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Anuario de Psicologia 
1998, vol. 29, no 2,21-44 
O 1998, Facultat de Psicologia 
Universitat de Barcelona 
La psicología cognitiva: ensayo sobre 
un paradigma en transformación 
Manuel de Vega 
Universidad de La Laguna 
El presente ensayo explora el estado actual de la psicología cogni- 
tiva cuando nos aproximamos a un nuevo siglo. En primer lugar, analiza 
10s fundamentos del paradigma simbólico computacional, que reduce la 
mente a un sistema de procesamiento de la infomzación análogo a una 
ma'quina de Turing o a un ordenador. El paradigma S-C, sin embargo, 
tiene limitaciones importantes al tratar con la experiencia subjetiva (con- 
ciencia) y las caracten'sticas corpóreas del conocimiento (e.g., las emo- 
ciones). En segundo lugar, se describe el conexionismo como un nuevo 
paradigma emergente que, superando la metáfora del ordenador, se 
asienta firmemente en la metdfora del cerebro; ademús, aporta una nueva 
noción de computación como un procesamiento distribuido y paralelo. En 
tercer lugar, la principal contribución de las neurociencias es proporcio- 
nar nuevas medidas mcis precisas de la actividad cerebral durante las ta- 
reas cognitivas mediante técnicas de neuroimagen, ERP y el estudio de pa- 
cientes con daño cerebral. Las ventajas e inconvenientes del 
conexionismo y de las neurociencias se revisan a continuacibn. Final- 
mente, el articulo propone un retopara la siguiente centuria: el estudio de 
las representaciones de situaciones y episodios, que no puede reducirse al 
estudio de la organizaci6n de la crmemoria semúntica)). El desarrollo de 
este tema no sólo mejoraría nuestro entendimiento de cómo las personas 
codzjlcan las situaciones cotidianas, sino también podría tener conse- 
cuencias para el desarrollo de mhuinas inteliaentes. 
~dabras clave: simbólico" computacional, conexio- 
nismo, neurociencias, conciencia, emociones, modelos de situación, inte- 
ligencia artificial. 
This essay explores the current state of Cognitive Psychology ut the 
verge of a new century. First, it analyzes the foundations of the symbolic- 
computational paradigm (S-C), which reduces the mind to un infomzation 
Correspondencia: Departamento de Psicologia Cognitiva, Facultad de Psicologia, Universidad de La Laguna. Campus 
de Guajara. 38200 Santa Cruz de Tenerife. e-mail: mdevega@ull.es. 
22 M. de Vega 
processing system, like a Turing machine or a computer. The S-C para- 
digm, however, has serious shortcomings in dealing with subjective expe- 
rience (consciousness) and embodied features of cognition (e.g., emo- 
tions). Secondly, connectionism is described as a new emergent paradigm 
which overcomes the computer metaphor and strongly relies on the brain 
metaphor; in addition, it involves a new notion of computation as a paral- 
lel distributed processes. Thirdly, the main contribution of neuroscience is 
the new and more accurate measures of brain activity during cognitive 
tasks by rneans of neuroimaging, ERP techniques, and brain damage case 
studies. The advantages and shortcomings of connectionism and neuro- 
science are briejly considered. Finally, the paperproposes a challenge for 
the next century: the study of situation and episodic representation, which 
cannot be reduced to ccsemantic memoryw organization. The development 
of this subject not only would improvpe our comprehension of how people 
encode and update everyday situations, but also would have technological 
consequences for developing intelligent machines. 
Key words: Symbolic-computational paradigm, connectionism, 
neurosciences, consciousness, emotiojns, situation models, artificial intel- 
ligence. 
Hace unos 30 años se estrenó una ~pelicula titulada 2001: Una odisea en el 
espacio, sobre un guión de Arthur Clarkt: y dirigida por Stanley Kubrick. Se tra- 
taba de una fantasia de ciencia ficción, pero era una fantasia razonable, pues el 
guionista y el director se preocuparon dt: documentarse entre 10s expertos de su 
época acerca de la tecnologia que cabria esperar en el año 2001. En la pelicula 
aparecia un personaje llamado HAL que era ni rnás ni menos que un ordenador 
avanzado con capacidades cognitivas prácticamente iguales a las humanas. El 
maravilloso HAL era capaz de un uso toltalmente referencial del lenguaje (v.g., 
podia comentar las noticias de la televi~~ión con 10s astronautas), jugaba al aje- 
drez, tenia metas e intenciones propias (de hecho intenciones malévolas), tenia 
autoconciencia y emociones y hasta era capaz de c<leer>> las palabras en 10s la- 
bios. Curiosamente, en la ficción de la pelicula, HAL <<habia sido construido>> en 
1997 de modo que es interesante comprobar hasta qué punto se han cumplido las 
predicciones en tecnologia computacional. De hecho, hace unos meses ha sido 
publicado un libro exactamente con esta intención (Stork, 1997). Un grupo de 
expertos entre 10s que se encuentran algunos conocidos cientificos cognitivos 
como Minsky, Dennett, Schank, Wilkins, etc., participaron en este libl'o para re- 
flexionar sobre el estado actual de la Inteligencia Artificial (IA). El reSultado de 
este análisis es algo decepcionante: dispionemos de programas que juegan muy 
bien al ajedrez, pero las demás capacidades cognitivas de HAL, que 10 hacian tan 
<<humana>> en la pelicula, nos parecen hoy tan lejanas de nuestras posibilidades 
tecnológicas como parecian estar10 en 10s años 60. Incluso más lejanas, ya que 
en 10s años 60 10s expertos consultadori por Clarke y Kubrick eran probable- 
mente mucho más optimistas sobre las posibilidades inmediatas de construir un 
ordenador con capacidades humanas que 10s expertos actuales. 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transformación 23 
En esa misma época, en 10s años 60, el clima intelectual que reinaba en la 
naciente psicologia cognitiva estaba próximo al optimismo tecnológico de 10s 
técnicos de IA. El desarrollo de 10s ordenadores digitales, la nueva lingüística ge- 
nerativa y la crisis profunda del conductismo, entre otros factores, habian propi- 
ciado la irrupción de un prometedor paradigma cognitivo; y el optimismo era pa- 
tente. Surgió un programa de investigación especifico para la psicologia 
cognitiva: 10s temas clásicos de la memoria, la percepción o la resolución de pro- 
blemas recibian el impulso de ideas y métodos nuevos; por otra parte, algunos te- 
mas hasta entonces prácticamente olvidados se mostraban como territorios nue- 
vos y excitantes al alcance de la indagación científica: la atención, las imágenes 
mentales, el razonamiento, 10s procesos del lenguaje, etc. Además, habia un pro- 
grama cognitivo c<máximo>>: el desarrollo de una ciencia cognitiva general que 
englobaria tanto 10s procesos computacionales en 10s sistemas biológicos (v.g., 
el cerebro) como en 10s sistemas artificiales (10s ordenadores). Las funciones 
cognitivas de la mente humana y las funciones computacionales de 10s ordena- 
dores no serían substancialmente diferentes, según este análisis, sino que ambas 
podrían explicarse desarrollando una única teoria universal del cómputo. Este 
programa máximo de la ciencia cognitiva es el que hacia que el HAL de 2001 
fuese algo más que una fantasia de escritores y cineastas; era -en todo caso- una 
fantasia de científicos cognitivos. 
Tres décadas después jcuál es la situación de la psicologia cognitiva? Sin 
duda aquel empuje inicial mantuvo su continuidad en el tiempo. La segunda mi- 
tad del siglo XX ha estado marcada por un dominio en psicologia de 10s plantea- 
mientos cognitivistas. La buena salud de la psicologia cognitiva se aprecia en 
multitud de indices externos. Las publicaciones más prestigiosas de la psicolo- 
gia, como la revista Psychological Review o las Journal of Experimental Psy- 
chology incluyen frecuentemente artículos de carácter cognitivo. Existen mu- 
chas revistas especializadas en las que las etiquetas <<cognitivo>> o c<cogniciÓn>> 
aparecen en la portada. Otras publicaciones especializadas, aun cuando no in- 
cluyan estas etiquetas, se refierenclaramente a procesos cognitivos tales como la 
atención, la memoria, el lenguaje, la percepción, el razonamiento, etc. Proliferan 
10s congresos y sociedades internacionales sobre procesos cognitivos que perió- 
dicamente editan libros y revistas. Las universidades y centros de investigación 
mis importantes del mundo disponen de departamentos y laboratorios de psico- 
logia o de ciencias cognitivas. Finalmente, incluso las investigaciones realizadas 
en las demás disciplinas psicológicas como la psicologia clínica, la psicologia 
social, la psicologia evolutiva, la psicologia educativa o las neurociencias tienen 
frecuentemente un planteamiento <<cognitivo>>. 
jQué hay detrás de este aparente dominio del cognitivismo? ¿Se trata de 
una simple moda pasajera o, por el contrario, la psicologia es y ser6 necesaria- 
mente cognitiva? Conviene aclarar previamente qué entendemos por psicologia 
cognitiva. Una posibilidad es identificar la psicologia cognitiva (y en general las 
ciencias cognitivas) con un determinado <<paradigma>> cientifico: aquél que sur- 
gió a finales de la década de 1950 gracias a algunos pioneros anglosajones como 
Donald Broadbent, George Miller o Noam Chomsky, y que se consolidó en las 
décadas siguientes. Esta visión restrictiva implica que la psicologia cognitiva 
24 M. de Vega 
asume un conjunt0 de prescripciones teóricas y metodológicas particulares que 
caracterizan a 10 que se ha denominada el <<paradigma simbólico-computacio- 
rial>>. Otra posibilidad, sin embargo, es ampliar la noción de psicologia cognitiva 
a cualquier análisis de 10s procesos o funciones mentales, cualesquiera que sean 
las herramientas teóricas o metodológicas utilizadas. En este sentido amplio, la 
psicologia cognitiva abarca movimientos y escuelas diversas, no necesariamente 
anglosajones. Asi, por ejemplo, la psicologia genética de Jean Piaget, el enfoque 
socio-histórico de Lev Vygotski o 10s estudios factoriales de la inteligencia pue- 
den considerarse con todo rigor como análisis cognitivos. Más aún, el cogniti- 
vismo es incluso anterior a la psicologia científica, pues algunos filósofos clási- 
cos se habian interesado vivarnente por las funciones mentales. Mencionemos, 
por ejemplo, la temática cognitiva de Las categorías de Aristóteles, La crítica de 
la razón pura de Kant, o La investigación sobre el conocimiento humano de 
Hume. Por otra parte, una noción amplia de la psicologia cognitiva incorporar6 
también cualquier nuevo enfoque o paradigma que pueda desarrollarse en el fu- 
turo con la condición de que estudie 10s procesos o funciones mentales. 
