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Revisión Injerto de tejido adiposo autólogo. Aplicaciones en Dermatologı́a Autologous fat graft. Applications in Dermatology Marı́a Llanos Montero-Acebal a,*, Eduardo Escario-Travesedo b y Gregorio Jesús Gómez-Bajo a aCirugı́a Plástica, Reparadora y Estética, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Albacete, España bDermatologı́a, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Albacete, España Introducción La cirugı́a plástica es la especialidad médica que se encarga de restaurar los volú menes, formas y morfologı́as corporales, segú n criterios de normalidad, y cada vez más, también estético1. En los ú ltimos años, se ha producido un incremento espectacular del uso de los materiales de relleno con el fin de remodelar el volumen facial2. La bú squeda del material de relleno ideal se lleva persiguiendo desde hace siglos3. Sin embargo, actualmente nos encontramos en la época de los productos naturales. Los pacientes buscan resultados, evitando al máximo efectos indeseables. Dentro de los materiales biológicos, la grasa autóloga representa la mejor opción1. En 1996, Drake et al. ya hacı́an referencia al trasplante de grasa autóloga como «la extracción de tejido adiposo mediante succión y su posterior inyección, con objeto de aumentar el volumen de los tejidos blandos»4. La aplicación de esta técnica en los diversos campos de la cirugı́a plástica se ha convertido en una herramienta terapéutica indispensable para la reparación de los defectos de volumen. Este material constituye una buena elección al ser prácticamente inagotable, sin causar rechazo2. Debido a la sencillez de su técnica y a los buenos resultados alcanzados, ha logrado además una alta aceptación por parte de los pacientes. En este artı́culo, se revisará la técnica más utilizada actualmente, analizando la influencia de diversos factores sobre la viabilidad del injerto de tejido adiposo autógeno, ası́ como sus posibles utilidades clı́nicas en el ámbito de Dermatologı́a. Otros materiales de relleno Además de la grasa autóloga, en el mercado existen más de 100 productos comercializados para estos fines2,5,6 y que, clásicamente, se clasifican dependiendo de su permanencia en los tejidos (tabla 1). Irreabsorbibles Son materiales no biodegradables y, por tanto, permanentes en los tejidos. La tasa de complicaciones es claramente superior a la de los materiales reabsorbibles, por lo que su uso no es recomendable, excepto en casos puntuales, y siempre que se tenga una amplia experiencia en su uso2. Silicona lı́quida Su uso es controvertido debido a la severidad de sus compli- caciones, incluso a largo plazo, tales como granulomas, cambios inflamatorios, alteraciones de la pigmentación en la piel suprayacente, ulceraciones, migraciones, hipercalcemias7 e, p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8 * Autor para correspondencia. Correo electrónico: mllanosma@gmail.com (M.L. Montero-Acebal). PIEL FORMACION CONTINUADA EN DERMATOLOGIA www.elsevier.es/piel http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2014.07.003 0213-9251/# 2014 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. http://crossmark.crossref.org/dialog/?doi=10.1016/j.piel.2014.07.003&domain=pdf http://crossmark.crossref.org/dialog/?doi=10.1016/j.piel.2014.07.003&domain=pdf http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2014.07.003 http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2014.07.003 mailto:mllanosma@gmail.com http://www.elsevier.es/piel http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2014.07.003 incluso, la muerte tras un uso inadecuado3. Actualmente, su uso como material de relleno está prohibido en algunos paı́ses de Europa y en EE. UU. por la United States Food and Drug Administration (FDA), que ú nicamente aprueba su uso en patologı́a intraocular7. Polimetilmetacrilato Material permanente de origen quı́mico, con el que también se han descrito reacciones granulomatosas a cuerpo extraño. Gel de polialquilimida Material no biodegradable, relacionado quı́micamente con las acrilamidas. Aportan la mayor parte de su volumen proce- dente del agua captado, debido a su acción hidrofı́lica. A diferencia de los anteriores, la formación de una cápsula a su alrededor previene de la formación de nódulos, ulceraciones y migración del producto. Gel de poliacrilamida Relacionado también con las acrilamidas. Se han descrito casos de neurotoxicidad, nefrotoxicidad y formación de granulomas. Lentamente reabsorbibles Son materiales con una permanencia que suele ser superior a los 18 meses2. Ácido poli-L-láctico Producto de origen sintético, biocompatible e inmunológica- mente inerte6. Es necesario un buen conocimiento de la técnica de aplicación. Es frecuente la aparición de nódulos subcutáneos2. Su reabsorción total se produce en un perı́odo máximo de 2-3 años6. Hidroxiapatita cálcica Es un material de larga duración, pudiendo llegar