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A C TA P ED IA TR IC A E SP A Ñ O LA , V ol . 5 8, N .o 1 0, 2 00 0 42 Anemias nutricionales Anemias nutricionales en el adolescente en el adolescente E. Monteagudo, T. Cabo, J. Dalmau Unidades de Nutrición y Hematología Pediátrica. Hospital Infantil «La Fe». Valencia Resumen Se revisan las recomendaciones para la pre- vención, diagnóstico y tratamiento de las ane- mias nutricionales en el adolescente, hacien- do hincapié en las normas de alimentación; se define la población de adolescentes de mayor riesgo, y se exponen las pruebas bioló- gicas para el diagnóstico de ferropenia y las deficiencias de folatos y vitamina B 12 , el diag- nóstico diferencial y el tratamiento con pre- parados orales y parenterales, así como sus indicaciones respectivas. Palabras clave: Hierro, folatos, vitamina B 12 , adolescente, anemia nutricional, ferropenia, anemia ferropénica, déficit de folatos, défi- cit de B 12 , anemia megaloblástica Summary The authors review the recommendations for the prevention, diagnosis and treatment of deficiency anemias in adolescents, focu- sing especially on dietary guidelines. The adolescent population at greatest risk is de- fined. The laboratory tests employed in the diagnosis of iron deficiency, folate deficien- cy and vitamin B12 deficiency are described and the differential diagnosis and treatment with oral and parenteral compounds and their respective indications are discussed. Key words: Iron, folates, vitamin B12, ado- lescent, deficiency anemia, iron deficiency, iron deficiency anemia, folate deficiency, vitamin B12 deficiency, megaloblastic ane- mia (Acta Pediatr Esp 2000; 58: 594-600) Introducción Las anemias nutricionales son la causa más importante de anemia en la población mun- dial, especialmente la ferropenia, que es el déficit nutricional específico con mayor preva- lencia, pues se ha calculado que afecta a uno de cada tres habitantes1. Las anemias megalo- blásticas por déficit en la ingestión de folatos y/o vitamina B 12 son poco frecuentes en el adolescente sano, pero en la actualidad tiene interés creciente la repercusión de carencias subclínicas de estos nutrientes en la etiología de los defectos de cierre del tubo neural y en la etiopatogenia de la arteriosclerosis. La ma- yor prevalencia de ferropenia y anemia ferro- pénica se da en los lactantes, seguidos de los adolescentes y mujeres en edad fértil. En nues- tro país2, la prevalencia de ferropenia en ado- lescentes es de un 1,7% en varones y un 5% en mujeres; de anemia ferropénica, 0,9% en varo- nes y 1,6% en mujeres, valores similares a otros países industrializados e inferiores a los observados en EE.UU.3. La adolescencia es un periodo de transición desde la infancia hasta el adulto, en el que, además de cambios psíqui- cos, se producen cambios físicos muy impor- tantes que originan un aumento en los reque- rimientos nutricionales. Constituye la época de crecimiento final, con cambios en la com- posición corporal, maduración sexual y adqui- sición de la capacidad reproductiva. Durante la adolescencia, se incrementa la actividad intelectual y se inicia la actividad deportiva, que puede alcanzar niveles de competición. Por todo ello, puede considerarse un periodo en el que hay un aumento notable en los requerimientos de macro y micronutrientes en una población que, por sus características psi- cológicas, es más difícil de aconsejar y que adquiere con facilidad hábitos nutricionales incorrectos por influencia social. La prevención y tratamiento de las anemias nutricionales en el adolescente tienen gran interés, pues la repercusión puede ser multior- gánica: la anemia ferropénica se ha asociado a trastornos en el desarrollo y alteraciones de conducta4-8, disminución de la capacidad y ren- dimiento físico laboral9 y deportivo10; en la gestante se duplica o triplica el riesgo de parto prematuro y feto con bajo peso al nacer11; por su parte, la deficiencia de folatos y vitamina B 12 se ha asociado a importantes problemas de salud revisados exhaustivamente por diversos autores12-14, y se ha descrito, además del cua- dro hematológico clásico, retraso en el creci- miento y en el desarrollo psicomotor, mayor incidencia de defectos de cierre del tubo neu- ral e hiperhomocisteinemia, con aumento de enfermedad cardiovascular. Factores asociados