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EL MÉTODO HANSON PARA CORRER EL MEDIO MARATÓN Corre tu mejor medio maratón con el método de los hermanos Hanson LUKE HUMPHREY CON LA COLABORACIÓN DE KEITH Y KEVIN HANSON 2 Publicado según acuerdo con VeloPress, una división de Competitor Group, Inc. Título original: Hansons half-marathon method Copyright de la edición original: © 2014 by Luke Humphrey Traducción: Juan Carlos Ruiz Franco Diseño de cubierta: David Carretero Edición: Sandra Sol © 2016, Luke Humphrey Keith y Kevin Hanson Editorial Paidotribo Les Guixeres C/ de la Energía, 19-21 08915 Badalona (España) Tel.: 93 323 33 11 – Fax: 93 453 50 33 http://www.paidotribo.com E-mail: paidotribo@paidotribo.com Primera edición ISBN: 978-84-9910-529-1 ISBN EPUB: 978-84-9910-643-4 BIC: WSKC Fotocomposición: Editor Service, S.L. Diagonal, 299 – 08013 Barcelona 3 http://www.paidotribo.com mailto:paidotribo@paidotribo.com Índice de contenidos Prólogo Agradecimientos Introducción EL PLANTEAMIENTO. PRIMERA PARTE 1. La filosofía de entrenamiento de los Hanson 2. Fisiología del maratón EL PROGRAMA. SEGUNDA PARTE 3. Componentes del programa de entrenamiento 4. Programas del método de entrenamiento Hanson 5. Modificar el programa LA ESTRATEGIA. TERCERA PARTE 6. Elegir los objetivos para la competición 7. Entrenamiento complementario 8. Nutrición e hidratación 9. La puesta a punto 10. Táctica para la competición 11. La recuperación posterior a la competición Apéndice A: El programa de elite: El proyecto Hanson-Brooks de corredores de fondo Apéndice B: Calculador de las pérdidas de sudor Índice de materias Sobre los autores 4 Prólogo ¡Enhorabuena! Tienes en tus manos la guía definitiva para la aventura. Por supuesto, también es una guía para correr el mejor medio maratón que hayas podido realizar hasta ahora, y las páginas que leerás a continuación te ofrecerán los planes de entrenamiento, los gráficos, los datos y los conocimientos científicos que necesitas para conseguir tus objetivos. Pero es mucho más que eso. Aunque no puedo asegurarte que correrás más rápido que nunca —esa parte depende de ti—, sí puedo decirte que tu aventura comenzará en cuanto te ates las zapatillas para correr. En este libro tú serás el capitán de tus propias andanzas; y decidirás dónde, cuándo y hasta qué nivel deseas llegar. También tienes en tus manos el más novedoso libro de autoayuda. Si hojeas el libro, tal vez no encuentres ejercicios para mejorar la autoestima ni las claves de la felicidad. Pero verás que te resultará imposible salir por la puerta, correr unos cuantos kilómetros y no sentir cómo mejoras en todos los sentidos. Limítate a salir a correr, y no dejes que tu mente divague por aquellos lugares a los que antes no diste suficiente importancia. Sin duda descubrirás que cada kilómetro y cada sesión de entrenamiento son una oportunidad perfecta para dedicar un tiempo a ti mismo, y gracias a ello sospecho que durante todo este proceso aprenderás muchísimo sobre ti. He tenido la suerte de correr por todo Estados Unidos, además de en Japón, Europa y Oriente Próximo; ha sido un conjunto de peripecias sorprendente. Pero lo cierto es que algunas de las mejores carreras que he efectuado han consistido simplemente en alejarme unos cuantos kilómetros de casa y encontrarme con alguna recóndita cafetería —de esas que nunca podríamos ver al pasar por una carretera principal—, o en liarme a conversar durante todo el recorrido y olvidarme de que había 0 grados de temperatura y de que estaba lloviendo. He participado en competiciones que la mayoría de la gente decía que les «intimidaban», y, sin embargo, en ellas he experimentado los momentos más gratificantes de mi vida deportiva, sin nadie a mi lado y sin ningún espectador. Sí, yo soy el primero en admitir que hay un componente increíblemente desolador en el hecho de tener que salir de casa a las cinco de la madrugada para participar en una competición, pero cuando logras subir la última cuesta y ves a alguien sonreír de alegría, en ese mismo momento sabes que todo ha merecido la pena. Te has ganado una sonrisa que se ha perdido todo el mundo que se encontraba durmiendo cuando tú te levantaste. Y existe un elemento terapéutico en el acto de dejar de ser consciente del ritmo que llevas, mientras pasas revista a los problemas que has tenido que sufrir a lo largo del día. O mejor aún si al concentrarte por completo en el ritmo al que estás corriendo te olvidas de los problemas. Así que, ¡enhorabuena! Has ido a dar con la mayor de las aventuras, y quizá con la clave de la felicidad; todo lo que necesitas es salir por la puerta y dejar que se manifieste. Te deseo la mejor de las suertes para la empresa de cumplir todos tus objetivos relacionados con el atletismo y para que corras el medio maratón más rápido de tu vida. No puedo asegurarte que conseguirás todas tus metas, pero puedo prometerte esto: el viaje que conlleva emprender ese camino valdrá la pena. Así que cuando luches por lograr tus objetivos, recuerda que debes disfrutar del viaje, ya que el proceso mediante el cual se llega a ser más rápido suele resultar más 5 satisfactorio que el hecho de ser más rápido. DESIREE LINDEN Participante estadounidense en el maratón de los Juegos Olímpicos de 2012 6 Agradecimientos Debo lo indecible a Kevin y Keith Hanson por permitirme dirigir este proyecto y dejarme llevarlo a cabo siguiendo mis propios criterios. Mucho de lo que sé lo he aprendido gracias a su talento, dedicación y labor como entrenadores. Hablar con ellos no sólo sobre el «qué» y el «cómo» de sus programas, sino también sobre el «porqué», es lo mismo que abrir una enciclopedia y encontrar la respuesta a prácticamente cualquier cuestión imaginable sobre entrenamiento. También debo dar las gracias a Casey Blaine, de la editorial Velo-Press, por el entusiasmo que ha mostrado hacia este proyecto, y por no enfadarse nunca demasiado conmigo cuando no cumplí algún plazo que habíamos acordado. Refinó el manuscrito con notable empeño, de forma que tuviera un estilo comprensible, y al mismo tiempo se aseguró de no alterar las ideas que yo intentaba transmitir. Desde la publicación de nuestro primer libro, El método Hanson de entrenamiento para maratón, mi negocio de entrenador se ha expandido más allá de lo que yo podía imaginar. De hecho, creció con tanta rapidez que me cogió por sorpresa y tuvimos que esforzarnos para asegurarnos de no perder en calidad al crecer en tamaño. Por eso, doy las gracias a Corey Kubatzky, mi directora ejecutiva, quien terminó desempeñando muchas pequeñas tareas sin recibir compensación alguna, para que yo pudiera seguir entrenando, escribiendo y conservando mi salud mental. Por último, pero no por ello menos importante, estoy muy agradecido a mi mujer por ayudarme mientras duró la escritura del libro. Muchas noches se acostó muy tarde porque tuvo que leer o escribir material para este libro. Mi hija, Josephine, también merece que la mencione, porque ayudó a su padre a mecanografiar el original, puesto que a ella —en fin — le encanta la tecnología. Un enorme agradecimiento para mis chicas. 7 Introducción En 1999, los hermanos Kevin y Keith Hanson eran entrenadores de éxito y propietarios de un establecimiento de productos relacionados con el atletismo, ubicado en la zona metropolitana de Detroit. Pero tuvieron una revelación —cambiar el planteamiento de las carreras de larga distancia en Estados Unidos—, y con la ayuda de la compañía Brooks Sports1 iniciaron el proyecto Hanson-Brooks de corredores de fondo, un programa de entrenamiento olímpico para deportistas que han finalizado su fase universitaria. Quince años después, el programa tiene voz y presencia en el ámbito deportivo de más alto nivel, y produce deportistas que se clasificanpara los juegos olímpicos y los campeonatos mundiales, en las distancias de medio maratón y maratón completo. A lo largo de los años, los hermanos demostraron que podían entrenar a corredores de nivel internacional, pero en la zona de Míchigan se les ha conocido principalmente por ayudar a mejorar el rendimiento de los aficionados. Ahí es donde entro en juego yo (Luke). En 2004, ingresé en el programa como un joven corredor de cierto éxito, pero desde entonces, con Kevin y Keith como mentores, he mejorado hasta el punto de clasificarme para participar dos veces en la elección del equipo olímpico y de llegar a correr el medio maratón en menos de 1:04:00. Además de ser capaz de correr una distancia considerable a buen ritmo, también tengo un máster en Ciencias del Deporte, y en el año 2006 comencé a impartir el método Hanson a nuestro grupo de corredores. A medida que el programa de elite fue cobrando más éxito, esta forma poco convencional de planificar el entrenamiento empezó a atraer cada vez más la atención del público. La gente comenzó a plantearnos preguntas, querían saber más, y aunque los artículos publicados en las revistas fueron estupendos para lograr difusión, no pudieron exponer por completo nuestras ideas. En el año 2012 dispusimos de un medio para mostrar al mundo el exhaustivo cúmulo de conocimientos que constituye el método Hanson para correr el maratón. Cuando se publicó nuestro primer libro, El método Hanson de entrenamiento para maratón, la respuesta del público fue maravillosa; casi de inmediato la gente nos preguntó: «¿Cómo puedo adaptar esto al medio maratón?». Si examinamos las estadísticas, sin duda no es una pregunta inesperada. Según la organización Running USA,2 cada año el medio maratón tiene cientos de miles de participantes