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1 LIMA, Nísia Trindade; BRITTO, Nara. Salud y nación: Propuesta para el saneamiento rural. Un estudio de la revista Saúde (1918 – 1919). In: CUETO, Marcos (Ed.). Salud, cultura y sociedad en América Latina: Nuevas perspectivas históricas. Lima: IEP. Organización Panamericana de la Salud, 1996. 253p. p.135-158. (Estudos Históricos, 20). SALUD Y NACIÓN: PROPUESTA PARA EL SANEAMIENTO RURAL. UN ESTUDIO DE LA REVISTA SAÚDE (1918-1919)* Nísia Trindade Lima Nara Britto** ¿Cómo transformar Brasil en una nación? Una pregunta que inquietaba a las élites intelectuales del país desde fines del siglo XIX, encontró una respuesta particular en la campaña por el saneamiento rural, que se desarroló durante la década de 1910. Quienes llevaron adelante esta campaña consideraron que tanto la construcción de la nacionalidad, cuanto la superación del atraso de la sociedad, resídian en la mejora de las condiciones de salud de la población. Es decir, que el atraso del campo y la pobreza de Brasil no se debían a las adversidades provenientes de la naturaleza climática, o de la inferioridad racial sino a las enfermedades que diezmaban a la población. La denuncia del marco sanitario y social del interior de Brasil se produjo con la divulgación del informe elaborado em 1916 sobre una de las más importantes expediciones científicas del Instituto Oswaldo Cruz (IOC) y con la publicación, en 1918, del libro Saneamento do Brasil, por Belisário Pena.1 Esta expedición se realizó a varios estados de las regiones nordeste y centro-oeste y estuvo bajo el liderazgo de los médicos Artur Neiva y Belisário Pena. Estas actividades crearon as bases para el surgimiento de un movimiento nacional * Una versión preliminar de este artículo apareció en portugués con el título Saúde e nação: A proposta do saneamento rural. Um estudo da revista saúde (1918-1919) (Rio de Janeiro: FIOCRUZ, 1991). ** Agradecemos a Maria Rachel Froes da Fonseca, Wanda Hamilton y Marcos Cueto por la ayuda en la traducción de este texto. 1 El IOC se creó en 1900 con el nombre de Instituto Soroterápico Federal. Desde 1903 estuvo dirigido por Oswaldo Cruz, quien simultáneamente ocupó el cargo de director de la agencia de salud pública federal, la directoría General de salud Pública. Durante su gestión, que ejerció hasta 1917, el Instituto se transformó en un importante centro de investigación y formación de médicos especializados en salud. Véase, Belisário Pena, Saneamento do Brasil (Rio de Janeiro: Editora dos Tribunais, 1923); Nancy Stepan, Gênese e evolução da ciência brasileira. Oswaldo Cruz e a política de investigação científica e médica (Rio de Janeiro: Artenova; 1976), y Jaime Benchimol, Manguinhos de sonho à vida. A ciência na belle époque (Rio de Janeiro: FIOCRUZ, 1990). 2 que reunió a médicos e intelectuales, con el propósito de discutir la propuesta del saneamiento. Fue en este contexto, y bajo el liderazgo de Belisário Pena, que se creó en 1918 la Liga Pro Saneamiento del Brasil que empezó a editar la revista Saúde. Sanear el país implicaba, desde el punto de vista de los miembros del movimiento, recuperar la “auténtica nacionalidad” ignorada por las élites urbanas, o empañada por el discurso de exaltación del país que predominó durante los primeros años de la era republicana.2 Consecuentemente, para los miembros de este movimiento era imposible lograr el desarrollo social, sin antes solucionar los problemas de un pueblo “constituido en su gran mayoria por enfermos, discapacitados, palúdicos, anquilostomiados, ‘embarbeirados’”3 La construcción nacional era una tarea que no podia basarse sino sobre la valoración de la vida y la salud de la población brasileña. El principal objetivo de este trabajo consiste en examinar las concepciones que orientaron a la Liga Con este propósito, elegimos a la revista Saúde, su organismo oficial de divulgación, como una fuente privilegiada para analizar los temas abordados por el movimiento sanitarista de comienzos del siglo XX. El contexto político Es conveniente resaltar la importancia que tuvieron los temas relacionados a la salud durante el período histórico brasileño denominado, comúnmente, la Primera o Vieja República. Dicho período, delimitado por la Proclamación de la República en 1889 y por la Revolución de Vargas de 1930, puede decirse que se caracterizó por el predominio económico ejercido por la industria del café – producido para el mercado internacional -, por la poca legitimidad de los procesos electorales y por el creciente control de los grupos oligárquicos de los estados de Minas Gerais y São Paulo.4 Es imposible entender la importancia del movimiento sanitario en el país, sin referirse a las propuestas políticas para la organización nacional, que se intensificaron durante las décadas de 1910 y 1920, en oposición al dominio oligárquico y que, entre otros temas, resaltaban la necesidad de superar la fragmentación del país a través de la centralización de las políticas de salud y de educación. En líneas generales, los autores que han estudiado la Liga Pro saneamiento del Brasil, la consideran una expresión particular de las propuestas nacionalistas que caracterizaron el período inmediatamente posterior a la Primera Guerra Mundial.5 El tema fue más desarrollado por 2 Véase Lucia Lippi de Oliveira, A questão nacional na Primeira república (São Paulo: Brasiliense/CNPq, 1990), pp. 77-198. 3 “Editorial”, Saúde 3 (1918). El término “embarbeirados” designa a las personas atacadas por los “barbeiros”, insectos hematófagos que transmitem la enfermedad de Chagas. 4 Sobre la Primera república, véase Angela Castro Gomes y Marieta Ferreira, “Primeira república: um balanço historiográfico”, Estudos Históricos 2, 4 (1989): 244-289. 5 Véase, Nilson do Rosário Costa, Lutas urbanas e controle sanitário. Origens das políticas de saúde no Brasil (Petrópolis: Vozes/ABRASCO, 1985); Vivaldo Lima Sobrinho, “A política de saúde pública e o movimento sanitário brasileiro (1920- 3 Santos,6 quien señala en rol desempeñado por la Liga, como uno de los canales más importantes del proyecto ideológico para la construcción de la nacionalidad. El autor identificó dos corrientes de pensamiento nacionalista en esse período. Una atribuía a la modernización, a partir de las ciudades, la fuerza básica para la construcción de un proyecto nacional que incluyese a Brasil dentro del conjunto de países “civilizados”. La meta perseguida por esta corriente era la europeización del país y, en esse sentido, muchos intelectuales del período señalaban a la inmigración extranjera, como un medio para desarrollar el país a través de su occidentalización y el “blanqueo” de sus razas.7 La segunda corriente quería construir la nacionalidad en base el rescate y recuperación del interior. Esta idea, expuesta por primera vez en la obra precursora "Os sertões" de Euclides da Cunha, se propagó en la producción literaria de autores tales como Monteiro Lobato, Alberto Torres y Vicente Licinio Cardoso.8 La influencia de las ideas sanitaristas sobre la obra de Lobato puede verificarse en el significativo cambio que impuso a uno de sus más famosos personajes, Jeca Tatu, después del contacto que tuvo con los médicos y sanitaristas de la campaña de saneamiento. Caracterizado inicialmente como un personaje negativo, indolente e improductivo, después de la campaña de saneamiento comenzó a considerarse a Jeca como una víctima de las endemias rurales, sobre todo de la anquilostomiasis. Jeca Tatu se convirtió en una de las principales representaciones del trabajador rural brasileño. En el caso de Torres y Cardoso, ellos hacían hincapié sobre la valoración de las regiones del interior y los programas de recuperación de la sociedad rural. Según Santos, la relevancia política que alcanzó el debate sobre las condiciones de salud durante la Primera República se debió a la fundamentación científica que el movimiento en pro del saneamiento rural suministróa la tesis sobre la incorporación de los “sertões”. Oponiendose al determinismo pesimista de base étnica o climática, los defensores del saneamiento intentaron demostrar que la integración de los “sertões” a la civilización del litoral representaría “un gran reto para el fortalecimiento de la nacionalidad, visto que una población enferma era igual a una raza débil, y por 1950)” (Tesis de Maestría, Univ. Estadual do Rio de Janeiro, 1981); y Luis Antonio Castro Santos, “O pensamento sanitarista na Primeira República: uma ideologia da construção da nacionalidade”, Dados. Revista de Ciências Sociais 28 (1985): 193-210. 