerte individual.
El gran dilema de las sociedades y los individuos es el de cómo lograr 
vivir una vida plena. Este libro argumenta, con bases científicas, que la 
fantasía imaginativa de la existencia es un elemento fundamental para 
lograrlo. Los seres humanos vivimos en un mundo representacional de 
imágenes cerebrales, que guían nuestro proceso evolutivo de superviven-
cia y definen la relación del cerebro humano tanto con nuestro propio 
cuerpo individual como con el mundo exterior. Y la forma representa-
cional en la que imaginamos tanto nuestro yo como el mundo exterior, 
es un determinante crucial de nuestro equilibrio psicobiológico. Dichas 
imágenes cerebrales, como ya hemos comentado, dependen parcialmen-
te de la realidad sensorial-empírica con la que conocemos el exterior y 
parcialmente de nuestra propia fantasía imaginativa. De modo que las 
imágenes cerebrales no corresponden unívocamente con la realidad, sino 
varían según nuestra imaginación. 
La experiencia humanapuede ser fantástica, plena de placeres indi-
viduales, amor, y pertenencia social y existencial, y conducir a una vida 
larga y tranquila; pero también puede ser la realización de la soledad indi-
vidual que conlleva graves depresiones, adicciones, suicidios, agresiones 
sociales, crimen y muerte prematura. Lograr una vida plena es una meta 
fundamental de las sociedades e individuos, pero no es fácil lograrlo. 
Nuestro propósito es este manuscrito es investigar con seriedad científica 
cual es la contribución de la fantasía imaginativa a lograr dicha meta. Y 
como veremos su contribución es determinante.
La preservación de la existencia humana obedece las leyes evolutivas 
de la vida en general. La vida para optimizar sus posibilidades de perma-
introducción 9
necer en un mundo material cambiante diversifica los más posible el pool 
genético entre especies e individuos, para incrementar las posibilidades 
de que, ante cambios inesperados en el universo material, algunas espe-
cies e individuos sobrevivan. Somos individuos porque esto diversifica 
aún más el pool genético. Aquellos que sobrevivan, especies o individuos, 
deben heredar su pool genético para ir perfeccionando la adaptación de 
la vida ante el universo material en un momento dado. Por eso nace-
mos y nos morimos. Esta relación de la vida con la materia le impone 
condiciones de existencia a los seres humanos que son en las que nos 
encontramos. 
Hay una dualidad existencial entre el individuo y el grupo social, defi-
nida por una ambivalencia permanente en la cual el individuo necesita al 
grupo social para sobrevivir, pero su existencia y vida es de carácter indi-
vidual. La evolución le da al individuo instintos necesarios para sobrevi-
vir individualmente, el hambre, el miedo, la agresión y el sexo, y también 
el instinto de pertenencia que se requiere para que se identifique con el 
grupo social y con su medioambiente biológico y material, a los cuales 
requiere para su subsistencia. El instinto de pertenencia debe guiar a los 
otros instintos individuales para permitir la subsistencia del individuo en 
su entorno. Pero la pertenencia se da en una ambiente evolutivo de com-
petencia por la supervivencia entre especies e individuos que se requiere 
para optimizar las posibilidades de supervivencia de la vida misma, por 
lo que la pertenencia siempre es un proceso imperfecto e inacabado que 
siempre implica fallas de pertenencia. Dichas fallas son evolutivamen-
te necesarias para garantizar la requerida competencia dinámica entre 
especies e individuos. El argumento central de este manuscrito es que, 
para lograr la requerida pertenencia, a pesar de las fallas de pertenencia, 
la evolución dotó al hombre de la fantasía imaginativa. Ésta, le permite 
al ser humano identificarse con su entorno social, biológico y material a 
pesar de las fallas de pertenencia. 
La fantasía imaginativa guía la pertenencia y desarrolla sistemas con-
ceptuales sociales que le ponen condiciones de supervivencia adecuadas 
a los arreglos institucionales para fomentar la adecuada supervivencia so-
cial. De modo que la fantasía imaginativa es un requerimiento evolutivo. 
Las tres vías de pertenencia se definen a partir de la fantasía imagina-
tiva. El amor de la madre al bebé en el cual el bebé aparece maravilloso 
ante la madre, la pertenencia social incluyendo rituales y símbolos de 
identificación como la familia, el equipo deportivo, la escuela, el país y 
muchos otros, la pertenencia existencial con rituales y mitos mágicos, 
carlos obregón10
fantasioso-religiosos y/o místicos que identifican al ser humano con su 
entorno biológico y material. 
Como la pertenencia es imperfecta, y hay fallas de pertenencia, el 
carácter representacional imaginativo del ser humano es ambivalente. En 
general está dominado por lo maravilloso y sorprendente de la perte-
nencia, por eso nos identificamos con la naturaleza, con el grupo social, 
con el bebé y con nuestra familia; pero fallas agudas de pertenencia dan 
lugar a la prevalencia de los instintos individuales de supervivencia y el 
mundo se nos puede representar dominado por nuestros miedos y temo-
res, la agresión y el sexo pueden convertirse en destructores sociales, y el 
hambre en lugar de guiarnos a establecer una relación productiva con el 
medioambiente puede definir una batalla de exterminación entre indivi-
duos y grupos sociales. 
A nivel individual Freud entendió las indeseables consecuencias de 
la insatisfacción de los instintos individuales de supervivencia, de ahí su 
gran influencia. Todos estamos familiarizados con pesadillas y temores 
que nos asaltan con frecuencia. El universo material nos recuerda con 
frecuencia que la pertenencia al mismo es imperfecta, con terremotos, 
huracanes, sequias, plagas y epidemias como la reciente del Covid. 
En un mundo de supervivencia competitiva, ni la existencia indivi-
dual, ni la del grupo social, ni la de la especie humana, están garantizadas. 
Esto nos genera temores que se subsanan con una pertenencia imaginada, 
una pertenencia perfeccionada por la fantasía imaginativa que nos iden-
tifica con el universo existencial a través de la magia primaria, la fantasía 
religiosa, y/ o los mitos, y con el universo social a través de rituales y sím-
bolos que perfeccionan la pertenencia del amor y la significación social. 
La magia primaria ya nos enseña la dualidad del mundo existencial 
del hombre. La magia primaria es tanto una apología de lo sorprendente y 
maravilloso de vivir, como es misteriosa e inentendible e involucra temores 
y miedos relacionados con lo sobrenatural e impredecible. La magia prima-
ria, como veremos, a diferencia de la concepción actual de la magia, incluye 
todos los conocimientos tecnológico y precientíficos que se tienen en la 
sociedad primaria, pero los integra en un visión cosmogónica universal 
que vincula la existencia, el tiempo, y los vivos y los muertos. A pesar de 
lo avanzado de la tecnología y la ciencia actual, las sociedades contempo-
ráneas, como discutiremos, aun cuando más diversificadas, continúan do-
minadas por una visión mística mágico-religiosa de la existencia humana. 
Sin esta fantasía imaginativa existencial, social, y del amor, las sociedades 
humanas, tanto tradicionales como occidentales, son inconcebibles.
introducción 11
Que los seres humanos vivamos en un mundo psicológicamente re-
presentacional es una ventaja evolutiva para la supervivencia. Y es impor-
tante usar nuestra fantasía imaginativa para fomentar la pertenencia, el 
equilibrio individual psicobiológico adecuado, y una vida social producti-
va apropiada. El proceso siempre será imperfecto e inacabado, pero esto 
no le quita su importancia. 
El primer capítulo versa sobre la plenitud de la pertenencia y los pla-
ceres de la individualidad. Este capítulo desarrolla los fundamentos cien-
tíficos de las tres vías de pertenencia, y establece con claridad que sin la 
guía de la pertenencia no es posible tener una satisfacción adecuada de 
los instintos de supervivencia. Se señala que los beneficios psicobioló-
gicos y sociales que se obtienen de desarrollar con fantasía imaginativa 
una visión de la realidad son fundamentales, tanto para el desarrollo de 
las tres vías de pertenencia, como para la satisfacción de los instintos de 
supervivencia. La pertenencia se da en un contexto evolutivo de fricción 
y competencia por la supervivencia, entre individuos, grupos sociales y 
especies; así que la pertenencia es siempre un proceso inacabado que 
implica fallas. Ante las fallas de pertenencia los instintos de supervivencia 
predominan, y la agresión se vuelve el determinante de la relación entre 
individuos y grupos sociales, lo que lleva a un proceso social destructivo 
de las instituciones y formas de vida establecidas. Las fallas de perte-
nencia tienen el objetivo evolutivo de mantener a las sociedades y a los 
individuos competitivos. Sin embargo, la agresión también tiene costos 
evolutivamente innecesarios e inadecuados.La destrucción inapropiada 
del medioambiente es un ejemplo. Pero aun a nivel social, se dan casos de 
sociedades que nunca se recuperan adecuadamente de sus procesos des-
tructivos internos producto de fallas de pertenencia. El establecer la per-
tenencia social apropiada para guiar a los instintos de supervivencia, sin 
perder el dinamismo social que implican las fallas de pertenencia es uno 
de los desafíos más importantes de las ciencias sociales contemporáneas. 
