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Introducción La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) es probablemente la técnica espectroscópica que más especta- cularmente se ha desarrollado en las últimas décadas. La información estructural, dinámica, termodinámi- ca y cinética que proporciona de los sistemas estudiados justifica esta explosión. Su aplicación médica es también una causa de la populari- dad con la que se ha expandido. Desde los inicios de la RMN se sabe que las sustancias paramagnéticas producen la pérdida de las señales observadas mediante esta técni- ca1. Tradicionalmente, la mayoría de los espectro- scopistas huían de sistemas que contenían compuestos paramagnéticos. No es infrecuente leer en libros de RMN recetas en la preparación de las muestras del tipo: "Procure eliminar el oxígeno molecular presente en dis- olución". ¿Por qué los electrones desapareados pro- ducen los efectos de ensanchamiento y pérdida de señales en RMN? ¿Se trata de una desventaja insalv- able? ¿Podemos obtener, quizá, beneficio de estos efectos? En las siguientes líneas intentaremos respon- der a estas preguntas. Adelantamos ya que la existen- cia de sustancias paramagnéticas en RMN proporciona relevante información sobre el sistema molecular en el que se encuentran. La existencia de estos compuestos, lejos de ser un problema, como en principio se estima- ba, amplía las aplicaciones de la técnica. Tiempos de relajación y observación de señales En RMN, más que en otras espectroscopías, la infor- mación proviene no sólo del parámetro que nos indica la energía de los niveles entre los que se produce la transición (desplazamiento químico), sino también del tiempo que los núcleos resonantes tardan en volver al equilibrio después de haber sido perturbados. Desde un punto de vista clásico, cada núcleo es un pequeño imán y la suma de los momentos magnéticos de todos ellos origina el denominado vector magnetización, M. En presencia de un campo magnético B0 y en el equilibrio, este vector magnetización posee una componente neta en el eje z (dirección del campo magnético), Mz0, difer- ente de cero y componentes en el plano xy, Mx0 y My0, nulas (Figura 1A). Si se perturba la magnetización (apli- cando una radiofrecuencia o pulso), el sistema se modifica del equilibrio (Mz Mz0, Mx 0, My 0). Al dejar de actuar el pulso, el sistema volverá al equilibrio (Figuras 1B,C). Suponiendo que el proceso de recuperación corresponda a una cinética de primer orden, se deno- mina velocidad de relajación longi- tudinal (R1) a la constante de veloci- dad de recuperación de la magneti- zación Mz en el eje z. La pérdida de magnetización en el plano xy lle- varía asociada consigo una cons- tante denominada velocidad de relajación transversal (R2). Las inversas de estas veloci- dades son los tiempos de relajación longitudinal (T1) y transversal (T2). Luis Antonio Alcaraz Mas Antonio Donaire González Instituto de Biología Molecular y Celular, Universidad Miguel Hernández de Elche, Edificio Torregaitán, Avda. de la Universidad, s/n. 03202-Elche, Alicante. Tfno. 966658942. Fax. 966658758 luis.alcaraz@umh.es, adonaire@umh.es ≠ ≠ ≠ Figura 1. A) Representación de las componentes z (Mz0, izquierda), y x, y (Mx0, My0, derecha) del vector magnetización en el equilibrio. B) Recuperación de la magnetización longitu- dinal (en función del T1) y (C) pérdida de la magnetización transversal (en función de T2) de dicho vector después de haber sido perturbado. Resonancia Magnética Nuclear en Sistemas Paramagnéticos Resumen: La presencia de electrones desapareados puede producir la desaparición de las señales en experimentos de Resonancia Magnética Nuclear. Por ello, el empleo de esta espectroscopía en sistemas paramagnéticos no ha tenido gran desarrollo en la comunidad química general. En el presente artículo se describen los efectos de los iones metálicos paramag- néticos en RMN y cómo, lejos de ser una desventaja, pueden resultar beneficiosos para obtener información estructural de los sistemas que los contienen. Investigación Química 27An. Quím. 2006, 102(1), 27−33 