Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
150 2.3.3.2. Área de cobertura. El área superficial para cada tipo de cobertura se indica en el Cuadro 12, mientras que la Figura 7 muestra la proporción del área de cada sitio de estudio cubierta por esos tipos de bosque. El bosque deciduo domina el paisaje, cubriendo más del 70 % del área boscosa en ambos sitios de estudio (Figura 6). Debido a esta dominancia, y siguiendo los criterios especificados en el Cuadro 9 el bosque deciduo en el área propuesta de compensación en ASETREK recibe un puntaje de 8pts. El bosque secundario constituye cerca del 7 % y 9 % de la superficie del sitio potencial de inundación en RBLB y del sitio de compensación en ASETREK respectivamente, por lo que es un hábitat reducido en ambos sitios (17 hectáreas en ASETREK). Además, en ambos sitios hay evidencia de daños severos por fuegos, por lo que se considera perturbado. Siguiendo estas observaciones y según los criterios establecidos en el Cuadro 9, el bosque secundario del sitio potencial de compensación recibe un puntaje de 2pts. Figura 8. Coberturas forestales en el entorno del sitio de afectación del Embalse Río Piedras en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal y del sitio potencial de compensación en ASETREK. 151 Más del 85 % de la superficie cubierta por bosque ripario siempreverde registrado en los sitios de estudio ocurre dentro del sitio potencial de inundación en RBLB (Figura 7). Este tipo de bosque, otrora común a la orilla de ríos y quebradas, está muy disminuido en toda la Cuenca Media y Baja del Tempisque. De hecho, el bosque ripario cubre tan sólo 216 hectáreas del área superficial total de la Reserva Biológica Lomas de Barbudal (Cuadro 12), por lo que es el ambiente más amenazado de los que se encuentran protegidos por esa reserva. El bosque ripario dentro del sitio de inundación en la reserva corresponde a un 11.4 % del área total para esa cobertura en la reserva, porcentaje nada despreciable si se considera además que dicha cobertura constituye un solo fragmento continuo dentro del sitio (Figura 6). Además, dicho fragmento de bosque ripario se encuentra aislado en el sitio potencial de inundación: los otros fragmentos de similar cobertura están ubicados hacia el norte de la reserva, bordeando el Río Cabuyo (Figura 8). Por otro lado, el análisis de SIG muestra una cobertura de poco más de dos hectáreas para el bosque ripario en ASETREK, pero estas están dispersas en muy reducidos parches (de unos pocos árboles) a lo largo de la Quebrada Sin Nombre que limita la propiedad, por lo que no son apreciables en la imagen (Figura 6). Debido a estas diferencias en área, se asigna un valor de 0.5 pts para esta cobertura, el puntaje menor establecido en el Cuadro 9. Las coberturas Pastos y No Forestal están dispersas en el sitio de potencial inundación en RBLB en fragmentos no apreciables, cubriendo entre ambas menos de una hectárea (Figura 7). Este tipo de ambientes son perturbados, y en el caso de pastos, tiene además el inconveniente de estar dominado por especies exóticas (principalmente Hyparrhenia rufa, africano) que son inflamables. En ambientes estacionales y con historial de quemas, fragmentos de pastos son considerados contraproducentes para el manejo y protección de áreas silvestres. En el sitio potencial de compensación en ASETREK, ambas coberturas en conjunto superan las 30 ha. Debido a esto, estas coberturas reciben el puntaje mínimo del Cuadro 9. El puntaje para el indicador área de fragmento sería (8+0.5+2+0.5+0.5) /5 = 2.3 2.3.3.3. Conectividad. Basado en distancia, la conectividad de cada cobertura observada difiere. El bosque deciduo tanto en el sitio de inundación como en el de compensación es contiguo a una cobertura similar en la porción adyacente de la RBLB que no sería inundada; por esta razón asignamos un puntaje parcial de 5 pts (Cuadro 10). 152 El bosque ripario, sin embargo, prácticamente inexistente en ASETREK y distante a más de 5 km de los fragmentos al norte de la reserva (Figura 8), recibe un puntaje de 0 pts. El bosque secundario en el sitio de compensación se encuentra muy cercano (<1.0 km) de coberturas similares en la zona de la RBLB que no sería inundada, por lo que se asigna un puntaje parcial de 4 pts. Pastos y cobertura no forestal cubren menos de 50 hectáreas dentro de la Reserva Biológica Lomas de Barbudal (Cuadro 12). Sin embargo, la conexión con estas coberturas desde el potencial sitio de compensación sobrepasa los 2 y 4 km respectivamente. Por ello, el puntaje asignado para estas coberturas en el indicador conectividad es 2 pts y 1 pt respectivamente (Cuadro 10). Por lo tanto, para este indicador el puntaje final sería (5+0+4+2+1) /5 = 2.4. 2.3.4. CONCLUSIONES. El sitio potencial de afectación dentro de la RBLB está cubierto principalmente por bosques deciduos que corresponden a estadios de sucesión tempranos, aunque dispone además de cobertura de bosque secundario y un bosque siempre-verde asociado con ambientes riparios (Figura 9). A pesar de su ubicación contigua, la zona evaluada en ASETREK difiere del sitio de afectación en la RBLB al mostrar: (1) una mayor fragmentación de la cobertura bosque secundario; (2) carecer de la cobertura de bosque ripario siempre-verde; y (3) poseer en cambio áreas de ambientes degradados cubiertos por pastos (Figura 10). El puntaje final asignado para el componente Calidad de Paisaje siguiendo la metodología propuesta sería: (4+2.3+2.4) = 8.7. Basado en indicadores de paisaje, se concluye que el sitio potencial de compensación representa cerca de un tercio de la calidad de hábitat del sitio potencial de afectación dentro de la Reserva Biológica Lomas de Barbudal. 153 Figura 9. Coberturas encontradas en sitio potencial de inundación en RBLB. Figura 10. Coberturas encontradas en sitio potencial de compensación en ASETREK. 154 2.4. Componente Condición de sitio basado en estructura de vegetación. 2.4.1. OBJETIVOS. Para este componente el objetivo es caracterizar el hábitat en términos de estructura de vegetación, en el sitio potencial de inundación en RBLB y en el potencial sitio de compensación en ASETREK. 2.4.2. METODOLOGÍA 2.4.2.1. Muestreo de vegetación. 2.4.2.1.1. Tipo de Muestreo. Para la caracterización de hábitats a partir de estructura de vegetación (así como para el estudio de su composición, ver Capítulo 3) se siguió un muestreo aleatorio estratificado, empleando como estratos las coberturas de bosque en cada sitio. Este método supone que los estratos son categorías distintas homogéneas respecto algún factor de interés (Quintana, 1996), en este caso, composición florística. Todas las coberturas forestales, tanto en la zona potencial de impacto en la RBLB como en la potencial zona de compensación en ASETREK, fueron muestreadas, empleando parcelas de 400 m2 (ver abajo). Se utilizó el programa ArcGis® 10.1 para seleccionar puntos aleatorios dentro de cada estrato. El número de parcelas asignado a cada estrato se realizó mediante afijación proporcional, empleando para ello la proporción de cada una de las coberturas de hábitat dentro del sitio (Figura 6). De este modo se aseguró un esfuerzo de muestreo adecuado en cada estrato y la representación de todas las coberturas de hábitats de interés en cada uno de los sitios de estudio. 2.4.2.1.2. Unidad de muestreo. Las parcelas de vegetación siguieron el esquema presentado en la Figura 11A. Básicamente, una parcela de 400 m2 (20 X 20 m) fue establecida empleando el punto aleatorio generado digitalmente como su esquina oeste. Este punto fue marcado permanentemente empleando una varilla de hierro pintada (Figura 11B). Marcas temporales (con cinta plástica de color) fueron colocadas en el perímetro de la parcela a cada 10 m. Todas las plantas con DAP mayor a 5 cm fueron identificadas, y sus diámetros y alturas registrados. Una subparcela de25 m2 (5 X 5 m) fue establecida en la porción sureste de la parcela de 20 X 20 m. De esta subparcela, además de las plantas con DAP mayor que 5 cm, se identificaron todas las plantas herbáceas con diámetros menores, a las que se les midió también la altura. 155 Finalmente, se identificó y estimó cobertura de gramíneas y plántulas en cinco cuadrículas de 1 m2 colocadas en esa misma subparcela. De esta manera, el muestreo de vegetación se realizó mediante un diseño anidado de subparcelas en cada parcela (Figura 11A). Figura 11. Parcela de vegetación. (A) Diseño anidado donde cada parcela supone un muestreo de árboles (DAP > 5 cm) en 400 m2, herbáceas en 25 m2 y pastos y plántulas en 5 m2. (B) Detalle de punto de marca de parcela de vegetación. 2.4.2.2. Indicadores de calidad del hábitat basado en vegetación y su puntaje. 2.4.2.2.1. Árboles dominantes. La estructura de ambientes boscosos está integrada principalmente por los componentes arbóreos, especialmente aquellos que dominan el dosel superior. Generalmente las especies dominantes en esos estratos poseen alometrías diferenciadas de aquellos que dominan estratos inferiores del dosel o incluso el sotobosque. Árboles de gran talla suelen ser los más longevos y se considera que cumplen importantes funciones como productores de semillas (Clark, 1987), refugio y percha para vertebrados (Gillespie & Walter, (2001), núcleos para reclutamiento de plántulas (Hams & Paine, 2003). Para efectos de este estudio, los individuos con diámetros superiores a 40 cm fueron considerados dominantes (en dosel y área basal) y distinguidos en varios de nuestros análisis. Los criterios para el puntaje del número de árboles dominantes son descritos en el Cuadro 13. 156 Cuadro 13. Criterios y valores para el indicador cobertura de árboles dominantes. 