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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA82 MÉDICOS DISCURSOS 83 PARTE SEGUNDA I. De la curación regular y común del Sarampión. La curación del Sarampión (prescindiendo ahora de los accidente que por sí piden contemplación), puede ser en dos modos: o para precaver y que no acaezca y sobrevenga al cuerpo humano; o puede ser existiendo y afectando ya a los enfermos. Acerca de la curación que se puede hacer antes que acaezca (que llamamos precautoria), hay entre los autores variedad de opiniones (18). Porque sienten algunos no deberse hacer auxilio de los magnos, por cuanto no es bueno debilitar las fuerzas, que son necesarias no solo para la curación cuando acaezca, sino aún para resistir al rigor de los accidentes. Más la común de muchos seguida y más probable, siente lo contrario, por cuanto sobreviniendo el Sarampión a los cuerpos que abundan de humores viciosos (como es dicho) será acertado antes que venga, quitar al enemigo las armas para que no hiera con ferocidad en la batalla, pues más vale precaver que curar a los cuales segó, por haberlo experimentado en los enfermos que tuve y para que algunos pudiendo, la sigan: pues ví en los Hospitales que todos los que habían sido evacuados (por otros accidentes de que antes adolecían y actualmente estaban por ellos en las camas), fueron librados de la gravedad del accidente, padeciendo el Sarampión con benignidad y sin peligro alguno, que alias le hubieran tenido por el aparato de malos humores que en ellos había: sacando de aquí la razón que en algún modo dicta, el que para precaverse puedan ser evacuados antes que llegue el Sarampión; por cuanto por las evacuaciones se depone algo del material y parte de los humores viciosos, que podían ayudar a la intención de los accidentes, sin que obste la debilidad que puede acaecer por los auxilios médicos, pues no siendo éstos en cantidad no pueden causarla, antes sí exoneran a la naturaleza y la ayudan para que con mejor disposición los venza y cueza, como se ha observado en muchos. Y así usando de la curación precautiva (que se puede hacer así para este accidente, como para otro que sea común) que consiste en precaver el morbo que ha de venir, o alterando los humores, reduciéndolos a sus cualidades naturales y debida sustancia, según fuere su vicio (ora sea purgando, sangrando o atemperando con 18 Rodrig. De morb. Contag.; Mercar. Lib. De Pestil. In princ. & alij. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA84 MÉDICOS DISCURSOS 85 los medicamentos que diré después en sus párrafos) y se tomare indicación de lo uno o de lo otro, para que así depuesto el material de que se puede engendrar dicho accidente, o no venga o si acaeciere será con menos intención de accidente.(19). Observando que esta curación precautoria ha de ser antes de que se padezca el Sarampión, sangrándose una o dos veces los que se hallaren llenos y calientes (del tobillo por ser lo más seguro), cuanto bastare a deponer algo de la carga. Y los que se hallaren llenos no de sangre,si pero de humores viciosos (que se conoce por el amargor de boca o desabrimiento de élla, poca gana de comer por el mal uso de alimentos, de que se han podido engendrar), le podrán expurgar con éste o semejante medicamento: De pulpa de cañafístola una onza deshecha en agua de escorzonera o de borrajas, o en caldo, según la comodidad, tomándola por la mañana en ayunas, y después de media hora tomarán algún alimento para que se siga la obra y no se convierta en sustancia. O en esta otra forma: cójanse unos cuatro tamarindos, un poco de azúcar rosada como peso de una onza, y de hojas de sen el peso de medio real, y todo junto se ponga a hervir la noche antes de purgarse en agua de borrajas o de escorzonera, o de suero de leche clarificada, la cantidad que se pueda beber, y después de haber hervido se tape y deje en la fusión añadiéndole un pedazo machacado de cañafístola, y así lo dejen hasta por la mañana, que volver a hervir todo junto ligeramente, y se cuele añadiendo al cocimiento (si lo hubiere) un poco de zumo de naranja; y se toma en ayunas, comiendo algo como se ha dicho, y este género de purgar minorando puede servir para muchas ocasiones y enfermedades; por cuanto son seguros los medicamentos de que se compone. Ayuda mucho para precaverse, el usar del aire templado y puro (y ya que no se pueda mudar lugar), se valdrán los que pudieren de industria y arte para conseguirlo, como es el regar el cuarto con vinagre de rosas, de violetas y juncos, como también evitarán los malos olores, trayendo siempre cerca de las narices los buenos como ámbar, almizcle, benjuí, estoraque, rosas, de los cuales se pueda hacer una poma para que así no sólo se purifique el aire, sino que se engendren buenos espíritus; y los que no tuvieren esta comodidad podrán usar de un paño mojado en vinagre solo, que así se atemperarán y recrearán, temperando el calor interno que les molestare.(20) 19 Horst. In Depend. Gal. Lib. In mod. Lib.de sang.mil. e.7. In com. Aph.19, Lib.2. Hip. 6 Aph.47 &2. 13. 20 Franc. Francourt. Cap. De Praeferetur.pest. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA84 MÉDICOS DISCURSOS 85 Conviene también usar de buenos alimentos como pollos, gallinas, perdices y sobre todo de buen carnero, no muy gordo y si pudiere sea asado; como también lo puede comer cocido con borrajas, escarolas y calabaza, escorzonera, pimienta, & Si no cuanto bastare al gusto porque así no se calienten los humores. El agua será la natural, pura, libre de olor y color, teniendo en el jarro alguna piedra bezoar cuya virtud es admirable, como afirman muchos para corroborar el corazón e impedir cualquiera virtud del veneno o de mala cualidad (y que bueno que es el chocolate sobre algo, para este fin); téngase quietud la que se pudiese, huyendo de todo lo que puede alterar el ánimo; procurando esté siempre el vientre corriente y libre de superfluidades, porque no sea que éstos detenidos infecten con sus vapores, calentando los espíritus. Procúrese no tener comercio con los enfermos, porque no se afecten por el aire comunicado de ellos, si no es que obligue la Caridad, que sobre todo es el mejor preservativo para cualquiera peste.(21) De la curación regular y radical del Sarampión que consiste en tres cosas. La primera en la atemperación de los humores y ablación de la destemplanza caliente y en que consiste la fiebre. La segunda en ayudar el movimiento idóneo de la naturaleza por parte conferente. La tercera en corregir los accidentes, defendiendo las partes de que no reciban daño por la malicia del humor a ellas arrojado; se tratará en los siguientes puntos. Para que así se entiendan las doctrinas y se ejecute con claridad y ningún embarazo, cuando fuere necesario hacer algún auxilio. II. De la primera indicación que consiste en atemperación de los humores y curación de la fiebre a quien sigue el Sarampión. Es cierto y cosa muy asentada en la Medicina y Filosofía, que la curación regular de cualquier enfermedad se ha de empezar por la ablación de la causa, ora sea material ora inmaterial, y como quiera que la fiebre que sigue al Sarampión dependa de causa, que son los humores sanguíneos e inútiles (como he dicho), sin duda alguna se debe comenzar la curación de dicho accidente por la ablación de los humores; y siendo cierto en doctrina de nuestro Galeno que para deponer y evacuar los humores sensiblemente, no hay otros remedios que sangría y purga, debajo de los cuales se incluyen otros, síguese que hemos de comenzar por uno de los dos; más porque 21 Idem doc. Amat. Inf. Lib.2. Hotat. An. Lib.9 Epitt. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA86 MÉDICOS DISCURSOS 87 como en su lugar diré, la purga no conviene a ninguno de los tiempos de dicha enfermedad, conviene a saber principio, estado y aumento y declinación, aunque de este último se disputará en su lugar, convendrá sola la sangría como el más principal auxilio para la curación de dicho accidente.(22) Y así se dice hablando absolutamente (sin mirar a otras cosas a que debemos atender; como son edades,naturalezas, tiempo del año, accidentes, &, que según algunos autores prohiben o minoran en la cantidad) atendiendo al Sarampión y a la causa de que depende ya la fiebre. Se debe sangrar en cualquiera de los tiempos, antes y después de que haya salido el Sarampión. Y lo mismo se entienda de las viruelas, regulándose las fuerzas del enfermo y movimiento de la naturaleza. (23) Y aunque de algunos autores no es seguida esta conclusión, es lo ya de los más modernos como antiguos, que cito al margen para consuelo de los que leyeren este papel, y para que asiente por cierto ser éste el más principal de los remedios curativos del Sarampión, pues no sólo está practicado de todos, sino aprobado de los felices sucesos que hemos experimentado y yo he tenido en los Hospitales, fuera de la especulación, defendiéndola teóricamente en públicas conclusiones en la Real Universidad de San Marcos, mi Madre, por el año pasado de 1687, con común aplauso y aceptación de sus insignes y doctos examinadores médicos.(24) Muchas razones que comprueban lo dicho pudiera poner en confirmación de la verdad de esta conclusión, más como este papel no guarda observaciones de Escuelas, pondré solo con la licencia de los que lo leyeren una u otra, confirmándolas con las más eruditas y doctas palabras del Doctísimo Gregorio Horsios, que leídas quitan el temor y escrúpulo en su ejecución. Y el que con esto no se aquietare procure leer a Sebastián Bado, en el tratado de este auxilio y su necesidad, en las viruelas, Sarampión y otras manchas. Mientras paso a proponer esta o aquella razón. Débense sangrar antes y después de salir el Sarampión. Lo primero, porque además de ser esta enfermedad aguda y magna dependiente de humores sanguíneos (como dije y digo lo mismo de las viruelas), atendiendo a que estos humores constituyen 22 Gal. In art. medic,11.Meth. Cap.1, Lib.de apt. Cap.25. 2 Aph.com.19. Mercuriall,Lib.1 de morbis pueror, fol.25. 23 Anic, I, 4,tract. 