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El estudio de los océanos por el Consejo Superior de 
Investigaciones Científi cas (CSIC) surge con el Institu-
to de Investigaciones Pesqueras (IIP). Una crisis social 
por la caída brusca de capturas de sardina en Galicia 
hizo ver al gobierno español la necesidad de crear 
un centro que se ocupase de la pesca en nuestro 
país, debido a la imposibilidad de rehabilitar el Ins-
tituto Español de Oceanografía (IEO), en parte por 
la despreocupación del Ministerio de Marina donde 
estaba integrado.
En la creación del IIP confl uyeron dos eventos. 
Por una parte, el documento «Proyecto para la crea-
ción de un Centro de Investigaciones Pesqueras 
dependiente del CSIC», que redactó Buenaventura 
Andreu en enero de 1949 a petición de José María 
Albareda, secretario general del CSIC. Y por otra, el 
curso «Introducción a las Investigaciones Pesqueras», 
que Francisco García del Cid, director del Instituto de 
Biología Aplicada (IBA) de la Universidad de Barcelo-
na, encargó organizar al propio Andreu.
En su documento, Andreu estableció la triple 
misión que debería tener dicho centro científi co. 
En primer lugar, una labor de investigación aplicada 
orientada fundamentalmente a la pesca. En segundo 
término, una tarea docente encaminada a la forma-
ción de profesionales para asesorar a la administra-
ción pesquera y velar por la regulación de la pesca 
en todo el territorio español. Y fi nalmente, una tarea 
dirigida a la formación de profesorado para las Es-
cuelas de Pesca y técnicos de las industrias privadas. 
Los dos primeros objetivos establecen ya de inicio 
una clara diferencia entre la investigación científi ca 
y el asesoramiento pesquero, una de las claves para 
entender su futuro desarrollo en España.
El citado curso se desarrolló de marzo a septiem-
bre de 1949 en la Universidad de Barcelona y en el 
jardín botánico Mar i Murtra de Blanes. En este esce-
nario, el 18 de febrero de 1949 se creó la Sección de 
Biología Marina (SBM), vinculada administrativamen-
te al IBA y económicamente al Patronato Juan de la 
Cierva de Investigación Técnica del CSIC con sede 
en Madrid. Mientras tanto, por encargo de García del 
Cid, Andreu buscó dónde emplazar un laboratorio 
en la costa de Levante, y a fi nales de 1949 se montó 
el Laboratorio Costero del Grao de Castellón. Una 
vez concluido el curso, quedaron adscritos a la SBM 
Andreu, Ramón Margalef, Julio Rodríguez-Roda y Ma-
nuel Gómez Larrañeta como colaboradores científi -
cos del CSIC, y Miguel Durán, Pedro Arté, José María 
Camps y Carlos Bas como becarios. Un año después, 
la SBM contaba con cuatro incipientes equipos de 
investigadores, distribuidos entre Barcelona, Blanes 
y Castellón-Vinaroz.
Tras esos prometedores inicios, la sesión de la 
Junta de Gobierno del CSIC del 3 de octubre de 1951 
acordó que la Sección de Biología Marina del IBA pa-
sase a ser un instituto, denominándose Instituto de 
Investigaciones Pesqueras; el profesor García del Cid 
fue nombrado director. Un documento ofi cial prepa-
3ORIGEN Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN MARINA EN EL CSIC
Origen y desarrollo 
de la investigación 
marina en el CSIC
Ángel Guerra y Ricardo Prego
q Algunos de los 
participantes en el curso 
«Introducción a las 
Investigaciones Pesqueras», 
en el jardín botánico Mar 
i Murtra de Blanes, verano 
de 1949. Delante y de 
izquierda a derecha: Andreu, 
Durán, Gómez Larrañeta, 
Faust y Camps. Detrás: 
Arté, Margalef, Massutí y 
Rodríguez-Roda.
t Programa del curso 
«Introducción a las 
Investigaciones Pesqueras», 
año 1949.
AUTOR
AUTOR
4 EXPEDICIÓN MALASPINA 5ORIGEN Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN MARINA EN EL CSIC
Durante el mismo se presentó el modelo de diná-
mica de poblaciones explotadas desarrollado por 
Beverton y Holt. Larrañeta aprendió esas técnicas 
para la ordenación de las pesquerías, y fue pione-
ro en su aplicación y su divulgación en España. 
Posteriormente, las difundió en Hispanoamérica, 
comenzando por Chile, donde impartió clases 
durante un año en la Universidad Católica.