2.4.2.2.2. Cobertura de dosel. La cobertura de dosel se relaciona con el número de estratos superiores en bosques, con la cantidad de luz que llega al sotobosque y con el estado de salud de árboles dominantes. La densidad de cobertura de dosel se estimó mediante medidas puntuales tomadas con densiómetro refractario cóncavo tradicional posicionado invariablemente en dirección norte. La medida registrada representa el porcentaje de cobertura medio a partir de 20 estimaciones equidistantes cubriendo un área de 20 X 20 m. Este método fue preferido sobre la estimación a partir del contraste de pixeles sobre fotografías digitales hemisféricas tomadas con lente angular cóncavo “ojo de pez”, propuesta inicialmente (CANOPY©, Rich, 1989), procedimiento que mostró muchos inconvenientes a la hora de emplearlo en el campo. Para el puntaje del indicador cobertura de dosel se consideró la densidad de árboles dominantes (DAP>40 cm) en relación con la referencia (Cuadro 14). 157 Cuadro 14. Criterio y puntaje para el indicador cobertura de dosel. 2.4.2.2.3. Formas de vida sotobosque. El sotobosque es el estrato que suele registrar la mayor riqueza de especies de plantas, así como la mayor diversidad de hábitos (formas de vida vegetales). Las formas de vida brindan estructura al sotobosque, como es el caso de bejucos y lianas. Otros ejercen importantes funciones como reservorios de agua, especialmente en el dosel donde este recurso es limitado (por ejemplo, bromelias y epífitas). El sotobosque además contempla formas que cubren áreas y son cuantificadas por su nivel de cobertura, como es el caso de gramíneas, bejucos y plantas rastreras. La cuantificación de formas de vida presentes ha sido empleada como una aproximación para evaluar la complejidad del entorno (Parkes et al., 2003) y puede también ser empleada como indicativo de perturbación del hábitat. Es por eso que en este trabajo tratamos de registrar y evaluar las formas de vida presentes en el sotobosque dominante en los sitios de estudio. Para este indicador se excluyen árboles dominantes, aunque pueden incluirse individuos jóvenes de esas mismas especies, cuyo DAP sea menor a 20 cm. Los criterios para asignar el puntaje de formas de vida se muestran en el Cuadro 15. 2.4.2.2.4. Biomasa en pie. Para este indicador se excluye el aporte de árboles dominantes (DAP>40 cm) debido a que estos han sido contemplados en otro indicador (2.4.2.2.1.). De modo que se cuantifica el aporte de clases diamétricas menores, así como el aporte de arbustos. La determinación de biomasa se basa en variables dasométricas cuantificadas en cada parcela de vegetación de 20 X 20 m. Se determinó el número de árboles por parcela y se midió el diámetro a la altura del pecho (DAP, medido aproximadamente a 1.3m de altura). En caso de múltiples troncos, el DAP fue medido individualmente y luego sumado para cálculos posteriores. Además, para cada árbol y arbusto se midió la altura a base de copa (DAP > 5 cm). Las alturas de árboles y arbustos que así lo requirieron fueron estimadas empleando un clinómetro. 158 Cuadro 15. Criterios y puntaje para el indicador formas de vida de la vegetación presente. Sotobosque: se excluye aquí todos los árboles de DAP>40 cm, por haber sido considerados en dos atributos previos. Hábitos en sotobosque: árbol, arbusto, hierbas, bejuco/liana, gramíneas, epifitas. 1Efectivamente ausente: cuando la cobertura de un hábito en la referencia es ≥ 10 %, entonces “efectivamente ausente” si < 10 % de la diversidad de referencia. Si la cobertura de un hábito en la referencia es < 10 %, entonces “efectivamente ausente” si no hay especímenes maduros observables. 2 Modificado: si la cobertura del hábito en la referencia es ≥ 10 %, entonces “modificado” si < 50 % de la cobertura del habito en la referencia o < 50 % de la riqueza de especies. Si la cobertura en la referencia para un hábito es < 10 %, entonces “modificado” si el hábito está presente y aún < 50 % de la diversidad. El área basal corresponde a la proporción de una superficie determinada que es ocupada por la sección transversal de la base de un árbol o rodal. El área basal combinada por parcela es definida como la suma por unidad de superficie de todos los fustes a nivel del DAP. Por lo tanto, para una misma especie, o cobertura forestal, el área basal puede emplearse como una aproximación a la densidad y permite determinar parámetros como la productividad del bosque, biomasa de la masa boscosa y la competencia entre los árboles para los recursos (Rojas-Chaves et al. 2015). Para el cálculo del área basal (m2) de cada individuo se empleó la fórmula: 159 El área basal por hectárea se calculó mediante la relación: Donde K es el factor de conversión a hectárea, en nuestro caso 0.04 Asumiendo un volumen cilíndrico, el volumen forestal por hectárea se calculó como: Donde h = altura estimada hasta base de copa. La estimación de biomasa fue aproximada mediante la ecuación general de biomasa de árboles (AGBest, de Chaves et al., 2014). Donde AGB es la biomasa de los árboles, D es el diámetro, h = altura a base de copa, y ρ = densidad de madera. La biomasa por hectárea, en megagramos (Mg) fue estimada como: El valor de densidad de madera difiere entre especies. Sin embargo, la densidad media para especies dominantes en bosque seco se aproxima a 0.59 g/cm3 (IPCC 2001, Zanne et al. 2009), por lo que este valor fue empleado como constante en nuestros cálculos. Consideramos que la incertidumbre introducida por emplear esta media no afecta las comparaciones sobre la biomasa media entre sitios cercanos que supuestamente comparten composiciones similares. Además, las estimaciones de densidad reportada para las especies más importantes del bosque tropical seco (existentes en los sitios de estudio) sigue una distribución normal y presentan una desviación de la media relativamente baja (0.15 g/cm en los datos de Zanne et al. 2009). Para asignar el puntaje a este componente, se siguelos criterios especificados en el Cuadro 16. 160 Cuadro 16. Criterio y puntaje para el indicador biomasa en pie. 2.4.2.2.5. Cobertura de pastos. La cobertura de hierbas (gramíneas y no gramíneas) se realizó en cinco cuadrantes de 1X1 m (total 5 m2) estimando el número de individuos de especies identificadas y/o el porcentaje de cobertura del cuadrante (Figura 12). Los criterios para asignar puntaje a este indicador se muestran en el Cuadro 17. Cuadro 17. Criterios y puntajes para el indicador cobertura de hierbas presente. 161 Figura 12. Cuadrícula de 1 m2 para la estimación de composición y cobertura de herbáceas. 2.4.2.2.6. Reclutamiento. Parkes et al. (2003) señalan que el método de Hábitat/Hectárea debe evaluar evidencia de la viabilidad del bosque a largo plazo. Por esta razón, se propone el empleo de indicadores del potencial de reclutamiento de especies de plantas de interés. Para nuestro estudio, nos hemos enfocado en especies leñosas perennes, especialmente en aquellas cuyos hábitos son árboles o arbustos. La razón de este enfoque es que son estas formas de vida las que definen mejor la estructura del bosque seco tropical. Es reconocido que una evaluación rápida del potencial de reclutamiento en una cobertura forestal no es tarea fácil. Por esta razón, ese factor es analizado aquí basándose en la evidencia de estadios tempranos de germinación. Reconocemos que es precisamente en esos estadios que la mayoría de especies enfrentan mortalidades más altas, pero debido al lento y desigual crecimiento de plantas en bosques secos, consideramos que incluir estos estadios es la mejor aproximación al reclutamiento de plántulas en un monitoreo rápido. Para cuantificar este indicador, hacia final de nuestra temporada de campo, revisitamos veinte de las parcelas de vegetación previamente analizadas en cada una de las coberturas forestales. En esas parcelas, cuantificamos las nuevas hierbas y plántulas en la subparcela de 5 X 5 m y en los cinco cuadrantes de 1 m2 (Figura 12). 162 Para cada cobertura forestal, la indicación de reclutamiento corresponde a la proporción de especies leñosas presentes con evidencia de germinación (Cuadro 18). Cuadro 18. Criterios y puntajes para el indicador reclutamiento de especies nativas leñosas. 2.4.2.2.7. Cantidad de hojarasca en mantillo. La cobertura de hojarasca en bosques tropicales suele ser indicativo del grado de perturbación del sitio e influye en importantes procesos como microclima del suelo, degradación de materia orgánica (Powers et al., 2009), reclutamiento de plántulas, además de servir como refugio de fauna (Folt & Reider, 2013). Es difícil establecer un valor de referencia para la cantidad de hojarasca en mantillo, especialmente si se considera que no es claro cuál es la biomasa de hojarasca que se acumula en diferentes estadios del bosque seco tropical o sus asociaciones de vegetación. Por esta razón, en el Cuadro 19, se asignan valores a categorías relativamente amplias. A partir de 280 mediciones puntuales en distintos ambientes a lo largo de los sitios de estudio, se estableció la relación lineal entre la biomasa seca de mantillo (peso seco de hojarasca en cuadrantes de 0.25 X 0.25 m) en función de la profundidad de hojarasca, medida desde la superficie de hojarasca hasta el suelo desnudo (Figura 13). Contando con esta regresión y de 20 mediciones puntuales de profundidad en cada parcela de vegetación, se determinó la biomasa acumulada media de hojarasca en cada una de ellas. 163 Cuadro 19. Criterios y puntajes para el indicador cobertura de hojarasca presente en mantillo. 