4 cap. 10. 24 Act. 9.1. Set. M.10 Altomar, Tract. De feb. Cap.5.Font. c. 20. Merc. Tract. De mac..c.10. Augen, lib..Mod. de feb. C.1, Correa, De c. 7. Holer, River. Merc. Bran. Maroj. Senert. Horst. Pm. Chat.Basg..q.pract.q.2. Magister meus in suo discursu De Saramp. Ex. Mercurial. Lib.1 De morb.pueror, fol 25. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA86 MÉDICOS DISCURSOS 87 fiebre sinocho sanguínea o continente, debe hacerse la sangría por cuanto en doctrina de Galeno, es la sangría el remedio más principal para la curación de la fiebre, a quien sigue el Sarampión, ora sea por modo de crisis ora por síntoma (25). Lo segundo porque haciéndose la sangría en el tiempo de hervor, ebullición o empodrecimiento de dichos humores causativos de fiebre, no sólo se consigue el deponer de ellos por ser remedio evacuatorio, sino que se prohibe así la ebullición corruptiva de ellos, de la cual vienen tantos y tan graves accidentes, como dicho es; por cuanto quitando de ellos se pueden ventilar y así se atemperarán y cesará el empodrecimiento. Además que aliviada la naturaleza de la carga de estos humores, con mayor facilidad puede hacer su expulsión o crisis, arrojándolos a la cutis (26). Sin que obste el que por dicha sangría se interturba el movimiento de la naturaleza, porque en tiempo del hervor aún no hay Sarampión, ni ha empezado a arrojar, porque entonces sólo hay hervor de los humores y empodrecimiento y no Sarampión, que éste se sigue después, y dado caso que lo haya, por la sangría se ayuda a la naturaleza para este movimiento, pues mueve de adentro afuera como dice Avicena (27) y quita el que se empodrezcan y no se calienten los humores más; y así no pase la fiebre a ser maligna por mayor aducción de ellos; siendo de de todo madre la experiencia, pues hemos observado que sangrados algunos enfermos y depuesta la plenitud, por estar llenos, ha brotado el Sarampión con vigor y fuerza; como en otros que viniendo a los Hospitales después del principio y aumento, que así vienen las más veces del Sarampión, fueron sangrados por mí ; y cuando parecía no haber más brote de Sarampión, volvía de nuevo a reproducir librándose de todos los accidentes con facilidad. Confirma todo lo dicho, además de la experiencia que tuvo en otra ocasión el doctor Amuzgo, según refiere en su Tratado, a quien me remito, el doctor Gregorio Horstios por estas palabras (28 ), que reducidas a castellano, porque todos las entiendan, dice así: Si acaso al médico que ese u otro accidente curare, le pareciere que bastantemente no está aliviada la naturaleza, ni expurgado el cuerpo de los humores viciosos; no 25 Galeno, 9 Meth. Cap. 5. Lib. De Sang. mis. Cap. 12). 26 17 Meth. Fol. 16 27 Avicena, F. 14, Cap. De gillit. 28 Lib. 7, De febr. Fol. 17. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA88 MÉDICOS DISCURSOS 89 sólo le es lícito, sino que debe y está obligado por reglas de arte médica, a hacer, celebrar y repetir la sangría hasta que se cumpla suficientemente con la indicación de evacuar dichos humores. Y aquí Galeno: No se debe atender al número de diez para sangrar, sino a las fuerzas, humores y enfermedad. (29) Y siendo la virtud en el principio robusta, los humores sanguíneos y la enfermedad sanguínea, ¿porqué no se sangrarán en el Sarampión los dolientes, puesto que la razón y experiencia enseña lo contrario? Remítome a los autores citados mientras paso a proponer algunas dudas para su debida ejecución. III. En que se proponen algunas dudas y se satisfacen, acerca de la debida ejecución de la sangría más en particular. Supuesto como cierto que la sangría es el principal remedio para la curación de la fiebre y del Sarampión, en cuanto dependen de tal causa. Dúdase lo primero, si conviniendo la sangría como remedio, ¿convendría hacerse en el accidente que ha corrido en esta Ciudad, del cual hablamos en este discurso? Respondo que sí. Por haber sido Sarampión como queda probado y por deberse curar así su calentura, en cuanto dependiente de humores sanguíneos, corruptos e inútiles y por todo lo ya dicho (30). Dúdase lo segundo, ¿de qué parte se deba hacer la sangría para la curación de dicho accidente? Respondo lo primero, que hablando regularmente del tobillo, tantas cuantas veces fuere necesaria dicha evacuación, porque no se muevan los humores con ímpetu a las partes superiores y se causen mayores y más graves daños y accidentes. Por la cualidad maligna que puede acompañar a dicho accidente, y porque no se comunique al corazón, que es a quien se opone por defender a las partes principales de que padezcan desmayos, difícil respiración, delirio y otros accidentes graves. (31) Respondo lo segundo que de curación coacta, esto es precisados de algún grave accidente, que así lo pida se puede alguna vez hacer del brazo (principalmente si hubieren precedido algunas sangrías del tobillo). Como será en este caso que el 29 Galeno, 9 Meth. Exp. 30 Id. , 9 Meth. Cap. 11. 31 Mercurial. Lib 1, De morbis pueror. Galeno, 4, Meth. Cap.6. Oribasios, Collect. Cap.19; Joseph Galeanus, Epist. Medic. Augen, 3, Epist. Febr. Lib. 4 Cap. 18. Maro. Lib.I, De feb. Et de curat. Feb. Malig. Omnes sero practici jam citati. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA88 MÉDICOS DISCURSOS 89 enfermo esté para sofocarle por Esquinencia o garrotillo, o por evacuar lo contenido en el costado, cuando se diere dolor de él con verdadera inflamación, que la demuestran los signos de calentura y difícil respiración, esputos sanguíneos, tos contínua, &. Y esto se entiende que ha de ser con mucha meditación y cautela, si no hay maligna cualidad o acometimiento a la parte superior.(32) Dúdase lo tercero, ¿si los niños afectos del Sarampión se puedan sangrar? Respondo que sí, cuando la edad no fuere tan corta que los haga incapaces de la sangría, como si son de un mes o de dos, supliendo la necesidad con friegas, ventosas o fajas en las partes inferiores, dejando algo a la naturaleza; por cuanto no son los humores en ellos de tanto vicio como en los grandes, que usan de alimentos malos. (33) Dúdase lo cuarto,¿si se podrán sangrar las preñadas y de qué parte o de qué venas? Respondo lo primero, que no habiendo indicios de aborto, como dolores en las caderas, en hueso pubis, en el vientre y no continuado, como también no tuvieren algunas humedades por el útero, se podrán sangrar (con algún recelo en los primeros y últimos meses) del tobillo, vena de adentro y no de afuera, por no decirlo autor alguno de quien yo tenga noticia; pues siendo de adentro, se evacúan los humores cercanos al útero que pueden afectar más al feto y alivian a la madre así; por cuanto se quita el material de vaso mayor, enseñándolo la práctica y autoridad, pues hecha de vena de afuera se han visto precisados algunos a repetir la de adentro, después de haber debilitado a las preñadas de las antecedentes y sin conseguir alivio alguno con las de la vena de adentro (34). Respondo lo segundo; que si hubiese algún recelo de aborto y no hubiere accidente que impida la evacuación; antes si insta la necesidad de ella, se podrá sangrar del brazo vena de todo el cuerpo, con la prevención de ligaduras en las partes inferiores y de ventosas, para que así se deponga, como se pudiese algo del material y no sea atraído a las partes superiores. Dúdase lo quinto ¿en qué tiempo del Sarampión convendrá la sangría? Respondo que en todos sus tiempos y más principalmente en el principio o antes de que haya arrojado la naturaleza, que es el tiempo de ebullición; o después de haber arrojado, 32 Mereat, 7ª, 1ª gras. Augen, Senert, Maroj & alij. 33 Celf. Lib.2, Cap.11. Augen, lib.I, Amat I,Cent.10. Averroes & Zacut, Lib.1,9.47. Ras.7 ad Almanz.C. 12. 34 Cornel. Celf. Lib.2,Cap.10. Auer. Lib.3, cap.4. Castr. Lib. 3. Augen, Lib.6 De lagmit, Cap.2. Maroj. River. Zacut. Sener Bravus de alij. Praeter quos discen savimus haec affectionem ex communi omnium consens. In nostra Lim. Academ. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA90 MÉDICOS DISCURSOS 91 perseverando calentura, plenitud y con podrecimiento de los humores, para que así no pasen a mayor intención de accidentes (35). Dúdase lo sexto, ¿si todos se deban sangrar de unas mismas venas y en una misma cantidad? Respondo lo primero, que no. Porque los adultos y de edad consistente se han de sangrar en mayor cantidad de tres a cuatro onzas, y los niños y viejos se han de sangrar en menor cantidad , en aquellos de una onza hasta dos, y en estos de dos hasta tres, por cuanto se debe atender a sus naturalezas, edades y fuerzas; porque los unos por húmedos y calientes son fáciles de resolverse, y los otros por fríos y secos no abundan de humores calientes y es menester conservarlos, que consiste en guardarles la sangre (salvo si fuere mucha la necesidad) que entonces se atiende a lo que más urge (36). Respondo lo segundo, que regularmente hablando todos se han de sangrar del pie vena de adentro; más si obligare el temor de ahogarse el enfermo, por cuanto padeciendo de la garganta hallen está mucho embebido o padeciendo del costado, hay temor de poderse gangrenar o extinguirse el calor natural (si se pudiere hacer alguna del tobillo antes, no será malo) (Ille practica omnes. Cap. De Schiment et de Pleur), se sangrarán del brazo; los del dolor en el costado, del brazo correspondiente al dolor y del mismo lado, vena de arca; los del acceso de garganta de la vena de todo el cuerpo, del brazo que pareciese que es más próximo a la inflamación; porque así se depongan de lo embebido en dichas partes y se cumpla con el precepto de los Príncipes y prácticos, teniéndolo yo ejecutado así con felices sucesos en los enfermos, que de dichos accidentes he curado en los Reales Hospitales, y en las Enfermerías que han estado a mi cargo (37). Respondo lo tercero, que si las mujeres estuvieren actualmente con los menstruos no se podrán sangrar del brazo, sino del tobillo porque así no se detenga dicha evacuación, y lo mismo se entienda de las paridas; (aunque puede haber casos en que sea necesaria hacerla de una y otra parte, o después de la de arriba, la de abajo, más esto pide mucha consideración y mucho médico que lo especule).Porque no sea que se sangren del brazo y se mueran por haber ido contra el movimiento de dicha 35 Galeno, Lib.De Optica.sect. Cap.35.Avicena, Sen. T. 4 Cap.de phleb. 