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El Cuzco y los Viajeros del 1900

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Cuadernos de Literatura
ISSN: 0122-8102
cuadernos.literatura@javeriana.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia
López Lenci, Yazmín
El Cuzco y los viajeros del 1900: lugar, representación y conflicto
Cuadernos de Literatura, vol. 18, núm. 19, enero-junio, 2005, pp. 12-23
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia
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Yazmín López Lenci* (Universidad Nacional Mayor
de SanMarcos)
El Cuzco y los viajeros del 1900: lugar,
representación y conflicto
Primera versión recibida: febrero 05 de 2005;
versiónfinal aceptada: marzo 10 de 2005 (Eds.)
Resumen
Dentro de una visión geográfica que secreemoderna y objetiva, cuatro relatos de viajeros
construyen al Cuzco. Los viajeros extranjeros articularon a través de la fragmentación, un
discurso homogeneizador que construyó a la ciudad del Cuzco como un cuerpo sepulcral,
despojadodel paisaje social y reprimido en susmemorias históricas. Los viajeros nacionales
positivistas crearon el mito de la despoblación que asociabala estructura étnica de la sociedad
con la imposibilidad de accesoa la modernidad. El viaje de Riva Agüero al Cuzco pone en
evidencia el fracaso del proyecto integrador del mestizaje y da paso a mapear la ciudad como
un sepulcro profanado. Los intelectuales locales cusquenios, como Luis E. Valcárcel
reposicionan históricamente al Cuzco, dentro de la invención de sustres tradiciones (incaica,
hispánica y libertadora) y del desentierro de memorias nacionales reprimidas.
Palabrasclave: Geografia imaginativa, tipología de viajeros, teoría del lugar y memoria,
Cuzcoy modernidad, teoríacultural, mestizaje, razay cultura.
• Ensayista,profesorae investigadoraen LiteraturaLatinoamericana,AntropologíaCultural,Estu-
dios Culturales.Áreasde investigación:literaturasandinas,modernidadeslatinoamericanas,teoría
cultural.Graduadaen Literaturaen la PontificiaUniversidadCatólicadel Perú.Maestríaen Literatura
Latinoamericanaenla UniversidadedeSaoPaulo(Brasil).Obtuvoel gradodeDoctoraenFilosofia(Dr.
phil.) enlaFacultaddeFilosofíay CienciasHumanasdela FreieUniversitatBerlín (Alemania).Actual-
menteesprofesoradel Departamentode Literaturade la FacultaddeLetrasy CienciasHumanasdela
UniversidadNacionalMayor de SanMarcos(Lima, Perú).Estetrabajoes resultadoparcial de una
investigaciónque realiza la autora en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. E-mail:
y.lopezlenci@web.de
12 Cuadernos de Literatura, Bogotá (Colombia), 9 (18): enero-junio de 2005
EL CUZCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACIÓNY CONFUcrO
Abstract
The CUZCO and the travelers O/ the 1900: place, representation and conjlict
Inside a geographical vision that feels modern and objective; four stories oftravelers build
the Cuzco. The foreign travelers articulated through the fragmentation, a speech that
homogenizesthat it built to the city of the Cuzco like a sepulchral body, robbed of the social
landscapeand repressedin their historical memoirs. The travelers' national positivistas created
the myth of the depopulation that associated the ethnic structure of the society with the
accessimpossibility to the modernity. The trip ofRiva Agüero to the Cuzco puts in evidence
the failure ofthe integrative project ofthe miscegenation and opens the way to plan the city
like aprofaned sepulcher.The intellectuals local cusquenios,asLuís E. Valcárcel positions the
Cuzcohistorically, inside the invention of its three traditions (Incan, Hispanic and liberate) and
ofthe disinterment ofrepressed national memoirs.
Key words: Imaginative geography, travelers' types, theory ofthe place and memory, Cuz-
co and modemity, cultural theory, miscegenation, race and culture.
Les proponemos un viaje a la ciudad del Cuzco del 1900. Una observación: este viaje
significa el encuentro con una ciudad que en aquellos años empezaba a recuperarsede una
grancrisis económica generalizadaen toda la región surandinay que seremontabaamediados
del siglo XIX. Los condicionantes de estacrisis fueron la pérdida de mercados,el aislamiento
geográfico, las consecuenciasde las guerras civiles y de los enfrentamientos armados con
Bolivia hasta1840,lasepidemiasdefiebre amarilla (1855-1856) y deviruela (1885y 1902),Ylos
índicesaltos de emigración cusqueñahacia Lima, Arequipa y otras ciudades costeñasque no
pudosercompensadapor la inmigración rural.
