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ARABIA SAUDÍ

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ARABIA SAUDÍ 
HISTORIA
Arabia fue probablemente el área originaria de los semitas, desde donde, al comenzar el cuarto milenio a.C., se desplazaron hacia Mesopotamia y Palestina. Más adelante serían identificados como asirio-babilónicos, cananeos y amorreos.
ANTIGÜEDAD
En el primer milenio a.C., el reino Mineo estaba bien establecido en Asiria y en el sur de al-Ḩijāz, a lo largo de la costa del mar Rojo; su capital fue Karma, o Qarnaw (hoy Sadah, en Yemen). Los mineos eran nómadas y pastores que prácticamente llegaron a controlar el comercio de incienso a través del norte de al-Ḩijāz. Después de que los mineos se retiraran de su plaza en al-Ula en el siglo I a.C., los nabateos establecieron un centro comercial en Medain Salih, un poco más al norte.
En la parte oriental del territorio se encontraba Dilmun, situada a orillas del golfo Pérsico y que formaba una entidad política y cultural bien definida. Algunas veces se ha identificado con la isla de Bahrein, aunque controlaba tierras del continente y comerciaba con las zonas interiores de lo que hoy conocemos como Arabia Saudí.
Alejandro III el Magno, rey de Macedonia, planeó conquistar Arabia, lo que quedó frustrado por su prematura muerte en el 323 a.C.; más tarde, los Tolomeos de Egipto establecieron una cabeza de puente en Yenbo, pero sus planes fueron frustrados por los nabateos. El país fue ulteriormente objeto de la lucha por la hegemonía entre etíopes y persas. Hacia el siglo V d.C., La Meca reemplazó en importancia a la ciudad nabatea de Petra.
EL SURGIMIENTO DEL ISLAM
Mahoma, el profeta del islam, nació en La Meca en el 570. Sus enseñanzas fueron muy criticadas por los residentes de la localidad, por lo que Mahoma hubo de huir a Medina (hecho conocido con el nombre de Hégira). En el 630 volvió con sus seguidores y conquistó La Meca, iniciando la rápida expansión del islam a través de Oriente Próximo, cambiando profundamente la historia de la región, que se sometió a las directrices islámicas durante el siglo VII. Sus sucesores continuaron con la conquista y la conversión de todo Oriente Próximo, y así se estableció el califato, primero en Damasco en el 660, y después en Bagdad. El propio hogar de Mahoma fue perdiendo importancia dentro de los límites del califato islámico. Después de 1269, la mayor parte de al-Ḩijāz estaba bajo la soberanía de los mamelucos egipcios. El Imperio otomano obtuvo su control cuando conquistó Egipto en 1517, pero no pudo extender su autoridad hacia el interior. En el siglo XV, se fundó la dinastía Saudí, cerca de la actual Riad, por Muhammad ibn Saud.
LA INFLUENCIA DE LOS WAHHABÍES
A mediados del siglo XVIII, el dirigente religioso Muhammad ibn Abd al-Wahhab constituyó su secta fundamentalista y, apoyado por los ejércitos saudíes, el movimiento pronto estableció un Estado árabe en al-Najd. En 1802, los wahhabíes ocuparon La Meca, y aunque más tarde fueron expulsados (1812), no fueron derrotados. Los wahhabíes y los saudíes se retiraron a Riad, donde fundaron su capital en 1824 y desde donde iniciaron la reconquista de la mayor parte del territorio que habían perdido. Después de 1865 la dinastía entró en guerra civil y el reino fue dividido entre varios clanes y los otomanos. Derrotada la familia saudí, escapó al exilio en Kuwait. En 1902, Abd al-’Aziz III ibn Saud reconquistó Riad, y hacia 1906 sus fuerzas controlaron la región de al-Najd. Más tarde, ocupó la región de Hasa (1913), Jabal Shammar (1921), La Meca (1924), Medina (1925) y Asiria (1926), momento en el que se proclamó a sí mismo rey de al-Ḩijāz. En septiembre de 1932, después de la unificación de los territorios conquistados, pasó a designar sus vastos dominios con el nombre de Arabia Saudí.