2.4.2.2.8. Troncos y refugios. Como ocurre con el mantillo, los troncos y ramas caídos tienen gran influencia en las comunidades de bosques, al afectar la humedad del suelo, así como su estructura y nutrición. Además, influencian reclutamiento (sobrevivencia cerca de troncos caídos suele diferir de la sobrevivencia en sitios abiertos o con vegetación densa). La presencia de troncos puede ser indicativos además de perturbaciones pasadas, y sin duda constituyen importantes refugios para fauna. Se cuantificaron los troncos caídos (diámetros > 10 cm), así como sus dimensiones (diámetro en punto más ancho y longitud total), que estuvieron entera o parcialmente dentro de la parcela de 20 X 20 m. El puntaje para este indicador se asignó directamente en relación al de la referencia (Cuadro 20). Además, se registró cualquier evidencia de posibles refugios para vertebrados (huecos en tronco o suelo). 164 Figura 13. Biomasa seca de hojarasca acumulada en 1 m2 en función de su profundidad. N= 280, r = 0.46, P <0.001. Cuadro 20. Criterios y puntajes para el indicador cobertura de troncos en suelo. 2.4.2.2.9. Estado general de sitio. Además de los anteriores indicadores empleados en el cómputo de la calidad de hábitat basado en vegetación, se registró el estado general de cada parcela, anotándose evidencia de fuegos, herbívoría intensa u otras observaciones de interés. 2.4.3. RESULTADOS La asignación de parcelas según el área relativa de cada cobertura forestal resultó en 21, 10, 15, en las coberturas bosque deciduo, secundario y ripario de la zona de potencial de inundación en RBLB, respectivamente. 165 Para el sitio potencial de compensación en ASETREK 36 y 9 parcelas fueron asignadas al bosque deciduo y bosque secundario, respectivamente. Para efectos comparativos, nueve parcelas más fueron examinadas en el bosque deciduo de la RBLB adyacente a la zona potencial de inundación (Figura 6). De esta manera, el esfuerzo de muestreo es proporcional a la superficie de cada cobertura observada. Muchos de los indicadores de calidad de hábitat (Cuadro 2) corresponden a variables cuantitativas cuyos valores que pueden ser comparados por métodos estadísticos tradicionales. Aquellas variables que no siguieron una distribución normal (usualmente aquellas con gran frecuencia de valores bajos) fueron Log- transformadas para mantener las suposiciones paramétricas. 2.4.3.1. Estructura en diferentes coberturas forestales. En la sección de Calidad de Paisaje se indicó la existencia de distintas coberturas forestales en los sitios de estudio (Figura 6). Para verificar la existencia de estos tipos de coberturas y determinar si efectivamente se trata de ambientes distintos que pueden ser discriminados con base en su estructura, se realizó un análisis de componentes principales (PCA), sustentado en las estimaciones por hectárea de: (1) número de árboles con DAP > 5 cm; (2) proporción de árboles con DAP>40 cm esperada; (3) riqueza de especies/parcela observada; (4) estimación del área basal (m2/Ha), (5) estimación del volumen de madera (m3/Ha), (6) estimación de la biomasa en pie (Mega gramos/Ha) y (6) altura de dosel de árboles dominantes. El resultado de este análisis se muestra en la Figura 14. 166 Figura 14. Componentes principales de atributos de calidad de hábitat. Se distinguen parcelas de vegetación ubicadas en la propiedad de la RBLB (triángulos) de aquellas localizadas en ASETREK (círculos). Los colores obedecen a las distintas coberturas forestales: Bosque Deciduo (verde oliva); Bosque Secundario (naranja), Bosque ripario (rojo). Parcelas ubicadas en Bosque Deciduo de la zona de no inundación de RBLB se muestran en azul. Los primeros dos componentes explican 49.7 % y 20 % de la variación. El componente 1 se relaciona positivamente con la biomasa y volumen de árboles (r > 0.92 en ambos casos) así como con el número de árboles dominantes (r > 0.78); mientras que el segundo es explicado principalmente por riqueza de especies arbóreas (r = 0.82). El componente 1 permite discriminar entre las parcelas en bosque riparo y bosque secundarioen el sitio potencial de inundación en RBLB y aquellas en otras coberturas (Figura 14). Así, pareciera que aquellas parcelas localizadas en coberturas de bosque deciduo efectivamente poseen una estructura diferente a las ubicadas en coberturas de bosque secundario y ripario. Por otro lado, no fue posible separar las parcelas ubicadas en el bosque deciduo del sitio potencial de inundación en RBLB de las ubicadas dentro de la misma reserva, pero en sitios no afectados por la inundación, ni entre estas y las parcelas en el sitio potencial de compensación en ASETREK. 167 De esta manera, la estructura dentro de todas las coberturas de bosque deciduo parece similar. Estos resultados sugieren que las diferentes coberturas forestales observadas en los sitios de estudio efectivamente constituyen ambientes diferenciables, cada uno de ellos con su propia estructura de hábitat. Por esa razón, los siguientes análisis sobre los atributos de calidad de hábitat y las respectivas comparaciones entre el sitio potencial de compensación y el sitio de referencia (inundación en RBLB) fueron realizados para cada cobertura forestal de manera independiente. 2.4.3.2. Árboles dominantes. El número total de plantas leñosas (DAP >5 cm) observado en las parcelas varió entre 300 y 1 350 individuos/Ha; con una tendencia a mayor densidad en las parcelas en bosque deciduo y menor en parcelas en bosque ripario (Figura 15). Sin embargo, las diferencias observadas tienen significancia marginal (F5,94 =2.02, P=0.052). Por otro lado, en el bosque deciduo en ASETREK se encontraron 71 árboles dominantes (DAP > 40 cm) por hectárea, mientas que en el mismo tipo de cobertura en RBLB se encontraron 78/Ha. De igual manera, en el bosque secundario de ASETREK el número de árboles dominantes es de 75/Ha mientras que en correspondiente hábitat en RBLB se registraron 112/Ha. Las proporciones que representan estos números de árboles dominantes también variaron entre coberturas, desde 0% a 33% por hectárea. El bosque secundario y el ripario dentro del sitio potencial de inundación en la BLB mostraron la mayor proporción de dominantes (Figura 16), diferencias que son estadísticamente significativas (F5,95 =3.32, P=0.008). En el bosque deciduo de ASETREK se observaron 68 especies de árboles, mientras que en ese mismo tipo de hábitat en RBLB la riqueza observada fue de 70 especies. Siguiendo los criterios especificados en el cuadro 13, y tomando en cuenta las pocas diferencias encontradas entre la proporción de árboles dominantes para esto sitios, se asigna un valor de 12 pts para esta cobertura. En el bosque secundario, 52 especies fueron observadas en ASETREK y 58 en RBLB; aunque como se indica anteriormente hay marcadas diferencias en la proporción de árboles dominantes entre ambos sitios para esta cobertura. Por ello, siguiendo los criterios formulados en el Cuadro 13, se asigna un valor de 8 pts. 168 Finalmente, no hay cobertura visible de bosque ripario en ASETREK, por lo que se asigna el valor mínimo posible (0 pts). Por lo tanto, el puntaje parcial de este componente sería = (Puntaje deciduo + Puntaje secundario + Puntaje ripario) /3 = (12+8+0) /3 = 6.67 pts. Figura 15. Densidad de árboles (DAP>5 cm) por hectárea en diferentes coberturas forestales. Las diferencias no son significativas, pero hay una tendencia a densidades mayores en bosque deciduo. 169 Figura 16. Porcentaje de árboles dominantes (DAP>40 cm) por hectárea. Coberturas de bosque secundario y ripario en RBLB tienen significativamente mayor proporción de dominantes (P=0.008). 2.4.3.3. Cobertura de dosel. La cobertura de dosel en las parcelas varió considerablemente, registrándose valores entre 41 % y 98 % de cobertura. Aunque en nuestros muestreos fue evidente las diferencias estacionales en la cobertura de dosel entre la época lluviosa y la seca, estas no fueron significativas (F1,94 =1.07, P= 0.314). De igual manera, no se encontraron diferencias significativas entre las medias de cobertura de los seis hábitats analizados (F5,94 =1.43, P= 0.218). Considerando además la densidad de árboles dominantes de cada cobertura en relación a la de la referencia, los puntajes parciales para el bosque deciduo y bosque secundario del sitio de compensación serían 4 pts y 4 pts respectivamente (Cuadro 14). 170 Otra vez, al no contarse con la cobertura de bosque ripario, se asigna el mínimo puntaje. El puntaje final para el indicador cobertura de dosel sería: (4+4+0) /3 = 2.66 2.4.3.4. Formas de vida en sotobosque. En el sitio de inundación se observaron las siguientes formas de vida en sotobosque: árboles, arbustos, bejucos, hierbas, pastos, cactus, palmas. El porcentaje de individuos asociados a estas formas varió entre sitios y tipos de cobertura, especialmente los arbustos y bejucos (Figura 17, Chi2 >30, gl=5, P<0.001 en ambos casos). Figura 17. Comparación entre formas de vida en bosque Deciduo y bosque secundario. Otros incluyen cactus, pastos y palmas. 