Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
S86 Revista Chilena de Pediatría - Noviembre 2008 Palabras clave: Autismo, espectro autista, desarrollo, trastorno, asperger. Introducción Leo Kanner en el año 1943, describió el trastorno autista (TA), ahora denominado tras- torno en el espectro autista (TEA) o trastorno generalizado del desarrollo (TGD). Ambos tér- minos resultan intercambiables y se usará TEA, que se define como una disarmonía generaliza- da en el desarrollo de las funciones cognitivas superiores e independiente del potencial inte- lectual inicial. Estos niños presentan dificulta- des cualitativas en áreas de lenguaje y comuni- cación social y un rango de intereses restringi- do y repetitivo. Estas dificultades se inician antes de los 30 meses y no se deben a enferme- dades progresivas, trastornos epilépticos, défi- cit sensorial, cognitivos globales o deprivación afectiva o social. El término trastorno en el espectro autista (TEA) incluye trastorno autista (TA), Síndrome de Asperger (SA) y trastornos perturbadores del desarrollo no especificados (TPDNE). La incidencia se ha ido modificando al separar el TA de los déficit cognitivos globales presentes en el retraso mental y con el concep- to de "espectro autista", que abarca los distintos grados de severidad. Según Leo Kanner, el TA afecta a 1 persona en 10 000 pero ahora se sabe que uno en 150 puede ser portador de un TEA. Según la encuesta Nacional de Disca- pacidad (2004), del total de la población chilena, Espectro autista CARMEN QUIJADA G.1 1. Neuróloga Infanto-Juvenil. Centro Médico Fleming, Clínica Tabancura, Centro de Terapia del Comportamiento. Correspondencia a: Carmen Quijada Garrido E-mail: carmenquijada@vtr.net que asciende a 15 millones de habitantes según el último Censo, 15 500 personas, es decir, uno de cada mil chilenos presenta discapacidad por trastornos severos de la comunicación. Etiopatogenia Aunque no hay genes específicos relaciona- dos, se sabe que el TEA es una enfermedad poligénica con alto índice de hereditabilidad. Se describe asociado a genes que codifican proteí- nas que trasmiten señales entre sistemas celu- lares relacionadas con proliferación, motilidad, diferenciación, con el crecimiento de conexio- nes y con la sobrevivencia celular. En investi- gaciones del cromosoma 7q 31 relacionado con las mini columnas cerebrales en TEA se en- contró asociación del gen receptor MET de tirosina kinasa en el desarrollo neocortical y cerebeloso, sistema inmune y gastrointestinal. El TEA se caracteriza por anormalidades en conducta, lenguaje y cognición, asociadas a retraso mental en 70% y a epilepsia en 30% sin otra causa de disfunción cerebral evidente. Esto sugiere un trastorno funcional difuso en la cor- teza de asociación con respeto de las cortezas primarias sensorial y motora y de la sustancia blanca. Es notable la macrocefalia en TEA ya que como grupo están en percentiles 60 a 70 relati- vos a la población general y sin relación con la talla. El crecimiento acelerado del cráneo se inicia alrededor de los doce meses, con ma- crocefalia en 15 a 20% de los niños entre 4 y 5 años de vida. Rev Chil Pediatr 2008; 79 Supl (1): 86-91 S87Volumen 79 - Suplemento Número 1 de las zonas corticales implicadas en las dis- tintas funciones son poco definidos por desba- lance entre neuronas excitatorias e inhibitorias debido a la baja especialización asociada a in- madurez. La deficiencia en el sistema de las neuronas en espejo (SNE), que tiene su base en el opér- culo frontal, es otro potencial causal en los mecanismos de déficit socio emocional en el TEA. El SNE asociado al sistema límbico pro- porciona la base neural para entender acciones e intenciones de otros. Su disfunción puede ser origen del desarrollo atípico y del déficit emo- cional en el autismo2. La maduración del control postural es lenta en TEA y la inestabilidad postural afecta la capacidad de integración sensorial multimodal (visual, vestibular, sentido de posición). Duran- te la infancia y adolescencia esta maduración sigue el mismo esquema que los signos del TEA afectados por los mismos procesos neurobiológicos y su déficit tiene un impacto en el desarrollo cerebral. Los estudios de evolución en TEA son cada vez más precoces, sin embargo, hay una segun- da ola de déficits evidente con la interferencia en la maduración de los lóbulos