Perosin obviar estosfactores, nuestro viaje quiere serel tránsito hacia los contornos de un
mapatramadopor imaginarios e invenciones de un lugar-palimpsesto cuya geografia deencru-
cijadassostienenlos sueños,construcciones y luchas por una modernidad peruana.Aunque
despuésdela aperturade lospuertosocurrida hacia 1820graciasa losprocesosindependentistas
latinoamericanos,una seriedeviajeros inician la reconfiguración del Cuzco como lugar simbó-
lico dentro de las recientes fundaciones republicanas de América Latina, nos interesa aquí
abordar las construcciones y representaciones del espacio cusqueño después de un hito
fundacionalperuano: la derrota en la Guerra del Pacífico. Haremos entoncesun viaje por estas
representacionesy por la heterogeneidad tanto de los actores como de las diversas lógicas en
disputa. Para ello propongo cuatro tipologías de viajeros: exploradores y misioneros,
despobladores,peregrinos y desenterradores;como parte de una reflexión teórica másamplia
queposibilite desentrañaresteproceso cultural y social cusqueño, el de la construcción de la
región.Estostipos de viajeros que nos atrevemos a proponer no correspondena las tipologías
tradicionalesque existen acerca del viaje, propuestas tanto por JeanFranco, quien construye
trestiposdeviajeros: «viajeros ilustrados», «viajeros exploradores» y «viajerosprospectores»
(Franco,1979:129-142),como por Zygmunt Bauman (peregrinos, viajeros y turistas). Pasare-
mosentoncesa presentar cada una de estas tipologías.
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YAZMÍN LÓPEZ LENel
«Exploradores» y «misioneros»
Los relatosdeviajeros expedicionarios y misioneros norteamericanosy británicos
que «ven», inspeccionan, registran y escriben el Cuzco en las primeras décadasdel
siglo XX, y que estuvieron respaldadospor la política editorial expansivade la Unión
Internacional de Repúblicas Americanas (1890), constituyen una escritura plurifocal
edificada sobre imágenesy textos que legitiman a los viajeros como observadores,
testigos,jueces, consejerosy emisariosde vanguardia de una modernidad protestante
y capitalista.Dentro de ellos, Harriet ChalmersAdams inaugura la seriede narrativas
quesobreel Cuzco seescribena comienzosdel siglo XX. Y lo haráen 1908desdeuno
de los primeros números de The National Geographic Magazine, para construir al
Cuscocomo «la Meca de la Antigua América» estableciendocorrelaciones con otras
mecas:Jerusalén,Paris y Nueva York. Este relato seráparadigmático porque al pre-
sentarun atractivo engranajede imágenesy narrativa textual, la viajera introducía por
primera vez y a través de la perspectiva visual cerca/lejos, un modelo de fracciona-
miento y escisión, articulación y marca de espaciosy lugares. El lente diferenciaba
nítidamenteentre una perspectiva «de lejos» y una perspectiva «de cerca»para rela-
cionar a los objetos enfocadosen función de contenidos enfrentados.Desde la pers-
pectiva «de lejos» a la que sesuma la posición«desdearriba» del sujeto observador,
eraposible visualizar y reactualizar simbólicamente a travésde la arquitectura monu-
mental de la ciudad, una historia épica construida por el encadenamiento de hitos
fundacionalesdel Cuzco: la llegada de los primeros «misioneros» Manco Cápac y
Mama Occllo para fundar la «Ciudad Sagrada»,la emergencia de los emperadores
incas, la llegada de los conquistadores españoles, la acción de los revolucionarios
independentistasa favor de la liberación del yugo españoly la heroicidad de los solda-
dos republicanos durante las guerras civiles. La perspectiva épica es así solamente
adjudicadaa ciertos actoresque llegan de fuera con un proyecto concreto de expan-
siónconquistadora,entendidacomo épicadeliberación enqueconfluyen lo legendario
y lo histórico. Complementariamente, la perspectiva «de cerca» estáarticulada ideo-
lógicamente sobre la visualización de las vendedoras del mercado en la Plaza de
Armas, de campesinos,pastoresy pequeños comerciantes que arrean llamas en la
ciudad y que reverencian la sacralidad de ella. La primera imagen de la ciudad en el
relato esaquella en que «desdearriba» esdecir desdeSacsayhuamansecontempla el
Cuzco: las montañasy el valle, los edificios moriscos con tejas rojas, los balcones
tallados en maderaque cuelgan sobreestrechascalles, los espaciosabiertos o plazas
queatraviesanel plano urbano, la catedral, las iglesias y los conventos, la ausenciade
vehículos y el predominio de llamas y burros que recorren todos los espacios.Mien-
trasde «lejos» y «desdearriba» tiene lugar el disfrute óptico y la recreación épica, en
un lugar desdeel cual los sujetosfotografiados son los viajeros observadoresen posi-
ción de dominio sobreel espacioque se extiende a suspies. De «cerca», el caminar
por lascallesdel Cuzco estádominado por el ascotransmitido por el sentidodel olfato
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EL CUZCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACiÓNY CONFLICTO
y por el enfrentamiento con sujetos cusqueñoscontemporáneosconvertidos en figu-
rasinmutablesque vistos y fotografiados de cerca forman un continuum de inmovili-
dad con las piedras. La perspectiva cerca/lejos logra materializarse a través de la
interconexiónde imágenesreferidas a los sujetos lugareños,a las llamas y laspiedras
incaicasquecomo telón de fondo sólo sirven paraacentuarla carenciadehistoricidad,
la cual crea relaciones de oposición entre la épica gloriosa del pasadoy el cotidiano
ahistóricoy arcaico del presente(Chalmers, 1908:670-671).
