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Guerra Cultural en Argentina Parte V - 1

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Edgar Schmid y Vcom (R) (VGM) Horacio Ricciardelli
Guerra Cultural en Argentina – Parte V - 1
La Guerra por los Valores.
“Habiendo peligro próximo para la fe, los Prelados deben ser argüidos incluso públicamente por los 
súbditos”. Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica, II-II, 33, 4-2)
Podemos decir que la Guerra por los Valores ya era vieja cuando los sofistas (hoy relativistas) 
envenenaron a Sócrates. Atenas – inicialmente agrícola – había llegado a una etapa fuertemente 
naval y mercantil. Se estaba convirtiendo en una talasocracia.
Los Valores tradicionales agrarios se estaban convirtiendo en un corset ético para los mercaderes 
navales que buscaban toman la hegemon. Así recibieron gente como Protágoras y su Homo 
Mensura: (el interés del) hombre (no los Valores) es la medida de todas las cosas. (Aún hoy en la 
vigencia del relativismo).
Los sofistas no podían polemizar con el padre de la mayéutica. Por lo tanto lo envenenaron. Debían 
seguir construyendo su hegemon cultural sin las trabas éticas del ancient regimen.
“No hay proyecto de poder sin proyecto cultural” RP Alberto Altamira SJ
La polémica sigue hoy y a través de intelectuales orgánicos y medios de comunicación masivos. De 
nuevo lo que se juega es la de-construcción de la vieja superestructura de valores hegemon y la 
construcción de un mundo basado en lo mero mercantil.
Hagámonos preguntas como ¿conviene seguir manteniendo la vieja familia – que puede llegar a ser 
una comunidad - o debemos construir una sociedad basada el lucro/placer individualista?
Notemos que Perón jamás habló de “sociedad” – como hacen los liberales – y en cambio sí hablaba 
de “comunidad” y en especial “comunidad organizada”, y con raíz en Aristóteles [1]. 
Este considera que el núcleo originario de la comunidad social o política es la familia. Las 
necesidades naturales de los hombres, las necesidades reproductivas que llevan al apareamiento, por
ejemplo, llevan a la configuración de este pequeño grupo social que será la base de organizaciones 
más amplias como la aldea y la ciudad: "La familia es así la comunidad establecida por la 
naturaleza para la convivencia de todos los días".
Las pequeñas asociaciones de grupos familiares comunitarios dan lugar a surgimiento de la aldea; y 
la asociación de aldeas da lugar a la constitución de la ciudad: "de aquí que toda ciudad exista por 
naturaleza, no de otro modo que las primeras comunidades, puesto que es ella el fin de las demás".
Aristóteles utiliza también el argumento del lenguaje para reforzar su interpretación de la 
sociabilidad natural del hombre: a diferencia de otros animales el hombre dispone del lenguaje, un 
instrumento de comunicación, por ejemplo, que requiere necesariamente del otro para poder 
ejercitarse; sería absurdo que la naturaleza nos hubiera dotado de algo superfluo; y sería 
difícilmente explicable el fenómeno lingüístico si partiéramos de la concepción de la anterioridad 
del individuo respecto a la sociedad.
"El por qué sea el hombre un animal político, más aún que las abejas y todo otro animal gregario, es
evidente. La naturaleza - según hemos dicho - no hace nada en vano; ahora bien, el hombre es entre 
los animales el único que tiene palabra." (Política, libro 1, 1)
Aristóteles, como Platón, considera que el fin de la sociedad y del Estado es garantizar el bien 
supremo de los hombres, su vida moral e intelectual; la realización de la vida moral tiene lugar en la
sociedad, por lo que el fin de la sociedad, y del Estado por consiguiente, ha de ser garantizarla. De 
ahí que tanto uno como otro consideren injusto todo Estado que se olvide de este fin supremo y que 
vele más por sus propios intereses que por los de la sociedad en su conjunto. De ahí también la 
necesidad de que un Estado sea capaz de establecer leyes justas, es decir, leyes encaminadas a 
garantizar la consecución de su fin. Las relaciones que se establecen entre los individuos en una 
sociedad son, pues, relaciones naturales.
Ese proyecto ya fue enunciado antes que Brzezinski[2] fundase la Trilateral Comisión y por encargo
de la propios hermanos Rockefeller.
Se trata de ir sustituyendo cada vez más a las Naciones Unidas – representando solamente a Estados
– por el Acuerdo Multilateral de Inversiones[3], donde Estados y Multinacionales estarán en un pie 
de igualdad. Será la revolución más grande en el Derecho Internacional Público desde el Tratado de 
Wesfalia de 1648.
Pero el verdadero poder estar en instituciones supranacionales como:
- Banco Internacional de Pagos (Basilea) convertido en Banco Central de los bancos centrales y 
desde allí buscando imponer una moneda mundial única y serminar con la soberanía monetaria del 
mundo. El axioma Rothschild – “Dénme la emisión de moneda y no me importa quien haga las 
leyes – esta vez a escala mundial.
- Organización Mundial del Comercio y la regulación / eliminación de la Soberanía Aduanera.
- Fondo Monetario y Banco Mundial son/serán los verdaderos encargados de las Políticas de 
Ajustes Estructurales, la desaparición de del rol de los Estados aunque ello nos lleve a la aparición 
de los Estados Fallidos.