Factores dietéticos Durante la adolescencia, se producen con frecuencia cambios en los hábitos dietéticos, 594 Nutrición infantil A N EM IA S N U TR IC IO N A LE S EN E L A D O LE SC EN TE 43 en los que van a influir de forma decisiva los cambios psicológicos propios del adolescen- te y su entorno social. Adquieren hábitos que están de moda y adoptan determinadas die- tas15-17 preocupados por su imagen corporal, debido a ideales de belleza asociados a veces a delgadez extrema; en nuestro país, se ha realizado un estudio en el que se ha observa- do un 46% de adolescentes con conductas alimentarias alteradas, que llegan en un 16- 17% de casos a síndromes anoréxicos o bulí- micos parciales18. Se aprecia un incremento en las comidas rápidas típicas americanas, comidas supuestamente bajas en calorías, dietas de «control de peso» y vegetarianas no equilibradas. En EE.UU., se ha observado en el estudio de seguimiento nutricional CSFII que sólo una cuarta parte de los adolescentes y mujeres en edad fértil cumplen las RDA para el hierro19. En nuestro entorno, se está apreciando una tendencia al abandono del esquema tradicional de la dieta mediterránea y la introducción de dietas nutricionalmente incorrectas, deficitarias, entre otras cosas, en hierro, folatos y vitamina B 12 20, 21. Factores relacionados con el crecimiento La aceleración del crecimiento16 en la puber- tad se acompaña de un cambio en la compo- sición corporal, sobre todo en varones (au- mento de la masa magra, de la volemia y la masa eritrocitaria). Cada kg de masa corpo- ral nueva contiene alrededor de 45-50 mg de hierro. La aceleración en la curva de creci- miento en las niñas se produce hacia los 11,5 años, y la menstruación se inicia general- mente un año después del pico de crecimiento; en los varones, el pico máximo en la curva de crecimiento se da entre los 13 y 14 años, con una aceleración superior a la de las niñas pero de menor duración. Todo esto va a originar un aumento importante en los re- querimientos de los nutrientes y, especial- mente, del hierro. Tras la deceleración en la curva de crecimiento, los varones vuelven a los requerimientos prepuberales, mientras que las mujeres, debido al inicio de la mens- truación, mantienen unas necesidades me- dias más elevadas, alrededor de un 20% lle- gan a requerir 2 mg diarios de hierro absorbido o más debido a importantes pér- didas menstruales. Menarquia El inicio de la fertilidad en la mujer origina unos requerimientos de hierro superiores a los que tendrá el varón una vez pasado el periodo de máximo crecimiento puberal. El riesgo de ferropenia se incrementa en adoles- centes y mujeres fértiles cuando3, 22 la hemo- rragia menstrual es superior a 80 mL/mes, con el empleo de dispositivos anticoncepti- vos intrauterinos, embarazo en la adolescen- cia, multiparidad y diagnóstico previo de fe- rropenia en la infancia. El empleo de anovulatorios disminuye el riesgo de ferrope- nia por asociar menores pérdidas. Las pérdi- das menstruales pueden desencadenar, en al- gunos casos, anemias ferropénicas graves23, 24. Actividad deportiva El deporte10 se practica en la adolescencia más que en cualquier otra etapa de la vida. En este periodo, se inicia el deportista que, posteriormente, puede llegar a niveles de elite. La actividad deportiva per se no es causa de anemia nutricional, salvo que la persona joven siga dietas inadecuadas reco- mendadas de manera incorrecta por entre- nadores o monitores deportivos. En depor- tistas de alta competición puede observarse una seudoanemia dilucional y, en ocasiones, ferropenia favorecida por pérdidas debidas fundamentalmente a hemólisis mecánica. Diagnóstico biológicoEl diagnóstico de las anemias nutricionales del adolescente comprende las pruebas para el diagnóstico de deficiencia de hierro y de ácido fólico y vitamina B 12 . Diagnóstico de ferropenia y anemia ferropénica Como ya describimos en una publicación anterior25, el diagnóstico de la deficiencia de hierro puede establecerse por niveles de gra- vedad, desde la depleción de la reserva férri- ca hasta la anemia ferropénica. Existen indi- cadores biológicos que marcan la situación del paciente en cada estadio y que tienen unas limitaciones diagnósticas ya expuestas con anterioridad25. Dichos conceptos son aplicables al diagnóstico de la ferropenia en el adolescente, con la salvedad que los valo- res límite considerados como punto de corte para definir la anormalidad (tabla 1) son diferentes a los referidos para lactantes. La prueba diagnóstico-terapéutica con hierro tiene también utilidad en la población ado- lescente. Pruebas para el diagnóstico biológico de la deficiencia de hierro en adolescentes 1.