A nivel psicológico el hecho de que no existe una solución esencial para la 
pertenencia capaz de ser entendida e implementada por la razón humana 
implica que la pertenencia tiene siempre una centralidad emocional. La 
fantasía imaginativa le permite al ser humano imaginar una pertenencia 
perfecta aun ante las fallas inminentes de la misma en el mundo real. A 
los seres que amamos los miramos distinto a lo que realmente son, los 
idealizamos. Lo cual no quiere decir que ante condiciones extremas no 
reconozcamos la realidad de los seres amados. Pero el amor implica un 
proceso de idealización sin el cual el amor no es posible. La contraparte 
carlos obregón12
conceptual racional de la centralidad emocional del amor es la idealiza-
ción de éste mediante la fantasía imaginativa. Lo mismo sucede con la sig-
nificación social. Hay un proceso de idealización imaginativa conceptual 
de las relaciones sociales entre humanos vía el patriotismo, la hermandad 
social y otros conceptos. Y la significación existencial también pasa por 
un proceso de fantasía imaginativa vía la magia, la religión, el misticismo 
y otros conceptos. 
El segundo capítulo trata sobre la fantasía y el carácter representacio-
nal del cerebro humano. El principal propósito es el de explicar cuál es el 
papel de la fantasía imaginativa en el equilibrio psicobiológico del cerebro 
humano. El capítulo consta de cuatro secciones. La primera explica cómo 
conoce el cerebro humano el exterior y cuál es el papel de las emociones 
y de la imaginación en este proceso. La segunda sección discute el come-
tido evolutivo de los sentimientos y cuál es el rol de la conciencia en la 
formación de emociones en el ser humano. La tercera sección se dedica 
a analizar la literatura sobre el carácter representacional de la realidad 
psicológica en el cerebro humano, y como se influye por, y a su vez es de-
terminante del equilibrio psicobiológico. En la construcción de la realidad 
psicológica representacional de la mente humana, tanto colectiva como 
individual, las emociones, y particularmente la fantasía imaginativa, tie-
nen un papel fundamental. El carácter representacional de la realidad 
psicológica no significa que la realidad en sí misma no exista y no tenga 
relevancia. Pero esta realidad en sí misma tanto interna como externa 
al sujeto sólo puede ser interpretada a través de un sistema conceptual 
cognitivo representacional afectivo que permita ordenar la información 
y darle sentido. De modo que la realidad psicológica del sujeto siempre 
es representacional y está sustentada en la base afectiva-emocional que 
provee la pertenencia. La cuarta y última sección presenta una breve 
nota introductoria sobre la relación entre la fantasía imaginativa, la perte-
nencia, y el equilibrio psicobiológico. Relación que se explora con mayor 
detenimiento en el capítulo cuatro. 
El tercer capítulo está dedicado a la magia, la religión, y la fantasía. El 
propósito de este capítulo es entender el papel de la fantasía imaginativa 
en la formación de la realidad representacional afectiva de la sociedad, 
el sistema conceptual social, que define la tres vías de pertenencia. La 
primera sección define el sistema conceptual de las sociedades primarias, 
la magia primaria, y la distingue del concepto actual de la misma que la 
concibe como algo irreal y/o demoniaco. La magia primaria, en contra-
posición a la concepción actual de la magia, incluye no solo la fantasía 
introducción 13
imaginativa, sino también todos los conocimientos científicos y tecnoló-
gicos que se poseen. La segunda sección explica como la herencia de la 
magia primaria influye decisivamente en los distintos esencialismos que 
conformaron las visiones ontológicas, epistemológicas y religiosas tanto 
de las sociedades tradicionales como de las sociedades occidentales. El 
capítulo concluye que, en las sociedades contemporáneas, tanto tradicio-
nales como occidentales, aun hoy en día, hay muchas conductas que son 
una herencia directa de la magia primaria. En particular se señala que 
las sociedades contemporáneas no serían concebibles sin los elementos 
fantasioso-religiosos y místicos que son una herencia directa de la magia 
primaria.
El cuarto capítulo se dedica al tema de vivir con fantasía y perte-
nencia. El propósito de este capítulo es el de discutir como contribuye 
la fantasía imaginativa al adecuado desarrollo de nuestras pertenencias 
evolutivas y al desenvolvimiento de una vida individual y social plena. 
A nivel individual la fantasía imaginativa provee la flexibilidad psicológi-
ca representacional para adaptarse adecuadamente al exterior; cualidad 
necesaria para mantener la salud mental, desarrollar una actitud positiva 
ante la vida y la existencia, y crear una adecuada pertenencia. De modo 
que, a nivel individual, se concluye, hay grandes beneficios de desarrollar 
con fantasía imaginativa una visión de la realidad. A nivel social, las so-
ciedades necesitan visiones imaginativas emocionales para poder satisfa-
cer adecuadamente las tres vías de pertenencia. El amor no es concebible 
sin fantasía imaginativa, la cual le da un carácter representacional único 
y especial a los seres amados. La significación social siempre involucra 
una fantasía imaginativa del grupo social que le da cohesión y sentido de 
pertenencia. La significación existencial siempre lleva consigo visiones 
imaginativas, ya sean mágicas, religiosas, y/o místicas, de la relación de 
pertenencia del hombre con el universo biológico y material. Aun la sa-
tisfacción de los instintos individuales de supervivencia se da en un con-
texto social influido por fantasía imaginativa. El hambre se transforma 
en arte culinario, el miedo en tabúes sociales, los sueños en mitología, y 
el sexo en formas culturales de satisfacerlo. No hay ni sexo, ni miedo, ni 
sueños, ni comida, que no involucren parcialmente a la fantasía imagina-
tiva de la realidad. De modo que la satisfacción de los instintos básicos 
de supervivencia también puede beneficiarse grandemente del desarrollo 
adecuado de la fantasía imaginativa. En la primera sección, precisamos, 
al nivel individual, gráficamente cual es la relación entre las emociones, 
los sentimientos, la pertenencia, y la fantasía imaginativa. En la segunda 
carlos obregón14
sección, también al nivel individual, señalamos algunos métodos para po-
der desarrollar una fantasía imaginativa y una pertenencia adecuada. En 
la tercera sección, discutimos, al nivel social, el papel de la fantasía imagi-
nativa y de la pertenencia, y cuáles son las condiciones instituciónales y 
conceptuales adecuadas para una vida social plena. 
Y finalmente en la conclusión de esta manuscrito presentamos un bre-
ve resumen de los principales propuestas que este manuscrito contiene. 
[15]
CAPÍTULO 1 LA PLENITUD DE LA PERTENENCIA Y 
LOS PLACERES DE LA INDIVIDUALIDAD
Los seres humanos estamos insertos en el gran proceso de la existencia, 
dominado en primera instancia por la expansión del universo material y 
en segunda instancia por la evolución de la vida; para vivir con plenitud, 
necesitamos desarrollar nuestra pertenencia a este gran proceso de la exis-
tencia. La pertenencia es la identificación con el exterior, en este caso el 
universo existencial, producto del desarrollo de nuestro potencial evolutivo 
de relacionamiento con el mismo. La dualidad existencial del individuo se 
presenta entre sus instintos de supervivencia, diseñados para preservar su 
vida individual y los goces personales que ello conlleva,y el desarrollo de 
su pertenencia al universo social, biológico y material que lo circunda. La 
pertenencia es indispensable para la supervivencia individual, de modo que 
en general los instintos de supervivencia son guiados por la pertenencia y 
se crea un ciclo virtuoso. Entre más desarrollada esté la pertenencia, mejor 
se satisfacen los instintos de supervivencia y mayores los goces personales 
que dicha satisfacción conlleva. Sin embargo, hay necesariamente fallas de 
la pertenencia, y cuando esta última no guía adecuadamente a los instintos 
de supervivencia, la agresión individual se convierte en el organizador de 
las relaciones entre los seres humanos. Dicha agresión es destructora de la 
vida social y familiar. La destrucción, sin embargo, conlleva la posibilidad 
de renovar a la sociedad y mantenerla alerta y competitiva. 
El diseño evolutivo implica necesariamente tensión inherente entre: 
a) la realidad del individuo, enfrentado con su propio proceso de enve-
jecimiento y muerte, su necesidad de sobrevivir y la búsqueda de sus 
goces personales, y b) la realidad social inserta en el gran proceso de la 
existencia material y biológica. 
El proceso de supervivencia de la raza humana implica una adecuada 
pertenencia del individuo y la sociedad al universo material y biológico, 
que yo he denominado en otros trabajos la tercera vía de pertenencia o 
la pertenencia existencial. Implica además la apropiada pertenencia del 
individuo al grupo social, lo que he denominado la segunda vía de per-
tenencia o la significación social, porque el grupo social le da significado 
carlos obregón16
a la vida individual. Y por último implica la pertenencia cierta del indivi-
duo al pequeño circulo social inmediato que lo rodea, particularmente la 
madre o cuidadora, que yo he denominado en otros trabajos la primera 
vía de pertenencia o el amor. 
