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Esta fortuna, cultivada a lo largo de mis años de estudiante, es una parte muy importante de mi identidad. Pero sólo fui consciente de su valía cuando comprendí, más no acepté, que estas dos actividades -tan esenciales para mí- resultan ser privilegios en las formas en que están siendo administradas. Aún creo que es válido estar agradecida con esta educación que por muy perfectible que sea, me ha permitido ver lo pesadillesco de la realidad que hemos heredado y a su vez me ha dado herramientas para configurar una utopía a la altura de una humanidad despierta. El trabajo apenas comienza. Gracias a los profesores que me compartieron sus conocimientos y que sobre todo con su ejemplo me inspiraron a aprender sin avidez, amando el recorrido y los intentos. Gracias: Francisco Pichardo, Montserrat Aizpuru, Alberto Martínez, José Luis Méndez. Gracias al profesor Jesús Gallardo, aunque no tuve la suerte de ser su alumna, con sus valiosas palabras contribuyó a dibujarle identidad a esta institución. Agradezco muy especialmente a la Mtra. Lydia Cervantes Jáuregui por aceptar guiarme en esta investigación por alrededor de dos años, mucho le reconozco su amabilidad y paciencia como tutora de esta estudiante “desubicada” de su departamento de licenciatura. Agradezco también a los profesores Angélica Macías y Salvador Salas por leer y ser jurado de este trabajo. Gracias a todos mis amigos por acompañarme, alentarme y despejarme durante todo este tiempo. Pero en la base de todo esto se encuentra mi familia, primeramente porque de ella aprendí a agradecer. Gracias por mandarme a dibujar y a tocar, gracias por no formarme como un monstruo bien educado, gracias por dejarme ser Marlen. Su apoyo fue esencial durante todo este trayecto que inició en una utopía y hoy es una realidad. III Índice Introducción 1 1. Artes Plásticas: entre imaginar o instituir una profesión que coincida con la vocación de artista 9 1.1 La espera se refugia en la utopía y ¿la utopía en la universidad? La disyuntiva entre la realidad mercantil y el compromiso humanista 12 1.2 ¿Nuevos mecenas para anclar sentido académico? 18 1.3¿Cómo tejer la utopía sobre el entorno óptimo para la vocación/profesión de artista? 24 2. Vivencias creativas y reactivas en la experiencia universitaria: Enfrentando la vocación con la formación 34 2.1 ¿Por qué ingresar a la Universidad para estudiar artes plásticas? 36 2.2 Vivencias imaginadas, creativas y reactivas. ¿Artista, estudiante o cliente? 42 2.3 Evaluaciones docentes ¿indicadores de malestares o legitimación institucional de éstos? 52 2.4 Autonomía y Comunidad 58 2.5 Autonomía y Creatividad 62 2.6 Una vocación que alumbra las formaciones y deformaciones propias, ajenas y compartidas 69 3. Una propuesta que alumbra las formaciones y modifica las deformaciones propias, ajenas y compartidas 72 3.1 El estudiante de artes instituyente, otra cara del artista creativo 76 3.2 ¿Licenciados para qué? 79 3.3 Reciprocidad contra compensación o consolación 85 3.4 Contextualizando la profesión para comunicar y legitimar la vocación 88 4. La Escuela de Artes Plásticas: Memorias y lagunas de su desarrollo 93 Conclusiones 98 Bibliografía 107 TesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 1 Marlen Alejandra Manríquez Miranda Introducción En el escenario de una sociedad utilitarista y mercantil que no sabe a ciencia cierta en dónde y para qué fomentar el arte, una persona que pretenda ser o sea Licenciado en Artes Visuales y/o ejerza como artista, naturalmente será visto como sospechoso o por lo menos “dudoso”. Curiosamente, y contradictoriamente, esta misma sociedad crea instituciones para la formación de “profesionales de las artes”. Esta brecha entre no saber por qué y para qué proporcionar educación artística, pero sin embargo proporcionarla, es casi indudable que cause malestares en más de algún caso. Las instituciones que proporcionan educación artística se encuentran inmersas en proyectos sociales que están en constante devenir. El papel que desempeñan y la legitimación de estas instituciones resultan condicionales al proyecto social para así poder reafirmarse continuamente como indispensables, sino corren el riesgo de desaparecer. Cuando el proyecto social es contrario a los postulados que enarbolan las instituciones educativas -pensando en un proyecto capitalista y mercantil como en el que vivimos del que contradictoriamente son parte las universidades humanistas- muchas