6 Santos, “O pensamento sanitarista”. 7 Ibid. Sobre el “blanqueo” Thomas Skidmore, Preto no branco (Rio de Janeiro; Paz e Terra, 1976). 8 José Bento Monteiro Lobato (1882-1948), paulista y miembro de una familia de hacendados cafetaleros, fue un importante escritor y defensor de la campaña de saneamiento rural. Véase, José Bento Monteiro Lobato, Mr Slang e o Brasil e problema vital (São Paulo: Brasiliense, 1964). Alberto Torres (1865-1917), abogado, parlamentario y escritor de Río. Sus principales obras, Organização Nacional (Rio de Janeiro: Imp. Nacional, 1904) y O problema nacional (Río de Janeiro: Imp. Nacional, 1904), tuvieron gran influencia sobre la campaña de saneamiento. El ingeniero y escritor Vicente Licinio Cardoso (1888-1931) nació en Rio y publicó ensayos que destacan el rescate de los “sertões” y están reunidos en A margem da história do Brasil (São Paulo: ed. Nacional, 1930). 4 conseguiente a una nacionalidad sin futuro”.9 El análisis de Santos enfatiza la importancia de la propuesta de saneamiento rural, en el contexto de los dilemas enfrentados por el pensamiento nacionalista del período. En este sentido él menciona la expresión “idea-fuerza” utilizada por Monteiro Lobato, para quien, entre la enfermedad y la incapacidad racial como explicaciones del atraso de Brasil, era preferible optar por la primera, en lugar de confesar con desánimo la incapacidad del hombre brasileño.10 Nuestro trabajo está orientado a determinar la especificidad de la propuesta para la construcción nacional, defendida por la Liga Pro Saneamiento. Sugerimos que ella no pretendía sólo abarcar la recuperación de las raíces de la nacionalidad – el rescate del pasado -, sino utilizar estos orígenes como base para un nuevo orden social y un nuevo elemento para la construcción de un Estado, donde la ciencia desempeñaria un papel determinante. El cientificismo, apuntado por Oliveira como una de las corrientes que influyeron el enfoque del tema nacional durante la Primera Pepública, adquirió tonalidades acentuadas durante la camnpaña desarrollada por la Liga.11 Según Belisário Pena la política era generalmente “mala consejera”, pero la ciencia permitiría exponer la verdadera realidad e “iluminar” los problemas nacionales, constituyéndose en un instrumento crucial para la intervención del Estado. La campaña sanitaria de comienzos del siglo XX dejó en evidencia una concepción que atribuía al Estado el papel clave, tanto en lo que atañe a la mejora de las condiciones de la salud, cuanto en el proceso educativo más amplio, considerado como el pilar de la construcción de la nacionalidad. El contenido de la acción estatal debía constituirse basándose sobre el conocimiento científico, específicamente sobre la higiene, capaz de ofrecer los medios necesarios para el ordenamiento de la sociedad. La meta era establecer un nuevo orden social, pautado por la búsqueda del equilibrio, la tranquilidad y la resistencia en el trabajo. Otros contenidos específicos de las propuestas de salud de la Liga Pro Saneamiento se centraban en la selección de la lucha contra las “tres grandes endemias rurales”: anquilostomiasis, enfermedad de Chagas y malaria. Estas enfermedades eran consideradas como los problemas prioritarios de la salud. Sugerimos que, en parte, esta selección puede explicarse por la defensa de un proyecto nacionalista específico. Se trataba de solucionar el problema de las endemias rurales.12 Es importante señalar que la malaria y la anquilostomiasis eran objeto de 9 Véase, Santos, “O pensamento sanitarista”, p. 202. Santos destaca las ambigüedades existentes entre las corrientes nacionalistas del período. Entre los que anhelaban la europeización del país no todos eran partidarios de la tesis del blanqueo. 10 Lobato, Mr Slang. 11 Oliveira, A questão nacional, pp. 82-85. 12 Los datos sobre la incidencia de dichas enfermedades a comienzos del siglo XX no son exactos. Pena estimaba que 70 por ciento de la población brasileña era 5 campañas de erradicación por parte de organismos internacionales, tales como la Fundación Rockefeller (véase el capítulo de Cueto en este mismo volumen). En el caso de la enfermedad de Chagas, se atribuyó su importancia en parte al hecho que fue descubierta por Carlos Chagas, un científico que integró el equipo de investigadores del IOC, contribuyendo a la legitimación de la actividad científica brasileña en el escenario internacional. Descubierta en 1909, la tripanosomiasis americana, como fue designada por Chagas, es causada por un protozoario – el Trypanozoma Cruzi -, y transmitida por un insecto hematófago, popularmente conocido como “barbeiro”, diseminado en regiones del interior brasileño. La enfermedad se distingue en su forma clínica más conocida por cardiopatías, problemas en el sistema nervioso y disfunciones en la tiroide. En la época de la campaña de saneamiento, la extensión de la enfermedad era poco conocida, aunque los científicos sospechasen sobre su gran preponderancia en el país.13 Las principales imágenes asociadas a estas enfermedades – apatía y pereza – persistiron durante mucho tiempo como parte de la imagen tradicional con que frecuentemente se representaba a Brasil en los textos literarios y ensayísticos. Por ejemplo, una metáfora común y extendida fue la del escritor Mario de Andrade quien calificó a Brasil como el “país de la malaria y la pereza”.14 Contra este estereotipo reaccionaron los miembros de la Liga. La Liga Pro Saneamiento del Brasil La Liga fue fundada en febrero de 1918 por el médico higienista Belisário Pena. Nacido en el estado de Minas Gerais, Pena se incorporó al equipo de colaboradores de Oswaldo Cruz hacia 1903, al comienzo como alumno del Curso de Aplicación del IOC, primer curso regular dictado sobre técnicas microbiológicas. Pena participó en las expediciones científicas que organizó dicha institución, y ejerció la función de inspector sanitario en el Departamento General de Salud Pública (DGSP). Con la creación del Departamento Nacional de Salud Pública (DNSP) en 1919, fue nombrado director de profilaxis rural.15 También Pena lideró, en colaboración con Artur Neiva, la expedición a varios estados del nordeste y centro-oeste que alcanzó una gran repercusión, portadora de anquilostomiasis, 30 por cento de malaria y 15 por ciento de la enfermedad de Chagas. Véase Pena, Saneamento do Brasil, pp. 95-96. 13 Sobre las controversias científicas en torno al mal de Chagas, véase Carlos Chagas Filho, Meu pai (Rio de Janeiro: FIOCRUZ, 1993); Jaime Benchimol y Luiz A. Teixeira, Cobras e lagartos (Rio de Janeiro: Ed. Univ. Federal do Rio de Janeiro/FIOCRUZ, 1994). 14 Pereza era la designación popular para la anquilostomiasis. 15 Después de la Revolución de 1930, a la cual Pena se adhirió, éste trabajó en el recién creado Ministerio de Educación y Salud, llegando a ser Ministro por corto tiempo. En los años 30 se afilió a la Acción Integralista Brasileña, un movimiento inspirado en el fascismo que atrajo a otros intelectuales nacionalistas. Datos biográficosde Pena en: Alberto Diniz, O dinamismo patrioticamente constructivo de Belisário Pena (Rio de Janeiro: Jornal do Comercio, 1948). Fondo Belisário Pena, Archivo Casa de Oswaldo Cruz, FIOCRUZ, Rio de Janeiro [en adelante ACOC]. 