frontales, de- mostrada con estudios de oculomotricidad, RMF y neuro-psicológicos de la memoria de trabajo y función ejecutiva en adolescentes. Por ello, la mayoría de los TEA de buen nivel de CI tiene inexplicables dificultades para adaptarse en la vida adulta. Por los procesos de plasticidad neuronal las alteraciones básicas pueden hacerse perma- nentes o pueden compensarse parcialmente con la acción de zonas cerebrales menos prepara- das y menos eficientes para cumplir la función en déficit. De este modo la falta de desarrollo de un área, por ejemplo, del área fusiforme activa en la percepción de caras, provoca falta de motivación para interactuar; la interacción social no se produce y la falta de circuitos para el reconocimiento del lenguaje no verbal se agrava por la falta de contacto visual. Diagnóstico El criterio DSM IV para TEA fue estableci- do para niños de tres años o más y no está claro si es aplicable para niños menores. Sin embar- El aumento de volumen cerebral afecta la sustancia blanca radiada periférica más evi- dente sobre los lóbulos frontales. Esto implica un sobrecrecimiento de las conexiones corti- cocorticales intrahemisféricas de corto y me- diano largo, sin compromiso de las ínter- hemisféricas ni de las conexiones largas entre corteza y estructuras subcorticales1. Como la alteración en la estructura cerebral coincide con la edad de modificación de las conductas, se estima que el aumento del crecimiento es parte del proceso patológico que altera el desa- rrollo y la función de las estructuras cerebrales relacionadas con el TEA y algunos lo asocian a bases inmunológicas predeterminadas. Se describe anormalidad de las minicolumnas cerebrales, y se estima que la corteza cerebral es el órgano de origen del autismo y que la asociación con los otros sistemas es secunda- ria. Las minicolumnas son las unidades más pequeñas de procesamiento de información y reunidas en macro columnas forman los cam- pos receptivos. En el autismo las minicolumnas son más angostas, están aumentadas en núme- ro y su neuropilo es angosto, con neuronas y nucleolos más pequeños. Esto aumenta las co- nexiones de sustancia blanca necesarias para la conectividad cortical. Como el estrechamiento de las minicolumnas se debe al estrechamiento del neuropilo nor- malmente ocupado por proyecciones no mielinizadas de neuronas inhibitorias GABAergicas, esto tiene como consecuencia un déficit en la función de las neuronas inhibitorias corticales, relacionado con el 30% de convulsiones, la hipersensibilidad sensorial y la preferencia por los procesamientos perceptivos de bajo nivel. Esto sugiere que el TEA se debe a una disfunción en el procesamiento de la información compleja por alteración de la conectividad cerebral y menor capacidad de procesamiento de la infor- mación. Los estudios con Resonancia Magnética Funcional (RMF) muestran que durante proce- sos cognitivos similares, las personas autistas usan las mismas áreas cerebrales que los no autistas de su misma edad y nivel de CI. Existe una distinta sincronización de la red neuronal que realiza estos actos que muestra hipo- conectividad intra y extra sistema. Los límites ESPECTRO AUTISTA S88 Revista Chilena de Pediatría - Noviembre 2008 UIJADA C. go hay un énfasis creciente en el diagnóstico precoz por dos razones: la primera refiere a la evidencia de alteraciones en el desarrollo antes de los tres años en niños que serán diagnostica- dos como portadores de TEA y, en segundo lugar, el notable mejor pronóstico en TEA cuyo tratamiento se inicia antes de los tres años de vida3. Los videos familiares en niños portadores de TEA muestran que antes de los 9 meses de edad hay alteración en su conductasocial (evi- tación de la mirada, escasas instancias de mira- da hacia otras personas, ausencia de expresión emocional y poca iniciativa social) e hipoactividad. Cerca del 90% de estos niños muestran sínto- mas de TEA antes del año de vida4. Los sínto- mas precoces evidenciados están relacionados con la clasificación DSMIV: alteración cualita- tiva del funcionamiento social, alteración cuali- tativa del funcionamiento comunicativo y pre- sencia de conductas e intereses repetitivos y estereotipados. La resistencia a cambios, hiper- actividad sensorial y las auto injurias no son frecuentes en estudios en niños menores de 2 años. Los test de Screening (CHAT, MCHAT) pueden