a los 12-24 meses2,6. En el área del implante se genera una fibrosis no cicatricial que añade volumen, pero que también ha generado problemas en algunos pacientes6. Rápidamente reabsorbibles Se trata de materiales con una duración menor en los tejidos, que puede oscilar entre 3 meses y un año2. Ácido hialurónico Material de origen sintético o de origen animal derivado de cresta de gallo. Actualmente, es el producto de relleno más utilizado y uno de los más seguros. Sin embargo, sus efectos se limitan a 6-9 meses, además de poder presentar complica- ciones como la aparición de granulomas2,6. Colágeno (bovino, humano y porcino) El de origen bovino es el material que aporta la mayor experiencia sobre su uso2. Destaca su efecto inmediato y la sencilla técnica de aplicación. Sin embargo, requiere nume- rosos procedimientos en pocas semanas debido a su rápida reabsorción, observándose sólo un 20-30% del material a los 6 meses6. Como principal inconveniente, la posible reacción de hipersensibilidad2. El colágeno de origen porcino, comer- cializado recientemente, podrı́a estar exento de esta com- plicación, además de tener una duración mayor, dato que debe ser confirmado todavı́a en estudios posteriores2. Tejido adiposo autólogo No obstante, de todos los materiales de relleno, el que reú ne todos los criterios que se buscan en un material de relleno ideal es el tejido adiposo autólogo5,8. Estos criterios son1,9: – Seguridad, pues no es inmunogénico, ni carcinogénico, ni teratogénico ni infeccioso. Eficacia, ya que produce una apariencia natural y estabilidad a largo plazo. Es de fácil disponibilidad en la mayorı́a de los pacientes. Es coste-efectivo y práctico, pues es fácil de aplicar y retirar si fuera necesario. Tiene una alta aceptación por los pacientes y es técnicamente simple. No debemos olvidarnos, sin embargo, de que la decisión final sobre el material que vamos a utilizar debemos tomarla junto con el paciente2. Indicaciones El tejido adiposo presenta un amplio abanico de indicaciones, dentro de las cuales se encuentran todas aquellas circuns- tancias, fisiológicas o patológicas, que provoquen una varia- ción o asimetrı́a del contorno corporal o facial (tabla 2) y que, por tanto, se pueden beneficiar de una restauración volumé- trica de su morfologı́a1,4,5,9. Técnica quirúrgica El reto de utilizar la grasa del propio paciente como material de elección para restaurar volú menes ha hecho que se describan distintas formas de obtención de la misma: a «cielo abierto» o con lipoaspiración, con o sin infiltración de la zona donante (técnica tumescente), con distintas presiones negativas de succión y otras. Ası́ mismo, existen distintos tipos de procesamiento de la grasa extraı́da, ya sea mediante lavado, filtración, decantación o centrifugación de la misma. Las técnicas de implantación también varı́an segú n el plano utilizado, el grosor de los implantes, la separación de los mismos entre sı́ y otros factores, con resultados muydispares en cuanto a la viabilidad del injerto8,10. Tabla 1 – Otros materiales de relleno utilizados para reparar defectos de volumen, clasificados según su permanencia en los tejidos. La supervivencia del tejido adiposo varı́a según los autores Materiales de relleno Irreabsorbibles Lentamente reabsorbibles Rápidamente reabsorbibles Silicona lı́quida PMMA GPAI GPAA Ácido poli-L-láctico Hidroxiapatita cálcica Ácido hialurónico Colágeno ? Tejido adiposo autólogo? GPAI: gel de polialquilimida; GPPA: gel de poliacrilamida; PMMA: polimetilmetacrilato. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8160 Este procedimiento consta pues de mú ltiples etapas y el método más adecuado para cada una de ellas ha sido objeto de debate. La finalidad es reconocer aquellos factores que afecten positiva o negativamente a la supervivencia de los adipocitos maduros y de las células progenitoras. Aunque existen numerosos estudios al respecto, pocos se pueden considerar definitivos5. Evolución histórica de la técnica quirú rgica Las primeras pruebas sobre el uso de autoinjertos de tejido adiposo datan a finales del siglo XIX, habiéndose utilizado hasta entonces solo materiales inertes, como el oro o el marfil1. En su evolución a lo largo de la historia, se distinguen 3 perı́odos, que han sido caracterizados por acontecimientos sobresalientes1,5,11: – La época previa a la lipoaspiración, denominada «a cielo abierto» (1889-1977). El primer autoinjerto de grasa fue realizado por Gustav Neuber, que consistió en la extracción de pequeños bloques de tejido adiposo del antebrazo utilizados para rellenar una cicatriz facial. – La época de la lipoaspiración, llamada «no purificada» (1977- 1994). Illouz reintroduce la lipoinyección de tejido adiposo (utilizada puntualmente en la etapa previa), pero con una novedad: la obtención mediante lipoaspiración. – La época de la lipoaspiración «purificada atraumática», con- secutiva a los trabajos de Coleman, en 1994. Este