Pero la pertenencia se da en un proceso evolutivo que requiere la fric-
ción inherente al propio proceso de buscar la supervivencia. La vida misma 
en busca de su supervivencia en un mundo material cambiante está en un 
proceso continuo de adaptación y cambio, para ello la evolución diversifica 
los más posible a la vida en distintas especies, y en cada especie en diferentes 
individuos, lo que optimiza la diversidad del pool genético y maximiza las 
posibilidades de supervivencia de la vida. Pero este proceso implica, en cada 
momento dado de la evolución, la supervivencia de los más adaptados y 
que perezcan los menos adaptados, lo que requiere necesariamente la com-
petencia constante por sobrevivir entre distintas especies e individuos. Así 
los seres humanos, por un lado, en busca de la supervivencia requieren de 
desarrollar las tres vías de pertenencia mencionadas, pero por el otro com-
piten entre sí por sobrevivir. De modo que hay fricción y competencia entre 
individuos al interior de su grupo social y entre grupos sociales. Y hay fric-
ción y competencia con otras especies que constituyen el universo biológico.
En el caso de la primera vía de pertenencia, el amor, el bebé viene 
preparado con un instinto de pertenencia y también con sus instintos de 
supervivencia. El bebé muerde el pezón de la madre y exige el alimen-
to, a la vez que atrae a la madre con gestos y caras dulces y tiernas. La 
relación de supervivencia entre la madre y el infante es complicada. En 
embarazos difíciles, donde se tiene que elegir la vida de uno de los dos, 
normalmente se elige la de la madre, pero no siempre. Y en la medida que 
el bebé crece y se convierte en niño, adolescente, y adulto, sus propios 
instintos de supervivencia lo diferencian claramente de la madre. Y se 
genera fricción y competencia entre ambos por la supervivencia. En la 
medida que el instinto de pertenencia del amor guía los instintos de su-
pervivencia, la relación madre o cuidadora e hijo se da con relativa armo-
nía. Pero no siempre sucede así. Hay fallas de pertenencia. Hay madres 
violentadas físicamente por sus hijos, e hijos por sus madres.
En el caso de la segunda vía de pertenencia, la necesidad del indivi-
duo de su pertenencia al grupo social hace que tenga que desarrollar su 
significación social. Pero hay fricción y competencia entre los individuos 
que pertenecen a un grupo social. Y cuando no existe pertenencia común 
entre dos grupos sociales distintos, la agresión y la competencia dominan 
plenamente la relación.
capítulo 1 17
En lo que se refiere a la tercera vía de pertenencia, la supervivencia 
individual y social requiere de desarrollar la pertenencia existencial con 
el universo biológico y material, pero no siempre se logra adecuadamen-
te. Hay competencia entre individuos, grupos sociales, y especies por el 
aprovechamiento de los recursos biológicos y materiales disponibles. Ade-
más, la materia tiene su propia lógica, y esta no implica necesariamente la 
supervivencias de la vida. La vida tiene que adaptarse a la materia y no 
la materia a la vida. Los cambios materiales se dan independientemente 
de sus consecuencias para la vida. De modo que aun cuando la evolución 
diseñó a la vida para adaptarse y pertenecer a la materia, dicha pertenencia 
también tiene fallas que llevan a la desaparición de especies, y, por qué no, 
quizás en algún futuro, podrían llevar a la desaparición de la vida misma. 
Ya que la adaptación de la vida al universo material requiere la fric-
ción y la competencia entre especies e individuos, la pertenencia siempre 
es un proceso inacabado. Un proceso necesario para la subsistencia, pero 
que siempre tiene fallas. El proceso de construcción y destrucción de 
grupos sociales y de sus formas de adaptación al universo biológico y 
material que los circunda es un proceso competitivo que nunca se termi-
na. La pertenencia social del individuo siempre es imperfecta, reflejando 
la tensión inherente entre sus instintos individuales de supervivencia y su 
necesidad de desarrollar las tres vías de pertenencia para poder sobrevi-
vir. Lo anterior implica que no hay una solución “racional” óptima para 
el desarrollo de las tres vías de pertenencia. No hay una solución “esen-
cial” para ejercer la pertenencia que pueda ser descubierta por la razón 
humana. La pertenencia tiene necesariamente una base emocional diri-
gida parcialmente por sentimientos, que son una herencia de billones de 
años de evolución. Las emociones permiten preseleccionar cuales “cues” 
ambientales son necesarios para la supervivencia y guían el almacena-
miento inicial de imágenes. Y dado que los seres humanos están dotados 
de un lenguaje más sofisticado, que les permite mayores combinatorias de 
imágenes cerebrales y la creación de categorías más abstractas, las emo-
ciones, junto con la fantasía imaginativa, genera imágenes emotivas con-
ceptuales de la realidad que le dan un sentido imaginado de perfección 
a una pertenencia que es de suyo imperfecta. De este modo aun cuando 
la pertenencia nunca se logre plenamente, y siempre conlleve fallas, la 
fantasía imaginativa le permite al hombre la ilusión de plena pertenencia, 
lo cual lleva toda clase de beneficios neuro-psicobiológicos.
Este capítulo discute en la primera sección los instintos de superviven-
cia explorados ampliamente por Freud, Lorenz, y otros. Y en la segunda 
carlos obregón18
sección presenta las tres vías de pertenencia. Finalmente, en la conclusión 
se resume cual es la relación entre la plenitud de la pertenencia y los pla-
ceres de la individualidad.
los instintos de supervivencia
La agresión, el miedo, el hambre y el sexo son instintos básicos que permi-
ten la supervivencia del individuo. La importancia de los instintos básicos 
en la supervivencia ha quedado demostrada en los trabajos de etología de 
Lorenz1. La agresión se requiere tanto para la defensa individual, como 
para atacar y obtener alimento y sexo, y promueve la supervivencia de 
los más adaptados. El miedo es un instinto necesario para sobrevivir en 
un entorno desconocido. El instinto sexual garantiza la reproducción. Elhambre orienta al individuo a la obtención de los nutrientes necesarios 
para la supervivencia. Como animales, fuimos creados para ser nómadas 
y movernos para satisfacer nuestro instinto de hambre. Competir por 
la comida con otros animales garantiza un movimiento adecuado y un 
ayuno regular. Tanto el movimiento como el ayuno se han asociado con 
una salud adecuada y un desarrollo cerebral apropiado. 
Freud fue el primero en llamar la atención sobre las consecuencias psi-
cológicas de una satisfacción inadecuada de nuestros instintos de super-
vivencia. Los escritos de Freud fueron un gran desafío a la concepción 
filosófica del hombre libre. La neurosis para Freud se produce por el con-
flicto entre los instintos de supervivencia del ser humano y las restricciones 
conductuales impuestas por la sociedad. El psicoanálisis ha tenido éxito en 
el tratamiento de la neurosis y todavía hoy tiene muchos seguidores.
Freud ha sido duramente criticado por convertirnos en esclavos de 
nuestros instintos de supervivencia de herencia animal. La psicología esta-
dounidense contemporánea sostiene que los enfermos mentales que estu-
dió Freud no representan adecuadamente a seres “normales”. La psicolo-
gía cognitiva ha demostrado la capacidad del ego para imaginar, aprender 
y cambiar la conducta. El ego de los seres normales no es el ego vacío 
de Freud, ni siempre puede ser manipulado como argumentaba Skinner. 
Bandura y otros han demostrado empíricamente que el ego sólo puede 
manipularse para una gama limitada de conductas. La evidencia en tér-
minos de flexibilidad del ego y su capacidad de aprendizaje es sólida e in-
1 Lorenz, Konrad, On Aggression, New York, Harcourt, Brace and World, 1996.
capítulo 1 19
cuestionable. Y, desde el punto de vista evolutivo, es de esperarse la flexi-
bilidad del ego, porque es una característica evolutiva de la supervivencia.
Sin embargo, algunas de las propuestas centrales de Freud se mantie-
nen como relevantes. Las fallas en la pertenencia conducen al predominio 
de los instintos de supervivencia en cuanto a definir el comportamiento. 
Cuando el individuo no está adecuadamente socializado, se presenta el 
conflicto freudiano entre la satisfacción de sus instintos de supervivencia 
y las restricciones del comportamiento social impuestas por la sociedad. 
En estos casos, el comportamiento de dichos individuos se vuelve rígido, 
predecible y altamente manipulable desde el exterior.