Si asumimos la noción restringida de la psicologia cognitiva es fácil prever 
que el paradigma <<simbÓlico computacional>> o del <<procesarniento de informa- 
ciÓn>> podría tratarse de un producto académico perecedero y tendría un final his- 
tórico tarde o temprano. De hecho, hay ya síntomas inequivocos de que el para- 
digma cognitivo clásico viene arrastrando una crisis en 10s últimos aiios, como 
veremos en estas páginas, y cabe la posibilidad de que esta crisis sea profunda y 
definitiva. Sin embargo, tal como sugirió Kuhn, un paradigma no se extingue re- 
almente a no ser que surja un paradigma alternativo nuevo o <<revolucionaria>> que 
10 reemplace. Contemplando la psicologia cognitiva de finales de siglo, se obser- 
van algunas novedades que quizá se puedan calificar de nuevos paradigmas. En 
primer lugar, el conexionismo desarrollado en la Última década, nació con una 
cierta vocación revolucionaria, atacando dialécticamente al viejo enfoque simbó- 
lico-computacional. En segundo lugar, las neurociencias que intentan reformular 
la investigación de 10s procesos cognitivos buscando sus correlatos neuronales, y 
que han cobrado un gran impulso gracias a 10s nuevos métodos desarrollados re- 
cientemente. Es pronto para saber si el conexionismo o las neurociencias van a 
substituir a la psicologia cognitiva clásica, o son desarrollos complementarios y 
compatibles con ella. Aunque 10 primer0 fuese cierto, la eventual extinción del 
paradigma simbólico-computacional no significaria que éste haya sido una 
<<moda pasajerasy que debamos pasar la página sin más. Algunos de 10s logros 
del paradigma simbólico-computacionali persistirán en 10s paradigmas emergen- 
tes que quizá dominen el siglo XXI. Los principales temas y problemas de inves- 
tigación, algunos de 10s métodos empíricos y formales desarrollados, y el opti- 
mismo epistemológico acerca de la posibilidad del estudio científic0 de 10s 
procesos mentales son aportaciones extraordinarias, con un valor acumulativo, 
que debemos a aquellos pioneros del procesamiento de información. 
Si asumimos una noción amplia de psicologia cognitiva, por otra parte, el 
futuro es sumamente prometedor para el cognitivismo. El estudio de las funcio- 
nes de la memoria, la atención, el lenguaje o la conciencia, por poner algunos 
ejemplos, serán temas centrales de la ciencia, independientemente del para- 
La psicologia cagnitiva: ensayo sobre un paradigma en transfonnaci6n 25 
digma dominante. Este tipo de cuestiones tienen interés intrínsec0 y no son sim- 
ples puules académicos del momento. Del mismo modo que el origen del uni- 
verso, la estructura de la materia, o el genoma humano no pueden considerarse 
modas pasajeras, sino temas básicos de la investigación científica. 
En estas páginas revisaré brevemente 10s problemas y aportaciones de 10s 
paradigmas cognitivos, el clásico y 10s nuevos. También haré una valoración del 
estado actual de 10s temas de investigación, destacando tanto aquellos en 10s que 
se ha progresado más como 10s que apenas han avanzado. 
El paradigma simb6lico~computacional (S-C) 
En 1950 el matemiitico Alan Turing describió una máquina ideal capaz de 
realizar operaciones muy simples sobre símbolos discretos, tales como imprimir, 
borrar o leer un símbolo, adelantar un espacio, etc. Esta máquina formal tendría 
un poder de cómputo prácticamente ilimitado de modo que, tal como sugirió Tu- 
ring, podría incluso imitar el comportamiento humano inteligente (v.g., hablar y 
responder a preguntas) hasta el punto de <<engañar>> a un observador que s610 tu- 
viese acceso a sus respuestas. La creación de 10s ordenadores digitales, a la cual 
contribuyó el propio Turing, hizo que la noción de cómputo universal pasara de 
ser la simple ilustración de una abstracción matemática a ser una realidad tecno- 
lógica. Los ordenadores no son máquinas de Turing pero son funcionalmente 
equivalentes: pueden resolver cualquier problema computacional a condición de 
que se sea capaz de reducirlo a un conjunt0 finito de operaciones o instrucciones. 
Un paso más 10 dieron 10s psicólogos: no s610 10s ordenadores son equivalentes 
a la máquina universal de Turing sino tarnbién el cerebro. Surgió así el para- 
digma simbólico-computacional como una extensión natural de las tecnologías 
computacionales, Asi, Fodor, Minsky, Simon o Pylyshyn han defendido explíci- 
tamente la idea de que 10 que llamamos <<menten o <<funciones mentales>> se re- 
duce a la aplicación de cómputos a representaciones simbólicas. 
El paradigma simbólico-computacional (S-C) había nacido y las posibilida- 
des que se abrían a la nueva psicologia cognitiva eran fascinantes. Por primera vez 
10s procesos mentales podrían estudiarse con un nivel de explicación mecanicista: el 
del procesamiento de información. Los símbolos, las reglas sintácticas y 10s cóm- 
putos que subyacen a 10s procesos mentales son entidades perfectamente mensura- 
bles, al igual que las nociones homólogas que manejaban 10s técnicos en ordenado- 
res. Pero la psicologia cognitiva tuvo que pagar un precio: debía asumir una serie de 
restricciones propias de la noción de cómputo implícita en la tecnologia computa- 
cional (y por ende en la propia máquina de Turing). Veamos algunas de ellas. 
El lenguaje de Ep mente 
La materia prima del procesamiento de información son las representa- 
ciones mentales en forma de expresiones simbólicas enel lenguaje de la mente 
26 M. do Vega 
o mentalés, tal como 10 denominó Jerrjr Fodor. El mentalés es un lenguaje uni- 
versal (no corresponde a ningun idioma particular) y amodal (válido para re- 
presentar información verbal, visoespacial o de cualquier otro origen). Las me- 
jores versiones del mentalés se desarrollaron empleando el formalismo lógico 
de las proposiciones. Las proposiciones,, en efecto, constituyen un formato ideal 
para el paradigma S-C, pues son expresiones formales, compuestas de símbolos 
discretos (un vocabulario), sujetos a unas reglas de composición (una sintaxis). 
El atractivo psicológico de las proposiciones era evidente: representan el signi- 
ficado abstracto y no las características superficiales de la información, pueden 
representar cualquier modalidad de información, tienen una estructura interna 
que permite reflejar la organización de la memoria, son <<computables>> y por 
tanto se pueden construir programas de simulación que operan con ellas, etc. El 
lenguaje proposicional se complementó con formalismos <<procedimentales>> 
que reducían 10s cómputos cognitivos a conjuntos de reglas <<si ... entonces>>. 
Mediante estas reglas o <<sistemas de producciÓn>> era posible imitar algunas ca- 
pacidades humanas de resolución de problemas, por ejemplo, se pudo construir 
programas de ordenador capaces de jugar al ajedrez o de resolver problemas 
criptoaritméticos. 
Sin embargo, casi inmediatamente surgieron problemas: nuestra intuición, 
pero también 10s datos experimentales, nos sugieren que algunas representacio- 
nes tienen un carácter analógico, es decir que son imágenes mentales. Podemos 
recordar o imaginarnos 10s lugares y trayectos de nuestra ciudad, e incluso hacer 
epaseos mentales,, para planificar nuestra ruta; podemos <<girar>> mentalmente 
un mueble sin necesidad de moverlo físicamente, con 10 cual ahorramos tiempo 
y energías; o bien podemos resolver de forma creativa problemas que requieren 
la simulación mental de estructuras visoespaciales dinámicas. Todo el10 se nos 
antoja una forma de representación continua y espacial algo diferente de un 
cómputo sintáctico sobre símbolos discretos y abstractos. No tiene nada de ex- 
traño que 10s defensores más radicales del núcleo duro del paradigma simbólico- 
computacional hayan sido muy críticos con la noción de imagen mental, por su 
carácter amenazador para la ortodoxia. 
La metc5fora del ordenador 
La psicologia cognitiva nació, tal como hemos visto, con el desarrollo de 
10s ordenadores y éstos han continuado siendo una guia teórica para 10s investi- 
gadores. La denominada c<metáfora del ordenador,, ha sido un heurístic0 de in- 
vestigación fructífer~, inspirando 10s temas e hipótesis, ofreciendo un vocabula- 
rio teórico para interpretar 10s datos, y sirviendo como herramienta formal en la 
simulación de modelos. Con todo 10 positivo que esto es, conviene reflexionar 
acerca de una consecuencia de la metáfora del ordenador bastante obvia: Lafun- 
damentación del paradigma S-C es tecnológica, no naturalista. 
La situación es un tanto extraña para una ciencia como la psicologia que 
se supone <<natural>>. Es como si 10s biólogos investigasen la célula inspirándose 
en las características del motor de explosión (10s dos transforman energia) y 01- 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transfonnaci6n 27 
vidándose de indagar sus múltiples funciones fisiológicas en el organisme vivo. 
Los ordenadores digitales son artefactes culturales de reciente invención, mien- 
tras que el cerebro y sus funciones cognitivas son el fruto de la evolución filoge- 
nética en nuestros antepasados homínidos. Por tanto, la arquitectura funcional de 
la cognición y las funciones cognitivas básicas no hay que entenderlas como pro- 
gramas de ordenador arbitrarios, sino como adaptaciones destinadas a resolver 
tipos de problemas propios de nuestro entorno ecológico e interpersonal. 