autor recopiló los métodos y resultados descritos hasta entonces, y creó su propio protocolo, añadiendo a lo ya conocido la importancia de un manejo lo más atraumático posible de la muestra, ya sea durante su obtención, procesamiento o implantación. A esta técnica la denominó lipoestructura. Zona donante El tejido adiposo localizado a nivel subcutáneo se encuentra repartido por todo el organismo, excepto escroto, pene y párpados. Este tejido no está bien delimitado morfológicamente, puesto que las localizaciones anatómicas varı́an con el sexo y la edad. Cada región se caracteriza por unos requerimientos metabólicos y vasculares diferentes, y por su capacidad de respuesta a estı́mulos hormonales o nutricionales1. Ası́ pues, en el tejido adiposo de las nalgas y de la zona trocantérea de las mujeres se encuentra inhibida la lipólisis y aumentada la actividad lipogénica, debido a diferencias bioquı́micas y metabólicas1,5. Se trata de una zona resistente a las fluctuaciones de peso, con bajo flujo vascular, lo que le convierte a la grasa trocantérea en el sitio de elección para muchos autores, seguido de cerca por las nalgas5,12. Sin embargo, la zona trocantérea aporta poca cantidad de grasa. Por ello, en numerosas ocasiones, la elección del sitio se va a basar en la cuantificación de la grasa existente, la necesidad de corregir algú n exceso en dicha zona y de la cantidad de grasa que se precisa para corregir el defecto10. Siguiendo este criterio, las zonas más frecuentemente utilizadas son, en orden decreciente, abdomen y flancos, región trocantérea y muslo10 (fig. 1). Aspectos técnicos La técnica más utilizada es la descrita por Coleman, denominada por él lipoestructura. Se trata de un procedi- miento riguroso que utiliza un material especı́fico y comporta 3 etapas: obtención, procesamiento e implantación. Obtención del injerto El primer paso es la infiltración anestésica tumescente de la zona donante con lidocaı́na 0,5% y epinefrina 1:200.000, lo que disminuye el sangrado y el riesgo anestésico5,11. A continua- ción, la obtención del tejido adiposo se realiza por aspiración, mediante una cánula especı́fica de 3 mm de diámetro y punta roma unida a un sistema de aspiración (fig. 2), succionando con presiones negativas bajas y realizando mú ltiples tú neles para reducir el traumatismo y la hemorragia1. Es necesario controlar cuidadosamente la potencia de aspiración, ya que se ha observado mayor lipólisis con presiones de –700 mmHg y superiores5,11. Procesamiento El método de elección en este caso es la centrifugación durante 3 min a 3.000 rpm11 (fig. 3). Con esto separamos el material extraı́do en 3 estratos: en el estrato superior permanece el aceite (triglicéridos libres); en el estrato inferior, los fluidos infiltrados (adrenalina y lidocaı́na) y la sangre. Ambos estratos se descartan decantándolos, conservándose ú nicamente el estrato central, la grasa pura, con posibilidades de sobrevivir una vez infiltrada en otra zona del organismo1,5,11 (fig. 4). Se obtienen de esta forma de 3 a 7 cc de grasa pura por cada 10 cc de material succionado10. Dentro de este estrato central, en la porción más inferior se encuentran los adipoblastos y stem cells, debido a su mayor tamaño y peso, y que tendrı́an función de regeneración. En la porción más superior, están los adipocitos maduros más pequeños y que ú nicamente tendrı́an función de relleno13. Implantación Se evita que la grasa contacte con el aire y no se añaden sustancias extrañas1. Con distintas cánulas de 17-18 G Tabla 2 – Indicaciones del uso de tejido adiposo autólogo como material de relleno Defectos volumétricos congénitos Hemiatrofia facial o sı́ndrome de Parry-Romberg Displasias otomandibulares Sı́ndrome de Crouzon Sı́ndrome de Poland Pectus excavatum Secuelas traumáticas Cicatrices atróficas Lipoatrofias Secuelas iatrogénicas Resección tumoral Cicatrices quirú rgicas Secuelas de radioterapia o quimioterapia Infiltración de corticoides intralesionales, insulina Secundarias a patologı́as Acné conglobata Trastornos por lipodistrofia Lupus profundo Esclerodermia Parálisis facial Quemaduras Estética p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8 161 indicadas para distintas localizaciones, se reimplanta el tejido adiposo mediante lipoinyección a baja presión y en distintos planos: muscular, hipodermis, dermis, comenzando por el más profundo. Se realizan varios tú neles con separación entre ellos para facilitar su supervivencia, infiltrando el contenido durante la retirada. Estas cánulas deben tener la apertura en el lateral con el fin de evitar la infiltración intravascular1 (fig. 5). Supervivencia de los adipocitos Actualmente, 2 teorı́as divergentes explican el resultado observado tras el trasplante de grasa autóloga1,5. – Teorı́a de la renovación celular por parte del huésped: expone que el tejido adiposo trasplantado es reemplazado por fibrosis cuando las células histiocı́ticas fagocitan