2. Margalef, durante una estancia en la Estación de 
Investigaciones Marinas de la isla Margarita (Ve-
nezuela), en 1960, concibió la idea de publicar 
un libro sobre ecología marina. El tratado, que se 
publicó en 1972 y es fruto de la colaboración de 
varios autores, fue el primer texto sobre el tema 
escrito en español. Durante esos años, Margalef 
realizó numerosos viajes por Europa y América 
aportando técnicas y conceptos fundamentales 
para el desarrollo de la ecología. Asimismo llamó 
la atención de los científi cos acerca de la nece-
sidad de interpretar las relaciones socioeconó-
micas dentro de un contexto general ecológico. 
Fallecido en 2004, Margalef dejó un amplio le-
gado científi co en cuatrocientos artículos y una 
docena de libros.
3. Fernando Fraga impulsó el campo de la ocea-
nografía química en el IIP y participó, durante 
1964, en la Indian International Ocean Expedi-
tion, dentro del «Program in Biology» de Estados 
Unidos, a bordo del buque oceanográfi co An-
thon Brunn, investigando la materia nitrogenada 
en el mar. En 1967 intervino en la expedición 
internacional a los océanos Antártico e Índico 
patrocinada por el Institut Royal des Sciences 
Naturelles de Bélgica, a bordo del buque ocea-
nográfi co Magga Dann.
Por otra parte, los miembros del IIP participaron 
activamente en las sesiones del Consejo General de 
Pesca del Mediterráneo de la FAO, así como en las 
reuniones de los grupos de trabajo del Internatio-
nal Council for the Exploration of the Sea (ICES), del 
Programa Biológico Internacional (IBP), del Conseil 
International pour l’Exploration Scientifi que de la 
Mer Mediterranée (CIESM), del International Council 
Northeastern Atlantic Fisheries (ICNAF) y de la Aso-
ciación Mediterránea de Biología Marina y Oceano-
grafía (MAMBO), entre otros organismos de carácter 
internacional.
A fi nales de 1959 surgió un problema de sobre-
pesca en el levante español, la cual había llegado 
a tan alto nivel que entre los armadores y los pes-
participaron activamente los miembros del IIP. Por 
iniciativa de la DGP, aparecieron las Publicaciones 
Técnicas de la Junta de Estudios de Pesca, cuyo primer 
número vio la luz en 1962.
El Instituto de Investigaciones Pesqueras tuvo 
vocación internacional desde sus primeros pasos. La 
actividad de los miembros del naciente IIP pronto 
alcanzó resonancia tanto en foros europeos como 
americanos relacionados con la investigación marina. 
Se establecieron contactos fructíferos y permanentes 
con colegas y centros de otras nacionalidades. Sirvan 
como ejemplo tres casos:
1. En 1957 Gómez Larrañeta asistió al primer curso 
internacional de Dinámica de Poblaciones patro-
cinado por la FAO en Lowestoft (Reino Unido). 
mitió ampliar el radio de acción del IIP a la región 
sudatlántica española, donde las pesquerías eran 
muy importantes y su estudio estaba desatendido. 
Las modestas instalaciones iniciales de Blanes se 
abandonaron en abril de 1961, cuando se inauguró 
el nuevo edifi cio en la explanada del puerto. En junio 
de 1963 el jefe del Estado inauguró la nueva sede 
central del IIP en Barcelona.
Este período fundacional fue fructífero en tra-
bajos científi cos: Publicaciones del Instituto de Biolo-
gía Aplicada (1949-1954) recoge 51 trabajos de los 
miembros del IIP. La revista Investigación Pesquera 
nació en 1955. Esta publicación pasó a ser el vehí-
culo principal de expresión de los científi cos del IIP 
y de las ciencias marinas en la España de esa épo-
ca. Además, se impulsó la actividad científi ca sobre 
el mar con frecuentes debates. Las Reuniones de 
Productividad y Pesquerías (1954-1965), donde in-
tervinieron todos los investigadores del IIP, fueron pa-
lestras para la presentación de resultados y el debate 
pluridisciplinar. Durante esas reuniones se abordó la 
gestión de las pesquerías españolas, considerando 
por primera vez en nuestro país la infl uencia de los 
factores ambientales y las relaciones de las especies 
explotadas con otros organismosde su entorno.