EL REINO DE ABD AL-’AZIZ
Antes de 1938, año en que comenzó la explotación a gran escala de los recursos petroleros de Arabia Saudí, las condiciones socioeconómicas del país diferían poco de las existentes en la antigüedad. Con el incremento de los ingresos procedentes de la industria del petróleo, el rey Abd al-’Aziz desarrolló un amplio programa de modernización, particularmente en zonas con necesidades de abastecimiento de agua, agricultura, industria y sanidad pública. Al mismo tiempo, fortaleció las relaciones con otros estados de Oriente Próximo y adoptó una política de amistad hacia Estados Unidos y Gran Bretaña. Fue defensor de la causa aliada en la II Guerra Mundial, y permitió la construcción de una base estadounidense en Dhahran, pero mantuvo al país oficialmente neutral hasta marzo de 1945, cuando declaró la guerra a Alemania y Japón.
En 1945, Arabia Saudí entró en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Liga Árabe. Se opuso a la creación del Estado de Israel, pero tuvo una intervención discreta durante la guerra de la Liga Árabe contra el Estado judío entre 1948 y 1949. En junio de 1951, Arabia Saudí consintió el uso de la base aérea de Dhahran por parte de Estados Unidos durante otros cinco años en agradecimiento por la ayuda técnica prestada por este país y el permiso para la compra de armas bajo un tratado de asistencia de defensa mutua. En el mes de diciembre, un nuevo acuerdo con la Arabian-American Oil Company (Aramco) proporcionaba a Arabia Saudí el 50% de los beneficios netos de la compañía.
PERIODO DE LA GUERRA FRÍA
El rey Abd al-’Aziz murió el 9 de noviembre de 1953. Fue sucedido por su hijo mayor, Sa'ud ibn 'Abd al-'Aziz, quien abogó por la neutralidad árabe en la Guerra fría. Arabia Saudí se opuso a la Organización del Tratado de Oriente Medio (OTOM), fundada en 1955 por Gran Bretaña, Turquía, Irak, Irán y Pakistán. Los representantes de Arabia Saudí asistieron a la Conferencia de Bandung (Indonesia) celebrada del 18 al 24 de abril de 1955. En octubre de ese año, se firmó un pacto de defensa mutua con Egipto. En el mismo mes, fuerzas dirigidas por los británicos desde el sultanato de Muscat y Omán reconquistaron un oasis en una zona en litigio que había sido ocupado en 1952 por la policía de Arabia Saudí, cuyas protestas ante las Naciones Unidas fueron infructuosas. En noviembre, el rey Saud acordó otorgar un préstamo a Siria de 10 millones de dólares para fines económicos y militares. En agosto de 1956 fue concedido a Egipto otro préstamo de 10 millones de dólares, cuando fueron congelados los fondos egipcios en bancos extranjeros, como consecuencia de la nacionalización del canal de Suez, el 26 de julio; después del ataque conjunto de israelíes, británicos y franceses sobre Egipto en octubre y noviembre, Arabia Saudí rompió relaciones diplomáticas con Gran Bretaña y Francia, y cortó el suministro de petróleo a estos países.
El rey Saud visitó Estados Unidos en enero de 1957; poco después se anunciaba que Estados Unidos vendería armas y concedería otras ayudas suplementarias a Arabia Saudí, a cambio de una prórroga en la autorización del uso de la base aérea de Dhahran. En abril, Arabia Saudí declaraba el golfo de Aqaba como aguas territoriales bajo su soberanía, y anunciaba que podría ser denegado el paso de los barcos israelíes a través de dicho golfo; a pesar de esta declaración, no hubo intentos para impedir el paso de los barcos israelíes. En febrero de 1958, las aguas territoriales de Arabia Saudí fueron ampliadas a doce millas de la costa.
En marzo de 1958, el rey Saud transfirió los poderes legislativo y ejecutivo, tradicionalmente incluidos entre las prerrogativas absolutas del monarca, a su primer ministro, su hermano y príncipe heredero Faysal ibn 'Abd al-'Aziz, si bien mantuvo su derecho a veto. En mayo, un real decreto establecía la formación de un sistema ministerial.