este tejido. – Teorı́a de los adipocitos supervivientes: formula que tras el trasplante se produce inicialmente un fenómeno isquémico, seguido de un proceso de neovascularización centrı́peta. Esto supone una isquemia más prolongada de la grasa central, comprometiendo su viabilidad si no se revasculariza, mientras que en la periferia se mantienen los adipocitos intactos o preadipocitos que finalmente se diferenciarán en adipocitos funcionales. Se cree que el resultado corresponde a una combinación de ambas hipótesis, por lo que el volumen final va a depender de 3 factores9,14: la respuesta inflamatoria local, la fibrosis inducida y el crecimiento y la diferenciación delos preadipocitos. El preadipocito es una célula con morfologı́a fibroblástica: es esta, y no el adipocito, la que presenta capacidad para multiplicarse1.En el proceso de diferenciación de los preadi- pocitos en adipocitos, se distinguen 2 etapas: una precoz, en la que se produce la mitosis y la multiplicación de los preadipo- citos, y otra tardı́a, en la que adquieren las enzimas necesarias para la lipogénesis y la lipólisis, es decir, la diferenciación1. Probablemente, las células madre desempeñen un papel en la viabilidad de estos preadipocitos14. Hay que recordar que en el estrato central de tejido adiposo puro encontrábamos 3 fases: adipoblastos, preadipocitos y adipocitos maduros. La célula precursora de esta estirpe es una célula madre pluripotencial, con capacidad para diferenciarse en otras lı́neas además de la adiposa, por lo que las aplicaciones de este aspirado de tejido adiposo irı́an más allá del de estrictamente de relleno. Su proporción en el aspirado es de 4 � 107 células por cada 100 cm3 aspirados15, lo que supondrı́a una ventaja con respecto al obtenido de la médula ósea, de más difı́cil obtención, mayor incomodidad y dolor para el paciente, pequeña cantidad obtenida, y poco rendimiento de la muestra (alrededor del 0,001-0,01% o 1 célula madre por cada Figura 1 – Aplicación de injerto de tejido adiposo en reconstrucción de mama con prótesis. Zonas donantes más frecuentemente utilizadas. Izquierda: abdomen. Derecha: flancos. Figura 2 – Cánula de liposucción con punta roma. Figura 3 – Procesamiento de la grasa mediante centrifugación a 3.000 rpm durante 3 min. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8162 105 células estromales aspiradas o 105 células madre por cada 30 cm3)15-18. A pesar de todo lo publicado hasta ahora, todavı́a existen incertidumbre y controversia sobre la viabilidad del tejido adiposo y la influencia de las diferentes técnicas de transfe- rencia5,9. Son muchos los estudios realizados con el fin de demostrar que la manipulación de las muestras, el tipo de cánula, la región del cuerpo utilizada como zona donante y las caracterı́sticas anatómicas de los pacientes influyen en el grado de reabsorción del injerto19. Uno de los aspectos más polémicos es la existencia o no de un sitio donante ideal. A pesar de lo expuesto por Mojallal et al., Butterwick et al. y Fulton y Parastouk a favor de la grasa trocantérea1,5,12, Kaufman et al. y Rohrich et al. no encon- traron diferencias en cuanto a tasas de supervivencia con respecto a otras zonas donantes14,20. En cuanto a las técnicas utilizadas, Coleman formuló en 1994 que «la grasa no debe ser comprimida, filtrada, lavada, aspirada o reinyectada a gran presión, manipulada en contacto con el aire, congelada o mezclada con factores sanguı́neos»1, ya que «cuanto más atraumática sea la técnica, mayor será la viabilidad»19,21. La viabilidad y la función celular de los adipocitos han demostrado ser estadı́sticamente superiores siguiendo este procedimiento, con respecto a otras técnicas convencionales22. No obstante, esto ha sido discutido por algunos autores. Con respecto a la obtención de la grasa, exámenes histológicos realizados por Pu et al. y Niechajev y Sevcuk confirmaron mayor cantidad de células viables mediante la aspiración a bajas presiones con la técnica de Coleman22,23. Sin embargo, tanto la grasa obtenida con este procedimiento, como la obtenida por otros de liposucción convencional, mantienen su estructura histológica normal22. Butterwick et al., por su parte, no encontraron diferencias entre aspirar a bajas presiones y la escisión directa del tejido adiposo5. Guijarro-Martı́nez et al. y Rohrich et al., por otro lado, exponen no haber detectado diferencias significativas entre la grasa centrifugada y la no centrifugada9,20. Numerosos estudios han mostrado resultados prometedo- res con el uso de medios enriquecidos con nutrientes, hormonas anabólicas y factores de crecimiento14,24. Sin embargo, Coleman se opone a esta práctica, ya que cualquier sustancia añadida puede causar un daño quı́mico sobre unos adipocitos de por sı́ frágiles25. Sı́ que apoya las teorı́as de Coleman la afirmación de Butterwick et al. sobre la necesidad de separar adipocitos de las otras 2 fases (aceite en el estrato superior