más que el maratón. En 2012, el número de personas que finalizaron un medio maratón fue de 1.850.000, frente a los aproximadamente 487.000 del maratón. Y la cifra sigue creciendo. La conclusión es que hay muchas más personas que se preparan para la carrera de 21 kilómetros. La mayoría de los corredores del medio maratón pueden incluirse en alguna de estas cuatro categorías generales: CORREDORES VETERANOS: Con el paso de los años, estos atletas han recorrido muchos kilómetros, y es probable que antes hayan competido en varios medios maratones. Su objetivo es mejorar el rendimiento logrado en sus medios maratones anteriores, para subir de nivel. Es probable que en algún momento también hayan 8 corrido al menos un maratón. Se trata de un grupo bastante competitivo. CORREDORES AFICIONADOS: Aunque para los miembros de este grupo la distancia del medio maratón resulta nueva, no son unos novatos en el mundo del atletismo y han participado en varias competiciones de menor distancia. Este grupo busca establecer un punto de partida en el medio maratón, por lo general con el objetivo de correr de nuevo en el futuro, y después de correr el medio maratón quizá pasar a un nivel más alto que les permita entrar de lleno en el ámbito de esta distancia. CORREDORES PRINCIPIANTES: Además de a quienes corren representando a alguna organización caritativa, el grupo de los principiantes incluye a los corredores con menos experiencia que desean borrar de su lista de cosas por hacer la distancia de 21 kilómetros. En cuanto terminen la carrera, muchos de estos atletas se olvidarán de esta distancia. En el mundillo del medio maratón, debido en parte a la nutrida participación de representantes de organizaciones caritativas, el grupo de principiantes es el más abundante. Tengo muchos clientes que corren por algún ser querido, haciéndolo en su nombre y por su causa. Para ellos suele ser más realista comprometerse a cubrir la distancia del medio maratón que la del maratón completo. CORREDORES NOVATOS: Además de a personas que deciden participar en una competición como una forma de iniciar un programa de acondicionamiento físico, este grupo incluye al gran contingente de quienes corren representando a organizaciones caritativas. Aunque, por supuesto, nunca recomendaría a un principiante en términos absolutos que se proponga como objetivo correr un maratón completo como primera competición, en cambio la distancia del medio maratón es mucho más asequible y existe una menor probabilidad de lesión. De los que pertenecen a este grupo, algunos seguirán corriendo y pasarán a otro grupo, y otros abandonarán totalmente el deporte después de la carrera. Cuando en El método Hanson de entrenamiento para maratón hablamos sobre el entrenamiento para un maratón completo, mencionábamos a los principiantes que están convencidos de que pueden prepararse para correrlo sin sacrificar en absoluto su tiempo libre —¡ni las uñas de sus pies!—. Es probable que para muchos ese compromiso temporal necesario sea uno de los principales factores que les llevará a abandonar el intento, en especial si deben entrenar sacrificando barbacoas de verano y días de playa; pero en ningún momento quisimos que creyeras que estabas a punto de emprender la sencilla tarea de dar un tranquilo paseo por el parque. Bien, si recortamos la distancia a la mitad, en términos de tiempo el entrenamiento no tiene por qué necesitar tanta dedicación, y sin duda eso constituye un poderoso aliciente para unos 1,8 millones de personas en Estados Unidos. Una vez dicho todo esto y hablando con claridad sobre el tema: el principal objetivo del método Hanson es ayudarte a correr lo mejor que puedas. Así que aunque tal vez no nos maldigas a mitad del recorrido de una carrera continua, aun así es posible que te quejes por lo bajini. Un plan de entrenamiento con un mínimo de distancia para cubrir y tres días de carreras por semana puede ser una excelente forma de facilitar tu iniciación en esta 9 disciplina deportiva y de construir una buena base sin lesionarte; sin embargo, si tomas la decisión de dar el salto al maratón, esa dedicación puede no ser suficiente. En lo que al medio maratón se refiere, puede que no perjudique tanto al rendimiento, pero tal vez no te proporcione todo lo que necesitas si quieres estar preparado para competir. Aunque este tipo de programas suele ayudar a los corredores a alcanzar su objetivo principal, que es llegar a la meta, el efecto secundario resultante suele ser una aversión hacia el deporte. Dado que el mejor predictor de la continuidad en la práctica de cualquier tipo de actividad física es la diversión que conlleva, sin duda esto no es ninguna receta para lograr el éxito a largo plazo en el atletismo. Mediante el diseño de un curso que hace posible una experiencia con el medio maratón que sirve para triunfar y que incluye cierto grado de diversión, el método Hanson desea animar a cruzar muchas líneas de meta de competiciones de muchos tipos de distancia. El entrenamiento siempre debe permitirte pasarte a competiciones de distancias diferentes sin una modificación importante en la filosofía general de entrenamiento. A diferencia de algunos de los otros planes de entrenamiento muy conocidos que hay por ahí, nuestro planteamiento te convertirá no sólo en un corredor que pueda terminar un medio maratón, sino en un competidor de por vida. En lo relativo a instruirte sobre el entrenamiento para el medio maratón, nuestro enfoque es directo; no restaremos importancia a las cosas, ni ofreceremos supuestos atajos ni te trataremos con condescendencia. En efecto, el propio acto de correr no sería un asunto tan importante si no necesitara un poco de sangre, mucho sudor y quizá unas cuantas lágrimas.3 1 Brooks Sports es una empresa estadounidenseque desde el año 1914 fabrica ropa y calzado deportivo. En 2004 pasó a formar parte de otra compañía de mayor envergadura. [N. del T.] 2 Running USA es una entidad estadounidense sin ánimo de lucro que organiza competiciones y que promueve el atletismo. [N. del T.] 3 El autor hace referencia a la famosa expresión «Sangre, sudor y lágrimas», empleada por Winston Churchill en su discurso de toma de posesión del cargo de primer ministro del Reino Unido, el 13 de mayo de 1940. Con ello quiso expresar lo que iba a costar ganar la Segunda Guerra Mundial, ya que en sus primeros años adoptó una tendencia negativa para el bando aliado y positiva para Alemania. La expresión se atribuye también a varios personajes célebres anteriores a Churchill, pero fue éste quien la hizo popular. [N. del T.] 10 PARTE I El planteamiento 11 1 La filosofía de entrenamiento de los Hanson ESTE CAPÍTULO EXPLICA CON detalle las ideas subyacentes que forman la base de la introducción al método Hanson para correr el medio maratón. Es posible que pienses que conocer nuestra filosofía es algo opcional, no necesario, pero te animo encarecidamente a que dediques un tiempo a leer esta sección. Los estudios muestran que es mucho más probable adoptar y aceptar nuevos hábitos y conductas si entendemos por qué hacemos o haremos tales cosas. Los cimientos de este programa descansan sobre las enseñanzas del famoso entrenador Arthur Lydiard. Muy reconocido por popularizar el atletismo, Lydiard ha dirigido a una larga lista de corredores para ayudarles a hacer realidad sus sueños olímpicos. Como consecuencia de ello, sus ideas sobre entrenamiento han ejercido una gran influencia en la elaboración de nuestros métodos. Tal como nos enseña Lydiard, en todos nuestros planes de entrenamiento tendremos muy presente la fatiga acumulada. La fatiga acumulada aparece debido a la suma gradual (sin llegar al extremo del sobreentrenamiento) de fatiga a lo largo de días, semanas y meses de entrenamiento constante. En otras palabras, la fatiga acumulada surge debido a unos entrenamientos repetidos sin tiempo adecuado para una recuperación completa entre los sucesivos días de entrenamiento. En lugar de una serie de días con sesiones carentes de armonía entre ellas y con vínculos totalmente aleatorios, el concepto subraya la importancia de partir de un planteamiento coordinado y estratégico a la hora de entrenar para el medio maratón. El principio fundamental de la fatiga acumulada estará presente a largo de todo el método Hanson para correr el medio maratón y consta de cinco componentes: // Distancia recorrida // Intensidad // Equilibrio // Regularidad // Recuperación activa La fatiga acumulada consiste en el cansancio acumulado durante días, semanas e incluso meses de entrenamiento constante. Si omitimos alguno de los elementos que forman la filosofía de la fatiga acumulada, perjudicaremos a los demás y crearemos un efecto dominó que limitará las adaptaciones fisiológicas necesarias para un exitoso medio maratón. Distancia recorrida: Volumen semanal estratégico El mayor problema de muchos de los planes existentes de entrenamiento para el maratón 12 null es que están diseñados para adaptarse a lo que desea el corredor medio, no a lo que necesita. Estos programas suelen ubicar la mayor parte de la distancia que se recorre cada semana en sábados y domingos, el momento en que los corredores gozan de mayor disponibilidad. Después se distribuye aproximadamente la misma distancia entre varios días laborables. Esto puede tener como consecuencia que todas las carreras prescritas para los días laborables sean sesiones de entrenamiento de alta intensidad, lo cual deja poco lugar para las carreras suaves y conlleva la acumulación de una distancia considerable de entrenamiento. Puesto