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26 AgInf. 2014, (69), 18, 1, 26-28bis
 
 
Introducción 
 La profesión de matrona, como todas las profesio-
nes relacionadas con la salud, ha ido cambiando a lo 
largo de la historia, no solamente en sus prácticas sino 
también en sus conocimientos. Dichas prácticas y cono-
cimientos han evolucionado desde una situación en la 
cuál las nociones sobre la atención al parto estaban basa-
das en la tradición cultural y se transmitían de genera-
ción en generación hasta el actual conocimiento científi-
co. En cualquier momento de la historia de la humani-
dad en la que nos detengamos aparecen personas que 
han ayudado a las mujeres en el momento del parto. En 
este artículo nos adentraremos en la historia de las ma-
tronas, comenzando desde las primeras referencias que 
existen sobre ellas y finalizando en los profesionales que 
existen actualmente. 
 
Objetivos 
 Conocer los aspectos más importantes sobre la 
evolución de la profesión de matrona desde la antigüe-
dad hasta la actualidad. 
 
Material y métodos 
 Se realizó una búsqueda bibliográfica en libros 
relacionados con la historia de las profesiones sanitarias; 
en las bases de datos Pubmed, Scielo, Enfispo, Bibliote-
ca Cochrane y Biblioteca Virtual en Salud España; y en 
distintos libros y documentos legales de la legislación 
española. La búsqueda se limitó a los idiomas inglés y 
español, pero no hubo limitación en el tiempo, por la 
relevancia de los documentos antiguos para este artícu-
lo. 
 
Resultados 
1. Antigüedad: 
 La referencia más antigua que tenemos sobre la 
atención al parto se remonta a las pinturas rupestres. 
Parece ser que en el periodo Paleolítico las mujeres 
parían en cuclillas o con las piernas o las nalgas apoyadas 
sobre grandes piedras, bien solas o acompañadas de otra 
mujer. En cuanto a reseñas escritas sobre las matronas, 
las primeras menciones a su trabajo se pueden leer en el 
Antiguo Testamento1. La primera referencia bíblica se 
remonta al nacimiento de Benjamín, hijo de Raquel, en 
el año 1800 a. de J.C.2, donde se puede leer: “[...] luego 
 
 
 
de un parto difícil, la comadrona finalmente exclamó que no 
temiera pues tienes otro varón [...]”. La segunda referencia 
es el nacimiento de los gemelos de Tamar, en el año 
1700 a. de J.C.3, donde se especifica la función de la 
matrona y su actuación activa en el parto de Tamar, la 
cuál tuvo gemelos y fue atendida por una matrona. 
 La tercera referencia, en el año 1600 a. De J.C.4, 
recoge las órdenes del faraón a las matronas Shipha y 
Pua “[...] habló a las parteras de las hebreas diciendo que al 
asistir a las mujeres a dar a luz deben matar al recién nacido 
si es varón [...]”, las cuáles desobedecieron estas órdenes. 
Otras reseñas bíblicas a las matronas se pueden observar 
en los Evangelios Apócrifos, donde se explica la llegada 
de las matronas Zelomí y Salomé al parto de María, y la 
realización de una exploración obstétrica5, “[...] y mandó 
que una de ellas entrara dentro. Entró Zelomí y dijo a María: 
“Permíteme que te palpe”. Y cuando se lo hubo permitido Ma-
ría [...]”. También en los Apócrifos José envía a Simeón 
a buscar una comadrona “[...] yo no me retiraré de su lado, 
más tú, entra en la ciudad y busca a una comadrona pues una 
partera es de gran ayuda para la mujer que está en trance de 
alumbrar [..]”. 
 En la era egipcia, el concepto de matrona que nos 
podemos hacer viene dado en primer lugar por los papi-
ros que disponemos de la época. Los más relevantes 
son: el Papiro Westcar, del 1700 a. De J.C., donde se 
describen los utensilios e instrumentos para el parto y 
cómo calcular la fecha probable de parto; el Papiro 
Ebers, del 1550 a. de J.C., resulta ser un primitivo tra-
trado ginecológico donde se desarrollan los conceptos 
sobre la predicción del embarazo, mecanismos para 
acelerar el parto, pronóstico del recién nacido según el 
llanto y la determinación de la asistencia al parto por 
matronas experimentadas6. 
 En la antigua Grecia el status social de las coma-
dronas era alto. Entre las funciones de las parteras en la 
sociedad griega estaban la de controlar el embarazo, 
educar a las embarazadas sobre alimentación y hábitos, 
ayuda en el proceso del parto enseñando métodos de 
alivio del dolor como las respiraciones o asistiendo el 
expulsivo usando la silla obstétrica y ayudando al alum-
bramiento7,8. 
 A medida que la sociedad griega iba cambiando, 
también lo hizo la asistencia al parto quedando desplaza- 
 
 
Historia de la profesión de matrona 
Manrique Tejedor, Javier1; Fernández Cuesta, Ana I.2; 
Echevarría Amado-Loriga, Patricia3; Figuerol Calderó, Mª. Inmaculada4; 
Teixidó Badia, Jesús5; Barranco Moreno,Mª Pilar 6
1, 4, 5Hospital Universitari Arnau de Vilanova. Lleida; 2ASSIR CAP Cappont-Rural Sud, Lleida; 
3 Clinica Perpetuo Socorro. Lleida; 6 CAP Cappont Lleida. 
 