6 siendo considerada como un modelo de saneamiento rural. Pena no se consideraba un mero “informante de oídos” o de lectura de lo que otros habían escrito, sino como alguien que conocía de cerca y había “palpado” la realidad nacional.16 La centralidad de su actuación se debe en parte a que adoptó una actitude “militante” en la salud.17 Bajo el liderazgo de Pena la Liga congregó durante los años 1918 y 1919 a médicos e intelectuales en torno a la propuesta del saneamiento.18 Las dos principales propuestas de la Liga consistieron, primero, en la institucionalización de una política sanitaria estatal, considerada como un medio indispensable para mejorar la salud de la población. La Liga consideraba a la centralización estatal como el medio más eficaz para combatir las enfermedades endémicas rurales, consideradas como el mayor obstáculo en el desarrollo de la “vocación agrícola” del país. Para materializar estos objetivos, la Liga propuso la creación de un servicio de atención a las endemias rurales y la creación de una agencia estatal autónoma, bajo la forma de un ministerio. Esta propuesta, derivaba del concepto de que la salud debía recibir un tratamiento autónomo, técnico, profesional, e independiente de las influencias políticas locales.19 Como aparece en su acta de fundación, la Liga obtuvo el apoyo de importantes personalidades, entre las que se encontraron destacados abogados, médicos, ingenieros, militares y políticos, además de la adhesión del presidente de la República de la época, Wenceslau Brás. Durante sus dos años de funcionamiento, promovió conferencias en organizaciones, tales como las asociaciones de propietarios rurales, la Asociación Cristiana de Jóvenes, colegios públicos, el Ejército y la Marina. Ofreció charlas para poblaciones en los suburbios de las ciudades y del interior, entre las cuales distribuía panfletos y textos que alertaban sobre la necesidad de prevención de las molestias consideradas evitables. La Liga trató de expandir su actuación organizando delegaciones en los estados, cuyo principal objetivo consistía en convencer a los gobiernos locales para que implanten medidas de higiene en las viviendas, y promuevan programas de educación, creación de puestos de salud y obras de saneamiento básico. También trató de influir en el Congreso Nacional, en la expectativa de obtener la aprobación de los proyectos de ley para controlar las endemias rurales y para la creación de un Ministerio de la salud. Las medidas de prevención consistian básicamente en la construcción de letrinas y silos, extermínio de mosquitos y cambios en las costumbres higiénicas relativas al aseo corporal. Asimismo, la Liga promovió medidas ligadas a lo que consideraban la “salud moral”. Ello incluía la condena del alcoholismo, de los excesos gastronómicos y la “exagerada exposición” al cine y otras diversiones. 16 Belisário Pena, “Discurso na sede da Sociedade Nacional de Agricultura”, Saúde 2 (1919): 225. 17 Santos, “O pensamento sanitarista”, p. 201. 18 Sobre la creación de la Liga, Nara Britto, Oswaldo Cruz: a construção de um mito da ciência brasileira (Rio de Janeiro: FIOCRUZ, 1995). 19 La salud y la educación dependian del Ministerio de Justicia y Negocios del interior. Esta subordinación fue criticada por los sanitaristas. 7 La propuesta para la creación del Servicio de Profilaxis Rural (SPR) surgió de experiencias anteriores de Pena en el Servicio de Profilaxis del Departamento General de salud Pública, donde participó en campañas contra la malaria y la fiebre amarilla en las zonas suburbanas de Rio de Janeiro. Em diciembre de 1917, por su propia iniciativa y con la aprobación del inspector del Servicio de Profilaxis del DGSP, João Pedroso de Albuquerque, Pena creó el Puesto de la Penha, considerado el primero en realizar un combate coherente y sistemático contra la anquilostomiasis. El gobierno federal asignó recursos para la ampliación de este servicio creando, por decreto presidencial de mayo de 1918, otros ocho puestos de profilaxis contra la malaria y la anquilostomiasis en el Distrito Federal (estos se construyeron en los barrios de Gávea, Pilares, Madureira, Penha, Bangu, Campo Grande, Guaratiba y Santa Cruz). En esse entonces, la campaña contra estas enfermedades era ejecutada por la Fundación Rockefeller, que mantenía un servicio local en Jacarepaguá, Rio de Janeiro, a donde habían sido transferidos sus trabajos al cerrar las actividades contra la anquilostomiasis en la Isla del Governador, también localizada en la entonces capital federal. Un año después, en abril de 1919, el SPR dejó de estar subordinado al DGSP para vincularse directamente al Ministerio de Justicia y Negocios del Interior. Mediante el Decreto 13.538, que promovió la reorganización del servicio, se estableció como prioridad el combate contra la malaria, la anquilostomiasis y la enfermedad de Chagas dentro del ámbito nacional. Medidas similares también se implantaron en los otros estados, a veces con apoyo del gobierno federal o de la Fundación Rockefeller. La fórmula utilizada para los convenios cumplió una exigencia legal, ya que la Constitución de 1891 impedia la interferencia del gobierno federal en temas relacionados a la salud pública y la educación, consideradas de competencia estatal. El decreto del presidente Delfim Moreira que reguló el SPR respetó dicha exigencia legal, previendo tres posibilidades para la organización de los servicios. La primera posibilidad establecia la competencia del gobierno federal para la organizacion de los servicios, contribuyendo el estado con la mitad de los gastos. En la segunda modalidad, era responsabilidad de los estados organizar los servicios y cubrir dos tercios de los costos, mientras que el tercio restante le correspondía al gobierno federal. El decreto presidencial también preveía que, en el caso que los estados firmasen un convenio con la Fundación Rockefeller, el gobierno federal contribuiría con la cuarta parte. La Liga consideró la creación del SPR como un primer paso, aunque limitado, hacia el logro de la centralización estatal, y una victoria de la campaña del saneamiento rural. Sin embargo, la Liga alentó una mayor intervención del Estado en la salud pública promoviendo la creación de un Ministerio de la Salud. Aunque sólo en 1931 se creó una cartera para la salud y educación, podemos señalar como uno de los resultados de la campaña de la Liga, la creación del departamento Nacional de Salud Pública en deciembre de 1919. La creación del DNSP fue un avance hacia la centralización estatal, contrastando con el papel del único organismo de salud con que Brasil contaba en esse momento - el DGSP -, cuyas actividades se restringíam a la salud de los puertos, del Distrito Federal (en esse entonces localizado en la ciudad de Rio de Janeiro), y del territorio del Acre. Sin embargo, em forma similar a la de 8 este último organismo, el DNSP no era autónomo, sino subordinado al Ministerio de Justicia y Negocios del interior. La Liga atribuyó la constitución del DNSP a la campaña del saneamiento rural. Más aún, en la segunda edición de Saneamento do Brasil, publicada en 1923, Pena atribuyó la corta vida de la Liga a la creación del DNSP. Consideramos que, pese al corto tiempo de actuación de la Liga Pro Saneamiento, su importancia se debe a la visibilidad que logró para la salud pública como el factor básico del desarrollo nacional. Varios de los temas abordados por la Liga, entre los cuales se destacan el de la reforma de las condiciones de la salud y la educación, y el del asentamiento y rescate del interior del país, continuaron siendo materia de debate público y legislativo durante las décadas posteriores. Saúde: naturaleza de la publicación Saúde fue publicada por la LigaPro Saneamiento del Brasil durante los dos años de actuación del movimiento (1918-1919). El núcleo de los autores de Saúde estuvo formado por científicos del IOC, inspectores sanitarios del DGSP, antropólogos del Museo Nacional, abogados y otros intelectuales. Los principales objetivos de la Liga consistían en difundir las informaciones científicas, médicas y políticas consideradas de valor para la campaña del saneamiento. A pesar que inicialmente se consideró que la revista tendría un tiraje mensual, su publicación sufrió frecuentes atrasos. De agosto de 1918, fecha inaugural de su publicación, hasta septiembre de 1919, se publicaron apenas ocho números. Eventos como la epidemia de gripe española, que provocó la paralización de actividades de octubre a diciembre de 1918, y una huelga de los empleados gráficos, pueden explicar la falta de su regularidad. Los tres últimos números de 1918 se recopilaron en un solo volumen que se publicó en marzo de 1919. Los atrasos persistieron aún después del primer número de 1919, cuando la revista se convirtió en bimensual.20 En términos del contenido de la revista pueden distinguirse dos etapas. La primera, correspondiente al año 1918, se caracterizó por una perspectiva holística de la salud que se reflejó en una propaganda política en favor del saneamiento que incluía temas de mayor alcance que aquellos específicamente referidos a las condiciones sanitarias de la población . Durante esta fase ocupó un espacio muy importante el subrayar la importancia de los valores nativos en la construcción de la nacionalidad, la defensa de la preservación de la memoria histórica nacional, y la crítica a la "vanidad" y al "pesimismo" que "ocultaban" la realidad del país, así como la promoción de los nuevos valores morales que debían orientar el proceso educativo. Estos temas son evidentes en el subtítulo de la revista, según el cual la publicación trataba sobre "higiene y asuntos económicos y sociales". 