ª fase: depleción de la reserva férrica Ferritina plasmática <12 ng/mL 2.ª fase: deficiencia de hierro plasmático Sideremia: <65 µg% IST <14% 3.ª fase: anemia ferropénica Hb <11,5 g/dL VCM <72 fL Protoporfirina eritrocitaria libre (PEL) >70 µg/dL de hematíes T a b la 1 595 A C TA P ED IA TR IC A E SP A Ñ O LA , V ol . 5 8, N .o 1 0, 2 00 0 44 Diagnóstico de las deficiencias de ácido fólico y vitamina B 12 Las deficiencias de folatos y vitamina B 12 inducen una serie de anomalías biológicas comunes por su repercusión hematológica y metabólica; las más características son la hipersegmentación de neutrófilos y la hi- perhomocisteinemia. Hay que tener presen- te que cuando existe una deficiencia simul- tánea de hierro en el individuo –situación que no es excepcional en pacientes con carencias de origen nutricional–, las altera- ciones megaloblásticas pueden quedar en- mascaradas y manifestarse sólo cuando se corrige la ferropenia14. La demostración de la deficiencia específica de folatos o vitami- na B 12 requiere la determinación de sus niveles séricos, pero podemos encontrar- nos, ocasionalmente, valores límite o inclu- so en rango bajo de normalidad en indivi- duos con anomalías clínicas y biológicas compatibles. Por ello, la prueba más espe- cífica para el diagnóstico de la deficiencia nutricional es la prueba terapéutica en la que se observe respuesta hematológica tras administrar el tratamiento específico14. Las pruebas para el diagnóstico biológico de las anemias nutricionales debidas a defi- ciencias de folatos y B 12 se reflejan en la tabla 2. Diagnóstico diferencial Anemia ferropénica Las anemias inflamatorias pueden originar una disminución de la sideremia, incluso del índice de saturación de transferrina (IST), no obstante, la capacidad de fijación total del hierro (CFHT) será normal o dis- minuida y la ferritina (indicador diferencial más importante) está aumentada o por lo menos, con valores superiores a 25-50 ng/ mL. La intoxicación por Pb se caracteriza por una plumbemia elevada, pero el indica- dor más importante es un valor elevado de la protoporfirina eritrocitaria libre (PEL), por encima de los habituales en las ferrope- nias. Por último, el rasgo talasémico es la entidad con la que, más frecuentemente, se hace el diagnóstico diferencial, dada la pre- valencia en nuestra población; además de tener unos niveles elevados de Hb A2 y/o F (excepto en los casos de rasgo alfatalasé- mico), suele observarse una eritrocitosis y una mayor microcitosis e hipocromía. Para el diagnóstico diferencial con el rasgo tala- sémico puede emplearse también el índice de Mentzer26, que se calcula dividiendo el volumen corpuscular medio (VCM) por el número de hematíes/mmc expresado en millones; cuando el cociente hallado es su- perior a 12, indica que nos encontramos ante una ferropenia; valores iguales o infe- riores a 12 orientan a rasgo talasémico. La sensibilidad y especificidad de dicho índice son buenas27. Conviene recordar que los adolescentes afectos de rasgo talasémico pueden padecer ferropenia asociada como cualquier otra persona, situación que mo- dificará la eficacia diagnóstica de dicho índice. Anemias macrocíticas por déficit de ácido fólico y vitamina B 12 Siempre que la historia clínica no oriente claramente a una deficiencia de origen nutri- cional y cuando, tras iniciar el tratamiento no se observa una respuesta bioquímica o hematológica adecuada, debe efectuarse el diagnóstico diferencial con otras causas de anemia megaloblástica28 (tabla 3). Prevención Las estrategias para la prevención de las deficiencias de hierro, folatos y vitamina B 12 se sitúan a diferentes niveles. Corrección de dietas carenciales Como ya expusimos anteriormente, existe una tendencia en nuestro entorno al aumen- to de dietas deficitarias en hierro, especial- mente en la población adolescente. La im- portancia de lograr unas reservas férricas adecuadas se debe, no sólo a que evita la aparición de ferropenia y anemia en los ado- lescentes, sino a que dispone a