La desnaturalización de la psicologia cognitiva ha sido patente durante 
&os. La metáfora del ordenador y 10s planteamientos logicistas han inspirado 
las teorías psicológicas con frecuencia, como si la mente fuese un programa de 
ordenador arbitrario. Incluso asumiendo esta metáfora, cabe preguntarse ¿para 
qué sirve ese programa o programas de ordenador?, ¿con qué funciones ha sido 
cdiseñados? James Gibson, un psicólogo no cognitivo de la percepción, fue el 
primer0 en plantearse una cuestión fundamental: ¿Para qué sirve la percepción 
visual? Su respuesta: la visión constituye un canal para recoger las <<invarianzas>> 
informativas del medio que subyacen al cambiante flujo sensorial en nuestros re- 
ceptores. Por ejemplo, vemos <<substancias>>, <<superficies>> y <<sucesos>> que tie- 
nen un valor adaptativo para nosotros (aJS"0rdance). Compárese esta preocupa- 
ción por conectar la visión con el mundo, con el análisis clásico de la visión 
como una suma de sensaciones elementales de colores, formas, tonos, bordes, 
movimientos, etc. 
Afortunadamente, ha habido dentro del propio paradigma cognitivo in- 
tentos de restablecer el anclaje naturalista de las funciones cognitivas. David 
Marr, otro psicólogo de la visión pero esta vez enclavado dentro del paradigma 
S-C, realizó un planteamiento conciliador: hay varios niveles de análisis en la 
ciencia cognitiva y todos son legítimos. Uno de ellos es estrictamente formal o 
algorítmico, en el que se puede seguir utilizando el vocabulario y conceptuali- 
zación S-C (representaciones, símbolos, reglas, etc.); otro es el nivel de hard- 
ware propio de la neurociencia que trata de determinar el substrat0 neurológico 
de 10s algoritmos; finalmente, hay un nivel computacional (aunque el término es 
confuso y mejor sería decir <cecolÓgico>> o, como 10 denomina John R. Ander- 
son, <<racional>>) que corresponde a la descripción abstracta de las funciones del 
algoritmo respecto al entomo; en otras palabras su valor adaptativo. 
Intentar desarrollar una teoria <<computacional>> o <<adaptativa>> de cada 
función básica puede ser un ejercicio extremadamente útil para no avanzar a cie- 
gas, evitando líneas e hipótesis de investigación baldías. Así, por ejemplo, segu- 
ramente ser6 más fructifero tratar de entender el razonamiento humano pregun- 
tándose cómo y para qué razona la gente en situaciones pragmáticas en lugar de 
la cuestión logicista de si el razonamiento con silogismos formales se ajusta o no 
a una competencia lógica. También parece mis realista preguntarse para qué se 
usa la memoria en la vida real que basar nuestras teorías en estudios de aprendi- 
zaje de listas de palabras como se hizo inicialmente. Lo cierto es que la memo- 
ria se utiliza para recordar material verbal mucho más complejo que las listas 
verbales, por ejemplo, textos o conversaciones, pero también se usa de forma 
prospectiva para recordar planes e intenciones, y es la base del aprendizaje de 
destrezas que no son verbales en absoluto. Además, tal como sabemos hoy en dia 
28 M. de Vega 
la memoria no es necesariamente explicita o consciente. Por último, no s610 hay 
que valorar 10s módulos de procesamiento del lenguaje que realizan cómputos 
necesarios, sino que también habrá que explicar el uso del lenguaje en contextos 
pragmáticos y conversacionales para valorar, por ejemplo, funciones esenciales 
de la comunicación como la deixis (algunos elementos del discurso como 10s 
pronombres s610 adquieren significado e:n el contexto), las reglas implícitas de la 
comunicación entre interlocutores (v.g., la valoración del conocimiento compar- 
tido y no compartida), etc. 
No estarnos planteando una mera revisión metodológica, y mucho menos 
una substitución de 10s métodos experimentales por otros observacionales o her- 
menéuticos. Se trata más bien de un cambio de perspectiva teórica: deben selec- 
cionarse tareas relevantes y representativas, parametrizarlas adecuadamente, y 
generar paradigmas experimentales bien controlados adecuados a 10s fenómenos 
seleccionados. 
El misticisme computacionalLa vertiente filosófica del paradigma S-C pretende haber resuelto de una 
vez por todas el problema del dualismo cartesiano. La mente humana, al igual 
que 10s ordenadores, tiene un componente fisico o hardware y un componente 
funcional o software. Pero la naturaleza física del hardware es irrelevante para 
comprender 10s procesos de cómputo. Asi, para entender la naturaleza computa- 
cional de una tarea que realiza un ordenador podemos desentendernos de la or- 
ganización material del sistema y estudiar Únicamente la descripción del pro- 
grama en términos de instrucciones, rutinas, etc. Es mis, podríamos construir 
fisicamente una máquina de Túring -que es bastante diferente de un ordenador 
digital- que ejecutase el mismo programa; o bien podríamos manipular un gran 
número de latas de cerveza cuya posición, de pie o tumbadas, representase 10s 
estados binarios 1 y O respectivamente; y el ordenador de latas también podría 
ejecutar el mismo programa. El cerebro sería otro sistema de cómputo cuyas pe- 
culiaridades biológicas no tendrían demasiada importancia; s610 el programa o 
10s programas que ejecuta el cerebro serían dignos de interés. Este plantea- 
miento funcionalista permitió un avance considerable de la psicologia cognitiva, 
ya que el análisis de la <<arquitectura funcional>> del sistema no tuvo que esperar 
a desentrañar la <<arquitectura cerebral>). Se podia tratar de desvelar cómo fun- 
ciona la memoria a corto plazo, por ejemplo, sin preocuparse de la circuitería ce- 
rebral responsable de ella. 
Una consecuencia inesperada de esta filosofia funcionalista fue la pro- 
mesa de una c<inmortalidad>> tecnológica: podría transferirse el contenido de 
nuestra memoria (abases de datos>> y <<programas>>) al disco duro de un ordena- 
dor (o su equivalente tecnológico del futuro) con 10 cual nuestra identidad conti- 
num'a indefinidamente en su nueva residencia artificial. Podríamos crear asi <<hi- 
jos mentales>>, tal como propone Mamin Minsky, que trascenderían a nuestra 
existencia biológica. Esta fantasia, por peregrina que pudiera parecer, es una po- 
sibilidad teóriea que se deriva rigurosamente de las prernisas de computación 
La psicología cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transformacidn 29 
simbólica y de equivalencia funcional de 10s sistemas de cómputo. Si la mente 
no es mis que un programa informático entonces podrá transferirse a un ordena- 
dor o a un robot. 
Sin embargo, me inclino a pensar que este sueño -o pesadilla- emparen- 
tado con el mito de Prometeo o el de Frankestein, sea fruto más bien de nuestra 
ignorancia (o de la ignorancia de quienes 10 han planteado). Bastaria con poner 
en duda alguno de 10s dogmas en que se basa para que el misticismo tecnológico 
fuese inviable. En primer lugar, no está claro que nuestros procesos mentales se 
reduzcan, después de todo, a meros programas de cómputo aplicados a símbolos 
discretos. Hay aspectos de nuestros procesos mentales que exceden esta visión 
restringida. Ya hemos mencionado que algunos datos sugieren la existencia de 
representaciones analógicas pero, además, habría que mencionar el papel de las 
emociones en 10s procesos cognitivos, o el gran enigma de la naturaleza y fun- 
ciones de la conciencia; nada de esto parece tener cabida en el marco dogmático 
del paradigma S-C. En segundo lugar, la estructura y organización de la base ma- 
terial del sistema podria tener un impacto enorme sobre la naturaleza de 10s cóm- 
putos. El cerebro es un sistema biológico basado en un conjunt0 inmenso de pro- 
cesadores interconectados (las neuronas) que funcionan en paralelo y que se 
comunican bioquímicamente, mediante una serie de neurotrasmisores; el orde- 
nador, por el contrario, es un sistema electrónico incomparablemente más senci- 
110 que el cerebro que realiza cómputos de forma serial utilizando, generalmente, 
un Único microprocesador. Sin entrar en el papel modulador de 10s neurotrasmi- 
sores en la cognición, la estructura de procesamiento en paralelo del cerebro 
marca, sin duda, diferencias funcionales en relación a 10s ordenadores digitales 
que ejecutan secuencialmente un programa de software. Pretender que las fun- 
ciones de un procesador paralelo y uno serial son las mismas es como asegurar 
que 10s procesos digestivos son 10 mismo en una bacteria y en una vaca, por el 
hecho de que ambas tienen funciones digestivas. Los nuevos avances en el cone- 
xionismo y la emergencia de ordenadores con múltiples procesadores en para- 
lelo, nos están mostrando cómo estas nuevas arquitecturas de cómputo son fun- 
cionalmente muy diferentes de las de 10s ordenadores convencionales. Por 
último, el ordenador es un procesador de información precodificada. Opera a 
partir de series de símbolos suministrados por un operador humano; pero es una 
máquina esencialmente <<solipsista>> que no codifica o sintetiza información di- 
rectamente a partir del entorno, ni actúa sobre éste. Por el contrario, el cerebro 
está <<corporeizado>>, puede sintetizar información por sí mismo, a partir de un 
entomo ecológico e interpersonal no simbólico y, además, gobierna la acción de 
nuestro cuerpo sobre dicho entorno. Estas diferencias parecen demasiado subs- 
tanciales como para hacer viable por el momento la promesa de la inmortalidad 
tecnológica o, si se prefiere, del <<enlatado>> cognitivo. 
Las prohibiciones 
Una característica de 10s paradigmas cientificos es que no s610 propician 
la génesis de hipótesis en ciertos temas de investigación, sino que tarnbién prohi- 
30 M. de Vega 
ben ciertas hipótesis ylo temas de investigación. Asi, el conductismo negaba el 
interés cientifico e incluso, en ocasiones, la existencia de 10s procesos mentales. 