Hiram Bingham I esuno de los primeros viajeros que llega en ferrocarril al Cuzco,
unañodespuésde su inauguración en 1908,a una ciudad que sele presentacomo una
metrópoli del siglo XVI. La visión del viajero, cuyo andar por las estrechascalles
empedradasdebesortearel ascoa las acequiasabiertas,con la curiosidad arquitectó-
nicapor los magníficos edificios incaicos, cambia cuandosedesplazade la periferia al
centro,cuandosetrasladade un mirador lejano a otro cercano, imponiéndose la nece-
sidadde unaobservaciónminuciosa, porque una casacontempladaa la distanciasele
muestracomo de carácter meramente español, mientras que una observación cerca-
na y detenida le revela su fundamento incaico. La perspectiva cerca/lejos también
domina el encuentro de Bingham con los muros del Palacio de Inca Roca: si una
primeraobservación distingue que los bloques son rectangulares,una inspección de
cercadescubre que apenas existe un absoluto ángulo recto, y que cada piedra es
irregular. Desde la perspectiva de cerca la aparente homegeneidad se desvanecey
surgeuna ciudad de silenciosa heterogeneidadplástica, en cuya sombría dignidad y
solidezBingham ve el rasgo distintivo que diferenciaría al Cuzco de todas las otras
ciudadesamericanas.Desde Sacsayhuamansus observaciones, impresiones y espe-
culacionessobre la arquitectura incaica construidas como analogíasentre lo inca y la
culturadeEgipto, el viajero recreay celebra la monumentalidad americana(Bingham,
1909:228-229,240).A travésdeunatecnologíavisual, la fotografía, Bingham le conce-
dea Sacsayhuamanla categoría paradigmática de ser la primera marca histórica de
excelenciadel antiguo hombre americano.Pero simultáneamentele permite organizar
lavisión del Cuzco como unaciudad despojadadel paisajesocial puesno se«ven»sus
habitantes,y como una ciudad de la cual se han abstraído, paralelamente, tanto las
marcasdespreciables(falta de higiene, ausenciade infraestructura moderna) ubica-
dasen la contemporaneidad del fotógrafo, como las marcas de excelencia de los
grandesmuros, ubicadas en el pasadoinca. La observación, descripción y medición
de lasconstruccionesincaicas adquieren bajo el contexto de «redescubrimiento»ur-
banodehitos de excepción, la potencialidad de despertaren el interlocutor del relato,
elpotencialviajero norteamericano,un imaginario histórico continental, en la medida
quese le enfrenta a obras humanas excepcionales realizadas por el hombre preco-
lombinoenAmérica.
1 El viajero Hiram Bingham (1875 - 1956) se inscribe dentro de la tradición de viajeros norteameri-
canoscomo Gibbon, Squier y Bandelier.