veces la institución que se anuncia con un determinado modo de ser practica la antítesis de tal promoción. Imagínese un teatro que anuncia y monta un escenario para determinada obra, pero en el rol que da y permite a sus actores se descubre que la función no era la ofrecida a sus actores sino la requerida para “pagar la renta del local”. Cuando una institución educativa opta por esta vía adaptativa ¿cómo actúa una institución que primeramente se ocupa de formar sujetos de adecuación al mercado, cuando el papel de “pensar y actuar en educación, no es reproducir ni resistir, sino crear”? (Jiménez, 2007:186). Los estudiantes ingresan a estas instituciones bajo la promesa o utopía de determinada formación que concuerde más cercanamente con sus proyectos vocacionales y personales, es decir con sus proyectos de vida. El proceso formativo al intervenir en la profesionalización inevitablemente modelará las expectativas, convirtiendo en realidad o en utopía las aspiraciones de una vocación. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 2 Marlen Alejandra Manríquez Miranda En este trabajo se intenta analizar (durante el proceso formativo universitario y contando con las peculiaridades de un campo tan amplio como el de las artes) cómo y en qué medida y matices se llegan a influenciar y modificar los proyectos profesionales-vocacionales de los sujetos por la influencia institucional y qué oportunidades de intervención y creación se mantienen para generar una praxis autónoma en durante el proceso formativo. Para llegar a este objetivo fue necesario recurrir a la descripción de las oportunidades de intervención que tuvieron los alumnos para enfrentar los choques entre sus concepciones y las prácticas institucionales que no se apegaban a sus concepciones o preconcepciones sobre la profesión y formación. Las concepciones y acciones institucionales y de los sujetos a su vez ayudaron a visualizar cómo sería o se desearía que fuera el despliegue social y profesional del estudiante de artes visuales. Para efectos de este trabajo se tomó como sujetos de estudio a los egresados de la licenciatura en artes plásticas de la Universidad de Guanajuato, en particulara la generación 2005-2010. La pregunta que encamina a lo que se pretende dilucidar en este caso en específico es ¿las artes visuales son una realidad o una utopía para el estudiante de esta licenciatura en la Universidad de Guanajuato? Concibiendo utopía y realidad como dos maneras de enfrentarse, plantearse y manejarse en el arte, a consecuencia -o a pesar- del fenómeno de la formación profesional como “licenciado en artes visuales”. El acercamiento que permite resolver estas cuestiones implica cuestionar a la institución universitaria relacionándola con los sujetos que pertenecieron a ella. El escenario institucional se indagará por dos vías: una, revisando los discursos oficiales y otra de prácticas realmente ejercidas, con esto se puede analizar ¿a qué realidades y a qué utopías responde? Y por parte del tratamiento de los sujetos, a través de entrevistas: ¿cuáles fueron y son sus utopías? y ¿cómo se formaron sus utopías con base en su realidad personal e institucional? Las preguntas que se lanzaron para esta investigación se pueden introducir mediante un paradigma partiendo del título de la misma que contribuya a perfilar el objeto de estudio de este trabajo. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 3 Marlen Alejandra Manríquez Miranda Para introducir los conceptos a los que se refiere esta investigación, a continuación se explicará el marco desde donde se manejaron los términos educación, arte, realidad y utopía. Para comenzar se plantea que tanto el arte como la educación son praxis que sólo existen a través de la intersubjetividad, que su aparición siempre es dialógica, que sólo se dan en el reconocimiento de la otredad. Por lo mismo no hay educación ni arte para mí, ni para los otros sino con los otros. En el reconocimiento de que debería haber una igualdad de derechos para enseñar, aprender y practicar tanto la educación como el arte, que aunque no se permita realmente la existencia de estos derechos, están en la humanidad. Es decir, que no son “actividades” o “campos” objetivos y preexistentes a las cuales “cada quien” deba o tenga que adaptarse -como si fueran fenómenos como el clima- sino que proceden de la creación humana (tanto de su biología como de su conciencia, con la cual resulta indispensable la autonomía en el sentido de