Las restricciones epistemológicas de este tipo también existen en el paradigma 
S-C. En algunos casos aparecen como una prohibición más o menos explícita, en 
otros son <colvidos>> persistentes o trivializaciones de ciertos fenómenos. 
El paradigma S-C tiene una preferencia por 10s asistemas modulares>> de 
procesamiento. La situación ideal para el paradigma seria que la naturaleza hu- 
biese estructurado las funciones cognitjvas en <<mÓdulos>> u Órganos mentales 
bien separados, que realizasen funciones especializadas e independientes unos 
de otros. Esta arquitectura funcional modular es precisamente la que se propone 
para la percepción visual o el lenguaje. Asi, en el caso de la comprensión del len- 
guaje existiria un módulo <<fonolÓgico>> encargado del análisis y representación 
de 10s fonemas del habla (en el caso de la lectura seria un módulo ortográfíco-fo- 
nológico), un módulo <<lCxico>> seria responsable del reconocimiento de las pala- 
bras, un módulo <<semántico>> activaria 10s significados de las palabras y un mó- 
dulo <<sintáctico>> construiría una representación formal de las frases. Estos 
módulos se asegura que operan secuencialmente <<de abajo arriba>> y están <<en- 
capsulades>>, de modo que cada uno de ellos realiza la tarea asignada sin tener en 
cuenta 10 que hacen 10s módulos superiores. La psicolingüistica ha tenido un 
gran éxito en su investigación del lenguaje a partir de esta concepción modular, 
pero hay que reconocer que, en la compirensión del lenguaje, el aparataje modu- 
lar no lo es todo; tarde o temprano 10s módulos tienen que comunicarse con lo 
que Fodor llama 10s <<sistemas centrales>> de procesamiento, responsables de la 
construcción del significado del discurso. Pero estos sistemas centrales ya no 
son modulares, no están especializadolj en ninguna operación computacional 
concreta sino que son enormemente flexibles, globales y multifuncionales. Los 
sistemas centrales hacen un uso activo de nuestro conocimiento general del 
mundo, de nuestros recuerdos episódicos y biográñcos, de nuestras destrezas fí- 
sicas y mentales, de nuestros estados emocionales y afectives, de nuestras metas 
e intenciones fugaces, etc. Además 10s sistemas centrales intervienen en la com- 
prensión y producción del lenguaje, en la comprensión de situaciones,en el pen- 
samiento y en la resolución de problemas, en la planificación y en la toma de de- 
cisiones, etc. La plácida y ordenada concepción modular y mecanicista no es 
aplicable a 10s sistemas centrales. La consecuencia es un pesimismo epistemoló- 
gico: no es conveniente perder el tiempo estudiando algo que no entendemos, 
como por ejemplo el razonamiento o la. resolución de problemas. Fodor 10 ex- 
presa así: 
Cuanto más global (e.g., mis isotrópico) es un proceso cognitivo, menos 10 en- 
tiende nadie. Los procesos muy globales, como el razonamiento analógico, no se 
entienden en absolut0 (Fodor, 1983, lp. 107). 
O también la siguiente cita en la que, de paso, se observa el pesimismo de 
Fodor sobre la inteligencia artificial: 
Pienso que, desde luego, el razonamiento y la resolución de problemas son activi- 
dades computacionales, ya que la mente es, en cierto sentido, una computadora o, 
La psicologfa cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transformaci6n 31 
si se quiere, una máquina de lenguaje del pensarniento. Pero me parece que no te- 
nemos ni una pista acerca de cómo funciona a este respecto. Es un profundo mis- 
terio y, hasta que no 10 resolvamos, no vamos a tener máquinas inteligentes. Po- 
dremos tener máquinas perceptivas, máquinas que analicen oraciones o que 
puedan recuperar la forma visual de un objeto, pero no creo que vayamos a tener 
máquinas que piensen. La razón por la que no 10 creo es que, para abordar el pro- 
blema, no van a valer estrategias fragmentarias por las que se enfoque de una ma- 
nera mirs local de como aparenta; la razón es que hay algo que no entendemos. (en 
Garcia-Albea, 1991, p. 39). 
Zenon Pylyshyn, por su parte, utiliza de un modo un tanto particular la na- 
vaja de Occan en psicologia cognitiva: si una función cognitiva es <<penetrable>> 
a nuestro conocimiento del mundo, entonces no pertenece a la arquitectura fun- 
cional básica, Es decir, que si una determinada función cognitiva se ve influida 
por nuestras creencias, emociones, metas e intenciones, entonces hay que recha- 
zarla como una entidad primitiva o teóricamente relevante. Cerremos 10s ojos 
por un momento e imaginemos una hoja de un árbol y una bola de plomo ca- 
yendo al suelo desde la misma altura. Es evidente en nuestra imagen mental que 
la bola se <<desplaza>> más deprisa siguiendo una trayectoria vertical y rectilínea, 
rnientras que la hoja <<planes>> en zigzag. Dicho de otro modo, nuestra imagen 
mental es penetrable a nuestro conocimiento intuitivo sobre el comportamiento 
fisico de 10s objetos. Por tanto, nos dir6 Pylyshyn, las imágenes mentales no son 
una buena noción para nuestras teorías cognitivas: no son modulares sino que se 
ven determinadas por 10s sistemas centrales de procesarniento. 
Fodor y Pylyshyn son coherentes con las restricciones del paradigma S-C 
y las llevan hasta las últimas consecuencias. Pero no olvidemos que la prohibición 
o aplazamiento sine die de algunos temas de estudio es un indicio de la incapaci- 
dad del paradigma, no una demostración de que carezcan de interés científico. 
A las dificultades del paradigma S-C para entender 10s procesos no-mo- 
dulares hay que añadir sus dificultades para tratar 10s aspectos <<calientes>> y cua- 
litativos de la cognición. En particular iqué hacer con las emociones y con la 
conciencia? 
Un modo tipico de enfrentarse a las emociones dentro del paradigma S-C 
es considerar que son irrelevantes para la cognición. Una teoria cognitiva sim- 
plemente debe tratar de 10s procesos computacionales y las emociones no son 
computables (aunque no todos estm'an de acuerdo con esta afirmación). En 
cualquier caso, las emociones constituyen una especie de <<mido>> que distor- 
siona o interfiere con 10s procesos cognitivos. Esta idea coincide, además, con 
algunas tradiciones educativas intelectualistas en la sociedad occidental: <<para 
pensar mejor hay que mantener la cabeza fría>> y <<cuando las emociones irrum- 
pen hay que controlarlas>>. Sin embargo, de nuevo la realidad no tiene por qué 
coincidir ni con nuestras preferencias educativas, ni con nuestras restricciones 
paradigmáticas. Algunos investigadores han mostrado de modo fehaciente que 
las emociones no s610 no son vecinos indeseables de nuestros procesos cogniti- 
vos, sino que son componentes necesarios de la cognición. Por ejemplo, Anto- 
nio Damasio (1994) estudi6 minuciosamente a pacientes con lesiones cerebra- 
les prefrontales que son incapaces de sentir las emociones habituales en 
32 M. de Vega 
contextos sociales. Estos pacientes tienen, por 10 demás, todas sus capacidades 
cognitivas intactas de modo que son un buen ejemplo de procesadores de <<ca- 
beza fría>>, simples manipuladores racionales de simbolos sin las distorsiones 
de las emociones. El resultado de esta liberación de las emociones es, sin em- 
bargo, catastrófico para estas personas que se muestran incapaces de dirigir sus 
vidas y tomar decisiones en las situaciones cotidianas mis simples. Sus dificul- 
tades más notables tienen lugar, precisa,mente, en el tip0 de razonamientos en 
que una estrategia exclusivamente <<racional>> o <<algorítmica>> podria parecer 
suficiente e incluso deseable. En opinión de Damasio, las emociones establecen 
vínculos entre 10s procesos cognitivos y 10s estados somáticos, es decir, pro- 
porcionan una valoración corporal inmediata de 10s diversos estados cognitivos. 
De este modo las emociones que acom]?aÍian a la cognición proporcionan una 
impronta positiva o negativa inmediata, previa al desarrollo de cómputos deta- 
llados en términos de costes1 beneficios o de una valoración de la coherencia 1Ó- 
gica de las acciones. En las situaciones de la vida real casi nunca tenemos datos 
completos o no tenemos tiempo suficie~nte para una toma de decisión <<algorít- 
mica>>, de modo que la guia emocional nos ayuda a cortar por 10 sano y elegir 
alternativas o cursos de acción. Cuando elegimos carrera, o decidimos casarnos, 
o decidimos descomponer una tarea cornpleja en varias partes y atacar una por 
una, seguramente las emociones que sentimos (estados corporales agradables o 
desagradable) en cada punto de decisiólm son tan importantes como 10s cómpu- 
tos algorítmicos. Los pacientes prefrontales a menudo entran en un bucle de 
consideraciones interminables para la decisión más sencilla (fijar la hora de una 
cita), precisamente porque se ven abocados a un proceso estrictarnente algorit- 
mico de valoración de todas las alternativas posibles y 10s condicionantes posi- 
bles de esas altemativas. 
La conciencia es uno de 10s fenómenos humanos que despierta reacciones 
encontradas entre 10s cientificos. El debate sobre la conciencia se ha reavivado 
recientemente incluyendo entre sus filals no s610 psicólogos, sino neurocientifi- 
cos, filósofos, biólogos e, incluso fisicos y matemáticos. Algunos creen que es 
un tema científicamente inalcanzable y, por tanto, parecen aplicar la máxima de 
Wittgenstein: <<De 10 que no se puede hablar, es mejor callarse>>. Otros tienden a 
mitificarla atribuyéndole una entidad física, de momento misteriosa, irreductible 
a procesos mecanicistas de cómputo. Así, Roger Penrose asegura que la con- 
ciencia reside en ciertos fenómenos cuánticos (desconocidos) que ocurren en 10s 
microtúbulos de las neuronas, o Christof Koch y Fracis Crick aseguran que la 
conciencia visual se deriva (aunque no sabemos cómo) de 10s disparos sincróni- 
cos de las neuronas 40 veces por segun~do. Otros, en fin, la trivializan conside- 
rándola una característica emergente dt: 10s sistemas computacionales comple- 
jos, pero que no requiere ninguna explicación particular. En principio, un 
sistema de procesamiento artificial (v.g., un sistema conexionista masivo) podria 
incorporar conciencia, en opinión de Churchland y Churchland. 