Darwin fue una gran influencia en el desarrollo del pensamiento de 
Freud; quien no solo lo leyó y escribió expresamente su admiración, sino 
que además estudio zoología con varios darwinistas. Darwin había seña-
lado que todos los animales tenían un instinto de preservación que incluía 
tanto la pelea por sobrevivir como la inclinación a reproducirse. La se-
lección natural darwiniana por la capacidad sexual de reproducirse está 
detrás de los principales conceptos de Freud tales como el ello, el libido 
y las etapas psicosexuales. Para Freud la naturaleza animal del hombre 
es el origen de las raíces inconscientes de la conducta humana. El ego es 
de alguna manera el sirviente de fuerzas inconscientes e incontrolables 
de la mente. Freud se vuelve ateo porque piensa que la religión tiende a 
suprimir las fuerzas naturales de supervivencia evolutiva como el sexo. Y 
para él son estas fuerzas moralistas represivas las que causan la neurosis. 
Para Freud, Darwin habiendo demostrado el origen animal del hombre 
abre las puertas para poder explicar su conducta en términos científicos, 
y para dejar de lado la espiritualidad y la moral racional como normas 
explicativas de la misma.
El hombre para Freud vive en una lucha permanente entre el ello, que 
representa los instintos de sexo (vida) y agresión (muerte), y el superego, 
que representa las restricciones sociales2. El ego para Freud es sólo un 
intermediario en la batalla. La ansiedad neurótica en Freud es el miedo 
a que los instintos se salgan de control y ocasionen que la persona haga 
algo por lo que será reprimida nuevamente. La neurosis para Freud es la 
consecuencia de la frustración en la satisfacción de los instintos constitu-
cionales de supervivencia. Para Freud, eventos importantes de insatisfac-
ción o violación de dichos instintos tienden a ser negados, falsificados o 
distorsionados por mecanismos de defensa que operan inconscientemen-
2 Freud, S. (1953-1974), The Standard Edition of the Complete Psychological Works, Stracherey J. 
(ed.), London, Hogarth.
carlos obregón20
te. El hombre es asaltado con frecuencia por estas imágenes del incons-
ciente que le van formando su personalidad y le ocasionan fobias, mie-
dos, pesadillas, neurosis y desequilibrio emocional. Para Freud el trauma 
está frecuentemente relacionado con eventos de la niñez o juventud, y 
de especial importancia son las experiencias relativas a la sexualidad. La 
neurosis está particularmente relacionada con la etapa de Edipo, de tres a 
cinco años, en la cual el niño inicia su diferenciación de otros y comienza 
a jugar con sus genitales. La teoría de Freud no ha podido ser comproba-
da empíricamente, pero a pesar de ello ha sido de gran influencia. 
Freud construye su teoría en base a su experiencia con enfermos men-
tales con desequilibrios emocionales, en los cuales la agresión y el sexo 
con frecuencia se encuentran fuera de control, esto lleva a Freud a una 
visión sesgada del hombre. Hoy en día hay consenso en que los instintos 
autónomos de agresión y sexo que Freud propuso no son comprobables 
empíricamente. En cuanto al instinto de agresión, este ha sido verificado 
en estudios que muestran que los niños nacen agresivos, pero también se 
muestra en estos mismos estudios que la agresión se desaprende como 
consecuencia de la experiencia familiar y social3. En cuanto al instinto del 
sexo, hoy en día el psicoanálisis continúa siendo exitoso en el tratamiento 
de la neurosis, la cual sí tiene su origen en frustraciones psicosexuales 
relacionadas con las etapas de desarrollo sexual. Pero las etapas de de-
sarrollo sexual no son tan rígidas y definidas como Freud pensaba, sino 
que dependen de factores genéticos y culturales. Y la neurosis no se pre-
senta en todos los casos: hay muchos niños que se desarrollan en forma 
normal porque aprenden familiar y socialmente a manejar adecuadamen-
te su desarrollo sexual. En cuanto al inconsciente propuesto por Freud, 
hay actualmente una gran evidencia acumulada en el sentido de que la 
conciencia es de hecho sólo una parte pequeña de la actividad mental 
y de la importancia del inconsciente4, sin embargo, la concepción que 
ha ido emergiendo del inconsciente difiere de aquél definido por Freud. 
Para él el inconsciente es consecuencia de la defensa de la frustración de 
los instintos autónomos de agresión y sexo, mientras que actualmente 
el inconsciente se aprecia que puede tener características muy diversas 
en distintas personas. Para Rogers, por ejemplo, el inconsciente no está 
necesariamente dominado por traumas de la infancia, la represión puede 
evitarse cuando los individuos reciben la adecuada recompensa psico-
3 Fonagy, (2004), “Early life trauma and the psychogenesis and prevention of violence”, Ann NY Acad 
Sci, Vol. 1036, pp. 181-200.
4 Kihlstrom, JF (1987), “The cognitive unconscious”, Science, Vol. 237, pp. 1445-1452.
capítulo 1 21
lógica de los padres. Mientras que, para Bowlby, niños que crecen con 
personalidades seguras no presentan la represión freudiana. En general, 
hoy se admite que el inconsciente no está necesariamente dominado por 
la represión de los instintos autónomos de Freud.
La psiquiatría y psicología contemporáneas han demostrado empírica-
mente que los instintos del sexo y la agresión no son autónomos, sino que 
se orientan y determinan en la interacción con el medioambiente. La limi-
tación más importante de Freud fue la de no comprender la importancia 
del medioambiente en la formación del ego, el cual aprende, se forma y 
responde entonces ante estímulosexternos diferencialmente en distintos 
individuos; así que el inconsciente de diversos individuos tiene caracte-
rísticas diversas. El ser humano no está condenado al conflicto freudiano.
A pesar de lo anterior Freud tuvo grandes contribuciones: 1) Destacó 
la importancia de los instintos de supervivencia – los cuales, aun no siendo 
autónomos, no dejan de ser relevantes; y si no son orientados apropiada-
mente, sí producen la frustración freudiana; 2) señaló la importancia del 
inconsciente, el cual no necesariamente tiene las características que Freud 
señaló – pero tiene de todos modos gran relevancia. La obra de Freud ha 
tenido en este tema gran influencia, inspiró por ejemplo las pinturas de Sal-
vador Dalí y las películas de terror de Alfred Hitchcock; 3) enfatizó el hecho 
de que la individualidad y los instintos de supervivencia que ésta requiere 
siempre crean fricción con el grupo familiar y social al que se pertenece. Y 
aun cuando dicha fricción en general pueda ser manejable bajo la guía de la 
pertenencia, lo cierto es que cuando la pertenencia no orienta adecuadamen-
te a los instintos de supervivencia individual se produce frustración psicoló-
gica. La naturaleza del hombre no es la que Freud propuso, pero sin duda 
este autor destacó una parte importante de la misma, y su contribución ha 
tenido tanta relevancia que aun hoy en día es sujeto de mención y discusión. 
las tres vías de la pertenencia
El cerebro de un bebé recién nacido aún no está completamente desa-
rrollado y el bebé no es apto para sobrevivir. La supervivencia de los 
bebés requiere un proveedor de atención, por tanto, la primera relación 
de pertenencia es con la madre o cuidadora. La relación de pertenencia a 
quienes están cerca de nosotros, la he llamado “amor” en obras anterio-
res; y ha sido explorada empíricamente extensamente por la psicología 
carlos obregón22
del apego5. Pero la madre y el bebé, a su vez, no están hechos evoluti-
vamente para sobrevivir por sí solos, la madre necesita la protección de 
un grupo social para poder dedicar el tiempo necesario a cuidar al bebé 
y no sucumbir a otros depredadores animales o humanos. Ya nuestros 
antecesor común con el chimpancé era un ser social, y lo que distinguió 
a los homínidos de dicho antecesor fue precisamente la ampliación del 
grupo social gracias al descubrimiento de la tecnología de la roca. Evo-
lutivamente hemos sido diseñados como seres sociales. A la segunda 
relación de pertenencia con el grupo social la he denominado “significa-
ción social”, porque la pertenencia al grupo social le da “significado” a la 
vida individual, el individuo a través de su relación con el grupo social 
adquiere un significado social que le da pertenencia. La significación so-
cial ha sido documentada empíricamente por la sociología, la psicología 
social y otras escuelas de psicología. Finalmente, como cualquier forma 
de vida, y como requisito de supervivencia, los humanos están prepara-
dos evolutivamente para interactuar con el mundo material y biológico 
que los rodea. A esta tercera relación de pertenencia la he denominado 
“significación existencial”. La significación existencial le da significado 
al individuo en el universo existencial a través de sistemas conceptuales 
como la magia primaria y las religiones. La significación existencial ha 
sido mostrada empíricamente por la medicina y la psicología budista.
La primera vía de pertenencia: el amor
Bowlby estudió en la tradición freudiana, pero cuando estaba estudian-
do estaban sucediendo varias desarrollos intelectuales importantes6. Los 
5 Obregon, C. The Philosophy of Belonging, 2021. Amazon.com. Disponible en Research gate.net.
6 Bowlby, J. (1969) Attachment and Loss, Vol. 1. Attachment. New York: Basic Books. 
_______ (1973) Attachment and Loss, Vol. 2. Separation and Anger, New York, Basic Books. 
_______ (1980) Attachment and Loss, Vol. 3 Sadness and Depression, New York, Basic Books. 
_______ (1988), A Secure Base: Parent-child Attachment and Healthy Human Development, New 
York, Basic Books. 