que los juicios no sean regidos por poderes externos a la persona ) y que necesariamente exigen praxis para ejercerse, difundirse y mantenerse y no sólo de receptividad y de adaptación. Por lo cual este trabajo parte de un compromiso con el humanismo y por ello habrá múltiples maneras de conectarlo con otros proyectos y estudios que giren en torno al bienestar del hombre en y con la sociedad. De entre la multiplicidad de trabajos e investigaciones humanistas resulta pertinente citar un párrafo de una reseña sobre El Cultivo de Humanidad de Martha Nussbaum, que Licenciatura en UG Artes Visuales Realidad Utopía Estudiante de artes Condiciones sociales en donde se inserta el arte. Lugares-campos instituidos e instituyentes Creaciones ¿Autónomas? ¿A qué realidades y a qué utopías responde en la visión y en la práctica? Visualizaciones, planeaciones que motivan la realidad Lo que aún no es o aún no tiene lugar Miembros de la generación 2005-2010. ¿Cuáles fueron y son sus utopías? ¿Cómo se formaron sus utopías con base en su realidad personal e institucional? Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 4 Marlen Alejandra Manríquez Miranda resume en qué consiste este “cultivo” al cual evidentemente contribuyen tanto la educación como el arte: � Tres habilidades son básicas para este cultivo de la humanidad. La primera es la capacidad de hacer un examen crítico de uno mismo y de sus propias tradiciones, es decir, cuestionar toda forma de dogmatismo e imposición de las creencias y los conocimientos. En segundo lugar, es preciso que las personas nos sintamos miembros pertenecientes –ciudadanos- de una gran comunidad que abarca a todos los seres humanos, más allá de nuestras identificaciones regionales, étnicas, religiosas o de cualquier otro tipo. Por último, el cultivo de la humanidad implica la capacidad de situarnos en el plano de otras personas, de comprender las emociones, sentimientos y aspiraciones de otros (en Jiménez Vicioso, 2007). Esta descripción de lo que requiere el “cultivo de humanidad” ayuda a explicar lo que en este trabajo se interpreta como “utopía”, en donde se encuentra que tanto el arte como la educación contribuyen a su puesta en práctica. Es decir que en este caso “el cultivo de humanidad” es utópico en el sentido en que aún no tiene “lugar”, no en el sentido de que sea “irrealizable”, pero que sí se expresa y se manifiesta en múltiples despliegues del ser humano, acotando, en el caso de este trabajo, a la educación y al arte. El recelo que despierta el calificar algo de “utópico” no es sólo por identificar cualquier trato con la utopía como una “ilusión” o una pérdida de tiempo (y por consiguiente un desperdicio de ilusiones y de tiempo “productivo”), sino que posiblemente provenga del temor a abordar a los proyectos humanistas con su intrínseca problematización, contrarios al determinismo y a la seguridad de lo ya dado y establecido, proyectos no acabados que exigen un compromiso total que problematizan e inquietan a quienes los abordan sobretodo habitando dentro de una sociedad que premia la eliminación de la toma de decisiones con la anhelada seguridad y el confort. Por ello la realidad a la que se refiere este trabajo es una realidad humana e igualmente problemática que a diferencia de lo utópico (que se centra por su misma naturaleza más en la planeación y visualización) requiere mayor “improvisación” y espontaneidad, pero lo más importante es que ambas; realidad y utopía son creación humana. Se pretende en lo posible que queden fuera de nuestro horizonte -por ser Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 5 Marlen Alejandra Manríquez Miranda crítico- lo que Marcuse llamó: las “pretensiones de que nada cambie disfrazadas de realismo” sustentadas en una valoración de la realidad simplista y acrítica. De esta forma se habla de una educación y un arte no desvinculados de lo social, y de cómo, por qué y para qué justifican su labor, ante la sociedad y ante los sujetos que los conforman. Y de una universidad como “instituida, es decir, normalizada, regulada, estabilizada, autorreproducida, como conjunto de significaciones que se instrumentalizan (conjuntista-identitaria), es también siempre y al mismo tiempo instituyente, es decir, alteración, transformación, creación, alternativa, desestabilización” (Jiménez, 2007: 189). El recorrido metodológico de la investigación es el que permitirá vislumbrar con más matices el cuadro de los fenómenos a retratar. Un ejemplo de esto