El Estado Fallido es una amenaza muy seria y se va dando por distintos grados. Escribe el chino 
Henry Liu en su libro sobre Nuevo Orden Mundial, Terrorismo y Estados Fallidos:
“El fracaso para mantener la seguridad de todos los ciudadanos es la primera señal de un Estado 
fallido, como lo es el uso de violencia estatal sobre sus propios ciudadanos... Una infraestructura 
económica que no proveyó ingreso o riqueza es justamente otra señal de Estado fallido, mensurable 
con el coeficiente de Ginni en la desigualdad del ingreso. La ausencia de un sistema de salud y 
cuidado universal es otra señal, como lo es un sistema educativo público disfuncional 
principalmente reservado para niños pobres. Un exceso de deuda nacional per cápita es también una
señal de estadidad fallada, como es permanencia de corrupción y fraude en el gobierno y negocio. 
Hambre y escasez de comida para los pobres mientras el sobrante de comida persiste en la 
economía es otra señal de estadidad fallada. Los Estados fallidos tienen a menudo una minoría muy 
rica que aprovecha del sistema fallido con la bendición del Estado”.[4]
Al Neo-liberalismo no le interesa el bienestar de la humanidad sino convertir al mundo en un 
Mercado (controlado por ellos). Y si para esto deben destrozar los Estados pues los destrozarán. 
Ellos saben que los Estados-nación se ven sostenidos por fuertes sentimientos comunitarios con su 
cultura correspondiente. Esto no se puede destruir con bombas.
Vietnam – país agrícola y con fuertes sentimientos comunitarios – fue la mejor prueba de esto. La 
conciencia nacional es un elemento que no se puede desdeñar en Estrategia militar. Lo que 
corresponde entonces es adoptar la Estrategia de Aproximación Indirecta[5], la guerra gramsciana 
vaciando de contenido una cultura adversa.
“La guerra total no apunta, pues solamente a las fuerzas armadas, sino también a los pueblos (...) 
Por su misma esencia, la guerra total no podrá ser realizada sino cuando la existencia misma del 
pueblo entero se vea amenazada y el pueblo se decida a asumir la responsabilidad”. General Eric 
Luddendorf - La Guerra Total[6]
No se debe atacar frontalmente a un pueblo que fácilmente puede convertirse en pueblo en 
armas[7]. Hay que lograr que el ataque sea indirecto, primero sobre el pueblo que sostiene a esas 
fuerzas armadas, pero si el pueblo tiene mucha conciencia nacional, sentido comunitario e identidad
cultural, entonces se actúa sobre la cultura popular.
Estrategia de la Aproximación Indirecta y la Subversión Cultural.
Una de las animaladas del Proceso fue la terrible confusión que tenían entre los conceptos de 
Terrorismo y Subversión. A diferencia de Brasil – donde Glauber Rocha filmaba sus personajes 
como Dios y el diablo en la Tierra del Sol, o Jorge Amado - Doña Flor y sus maridos - allá a la 
Dictadura no le preocupaba cuan a la izquierda estuvieran sus intelectualessino en cuanto 
contribuían sus obras a fortalecer la identidad cultural brasileña.
Cuando Glauber Rocha tenía un programa por televisión abierta en defensa de la identidad nacional,
acá en las listas negras se prohibía a Jorge Cafrune o Enrique S. Discépolo. Se alentaban los 
festivales de Fred Mercury (Queens) hasta poco antes del desembarco en Malvinas.
El objetivo de la dictadura brasileña era formar mejores brasileros y le dieron el mayor impulso de 
la historia a la industrialización.  Acá el objetivo era impedir que los argentinos fueran de izquierda 
o peronistas – dijeron “Mientras haya chimeneas habrá peronismo” y se dedicaron a 
desindustrializar.
Encima, si bien es cierto que a Lidell Hart lo editaron en el Círculo Militar[8], parecería que lo 
editaron pero no lo leyeron. Nos dice el Prefacio de “Estrategia: Aproximación Indirecta”:
“La bomba ‘H’ es más una desventaja que una ayuda, para la política de contención. En el mismo 
grado en que reduce la posibilidad de una guerra total, incrementa las posibilidades de una guerra 
limitada, seguida por la una indirecta y dispersa agresión local. El agresor puede explotar una 
variedad de técnicas de distinto tipo, pero todas creadas para progresar al mismo tiempo que 
provocan vacilación (…)
“Es irónico que, cuanto más hemos desarrollado el efecto “masivo” del bombardeo aéreo, más 
hemos desarrollado al progreso de esta nueva estrategia, del tipo guerrilla.
Nuestra propia estrategia deberá basarse en un claro entendimiento de este concepto, y nuestra 
política militar necesita ser reorientada. Existe un campo de acción y debemos desarrollarlo en 
forma efectiva, para tener una contra estrategia del mismo tipo. Aquí se puede refirmar, entre 
paréntesis, que “limpiar” ciudades con bombas H será destruir nuestras “quintas columnas” con que
potencialmente contamos a nuestro favor (…)
(…) el asalto directo por medio de ideas nuevas provoca una obstinada resistencia y de este modo 
se incrementa la dificultad de producir un cambio de actitud. La conversión se logra más fácil y 
rápidamente infiltrando insospechadamente  una idea diferente (…) la forma más segura de obtener 
la aprobación superior de una idea nueva es persuadiendo al superior que la idea es suya”
Queda entonces bien claro que la subversión cultural es la forma más elevada de la aproximación 
indirecta británica.
Brzezinski el estratega del “Bloque Histórico” globalizador.
Cuando los militantes que se consideran “de izquierda” se mueven con conceptos importados de la 
Trilateral Commission – “derechos humanos” por ej. – es lógico preguntarse entonces, ¿Quién tiene
entonces la Hegemonía, los “revolucionarios” con Trotsky en el sobaco o Zbignieb Brzezinski?
El mérito de Brzezinski es saber mirar hacia delante, anticipar. Lo demostró en La era 
tecnotrónica[9] en 1970. Cuando en EEUU estaban inmersos en Vietnam – y no sabían como salir, 
el mérito de Zbig fue ver el mundo que se venía en varias décadas en adelante.