ser aplicados en edades tan tempranas como los 12-16 meses; sin embargo, tienen buena especificidad pero baja sensibilidad. Es- tudios recientes con M-CHAT, que toma alre- dedor de 10 minutos en su aplicación y 5 en su anotación, estiman que la sensibilidad está en- tre 75 y 91%5. (tabla 1, ref 13). Como algunos niños con TEA tienen un período de desarrollo normal sin signos de tras- torno en el desarrollo por lo que la detección debería empezar a los 18 meses de edad y ser repetido a los 24 y 36 meses, pero en los hermanos o familiares de niños con TEA debe- ría iniciarse desde los seis meses de edad. El diagnóstico de TEA puede ser hecho a los 14 meses de vida, pero puede no mantener- se hasta en un tercio de los niños diagnostica- dos antes de los 3 años de edad6. Exámenes de Laboratorio Se sugiere con criterio práctico tres niveles de estudio: 1. Considerados en todos los niños con TEA: Evaluación auditiva. 2. A considerar en niños con TEA y con retra- so mental o lentitud global en su desarrollo cariograma con bandeo de alta resolución, test para detección de FRAX. Algunos au- tores aconsejan hacer también FISH para duplicaciones del cromosoma 15 o detec- ción de arreglos subtelomericos. En niñas que presentan regresión y rasgos autistas se recomienda el estudio de MCP2. 3. Estudios dirigidos como EEG, estudios metabólicos (básicos o mas complejos como espectrometría de masas, lactato, piruvato, amonio y carnitina total y libre), resonancia magnética (RM) pueden realizarse cuando hay hallazgos específicos en el examen o en la historia clínica (convulsiones, vómitos cí- clicos y letargia asociados con enfermeda- des menores o con olores corporales inusua- les, manchas hipo pigmentadas). Existen protocolos de estudio que incluyen exámenes de poca relevancia práctica que pue- den ser de gran ayuda para ampliar el conoci- miento sobre el síndrome. Sin embargo esto plantea una dicotomía entre los objetivos del paciente y su familia y los objetivos investigativos del médico. Diagnóstico diferencial Una vez definidas las conductas propias del TEA, es necesario precisar si se trata de un TEA sindromático o un TEA idiopático. Los rasgos físicos especiales o la historia de alteraciones de conciencia inexplicables, aso- ciadas a patologías comunes, orientan a proble- mas genéticos (Síndrome de X Frágil, Di George, Prader Willi, Angelman), problemas tóxicos o trastornos metabólicos (fenilketonuria, histidi- nemia) o deficiencia de carnitina, la que puede ser recuperable. Un diagnóstico diferencial de gran dificultad es del TA en niños de buen nivel intelectual con el SA. Se dice que en SA hay ausencia de ecolalias, neologismos e inversión de pronom- bres, y que los SA desean tener amigos pero no saben como hacerlos. Los estudios neuropsi- cológicos diferencian SA con TA de alto nivel por la presencia de discordancias entre CI ver- bal y CI manual (24 más menos 14 puntos entre uno y otro en SA) mientras los TA tienen cifras S89Volumen 79 - Suplemento Número 1 ESPECTRO AUTISTA similares. En bases estadísticas los SA tienen mas dificultad en motricidad fina y gruesa, inte- gración visomotora, percepción visoespacial, formación de conceptos no verbales y memoria visual. En los TA es evidente la dificultad en modulación, percepción auditiva, adquisición de vocabulario y memoria verbal. Otros autores los diferencian sólo por la gravedad de los signos autistas y así TA de alto nivel es similar a SA. La utilidad del diagnóstico diferencial es discutible ya que el pronóstico es similar. A menudo el diagnóstico de SA es postulado como la alternativa más aceptable, al igual que el de trastorno del aprendizaje no verbal, lo que expande el espectro de estos trastornos. Dentro del TEA según el criterio DSM IV podemos separar diagnósticos: 1) El TA presenta 2 o más déficits sociales, 1 o más conductas restringidas, 1 o más dificul- tades en comunicación y un total de 6 o más síntomas. 2) El SA no presenta retraso significativo en el lenguaje o conducta social. 