RELACIONES CON OTROS ESTADOS DE ORIENTE PRÓXIMO
En una conferencia mantenida en Bagdad, entre el 10 y 14 de septiembre de 1960, Arabia Saudí, Irak, Irán, Venezuela y Kuwait fundaron la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para coordinar sus políticas, y ayudar al mantenimiento de los precios del crudo. El 21 de diciembre, Saud retomó el control del gobierno y se nombró a sí mismo primer ministro.
En octubre de 1962, el rey Saud cedióla jefatura de gobierno a Faysal. Mientras tanto, las relaciones entre Egipto y Arabia Saudí se habían deteriorado. Después del triunfo de las fuerzas revolucionarias en Yemen, en septiembre de 1962 aumentó la tensión; Egipto apoyaba al nuevo gobierno republicano, mientras Arabia Saudí daba refugio al derrocado imán yemení y se comprometía a defender sus esfuerzos para recuperar el trono. Los ataques monárquicos contra Yemen desde Arabia Saudí provocaron que aviones egipcios bombardearan ciudades saudíes en noviembre, y Arabia Saudí rompió relaciones diplomáticas con Egipto y movilizó sus Fuerzas Armadas el 3 de enero de 1963.
El príncipe Faysal, que había consolidado su poder e introducido mayores reformas sociales y económicas, sucedió en el trono a Saud el 2 de noviembre de 1964. Designó como su sucesor a su pariente, el príncipe Jalid ibn 'Abd al-'Aziz.
CONFLICTOS ÁRABE-ISRAELÍES
Hacia 1967, a medida que el conflicto árabe-israelí se había ido intensificando como preludio del estallido bélico posterior, conocido como la guerra de los Seis Días, el rey Faysal manifestó su apoyo total al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y envió 20.000 soldados a Jordania para enfrentarse a Israel. El 6 de junio las exportaciones saudíes de petróleo a Estados Unidos y Gran Bretaña fueron suspendidas, pero no hubo ruptura de relaciones diplomáticas; el comercio petrolero fue restablecido después de la derrota árabe en la contienda. Más tarde, en el mismo año, una cumbre árabe obtuvo como resultado la retirada egipcia de Yemen, y Arabia Saudí compensó a Egipto con una importante ayuda económica para aliviar la pérdida de ingresos que le ocasionó el cierre del canal de Suez durante la guerra. El rey Faysal continuó con el llamamiento a la acción panislámica contra Israel y criticó la complicidad estadounidense con Israel, aunque permaneció reacio a articular una posición antioccidental fuerte; así, en 1971, Arabia Saudí y otros cinco estados del golfo Pérsico establecieron un pacto de cinco años con veintitrés compañías petroleras occidentales, entre las que se encontraban diecisiete firmas estadounidenses. En julio de 1970, Arabia Saudí reconoció formalmente al gobierno republicano de Yemen, después de siete años de conflictos fronterizos intermitentes.
Arabia Saudí envió un pequeño número de soldados y armas (especialmente aviones) para ayudar a los países árabes durante la guerra del Yom Kipur en 1973. Como consecuencia de ese conflicto, el gobierno desempeñó un papel destacado en la organización de un breve boicoteo contra los países que habían apoyado a Israel, y en el aumento del precio internacional del petróleo, que se multiplicó por cuatro. Posteriormente, Arabia Saudí tomó posesión de la mayoría accionarial de la compañía Aramco, incrementando de manera espectacular los ingresos estatales, lo que le aportó fondos para un masivo plan de desarrollo económico.
FORTALECIMIENTO FINANCIERO Y MILITAR
En marzo de 1975, el rey Faysal fue asesinado por un sobrino y fue sucedido por el príncipe Jalid, su hermanastro. Sin embargo, Jalid no gozaba de buena salud y su hermano, el príncipe heredero Fahd ibn 'Abd al-'Aziz, se hizo con el poder. El país mantuvo su línea conservadora, y su influencia hizo a la OPEP mantener el incremento de los precios, tal y como lo exigían sus países miembros. En 1980, se anunció que el gobierno tomaba el control total del capital de Aramco con efectos retroactivos desde enero de 1976. Muchos de los petrodólares destinados en el país fueron reinvertidos en Occidente o en gastos armamentísticos, pero la inflación interna y el difícil cumplimiento de los programas de desarrollo económico fueron continuos problemas durante esa época.