_______ (1988a.), “Developmental psychiatry comes of age”, American Journal of Psychiatry, Vol. 
145, pp. 1-10. 
_______ (1988b), A Secure Base. Clinical Applications of Attachment Theory, London, Routledge. 
Bowlby J., K. Figlio and R. Young (1990), “An interview with John Bowlby on the origins and 
reception of His Work, Free Associations, no. 21, pp. 36-64. 
La literatura mencionada en esta sección y las dos siguientes que no ha sido directamente 
citada se encuentra en Obregon, C., The Philosophy of Belonging, op. cit.
capítulo 1 23
seguidores de Freud habían modificado su pensamiento, argumentando 
que existía un yo – un ego – que desempeña un papel clave en el com-
portamiento humano, Piaget había demostrado cómo la conciencia del 
bebé se desarrolla a partir de su interacción con el entorno, y Lorenz 
había desarrollado sus experimentos de apego con gansos. Bowlby, uti-
lizando todos estos elementos, desarrolla la psicología del apego, que he 
rebautizado como psicología de la pertenencia, porque el apego en los 
humanos, a diferencia de animales más simples como los pájaros, implica 
emociones. 
Para Bowlby, el apego es un imperativo biológico de la evolución. El 
infante tiene instintos que lo guían a encontrar una figura a la cual ape-
garse, busca asegurar la disponibilidad continua de su cuidador. Bowlby 
propuso que la forma en que los padres tratan a los niños es fundamental 
para explicar su desarrollo psicológico. Bowlby utilizó un modelo de tra-
bajo interno, adoptado de los primeros trabajos en inteligencia artificial; 
que, a diferencia del esquema mental de Piaget, tiene un contenido emo-
cional. Así, el modelo de funcionamiento interno que forma el infante 
depende de la interacción emocional con sus padres –especialmente la 
madre–; y es este modelo el que determina la manera en que el niño 
procesa el mundo que lo rodea. El modelo de trabajo interno de Bowlby 
sería verificado empíricamente por Ainsworth y Main. Para Bowlby la 
pertenencia, el apego en sus palabras, también es crucial en el desarrollo 
psicológico de los adultos; esta propuesta sería verificada empíricamente 
por Fonagy.
Mary Ainsworth, que colaboró con Bowlby, ha demostrado empírica-
mente que el modelo de funcionamiento interno de los bebés varía depen-
diendo de la calidad de la relación emocional con la madre o cuidadora. 
Sus experimentos llevaron a la conclusión de que la calidad de la comuni-
cación preverbal entre madre e hijo define cuán segura es la personalidad 
del niño. Ella construyó el experimento de la “situación extraña”, en el 
que la madre abandona temporalmente al niño en una habitación extraña 
con una persona desconocida y se observa la conducta del niño, así como 
sus rasgos fisiológicos. Este experimento clasificó a los niños, según su 
respuesta conductual, en tres categorías: niños seguros, niños evasivos 
y niños ambivalentes. Los niños seguros actúan estables en su conducta 
a pesar del abandono de la madre y sus rasgos fisiológicos también son 
estables, lo que implica que el abandono temporal de la madre no los 
perturba Los niños evasivos pretenden que el abandono de la madre no 
los afecta, y también muestran una conducta estable, pero sus rasgos fi-
carlos obregón24
siológicos se alteran reflejando su nerviosismo por el abandono temporal 
de la madre. Los niños ambivalentes alteran drásticamente su conducta y 
se muestran nerviosos y alterados, lo cual también se refleja en sus datos 
fisiológicos. Mientras que las madres de niños seguros establecen una 
comunicación contingente y colaboradora, las madres de niños inseguros 
fallan en establecerla apropiadamente. Los niños inseguros optimizan, en 
la medida de lo posible, la calidad de la protección que reciben. Los niños 
evasivos ocultan sus emociones y dejan claro que no esperan atención. 
Los niños ambivalentes muestran preocupación en todo momento por la 
disponibilidad de la madre, buscando ser escuchadospor ella7.
Una alumna de Ainsworth, Mary Main, descubrió experimentalmen-
te una nueva categoría de bebés, los niños desorganizados. El comporta-
miento desorganizado en los niños es el resultado del miedo a los padres, 
a quienes los bebés identifican como una fuente de peligro; o alternati-
vamente, es consecuencia de ver a los padres comportarse temerosos e 
impotentes. 
Mary Main también se preocupó por diseñar estudios longitudinales, 
para evaluar la permanencia del modelo de trabajo interno8. El primer 
resultado importante fue que se encontró una fuerte correlación entre 
7 Ainsworth, MDS (1967), Infancy in Uganda. Infant Care and the Growth of Love, Baltimore, The 
Johns Hopkins University Press. 
Ainsworth, MDS et. to. (1978) Patterns of Attachment: A Psychological of the Strange 
Situation, Hillsdale, NJ, Erlbaum.
8 Main, M. (1991), “Metacognitive knowledge, metacognitive monitoring and singular (coherent) vs. 
multiple (incoherent) models of attachment “, in Attachment Across the Life Cycle, CM Parkes, J. Steven-
son-Hinde, and P. Marris (Eds.), London, Routledge, pp. 127-159. 
_______ (1995), “Attachment: overview, with implicaciones for clinical work”, in S. Goldberg, R. Muir 
and J. Kerr (eds.), Attachment theory: Social, developmental and clinical perspectives, Hillsdale, N. J, 
Analytic Press, pp. 407-474 
_______ (1995a), “Recent studies in attachment: With selected implicaciones overview for clinical 
work”, in S Goldberg, R. Muir and J. Kerr (eds.), Attachment Theory: Social, Developmental and 
Clinical Perspectives, NJ, Analytic Press, pp. 407-474. 
Main, M., E. Hesse, and N. Kaplan (2005), “Predictability of Attachment Behavior and Represen-
tational Processes”, in KE Grossmann, Grossmann K. and E. Waters (Eds.), Attachment from infancy to 
adulthood: Lessons from longitudinal studies, pp. 245-304, New York, Guilford Press. 
Main, M., N. Kaplan, J. Cassidy (1985), “Security in infancy, childhood, and adulthood: a move to 
the level of representation”, in I. Bretherton and E. Waters (Eds.), Growing Points of Attachment Theory 
and Research. Monographs of the Society for Research in Child Development, Vol. 50 (2-3, serial no. 
209), pp. 66-104. 
Main, M., and J. Sólomon (1990), “Procedures for Identifying infants as disorganized / disoriented 
During the Ainsworth Strange Situation”, in M. Greenberg, D. Cicchetti & EM Cummings (eds.), At-
tachment During the Preschool Years: Theory, Research and Intervention, Chicago, University of Chicago 
press, pp. 121-160, MS Mahler (1963), “Thoughts acerca development and individuation” The Psychoa-
nalytic Study of the Child, Vol. 18, pp. 307-24.
capítulo 1 25
la clasificación de la personalidad del niño según el comportamiento del 
infante en la situación extraña a los doce meses, con los modelos internos 
de representación con los que el niño interpreta los eventos que ocurren. 
cuando tiene seis años. El segundo resultado importante fue la correla-
ción entre el comportamiento infantil a los doce meses y el estado mental 
representacional de los padres con respecto a la pertenencia. Main pro-
puso que el modelo de trabajo interno es en realidad un proceso estruc-
tural, que define no sólo sentimientos y comportamientos; pero también, 
la atención, la memoria y la conciencia cognitiva. El modelo de trabajo 
interno se relaciona no sólo con diferentes patrones de conducta no ver-
bal, sino también con patrones de lenguaje y estructura mental. Diversos 
estudios han mostrado que las reglas que el bebé aprende para sobrevivir 
se mantienen durante toda su vida, y definen no sólo su comportamiento 
posterior, sino cómo percibe el mundo. Main también ha mostrado que 
estas reglas influyen decisivamente en el estilo que tendrá el individuo 
para ejercer su paternidad.
Numerosos estudios han confirmado las propuestas de Bowlby, 
Ainsworth y Main. Van Ijsendoorn corroboró los principales resultados 
en seis países. Hesse registró que Benoit y Parker encontraron corre-
laciones en tres generaciones. Sroufe mostró que los niños seguros se 
convierten en líderes confiados, los niños evasivos tienden a victimizar 
a otros niños, y los niños ambivalentes tienden a ser las víctimas. Como 
adultos, los niños evasivos tienen un factor de riesgo que los vincula con 
problemas de narcisismo, y comportamiento esquizoide u obsesivo. En 
la adolescencia los niños ambivalentes tienden a correlacionarse con la 
anorexia, y en la edad adulta se relacionan con la histeria y el comporta-
miento histriónico. Los niños desorganizados, cuando se exponen en la 
vida a presiones sociales adicionales, se asocian con graves trastornos de 
la personalidad.