es que: es necesario crear un diálogo entre los elementos de la composición: institución y sujetos, éstos a través de sus discursos se encontrarán mutuamente delineándose, perfilándose, y ambos se encontrarán sombreados a la luz de la teoría consultada. Así el análisis como los resultados del objeto de estudio se encuentran enmarcados por un aparato crítico sustentado en la Teoría Crítica y en la investigación educativa. El marco está compuesto por un recorrido desde la filosofía romántica con Schiller, por ejemplo, con los trabajos en Teoría Crítica de mediados de siglo XX de Theodor Adorno y Max Horkheimer, contemporáneos del psicoanálisis humanista de Erich Fromm, también con algunos estudios de investigación en educación con orientación filosófica yde pedagogía crítica que abarcan las diversas problemáticas en que se ve envuelta la educación y las instituciones educativas, conforme a los distintos escenarios sociales, como los de Paulo Freire y Cornelius Castoriadis. Con Elliot W. Eisner que proporciona una reflexión de lo que la “educación puede aprender del arte” y la historia de la educación artística por Arthur D. Efland, hasta contar con el acercamiento hacia trabajos de investigación educativa contemporánea centrados en las políticas públicas educativas y sus consecuencias para las universidades latinoamericanas. La investigación educativa, a través de la investigación cualitativa, también proporcionó la herramienta de la llamada “entrevista a profundidad de base Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 6 Marlen Alejandra Manríquez Miranda fenomenológica”, que en la elaboración del “cuadro” es el material que permitió tomar el “apunte” de los sujetos, la forma de este apunte es una especie de “retrato hablado” de los sujetos conforme a su papel desempeñado dentro de las instituciones, con base en que dentro de las instituciones los hombres responden a la organización de las mismas y por ello el testimonio de su “papel” desempeñado dentro de la universidad hablará de la subjetivación o interiorización de los valores y de las prácticas realmente llevadas a cabo (Correa, 2010). En lo que concierne al “retrato hablado” de la institución se recurrió a la revisión de documentación oficial (planes de estudio, cartas descriptivas, revisiones, estatutos académicos, etcétera), la consulta se realizó en archivos, bibliotecas y las páginas web de la Universidad de Guanajuato. Es necesario advertir que el fenómeno se observó y está narrado desde una perspectiva autobiográfica (aunque no solamente) como toda incursión en la educación y en el arte. Metodológicamente esto facilitó tratar e involucrar las declaraciones de los entrevistados en un diálogo entre ellos y quien pretende tejer una narración involucrando un discurso teórico con igual número de matices como las vivencias expresadas por los hablantes, de manera que no fueron tratadas sólo como medios de “comprobación” de lo abordado o descrito desde la especulación filosófica o determinación teórica. El apartado I de este trabajo está basado únicamente en la investigación, análisis y reflexión de la teoría consultada: primeramente se comienza con la descripción de los elementos que indican la inclinación de una persona hacia la vocación artística y cómo son acogidas estas primeras señales por su entorno cercano, después se realiza un recorrido por los escenarios reales y utópicos que las instituciones proponen, donde se abordan los análisis teóricos sobre la crisis que las instituciones de nivel superior atraviesan dentro del capitalismo, que ha sido determinada como “capitalismo académico”, estos estudios también se irán enlazando con algunas de las problemáticas sobre el arte y la educación del arte. Se concluye este apartado con una reflexión sobre cómo tejer la utopía sobre el entorno óptimo para la vocación/profesión de artista. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 7 Marlen Alejandra Manríquez Miranda A partir del apartado II se fueron ingresando y entrelazando poco a poco, con estos mismos temas, los testimonios de los entrevistados que contribuyeron a enriquecer y sustentar este ejercicio reflexivo. Se habla de las motivaciones y visualizaciones vocacionales y personales de las personas que decidieron ingresar a una universidad para profesionalizarse, posteriormente se ingresan los testimonios de las vivencias adentro de la institución que provoca que se cuestione la auto percepción de los sujetos: como artistas, como estudiantes o como clientes, a través de las acciones institucionales que propiciaban o no un entorno de comunidad, autonomía o creatividad, acciones como la implantación de las evaluaciones docentes. A partir de la autopercepción de los sujetos y de la calidad de su papel dentro de la institución educativa se cierra este apartado con una reflexión sobre las problemáticas que alumbra una vocación como la artística. Durante el desarrollo de este apartado se ejerció el análisis de la correspondencia entre los discursos oficiales y la práctica educativa, así como la presencia de autonomía creativa o de burocratismo tanto en los discursos como en las prácticas, también buscando bajo qué parámetros es (o no) supervisada esta correspondencia. Se buscó confrontar la información oficial con la narración de los sujetos, es decir rescatar las experiencias de los sujetos por encima del discurso oficial. El apartado III lanza algunas luces sobre una propuesta educativa nutrida con las reflexiones del grupo de entrevistados, desde el para qué se es licenciado en artes, con base en una contextualización del entorno social no desapegada de un imaginario radical capaz de proyectar lo deseable en el entorno y naturalmente en las instituciones educativas. Antes de ingresar a las conclusiones, el apartado IV da unos pasos atrás en la historia institucional de la Escuela de Artes Plásticas intentando describir algunas de las condiciones que explican al día de hoy la posibilidad del escenario descrito a lo largo de esta investigación. Nuevamente en este apartado se recurre a un testimonio de viva voz, pero en este caso se trata del profesor fundador de la Escuela de Artes Plásticas. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 8 Marlen Alejandra Manríquez Miranda La intención de investigar sobre esta temática nace porque, como toda problemática creada humanamente es susceptible de solucionar, pero al igual que muchas otras también carece de atención en su tratamiento, quizá porque la identificación del problema no está aún concientizado y mucho menos teorizado. Si como un primer paso éste trabajo ayuda a identificar algunos malestares, contribuirá a concientizarlos y sólo así se abrirá la esperanza en elegir algún camino para las posibles soluciones. La investigación se limita al estudio de la generación de estudiantes de la licenciatura en artes plásticas del ciclo 2005-2010, por ello es imposible que se puedan abarcar todos los otros factores (como las generaciones pasadas o las que vienen) que muy seguramente contribuyeron o están contribuyendo a explicar la actual situación. Sin embargo, precisamente porque se “extrae” una pequeña muestra como resultado de diferentes entrecruzamientos e historias, puede ser válido un breve trabajo como éste, pensando en abrir caminos para futuros estudios educativos y/o filosóficos. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 9 Marlen Alejandra Manríquez Miranda 1.�Artes Plásticas: entre imaginar o instituir una profesión que coincida con la vocación de artista � “El yo de un hombre, es su vocación, Que , coincide unas veces más, otras menos y a veces nada con un oficio o profesión” � José Ortega y Gasset -¿Qué quieres ser de grande? -¡Artista! -¿De los que salen en la tele? -¡No! De los que pintan -Ay, pero eso es un hobby. Lo que te digo es: ¿de qué te piensas mantener? - Pues vendiendo mis cuadros. -Bueno, de que tienes una muy buena imaginación, de eso no hay duda. ¿Cuántos de los que mandaban a dibujar después de tener este tipo de pláticas pudieron sentir satisfacción por “alabarles” su “buena imaginación”? Pocos, sin duda. Y de esos, ¿cuántos pueden cumplir su sueño de “ser artista” o, mejor dicho, de estudiar “para ser artista”? Menos aún. Pero lo verdaderamente importante es; ¿cuántosa la fecha pueden seguir guiándose de esa imaginación para sentirse satisfechos? Ejercicio ya de por sí admirable en medio de la “inseguridad existencial” y la “incertidumbre ontológica” (Bauman, 2003:171). Este apartado inicia acercándose a la descripción de la persona que tiene por vocación la labor con las artes. Se trata de explicar que este fenómeno tiene quizá un mayor acento de incertidumbre en cuanto al reconocimiento por parte de los otros que las demás vocaciones en donde la interacción con las demás personas es mucho más tangible o medible. Se abordará brevemente el problema de la falta de reconocimiento tanto a nivel intersubjetivo como social para posteriormente dar paso a la descripción de la reproducción de este paradigma por parte de las instituciones educativas. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 10 Marlen Alejandra Manríquez Miranda La institución familiar, como reproductora de la sociedad en que está inmersa, en ese sospechoso alago de “imaginativo” desacreditaba ya los primeros intentos por proyectarse como adultos felices con su vocación, más adelante, fuera del círculo familiar las demás instituciones sociales no son más benévolas. Pareciera ser que la gran mayoría de las instituciones sociales son fieles reflejos de sentencias como: “La imaginación es la loca de la casa” y “a los locos se les juzga”. Como se sabe las ocupaciones que emplean de una forma más “legítima” a la imaginación son principalmente las asociadas a las artes. Por ello el ejercicio de encaminar esta imaginación hacia la productividad dependerá de las inclinaciones, facilidades o habilidades de cada persona: escribir, dibujar, tocar algún instrumento. (Un aspecto muy importante a resaltar de este fenómeno es la relación entre la “capacidad imaginativa” y las creaciones, acciones, productos que se derivan de este ejercicio mental, como los rasgos que sintetiza la creatividad). Por la necesidad de manifestar hacia los otros esta cualidad a través de sus producciones -y para no ser identificados como sujetos neuróticos, según el psicoanálisis “aquel que produce aislado cosas inútiles e individuales” (Marcuse, 1986:215)- las actividades artísticas, en nuestra sociedad, sí cuentan con espacios para su ejercicio: talleres, escuelas e institutos. No obstante de que existan -generalmente de manera escasa- estos espacios para la práctica de las artes, aquellos que no practiquen las artes naturalmente cuestionarán: ¿cuál es su productividad o funcionalidad o beneficio o valor de cambio para nosotros que no somos “artistas”? (entendiéndose productividad, funcionalidad y beneficio en los niveles en que se suela “poner los acentos”: supervivencial para la vida del cuerpo, para la vida del espíritu, o lamentablemente en lo mercantil). Al cuestionar y tratar de responder la razón de ser y el mantenimiento de estos espacios, al no ser una práctica para los “no artistas”, es natural que para “poder valorarlas” o “reconocerlas” recurran a sus productos: los objetos que se producen en la práctica de las artes. Pero este es un paso sumamente peligroso, pues está latente el cosificarlo al decir: “los objetos que produce el arte”, o “el arte es este objeto” (quedando el sustantivo arte en una abstracción o hacerlo un ídolo, que permite olvidar al humano Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 11 Marlen Alejandra Manríquez Miranda que produjo ese objeto y a la contextualización que le permite ser reconocido como arte); y de allí simplificaciones como “artista es el que produce objetos de arte” (alienando su persona con el objeto que le da “sentido” a llamarse artista); o “eso es arte porque está dentro de un museo de arte”, oraciones donde claramente la lógica traiciona la interpretaciones con sus juegos de palabras, peligrosamente cosificadoras. Así que el reconocimiento social e institucional a todo lo relacionado con las artes (productores y productos) será dependiente de las valoraciones cualitativas o cuantitativas de la sociedad en donde están inmersas, por lo general será hacia los “productos” de las artes y en ocasiones muy especiales sobre los “productores” o “genios” (donde se mitifica y legitima la figura del artista que -al igual que una institución instituyente-con sus productos como “rey midas” vuelve “arte” todo lo que toca, piensa o produce). Se aumenta la problemática cuando el “velo” que enceguece y hace aparecer la “realidad” y sus “cosas” (dentro del mundo creado) como no creadas por manos humanas, parece ser que en el caso de los objetos artísticos se coloca mejor alimentado por los mitos que se construyen alrededor del arte (que irónicamente facilitan el paso de apreciar como “objeto de arte” a “obra de arte”)1. Debido a que existe esa especie de lejanía entre “hacer obras de arte” y la “apreciación por parte del otro que no es artista” surgen distintas problemáticas para legitimar la permanencia en la sociedad de estas instituciones, si la valoración va a depender únicamente del “producto” a dar a la sociedad, y aún más complicaciones si ese “producto” es únicamente para la apreciación de otros artistas. En cuanto a los productores, es fácil reconocer que algunas