Arabia Saudí, considerada una fuerza moderada en el conflicto árabe-israelí, se mostró radicalmente opuesta a la política conciliadora del presidente egipcio Anwar al-Sadat hacia Israel en 1977, y después de la firma del tratado de paz entre ambos países en 1979, cortó la ayuda financiera a Egipto y rompió las relaciones diplomáticas con este país. La Revolución Islámica que tuvo lugar ese año en Irán, y la ulterior captura de guerrilleros islamistas en la gran mezquita de La Meca, fueron acontecimientos regionales que sacudieron al gobierno saudí y que le llevaron a establecer un creciente interés en la seguridad interna y en el fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas. Para garantizar dicha seguridad, Estados Unidos accedió a vender a los saudíes diversos sistemas aerotransportados de detección y control (AWACS), un convenio que motivó una fuerte oposición por parte de Israel y de sus aliados estadounidenses, que temían un vuelco en el equilibrio militar de Oriente Próximo.
El rey Jalid murió en junio de 1982 y fue sucedido por el príncipe heredero Fahd. En julio de 1987, al menos 400 personas murieron en La Meca, cuando peregrinos chiitas iraníes se enfrentaron con la policía saudí. Asimismo, más de 1.400 peregrinos murieron en julio de 1990 después del pánico causado por un accidente que tuvo lugar en un puente y un túnel.
Por otro lado, la ocupación de Kuwait por Irak en agosto de 1990 tuvo consecuencias militares, políticas y económicas significativas para Arabia Saudí. Para contener la amenaza militar iraquí, el gobierno permitió el despliegue temporal en territorio saudí de cientos de miles de soldados estadounidenses y de tropas aliadas, y las fuerzas saudíes lucharon como parte de la coalición multinacional contra Irak en la guerra del Golfo Pérsico. Mientras tanto, para compensar la pérdida de la aportación petrolera de Irak y Kuwait, Arabia Saudí incrementó de forma importante su propia producción de crudo.
TÍMIDA APERTURA POLÍTICA
Las reformas políticas decretadas por el rey Fahd en 1992 establecieron un consejo consultivo, permitieron el establecimiento de una lista de derechos individuales y obligaron a modificar las leyes sucesorias. Los problemas económicos se hicieron patentes en 1993. Estados Unidos insistió en que Arabia Saudí contribuyera con 51.000 millones de dólares a los gastos provocados por el conflicto bélico, a lo que había que agregar el déficit presupuestario con el que ha operado la economía saudí desde 1983 hasta 1993. Los pagos por la guerra y el descenso de los precios del petróleo en la década de 1980 forzaron al gobierno saudí a un recorte en los gastos sociales y de defensa, así como a obtener préstamos en bancos internacionales. A pesar de estos problemas económicos, Arabia Saudí ayudó a evitar un aumento artificial de los precios del crudo en marzo de 1994, pretensión encabezada por Irán. La Asamblea Consultiva establecida por el rey Fahd en 1992, la Majlis as-Shura, se reunió por primera vez en diciembre de 1993.
Arabia Saudí continuó su particular lucha contra los grupos religiosos fundamentalistas nacionales en 1994, privando a Osama bin Laden de su ciudadanía por apoyar a diversos grupos terroristas. La muerte de 270 peregrinos en un accidente ocurrido en La Meca, el 23 de mayo de 1994, exacerbó las críticas de algunos musulmanes deseosos de cuestionar el puesto de Arabia Saudí como guardián de los santos lugares del islam.
En enero de 1996, tras sufrir una embolia cerebral, el rey Fahd cedió el control de los órganos de gobierno a su hermano y príncipe heredero Abdullah, si bien el 21 de febrero reasumió el poder. El 12 de junio de 2000, los gobiernos de Arabia Saudí y Yemen firmaron un histórico acuerdo que definía de forma definitiva y en toda su extensión, los límites fronterizos, tanto terrestres como marítimos, entre ambos países. En abril de ese mismo año, el gobierno aprobó una nueva legislación reguladora de las inversiones exteriores en territorio saudí.

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