La relación de pertenencia tiene una centralidad emocional funda-
mental. Existe una conexión límbica entre los mamíferos, producto de 
una larga evolución, que permite la protección de las crías y el desarrollo 
de la vida grupal. En el caso de los reptiles, el cerebro controla el equi-
librio corporal y asegura la supervivencia; la agresión es un medio para 
conseguir lo que necesitan, no tienen emociones y sólo optimizan su pro-
pia supervivencia. En cambio, en los mamíferos, el cerebro límbico, inclu-
yendo la amígdala y el hipocampo, controla las emociones, las relaciones, 
el equilibrio hormonal y el sexo. En los mamíferos, el cerebro límbico 
restringe la agresión reptiliana y los inclina a brindar la protección social 
carlos obregón26
necesaria para que la relación entre madre y bebé pueda desarrollarse. 
La comunicación límbica es fundamental para establecer la relación de 
pertenencia: sin emoción no hay pertenencia. Las expresiones verbales, 
de las que es capaz el cerebro cortical, no tienen sentido si no están res-
paldadas por la comunicación emocional no verbal, que proviene de la 
relación límbica.
La neurobiología ha demostrado que el desarrollo neuronal del infante 
depende de la calidad de la relación de pertenencia con los padres. Tanto 
la teoría psicológica de la pertenencia, como la neurobiología contempo-
ránea, resaltan la importancia de la calidad de la comunicación no verbal 
y de la relación emocional. Algunos estudios genéticos, particularmente 
de gemelos criados por separado, han demostrado el poder de la genética 
para determinar algunos rasgos clave como la inteligencia, la personali-
dad, el temperamento, las preferencias y las aversiones. Pero ninguno 
de estos rasgos se correlaciona con qué tan segura es la personalidad. La 
seguridad del comportamiento conductual del niño, del adolescente y del 
adulto no se correlaciona con ningún gen; se explica por la calidad de la 
atención y la comunicación no verbal que recibe el infante
El cerebro está dividido en dos hemisferios, que interactúan entre 
ellos. Cuando domina el hemisferio izquierdo, la información se procesa 
de forma lineal (un hecho a la vez), lógica, y se utiliza el lenguaje. En 
este hemisferio, se ejercita el razonamiento silogístico (causa-efecto), la 
lógica binaria (ejemplo, el bien y el mal), y el análisis lingüístico. Cuan-
do domina el hemisferio derecho, la información se procesa de forma 
visual, espacial, no lineal y holística. El yo autobiográfico, las señales no 
verbales, el sentido integral del cuerpo, los modelos mentales del yo, las 
emociones fuertes y la comprensión social son procesados principalmen-
te por el hemisferio derecho. Las narrativas históricas y propias surgen 
de la interacción de los dos hemisferios, el hemisferio izquierdo busca 
explicar lógicamente la información autobiográfica, social y emocional 
del hemisferio derecho. Estas narrativas, que implican la noción de un 
tiempo extendido, sólo prevalecen entre humanos, debido a la capacidad 
de abstracción del cerebro cortical. 
La memoria es la forma en que la experiencia crea los mapas neuro-
nales. Hay dos formas de memoria: inconsciente – implícita; y conscien-
te – explícita. La memoria implícita está disponible desde el nacimiento 
y registra modalidades físicas, conductuales, emocionales y perceptivas. 
Esta memoriano requiere atención consciente, y los acontecimientos no 
se pueden recordar. La memoria explícita depende de la maduración del 
capítulo 1 27
hipocampo en el cerebro límbico, lo que lleva aproximadamente un año 
y medio. El hipocampo crea un mapa neuronal contextual de representa-
ciones integrales. Hacia el segundo año de vida, el bebé puede desarrollar 
un sentido de sí mismo y del paso del tiempo, lo que le permite tener 
memoria autobiográfica; en la cual está involucrada la corteza prefrontal. 
La memoria explícita permite, a través de la narrativa, crear historias, y 
sueños, que dan a la mente una sensación de realidad y le permiten orga-
nizar la experiencia en una imagen de su ser en el mundo. La memoria 
explícita requiere atención consciente y los eventos registrados tienden 
a recordarse tanto como datos y/o episodios. Nuestras percepciones del 
mundo exterior y nuestras emociones dependen no sólo de la memoria 
explícita, sino también de la implícita, y a esta última no tenemos acceso 
a través de la razón. 
La emoción es un aspecto fundamental de la integración de muchas 
funciones cerebrales. Las emociones dan sensación de vitalidad al ser. 
La emoción, el significado y la conexión social se definen por el mismo 
proceso neuronal. La emoción primaria pone la mente en un modo de 
alerta, al que sigue una evaluación que da lugar a emociones categóricas 
(como tristeza, disgusto, etc.). La resonancia ocurre cuando dos perso-
nas alinean sus emociones primarias, lo que ocurre entre los bebés y sus 
madres en los primeros dos días después del nacimiento. Las emociones 
están en el cerebro límbico. Normalmente los mamíferos son capaces de 
transmitir sus emociones. Iacoboni descubrió neuronas espejo en huma-
nos, que habían sido descubiertas años antes en monos. Estas neuronas 
nos dan la capacidad de interpretar correctamente a otros mamíferos; 
una ventaja, obtenida en el proceso evolutivo. Así, las emociones pueden 
entenderse como procesos de integración neuronal, que nos conectan con 
los demás. La integración de la actividad de dos cerebros es un proceso 
vital para la supervivencia, y se requiere para el correcto desarrollo del 
potencial genético. Es por eso por lo que los desequilibrios emocionales 
tienen implicaciones importantes para la capacidad de razonar, así como 
para la salud física del individuo. Los problemas agudos de pertenencia 
alteran la función de los circuitos cerebrales necesarios para la mentaliza-
ción. Nuestros cerebros están diseñados para ser influenciados por la in-
teracción con otros cerebros; este es un rasgo de supervivencia evolutivo. 
La comunicación colaboradora y contingente, aquella que responde 
adecuadamente a las señales de otro, es fundamental; porque es el proce-
so mediante el cual los niños crean tanto su conocimiento social como la 
comprensión de sí mismos. El crecimiento del cerebro del bebé requiere 
carlos obregón28
literalmente de la interacción de cerebro a cerebro, y ocurre como con-
secuencia de una relación positiva entre madre e infante. Neurológica-
mente la coherencia requiere respuestas contingentes ambientales; que 
puede afectar a uno o ambos hemisferios cerebrales. Las neuronas que 
se activan juntas crean circuitos sinápticos neuronales que subyacen al 
funcionamiento del flujo de información en el cerebro humano. Estos cir-
cuitos almacenan información y forman un modelo de memoria interna, 
que consta de memorias invariantes que organizan la infinita información 
que se percibe desde el exterior. Sin estos modelos de memoria interna, 
la infinita información del entorno no sería procesable y constituiría un 
caos. Así, la mayor parte de lo que percibimos no nos llega a través de 
nuestros sentidos, sino que lo genera el modelo de memoria interna. Por 
lo tanto, la primera infancia es crucial porque define el primer modelo del 
mundo del cerebro.
Lewis, et al. señalan que la memoria implícita es parte de nuestro 
conocimiento, y nuestro cerebro límbico nos permite percepciones de las 
que no tenemos explicación racional. Las conexiones neuronales que se 
desarrollaron antes de la memoria explícita no son recordadas ni com-
prendidas por el cerebro cortical. La razón no puede reemplazar la im-
portancia de las conexiones límbicas con otros mamíferos y humanos. 
La resonancia, regulación y revisión límbicas definen nuestra existencia 
límbica emocional. La biología límbica y las relaciones químicas gobier-
nan a los mamíferos.
Nuestro código genético está definido de tal manera que sólo se desa-
rrolla adecuadamente como consecuencia de una experiencia adecuada 
con el mundo exterior. A partir de una genética heredada, existen varios 
desarrollos posibles; y cuál de estos sucede depende de la experiencia 
social. Y en ello, los cuidados iniciales del infante y los primeros años del 
niño juegan un papel básico. 
Suomi señala que los monos con un gen que impacta el metabolismo 
de la serotonina muestran un comportamiento social anormal en ausen-
cia de atención materna; sin embargo, si se crían por una madre que les 
dé una crianza adecuada, se regula el comportamiento anormal9. La nece-
sidad de una vida social no es sólo humana, es en general una característi-
ca de los mamíferos e incluso de otros animales como las aves. Los expe-
9 Suomi, SJ (1999), “Attachment in rhesus monkeys”, in J. Cassidy and PR Shaver (Eds.), Handbook 
of attachment. Theory, Research and Clinical Implications, 181-197, New York, The Guilford Press. 