que las carreras de los días laborables de estos planes son principalmente de alta intensidad, al atleta le cuesta más tiempo recuperarse, lo cual implica un cierto abandono de las carreras suaves. Aunque estos planes incluyan correr algunos días complementarios, no planificados previamente, sin duda los atletas estarán demasiado cansados a causa de las sesiones anteriores. Una cantidad adecuada de kilómetros recorridos a la semana desempeña un papel importante en el proceso de fatiga acumulativa. Aumentar la distancia conlleva incrementar el entrenamiento de entre tres y cuatro días por semana a seis días semanales. Esto no necesariamente implica añadir intensidad, sino una distancia mayor, recorrida a un ritmo más ligero. El método Hanson para correr el medio maratón nos enseña a añadir esos kilómetros a la vez que controlamos el ritmo para evitar sobreentrenarnos. Debemos tener en cuenta el hecho de que los atletas que entrenan para una competición de 5.000 metros trabajarán cada semana entre cuatro y seis veces la distancia real de su competición (véase tabla 1.1). Aunque un corredor de nivel intermedio de medio maratón no recorrerá a la semana cuatro o cinco veces la distancia de su competición (80-105 kilómetros), será razonable correr cada semana más o menos el triple de la distancia del medio maratón (56-72 kilómetros). TABLA 1.1 DISTANCIA SEMANAL BASÁNDONOS EN EL NIVEL Y LA COMPETICIÓN Aunque los atletas que se preparan para el medio maratón son conscientes de que tendrán que recorrer una distancia mayor de la que necesitarían para la competición de 5.000 metros, examinar algunos de esos totales puede resultar un tanto intimidante. Algunos corredores, en especial los más novatos, planificarán con algunos meses de antelación y dudarán de poder resistir el entrenamiento. Estos atletas carecen de confianza. Nosotros les recomendamos comenzar con algo impensable, o con lo que ellos crean que está completamente fuera de sus posibilidades, y que vayan reduciendo el nivel de esfuerzo necesario hasta alcanzar un punto que sea mental y físicamente manejable. Si 13 bien el primer día puede parecer impensable 56-72 kilómetros por semana, la clave consiste en concentrarse en lo que hay que hacer en ese mismo momento. Te sorprenderás de lo que eres capaz de resistir unos meses después. Observamos una y otra vez que los atletas que conceden a su organismo tiempo suficiente para adaptarse a las nuevas demandas del entrenamiento son capaces de tolerar mucho más de lo que nunca antes creyeron posible. Nuestro programa funciona para que vayas subiendo por la escalera de la distancia un escalón por cada paso, comenzando con distancias más cortas y aumentando de manera gradual tanto los kilómetros como la intensidad. Como me gusta decir a nuestros atletas, «si quieres construir una casa, en primer lugar debes crear una estructura para sostenerla». El volumen de distancia permite crear unas bases que después posibilitan el funcionamiento de todas las demás variables. Intensidad: Adaptaciones fisiológicas Además de una cantidad apropiada de distancia semanal total, nuestro plan se distingue del resto en lo que se refiere al ritmo y la intensidad. Estos factores se encuentran inextricablemente relacionados, ya que si las sesiones de entrenamiento son demasiado difíciles, te sentirás demasiado cansado para lograr tu distancia semanal prevista. En el proyecto Hanson-Brooks de corredores de fondo, la competición puede ser feroz entre nuestros deportistas de elite. Tal vez nuestro principal problema con los corredores es enseñarles a mantener un ritmo adecuado. Durante las sesiones de entrenamiento, Kevin y Keith siempre parecen saber cuándo en relación con otro corredor un deportista se ha creado una mentalidad de «sé que eres rápido, pero yo soy un poco más rápido». Como medio para enfatizar la importancia delritmo y castigar a los atletas que corren más rápido de lo que se les ha prescrito, Kevin y Keith ordenan hacer un número de flexiones en suelo igual a cada segundo que alguien haya corrido por encima de lo que se le dijo. Después de algunas flexiones de castigo, invariablemente el deportista vuelve a controlar sus impulsos y a correr al ritmo que debe. Aunque nosotros no te obligaremos a hacer flexiones cuando no cumplas con el ritmo establecido, mantenerlo de modo estricto constituye un componente importante de la fatiga acumulada. La mayor parte de nuestra distancia recomendada se realiza a un ritmo de umbral anaeróbico (umbral de lactato), o más lento. El lector tal vez se pregunte: «¿Cómo se supone que voy a conseguir ser más rápido si corro más lento?». En el capítulo siguiente explicaremos las numerosas adaptaciones beneficiosas que genera el entrenamiento de resistencia, como por ejemplo el desarrollo de mitocondrias, ciertas adaptaciones de las fibras musculares y la capacidad de quemar grasa como combustible. Los fisiólogos del ejercicio han descubierto que mediante un ritmo inferior al ritmo propio del umbral anaeróbico estas adaptaciones se producen mejor. Esto mejora tu nivel atlético porque partiendo de la base, en lugar de intentar conseguirlo tirando desde arriba, eleva el umbral aeróbico, el umbral anaeróbico y la capacidad aeróbica. Ya sea un día de carrera suave o una sesión dura, realizar la tarea al ritmo adecuado forma parte integral de todo el sistema de entrenamiento. Las carreras suaves suelen considerarse de manera errónea como «kilómetros basura» o como sesiones para rellenar huecos. La verdad es que las carreras suaves constituyen un gran porcentaje del entrenamiento semanal total, y cuando se ejecutan a la intensidad óptima, promueven toda una serie de adaptaciones fisiológicas favorables. A pesar de este 14 hecho, tanto a los corredores principiantes como a los expertos les cuesta seguir correctamente el ritmo en estas sesiones más relajadas. En sus días suaves, los principiantes tienden a correr con excesiva intensidad porque el plan de entrenamiento gradual les parece demasiado fácil. En la mayoría de las ocasiones, a medida que aumenta la distancia, la intensidad se va estabilizando, y el corredor se encuentra demasiado cansado para mantener ese ritmo durante toda la semana. Sin embargo, como entrenador que soy, preferiría que adaptases tu ritmo según el objetivo que te hayas propuesto para tu medio maratón, y que entrenes correctamente desde el primer día. Con el paso de las semanas y los meses, esto te permitirá incrementar, de manera segura, la distancia que puedes recorrer y la intensidad que puedes imprimir. Los atletas más expertos, en especial quienes han participado antes en competiciones de distancias más cortas, tienden a poner demasiado empeño en su entrenamiento, y creen que correr más rápido es mejor. Si no calman sus ánimos y permiten que las carreras suaves se efectúen de verdad a un ritmo suave, quienes se encuentren en esta situación llegarán a estancarse como consecuencia del sobreentrenamiento. Con independencia de tu nivel actual, cuando te recomendamos realizar carreras «suaves» nos referimos realmente a un ritmo cómodo de llevar. Una vez que añadas sesiones de entrenamiento intensas, estos días suaves servirán como recuperación activa para permitir que tu cuerpo se recupere y se prepare para la siguiente sesión. También es esencial mantener un ritmo correcto durante los entrenamientos intensos. Nunca llegaremos a insistir lo suficiente en que las sesiones de entrenamiento están diseñadas para estimular adaptaciones fisiológicas específicas; no están pensadas para que corras lo más rápido que puedas y ver quién queda el último. Por ejemplo, las carreras de ritmo y los entrenamientos de fuerza desarrollan el umbral anaeróbico, pero eso no significa que debas efectuar una sesión de ritmo a una velocidad más rápida que la propia del umbral anaeróbico. Del mismo modo, las sesiones de velocidad desarrollan la capacidad aeróbica y deben realizarse a un nivel inmediatamente inferior al de tu capacidad aeróbica máxima, no por encima. Supongamos que se te prescribe realizar repeticiones de 6 × 800 a un ritmo propio de la distancia de 5.000 metros. Supongamos que este ritmo es de tres minutos por cada 800 metros. Si haces los tres primeros intervalos a 2:45, 2:45 y 2:55, hay una probabilidad bastante alta de que los tres últimos sean más o menos de 3:10, 3:15 y tal vez 3:10. Aunque la media sería de 3:00, no habrías logrado correr ningún intervalo al ritmo prescrito. Esto significa que no acumulaste ningún entrenamiento al ritmo deseado, que se estableció específicamente para estimular la capacidad aeróbica. Los primeros fueron demasiado rápidos, con lo que excedieron el máx. y generaron energía anaeróbica y ácido láctico. Los tres últimos fueron progresivamente más lentos debido a la fatiga y a la acumulación de ácido láctico. Y al final acabaste agotado, tirado en el suelo, sin haber obtenido ningún beneficio fisiológico importante. Ahora entiendes por qué Kevin y Keith mandan hacer flexiones. Manteniendo un ritmo controlado durante todo el entrenamiento, tolerarás volúmenes de entrenamiento mayores. También serás más constante en el entrenamiento porque no estarás tan agotado como para necesitar días libres no previstos o para tener que modificar algunas sesiones. La fatiga acumulada está pensada para fatigarte, pero correr a una velocidad más rápida que la prescrita te situaría más allá del punto en que podrías recuperarte lo suficiente. Eso sí que de verdad son «kilómetros basura». 