Logo Studenta

Cristina Gil psicopato 2 tema 11

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
1 
 
11. PSICOBIOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN 
1. LA INTERACCIÓN PSICOBIOLÓGICA EN LA DEPRESIÓN 
A mediados del siglo XX empezaron a descubrirse las relaciones entre los efectos bioquímicos de ciertas 
sustancias y las modificaciones correspondientes del estado afectivo, facilitado también por el desarrollo 
de técnicas de laboratorio avanzadas. 
Al principio todas las explicaciones reduccionistas competían por ganarse la credibilidad y desterrar a las 
otras, pero frente a ellas comenzó a abrirse una nueva conceptualización integradora enunciada así: 
Los estados depresivos son el resultado de la interacción de múltiples factores, genéticos, 
evolutivos, bioquímicos e interpersonales, cuyos efectos convergen en el sistema límbico y 
originan una alteración funcional reversible de los mecanismos cerebrales de gratificación 
y refuerzo. (Akiskal, 1973) 
Se aprecia una doble vía psicosomática: la influencia por un lado de factores biológicos en la conducta y el 
estado afectivo, y por otro, en sentido inverso, de la experiencia y los procesos mentales sobre la función e 
incluso la estructura cerebral. Cada vez que se establece el estado depresivo es inevitable una cierta 
alteración de procesos neurobiológicos, de la dinámica cerebral y de la actividad neuroendocrina. Esos 
cambios están tempranamente atajados por los mecanismos de compensación homeostáticos, puede que 
muchas depresiones no lleguen a clínicas gracias a ellos. La pregunta importante, más que la causa de la 
depresión, es cómo se mantiene, más aun teniendo en cuenta la capacidad de autorregulación y defensa 
de nuestro organismo 
 
 
La teoría de la dinámica circular en la 
etiopatogenia de la depresión tiene en cuenta 
estos aspectos, considerando una serie de 
factores depresógenos encadenados en un 
mecanismo de retroalimentación positiva, es el 
“circulo vicioso de la depresión” 
Así una situación crónica de estrés (1) puede 
acabar agotando los mecanismos de 
neurotransmisión cerebral, con el consiguiente 
déficit de catecolaminas y/o serotonina (2), lo 
que conduce a un estado depresivo (3), el 
desánimo, la indefensión y la desesperanza (4), 
propios de la depresión, llevan a un estado de 
desinterés e inhibición generalizada (5), con la 
consiguiente inferioridad competitiva y aumento 
del riesgo de situaciones de perdida, tanto de 
personas queridas como de oportunidades, 
refuerzos y gratificaciones (6). La misma dinámica 
circular puede iniciarse a partir de cualquier 
punto: ej. una pérdida severa, indefensión 
aprendida o elaborar cogniciones negativas. 
 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
2 
 