20 Los atrasos durante el primer año de la revista constan en la carta dirigida por Pena a A. Moraes Coutinho en mayo 9, 1919, Archivo de Belisário Pena, ACOC. Los datos relativos al segundo año se encuentran incluidos en el número 3 de la revista de 1919. 9 Una segunda etapa se definió a partir del primer número de 1919, cuando la revista tomó un cariz más científico.21 Sin embargo, la preocupación por mantener una relación con el público se reflejó en el editorial de aquel número donde se afirmó que: "al lado de asuntos científicos, siempre existirán otros [artículos] dedicados a la inteligencia popular en el género de la vulgarización". En el tercer número de 1919 se modificó el subtítulo y Saúde se presentó como una revista sobre "higiene y ciencias correlativas".22 Este cambio reflejó una estructuración en las secciones de la revista y cierta retracción del discurso sanitario más amplio que habia caracterizado a la revista en su origen. En su primera etapa, en 1918, Saúde contaba con las siguientes secciones: Editorial, Artículos, Bibliografia, Notas y Comentarios, Informaciones Científicas y Ecos. Los editoriales contenían la línea programática de la publicación , ofreciendo datos relevantes sobre la concepción del saneamiento, y la percepción el impacto provocado por la campaña de la Liga. La sección de Bibliografia incluía, predominantemente, libros relativos al tema de la educación. En la sección Notas y Comentarios aparecían referencias a otros movimientos de corte nacionalista, proyectos pertinentes al saneamiento, y reproducciones de conferencias. La sección Información Científica respondia a preguntas formuladas por los lectores de la revista. Curiosamente, entre los asuntos abordados, aparecian temas tales como la conservación de semillas, el transporte fluvial y la posibilidad del sembrío de eucaliptos, lo que puede señalarse como un indicador de la importancia atribuida por los salubristas a cuestiones relacionadas a la agricultura. Ecos, registraba la repercusión de la campaña del saneamiento, reproduciendo artículos periodísticos, discursos de candidatos, mensajes de alcaldes, decretos y proyectos de leyes y programas de cursos, como el de higiene elemental, dictado por primera vez en el Instituto Butantan en São Paulo, en 1918. Es digno observar que la única referencia existente sobre la repercusión de las actividades de la Liga en el exterior, se refiere a la carta enviada por el médico peruano Carlos Enrique Paz Soldán, editor de la revista La Reforma Médica, publicada em Lima desde 1915.23 En la segunda etapa de la revista, los artículos comenzaron a tratar temas tales como la profilaxis de enfermedades, estudios sobre vectores, consideraciones higiénicas sobre el suelo y los alimentos y, en un plano secundario, la educación higiénica. Consideramos que este cambio de enfoque de la revista estuvó relacionado con la adopción de las primeras medidas de saneamiento y con la creación del SPR. Ello posiblemente atenuó la importancia atribuida a la propaganda de corte nacionalista, reforzando la necesidad de lograr la consolidación del conocimiento ciéntifico indispensable para las acciones de la salud. Sin embargo, algunas idéas nacionalistas de la Liga seguieron apareciendo en las secciones Notas y Comentarios y Ecos. La 21 El cambio de enfoque de la revista es destacado en la carta de Pena a A. Moraes Coutinho citada en la nota anterior. Saúde 2, 1 (1919). 22 Saúde 2, 3 (1919). 23 Véase Carlos Enrique Paz Soldán, "Eugenização da América", saúde 2, 4 (1919):95- 96. 10 sección Bibliografía fue un claro indicador del cambio en el tono de la publicación. Durante su segundo año , la revista comenzó a publicar reseñas de libros y artículos publicados en periódicos nacionales y extranjeros que se referiam al diagnóstico, etiologia, modos de transmisión, y a la profilaxis de las enfermedades transmisibles. Este hecho revela el nuevo énfasis científico de los editores de Saúde. Un tema importante en el estudio de Saúde, es el relacionado a los autores. Debido a la importancia de las secciones anónimas de Bibliografía, Notas y Comentarios y Ecos (que abarcaban un gran número de páginas), consideramos revelador hacer referencia de algunos datos de los médicos e intelectuales que integraban el consejo de redacción de la revista.24 Las características principales de este consejo eran, en primer lugar, la presencia de científicos del Instituto Oswaldo Cruz, como Astrogildo Machado, Aristides Marques da Cunha y Olympio da Fonseca. Un aspecto digno de mención es la importancia que dicha institución ha tenido en la formación de una tradición médica, asociada a la microbiologia. El curso de aplicación del IOC fue la escuela de formación de diferentes profesionales de la medicina experimental y la salud pública. Es importante notar que el principal personaje de la Liga Pro Saneamiento, Belisário Pena, a pesar de no haber pertenecido al cuadro de funcionarios del IOC, tuvo también una trayectoria profesional profundamente ligada a esa organización, participando desde 1907 en diversas expediciones científicas organizadas por el Instituto por el interior del país que desempeñaron un papel crucial en el debate sobre los problemas sanitarios nacionales.25 Astrogildo Machado lideró, al lado de Adolfo Lutz, la expedición del IOC que recorrió, entre abril y julio de 1912, el valle del río San Francisco, desde la ciudad de Pirapora hasta la de Juazeiro. El informe de la expedición incluía la descripción detallada de las enfermedades, y expresaba la preocupación por el atraso de la región, sugiriendo los medios para el desarrollo del potencial económico del valle. En segundo lugar, destaca la presencia en el consejo de redacción de los inspectores sanitarios del DGSP que ejercia actividades en Rio de Janeiro: Mario Magalhães, J.P.Fontenelle y João Barros Barreto. Ellos publicaron artículos relacionados a la gripe española, a la salubridad de las viviendascolectivas y a la labor de los puestos de profilaxis rural. Barros Barreto y Mario Magalhães eran también profesores de la Facultad de Ciencias Médicas, mientras que J.P.Fontenelle dictaba cursos en la escuela Normal, dedicada a la formación de profesores. 24 Estaba formado por Belisário Pena, Castro Barreto, A. Moraes Coutinho, Olympio da Fonseca, Astrogildo Machado, Aristides Marques da Cunha, Mário Magalhães, João Barros Barreto, J. P. Fontenelle, Edgard Roquete Pinto, Olympio Barreto y Plinio Cavalcanti. Saúde 2, 1 (1919). 25 Marly Albuquerque, et al., A ciência a caminho da roça: imagens das expedições científicas ao interior do Brasil (Rio de Janeiro: FIOCRUZ, 1991). Las expediciones fueron realizadas en 1912, por solicitud de la Inspectoría de Obras contra Las Sequías, organismo del Ministerio Vial y de Obras Públicas. 11 En tercer lugar, participaron en el consejo de la revista los abogados Olympio Barreto y Plinio Cavalcanti y el médico y antropólogo Edgard Roquete Pinto. Este último tuvo una destacada actuación como etnógrafo del Museo Nacional, uno de los primeros núcleos de investigación científica en Brasil.26 Poco tiempo antes de la fundación de la Liga, ya había publicado el libro Rondônia, en el cual reunió una vasta documentación sobre la región centro- oeste. Outro dato importante de su trayectoria anterior a la creación de la Liga, se refiere a su participación, conjuntamente con el científico del Museo Nacional João Batista de Lacerda, como delegado de Brasil en el 1o Congreso Universal de Razas, realizado en Londres en 1912. En este evento Batista Lacerda defendió la tesis que el cruce del negro con el blanco no resultaría en generaciones intelectualmente inferiores, afirmando que era un error situar al mestizo al nivel de las razas inferiores. Esta perspectiva tuvo gran influencia sobre el enfoque de la cuestión racial en Brasil, reforzando la conclusión optimista que estuvo presente en las tesis que defendian el "blanqueo" del país.27 Uno de los autores que publicó varios artículos en Saúde fue A. Carneiro Leão, un intelectual dedicado a propuestas de reforma educacional, y que alcanzó renombre con una de las más contundentes críticas al régimen republicano: A margem da historia da República.28 Con respecto a los recursos necesarios para viabilizar la publicación estos fueron modestos. Saúde fue financiada con recursos de la Liga, donaciones y anuncios, y la revista siempre tuvo que enfrentar serias dificultades económicas. La venta de la revista no significaba una entrada, debido a que a veces sólo se vendían cincuenta números.29 Sin embargo, su transcendencia está sugerida por la proliferación de núcleos locales de la Liga Pro Saneamiento en regiones del interior, a donde suponemos que la revista se distribuía gratuitamente, y por la repercusión de sus principales tesis como la propuesta por un Ministerio de Salud.30 26 Con sede en Rio de Janeiro, el Museo Nacional (1808) fue el principal centro de investigación en historia natural y antropología física durante el siglo XIX, y comienzos del XX. Véase Maria Margareth Lopes, "As ciências naturais e os museus no Brasil no século XIX" (Tesis de Doctorado, Univ. de São Paulo, 1993). 