15 Armonía: Equilibrio en el entrenamiento Ya sea que entrenes para una competición de 5.000 metros o para un maratón, siempre debe haber una constante: el equilibrio. Demasiados programas dan importancia a un solo aspecto del entrenamiento y sacrifican otros. Por ejemplo, un programa para los 5.000 puede concentrarse en hacer repeticiones en pista dos veces por semana, y a cambio no incluir una carrera larga semanal. Por otro lado, un programa para el maratón puede dar importancia tan sólo a ir tirando a base de carreras largas durante la semana, pero no incluir ningún trabajo de velocidad. Para alcanzar todo tu potencial como atleta, en el programa de entrenamiento debes implicar todos los sistemas fisiológicos. Recuerda que ningún factor es el único determinante. Si es la única cosa en la que te concentras, las carreras largas no te permitirán rendir bien en tu medio maratón. ¡Ser fuerte y rápido, además de tener resistencia, te permitirá correr bien tu medio maratón! Por eso nuestros programas acentúan la importancia de plantear un programa de entrenamiento equilibrado. El método Hanson para correr el medio maratón te presenta dos tipos de carreras: suaves y esenciales. Las esenciales incluyen las sesiones de velocidad, las sesiones de fuerza, las carreras de ritmo y las carreras largas. Considera estas carreras como sesiones de entrenamiento que requieren más esfuerzo que los días suaves. Además de mantener la motivación, añadiendo variedad a tu entrenamiento cosecharás los beneficios fisiológicos necesarios. Si la variedad es la salsa de la vida, es preferible que incluyas una buena cantidad de ella en el entrenamiento. Del mismo modo que la mente se aburre de las cosas que se repiten, lo mismo sucede con el cuerpo. Cuando las sesiones de entrenamiento se desarrollan en un ciclo y trabajas cada sistema corporal por separado, estimulas una tasa constante de adaptación fisiológica. Dedicando tiempo no sólo a las carreras largas, sino también a los días suaves, de fuerza,de velocidad, de trabajo de ritmo y de recuperación, serás un corredor más fuerte y equilibrado. Repetir en exceso algo bueno también puede ser perjudicial. Cuando equilibres el entrenamiento, te asegurarás de obtener la cantidad adecuada de todos los factores implicados en el medio maratón. Constancia: Seguir la planificación establecida Como entrenador observo que a muchos corredores les cuesta ser constantes en el entrenamiento. Una semana corren tres días, la siguiente cuatro, y la siguiente tal vez sólo dos días. Esto no es de extrañar, ya que cada semana conlleva sus propios retos y sorpresas: tu jefe te impone una fecha límite en el último minuto, tu coche se avería o tu niño contrae una enfermedad. Lo impredecible de la vida puede dificultar nuestro deseo de seguir un plan de entrenamiento. Aunque a veces los ajustes en el entrenamiento son necesarios, sigue siendo importante un programa que conste de una serie habitual de carreras. Hablando en términos fisiológicos, la falta de constancia en el entrenamiento origina tener que hacer un esfuerzo interminable para mantener incluso unas condiciones físicas normales. Aunque con un entrenamiento adecuado las adaptaciones pueden aparecer con rapidez, también pueden perderse con sólo un par de semanas de carrera poco constante. Por ejemplo, si durante tres semanas entrenas cinco días por semana, conseguirás una notable mejora en tu condición física; sin embargo, si esas semanas van seguidas por dos 16 semanas en las que entrenas sólo dos o tres días por semana, los beneficios obtenidos en la condición física comenzarán a disminuir. Entonces necesitarás dos semanas más de entrenamiento constante para volver a tu nivel anterior. Al final, has empleado entre seis y ocho semanas de entrenamiento simplemente para volver al punto en que te encontrabas en la tercera semana. Si la vida cotidiana te condiciona, modifica tu entrenamiento, pero no te lo saltes. Hacer algo siempre es mejor que no hacer nada. Para lograr esta constancia, debes establecer objetivos asequibles y planificar con antelación. Si estableces unos objetivos demasiado complicados, lo más probable es que te desanimes al llegar a un punto en que te sientas desbordado. A la inversa, si estableces unos objetivos demasiado sencillos, acabarás aburriéndote. Unos objetivos establecidos de manera correcta te mantendrán motivado para salir por la puerta cada día, incluso cuando correr te parezca la última cosa que quieres hacer. Planificar con antelación tu programa semanal de entrenamiento también te ayudará a imponerte obligaciones. En lugar de tener que mirar el programa de entrenamiento la misma mañana de la sesión, es mejor saber lo que te espera durante los siguientes cinco/siete días. Si anotas tus sesiones en la agenda diaria o las cuelgas en el frigorífico podrás tener en cuenta los inconvenientes que pueden surgir durante la semana. Si el martes muy temprano por la mañana tienes una reunión, entonces planifica la sesión para después del trabajo. Si tus hijos tienen un torneo de fútbol todo el fin de semana, encuentra un hueco entre los partidos para programar tus carreras en esos momentos. Si planificas con antelación tus sesiones, será mucho más probable que sigas el programa establecido y que seas constante en tu entrenamiento. Recuperación activa: Descanso parcial En lo que respecta a la fatiga acumulativa, caminarás por una línea muy delgada que separa una cantidad suficiente de entrenamiento y el sobreentrenamiento. El objetivo del método Hanson es situarte cerca de esa línea, pero no sobre ella. Durante el transcurso del programa, el entrenamiento que hagas será duro, pero facilitará un resultado mejor y más placentero el día de la competición. La recuperación incompleta es un elemento importante del entrenamiento porque te permitirá rendir bien, incluso cuando sientas que no te encuentras al ciento por ciento. Con independencia de que estemos efectuando una carrera de velocidad, de fuerza, de ritmo o larga, existirá en nuestra mente cierta preocupación por estar «fresco» para las sesiones de entrenamiento. Sin embargo, esa sensación de encontrarse totalmente fresco requiere días de descanso antes y después de las sesiones, un factor que impide las esenciales adaptaciones aeróbicas que nos ofrecen las carreras suaves. Aunque no coloquemos las sesiones más intensas una detrás de otra, sí emplearemos la idea de la recuperación activa. Esto significa que después de las sesiones de trabajo más intenso habrá días de carrera suave. Esto te permitirá encontrarte recuperado para afrontar el siguiente entrenamiento intenso sin tener que descansar ni un solo día. Piensa en ello de esta forma: después de un entrenamiento intenso, tus músculos estarán vacíos de glucógeno y se sentirán extremadamente fatigados. En ese momento es importante reponer el glucógeno, hidratarse y permitir que los músculos se recuperen. Sin embargo, esto no significa que debas tumbarte en el sofá y permanecer inmóvil durante las siguientes 24 horas. Y se debe a una razón: no obtendrás mejoras en tu condición aeróbica 17 si te tomas el día siguiente libre. Asimismo, nunca enseñarás a tu cuerpo a luchar con las molestias a largo plazo si siempre le permites recuperarse por completo. Las carreras suaves se efectuarán a intensidades lo suficientemente bajas como para que tu organismo queme principalmente grasa, lo cual le dará tiempo para reponer los depósitos de hidratos de carbono agotados (glucógeno). Además, tus músculos aprenderán a quemar grasa de forma más eficaz porque correrán a un ritmo que fomenta la combustión de grasa, y no la reducción del glucógeno. Tus músculos también se adaptarán a las cargas de entrenamiento que se les imponga, y al final se volverán más fuertes. Esto significa que si realizas una carrera suave los días en que no tengas programado un entrenamiento intenso, podrás resistir cargas de trabajo mayores, recuperarte y mejorar tu condición física aeróbica con mayor rapidez. La recuperación activa consiste en una sesión de entrenamiento ligero en la que la frecuencia cardíaca se eleva sólo durante un breve período, como por ejemplo 15-30 minutos. Aunque la recuperación es importante, la fatiga acumulativa requiere sólo una recuperación parcial. Incluso después de un día de carrera suave, es posible que tus músculos estén aún un tanto fatigados y los depósitos de glucógeno repuestos sólo en parte, lo que hace que te sientas un poco lento. Esto es normal. Estás entrenando el cuerpo para poder correr muchos miles de kilómetros. Del mismo modo que es posible que en el tramo final de un medio maratón te sientas un poco lento y que tengas que obligarte a seguir adelante, es importante que aprendas a hacer lo mismo durante las fases de entrenamiento. Esto es precisamente lo que hace que la fatiga acumulativa sea parte integral de tus carreras largas. Aunque aún sentirás en las piernas las últimas sesiones de entrenamiento, estarás lo bastante recuperado como para cubrir la carrera larga tal como deseas. Sobrecargándolas con cierto grado de fatiga antes de efectuar las carreras largas, nuestro método enseñará a tus piernas a resistir el último tramo del medio maratón. Dicho en términos fáciles de entender, deseamos simular el mismo acto de correr estando cansado. Al sentirte fatigado en el inicio de una sesión de entrenamiento, sabrás cómo te sentirás en las últimas fases de una competición. Saber que puedes resistir una sesión mientras te encuentras cansado a causa de tu entrenamiento habitual aumentará tu confianza en los últimos tramos de la competición, cuando las cosasse ponen duras, física y mentalmente. En definitiva, el estrés no será tan grande como para que necesites la semana siguiente para recuperarte. Al contrario, el día siguiente harás una sesión ligera, y un par de días después tendrás otra sesión. Mediante una serie de adaptaciones fisiológicas distintas, la fatiga acumulada entrenará a tu cuerpo para que esté preparado para la tensión fisiológica propia de la distancia del medio maratón. Cuando estudies nuestros programas de entrenamiento, te darás cuenta de que cada cuatro semanas la distancia aumenta levemente mediante días suaves, carreras continuas y carreras largas. A medida que tu cuerpo se adapte, modificarás el estrés y seguirás progresando cada vez más. Antes de llegar al gran día, por fin dejarás que tu cuerpo se recupere por completo, lo que te permitirá estar totalmente descansado cuando pises la línea de salida. En otras palabras, estarás listo para rendir al máximo. Nuestros programas están diseñados de esta forma para ayudarte a que te sientas lo mejor posible durante la competición, no durante el entrenamiento. Después de todo, es evidente que no pretenderás estar en tu mejor forma mientras entrenas. 