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das las mujeres comadronas y dando paso al médico 
hombre. Existe una leyenda que describe esta nueva 
situación en la atención a la mujer. En torno al año 300 
a. de J.C. una comadrona de Atenas, Agnocide, se dis-
frazaba de hombre para asistir partos según los conoci-
mientos que su profesor Herófilo, médico ateniense, le 
había enseñado9. 
 Después del declive de Grecia, Roma toma el 
relevo en lo que respecta a la medicina y también en la 
atención obstétrica. En la cultura romana se volvió de 
nuevo a una atención al parto realizada por mujeres 
matronas. Quizá el médico romano más importante y 
con más aporte a la obstetricia fue Sorano (98-138 a. de 
J.C.), al que llamaron padre de la Obstetricia. Sorano 
escribió el libro “De Morbis mulieerium”, un texto es-
crito únicamente para comadronas, en el cuál hace una 
serie de indicaciones sobre los requisitos que debían 
cumplir éstas (no sólo prácticos sino también teóricos) 
y sobre los fundamentos más importantes de la atención 
obstétrica (posiciones fetales, maniobras de extracción, 
protección del periné, cuidados al recién nacido…)10. 
Para la atención a los partos de las mujeres de empera-
dores romanos, el Senado de Roma era el organismo 
que decidía qué mujeres estaban capacitadas para ello11. 
 En el periodo Bizantino las comadronas continua-
ron gozando un prestigio social similar al de épocas 
anteriores12. 
 
2. Edad Media: 
 En esta etapa la atención al parto era muy distinta 
según la clase social de la gestante. 
 En la población campesina y con menos recursos, 
había mujeres sin conocimientos empíricos pero con 
conocimientos prácticos sobre el parto y alumbramien-
to que se encargaban de ayudar a las mujeres en el mo-
mento de parir. Normalmente, los conocimientos de 
dichas mujeres se transmitían de generación en genera-
ción de manera oral, pero esa adquisición de conoci-
mientos también incluía la práctica, pues acompañaban 
a asistir partos a mujeres experimentadas en ello. Otra 
situación muy distinta se producía cuando la persona a 
atender pertenecía a la población noble o a la realeza. 
En estos casos, los partos eran atendidos por comadro-
nas con experiencia en casas ricas o palacios. 
 Hay constancia de numerosas reseñas escritas so-
bre comadronas en la última parte de le Edad Media. 
En este periodo se dictaron las primeras ordenanzas con 
carácter legal en relación a las personas que asistían a 
los partos. Alfonso X “El Sabio” aprobó “Las Partidas” 
en 1265, donde quedaban reflejadas las cualidades que 
debían cumplir las comadronas13. El Rey Alfonso V “El 
Magnánimo” (S. XV) pidió que le enviasen a una matro-
na prestigiosa, María Oto, al parto de su esposa14. Tam-
bién en el nacimiento de Fernando II de Aragón queda 
reflejado por escrito que se solicitó la asistencia de una 
matrona llamada “la Herradera”15,16. 
 Durante el reinado de los Reyes Católicos, se creó 
el Real Tribunal del Protomedicato, un cuerpo técnico 
encargado de establecer y vigilar las profesiones sanita-
rias. Este tribunal realizaba exámenes a comadronas, lo 
que supone el primer intento de regular la formación 
deesta figura como profesional sanitario. A pesar de 
que el Protomedicato estaba centrado sólo para médi-
cos, cirujanos y farmacéuticos, hecho que dejaba a las 
matronas lejos de poder mejorar su ejercicio profesio-
nal, en 1498 los Reyes Católicos promulgaron una 
Pragmática o texto legal donde se regulaba a las matro-
nas como un oficio y, por tanto, la obligatoriedad de 
pasar un examen para dedicarse a ello17. 
 