_______, “A biobehavioral perspective on developmental psychopathology. Excessive aggression and 
serotonergic dysfunction in monkeys “, in AJ Sameroff, M. Lewis, and S. Miller (eds.), Handbook of 
Developmental Psychopathology, 2nd. ed. New York, Plenum Press, 2000.
capítulo 1 29
rimentos de Harlow y Lorenz, entre otros, han demostrado la fuerza de 
los instintos sociales en mamíferos y otras especies. Lorenz mostró cómo 
los patos y los gansos siguen instintivamente a su madre, y engañando al 
sistema instintivo de apego logró que siguieran a otros objetos, incluido él 
mismo10. El sistema de apego instintivo de las aves está programado para 
hacerlas seguir, cuando nacen, cualquier cosa que se mueva y aparezca 
ante sus ojos. Los estudios de Lorenz también se han repetido con mamí-
feros como ovejas, cerdos y monos. Este instinto de pertenencia de aves y 
mamíferos fue denominado por Lorenz “imprinting”. Harlow demostró 
que un mono prefiere quedarse con una madre artificial, en lugar de que-
darse junto a un dispositivo que le da leche. Hofer ha demostrado que 
la relación madre-hijo en ratas es vital para el correcto funcionamiento 
químico y fisiológico de la rata hija. El cuerpo de la madre rata cuando 
está cerca del de la hija regula los procesos químicos y biológicos de la 
rata bebé en todo su sistema corporal: afecta el ritmo cardíaco, el sue-
ño y el sistema inmunológico, neuroquímico, circadiano y endocrino11. 
Los niños regulan mejor su sueño si duermen con un osito que respira 
artificialmente, que con un simple Winnie Poo. El síndrome de muerte 
súbita infantil se relaciona con hábitos maternos de sueño que dejan al 
bebé solo. Es de destacar que el mencionado síndrome aumenta cuatro 
veces cuando las madres están deprimidas. Los bebés que duermen con 
sus madres amamantan hasta tres veces más que los que duermen solos. 
Los mamíferos generalmente crecen, protegen y defienden a sus des-
cendientes cuando estos son inmaduros. Los bebés después de nacer son 
capaces de distinguir la voz de la madre en lugar de la del padre, lo que 
implica alguna forma de aprendizaje prenatal. A los 42 minutos, son ca-
paces de imitar la expresión facial de un adulto. Y a las 36 horas de edad 
reaccionan a las emociones y expresiones faciales de la madre.
10 Lorenz, K. (1935), “Der Kumpan in der Umvelt des Vogels [Companionship in Bird Life]”, in CH 
Schiller (ed.), Instinctive Behavior, New York: International University Press.
11 Hofer, MA (1987), “Early relationships: a psychologist’sview”, Child Development, Vol. 58 (3), 
pp. 633-47. 
_______ (1995) “Hidden regulators: implicaciones for a new understanding of attachment, separation, 
and loss” in S. Goldberg, R. Muir, and J. Kerr (eds.), Attachment Theory: Social, Development, and 
Clinical Perspectives, Hillsdale, New Jersey, Analytic Press. 
_______ (1996), “On the nature and Consequences of early loss”, Psychosomatic Medicine, Vol. 58, 
pp. 570-81. 
_______ (2004), “The emerging neurobiology of attachment and separation: How parents shape Their 
infant’s brain and behavior”, in SW Coates and JL Rosenthal (eds.), September 11 “When the Bough 
Broke” Attachment Theory, Psychobiology, and Social Policy: An Integrated Approach to Trauma, New 
York, Analytic Press.
carlos obregón30
Estamos genéticamente preparados para desarrollarnos interactuando 
con otros seres humanos. Los neurotransmisores son liberados por el 
cuerpo como resultado de las relaciones interpersonales. En las relaciones 
con personas cercanas el cuerpo libera dopamina y otro neurotransmisor, 
la oxitocina, que es liberada por la madre antes del parto. Las largas 
separaciones forzadas perturban las funciones de los procesos cardiovas-
culares, hormonales e inmunológicos del adulto. Los neurotransmisores 
se utilizan en adultos para el tratamiento de trastornos nerviosos: la sero-
tonina (Prozac) se utiliza para la ansiedad, la depresión, la baja autoestima 
y la hostilidad, entre otros; el opio reduce la ansiedad.
El cerebro se crea a través de la energía que activan las neuronas; el 
flujo de energía en la mente se define a partir de un flujo de información; 
y la integración de la información en un todo coherente se facilita o inhibe 
como resultado de las relaciones interpersonales, y el principal medio de 
comunicación en tales relaciones son las emociones; la capacidad de un 
individuo para organizar las emociones, producto en parte de relaciones 
de apego anteriores, moldea directamente la capacidad de la mente para 
integrar la experiencia y adaptarse a factores estresantes futuros. 
La experiencia influye directamente en las conexiones sinápticas (la 
forma en que las neuronas están conectadas entre sí) y las fortalece o 
las lleva a su desaparición. La ansiedad y la depresión son las primeras 
consecuencias de la omisión límbica. Spitz ya demostró desde 1945 que 
los niños en orfanatos y prisiones, que no reciben atención interperso-
nal, pierden peso, enferman y a menudo mueren12. Los monos adultos 
que crecieron aislados no pueden interactuar con otros monos, tienden 
a automutilarse y a dejar de comer y beber durante largos períodos. El 
mono que creció de forma aislada no desarrolla adecuadamente su siste-
ma nervioso, y muestra una alteración general de la función cerebral que 
Kraemer duda que pueda remediarse o controlarse mediante medicamen-
tos13. Esta desorganización general del cerebro produce conductas socia-
12 Spitz, RA (1945), hospitalism: An Inquiry into the Genesis of Psychiatric Conditions in Early Child-
hood. The Psychoanalytic Study of the Child, 1, pp. 53-73. 
_______ (1959), A Field Theory of Ego Cenetic Formation: Its Implications for Pathology, New York: 
International University Press.
13 Kraemer, GW (1985), “Effects of expats in early social experience of neurobiological-primate behavio-
ral development”, in M. Reite and T. Field (eds.), The Psychology of Attachment and Separation, New 
York, Academic Press. 
Kraemer, GW (1992), “A psychobiological theory of attachment”, Behavioral and Brain Sciences, Vol. 
15, pp. 493-541. 
Kraemer, GW, Ebert MH, DE Schmidt and WT McKinney (1989), “A longitudinal study 
of the effect of different social rearing conditions on cerebrospinal fluid norepinephrine and biogenic amine 
capítulo 1 31
les agresivas. Los monos que crecen junto a madres que muestran estrés 
emocional presentan trastornos de personalidad. El aislamiento límbico 
en el ser humano también tiene graves consecuencias, la falta de una 
relación de pertenencia a la familia y a la sociedad conduce a todo tipo 
de conductas agresivas indeseables, como la delincuencia. Lewis, et al. Se-
ñalan que no existe ninguna restricción intrínseca a dañar a las personas 
fuera del dominio límbico14. Para estos autores la violencia entre grupos 
se debe a la explicación racional de que el enemigo no es como nosotros. 
El cerebro límbico insatisfecho busca reemplazar las relaciones hu-
manas con sustitutos como drogas, alcohol, cirugía plástica excesiva y 
otros. Así, los criminales en serie pueden explicarse, en algunos casos, 
por defectos genéticos, y en otros, como resultado de una negligencia 
límbica extrema; y en la mayoría de los casos como una combinación de 
los dos factores. Las conexiones sinápticas extremadamente inadecuadas 
en los primeros años pueden perjudicar la función cerebral hasta el punto 
de dejarla sin reparación. Cuando ocurre una negligencia de pertenencia 
aguda con el niño, los bebés presentan una circunferencia cefálica menor 
de lo normal, su cerebro se ha encogido por la pérdida de millones de 
células resultado de la falta de relaciones interpersonales y de protección 
materna; la posible causa es el exceso de cortisol y otras hormonas des-
encadenadas por el estrés que provocan daño neuronal. En casos de ne-
gligencia menos extrema, la omisión límbica tiene consecuencias de com-
portamiento social agresivo e indeseable. Cuando el daño es reparable, 
las terapias psiquiátricas y psicológicas pueden contribuir a crear nuevas 
relaciones con personalidades confiables y contribuir a la recuperación. 
La mayoría de los adultos, sin embargo, conservan la personalidad que 
desarrollaron cuando eran niños; de modo que incluso si hay esperanza 
de cambio, no sucede muy a menudo.
metabolites in rhesus monkeys”, Neuropsychopharmacology, no. 2 (3), pp. 175-89. 
Kraemer, GW and AS Clarke (1990), “The behavioral neurobiology of self-injurious behavior in rhe-
sus monkeys”, Progress in Neuro-Psychopharmatology and Biological Psychiatry, Vol. 14, pp. S141-S168. 
_______ (1996). “Social Attachment, brain function, and aggression”, Annals of the New York Aca-
demy of Science s, no. 794, 121-35.
