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TRATAMIENTO Y CONTROL MODERNOS DE LAS 
ENFERMEDADES VENEREAS” 
POR EL DR. THEODORE J. BAUER 
Jefe de la División de Enfermedades Venéreas, Servicio de Sanidad Pública de 
Estados Unidos 
Los buenos vecinos mejoran generalmente sus relaciones cuando 
aúnan sus recursos contra un enemigo común. Esta Conferencia viene a 
constituir la movilización de los recursos de dos grandes países contra 
las enfermedades venéreas. Unicamente necesitamos aunar nuestros 
esfuerzos para destruir al enemigo (enfermedades venéreas) y cimentar 
más firmemente nuestras buenas relaciones en la familia de naciones. 
Este trabajo constituye en el fondo un informe de las prácticas más 
comunes para el control de las enfermedades venéreas que han resultado 
eficaces en los Estados Unidos. 
Todo programa de control depende de nuestra habilidad para tratar 
la sífilis y la blenorragia con prontitud y con seguridades de curación. 
Los procedimientos para descubrir a las personas que pueden estar 
infectadas, determinando sus infecciones y proporcionándoles trata- 
miento, han sido elaborados con gran cuidado, y son vitales para el 
control moderno de las enfermedades venéreas. Pero dichas medidas 
tropezarían con grandes obstáculos de no disponer de la penicilino- 
terapia moderna. 
Como ustedes saben, hemos tratado de elaborar esquemas de trata- 
miento que eliminen la necesidad de hospitalización y requieran un 
mínimo de visitas al dispensario. En la blenorragia no complicada ya lo 
hemos logrado, pues basta con una sola aplicación de 600,000 unidades 
de penicilina G procaína en aceite con 2% de monoestearato de aluminio, 
que pueden administrarse en pocos minutos en el consultorio o en la 
clínica. En la sífilis también hemos logrado progresos considerables. 
Desde 1943, hemos evaluado constantemente los programas empleados 
en el tratamiento de la sífilis reciente. Como resultado de esto, los ar- 
senicales y los bismúticos han sido reemplazados por programas a base 
de penicilina únicamente, y los constantes adelantos logrados en los 
vehículos de absorción retardada, han permitido que la sífilis reciente 
sea tratada cada dfa más en el dispensario, hasta el grado de que para 
el año venidero se reducirán los fondos federales destinados a centros 
de tratamiento. Como resultado de esta medida, ciertos centros de 
tratamiento rápido serán clausurados, especialmente los situados en 
zonas donde existan dispensarios. 
Nuestras evaluaciones han revelado que 2,400,OOO unidades de peni- 
cilina bastan para el tratamiento de la sífilis primaria, pero que en la 
sífilis secundaria se obtienen mejores resultados usando cantidades 
* Trabajo presentado en la Décima Reunión Anual de la Asociación Fronteriza 
Mexicana-Estadounidense de Salubridad, Monterrey, México, marzo 24-27, 
1952. 
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106 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
mayores. Un mínimum de 4,800,OOO unidades evitará la mayor parte 
de las recidivas infecciosas y reducirá también al mínimo las resistencias 
o recidivas del líquido céfalorraquídeo en la sífilis reciente. Aunque la 
penicilina procaina con monoestearato de aluminio suministrada en 
una sola sesión es terapkuticamente eficaz contra la sífilis reciente, 
creemos que los programas más prolongados tienen ventajas bien de- 
finidas en el control de la sífilis. 