18 Entrenar para un medio maratón no es fácil, y no es algo que deba tomarse a la ligera; tal vez te cueste a veces, te pierdas tu programa de televisión favorito o no puedas asistir a las reuniones de tus amigos, pero cuando cruces con éxito la línea de meta no lamentarás nada de todo esto. Este programa ha sido desarrollado por grandes entrenadores que han aprendido de otros grandes entrenadores. Consiste en una filosofía que puede convertirte de una persona que quiere correr un medio maratón a un auténtico corredor de medio maratón. Estamos aquí para que lo consigas de verdad. Conocer ciertos principios fisiológicos te ayudará a captar el sentido de la estructura del programa de entrenamiento. Esos fundamentos explicarán el «porqué», mientras que el programa te dirá «qué hacer» y «cuándo hacerlo». La estructura del método Hanson para correr el medio maratón se basa en los fundamentos fisiológicos propios del rendimiento en las carreras de resistencia. Si entienden estos principios clave, es menos probable que los atletas cometan errores importantes en su entrenamiento. El resultado final de todos estos elementos es el concepto de la fatiga acumulativa. Después de leer las páginas anteriores, espero que hayas comprendido una cosa: que todos estos componentes están relacionados. Si eliminas uno, o cambias uno de manera radical, el flujo de la filosofía subyacente al programa se verá afectado. La versión de nuestro programa correspondiente al entrenamiento para el maratón exige un compromiso muy importante. Sin embargo, la belleza del medio maratón es que su entrenamiento no necesita que le dediques tanto tiempo, y además, gracias a que es muy diferente de los otros tipos de entrenamiento que has probado antes, nuestro plan para el medio maratón te parecerá menos peligroso que el del maratón. Esto también es muy beneficioso para mí como entrenador, porque, en primer lugar, puedo presentarte una versión más reducida del programa, ¡y después introducirte, sin que te des cuenta, en el entrenamiento para el maratón completo! Pero no, y ahora hablando en serio, no te hagas una idea equivocada. Entrenar para un medio maratón conlleva un alto grado de concentración y de compromiso; sin embargo, cuando veas los resultados logrados, verás que todo ese esfuerzo habrá merecido la pena. 19 2 Fisiología del maratón SI ALGUNA VEZ HAS VISTO UNA competición en pista en la televisión y te has fijado en una carrera de 800 metros (dos vueltas a la pista), tal vez hayas oído a algún periodista comentar lo duro que es entrenar para esta competición. Los atletas de esta distancia suelen preguntarse: «¿Debo entrenar como un esprínter de los 400 metros, o como quien corre los 1.600 metros?». Es una distancia un tanto rara en términos fisiológicos, y puede ser difícil acostumbrarse a ella. El medio maratón presenta un problema similar: «¿Debo entrenar como un corredor de los 10.000 metros o como un maratoniano?». Es una cuestión complicada, y no todos los entrenadores contestan de la misma manera. No obstante, tal como sucede con la mayoría de los problemas del atletismo, depende ti como individuo, y en este caso tu fisiología te permitirá caminar en la dirección correcta. He entrenado a algunas personas que han destacado en distancias más cortas (5.000 y 10.000), pero que decidieron probar la distancia del medio maratón. Por desgracia, su planteamiento a la hora de abordar el medio maratón —que tiene el doble de distancia que la competición de 10.000 metros— fue exactamente el mismo. La mayoría fueron demasiado rápidos en sus entrenamientos, y muchos de ellos simplemente intentaron correr a una intensidad elevada y ver lo bien que podían rendir. Piensa en ello de este modo: considera lo que sucede cuando entrenas para los 5.000 metros. En primer lugar, es una competición relativamente corta, que se mide en minutos y no en horas. En segundo lugar, en la práctica es una carrera de velocidad pura, lo que significa que cuentas con la resistencia suficiente para cubrir la distancia y que tiendes a querer ver lo rápido que puedes ser al recorrerla. Por último, si sales demasiado rápido te verás perjudicado, pero el grado de sufrimiento estará limitado a la cantidad de carrera que te falta por recorrer. Si te vienes abajo y te quedas atrás, lo más probable es que sea durante menos de un kilómetro y medio. Extrapolemos ahora lo que hemos dicho a una competición de 21 kilómetros. Si corriendo esta distancia sales demasiado rápido, puedes sufrir durante mucho tiempo. Esto significa que es vital para nuestro éxito saber por qué sufrimos y la base fisiológica subyacente. Sin unos conocimientos básicos, es probable que al entrenar cometamos los mismos errores una y otra vez. En concreto para la distancia del medio maratón, tener conocimientos sobre fisiología es esencial para alcanzar los objetivos que deseas. Para el maratón completo, con independencia de que uno sea una leyenda local o de que corra su primer maratón en más de cuatro horas, todo el mundo entrena los mismos sistemas energéticos. En otras palabras, la forma en que tu cuerpo utiliza la energía, a qué sistemas recurre para lograr velocidad y resistencia, y con qué rapidez emplea estas fuentes de energía son iguales para todos los corredores de maratón. El éxito en cualquier nivel al que se dispute el maratón dependerá de lo bien que nos adaptemos a sus principios de entrenamiento específicos. En cambio, en el medio maratón, entrenar de modo inteligente —más en concreto, qué sistemas vamos a entrenar— depende mucho más del tipo de corredor que seamos y de nuestros objetivos individuales para la carrera. Hablando en términos 20 generales, los atletas más rápidos —los que desean realizar la carrera en menos de 1 hora y 45 minutos—, en el entrenamiento deben concentrarse en incrementar su umbral de lactato (o umbral anaeróbico). ¿Por qué? Porque esos corredores se moverán en torno a ese umbral durante toda la carrera. Para los atletas del extremo contrario (los que quieren terminar el medio maratón en más de tres horas), el objetivo debe ser mejorar las rutas aeróbicas, dado que estos corredores no podrán aproximarse a su umbral anaeróbico (al menos durante el mismo tiempo que sus compañeros más rápidos). Los atletas que se encuentren entre los dos extremos del conjunto total necesitarán una combinación de todo en proporciones más o menos iguales. ¿Crees que hay que asimilar mucha información? No te preocupes,este capítulo te servirá de guía. El cuerpo humano es una pieza de maquinaria hermosamente complicada, pero en última instancia, si quieres competir lo mejor posible, hay sólo cinco componentes de tu fisiología que debes conocer. Puede que hayas escuchado estos términos en algún sitio y que te hayas preguntado qué significan. Los analizaremos en partes a fin de proporcionarte lo que realmente necesitas conocer para aplicarlo a tu propio entrenamiento. Estos cinco elementos clave son los siguientes: // Músculos específicos que se utilizan para correr. // Umbral aeróbico // . // Umbral anaeróbico // Economía al correr Músculos que empleamos al correr: Una influencia contundente Cuando hablamos de motores y transmisores fisiológicos, el sistema muscular es el rey. Más de 600 músculos de nuestro cuerpo trabajan para generar movimiento y fuerza. Permiten que lata el corazón, que se muevan los ojos, que digiramos lo que comemos y que corran las piernas. Los tres tipos principales de fibras musculares son la cardíaca, la lisa y la esquelética. Mientras que el músculo cardíaco hace que el corazón lata, y los músculos lisos recubren los intestinos y mueven la comida por el sistema digestivo, los músculos esqueléticos desempeñan el papel principal del movimiento humano. Los músculos esqueléticos hacen que sea posible correr. Los músculos esqueléticos son los responsables de generar el movimiento fisiológico y son también el lugar donde se almacena la mayor parte de la energía. Estos músculos incluyen fibras de contracción lenta y fibras de contracción rápida; de estas últimas hay varias subcategorías. Cada músculo contiene ambos tipos de fibra muscular, que están unidas en forma de haces de cables, y cada haz consta de un solo tipo. Miles de estos haces forman un músculo, y cada haz individual está controlado por una única neurona motora. Las neuronas motoras están situadas en