de las recompensas de la vocación estarán intrínsecas en la labor artística: disfrutar de lo que se hace. Eso evitará enajenaciones con respecto a la producción, pero indudablemente creará sujetos neuróticos sino hay reconocimiento por parte de otro, sino hay un receptor. La UNESCO define al artista de la siguiente manera: 1 En cuanto a la percepción contemporánea hacia la realidad, podemos citar a John Czaplicka, específicamente él se refiere a las Stimmungsbild (pinturas de estado de ánimo), pero su semejanza con la “conciencia mágica” o acrítica es alarmante: “La ciudad (…) es reducida a un estado de ánimo del espectador (…) La experiencia del lugar (…) es más emocional que racional (…) Hay una sutil negación a la ciudad como un artificio (…) y una sutil renuncia a la responsabilidad de la humanidad por haber construidos este ambiente” (Buck-Morss, 2005: 198) Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 12 Marlen Alejandra Manríquez Miranda Se entiende por artista toda persona que crea o participa por su interpretación en la creación o la recreación de obras de arte, que considera su creación artística como un elemento esencial de su vida, que contribuye así a desarrollar el arte y la cultura, y que es reconocida o pide que se le reconozca como artista, haya entrado o no en una relación de trabajo u otra forma de asociación (UNESCO. Observatorio de la Condición Social del Artista. Sección legislación, condición social y normas internacionales. Recuperado en portal UNESCO http://www.unesco.org, mayo de 2008) Bajo esta definición, si el artista considera a la creación artística como un elemento esencial de la vida, pero al mismo tiempo necesitar ser reconocido como tal en una sociedad que aparentemente no lo requiere (pues ni siquiera es consciente de su participación) sino –y a lo mucho- reconoce a los objetos artísticos(enajenadas del productor, considerados “creaciones del arte” y no de un productor) es imponerle una especie de tragedia: aquel que disfruta de lo que hace, necesariamente será considerado como un sujeto egoísta y/o neurótico si el “elemento esencial de su vida” no es esencial para los demás o si la recepción de su labor, de su creación proviene de una valoración y un reconocimiento incompletos o equivocados. Pero no obstante intuido -sino que experimentado tempranamente- este sentimiento de incomprensión intersubjetiva, como se sabe hay personasdedicadas a las artes y también hay lugares para la formación escolarizada de estos “trágicos” sujetos. Tener conciencia -de que el arte es producido por hombres que merecen reconocimiento como cualquier otro productor- a nivel personal es indispensable para la autovaloración del sujeto que ejerce la vocación de artista, pero ¿ésta es facilitada y respetada por los escenarios sociales en donde se educan y se desenvuelven los artistas? 1.1 La espera se refugia en la utopía y ¿la utopía en la universidad? La disyuntiva entre la realidad mercantil y el compromiso humanista. Considerando la variable del reconocimiento como una de las necesidades para el desenvolvimiento pleno de los hombres, en el apartado anterior se analizó Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 13 Marlen Alejandra Manríquez Miranda cómo la valoración personal del propio ejercicio es indispensable para poder manifestarse autónomamente y con capacidad para exigir este derecho. Para el desarrollo de la vocación artística hay varios caminos, autodidactas o institucionalizados, pero es en el caso de la vía institucional por donde se continuará abordando la problemática. Así como entre los productores de arte y los receptores hay distancias que impiden el reconocimiento mutuo, también existen distancias semejantes entre los proyectos universitarios y los proyectos mercantiles en los que está inmersa y es producida la formación cultural y universitaria. Esto problematiza aún más el resolver si la educación artística universitaria es una utopía irrealizable desde sus comienzos, bajo las “fuerzas ciegas” de un proyecto deshumanizante e individualista como lo es el capitalismo, o si poco a poco se convierte en realizable -o como diría Freire “inéditamente viable”- con esas fuerzas ya no sobre las espaldas sino “en las manos” después de transformar la conciencia ingenua en crítica y productiva. Así como los artistas a través del trabajo que mancha, agota y ensucia saben que se genera el arte: producto y productores. Poco a poco se puede ir delineando el perfil de la