14 Lewis, T., Amini, F., Lannon, R. (2000). A General Theory of Love, New York. Vintage Books.
carlos obregón32
La segunda vía de pertenencia: la significación social
Los seres humanos desarrollan un arreglo institucional que acumula 
conocimientos pragmáticos para poder sobrevivir en su entorno. Dicho 
arreglo institucional define en términos prácticos a las tres vías de perte-
nencia. La forma en que se estructura la familia y el cuidado de los bebés, 
la definición de cómo se da la pertenencia social, y la organización social 
que define cómo interactuar con el medio ambiente biológico y mate-
rial. Y con el advenimiento del lenguaje, dicho arreglo institucional tiene 
como contrapartida un sistema conceptual, que contiene el conjunto de 
creencias y valores necesarios para que el arreglo institucional funcione 
adecuadamente. El sistema conceptual, como contrapartida del arreglo 
institucional, define conceptualmente a las tres vías de pertenencia, y se 
expresa en diversos sistemas conceptuales tales como el misticismo mági-
co, las religiones, la filosofía y la filosofía política, las concepciones artís-
ticas, la ciencia y otras. 
Siempre que las condiciones de supervivencia sean difíciles, el sistema 
conceptual reforzará el comportamiento conocido y conservador, porque 
no hay lugar para correr riesgos adicionales. Por otro lado, si existe un 
excedente económico material y la supervivencia está más garantizada, 
hay espacio para que se propongan nuevas ideas. En las sociedades pri-
marias, el sistema conceptual era la “magia”, que era muy conservador 
y penalizaba cualquier conducta individual que se desviaba de las reglas 
sociales establecidas. En el otro extremo, en las sociedades occidentales 
contemporáneas el sistema conceptual es la “armonía”, que permite la 
creatividad individual. En el mediodel camino, encontramos las socieda-
des tradicionales cuyo sistema conceptual es la “racionalidad”, en las que 
la creatividad ocurre la mayor parte del tiempo a nivel social, y la creati-
vidad individual todavía está fuertemente penalizada, como, por ejemplo, 
ilustra el caso de Copérnico.
En el capítulo tres revisaremos con mayor detenimiento los sistemas 
conceptuales que los humanos han tenido históricamente. Pero es con-
veniente anticipar que estas categorías abstractas sólo se utilizan para la 
discusión, y que nunca existieron como tales. Históricamente hay mu-
chas sociedades primarias, con diversas características, así como muchas 
sociedades tradicionales, y hoy tenemos muchas sociedades occidentales 
distintas. Y los límites entre las sociedades primarias, las sociedades tradi-
cionales y las sociedades occidentales no están bien establecidos. Pero las 
capítulo 1 33
categorías abstractas son útiles para pensar y analizar la historia humana; 
y es por eso por lo que se utilizan en este manuscrito, en el entendido de 
que varios otros esquemas diferentes de categorías abstractas también 
pueden resultar útiles. 
En cuanto a la significación social, como ya mencionamos, nos con-
vertimos en humanos como resultado de una vida social más intensa, 
consecuencia del avance de la tecnología de la roca, que permitió la crea-
ción de un excedente económico. El cerebro del niño requiere crianza 
social para madurar. El lenguaje es un resultado social. Cualquier cono-
cimiento conceptual es de origen social; ya sea ciencia, religión u otros. 
De modo que la pertenencia social le da significado a la vida individual. 
Que evolutivamente nos convertimos en humanos debido a una in-
tensificación de la vida social del grupo, ha sido documentado científica-
mente por muchas disciplinas. La arqueología ha descubierto que los pri-
meros artefactos sociales de piedra tienen una antigüedad de 2.6 millones 
de años. La paleontología ha demostrado que la caza social se remonta 
a 2 millones de años. La lingüística evolutiva muestra que sólo tenemos 
un registro histórico lingüístico de alrededor de 7000 años; pero que a 
partir de registros de arqueología, paleontología y genética es posible te-
ner una idea de la evolución del lenguaje. Probablemente ya existía un 
protolenguaje hace 2 millones de años, y era bastante sofisticado hace 500 
mil años. Es probable que un lenguaje sintáctico tenga 100 mil años. La 
sociología ha documentado ampliamente el origen social de los humanos. 
Durkheim, por ejemplo, atribuyó el suicidio a la alienación social. En 
psicología, la psicología social y varias otras escuelas han documentado 
empíricamente la naturaleza social de los humanos.
Existe una discusión contemporánea sobre si la dinámica social co-
mienza con el grupo o con el individuo; esto se debe al surgimiento del 
individualismo, asociado con la visión económica de los mercados libres. 
Tal discusión, por relevante que sea para determinadas políticas econó-
micas o sociales, es irrelevante para lo que estamos discutiendo aquí. 
Los individuos existen porque la diversificación genética de la especie 
humana optimiza sus posibilidades de supervivencia; pero la existencia 
de individuos no significa que la dinámica social parta de los individuos. 
Los individuos son siempre producto de un contexto social. Nuestros 
antecesores ya eran seres sociales. El individualismo es una posición fi-
losófica contemporánea que sostiene que más esferas de la vida pública 
deben definirse libremente por los individuos; pero, sin juzgar por ahora 
si esta posición es correcta o incorrecta, el hecho es que el individualismo 
carlos obregón34
es en sí mismo una concepción social, y que los mercados siempre operan 
dentro de un contexto social institucional determinado.
Cualquier sistema social para sobrevivir tiene que desarrollar algunas 
funciones básicas. Su función más fundamental es garantizar que los in-
dividuos permanezcan juntos como grupo social; este es el propósito del 
sistema integrador. Otra función clave es producir y distribuir los medios 
económicos para la supervivencia, que es tarea del sistema económico. 
Y para que el grupo social se mantenga unido es necesario castigar las 
violaciones a las reglas del grupo social, así como defender al grupo social 
de otros grupos, estos son los objetivos del sistema de poder. Las defini-
ciones del sistema integrador, el sistema económico y el sistema de poder 
se presentan en las Tablas 1.1 y 1.215. 
La significación social es una relación de pertenencia. Y establecer la 
pertenencia es la función del sistema integrador; por lo tanto, la significa-
ción social se obtiene en todas las sociedades a través del sistema integra-
dor. El sistema integrador valida, en todas las sociedades, desde el punto 
de vista de pertenencia, a los otros dos sistemas. En cuanto al sistema de 
poder, la integración del grupo social requiere que el uso del poder indi-
vidual esté prohibido en todas las sociedades, entender esto fue el gran 
aporte de Hobbes. El uso del poder es validado por el sistema integrador, 
sólo cuando es necesario para mantener las reglas que requiere el orden 
social, o para defender al grupo social de otros grupos. La significación so-
cial se obtiene a través del sistema de poder, sólo cuando es validado por 
el sistema integrador. En cuanto al sistema económico, éste en la sociedad 
primaria es definido por el sistema integrador el cual es la única fuente de 
significación social. El sistema integrador solo valida al sistema económico 
como fuente de significación social a partir de la sociedad tradicional, en 
la cual el individuo es diferenciado en base a sus obligaciones, y cum-
plir con sus obligaciones económicas le proporciona significación social 
al individuo. En la sociedad occidental el sistema integrador diferencia 
al individuo también en base a sus derechos políticos y económicos, y el 
éxito económico, por primera vez, se vuelve fuente de significación social. 
Evolutivamente, fuimos diseñados para vivir en grupos de alrededor 
de ciento cincuenta individuos. Y fuimos diseñados para utilizar la agre-
sión para establecer el orden, dentro del grupo social, y en la interacción 
entre distintos grupos sociales. Pero al interior de un grupo social la agre-
sión está delimitada por la pertenencia social establecida por el sistema 
integrador.
15 Esta clasificación se debe inicialmente a Kenneth Boulding. 
capítulo 1 35
En grupos pequeños, los miembros se conocen muy bien; y la co-
nexión límbica, que se da principalmente a través de los ojos, funciona 
muy bien. Las sociedades primarias no eran jerárquicas; no requerían de 
una autoridad central para funcionar. En estas sociedades las tres formas 
de pertenencia están definidas por la cosmogonía universal del sistema 
conceptual y su correspondiente arreglo institucional. Dado que los gru-
pos eran pequeños, el amor y la significación social están definidas por 
el grupo social en su conjunto; y la significación existencial también se 
obtiene en gran medida a través del grupo social. Como las sociedades 
primarias dependían para su supervivencia de su relación con el universo 
material y biológico, y como acumular conocimientos sobre éste fue un 
largo proceso de prueba y error con grandes costos asociados, estas so-
ciedades promueven el comportamiento conservador de los individuos. 
De modo que, las desviaciones de las reglas sociales sobre cómo hacer 
las cosas se castigaban severamente, en ocasiones con la muerte. Dada 
la relevancia del entorno material y biológico para la supervivencia, el 
sistema conceptual de las sociedades primarias, que yo he denominado la 
“magia,” vincula el orden social al orden existencial universal. 
En la sociedad primaria tienen mayor relevancia el sistema integrador 
y el sistema de poder; pues el sistema económico está definido por el siste-
ma integrador. La producción y distribución de bienes económicos se de-
cide por el sistema integrador.

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