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Simultáneamente,la norteamericanaMarie Robinson Wright articula en 1908(The
Old and theNewPeru) una imaginación arqueológica que le permite leer una historia
americana,reconocer,asociar y establecerparalelos cuando transita entre los monu-
mentosdel viejo cascourbano del Cuzco que permanecencomo signos palpables de
una redescubiertaRoma peruana.A diferencia de Hiram Bingham, en un esfuerzo
por dar cuenta de la simultaneidad de la monumentalidad del pasadoy del proceso
modemizador,intentaregistrar el progresode la ciudad ensudesarrollo social e indus-
trial, de maneraqueRobinson Wright no encuentrauna ciudad del siglo XVI sino una
ciudad en transformación, cuyos cambios percibe e incluso la inducen a incorporarla
al procesode la civilización moderna.Sin embargo,rápidamenteseñalalos obstáculos
quetiene el Cuzco para encaminaresteinicial proceso.Y estosobstáculosserelacio-
nanconel perfil de loshabitantesde la ciudad,con los llamados«indios», quebloquea-
ríanel procesomodernoperuanopor la supuestafalta de capacidadenrecibir y aplicar
nuevoconocimiento. De maneraque el Cuzco se construye como un cuerpo escindi-
do endosespaciosfisicos e históricos: uno es la ciudad como espaciourbano y arqui-
tectónico, y el otro, es la ciudad habitada y transitada. Un fragmento del cuerpo del
Cuzco se alinea a la corriente modernizadora internacional, después de haber
catalogizadoy celebrado lasmarcashistóricas monumentalesque han sido abstraídas
de su contemporaneidad,de la memoria popular, y de la posesión de sus habitantes;
mientrasel otro fragmento es arcaico y contramoderno.
La visión y representacióndeun cuerpo urbano escindido sereproduceen el relato
de la misionera protestante inglesa Geraldine Guinness,Peru, its Story, People and
Religion (1909), en el que el Cuzco surge como el baluarte del Romanismo radical,
pero simultáneamentecomo uno de los centrosde agnosticismo más activos del país.
El relato de Guinness sobre la Fiesta del Corpus Christi compone, a través de cua-
dros fragmentarios de imágenes,el cuerpo de la ciudad del Cuzco como la encarna-
ción deunaterrible blasfemia(Guinness,1909:326).Desdeun cómodomirador elevado
Guinnesstrata de ordenar y clasificar a los personajes«blasfemos» que salen de la
Catedraly desfilan antesusojos, mientras debeespectarla celebración de «misas» en
cadauno de los descansoso pequeñosaltares ubicados en la Plaza descritos como
objetosdeslumbrantesy rebosantesde espejos,vidrios, pinturas, imágenes,muñecas,
coloresestridentes,adornosde oropel, flores artificiales y velas, en donde secoloca el
Corpus. Parahorror de la narradora,estosaltares se han convertido simultáneamen-
te en chicherías y cocinas en donde se escondenvendedorascon botijas de chicha,
hombresdurmiendo en el piso y otros que cantany danzan«salvajemente».La repre-
sentacióndelCuzco emergeasí como la alegoría de la nación peruana: ser la nación
máspagana.Al proponer la idolatría del Cuzco, ciudad paganay por eso negadaa la
modernidad,a través del enfoque de susfiestas sagradas,en las que conviven «paga-
nismo», «catolicismo» y «materialismo», la viajera está tratando de despojar de
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EL CUZCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACiÓNY CONFLICTO
sacralidadal cuerpode la ciudad, cuyos signoscomponenun tejido explosivo designi-
ficados heterogéneosinaccesibles.
El encuentroen 1912del viajero JamesBryce, con la «ciudad de indios» y con la
«ciudadpagana»narradapor Guiness,producirá otra representación:la deunaciudad
atrasaday anticuadaprecisamentepor su otra religiosidad, porque la encuentrabajo
el dominio eclesiástico,y modelada socialmentepor el ocio sagrado. De estamanera
seelaborauna representaciónfundamental: la relación sagradaque los habitantesdel
Cuzcomantienencon su propio espacioconstituye a la ciudad como una urbe refrac-
tariaal propio proyecto de modernidad que traen estosviajeros.
El fragmentar y nombrar en las narracionesde Bingham, Meyendorff, Robinson,
Guinnesso Bryce servía para instituir un discurso homogeneizador de la ciudad del
Cuzco,sushabitantesy prácticas culturales, y así redimensionar la escisión y el des-
membramientodentro de una secuencialógica de despojo de autoridad a los sujetos
«descritos»y «vistos», en sustentarsus propias memorias históricas. Representara
unaciudad desde la ausenciade procesosde cambio y definida por el ocio sagrado
seengarzade estamaneracomo vértebra articuladora de una visión construida de la
ciudaddel Cuzco como un cuerpo sepulcral, cuya genealogía se remonta a las na-
rraciones de Ephraim George Squier de la década de 1870. Squier ya había
autojustificadosu pertinencia reescritural de la historia continental americana,proce-
sandounadoble exclusión semiótica, la de la oralidad de las tradiciones nativasperua-
nasy lade lascrónicasdelosconquistadoresespañoles(eparciales»y «distorsionadas»)
comofuentes idóneasy confiables de reconstrucción histórica, presentándoseel via-
jeronorteamericanoa símismo como el sujeto moderno e investigador autolegitimado
que,armadocon lápiz, una cámara fotográfica, brújula y cinta de medir, corregiría in
situ erroresy reordenaríael espacioa través de detallados inventarios-descripciones.