la mujer fértil en situación idónea en el momento de la concepción (mucho más si el embarazo tiene lugar durante la adolescencia), dismi- nuyendo el riesgo de prematuridad y bajo peso al nacer que se ha asociado a la anemia ferropénica en la gestante11. Las dietas vege- tarianas estrictas son carenciales en hierro, Pruebas para el diagnóstico biológico de las anemias macrocíticas nutricionales debidas a deficiencias en folatos y/o vitamina B 12 Anomalías comunes • Hipersegmentación de neutrófilos • Hb <11,5 g/dL, VCM >92 fL • Leucopenia y trombopenia de gravedad variable • Aumento de LDH, bilirrubina indirecta • Incremento del IST • Aumento de los niveles de homocisteína • Médula ósea: hiperplasia eritroblástica con asincronía madurativa, eritropoyesis ineficaz y precursores anormalmente grandes de las tres series Niveles de folatos • En suero <3 ng/mL • Eritrocitarios <150 ng/mL Niveles de vitamina B 12 • En suero <100 pg/mL T a b la 2 596 A N EM IA S N U TR IC IO N A LE S EN E L A D O LE SC EN TE 45 no así las lacto-ovo-vegetarianas, que suelen estar más equilibradas. Basándose en las necesidades diarias de hierro biodisponible y el porcentaje medio de absorción intestinal del hierro ingerido, las RDA para adolescentes se han estableci- do en 15 mg diarios en las niñas y 12 mg en los varones29. La forma óptima de obtener la ingesta recomendada es con un aporte ade- cuado de alimentos ricos en hierro HEM (carnes, pescados) (tabla 4), por su alta bio- disponibilidad y por favorecer la absorción del hierro no HEM, así como la ingestión de vitamina C, y evitar alimentos que conten- gan compuestos que disminuyen la biodispo- nibilidad del hierro: polifenoles, taninos, fi- tatos. Un vaso de zumo de naranja en el desayuno induce una absorción extra de 0,25-0,30 mg de hierro en personas al límite de la ferropenia; el incremento en la dieta de 100 g de carne (que contiene 1 mg de hierro HEM) induce una absorción extra de 0,25 mg de hierro30. Existe una reserva con depósito hepatocitario de vitamina B 12 que puede du- rar 300-400 días; si tenemos en cuenta que los requerimientos mínimos diarios son de 0,1-1 µg/día31, se explica que la deficiencia nutricional pura de vitamina B 12 se observe generalmente en vegetarianos estrictos (ve- ganos) que no ingieren ningún producto de origen animal32, 33, aunque no exclusivamen- te en ellos34, 35. Las Dietary References In- takes de folatos36 en adolescentes se han situado en 300 µg/día (de 9 a 13 años) y 400 µg/ día (de 14 a 18 años). Son especialmente ricos en folatos el hígado, el riñón, la leva- dura, las frutas y las verduras (sus hojas verdes), pero se puede perder gran cantidad de ellos en el proceso de cocción. Se ha estudiado la ingestión media diaria de fola- tos en diversos países de Europa37 y se ha observado en los países que mantienen en alguna medida una alimentación con carac- terísticas de «dieta mediterránea» (Francia, España,Portugal) una ingestión aproximada de entre 300 y 400 µg/día, próxima a los valores recomendados. No obstante, en nuestro país ya se ha detectado entre la población adolescente y juvenil una tenden- cia a dietas que se alejan de las característi- cas aconsejadas20, 21. Con el fin de corregir la tendencia observada en dietas deficitarias, urge el establecimiento de programas ade- cuados para la educación nutricional tanto a nivel escolar como en los centros de salud, así como de las medidas oportunas para eliminar la propaganda en los medios de comunicación que promociona dietas y mo- das sensacionalistas inadecuadas. Administración profiláctica de preparados farmacológicos La administración sistemática de suplemen- tos de hierro en adolescentes únicamente está justificada en aquellos que además pre- senten otros factores de riesgo: embarazo, hipermenorrea y dietas carenciales (vega- nos). Hay autores que proponen la adminis- tración intermitente semanal de 60 mg (60- 180 mg en caso de embarazadas), al observar Principales causas de anemias megaloblásticas, excluidas las de origen nutricional. Modificado de Whitehead et al28 Déficit de vitamina B 12 – Defectos en la absorción • Anemia perniciosa • Gastrectomía • Resección/by-pass ileal • Enfermedad de Crohn • Celiaquía • Enfermedad de Whipple • Linfoma intestinal • Enfermedad de Immerslund- Gräsbeck – Defectos en el transporte • Déficit de transcobalamina