171 En el sotobosque del bosque deciduo de ASETREK encontramos seis de las siete formas de vida registradas para la misma cobertura en RBLB. Siguiendo los criterios del Cuadro 15, se asigna un valor de 8 pts para esta cobertura (85 % de formas de vida, <50 % modificados). Por otro lado, cinco de las seis formas de vida encontradas en la cobertura de bosque secundario en RBLB fueron observadas en ASETREK, por lo que se asigna un valor de 4 pts para esta cobertura (83 % de formas de vida, ≥50 % modificados). Para la cobertura de bosque ripario, se asignó el valor mínimo en ese cuadro. Por lo tanto, el puntaje para el indicador formas de vida resultó: (5+4+0) /3 = 3.0 pts. 2.4.3.5. Área basal y biomasa en pie. Como en otros sistemas tropicales, los diámetros de árboles mostraron gran variación, desde nuestro límite en los 5 cm hasta más de 200 cm en algunos individuos dominantes. Sin embargo, la gran mayoría de árboles encontrados (>75 %) presentan diámetros reducidos, menores a 30 cm, por lo que las clases diametrales siguen una distribución tipo Poisson, con reducción abrupta de frecuencias hasta los 30 cm de diámetro y una reducción menor subsecuente. Hacia las clases diametrales mayores se observa un ligero aumento en las frecuencias de individuos con DAP > 100 cm, que es mucho más evidente en las coberturas de bosque secundario y ripario en RBLB (Figura 18). De hecho, se encontró que el área basal difiere entre ambientes (F5,94 =3.6, P=0.005), otra vez las coberturas de bosque ripario y secundario en la RBLB mostrando las mayores áreas basales (Figura 19). Invariablemente, las coberturas en RBLB presentan mayor área basal que las del sitio de potencial compensación. Medidas relacionadas con área basal también reflejan las diferencias entre ambientes, como ocurre con el volumen de madera (F5,94 =6.04, P<0.0001) y la biomasa acumulada por árboles en pie, excluyendo los dominantes (F5,94 =6.33, P<0.0001). Empleando una densidad media de 0.59 g/cm3 para árboles del bosque seco (IPCC 2001, Zanne et al. 2009), el bosque secundario de la RBLB presentó una media estimada (±S.E.) de 461.7 (±156.8) Mg/Ha, mientras que la del bosque ripario asciende a 543.4 (±101.1) Mg/Ha. En el caso de los ambientes dentro de coberturas catalogados como bosque deciduo, las estimaciones de biomasa media fueron menores a 224 Mg/Ha (Figura 20). 172 Figura 18. Área basal según distribución diamétrica para bosques de diferentes estadíos sucesionales en el sitio potencial de inundación en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal (RBLB) y potencial sitio de compensación en ASETREK. (A) Bosque secundario y bosque ripario; (B) Bosque deciduo. Para esta última cobertura, se incluye información de parcelas en zona no inundable de RBLB. 173 Figura 19. Área basal mediapor hectárea estimada para diferentes coberturas forestales. El bosque secundario y el ripario dentro del potencial sitio de inundación en RBLB presentan las mayores áreas (P=0.005). Para este indicador, la media estimada en el bosque deciduo de ASETREK fue de 174 Mg/Ha, un 78 % de la estimada para esa misma cobertura en RBLB. En contraste, la media estimada para el bosque secundario en ASETREK fue de 272 Mg/Ha que equivale a un 59 % de la biomasa estimada en RBLB (Figura 20). Tomando en cuenta estos resultados y dado que la proporción de especies en el bosque deciduo y en el bosque secundario de ASETREK supera el 80 % de las encontradas en RBLB, los puntajes asignados a estas coberturas forestales (Cuadro 12) serían de 5 pts y 7 pts, respectivamente. La biomasa del bosque ripario en RBLB no tiene equivalencia en ASETREK, por lo que se asigna un valor de 0 pts. Entonces, el puntaje total para el indicador biomasa en pie sería: (5+7+0) /3= 4.0 pts. 174 Figura 20. Biomasa acumulada media en pie por cobertura forestal. El bosque secundario y el ripario dentro del potencial sitio de inundación en RBLB presentan la mayor biomasa (P<0.001). 2.4.3.6. Cobertura de hierbas. La potencial zona de inundación en RBLB posee tres coberturas boscosas predominantes, por lo que los espacios con pastos son reducidos a zonas de acceso y algunas áreas abiertas. Algunas especies de gramíneas son exóticas (Capítulo 3), aunque en general la mayoría de hierbas encontradas en las parcelas en RBLB son dicotiledóneas nativas. A nivel de tipos de bosque, el ripario y el secundario en RBLB mostraron las menores coberturas (=densidades) de hierbas y gramíneas, mientras que los bosques deciduos tanto de ASETREK como de RBLB registraron las mayores concentraciones de hierbas (Figura 21). Con esta información, y recurriendo al Cuadro 17, el bosque deciduo recibe un valor de 3 pts (<50 % especies exóticas y <25 % de cobertura), mientras que el bosque secundario obtendría un puntaje de 4 pts (<50 % especies exóticas y <5 % de cobertura). Para ASETREK, la cobertura de hierbas en el bosque ripario sería inexistente. 175 Por otro lado, en este último sitio existen dos ambientes cubiertos por hierbas y gramíneas: pastos y zonas de uso no forestal. La primera cobertura incluye Hyparrhenia rufa y Digitaria decumbens como especies dominantes, por lo que según el cuadro 17 adquiere un valor de 0 pts. En la cobertura de uso no forestal, parches de H. rufa se intercalan con otras hierbas nativas, por lo que recibe un puntaje de 2 pts. Por lo tanto, para el indicador cobertura de pastos el puntaje final es: (3+4+0+2) /4= 2.25 pts. Figura 21. Cobertura de hierbas (gramíneas y no gramíneas) por tipo de cobertura forestal. 2.4.3.7. Reclutamiento. Hacia mediados de la época lluviosa, se encontró un total de 60 especies arbóreas en germinación o como plántulas en las 20 parcelas revisadas para reclutamiento (Cuadro 21). Se observó variación en las proporciones de especies germinando en cada parcela, encontrándose además diferencias entre coberturas forestales. Entre 28 % y 76 % de las especies observadas en parcelas de bosque deciduo tenían plántulas, mientras que entre 39 % al 65 % de las especies arbóreas observadas en parcelas de bosque secundario evidenciaron reclutamiento. Las parcelas dentro del bosque ripario mostraron la mayor variación, entre 16 % y 65 % de las especies arbóreas observadas mostraron evidencia de reclutamiento. 176 En el bosque deciduo del sitio potencial de inundación en RBLB se encontró un total de 20 especies de plántulas, con igual número en el de ASETREK. Sin embargo, estos dos sitios coincidieron en sólo 58 % de las especies observadas en reclutamiento. Siguiendo los criterios señalados en el Cuadro 18, el bosque deciduo de ASETREK recibe una calificación de 3 pts (<60 % de similitud con referencia, y <70 % de especies muestran reclutamiento). En el bosque secundario de RBLB se encontraron 12 especies de plántulas, mientras que en el de ASETREK el número asciende a 28. La correspondencia entre sitios en esa cobertura forestal es de 62 % de las especies. Por lo tanto, el puntaje asignado según los criterios previamente indicados (Cuadro 18) para esta cobertura es de 6 pts. En el bosque ripario, reclutamiento fue observado en 29 especies arbóreas, y no hay correspondencia de cobertura similar en ASETREK. La similitud de especies del bosque ripario en el RBLB con el bosque deciduo y secundario de ASETREK combinados es de 55 % de las especies, lo que indica que es un ambiente claramente distinto. Se le asigna un valor de 0 pts El puntaje final para el indicador reclutamiento se estimó entonces como: (3+6+0) /3 = 3. Cuadro 21. Especies arbóreas encontradas con plántulas en parcelas de regeneración por tipo de cobertura forestal. 177 178 2.4.3.8. Cantidad de hojarasca en mantillo. La profundidad de mantillo es una aproximación gruesa de la biomasa de materia orgánica acumulada en un punto determinado de la superficie del suelo del bosque. Según nuestro análisis previo, esta relación es positiva y aproximadamente lineal (Figura 13). Teniendo en cuenta esta relación, estimamos la biomasa de hojarasca a partir de 20 medidas de profundidad de mantillo en cada parcela de vegetación. La cantidad de mantillo acumulado varió entre parcelas, observando desde casos en donde el suelo está prácticamente desnudo hasta profundidades de más de 20 cm de hojarasca. Las medias de profundidad en cada parcela sin embargo resultaron más reducidas, entre 0.5 y 7.4 cm de profundidad. La profundidad de mantillo varió entre hábitats, encontrándose la mayor acumulación en las coberturas forestales dentro de la Reserva Biológica Lomas de Barbudal (Figura 22, ). Incluso el bosque deciduo adyacente al sitio de inundación, pero dentro de RBLB mostró mayor acumulación de mantillo que la misma cobertura dentro de ASETREK (Figura 22). Estas diferencias representan un aumento en el acúmulo de hojarasca de cerca del 14 % de la biomasa acumulada en los hábitats boscosos dentro de la zona de impacto en Lomas de Barbudal. Siguiendo los criterios establecidos en el Cuadro 19 – y debido a que la proporción de árboles dominantes del bosque deciduo de ASETREK no difiere respecto al de RBLB– el puntaje asignado a esta cobertura es de 4 pts. Para el bosque secundario, la diferencia en el número de árboles dominantes entre ambos sitios de estudio es marcada, por lo que el puntaje obtenido sería: 3 pts. Finalmente, la cobertura de bosque riparo no está disponible en ASETREK, por lo que se asigna un valor de 0 pts. El puntaje final para el indicador cantidad de hojarasca sería (4+3+0) /3= 2.33 pts. 179 Figura 22. Cantidad de hojarasca en mantillo en diferentes coberturas forestales de los sitios de estudio. 2.4.3.9. Cobertura de troncos en suelo. En la mayoría de parcelas no se registraron troncos en el suelo, observándose en sólo 38 de ellas. Sin embargo, la proporción de parcelas con troncos varió entre coberturas forestales (Chi2 = 11.96, gl=4, P=0.018). Dentro de la Reserva Biológica, 20 % de las parcelas de bosque ripario y otro tanto de las de bosque secundario tenían troncos, mientras que tan solo el 11 % de las ubicadas en bosque deciduo de RBLB los contenían (Cuadro 22). En ASETREK, un 37 % de las parcelas de bosque secundario tenían troncos, aunque el porcentaje en el bosque deciduo fue mucho menor (Cuadro 22). El volumen por hectárea correspondiente a troncos caídos consecuentemente varió entre hábitats, con los mayores volúmenes medios registrado nuevamente en la cobertura secundaria de ASETREK.las parcelas de bosque secundario tenían troncos, aunque el porcentaje en el bosque deciduo fue mucho menor (Cuadro 22). El volumen por hectárea correspondiente a troncos caídos consecuentemente varió entre hábitats,con los mayores volúmenes medios registradonuevamente en la cobertura secundaria de ASETREK. 