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Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia P R O G R E S O S D E O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a y Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Práctica Clínica Recibido: 16/07/2015 Aceptado: 13/10/2015 López Grande J, Gómez García MT, Belmonte Andújar L, Arenas Gómez B, Gómez Alarcón A, González de Merlo G. Hernia de pared abdominal como complicación de la laparoscopia. Prog Obstet Ginecol. 2016;59(5):319-322 Correspondencia: Julia López Grande. Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital General de Albacete. C/ Hermanos Falcó, 37. 02006 Albacete e-mail: julia_mun@hotmail.com Abstract This article reports a clinical case that illustrates one of the complications of laparoscopic surgery, abdominal hernia. We present the case of a patient receiving anticoagulant therapy who underwent laparoscopy. The postoperative period was complicated by abdominal pain and vomiting. Because the patient had a purplish mass in the area of the left trocar incision, we carried out a differential diagnosis with an abdominal wall hematoma. The aim of this article is to illustrate the importance of the differential diagnosis of abdominal hernia in patients with multiple diseases and treatments, as well as its early diagnosis. Abdominal hernia is a complication that can be repaired but, most importantly, it can be prevented. It is therefore important to review the different surgical techniques that can decrease their incidence. Resumen El presente artículo nos muestra un caso clínico que ilustra una de las complicaciones de la cirugía laparoscópica, la hernia abdominal. Presentamos el caso de una paciente anticoagulada a la que se le realiza una laparoscópia, el postoperatorio se complica con un cuadro de dolor abdominal y vómitos, y dado que presentaba una masa violácea en la zona de incisión del trocar izquierdo, nos planteamos un diagnóstico diferencial con un hematoma de pared abdominal. El objetivo de este artículo es mostrar la importancia del diagnóstico diferencial de hernia abdominal, en pacientes con múltiples patologías y tratamientos, así como de su diagnóstico temprano. La hernia abdominal es una complicación reparable pero sobre todo prevenible, por lo que es importante revisar las diferentes técnicas quirúrgicas que pueden conseguir una disminución de su incidencia. Hernia de pared abdominal como complicación de la laparoscopia Abdominal wall hernia as a complication of laparoscopy Julia López Grande, Mª Teresa Gómez García, Llanos Belmonte Andújar, Beatriz Arenas Gómez, Ana Gómez Alarcón y Gaspar González de Merlo Hospital General Universitario de Albacete. Albacete Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia P R O G R E S O S D E O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a y Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Prog Obstet Ginecol. 2016;59(5):319-322 Key words: Laparoscopic complications. Abdominal hernia. Abdominal wall hematoma. Palabras clave: Complicaciones laparoscopia. Hernia abdominal. Hematoma de pared. 320 J. López Grande et al. [Prog Obstet Ginecol. 2016;59(5):319-322] En cuanto a los antecedentes gineco-obstétricos, menar- quia a los 12 años, fórmula menstrual normal (4/28), cuatro gestaciones con un aborto y tres partos vaginales (G4A1P3) y menopausia a los 50 años. No tiene intervenciones pre- vias, y su tratamiento habitual es levetiracetam, atorvasta- tina, acenocumarol, alopurinol, indometacina, candesartán cilexetilo, amlodipino y levotiroxina. La paciente consulta en un hospital diferente al nuestro por dolor hipogástrico de días de evolución, siendo diagnos- ticada de quiste simple de ovario izquierdo de 101 x 104 mm. Siendo intervenida en dicho centro mediante laparoscopia, en la que se hacen necesarios 3 puertos de entrada, 2 de 10 mm (infraumbilical y en fosa ilíaca izquierda) y un tercer trocar suprapúbico de 5 mm. En dicha intervención visuali- zan el útero y el anejo derecho atróficos, y una tumoración quística de unos 10 cm en el ovario izquierdo, con cápsula lisa, integra, nacarada y sin adherencias. Se procede a rea- lizar anexectomía izquierda mediante electrocoagulación con bipolar y corte con energía monopolar. Se continúa con la extracción de la pieza en bolsa pro- tectora previa aspiración de líquido seroso y se finaliza la intervención cerrando