www.rseq.org © 2006 Real Sociedad Española de Química RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 27 En el proceso de relajación, los núcleos se comportan como pequeños imanes moviéndose a cierta frecuencia y, en consecuencia, generan una corriente electromag- nética. Esta radiofrecuencia emitida por los núcleos al volver al equilibrio se mide mediante un receptor situa- do en el eje x (o en el eje y). La señal recibida (FID, free induction decay) decae exponencialmente a cero de acuerdo con el T2 (la señal se observa en el plano xy). La señal es adquirida en el dominio del tiempo. Mediante una transformada de Fourier se observa en el dominio de frecuencias, dando lugar al espectro RMN (Figura 2). En un campo completamente homogéneo, la anchura de una señal y el T2 del núcleo que la origina están, pues, inversamente relacionados. Un núcleo con T2 largo (relajación transversal lenta) dará lugar, en el dominio de frecuencias, a una señal estrecha y vice- versa (Figuras 2A y B). Un núcleo con un T2 excesiva- mente corto daría lugar a una señal tan ancha que pudiera estar embebida en el ruido de fondo y no obser- varse (Figura 2C). ¿Cómo se relajan los núcleos?a El proceso de relajación se produce cuando los núcleos intercambian energía con el medio (red) y/o sus momentos de spin entre sí2. Para ello, en la red deben existir fluctuaciones magnéticas con frecuencias simi- lares a las de resonancia de los núcleos (del orden de 5 x 108 Hz para protones en un espectrómetro de 11,74 Tesla ó 500 MHz), de forma que éstos puedan ceder energía. El movimiento rotacional de las moléculas coincide en magnitud con las frecuencias de resonancia de los núcleos, por lo que es este movimiento, que ge- nera campos magnéticos fluctuantes, la principal fuente de relajación de los núcleos por RMN. Esta última frase es cierta si no existen electrones desa- pareados cerca del núcleo que vuelve al equilibrio. Los electrones desapareados generan unos campos mag- néticos fluctuantes de frecuencias, en general, supe- riores a las de resonancia de los núcleos3,4 (Figura 3). Debido a las diferentes posiciones de cada molécula respecto al campo magnético los electrones no presen- tan una única frecuencia de resonancia, sino una dis- tribución de ellas. Como los electrones se relajan mucho más rápidamente que los núcleos, el electrón le está proporcionando al núcleo una fuente continua de relajación adicional mucho más eficiente que cualquier otro mecanismo. En consecuencia, los núcleos que observan electrones desapareados poseen velocidades de relajación muy superiores (tiempos de relajación, T1 y T2, mucho más cortos) que los que poseerían si no sintieran ese efecto paramagnético. Para moléculas diamagnéticas de peso molecular en torno a 10 kDa valores de centenares de milisegundos para el T1 y de decenas de milisegundos para el T2 de protón son fre- cuentes. En moléculas paramagnéticas ambos parámetros pueden tomar valores inferiores incluso a un milisegundo. En consecuencia, al poseer un T2 mucho más corto, estos protones darán lugar a señales mucho más anchas (Figura 2B); en casos límite, pero frecuentes, incluso no observables5 (Figura 2C). De aquí se deduce lo reacio que siempre hemos sido los espectroscopistas de RMN a trabajar con sustancias paramagnéticas. La situación empeora si tenemos en cuenta que, para obtener información de un sistema en RMN, además de observarse, las señales se deben asignar. Y para ello se recurre a relacionar unas señales (los núcleos que las originan) con otras. Es decir, debemos recurrir a experimentos, en la mayoría de los casos bidimensio- nales, que conecten unos núcleos con otros (un pico de cruce entre dos señales en un experimento bidimen- sional indica que los dos protones que originan esas señales están relacionados). La relación puede ser escalar (a través de enlaces químicos) o dipolar (a través del espacio)2. En los experimentos de corre- lación escalar, el acoplamiento sedesarrolla mientras la magnetización se encuentra en el plano xy. En un sis- tema paramagnético (T2 pequeño), la magnetización decae muy