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RIEGO EN UVA DE MESA: UNA VISTA AL VALLE DE SAN JOAQUÍN EN CALIFORNIA E 1 manejo del riego, independiente del cultivo, requiere de información con rela ción al suelo, la planta, los micro y meso climas para llegar al producto final. Quizás, lo más importante es el producto final elaborado, puesto que tanto el rendimiento como la calidad del producto, pueden estar significati vamente influenciados por la cantidad y duración del riego. El manejo del riego requiere una información continua de las plantas, pero también una visión del producto final y el conocimiento y la sabiduría sobre como mani pular la cantidad y tiempo del riego, con el fin de conseguir las características de crecimiento vegetativo y de fruta deseados. El riego de uva de mesa requiere de una estrategia diferente de la empleada en uva para vino. La razón para esta diferencia es que el producto final es completamente diferente. Para uva destinada a vino, la característica deseada es pequeñas bayas con alto contenido de azúcar (22 - 26º Brix) y acidez de moderada a alta. Para uva de mesa, las características deseadas son bayas de tamaño grande, con contenido de azúcar moderado (17 - 20º Brix) y acidez de moderada a baja. Aunque el gran tamaño de las bayas de uva de mesa se aumenta mediante anillado y aplicación de hormonas de crecimiento, estos tratamientos sólo son marginalmente efectivos si existe agua insuficiente durante la primera fase del desarrollo de las bayas. Serie Actas IN/A Nº 39 Robert L. Wample Departamento de Viticultura y Enología. Universidad de California, Fresno 2360, East Barstow Ave. MS VR 89 Fresno, CA 93740 61 Entender la fenología del desarrollo de las vides es esencial para el buen manejo del riego, pero se complica por la variabi 1 id ad en las características de las variedades de uva de mesa. Aunque el patrón general del desarrollo es el mismo, la duración de cada fase puede variar en forma considerable y por ello, cualquier esfuerzo por manejar el desarrollo vegetativo y de producción de fruta, requiere de un buen conocimiento de estas diferencias. Es más, el deseo de controlar el desarrollo vegetativo y la producción de fruta, requiere un conocimiento en profundidad de cómo los cambios en el manejo del riego, y presumi blemente el estado hídrico de la planta, pueden afectar el crecimiento de esta, de la fruta y el desarrollo durante cada estado de crecimiento. Dado que el primer anhelo en el manejo de la uva de mesa es producir bayas de gran tamaño con la cantidad de azúcar y nivel de ácidos deseados, es esencial considerar el efecto del manejo del riego en la habilidad para producir estas características. Es ampliamente conocido que la habilidad para madurar uvas en forma exitosa requiere suficiente tejido foliar. Ello, con el fin de permitir la fotosíntesis que provee de azúcar para la síntesis de constituyentes celulares, que incluyen paredes celulares, membranas, aminoácidos, proteínas, ácidos orgánicos y azúcares. Es por ello, que es importante que el manejo de los parronales, incluyendo el riego, provea las condiciones Seminario Internacional. Manejo de riego y suelo en vides para vino y mesa rftJ para producir suficiente área foliar para apoyar el crecimiento y maduración de la fruta deseada para cada variedad (Ca 1 Ocm 2 / g de fruta) (Koblet, 1985). Sin embargo, un excesivo crecimiento vegetativo no es deseable por varias razones. Primero, un excesivo crecimiento vegetativo durante la floración, puede producir una reducida cuaja de la fruta; segundo, un excesivo crecimiento vegetativo puede producir condiciones microclimáticas indeseables que producen un aumentado potencial para enfermedades e insectos y reducido aroma y color en la fruta. De allí la importancia de las mediciones exactas del agua disponible y nutrientes en desarrollar un plan de manejo para obtener un adecuado, pero no excesivo crecimiento vegetativo. El crecimiento excesivo antes de la cuaja, es probablemente uno de los errores más frecuentes en manejo de las plantas. En algunas estaciones