Zbig anticipa no sólo la desaparición de los Estados-Nación sino el reemplazo de las lealtades 
verticales (imprescindibles en el Estado-nación) por las lealtades horizontales (que hacen funcionar 
el globalismo).
Es notable como Zbig toma el rol de los ferrocarriles en la quiebra del feudalismo (de Europa 
Oriental y Asia): al incrementarse el traslado de mercaderías fuera del feudo, se quiebran las 
lealtades verticales que lo sostienen. En forma similar, el desarrollo mundial de los transportes 
terminará quebrando las lealtades verticales que sostienen a los Estados-Nación. Así, el objetivo de 
lograr un capitalismo verdaderamente global exige terminar con el Estado-Nación que le ponga 
límites.
También, estamos en una era de cambios como lo fue el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. 
Entonces lo decisivo fue la imprenta, la navegación intercontinental, la pólvora. Hoy esos roles los 
cumplen los medios electrónicos de comunicación, el desarrollo aeroespacial, la energía atómica. 
Respecto a Vietnam su conclusión sería ¿A quien le importa un “feudo” no relevante en el mundo 
que se viene? Es como si en el fin de la Edad Media se hubieran concentrado en defender un 
pequeño feudo en lugar de invertir en imprenta, navegación y armas de fuego. De la misma forma, 
¿hasta cuando invertir en Vietnam en lugar de control y desarrollo de las comunicaciones, la energía
nuclear, y el desarrollo aeroespacial? Había que concentrarse en el control del futuro.
La era tecnotrónica fue el inicio de la carrera de Zbig. Los hermanos Rockefeller lo llamaron y 
quedó a cargo de la organización de la Trilateral Commission. Y desde allí, con la conexión 
orgánica de las tres principales burguesías del mundo, Zbig comenzó a unir el bloque histórico a 
cargo de construir el Nuevo Orden Mundial, con todas las instituciones de consenso para hacer 
factible su gobernabilidad.
El Bloque “Rockefeller” de por sí y con lo rico que es, no tenía la capacidad para la gobernabilidad 
global. Pero sí tiene la capacidad para construir un Bloque Histórico verdaderamente global 
centrado en la Trilateral.
De ahí se cuenta con las cinco sub-Elites que según Charles Wright Mills integran la Elite del 
Poder[10]. La élite económica-financiera, política, universitaria, de los medios de comunicación, 
militar y de servicios de inteligencia.
A su vez estas cinco sub-élites están integrada un una compleja red de fundaciones, ONG’s, tanques
de pensadores que son verdaderos servicios de inteligencia privados.
En inteligencia estratégica lo primero que se debe averiguar del Enemigo es el Centro de Gravedad 
y luego los Elementos Orgánicos Esenciales. El Centro de Gravedad es el C3I, lugar donde tiene el 
Comando, Control, Comunicaciones e Inteligencia. Pero en este caso, es altamente complejo hacer 
un organigrama de tal red de organizaciones.
Es más fácil hacer inteligencia sobre sus Elementos Orgánicos Esenciales: su Logística. Viendo su 
membresía se ve también a que multinacionales representan y con quienes se conectan, 
especialmente con los miembros de Grupos como Bilderberg o Williamsburg (el Bilderberg 
asiático). Hay entonces un Bloque Histórico que se mueve a nivel mundial y no se ve por el 
momento una alternativa.
Los objetivos de los países del BRIC por el momento son muy difusos y también sus lazos de 
confrontación-cooperación. Y tampoco se ve que tengan un modelo de Contra-Hegemonía Cultural 
propio que se enfrente a la Trilateral.
Argentina: Ni siquiera tenemos idea de “Bloque Histórico”
Es algo muy obvio pero un país dependiente no tiene Bloque Histórico. Por eso es dependiente. 
También la primera condición para ser “Bloque Histórico” (BH) es saber responder al desafío para 
derrocar al anterior “BH”. Pero en Argentina no se observa fuerza alguna que sepa cómo el BH 
Global actual (Trilateral) mantiene su Hegemonía.
Desde afuera nos llegan valores des-malvinizadores, los que se necesitan para mantenernos 
dependientes. Desde adentro no se producen valores propios por y para nosotros. Aún grupos que se
sitúan a la izquierda siguen las pautas culturales que vienen desde ONGs financiadas por Fundación
Ford, British Council, Rockefeller Brothers Foundation, y similares. Argentina es un país 
importador de Hegemonía. Repiten todos argumentos – “derechos humanos” – que constituyen el 
núcleo de la “ideología” dominante. Se siguen moviendo en el “terreno” que eligió el enemigo y por
ende, saldrán derrotados.
Sin idea nacional no existe nación. No tenemos  una “idea gramsciana” – de luc ha cultural - que se 
adapte a nosotros. Algo que muchos comentaristas argentinos de Gramsci pasan por alto es: la Italia
para la cual escribía Gramsci era una nación formada hace siglos, con un bloque hegemónico 
independiente. En Argentina por el contrario somos dependientes, por lo tanto el “núcleo duro” de 
la dependencia, de la Hegemonía, no está adentro sino afuera.
Gramsci escribe “en concreto” para Italia, acá al no señalar las diferencias, parece que estamos 
escribiendo “en abstracto”,una realidad que no es exactamente la nuestra. Lo que podemos 
encontrar internamente es “burguesía intermediaria” o algo así. Hoy lo hegemónico en cultura y 
política no se origina en Argentina sino en el extranjero.