Se ha avanzado mucho en la obtención de correlatos funcionales y neuro- 
nales de la conciencia. Al menos sabemos que la conciencia est6 asociada a cier- 
tos procesos cognitivos y no a otros. Está asociadaal consumo de recursos cog- 
nitivos de la memoria operativa y de la atención, a 10s procesos controlados que 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transformación 33 
suelen ir acompañados de <<esfuerzo>> mental, a 10s procesos de reconocimiento 
en la memoria, a las estrategias de resolución de problemas, y a 10s productos 
perceptivos de la visión y la audición. La conciencia est6 asociada también a fun- 
ciones mucho menos cognitivas como el dolor o las emociones. Por el contrario, 
no somos conscientes de las rutinas o procesos automáticos, tales como 10s <<mÓ- 
dules>> de la visión o del lenguaje, ni 10 somos de algunos procesos sensorio-mo- 
tores como el control vestibular del equilibri0 o del movimiento. 
Por otra parte también disponemos de correlatos neuronales de la con- 
ciencia. Baste recordar cómo determinadas lesiones occipitales determinan el 
síndrome de 10s aciegos videntes>>, que responden de modo automático ante es- 
timulo~ visuales y sin embargo no 10s <<ven>>, o cómo 10s amnésicos pueden re- 
cuperar información previamente aprendida, pero no la <<reconocen>> como re- 
cuerdos. Todo esto pone de manifiesto que la conciencia no podrá considerarse 
ya rnás un tema intangible para la especulación filodfica o literario, sino que es 
un fenómeno con una base fisiológica. 
Pero estos avances no resuelven un tema de fondo iqué significa la cuali- 
dad <<subjetiva>> o experiencial de la conciencia?, ¿por qué somos conscientes 
después de todo?, iqué necesidad hay de que seamos conscientes? Del mismo 
modo que algunas de nuestras funciones cognitivas no son conscientes ¿por qué 
razón no 10 son todas? ¿No podría diseñarse un robot <czombi>> que ejecutase to- 
das las funciones habituales en la gente, sin la menor consciencia? Algunos pro- 
gramas ejecutados en superordenadores juegan al ajedrez con un nivel de gran 
maestro pero ¿son por el10 conscientes? Una concepción emergentista de la con- 
ciencia quizá nos diga que un superordenador suficientemente complejo tendra 
algo de conciencia, como mero epifenómeno de la computación pero ¿por qué 
iba a ser así? ¿Es más consciente un superordenador que mi calculadora de bol- 
sillo? La reducción de la conciencia a un efecto colateral de la complejidad com- 
putacional parece, en primer lugar, inexacta y en segundo lugar no es una verda- 
dera explicación. 
Algunas conclusiones favorables 
La visión un tanto crítica que he desarrollado hasta ahora del paradigma 
S-C no debe ocultarnos sus muchas virtudes. Desde luego, se ha progresado mu- 
cho en 10s objetivos coincidentes con la ortodoxia paradigmática. Se ha avan- 
zado, por ejemplo, en el conocimiento de 10s mecanismos modulares del sistema 
visual o de la comprensión y producción del habla. Pero la cosa no ha quedado 
ahí. Los propios psicólogos cognitivos, especialmente 10s de orientación experi- 
mental no se han tomado totalmente en serio todas las prescripciones paradig- 
mfíticas mencionadas anteriormente. Dichas prescripciones son el fruto de plan- 
teamientos filodficos sobre la fundamentación lógica de la ciencia cognitiva, 
pero 10s psicólogos cognitivos no han podido substraerse al estudio de las fun- 
ciones y tareas que consideraban relevantes, fuesen o no adecuadas a la ortodo- 
xia simbólico-computacional. Así, en 10s años 80 y 90 muchos psicólogos se han 
aproximado a una descripción naturalista de 10s procesos mentales, han estu- 
34 M. de Vega 
diado la interacción entre emociones y cognición, han investigado la organiza- 
ción de 10s <<sistemas centrales>>, han intentado desvelar las funciones de la con- 
ciencia, han avanzado en el estudio del pensamiento, o han tratado de valorar 
cómo la arquitectura cerebral impone restricciones a la arquitectura funcional. 
Por otra parte, como veremos en la próxima sección, la propia noción de cóm- 
puto del paradigma S-C está siendo contestada por aquellos que parecen haber 
dado a luz a un nuevo paradigma cognitivo: 10s conexionistas. 
En conjunto, podemos asegurar que en las tres últimas décadas hemos 
avanzado en el conocimiento de 10s procesos mentales mis que 10s tres Últimos 
siglos. Sabemos mucho más que el ciudadano de a pie de modo que nuestros da- 
tos y modelos van mucho más all6 de las intuiciones de su <<psicologia ingenus>>. 
Pero también sabemos mucho más que 10s grandes filósofos de antaño, pese a 
sus capacidades analíticas privilegiadas. Ha sido el método experimental apli- 
cado al estudio de la mente, en mi opini611 tanto o más que 10s avances en la for- 
malización o en implementación computacional, el que ha permitido extender 
nuestro conocimiento sobre la cognición. Una gran parte de 10s procesos cogni- 
tivos son totalrnente inconscientes, es diecir, inaccesibles al ámbito limitado de 
nuestra atención. El10 plantea un límite i,nsuperable al análisis introspectivo aun- 
que vaya acompañado de un gran rigor lógico. Simplemente, al ciudadano co- 
rriente o al filósofo de la mente le están completamente vedados algunos datos 
relevantes para entender la naturaleza de: 10s procesos mentales. Sin embargo, las 
nuevas técnicas de investigación y el ingeni0 de 10s investigadores en el diseño 
de experimentos permite desvelar algunos de estos procesos. 
Baste un ejemplo, en nuestro labolratorio investigábamos cómo se produce 
el reconocimiento de las palabras, y concretamente en qué medida las sílabas 
son entidadqs cognitivas necesarias para acceder a las representaciones léxicas 
(Carreiras, Alvarez y de Vega., 1993). Con esta finalidad, seleccionamos pala- 
bras compuestas de sílabas de alta frecuencia y palabras compuestas de sílabas 
de baja frecuencia. Por ejemplo copa est6 compuesta por 2 sílabas frecuentes 
(co=9144 Imillón y pa= 666/millÓn), y guardia est6 compuesta por 2 sílabas in- 
frecuentes (guar=20l/millón y dia= 2812/mi11Ón), pero ambas palabras global- s 
mente tienen una frecuencia semejante (62 y 66 por millón, respectivamente). 
Posteriormente, valoramos el reconocimiento de ambos tipos de palabras en una 
tarea de decisión léxica. Los resultados fueron inesperados: las palabras com- 
puestas de sílabas de baja frecuencia se reconocían más deprisa que las palabras 
compuestas de sílabas de alta frecuencia. Estos resultados contra-intuitivos tie- 
nen, sin embargo, una explicación: cada sílaba funciona como un código de ac- 
ceso a todas las representaciones léxicas que comparten dicha sílaba. De modo 
que cuando la primera sílaba es más frecuente activa una cohorte de candidatos 
léxicos muy numerosa, mientras que si es una sílaba poc0 frecuente activa pocos 
candidatos. En cualquier caso, el procesamiento de la segunda sílaba de la pala- 
bra envia activación confirmatoria a un solo candidato, mientras que 10s demás 
candidatos deben iniciar entonces un proceso de inhibición. El proceso inhibito- 
rio ser5 mis lento cuando la cohorte de candidatos es más numerosa, es decir, 
cuando la primera sílaba fue de alta frecuencia. Las investigaciones posteriores 
confirmaron la validez de este modelo de activación-inhibición en el procesa- 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transformacidn 35 
miento silábico. A partir de la simple reflexión racional, difícilmente se hubiera 
descubierto este mecanisme, dado que no tenemos ningún acceso consciente a 
10s procesos léxicos. En cambio, 10s experimentos desvelaron un fenómeno 
nuevo y forzaron una explicación. 
Los nuevos paradigmas cognitivos 
Algo se mueve en la psicologia cognitiva en este final de siglo. Ya hemos 
mencionado que el conexionismo y la neurociencia cognitiva han caldeado de 
nuevo el ambiente, de modo que el clima intelectual es parecido al de la década 
de 10s 60 con el recién estrenado paradigma S-C. No disponemos de la perspec- 
tiva histórica de casi 40 d o s para valorar 10s nuevos paradigmasl y no conviene 
hacer profecias, de modo que me limitaré a tratar de ellos brevemente y a dese- 
arles suerte. 