Abundando en la interacción entre experiencia y procesos cerebrales, hay que mencionar que en el estado 
de indefensión aprendida, inducido según Seligman, se acompaña de disminución de norepinefrina 
cerebral. Resulta muy difícil inducir la respuesta de indefensión en animales pretratados con 
antidepresivos porque mejoran la eficiencia de la neurotransmisión noradrenérgica. 
Las implicaciones del modelo de González de Rivera son interesantes a nivel terapéutico. Actualmente es 
fácil corregir el déficit de neurotransmisores con fármacos, pero es necesario complementarlos con otras 
intervenciones de manera simultánea o secuencial, que compense y actúe sobre los otros puntos del 
círculo. De nada sirve responder al fármaco si en el entorno se siguen dando bajas gratificaciones y las 
interpretaciones siguen siendo negativas por su parte. Por tanto los resultados de fármacos han de 
aprovecharse para lograr rupturas en otros elementos del círculo con procedimientos como psicoterapia 
de grupo, apoyo, relajación para aliviar el estrés, terapia cognitivo-conductual, etc. Es por ello que los 
enfoques integrados o multidimensionales resultan más eficaces en el tratamiento de la depresión que 
monoterapias aisladas. 
2. NEUROANATOMÍA DE LA AFECTIVIDAD 
A. Jerarquización evolutiva del cerebro 
El sistema nervioso de nuestra especie se ha jerarquizado siendo clave en nuestra evolución. Podemos 
distinguir tres niveles de organización, cada uno de ellos representativo de etapas evolutivas anteriores: 
El cerebro de los reptiles o arquicórtex: formación reticular, hipotálamo y los ganglios basales. Es el más 
primitivo, asegura la supervivencia con pautas de conducta. Los instintos básicos, los impulsos y las 
necesidades más rudimentarias se hallan programados de manera innata en esta zona 
El cerebro paleomamífero: la corteza límbica, constituye un gran paso evolutivo dotando a los mamíferos 
de la posibilidad de inerpretar y correlacionar su estado interno con el ambiente, teniendo mayor 
capacidad adaptativa y flexibilidad de conducta, reprogramable hasta cierto punto. Es el sustrato 
neurológico de la emoción, y el intermediario entre las partes más primitivas y las más elaboradas del 
cerebro así como un órgano integrador de la experiencia interna y externa. 
Finalmente, el cerebro neomamífero, el neocórtex: su excepcional desarrollo nos permite mayor capacidad 
de protección e integración. Aparecen las facultades intelectuales superiores, como el pensamiento 
abstracto y la formación de cogniciones que permiten el pensamiento lógico objetivante y la construcción 
de representaciones imaginarias, por ello podemos prever y preparar el futuro. 
B. Niveles de integración cerebral 
Los tres niveles de integración cerebral se hallan conectados entre sí y sujetos a una intensa influencia 
mutua, que puede ser en ocasiones conflictiva o contradictoria. La información llega a la corteza 
sensomotora, se integra en las áreas de asociación cortical y es trasmitida al sistema límbico. En este nivel 
se integra el significado psicosocial de la información, su valor emocional y las pautas instintivas de 
comportamiento. De ahí se trasmite al diencéfalo, donde se integra con las pulsiones más elementales. A 
partir del hipotálamo, se trasmiten al resto del organismo las órdenes elaboradas en el proceso global de 
integración. El flujo de información también actúa en sentido inverso, condicionando al estado de cada 
nivel la función de los niveles superiores. (mirar la figura) 
 
 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
3 
 
 
1. Corteza cerebral 
En la corteza sensomotora se da la primera fase de integración y se difunde a las áreas asociativas 
secundarias, principalmente los lóbulos temporal parietal y occipital. En esas estructuras tiene lugar una 
segunda integración de los distintos modos de percepción, elaborando un pensamiento abstracto. El lóbulo 
frontal es el último eslabón de la corteza, donde se determina el material que debe ser almacenado en la 
memoria, se prevé el desarrollo de sucesos, se programan las pautas de acción adecuadas y se inhiben las 
inadecuadas. El lóbulo frontal se halla en conexión con el sistema límbico, que recibe información del 
medio interno y sobre el estado emocional. 
La corteza cerebral se divide en dos hemisferios anatómicamente idénticos, pero con diferente desarrollo 
funcional. El hemisferio dominante (normalmente izqdo.) se especializa en un modo cognitivo de tipo 
lógico y secuencial, organizando aspectos como el lenguaje. El no dominante (normalmente el drcho.) 
elabora un modo cognitivo globalizante, encargándose entre otras cosas de la orientación espacial y del 
pensamiento en imágenes. Ambos se encuentran enlazados a través del cuerpo calloso, que permite un 
intercambio de información e influencia. Las lesiones corticales en el hemisferio izquierdo, sobre todo en 
áreas temporales y prefrontales, se asocian frecuentemente con la depresión. Pero en la mayoría de casos 
la depresión corresponde a alteraciones neurofuncionales reversibles. 
2. Sistema límbico 
Aquí se almacenan las pautas innatas de comportamiento, especialmente las relacionadas con lazos 
afectivos y la delimitación del propio espacio vital. También es el sustrato de lasemocionales y está muy 
ligado al hipotálamo. Está cubierto por la corteza, incluye el lóbulo cingular, la formación hipocampica, la 
amígdala y los núcleos talármeos; esta dispuesto en forma circular alrededor del tálamo y del hipotálamo. 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
4 
 