27 Skidmore, Preto no branco, p. 82. 28 A.Carneiro Leão, A margem da história da República (Rio de Janeiro: ed. A Noite, 1922). 29 Pena lamentó el hecho, en una conferencia pronunciada por el aniversario de la Liga Pro Saneamiento: "Para aquellos que desean editar publicaciones idénticas, les advertimos que no se sorprendan después, porque hasta la fecha, la revista Saúde no consigió vender 50 ejemplares de cada número en todo el territorio brasileño". Pena, "Discurso na sede", p. 229. 30 Sobre la repercusión de la campaña de saneamiento en la prensa de Rio, Nisia Trindade Lima y Nara Britto, "A campanha do saneamento rural na imprensa carioca", II seminário do Departamento de Pesquisa da Casa de Oswaldo Cruz, FIOCRUZ, 1991, mimeo. Sobre los debates en el Congreso Nacional, Gilberto Hochman, "regulando os efeitos da interdependência: sobre as relações entre saúde pública e construção do Estado no Brasil (1910 - 1930)", Estudos Históricos 6, 11 (1993): 40-61. 12 Las concepciones de la Liga Pro saneamiento del Brasil El análisis de los editoriales y artículos más importantes publicados en la primera etapa de la revista Saúde sugiere el desarrollo de dos temas básicos: la concepción del saneamiento y la revelación de la conciencia nacional. Quizá la expresión que mejor refleja el primer tema en Saúde es lo que fue el slogan de la campaña: "Sanear el Brasil es poblarlo; es enriquecerlo, es moralizarlo". Este slogan fue ampliamente difundido por la revista. La Liga, como expresó el editorial del primer número, se presentó como parte integrante del nacionalismo característico del Brasil de la década de 1910-1920: Entramos en un período de construcción nacional, durante el cual tenemos la obligación de apelar a las más sanas inspiraciones que provienen de nuestra tierra, de nuestro pueblo, de nuestras cosas.31 Se afirmaba que la Liga Pro Saneamiento debía desarrollar su acción paralelamente con la Liga de Defensa Nacional, la Liga Nacionalista, la Liga contra el Analfabetismo, y las empresas agrícolas e industriales, con la finalidad de "alcanzar sus metas patrióticas, o sea el desarrollo moral, cívico, intelectual y económico del Brasil".32 Asimismo, la Liga consideraba su responsabilidad luchar para solucionar el problema fundamental: la enfermedad generalizada, pasible de erradicación mediante la higiene. Este principio - la salud como factor esencial del desarrollo social - se encuentra destacado en diversos artículos que defienden el saneamiento como una prioridad nacional. Un artículo sintetiza este concepto, en relación a la población brasileña: Un pueblo constituido en su mayoría por enfermos, descapacitados físicos, palúdicos, anquilostomiados, "embarbeirados" [enfermos de Chagas], ulcerosos, ..., que sirven de carroña en vida a una avalancha de gusanos y parásitos, no puede educarse, no tiene noción de sus deberes ni derechos, no compreende la idea de patria y de soberania, es un rebaño de animales rengueantes e inconscientes que apenas sientem el instinto de vivir, produciendo lo estríctamente indispensable para mantenerse en el nivel más precario, dejándose humildemente aguijonear por la vara de los insaciables explotadores, que no dejam de aprovecharse de su debilidad y mórbida pasividad, hasta que surja outro pueblo fuerte que los salve, asimilándolos.33 Según un editorial de la revista existía una desigualdad entre el grado de desarrollo de los países que se explicaba por la higiene. Conforme este argumento, todos los "países cultos" - Inglaterra, Italia, Francia, Alemania, Japón, América del Norte y en América del Sur, Argentina - y aun pequeñas naciones como Suiza, Bélgica, Holanda, Uruguay y la isla de Cuba, adoptaron una política sanitaria que garantizó su progreso. Aquellos que no la adoptaron, 31 "Editorial", Saúde 1, 1(1918): s.p. 32 Pena, "discurso na sede", p. 227. 33 "Editorial", Saúde 3 (1918): 168. 13 como Brasil, permanecieron en la "retaguardia del progreso, con un siglo de atraso en su desarrollo social".34 De esa manera se entendía que la salud del individuo y de la colectividad era el cimiento del progreso o, para permanecer fieles al discurso del movimiento, era la: matriz de gestación del trabajo útil, del perfeccionamiento de la raza, de la alegria, de la moralidad y de la riqueza. [y es]... el interés humano que está encima a cualesquieras consideraciones de naturaleza regional o racial.35 Los artículos enfatizaban la imagen de un país donde contrastaban un territorio rico y fértil y un pueblo pobre y enfermo. Este tema se enfocó desde una posición crítica al determinismo de base climática y étnica que predominó duranteel siglo XIX. Se acusó de error y superficialidad a aquellos observadores que atribuían el atraso del país al clima y a la "indolencia de una raza sensual e inculta".36 La idea del clima como una explicación poco convincente para la proliferación de enfermedades infecciosas destaca en el artículo “Moinhos de Vento”, de Afrânio Peixoto, donde se pone en duda la noción misma de las enfermedades tropicales.37 Otro artículo que cuestiona la asociación entre clima y enfermedad se refería a los casos de anquilostomiasis en Garanhuns, ciudad de Pernambuco cuya altitud es superior a los 900 metros y que tiene un “clima casi igual al de São Paulo”, donde no era conocida esta enfermedad. El autor, Carneiro Leão, afirmaba haber encontrado en Garanhuns un alto número de anquilostomiados, lo que le pareció un fenómeno sin explicación bajo los supuestos de la medicina tropical europea. Las expediciones cientificas del IOC, revelaron las causas del problema que tenía que ver con el hecho de que se “trataba de una ciudad sin alcantarillado ni saneamiento de ninguna especie”.38 La discusión sobre la raza no revela, en contraste, la misma precisión que se tenía con respecto al medio ambiente, a pesar que en uno de los números de Saúde se señaló como objetivo la “vulgarización de todos los temas vinculados a la cuestión de la supremacia física y psíquica de nuestra raza”.39 Es importante destacar que raza aparece en ésta y otras referencias práticamente como un sinónimo de “pueblo brasileño”. A pesar de la falta de precisión en el abordaje del tema, se puede percibir que la connotación atribuida al término raza evade la evaluación sobre las diferencias étnicas que hacían otros escritores cuando trataban el tema. De este modo, saúde afirmaba algunos de los estereotipos raciales y argumentaba que los trazos culturales atribuidos al “caboclo” brasileño (como era llamado el mestizo que era hijo de 34 Ibid., p. 167. 35 "Editorial", Saúde 1: 4, 5, 6 (1918):245-246. 36 A. Carneiro Leão, "Educação higiênica e saneamento I", Saúde 1, 1 (1918):s.p. 37 Afrânio Peixoto, “Moinhos de vento”, Saúde 1, 1 (1918): s.p. 38 Carneiro Leão, “Educação higiênica”. 