En las representacionesde los viajeros norteamericanos de un lugar periférico
comoel Cuzco a comienzos del siglo XX seva a trasladar la emoción por la «natura-
leza»a la fascinación por la arquitectura y arqueología incaica. Estos relatos no sólo
borranpaisajessociales,lenguas,memorias y fuenteshistóricas locales,sino queden-
trodeunarecartografiade lasAméricas queseimagina moderna,reescriben,reordenan
y rediseñanel Cuzco de comienzos del siglo XX como un cuerpo sepulcral. La
escisiónentre cuerpo fisico y cuerpo monumental, y en otro nivel, entre los testimo-
niosdeunapasadahistoria grandiosay las ruinas presentesde una modernidad pobre
y colonial, esel eslabónque conecta la exclusión de la contemporaneidaddel espacio
andino(que incluye la relación de los habitantescon supropia memoria), con la emer-
genciadeunavoz deautoridad para,desde«arriba» y desde«lejos», «civilizar», «cris-
tianizar»y «modernizar»,verbosquecontienenaotrosverbos:expropiacióny expansión
territoria!.
Despuésde haber abstraído las marcas de excepción «americanas»precolombi-
nasde la ciudad incaica y de su apropiación imaginaria consecuti~il, estosviajeros-
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YAZMÍN LÓPEZ LE el
misioneros construyen así una ciudad que respondía a las categorías de expansión
imperial elaboradasenel siglom,e incluía deestamanerano sólo aspectospolíticos
sino también imaginarios y estéticos.Es dentro de esteproceso que elevaron el pasa-
do a la categoríade lo sublime para inventar un paradigma fundacional: el origen y el
modelo histórico americano o panamericano se habría descubierto en la ciudad sud-
americana,andina y peruanadel Cuzco.
«Despobladores»
Los relatosde los viajeros extranjerossonsimultáneosa la divulgación nacional de
la tesisdela decadenciadel Cuzco,y sucorrelatoo prueba:el mito dela «despoblación»,
que construyeron los intelectuales positivistas vinculados al Centro Científico del
Cuzco (1897), como Benjamín Dávalos e Hildebrando Fuentes. Esta institución, in-
fluida por las teorías racistas, difunde un discurso que asocia las carenciassanitarias
de la ciudad y la falta de higiene de los sectorespopulares, con la estructuraétnica de
la sociedadcusqueña,que en sustres cuartasparteses indígena o mestiza (1912), con
la imposibilidad deun desarrollo demográfico progresivo, y por ende,incapazdeacce-
dera la modernización. La población mayoritaria del Cuzco no estaría,bajo estacons-
trucción discursiva, en condiciones fisicas (falta de higiene) ni morales (alcoholismo)
de atraer inmigrantes ni de patrocinar una sociedadmoderna. Es por eso que muchas
de lasdescripcionesde la ciudad estándominadaspor una imagen negativa: Cuzco es
una ciudad despoblada,arrasada,una ciudad cementerio. Esta imagen se impone en
los artículos periodísticos y en los discursosacadémicosde la época,por encima de la
recuperación demográfica detectable entre 1900 y 1910, Y del efectivo crecimiento
económico ocurrido entre fines del siglo XIX y la décadade 1920,graciasa la llegada
del ferrocarril, la integración en la economía de exportación de lana, y a un inicial
impulso industrializador'. Los intelectualespositivistas limeños y cusqueñosutilizan la
misma lente de los exploradores y misioneros protestantesal asociar con carácter de
causalidadla supuestanaturalezasórdida de la ciudad, la «despoblación»,el atrasodel
«populacho»,el ocio sagradoy el hablar quechuade la mayoría de la población; con la
negación a la modernidad.
El limeño Hi1debrandoFuentes,ex-Prefecto del Cuzco (máxima autoridad política
del departamento,representantedel gobierno central), fue un viajero que construye
en 1905uno de los discursosmásesforzadosen delinear el recetario de la moderniza-
ción republicana peruanapara la «Roma incaica». Esta construcción apeló a cuatro
estrategiasdiscursivas: desindianizar la ciudad a través de pruebas estadísticas;mo-
dernizar a través de obras públicas; inventariar las marcas del atraso denominadas
«caracteresdel indio» (ladrón, perezoso,no patriota, carentede competencia lingüís-
2 Nils Jacobsen,«Free Trade, Regional Elite, and the Internal Market in Southern Peru, 1895-1932»
(Nils Jacobseny Joseph L. Love, 1988:145-176).