rápidamente en este plano, por lo que la señal se pierde antes de que se desarrolle el acoplamiento. En otras palabras, los picos de cruce en experimentos tipo COSY, TOCSY (homonucleares) o Figura 2. Evolución de la señal inducida (FID) por un núcleo con relajación: A) lenta; B) rápida, y; C) muy rápida. Las trans- formadas de Fourier (espectros) se muestran a la derecha. La anchura de las señales es inversamente proporcional al tiem- po de decaimiento de las mismas (dibujado en rojo sobre las FIDs). a Aunque en muchos aspectos lo comentado en el presente artículo es aplicable a núcleos cuadrupolares y a la RMN en estado sólido, de aquí en adelante, nos referiremos siempre a núcleos con spin 1/2 y a RMN en fase líquida. Anales RSEQ © 2006 Real Sociedad Española de Química www.rseq.org An. Quím. 2006, 102(1), 27−3328 RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 28 HSQC (heteronucleares), basados en correlaciones escalares, son muy débiles o se pierden en sistemas paramagnéticos. En los experimentos de correlación dipolar (experimentos tipo NOESY), la interacción entre los momentos dipolares de los núcleos que dan el pico de cruce se produce mientras los núcleos se relajan en el eje z. Como quiera que esta relajación es rápida (T1 pequeño) si los protones se encuentran cerca de elec- trones desapareados, la interacción entre los núcleos será pequeña y, en consecuencia, también el pico de cruce. Resumiendo, aún si observamos las señales de los núcleos, en sistemas paramagnéticos será difícil asignarlas, puesto que se perderán las correlaciones necesarias. Y un espectro de RMN sin asignar es como un libro escrito en una lengua ignota. Un apunte antes de continuar, la magnitud de la inter- acción entre el núcleo resonante y el electrón des- pareado depende, entre otros factores, del cuadrado de la constante magnetogírica del núcleo observado. El protón, con la mayor constante magnetogírica (γ1H = 267.5 x 106 rad s-1T-1), presenta un efecto dieciséis veces mayor que un núcleo de 13C en las mis- mas condiciones (γ13C = 67.3 x 106 rad s-1T-1). El efec- to es cien veces inferior en el caso de un núcleo de 15N (γ15N = -27.1 x 106 rad s-1T-1). Por lo tanto, los efectos aquí comentados son drásticos para el protón y menos acusados para el resto de los núcleos. Nos referiremos de aquí en adelante preferentemente al protón, al ser el núcleo más ampliamente utilizado en RMN, aunque similares efectos, si bien más leves, se producen en cualquier otro tipo de núcleo. Contribución de contacto y dipolar Acabamos de indicar que los núcleos se relajan rápida- mente si se encuentran cerca de electrones desaparea- dos. Efectivamente, si los momentos magnéticos origi- nados por el núcleo y el electrón se encuentran espa- cialmente cerca, existirá entonces una interacción a través del espacio entre ambos que aumentará la rela- jación nuclear. Se trata de la denominada contribución dipolar3,4. Pero cerca, en nuestro mester, puede también significar a pocos enlaces químicos. Estamos hablando entonces de la denominada contribución de contacto a las veloci- dades de relajación. Este mecanismo de relajación sólo es operativo en ligandos covalentemente unidos al ion metálico y decae rápidamente con el número de enlaces (a más de cinco enlaces suele ser despreciable). Iones paramagnéticos buenos y malos para RMN Los humanos, y también los químicos, tenemos ten- dencia a clasificar las cosas entre buenas y malas. No seremos menos aquí. No obstante, antes definiremos los conceptos bueno/malo. Consideramos un ion para- magnético bueno para RMN cuando el efecto que pro- duce en un núcleo es tal que su radio de alcance (aquél dentro del cual no se observan núcleos de un tipo deter- minado) es pequeño. Es decir, el efecto paramagnético para un ion considerado bueno es relativamente pequeño y sólo los núcleos muy cercanos a dicho ion lo sentirán (Figura 4). Un ion malo ocasionaría, por el con- trario, una gran relajación nuclear a su alrededor, impi- diendo la observación de núcleos incluso a grandes dis- tancias. La pregunta, por tanto, sería: ¿qué características debe