39 “Editorial”, Saúde 2, 1 (1919): s.p. 14 un matrimonio entre una persona de raza blanca y un indio), entre ellos la indolencia, se explicaban por las endemias, particularmente la malaria, la enfermedad de Chagas y la anquilostomiasis, designada como la “enfermedad de la pereza”. El debate se tornaba más ambiguo cuando se trataba la inmigración extranjera. Según saúde aun cuando continuaba considerándosela deseable y necesaria, , sólo debía ocurrir después de garantizarse la existencia de condiciones sanitarias satisfactorias en el Brasil. Caso contrario, según Pena, “los extranjeros que llegassen a Brasil se ‘nacionalizarian’ en poco tiempo, con el estigma de la pandemia de la pereza”.40 Otros artículos en la revista presentaban también ambigüedades respecto al tema étnico. Por ejemplo, Pena lamentaba la llegada de inmigrantes turcos, prefiriendo la contribución de los inmigrantes europeos para el “perfeccionamiento de nuestra sangre”. La imagen negativa respecto a los pueblos asiáticos también se encontraba presente en otros artículos, tales como el de J. P. Fontenelle sobre la gripe española. El autor afirmaba que el verdadero origen geográfico de la epidemia era Asia, concluyendo con la frase: “nada bueno puede venir del Oriente”.41 De todos modos, en su conjunto, la propuesta presentada se oponía a cualquier explicación que atribuyese alguna inferioridad étcnica a la población brasileña. En lo que atañe a la eugenesia, debemos observar que el tema se encontraba en la revista Saúde, sin merecer, sin embargo, un enfoque específico. La creación de la Sociedad Eugenésica de São Paulo, por Renato Kehl, en 1918, mereció una mención especial en el primer número de la revista, en el cual se señaló la participación de Pena y Artur Neiva en la nueva sociedad. Es importante destacar que ésta fue la primera sociedad eugenésica latinoamericana. En aquel momento, la comprensión sobre el “perfeccionamiento de la raza” en Brasil se associaba con la mejoría de las condiciones de la salud. La fórmula “Eugenizar es sanear” parece ser la expresión más adecuada para permitirnos entender el enfoque compartido por los articulistas de la revista. La transcripción de la conferencia del peruano Paz Soldán en Saúde, acentúa este punto de vista a través de la defensa de la “repoblación de América con sus propias razas, seleccionándolas por su salubridad y lucha contra las endemias y los vicios”.42 Nancy Leys Stepan, en su análisis sobre las concepciones eugenésicas en Brasil, observó cambios a lo largo de las décadas de 1910 a 1930. Inicialmente, el discurso eugenésico no se diferenciaba del de los higienistas defensores del saneamiento. A partir de los años 30, se observó una influencia más profunda de las teorias racistas, y de la así llamada “eugenesia negativa”, 40 Belisário Pena, “Conferência na Associação Cristã de Moços”, Saúde 1: 4,5,6 (1918):330. 41 J. P. Fontenelle, “comentario médico-higiênico sobre a epidemia de influenza maligna”, Saúde 2, 1(1919):46. 42 Carlos Henrique Paz Soldán, “Eugenização da América”, Saúde 2, 4 (1919):95-96. 15 caracterizada por la defensa de las restricciones legales a los matrimonios considerados indeseables desde el punto de vista eugenésico.43 En la revista Saúde, las referencias al tema de la raza revelan la preocupación por las posibilidades “degenerativas” de la población nativa causadas por la morbilidad existente en el país. A pesar de no presentarse ninguna definición científica a este respecto, puede inferirse que, para los autores de la revista, la “degeneración racial” implicaba un proceso de debilitamiento progresivo de la población, provocado por las precarias condiciones sanitarias, que podría afectar a las nuevas generaciones mediante la transmisión hereditaria o congénita de determinadas características.44 Consecuentemente, se hablaba de “enfermedades destructoras de la vitalidad y de la energía, que mataban lentamente a sus víctimas, permitiendo la propagación de una raza de tarados y degenerados”.45 En algunos artículos, también se subrayaba el efecto degenerativo del alcohol, resaltándose los perjudiciales problemas físicos y psíquicos de los descendientes de alcohólicos.46 En diferentes referencias, el alcoholismo se explicaba por las condiciones generales de la salud, como el debilitamiento físico, psíquico y moral, causado por las enfermedades. El gran problema nacional, el “problema vital” según Monteiro Lobato, residía en la inutilización de la población brasileña por las endemias para el trabajo, especialmente en el área rural. La baja productividad brasileña, comparada a la de otros países sudamericanos con menos número de habitantes y territorio, se explicaba de la siguiente manera: la porción productiva de nuestra población no llega a un tercio de su total, siendo los dos tercios restantes constituidos por elementos que absorben al tercio productor y, mucho peor aún, por depositarios peligrosos de parásitos intestinales y sanguíneos.47 Por ello se asignaba tanta prioridad al combate de las endemias rurales, particularmente la anquilostomiasis, la malaria y la tripanosomiasis, definidas como la “tríade maldita”. Estas eran consideradas como causantes de males mayores a los provocados por la gripe española, la viruela y la fiebre amarilla: “la tríade maldita, principal responsable por el bajo valor de nuestro rendimiento en el trabajo ... y por la visible y rápida decadencia de nuestra raza”.48 43 Sobre la inmigración y las tesis eugenésicas Nancy Leys Stepan, The Hour of Eugenics. Race, Gender and Nation in Latin-America (Ithaca: Cornell Univ. Press, 1991). 44 Sobre la “degeneración”, Dain Borges, “Puffy, Ugly, Slothful and Iner: Degenerationin Brazilian Social Thought, 1880-1940”, Journal of Latin American Studies 25(1993):235-256. 45 Pena, “Discurso na sede”, p. 332. 46 J.P.Fontenelle, “O Alcoolismo”, Saúde 1, 2(1918): 99. 47 Pena, “Discurso na sede”, p. 219. 48 Ibid., p. 223 16 La prioridad asignada al combate de esas tres endemias fue reconocida por el SPR, que también las eligió como foco central de su intervención. Debemos notar que dicha selección, no puede interpretarse como un hecho natural deducido del cuadro de morbilidad existente en el país. Por el contrario, estaba relacionado a un proyecto general nacionalista, cimentado sobre una concepción ruralista. Según esta concepción, la verdadera riqueza se encontraba en el suelo, y el apoyo a la nacionalidad resídia en el proprio trabajador rural. La defensa de la vocación agraria brasileña se acentuó en un discurso pronunciado por Pena, durante la celebración del primer aniversario de la Liga, realizada en la Sociedad Nacional de Agricultura. En aquel momento, Pena criticó a los gobiernos y a la prensa, que otorgaban más importancia a las epidemias y endemias urbanas (sífilis y tuberculosis), ignorando a las poblaciones rurales: de cuyo vigor y salud derivan el mejoramiento y perfeccionamiento de la raza, y de cuya labor dependen la riqueza y prosperidad del país, sobre todo el nuestro, cuyas fuentes económicas, naturales y legítimas, residen en el suelo que contiene productos naturales.49 Según Pena, asi como según otros autores de Saúde, la defensa de una “política agraria” integral que incluyese como elemento central a la salud, era la única alternativa consistente para el logro del desarrollo nacional. Por política agraria, se entendía la defensa de la organización del trabajo y de la industria agrícola, lo que exigiría la construcción de carreteras y caminos, la colonización agrícola a través de trabajadores nacionales o extranjeros, el incremento de la productividad, la apertura de nuevas regiones para la economía de exportación de productos agrícolas, y la adopción de una política de defensa sanitaria en el campo. Según estos trabajos, se debía abandonar la política del urbanismo y del “industrialismo parasitario” que, para Brasil, representaba algo completamente artificial, y que sólo tendría sentido en los “países superpoblados”. La imagen sobre la ciudad no podía ser más expresiva: Nuestras industrias, salvo raras excepciones, son fábricas de extenuación de los campos; de endemias urbanas (tuberculosis, sífilis), del peligroso congestionamiento de las ciudades; de las enfermedades propias de la aglomeración, donde el aire está viciado, el aseo descuidado, la alimentación es deficiente o inadecuada (molestias, enteritis, eruptivas, etc.); de vícios derivados de dichas circunstancias (alcoholismo, prostitución e inmoralidad); y sobre todo, de una tremenda carestia de la vida de toda la población, exceptuando los explotadores directos o indirectos de dichas industrias.50 No fue sólo la conferencia de Pena, transcrita en Saúde, la que concebía la política agrícola como una dimensión central del sanitarismo brasileño y 49 Ibid., p. 224. 50 Ibid., p. 225. 