“Hacen de nuestra ignorancia el pedestal de su poder” Raúl Scalabrini Ortiz
La situación es grave. Hay ignorancia en nuestras clases dirigentes. Ni tienen idea de Nación, 
menos de cómo construirla. En Hegemonía se dejan llevar por proyectos y conceptos foráneos. Sólo
ven a Corto Plazo y pueden comprender la lucha dentro y por los Medios de Comunicación porque 
están ligados a las elecciones a Corto Plazo y sus especulaciones.
Pero definitivamente no ven en absoluto el rol del contenido de la Educación a Mediano Plazo y la 
Religión a Largo Plazo. 
Consenso a Largo Plazo: la Religión
Hay tres productores de Consenso: la Iglesia (Estrategias a Largo Plazo), la Educación (Estrategia a 
Mediano Plazo) y los Medios (Táctica a Corto Plazo). Nuevamente, una Nación es una 
superestructura cultural a largo plazo. Se construye sobre superestucturas funcionales para tal fin. 
La primera generadora de Valores funcionales a la Nación es la religión. La gran masa de los 
“politizados” se mueve dentro de las reglas que nos muestra el Sistema, sin distinguir entre poder 
Formal y poder Real, sin entender entonces que son organizaciones como la Trilateral Comisión.
El rol fundacional del catolicismo.
No se puede crear una nación desde un conjunto de tribus sin crear y mantener una herramienta de 
consenso nacional como la unidad religiosa. Ese fue el rol de la Iglesia en América unificando 
tribus en torno al catolicismo, notablemente en México y en torno a la Guadalupe. Frente a la 
Leyenda Negra que pretende mostrarnos un catolicismo que se impone por la fuerza – y mostrar la 
“superioridad” del protestantismo, escribe José Carlos Mariategui[11]:  
El colonizador anglosajón no encontró en el territorio norteamericano ni una cultura avanzada ni 
una población potente. El cristianismo y su disciplina no tuvieron, por ende, en Norteamérica una 
misión evangelizadora. Distinto fue el destino del colonizador ibero, además de ser diverso el 
colonizador mismo. El misionero debía catequizar en México, el Perú, Colombia, Centroamérica, a 
una numerosa población, con instituciones y prácticas religiosas arraigadas y propias.
Como consecuencia de este hecho, el factor religioso ofrece, en estos pueblos, aspectos más 
complejos. El culto católico se superpuso a los ritos indígenas, sin absorberlos más que a medias. El
estudio del sentimiento religioso en la América española tiene, por consiguiente, que partir de los 
cultos encontrados por los conquistadores.
(…) La religión incaica carecía de poder espiritual para resistir al Evangelio. (…)
Los rasgos fundamentales de la religión incaica son su colectivismo teocrático y su materialismo. 
(…) el hombre del Tawantinsuyo carecía virtualmente de la idea del "más allá", o se conducía como
si así fuera, no es posible desconocer lo exiguo y sumario de su metafísica. La religión del quechua 
era un código moral antes que una concepción metafísica, (…) El Estado y la Iglesia se 
identificaban absolutamente; la religión y la política reconocían los mismos principios y la misma 
autoridad. Lo religioso se resolvía en lo social. (…)
He dicho ya que la Conquista fue la última cruzada y que con los conquistadores tramontó la 
grandeza española. Su carácter de cruzada define a la Conquista como empresa esencialmente 
militar y religiosa. La realizaron en comandita soldados y misioneros. (…)
El poder espiritual inspiraba y manejaba al poder temporal. Sobre las ruinas del Imperio, en el cual 
Estado e Iglesia se consustanciaban, se esboza una nueva teocracia, en que el latifundio, mandato 
económico, debía nacer de la "encomienda", mandato administrativo, espiritual y religioso. Los 
frailes tomaron solemne posesión de los templos incaicos. Los dominicos se instalaron en el templo 
del Sol, acaso por cierta predestinación de orden tomista, maestra en el arte escolástico de 
reconciliar al cristianismo con la tradición pagana (6). La Iglesia tuvo así parte activa, directa, 
militante en la Conquista.
Durante el coloniaje, a pesar de la Inquisición y la Contrarreforma, la obra civilizadora es, sin 
embargo, en su mayor parte, religiosa y eclesiástica. Los elementos de educación y de cultura se 
concentraban exclusivamente en manos de la Iglesia. Los frailes contribuyeron a la organización 
virreinal no sólo con la evangelización de los infieles y la persecución de las herejías, sino con la 
enseñanza de artes y oficios y el establecimiento de cultivos y obrajes. En tiempos en que la Ciudad
de los Virreyes se reducía a unos cuantos rústicos solares, los frailes fundaron aquí la primera 
universidad de América. Importaron con sus dogmas y sus ritos, semillas, sarmientos, animales 
domésticos y herramientas.
Estudiaron las costumbres de los naturales, recogieron sus tradiciones, allegaron los primeros 
materiales de su historia. Jesuitas y dominicos, por una suerte de facultad de adaptación v 
asimilación que caracteriza sobre todo a los jesuitas, captaron no pocos secretos de la historia y el 
espíritu indígenas. Y los indios, explotados en las minas, en los obrajes y en las "encomiendas" 
encontraron en los conventos, y aun en los curatos, sus más eficaces defensores. El padre de Las 
Casas, en quien florecían las mejores virtudes del misionero, del evangelizador, tuvo precursores y 
continuadores.