Gracias al empleo de electrodos profundos colocados en las regiones del sistema límbico podemos conocer 
la función específica de cada una de ellas, aunque es una situación complicada que se ve influenciada por 
activación o no de otras regiones del sistema nervioso central. Se han encontrado zonas que pueden ser la 
base neurológica de la recompensa (fascículo prosencefálico mediano) y también del sufrimiento, que 
sirven de mediadoras para los efectos del castigo (región periventricular, el lemnisco medio y el nucleo 
ventromedial del hipotálamo). Estimulando unas u otras se pueden utilizar como refuerzos positivos o 
negativos, pero cuando la estimulación dura mucho tiempo, los animales empiezan a evitar las conductas 
que les refuerzan. Una explicación es que la estimulación de recompensa se propague hacia los centros de 
castigos, cuyas vías están muy próximas. Podría ser un papel determinante en la habituación al EC. 
3. Sistema diencéfalo-hipotalámico 
El hipotálamo tiene una clara limitación anatómica y unas peculiaridades que lo diferencian de otras 
estructuras. Es el nivel más implicado en el mantenimiento de la homeostasis, e incluye entre sus 
funciones la regulación general neurovegetativa y el control neuroendocrino. Por su conexión con la 
corteza y el sistema límbico permite la influencia de las reacciones emocionales en los procesos cognitivos 
y afectivos, y viceversa. Las disfunciones vegetativas presentes en la depresión, como alteraciones del 
sueño, taquicardias, etc. son causadas por alteraciones en la normal regulación hipotalámica. También es 
responsable de la regulación endocrina, y por tanto disfunciones a este nivel causan las alteraciones 
endocrinas en la depresión. 
3. NEUROQUÍMICA DE LA DEPRESIÓN 
A. La sinapsis 
La trasmisión de información y estímulos entre neuronas se efectúa a través de minúsculos espacios 
sinápticos entre la terminación axónica y el comienzo de la dendrita de la neurona. Como una neurona 
puede tener terminaciones múltiples, probablemente cada una conecte cientos o miles de otras, siendo 
esta riqueza de conexiones un índice de actividad neuronal y del grado de sofisticación y desarrollo 
cerebral. 
Los neurotransmisores son las sustancias que se segregan y se fijan en la zona dendrítica, ejerciendo un 
efecto excitante o inhibidor en la neurona que las recibe (postsináptica). Una vez allí actual sobre los 
receptores a partir de los que se inician los procesos de polarización (para inhibir la excitación) o 
despolarización. Algunas sustancias, denominadas neuromoduladores, modifican de manera inespecífica la 
excitabilidad de las membranas neuronales, potenciando o inhibiendo la acción de los neurotransmisores. 
Durante mucho tiempo se pensó que las neuronas se especializaban en un solo tipo de neurotransmisor, 
actualmente se sabe que una misma neurona puede funcionar con distintos tipos de neurotransmisor de 
manera secuencial o incluso simultánea. 
B. Neurotransmisores 
Los más implicados en la depresión son las catecolaminas e indolaminas, y en menor grado la acetilcolina. 
 Catecolaminas 
Dos observaciones lanzaron la llamada hipótesis catecolaminérgica de la depresión: la primera el 
descubrimiento de que un alcaloide, la reserpina, antiguamente utilizado en el tratamiento de 
hipertensión, provocaba estados depresivos en el 15% de los pacientes; la segunda el descubrimiento del 
poder antidepresivo de fármacos que prolongan la acción de la noradrenalina. 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
5 
 
