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Nacionalismo

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Nacionalismo
Nacionalismo
El nacionalismo es una ideología política y social que se fundamenta en la lealtad, apego y fidelidad que las personas tienen hacia su nación. Por tanto, los ideales nacionalistas subrayan que los deberes individuales deben estar atados a los intereses de la nación sobre todas las cosas.
La defensa de los valores compartidos por una comunidad son la base del nacionalismo. Este procura preservar sus elementos culturales, tales como la historia, lengua, religión y tradiciones reunidas en un espacio geográfico que otorga identidad a un grupo social.
En general, el nacionalismo se expresa mediante sentimientos de orgullo por lo propio. De ese modo, se forja una identidad común y se establece la cohesión en el grupo o comunidad perteneciente a la nación.
Desde un punto de vista estrictamente político, el nacionalismo tiene como objetivo defender la soberanía del país. Esto es, mantener el derecho de la nación a gobernarse a sí misma mediante la voluntad de sus ciudadanos, así como protegerla de presiones exteriores o el dominio extranjero.
Los nacionalistas sostienen que cada nación tiene características especiales que la distinguen de las demás. Por ello, promueven acciones para proteger sus valores. Sin embargo, si tales nacionalistas consideran su nación superior a otras, o adoptan una defensa radical de lo propio en desmedro de lo ajeno, el nacionalismo se convierte en una ideología perjudicial.
El desprecio por la diversidad deriva en conservadurismo y en la exclusión de grupos minoritarios al interior de un territorio nacional. Aún más, a lo largo de la historia, la competencia entre naciones dirigidas por líderes nacionalistas radicales ha llevado a conflictos y guerras.
Origen del nacionalismo 
Los sentimientos de pertenencia a un lugar y de respeto a una cultura propia son fenómenos sociales antiguos. No obstante, el nacionalismo es una ideología moderna, que no tomó forma en la historia hasta el siglo XVIII.
Fue a partir de procesos históricos como el de la independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789) que el sentimiento nacionalista comenzó a determinar el desarrollo político de los países en los que primero se manifestó.
Estas revoluciones impulsaron la idea de la soberanía popular, es decir, que de la comunidad de ciudadanos emanaba el poder de organizarse y de darse un gobierno para beneficio de todos. De este modo, los miembros de la nación aceptaban tener deberes y derechos compartidos.
El papel de Francia en el desarrollo del nacionalismo europeo fue central tanto por la difusión de las ideas de la Ilustración como por la reacción generada ante la invasión de los ejércitos napoleónicos en otros países. A comienzos del siglo XIX, la resistencia al dominio de Napoleón resultó en el ascenso de movimientos nacionalistas en lugares como Rusia, España y Prusia.
Nacionalismo en Hispanoamérica
La independencia de los países hispanoamericanos tuvo un rol fundamental en el crecimiento y auge del nacionalismo durante el siglo XIX. Los movimientos independentistas fomentaron la aparición de identidades nacionales y la creación de símbolos propios para distinguir a las nuevas naciones de España y de su herencia.
Con esta reivindicación de una identidad cultural singular, se fortalecieron los sentimientos de pertenencia a la nación. Luego de las guerras de independencia, se concretó la formación de gobiernos e instituciones republicanas que se ampararon en el concepto de soberanía nacional.
Así, aparecieron las banderas e himnos nacionales, y una nueva forma de educar que inculcó la pertenencia a las flamantes naciones independientes. Este proceso de afianzamiento del nacionalismo ocurrió de modo similar en países como México, Chile, Venezuela y Perú, entre otros.
Tipos de nacionalismo
Desde su aparición, el nacionalismo ha influido en todas las esferas de la vida pública y privada en la sociedad. Por ello, se ha convertido en un factor determinante de la historia de los últimos siglos. Algunas de las formas que ha tomado son:
Nacionalismo político
El nacionalismo político enfatiza la primacía de la nación como unidad política en la modernidad. En el siglo XIX, se vio impulsado por la industrialización, la expansión de la sociedad civil y por la necesidad que tenían los países de unificar sus mercados nacionales.
Un ejemplo de nacionalismo político lo hallamos en la Prusia del siglo XIX. Mediante la figura de Otto von Bismarck, Prusia promovió la unificación de la nación alemana, basándose en la historia, lengua y tradiciones compartidas. A su vez, la creciente industrialización facilitó los recursos para tener un ejército poderoso y ordenar las necesidades del Estado-Nación.
Nacionalismo exacerbado o extremo
El nacionalismo se vuelve extremo cuando genera fervor en la población, promueve el sentimiento de superioridad y llega al punto de ser excluyente, discriminador y xenofóbico. Al nacionalismo exacerbado también se le conoce como chauvinismo, que considera a la nación propia como virtuosa y a las demás como inferiores.
Nacionalismo religioso
El nacionalismo religioso es una ideología que considera la religión como elemento central de la herencia y unidad nacional. Así, se sostiene que una religión está intrínsecamente ligada al devenir de un grupo étnico social y al territorio que este habita.
El nacionalismo religioso se expresa cuando una religión es la base de la identidad nacional. A veces incluso puede dirigir hacia el establecimiento de una teocracia.
Nacionalismo romántico
El nacionalismo romántico se forjó en la imaginación de escritores y poetas del siglo XIX. Estos sostenían que los pueblos poseían una identidad cultural compartida, expresada en sus costumbres y tradiciones.

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