del año y en algunas regiones donde las lluvias tempranas de la estación son altas o los suelos son muy profundos y de alta fertilidad, puede ser difícil controlar el crecimiento vegetativo temprano. Bajo estas condiciones, el plan de manejo de las vides debe tratar de compensar este problema mediante un manejo con cubiertas vegetales y quizás con prácticas de poda. Para los fines de esta publicación, se va a asu mir que todos los factores de manejo excepto el riego, están completamente comprendidos y mantenidos en un nivel óptimo. Como semen cionó con anterioridad, la disponibilidad de agua del suelo puede ser un factor prepon derante en el crecimiento y desarrollo de la planta, dado que el manejo del riego es una herramienta poderosa para adquirir el control del crecimiento y desarrollo de la planta. Como se indicó en el primer párrafo de esta publicación, el manejo preciso del riego se 62 consigue mediante el monitoreo o estimación de los factores críticos en el continuo atmósfera - suelo - planta. El primero de éstos es la humedad del suelo y preferentemente esta medición va a indicar la disponibilidad de agua para la planta. El conocimiento del tipo de suelo, profundidad y más probable, la profundidad de las raíces, permite efectuar el cálculo de la máxima disponibilidad de agua para la planta, cuando el suelo está en su capacidad de campo en esta zona. Existe una amplia variedad de formas para adquirir esta información. Estos incluyen sonda de neutro nes, sondas capacitivas, reflectometría de dominio de tiempo (TDR), reflectometría de dominio de frecuencia (FDR) y aunque sea una sonda menos cuantitativa, una pala también puede ser de utilidad para aquellos con experiencia en su utilización. Independiente del método, es esencial apreciar la variabilidad de los suelos para un determinado viñedo y los factores que pueden influenciar la distribución del sistema radicular. Estos factores incluyen características del suelo como capas de tosca, suelos altamente compactados, como también prácticas de manejo como de riego y cultivos de cobertura. El mapeo de la variabilidad de suelos y el reconocimiento efectivo de la profundidad de las raíces, permite un mejor establecimiento o muestreo de las mediciones de la humedad del suelo. Esta información puede ser utilizada para estimar el número de días antes que un riego sea requerido, asumiendo que se ha estimado la proporción de uso diario. La estimación del uso diario de agua de la planta/ cultivo (Etc) ha sido ampliamente estudiado. Los principales componentes en este cálculo son: la evapotranspiración de referencia (Eto) basada en una Bandeja de Evaporación de Clase A o calculada usando la ecuación de Penman - Montieth (Allen et al., 1998), y una Serie Actas IN/A Nº 39 rf/J Riego en uva de mesa: una vista al valle de San Joaquín ... estimación del coeficiente de cultivo (Kc). Este es un reflejo del tamaño y distribución del follaje (superficie de área foliar) de la planta. En muchas áreas agrícolas del mundo, los valores de Eto son reportadas en forma diaria o semanal. En el valle de San Joaquín, los valores de Eto varían de O, 12 pulg. (2, 1 mm) hasta 0,30 pulgadas (7,6 mm) por día. El Kc está estrechamente relacionado al porcentaje de área sombreada bajo la planta al medio día(% sombra x 0,017 + 0,002 = Kc) (i. e. 50% sombra x 0,017 + 0,002 = 0,852 Kc) (Dr. Larry Williams, comunicación personal). Esto es de gran ultilidad, dado que el Dr. Williams ha mostrado que plantas con la misma área foliar y con diferentes sistemas de conducción, pueden tener diferente Kc's. Por ejemplo, dos plantas con la misma área foliar, una unida a un sistema horizontalde conducción dividido como es el Doble Cortina Genovesa, produce una mayor sombra que una con la misma área foliar unida en forma horizontal a un amarre restringido como es la Posición Vertical (VSP) de amarre. En el último, el aumento de la "sombra mutua", reduce el potencial de transpiración y por ende el uso de agua de la planta (Kc). Usando la Eto y el Kc, se puede estimar la evapotranspiración de la planta