180 El volumen de troncos caídos en el bosque deciduo de ASETREK es casi una décima del volumen observado en el mismo tipo de bosque en RBLB (Cuadro 22). Siguiendo los criterios especificados en el Cuadro 20, a esta cobertura se le asigna un valor de 1 pt. Por otro lado, en el bosque secundario el volumen de troncos en ASETREK es mayor al 200 % del volumen en RBLB, por lo que el puntaje asignado es de 2pts. Finalmente no se disponen datos para el bosque ripario, asignándose un valor de 0 pts. Por lo tanto, para el indicador cobertura de troncos el puntaje se calcula: (1+2+0) /3= 1.0 pts. Cuadro 22. Porcentaje de parcelas que registraron troncos en suelo y su volumen medio. 2.4.3.10. Estado general de sitio. Los ambientes boscosos encontrados tanto en el potencial sitio de inundación en RBLB como en el potencial sitio de compensación en ASETREK están degradados y muestran importante intervención antrópica. Efectos de fuegos recientes son evidentes en el suelo y la base de muchos de los árboles, tanto en el bosque secundario como en el ripario de RBLB y en el bosque secundario de ASETREK. Por otro lado, se observó remoción de árboles maderables en la zona de potencial inundación dentro de ASETREK (Figura 23), así como en la zona de compensación de la misma propiedad. Actividad de caceria es evidente a lo largo del sitio de estudio en el RBLB, encontrándose restos de los empaques plásticos de municiones. En dos ocasiones se observó gente que huyó al divisar a investigadores asociados a este estudio, posiblemente cazadores. Amén de ello, varias de nuestros sistemas de trampas pasivas (para insectos, productividad y descomposición) sufrieron vandalismo en el campo, señal de que particulares constantemente están ingresando a las zonas de estudio. 181 Todas estas evidencias hacen suponer una constante presión por los recursos de la zona, tanto en la Reserva Biológica como en la propiedad de ASETREK. El fuego tiende a homogenizar las coberturas de vegetación, al destruir árboles y arbustos que brindan estructura, limpiar el sotobosque y permitir la eventual regeneración de especies colonizadoras. La actividad de cacería en la región está principalmente dirigida a venado Odocoileus virginianus, zaino Pecari tajacu, guatusa Dasyprocta punctata, tepezcuinte Cuniculus paca y pavon Crax rubra, por lo que su efecto es disminuir la presencia de estas especies (Sáenz-Méndez & DiMare-Hering, 1996). Por lo tanto, los impactos observados tienden a incrementar de forma artificial la similitud entre los sitios de estudio contrastados. Figura 23. Impactos en sitios de estudio. A) Evidencia de corta de madera en ASETREK. B) tronco quemado en potencial sitio de inundación en RBLB. 2.4.4. CONCLUSIONES Las coberturas forestales identificadas en los sitios de potencial impacto del Embalse Río Piedras en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal y en el sitio de compensación poseen importantes diferencias en cuanto a su estructura y atributos de calidad de hábitat. La mayor distinción entre sitios ocurre con la cobertura de bosque ripario, un ambiente clímax caracterizado por especies siempre verdes y una proporción relativamente mayor de especies arbóreas dominantes. Este ambiente cubre casi la quinta parte de la superficie que sería directamente impactada por el embalse en la RBLB, aunque es prácticamente inexistente en el sitio de compensación en ASETREK. De estas diferencias deriva toda una serie de condiciones que dificultan la equiparación entre sitios. 182 Se suma a este faltante la existencia de ambientes de pastos con especies exóticas en el sitio potencial de compensación, lo que es valorado negativamente en el contexto del área silvestre que se pretende manejar. Además de esas diferencias generadas por coberturas particulares, se observaron diferencias entre las condiciones del bosque secundario y del bosque deciduo entre ambos sitios de estudio. Estas diferencias parecen obedecer a desiguales perturbaciones dentro de las mismas coberturas: menos cantidad de hojarasca, mayor cantidad de troncos caídos y menores medidas de biomasa en pie en ASETREK parecen resultar de un régimen de raleo de especies maderables más reciente. Estos resultados explican por qué para el componente calidad de hábitat en relación a vegetación, el puntaje total asignado al sitio potencial de compensación (24.9 pts) representa cerca del 40% de la calidad observada en el sitio de referencia. 183 2.5. Componente Servicios Ecosistémicos Los servicios ecosistémicos suelen ser considerados beneficios que la gente obtiene del ecosistema (Kolstad et al, 2000). Algunos de estos servicios implican la producción de bienes de interés directo en sociedades humanas, como el agua, alimentos, control de plagas o incluso la regulación de ciclos como inundaciones, desecación, etc. Otros beneficios son de carácter indirecto, relacionados con el funcionamiento de procesos del ecosistema como la formación y almacenamiento de materia orgánica; el ciclo de nutrientes; la creación y asimilación del suelo, etc. 2.5.1. OBJETIVOS. Se desea cuantificar los servicios que brinda el ecosistema en el sitio potencial de inundación en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal y compararlos con aquellos ofrecidos por el sitio potencial de compensación en ASETREK. 2.5.2. METODOLOGÍA. Para el estudio de línea base se identificaron a priori tres servicios ecosistémicos a evaluar en el área de afectación del Embalse en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal y en el sitio potencial de compensación. Los servicios fueron definidos como indicadores de la calidad de los sistemas a comparar. Los criterios de selección de estos servicios son: (1) que sean productos o beneficios claramente distinguibles y cuantificables en escalas métricas; (2) que no tengan relación directa entre sí, para evitar redundancia de criterios; (3) que tengan impactos, directos o indirectos, sobre poblaciones de flora o fauna silvestre; (4) que tengan impactos indirectos sobre poblaciones humanas. Los servicios identificados fueron: (1) producción de agua; (2) descomposición de materia orgánica; y (3) fijación potencial de CO2. Un cuarto servicio, productividad de frutos y/o semillas, inicialmente planteado en la propuesta de este estudio de Línea Base, fue excluido del estudio debido a vandalismo en las trampas de caída y al bajísimo registro de frutos y semillas que resultó de nuestros esfuerzos durante los primeros meses de la época lluviosa. 184 2.5.2.1. Fuentes de agua. El recurso hídrico es sin duda una de los insumos más relevantes en ecosistemas naturales, especialmente en aquellos que, como el bosque seco tropical, disponen de él de manera más estacional. La producción de agua en bosques es medida de muy diversas maneras. Para este indicador, se buscaron fuentes de agua superficiales en los sitios de estudio tratando de determinar áreas de humedad durante la época seca y acúmulos de agua en la época de transición a la temporada lluviosa. Se midió además el caudal de agua en las secciones y quebradas identificadas en cada sitio de estudio. Este indicador recibe un puntaje máximo de 3 puntos en el contexto de calidad de hábitat (Cuadro 2). El Cuadro 23 muestra el puntaje asignado para distintas condiciones de este indicador. Cuadro 23. Criterios y valores para el indicador Producción de Agua. 2.5.2.2. Descomposición de materia orgánica. La descomposición de materia orgánica en la superficie y bajo la superficie del suelo es función de las comunidades de descomponedores existentes en un sitio, así como de parámetros abióticos como temperatura y humedad. Para comparar las tasas de descomposición de materia orgánicaentre los sitios de estudio, se realizó un ensayo basado en la cuantificación de la tasa de degradación de un sustrato homogenizado con diferente exposición a descomponedores. Como sustrato se empleó hojas secas de viscoyol (Bactris guinneensis) y corteza amarilla (Handroanthus ochraceus) que formaban parte de la hojarasca de uno de los sitios de estudio. Se escogieron estos sustratos porque difieren marcadamente tanto en su composición química inicial como en sus características físicas. Los sustratos fueron cortados en trozos cuadrados de aproximadamente 2 cm de lado, secados a 70 °C por tres días y mezclados manualmente. Los efectos de las comunidades de descomponedores del suelo fueron evaluados tanto en la superficie como en el subsuelo, empleando para ello bolsas de descomposición construidas con cedazos de nylon con poro fino de 0.5 mm de lado. 185 La bolsa de cedazo permite el ingreso de bacterias, hifas de hongos, protozoos y nematodos, así como algunas especies de ácaros y colémbolos degradadores; mientras restringe el acceso de mesofauna (insectos y anélidos). Cada bolsa fue rellenada con cerca de 5 g de sustrato homogenizado (medido exactamente para cada bolsa) y sellado con grapas de acero. Tanto en el sitio potencial de inundación en RBLB como en el potencial sitio de compensación en ASETREK se colocaron tres estaciones de medición en ambientes distintos, separadas por al menos 800 m. Cada estación de medición consiste en una varilla de hierro que sirve de referencia geográfica y de soporte para arreglos con las bolsas de descomposición. En cada varilla se colocaron con 6 cuerdas de nylon de 140 cm de largo. En cada cuerda, seis bolsitas rellenas de sustrato hojarasca fueron atadas de forma equidistante, para formar arreglos en tándem de bolsas de descomposición. Tres de los arreglos fueron enterrados en zanjas de 15 cm de profundidad separadas entre sí por ángulos de 90º. Los otros tres arreglos fueron colocados en la superficie del suelo (Figura 24). Para medir el decaimiento en la masa del sustrato, una bolsa de cada arreglo fue recolectada a los 1, 3, 5 y 7 meses de colocadas; para un total de 18 bolsas por sitio y fecha de recolección. Una vez removida, el sustrato contenido fue cuidadosamente limpiado con agua y secado a 50 °C, hasta peso constante. Las tasas de degradación fueron calculadas como reducción en peso a lo largo del periodo de estudio. Figura 24. Instalación de estaciones y arreglos de descomposición. Tres arreglos son enterrados y tres quedan en la superficie. Las seis bolsas de descomposición permiten medidas en el tiempo de la degradación de materia vegetal, tanto en el subsuelo como en la superficie. 