El catolicismo, por su liturgia suntuosa, por su culto patético, estaba dotado de una aptitud tal vez 
única para cautivar a una población que no podía elevarse súbitamente a una religiosidad espiritual 
y abstractista. Y contaba, además, con su sorprendente facilidad de aclimatación a cualquier época o
clima histórico. El trabajo, empezado muchos siglos atrás en Occidente, de absorción de antiguos 
mitos y de apropiación de fechas paganas, continuó en el Perú. El culto de la Virgen encontró en el 
lago Titicaca -de donde parecía nacer la teocracia incaica- su más famoso santuario. (…)
La exterioridad, el paramento del catolicismo, sedujeron fácilmente a los indios. La evangelización, 
la catequización, nunca llegaron a consumarse en su sentido profundo, por esta misma falta de 
resistencia indígena. Para un pueblo que no había distinguido lo espiritual de lo temporal, el 
dominio político comprendía el dominio eclesiástico. Los misioneros no impusieron el Evangelio; 
impusieron el culto, la liturgia, adecuándolos sagazmente a las costumbres indígenas. El paganismo 
aborigen subsistió bajo el culto católico.
Este fenómeno no era exclusivo de la catequización del Tawantinsuyo. La catolicidad se caracteriza,
históricamente, por el mimetismo con que, en lo formal, se ha amoldado siempre al medio. La 
Iglesia Romana puede sentirse legítima heredera del Imperio Romano en lo que concierne a la 
política de colonización y asimilación de los pueblos sometidos a su poder.
Este compromiso, en su origen, se extiende del catolicismo a toda la cristiandad; pero se presenta 
como virtud o facultad romana, tanto por su carácter de compromiso puramente formal (en el orden 
dogmático o teológico la catolicidad ha sido en cambio intransigente), como por el hecho de que en 
la evangelización de los americanos y otros pueblos, sólo la Iglesia Romana continuó empleándolo 
sistemática y eficazmente. (…)
Pero esta facultad de adaptación es, al mismo tiempo, la fuerza y la debilidad de la Iglesia Romana. 
El espíritu religioso, no se templa sino en el combate, en la agonía.
"El cristianismo, la cristiandad -dice Unamuno- desde que nació en San Pablo no fue una doctrina, 
aunque se expresara dialécticamente: fue vida, lucha, agonía. La doctrina era el Evangelio, la Buena
Nueva. El cristianismo, la cristiandad fue una preparación para la muerte y la resurrección, para la 
vida eterna" (10). La pasividad con que los indios se dejaron catequizar, sin comprender el 
catecismo, enflaquecióespiritualmente al catolicismo en el Perú. El misionero no tuvo que velar por
la pureza del dogma; su misión se redujo a servir de guía moral, de pastor eclesiástico a una grey 
rústica y sencilla, sin inquietud espiritual ninguna.
Tenemos entonces un primer Bloque Histórico conformado por la Iglesia Católica como su viga 
principal. Cuando hablamos de Patria Grande latinoamericana, de unidad y Bolívar, nada de esto 
sería posible sin la evangelización desde California a Cabo de Hornos.
El Segundo Bloque Histórico – o Contra-bloque.
Hace 200 años aparece el segundo Bloque Histórico: el Bloque Histórico Liberal. Si preguntamos 
cual es el hilo conductor entre guerra de la independencia, balcanización de los virreinatos, la deuda
externa que aún hoy nos agobia, el libre comercio a favor de Inglaterra y en contra de las artesanías 
del interior, el anticlericalismo posterior a la independencia, el cambio en el concepto de la tenencia
comunitaria de la tierra por la propiedad individualista liberal, cambio del Derecho Indiano por el 
Código Civil liberal y el desalojo masivo de campesinos y la aparición de la oligarquía liberal, la 
reducción del rol de la Iglesia en la Educación, si preguntamos que tienen todos estos hechos en 
común, vemos que detrás de todas estas etapas, en una forma u otra está la Masonería.
Una primera pregunta sería:
¿Con el concepto de propiedad de la tierra que tenía la Iglesia Católica y se plasmaba en el Derecho
Indiano, podía un capitalista inglés adquirir, acaparar y especular con tierras en la América 
española?
Y primero nos debemos detener en esto. ¿Qué tendrá que ver propiedad de la tierra con masonería? 
Es que la masonería es como los teros, sobre la leyenda negra pega los gritos y sobre la propiedad 
de la tierra pone los huevos.
“Inglaterra nos dirige por medio de la Masonería” Raúl Scalabrini Ortiz
Pasados 200 años, vemos que tenían un plan integral de cambio total de todo lo que significase 
Hegemonía, desde el concepto católico hispano de propiedad de la tierra, hasta la Educación y el 
control de los medios de comunicación: todo el cambio de superestructura cultural que permitiese el
pasaje de un imperio – español – a otro imperio – británico.
En el control de la enseñanza de Historia – el control del pasado para formar la política del presente 
y el futuro – los liberales tienen tres alternativas frente a los hombres y los hechos adversos:
a) si pueden lo ignoran.
b) si no lo pueden ignorar lo demonizan.
c) si no lo pueden demonizar lo vacían de contenido.
Así pasa hoy día con las facultades de Derecho donde los estudiantes de Derecho Civil IV – 
Derechos Reales – no tienen la más mínima idea de cuales eran los Derechos Reales existentes 
durante la colonia y previos a la vigencia del Código Civil de Velez Sarsfield (1869).
Así pasa que muchos “abogados de izquierda” de entrada descalifican a Juan Manuel de Rosas 
diciendo que “era estanciero” y mentalmente le aplican un derecho de propiedad en 1820 que no 
entró en existencia hasta 1868. Una obra maestra del anacronismo.
Serían muy contados con los dedos quienes sepan explicar que era una merced real, un abadengo, 
un señorío, un realengo, un ejido, una amortización.
Y entonces veremos que esos “abogados de izquierda” que dicen “Rosas era estanciero” no tienen la
más mínima idea de que clase de Derecho Real era titular Rosas en 1820.