en forma directa (Etc= Eto x Kc). Con esta información ahora es posible predecir el intervalo deseado entre riegos, de forma de asegurar el estatus de agua necesaria para la planta (estresada o no estresada), para acompañar las características vegetativas y de producción de fruta establecidas en todo el plan de manejo. Por el lo es necesario, tener algún conocimiento de la respuesta de cualquier variedad a niveles de estrés de agua en diferentes estados fenológicos del desarrollo. La medición de la estimación del estatus hídrico Serie Actas IN/A Nº 39 63 de la planta (potencial de agua) es una forma importante de seguir el progreso en el intento de obtener el nivel de estrés deseado. La cámara de presión es el método predominante para medí r el potencial de agua en la planta, aunque el tiempo requerido, por lo general resulta en un mínimo de mediciones efectuadas para un viñedo. Otras técnicas para estimar el estatus hídrico de la planta incluye la medición de la temperatura de la hoja con relación a la temperatura del aire, utilizando termocuplas o sensores infrarrojos. Aunque pueda existir potencial para estas mediciones de forma de proveer la información necesaria, aún existe alguna dificultad para su uso. Con suerte algún día estos problemas puedan ser resueltos dado que son más rápidos y les conducirán a ellos a la automatización y desde que existe la oportunidad para monitorear una gran cantidad de plantas en más áreas a lo largo de un viñedo. Un esfuerzo más reciente es utilizar un espectrómetro infrarrojo portátil (NIR) (Brimrose, lnc.) para estimar el potencial de agua de la planta. Este instrumento portátil está siendo utilizado para controlar estado hídrico y está mostrando buenos resultados en el laboratorio, en el Centro de Investigación de Viticultura y Enología, Universidad de California, Fresno. Estos resultados van a ser presentados con mayor detalle en la conferencia misma. Todavía continúa en desarrollo la comprensión de potenciales hídricos críticos para controlar cada uno de los importantes estados fenológicos, tanto para uva de mesa como para vino. Sin embargo, se reconoce que todas las observaciones a la fecha, nos permiten empezar a desarrollar algún criterio para aumentar la precisión de nuestras prácticas de manejo. Con esto en mente, la siguiente es una descripción de un plan de manejo para la producción de uva de mesa en el valle de San Joaquín en California. Para más detalles al respecto, al lector deberá dirigirse a las siguientes referencias: (Me Carthy et al. 2002; Wample & Smithyman, 2002). Durante el período desde apertura de yemas a floración, el esfuerzo debería realizarse para mantener la humedad del suelo a un nivel suficiente para sostener el crecimiento vegetativo y llenar el espacio del follaje al 60% de su potencial. Dependiendo de la capacidad de retención de agua del suelo y de la profundidad de las raíces, esto puede ser al 75 a 95% de la capacidad de campo. Si la combinación de la variedad/masa radicular tiende a ser sobre vigorosa, puede ser beneficioso mantener un bajo nivel de humedad del suelo. Ello, con el fin de ayudar a reducir la elongación de los brotes, mientras tiene un pequeño efecto sobre estados tempranos del desarrollo del racimo. Lo contrario sería cierto para combinaciones poco vigorosas. En esta etapa de la estación, es importante recordar que el Etc es típicamente bajo debido a bajos Kc y Eto. Sin embargo, el Kc está cambiando rápido y debe ser monitoreado cuidadosamente junto con valores Eto para evitar niveles de estrés que pueden impactar en forma negativa la división celular y alargamiento de los racimos. Los potenciales de mediodía de -1,0 MPa y más altos (menos negativos), se considera que presentan menos estrés. Entre -1,0 y -1,2 MPa el nivel de estrés puede empezar a restringir el crecimiento vegetativo y reproductivo. Potenciales de agua de - 1,2 MPa , por lo general se considera que representan un estrés significativo y ciertamente deben evitarse a este estado del crecimiento. Debido a los bajos requerimientos de agua durante este