y fluidos infiltrados y sangre en el inferior), ya que la sangre, la lidocaı́na y las demás sustancias aumentan la degradación de los adipocitos y su fibrosis5. En cuanto a la lipoinyección, la supervivencia del injerto graso depende de la imbibición plasmática a partir de los bordes19. Esto explica por qué el diámetro del filamento injertado debe ser < 3 mm, dejando espacio suficiente entre los mismos para permitir su revascularización centrı́peta1,26. De lo contrario, pueden producirse necrosis central, licuefac- ción y formación de quistes. Autores como Carpaneda y Ribeiro refieren supervivencia del 40% del implante graso con esta práctica26, observándose incluso revascularización del injerto tras 48 h de su implantación19. En la misma lı́nea, Niechajev y Sevcuk realizaron biopsias tras varios meses del injerto, observando un tejido con organización y tamaño de células adecuados, confirmando la supervivencia de los adipocitos23. Figura 4 – Resultado tras la centrifugación de la grasa: división en 3 estratos: el superior, donde permanece el aceite (triglicéridos libres); el inferior, que contiene los fluidos infiltrados (adrenalina y lidocaı́na) y la sangre. Ambos estratos se descartan decantándolos, conservando únicamente el estrato central, la grasa pura, con posibilidades de sobrevivir una vez infiltrada. Figura 5 – Con distintas cánulas de 17-18 G indicadas para distintas localizaciones, se reimplanta el tejido adiposo mediante lipoinyección a baja presión y en distintos planos. Estas cánulas deben tener la apertura en el lateral con el fin de evitar infiltrarlo de forma intravascular. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8 163 Segú n el sitio receptor, se han encontrando tasas de supervivencia diferentes: mayores en el tejido subcutáneo (30%)27 y en zonas de relativa inmovilidad como la frente, la zona infraorbitaria y el dorso de las manos5. Esto contrasta con una supervivencia de solo un 6% en la implantación intramuscular27. La edad también es un factor influyente. Aunque no existen estudios definitivos que asocien el éxito del injerto con la edad, algunos de ellos muestran una disminución de la capacidad de diferenciación de los preadipocitos a medida que aumenta esta28. Conforme con todo lo expuesto, las tasas de reabsorción del injerto oscilan entre un 20 y un 90%29. Basándose en esto, algunos autores son partidarios de sobrecorregir, con el fin de evitar intervenciones adicionales. Fulton y Parastouk abogan por ello, con sobrecorrecciones del 20-30%, mostrando altas tasas de retención de la grasa12; mientras que Fontdevila et al. no lo recomiendan, ya que se ha demostrado que este tejido sigue aumentando hasta los 12 meses del seguimiento. Es más, las sobrecorrecciones para intentar obtener un resultado óptimo en una sola etapa provocarı́an una mayor isquemia del injerto y, por tanto, una mayor reabsorción29,30. De igual manera, Planas et al. exponen que el no realizar esta práctica les permite calcular el resultado de forma más precisa10. Por ello, una buena opción en pacientes que requieran grandes volú menes para cubrir el defecto es repetir la sesión cada 2-6 meses, concediendo tiempo suficiente para la neovascularización del injerto12,30. Por otra parte, segú n Coleman, el volumen final se estabiliza a los 3-4 meses, aunque pueden existir disminu- ciones sutiles durante el primer año. Posteriormente, el volumen permanece constante hasta 8-12 años después8. Sin embargo, en casos raros se pueden producir aumentos más allá de lo esperado. El tejido adiposo injertado mantiene sus caracterı́sticas iniciales, por lo puede producirse una hipertrofia secundaria a un aumentodel peso1. Cuando este fenómeno tiene lugar en las mejillas, se le denomina «sı́ndrome del hámster». El mecanismo patogénico del mismo no está todavı́a resuelto. Guaraldi et al. lo relacionan con la utilización de la región cervicodorsal o «giba» como zona donante, formada principalmente por grasa marrón, en pacientes VIH + 31. Sin embargo, Fontdevila et al. en 2008 no encontraron diferencias significativas en cuanto al incre- mento de volumen de la zona receptora, al comparar la utilización de las diferentes regiones donantes (dorsocervical, abdominal, mama)29, sugiriendo como causa la diferenciación en la nueva zona de implante de preadipocitos latentes6. Aplicaciones prácticas en Dermatologı́a y Cirugı́a Plástica Como se expuso anteriormente, el tejido adiposo autólogo tiene mú ltiples aplicaciones, muchas de ellas dentro del campo de la Dermatologı́a. Cirugı́a mamaria En la actualidad, la reconstrucción mamaria está incluida dentro del plan de tratamiento individualizado del cáncer de mama32. A nivel más amplio, el grupo de patologı́as mamarias en las que se puede indicar la técnica de lipofilling incluye micromastia, mamas tuberosas, sı́ndrome de Poland, secuelas tras tumorectomı́a o mastectomı́a, remodelado tras recons- trucción con colgajo o prótesis