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EL CUZCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACIÓNY CONFLICTO
tica en español, alcohólico, idólatra, imitador sin genio creador), que serviría para
articular el proyecto regulador y controlador del aparatoestatalcentralizado; y cons-
truir una topografía de la ciudad como un espacio unitario con dos carasdiferencia-
das:una incaica y otra republicana que sesuperponenpero no seanulan mutuamente.
El viajero despobladoracudeal cuerpo arquitectónico como paradigma semiótico de
la ciudad, pero a diferencia de los viajeros misioneros presenta un registro para el
imaginariorepublicano queenlazacategoríastemporalesy culturales diferenciadas:el
pasadoglorioso inca y el presenteque sequiere modernizar. Mediante un doble meca-
nismo,Fuentesadjudicacontemporaneidada losmonumentosincaicos,al mismo tiempo
quelos habita y los dota de la vitalidad del discurrir cotidiano cusqueño.
y aunqueconfigure una topografía fundacional de la nación peruana,estarepre-
sentaciónno concede valores homogéneos a cada uno de los niveles o caras de la
ciudaddel Cuzco, puesno setrata de integración sino de imposición deuna sobreotra,
dela civilización cristiana sobre la memoria precolombina, celebrandola unidad pero
bajo el imperio de la cruz, elegida por Fuentes, como la alegoría de la modernidad
republicana.Paravencer a la «barbarie» yconvertir a la ciudad andina a la moderni-
dad,propone un recetario liberal: fomentar la inmigración; educar al «indio» para
convertirlo en «ciudadano»; promover las industrias; expander la Escuela deArtes y
Oficioscusqueñaa otrasprovincias; mantenery proteger ellatifundismo asegurándo-
leel trabajo(ebrazos»)indígena; imponer contribuciones equitativasal trabajadorindí-
gena;persecucióndel «ocio»y dela «embriaguez»;implementarunapolítica dehigiene;
extenderel ferrocarril al Cuzco; fundar la escuelapara soldados (Fuentesdesarrolla
la equivalencia entre militarizar y civilizar el país); y nombrar autoridades«honora-
bles».
Despuésde grandesderrotas históricas, como la sufrida en la guerra del Pacífico
porel Perú, en otras latitudes la forma consagradade volver a fundar la nacionalidad
fueinventarun pasadoglorioso que deberesucitar. Crear al Perú moderno, significa-
bapara la generación de Fuentes fundar la nación sobre la apropiación del áurea
gloriosade la civilización incaica, por parte de la triunfante civilización cristiana y del
pensamientopositivista. Un mecanismode traslación deun pasadoglorioso, converti-
do en épica imperial, a través de la recolección de los fragmentos físicos (ruinas
paradigmáticas)a los que se atribuye la virtualidad re-fundacional de un imaginario
modernonacional, homogéneoy no «indio».
«Peregrinos»
Si «patearse»-recorrer a pie- España,era la consigna de la generación española
de1898,enel Perúhacia 1912llegabaporprirnera vez al Cuzco el viajero limeño José
delaRivaAgüero, como parte de su peregrinación a la sierra peruana,recibiendo una
granacogidade la generación cusqueñaque patrocinó la Reforma Universitaria de
1909.RivaAgüero esel primer letrado limeño del siglo XX que decideconvertirseen
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YAZMÍN LÓPEZ LENel
viajero y explorador cultural de la región andina', que para el imaginario de la élite
limeña de entoncesera una incógnita, e~ala «marca» extraña, aislada y separadade
la nacionalidad,y el Cuzco, la «Ínsula legendaria»(Riva Agüero, 1955).
En la ciudad del Cuzco no sólo participó de los debatesde los círculos letrados
localessino que paseópor las plazas, inspeccionó iglesias, casonas,palacios y calles
bajo la guía de los Comentarios Reales delInca Garcilaso en la mano; así como no
dejó devisitar los sitios arqueológicos.El encuentrodel viajero peregrino con el Cuzco
estarádominado por el conflicto. Por un lado, por su raigambre incaica y españolala
ciudad esvista por el viajero como el paradigma del mestizaje nacional. Por otro, sin
embargo,desdecerca y desdedentro, el sujeto se enfrenta a una ciudad-cárcel, mo-
ribunda, abatida y mórbida; y desdelejos y de lo alto de Urcoscallan se le figura la
metamorfosis de una vieja y «noble mendiga» en una radiante «metrópoli andinao".
La dinámica de observación de Riva Agüero acude a la relación cerca-lejos, pero el
ver la ciudad con el foco de cercasignifica para el escritor limeño estaren ella, pasear
por suscalles,plazas,barrios, observar los muros, monumentos incaicos y coloniales,
vivir la contemporaneidadde la ciudad y enfrentada con aquella leída en la crónica del
Inca Garcilaso, con la ciudad imaginada y deseada.En la perspectiva de cerca, la
ciudad real con sus basurales,sus olores y sus casasvetustas desplaza a la ciudad-
objeto del peregrinaje, la de la verificación de la promesa de resurrección nacional.