36 Cornel. Celf,Lib.2.Serm 3, Cap.11. Actuar. Lib.5 Meth. Cap.8.Lemas. Lib.4,meth. Fern. Merca. Bran. Zacut. Tom.I, Lib.1, cap.2 37 Galeno, Lib.De Curand. Rata per sanguin mis. Cap.16 FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA90 MÉDICOS DISCURSOS 91 evacuación haciéndola detener con la evacuación del brazo (38). Dúdase lo séptimo, ¿si puesta la necesidad de sangrar en los que padecieron el Sarampión (o Viruelas u otro morbo) se deba ejecutar la sangría, aunque concurran accidentes que la impidan? Respondo lo primero, que si los accidentes fueren originados de la malicia del humor o de la intención del calor febril, como cursos colicuantes o coléricos, inquietud, ansias, vómitos, sequedad de la lengua, delirio, dolores de cabeza o de costados, o de vientre, o de pechos, &. (39) Se han de sangrar luego sin que impidan dichos accidentes, por cuanto todos se originan del calor, y cesarán éstos evacuada la causa constitutiva del morbo de que dependen, remitiéndose el calor de la fiebre, que puede ser causa de todos ellos. Respondo lo segundo, que si los accidentes fueren tales que tengan al enfermo en estado de debilidad, como son la frialdad de los extremos, desmayos, cursos crudos y en cantidad, o de cólera; flujo de sangre inmódico y otros a este tono. No se han de sangrar luego: sino primero repararlos y corregirlos como se dirá en su lugar; advirtiendo que si sangraren después, sea en poca cantidad guardando siempre las fuerzas, como primera indicación (40). IV. De la expurgación de los humores por medicamento purgante y de las ayudas. Los auxilios magnos (como ya dije) son la sangría y la purga, los cuales se ejecutan en presencia de morbos magnos, y siéndolo el Sarampión como queda dicho, parece que también convendrá la purga; por cuanto por ésta se deponen los humores viciados, y no sirven de utilidad alguna, los cuales pueden ser causa del Sarampión, y así se proponen algunas dudas para su mejor ejecución (41). Dúdase lo primero ¿si convendrá purgar en el principio del Sarampión? Respondo que no. Por cuanto es auxilio que no ayuda a la naturaleza en el movimiento, que intenta hacer de adentro a fuera. Porque es propio de la purga mover los humores de afuera para adentro. Y porque no está indicada, y así aunque se den humores viciosos 38 Galeno, eodem, Lib. Cap.17. Santacruz,Lib.De imp. Quam affectionem publice deterdi in nostra Limana Academ. 39 Brau, Maroj, Senert. Loc. Cit. Galeno, Lib.de sang. Mis. Esm.. 40 Galeno, Lib. 11, Meth. C. 15. 41 Id., 2, Aph. Incom. 29. Mercurial, Maroj, Senert, Horst & alij. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA92 MÉDICOS DISCURSOS 93 e inútiles, estos en el principio están conmixtos con la sangre y no separados de su consorcio; por lo cual no pueden ser atraídos del medicamento purgante, y también porque la enfermedad Sarampión es hecha de los humores sanguíneos pecantes, y a éstos se debe como remedio evacuatorio la sangría y no la purga. (42) Como la fiebre de que dicho accidente resulta es sanguínea. Y juntamente se da incendio interno no sólo de los humores, sino aún de las partes internas, y no es bueno hacer medicamento que pueda inflamar, antes si conviene atemperar (43). Dúdase lo segundo, ¿si se podrá usar de la expurgación hecha por medicamento purgante en la declinación universal de dicho accidente? Respondo que no. Por cuanto queda el calor natural pobre y débil y las entrañas calientes, aunque no exista la fiebre, y por cuanto no hay humores (que las más veces sucede) que deban ser expurgados; porque los viciados fueron arrojados por la naturaleza, de adentro para afuera; y finalmente, por el temor de la soltura de vientre en demasía. Pues no está en nuestras manos el detener o mover cuánto y como deseamos: y así será seguro no usar demedicamento purgante, tratando sólo de corroborar y fortificar las partes internas, congregando el calor natural con los auxilios que a este propósito se dirá en su lugar. (Galeno, Lib.de curand.) Limítase esta doctrina en caso que no hubiere fiebre ni incendio interno, y sólo hay humores en la primera o segunda región viciados que deban evacuarse; que entonces con madura consideración, se podrá usar de medicamentos purgantes y que conforten, como estos o en esta forma: De jarabe de rosas (de Alejandría si se puede , y si no de las nuestras castellanas), de infusiones de esencias de ruibarbo tostado y hecho polvo, una dragma en la cantidad de agua de tamarindo, o de llantén o verdolagas. Y esto no ha de ser en todos, si no como he dicho (44). Dúdase lo tercero, ¿si no conviniendo purgar convendrán las ayudas y en qué tiempo? Respondo lo primero, que si acaso hubiere precedido crudeza de estómago o indigestión, como también detención de heces en el principio, luego antes que la naturaleza mueva el ámbito y empiecen a hervir los humores, se puede usar de alguna ayuda suave y emoliente: Como son de cocimiento de malvas, afrecho, sal, manteca y azúcar prieta. O de caldo de carne o de ave, aceite de almendras, sal y 42 Doct. Braun. De indic. Purgat. Galeno, 9 Meth. Avicena, Sen. I,2. Sen.8, 4. Caput. De causon. 43 Hip.4. De rat. virtus. Text.21 & 22. Galeno,4 De Sanit. Trend. Sanct. Cruz, Lib.3, C. 87. 44 Paschal, River, Maroj, Senert & alij. Mandóse hacer este jarabe de consulta de los mejores médicos. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA92 MÉDICOS DISCURSOS 93 azúcar. O de alminar en cocimiento de malvas y afrecho. O de orines, sal, manteca y azúcar prieta. Respondo lo segundo, que en los demás tiempos del Sarampión no es bueno usar de estas ayudas, o de otras que tengan virtud de mover el vientre, porque no sea que se mueva el humor por abajo, y así se divierta la obra intentada de la naturaleza, o sobrevengan cursos y debiliten las fuerzas. Más si instare la necesidad, aplicáranse una calilla hecha de jabón o de sebo, con aceite de comer, o de almendras dulces y su poquito de sal. V. De la atemperación de los humores y corrección de la destemplanza caliente hecha por los medicamentos. Aunque por la sangría en cierto modo se atemperen los humores y se corrija la destemplanza caliente: con todo esto no dejan de ayudar a lo mismo otros auxilios (que no todo ha de ser sangrar). Como son el aire, los alimentos y las medicinas. Pues como dije, el aire con su cualidad nos atempera o distempera, y así puede por el aire alterado en contrarias cualidades, atemperar las entrañas calientes e inflamadas (45). Véase el párrafo cerca de este punto y obsérvese el modo de utilizarle ya dicho; advirtiendo que esto ha de ser de tal suerte, que los enfermos estén bien cubiertos para que así no reciban daño, y sólo gocen del aire templado por la respiración. Limítase esta preparación en los parajes fríos, como son las sierras en donde más convendrá calentar el aire, porque con su frialdad no constipe e impida el movimiento hecho de adentro afuera intentado por la naturaleza. El alimento aunque de nuestro calor es alterado, nos altera y muda con sus cualidades; y así ha de ser reemplazado en sus cualidades el que los dolientes del Sarampión usaren, como también de sustancia fácil de convertirse en alimento sustancial, y que no trabaje en ello la naturaleza. Este ha de ser diverso en los tiempos del Sarampión, porque en los principios ha de ser tenue para que así no se perturbe la naturaleza y trabaje poco; y sólo ha de ser cuanto bastare para conservar las fuerzas. En los demás tiempos se ha de ir aumentado su cantidad, y así no se apurarán mucho porque los enfermos coman 45 Galeno, De art. Cap. 8. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA94 MÉDICOS DISCURSOS 95 demasiadamente en los principios; por cuanto es enfermedad aguda y que luego se termina: contentándose con que coman lo que pudieren, que serán caldos o mazamorras de cebada o de harina de trigo con azúcar, que según se observó fue el alivio de los enfermos en medio de sus ansias, vómitos y fatigas en los primeros días, por no poder comer ni sufrir otro alguno sus estómagos; como también servía de medicamento en cuanto embotaban la acrimonia de los humores, que descendía al estómago; pueden servir las panetelas echas de caldo y pan rallado.(46) Todo lo que no fue en esta ocasión, carnes de gallinas, pollos y de carnero, ha sido nocivo en extremo, por cuanto de otros alimentos como calabaza, yuyos, lechuga, papas, &. Sobrevenían cursos crudos y otros accidentes y así se prohibió todo género de legumbre y guisos que no fueran jigotes, asados o cocidos de carne o de ave. Prohíbese asimismo los agrios porque sutilizarán más los humores, como se observó en esta ocasión. Y también todas las frutas por lo que después diré. De la bebida sólo se ofrece advertir que al tiempo de comer ha de ser la que se tomare, agua natural y no medicinal, por no estragar los estómagos de los enfermos que no apetecen medicinas (D. Muzar. Imprexl.), que no son naturales por lo cual acaecen vómitos y fastidio al alimento; observándose lo que se come para dar el agua natural, porque si fuere líquido se pasarán a lo menos tres horas para que la beban, y si sólido lo que comieren se beba sobre ello. Aquí se puede dudar si el agua (como también las medicinas líquidas como jarabes y cordiales) se podrá alterar y enfriar con el conjunto de la nieve, al tiempo de comer: Respondo con distinción: si el tiempo fuere ardiente como el canicular, y el enfermo estuviere bien cualificado en los humores, teniendo fiebre ardentísima y fuere de complexión caliente; y en el primero y segundo día estuviere sediento y ardiente, con aridez de lengua y no hubiere indicios de crudeza de primera región, así por vómito como por curso, no sólo el agua se podrá enfriar (esto ha de ser sin exceso) sino aún las mismas medicinas dichas que se le dieren por vía de atemperación, por atender a la mayor necesidad, o porque entonces no ha arrojado la naturaleza; y acaecerá que templada la materia, así le impida su incendio y de que pase a corromperse; o se maligne por ingente aducción (47). 