3) El trastorno perturbador no precisado (TPNP), presenta dificultad social con con- ducta restringida o dificultad en comunica- ción sin criterios de TA ni SA8. En TPDP, el diagnóstico diferencial en co- rrelación con los normales», puede ser una delgada línea variable según la sociedad donde estén insertos. En el diagnóstico diferencial con otros tras- tornos del desarrollo, los niños pequeños con trastornos mixtos del desarrollo del lenguaje y con un alto componente comprensivo pueden simular un TEA. Sin embargo, no tienen dificul- tad con el juego imaginativo o simbólico, ni dificultad con la fijación de la mirada. En niños pequeños puede haber interferencia en el con- tacto social por dificultades atencionales, impulsividad o falta de coordinación motriz como en los otros trastornos del desarrollo, dificultan- do el diagnóstico diferencial. En el TEA puede presentarse síntomas co- munes en los trastornos del ánimo y los trastor- nos ansiosos, siendo los síntomas mas compar- tidos irritabilidad y ansiedad9. Como en el 30 al 40% de los casos de TEA se observa la pérdida de habilidades comunicativas entre los 18 y 24 meses de vida, otro diagnósti- co diferencial tiene que ver con el trastorno desintegrativo de la infancia, donde la regresión ocurre en edades más tardías (36 a 48 meses) y se asocia a pérdida de habilidades cognitivas globales, las cuales pueden incluir el control de esfínteres. Es importante realizar estudios fun- cionales y de imagen para descartar enferme- dades degenerativas y alteraciones epilépti- cas. El síndrome de Rett es una enfermedad neurodegenerativa que principalmente afecta a niñas, iniciándose luego de un período de desa- rrollo normal con signos típicos de microcefalia progresiva, estereotipias centrales, síntomas len- tamente progresivos y signos extrapiramidales más evidentes a nivel de extremidades y en el período de la adultez. Otro diagnóstico diferencial es el Trastorno del Desarrollo Múltiple Complejo o síndrome Borderline de la niñez, no aceptado por todos los autores y que incluye trastornos en la esfera psiquiátrica10. Evolución Con el crecimiento aún sin una intervención terapéutica planificada, van haciéndose menos evidentes los signos externos como las esterotipias y la hiperactividad por ansiedad. El desarrollo, aunque atípico, compensa algunas dificultades y mientras hace a otras más evi- dentes. La evolución natural es poco conocida, ya que la intervención medica y educacional habitualmente se inicia precozmente. Los estudios de Michael Tomassello evi- dencian la importancia de las habilidades socia- les para la adquisición de conductas adecuadas y para la adaptación social. Es posible que la participación en actividades culturales y colabo- rativas durante la ontogenia del sistema nervio- so permita que el cerebro humano utilice una perspectiva social para enfrentar el medio am- biente físico y comunitario. La práctica de esta perspectiva determina diferencias anatómicas a nivel del cerebro por plasticidad neuronal que, en el caso de los niños con TEA no enseñados, está mal dirigida debido a la práctica de con- ductas inapropiadas11. S90 Revista Chilena de Pediatría - Noviembre 2008 UIJADA C. Pronóstico Cuanto más precoz el diagnóstico el pronós- tico es menos preciso. Los predictores impor- tantesincluyen la presencia de atención con- junta, de habilidades de juego funcional, de ha- bilidades cognitivas, poca severidad de las con- ductas autistas y lenguaje a los 6 años. Si las conductas autistas son severas a los 3 años tienden a mantenerse aún en evaluaciones he- chas los 9 años12. Si las conductas autistas son menos severas el pronóstico es mejor, pero a pesar de un buen nivel intelectual y capacidad de adaptación a clases convencionales, mantie- nen alejamiento social, intereses particulares y restringidos además de ciertas esterotipias. Al- gunos muestran dificultades atencionales, tras- tornos en el aprendizaje o mantienen dificulta- des motrices. Un factor protector asociado a mejor evolu- MCHATMCHATMCHATMCHATMCHAT CUESTIONARIO MODIFICADO PARA DETECCIÓN DE RIESGO DE AUTISMO.(13) Con relación a su hijo/a conteste lo que crea más apropiado. Por favor intente contestar todas las preguntas. Si el comportamiento es infrecuente (usted sólo lo ha observado una o dos veces) conteste que el niño no lo manifiesta. 