Estavisión deuna ciudad cementerio domina la descripción del Cuzco de Riva Agüe-
ro, endondeprima la disolución de la historia regional, porque la única posibilidad de
3 Joséde la Riva Agüero., Carácter de la Literatura del Perú Independiente. Lima: Rosay Editor,
1905. (Tesis para optar el Bachillerato en Letras de la Universidad Mayor de San Marcos); La Historia
en el Perú. Lima: 1910 (Tesis para optar el grado de Doctor en Letras). A comienzos del siglo XX la
familia Riva-Agüero-Osma forma parte de los once grupos de la élite limeña que desciendende la aristo-
cracia colonial. Con intereses económicos en la agricultura (haciendas en los alrededores de Lima), la
minería y la banca.Joséde la Riva Agüero (1885-1944) fue hijo único y vástago [mal de un linaje, murió
soltero y dejó sus bienes a la Pontificia Universidad Católica del Perú. Cf. Alfonso Quiroz, «Grupos
económicos y decisiones financieras en el Perú 1884-1930". Apuntes, Lima, No. 19, 1986: 96
4 Joséde la Riva Agüero., «PaisajesAndinos. Salida del Cuzco». Mercurio Peruano, Lima, No. 58,
febrero de 1923.La representacióndel Cusco respondíaa la propuestadeRivaAgüero deuna historiografia
que tenga como objetivo la obra de construir la nación peruana,entendiendo por nación un «alma colec-
tiva» mestiza, es decir la síntesis de las dos tradiciones culturales formadoras de la historia peruana
(española e inca). La «patria» entendida como «creación histórica» dependería de la formación de una
nueva clase dirigente que asumiera su pasadocomo recurso conciliador y constructivo. Para esbozar la
nación peruana,el historiador sesirve de unagenealogíade «precursores»,dentro de la lógica de construc-
ción de historia alrededor de un centro, ocupando Garcilaso una posición paradigmática en la invención
del «nuevo hombre» peruano. La piedra angular de la nación la constituyen los hombres ilustres, la suma
de individualidades ejemplares. Es asíque a través de la figura delinca, Riva Agüero enlaza el orgullo de
un letrado con ascendenciaespañolae inca, suañoranzay defensade lasglorias pasadasdel Tahuantinsuyo
con el hecho de escribir en español, y presentauna alegoría de la nación, que sin embargo, susanteriores
imágenesde la ciudad-símbolo desmienten y contradicen.
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EL CUZCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACIÓNY CONFLICTO
existenciasele adjudica desdela perspectiva de lejos, esdecir, desdeel territorio dela..•
evocaciónlejana, inmaterial y ahistórica. La ciudad resucita,bajo la visión del peregri-
no limeño, en el eje temporal de la evocación legendaria, y en el eje espacial de la
alturay el distanciamiento; criterios quedeterminan la elección de los miradoresfavo-
ritos: los campanariosde las iglesias de SantoDomingo y de la CompañíadeJesús,el
andénde Collcampata, la cumbre de Sajsayhuaman y la cuesta de Carmenca. El
viajero peregrino sólo puedeentenderel lenguaje de los muros conventualesy de las
casonasespañolas,porque frente a los muros incaicos dominan los adjetivos: «enig-
mático»,«raro», «pesadezmisteriosa». Sin embargo, la impresión sombría de la ciu-
dadandinano esde significación secundaria,porque el viajero que andaen buscadel
sernacional en el Cuzco, a la que considera «corazón y símbolo del Perú»,padeceel
descubrimientopersonal de una identidad que cree trágica y en duelo permanente,y
del fracasodel proyecto integrador del mestizaje que trae consigo. Proyecto de sínte-
siscultural queni siquierapuedesersostenidoy legitimado por laspropias imágenesy
cuadrosque el peregrino recoge.Las imágenesdel Cuzco que seimponen en la retina
delobservador,de la ciudad quedefine culturalmente al Perú, son las imágenesdeuna
ciudadarrasada,despobladay derrotada.El lente del peregrino va recorriendo y dibu-
jandotrazasde calles,plazas,casonas,palacios, iglesias y parroquias queestáninscri-
tosdentrodeun espaciourbanosepulcral.El sujetorealiza,apesarsuyo,el mapearniento
deunaciudad-símbolo o ciudad-leyenda convertida en esto: un sepulcro profanadoy
violado. En el texto Salida del Cuzco, el sentimiento e idea de la nacionalidad, en el
sentidode lugar, tradición, población y mestizaje aparece como el enfrentamiento
entrela posición del sujeto de élite y la descarnadadescripción deun desoladorpaisa-
je urbano,cuya magnitud conmuevelos cimientos de la identidad del propio sujeto,al
mismotiempo que refuerza el mito de la «despoblación».