y secuelas tras radioterapia32 (fig. 1). En este ú ltimo caso se ha observado incluso un aumento en el trofismo cutáneo, disminuyendo las secuelas de la radioterapia33. En lo referente a utilizar grasa autóloga en reconstrucción tras cáncer de mama, esta es una de las indicaciones más extendidas, pero no por ello exenta de polémica. Existen muchos estudios in vitro que sugieren la participación de los adipocitos y preadipocitos en el crecimiento de las células tumorales a través de secreciones autocrinas, paracrinas, exocrinas y endocrinas, pudiendo aumentar la tasa de recidiva locorregional, especialmente tras cirugı́a conservadora de mama; sin embargo, esta teorı́a no ha podido ser demostrado in vivo hasta el momento32,34. También se ha discutido su posible interferencia en la detección mamográfica del cáncer de mama; no obstante, en 2009, la American Society of Plastic Surgeons afirmaba lo contrario33. Trastornos lipodistróficos El término «lipodistrofia» hace referencia a la distribución anómala del tejido adiposo35. Estos trastornos pueden clasificarse en generalizados, parciales o localizados, y, a su vez, en familiares o adquiridos. A excepción de la lipodistrofia asociada al VIH, el resto de los cuadros tiene una incidencia muy baja6. El sı́ndrome de lipodistrofia asociada al VIH fue reconocido en 1998 tras describirse cambios en la morfologı́a corporal junto con alteraciones metabólicas en estos pacientes, coincidiendo con la introducción de nuevas terapias anti- rretrovirales (inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de los nucleósidos e inhibidores de las proteasas) para el tratamiento de la infección por el VIH36. Este trastorno se caracteriza por la redistribución grasa, incluyendo lipoatrofia periférica (facial, nalgas y extremidades), acumulación grasa central (sobre todo, dorsocervical, tronco y abdomen) y visceral, y lipomatosis35,37. Las manifestaciones clı́nicas pueden causar problemas psicológicos inmediatos, relacionados tanto con la modifica- ción marcada de la imagen corporal, como por el estigma social que provoca. Para solucionar este problema, se han propuesto cambios en los regı́menes de tratamiento anti- rretroviral, aplicables solo en algunos pacientes. A raı́z de esto, se empezó a proponer a estos pacientes como candidatos para los materiales de relleno, como el tejido adiposo autólogo, principalmente aplicados en la cara. Sin embargo, tampoco todos los pacientes son candidatos a esta técnica de lipoinfiltración grasa, debido a la falta de tejido adiposo disponible en muchos de ellos. En los pacientes en los que sı́ se aplica, el injerto de tejido adiposo se comporta tal y como si estuviera en su localización original37. Teniendo en cuenta el aumento de los depósitos grasos a nivel central y la mayor tasa de complicaciones («sı́ndrome del hámster») descritas con la grasa obtenida de la zona dorsocervical31, la más utilizada como región donante es la abdominal. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8164 Serra-Renom y Fontdevila aplicaron en 2004 esta técnica en su cohorte de pacientes, utilizando como zona donante la región infraumbilical. Sus resultados fueron calificados como buenos- excelentes, requiriendo reinyección en el 30% de los casos durante el primer mes y permaneciendo estables a los 2 años38. De igual manera, Cortese et al. recurrieron a la grasa abdominal, además de trocantérea y glú tea, para corregir defectos en 4 pacientes con lipodistrofia moderada y severa. Tras 3-4 sesiones de lipofilling, los resultados fueron catalogados como muy buenos y bastante buenos (reabsorción < 80% y entre 80-90%, respectivamente)30. Lupus profundo El lupus profundo se considera una manifestación cutánea del lupus, que suele aparecer en pacientes sin otros estigmas de lupus eritematoso sistémico39. Macroscópicamente, la paniculitis lú pica se describe como nódulos que suelen aparecer en la cara, la parte superior del tronco y los miembros, pudiendo encontrarse bajo placas de lupus discoide o bajo la piel normal. Estos nódulos están duros y bien definidos, son asintomáticos o dolorosos y pueden persistir sin cambios durante años. Finalmente, producen cicatrices atróficas con deformidades tras la resolución del nódulo39 (fig. 6). Microscópicamente39,40, predomina la paniculitis lobulillar, observándose una discreta vacuolización de la basal focal y un infiltrado linfoplasmocitario e histiocı́tico denso en los lóbulos adiposos, con necrosis lobular. Los vasos aparecen pequeños y obliterados por la esclerosis, sin ser una verdadera vasculitis. Cambios similares ocurren en la dermis reticular profunda adyacente. Por ú ltimo, cuando los nódulos se resuelven, tiene lugar un proceso de hialinización y esclerosis, que confiere ese aspecto de cicatriz atrófica. En cuanto a la infiltración de tejido adiposo autólogo para la corrección de estas cicatrices deprimidas, la indicación viene descrita en numerosos