1. ¿Disfruta su hijo siendo montado a caballito y siendo balanceado sobre sus rodillas?. SI NO 2. ¿Se interesa su hijo por otros niños? (*) SI NO 3. ¿Le gusta a su hijo subirse a sitios, como a lo alto de las escaleras? SI NO 4. ¿Disfruta su hijo jugando al cucú-tras/ escondite? SI NO 5. ¿Simula alguna vez su hijo, por ejemplo, servir una taza de té usando una tetera y una taza de juguete, o simula otras cosas? SI NO 6. ¿Utiliza alguna vez su hijo el dedo índice para señalar, para PEDIR algo? SI NO 7. ¿Usa alguna vez su hijo el dedo índice para señalar, para indicar INTERES por algo? (*) SI NO 8. ¿Sabe su hijo jugar adecuadamente con juguetes pequeños (p.ej. coches o bloques), y no sólo llevárselos a la boca, manosearlos o tirarlos? SI NO 9. ¿Alguna vez su hijo le ha llevado objetos para MOSTRARLE algo? (*) SI NO 10. ¿Mira a los ojos más de un segundo o dos? SI NO 11. ¿Parece hipersensible al ruido? SI NO 12. ¿Sonríe como respuesta a su cara o a su sonrisa? SI NO 13. ¿Le imita su hijo? (Ej. Si Ud hace gestos ¿los imita él? (*) SI NO 14. ¿Responde su hijo a su nombre cuándo lo llaman? (*) SI NO 15. Si Ud apunta a un objeto ¿Su hijo lo mira? (*) SI NO 16. ¿Camina su hijo? SI NO 17. ¿Mira su hijo las cosas que Ud mira? SI NO 18. ¿Hace movimientos inusuales o extraños delante de su cara? SI NO 19. ¿Intenta atraer su atención cuándo está haciendo algo? SI NO 20. ¿Se han preguntado si su hijo es sordo? SI NO 21. ¿Comprende su hijo lo que la gente dice? SI NO 22. ¿Mira su hijo de manera fija al vacío o anda como si no supiera donde va? SI NO 23. ¿Mira su hijo a su cara para comprobar su reacción cuando se enfrenta a algo extraño? SI NO (*) Items incluidos en el análisis de la Función Discriminante del MCHAT. ción es el diagnóstico precoz, que permite el inicio de tratamiento temprano y más adelante la inclusión en grupos escolares de similar nivel intelectual y de características sociales habi- tuales. Un estudio publicado en el año 2005, que se refiere a adultos con TA y que no incluye SA ni TPNE mostró que un 70% tuvo mala adapta- ción social y un 40% presentó epilepsia. El CI cercano a la norma no se asoció a mejor adap- tación social, teniendo mayor importancia las habilidades verbales para fines de adaptación social. En el subgrupo portador de SA la evolución es mejor y tienen mayor probabilidad de obte- ner un grado académico, sin que esto constitu- ya un aumento significativo en su posibilidad de obtener trabajo o de formar y mantener una familia13. S91Volumen 79 - Suplemento Número 1 ESPECTRO AUTISTA Referencias 1.- Leinhart JE: Advances in autism neuroimagen research for the clinician and genetist. Am J Med Gent C Semin Med Gent 2006; 142 (1): 33-9. 2.- Minshew NJ, Williams DL: The new Biology of Autism. Cortex, Connectivity, and Neuronal Organization. Arch Neurology 2007; 64 (7): 945-50. 3.- De Giacomo A, Fombone E: Parental recognition of developmental abnormalities in autism. Eur Child Adolesc Psychiatry 1998; 7: 131-6. 4.- Maestro S, et al: The course of autism signs in the first year of life. Psychopathology 2005: 1: 26-31. 5.- Eaves L: Screening for autism:agreement with diagno- sis. Autism 2006; 10: 229-42. 6.- Landa RJ: Diagnosis of autistic spectrum disorders in the first three years of life. Nature Clinical Practice Neurology. Advance Online Publication 2008; Feb: 1-9. 7.- Tryon PA, Mayes SD, Rodes RL, et al: Can Asperger’s Disorder Be differentiated from autism using DSM IV criteria? Focus in Autism and other Developmental Disabilities 2006; 21 (1): 2-6. 8.- Towbin KE, Pradella A, Gorrindo T, Pine DS, Leiben- luft E: Autism Spectrum Traits in Children with Mood and Anxiety Disorders. Journal of Child and Ado- lescence Psychopharmacology 2005; 15 (3): 452-64. 9.- Jansen LMC, Gispen de Wied C, Van der Gaag RJ,Van Engeland H: Differentiation between Autism and Multiple Complex Developmental Disorder in Res- ponse to Psychosocial Stress. Neuropsycho-phar- macology 2003; 28: 582-90. 10.- Tomasello M, Carpenter M, Call J, Behne T, Moll H: Understanding and Sharing Intentions:The origins of Cultural Cognition. Behavioural and Brain Sciences 2005; 28: 675-735. 11.- Jhonson CP, Myers SM and the Council of Children with Disabilites: Pediatrics 2007; 120 (5): 1183-210. 12.- Billstedt E,Gillberg C, Gillberg C: Autism after the Adolescence: Population based 13-22 year Follow -up Study of 120 Individuals with Autism Diagnosed in Childhood.Journal of Autism and Developmental Disorders 2005; 5: 351-60. 13.- Robins DL, Fein D, Barton ML, Green A: The Modi- fied Checklist for Autism in Toddlers: An Initial Study Investigating the Early Detection of Autism and Pervasive Developmental Disorders. Journal of Autism and Developmental Disorders 2001; 31 (2): 131-44.
Compartir