46 Hip. I, 8, 9, 10 Aph. 47 Galeno,11 Meth. Cap.9. Galeno, Lib.4 De cur. Avicena, Sent.I, 4 Tract.7 FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA94 MÉDICOS DISCURSOS 95 Y así se ha de entender esta doctrina, aunque se puede extender a todos los que han pasado los términos del Sarampión, quedando con calenturas ardientes y continuas y de maligna cualidad, porque no sea que se vuelvan éticos, siendo mejor el atemperar y humedecer que el que se sequen, no dándoles este alivio en el refrigerio: como lo he observado con felicidad de los sucesos, impidiendo así la introducción de la fiebre ética (48). Pero si el enfermo tuviere tos continua, dolor en el costado y cavidad vital o fuere mal temperado, tuviere cursos que procedan de causa fría, no tuviere calentura de dicha especie, ni sospecha de maligna cualidad, no conviene que beba ni el agua fría con nieve, ni las medicinas; bastarále solo las tome en su natural temperamento. Las medicinas que también pueden corregir y atemperar la destemplanza caliente, así de los humores como de las partes internas; o son por de fuera o por adentro. Para adentro pueden servir las aguas de escorzonera, de cebada, de borrajas (aunque el vulgo siente mal de éllas, porque ignora sus cualidades que son templadas y no sabe que tienen virtud de atemperar, corregir y enmendar la sangre de cualquier vicio, de absterger y purificarla de sus excrementos, de tonificar las entrañas y confortar el cerebro, de mover sudor y abrir poros, de oponerse a la cualidad venenosa, como sienten Dioscórides, Laguna, Horstius y otros autores) (49)., de estas pues pueden tomar los enfermos, o solas o con algún lamedor como violado o de granadas, o de calabazas con azúcar, según pareciere más bien indicada y mejor al gusto. Por afuera se podrán aplicar (pidiéndolo la necesidadque es el dolor de hígado o de estómago, el ardor interno, la sed y la confortación) al hígado y dichas partes, los zumos de membrillos, de agraz, de escarolas, de endivias, de escorzonera, de verdolagas, o juntos o de por sí; o de rosas, o la pocha que se hace de verdolagas cocidas y harina de cebada, con zumo de rosas o de vinagre rosado, advirtiendo sea quebrantado el paño o empapado se pusiere con estos zumos sobre estas partes, para que no hagan daño y obren mejor. 48 Id., Lib.4 De cur. Avicena, Sent.I, 4 Tract.4. Gal.Lib.10 Meth. Cap. 6. Avic. Sen.I,4, tract. 2,4,5. 49 Laguna, fol.455, Horst., Lib I, sec. 3 plant. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA96 MÉDICOS DISCURSOS 97 VI. De la segunda indicación curativa, que consiste en ayudar al movimiento hecho por la naturaleza al ámbito del cuerpo. Después de haber tratado de las indicaciones que se toman del humor y de la especie de fiebre, síguese la segunda que consiste en ayudar el movimiento hecho por la naturaleza, que intenta hacer o hace a la cutis del cuerpo, según doctrina de nuestro Príncipe (Hip. I. Aph. 21) para que así quede expurgada en algo la masa sanguinaria de los humores sutiles y viciosos, que la califican mal; para cuyo fin se debe usar de los auxilios más cómodos y que tienen virtud de mover los humores al ámbito del cuerpo, los cuales en la común doctrina y práctica de los autores y Príncipes Médicos son friegas y ventosas o medicamentos diaforéticos o sudoríficos (50). Las friegas se deben hacer, y de ellas usamos en cualquier tiempo de la enfermedad, ora esté evacuado o no el sujeto, por cuanto no mueven con ímpetu el humor, sino sólo abrirán y abren los poros del cutis, para que así hallando el humor las vías patentes, a ellas corra con facilidad y se resuelva. Y así se harán solas con paños calientes o con algún medicamento conjunto y con las manos calientes; el medicamento puede ser canela, o aloe de manzábila, romero o alhucema, con las cuales se sahumarán y calentarán paños o bayetas para fregar el cuerpo. Más las ventosas según doctrina de Galeno (51) no se han de aplicar sin que hallan precedido algunas evacuaciones de sangrías, ni estando el cuerpo lleno, por cuanto su modo de obrar es atraer del centro al ámbito del cuerpo, y estando éste pleno de humores y naturaleza inclinada a arrojarlos por esta parte, pueden ser atraídos con demasía y ser causa de que detenidos en élla, por razón de plenitud y falta de ventilación, se empodrezca y se causen mayores daños. Vi sobre el pulmón u omoplato de una ventosa aplicada estando el cuerpo lleno, hacerle una grande apostema. Y así para su recta aplicación será de advertir y observar si está o no el cuerpo lleno; porque si está lleno se suspenderán por entonces, contentándose con hacer friegas repetidas, hasta que por las sangrías se detenga algo de los humores. Todo lo cual se ha de entender de curación regular y metódica, porque obligando la necesidad se podrán aplicar las ventosas, como si el enfermo tuviere dolor de 50 Celf. Lib.2, cap.11. Paul, Lib.6, cap.41 51 Galeno, Liber de cucurb., Cap 3. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA96 MÉDICOS DISCURSOS 97 cabeza, de garganta o de ojos, & Y no hay comodidad de sangrar luego; convendrá echárselas de medio cuerpo para abajo para revelar en alguna manera, y hacer movimiento contrario al del humor. Sirven también para ayudar a la naturaleza en su movimiento que pretende de adentro a fuera, los medicamentos que mueven a sudor, por cuanto con su virtud abren los poros, y causando el sudor en alguna manera es depuesto el humor ya arrojado al ámbito del cuerpo; en cuya ejecución se debe observar lo que se ha dicho del uso de las ventosas, porque no acaezca que haciendo esto por medicamentos vehementes, se muevan los humores con precipicio, y habiendo calentura se inflamen los humores y las partes internas, de que pueden nacer notables daños con peligro. Y así son buenos para cumplir con esta indicación (como se hizo con felicidad en esta y otras ocasiones de las pasadas) las aguas de borrajas estrujadas o cocidas, o de cebada tostada, añadiendo de piedra bezoar en polvo el peso de medio real. En la cual piedra no sólo hay virtud de mover a sudor (con la cualidad que para esto tiene y no por caliente), sino también de corroborar las partes internas, y de oponerse al veneno innato, como sienten graves autores (52). También se puede usar del cocimiento de quinua con los mismos polvos de piedra bezoar, y si hay comodidad y no hay humores calientes (que no se ha hecho en esta ocasión, aunque en otra puede servir, por cuanto puede acaecer no darse el vicio de tenuidad de humores que en la presente experimentamos), dé el cocimiento de cebada y de orozús, de borrajas, y culantrillo e higos. Algunos dicen también las lentejas, no sé como puedan mover a sudor siendo frías y secas, sin duda debe de ser sin pellejo y limpias, o porque guardan similitud en su forma con las viruelas, o porque tendrán cualidad oculta para ello, compónganse con Galeno (7 De alimentos, Cap. 18) que dice mueven el vientre y así no moverán sudor. Y todo colado y caliente se tome una porción con algún poco de azúcar, dé parte de noche al recogerse o por la mañana en ayunas. Puede servir como pectoral si le añaden lamedor de violetas, de borrajas o de calabazas los tres primeros días. Adviértese que el Sarampión ha sido benigno en todos los que sudaban copiosamente y caliente, por cuanto eran evacuados los humores por región conveniente. Y porque puede suceder 52 D. Maroj., Lib.7, Tract. De febr. 9.3.D. Franc. De morb. Coex. D. Braun. Tyroc. Pract. De Medic. Sudoris. Valdeeb. De alb. & alij FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA98 MÉDICOS DISCURSOS 99 que en alguna parte se pueda hacer este medicamento, del cual usé con felicidad en los Hospitales (principalmente en los que eran tupidos de cutis por haberse estado al aire, o en los que tenían cualidad maligna), a donde llegan los enfermos después de pasados los principios y aún en la declinación de la enfermedad, por el horror que tienen al Hospital; lo digo y pongo su composición que es en esta forma: Cogerás de semillas o pepitas de cidras, de granada, de tintoreros, de toronjil y de culantrillo seco, la cantidad de una onza: de polvos de diamusco dulce media onza; de polvos de piedra bezoar onza y media; de polvos de raíces de escorzonera media onza; de azúcar lo que bastare; de los cuales polvos se usará la cantidad del peso de uno o dos reales (según fueren los sujetos) echada en caldo de ave o en alguna de las aguas ya dichas, por la noche que es la hora en que se han de dar los sudores; observando que el estómago haya hecho cocimiento y que a lo menos hayan pasado tres horas después de haberlo tomado, para que así el calor natural pueda hacer su obra y se recobre con el sueño. Dichos polvos pueden servir para librarse de alguna peste o epidemia. Dúdase aquí, ¿en qué tiempo del Sarampión se habrán de hacer las friegas y las ventosas? Respondo que las friegas se pueden hacer en cualquiera tiempo, ora para resolver, ora para atraer. Pero las ventosas sólo en dos tiempos se pueden aplicar, cuales son en el principio del Sarampión, esto es cuando ha empezado a salir y en el aumento, cuando lo más de él ha brotado; si no es que concurra otro accidente, por el cual sea necesario usar de ellas fuera de dichos tiempos, como por atraer algo del calor interno excedente y para resolverlo: para que así se atemperen las partes internas. PARTE TERCERA I. De la última y tercera indicación, que consiste en corregir los accidentes que sobrevienen; defendiendo las partes de la malicia de los humores a ellas arrojados o de los daños que se pueden causar en ellas. Es cierto en doctrina de los Prácticos con nuestro Príncipe Galeno (53), que los accidentes no piden especial curación más que de la que se debe hacer para curar el 53 Galeno, Lib.7 Meth., Cap. 9. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA98 MÉDICOS DISCURSOS 99 morbo de que dependen, porque tratando éste corranaquellos; más porque algunas veces sucede que siendo de consideración en su entidad, arrebaten toda la intención curativa en cuanto, no como síntomas se consideran sino en cuanto son morbos, porque si así no se hiciera, peligrarán de ellos los enfermos, como viene sucedido en la presente constitución, con todos los que enfermaron del Sarampión, si no se hubiera atendido y reparado la gravedad de los accidentes que le han acompañado, y que ponían en peligro a los enfermos. Siendo la causa de su intención no sola la demasiada tenuidad, empodrecimiento de los humores, hervor y corrupción, sino el conjunto de cualidad oculta y maligna (fuera de la común como dije al principio) que como superior ha producido sus efectos según las disposiciones que en los cuerpos halló: siendo verdadero que raro o ninguno de los enfermos dejó de padecer uno u otro accidente en intención, y así observé que ni todos tenían cursos ni todos vómitos, ni todos dolores de costados, delirios, &. Si no ya uno ya otros, sacando como por cierto que además de las causas comunes ya referidas, productivas del Sarampión, en la ocasión presente concurrió cualidad maligna corruptiva del mixto (aunque no en todos) y así aunque los más accidentes sigan al Sarampión como propios de él, no en aquella intención que en esta ocasión hemos observado; no causando admiración que el doctor Amuzgo en su Tratado del Sarampión no haga mención de ellos, porque entonces acaeció benigno y sin malicia su constitución; ni que los prácticos hagan especial método curativo de ellos, porque sólo hablan del Sarampión en cuanto benigno y sin malicia; y así para los venideros tiempos y para su mejor noticia, me ha parecido tratar de cada uno en especial y del modo de corregirlos según lo que se observó y practicó en la presente ocasión, aunque con brevedad, porque no lo permite este discurso y porque ya fuera esto tratar de toda la medicina, contentándome sólo con poner los auxilios que pueden corregir su mayor intención y malicia. Advirtiendo de paso, que aunque pongo algunos medicamentos que piden hacerse por manos de perito artífice Boticario, también pongo otros que más a mano se pueden hallar, de los cuales usara yo si me hallara sin Botica, y en ocasión de poderlos aplicar en los parajes y pueblos de indios, y así esto advertido podrá cada cual recibir el que tuviere con mejor comodidad; que no parecerá bien, pudiendo socorrer a todos con unos y otros medicamentos, deje a los ricos sin los suyos para que puedan socorrer a los pobres necesitados con ellos; y a los pobres recibir un remedio pobre, fácil y de FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA100 MÉDICOS DISCURSOS 101 poco costo, sin que les sea siquiera dar alivio la noticia de ellos. II. De la cualidad maligna que ha acompañado al Sarampión y de su corrección. Aunque no es fácil explicar que sea esta cualidad maligna, como dudan los autores (54) con todo esto no es dificultoso por sus efectos el conocerla, haciendo juicio de que efectos grandes no provienen de causas pequeñas, sino que deben corresponder a la intención y virtud de la causa. Y así de todo el conjunto de accidentes (o de algunos) producidos en las enfermedades, se viene luego a los ojos la existencia de dicha cualidad, como al presente ha sucedido en nuestra constitución del Sarampión, experimentando los accidentes tan intensos y graves, cuales no se han visto en otras ocasiones, y ajenos de la naturaleza del Sarampión. Pues como refieren los españoles, acaece en España el Sarampión de tal suerte y con tal benignidad, que por no hacer caso de él, las viejas lo curan todos los años sin auxilio de médico, con sólo arropar a los muchachos y darles aguas calientes. Pero como quiera que por los acompañados haya sido tal, que ponía en grave peligro a los enfermos y en grande cuidado a los médicos, no es posible proviniese de otro principio, que de la maligna cualidad que en los más se halló, por especial alteración y disposición de los humores. Esta pues maligna cualidad (que en la ocasión presente ha concurrido y que luce las enfermedades grandes, como se dice en la Sierra) se corrige con medicamentos alexifármacos o cordiales (fuera de los auxilios de sangrías, por los humores en que inhiere, aunque se duda el cómo obran tales medicamentos entre los autores), reconociéndose sólo que su virtud es oponerse a ella, colaborando y fortificando el temperamento del corazón, y pidiendo el empodrecimiento de los humores, y corrupción del mixto, que intenta hacer dicha cualidad (55). Los cuales medicamentos cordiales son por de fuera aplicados o por adentro: por afuera como las Epithemas que se ponen sobre el corazón, para que le fortifiquen, distemperen, mediante lo espirituoso que por los poros comunican por la transpiración; 54 Aut. Jam citat. 55 Fert opera D U jam citati,contra Alfons. Lapeyum. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA100 MÉDICOS DISCURSOS 101 por adentro son o bebidas o conservas, & Las Epithemas según comodidad y lo posible, se pueden componer en esta o en otra mejor forma: De ungüento de azahar y de rosas iguales partes, de confección de jacintos el peso de un real; de polvos de diamargaritón el peso de seis granos, con unas gotas de vino generoso; y todo se una y se aplique tibio sobre el corazón para defenderle de la malicia de la cualidad. O en esta forma: De una manzana ácida la mitad exprimida por un paño, rociada con unas gotas de agua de azahar y rosas, de diamargaritón frío; un escrúpulo de piedra bezoar y unas gotas de aceite merbloso y agua de vinagre rosado, y tibio todo se aplique al corazón. De aguas se puede hacer la Epithema: goma de rosas, de azahar, de y mojados unos paños se pongan sobre el corazón. Las bebidas se pueden hacer de lamedores para que así no causen vómito con la cantidad, o jarros con aguas que si lo fuese necesario, siendo mucha la sed e indicación de humedecer. Los lamedores pueden ser de granada, de violetas, de borrajas o de escorzonera, lengua de buey o de la ortiga (esto es en esta ocasión, es donde los agrios no fueron de utilidad alguna por cuanto la indicación fue incrasar y atemperar por la demasiada tenuidad y calor de los humores, más no dándose ésta, también pueden servir los jarabes de agrios, de limón, de cidras, de vinagrillo, en quienes hay virtud no sólo de atemperar, sino de impedir el empodrecimiento de los humores). Según pareciere convenir como en esta forma: De dichos lamedores, de uno u otro media o una onza, en la cual se echará de polvos de piedra bezoar el peso de medio real y seis u ocho granos de los polvos de diamargaritón. Y se tomará antes de comer cosa alguna en ayunas, o cuatro horas después de haber comido, y lo mismo se entienda cuando se hiciese en forma líquida con las aguas que diré, observando se hagan gratas al gusto y que no fastidien. Puédense añadir otras confecciones a las bebidas como de jacintos, alkermes, &, según pareciere por necesario. Las aguas pueden ser de rosas, de borrajas, de acederas, de ortigas, de achicorias, de verdolagas, de escorzonera, &. O los cocimientos de estas hierbas huyendo de las incidentes que en otras ocasiones pueden servir (como en el tabardillo o mal grande) por lo dicho. Pueden servir para lo mismo las conservas de violetas, de rosas, o de flores de borrajas, añadiendo de los dichos polvos la cantidad señalada y después tomarán algunos tragos de dichas aguas o de sus cocimientos. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA102 MÉDICOS DISCURSOS 103 III. De los vómitos y ansias que siguieron al Sarampión. Aunque los vómitos y ansias sea accidente, que acompaña en lo común al brote del Sarampión, no con la intención y molestia que en la ocasión presente han acaecido; pues llegaban a tal extremo los enfermos que ya querían expirar; siendo de todo la causa la demasiada tenuidad y malicia del humor (aunque no en todos acaecía esto, por darse de otra especie el humor), que descendiendo al estómago le estimulaba para la expulsión, y aún para la del kilo, y así seveían los vómitos de todas especies de humor colérico y de serosidades altas, atribuyéndose a dicha causa (y no como sentían algunos mal fundados, a la frialdad y defecto de calor), como se manifestaba por los signos de sequedad de lengua, dolor intenso de estómago, ardor, sed, etc..Proviniendo todo de la malicia de dichos humores. Aunque se pruebe lo contrario del alivio que algunos tuvieron con el uso del aguardiente, del cual punto trataré después. Para este fin, en la mejor práctica de los autores y observación de alguno, se usó de esta bebida cuya virtud consiste en atemperar y enmendar el vicio de los humores y su calidad, incrasándolos y reduciéndolos a mediocridad de sustancia para su cocimiento; y para que no desciendan con ímpetu al estómago. Cuya disposición es en esta forma: De cristal preparado el peso de un real, de polvo de diamargaritón, el peso de seis granos, de lamedor de granadas y de verdolagas, de cada una media onza; de agua cocida de verdolagas, cebada y borrajas, cuatro onzas; y luego que se beba sin alterarla, cesarán los vómitos y las ansias, siendo digno de admirarse su efecto, porque cesarán los dolores, la sed, las ansias (y no la intrepidez de los monos que iban a las boticas a saber de qué se componía la dicha poción, para recetarla sin más indicación que el haber visto los efectos, que admiraron en todos) (56). Y si acaso no se pudiere hacer ésta, podrá suplir esta otra que también fue buena: De cuerno de ciervo preparado y quemado, el peso de un real; de polvos de piedra bezoar dos gramos, de azúcar media onza y del cocimiento de verdolagas y borrajas, cuatro onzas; y se tomará antes de alimentarse los enfermos. Y porque dichas ansias y vómitos además de la malicia del humor, han solido acceder por algunas lombrices, como observé en muchos y en especial en más de tres que arrojaron más de cuarenta lombrices de magnitud (no disputo el si se engendraron 56 Petr. Michael, De Hered. De morb. Po. Pal in curation. Erasu Brau. Tract. De feb. Inter. Cap.5, Maroj, Riu & alij. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA102 MÉDICOS DISCURSOS 103 entonces o si estaban engendradas, ora fuese por la materia pútrida, ora por el calor putridenal, por importar poco para el intento sólo si lo pongo por noticia y observación, dejando a otro juicio su resolución pues no es posible que todo se ponga en este breve Discurso, y más cuando los autores están ahí, en quienes se puede ver esta grave duda). Y así se podrá añadir algún medicamento, como lo hice que tenga virtud de expelerlas, como el dicho cuerno de ciervo y los polvos de Alejandría, y que con ellos se tome la dicha bebida. En el interín que esto se dispone, no se olvidará de socorrer al estómago por la parte de afuera (y más bien si hay dolor) con los zumos de agraz, de membrillos, en paños o en una tostada de pan no caliente sino algo quebrantada, aunque mejor será alguna vez el que se ponga fría. Y si fuere mucho el incendio de estas partes, como estómago, hígado y bazo, se podrá poner este emplasto para impedir el incendio: De harina de cebada media libra, de polvos de rosas una onza; de zumo de llantén alguna cantidad, añadiendo algo del zumo de agraz o de membrillos o rosas, con una clara de huevo bien batida, y se tenderá lo que bastare para emplasto sobre un paño, y se aplique a dichas partes, advirtiendo no lo permitan mucho tiempo en ellas, sino que se repita y mude luego que se sintiere caliente. Advierto que las cantidades de los medicamentos se pueden acortar haciendo una receta por la mitad, y así de grande o de cuantiosa se puede hacer pequeña y en menos cantidad, según la comodidad para ello. IV. De las inflamaciones de la garganta, boca, encías y ojos. Las inflamaciones de estas partes sobrevinieron por los vapores y aún por los humores, que del todo corrieron a ellas, de tal suerte que con su acrimonia las lastimaban, que parecían estaban llagadas, aunque lo más común fueron inflamaciones. Para lo cual aprovecho el cocimiento de malvas, llantén y cebada tostada, en el cual se echará unas gotas de jarabe de moras, azúcar, y con ello se hará gárgaras, estando quebrantado o tibio dicho cocimiento. También se pueden enjuagar con sola leche de vacas tibia o con azúcar o sin ella, o con sola agua tibia y azúcar. Y si acaso estuvieren ulceradas se puede usar del cocimiento de cebada, chochos amargos y jarabe rosado, con el cual se lavarán las úlceras, o según fueren ellas se podrán FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA104 MÉDICOS DISCURSOS 105 aplicar medicamentos, por manos de algún experto cirujano. Para los ojos se aplicarán unas gotas de agua de rosas, o de llantén o de frutillas de Chile o la natural, en las cuales echarán unas hebrillas de azafrán nimio de Castilla bien lavado y que quede sin aceite (porque así se trae para su duración), echándolas con una plumica de paloma o de gallina. V. De los cursos de sangre, de cólera, quilosos y serosos. Aunque este accidente pedía mayor extensión por haber sido el más principal de cuantos acaecieron con los accidentes, con la atemperación hecha o por las sangrías o por los medicamentos atemperantes e incrasantes ya dichos. Como también porque así lo enseñó la práctica de algunos sucesos de los enfermos en quienes se causaron mayores y más graves accidentes por el uso de dichos polvos, quedando con cursos colicuantes aún después de haberlos tomado; y con inflamación interna y disposiciones éticas, con sed, calentura contínua y dolor de vientre (observé en dos mal suceso, uno murió en San Francisco y otro en el Hospital de Santa Ana) y a mi ver no fue por otra razón, que porque los polvos aunque evacuaban repeliendo (que así lo hacen) no quitaban de la cualidad el vicio, y calentando internamente adquirían disposiciones para la mayor intención de la cualidad benéfica. Y así se remite su uso para en caso de solos cursos de sangre sin el conjunto de Sarampión y de cualidad maligna e inflamaciones internas. Contentándonos solo con la atemperación, con que felizmente se ha conseguido como dicho es. (57) Para conseguir el fin de atemperar las partes internas además de las bebidas, es bueno poner sobre el estómago y vientre este emplasto, que es observado por cuanto conforta y atempera presente la acrimonia y calor de los humores que hacen los cursos de sangre; el cual es en esta forma: Coceráse un membrillo en agua rosada, el cual después se molerá en un mortero, añadiendo de aceite de membrillos y de aceitunas verdes iguales partes, de polvos de perlas y de coral como el peso de un real, y se hará emplasto tendido sobre dichas partes. Vale también para dolores de estómago de causa caliente. Si no se hallaren todos los dichos medicamentos, usaránse los zumos de membrillos 57 Hip. 4 De Ration. Vict. Text. 21. * Fue de singular alivio en esta contención, la ayuda de las manillas en toda especie de cursos. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA104 MÉDICOS DISCURSOS 105 o de agraz. Omito otros medicamentos porque piden hacerse por manos de Boticario docto; sólo pongo estos que fueron experimentados. Para los cursos de cólera y demás humores calientes se pueden aplicar las ayudas de las manillas (que dije) y esta que es buena: un cuarto de gallina o sus extremos se ponga a cocer con un puño de cebada, hasta que cueza y reviente, y otro de arroz tostado como también la cebada y no mucho, y unas ramas de verdolagas; después se cuele y en el cocimiento que ha de servir, se añada dos claras de huevos batidas y un poco de almidón tostado, y unas dos onzas de lamedor violado o de verdolagas; se la echará tibia al tiempo de dormir o a la hora de más necesidad, que se ha de observar para el uso de las ayudas.(*) También fueron buenas para este fin, las ayudas de quina tostada y cocida con cabezuelas de rosas y adormideras,con dos claras de huevos y almidón tostado en la forma dicha; como también ésta: De una cantidad de leche cocida, azúcar y un huevo, o de los zumos de rosas, llantén, verdolagas, azúcar poca y más tibiasque calientes, se usarán en semejantes ocasiones de cursos coléricos, como se ha dicho. Antes de dar fin a este punto, me ha parecido conveniente dudar (por cuanto se hizo en algunos de común acuerdo del vulgo, si es que pudo tener acuerdo), si contendrá el aguardiente en presencia de los cursos; y la razón de dudar puede nacer de que fue en algunos aplicada causando buen efecto: luego en todos contendrá. Porque las voces de dicho medicamento no corran como corcel, y corrió por muchos que le tuvieron por medicamento universal para todos los cursos; diré lo que en este punto se ofrece habiéndolo especulado con especial cuidado, y observado lo que en algunos lamento por desgraciados, que sin más consulta que su gusto ni más razón que su apetito le tomaron; aunque otros lo tomaron con consulta de la ignorancia, que andaba a tientas y sin luz del método ni razón de las causas, dando como dicen por estas paredes Cerca de esta duda no he hallado (en cuanto ha podido mi cuidadoso estudio) autor que la terminis, trate de su resolución sino es al doctor Horstios, que en nuestro número afecto Sarampión, duda cerca de la exhibición del vino y si convendrá en dicho afecto, como también en las viruelas, resolviendo que no. De cuyas razones me valdré para la determinación de nuestra duda.(58) 58 Horst. Exercit.4 de feb.9. De incap. De variol.& mo, fol. 325. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA106 MÉDICOS DISCURSOS 107 Las razones que pone para prohibir no se dé el vino, son porque es caliente y puede inflamar estando calientes las entrañas. Puede atenuar los humores y hacer que corran con ímpetu los humores sutiles. Confírmanse con la autoridad de nuestro Príncipe Galeno, el cual prohibe su uso en las fiebres ardientes que dependen de humores calientes y tenues, en las inflamaciones y erisipelas internas, porque de su exhibición y uso pueden acaecer mayores daños. Luego si el aguardiente es más caliente que el vino, en cuanto es lo espirituoso del vino, y éste se prohibe, en tal caso también se prohibirá el aguardiente, presente el Sarampión. Lo primero por la calentura que pide el contrario; lo segundo por la destemplanza caliente de las partes internas. Lo tercero porque no se atenúen más los humores (que pecaron en este vicio como dicho es, en la ocasión presente), dejando otras a la consideración de los que leyeren este punto.(59) Sin que obste el que en alguno o algunos se reconociese algún efecto bueno, porque este era aparente y por algún tiempo corto, por cuanto volvían a enfermar con los mismos cursos y con peores accidentes, o porque se daría calentura ni humores calientes sino frío, que con sus cualidades podían resistir a las impresiones del aguardiente; que en tales casos ayuda, y se concede el vino en sentencia de Galeno; y esté tenue y no activo, por cuanto puede ayudar al cocimiento de los humores.(60) Luego si el aguardiente siempre es caliente en exceso, más que el vino no puede ser útil su uso de ningún modo en tales casos. Y no por esto lo reprocho, pues lo tengo por uno de los mejores medicamentos que se han inventado para muchas enfermedades; más para aplicarlo por de fuera que por adentro, que abusándose de él sin poderse remediar, es consumo de los pobres indios, como lo experimenté en su Hospital en tanto tiempo que fui su médico, de que pudiera hacer dilatado volumen, por haber visto accidentes grandes y sin remedio, de que murieron. Pues no por que en unos aprovechase será buena la consecuencia luego en todos. Porque se debe atender al tiempo de la enfermedad, a la especie de humores, a la naturaleza del sujeto y a otras cosas, como se puede ver en los autores que hablan del vino, debiéndose entender lo mismo del aguardiente, que en doctrina de Galeno es concedido en las fiebres que dependen de tales humores; y éste tenuo o agudo y 59 Galeno, Lib. 8, Meth. Cap 3.I. Ad Glauc. Cap.14.8. Secundum loc. Cap.7. Meth. Cap.6. 60 Id. 11 Meth Cap. 9, Avicena, Lib.4, 7, Sent. 4, text. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA106 MÉDICOS DISCURSOS 107 no con indiscreción, como se usó por algunos el aguardiente experimentando que se inflamaban internamente, por lo cual ni lo usé ni aconsejo su uso, por cuanto no se deben hacer en los enfermos medicinas que no están experimentadas con felicidad de los sucesos y que son contra la razón y autoridad.(61). VI. De los dolores de costado con tos molesta. Este accidente fue de los graves que acaecieron, por lo molesto con que afligían a los enfermos, pues parecía que reventaban por ojos y garganta según tosían de recio, a que se allegaban los dolores de costado que eran grandes; de tal suerte que representaban inflamaciones internas (más no lo eran en todos, que fue lo más común) que nacía del ejercicio de estas partes que se comprimían y extendían con el movimiento de la tos, hecha por la demasiada tenuidad de los humores o vapores acres y calientes, que destilaban de la cabeza o ascendían a ella. Los remedios que pueden aliviar y curar este accidente, fuera de lo dicho acerca de las sangrías en el punto III de la parte Segunda de este Tratado, que es el más principal auxilio para deponer de la causa son: Por adentro, lamedores de violetas, borrajas, calabaza, escorzonera, azúcar candi (esto se entiende siendo la materia acre y sutil, que pide el incrasarse algo para que se expela por la facultad). Aunque me alargue pondré una observación cerca de este punto, fuera de otras, que tuve por ser especialísima y de mucho documento, por lo que puede acontecer en otros semejantes casos.(62) Una noble matrona de edad consistente, carnosa y robusta, fue afectada de la común epidemia del Sarampión, la cual por signo antecedente tuvo su hervor de humores que duró más de cuatro días, en cuyo término padeció la más insigne fluxión y catarro, que no es posible explicar, destilando a los ojos y pecho tanto, que con la tos que era molesta parecía que reventaba, no pasándole alimento ninguno en el estómago, por cuanto luego que se le daba, la molestaba la tos; con cuyo movimiento era arrojado. Conociendo el hervor, los signos y aparato y que todo estaba diciendo ser Sarampión, en que había de parar, como también el que no había arrojado nada al ámbito naturaleza, procuré evacuarla por sangrías, aunque élla sin parecer de 61 D. Beau. Re.fol 9. De febr. Punto I. D. Castro, Tract. 10. De vino. 62 Galeno,Cap.9, Lib. 4 De loc.& Avicena. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA108 MÉDICOS DISCURSOS 109 médico se había evacuado dos veces, por hallarse molestada de la tos y alguna difícil respiración. Y viendo que en medo de tan vehemente movimiento no escupía nada, acordándome de mi Lázaro Riverio en muchas de sus observaciones, procuré incrasar y obtundir el humor, induciendo sueño con medicamento narcótico, y al instante que se consiguió en el espacio de algunas horas, siendo así que no había dormido en tantos días ni media hora, cesó la molestia de la tos, y se halló después de haber dormido toda llena de Sarampión con tanta igualdad y tanta bondad, que libró sin haber padecido mucho, de otros accidentes y con seguridad de todos ellos. De donde se infiere que en tales casos no siempre se han de usar medicamentos calientes, porque éstos irritarán más y calentarán los humores, si no se han de aplicar según la presente indicación y así en otras, convendrá incidir y cocer el humor cuando fuere frío, grueso, & (63) .Para cuyo efecto son buenos lamedores de orozús, de culantrillo, que se pueden aplicar en el dolor de costado (que también se llama en la sierra “mal grande”) o juntos con los ya dichos o de por sí. También pueden servir sobre los dichos lamedores o con ellos en forma líquida, los cocimientos que se hacen de cebada tostada, de borrajas y una rama de la ortiga: esto es siendo tenue y delgado el humor, porque de no se puede añadir el orozús, el culantrillo, &; que todo junto y calientito se podrá tomar al tiempo de recogerse y por la mañana en ayunas. En el interín que se van aplicando las cosas, según fuerenindicadas, no se dejarán de socorrer las partes doloridas con unturas anodinas, que se pueden hacer de unto sin sal de injundia de gallina, de aceite de almendras dulces y todo junto y tibiecito, se aplicará a dichas partes. El ungüento de Zacarías es bueno, no habiendo mucho incendio y este emplasto es admirable para cuando se diere verdadera inflamación que haga dolor de costado, el cual se aplicará tibio a la parte dolorida, y después de algunas evacuaciones hechas por las sangrías, como está dicho. Cogeráse de coles tiernas o de malvas si no las hubiere, una porción y se pondrán a cocer y después se expriman y se majarán con un poco de unto sin sal, media onza de aceite de almendras dulces, una yema de huevo y una porción de ungüento de Zacarías, y si no hay aceite de almendras échese la injundia de gallina, y se puede aplicar hecho emplasto en la parte del dolor. Es admirable para resolver y quitar el dolor del costado, una gallina blanca abierta por el medio de la espalda (como lo he 63 Hip. Lib. 2, Cap. 2. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA108 MÉDICOS DISCURSOS 109 experimentado de doctrina de Riverio), y puesta sobre la parte afecta. Los defensivos de aguardiente tibio, es también excelente remedio para resolver y para cuando sólo proviene de flato el dolor, y no habiendo calentura ni comodidad de sangrar o de hacer otro medicamento. Otros pudiera poner para este fin, más porque solicito la brevedad, los dejo contentándome con estos para que consigan los dolientes alivio, que en el interín podrán consultar médico docto, que en todo socorra con su asistencia. VII. Del socorro de la debilidad y falta de fuerzas, que tuvieron los enfermos. Aunque este punto pide juicio de médico docto, que especule de qué causa pueda provenir en los enfermos la debilidad, con todo eso, por cuanto no hablo de la debilidad que proviene por agravación, ni es mi intento tratar de élla, sino de la que proviene por causa de resolución;(64) y como quiera que ésta provenga del defecto de la sustancia espirituosa, carnosa y sólida, en quienes consiste toda la robustez de la virtud o de las fuerzas, que como principal escopo para conseguir las curaciones, debe mirar el médico pues sin ellas no hay lugar para curación alguna. Será sin duda su reparo por aquellos auxilios que deponga lo que por alguna causa se resolvió de alguna de las sustancias dichas, para cuyo fin son buenos los reparos de alimentos sustanciales, las cosas olorosas y que regeneran espíritus, como las que pueden fomentar el calor natural. Los alimentos pueden ser caldos de aves o sustancias que se hacen de ellas asadas, según el buen gusto y por manos de buena cocinera que sepa sazonarlas. Las cosas olorosas serán como vino aplicado a las narices y pulsos, o el mathiolo con el junto, o también sobre el corazón; y más si es la resolución por la cualidad maligna, que entonces se aplicarán las Epithemas dichas en el punto 2 de esta Tercera parte. Las que pueden fomentar el calor serán como pollos aplicados al estómago, abiertos por las espaldas con algunos polvos de rosas o de coral, no olvidando el socorro de algunas ayuditas de caldo de ave cocida con verdolagas, cebada tostada, huevo y azúcar, al tiempo de recogerse el enfermo, procurándose concilie sueño, porque así se repare mejor de fuerzas, advirtiendo que mientras éstas no están constantes, no 64 Galeno, 11 Meth. Cap.3. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA110 MÉDICOS DISCURSOS 111 se puede hacer evacuación alguna, porque no sea que con él se debilite o peligre el enfermo, como bien claro se deja entender. (65) VIII. De la frialdad de los extremos y del delirio. Del socorro de este accidente no digo por ahora nada, por cuanto para mejor lugar dejo todos sus auxilios: pero hago mención de él en cuanto fue accidente que acaeció con el Sarampión, o fuese por retraerse el calor con el movimiento de los vómitos a las partes internas, y así no era durable o fuese por incendio interno, que así atraerá al centro los espíritus de las paredes externas, que ahora no se determina; para que así sea a todos patente su noticia que instando, recurran a los auxilios que pueden socorrerle, que pondré en el segundo discurso. Empero trataré del segundo que es propuesto en el párrafo, el cual en algunos acaeció como propia afección del cerebro y en los más por consentimiento, en cuanto sólo era alterado de los vapores elevados del hervor de los humores hecho en las entrañas y venas, para cuyo socorro, fuera de los remedios de ventosas, friegas y sangrías, que deponen la causa y atemperan, impidiendo el hervor de ellos como he dicho. Es bueno defender la cabeza con algo que la atempere, y así no reciba y padezca por propia afección. Para esto sirven unos defensivos sobre la frente y sienes, de leche de pecho aguada con cocimiento de malvas,o por sí sola; o de cocimiento de rosas, violetas o lechugas con unas gotas de vinagre rosado; y si instare la resolución de lo contenido en ella se quitará el vinagre, y se puede añadir el aguardiente a dicho cocimiento, o solo por defensivo en dichas partes. Advirtiendo que el aguardiente ha de ser bueno y hecho de vinos y no de cañas, porque éste es pernicioso, ni por adentro como por afuera, pues como tengo por experiencia, tiene más indios debajo de la tierra que aún el mismo veneno; ojalá se desterrase su uso y su destilación, aunque dependan de ellos los mayores intereses, pues no se debe permitir veneno público, porque sea alimento de algunos particulares. También aguado puede aplicarse en el principio del delirio. Como también es bueno para atraer a las partes inferiores los humores, no sólo por las sangrías sino por las llagüelas que se pueden hacer mediante los cáusticos que se pueden aplicar en el lugar de las pantorrillas, en donde se abren fuentes, cuya posición dejo a los boticarios y a los que tienen noticias 65 Galeno, loc. Cit. Supra. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA110 MÉDICOS DISCURSOS 111 de la cirugía, para que sean aplicados en dichas partes y hechos por su orden por convenir así.