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LA ASTROBIOLOGÍA, UNA HERRAMIENTA PARA
COMPRENDER EL MUNDO
F. Lozano Winterhalder 
Universitat Ramon Llull (Barcelona) – Centro de Estudios de la Biosfera Instituto
de Cultura Holística.
Ante todo, permítanme hablarles de la naturaleza de nuestro proyecto.
El CENTRO DE ESTUDIOS DE LA BIOSFERA-INSTITUTO DE CULTURA HOLÍSTICA es un
proyecto que, partiendo del amor por la vida en la Tierra y entendiendo que ésta se halla en un
momento altamente comprometido por la acción irresponsable del hombre, trata de analizar,
difundir, inducir a la reflexión, concienciar… a los hombres y mujeres de este planeta de la
necesidad (y obligación) de conservarla, además de conocerla cada día mejor e incluso, porqué
no, de admirar su belleza. Por eso es C.E.B. (Centro de Estudios de la Biosfera).
Y sin embargo, al enfoque clásico “longitudinal” o a través del especialismo, trata de darle también
una visión simétricamente complementaria, pero tan radicalmente distinta como necesaria. Una
visión integrada, de interrelación… HOLÍSTICA. Es decir, en la conservación de la biosfera no
caben ya exclusivamente la Microbiología o la Ecología y sus “superespecialistas”, sino que están
implicados todos los campos de la acción y la cultura humanas (desde el Medio Ambiente y la
Biotecnología, a la Economía, el Derecho o la Política…la Filosofía, la Espiritualidad o el Arte, pero
ante todo la Ética).
Nuestros pilares son pues la NATURALEZA, vista a través de los ojos de la ciencia. 
Los grandes retos medioambientales y biotecnológicos del momento, y sus vínculos con las
ciencias sociales y la sociedad en general, y en especial, los aspectos éticos vinculados a la
dirección correcta, es decir, a aquella opción ética que nos haga suficientemente responsables
para ser merecedores del calificativo de Homo sapiens. Se trata de nuestro pilar
MEDIAMBIENTAL Y BIOTECNOLÓGICO.
Pero es toda la cultura, todas nuestras concepciones y actitudes las que se hallan implicadas. Es
nuestro tercer pilar: LA CULTURA EN FAVOR DE LA VIDA.
Es aquí donde se debe encuadrar la ponencia que les presento. Sin esta introducción sería
difícilmente comprensible algo que además, creo, es tan altamente novedoso como necesario.
La Astrobiología tiene la ventaja de ser una amalgama de prácticamente toda la ciencia. Desde la
intersección Astronomía-Biología es fácil acceder a las demás ciencias, por lo que supone una
herramienta inigualable para comprender la ciencia en su totalidad.
Pero la Astrobiología es algo más: Trata de las grandes preguntas… ¿Cómo se formó el universo?
¿Y la vida? ¿Dónde debemos buscarla? ¿Qué consecuencias se deducirán, sean cuales sean los
hallazgos de esta joven ciencia? ¿Cuál es el papel del hombre en el Universo? ¿Y qué decir sobre
el futuro de la vida en la Tierra? Grandes preguntas que tienen también mucho que ver con la
Filosofía de la Naturaleza… con nuestra imagen del universo… con su escatología.
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Sin embargo, más allá de este conocimiento maravilloso; de estas preguntas inquietantes y de las
que quizás jamás obtengamos la respuesta última, se halla un análisis (y un conocimiento)
dramático: El de las condiciones –estrictamente científicas- acerca de la emergencia, la
continuidad y la extinción de la vida en el universo.
Dado el crucial momento histórico en que nos encontramos, no es necesario hacer hincapié en las
consecuencias que cualquier avance en Astrobiología, por insignificante que sea muchas veces,
puede significar para nuestra manera de obrar para con la vida y las impensables consecuencias
que ello puede tener sobre nuestra tecnología, nuestro “orden” social consecuente y sobre
nuestras concepciones subsecuentes.
La Astrobiología es el punto de partida, desde la óptica de la ciencia, para comprender el mundo.
A través del avance en el conocimiento del binomio universo-vida, iremos valorando el estado de
nuestro mundo y probablemente seremos invitados a tomar partido en consecuencia, para
garantizar la continuidad de la vida en la Tierra con sus múltiples implicaciones, de clara
naturaleza holística.
Sólo a modo de pequeña ejemplificación, pensemos en el “efecto invernadero” desbocado de
Venus y nuestro problema medioambiental de la misma índole, aunque aún, por suerte no de
“incontroladas” consecuencias. 
Sirva sólo de referencia que aquel fue provocado por la propia naturaleza y aquí parece que el
insensato modelo de desarrollo reinante trata de llegar a la misma situación “voluntariamente”
O el caso de Marte. Cualquier solución al hallazgo o no de vida en el planeta rojo, conllevaría
trascendentales consecuencias para la sociedad humana global.
O la famosa paradoja de Fermi: Sus soluciones posibles son simplemente escalofriantes…
Desde la óptica de la ciencia, la Astrobiología es la mejor herramienta de que disponemos para
comprender el mundo y la situación histórica en la que nos encontramos, que, en relación a sus
conexiones holísticas, nos permite tomar decisiones para que simplemente, aquellos que aún no
existen, puedan – y tienen todo el derecho a ello, y nosotros ninguno a negárselo- simplemente
existir para tomar las riendas – esperando que lo hagan mejor que nosotros hasta ahora – de la
más sublime expresión óntica conocida del universo: La vida.
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