Tampoco esa izquierda tiene idea de cómo procedieron ni Güemes ni Artigas, en reemplazo de la 
potestad de otorgar y quitar mercedes reales (que pasaron del Virrey al gobernador de la provincia: 
ellos)
El problema de la propiedad de la tierra es central desde California a la Patagonia y viene 
forzosamente posterior a la independencia y el nacimiento de la Deuda Externa.
El problema viene ligado a las campañas anticlericales de entonces. Rivadavia con su reforma 
eclesiástica toma las tierras de las órdenes eclesiásticas para aplicarlas a garantizar el pago de la 
Deuda Externa. Esto fracasa porque instituciones como la enfiteusis eran insuficientes para cotizar 
la tierra en la Bolsa de Londres.
En su libro Historia de los ferrocarriles argentinos, Scalabrini Ortiz describe cómo el mecanismo de 
especulación en tierras en la Bolsa de Londres permitía que Rothschild construyese un ferrocarril 
sin poner un peso propio pero con la concesión de la tierra por el gobierno y conforme al nuevo 
Código Civil. Era la época de transición entre lo que el marxismo llama capitalismo comercial y 
capitalismo industrial, donde lo que se exportaba desde Gran Bretaña ya no era sólo mercaderías 
sino capitales, y estos capitales – FFCC entre otros – necesitaban “seguridad jurídica”.
Es en esta época que se produce la “ola” de los Códigos Civiles, previas luchas entre 
“conservadores” y “liberales”, entre los partidarios de la vieja concepción católica de propiedad de 
la tierra, y la nueva concepción masónica. Los códigos liberales se aprueban en: Bolivia - 1830, R 
Dominicana – 1845, Peru 1847, Guatemala – 1852, Chile – 1857, Ecuador – 1858, El Salvador - 
1859, México – 1855, Venezuela  1861, Nicaragua 1867, Uruguay 1868, Argentina – 1869, 
Honduras - 1880, Colombia - 1887, Paraguay – 1887.
Este paso del concepto “español y oscurantista” al concepto masón oligárquico, es relatado por Raúl
Scalabrini Ortiz (Bases para la Reconstrucción Nacional”:
Así nació entre nosotros esa segunda deidad inviolable [la primera deidad a que se refiere es el 
capital extranjero] que se llama propiedad, que jamás en la historia económica del mundo -salvo en 
épocas de extrema perversión y soberbia de los núcleos dominantes- gozó de privilegios e 
inmunidades parecidas. [...]
Dos tipos de propiedad tenían a su alcance los nativos: las minas y las tierras. [...] Quedaba la 
propiedad de la  tierra. Teóricamente todos tenían acceso a ella. [...] Pero en su primer mensaje a las
cámaras en mayo de 1869,el presidente Sarmiento sienta un precedente monstruoso que de un solo 
golpe transforma en intrusos a toda la población del agro argentino, “El título de propiedad debe 
subsistir a la simple ocupación”, dice con talante de inocencia como si ignorara que la plicación de 
este apotegma iba a desalojar de sus tierras a la inmensa mayoría de la población nativa Iba a crear 
turbas trashumantes y a hundir en el abandono y la desesperación a quienes no habían cometido
más delito que el de haber nacido en la tierra que poblaban, haber guerreado para manumitirla del 
coloniaje y de haber lidiado con el infiel en una disputa casi de hombre a hombre.
Para justificar el despojo se vilipendió a la población nativa que era descendiente de europeos y no 
de peor raza, en todo caso, que el mismo Presidente, que así, altaneramente, los desalojaba de sus 
predios natales.
La posesión real de la tierra la habían obtenido los criollos con la simple ocupación indiscutida, que 
en todos los regímenes es el mejor título de propiedad cuando la tierra anteriormente es mostrenca, 
como las tierras solares de las ranchadas argentinas. [...]
En adelante la propiedad se adquirió en el trámite de la ciudad [...]
Comerciantes y aristócratas porteños se lanzaron como buitres sobra la codiciada presa, en íntima 
fraternidad de intereses con los supuestos capitales extranjeros. [..] Así nacieron esos inmensos 
latifundios que durante cerca de un siglo han esterilizado de vidas humanas inconmensurables 
extensiones de nuestra tierra más fértil. [...]
Desde entonces el hombre criollo, el hijo de extranjero nacido en la tierra argentina, el simple 
hombre que no cuenta sino con la paz de su conciencia y con la fuerza de sus brazos, fue un paria de
quien los dirigentes sólo se acordaban para vejarlo en los comicios o utilizarlo en las levas que iban 
a defender del indio las propiedades que fueron suyas. De ese enorme drama no queda más que un 
testimonio: el canto sencillo e inmortal del Martín Fierro.
En la Constitución de 1949 el hombre argentino entra por primera vez en el régimen de sus 
instituciones, y en consecuencia,la propiedad y el capital que es su secuela inmediata, quedan 
limitados a la utilidad de su función social." Raúl Scalabrini Ortiz - Bases para la reconstrucción 
nacional - 1955-1958
Cuando Sarmiento dice El título de propiedad debe subsistir a la simple ocupación estamos 
hablando de un principio que da vuelta el concepto que tenía la Iglesia española respecto a la 
ocupación de la tierra.
Pero la tierra que se “privatiza” no sale a la venta en pequeñas parcelas al alcance de cualquier 
pequeño campesino. Sale a la venta en formas de grandes extensiones, al alcance de los ricos y/o los
que tengan acceso al crédito. Así de entrada, el Código Civil viene con el latifundio y el desalojo 
masivo.