Por esta razón en la actualidad se emplean programas a base de 
4,800,OOO unidades de penicilina procaina con monoestearato de alu- 
minio como mínimo, suministradas en dosis fraccionadas durante un 
período de varios días. La inyección inicial, de 2,400,OOO unidades, con- 
vertirá al paciente en no infeccioso y ofrece una excelente oportunidad 
de curaci6n, aunque el enfermo no regrese jamás para recibir tratamiento 
adicional. Las inyecciones subsecuentes, cada una de 1,200,OOO unidades 
con cuatro dfas de intervalo, y con un mínimo de dos visitas a la clínica, 
prolongan el contacto del enfermo con el médico y el personal de la clínica 
y aumentan la oportunidad para entrevistar a los contactos y educar 
al paciente. Los nueve días que dura este programa, ofrecen también la 
oportunidad de completar la investigación de contactos locales, redu- 
ciendo así al mínimo las probabilidades de infección por contactos 
anteriores. 
Para la sífilis latente y tardía, la penicilina es también la droga de 
clección. Los programas recomendados para la sífilis reciente son usados 
también para la sífilis latente. Para las complicaciones tardías de la 
sífilis, particularmente las cardiovasculares y las formas más graves 
de neurosífilis, debe aumentarse la dosis (de G a 10 millones de unidades) 
estando indicadas, además, la hospitalización y la observación cuidadosa, 
tanto durante como después del tratamiento. 
Asi como el programa completo de control de las enfermedades 
venéreas depende del tratamiento, la oportunidad de aplicarlo depende 
de una adecuada búsqueda de casos. Muchas personas no disponen de 
medios para averiguar si padecen de enfermedad venérea. Otras sos- 
pechan la posibilidad de tenerla, pero rehusan la confirmación de esa 
sospecha. Aun otras, permanecen indiferentes. iCómo se reunirán el 
paciente y el doctor? 
En ninguna enfermedad se ha encontrado una solución satisfactoria 
para este eterno problema. Sin embargo, en el control de las enfer- 
medades venéreas, hemos logrado algún progreso. El progreso obtenido 
en la búsqueda de casos se manifiesta en tres capitulos: 
(1) Información al público y educación. 
(2j Entrevistas e investigación. 
(3) Cooperación entre diversas agrupaciones. 
En el capítulo de información al público y educación, sabemos que 
las apelaciones dirigidas por la prensa, el radio y el cine alcanzan sola- 
mente a una parte del público a quien acudimos directamente. Los 
resultados de nuestros primeros esfuerzos para evaluar estos procedi- 
Agosto 19#‘] ENFERMEDADES VENEREAS 10; 
mientos fueron inexplicablemente desconsoladores. Solamente un pe- 
queño porcentaje de los sujetos que asistieron a la clínica para el diag- 
nóstico de su padecimiento, habían visto una película o leído un folleto 
u oído un programa de radio alusivo. Con una o dos excepciones notables, 
esto ocurrió aun en comunidades en las que se llevaron a cabo intensos 
programas llamando la atención del público, a través de todos los medios 
concebibles de difusión. Los individuos asistentes a las chnicas, dieron 
como razón más frecuente la de que un amigo o conocido se los había 
indicado. Lo más curioso fué que el amigo o conocido les informó co- 
rrectamente. Ellos sabían a dónde y cuándo debfan ir. Teman algunos 
conocimientos sobre los síntomas de las enfermedades venéreas así 
como nociones vagas de la forma en que pueden propagarse. Fuera de 
esto era poco lo que sabfan, aunque tampoco precisaba saber gran cosa. 
Era manifiesto, pues, que nuestras apelaciones les llegaban indirecta- 
mente. Estábamos usando un amplio sistema de comunicación de per- 
sona a persona que llevaba nuestro mensaje a lugares remotos y cer- 
canos en donde alcanzaba a individuos infectados. . 
