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El Rol del Cuidador y la Laborterapia.

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República Bolivariana de Venezuela.
Universidad Bicentenaria de Aragua.
Vicerrectorado Académico.
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales.
Escuela de Psicología.
San Joaquín de Turmero – Edo. Aragua.
El Rol del Cuidador y la Laborterapia.
Hadasa Acevedo.
Introducción
 El ciclo de vida de un ser humano consta de muchas etapas y desde luego, de distintos cambios que ocurren con cada una de ellas. La última etapa del mencionado ciclo no es la excepción a estos cambios. Los distintos aspectos que se encuentran afectados son los biopsicosociales, que como su nombre indica se trata de un factor biológico, un factor psicológico y un factor social. Cada uno de ellos pasa por distintos cambios que incluso pueden estar relacionados con otro factor. Es decir, un adulto mayor puede llegar a padecer de patologías psicoemocionales como la ansiedad o la depresión (factor psicológico) por el hecho de sentir que sus seres queridos lo han abandonado o por pensar que se le ha aislado del resto del mundo (factor social).
 Es aquí donde el rol del cuidador de un adulto mayor entra en juego. El rol del cuidador es aquel papel que asume la persona encargada de velar por la salud y la realización de las actividades de un individuo de la tercera edad. Suelen ser familiares o personas que se encuentren directamente preparadas para dicho fin y tienen como objetivo atender las necesidades, garantizar la higiene, fomentar las relaciones sociales y desde luego, acompañar al sujeto la mayoría del tiempo. 
 Al llegar a la vejez se presentan ciertos inconvenientes como el deterioro físico, que puede ocurrir debido a la disminución de la actividad o el rendimiento de las funciones. También pueden surgir sentimientos de inutilidad, así como exclusión social y deterioro progresivo de la memoria. En estos casos, las personas mayores se convierten en miembros pasivos de la familia y a menudo se dejan por fuera, lo que puede provocar una serie de enfermedades como la depresión, el deterioro cognitivo, la pérdida de la memoria y los cambios de personalidad. 
 Sin embargo, (al contrario de lo que se cree) para cualquier adulto mayor sería de gran provecho poseer un determinado nivel de independencia debido a que la realización de las actividades por sí mismo, contribuye de una manera positiva a la autoestima y al potenciamiento de las capacidades cognitivas, funcionales y sociales. Es por ello, que una de las técnicas más utilizadas en los distintos centros de atención son los talleres de laborterapia, que permiten al sujeto integrarse con las demás personas mediante actividades grupales y a su vez, evitar o mejorar el deterioro de las funciones cognitivas, funcionales y físicas. 
Rol del cuidador
 El envejecimiento y las condiciones obtenidas en dicha etapa son en parte, el resultado del proceso de envejecimiento. Si bien es cierto que el envejecimiento es un proceso humano natural, no necesariamente debdería significar enfermedad y deterioro. Sin embargo, las conductas anteriores a esta etapa producen cambios que, con el tiempo, conducen a la discapacidad y la dependencia, lo que provoca la necesidad de contar con una persona para el cuidado del adulto mayor. 
 Regularmente el rol del cuidador es asumido por los familiares (cuidador informal). Esto ocurre debido a que la familia es la principal red de apoyo social y el núcleo principal de la sociedad, por ende se esperaría que sea ella quien se haga cargo de un adulto mayor. Pero aunque esto sea muy común hay muchos familiares que no están dispuestos a asumir dicha tarea o que sencillamente aunque posean el deseo, no se encuentran debidamente preparados para asumir el rol de cuidador. Aunque sean aspectos que pueden resolverse, la preparación para ejercer dicho papel puede ser un desafío para la familia e incluso, para la sociedad en general. 