(66) IX. En que se proponen algunas notas para mayor inteligencia de todo lo dicho en este discurso. Noto lo primero, que todo lo dicho se debe aplicar según la necesidad y paraje en donde se hallaren los enfermos, consultando si es posible con quien tenga algunas noticias médicas, y así no pongo práctica de indios, por cuanto ésta ha sido la que he tenido en el Real Hospital de Santa Ana, en donde fueron curados con felicidad muchos y con aceptación de todos; como también porque he hecho manifestación así de los medicamentos generosos, como de los fáciles y caseros, que sin mucha diligencia pueden ser aplicados, según estuvieren a mano; advirtiendo que los indios son de temperamento caliente y húmedos, fáciles de corromperse internamente con muy leve empodrecimiento de humores, expuestos al flujo de vientre; por lo cual no se deben expurgar con medicamentos vehementes, como también a flujos de sangre por las narices; en que se debe tener mucho cuidado, permitiéndolos en lo que fuere posible. Toleran las sangrías en poca cantidad aunque sean muchas, vuelven a recurrirse aún estando éticos con sólo el uso de las horchatas hechas de cebada tostada y molida en forma de mazamorras; no admite su naturaleza multitud de medicamentos tópicos: sino los más ligeros y fáciles. Todo lo cual entendido será fácil el socorrerlos luego, sin que pase tiempo según la necesidad fuere. Noto lo segundo, que todo lo dicho en este discurso en cuanto a lo práctico, sin ninguna violencia se puede aplicar también para la curación de las viruelas, por ser casi una misma la causa e intención curativa. Observando bien lo dicho acerca de las sangrías en el punto 6 y lo de la atemperación de los humores en el punto 5, añadiendo sólo el untar las viruelas con unto sin sal tibio cuando ya están fuera, para que así se maduren y después se irán reventando poco a poco con alguna pajuela si fuere necesario, comenzando por las más grandesy no todas en un día, para que así no se disipe el calor natural. 66 Mercat, River, Maroj & amner praesulc. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA112 MÉDICOS DISCURSOS 113 Noto lo tercero, que las cantidades de los medicamentos han de ser conforme fueren los sujetos y no precisas, como están dichas, pues no será de ninguna utilidad en los grandes la que es sólo para los pequeños; o al contrario; así se ajustarán a la edad, fuerzas, temperamento,& que considerando esto bien no hay peligro de errar en la aplicación de ellos. Noto lo cuarto, que todo lo dicho en este Discurso, lo más de ello se puede extender a la curación de otras enfermedades, para cuyo fin se han puesto las doctrinas por sus párrafos, y así tengan alivio los dolientes. Como para el tabardillo que se llama “mal grande”, se observará lo dicho acerca de las sangrías en el punto 2 de la segunda parte. Para el socorro de atemperar y corregir la malicia de la cualidad maligna, lo que se ha dicho en el punto 2 de la tercera parte acerca de los cordiales y Epithemas. Puede servir para el dolor de costado, observando lo dicho en el punto 2 cerca de las sangrías, y lo dicho en el 6 de esta tercera parte. Puede aplicarse para los cursos, observando lo dicho en el número 5 de esta parte y lo dicho en el 5 de la segunda parte. También para vómitos de cólera, observando lo dicho en el número 3 de esta parte. También para los dolores de estómago, observando lo dicho en el 5 de la parte segunda. Para las calenturas y tercianas, observando lo que se ha dicho en los puntos de sangrías, de bebidas de atemperaciones, de ayudas, &; sólo se advierte se ejecuten los remedios a las horas de descanso, no cerca de las accesiones, y si puede ser por la mañana o antes que venga la terciana.Y de todo lo dicho se puede sacar para socorrer otras enfermedades, si se aplicare conforme fuere indicado; porque aunque en este Discurso hablo del Sarampión y de sus accidentes,éstos sin el Sarampión pueden constituir enfermedad, y será bueno poderlas socorrer con algo de lo dicho, si bien se aplica. X. En que se proponen algunas razones que movieron a cumplir con la indicación de incrasar en algún modo los humores tenues, que en la presente constitución causaron el Sarampión. Aunque en la común indicación curativa del Sarampión se tenga por asentado el usar de medicamentos calientes, que no sólo tienen virtud de mover los humores al ámbito, guiándolos como parte a donde conviene,ayudando el movimiento que la naturaleza intenta, sino que con su calor los adelgaza y atenúa, para que así los FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA112 MÉDICOS DISCURSOS 113 arroje con más facilidad.(67) Empero como los preceptos curativos no deben tenerse siempre por universales en cuanto en lo particular practiqué, se obra según el conocimiento de lo que aprovecha y comprehende lo que puede dañar.(68) Se atemperó en algo en esta ocasión dicho precepto universal, atendiendo a la demasiada tenuidad de los humores, a su calor y mala disposición, y a los accidentes que como tales causaban, para haber procedido incrasándolos y atemperándolos, moviendo para ello algunas de estas razones. La primera, porque presente interna intemperie inflamatoria, así de parte de los humores como de algunos de los miembros príncipes, regularmente, no se debe usar de medicamentos que puedan alterar calentando los humores y tales partes; en nuestra constitución hubo incendio inflamatorio, así de partes de los humores como de las partes príncipes, como se verá después por lo que diremos en el segundo Discurso. Luego no debíamos usar de los medicamentos calientes que comúnmente traen los autores, por no aumentar el incendio, por no atenuar más los humores, por no inflamarlos y por no causar mayores accidentes que resultaban de tal disposición, como se vieron. Sino sólo de los que atemperasen y corrigiesen el incendio y vicio de la tenuidad, como fueron los incrasantes.(69) La segunda, porque sólo debemos usar de los medicamentos calientes e incidentes en la ocasión; que hay humores gruesos viciosos y fríos, para que así mediante tales medicamentos, se dispongan para el cocimiento y separación que intentare la naturaleza, reteniendo lo útil y arrojando lo vicioso e inútil. Luego si en la ocasión presente del Sarampión, no se dieron tales humores gruesos, inútil fuera la exhibición de los medicamentos calientes, y dándose los tenues calientes y acres, sólo se debió usar de los que atemperaban y reducían a debida proporción, para que aquietándose se pudiesen cocer y regular por la naturaleza, que no podían por estar demasiadamente tenues.(70) La tercera, que cuando de tal vicio de los humores se tiene el que no sólo no los regula naturaleza, sino porque hacen movimientos contrarios al que intenta élla, útil y bueno, causando accidentes graves y letales, se debe impedir la producción de 67 Hip. & Galeno, loc. Supra cit. 68 Galeno, Lib.de Epith. Cap. 11. 69 Avicena, 4 T.C.4. Galeno, De difer. Respirat.C.9.13, Meth. C.6. Hip. 4 De vict.acut, trat.sa. 70 Avicena, p.I. Trat. 2.C.7 FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA114 MÉDICOS DISCURSOS 115 éstos, disponiendo los humores,para que sean movidos por la naturaleza por la parte que intenta y no por la que ellos se mueven con gravedad de accidentes. Luego si del vicio de la tenuidad no sólo se seguía el que causasen los accidentes de cursos en el principio con dispendio de fuerzas, dolor de estómago molesto, vómitos y náuseas con accidentes socopales. Sino el que eran arrojados los humores mediante la acrimonia por la facultad expultriz por las partes que no convenía fuesen arrojados; debíase impedir dicho movimiento corrigiendo los humores con lo contrario a su vicio, cual era la atemperación e incrasación.(71) La cuarta, porque cuando de la evacuación de los humores tenues se siguiera la utilidad de su expulsión, empero como a vuelta de éstos se expediesen los buenos y loables, con dispendio de fuerzas de que se seguían deliquios e imposibilidad de curarse los enfermos tocante a su enfermedad, deben se cohibir las evacuaciones que llamamos sintomáticas, para no permitirlas y así se procurará su detención no con confortantes sino con sólo los medicamentos incrasantes y atemperantes, con los cuales se corrija la malicia, calor y tenuidad de los humores, para que pudiesen ser vencidos los buenos de parte de la naturaleza, y los malos arrojados por inútiles, dándose cumplimiento a lo que nuestro Príncipe Galeno (72) aconseja en su Método, cuyas palabras son del tenor siguiente: Finalmente se ha de procurar con toda razón y esfuerzo (habla del síncope que proviene por tenuidad de los humores) hacer más crasa la materia de los humores, da la razón más debajo de ellas: para que así no acaezca el síntoma (esto es deliquio) y pueda poco a poco curarse el morbo. Otras razones pudiera poner para confirmar esta doctrina, más porque se pueden ver en los autores las omito, satisfaciendo a lo que se puede poner por objeción de que debían ser expurgados y no detenidos, como también no hacer los perezosos por la incrasación, pues estando tenues estaban aptos para moverse. Respondiendo a lo primero digo: que la expurgación tuviera lugar cuando no se diese el contraindicante, que era el incendio interno y el movimiento que la naturaleza hacía del Sarampión, que era el ámbito y lo cual no se conseguía por la purga, pues fueran atraídos contrarias partes de las que naturaleza regularmente intentaba, y así no había lugar de evacuación por los daños que de ello se seguía, como enseña Avicena, que alguna vez conviene olvidar el régimen de la causa por atender a 71 Hip. I. Aph.2.I, 23 &25. Galeno, In comm.Lib. Hip. De humorib. 72 D. Braun. Disp. Unic. De critis. Sect.8, Resolut.5.P. Hip.I. Aph.2. Galeno Lib.I De morb.vulg. Sect.13.37 y Lib. 5, Meth. C. 6. FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA114 MÉDICOS DISCURSOS 115 mayores accidentes.(73). Respondo a lo segundo, que por la incrasación mediocre no se hacían tardos en movimiento, antes si
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