I El conexionismo 
Si el paradigma S-C se desarrolló siguiendo lam e t ~ o r a del ordenador el 
conexionismo parece mis próximo a la metáfora del cerebro. En lugar de un 
Único procesador central que ejecuta cómputos simbólicos secuencialmente, el 
conexionismo desarrolla modelos compuestos de un gran número de procesado- 
res (o nodos) interconectados y que funcionan en paralelo. El origen histórico 
del conexionismo es tan antiguo, al menos, como el del paradigma S-C. Así en 
la década de 1940, el manifiesto matemático de Warren McCulloch y Walter 
Pitts sobre redes neurológicas fue seguido de la noción de c<asambleas celulares>> 
de Donald Hebb; y en 1962 Rosenblatt caud un gran revuelo al elaborar una 
prueba de un algoritmo consistente en una única capa de <<perceptrones>> que po- 
dían aprender a responder a varias tareas. sin embargo, estos esfuerzos tempra- 
nos se vieron truncados poc0 después por el libro de Marvin Minsky y Seymour 
Papert Perceptrons, que mostraba la incapacidad de 10s perceptrones para resol- 
ver cómputos de orden secundari0 como el famoso problema XOR (exclusive- 
or), una función de dos argumentos binarios que produce 1 cuando 10s inputs son 
diferentes (v.g., cuando uno es O y el otro 1) y produce O cuando son iguales. Este 
parón temprano en el desarrollo del conexionismo permitió que el paradigma C- 
S fuese el dominante durante varias décadas. Pero la situación volvió a cambiar 
en 10s 80, cuando David Rumelhart y James McClelland, entre otros, afrontaron 
el desarrollo de perceptrones multicapa, de modo que entre las unidades de input 
y las de output, se introdujeron unidades <<ocultas>>. Ello fue posible gracias al 
descubrimiento del potente algoritmo de retro-propagación capaz de modificar, 
1. El témino qaradigmax es batante imprecisa y algunos consideran, entre eiios el propio Kuhn, que en psicologia no 
ha habido bata ahora aut6nticos paradigma. Sin embargo, creo que el t6rmino es muy expresivo para describir sistemas 
conceptuales con un vocabulario, una formalizaci6n y una metodologia bien diferenciada. 
36 M. de Vega 
mediante entrenamiento, 10s pesos de las unidades en estas redes multicapa. Con 
este equipamiento formal era ya posible resolver el problema XOR y otras cues- 
tiones de interés cognitivo. 
A partir de entonces, el conexion~ismo penetra con fuerza en 10s circuitos 
académicos de la psicologia asi como em 10s centros de inteligencia artificial. La 
terminologia, las tablas, 10s gráficos, y las metáforas interpretativas han cam- 
biado substancialmente en relación a la época anterior. Todo hace pensar que el 
conexionismo no es simplemente un nuevo modelo cognitivo dentro del para- 
digma S-C, sino un verdadero paradigma alternativo con una concepción muy 
diferente de las funciones cognitivas. Ida Tabla 1 recoge algunas de estas dife- 
rencia~ que apenas tenemos espacio para esbozar en este articulo. 
TABLA 1. DIFERENCIAS ENTRE EL PARADIGMA S-C Y EL CONEXIONISMO 
Paradigma S-C Conexionismo 
Unidades simbólicas Unidades sub-simbólicas 
Macro-procesamiento Micro-procesamiento 
Procesamiento serial Procesamiento paralelo 
Procesamiento discreto Procesamiento continuo 
Reglas explícitas Reglas emergentes 
No aprendizaje Aprendizaje 
Modelos no robustos Modelos robustos 
Las neuronas individuales no repiresentan símbolos (no hay una neurona o 
conjunt0 de neuronas que corresponda al simbolo <<mesa>>); más bien es la pauta 
de actividad de grandes agrupaciones neuronales distribuidas en el cerebro 10 
que corresponde a una representación. El conexionismo trata de estudiar cómo 
se adquieren estas pautas de activación de múltiples unidades sub-simbólicas y, 
en consecuencia, ofrece un análisis de rnicro-procesamiento en contraste con el 
carácter <<macro>> del paradigma simbólico. Por ejemplo, el algoritmo de retro- 
propagación opera modificando la fuetrza de las conexiones asociativas de las 
unidades subsimbólicas (<<neuronas>> o <<perceptrones>>). Los sistemas conexio- 
nistas, al igual que el cerebro, realizan multitud de cómputos en paralelo reali- 
zados por una gran masa de unidades de procesamiento que opeTan simultánea- 
mente. Además, se trata de un procesarniento continuo a través de la red, muy 
diferente de la ejecución secuencial en pasos discretos de programación propia 
del paradigma S-C. Uno de 10s rasgos !más espectaculares del conexionismo es 
que no existe nada parecido a un conju~nto de reglas <<si ... entonces>> para expli- 
car la cognición. El investigador conexionista no debe preocuparse por descubrir 
el <<programa>> que gobierna una determinada función cognitiva, sino que cons- 
truye una red con pesos asociativos arbitrarios y luego la <<entrena>> mediante un 
gran número de ensayos en una determinada tarea, proporcionándole una retro- 
alimentación a sus respuestas. En cada ensayo, el sistema reajusta 10s pesos aso- 
ciativos entre las unidades mediante la regla de retro-propagación u otra similar. 
La psicologh cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transfonnación 37 
El resultado es que la propia red conexionista se <<auto-programa>> y las reglas de 
alto orden <<emergen>> como una consecuencia de 10s procesos de aprendizaje en 
el micro-nivel. Las redes conexionistas al igual que el cerebro son robustas de 
modo que, una vez entrenadas ante una determinada tarea, son resistentes al 
ruido. Así, responden correctarnente ante estímulos no prototípicos e, incluso, 
mantienen un buen nivel funcional después de haberse <<desmido>> algunas uni- 
dades de la red. Esto contrasta con la rigidez funcional de 10s modelos S-C en 10s 
que cualquier alejamiento del prototip0 de estimulo requiere una re-programa- 
ción (o re-modelización) del sistema. 
El conexionismo está en plena expansión y ha revitalizado la psicologia 
cognitiva. Captura algunas de nuestras intuiciones sobre el funcionamiento del 
cerebro como computador biológico y pone de manifiesto que algunas de las di- 
ficultades del paradigma S-C no son un callejón sin salida. Sin embargo, el co- 
nexionismo tiene mucho camino por andar antes de demostrar que es el para- 
digma cognitivo del próximo siglo. Tanto las defensas como 10s ataques al 
conexionismo se nos antojan hasta el momento como planteamientos m h bien 
ideológicos, basados en creencias, expectativas generales y hasta sentimientos 
románticos. No hay una meta-teoria computacional que nos permita conocer a 
priori qué es 10 que puede hacer el conexionismo y cuides son sus límites, de 
modo que el desarrollo del paradigma procede de un modo empírico, por ensayo 
y error. Tal como aseguran Minsky y Papert: 
Ni el profano ni el especialista en computación parece reconocer cuán primitivo y 
empírico es nuestro estado de conocimiento sobre estos temas. No sabemos en 
qué medida puede incrementarse la velocidad de cómputo, en general, utilizando 
máquinas de procesarniento en crparalelo>> en lugar de <<serial>> -o ccandogo~ en lu- 
gar de <<digital>> (Minsky y Papert, 1969, p. 2). 
De momento, el conexionismo explica muy bien 10s procesos de aprendi- 
zaje de patrones, es decir, aquellos procesos en 10s que nuestro cerebro extrae 
patrones estadísticos a partir de un gran número de ensayos con ejemplares. 
Esto ha permitido ofrecer buenos modelos de aprendizaje de conceptos, del pro- 
cesamiento o r t ~ g r ~ c o o del análisis gramatical. Sin embargo, no todo 10 que 
hacemos. las personas se reduce a un procesamiento <<estadística>> del medio. 
También construimos representaciones singulares de sucesos y episodios espe- 
cifico~, y en estos casos cobra importancia la estructura temporal o secuencial y 
la configuración única (no iterativa) de conjuntos de parámetros. Por otra parte, 
10s procesos de resolución de problemas tienen asimismo ese carácter secuen- 
cial y creativo que difícilrnente puede reducirse a la extracción y aplicación de 
patrones estadísticos. 
La neurociencia cognitiva 
Las ciencias del cerebro o neurociencias han cobrado un gran impulso y 
alcanzado enorme prestigio en 10s últimos aiios. Las revistas cientificas genera-38 M. de Vega 
les más importantes, como Nature o Science, con frecuencia publican estudios 
sobre 10s correlatos neuronales de la cognición y el Último congreso internacio- 
nal de Neurociencia reunió a más de 20.000 participantes. El renovado interés 
por la neurociencia ha coincidido con el desarrollo de nuevas tecnologias que 
ofrecen información sobre el cerebro hunnano en funcionamiento. Por ejemplo, 
las técnicas de neuro-imagen como PET-scan, y MRI(~) permiten registrar 10s pro- 
cesos metabólicos cerebrales mientras una persona est6 realizando una determi- 
nada tarea cognitiva. El10 permite elaborar imágenes de alta resolución espacial 
sobre las regiones cerebrales que se activan en cada tip0 de tarea. Por su parte, 
10s ERP (Event Related Potentials) ofrecen un registro de EEG sincronizado con 
el procesamiento de estirnulos, 10 cual pe:rmite desvelar la <<firma>> electrofisio- 
lógica característica de algunos procesos cognitivos. Otras técnicas más tradi- 
cionales se basan en el estudio de 10s trastornos funcionales adquiridos en 10s pa- 
cientes con lesiones cerebrales, que proporcionan una información útil sobre la 
organización modular en el cerebro de algunas funciones como el lenguaje o la 
memoria. Estos datos se complementan con 10s estudios hechos con animales 
mediante técnicas de ablación cortical, iniplantación de microelectrodos, etc. 
Estos avances son importantes pero, en mi opinión, la neurociencia cogni- 
tiva no constituye un paradigma diferenciado en el sentido en que 10 es el cone- 
xionismo. La neurociencia constituye el rivel de anáíisis del hardware mientras 
que la psicologia cognitiva supone el nivell algorítmico, tal como postulaba Marr. 
Más que plantear una oposición entre ambos niveles, es mejor considerarlos como 
formulaciones complementarias que aportan restricciones mutuas. Por una parte, 
10s modelos funcionales sirven necesariamente de guia a las investigaciones de la 
neurociencia. Las estructuras y funciones postuladas por la psicologia cognitiva 
son necesarias para plantear objetivos especificos a la investigación: las técnicas 
de neuroimagen son una <<ventana>> al cerebro, pero debemos disponer de un buen 
análisis funcional (cognitivo) para saber h~acia dónde hay que mirar por esa ven- 
tana. En efecto, 10s sistemas y funciones descritas por 10s psicólogos, tales como 
10s módulos del procesamiento del lenguaje, la memoria a corto plazo, 10s proce- 
sos atencionales, las imágenes mentales, o la conciencia visual, son algunos de 10s 
temas que la neurociencia ha heredado y asumido como propios. Además, 10s mi- 
todos de la neurociencia s610 parcialmente tienen que ver con el cerebro: la me- 
dida de 10s parámetros cerebrales constitcuye, generalmente, la variable depen- 
diente (v.g.: qué regiones se activan y cuándo se activan), mientras que las 
variables independientes proceden de diseiios de tareas típicamente cognitivos: ta- 
reas de decisión léxica, tareas de atención dividida, manipulación de listas de pa- 
labras, comprensión de oraciones, rotació11 de imágenes mentales, etc. 