17 como una vocación natural del país. Otros artículos también reveleban un concepto idéntico. En diversos trabajos sobre saneamiento y desarrollo se encontraban críticas contra el proteccionismo a la industria, que era considerado perjudicial al desarrollo agropecuario.51 Uno de los artículos atribuía el grave cuadro sanitario rural al caos agrícola provocado por la abolición de la esclavitud.52 Esta asociación recibió un tratamiento más sistemático en el libro de Pena, Saneamento do Brasil, que definió como una de las principales causas de la propagación de las enfermedades a la desorganización del trabajo agrícola “que surgió después de la abolición de la esclavitud”, debido a la ausencia de protección para el trabajador agricola.53 Según Pena, la “artificialidad de la industria nacional” derivaba del origen del régimen republicano recién creado a fines del siglo XIX y fundamentado sobre “bases falsas de un liberalismo excesivo e inconveniente, que degeneró en la fundación de oligarquías y satrapías disolventes, y en la más desvergonzada anarquía que sumergió a la nación en la bancarrota y en la deshonra”.54 No es por casualidad que se señalaba a Alberto Torres como el intelectual formulador de un proyecto de salvación nacional. Sus libros O problema nacional brasileiro y A organização nacional consideraban a la agricultura como la “verdadera esencia” de la sociedad brasileña. En Saneamento do Brasil, se cita a Torres como un “eminente patriota”, y se considera a su obra de un “inestimable valor”, que demuestra la necesidad de implantar una nueva organización nacional a partir de sólidos “conocimientos del país y de las ciencias políticas y sociales”.55 Consecuentemente, la propuesta del saneamiento brasileño se vincula a un proyecto para la nación, donde el asentamiento del territorio, fundamentado sobre el trabajo agrícola, consistía en su elemento básico. Asimismo otro artículo de Saúde subraya la “fe en el progreso”, entendiendo que había que establecer, “en concordancia con las adquisiciones de la ciencia, una nueva organización que satisfaga mejor las necesidades materiales de la humanidad”.56 Por ende, la higiene, síntesis de lo moderno y del desarrollo social, ofrecería los medios para el rescate de los “auténticos valores nacionales”. Una lectura de los números de saúde publicados en 1918, llama la atención por los temas aparentemente disociados del debate sobre el saneamiento. Artículos sobre la coyuntura económica, la preservación de la memoria histórica, el asentamiento del territorio, y el análisis de experiencias 51 Véase Carneiro Leão, “Educação higiênica”; Idem, “Educação higiênica e saneamento II”, Saúde 1, 2 (1918): 106, 109; Olympio Barreto, “O momento”, Saúde (1918): 125-129; Alcides Neves, “Do saneamento rural do ponto de vista econômico”, Saúde 1 (1919): 90-92. 52 Carneiro Leão, “educação higiênica”. 53 Pena, Saneamento do Brasil, p. 120. 54 Ibid., p. 120. 55 Pena, Saneamento do Brasil, p. 130. 56 A. Moraes Coutinho, “Nós”, Saúde 1: 4, 5, 6 (1918): 314. 18 regionales, ocuparon un lugar relevante en estos números que corresponden a la primera etapa de su publicación. El editorial del segundo número de la revista es importante para compreender este énfasis: No es el saneamiento rural el único punto de nuestro programa. Creemos que se está abriendo una nueva etapa de organización genuinamente nacional para nuestra patria, al mismo tiempo que se está definiendo su valor dentro del contexto internacional, trabajamos para revelar la conciencia de lo que somos, los males curables que tenemos y nuestras virtudes ya consolidadas y fecundas.57 Los artículos de Saúde no hablaban propiamente de un regreso al pasado, sino de una confluencia del pasado y el presente, a partir de la identificación de lo que sería “genuinamente nacional”. De este modo, se establecía una búsqueda para elaborar una nueva tradición a partir de la reconstrucción de la historia del país, un rasgo que por cierto caracteriza otras formas de nacionalismo.58 Es esta preocupación la que confiere significado, por ejemplo, a la elaboración de un reportaje preparado por la revista sobre los museos localizados en la ciudad de Rio de Janeiro. Después de visitar el Museo Naval y los museos del Instituto Histórico y del Ejército, los autores criticaron el desprecio con que se trataban los objetos museológicos, destacando su importancia para la afirmación de la identidad nacional. La nacionalización del país, según la opinión de los articulistas de la revista, dependía de la difusion entre el público de sus elementos naturales y de sus tradiciones locales. El conocimiento de la geografía y de la geología nacionales eran valorados, juntamente con los conocimientos históricos. La importancia atribuida al estudiode las “cosas nacionales”, explica la inclusión en la sección de Bibliografía de trabajos sobre las fronteras de los estados brasileños, relatos sobre viajes, enseñanza del idioma nacional, y sobre el libro Elementos de mineralogía, de Roquete Pinto. En lo que atañe a la reconstrucción histórica, debemos notar que no siempre se encontraban virtudes en el pasado nacional. En un artículo de Plínio Cavalcanti, el hedonismo fue focalizado como un defecto característico e histórico de Brasil.59 El autor atribuía a la herencia colonial la explicación de la falta del más elemental sentido economico afirmando que como en la fábula, la falta de previsión de la cigarra era también entre los brasileros el mayor de los males nacionales. La necesidad de controlar el goce material y las pasiones fue enfocada en otros artículos que recalcaban el importante rol desempeñado por la educación higiénica. En este sentido, se hablaba de la “higiene social del sistema nervioso”, que debía, a través del uso de la razón, controlar el “goce material con todas sus seducciones, el egoísmo, la pasión por el juego, las 57 “Editorial”, Saúde 1, 2 (1918): 82. 58 Oliveira, A questão nacional. 59 Plinio Cavalcanti, “Os vícios da nossa organização econômica”, Saúde 1, 1 (1918): s.p. 19 diversiones, los placeres de la mesa, el alcohol y los abusos sexuales”.60 Esta misma perspectiva también aparece en outro artículo sobre los efectos nocivos del cine para los niños, en el cual se hace hincapié sobre la excitación de la imaginación infantil y la transmisión de valores morales indeseables.61 En los artículos que enfocaban el presente del país, encontramos predominantemente una crítica negativa, pero también algo de optimismo. Las críticas estaban dirigidas principalmente a la política económica, que era considerada como elaborada sin ninguna planificación científica, y con la predominancia del desarrollo industrial. Debemos observar también que la defensa de la política agraria era acompanhada por la prioridad atribuida al mercado externo y por la propuesta de mecanización de la agricultura, en virtud de la escasez de mano de obra nacional.62 La crítica al individualismo, considerada un trazo de la sociedad brasileña, fue objeto de diversos artículos. En general, los movimientos nacionalistas brasileños favorecieron la instauración de una sociedad solidaria, fundada en la acción colectiva, pro ello, el presente se definía como un período de lucha entre la solidaridad y las “fuerzas de desagregacion social ... que destruyen subrepticiamente al país”.63 En este contexto, podemos entender las referencias puntuales en diversos artículos al filósofo inglés Herbert Spencer. Particularmente en la analogía que establecia Spencer entre la naturaleza biológica y la social, que según los articulistas de Saúde conferia un significado especial a la discusión sobre saneamiento. La responsabilidad de los individuos (como parte integrante del organismo social), sugerida por Spencer, sobresalía para los autores de Saúde como un fundamento esencial de la salud colectiva. La crítica a las élites consistia en la actitud sin compromiso que adoptaban frente a los intereses nacionales. Ellas eran vistas como formadas por diplomáticos, militares, burócratas, médicos, abogados y propietarios agrícolas que despreciaban las cosas nacionales, vivian con la mirada volcada hacia Europa, y afirmaban que Brasil era un país de negros y analfabetos.64 Asimismo, se criticaba el cosmopolitismo de las élites de poder e intelectuales, insensibles a la “visión dantesca del sertão brasileño”. Se acusaba a estas élites de preferir a “invertir recursos para luchar contra la sequía del nordeste, o en la colonización del Amazonas ... ocuparse en organizar academias de letras y construir avenidas a las orillas del mar, para satisfacer el parasitismo litoreño”.65 El optimismo característico de la campaña de saneamiento se observa, entre otros ejemplos, en el examen de dos experiencias por parte de miembros de la Liga – el desarrollo del estado de São Paulo y la moderna empresa rural 60 Abreu Fialho, “A higiene social do sistema nervoso”, Saúde 1, 3 (1918): 171. 