«Desenterradores»
El camino recorrido por el viajero cusqueñoLuis E. Valcárcel y suvisión del espa-
cio nacional son otros. En el texto A Tí, Kosko, escrito en 1913, Valcárcelasigna
caráctertrágico al encuentrohistórico entre dos culturas: la entradade la cruz y de la
espadaen manos de los hidalgos guerreros determinó el eclipse de la estirpe solar.
Peroel cusqueñoenfatiza el traslado de la muerte al alma españolay a su herencia
colonial,derrotadapor la historia, aunquela desolaciónalcanceal sujeto al contemplar
loscimientos de la nacionalidad como ruinas (Valcárcel, 1925:10-11).
Sin embargo,estacomprobación de una realidad histórica y deun sentimiento que
tienencaracterísticas semejantesa la aflicción de Riva Agüero, queda disminuída
frenteal esfuerzo de reivindicación de una triple estirpe del Cuzco: imperial incaica,
españolay libertadora. Resaltar el éxito de la participación activa de los hombres
cusqueñosen el procesode la Emancipación es el recurso argumentativo que le per-
mite instaurar un discurso reconstructor, pero sobre todo, adjudicarle presenciay vi-
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YAZMÍN LÓPEZ LENel
gencia histórica. El sujeto prolecta al futuro el deseode cristalización de los gérme-
nesdel renacimiento cusqueñoque profetiza: el «infierno dantesco»del presentedará
pasoa un nuevo reinado solar.
El anuncio del renacimiento cusqueño de Valcárcel, se transformará en 1918 en
justificación histórica cuando José Gabriel Cosio presente un programa de acción
dentro del ensayo «Apuntespara la Historia del Cuzco» (1918). La expectativa de
poder construir una posición de liderazgo para el Cuzco dentro del campo intelectual
nacional, parte primero de verificar el estado de complejo mestizaje de una ciudad
cuyas «casas de barro i arcilla se levantan sobre los soberbios sillares incaicos;
los templos ostentan dentro de sus arcos i sus bóvedas, las piedras arrancadas
de las fortalezas i de los palacios; la lengua quechua se amestiza i avillana
mezclando en hibrida contextura sus robustas dicciones, con la fluidez de la
construcción castellana» (24-25). Para Cosio el Cuzco es una ciudad que por la
falta de una entidad cultural homogéneay por la existencia de un mestizaje fragmen-
tado e inextrincable, justifica el empeñoregional en emprender la recuperación de la
historia, en desenterrarmemorias ocultas, acudiendo a la identificación con el propio
espacioregional y al cuidadosoexamende las «emocionesíntimas» que éstedespier-
ta. Valcárcel y Cosio, los viajeros desenterradores,invocan el desentierro, lectura y
reescritura del cuerpo urbano-rural del Cuzco y del ethos propios, para establecer
nexos entre las peculiaridades de la región andina y la necesidadde una modernidad
construida sobre las dinámicas socialesy culturales del espacio andino. Oponerseal
fracaso de un mestizaje integrador fue entendido como la búsqueda de una salida
viable a la tensión entre «lo nuestro» y «lo extraño», que a su vez parte de la recupe-
ración de la presenciahistórica andina en la fundación republicana peruana.
Finalmente, es destacable el paulatino enfrentamiento de los desenterradores
cusqueñoscon el deseodel querer sermodernos. Si el peregrino RivaAgüero imagina
oír tras los muros incaicos sollozos de cautiva, Valcárcel quiere descifrar el misterio
deaquéllos, imaginando un pasadoviviente e increpándolespor la revelación del «tor-
bellino interior» que,para él guardansusbloques.Valcárcel y su generacióncreenen
la revelación, y es por eso que todos sus esfuerzos discursivos convergen en una
dinámica metafóricamente arqueológica del desenterrary aprehender el significado
de los «caracteresdesconocidos»que han escrito el «libro abierto pero ininteligible»
de la cultura e historia andina. Los muros sombríos setransforman en la alegoría del
gran palimpsesto que esel cuerpo del Cuzco, cuerpo sagrado,cuerpo vivo y habitado
por cuerpos ancestralesy contemporáneos.Palimpsesto en el que deben descifrar
las capas de escritura contenidas en él, para permitir la confluencia de memorias
nacionalesocultas y la reescritura de una historia y cultura propias.
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