poseer un ion paramagnético para producir una rela- jación máxima (o mínima) en núcleos cercanos a él? En principio, cuantos más electrones desapareados posea el ion tanto mayor será el efecto que producirá sobre el núcleo. El spin electrónico, S, es, en consecuencia, importante. No obstante, no es, en absoluto, el factor Figura 3. Campo magnético generado por un ion metálico con electrones desapareados (spin S). El núcleo resonante (spin nuclear I) ve modificado sus parámetros de RMN como con- secuencia de la interacción con aquél. Figura 4. Efecto de alcance de un ion metálico en una proteí- na. Las señales de los núcleos incluidos dentro de la esfera de radio r1 experimentan un ensanchamiento extremo y no se observan (ver Figura 2C). Los núcleos ubicados a mayor dis- tancia que r2 no sienten el efecto paramagnético. Los núcleos situados dentro de la corona circular intermedia se observan y presentan tiempos de relajación proporcionales a la distancia del núcleo al ion paramagnético. A partir de estos tiempos es posible determinar dicha distancia. Resonancia magnética nuclear en sistemas paramagnéticos 29An. Quím. 2006, 102(1), 27−33 www.rseq.org © 2006 Real Sociedad Española de Química RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 29 fundamental. El principal factor que determina la obser- vación de núcleos de RMN en un sistema paramagnéti- co es el tiempo de relajación electrónica del ion metáli- co, τs 4. El ion paramagnético posee diferentes niveles electrónicos. En un campo magnético estos niveles están desdoblados (niveles de energía de Zeeman) de acuerdo con el valor de Ms. El electrón se relaja entre estos valores negativos (de menor energía) y positivos (de mayor energía), de forma que, en promedio, se encontrará prácticamente casi el mismo tiempo en ambos estados. Los núcleos resonantes poseen unas frecuencias de resonancia mucho menores que las electrónicas (el electrón posee una constante magne- togírica 657 veces mayor que la del protón). En conse- cuencia, el protón observa un efecto neto por parte del electrón que es tanto menor cuanto más rápidadmente relaje el electrón. En otras palabras, si el electrón se relaja muy rápidamente, el protón (que se mueve a cámara lenta con respecto al electrón) ve un promedio del electrón entre valores de Ms positivos y negativos que disminuyen, de forma drástica, el efecto neto del electrón desapareado. En este caso tendremos tiempos de relajación nuclear no excesivamente pequeños y se observarán las señales de RMN. Y viceversa: si el elec- trón relaja muy lentamente, entonces el protón tendrá tiempo de observar un efecto neto del electrón desa- pareado. Aquí, el núcleo poseerá valores de T1 y T2 muy pequeños y las señales serán anchas o no se observarán (Figura 5). La relajación electrónica depende del estado de oxi- dación, de la geometría y de los ligandos del ion metáli- co. Iones metálicos con τs pequeños son, en general, aquéllos que poseen muchos niveles próximos energéticamente, bien por acoplamiento spin-órbita, bien por el desdoblamiento a campo cero (ZFS). Entre éstos se encuentran el hierro(III) de bajo spin o el cobal- to(II) octaédrico (Tabla 1). Se trata de iones buenos para RMN. Es fácil entender que hayan sido las proteí- nas hemo (bien con hierro hexacoordinado, o bien los derivados hexacoordinados con cianuro) aquéllas más estudiadas por la RMN paramagnética6. De hecho, tanto el primer espectro monodimensional7 como el primero bidimensional8 en un sistema paramagnético se realizó con citocromos tipo c. En el caso opuesto tenemos el hierro(III) de alto spin o el cobre(II). En estos sistemas será difícil observar las señales de RMN (ver Tabla 1). Un caso drástico lo re- presentan los radicales libres. Con valores de τs delorden de 10-7 s, estas sustancias relajan tan lentamente que su efecto de ensanchamiento y pérdida de señales de RMN es drástico. Estos compuestos son malos para RMN. En Resonancia de Spin Electrónico (EPR) un ion para- magnético con relajación lenta puede observarse a tem- peratura ambiente. Diríamos que el ion es bueno para EPR. Un ion