período, es fácil aplicar demasiada agua. En suelos arcillosos pesados y suelos franco arcillosos, 64 el exceso de riego puede tener efectos dañinos en el desarrollo de la raíz como resultado de condiciones anaeróbicas. Las consecuencias de un pobre desarrollo radicular, en especial la pérdida de estructura fina de la raíz, puede ser la falta de absorción de nutrientes. Esto puede ser crítico para nutrientes menores como zinc y boro. Más aún, la pérdida de estructura radicular puede también producir una disminución del potencial. Además, hacer a las plantas de vides más susceptibles al total de agua de absorción y por ello hacer a las plantas de vides más susceptibles a niveles de bajo nivel de humedad más tarde en la estación. La evidencia más preponderante indica que no es deseable que las vides experimenten un estrés hídrico (-1,2 MPa y menores), durante la floración, debido a que pueden reducir la cuaja. De allí la necesidad de la cuidadosa atención que debe otorgarse a todos los aspectos de potencial de uso del agua por la planta (Kc, Eto y humedad del suelo) al acercarse a esta etapa de desarrollo. Sin embargo, también puede ser importante no sobre regar durante este tiempo y entonces estimular el crecimiento vegetativo que puede ser considerado competitivo para carbono y fuentes de nutrientes y por ello tener un efecto negativo sobre la cuaja del fruto y desarrollo. Es una observación general que el desarrollo de las bayas se debe primariamente a la división celular desde la cuaja del fruto hasta los próximos 30 días. Es interesante y quizás de utilidad el reconocer que la división celular ha demostrado ser uno de los últimos factores fisiológicos de la planta que son afectados por el estrés hídrico (Boyer, 1985). Esta relativa baja sensibilidad al estrés hídrico, puede tener ventaja para controlar el crecimiento vegetativo, especialmente el alargamiento celular de los internudos y tejidos de la hoja, lo cual es una de las respuestas más Serie Actas IN/A Nº 39 (/J Riego en uva de mesa: una vista al valle de San Joaquín ... sensible al estrés hídrico. Con esto en mente, el manejo del riego puede ser usado para disminuir los niveles de humedad del suelo hasta el punto donde es posible el cambio del potencial de agua de la planta desde -1,0 a - 1,2 MPa en un tiempo relativamente corto (7 - 1 O días). Debe ser reconocido que en viñedos con suelos profundos que tienen alta capacidad de retención de agua, va a tomar más tiempo el obtener esta meta que en viñedos de suelos livianos y superficiales. Por ello, es importante que el plan de manejo del riego tome esto en consideración en la medida que se enfrente una nueva etapa de desarrollo de la planta. El nuevo estado de desarrollo es a menudo llamado la etapa 11 lenta" del desarrollo de las bayas (Coombe, 1973). Aunque la mayoría de las variedades de uvas sin semilla muestran una débi 1 o en algunos casos no presentan esta fase, una curva de desarrollo sigmoidea típica de uva con semilla, existe un período donde ocurre una reducción en el desarrollo de las bayas, que precede a la ocurrencia de la pinta. Durante esta etapa, puede ser posible y deseable para variedades rojas y negras, inducirlesun pequeño estrés, el cual puede ser beneficioso para desarrollar ya sea un estimulo hormonal (ácido absícico) o precursores para el desarrollo del color o ambos. Desafortunadamente, la duración de esta etapa del desarrollo es altamente variable, dependiendo de la variedad y es altamente influenciada por las condiciones climáticas. Para tomar ventajas de esta oportunidad de manejo, el administrador del viñedo, debe tener un buen conocimiento de éste y de las condiciones climáticas. Bajo las mejores condiciones de humedad del suelo y condiciones climáticas, puede ser posible utilizar el estrés hídrico para disminuir la densidad del follaje y aumentar una pequeña penetración a la zona frutal y por ende mejorar Serie Actas IN/A Nº 39 65 el color. Una reducción en la densidad del follaje también puede reducir la presión de enfermedades al aumentar el flujo de aire a través