textos. Sin embargo, las referencias a los resultados obtenidos son escasas y poco alentadoras. Este es el caso de Cortese et al., que presentan altas tasas de resorción de la grasa (90-95%), atribuidas a la pobre vascula- rización de los sitios receptores30. Por el contrario, Guisantes et al. exponen 2 casos de paniculitis lú pica en la cara, cuyos resultados son calificados como buenos tras someterse a una ú nica sesión de lipoinfiltración41. Esclerodermia La esclerodermia es una enfermedad crónica de etiologı́a desconocida que afecta a la microvasculatura y la pérdida de tejido conectivo, la cual se caracteriza clı́nicamente por depósito y obliteración de vasos en la piel, los pulmones, el tracto gastrointestinal, los riñones y el corazón42. En determi- nados cuadros de esclerodermia localizada, como es el caso de la morfea y la esclerodermia lineal, las placas resultantes pueden ser tratadas mediante infiltración de tejido adiposo autólogo. En estas formas de esclerodermia circunscrita cutánea no se afectan los órganos internos42. Clı́nicamente, se manifiesta como placas induradas que afectan principalmente a los hombros y la parte superior de los brazos, e incluso la cara. Estas lesiones se resuelven normalmente con atrofia subcu- tánea y residual hiperpigmentación39. Histológicamente, se caracteriza por ser una paniculitis septal sin vasculitis39. En las etapas iniciales, predomina un infiltrado inflamatorio linfocitario alrededor de vasos y anejos a nivel de la dermis reticular. En la fase final, aparecen haces de colágeno engrosados (fibrosisseptal), anejos atróficos y vasos disminuidos en nú mero y calibre con pared gruesa y fibrosa, con posible necrosis grasa39,43. La experiencia sobre la utilización del tejido adiposo autólogo para corregir estos defectos es algo más destacada que para el caso del lupus profundo. Los resultados encon- trados también son más optimistas, tal y como exponen Gutiérrez Gómez et al., cuyos pacientes muestran resultados satisfactorios, especialmente en aquellos con defectos peque- ños y con tejido sano perilesional44. En la misma lı́nea, Lapiere et al. y Roh et al. describen unas mejoras cosméticas excelentes y buenas, respectivamente, en placas frontales tras 12 meses de tratamiento45,46. No obstante, esta mejora es pobre en otras localizaciones, como el mentón, la nariz y la región infraorbitaria46. Los factores que aumentan la posibilidad de supervivencia del injerto en esta enfermedad son la relativa inmovilidad de la zona receptora y la inactividad de la lesión. Cicatrices defectuosas o inestéticas En este apartado, podemos incluir aquellas cicatrices depri- midas, adheridas, ensanchadas o atróficas47. Figura 6 – Paniculitis lúpica. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8 165 Este tipo de cicatrices puede tener mú ltiples causas: traumática, iatrogénica (secundaria a intervenciones quirú r- gicas), o ser consecuencia de ciertas enfermedades como el acné. El tratamiento clásico de estas cicatrices consistı́a en su extirpación quirú rgica, lo que resultaba en una cicatriz más larga. A esto se sumaba que no siempre se conseguı́a corregir el defecto inicial41. Los buenos resultados obtenidos con la infiltración de grasa en patologı́a mamaria, tales como secuelas de cirugı́a conservadora de mama, o en procesos de reconstrucción, ha animado a muchos cirujanos a utilizar este procedimiento en otro tipo de defectos, como las cicatrices41. Guisantes et al. muestran resultados naturales en una cohorte de 8 pacientes con cicatrices retráctiles y distróficas localizadas en el abdomen, las mamas, los brazos y la cara41. A diferencia de la escisión quirú rgica, esta técnica no provoca nuevas cicatrices ni alarga las existentes41. Conclusión El injerto de tejido adiposo es un procedimiento seguro y efectivo para corregir y mejorar el contorno corporal. Estudios histológicos comparativos no han mostrado ninguna altera- ción en el tejido adiposo mediante esta técnica1. Se trata de una técnica simple, ú til, eficaz y reproducible, con aplicaciones en diversos campos de la cirugı́a plástica1 y la Dermatologı́a. Sin embargo, son pocas las referencias encon- tradas para su uso en patologı́as como la esclerodermia y la paniculitis lú pica. A pesar de no existir consenso sobre la influencia de muchos de los factores descritos en la supervivencia de este material, los resultados obtenidos demuestran que es el mejor método de reparación de los defectos de volumen, siempre que se aplique en la zona adecuada y bajo una indicación correcta46. Responsabilidades éticas Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artı́culo no aparecen datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artı́culo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningú n conflicto de intereses. b i b l i o g r a f í a 1. Mojallal A, Breton P, Delay E, Foyatier JL. Greffe d’adipocytes: Applications en chirurgie plastique et esthétique. EMC- Chirurgie. 