el sistema nervioso central, donde trabajan para controlar los músculos y, por lo tanto, el movimiento. Juntas, las fibras y las neuronas motoras forman la unidad motora. Dado que cada haz contiene sólo un único tipo de fibra, un haz de fibras de contracción lenta, por un lado, y un haz de fibras de contracción rápida, por otro, recibirán información del cerebro mediante distintas unidades motoras. Si se activa una neurona motora, tiene lugar una contracción muscular débil. Si se activan numerosas neuronas motoras, se genera una 21 contracción muscular más potente. ¿Por qué es importante todo esto? En último término, la estructura del sistema muscular esquelético condiciona la capacidad de correr. En consecuencia, cuanto mejor conozcas tu propia fisiología, más adecuado será tu entrenamiento. Echemos un vistazo a los tipos de fibras musculares. FIBRAS TIPO I (FIBRAS DE CONTRACCIÓN LENTA) El árbol genealógico desempeña una función importante en la determinación de tu potencial como corredor. Si tus padres te legaron una gran abundancia de fibras musculares de tipo I, también llamadas fibras musculares de contracción lenta, tendrás una buena base para la competición. Gracias a su eficiente uso de la energía y a su capacidad de soportar la fatiga, estas fibras son en especial importantes para las pruebas de resistencia. Las fibras de contracción lenta son aeróbicas, lo que significa que utilizan oxígeno para transferir energía. Esto es una consecuencia del hecho de que cuenten con una zona de capilares de gran tamaño y, por lo tanto, un suministro de oxígeno disponible mucho mayor que las fibras de contracción rápida. Además, las fibras de contracción lenta disponen de la maquinaria necesaria para que tenga lugar el metabolismo aeróbico. Conocida como mitocondria, esta maquinaria suele denominarse la «central energética de la célula». Gracias a la mitocondria podemos utilizar las grasas y los hidratos de carbono como combustible para mantener los músculos en funcionamiento y al cuerpo corriendo. Haciendo honor a su nombre, las fibras de contracción lenta también tienen una velocidad de acortamiento más lenta que los otros tipos de fibras, lo cual posibilita una función importante para los corredores de resistencia. Aunque estas fibras no pueden producir tanta fuerza como las demás, suministran energía a un ritmo constante y pueden generar una buena cantidad de potencia durante un período prolongado. Además de ser más lentas en contraerse, el diámetro de las fibras tipo I es sólo la mitad que el de las fibras de contracción rápida. Aunque son más pequeñas y más lentas, también son más eficientes y persistentes, por lo que cuando estamos corriendo mantienen la fatiga a raya durante bastante tiempo. FIBRAS TIPO II (FIBRAS DE CONTRACCIÓN RÁPIDA) Las fibras tipo II, también conocidas como fibras de contracción rápida, están también determinadas genéticamente y son la contrapartida más evidente a las fibras de contracción lenta. Son más rápidas y de mayor tamaño, y hacen posible las explosiones de potencia súbitas, pero también se fatigan antes. Al tener muy pocas mitocondrias, estas fibras transfieren energía de forma anaeróbica (sin el uso de oxígeno). Estas intensas contracciones utilizan cantidades tan grandes de trifosfato de adenosina (ATP) —una molécula rica en energía, básicamente— que se agotan muy pronto y se debilitan. Por eso un campeón olímpico de los 100 metros puede correr a ritmo de récord mundial sólo la distancia de la recta de una pista, pero, en cambio, el campeón del maratón puede mantener un ritmo de récord durante 42 kilómetros. Dos tipos de fibras musculares distintas y dos resultados diferentes. Las fibras tipo II se subdividen en varios subgrupos, entre los cuales los dos más comunes son los de las fibras tipo IIa y las fibras tipo IIb, también conocidas como fibras intermedias. Las fibras tipo IIa comparten varias características con las fibras de contracción lenta porque tienen más mitocondrias y capilares que los demás tipos de fibras de contracción rápida. Como consecuencia de esto, las fibras tipo IIa se consideran 22 aeróbicas, aunque proporcionan una contracción más potente que las fibras de contracción lenta. En cambio, las fibras tipo IIb se contraen con una gran potencia, transfieren energía de forma anaeróbica y se fatigan con rapidez. Consulta la tabla 2.1 para ver una breve comparación entre los tipos de fibras. TABLA 2.1 COMPARACIÓN ENTRE LOS TIPOS DE FIBRAS MUSCULARES UN SISTEMA DE TRABAJO Todos los seres humanos tenemos ambos tipos de fibras musculares, las tipo I y las tipo II, pero su distribución varía en gran medida dependiendo de cada individuo. La mayoría de la gente, con independencia del sexo, tiene una proporción de fibras tipo I de entre el 45 y el 55 por ciento en los brazos y las piernas. Las personas que se preocupan por su condición física, pero que no se dedican por completo a entrenar, pueden tener una proporción de fibras tipo I de aproximadamente el 60 por ciento. Por su parte, los corredores de larga distancia muy entrenados suelen tener una proporción de fibras tipo I del 70 por ciento, y los maratonianos de elite un porcentaje incluso mayor. En esto consiste el reto. En lo referente a correr un medio maratón, el corredor A, que tiene una proporción alta de fibras tipo I, rendirá mejor de manera natural que el corredor B, que tiene una baja proporción de fibras tipo I y de tipo IIa. Por lo tanto, ¿cómo puede el corredor B superar su propia fisiología? Afortunadamente para ambos atletas, el cuerpo es una máquina maravillosa que puede adaptarse a múltiples fuentes de estrés. En el ámbito de la fisiología del ejercicio,el estrés consiste en el repetido e intenso entrenamiento que genera ciertas adaptaciones fisiológicas. Desde hace mucho tiempo, los investigadores intentan encontrar la clave para la conversión de fibras musculares, con la esperanza de descubrir cómo una persona —como por ejemplo el corredor B— podría cambiar realmente la composición de sus músculos mediante el estrés ejercido por el entrenamiento. Aunque la mayor parte los investigadores sigue sin llegar a conclusiones definitivas, sí están de acuerdo en que los corredores de elite de largas distancias tienen una mayor proporción de fibras tipo I que el corredor aficionado medio, y que esas fibras tipo I son necesarias para un buen 23 rendimiento en el maratón y en el medio maratón (véase tabla 2.2 para una comparación entre distintos tipos de corredores). Lo que no sabemos es si estamos determinados por la genética a contar siempre con una distribución específica de fibras musculares, o si, por el contrario, gracias a determinado tipo de estrés aplicado en el entrenamiento, podemos cambiarla mediante el entrenamiento físico. Aunque tal vez sea demasiado pronto para realizar afirmaciones rotundas sobre las conversiones entre las fibras tipo I y tipo II, se ha demostrado que pueden tener lugar transformaciones entre los dos tipos de fibras tipo II. Incluso después de un bloque de entrenamiento relativamente breve, de 10-12 semanas, un corredor puede mostrar cierta transformación de fibras tipo IIb —anaeróbicas y fatigables— a fibras tipo IIa, más aeróbicas y resistentes a la fatiga. Esto es estupendo para los atletas de resistencia. Demuestra que el entrenamiento provoca modificaciones fisiológicas tangibles, que generan beneficios relacionados con el rendimiento y mejoras reales. El corredor B todavía tiene muchas esperanzas. TABLA 2.2 COMPARACIÓN DE FIBRAS TIPO I Y TIPO II EN DISTINTAS POBLACIONES MAXIMIZAR LAS FIBRAS MUSCULARES Aunque todos los atletas de resistencia se beneficiarían si incrementaran su quema de grasas, retuvieran más glucógeno y tuvieran una gran abundancia de fibras de contracción lenta, no hay una única configuración de tipos de fibras musculares que se considere la mejor para todos los corredores de medio maratón. Para ellos, la proporción ideal depende de la velocidad —rápida o lenta— a la que corran. Por ejemplo, tal vez los corredores más veloces cuenten con un número mayor de fibras de contracción lenta, pero debido a la intensidad con la que corren, es probable que les ayude en gran medida su acervo de fibras intermedias. Estos corredores deben generar una gran cantidad de fuerza para mantener un ritmo rápido. Por otra parte, los corredores más lentos rinden mejor si entrenan como corredores de maratón, lo que conlleva tener principalmente fibras de contracción lenta y un alto nivel de utilización de grasa y de almacenamiento de glucógeno, ya que la intensidad que imprimen es menor y el tiempo que pasan corriendo es mucho mayor; quizá el doble que el de sus compañeros más rápidos. Con independencia de la genética, el entrenamiento sigue siendo un predictor esencial del rendimiento atlético. Aunque la genética condiciona para qué tipo de trabajo es 24 posible que estés bien dotado de forma innata, el entrenamiento adecuado te ayudará a maximizar tu potencial individual. Te mostraremos cómo se puede lograr esto, sin hacer caso a lo que pueda decir tu ADN. Para conseguir que el día de la competición tus músculos respondan de la manera que tú quieres que lo hagan, debes entrenarlos para rendir de un modo específico. Todo comienza con la señal enviada desde las unidades motoras del sistema nervioso central, que comienza a reclutar las fibras de contracción lenta. Seguirás utilizando en gran medida esas fibras, a menos que hagas alguna de estas acciones: // Que incrementes tu ritmo. // Que te encuentres con una cuesta u otra fuerza que