II – Defectos metabólicos • Intoxicación por óxido nitroso • Déficit de adenosilcobalamina y metilcobalamina Déficit de folatos – Defectos en la absorción • Malabsorción hereditaria • Celiaquía • Enfermedad de Whipple • Linfoma intestinal – Aumento de los requerimientos • Ingestión de alcohol • Embarazo, lactancia • Anemias hemolíticas crónicas • Hipertiroidismo • Tratamiento anticomicial • Enfermedad de Lesch-Nyhan • Homocistinuria – Inhibidores • Metotrexato • Pirimetamina • Sulfamidas Otras causas – Aciduria orótica – Mielodisplasias – Leucemias – Infección por VIH T a b la 3 Contenido en hierro de alimentos por grupos Alimento Contenido en hierro (mg por cada 100 g) Hígado de pollo 8 Yema de huevo 8 Frutos secos 5-8 Legumbres 5-7 Carnes 1-3 Huevo entero 2,2 Marisco 0,7-2,2 Pescado 0,7-1,1 Fruta 0,2-0,7 T a b la 4 597 A C TA P ED IA TR IC A E SP A Ñ O LA , V ol . 5 8, N .o 1 0, 2 00 0 46 con esta pauta idéntica eficacia al suplemen- to diario, una mayor cumplimentación y menos efectos adversos38. La administración sistemática de suplementos de ácido fólico está justificada (siempre y cuando se haya descartado una deficiencia de vitamina B 12 ) en adolescentes con requerimientos aumen- tados por anemia hemolítica crónica, trata- miento con anticomiciales, embarazo y para la prevención de los defectos del tubo neu- ral, pues se ha demostrado que la ingestión diaria de 4 mg antes de la concepción redu- ce la frecuencia de dichas malformaciones en un 75%39. Cribado en individuos de riesgo A pesar de su coste económico, el cribado está justificado en segmentos de la pobla- ción con prevalencia alta de ferropenia como son los adolescentes; se ha visto que existe una mejor cumplimentación y efica- cia terapéutica tras la detección analítica y el establecimiento de un tratamiento indivi- dualizado40. En las chicas, se recomienda que si existen factores adicionales de ries- go (pérdidas menstruales importantes, diag- nóstico previo de ferropenia en la infancia, dieta carencial), la detección se efectúe con una periodicidad anual19. La prueba de laboratorio más idónea para el cribado de la deficiencia de hierro es la utilización conjunta de hemoglobina y ferritina40. Pro- bablemente, un momento idóneo para efec- tuar el estudio es cuando el adolescente se inicia en la actividad deportiva, integrando dicho estudio en el reconocimiento médi- co que se realiza. La detección de las defi- ciencias de folatos está indicada en ado- lescentes con factores de riesgo asociados ya enumerados anteriormente, y en muje- res cuando efectúan la primera visita al obstetra. La detección de la deficiencia nutricional de vitamina B 12 no suele indi- carse salvo en dietas extremadamente ca- renciales. Tratamiento Anemia ferropénica La ferropenia es un síndrome y, por tanto, su tratamiento debe ir dirigido a la corrección de sus causas, porque sin la eliminación de éstas, fracasará o solamente producirá una mejoría temporal. La primera condición pues para establecer el tratamiento adecuado es el diagnóstico etiológico y la supresión de el/los factores responsables. Corrección de la dieta y ferroterapia oral En la mayoría de los pacientes es el trata- miento de elección. La posología recomen- dada es de 3-5 mg/kg/día de hierro elemental durante 3-5 meses en función de la gravedad de la deficiencia, tolerancia al hierro y res- puesta observada. Se administra en una do- sis 15-30 minutos antes del desayuno, aun- que puede repartirse en dos o tres dosis. Los preparados (tabla 5) con mayor eficacia son los que contienen sales ferrosas, especial- mente sulfato ferroso; le siguen los prepara- dos que contienen hierro trivalente y, por último, los compuestos de ferritina. Los efec- tos adversos se presentan sobre todo con las sales ferrosas, pudiendo observarse: mo- lestias digestivas, diarrea y pigmentación dentaria transitoria. Si no se tolera bien, puede darse mezclado con las comidas, aun- que la eficacia será inferior. Las sales férri- cas son mejor toleradas. Los preparados con menos efectos adversos, aunque también menor eficacia, son los compuestos con fe- rritina. La respuesta al tratamiento puede documentarse al mes de su inicio con una Principales preparados de hierro empleados para el tratamiento oral. Clasificación según el tipo de hierro aportado. Presentación, contenido y precio calculado