En 1955 se creó la Junta Consultiva de la Investi-
gación Científi co-Pesquera. Su misión era coordinar 
la labor de los centros ofi ciales de investigación en 
esa materia y asesorar al gobierno. Como comple-
mento de la anterior, funcionaba en la Dirección Ge-
neral de Pesca (DGP) la Junta de Estudios de Pesca 
Marítima. Las reuniones de ambas juntas fueron el 
principal foro para el debate de la política científi -
ca pesquera española durante esos años, y en ellas 
rado por Andreu en 1953 explicaba los elementos 
fundamentales en la organización del IIP, el cual de-
pendería administrativamente del Patronato Juan de 
la Cierva. La sede central del IIP estaba en Barcelona y 
cada laboratorio (Barcelona-Blanes, Castellón-Vinaroz 
y Vigo) contaría con tres o cuatro biólogos, uno o 
dos químicos (personal investigador o técnico), dos 
laborantes (personal de apoyo) y un patrón de pesca 
(personal subalterno). El director de cada laboratorio 
sería nombrado por el Patronato Juan de la Cierva a 
propuesta del director del IIP. El personal investiga-
dor, como era usual en el CSIC, estaba compuesto 
por investigadores y colaboradores, que se cubrían 
por concurso público, y por becarios cuyas becas 
se otorgaban entre universitarios previa selección y 
entrenamiento en uno de los laboratorios del IIP. Para 
ingresar como colaboradores no se exigía entonces 
el grado de doctor, aunque el hecho de serlo suponía 
un mérito en el concurso-oposición. Rodríguez-Roda 
y Margalef fueron los primeros colaboradores que 
defendieron su tesis doctoral entre 1950 y 1951.
La jornada de trabajo era de plena dedicación y 
la Dirección del Instituto establecía las normas gene-
rales de trabajo. Por lo general, cada científi co tenía 
un tema obligado, que absorbía la mayor parte de su 
jornada, y un tema de libre elección. Los directores 
de los laboratorios debían informar trimestralmente 
al director del IIP de la labor realizada y de los resul-
tados obtenidos.
El Laboratorio de Vigo, instalado en el antiguo 
colegio Alemán, fue inaugurado por el jefe del Es-
tado en septiembre de 1952 y tuvo en Andreu a su 
primer director. En Cádiz, Rodríguez-Roda puso en 
marcha otro laboratorio a fi nales de 1954, lo que per-
t Miembros de los 
laboratorios de Barcelona, 
Blanes, Castellón, Vigo 
y Vinaroz, asistentes a 
la Primera Reunión de 
Productividad y Pesquerías 
celebrada en Castellón, 
abril de 1954. De izquierda 
a derecha: Canales, Dolores 
Valero, Suau, Rubió, Morales, 
Herrera. Detrás: Larrañeta, 
Vives, Camps, Fraga (detrás), 
Conchita Seoane, Andreu, 
García del Cid, Bas, Planas 
(detrás), Roda, Margalef, 
Selgas, Muñoz y Durán.
p Primer número de 
Investigaciones Pesqueras, 
año 1955.
AUTOR
AUTOR
6 EXPEDICIÓN MALASPINA 7ORIGEN Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN MARINA EN EL CSIC
logía y planctología; bacteriología marina; cultivos 
monoalgales; pesquerías; organismos incrustantes y 
pinturas antifouling; biología y explotación de mo-
luscos; biología y cultivo del langostino; biología, 
ecología y explotación de algas superiores; y com-
posición química de animales marinos.
Por aquel entonces, los Planes de Desarrollo die-
ron un importante impulso a la investigación mari-
na en España. Con cargo al Segundo Plan, la Junta 
Consultiva de Investigación Científico-Pesquera 
concedió un crédito para la construcción de un bu-
que oceanográfi co. Se le bautizó con el nombre de 
Cornide de Saavedra, en memoria del célebre erudito 
gallego del siglo XVIII, autor de varias obras sobre la 
ciencia del mar y sus criaturas. El buque se adscribió 
a la Subsecretaría de la Marina Mercante del Minis-
terio de Comercio y estaba administrado por el Pa-
tronato Juan de la Cierva. Posteriormente, el Tercer 
Plan de Desarrollo permitiría en 1979 la botadura de 
un segundo buque oceanográfi co, el García del Cid, 
dependiente del CSIC. Los fondos de ambos planes 
impulsaron el desarrollo del IIP, permitiendo ampliar 
sus laboratorios y aumentar el personal mediante 
becas y contratos.
Entre junio y agosto de 1971, el Cornide realizó 
su primera expedición científi ca, SÁHARA I, que se 
llevó a cabo en el noroeste de África para caracte-
rizar los mecanismos fertilizadores del área y su ri-
queza pesquera. El jefe de esta primera campaña 
fue Carlos Bas. Luego le seguirían hasta 1976 otras 
campañas oceanográfi cas con investigadores del IIP 
la Cierva, Andreu imprimió su carácter. Respecto a las 
labores del IIP puede leerse: «Las actividades del Ins-
tituto están orientadas al estudio del medio marino 
como fuente de producción y de los recursos natura-
les que encierra, con vistas a su mejor conocimiento, 
conservación y aprovechamiento. Los programas son 
fundamentalmente de investigación básica, básico-
aplicada y aplicada, simultaneados con otros temas 
de interés general. Otras investigaciones están en-
caminadas al asesoramiento de organismos ofi ciales 
sobre problemas pesqueros defi nidos o que susci-
tan el interés manifestado por ciertas ramas de la 
industria. Todas estas actividades se encuentran muy 
relacionadas entre sí».