oponga resistencia. // Que corras una distancia lo suficientemente larga como para agotar las fibras de contracción lenta. Dependiendo de su nivel de forma física, algunos atletas pueden correr durante una hora a un ritmo moderado antes de empezar a reclutar las fibras de contracción rápida; otros pueden correr al doble de velocidad la misma distancia. Dependiendo de lo rápido que seas, puedes utilizar las fibras tipo I casi exclusivamente durante tu medio maratón. Sin embargo, si vas a correr durante mucho tiempo, esas fibras empezarán a cansarse y tu cuerpo a utilizar las fibras tipo IIa, de un tamaño un tanto mayor, aeróbicas y de contracción rápida. Si has entrenado de manera adecuada, tendrás margen suficiente para resistir el resto de la competición usando estas fibras. No son demasiado buenas para las carreras de resistencia, pero son un buen sustituto para las fibras tipo I cuando se encuentran agotadas. Los problemas surgen cuando el corredor poco entrenado se ve obligado a recurrir a la tercera línea de defensa, las fibras tipo IIb. Recuerda que sirven para generar potencia y que se fatigan con rapidez. Si tu cuerpo debe confiar en estas fibras para llegar a la meta, las cosas no terminarán demasiado bien. Lo que pretende el método Hanson es enseñarte a maximizar el uso de las fibras musculares tipo I y tipo IIa, sin tener que recurrir a las fibras tipo IIb. : El segundo al mando Si las fibras musculares ocupan el asiento del conductor en lo relativo al potencial de resistencia, entonces podemos decir que el . trabaja en el equipo técnico, proporcionando asistencia constantemente. La expresión «VO2 máx.» se refiere al volumen de consumo de oxígeno, definido como la capacidad corporal máxima de transporte y consumo del oxígeno mientras corremos. Cuando el . de una persona es de 50/ml/kg/min, se lee «50 mililitros de oxígeno, por kilogramo de peso corporal, por minuto». Lo que en realidad necesitas es saber que cuanto más alta sea esta cifra, mucho mejor. Aunque el . suele considerarse el patrón oro del acondicionamiento físico, no siempre sirve como el mejor predictor del rendimiento a la hora de correr. De hecho, los corredores de maratón de elite suelen tener un . un poco inferior al de los corredores de 5.000 y 10.000 metros. Aun así, aunque por sí solo no sea el predictor más importante del potencial para las competiciones, sigue siendo 25 una pieza significativa del rompecabezas. Hablando en términos generales, los corredores de medio maratón más rápidos tienden a tener un . ligeramente superior que los más lentos, porque, como ya hemos explicado, en términos de la utilización de grasa y del tipo de fibras los más lentos tienden a adaptarse más al estilo de los corredores de maratón, y tienen niveles de . un tanto menores. El . mejorará con el entrenamiento. De este modo, con un incremento en el entrenamiento, los corredores más lentos podrán mejorar su . —y con ello su rendimiento—. Examinemos esto en detalle. El es la tasa máxima a la que el músculo que ejerce un esfuerzo puede captar el oxígeno y utilizarlo. Puesto que la sangre transporta oxígeno a los músculos, al estudiar el . debemos examinar el corazón. Igual que los músculos esqueléticos, el músculo cardíaco puede fortalecerse con el trabajo, lo cual permite bombear más sangre y distribuir más oxígeno a los músculos. El corazón se adapta al estrés del entrenamiento del mismo modo que los músculos de las piernas. Debemos tratar el tema de las adaptaciones positivas relacionadas con el corazón que tienen lugar como resultado del entrenamiento de resistencia. Cuatro de estas adaptaciones, reflejadas en la figura 2.1 y descritasmás abajo, se consideran los componentes centrales del .: MEJORA LA CIRCULACIÓN EN LAS ARTERIAS CORONARIAS: Una mejor circulación significa que llega más sangre al corazón. LAS PAREDES VENTRICULARES SE ENGROSAN, EN ESPECIAL LAS DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO: A medida que se engrosan, la fuerza de las contracciones se hace mayor, con lo que bombea más sangre en las arterias que la distribuyen por el organismo. LA CÁMARA VENTRICULAR SE HACE MAYOR: Esto permite que se almacene más sangre oxigenada dentro del ventrículo, que después circulará por todo el cuerpo. EL PULSO DISMINUYE: Cuando el músculo cardíaco se fortalece, no tiene que trabajar con tanta intensidad para cumplir su labor. En resumen, se consigue bombear más sangre, con más fuerza y menos esfuerzo. Dado que el corazón tendrá cámaras de mayor tamaño que podrán albergar más sangre, la frecuencia cardíaca disminuirá en todos los ritmos a los que se corra, lo cual permite que todo el sistema sea más eficiente y que se encuentre en mejores condiciones en términos de salud. FIGURA 2.1 COMPONENTES DEL . QUE MEJORAN CON EL ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA 26 El corazón suministra sangre al organismo, y cuanto mejor pueda distribuir grandes cantidades de sangre por el torrente sanguíneo, con mayor eficacia llegará el oxígeno que ella transporta a los músculos que nos permiten correr. Y lo que es más importante, las adaptaciones no se limitan al corazón; también afectan a la propia sangre. En efecto, se ha demostrado que el volumen aumenta con el entrenamiento de resistencia. Los glóbulos rojos, el tipo más común de célula sanguínea, son el medio principal por el que se suministra oxígeno por el interior del cuerpo humano. Gracias al entrenamiento de resistencia, disminuye el nivel de hematocrito, la cantidad de glóbulos rojos en el volumen total de sangre. Esto significa que dado que el volumen sanguíneo total será mayor y la sangre será menos viscosa, podrá viajar por el corazón y las arterias con mucha mayor facilidad. Piensa en la diferencia que existe entre un aceite nuevo que acabas de poner en tu coche y la mugre que ha permanecido dentro del motor durante los últimos 25.000 kilómetros. Un nivel de hematocrito menor equivale a menos uso y desgaste de tu sistema, porque cuando gracias al entrenamiento los glóbulos rojos se 27 hacen más grandes, pierdes menos capacidad transportadora de oxígeno. Aunque pueda parecer contraproducente, al aumentar el volumen de plasma, el nivel de hematocrito desciende, porque se expresa en forma de porcentaje del volumen total. Así que aunque el porcentaje sea menor, el número total de glóbulos rojos puede ser superior. Recuerda que el 20 por ciento de 100 es 20, y que el 20 por ciento de 500 es de 100 glóbulos rojos, lo cual conlleva un mejor aprovechamiento de los recursos. Mediante el entrenamiento de resistencia, el corazón se convierte en una bomba más fuerte y el suministro de sangre se hace mayor y mejor, pero nada de esto tendría ninguna relevancia si los músculos no pudieran utilizar la enorme cantidad de oxígeno que ahora llega al umbral de su puerta. En realidad, el suministro de oxígeno a los músculos tiene lugar en el lecho de los capilares, que es el extremo final del recorrido de cada arteria. Algunos de estos capilares son tan pequeños que los glóbulos rojos sólo pueden descargar de uno en uno el oxígeno que ellos llevan al músculo. Desde allí, el glóbulo rojo inicia su viaje de vuelta al corazón y a los pulmones, donde vuelve a cargarse de oxígeno. Cuando permanecemos en estado de reposo, muchas de estas redes capilares se encuentran inactivas. En cuanto empezamos a correr, las redes se abren, lo que permite a los músculos captar una mayor cantidad de oxígeno para cubrir las demandas impuestas por el ejercicio físico. Aunque es importante mejorar los elementos centrales del ., tener un ventrículo izquierdo de mayor tamaño para bombear más sangre no servirá de mucho si los músculos que estamos utilizando no pueden manejar estos cambios. Por suerte, los músculos con los que corremos —tal como hemos explicado— se van adaptando simultáneamente. Tal como muestra la figura 2.1, algunos de los componentes periféricos clave que mejoramos gracias al entrenamiento de resistencia son los siguientes: MAYOR DENSIDAD DE LOS CAPILARES: Una mayor densidad de los capilares conlleva que el oxígeno pueda cambiar de célula más rápida y eficazmente, y el resultado es que el músculo activado consigue el oxígeno que necesita para seguir ejercitándose. MEJOR NIVEL Y ACTIVIDAD DE LAS ENZIMAS MITOCONDRIALES: Piensa en las enzimas como herramientas que facilitan el trabajo. Reducen la cantidad de energía necesaria para que tenga lugar una reacción. Con niveles mayores, las reacciones del interior de la mitocondria pueden permitir que se realice más trabajo manteniéndose al mismo ritmo. MEJOR DENSIDAD MITOCONDRIAL: Las mitocondrias son los lugares donde las grasas y los hidratos de carbono se aportan como fuente de energía para la actividad física, así que, cuantas más mitocondrias tengamos, más grasa podremos utilizar para mantener la intensidad aeróbica. MAYOR TAMAÑO DE LAS MITOCONDRIAS EXISTENTES: Unas mitocondrias de mayor tamaño permiten que se procese más combustible en un mismo sitio. Si podemos procesar más ácidos grasos mediante más mitocondrias y de mayor tamaño, reduciremos la necesidad de utilizar hidratos de carbono y aumentaremos la intensidad necesaria para que entre en funcionamiento el sistema anaeróbico (con 28 ello nos basaríamos en los hidratos de carbono para obtener energía). La conclusión es que en el proceso de adaptación al entrenamiento el cuerpo consigue logros increíbles. Hará todo lo posible para facilitar una actividad determinada y mejorar en todo lo que implica. El . es el techo de tu potencial aeróbico, pero no es el condicionante absoluto del rendimiento potencial. Cuando tus capacidades aeróbicas llegan al límite, tus facultades anaeróbicas se encuentran listas para ponerse en marcha. Como consecuencia de esto, hay otras variables fisiológicas que contribuyen al nivel al que una persona puede rendir en un medio maratón. Aunque no sea necesario conocer tu . —y podemos asegurarte que la cifra aumentará cuando realices más entrenamiento de resistencia—, es un excelente indicador de los progresos conseguidos. Hay diversas formas de calcular el ., y algunas son más caras que otras. En el extremo de mayor precisión y coste de todo el espectro, puedes visitar algún gimnasio de alto nivel que haya en la zona donde vives y hacer que comprueben tu capacidad mediante un equipamiento que podemos considerar sofisticado. Deberás correr sobre una cinta para correr, mientras llevas encima un tubo para respirar, y tendrás que aumentar la velocidad de forma gradual. 