2005;2:175–203. 2. Roó Rodrı́guez E. La elección del material de relleno. Piel. 2007;22:481–2. 3. Narins RS, Beer K. Liquid injectable silicone: A review of its history, immunology, technical considerations complications, and potential. Plast Reconstr Surg. 2006; 118 Suppl:77S–84S. 4. 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El injerto de tejido adiposo presenta un amplio abanico de indicaciones, dentro de las cuales se encuentran todas aquellas circunstancias, fisiológicas o patológicas, que provoquen una variación o asimetrı́a del contorno cor- poral o facial. El tejido adiposo infiltrado mantiene sus caracterı́sticas iniciales, por lo puede producirse una hipertrofia secun- daria a un aumento del peso. Cuando esto ocurre a nivel de las mejillas, se denomina «sı́ndrome del hámster». En las nalgas y en la zona trocantérea de las mujeres, la grasa es resistente a las fluctuaciones de peso, lo que las convierte en el sitio donante de elección para muchos autores. Factores como la manipulación de las muestras, el tipo de cánula utilizada, la región del cuerpo utilizada como zona donante y las caracterı́sticas anatómicas de los pacientes influyen en el grado de reabsorción del injerto. La grasa obtenida contiene células madre pluripoten- ciales, que desempeñan un papel muy importante en la viabilidad de los preadipocitos. El diámetro del filamento injertado debe ser < 3 mm, dejando espacio suficiente entre los mismos para permi- tir su revascularización centrı́peta. Las tasas de reabsorción del injerto oscilan entre un 20 y un 90%, estabilizándose su volumen a los 3-4 meses y permaneciendo constante hasta 8-12 años después. La cirugı́a mamaria y la lipodistrofia facial en el VIH son 2 de las aplicaciones más extendidas del injerto de tejido adiposo en cirugı́a reconstructiva. Otras potenciales patologı́as que se podrı́an beneficiar de esta técnica son la paniculitis lú pica y la esclerodermia; sin embargo, los resultados descritos con esta técnica son escasos y poco alentadores. p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 3 ) : 1 5 9 – 1 6 8166 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0005 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0005 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0005 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0010 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0010 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0015 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0015 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0015 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0015 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0020 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0020 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0020 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0020 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0025 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0025 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0025 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0025 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0245 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0245 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0245 http://refhub.elsevier.com/S0213-9251(14)00287-1/sbref0245 Quirú rgiques;2007 [consultado 8 Jun 2014]. 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Cir Plast. 2007;17:168–75. 45. Lapiere JC, Aasi S, Cook B, Montalvo A. Successful correction of depressed scars of the forehead secondary to trauma and morphea en coup de sabre by en bloc autologous dermal fat graft. Dermatol Surg. 2000;26:793–7. 46. Roh MR, Jung JY, Chung KY. Autologous fat transplantation for depressed linear scleroderma-induced facial atrophic scars. Dermatol Surg. 2008;34:1659–65. 47. Canizares F, Chavoin JP, Soubirac L, Foucras L, Fossat S, Mojallal A, et al. Cicatrices cutáneas defectuosas. 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Aplicaciones en Dermatología Introducción Otros materiales de relleno Irreabsorbibles Silicona líquida Polimetilmetacrilato Gel de polialquilimida Gel de poliacrilamida Lentamente reabsorbibles Ácido poli-L-láctico Hidroxiapatitacálcica Rápidamente reabsorbibles Ácido hialurónico Colágeno (bovino, humano y porcino) Tejido adiposo autólogo Indicaciones Técnica quirúrgica Evolución histórica de la técnica quirúrgica Zona donante Aspectos técnicos Obtención del injerto Procesamiento Implantación Supervivencia de los adipocitos Aplicaciones prácticas en Dermatología y Cirugía Plástica Cirugía mamaria Trastornos lipodistróficos Lupus profundo Esclerodermia Cicatrices defectuosas o inestéticas Conclusión Responsabilidades éticas Protección de personas y animales Confidencialidad de los datos Derecho a la privacidad y consentimiento informado Conflicto de intereses Puntos clave
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