Andreu, conjugando lo que había y lo que era 
preciso desarrollar, agrupó y especifi có las líneas de 
trabajo para el IIP en distintos ámbitos: hidrobio-
científi cos sin el grado de doctor, y en 1978 la ma-
yoría de los científi cos del IIP habían presentado ya 
su tesis.
Al fi nalizar el año 1965, y tras el fallecimiento 
de García del Cid, Margalef fue nombrado director 
del IIP y Andreu director adjunto. Margalef desem-
peñó su nueva labor hasta marzo de 1967. Ese año 
había ganado brillantemente las oposiciones a una 
cátedra de Ecología de la Universidad de Barcelona, 
convirtiéndose en el primer catedrático de España en 
dicha materia. En noviembre de 1967 el CSIC nombró 
director del IIP a Andreu, quien se trasladó de Vigo a 
Barcelona. No obstante, Margalef no se desligó del 
IIP; siguió dirigiendo trabajos sobre la ecología del 
plancton con el apoyo de Marta Estrada.
Al hacerse cargo de la dirección del IIP, como se 
colige en la Memoria de 1967 del Patronato Juan de 
cadores de arrastre esa industria se consideraba 
improductiva. Ante esta situación, Larrañeta y Pe-
dro Suau diseñaron el Plan Experimental de Pesca 
de Arrastre de Castellón (PEPAC). Era una estrategia 
para recuperar la pesquería, que consensuaron con 
los pescadores en una puesta en acción a través del 
Sindicato Nacional de Pesca, y solicitaron a la DGP 
su implantación. El PEPAC se aprobó y estuvo ac-
tivado desde 1961 hasta 1966 con mucho éxito. El 
informe elaborado en 1999 por el equipo de investi-
gación del Instituto Mediterráneo para el Desarrollo 
Sostenible ha evidenciado que aquella experiencia 
singular e innovadora, en la que tan bien se conju-
garon la planifi cación pesquera, las tareas formati-
vas, la bioeconomía de la pesca y la dinamización 
social, tiene aún plena vigencia. Paradójicamente, a 
pesar de su éxito, el PEPAC no tuvo continuidad ni, 
sorprendentemente, imitadores. Por aquel entonces 
comenzaron las experiencias de José María San Feliú 
en Castellón para conseguir la cría de langostino en 
cautividad hasta llegar a producirlo a escala comer-
cial, tal y como se hacía en Japón.
En esa época, el Laboratorio atlántico de Vigo 
se trasladó a unas instalaciones de la Junta de Obras 
del Puerto, y permaneció en ellas desde 1959 hasta 
1973. Durante ese período se estudió la hidrografía 
de las rías y su producción planctónica. A la par, se 
desarrollaron los estudios sobre la biología, bioquí-
mica y cultivo de la ostra y del mejillón, en los que 
tanto tuvieron que ver Andreu y Antonio Figueras. 
Esas iniciativas darían lugar a la creación del Plan de 
Explotación Marisquera de Galicia en 1970. Los traba-
jos sobre pesquerías se centraron principalmente en 
la sardina gallega y el bacalao de la ICNAF.
Los científi cos del IIP en Cádiz iniciaron sus in-
vestigaciones sobre los atunes, bonitos y melvas en 
las almadrabas sudatlánticas en contacto con el Con-sorcio Nacional Almadrabero. Rodríguez-Roda fue 
un destacado miembro de la Comisión Internacio-
nal para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). 
También comenzaron los estudios sobre la biología 
y las pesquerías de sardina en las costas gaditana 
y africana. La incorporación de Rafael Establier en 
1960 inició en el IIP de Cádiz la línea de bioquímica 
de animales y plantas, en colaboración con la Uni-
versidad de Sevilla.
La Memoria del IIP de 1965 recoge la participa-
ción de cincuenta personas con sus correspondien-
tes categorías laborales (Tabla 1), de las cuales 22 
pertenecían a la escala científi ca y dos eran becarios. 