Por su parte la neurociencia contribuye a sancionar 10s modelos funcio- 
nalistas de la psicologia cognitiva. Por e-jemplo, las lesiones del área de Broca 
determinan trastornos en la articulación del habla y en el procesamiento sintác- 
tic0 10 cual favorece determinadas conct:pciones modulares del lenguaje (v.g., 
Caramazza y Zurif, 1976); o bien las imhgenes de PET-scan muestran una acti- 
vación de áreas cerebrales similares durante la percepción de un objeto y durante 
la elaboración de una imagen mental de é1,lo que apoya la noción de equivalen- 
cia funcional entre imaginación y percepción visual (Kosslyn, 1988). Además, la 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transfonnucidn 39 
neurociencia puede ofrecer sus propios datos que estimulen el análisis funcional; 
por ejemplo, la especialización hemisférica de algunas funciones, la activación 
sincrónica de neuronas de 40 ciclos por segundo, la naturaleza de 10s ERP, o el 
papel de las zonas de convergencia requerirán explicaciones algorítmicas o fun- 
cionalistas para lograr una plena comprensión de ellas. 
La psicologia cognitiva debe mantener una buena comunicación inter-dis- 
ciplinar con la neurociencia y estar al corriente de 10s avances de ésta en técni- 
cas de investigación. En realidad, para un psicólogo de formación experimental 
siempre es informativo el análisis de 10s fenómenos mediante la ccbiangulación>> 
que supone utilizar varios métodos convergentes. Siempre se obtendrá una in- 
formación más rica si a 10s datos conductuales (v.g., tiempos de reacción o re- 
cuerdo) le añadimos 10s datos de topografia cerebral, 10s estudios sistemáticos 
de doble disociación de funciones con pacientes cerebrales, o 10s registros ERP. 
Ocasionalmente pueden ser Útiles también 10s estudios de registro de la actividad 
electrofisiológica de neuronas individuales a partir de micro-electrodos implan- 
tados, aunque por razones obvias esto s610 es posible con animales como sujetos 
de experirnentación. Mediante esta técnica se ha avanzado mucho en el estudio 
de las funciones que compartimos con otros mamíferos, por ejemplo se ha ana- 
lizado minuciosamente la topografia funcional del sistema visual utilizando ga- 
tos y chimpancés como sujetos experimentales. 
Es importante recordar, sin embargo, que las técnicas desarrolladas hasta el 
momento por la neurociencia proporcionan una información parcial sobre 10s fe- 
nómenos investigados. Asi, las técnicas de neuroimagen nos aportan información 
de gran resolución espacial sobre la activación cerebral, pero carecen de suficiente 
resolución temporal, pues se requieren más de 15 segundos para obtener una ima- 
gen funcional. Es evidente que 15 segundos es un grano temporal muy p e s o ya 
que el flujo de información cerebral (y consecuentemente de 10s procesos cogniti- 
vos) es muy rápido. De hecho 10s estudios cronomébicos convencionales de la psi- 
cologia nos muestran que muchos procesos significativos ocurren en tiempos muy 
inferiores a un segundo. Por su parte, el registro electrofisiológico de ERP tiene una 
magnífica resolución temporal del orden de milisegundos, pero en cambio no 
ofrece suficiente resolución espacial. Cabe esperar que 10s avances de la electró- 
nica en 10s próximos años nos permitan un registro de la actividad cerebral durante 
la ejecución de tareas cognitivas, que tenga al tiempo una buena resolución tem- 
poral y espacial. Si esto fuera asi, sin duda sería una gran noticia pero en ningún 
caso 10s datos neurofisiológicos podrán substituir por si mismos a la psicologia 
cognitiva (o si se prefiere a la neurociencia cognitiva). Siempre habrá necesidad de 
disponer de modelos interpretativos de 10s datos, y cuanto más minuciosos sem és- 
tos mis articulados y precisos deberán ser nuestros modelos psicológicos. 
¿Por qué no existe HAL? 
La tecnologia de 10s ordenadores ha avanzado mucho desde 10s años 60 y 
sin embargo éstos no parecen más <cinteligentes>> hoy en dia, salvo en el sentido 
limitado en que 10 son 10s programas que juegan al ajedrez o las diversas aplica- 
ciones informáticas. Desde luego no existe HAL ni 10s robots inteligentes, s610 
algunas demostraciones de feria. Por supuesto también existen herramientas ro- 
bóticas y programas <<expertos>>, pero su funcionamiento rígidamente pre-pro- 
gramado 10s aleja de 10 que entendemos por <&teligencia>>. Quizá esto no deba 
preocuparnos a 10s psicólogos al tratarse de un tema exclusivo de la IA. Pero 10 
cierto es que la IA es una tecnologia cognitiva de modo que la escasez de sus lo- 
gros refleja, en gran medida, la inmadurez de las ciencias cognitivas entre ellas 
la psicologia. 
Creo que parte de las insuficiencias de la psicologia cognitiva y subsidia- 
riamente de la TA tienen relación con la marginación del procesarniento episó- 
dic0 en favor del procesamiento semántico. En psicologia se ha desarrollado un 
buen número de modelos de memoriasennántica, del léxico mental, o de 10s es- 
quemas. Todos estos modelos reflejan, solbre todo, el conocimiento que tenemos 
las personas sobre ciertas regularidades recurrentes del medio, que aimacenamos 
como estructuras permanentes en la merroria. En algunos casos también se in- 
tenta explicar la génesis y modificación die estas estructuras de conocimiento, a 
menudo como un proceso de extracción dbe regularidades estadisticas a partir de 
ejemplares o de estimulos singulares. P'or ejemplo, aprendemos el concepto 
mesa o el esquema del restaurante extrayendo un patrón promedio a partir de 
multitud de experiencias con mesas y restaurantes individuales, respectiva- 
mente. El propio conexionismo supone una continuidad en su preferencia por 10 
<<semántico>> de modo que ofrece una explicación computacional detallada del 
proceso de adquisición de pautas conceptuales genéricas. 
Todo el10 es importante, pues el cerebro es en gran medida un <<procesador 
estadistico>>. Pero, además, e igualmente irmportante, el cerebro es un codificador 
de situaciones individuales. Asi, no s610 teaemos un conocimiento genérico de 10 
que es un aparcamiento, sino que recordamos (o intentamos recordar) dónde he- 
mos aparcado el coche esta mañana. O bien, tenemos conocimientos prototipicos 
sobre 10s roles sociales (camarero, profesor, etc.), sobre tipologias de individuos 
(un vago, un ambicioso, etc.), o disponemos de teorías implicitas sobre dominios 
humanos (el papel de la mujer, la familia, las clases sociales, etc.), pero también 
construimos modelos situacionales únicos sobre un contexto situacional particu- 
lar. Esto Último supone que debemos de codificar, registrar y actualizar un buen 
número de relaciones cambiantes, tales como <<qui& dijo que>>, <<qui& hizo 
que>>, <<quién sabe que>>, <<qui intención time mi interlocutor>>, <<que relación hay 
entre mi interlocutor y otras personas>>, <<en qué lugar está un objeto>>, <<cuándo 
ocurrió tal suceso>>, <<por qué ocurrió tal silceso>>, etc. La representación o mode- 
lado de situaciones es un problema computacional que las personas resolvemos 
muy bien y que 10s modelos psicológicos y de IA apenas tratan. 
Naturahente todos tenemos la intuición de que codificamos y recorda- 
mos sucesos o estimulos singulares. Pero en psicologia cognitiva 10 episódico se 
ha descrito, generalmente, como un mero proceso de reconocimiento de patro- 
nes guiado precisamente por las represe~ntaciones semánticas. Asi, si yo reco- 
nozco una mesa es porque activo la categoria mesa ante este estimulo particular; 
o bien si entiendo un texto en el que se hibla de un restaurante es porque activo 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en transfonnacidn 41 
o <<instancio>> el esquema del restaurante. Sin embargo, considero este tipo de 
análisis profundamente erróneo, pues codificar situaciones es algo más que re- 
cuperar información de la memoria semántica. Cuando codificamos una situa- 
ción representamos una configuración única de parámetros que es, además, di- 
námica ya que hemos de actualizarla de tiempo en tiempo, a medida que 10s 
parámetros situacionales van cambiando. Además la codificación situacional es 
la que nos garantiza la acción eficaz e inmediata sobre el entorno ecológico o in- 
terpersonal. Supongamos por un momento que disponemos de todo el conoci- 
miento general del mundo propio de la memoria semántica (esquemas situacio- 
nales, de personas, categorías, destrezas motoras, conocimientos de psicologia, 
etc.) y, sin embargo, no podemos construir representaciones episódicas o situa- 
cionales ni retenerlas a largo plazo. No recordm'amos nuestras metas e intencio- 
nes, ni nuestras citas, ni llevariamos un registro de la experiencia que hemos 
compartido con nuestros amigos, ni sabríamos qué hemos hecho unas horas an- 
tes. Nuestras acciones podrían quizá entrar en absurdos bucles iterativos, pues 
volveríamos a buscar algo que ya hemos encontrado, a reclamar el libro que ya 
nos han devuelto, a telefonear a alguien con quien acabamos de hablar, a darle a 
la recién viuda cariñosos recuerdos para su marido, etc. Esta disfunción catas- 
trófica, al tiempo que selectiva, existe de hecho en algunas arnnesias retrógradas, 
producidas por lesiones del hipocampo. En estos pacientes cerebrales se observa 
una incapacidad en el procesamiento de sucesos cotidianos, pero no en el alma- 
cenamiento de conocimientos convencionales repetidos frecuentemente (v.g., 
Vargha-Khadem, et al. 1997). 