3. Edad Moderna: 
 En el siglo XVIII se empezó a usar la palabra ma-
trona para denominar a las parteras cualificadas y se 
reafirma la profesión como actividad quirúrgica. La 
asistencia al parto de las mujeres de la Corte fue llevada 
a cabo por cirujanos (ejemplo de esto fue el parto de 
María Luisa de Saboya, esposa de Felipe V, que fue asis-
tido por un cirujano francés llamado Clément)18. 
 A lo largo del siglo XVIII comienza a cambiar la 
naturaleza de la disciplina obstétrica con una clara ten-
dencia a la fundamentación científica. En esta época son 
frecuentes las investigaciones sobre la fisiología del par-
to y las distocias. En 1733 aparece la primera publica-
ción sobre el uso del fórceps para partos difíciles19. En 
1787 se dicta una Ordenanza en la que se ordena que se 
instruya a las mujeres que quieran asistir partos20. 
 
4. Edad Contemporánea: 
 En 1804 Carlos IV aprobó una Real Cédula donde 
se regulaban aspectos como el examen, forma de exa-
men, facultades, prerrogativas y exenciones para obte-
ner el título de matrona. En este texto legal se especifi-
caban dos alternativas para conseguir la titulación de 
matrona: primero, estudios oficiales; o, segundo, un 
examen ante el Protomedicato, para mujeres que hab-
ían practicado como aprendiz el oficio de matrona junto 
a una matrona cualificada o un médico durante al menos 
tres años21. 
 En 1857, mediante una Ley de Instrucción Públi-
ca22 se crea el Título de Matrona de manera oficial y se 
especifican las condiciones para obtenerlo. Además se 
define el concepto “matrona”. El título de Matrona au-
torizaba para asistir partos naturales. 
 En 1861 se aprobó una Real Orden23 en la cuál se 
determina el Reglamento para la enseñanza de las ma-
tronas (organismos autorizados, profesores, estudios 
necesarios para aspirar al título, aspectos de matrículas, 
exámenes y obligaciones). 
 En 1868, mediante un Decreto se liberaliza la 
enseñanza al parto y por tanto la docencia vuelve a ma-
nos de las propias matronas. A partir de entonces se 
permitió a las matronas ser docentes y transmitir sus 
conocimientos de una manera formal, normalizada y 
reconocida. Durante los años siguientes se abrieron 
escuelas privadas de matronas como las de Madrid, 
Cádiz y Córdoba.
 
 
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5. Siglo XX y Actualidad: 
 En el siglo XX son numerosos los cambios en la 
estructura de los estudios de matrona. 
 En 1904, mediante Real Decreto24 se establece la 
formación académica de los estudios de matrona. 
 En 1928, mediante Real Decreto25 se establecen 
las escuelas de matronas y los requisitos que deben te-
ner los organismos de docencia de matronas. 
 En 1930 se crea el Estatuto de los Colegios Ofi-
ciales de Matronas donde se establece la colegiación 
obligatoria26. 
 En 1931 por Decreto Ley27 queda adscrita la Casa 
de Salud Santa Cristina de Madrid, que formaba matro-
nas, a la Universidad de Madrid. 
 En la década de los 30 y 40 son numerosas las 
Órdenes legislativas en relación a las matronas como 
por ejemplo en cuanto a la obligatoriedad de informar 
de los abortos, protección de la natalidad… 
 En 1951, mediante Orden del Ministerio de la 
Gobernación28 se aprueban los estatutos y reglamento 
del Consejo General y de los Colegios Oficiales de Ma-
tronas. 
 Es importante en nuestra historia el 6 de febrero 
de 1958, día en que se publicó en el Boletín Oficial del 
Estado una Orden29 por la cuál se establece una nueva 
especialidad (Especialidad Obstétrica o Matrona) como 
parte de los estudios de ATS. Esta nueva especialidad 
estaba restringida para las ATS de sexo femenino exclu-
sivamente, hecho que limitaba a los hombres ATS su 
especialización obligándolos a ejercer únicamente como 
practicantes. 
 El 22 de agosto de 1977 se publica en el Boletín 
Oficial del Estado un Real Decreto30 por el que se inte-
gran en las universidades las escuelas de ATS. Desde 
este momento la titulación de matrona también se con-
vierte en titulación universitaria y, por tanto, la visión 
práctica de estas profesiones va cambiando hacia una 
concepción también científica. 
 No será hasta la década de los 80 que se elimine la 
limitación del sexo para poder cursar los estudios de 
matrona y se permita, por consiguiente, el acceso a los 
varones31. 
 En 1986 se aprueba la Ley General de Sanidad y 
en 1987 un Real Decreto32 por la que se regula la ob-
tención del título de Enfermero Especialista Obstétrico-
Ginecológico (Matrona), tal y como sigue regulado 
actualmente. Sin embargo hasta 1992 no se aprobará el 
programa de formación de matronas, unidades docentes 
y el sistema de acceso a los estudios33. Esto hizo que los 
estudios (tal y como los poseemos actualmente) no se 
convocaran hasta julio de 1994, momento en que con-
vocó la primera prueba selectiva para iniciar el progra-
ma de formación de la especialidad en Enfermería 
Obstétrico-Ginecológica (Matrona)34 que se iniciaría en 
el año 1994. Por tanto, la primera promoción de las 
“nuevas especialistas matronas” no se incorporó a los 
centros asistenciales hasta junio de 1996. 
 Desde entonces hasta nuestros días, son dieciocho 
las promociones de matronas que han finalizado sus 
estudios con este programa formativo de residencia 
(EIR) teniendo como docentes mayoritariamente ma-
tronas. 
 En cuanto a la asistencia al parto, en la primera 
mitad del siglo los partos eran mayoritariamente asisti-
dos en las casas, mientras que en la segunda parte del 
siglo la atención al parto se suele realizar de manera 
hospitalaria. 
 De igual manera la atención al parto en el hospital 
ha ido cambiando con el tiempo, pasando de una asis-
tencia medicalizada a una asistencia menos intervencio-
nista y más respetuosa. 
 