En 1969 entraron en el IIP los últimos colaboradores 
TABLA 1. Resumen numérico del personal del IIP y datos de su producción científi ca
Categoría/año 1967 Categoría/año 1972 1973 1978
P I 8 8 9
IC 7 IC 9 11 10
CC 18 CC 14 12 17
CC (con.) – 7 –
Becarios 3 Becarios 19 27 19
Personal Invest. 47 65 55
TT E 1 1 2
TS 1 TS (con.) 3 3 13
TTE (con.) – 8 8
Per. Lab. Con 4 12 23
Laborantes 10 ADI 12 13 10
Especialistas 7 AI 9 19 21
Téc. Aux. 1 AxI 2 1 4
AI (con.) – 13 11
AxI (con.) – 1 –
Per. Func. Aux. 23 47 48
Adm. 4 Adm. 2 2 3
Aux. Adm. 3 3
Aux. Adm. (con.) 2 1 1
Sub. 4 Sub. 3 6 7
Sub. (con.) 7 1
Laboral 19
Total 55 Total 91 137 159
Publicaciones 50 Publicaciones 47 – 107
Tesis 2 Tesis 2 1
Tesinas – Tesinas – – 2
Congresos 11 Congresos 16 – 21
PI: Profesor de investigación; IC: Investigador Científi co; CC: Colaborador Científi co; TTE: Titulado Técnico Es-
pecializado; TSE: Titulado Superior Especializado; ADI: Ayudante Diplomado de Investigación; AI: Ayudante de 
Investigación; AxI: Auxiliar de Administración; Adm.: Administrativos; Sub.: Subalternos; Aux. Adm.: Auxiliares 
Administrativos; Per. Func. Aux: Personal Funcionario Auxiliar; con.: contratados.
u Entrega de la encomienda 
de Alfonso X el Sabio al 
buque García del Cid, 1964.
u Los príncipes de 
España atendidos por 
Andreu durante su visita 
a la sede del Instituto de 
Investigaciones Pesqueras 
en Barcelona, 1972.
AUTOR
AUTOR
8 EXPEDICIÓN MALASPINA 9ORIGEN Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN MARINA EN EL CSIC
y becarios extranjeros, lo que acredita una amplia y 
profunda repercusión internacional. Además, los tra-
bajos en Cádiz sobre acuicultura marina se reforzaron 
con la incorporación de Emilio Pascual.
La pertenencia del IIP al Patronato Juan de la 
Cierva, donde ya existía una importante área dedi-
cada a los alimentos, tuvo una infl uencia decisiva en 
la creación de la sección de Tecnología de Conservas 
en Vigo, quedando a cargo de Manuel López-Benito. 
La incorporación de José Manuel Gallardo reforzó 
esta línea. La preparación de especialistas en alimen-
tos marinos fue una labor importante: entre 1972 y 
1978 se formaron 16 becarios.
Los resultados científi cos del trabajo llevado a 
cabo vieron la luz por diferentes caminos. De forma 
general, se exponen en la Tabla 1 los datos referentes 
a la composición del IIP y al total de la producción 
científi ca. En particular, se pueden identifi car diferen-
tes tipos de revistas:
— Investigación Pesquera, revista científi ca dedicada 
específi camente al medio marino. Entre 1966 y 
1977 se publicaron 21 volúmenes, cinco de los 
cuales fueron monográfi cos. La temática de sus 
258 artículos se distribuyó en artículos sobre 
fi toplancton e hidrografía, producción primaria, 
zooplancton y bacteriología (23 %); recursos natu-
rales, incluyendo las algas (18 %); ecología (17 %); 
oceanografía química (16 %); cultivos y fi siología 
de peces en relación con la acuicultura (10 %); 
sistemática y biodiversidad (11 %); contaminación 
marina (3 %); acuariología (1 %); y tecnología de 
alimentos (1 %). Esta revista tuvo continuidad bajo 
otro nombre, Scientia Marina, que está incluida en 
el Science Citation Index desde 1998.
Bajas en su esquema general de circulación y ferti-
lización. A los oceanógrafos del IIP se incorporó en 
1965 Antonio Cruzado, quien realizó varias campañas 
en buques oceanográfi cos de diferentes nacionali-
dades y participó en el programa «Coastal Upwelling 
Ecosystem Analysis» durante su estancia en Estados 
Unidos (1971-1973). Por otra parte, Ballester impul-
só la aplicación de nuevas técnicas, como el uso de 
autoanalizadores para la determinación en continuo 
de sales nutrientes en agua de mar, que utilizó en el 
Mediterráneo occidental y en África centro-oriental.