la aponeurosis de los puertos de 10 mm, con poliglactin 910 y la piel con la misma sutura. El postoperatorio es favorable y la paciente es dada de alta a las 48 horas, con heparina de bajo peso molecular. Al 5º día postquirúrgico la paciente comienza con dolor y vómitos biliosos, por lo que consulta en nuestro hospital y es ingresada en nuestro centro. Está afebril, con abdo- men blando y depresible, no doloroso a la palpación, rui- dos hidroaéreos disminuidos, y a la inspección y palpación encontramos una masa violácea de 7 x 4 cm en zona de incisión de trocar izquierdo, sugestiva de hematoma no a tensión de pared abdominal. Se realiza diagnóstico diferen- cial entre hematoma de pared con íleo paralítico y hernia a través del trocar, por sus enfermedades concomitantes y su tratamiento con anticoagulantes ya que en este momento la paciente se encuentra reintroduciendo el acenocumarol, desde hacía dos días tomaba acenocumarol y heparina de bajo peso molecular (HBPM). Al ingreso se realiza ecografía ginecológica dentro de la normalidad, en la que no se visualiza líquido libre, y una radiografía de abdomen en la que no se ven dilataciones de asas. Debido a la ausencia de mejoría de la paciente tras un manejo conservador (dieta absoluta, sonda nasogástrica y procinéticos), se decide realizar una tomografía axial com- putarizada (TAC) abdomino-pélvico, donde se comprueba leve estasia de yeyuno hasta hernia de Spiegel en flanco izquierdo, en el interior de la cual se comprueba engrosa- miento en relación a sufrimiento/compromiso (Fig. 1 y 2). Se interviene a la paciente de manera urgente visuali- zando evisceración contenida en la cicatriz de herida de inserción del trocar, mostrando dicha asa intestinal leves signos de cianosis parcheada, aunque impresiona de viabilidad conservada. Se procede a cierre de peritoneo y capa muscular con colocación de malla microporosa INTRODUCCIÓN En 1975 el Dr. Tarasconi inició su experiencia con resec- ción de órganos pélvicos (salpinguectomía) por laparos- copia (1). Se trata de una técnica que permite la visión de la cavidad abdomino-pélvica y la intervención quirúrgica al mismo tiempo sin necesidad de laparotomía; desde entonces su desarrollo y progreso ha ido en aumento. La laparoscopia ginecológica ha alcanzado en la actualidad un grado suficiente de madurez y permite realizar más de la mitad de la cirugía ginecológica, incluida la onco- lógica, ya que a través de estas vías se pueden efectuar con similar precisión las distintas técnicas quirúrgicas, con las conocidas ventajas de la vía endoscópica: menor trau- matismo quirúrgico, menor hemorragia intraoperatoria, menor analgesia, menor coste y mejor y más rápida recu- peración laboral y social (2-5). Las complicaciones de ésta técnica son específicas, y entre ellas debemos destacar: las lesiones producidas durante la insuflación de CO2, las perforaciones de vísce- ra hueca, las lesiones vasculares, las lesiones provocadas por los trócares y las hernias. Centrándonos en éstas últimas, a propósito de nuestro caso, decir que la aparición de hernia intestinal a través de los defectos de pared (trócares) es más frecuente en los procedimientos que requieren múltiples entradas, extracción de grandes tumores, o uso de dilatadores que aumentan el daño de la fascia. El riesgo es mayor con el uso de trócares de más de 10 mm, por lo que la fascia debería ser cerrada en estas incisiones (4-7). También hay diferentes factores de riesgo para la apa- rición de hernias relacionados con el paciente, como el sexo femenino,la edad avanzada, la obesidad, la diabetes mellitus y el tabaquismo (6). La manifestación clínica consiste en la presencia de un bulto, acompañado de dolor si están involucrados el intes- tino o el epiplon. Las náuseas y vómitos son signos de obstrucción intestinal. Y el tratamiento de la hernia es el cierre secundario de la fascia (5). El objetivo de este artículo es presentar un caso clínico que ilustra una de las complicaciones de la laparoscopia, la hernia abdominal, y su diagnóstico diferencial en pacien- tes pluripatológicos y polimedicados, y la importancia de su diagnóstico temprano. CASO CLÍNICO Mujer de 56 años, que tiene como antecedentes familia- res madre con cáncer de mama y padre con infarto agudo de miocardio (IAM). Como antecedentes médicos propios, sín- drome antifosfolípido, esclerodermia, esteatosis hepática en estudio, espondiloartrosis, dislipemia, hipertensión crónica, hipotiroidismo, obesidad, valvulopatía aórtica e insuficiencia mitral moderada y accidente cerebro vascular secundario. 