20 minutos y 100 dólares después, obtendrás unos papeles impresos con varios datos fríos y en bruto. Para una experiencia similar, pero quizá por un coste menor, puedes inscribirte para hacer de sujeto experimental en el laboratorio de fisiología del deporte de la universidad de tu ciudad. Ten la seguridad de que los estudiantes graduados te ofrecerán mucha información, y por lo general no tendrás que pagar ni un céntimo. Suponiendo que en tu caso la información recibida te resultará de utilidad práctica, creo con firmeza en ese tipo de pruebas de laboratorio para el propósito de mejorar. ¿Qué hay de bueno en los números si no tienen ninguna aplicación? Cuando examino el . y los umbrales como deportista y como entrenador, me interesan sólo si muestran mejoras. Por desgracia, los resultados de las pruebas de los laboratorios de deporte suelen omitir los ritmos correspondientes a esos niveles y umbrales.Por ejemplo, después de hacerte la prueba, el técnico te dará una cifra, como por ejemplo 50 ml/kg/min, y te dirá si es buena, si está en la media o si se encuentra por debajo de la media. Eso es estupendo, pero ¿cómo utilizo yo esa información? ¿Qué significa para mí? Si decides efectuar una de estas pruebas, intenta obtener los ritmos a los cuales alcanzas ciertos niveles fisiológicos. Después podrás aplicar esa información directamente a tus ritmos de entrenamiento. Si no te interesa que te metan en una máquina, considera la posibilidad de realizar una prueba de campo. Yo uso la de Balke, para la que sólo necesitas una pista, un cronómetro y una calculadora. Aunque la fórmula puede variar ligeramente, la que ofrecemos a continuación la utiliza el conocido entrenador y doctor Joe Vigil, un experto en el mundo de la ciencia del atletismo: Calculamos la fórmula haciendo la prueba de Balke. Para ello efectuamos un calentamiento completo y seguimos estos pasos: 1. En la pista, hay que correr con rapidez durante 15 minutos, cubriendo la mayor distancia posible. (No te olvides de dosificar bien el ritmo. No corras con toda la intensidad que puedas 29 desde el principio, sino que debes ir progresando, de modo que puedas correr a la velocidad más alta durante los últimos minutos.) 2. Convierte en metros la distancia que has recorrido. Para hacerlo, multiplica el número de vueltas por 400 metros (1 vuelta = 400 metros en una pista estándar). 3. Toma el número de metros y conviértelo en metros por minuto dividiéndolo por 15 (el número de minutos que has corrido). 4. Toma la cifra del paso 3 y resta los primeros 150 metros. 5. Multiplica la cantidad obtenida por 0,178 y suma el resultado a la base de 33,3. Nota: si no tienes una velocidad superior a 150 metros/minuto, toma la diferencia entre tu velocidad y 150, multiplícala por 0,178 y resta esa cifra de la base de 33,3. Por ejemplo, queremos obtener el resultado para la fórmula: Nuestro corredor realiza la prueba y hace diez vueltas en 15 minutos. Convierte las vueltas en metros y sustituye la «m» por un número: 10 vueltas × 400 metros/vuelta = 4.000 metros La fórmula queda entonces así: A continuación, el corredor calcula el interior de los corchetes: [4.000 ÷ 15] = 266,67 Ahora la fórmula queda así: Por último, el corredor simplemente calcula la fórmula: Esto quiere decir que la condición aeróbica actual de nuestro corredor es de 54. A fin de comprobar tus progresos, después de calcular el . de partida, puedes repetir esta prueba en la fase intermedia del entrenamiento. Recuerda que cuanto más experto sea el atleta, menos cambios se observarán. Sin embargo, lo que siempre puede cambiar, aunque sea sólo ligeramente, es el ritmo al que puedes correr dentro de tu . Eso es lo que al final importa de verdad. 30 Umbral aeróbico: Un factor de potencia Como hemos explicado antes, las carreras de larga distancia se sostienen, en gran medida, gracias al oxígeno suministrado por el sistema aeróbico, que es más eficiente y aporta más resistencia que el sistema anaeróbico. El sistema anaeróbico es potente y explosivo, pero funciona sin oxígeno, y por ello puede proporcionar sólo breves explosiones de velocidad antes de que se agoten los depósitos de energía, de que el ácido láctico se acumule en los músculos y de que nos veamos obligados a detener la actividad. Aunque el ácido láctico —o lactato— se ha ganado mala fama como subproducto derivado del ejercicio de alta intensidad, causante de agujetas y fatiga, en realidad sirve como fuente de energía para los músculos, ya que les permite efectuar un poco más de trabajo antes de agotarse por completo. La investigación actual nos indica que la causa de la fatiga que surge en ese momento es otro fenómeno fisiológico. Los verdaderos culpables son los electrolitos —sodio, potasio y calcio— que se colocan a lo largo de los músculos, cada uno con una carga eléctrica propia, y que dispara las contracciones musculares. A intensidades elevadas y con el paso del tiempo, el ion potasio del exterior de la célula va aumentando y no puede intercambiar su posición con el ion sodio del interior de la célula. Esto genera unas contracciones musculares cada vez más débiles, un problema llamado fatiga neuromuscular, lo que conlleva que el cuerpo pronto se irá ralentizando hasta llegar a detenerse. No sólo sucede que el lactato de la sangre no es el villano que en cierta ocasión pensábamos que era, sino que también hemos podido descubrir que desempeña un papel clave en las carreras de larga distancia. El sistema aeróbico permite soportar un ritmo moderado durante largos períodos, porque el lactato que se genera también se procesa y se elimina simultáneamente. Sin embargo, a medida que el sistema aeróbico se fatiga o que la intensidad aumenta, nos hacemos más dependientes del sistema anaeróbico y, a su vez, debido a esto llegamos a un punto en que producimos lactato a un ritmo superior al que nuestro cuerpo puede librarse de él. Denominado umbral de lactato, acumulación de lactato en sangre o umbral anaeróbico, éste es el punto crítico en que el ácido láctico empieza a acumularse en el torrente sanguíneo. Umbral anaeróbico es el ritmo al que el ácido láctico comienza a acumularse exponencialmente, aunque corramos a un ritmo constante. El umbral anaeróbico es en especial importante porque se ha identificado como el mejor predictor posible del rendimiento en resistencia. Aparece en algún punto entre el 60 y el 90 por ciento, o más, del . de una persona, por lo que cuando nos acercamos a nuestro ., comienza a acumularse el lactato en sangre. Los mejores de entre los mejores suelen tener un umbral anaeróbico superior al 70 por ciento del . El entrenamiento puede elevar el . sólo en algunos puntos, pero puede tener un impacto significativo sobre el umbral anaeróbico. Si examinamos un grupo de corredores de maratón de elite, sus niveles de . serán similares; lo que suele diferenciar al primero del décimo es el umbral anaeróbico. Si el . diferencia a los atletas de categoría nacional de los aficionados, el umbral anaeróbico diferencia a los campeones de los aspirantes a serlo. 31 Igual que sucede con el ., a menos que encarguemos que nos hagan la prueba en un sofisticado laboratorio, donde te ofrecerán las cifras sin ningún esfuerzo por tu parte, poner a prueba tu umbral anaeróbico es una opción que siempre tendrás a tu disposición, pero requiere que planteemos algunas conjeturas. Nuestro consejo es que veas cómo responde tu cuerpo a las sesiones de entrenamiento del programa. Como hemos dicho, podemos mantener el ritmo al umbral anaeróbico durante aproximadamente una hora. Si no conoces esos ritmos para hacer uso de ellos, entonces puedes preguntarte: «¿Puedo resistir así durante toda una hora?». Basándote en tu respuesta, adapta tu ritmo en consecuencia. Recuerda que el umbral anaeróbico es el punto en el que las rutas aeróbicas aún proporcionan energía para la contracción muscular, pero no pueden hacerlo lo suficientemente rápido como para generar toda la energía necesaria. Aquí es donde las rutas anaeróbicas empiezan a marcar la diferencia. Como regla general, una persona puede correr a su umbral anaeróbico durante una hora, más o menos. Como tal vez ya hayas adivinado, esto es en un factor más importante para los corredores de elite, cuyos tiempos en el medio maratón tienden a rondar en torno a una hora. Para esos tipos, tener un umbral anaeróbico elevado sin duda será más importante que poder quemar grasa para conseguir energía. Cuanto más alto sea este umbral, más rápido podrán cubrir la distancia antes de tener que reducir la velocidad; por lo
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