186 Los criterios y valores para el puntaje de este indicador se muestran en el cuadro 24. El valor máximo para este indicador es 2 pts en referencia al puntaje global de calidad de hábitat. El valor máximo se asigna cuando no hay diferencias con la referencia en términos de la función de degradación (la tasa de degradación es la pendiente de la función). Debido a que nuestras medidas incluyen degradación tanto en el subsuelo como en la superficie, los valores asignados a este componente se realizan sumando ambas columnas en el cuadro 24. Cuadro 24. Criterios y valores para el indicador descomposición de materia orgánica. 2.5.2.3. Fijación potencial de CO2. La preocupación por los efectos de gases de invernadero y sus consecuencias en el cambio climático ha incrementado el interés por registrar la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que es absorbido por el suelo y la vegetación, así como por reducir sus emisiones. Las plantas y otros productores primarios emplean luz solar para convertir agua, CO2 y nutrientes en azúcares y carbohidratos, que son acumulados en los tejidos de hojas, tallos, troncos y raíces. El CO2 es considerado almacenado mientras forme parte de esos tejidos. En el momento de su liberación a la atmósfera o al suelo (ya sea por descomposición de materia orgánica, y/o quema de biomasa) el CO2 nuevamente entra al ciclo del carbono. La cantidad de carbono almacenado (o “secuestrado”) en distintos tipos de hábitat constituye por lo tanto un servicio del ecosistema a la reducción global del efecto de ese gas de invernadero. La cuantificación de la tasa de fijación del carbono por parte de un bosque requiere conocimiento de su estructura, así como de tasas de crecimiento de las especies arbóreas que lo constituyen, por lo tanto, esta fuera del alcance de este estudio. Sin embargo, es posible estimar la cantidad de carbono que es almacenada por la vegetación dominante durante un momento determinado. 187 La biomasa seca es considerada el parámetro más importante para las estimaciones de captura de carbono por un rodal, bosque o plantación forestal. Esta biomasa suele registrarse como peso (en toneladas o megagramos) o como su tasa de cambio. La acumulación de biomasa se relaciona con la cantidad de CO2 fijado en el proceso de fotosíntesis, y depende de la especie, tipo de follaje del árbol, condiciones ambientales, disponibilidad de nutrientes y potencial hídrico (Vásquez, 1987). Existen varios métodos para estimar biomasa en sistemas forestales, tanto directos como indirectos. Entre estos últimos, el uso de modelos de biomasa específicos para cada especie son los preferidos en estudios que involucran inventarios forestales donde se registran parámetros como diámetro y altura, que eventualmente son transformados a términos de biomasa con la ayuda de modelos generales. Así, varios autores aconsejan emplear modelos específicos para cada especie que hayan sido construidos bajo condiciones similares a las del lugar donde se aplicaría la estimación de biomasa, especialmente en términos de tamaños, edades y densidad del rodal (Andrade & Ibrahim, 2003). La medición de biomasa bajo tierra (raíces) suele tener mayores niveles de variación y es menos preciso, por lo que algunos autores recomiendan el empleo de valores de referencia generales reportados para bosques tropicales, donde la biomasa radical representa entre el 11 y 54 % de la biomasa total del árbol (media 18 %) (Sierra et al. 2003). El CO2 presente en la biomasa total es a su vez estimado a partir de varios métodos, el de factor de conversión suele ser empleado en estudios cortos. Este consiste en multiplicar los datos de biomasa por un factor de conversión o fracción de carbono que involucra la relación entre el peso de la molécula del CO2 y el peso del átomo de carbono, que asume un valor de 0.5 gramos de carbono por cada gramo de biomasa (Brown & Lugo, 1992). Para cuantificar carbono como servicio ecosistémico, cuantificamos el CO2 almacenado para cada cobertura forestal presente en nuestros sitios de estudio. Para cada parcela de vegetación: 1) A partir de estimaciones de biomasa en pie de cada árbol en la parcela, se calculó la biomasa total verde, empleando el factor 1.18 (18 % del peso corresponde a biomasa radical). Donde BTi es biomasa total y Bi es la biomasa en pie estimada para el árbol i 188 2) Determinación de peso seco del rodal. Se estimó la biomasa total seca del árbol i empleando un factor de conversión. El factor escogido es 0.725, que resulta del porcentaje del peso que corresponde a materia seca reportado para varias especies forestales (Segura & Andrade, 2008). Por lo tanto, nuestra estimación de la biomasa seca (BSTi) para cada árbol i en la parcela es: 3) Para determinar el peso de carbón en el árbol i (Wi), se empleó el citado factor de conversión de 0.5g de carbono por cada gramo de biomasa seca: 4) Para estimar la cantidad potencial de dióxido de carbono secuestrado por hectárea, se determina la razón de peso CO2/carbono. El peso de la molécula de CO2 es 43.999 (suma del peso atómico del carbono y dos átomos de oxígeno); mientras que elpeso del carbono es 12.0011. Por lo tanto, la razón es 3.6663. El peso de CO2 secuestrado sería: donde WCO2 es el peso potencial de dióxido de carbono acumulado por hectárea en megagramos, Wi es el peso de carbono de cada árbol i. Los criterios y valores para el puntaje de la cantidad potencial de CO2 acumulado se muestran en el Cuadro 25. El valor máximo para este indicador es de 5pts en términos del puntaje global de calidad de hábitat. El valor máximo se asigna cuando no hay diferencias con la referencia en términos de la masa estimada de carbono. 189 Cuadro 25. Criterios y valores para el indicador cantidad de CO2 acumulado/Ha. 2.5.3. RESULTADOS. 2.5.3.1. Fuentes de agua. Dos fuentes de agua fueron identificadas en los sitios de estudio: Quebrada Viscoyol y la Quebrada sin nombre. Ambas quebradas son intermitentes y corresponden al mismo sistema de drenaje que constituye el límite sur de la propiedad de ASETREK con la RBLB, en el sitio de potencial inundación (Figura 25). Se realizaron medidas de flujo (caudal), pero las lecturas fueron muy bajas, con medias (±S.E.) de 0.87 ± 0.12 m/s en RBLB y 0.89 ± 0.25 m/s en ASETREK. De nuestras observaciones en el campo se concluye que, en términos de fuentes de agua, accesibilidad a ellas y producción, ambos sitios son similares. Por lo tanto, siguiendo los criterios señalados en el cuadro 16, ASETREK recibe un puntaje de 3 pts para este indicador. 190 Figura 25. Agua superficial en sistema Quebrada Viscoyol. Nótese limitado flujo de agua durante el periodo de estudio. 2.5.3.2. Descomposición materia orgánica. A mediados de mayo se instalaron estaciones de medición de descomposición, 3 por cada sitio de estudio, removiéndose las bolsas con sustrato según el protocolo descrito en métodos. Una de nuestras estaciones en el sitio potencial de inundación sufrió vandalismo en el mes 5, por lo que para ese periodo los estimados de degradación se basan en las medidas de sustrato de dos estaciones. Como se esperaba, la degradación del sustrato fue progresiva en el tiempo, tanto para los estimados en el subsuelo como en la superficie del suelo (Figura 26). Las curvas de degradación son funciones cuadráticas, con buen ajuste de datos (R2 > 0.94, P < 0.001 en todos los casos). La tasa de degradación es significativamente mayor bajo la superficie que en la superficie del suelo (P < 0.005), donde además se observó más variación en la masa resultante (Figura 26). En el sitio potencial de inundación en RBLB, la mitad de la masa del sustrato es degradada aproximadamente en 50 días bajo la superficie, mientras que toma cerca de 80 días para degradar igual proporción sobre la superficie del suelo. Para cada uno de los ensayos (bajo o sobre la superficie) no se observaron diferencias significativas entre las curvas de degradación entre los sitios en RBLB y ASETREK (Figura 26). 191 Dados estos resultados y siguiendo los criterios señalados en el cuadro 24, el puntaje que se asigna para el indicador descomposición de materia orgánica es: 1 + 1 = 2 pts. Figura 26. Degradación de hojarasca sobre y bajo la superficie del suelo en el sitio potencial de inundación en RBLB y el sitio potencial de compensación en ASETREK. Para cada ensayo, las diferencias entre curvas de RBLB y ASETREK no son significativas (P>0.32, en ambos casos). 