La dopamina, formada por el metabolismo de un aminoácido, que es una catecolamina antes de llegar a las 
estructuras cerebrales, se convierte posteriormente en noradrenalina. Las situaciones agudas de estrés 
aceleran la síntesis de catecolaminas, sin embargo cuando éste se prolonga más allá de cierto nivel de 
tolerancia, la respuesta se revierte y disminuye la actividad de las enzimas responsables de la síntesis. A 
partir de la noradrenalina, se forma la adrenalina, muy importante para la regulación periférica de 
actividad del organismo pero casi sin intervención en la trasmisión cerebral. Tanto la dopamina como la 
noradrenalina son degradadas por la acción de las enzimas MAO y COMT, intracelularmente y 
extracelularmente respectivamente. 
Se ha hecho una clasificación bioquímica de las depresiones en cuatro grandes grupos según el déficit de 
neurotransmisión implicado (noradrenérgicas, serotoninérgicas, dopaminérgicas y no biológicas). Hay que 
tener en cuenta que un déficit funcional de la actividad neurotransmisora es posible sin que haya 
disminuido la cantidad de neurotransmisor. 
 Indolaminas 
La serotonina es la principal. Procede del metabolismo de un aminoácido esencial que se ingiere en la 
dieta: el triptófano. La serotonina tiene múltiples y muy importantes funciones en la regulación de la 
homeostasis, modulando en general la estimulación excesiva y ejerciendo inhibición sobre la conducta. 
Déficit de serotonina han sido asociados con la regulación de numerosos sistemas neurobiológicos, 
incluyendo el sueño, el apetito, la actividad sexual, los ritmos circadianos y la función neuroendocrina, por 
citar solo unos pocos. 
Su papel en la depresión se relaciona con la actividad catecolaminérgica a través de la “hipótesis permisiva 
de la depresión”, según la cual un déficit funcional de la neurotransmisión serotoninergica predispone a la 
aparición de un trastorno afectivo, presentándose un estado depresivo si la neurotransmisión 
catecolaminérgica esta también deficitaria, mientras que si esta por el contrario aumentada, la 
manifestación clínica es de tipo hipertímico o maniaco. Esta teoría podría explicar por qué en depresivos 
tratados con fármacos que elevan la actividad noradrenégica se dan crisis maníacas. Aunque el déficit de 
serotonina es común en los enfermos depresivos, su acción es predisponente o de aumento de 
vulnerabilidad, siendo necesaria la alteración de otros neurotransmisores para que se presente 
clínicamente. También, como decíamos en el otro caso, se puede dar un déficit de su actividad sin 
disminuir su cantidad, porque no se fije bien por ejemplo a los receptores. En el caso de algunos tipos de 
depresión con tendencias suicidas sí parecen relacionados con la disminución de producción real de 
serotonina, mientras que en otros tipos la disminución es sólo funcional. 
 Acetilcolina 
En los estados depresivos parece existir un predominio relativo de la actividad colinérgica frente a la 
noradrenérgica, mientras que en los estados maniacos la relación es inversa. Los estudios son interesantes 
para el tratamiento de los trastornos. La fisostigmina, un estimulante colinérgico, produce una rápida 
remisión de síntomas en enfermos maníacos, aunque vuelven en cuanto pasa el efecto. El uso de 
precursores de la acetilcolina para prevenir o combatir trastornos de memoria se asocia con el aumento de 
las tendencias depresivas. 
C. Neuropéptidos 
Son unas sustancias producidas en el sistema nervioso y con una alta concentración en el sistema límbico y 
en el hipocampo. Se pueden dividir en tres familias principales: hormonas hipotalámicas, hormonas 
hipofisarias, y opiáceos endógenos. Aunque se han identificado vías peptidergicas en el cerebro, y hay 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
6 
 
receptores específicos para neuropéptidos, la actividad más relevante de estas sustancias es la 
neuromodulacion, definida como ≪la facilitación o inhibición de la acción sináptica de los 
neurotransmisores≫. Algunos neuropéptidos pueden ser segregados a la circulación general, ejerciendo a 
distancia su acción de tipo hormonal,mientras que en el cerebro actúan como moduladores de las 
catecolaminas, y por lo tanto como reguladores del estado afectivo 
Endorfinas: el efecto de los opiáceos sobre el estado de ánimo y la conducta hicieron durante años creer 
que tenían algún valor terapéutico. Algunas neuronas producen sustancias afines a los opiáceos y hay 
receptores específicos para ellos, reavivando el interés por su papel en la depresión. La hipótesis inicial 
más sencilla atribuía una disminución de la actividad endorfinica en la depresión y un aumento en la 
manía. Pero no todos los enfermos maníacos responden al bloqueo de la endorfina. La administración en la 
depresión en cambio sí produce efectos en depresiones endógenas, aunque éstos son de corta duración. 
 
4. ENDOCRINOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN 
El establecimiento de correlaciones entre alteraciones psicológicas y parámetros endocrinos permite 
inferir el estado funcional del sistema nervioso central, responsable de ambos tipos de manifestaciones. 
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que las alteraciones del equilibrio endocrino, como muchos otros 
trastornos médicos, pueden desencadenar estados depresivos, no pudiendo entonces hablar propiamente 
de enfermedades psiquiátricas primarias, sino de síntomas psicológicos secundarios a enfermedad 
somática. 
A. Eje hipotálamo-hipófiso-adrenal 
La cadena de control empieza con la hormona hipotalámica liberadora de corticotropina (CRH) que 
estimula la producción de hormona corticotropa hipofisaria (ACTH), la cual a su vez estimula la secreción 
de hormonas corticoesteroides, principalmente cortisol. 
Los factores psicológicos pueden aumentar o disminuir el nivel de actividad del eje, con una marcada y 
rápida elevación de CRH en situaciones de estrés agudo, lo que explica la alta secreción de corticoides 
durante estrés. En la depresión, al estar reducida la actividad catecolaminérgica, aumenta la actividad de 
CRH y, consecuentemente, la secreción de ACTH y cortisol. 
Entre otras anormalidades de este sistema en la depresión cabe destacar: 
1. La excesiva secreción de cortisol, mantenida durante las 24 horas del día, con pérdida de las 
características fluctuaciones circadianas. 
2. La secreción anormalmente elevada durante el sueño, desaparición de la inhibición típica de las 
primeras fases y numerosos picos de hipersecreción sin relación con la fase REM. 
3. Respuesta inadecuada al test de supresión de la dexametasona. Este test fue diseñado para diagnosticar 
la enfermedad de Cushing (hipersecreción de cortisol y asociación con síntomas depresivos) y basta con 
medir el cortisol. En la depresión la prueba indica una disfunción biológica, con deshinbición en este eje. En 
base a esta prueba, dicha desinhibición del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal puede clasificarse en cinco 
grados de intensidad: 
Grado 1: Elevación diurna de cortisol, con marginal elevación de la secreción nocturna. Supresión de 
dexametasona normal. 
Grado 2: Elevación diurna y nocturna de la secreción de cortisol. Prueba normal hasta las 24 horas 
después de la administración de la dexametasona. 
Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
7 
 
Grado 3: Cortisol elevado. Escape de la supresión entre las 16 y las 24 horas tras la administración de la 
dexametasona. 
Grado 4: Escape de la supresión entre las 8 y las 16 horas tras la dexametasona. 
Grado 5: Escape de supresión en las ocho primeras horas del test. 
4. Atenuación o desaparición del efecto de la edad en la secreción de cortisol, que disminuye en sujetos 
normales a partir de los 35 años, y no en los depresivos. 
B. Eje tiroideo 
Se ha observado que los enfermos con hipotiroidismo son propensos a estados depresivos, mientras que 
los hipertiroideos muestran hiperactividad que se asemeja a estados maníacos. Por otra parte, la 
administración de hormonas tiroideas coadyuva al tratamiento de algunas formas de depresión, 
potenciando la acción de los fármacos antidepresivos. De hecho, es frecuente encontrar en la depresión 
anomalías sutiles de las hormonas tiroideas, con niveles en el límite inferior de los valores normales. 
C. Hormona del crecimiento 
La secreción de hormona del crecimiento (GH) en 24 horas en el sujeto normal muestra un pico nocturno 
después del adormecimiento y antes de la aparición de la primera fase del sueño REM. El pico de GH esta 
generalmente asociado al sueño delta. En los pacientes deprimidos se ha detectado una hipersecreción 
diurna de la GH. Por otra parte, es interesante que niños que muestran un estado depresivo secundario a 
deprivación afectiva tienen un aplanamiento de la curva de secreción de esta hormona, con disminución 
neta de su producción total. La corrección del estado depresivo por medidas psicosociales restaura la 
secreción de GH a niveles normales

Continuar navegando