 Es por ello que muchas personas optan por contratar a otro individuo que se haga cargo de la situación y que se encuentre lo suficientemente especializado y preparado para atender cualquier situación que se presente de una manera adecuada (cuidador formal). En todo caso, los cuidadores (ya sean formales o informales) deben desempeñar un papel de apoyo en actividades que los ancianos no pueden realizar en absoluto. Esto ayudará a promover la libertad, la autonomía, la independencia y la autoconfianza. También se encuentra encargado de fomentar el esparcimiento y las diferentes formas de participación en el ámbito social debido a que así podrá generar al adulto mayor un sentido de satisfacción, validación de la utilidad social y un sentido de pertenencia.
 Aunque un cuidador domiciliario pueda ser parte de la familia o sea una persona exerna a ella, juega un papel fundamental en la vida del adulto mayor. Es por ello que en la realización de su labor debe cumplir múltiples y diversas funciones que van más allá de los cuidados básicos que proporciona generalmente. Además de las mencionadas anteriormente, un cuidador debe desarrollar habilidades tales como las siguientes: 
· Prevención: detección precoz de los casos que conducen a un deterioro psicológico y social en las personas mayores.
· Promoción: Reconocer y optimizar las posibilidades existentes, conductas de recuperación y acciones de estímulo que permitan o fortalezcan la integración social de cada persona atendida para lograr una mejor calidad de vida.
· Asistencia: Brindar apoyo y capacitación para el desarrollo de las personas mayores en la vida diaria, la atención de la salud y las actividades de rehabilitación.
· Educación: el cuidador también posee un papel de interlocutor ya que es quien dispone de los conocimientos incorporados para quien cuida y para su grupo familiar. Además de esto, se encuentra en una posición en la que se encarga de transmitir conceptos sobrel los cuidados y autocuidados. También proporciona información sobre los recursos existentes a nivel comunitario e incide en la desmitificación de prejuicios y estereotipos sobre los adultos mayores.
 Desde luego, asumir el rol de cuidador de una persona mayor también requiere la construcción de un vínculo si no se encuentra establecido previamente. Dicho vínculo significa reconocer que el otro es diferente y distinto y por lo tanto, también saber que existe una posibilidad de vivenciar encuentros intergeneracionales, crear un espacio real de acercamiento y romper estereotipos. Este tipo de vínculo requiere que una gran cantidad de empatía, la exploración de pensamientos y sentimientos, escucha activa, aceptación de diferencias y flexibilidad ante las necesidades. 
 Es importante destacar que la mencionada relación suele ser asimétrica, lo que quiere decir que las dos personas que la conforman no se encuentran en el mismo nivel o jerarquía. A pesar de ello, en este caso no quiere decir que uno de ellos ejerza poder sobre el otro o que se considere superior por el rol que desempeña o por su edad. Dicha desigualdad se considera un beneficio debido a que gracias a ella pueden complementarse ambas partes con la finalidad de desarrollar las habilidades de autonomía. 
 El rol de un cuidador aunque se considera fundamental, no es sencillo. Como se vio, los trabajadores de cuidados domiciliarios pueden y deben aportar conocimientos, destrezas y habilidades relacionadas con el cuidado que requieren los ancianos. Por ende, deben mantener cierto grado de distancia en el tipo de conexión que establecen con la persona a la que cuidan. Es decir, para realizar un trabajo eficaz, se debe mantener una lejanía considerable con respecto a lo que le sucede a la otra persona, de lo contrario, pueden ocurrir 2 cosas: presentar un alto grado de intimidad y cercanía (perdiendo así la objetividad) o por otro lado, surgir una distancia demasiado grande (no existe conexión o empatía suficiente para desempelar el rol de una manera correcta). 
 El nivel óptimo de distancia o proximidad varía de persona a persona e incluso dentro de la misma persona a lo largo del díapero siempre debe tratarse de mantener una distancia óptima dado a que se considera un factor sumamente importante en la relación. Además, lograr establecer un grado ideal puede no ser una tarea fácil puesto que requiere de flexibilidad, autocrítica y reflexión, pero es necesario para evitar intervenciones incorrectas que tengan como finalidad la vulnerabilidad de las personas mayores. 