Conclusión: 
 La evolución de la profesión de matrona ha ido 
cambiando a lo largo de la historia y adaptándose a las 
características propias de cada época y cultura. 
 A pesar de las dificultades por las que ha pasado 
nuestra profesión en muchos momentos, actualmente 
es una titulación universitaria en la que la docencia es 
impartida principalmente por matronas. Además, la 
formación actual de las matronas garantiza una óptima 
atención tanto para los partos de alto riesgo (que re-
quieren medicalización e intervenciones continuas por 
parte de los profesionales sanitarios) como para los par-
tos de bajo riesgo. Y esta formación tan completa que 
tenemos es imprescindible para conseguir proporcionar 
unos cuidados óptimos en la asistencia al parto. 
 
 
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 Título III, Capítulo I, (10 de Septiembre de 1857). 
23. Real Orden del 21 de Noviembre de 1861 por la que se aprueba el reglamento de enseñanza para prac-
 ticantes y matronas. Gaceta de Madrid, num 332, Título I-IV, (21 de noviembre de 1861). 
24. Real Decreto de 10 de Agosto de 1904 por la que se organiza la carrera de practicantes y matronas. 
 Gaceta de Madrid, núm 225, (12 de agosto de 1904). 
25. Real Decreto 1551 de 23 de Agosto de 1928 por el que se establecen las escuelas de matronas. 
 Gaceta de Madrid, núm. 244, (31 de agosto de 1928). 
26. Real Orden de 8 de mayo de 1930 por la que se regula el estatuto de los colegios oficiales de matronas. 
 Gaceta de Madrid, núm. 129, (9 de mayo de 1930). 
27. Decreto Ley 23 de Octubre de 1931 por el que se adscribe a la Facultad de Medicina la Escuela de 
 matronas “Santa Cristina”. Gaceta de Madrid, núm. 298, (25 de octubre de 1931). 
28. Orden de 12 de Junio de 1951 por la que se aprueban los estatutos y reglamentos del Consejo General 
 y los Colegios Oficiales de Matronas. Boletín Oficial del Estado, núm. 180, (29 de junio de 1951). 
29. Orden de 13 de Enero de 1958 por la que se establece la colegiación obligatoria para el ejercicio de la 
 profesión de Ayudante Técnico Sanitario. Boletín Oficial del Estado, núm. 32, (29 de Enero de 1958). 
30. Real Decreto 2128/1977 de 2 de Julio de 1977 sobre la integración en la universidad de las escuelas de 
 Ayudantes Técnicos Sanitarios como Escuelas Universitarias de Enfermería. Boletín Oficial del Estado, 
 núm. 200,(22 agosto de 1977). 
31. Real Decreto 2387/1980 de 26 de Septiembre de 1980 por el que se modifica el de 1957 que estable-
 ció la especialización de asistencia obstétrica. Boletín Oficial del Estado, núm. 258, 
 (27 de octubre de 1980). 
32. Real Decreto 992/1987 de 3 de Julio por el que se regula la obtención del título de Enfermero 
 Especialista. Boletín Oficial del Estado, núm. 183, (1 de agosto de 1987). 
33. Orden de 1 de Junio de 1992 por la que se aprueba el programa de formación y se establecen los requi-
 sitos mínimos de las unidades docentes y el sistema de acceso a la obtención del título de Enfermero 
 Especialista Obstétrico-Ginecológica. Boletín Oficial del Estado, núm. 132, (2 de junio de 1992). 
34. Orden de 21 de Julio de 1994 por la que se convoca prueba selectiva para iniciar el programa de forma-
 ción de la especialidad en Enfermería Obstétrico-Ginecológica (MATRONA). Boletín Oficial del 
Estado, núm. 178, (27 de julio de 1994).

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