Uno de los retos para la ciencia aplicada, que 
tan del gusto era del Patronato Juan de la Cierva y 
de Andreu, fue la provisión de especialistas en con-
taminación marina. Establier mantenía en Cádiz esta 
línea de investigación aplicada a los metales y sus 
efectos biológicos, y para incluir los compuestos or-
ganoclorados, que parecían afectar también a la fl ora 
y a la fauna costera procedentes de los plaguicidas 
agrícolas, se incorporaron al Laboratorio de Vigo José 
Mariano Franco y Miguel Ángel Murado.
La línea de acuicultura también progresaba en el 
IIP. Después de cinco años de investigación, San Feliú 
consiguió en 1969 los primeros éxitos en la cría del 
langostino. Ello llevó a la construcción de la Planta Pi-
loto de Acuicultura en Castellón, así como al refuerzo 
de esta línea de investigación con la incorporación 
de Silvia Zanuy y Manuel Carrillo, quienes estudia-
ron la fi siología de la reproducción de los peces en 
cautividad. Las instalaciones del IIP en Castellón se 
mejorarían en 1979 con el edifi cio de la Planta de 
Acuicultura de Torre de la Sal, que fueron considera-
das modélicas por especialistas de la FAO. Durante 
ese período se formaron en Castellón 13 becarios 
españoles, pasando por el laboratorio 18 profesores 
ración Científi ca de las Pesquerías de la Plataforma 
Sahariana» y « Estudio de los Recursos Explotables 
de la Plataforma de Namibia».
En 1973 se gestó la creación del Centro de Tecno-
logía Pesquera en Las Palmas de Gran Canaria como 
un centro integrado en el IIP. La investigadora del IIP 
Josefi na Castellví colaboró activamente en su diseño 
y construcción en Taliarte, así como en su puesta en 
marcha, pero este centro nunca llegó a depender del 
CSIC, sino que quedó ligado al Cabildo Insular.
Por otra parte, en esos años creció en España el 
interés por la Antártida, lo que supuso la creación 
del Comité Español de Estudios Antárticos. La misión 
de este comité era conseguir los equipos científi cos 
y medios necesarios para que nuestro país pudiese 
llevar a cabo investigaciones en áreas antárticas. Los 
científi cos del IIP Antonio Ballester y Castellví partici-
paron en varias expediciones al continente austral e 
intervinieron activamente en el comité y la creación 
de la base española Juan Carlos I.
Durante ese período también se inició el estu-
dio del afl oramiento marino con una relevante labor 
liderada por Margalef y Fraga. En la costa de África 
estuvieron con el grupo de científi cos embarcados 
en el buque Cornide, que abordó el análisis de las 
condiciones oceanográfi cas de la zona de afl ora-
miento de las costas del Sáhara Occidental y de Mau-
ritania. Fraga encontró y describió un afl oramiento 
estacional en las costas de Galicia, e integró a las Rías 
en la región de afl oramiento del noroeste de África: 
SÁHARA II, MAROC-IBERIA I, y la serie ATLOR de la II a la 
VII. El Cornide también trabajaría entre 1974 y 1977 
en el Atlántico nororiental con la serie GALICIA I, II, 
III y IV. La pluridisciplinariedad de esas campañas, al 
abarcar conjuntamente aspectos de oceanografía 
física, química y biología aplicadas en una misma 
área geográfi ca, benefi ció la visión científi ca de sus 
participantes y a la propia ciencia marina española.
Los investigadores del IIP desarrollaron y con-
solidaron los equipos de pesquerías para continuar 
estudiando los recursos pesqueros del Mediterrá-
neo occidental desde Barcelona y las pesquerías de 
noroeste peninsular y Grand Sole desde Vigo. Ade-
más, los ampliaron a la plataforma africana (banco 
canario-saharianoy pesquerías de Sudáfrica) a cargo 
de Bas, y al área de la ICNAF a cargo de Larrañeta. 
Ambos investigadores del IIP desarrollaron progra-
mas de trabajo, y reclutaron a recién graduados en 
biología. Bas incorporó alumnos de la Universidad de 
Barcelona, y Larrañeta de la de Santiago. El equipo 
de este último colaboró con el Centro de Vigo del 
IEO para coordinar en 1970 el ambicioso programa 
«Investigaciones Pesqueras de la Plataforma Gallega», 
patrocinado por la DGP. El plan pretendía aconsejar 
a la Administración para realizar una explotación 
racional de los recursos de fondo en la plataforma 
continental de Galicia. Mientras tanto, Bas y sus co-
laboradores llevaban adelante los programas «Explo-
t Participantes en la 
campaña Maroc-Iberia I 
(Cornide de Saavedra), 1972.
u Reunión del Consejo 
Técnico Administrativo del 
Instituto de Investigaciones 
Pesqueras en Vigo, 
septiembre de 1973. De 
izquierda a derecha: Manuel 
Gómez Larrañeta, Valentín 
Paz Andrade, José Antonio 
Fernández, Buenaventura 
Andreu y Alvaro Gil Varela 
(consejero delegado de 
Pescanova y presidente del 
citado Consejo).