La tarea del cómputo o modelado de situaciones es ingente porque un 
sistema que elaborase representaciones estáticas no sería viable. Constante- 
mente se producen alteraciones en uno o varios parámetros situacionales y de- 
bemos de actualizar el modelo mis o menos en tiempo real. Los sucesos físi- 
cos, las acciones de otros agentes animados, o nuestra propia acción sobre el 
entorno, junto a 10s cambios en nuestros estados mentales (metas, intenciones 
o emociones) determinan que la situación se modifique y tengamos que hacer 
una puesta al dia de 10s modelos situacionales. Pero esto no es una tarea trivial 
como 10s teóricos de la IA y 10s filósofos de la mente han señalado (v.g., 
Pylyshyn, 1988). Ellos 10 denominan el problema del marco (fvameproblem) y 
podríamos plantearlo asi: a cada cambio en un parámetro significativo de la si- 
tuación, el sistema (v.g., un robot) debe actualizar algunas <<creencias>> y man- 
tener estables otras, pero no está claro a priori cuáles deben modificarse y cuá- 
les deben mantenerse. Por ejemplo, frente a mi hay una taza de café sobre un 
plato con una cucharilla dentro. Si yo decidiese levantar el plato en alto me 
consta, y al lector también, que debo actualizar mi modelo situacional modifi- 
cando la posición del plato, del café, de la taza y de la cucharilla, pues todos 
ellos se desplazarán juntos. Pero si yo decido levantar únicamente la cucharilla 
en alto entonces la actualización de mi modelo s610 afectar6 a la posición es- 
pacial de la cucharilla. Un robot debe ser capaz de comprender y anticipar las 
consecuencias de sus acciones sobre el mundo y de actualizar sus representa- 
ciones situacionales. En caso contrario cometería errores tales como coger la 
cucharilla cuando trata de coger la taza de café. El problema del marco radica 
42 M. de Vega 
en que 10s algoritmos deductivos basados en el cálculo de predicados simple- 
mente no podrían determinar qué ecreenciasn (v.g., enunciados proposiciona- 
les) hay que actualizar y cuáles permanecen inalteradas ante 10s cambios situa- 
cionales y las propias acciones. 
La representación de episodios singulares no significa que 10s modelos si- 
tuacionales no estén sujetos a restricciones. El número de modelos y de sus esta- 
dos es potencialmente ilimitado (como 10 es el número de situaciones posibles) 
pero 10s parámetros y pautas legales de modelado son finitos. Endel Tulving pro- 
puso en su momento que la memoria episódica se caracteriza por una organización 
espacial y temporal de la información. Si~n duda estas dimensiones <<kantianas>> 
son necesarias para organizar la informacidn en nuestros modelos episódicos, pero 
habría que añadir alguna más. La organización causal constituye un <<pegamento>> 
que vincula sucesos y acciones en nuestra representación episódica. Además hay 
algunas dimensiones interpersonales propias de la <<teoria de la mente>> que contri- 
buyen a nuestro modelado situacional (Rivikre, 1991). Cuando nos representamos 
situaciones interpersonales (y casi todas 10 son en alguna medida) codificamos a 
10s demás en términos de estatus, vínculcrs interpersonales, intenciones y metas, 
estados de ánimo, relaciones de pertenencia o propiedad, etc. Muchos de estos pa- 
rámetros interpersonales son variables, es decir, que su estado cambia durante el 
desarrollo de la situación y por tanto hemos de actualizarlos. 
Los estudios recientes en el marco de la teoría de 10s modelos situaciona- 
les proporcionan evidencias abundantes dle que las personasconstvuyen y actua- 
lizan este tip0 de estructuras epiddicas, y que 10s parámetros privilegiados del 
modelado son precisamente 10s que hemos citado (espacio, tiempo, causalidad, 
creencias, intenciones, etc.). Los estudios de comprensión del discurso son un 
dominio de investigación particularmente valioso para comprender las propieda- 
des de 10s modelos situacionales, tal coimo demuestran 10s trabajos de Arthur 
Glenberg, Barbara Tversky o Tony Sanfo~rd, entre otros. La ventaja es sobre todo 
metodológica, ya que el discurso -especialmente si es narrativo- constituye una 
fuente de información que determina un modelado muy similar al modelado de 
experiencias con situaciones reales. Pero a diferencia de las situaciones reales, el 
discurso tiene una estructura relativamente simple (v.g., unimodal, discreta y se- 
cuencial) y se puede manipular sistemáticamente, 10 cual permite la investiga- 
ción del curso temporal del modelado. 
Hemos de reconocer que no dispon~emos de nada pirecido a una teoria al- 
gori"tmica de 10s modelos situacionales y esta es una tarea que no debe demorarse 
mis tiempo. Los procesos de modelado son un tanto paradójicos pues parecen te- 
ner una doble naturaleza. Por una parte, 10s modelos obedecen a un principio de 
<<constricciones múltiples>> que nos apraximan a una noción conexionista del 
cómputo; pero también tienen un carácter direccional, que 10s aproxima a una for- 
malización en términos de reglas <<si ... entonces>>. Veamos estas frases: 
(1) Luis está cerca de Barcelona 
(1') Luis está cerca de la mesa 
(2) Ahora tomaré un café 
(2') Ahora me casaré 
La psicologia cognitiva: ensayo sobre un paradigma en tran@ormución 43 
Seguramente entendemos que la distancia cerca de es de algunos kilóme- 
tros en (1) y de metros o centimetros en (1'); mientras que ahora corresponde a 
segundos en (2) y a días o semanas en (2'). Este escalamiento espacial ylo tem- 
poral parece posible por que somos capaces de introducir en nuestros modelos 
parámetros no explicitos que se constriñen mutuamente. Asi, el tamaño y el en- 
torno implícit0 de <<Barcelona>> y <<mesa>> permiten establecer las diferentes es- 
calas de distancia, mientras que la persistencia típica de la meta táctica de <<to- 
mar cafe>> y la meta estratégica de <<casarse>> en nuestra mernoria, determinan 
que establezcamos diferentes magnitudes del presente psicológico. Nuestros co- 
nocimientos implícitos de las substancias, 10s tamaños, las formas, las duracio- 
nes de 10s sucesos, las expresiones faciales, 10s marcadores gramaticales, etc. se- 
guramente se constriñen mutuamente de modo que establecemos una fina red de 
microinferencias cada vez que entendemos oraciones y establecemos las escalas 
dimensionales oportunas. Todo esto tiene un aroma francamente conexionista. 
Pero al tiempo, 10s cursos de modelado son anisotrópicos de modo que algunos 
parámetros no se influyen de modo indiferenciado sino según pautas direcciona- 
les y asimétricas. Por ejemplo, las causas preceden a 10s efectos pero no vice- 
versa; una vez satisfecha una meta esta debe quedar inactiva; las personas, pero 
no 10s objetos, generan acciones; un contenedor debe tener más volumen que un 
contenido, etc. Los clásicos sistemas de producción, las reglas condicionales, o 
10s postulados de significado parecen más apropiados que 10s modelos conexio- 
nistas para expresar estas relaciones anisotrópicas. Quizá debamos aceptar que 
la futura teoría de 10s modelos situacionales puede tener una doble formulación 
computacional, del mismo modo que la descripción de la naturaleza de la luz se 
hace en términos de partículas o de ondas, dependiendo del dominio de fenóme- 
nos que se pretende explicar. 
En cualquier caso, una teoría bien articulada de 10s modelos situacionales 
o del procesamiento episódico contribuiria, con toda probabilidad, a resolver va- 
rios puzzles académicos tales como el ya mencionado problema del marco o la 
referencialidad del lenguaje y la conceptualización (el problema del grounding), 
sin contar las posibilidades que se abrirían a la inteligencia artificial. 
Consideraciones finales 
En estas páginas he ofrecido una visión personal del estado de la psicolo- 
gia cognitiva en este final de siglo. No he pretendido ser exhaustivo sino plantear 
algunas líneas de reflexión a modo de ensayo, más que de revisión académica 
convencional. Un análisis más sistemático de la psicologia cognitiva actual hu- 
biera requerido muchas mis decenas de páginas. Mi reflexión se ha basado, por 
tanto, en una selección de temas. Más que detenerme a considerar 10s éxitos de la 
psicologia cognitiva en algunos campos como, por ejemplo, la atención, la me- 
moria, o 10s procesos del lenguaje, me he planteado algunas de sus limitaciones, 
y también he hablado de una cierta crisis del paradigma S-C. Pero ni las limita- 
ciones ni las crisis señalan una decadencia del cognitivismo. La psicologia cogni- 
44 M. de Vega 
tiva ha experimentado importantes transformaciones internas pero de ellas ha sa- 
lido reforzada. La emergencia de la alternativa conexionista y el empujón de las 
neurociencias son dos muestras de su vitalidad. Quizá no sea hoy tan común 
como hace unos aiios utilizar la expresión <<psicologia cognitiva>> o escribir ma- 
nuales con esta denominación disciplinar genérica. La Zntroducción a la Psicolo- 
gia Cognitiva que publiqué hace unos aiios (de Vega, 1984) creo que reflejaba con 
relativa fidelidad el estado de la disciplina a comienzos de la década de 10s 80. 
Hoy creo que no sería posible escribir un libro equivdente de s610 500 páginas. 
Los nuevos manuales didácticos tratan de temas más especializados como psico- 
lingüística, percepción, memoria, conexionismo, neuropsicologia cognitiva, etc. 
La psicologia cognitiva, pues, ha tenido tanto éxito que se ha desmembrado en 
una serie de disciplinas cognitivas cada una de las cuales tiene sus temas funda- 
mentales, sus debates, sus métodos y sus c:omunidades de investigadores. 
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