Tomemos el caso de Paraguay que, hasta el inicio de la guerra en 1865 todavía tenía en vigencia el 
Derecho Indiano y no había latifundio. Existían las Estancias de la Patria, hasta 1810 las Estancias 
del Rey. Nadie trabajaba para otro, Nadie tenía a otro trabajando para él. Esto se termina después de
la guerra cuando Paraguay también adopta el Código de Velez Sarsfield. En el número 1 de “La 
Nación” – 1 de enero de 1871, informa sobre el discurso del presidente Sarmiento al recibir a la 
Guardia Nacional de Buenos Aires que vuelve del Paraguay:
“El Paraguay vivía en la época de Felipe II”
¡Exactamente el mismo discurso “leyenda negra” de Puiggrós! Con el derecho católico, hispánico, 
feudal, oscurantista, etc. Paraguay tenía Latifundio Cero. Con la supresión y limpieza étnica de 
Sarmiento y Brasil, el latifundio se apoderó de Paraguay.
El cambio en la propiedad de la tierra es lo que genera las actuales oligarquías y sus condiciones de 
dependencia. La enseñanza de la historia generada por el liberalismo apunta a ocultar esto.
En su libro La América latina del siglo XXI[12] el historiador uruguayo Alberto Methol Ferré 
responde:
¿Por qué afirma usted que la persecución a la Iglesia proviene de los ricos?
Le respondo con una anécdota. Benito Juárez, el presidente mexicano que lucha contra el 
emperador Maximiliano y el partido conservador, manda fusilar en Querétaro con Maximiliano, a 
Miramon y al general Mejía, un militar de extracción indígena. Juárez, ¡un indio que manda fusilar 
a uno de su raza! Algo muy singular, que al menos llama la atención. De hecho, se investiga un 
poco y llega a saberse que el fusilado era también jefe de las comunidades indígenas que luchaban 
con Maximiliano. De aquí surge una pregunta: ¿por qué combaten indios en el bando de 
Maximiliano? Porque los liberales liquidaban las tierras comunales y las vendían a los grandes 
propietarios, disolvían y vendían las propiedades eclesiásticas -que percibían un exiguo alquiler por 
parte de los colonos- y echaban a los residentes: miles de nativos que ya no sabían cómo dar de 
comer a sus familias. Luego ponían en licitación los bienes de la Iglesia, permitiendo que los ricos 
los compraran.
En cierto sentido, la revolución agraria mexicana de Zapata es la revancha de los indios ([13]). 
Todas estas cosas han sido ocultadas a lo largo de la historiografía liberal mexicana, pero describen 
cómo era la realidad.
Hasta acá, muy grosso modo, la primera ola del liberalismo fabricando su propia Hegemonía en 
América Latina.
Segunda Ola de Hegemonía: del Informe Rockefeller en adelante.
Si algo ha demostrado el capitalismo es su capacidad de avance y mutación. De la misma manera 
será el cambio que este exija de la Iglesia, incluso su desaparición misma en la medida en que esta 
ya no sirva a la superestructura cultural que necesita el capitalismo. 
Del rol que juega aún hoy la Iglesia surge el Informe (Nelson) Rockefeller al Presidente Nixon de 
1969. En él Rockefeller está preocupado por los cambios dentro de la Iglesia (era el año siguiente al
Documento de Medellín) y su defensa de los pobres. Rockefeller termina recomendando la 
promoción de Iglesias protestantes para neutralizar a la católica.
Parece que nuestros hermanos obispos todavía no se han dado cuenta que la Iglesia está bajo ataque,
que desde el Memo 200 de Henry Kissinger[14] (o poco antes el Club de Roma) está buscando el 
despoblamiento mundial, el maltusianismo en una escala inimaginada, y por ende el fin de las 
religiones que se opongan a tal fin. Es una guerra cultural que puede causar más daño, pesares y 
muertes que una guerra militar.
El primer axioma de este tipo de “guerra” es: “conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo, y serás 
invencible.”[15] Y no podemos decir que hay siquiera el “núcleo” de un Bloque Histórico que sepa 
de que se trata. Y también que “Toda guerra se basa en el engaño”[16].
El obispo, entre otras, tiene la misión del Pastor – no la de oveja – es decir, el responsable de la 
defensa del rebaño frente al lobo. Llegado el momento, cuando el lobo ataca, la misión del pastor no
es Rezar sino Defender.
Desde un punto de vista de una confrontación que no hemos elegido. Es inadmisible que nuestros 
obispos no se pongan las pilas, no organicen la recolección de información, el análisis de 
inteligencia y la difusión de inteligencia. Y si nuestros obispos quieren saber sobre esto, sobre cómo
lo organizaba Moisés, lo tienen en el Libro de los Números 13:10.
Es común en este tipo de guerra, el uso de la piel de cordero y el caballo de Troya provocando la 
confusión. También acá se da pero a diferencia de los católicos de EEUU que denuncian este tipo de
organizaciones y estratagemas enemigas[17], no podemos decir que acá haya algo similar 
divulgando la información entre la feligresía y promoviendo la organización y trabajo de los laicos 
para contrarrestas este trabajo satánico.
Acá no corre eso de “Se dice el pecado pero no el pecador”. Acá estamos en una guerra que estamos
perdiendo. Y si la estamos perdiendo es porque hasta ahora hemos estado actuando mal – o 
directamente dejando actuar.
Lo meritorio de los católicos de EEUU es que están en inferioridad numérica y monetaria, pero sin 
embargo no vacilan en denunciar al enemigo. Acá, en un sub-continente católico, lo que nuestros 
obispos parecen ignorar es que el Nuevo Orden Mundial no necesita en absoluto a la Iglesia 
Católica. Eso pasó a la historia junto con la Guerra Fría.