321HERNIA DE PARED ABDOMINAL COMO COMPLICACIÓN DE LA LAPAROSCOPIA [Prog Obstet Ginecol. 2016;59(5):319-322] prefascial fijada con monoplus 2/0, y cierre de aponeurosis con monoplus 0 y puntos sueltos en 8, sin incidencias. El postoperatorio se complica con pico febril y trombopenia moderada, objetivándose en los hemocultivos, Klebsiella Oxytoca, instaurándose tratamiento antibiótico con buena respuesta. En cuanto a la trombopenia, es estudiada por los hematólogos y catalogada de trombopatía secundaria a síndrome antifosfolípido y trombopenia crónica reagu- dizada multifactorial estable. La paciente cursa el resto del postoperatorio con normali- dad y con buena evolución, por lo que se da de alta estando la paciente asintomática y estable. Dado que nuestra paciente se encontraba anticoagulada, el hallazgo de una masa violácea en un puerto de entrada nos orientó en primer lugar hacia un hematoma de pared, pero nos planteamos un diagnóstico diferencial con una hernia abdominal. De ahí la importancia de este artículo mostrando el gran valor del diagnóstico diferencial y la indi- vidualización de cada caso. Los hematomas espontáneos de la pared abdominal son entidades infrecuentes que a veces presentan dificultades diagnósticas debidas a sus manifestaciones clínicas (dolor abdominal, masa palpable, signos de irritación peritoneal y en ocasiones náuseas y febrícula), es importante realizar el diagnóstico diferencial con otras causas de dolor abdominal y masa palpable, como es en este caso la hernia abdominal (8). Cada vez son más frecuentes los pacientes que estando en tratamiento con anticoagulantes presentan un hemato- ma. En su diagnóstico, las pruebas de imagen como la eco- grafía y la tomografía computarizada (TC) tienen un papel fundamental (8,9). Y el tratamiento de elección debe ser inicialmente conservador (8-10). En nuestro hospital en el periodo de 2000-2013 se han realizado 1.225 laparoscopias, tanto para procesos benig- nos como malignos, y hasta el momento no hemos tenido ningún caso complicado con la aparición de una hernia de pared abdominal en el lugar de inserción del trocar, ya que la paciente del presente caso se intervino en otro centro. Sin embargo es una complicación a tener en cuenta ante cualquier empeoramiento clínico de la paciente en el posto- peratorio de una laparoscopia, sobre todo cuando aparece clínica de dolor abdominal, ya que su incidencia es del 0,5-2% y es una patología que requiere de una reparación quirúrgica lo antes posible para evitar complicaciones mayores (4-6). La hernia abdominal en la incisión del trocar es una com- plicación postoperatoria sobre la que es posible encontrar suficientes reseñas bibliográficas y sobrada información. En una reciente revisión sistemática, en la que se incluyeron 22 estudios y se obtuvo información de 31.666 intervencio- nes laparoscópicas, la incidencia general de hernias fue del 0,5-2% y el 96% de ellas se produjo en el lugar de un trocar de 10 mm (6). Por lo que se concluye que es una complica- ción con una frecuencia nada desdeñable, y lo que es muy importante, que tenemos técnicas para intentar prevenirla. En 1994, Montz y cols. publicó los resultados de una gran encuesta de la American Association of Gynecologic Lapa- roscopists con respecto a su experiencia con hernias en la incisión del trocar de laparoscopias (12), cuyos resultados fueron que de los aproximadamente 4.385.000 de proce- dimientos laparoscópicos se diagnosticaron 933 hernias, lo que significa una incidencia del 21 por 100.000. El 80% de estas hernias ocurrían a pesar del cierre de la fascia. El riesgo es mayor con el uso de trócares de 12 mm (3,1%) en relación con los de 10 mm (0,23%), por lo que la fascia debería ser cerrada en estas incisiones (12). La manifestación clínica de la hernia abdominal consiste en la presencia de un bulto, que se acompaña de dolor si Figuras 1 y 2. Leve estasia de yeyuno en flanco izquierdo, en el interior de la cual se comprueba engrosamiento en relación a sufrimiento/compromiso. DISCUSIÓN Dentro de la buena práctica clínica, hacer un correcto diag- nóstico diferencial es fundamental, sobre todo en pacientes con múltiples patologías y tratamientos como es nuestro caso. Es muy importante revisar el tratamiento activo de los pacientes y conocer cómo puede interferir cada uno de esos fármacos en el caso de una intervención quirúrgica. 