que relaja muy rápidamente sólo puede observarse si se disminuye en alto grado su relajación, verbigracia, bajando la temperatura. Se puede afirmar de forma resumida que donde empieza la RMN acaba la EPR o, lo que es bueno para RMN es malo para EPR. La recíproca también es cierta. Comenzamos el aparta- do con implicaciones morales, podríamos también con- cluirlo afirmando que el concepto de bueno/malo es muy relativo, no sólo entre los humanos, sino también entre los distintos tipos de espectroscopistas. No todo es negativo: Desplazamiento hiperfino Se comprende por lo dicho hasta el momento las reti- cencias de los espectroscopistas de RMN a la hora de utilizar sustancias con electrones desapareados en sus muestras. Existen, sin embargo, efectos positivos de los iones paramagnéticos. En primer lugar, la interacción entre el núcleo resonante y el electrón desapareado altera enormemente los nive- les energéticos de aquél. En consecuencia, estos núcleos poseerán desplazamientos químicos muy inusuales. Este desplazamiento se denomina hiperfino y es, en general, mucho mayor en magnitud que el desplazamiento típico de los núcleos en un entorno dia- magnético. En la Figura 6 se muestra el espectro de un mismo sis- tema (rusticianina, una proteína azul de cobre) en esta- do reducido (cobre(I), diamagnético), en estado oxida- do9 (cobre(II), paramagnético) y el espectro de la pro- teína metalosustituida por cobalto(II)10. En el sistema diamagnético (Figura 6A) no existen señales más allá de 12 ppm, mientras que en los sistemas paramagnéti- cos (Figuras 6B, C) se observan señales incluso a 300 ppm (Figura 6C). Desplazamientos químicos para el protón de tal magnitud se producen debido al efecto de los electrones desapareados. En esta misma Figura se Figura 5. Relación entre la estructura electrónica de un ion metálico y la observación de señales y acoplamientos en RMN de un sistema paramagnético. L.A. Alcaráz Mas et al.Anales RSEQ © 2006 Real Sociedad Española de Química www.rseq.org An. Quím. 2006, 102(1), 27−3330 RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 30 observa que las señales del sistema de cobre(II) son mucho más anchas que las de cobalto(II), de acuerdo con los valores de τs para estos dos iones (ver Tabla 1). El desplazamiento hiperfino se ha aprovechado desde mediados de los años sesenta para estudiar específica- mente el centro activo de macromoléculas biológicas. En proteínas de tamaño molecular bajo/medio existen desde centenares a miles de protones. Los electrones desapareados permiten discernir específicamente aquéllos que se encuentran cerca del metal. En la ma- yoría de las ocasiones, precisamente el metal y su entorno forman el centro activo y, en consecuencia, se trata del dominio más interesante de la proteína desde el punto de vista funcional. Existen infinidad de trabajos en las que se aprovecha este efecto6,11. Al igual que sucedía con las velocidades de relajación, son dos las contribuciones al desplazamiento hiperfino: la contribución de contacto o de Fermi (producida a través de enlaces químicos) y la dipolar o de pseudo- contacto (a través del espacio). En general, la contribu- ción de contacto suele ser mayor en magnitud que la dipolar. Por otra parte, la contribución dipolar es conse- cuencia de la anisotropía magnética del sistema, es decir, en último término, del hecho de que los elec- trones se disponen en ciertos orbitales atómicos con cierta orientación preferente. Incluso hay efectos positivos Información estructural. Hemos mencionado en diver- sas ocasiones la palabra cerca. Obviamente, los efec- tos paramagnéticos (disminución de los tiempos de relajación y grandes desplazamientos hiperfinos) serán Tabla 1. Valores de τs de algunos iones paramagnéticos. Se indican, asimismo, las velocidades de relajación nuclear que inducen en protones de una molécula relativamente grande (τr = 10-8 s), situados a 5 Å del ion metálico en un campo de mag- nético de 11.7 T4. Ion Metálico S / J a ττs (s) R1M (s-1) R2M (s-1)b VO2+ 1/2 10-8 30 15000 V3+ 1 10-11 100 500 V2+ 3/2 10-9 1000 15000 Fe3+ (a.s.)c 5/2 10-9-10-11 