 Otro de los factores que cabe resaltar es el estilo de vida y las modificaciones que debe realizar el cuidador para poder llevar a cabo su labor. Por ejemplo, en el caso de un cuidador informal, es frecuente que experimenten cambios en las relaciones familiares, las condiciones económicas, la situación laboral, la gestión de su tiempo libre, la salud y los cambios de humor como resultado de tener que cuidar a un familiar dependiente. Por ello, es importante que el cuidador se asegure espacio y tiempo para él y su familia o pareja, como lo hizo antes de asumir dicho rol.
La Laborterapia.
 En la mayoría de los casos, la jubilación llega con la edad y con ella los cambios en las ocupaciones, actividades, hábitos y roles sociales de las personas. Este cambio de hábitos, así como los cambios físicos y psicológicos propios del envejecimiento, provocan el deterioro de diversas funciones. Estas disfunciones se reflejan en la capacidad de las personas para realizar diversas actividades de la vida diaria como comer, bañarse, moverse, tomar decisiones, adaptarse o socializar. Como resultado, la vulnerabilidad y la dependencia afectan su calidad de vida.
 Pero es allí donde entra la terapia ocupacional y la laborterapia. La terapia ocupacional es un recurso de terapia que gira en torno a tareas y ejercicios en base a las actividades diarias. Como resultado, estimula, previene y restaura los deterioros funcionales que limitan el autocontrol en los ancianos dándoles así, la posibilidad de vivir una vejez más plena y activa. La terapia ocupacional es variada y presenta distintos enfoques.
 Uno de esos enfoques es la mencionada laborterapia (también llamada ergoterapia) que como tiene como objetivo, a través de la actividad y la ocupación, mantener, educar y restaurar el bienestar físico, cognitivo y social de un individuo. Presenta una gran diferencia con la terapia ocupacional y es el hecho de que la terapia ocupacional busca solo motivar al paciente, fortalecer sus relaciones sociales y potenciar su autoestima y no tiene como meta enseñar al paciente un trabajo y una adaptación a las exigencias laborales como ocurre con laborterapia.
 La laborterapia promueve la autoestima, fomenta la participación y permite fortalecer las relaciones sociales creando un espacio para ello. Es uno de los mejores enfoques cuando se trata de los adultos mayores debido a que mediante dicha terapia los individuos pueden ser capaces de trabajar las habilidades cognitivas (memoria, atención, concentración, etc.), habilidades motoras (movimiento articular de las extremidades superiores, motricidad fina, fuerza y agarre) y a su vez, las habilidades sociales, logrando así apoyar su independencia personal.
 En las sesiones de este enfoque pueden realizarse múltiples actividades, como por ejemplo: cuadros con punto de bordado (petit point), collages, dibujos creativos, bordados de tela, restauración de muebles, macramé, decoupage, cestería, costura, la creación de cajas de madera que se decoran con pintura y la fabricación de bufandas, alfombras, sombreros y medias de lana, entre muchas otras. Es importante que los artículos resultantes posean una utilidad y presenten un resultado visual debido a que es lo que le permitirá al adulto mayor un sentido de utilidad y una determinada dosis de autoestima. Además, estas actividades tienen distintos objetivos como mantener la calidad de vida del paciente, la estimulación de las capacidades mentales que puedan verse afectadas, evitar la desconexión del entorno, potenciar las relaciones personales, maximizar las cualidades motrices y por supuesto, obtener el máximo nivel de independencia posible en la vida diaria. 
Cuadro Sinóptico de Actividades de Laborterapia para Adultos Mayores.