2.5.3.3. Fijación potencial de CO2. Nuestras estimaciones del CO2 acumulado en las distintas coberturas forestales evidencia una importante variación (F4,86 = 8.91, P < 0.001) que resulta de las diferencias encontradas en la cantidad de biomasa en cada hábitat. El bosque deciduo muestra medias no sobrepasan los 360 Mg/Ha, mientras que la media en las coberturas bosque secundario y ripario en RBLB sobrepasa los 750 Mg/Ha (Figura 27). Es importante señalar que nuestra estimación de la fijación de CO2 en el bosque secundario de ASETREK no difiere estadísticamente de la del bosque deciduo en esa propiedad o de la del bosque deciduo en RBLB, lo que es interpretado como evidencia de diferencias en la contribución de árboles dominantes en ASETREK. Para la cobertura bosque deciduo, la cantidad de CO2 almacenada en ASETREK es aproximadamente el 80 % de la registrada en RBLB. Siguiendo los criterios señalados en el Cuadro 25, el valor asignado para esta cobertura es el puntaje para el indicador Fijación de CO2 que sería de 4 pts. 192 En contraste, el bosque secundario de ASETREK acumula cerca del 58 % del fijado por la misma cobertura en el sitio de inundación en RBLB, por lo que se asigna un valor de 2 pts. El bosque ripario en RBLB muestra la mayor acumulación de CO2, pero no hay equivalente en ASETREK, por lo que recibe un valor de 0 pts. Por lo tanto, para el indicador fijación de dióxido de carbono, el puntaje final sería: (4+2+0) /3 = 2.0 pts. Figura 27. Fijación potencial de CO2 en distintas coberturas forestales encontradas en los sitios de estudio. 2.5.4. CONCLUSIONES. Para este componente se evidenció que los servicios de producción de agua y descomposición de materia orgánica son brindados de forma equivalente entre el sitio de inundación y de compensación, mientras que difieren en su capacidad de fijación de carbono. Esta última desigualdad parece resultar de las diferencias estructurales entre sitios, que en gran parte es mediada por las diferencias en tipos de cobertura forestales presentes. El total asignado para el componente servicios ecosistémicos es (3+2+2) = 7 pts. 193 2.6. Conclusiones Calidad de Hábitat. El Cuadro 26 resume el puntaje establecido para los componentes de calidad de hábitat, así como la incertidumbre de esos puntajes, basada en el error típico de los puntajes asignados a cada indicador. Según esos datos, el hábitat en el sitio de compensación equivale al 51.2% de la calidad del hábitat en el sitio potencial de inundación en la RBLB. La incertidumbre de esa estimación es 17.17 pts, por lo que el valor mínimo posible de calidad de hábitat esperado (VMP) es 34.02 pts. Es decir, basado en nuestro análisis de calidad de hábitat, la calidad mínima que tiene la potencial área de compensación en ASETREK es 34.02% de la del sitio afectado en RBLB. Basados en nuestros resultados, es posible compensar la pérdida en el sitio de inundación en la Reserva Biologica Lomas de Barbudal a partir del hábitat disponible en la propiedad de ASETREK, aunque como ya se mencionó, la calidad de este último ambierte es relativamente inferior. Siguiendo el procedimiento de Hábitat/Hectárea, para compensar la pérdida de 112.98 Ha de la referencia (RBLB) son requeridas entre 220.66 y 332.04 hectáreas de un hábitat como el encontrado en el sitio de estudio en ASETREK. Partiendo del principio que la ganancia en compensación debe superar las pérdidas, nuestra recomendación es que se contemple el límite superior de este estimado. 194 Cuadro 26. Puntaje establecido para los componentes de calidad de hábitat. 195 196 3.1. Componentes de Composición 3.1.1. DETERMINACIÓN DE COMPOSICIÓN DE COMUNIDADES Los siguientes componentes de composición de comunidades fueron contemplados: (1) Composición de Vegetación. Se caracterizó la vegetación de plantas vasculares, empleando diversidad, dominancia e identidad de las especies en cada tipo de hábitat existente en el sitio potencial de inundación y en el sitio potencial de compensación. Además, este componente contempla una evaluación del estado de conservación de las especies para las que existe información disponible. (2) Comunidades faunísticas vertebradas. Para cada clase de vertebrado (aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces) se determinó la composicióny los gremios de comunidades de especies en los sitios de estudio. Además, se compararon las comunidades esperadas entre el sitio potencial de inundación y en el sitio potencial de compensación. (3) Diversidad y composición insectos. La diversidad de insectos de sotobosque fue evaluada mediante muestreos pasivos. Además de determinó la composición de grupos focales de himenópteros y se comparó entre cada sitio de estudio. El cuadro 27 muestra los indicadores empleados en la determinación de cada uno de los componentes anteriores, así como el puntaje máximo asignado a ellos. 197 Cuadro 27. Componentes y pesos para el puntaje de Composición de Comunidades seguido en este estudio. 3.1.2. JUSTIFICACIÓN DE COMPONENTES Y SU PUNTAJE 3.1.2.1. Componente: Composición de vegetación. Dentro de la puntuación global de comunidades (Cuadro 27), este componente recibe un mayor peso porque: (1) plantas son los productores primarios sobre los que se basan las redes tróficas del ecosistema, y constituyen la estructura física de los hábitats en ellos. (2) Riqueza y diversidad de plantas es una medida del estado del hábitat. (3) Plantas son organismos sésiles, cuyos muestreos son sencillos, lo que conlleva a estimaciones con bajo error de muestreo. (4) El muestreo de vegetación permite cuantificaciones del nivel de dominancia de especies. Sitios dominados por una o pocas especies tienden a ser más pobres y mostrar menos relaciones ecológicas, mientras que aquellos con mayor diversidad de especies vegetales tienden a ser más complejos y ricos en otros grupos taxonómicos. (5) Permite identificar especies de interés en conservación, así como comparaciones cuantitativas estandarizadas entre sitios. 198 La zona a impactar corresponde a una Reserva Biológica, por lo que la protección de especies amenazadas debe tener más peso en la calidad de la compensación. La vegetación en bosques tropicales está integrada por especies leñosas (que contienen la lignina que constituye la madera) y especies herbáceas. Las especies leñosas son perennes y suelen tener crecimientos lentos. Dado que en ese grupo se incluyen los árboles maderables, este grupo tiende a tener mayores presiones de conservación por su utilidad como fuentes de madera. Por otra parte, las plantas herbáceas tienen ciclos de vida cortos y en el caso del bosque tropical seco, las hierbas tienden a emerger durante la época lluviosa y mueren durante la seca. Por esta razón, y considerando la corta duración de este estudio y que nuestros muestreos de vegetación fueron realizados a través de la época lluviosa y la seca, los análisis de indicadores de composición de especies fueron realizados de forma independiente en especies leñosas y en especies herbáceas. De esta manera, se logra corregir por posibles efectos de confusión en cuanto a las estimaciones de diversidad que deriven de grupos con diferentes ciclos de vida y que tienen diferentes valores en conservación. En el Cuadro 27, los indicadores de composición de especies leñosas tienen más peso que las herbáceas, precisamente porque muchas especies pertenecientes a este último grupo crecen solamente durante la época lluviosa, por lo que es más difícil corregir por efecto de muestreo en estudios de corta duración como el presente. Además, pocas de las especies herbáceas cuentan con información disponible de su estado de conservación. 3.1.2.2. Componente: Comunidades de fauna vertebrada. Diversidad de gremios se asocia con la complejidad de ambientes y su capacidad de mantenimiento. Mamíferos y aves actúan como dispersores de semillas, así como depredadores, y su diversidad y abundancia se relaciona con la diversidad del hábitat. La mayoría de anuros del bosque seco constituyen presas para otros vertebrados por lo que contribuyen en la transferencia de materia y energía entre ambientes acuáticos y terrestres. Además, su diversidad se asocia con la disponibilidad de recursos (acuáticos y terrestres) para el mantenimiento de ciclos de vida bifásicos. Diversidad biológica de lagartijas y serpientes en entornos terrestres provee un indicativo de la riqueza y abundancia de depredadores. Las comunidades de peces reflejan también la abundancia de depredadores, pero en los entornos acuáticos. 199 Los vertebrados son grupos relativamente conspicuos, algunas especies son fáciles de observar o muestrear, y son particularmente fáciles de identificar en el campo. Debido a estas ventajas logísticas y a su importancia en los ecosistemas no es sorprendente que estén entre los grupos más utilizados como indicadores para estudios de línea base. Sin embargo, a pesar de estas virtudes, muchas especies de vertebrados poseen alta vagilidad y movilidad, por lo que su aporte en escalas espaciales reducidas puede ser limitado. Por ejemplo, la observación de aves y murciélagos en sitios a pocos kilómetros de distancia compromete la independencia de las observaciones, pues es bien sabida la capacidad de desplazamiento que tienen individuos de estos grupos. Otro problema es que algunos grupos de vertebrados, como serpientes y mamíferos no roedores, tienden a ser difíciles de observar y registrar, lo que hace difíciles estimaciones efectivas de la diversidad de sus comunidades en estudios ecológicos rápidos. Para compensar por estas limitantes se emplean estimaciones de riqueza basadas en la curva de acumulación de especies por unidad de muestreo, pero no siempre se logra llegar a la región asintótica de la curva donde se alcanza la riqueza máxima posible esperada en una comunidad. Por otro lado, la evaluación de comunidades de vertebrados en distintos tipos de hábitat o en sitios diferentes suelen asumir que la calidad de hábitat para una especie (o un grupo de ellas) está positivamente relacionada con la densidad de dicha(s) especie(s). Sin embargo, se han descrito numerosos casos donde las calidades de hábitat para especies de fauna silvestre no están relacionadas positivamente con sus densidades (van Horne, 1983), lo que hace difícil la interpretación de los datos de vertebrados en el contexto de estudios de equivalencia ecológica. Por estas razones, el análisis de las comunidades de vertebrados representa el 20 % del análisis de la composición de comunidades en este estudio. 