500-3000 (8-50)×103 Fe3+ (b.s.)d 1/2 10-11-10-13 1-60 50-150 Fe2+ (a.s.) 2 10-12-10-13 10-50 4000 Co2+ (a.s., 5-6coord)e 3/2 5×10-12-10-13 10-200 1000-2000 Co2+ (a.s., 4coord) 3/2 10-11 200-400 500-3000 Co2+ (b.s.) 1/2 10-9-10-10 200-400 500-3000 Cu2+ 1/2 10-8-10-10 40-200 (3-200)×103 Ru3+ 1/2 10-11-10-12 5-50 50-150 Ce3+ 5/2 10-13 4 300 Sm3+ 5/2 (5-20)×10-14 0.2-0.5 3-4 Gd3+ 7/2 (1-10)x10-8 800-5000 (1-4)×105 Dy3+ 15/2 (4-10)×10-13 170-300 80000 Yb3+ 7/2 (2-50)×10-14 16-30 3000 a Valor de S o J para iones de la serie d (mitad superior de la Tabla) o de la serie f (mitad inferior), respectivamente. b Las anchuras de las señales son directamente proporcionales a estos valores. c Alto espín. d Bajo espín. e El subíndice coord se refiere al número de coordinación del ion metálico. Figura 6. Espectros de RMN de 1H de rusticianina (Rc) en sus formas: A) nativa reducida, Cu(I); B) nativa oxidada, Cu(II); C) metalosustituida por Co(II). En los tres casos, los ligandos y geometría de coordinación (D) son los mismos. Resonancia magnética nuclear en sistemas paramagnéticos 31An. Quím. 2006, 102(1), 27−33 www.rseq.org © 2006 Real Sociedad Española de Química RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 31 tanto más acentuados cuanto más cerca se encuentren los núcleos de los iones paramagnéticos. En las ecua- ciones que relacionan efectos y parámetros estruc- turales (no expuestas aquí) aparece la distancia núcleo- electrón como factor determinante. En consecuencia, del conocimiento de los tiempos de relajación nuclear y de los desplazamientos hiperfinos puede deducirse dicha distancia12,13 (Figura 4). Por otra parte, el desplazamiento de pseudocontacto depende, además, de la orientación del núcleo respec- to de los ejes principales del tensor de anisotropía mag- nética. A partir de estos desplazamientos puede deducirse la orientación de este tensor, las anisotropías de sus componentes principales y, de aquí, refinar la estructura molecular del sistema en estudio. Esta estrategia se ha utilizado en diversas proteínas, funda- mentalmente de hierro(III) (hemo y citocromos)14 y me- talosustituidas por iones lantánidos15 (ver más ade- lante). Tiempos de relajación y desplazamientos hiperfinos se han usado ampliamente en la resolución de estructuras de metaloproteínas12,16,17 (Figura 7). Alrededor de 40 estructuras de otras tantas proteínas que se encuentran depositadas en el Protein Data Bankb se han resuelto mediante RMN y aprovechando la información estruc- tural que proporcionan los iones paramagnéticos. Orientación. En disolución las moléculas rotan libre- mente y la anisotropía de los parámetros de RMN se suele promediar. Sin embargo, si las moléculas quedan parcialmente "atrapadas" en medios intrínsecamente anisotrópicos, con orientación preferente, los paráme- tros de RMN variarán en función de la orientación de los núcleos respecto al campo magnético. Queda fuera de este capítulo discutir estos efectos y la información estructural que de ellos se extraenc. Sólo comentare- mos aquí que, de entre las diferentes formas existentes de orientar moléculas (bicapas lipídicas, fagos, frag- mentos de membrana púrpura), los iones paramagnéti- cos proporcionan a la molécula una susceptibilidad magnética suficientemente grande como para producir esta ordenación18,19. En este sistema orientado, los parámetros de RMN variarán en función de la disposi- ción de los núcleos respecto al tensor de anisotropía magnética del sistema, derivada fundamentalmente de la anisotropía magnética electrónicadel ion paramag- nético. En consecuencia, la cuantificación de estos efectos permite orientar los núcleos respecto al tensor de anisotropía magnética y, posteriormente, refinar la estructura molecular del compuesto15. Iones lantánidos. Los efectos hasta aquí comentados se aplican por igual a cualquier ion metálico. No obstante, dedicaremos un párrafo exclusivamente a los iones lantánidos (en estado de oxidación +3) por varios motivos. En primer lugar, el paramagnetismo de estos iones proviene del acoplamiento spin-órbita (J) y no sólo de los electrones desapareados (S), como suele suceder en los iones metálicos de la serie d. Por este motivo el efecto paramagnético que originan estos iones (relajación, desplazamiento hiperfino y, sobre todo, elevado grado de anisotropía) es, en general, mucho mayor que el producido por otros iones metáli- cos20,21. Por otro lado, en algunos de estos iones, y a pesar de este gran efecto paramagnético, la relajación electrónica es muy rápida, lo que permite la obser- vación de las señales. Por último, existe una graduación desde el La(III), diamagnético, al Lu(III) de las propiedades paramagnéticas en función de J que per- mite modificar el rango de alcance que afecta a los diferentes núcleos para un mismo sistema22. En sis- temas en los que se pueden sustituir el ion metálico nativo por iones lantánidos (como las proteínas de cal- cio) ésta es una herramienta muy potente para obtener información estructural. De hecho, en el último lustro se ha incrementado de forma exponencial el número de estudios por RMN de sistemas que contienen iones lan- tánidos (generalmente introducidos por sustitución metálica)11. También hay efectos saludables Hoy en día, una de las aplicaciones de la RMN en plena fase de desarrollo es la médicad. Efectivamente, la RMN posee un valor extraordinario como herramienta de diagnóstico de muy diversas enfermedades y para la localización de tejidos anómalos (tumores) o derrames cerebrales. Las Imágenes por Resonancia Magnética (MRI) no son más que el mapeo, en tres dimensiones, de un parámetro concreto de RMN (intensidad de la señal, tiempos de relajación u otro) de las moléculas de agua existentes en los tejidos de estudio23. En MRI el campo magnético se modifica de forma controlada para cada coordenada espacial, x, y, z, de forma que se puede identificar cada valor del parámetro con la posi- ción espacial. Cada rango de estos parámetros se co- b http://www.rcsb.org/pdb/ c Un excelente artículo de O. Millet sobre este tema puede encontrarse en el número 2 de este año de esta revista. d En 2003, los profesores P. C. Lauterbur y P. Mansfield fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina "for their discoveries concerning magnetic resonance imaging". Figura 7. Estructura tridimensional de la ferredoxina 2[Fe4S4] de Clostridium pasteurianum16. En la resolución de esta estructura se utilizaron los tiempos de relajación como restric- ciones del metal. L.A. Alcaráz Mas et al.Anales RSEQ © 2006 Real Sociedad Española de Química www.rseq.org An. Quím. 2006, 102(1), 27−3332 RMN.qxd 07/03/2006 9:53 PÆgina 32 difica posteriormente en diversas intensidades o tonali- dades. De esta forma se obtiene la imagen24. Los tiem- pos de relajación (T1 o T2) son los parámetros más uti- lizados. En estas imágenes (Figura 8) se muestra cómo varía el T2 (o, en su caso el T1) de las moléculas de agua en una sección transversal de un tejido u órgano. Una forma muy eficiente de aumentar la sensibilidad de la técnica es el uso de sustancias que incrementen sig- nificativamente los tiempos de relajación, es decir, sus- tancias paramagnéticas. Para ello se deben diseñar complejos inocuos que, por una parte, se unan al tejido deseado (dañino) y, por otra, posean un ion metálico capaz de provocar una alta relajación nuclear. El ion Gd(III), con 7 electrones desapareados, tiene una rela- jación electrónica muy ineficiente, por lo que produce ensanchamientos de señales enormes (ver Tabla 1). Típicamente son complejos de este ion los utilizados como agente de contraste en MRI para obtener imá- genes muy nítidas. Conclusiones Los electrones desapareados ensanchan las señales de RMN hasta su no observación. Este efecto, en prin- cipio altamente negativo para la aplicación de la RMN en estos sistemas, se ha aprovechado, sin embargo, para obtener información electrónica, estructural y fun- cional de macromoléculas biológicas. En este sentido, los iones lantánidos son los más utilizados en los últi- mos tiempos. El efecto en la relajación de estas sustan- cias es también extensamente utilizado en MRI. Referencias: 1. 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