El interrogatorio e investigación de contactos es el procedimiento 
más directo para el descubrimiento de casos. Cada enfermo es alentado 
por un investigador entrenado para que dé, los nombres, direcciones y 
descripciones físicas de sus contactos sexuales recientes. Esta información 
es utilizada para descubrir y tratar, si es necesario, a las personas nom- 
bradas por el enfermo como sus contactos sexuales. Hace algunos años un 
investigador afortunado llegaba a persuadir al enfermo a nombrar uno, 
algunas veces dos y en más raras ocasiones, tres contactos sexuales. * 
Teniendo buenas razones para sospechar que el enfermo tenía mayor 
número de contactos que nombrar, decidimos mejorar el sistema em- 
pleado en la entrevista e investigación de contactos. Con ese fin esta- 
blecimos una escuela para investigadores. Experimentamos y descubrimos 
que algunos investigadores alcanzaban una gran eficiencia en corto 
tiempo y que otros, recibiendoel mismo entrenamiento y entrevistando 
al mismo grupo de pacientes, nunca resultaron competentes. *Comen- 
zamos entonces a seleccionar a nuestros investigadores con gran cuidado, 
buscando aquellas características personales que sobresalían en los in- 
vestigadores afortunados. Los seleccionados fueron entrenados en una 
especie de laboratorio para entrevistas, donde éstas podían someterse a 
un examen cuidadoso y a discusión de grupo. ‘Los resultados fueron 
alentadores. En un período muy breve, los investigadores seleccionados 
y entrenados convenientemente, obteman nombres, direcciones y otros 
datos para la identificación de 5 a 8 contactos, por cada paciente entre- 
vistado. Poniendo el adiestramiento de investigadores a la disposición 
del mayor numero posible de departamentos de salubridad civiles y 
militares, pudimos extender considerablemente nuestro poder de in- 
vestigación. 
Para desempeñar la plaza de investigador escogimos personas de 
buena presencia, bien educadas, jóvenes y dotadas de una gran dosis 1 
de paciencia y de tacto. En las entrevistas es más útil la persuasión que 
108 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA. 
la coerción y hemos hecho grandes esfuerzos para desterrar de nuestras 
actividades de investigación, aquellas de tipo policíaco o detectivesco, 
excepto en las raras ocasiones en que han fallado t’odas las otras medidas. 
El tercer punto, en el cual hemos alcanzado también progresos de- 
mostrables, es el de la cooperación entre diversas agrupaciones. En el 
transcurso de los años, hemos procurado atraer a toda agrupación 
responsable, pública o privada, hacia el programa de control completo 
de las enfermedades venéreas. Entre dichas agrupaciones, se han desa- 
rrollado lentas, pero seguras relaciones, sobre la base de experiencias 
prácticas. Hemos logrado generalizar y mejorar las formas para informes 
y los procedimientos de evaluación. Los objetivos han sido claramente 
definidos y las responsabilidades debidamente delimitadas. El grupo 
para el control de las enfermedades venéreas en los Estados Unidos 
incluye actualmente agrupaciones militares, el Servicio de Sanidad 
Pública, los departamentos estatales y locales de salubridad, los médicos 
en ejercicio privado, agrupaciones cívicas, sociedades de médicos y de 
otros profesionales y la industria. Es cierto que este “conjunto” no siem- 
pre funciona fácilmente y que no faltan las fricciones administrativas, 
pero si se suscitan problemas, éstos se someten a discusión en confe- 
rencias, en las cuales puede haber intercambio de ideas y se pueden tomar 
decisiones administrativas. De los años en que se han realizado esfuerzos 
conjuntos para el control de las enfermedades venéreas en los Estados 
Unidos, se destaca el hecho de que ninguna agencia o grupo aislado 
puede combatir con éxito estas enfermedades. 
Así como se ha ido desarrollando la cooperación entre diversos or- 
ganismos en los Estados Unidos, también se ha desarrollado entre nues- 
tro país y sus vecinos. La Sociedad Fronteriza Mexicana-Estadouni- 
dense de Salubridad, desde hace diez años está empeñada en una em- 
presa de entendimiento mutuo, preocupándose de los problemas comunes 
de salubridad en nuestras fronteras. Podemos estar seguros de que a 
medida que mejoren los medios de transporte y aumente la afluencia de 
nacionales de un país al otro, aumentarán el prestigio y la utilidad de 
esta organización. 