para 100 mg Preparado Presentación Hierro contenido Ptas./100 mg Ferogradumet Comprimidos Sulfato 105 mg 11 Fe2+ Tardyferon Grageas Sulfato 80 mg 21 Cromatonbic Ferro Ampollas Lactato 37,5 mg/12 mL 79 Fer-In-Sol Gotas Sulfato ferroso 30 mg/1 mL 75 Lactoferrina Ampollas Proteinsuccinilato férrico 40 mg/15 mL 308 Fe3+ Ferrocur Ampollas Proteinsuccinilato férrico 40 mg/15 mL 308 Ferplex 40 Ampollas Proteinsuccinilato férrico 40 mg/15 mL 305 Ferroprotina Ampollas 20 mg/10 mL 210 Ferritina Sobres 60 mg/sobre 145 Ferritina Prodes Ampollas 20 mg/7cc 243 Profer Sobres 60 mg/sobre 138 T a b la 5 598 A N EM IA S N U TR IC IO N A LE S EN E L A D O LE SC EN TE 47 mejoría en los indicadores biológicos (he- moglobina, hematócrito, porcentaje de reti- culocitos); no obstante, puede observarse una mejora en la sintomatología a partir de la segunda semana. A las dos o tres semanas de haber finalizado el tratamiento, hay que realizar un estudio biológico que confirme la normalización de los valores hematológicos y la existencia de una reserva férrica ade- cuada. Ferroterapia parenteral Debido a que no induce una respuesta más rápida y a sus efectos adversos, su empleo está restringido a indicaciones en las que se considere imprescindible: malabsorción in- testinal, ausencia de cumplimiento reitera- do, intolerancia gastrointestinal a todos los preparados orales y nutrición parenteral. La dosis total a administrar se calcula según el déficit estimado: 2,5 mg/kg por cada gramo de hemoglobina a incrementar, más 10 mg/ kg para llenar los depósitos. La dosis se fracciona procurando no superar en cada administración los 100 mg. Los preparados actualmente disponibles son Imferon® (hie- rro dextrano) y Yectofer® (hierro sorbitol); ambos se presentan en ampollas de 2 mL, que contienen 50 mg/mL. La vía de adminis- tración parenteral habitual es la intramuscu- lar, en el cuadrante superoexterno del glúteo con trayectoria en zeta para evitar el depósi- to subcutáneo y consiguiente pigmentación (tatuaje). Los efectos adversos descritos son: inyección i.m. dolorosa, fiebre, urticaria, dolor abdominal, diarrea, cefalea, malestar general, linfadenopatía, artralgias y reacción anafilácticaocasionalmente graves. Transfusión de concentrado de hematíes Muy raramente indicada, sólo cuando hay una anemia grave con estrecho margen para la descompensación cardiovascular (Hb <5 g/dL), dependiendo de la situación clínica del pa- ciente. La transfusión debe administrarse a ritmo lento (3 horas) y no es necesario bus- car una corrección total en los valores de la hemoglobina. Anemias macrocíticas por déficit de ácido fólico y vitamina B 12 Déficit de ácido fólico Además de la corrección de la dieta, se reco- mienda el tratamiento con suplementos far- macológicos en dosis de 1-5 mg diarios hasta la normalización hematológica y comproba- ción de niveles adecuados. Antes de iniciarse el tratamiento, debe asegurarse la existencia de niveles adecuados de vitamina B 12 y, en caso de ser deficitarios, también administrar tratamiento conjunto, pues el tratamiento con folatos exclusivamente en pacientes que son deficitarios en vitamina B 12 puede conducir a un empeoramiento de las manifestaciones clí- nicas neurológicas, además de retraso en el diagnóstico por corrección parcial de las ano- malías hematológicas. Déficit de vitamina B 12 Además de la corrección de los desequili- brios en la dieta, debe instaurarse el trata- miento específico mediante la administra- ción de cianocobalamina i.m. o s.c. profunda: 150 µg como dosis inicial, poste- riormente 1 mg diario durante una semana, seguido de 100 µg una vez por semana du- rante un mes. En pacientes con anemias graves y signos de descompensación cardio- vascular incipiente, debe plantearse una co- rrección parcial de la anemia mediante trans- fusión lenta, además del tratamiento de soporte habitual. En dichos pacientes, debe tenerse en cuenta que, al iniciar el trata- miento, si se administran altas dosis de vita- mina B 12 , puede producirse una hipopotase- mia grave, por lo que debemos monitorizar la kaliemia y aportar también suplementos orales de potasio28. Bibliografía 1. World Health Organization. Consultation on iron deficiency: indicators and strategies for iron deficiency control programmes. Ginebra: WHO, 1999. 2. 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