Sistema Vestibular e Equilíbrio

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Sobre el Sistema Vestibular 
Victor Enrique Solís Sosa 
 
El mareo es al espacio lo que la 
impaciencia al tiempo. 
(Arthur Schnitzler) 
 
El aparato vestibular, indica la orientación del cuerpo, en especial de la cabeza con respecto 
a la gravedad, sus receptores se encuentran ubicados en el oído interno y están 
conformados por el sáculo y el utrículo y por los canales semicirculares. 
El sáculo y el utrículo son sacos ubicados en el oído interno que contienen un órgano 
receptor llamado mácula, integrado por células receptoras ciliadas (microvellosidades), 
éstas, se encuentran recubiertas por una membrana sobre la que hay una serie de cristales 
de carbonato cálcico (ortolitos); cuando la cabeza se mueve acelerando o desacelerando, 
los ortolitos se mueven con ella, estimulando las microvellosidades ubicadas en los sacos; 
de esta forma, el sáculo y el utrículo producen información sobre la aceleración del 
movimiento de la cabeza. 
 
 
 
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El aparato vestibular se encuentra también conformado por los canales semicirculares, son 
tres y se encuentran orientados en tres planos perpendiculares entre sí, como el triedro 
trirrectángulo sobre el que Descartes planteó sus coordenadas, de hecho, esta división del 
espacio en regiones izquierda y derecha, arriba y abajo, y adelante y detrás, es consecuencia 
de la experiencia psicológica derivada de la orientación de los tres canales semicirculares. 
En su parte inferior, los canales presentan una dilatación denominada ampolla, en el interior 
de la cual se encuentra el órgano del equilibrio, que recibe el nombre de cresta ampular. 
La cresta ampular está integrada por células receptoras ciliadas (microvellosidades), que 
están recubiertas por una membrana gelationsa y que se encuentran rellenas de líquido 
prístino denominado endolinfa; dependiendo de la orientación de la cabeza (izquierda-
derecha, arriba-abajo, atrás-adelante), la endolinfa se distribuye en los canales de distinta 
forma, esto estimula a las microvellosidades que a su vez generan un impulso nervioso que 
es enviado al encéfalo. 
Ahora bien, tanto los sacos vestibulares, como los canales semicirculares envían impulsos 
nerviosos hasta el tronco encefálico del cerebro y de ahí se dirigen al cerebelo y a la corteza 
cerebral, en donde la información se integra para producir sensaciones de movimiento y 
equilibrio y para coordinar la postura corporal. 
En cierto sentido, la mayoría de nosotros pude imaginar, en cierto grado, como sería ser 
ciego o sordo, pero es difícil imaginarnos cómo sería perder el sentido del equilibrio; el 
libro Pride and a Daily Marathon Runner, describe la vida de Ian Waterman, después de que 
perdió este sentido debido a una infección viral, Waterman tenía que monitorear solo con 
sus ojos su ubicación en el espacio así, si la luz de la habitación se apagaba caía desplomado 
sin poder levantarse; de esta forma, el sentido vestibular es sumamente importante para la 
supervivencia y para la interacción que tenemos con nuestro entorno, incluso, en nuestro 
lenguaje cotidiano, empleamos frases como "sentirnos en equilibrio" o "estar equilibrados", 
para describir una sensación de paz y tranquilidad, de igual forma, no son pocas las personas 
que, cuando se encuentran en situaciones de estrés o ansiedad dicen estar "perdiendo el 
equilibrio" o que incluso llegan a sentirse mareadas como efecto de estos estados 
emocionales.