En el control de las enfermedades venéreas, como en cualquier otra 
empresa, las actividades deben compararse con los resultados obtenidos. 
Las actividades que he descrito, han producido considerables beneficios. 
La morbilidad por sífilis primaria y secundaria ha declinado marcada 
y continuamente desde el año fiscal de 1947. En dicho año, la morbilidad 
por sífilis primaria y secundaria entre la población civil de los Estados 
Unidos fue de 75.6 por 100,000; durante el pasado año fiscal, fue de 
11.9 por 100,000. Hay también una notable tendencia descendente en 
las cifras de morbilidad por sífilis reciente latente (de 76.4 por 100,000 
en 1947 a 34.2 en 1951) y de la sífilis tardía, y tardía latente (de 86.7 
en 1947 a 70.1 en 1951). Las defunciones y casos de demencia debidos 
a la sífilis, han disminufdo más de la mitad durante la pasada década. 
La mortalidad infantil debida a la sffilis es cuando menos 15 por ciento 
menor de lo que era hace 10 años. 
Agosto í95,%?] ENFERMEDADES VENEREAS 109 
Hay que recalcar de nuevo que el progreso que reflejan estas cifras 
es el resultado de las actividades coordinadas de varios organismos y 
del uso de todas las técnicas comprobadas de control. Un sistema muy 
perfeccionado de informes y registros coordina estas actividades y facilita 
el funcionamiento del programa. Los informes constituyen una fuente 
de información. Los registros contienen los datos de los informes, evalua- 
dos e interpretados en términos de necesidades administrativas y 
funcionales. Esos datos son los que sirven precisamente para planear 
nuestros programas y evaluar la utilidad de los mismos. Un intercambio 1 
constante de información de todas partes del pafs permite revisar 
mensualmente las actividades y examinar periódicamente el programa 
de control. 
Aunque algunos entusiastas opinan que podrfan restringirse las medi- 
das de control, no ha lugar a tal restricción o suspensión hasta que se 
haya logrado la extinción de los microorganismos de la enfermedad. 
El problema del control de las enfermedades venéreas es único. General- 
mente, el control de las enfermedades transmisibles descansa sobre una 
estructura compuesta por lo menos de cuatro operaciones fundamentales; 
a saber: 
(1) Inmunización de la población. 
(2) Aislamiento del huésped. 
(3) Eliminación del huésped intermediario. 
(4) Destrucción del microorganismo. 
En el control de las enfermedades venéreas, carecemos de agentes 
inmunizantes para la población. Aún más, si dispusiéramos de alguno, 
su empleo suscitaría controversias y su aplicación resultaria costosa. 
No se puede aislar al huésped por no poder encontrarlo. Nuestros 
procedimientos de diagnóstico no son infalibles, y nuestros procedi- 
mientos de búsqueda de casos, solamente son efectivos en un 50 por 
ciento. 
No podemos eliminar el huésped intermediario, por no existir ninguno. 
Podemos sí destruir el microorganismo, siempre que lo encontremos, 
pero desgraciadamente lo encontramos únicamente al presentarse en el 
huésped. Dicha presencia puede ser notada o no, y muy frecuentemente 
pasa desapercibida. 
Así pues, todos nuestros esfuerzos para el control descansan precaria- 
mente en sólo uno de los cuatro elementos en que clásicamente se 
basa el control de las enfermedades transmisibles. Con la sola excepción 
del tratamiento cuando se descubre el caso, en esta lucha las perspectivas 
de triunfo corresponden a la espiroqueta y al gonococo. 
A pesar de esta amenaza constante, confío en el éxito continuo, y 
deseo aseguraros que en las regiones en que están interesados actual- 
mente nuestros dos países y en las que está indicado el incremento de 
actividades conjuntas en el futuro, prestaremcs todo el apoyo que sea 
posible.

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