El Nuevo Orden Mundial trae consigo un modelo cultural que se basa en el individualismo, el 
egoísmo, el hedonismo y hasta cierto tipo de paganismo como las visiones extremas de la ecología 
y su culto por Gaia, poner la naturaleza por encima del ser humano. La preguntan a Alberto Methol 
Ferre[18]:
¿No le parece que existe un cierto desconcierto en la Iglesia latinoamericana de hoy, un 
desconcierto debido a que el enemigo ya no es claro como en el pasado, identificable con precisión?
La impresión que se recoge observando hoy a la Iglesia en América Latina es que en los círculos 
más responsables existe efectivamente un desconcierto debido a que no se capta la índole del 
enemigo principal. Me parece que una cierta inmovilidad revela que la Iglesia no tiene plena 
conciencia de las claves fundamentales del adversario histórico concreto que tiene delante, y que 
cambia de forma con el cambio de las épocas históricas. Y esto genera una cierta parálisis eclesial.
Sin conciencia histórica hay siempre algo frágil en una “misión”. Sólo si se captan bien las 
características del enemigo -del principal- se determina el carácter de una época, y en los caracteres 
de una época está la respuesta de la Iglesia a tal concreto enemigo.
Hay debemos tener en claro que no podríamos hablar de Patria Grande (latinoamericana) si 
previamente no hubiera habido una Iglesia y una Evangelización. Pero tampoco podremos seguir 
hablando por mucho tiempo de Iglesia (y Evangelización) si no tenemos un Estado que defienda 
nuestros valores católicos de los valores que trae la Plutocracia global.
Parecería que algunos obispos – formados en la Educación liberal que viene desde Sarmiento – 
quieren conciliar una segunda línea de consenso (liberal del siglo XIX) con una tercera línea de 
consenso (católica del siglo XVI) laque formó a América. 
Hay veces que muchos obispos – en su incapacidad para denunciar ONGs y Fujndaciones anti-
católicas de EEUU - parecen haber quedado estancados en la Guerra Fría en su política de seguir 
siempre lo que diga EEUU y su mensaje obvio que de lo contrario caeremos en manos del 
comunismo ruso. Por supuesto esa postura tranquiliza a muchos directores de multinacionales 
españolas, de esas que tienen ingentes inversiones en América latina y para mantenerlas le rezan a 
San Balaguer Escribá. Son aquellos que cuando se habla de Opción por los Pobres tiemblan por la 
cotización de sus acciones en la bolsa de Madrid (o Nueva York).
Entonces, señalemos que debemos defender la raíz católica de la patria latinoamericana a construir 
y muchas veces parece que los obispos no cumplen esta función.
“Habiendo peligro próximo para la fe, los Prelados deben ser argüidos incluso públicamente por los 
súbditos”. Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica, II-II, 33, 4-2)
Son dos cosas que vienen entrelazadas y no puede existir una sin la otra: Iglesia y Nación. Lo que 
amenaza a la Iglesia no es un peligro como el que suponían aquellos masones que combatían a 
aquellos cristeros mexicanos.
Zbigniew Brzezinski es quien mejor traza el perfil de lo que está surgiendo. Caracteriza la sociedad 
de consumo del mundo capitalista como la “cornucopia” del consumo de los deseos infinitos ([19]). 
Cita largamente al premio polaco Czeslaw Milosz, y luego utiliza la imagen en la que Júpiter se 
alimentaba de un cuerno repleto de todos los deseos posibles ([20]). Brzezinski usa esta imagen, 
pero después agrega una observación capital: que por primera vez en la historia se democratiza 
([21]). Brzezinski dice en una parte de su libro que el movimiento de masas que genera el marxismo
se proponía explícitamente la eliminación de Dios, la consumación de la muerte de Dios con la 
victoria del hombre ([22]).
La paradoja es que la muerte de Dios está terminando con el ateísmo mesiánico. De hecho, el 
ateísmo ha cambiado radicalmente de figura. No es mesiánico sino libertino; no es revolucionario 
en sentido social sino cómplice del statu quo; no se interesa por la justicia sino por lo que permite 
cultivar un hedonismo radical.
Ya lo sostenía el filósofo italiano Augusto del Noce antes del ‘89. La victoria del ateísmo, a 
diferencia del marxismo, se prefigura en la sociedad de consumo. Brzezinski y del Noce recorren 
caminos diferentes y llegan al mismo punto. El contemporáneo es un ateísmo distinto del 
precedente, que perseguía la desaparición del fenómeno religioso y se organizaba en función de este
objetivo. Aparentemente, no se organiza institucionalmente para ese fin, sino que como una difusa 
presencia impregna la sociedad con un mínimo de formas sociales establecidas.
En un mundo sin valores, el único valor que permanece es el del más fuerte; donde todo tiene un 
idéntico valor prevalece un solo valor: el poder. El agnosticismo libertino se transforma en el 
principal cómplice del poder establecido; de hecho, la forma más característica de difundirse es la 
propaganda, que a su vez está en función de un mayor lucro por parte de quien detenta más poder.
Por eso, en la historia, hasta el último día, existirá un principal enemigo. Quien no sabe dónde se 
encuentra su principal enemigo no sabe cómo actuar. La identificación del enemigo capital permite 
generar las estrategias fundamentales, establecer una jerarquía de prioridades
Lo cierto es que la Iglesia, decisiva en la formación del Bloque Histórico hace 500 años, hoy no 
sabe ver ni transmitir como está perdiendo la lucha en las estrategias a Mediano Plazo, y a su vez se
pierde de vista que los Medios, aunque parece que actúan a muy corto plazo, a su vez cumplen un 
rol de ministerio de Educación y transmiten los anti-valores que se generan en instituciones como la
Escuela de Frankfurt.
	Edgar Schmid y Vcom (R) (VGM) Horacio Ricciardelli
	Guerra Cultural en Argentina – Parte V - 1

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