AUTOR AUTOR
10 EXPEDICIÓN MALASPINA 11ORIGEN Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN MARINA EN EL CSIC
sistemas marinos, la fi siología y patología de los orga-
nismos marinos salvajes y cultivados, los problemas 
ambientales generados por las actividades humanas 
en áreas costeras, y el empleo de recursos marinos 
para el consumo humano. El IIM colabora activamen-
te con distintos departamentos de las universidades 
gallegas.
La incorporación de personal al IATS (http://
www.iats.csic.es/) ha sido constante y progresiva, 
alcanzándose en la actualidad la cifra de 14 investi-
gadores en plantilla y se han consolidado líneas de 
investigación en acuicultura de peces, moluscos y 
crustáceos agrupados en dos departamentos: Fisio-
logía de la Reproducción de Peces, y Biología, Cultivo 
y Patología de Especies Marinas.
El Centro de Estudios Avanzados de Blanes 
(CEAB; http://www.ceab.csic.es/) empezó su activi-
dad en 1985 con un carácter pluridisciplinar, pero en 
1996 pasó a dedicarse exclusivamente a investigar 
el medio acuático estructurándose en dos departa-
mentos: Ecología Acuática y Biogeoquímica Acuática.
Por último, el Instituto Mediterráneo de Estudios 
Avanzados (IMEDEA; http://www.imedea.uib.es/) es 
un centro mixto de investigación del CSIC y la Uni-
versidad de las Islas Baleares. Centra su actividad en la 
investigación de los efectos del cambio global en los 
ecosistemas costeros del Mediterráneo, y en cómo al-
canzar una gestión sostenible e integrada de las zonas 
litorales. Está conformado por los departamentos de 
Biodiversidad y Conservación, Ecología y Recursos Ma-
rinos, Investigación del Cambio Global y Tecnologías, 
Oceanografía Operacional y Sostenibilidad.
La realidad superó las mejores expectativas de 
los iniciadores del IIP y, actualmente, la investigación 
marina en España no es concebible sin la labor cien-
tífi ca que se realiza en los centros herederos de aquel 
instituto, cuyos desarrollos, amplia diversifi cación 
temática, e importantes contribuciones quedan de 
manifi esto a través de sus respectivas páginas webs. 
Seguro que aquellos pioneros se sentirían ilusiona-
dos con el proyecto interdisciplinar de la Expedición 
de circunnavegación Malaspina 2010 que, bajo la co-
ordinación de Carlos Duarte, profesor de investiga-
ción del CSIC, acoge la participación de una amplia 
representación de la comunidad científi ca oceano-
gráfi ca española.
de Investigaciones Pesqueras (CENIP), cuyo órgano 
representativo, sin sede física, sería un Comité de Di-
rección (CD) constituido por un presidente y dos re-
presentantes de cada centro, de los cuales uno sería 
el director, y el otro libremente elegido por los claus-
tros de entre sus miembros. Desde 1979 hasta 1987 
se celebraron ocho reuniones. A principios de 1987 
el CENIP cambió de nombre a Centro Nacional de 
Investigaciones Marinas (CENCIMAR), motivado por 
el cambio de denominación de los antiguos labora-
torios, los cuales mudaron a Instituto de Ciencias del 
Mar (ICM), Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía 
(ICMAN), Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) e 
Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (IATS).
Actualmente, el ICM (http://www.cmima.csic.
es/) está ubicado en un nuevo edifi cio y en él tra-
bajan más de ciento cincuenta especialistas en las 
ramas de la oceanografía. El ICM está integrado en 
Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y 
Ambientales (CMIMA), que junto con la Unidad de 
Tecnología Marina (UTM), creada por el CSIC en el 
año 2000, es el centro oceanográfi co más grande 
del Mediterráneo. Esta unidad tiene asignada la 
coordinación, gestión y mantenimiento del buque 
oceanográfi co Hespérides de la Armada española y el 
buque Sarmiento de Gamboa, perteneciente al CSIC.
El ICMAN (http://www.icman.csic.es/), después 
de treinta y un años en Cádiz, se trasladó a un nuevo 
edifi cio en el campus universitario de Puerto Real, 
en las proximidades de la Facultad de Ciencias del 
Mar y Ambientales, con la cual colabora activamen-
te, siguiendo una tradición antigua del IIP. En esta 
nueva etapa, el ICMAN ha crecido y evolucionado 
considerablemente, desarrollando una importante 
labor investigadora y de formación en campos como 
la acuicultura marina, la oceanografía y la gestión de 
ecosistemas acuáticos costeros.