3.1.2.2. Componente: Diversidad de insectos. Diversidad de insectos en estratos del hábitat suelen relacionarse a la diversidad biológica del sotobosque y mantillo del bosque. Polinizadores, parasitoides y depredadores, especialmente dentro del Orden Hymenoptera son indicadores de complejidad de redes tróficas y del estado de salud del ecosistema. El orden Hymenoptera es uno de los grupos de insectos más diversos del planeta, comprendiendo grupos sociales y solitarios, así como gremios que desempeñan diversas funciones en el ecosistema al actuar además como constructores de infraestructuras y albergues para otras especies, parasitoides, cortadores de material vegetal, degradadores de madera, etc. (Gaston, Gauld & Hanson 1996). 200 En esa tremenda variación de especies, gremios y funciones, no es sorprendente que, como grupo, la diversidad de himenópteros haya sido señalada como un reflejo de la diversidad de otros grupos taxonómicos (Hanson, 2011). En ese contexto, numerosos grupos de científicos a nivel mundial están investigando el valor de distintos himenópteros, incluyendo avispas sociales, parasitoides y hormigas, como indicadores de biodiversidad en sistemas agrícolas y naturales y tratan de relacionar su presencia y diversidad con alguna cuantificación de la calidad del hábitat (Balestra et al 1992, Majer et al 1997; Andersen & Mueller 2000). Avispas sociales y solitarias presentan características excelentes como bioindicadores del estado de salud de ecosistemas. En Brasil, por ejemplo, especies de la familia Vespidae se han empleado comomonitores de cambios ambientales (Magahlanes et al. 2010, Restello y Penteado Dias-2006), mientras que otros grupos de avispas sociales son indicadores ecológicos de calidad del hábitat en los bosques de ribera, que desempeñan un papel preponderante en la conservación al actuar como corredores naturales y focos de humedad. Aunque la mayoría de especies de avispas y hormigas incluyen una fase dispersora durante su ciclo de vida, muchas de ellas poseen ámbitos de hogar determinados y fidelidad de sitios, lo que permite su empleo en evaluaciones a escalas espaciales reducidas, otra de las razones por las que algunos investigadores las consideran entre los mejores indicadores a nivel local. Grupos de avispas y abejas están considerados como verdaderos polinizadores, por lo que cumplen una fundamental función dentro el ecosistema, permitiendo así la reproducción de miles de especies de plantas que han coevolucionado mecanismos de fecundación paralelos a la evolución de estos grupos. Por estas razones, situaciones donde las perturbaciones ambientales son localizadas tienden a afectar no sólo la composición de la comunidad de himenópteros, sino que repercuten en otros ejes del ecosistema a nivel local, lo que resalta su valor como medidores del estado del ambiente (Magahlanes et al. 2010). A pesar de estas ventajas, el potencial de avispas y hormigas como bioindicadores suele dejarse a un lado para ser sustituido por grupos más carismáticos como mariposas o vertebrados, a pesar que estos grupos poseen mayor vagilidad y requieren de mayores esfuerzos de muestreo. 201 Incluso teniendo en cuenta la importancia de avispas sociales en las cadenas alimenticias en los ecosistemas naturales y agrícolas hay una carencia de estudios sobre su aplicabilidad para resaltar calidad del medio ambiente en las zonas tropicales (Rocha et al. 2003; Prezoto et al. 2006; Bichara et al. 2009). Una ventaja del trabajo con himenópteros (y otros insectos) es que pueden ser muestreados de manera pasiva empleando para ello trampas (ej. Malaise, Vernese). Otra gran ventaja es que los insectos suelen proveer importante información del entorno inmediato, y son organismos ideales a escalas espaciales cortas. Sin embargo, es importante señalar que la identificación de especies de insectos y otros artrópodos suele requerir de más tiempo y trabajo post-muestreo. Esta es la situación con nuestros esfuerzos con el componente comunidad de insectos, por lo que en este reporte presentamos un avance de los resultados encontrados hasta la fecha no la culminación del análisis realizado sobre este componente. 3.2. Composición de vegetación. 3.2.1. OBJETIVOS. Para este componente, se desea determinar cuáles especies de plantas vasculares se encuentran en los diferentes hábitats en el sitio potencial de inundación en RBLB y en el sitio potencial de compensación de ASETREK. Además, se desea determinar el estatus en conservación de las especies que actualmente existen en el área silvestre protegida, y la proporción de ellas que conviven en el potencial sitio de canje. 3.2.2. METODOLOGÍA 3.2.2.1. Muestreo para composición de vegetación Como se menciona en la sección 2.4.2.1., se empleó un diseño anidado de parcelas para muestrear composición de vegetación en las distintas coberturas forestales encontradas en los sitios de estudio (Figura 6). En parcelas de 20 X 20m se cuantificaron e identificaron todos los individuos con DAP > 5 cm, mientras que un cuadrante de 5 X 5m dentro de esa parcela se identificaron individuos con diámetros menores, incluyendo herbáceas. 202 Un total de 100 parcelas fueron establecidas, repartidas entre las coberturas forestales de cada sitio. El muestreo de vegetación se inició durante la época seca (Febrero-Mayo) pero transcurrió principalmente durante la época lluviosa (Junio- Octubre) por lo que la información generada intentó registrar los cambios en composición esperados estacionalmente. 3.2.2.2. Indicadores de composición de la vegetación a) Diversidad de especies. Para la cuantificación de diversidad se estimaron los siguientes índices: (i) S = riqueza esperada de especies, número de especies en un sitio determinado. (ii) D = Dominancia de especies. Se empleó el índice de Simpson, que calcula la fracción de la muestra que está representada por las especies más comunes. (iii) H = Diversidad de especies. Se empleó el índice de diversidad de (iv) Shannon, que toma en consideración tanto el número de especies como la igualdad de las frecuencias de especies. Estos índices fueron calculados para cada cobertura en cada sitio de estudio, a partir de la información combinada de sus parcelas. Como se empleó una afijación proporcional en el muestreo estratificado, el número de parcelas y –como consecuencia– el número de individuos muestreados en cada cobertura difiere. Por esta razón, se empleó rarefacción para establecer los valores esperados en cada uno de los índices y efectuar comparaciones válidas entre coberturas. Tanto la estimación de índices, como el procedimiento de rarefacción fueron implementados en el programa EcoSim® (http://www.garyentsminger.com/ecosim/index.htm). b) Similitud de comunidades de especies. Se utilizó el coeficiente de Jaccard, determinando el porcentaje de especies compartidas entre los sitios. 203 Donde a y b son el número total de especies en cada sitio, respectivamente; c es el número de especies compartidas en ambos sitios. c) Abundancia relativa (porcentaje): A partir de la identificación de los individuos en cada parcela, para cada especie de árbol se determinó la abundancia relativa: (Ab%) = (ni / N) *100 Donde ni = Número de individuos de cada especie i; N= Número total de individuos en el estrato. d) Estado de conservación de las especies encontradas. Para determinar el nivel de amenaza de especies arbóreas, se empleó la lista de especies forestales vedadas de Costa Rica (Quesada-Monge, 2004; 2008), la lista de especies de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies CITES (https://cites.org/), así como a la lista roja de especies florísticas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) (http://www.iucnredlist.org/search). Las categorías incluidas en este último catalogo son: a) peligro crítico, b) en peligro, c) vulnerable, d) casi amenazado, e) preocupación menor, f) datos insuficientes, g) no evaluado. La definición de estas categorías, así como los criterios de inclusión a ellas se describen en el sitio web citado. Para cada estrato (combinación de cobertura forestal por sitio de estudio) se estableció un índice de prioridad de conservación a partir de la composición de especies encontradas. Este índice requiere de dos parámetros fundamentales: el nivel de amenaza de las especies arbóreas encontradas en el estrato (wi) y la abundancia relativa de esa especie en el estrato (pi). Para cada sitio x, la prioridad de conservación f(x) equivale a: El nivel de amenaza para cada especie (wi) corresponde a su vez a la combinación lineal de los valores asignados para cada uno de los siguientes atributos: Ai + Bi + Ci, como se especifica en el cuadro 28. 204 Cuadro 28. Valores del nivel de amenaza por categoría de conservación. El índice de prioridad de conservación incluye sólo aquellas especies dentro del estrato cuya situación ha sido verificada previamente en las citas antes mencionadas. Esto es, considera especies que tienen presión sobre su uso (principalmente maderables); se trafican internacionalmente (estan en algún Apéndice CITES), y/o existe información sobre su estatus de conservación según la UICN (o el Decreto Ejecutivo No.25700-MINAE. Diario La Gaceta enero 16:9-10 (vol. 119, no. 11, Veda de 18 especies forestales). Este índice tendrá valores más altos en aquellos sitios o hábitats
Compartir