Cuadro sinóptico creado en Lucid Chart: https://lucid.app/lucidchart/a7aa4a5a-579f-4859b455faffca25e3c7/edit?viewport_loc=83%2C169%2C1865%2C975%2C0_0&invitationId=inv_dee7d061-8b67-48b6-a67e-e516b6ee00bc
Conclusión
 En relación a lo expuesto, se puede determinar que el rol del cuidador es sumamente esencial para una persona que ha comenzado a presentar cierto nivel de dependencia y complicación al realizar sus actividades físicas diarias. Generalmente, dicho rol puede ser asumido por los familiares y se conocer como cuidador informal debido a que no posee los conocimientos necesarios y sostiene una relación afectiva con la persona a la que está cuidando.
 Por otro lado, se encuentra el cuidador formal, que suele obtener una remuneración por sus servicios y que cuenta con la especialización requerida para proporcionar un mejor cuidado y acompañamiento que los familiares. A pesar de ello, debe mantener cierto grado de distancia con el adulto mayor pero no la suficiente como para evitar establecer una conexión. El cuidador formal tiene múltiples funciones y objetivos, pero entre los más fundamentales están: la promoción, la asistencia, la educación y la prevención. 
 Sin embargo, no debe considerarse un completo desastre y un rechazo total el hecho de que al llegar a la etapa de la vejez se deba contar con otras personas, después de todo eso no significa perder completamente la independencia, la autonomía o la sociabilización de la que se gozaba anteriormente. Y es precisamente por ese motivo que la laborterapia resulta tan importante en la vida de un adulto mayor. 
 En otras palabras, la laborterapia permite aprender nuevas habilidades, fortalecer las relaciones sociales, promover la autoestima y fomentar la participación. Es una de las terapias más utilizadas en los centros geriátricos y la razón de ello es que aporta innumerables beneficios para las personas que se encuentran en la etapa de la vejez. Les proporciona actividades de ocio que tienen como objetivo disminuir o evitar por completo el deterioro cognitivo y el sentimiento de inutilidad que suele estar presente en muchos individuos. 
 De igual forma, dichas actividades poseen mucha variedad y pueden ir desde la restauración de un mueble hasta las labores de costura. Y aunque cada tarea puede parecer tener un fin distinto, en realidad todas buscan alcanzar la misma meta: aumentar el nivel de independencia del adulto mayor, mantener la calidad de vida del paciente y lograr la estimulación de las diferentes áreas (cognitiva, física y social). 
Referencias
· Calleja Ruiz, P. (2019, 5 junio). La laborterapia mantiene activas a las personas mayores. Geriatricarea. https://www.geriatricarea.com/2019/06/05/la-laborterapia-mantiene-activas-a-las-personas-mayores/
· Canitas.mx. (2021, 26 marzo). Terapia Ocupacional en el Adulto Mayor | Guía Completa | 2021. Canitas. https://canitas.mx/guias/terapia-ocupacional-adulto-mayor/
· Laborterapia. (2021, 27 mayo). CRE Alzheimer. https://crealzheimer.imserso.es/crealzheimer_01/terapias_no_farmacologicas/laborterapia/index.htm#:%7E:text=La%20laborterapia%2C%20tambi%C3%A9n%20conocida%20como,cognitivos%20y%20sociales%20del%20individuo.
· Principales funciones de una cuidadora de ancianos. (2021, 26 abril). Fundación Atilano Sánchez Sánchez. https://www.fundacionfass.org/general/principales-funciones-de-una-cuidadora-de-ancianos/#Funciones_de_una_cuidadora_domestica_de_ancianos
· Venegas, B. C. (s. f.). El papel del cuidador del adulto mayor. Universidad de La Sabana. https://www.unisabana.edu.co/nosotros/subsitios-especiales/especial-del-adulto-mayor/el-papel-del-cuidador-del-adulto-mayor/#:%7E:text=El%20cuidador%20familiar%20principal%20debe,definitivamente%20es%20incapaz%20de%20realizar.&text=Es%20importante%20que%20el%20cuidador,de%20vida%20personal%20y%20familiar.

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