322 J. López Grande et al. [Prog Obstet Ginecol. 2016;59(5):319-322] están involucrados el intestino o el epiplón. La aparición de náuseas y vómitos indican que hay signos de obstrucción intestinal, como en el ejemplo del presente caso (5). Se han contemplado diferentes factores de riesgo para el desarrollo de una hernia en el sitio del trocar, algunos de ellos evitables, como son la obesidad y el tabaquismo, y otros no evitables como la edad mayor de 60 años, el sexo femenino, la diabetes mellitus, la larga duración de las ciru- gías y la necesidad de ampliación en la incisión (6,13). En cuanto al diagnóstico, lo fundamental además de la exploración física y la clínica, son las pruebas de imagen, ultrasonidos y tomografía computarizada (TC). Se ha estudiado como las diferentes técnicas quirúrgicas y el uso de distintos materiales para la realización de las mis- mas, puede influir en la aparición y la incidencia de dichas hernias. Por lo que, lo correcto sería intentar usar la técnica y los métodos adecuados para prevenirla. Una guía publicada por la European Hernia Society en 2014 (13), la cual consta de varias revisiones sistemáticas, metaanálisis y por último discusión de los temas por un grupo de especialistas de toda Europa, trata de obtener recomendaciones con diferentes grados de validez. Todo ello para intentar realizar una optimización en cuanto a la técnica de cierre de incisiones abdominales, y así disminuir el riesgo de hernias. Esta guía europea concluye que las incisiones que se rea- lizan fuera de la línea media disminuyen la incidencia de hernia abdominal, y que también la disminuye el uso de tró- cares de 5 mm frente a los de mayor tamaño, y usar material de sutura de absorción lenta (13). Según las revisiones realizadas por Helgstrand y cols. y Owens y cols., en cuanto a las diferentes técnicas de entrada para la laparoscopia, sorprendentemente se ha visto que tiene mayor riesgo de aparición de hernia a posteriori la técnica cerrada con aguja de Veress que la entrada abierta por la técnica de Hasson, encontrando como posible causa la ausencia de cierre de fascia en la mayoría de los casos en la técnica cerrada (6,7). El diseño de la punta del trocar y el tamaño de estos, tam- bién son factores importantes a tener en cuenta. El trocar de punta roma evita la rotura y el corte de los tejidos, lo que disminuye el desarrollo de hernias (6,7,11). En cuanto al tamaño, todos los estudios analizados en esta revisión están de acuerdo en que cuanto menorsea el tamaño del trocar, menor riesgo habrá de hernia incisional, ya que la mayor frecuencia de aparición de hernias se encuentra con trócares de un número mayor o igual a 10-12 mm (6,7,13). Con respecto a la ubicación de los trócares, todos los estudios muestran que el sitio más común de herniación a posteriori es la zona umbilical, por lo que debería intentarse evitar otros puntos de acceso en línea media para los tróca- res auxiliares y sobre todo debe realizarse un cierre correcto de la fascia a nivel umbilical (6,7,13). El cierre de la fascia en la incisión del trocar disminuye el riesgo de hernia, todos los estudios recomiendan el cierre de todos los defectos de más de 10 mm, y el cierre de defectos de más de 5 mm cuando los puertos han sido objeto de una manipulación excesiva (6,7,11,12,13). El uso de una sutura de absorción lenta se ha visto que es de elección (6,13). En conclusión, la revisión actual apoya el uso de puertos de entrada lo más pequeños posible, a ser posible trócares de punta roma, y la sutura de todos los defectos con tamaño de 10 mm y los de más de 5 mm cuando han sido objeto de una manipulación excesiva, con sutura de material de absor- ción lenta. Se debería evitar, si es posible, las incisiones en línea media y el uso de suturas rápidamente reabsorbibles (4,6,7,11,12,13). RESPONSABILIDADES ÉTICAS Protección de personas y animales. Los autores decla- ran que para esta investigación no se han realizado expe- rimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. BIBLIOGRAFÍA 1. Tarasconi JC. Endoscopic salpingectomy. J Reprod Med 1981;26:541- 5. 2. Alessandri F, Lijoi D, Mistrangelo E, Ferrero S, Ragni N. 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