del follaje (Ypema & Gubler, 2000). La habilidad para cumplir con este cambio, requiere de una acuciosa estimación del nivel de la humedad del suelo y del uso del agua por la planta y conocimiento del nivel de estrés requerido para producir este cambio. Esto, claramente representa un alto nivel de manejo y si no se maneja de forma correcta, puede producir una pérdida del cultivo y quizás de la cal id ad de la fruta. Solamente deberá ser llevado por expertos administradores con la información requerida para efectuar acuciosas mediciones en el tiempo del estado de la humedad del suelo y de la planta. Los administradores de viñedos que planifiquen usar esta estrategia deben poseer un profundo conocimiento del sistema de riego para viñedos, de modo de asegurar que es posible reponer la humedad del suelo a un nivel sin estrés en siete a diez días como signo de un desarrollo de la pinta. Desde el inicio de la pinta hasta la cosecha, el manejo del riego en uva de mesa debe tratar de minimizar el estrés hídrico sin estimular el crecimiento vegetativo. Debido a que en esta etapa el volumen de follaje se encuentra en su máximo desarrollo y los valores de Etotambién pueden estar en su máximo nivel, es muy importante que el sistema de riego sea designado para cumplir la máxima demanda. Esto es especialmente valedero para situaciones donde la humedad del suelo haya sido agotada y no es sólo necesario cumplir las necesidades diarias de la planta, sino también de llenar el perfil del suelo. Una preocupación adicional se produce si no se puede aplicar riego en forma diaria. Entonces, la cantidad de agua aplicada a un suelo de humedad agotada, debe ser suficiente para solucionar el déficit y Seminario Internacional. Manejo de riego y suelo en vides para vino y mesa 1 •. . ~ cumplir las necesidades de agua de la planta hasta el próximo ciclo de riego. Un rápido alargamiento celular acompañado de aumentos en los niveles de azúcar de las bayas, enfatiza la necesidad de mantener la planta al máximo de la función fisiológica de la fotosíntesis y transporte de carbono, a lo largo de la pinta y de la cosecha. Después de la cosecha es importante continuar con el buen manejo del riego, especialmente en regiones semejantes al Val le de San Joaquín. Es fácil olvidar la necesidad del riego, una vez que se ha cumplido la cosecha. Sin embargo, una falla en la mantención de la humedad del suelo después de la cosecha, puede tener una serie de efectos en la planta, incluyendo defoliación prematura, reducida fotosíntesis y almacenamiento de carbohidratos, pobre desarrollo de las raíces en otoño y reducida absorción de nutrientes. En el peor de los escenarios, condiciones secas de suelo, debidas a un pobre manejo del riego que son acompañadas por una falla de esperado otoño tardío y lluvias de invierno, pueden resultar en pérdida de las raíces finas debido a desecación. Esto puede implicar un pobre y errático crecimiento de los brotes en la próxima primavera y en aborto de los racimos. En resumen, el manejo del riego de uva de mesa en el valle de San Joaquín o en cualquier otro lugar, requiere un conocimiento profundo de muchos factores y la habilidad de sacar ventaja de este conocimiento para optimizar el rendimiento y calidad, al mismo tiempo de controlar los costos. Como indica la definición del manejo, el manejo del riego en uva de mesa, requiere un conjunto de metas bien definidas y la capacidad de controlar esos factores importantes para conseguir esas metas. 66 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Al len, R.G., L. S. Pereira, D. Raes and M. Smith 1998. Crop evapotranspiration -Guidelines for computing crop water requirements - FAO lrrigation and drainage paper 56. FAO - Food and Agriculture Organization of the United Nations. Rome Boyer, J.S. 1985. Water Transport. Annual Review of Plant Physiology. Vol u me 36, p. 473-516, Coombe, B.G. (1973) "The regulation of set and development of the grape berry," Acta Horticulturae 34: 261-273. McCarthy, M.G., B.R. Loveys, P.R. 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