El IIM (http://www.iim.csic.es/) también ha 
crecido notablemente y busca ahora más espacio 
en los terrenos previstos para la Ciudad del Mar de 
Vigo. Este instituto cuenta desde 1997 con el buque 
oceanográfi co Mytilus y se halla conformado en dos 
áreas de investigación: recursos naturales, y ciencias 
y tecnología de alimentos, las cuales desarrollan una 
amplia gama de líneas de investigación, dedicadas 
especialmente a la comprensión global de los eco-
recibió durante estos años numerosos becarios de 
otros países, muchos de los cuales procedían de Lati-
noamérica, pero también se formaron en sus labora-
torios estudiantes europeos, especialmente italianos, 
franceses y portugueses. Asimismo eran frecuentes 
las visitas de colegas de otras instituciones científi cas.
El crecimiento y la evolución científi ca en el IIP, 
así como el profundo cambio que experimentó el 
CSIC, refl ejado en su nuevo Reglamento Orgánico 
(30/12/1977), hizo conveniente una modifi cación 
en los modelos organizativos y de gestión del IIP. Su 
director, Andreu, convocó un claustro extraordinario 
que abrió la posibilidad de participación a miembros 
del IIP pertenecientes a todas las escalas, así como 
a becarios y contratados. Ese claustro ampliado se 
reunió el 20 de junio de 1978 en Barcelona, tras lo 
cual se celebraron sesiones locales en cada uno de 
los laboratorios del IIP con objeto de defi nir demo-
cráticamente el nombre que cada centro deseaba 
adoptar, su reorganización en Unidades Estructura-
les, Equipos de Investigación y Unidades de Servicio, 
así como el mecanismo de adscripción del personal 
a los nuevos grupos. Estas reuniones terminaron el 
4 de julio de 1978 y cuatro días después se remitió al 
presidente del CSIC un documento con la propuesta 
de reestructuración del IIP.
La aplicación del Reglamento Orgánico del CSIC 
al IIP, a través de normativas específi cas para cada 
Instituto, signifi có, entre otras cosas, la autonomía de 
los laboratorios, la elección democrática del director 
y la participación interna del personal en los órga-
nos de gobierno y de gestión en cada instituto. Para 
llevar a cabo un desarrollo equilibrado de todos los 
institutos y coordinar acciones científi cas nacionales 
e internacionales se constituyó el Centro Nacional 
— Resultados de Expediciones Científi cas de Buque 
Oceanográfi co «Cornide de Saavedra». Suplemen-
to de Investigaciones Pesqueras, donde se daba a 
conocer los resultados de las expediciones cientí-
fi cas. Entre 1972 y 1984 se editaron 12 volúmenes 
donde hay numerosas contribuciones de los in-vestigadores del IIP, quienes, además, publicaron 
los datos brutos de sus campañas oceanográfi cas 
y pesqueras en los 26 números de Datos Informa-
tivos aparecidos entre 1976 y 1991.
— Informes Técnicos del Instituto de Investigaciones 
Pesqueras con el objetivo de transferir cono-
cimientos científi cos a la industria pesquera. 
Entre 1972 y 1991 se publicaron 156 números. 
La temática tratada con mayor profusión fue 
la tecnología de alimentos; luego se sitúan la 
acuicultura marina, los recursos naturales, las 
técnicas pesqueras y la contaminación marina.
Desde su fundación hasta 1978 el IIP había 
crecido notablemente y ampliado el campo de su 
investigación, aunque no homogéneamente entre 
sus laboratorios. Desde el punto de vista cuantitativo 
despuntó Barcelona, tanto en lo referente a personal 
como a medios. Cualitativamente también hubo di-
ferencias: en Vigo se primó el área de pesquerías y 
se creó la de tecnología de alimentos; en Barcelona, 
el desarrollo fue más equilibrado entre oceanografía, 
planctología y recursos naturales; en Cádiz y Caste-
llón se evolucionó hacia la acuicultura. En conjunto, 
la tasa de producción científi ca aumentó desde 1,5 
publicaciones por persona y año para el período 
1967-1975 hasta 2,9 en 1978. Además, entre 1972 y 
1978 se leyeron 13 tesis doctorales, 16 tesis de licen-
ciatura y se registraron 12 patentes industriales. El IIP 
t De izquierda a derecha: 
San Feliú, Gallardo, Bas, 
Andreu y Establier en la 
inauguración del buque 
García del Cid, 1979.
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