61 Maia Lacerda de Moura, “A ciência e o cinematógrafo”, Saúde 1, 2 (1918): 282-284. 62 Barreto, “O momento”. 63 Fialho, “A higiene social”, p. 321. 64 Antonio Austregésilo, “Apóstrofe aos maldizentes”, Saúde 1, 2 (1918): 83-88. 65 Mario Pinto Serva, “A inteligência brasileira”, Saúde 3 (1918): 218. [reproducido de O estado de São Paulo, s.f.]. 20 creada por Delmiro Gouveia en el nordeste.66 Sao Paulo foi identificado como el “Estado modelo de la Federación”, destacándose su lucidez política y el patriotismo de sus élites, su progreso en las áreas de educación y salud, y la importancia de la iniciativa particular en el Estado. Entre dichas iniciativas, se destacaron las actividades de la Liga Nacionalista, entidad que se dedicó a dictar cursos nocturnos de alfabetización, con el objetivo de aumentar la representatividad del colegio electoral. “El florecimiento paulista” contrastaba, según uno de los artículos, con el atraso social del resto del país. Se entendía que en Sao Paulo había comenzado a constituírse una patria nueva, un Brasil diferente, libre de anquilostomiasis, de analfabetos, de ratas, de politiquería, en fin, de todos esos parásitos multiformes, que en el ambiente de los organismos de la sociedad son la causa de nuestra degradación y miseria común.67 La segunda experiencia fue analizada en un artículo, cuyo titulo expresa el simbolismo atribuido a la empresa agroindustrial creada por Delmiro Gouveia en el “sertão” de Alagoas.68 El autor relató la visita realizada a la empresa, mencionando la instalación de agua, luz y alcantarillado; las modernas máquinas de la fábrica de hilos; y la construcción de la villa para los trabajadores. En su análisis, destacaba la acción humana, capaz de utilizar los recursos naturales para construir un potencial hidroeléctrico en la región. Esta experiencia fue considerada un ejemplo de la actividad creadora de un “caboclo genuino, destruyendo las ideas de los neopensadores... [según las cuales] el mestizo es un animal... mediocre”.69 Según Cavalcanti, la obra de Delmiro Gouveia se explicaba por la confluencia de las cualidades naturales del “sertanejo” (hombre que habita los “sertões”) con la socialización realizada en las ciudades del litoral. Este artículo es bastante expresivo en lo que respecta al concepto del progreso presente en el discurso de los articulistas de la revista. Se trataba de una propuesta en que los “elementos de la civilización” debían canalizarse hacia el aprovechamiento del potencial nacional, gracias al uso de la sanidad y la higiene. El “sertão”, por sí solo, no alcanzaría el desarrollo. A los hombres del “litoral” les cabia la misión de recuperarlo en un proceso que también implicaba su transformación. Los símbolos utilizados no podían ser más expresivos: al referirse al litoral, se hablaba de una “polea mecánica” y los hombres de las ciudades debían recuperar “la fe de los bandeirantes”, los primeros colonizadores de estas regiones.70 66 Plinio Cavalcanti, “A florescência paulista”, Saúde 1: 4, 5, 6 (1918): 334-338; Idem. "A Canaan Sertaneja", Saúde 1: 4, 5, 6 (1918): 265-271. 67 Cavalcanti, “A florescência paulista”, p. 323. 68 Idem, “A Canaan sertaneja”. 69 Ibid. 70 El término “bandeirante” designa a los participantes en las “bandeiras” o expediciones del siglo XVIII organizadas en el estado de Sao Paulo para la conquista del interior de Brasil que se encontraba ocupado por tribus indígenas. 21 Consideraciones finales El estudio de la revista Saúde nos permite comprender la forma peculiar, por la cual el movimiento en favor del saneamiento rural es parte de un conjunto de las propuestas de cuño nacionalista que caracterizaron las décadas de 1910 y 1920en Brasil. Al atribuir a las condiciones de salud el estatuto de “problema vital”, la Liga insistía en la necesidad del desarrollo social, a través de la adopción de políticas estatales orientadas por los preceptos de la higiene y de la medicina social. Utilizando la enfermedad como categoría fundamental para concebir el “atraso”se favoreció la politización de los problemas sanitarios durante el primer período de la República. Asimismo, también se favoreció la progresiva constitución del área de salud pública como un campo profesional legítimo, relativamente autónomo y diferenciado de la medicina. Esta politización de la salud permitió un debate público e influenció en las directrices que determinaron los rumbos de la política de salud en Brasil, desde la década de 1920. Este es el caso de la separación entre la salud pública y la assistencia médica (un rasgo típico de Brasil); la primera volcada hacia el combate de las epidemias y de las endemias rurales; y la segunda atendiendo, prácticamente con exclusividad, las demandas por la asistencia médica de los trabajadores urbanos.71 Las ideas movilizadas por el movimiento del saneamiento rural, divulgadas a través de la revista Saúde, no se restringieron a los aspectos simbólicos del discurso nacionalista característico del primer período republicano. A pesar que el impacto del movimiento pudo haber sido pequeño en lo que respecta a la mejora efectiva de las condiciones sanitarias, tuvo, sin embargo, una significativa importancia en el debate nacional y en el proceso de la constitución de la salud pública de los estados en Brasil. Asimismo, merece ser mencionada la presencia, durante las tres décadas seguientes a la creación de la Liga, de muchos participantes del movimiento en la dirección de agencias estatales de las áreas de salud y educación. En el discurso de los articulistas de Saúde se revela el proyecto de construcción de una nacionalidad bajo una perspectiva sanitaria. Este fue un esfuerzo por rescatar las virtudes y la vocación nacionales de un país caracterizado, en su visión, por la riqueza de los recursos naturales, la vasta magnitud del territorio, y el abandono a que eran relegadas las poblaciones del campo. En esta perspectiva, el prototipo del hombre civilizado era el cientifico que, metafóricamente comparado a un bandeirante, podría rescatar el interior y redescubrir el Brasil. El proyecto formulado por la Liga Pro Saneamiento presenta una segunda dimensión, intrínsicamente asociada a la reforma de Estado, dirigida a promover la integración de un país fragmentado en estados autónomos bajo el poder de oligarquias locales. Se pensaba que con la ciencia y la higiene, el Estado podría estar por encima de los intereses particulares y promover la construcción nacional. Como parte de la campaña de saneamiento rural, Saúde promovió la idea de que las condiciones sanitarias del país exigían una política 71 Gilberto Hochman, et al., “A assistência médica na previdência social do Brasil: questões da literatura”, Cadernos de História e Saúde 1, 1 (1989): 62-76. 22 estatal centralizada de alcance nacional, que superase las restricciones constitucionales que subordinaban a un ámbito estrictamente federativo el tratamiento de las políticas de salud y educación. De esta manera, la Liga en pro del saneamiento rural reunió elementos de dos corrientes culturales que marcaron la vida intelectual del Brasil de comienzos del siglo XX: el cientificismo, que atribuía a la ciencia el papel fundamental en el reordenamiento de la sociedad y la reforma del Estado; y el pensamiento nacionalista que identificaba en el trabajo rural la base del proyecto de la construcción de Brasil. En síntesis, la recepción de la salud pública moderna, de las ideas de higiene y las ideas científicas extranjeras sobre enfermedades nativas en el Brasil, fue un proceso que estuvo influenciado por los aspectos peculiares de la cultura nativa y del pensamiento social y político que marcaron los debates de la Primera República. Belisário Pena, la Liga y la revista Saúde contribuyeron a que se extendiese el nacionalismo y que se incorporase a este tema consideraciones higiénicas y sanitarias fundamentales, de una manera que marcó profundamente la historia del Brasil del siglo XX.
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