persona que emprende una carrera universitaria, por un lado aparecería la motivación de obtener conocimiento y de esta manera encontrar un lugar para poner en práctica esa imaginación o creatividad con la oportunidad de sentirse productivo y reconocido. Y por el otro, es impulsado por la motivación de que con el fruto de esos conocimientos pueda mantenerse “mejor” que aquellos que no cuentan con un certificado de una licenciatura2. Se deduce que el conocer y ser reconocido por ese conocimiento a nivel social y económico, son los acentos que se consideran para emprender una carrera universitaria. Pero en el caso de una “licenciatura en artes plásticas” las particularidades de la profesión hacen de éste un caso muy especial en cuanto a las 2 Es necesario aclarar que en este nivel de análisis nos referimos únicamente a la vía educativa institucional, el problema es mucho más complejo si nos referimos a las personas que son artistas o son reconocidos como artistas sin tener un título universitario, es decir sin ser licenciados en arte. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 14 Marlen Alejandra Manríquez Miranda promesas de inserción laboral y de reconocimiento social, sumadas a cómo se identifican ellos mismos (si han sido formados como artistas o como licenciados en artes plásticas) para así generar el adecuado reconocimiento social y económico, del que dependerá parte de su bienestar personal. 3 De esto se desprende que las motivaciones –consideradas como lo que “puede ser” es decir como utopías- de los licenciados en artes plásticas se dan entre lo que ellos aspiran como estudiantes y las aspiraciones de la institución educativa que se debate entre responder a su autonomía académica y humanista y las exigencias del mercado laboral que intervienen en dicha autonomía. “Ni camino sin meta, ni meta sin camino”, y es así como generalmente se ven reducidos los estudios universitarios, la universidad como el camino y el trabajo como la meta. Como se sabe la promesa universitaria de la inserción laboral es de las más difíciles de cumplir. Sin embargo, ésta promesa es la más imperante motivación a la hora de emprender una carrera universitaria. Sin duda éste es un problema que aqueja a todo el sistema educativo y laboral. Pero ¿acaso un futuro licenciado en artes no siente aún más dudosa esta meta? Limitada a lo que los índices de desempleo lo permiten pensar, la licenciatura viene, desde el principio laboral, a configurarse como un proyecto con tintes utópicos. Esta idea se encuentra reflejada en lo declarado por los mismos profesores: “Sería maravilloso que la mayoría de nuestros egresados se convirtieran en artistas, y se mantuviesen económicamente de serlo, pero sabemos que no es verdad” (Walz, 2008: 6) De antemano se sabe que esta profesión no se encuentra en “los clasificados”. Tampoco el imaginario de un “profesionista exitoso” concuerda muy bien con el de un “artista”; la idea de ser licenciado en artes plásticas para mantenerse, supone una gran diferencia con respecto a visualizarse como “jefe” o como “empleado”. Pero el carácter mercantil asimila todo a su paso, el “mercado del arte” vive de la venta del valor simbólico que envuelve al arte, tanto a los productos como a los productores, 3 En un proyecto en donde la universidad, al igual que el proyecto social en que está inmersa, se debate entre estar determinada política o económicamente: bajo cada uno de estos parámetros se generan distintas valoraciones hacia las profesiones pero principalmente por el valor de haber cursado una carrera universitaria. Económicamente llegando a considerarlos “buenas inversiones” bajo la promesa laboral. Desde este punto ya se puede preguntar ¿es el arte una inversión? Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 15 Marlen Alejandra Manríquez Miranda degradando a ambos como mercancías. Bajo esta lógica la promesa laboral de un estudiante de artes sería el inscribirse a la universidad esperando que también le proporcionen conocimientos para vender mejor sus mercancías (creaciones) y su personalidad individual de artista (como productor) o de licenciado en artes plásticas, con el “sello” legitimador de provenir de determinada institución “de calidad”. Pero el limitarse a considerar que esto es lo único que motiva (u obliga) para emprender estudios universitarios es muy estrecho. Visualizar cuántos de los estudiantes pueden entrar en el mundo laboral y cuántos se quedan fuera, será, conforme a las cifras, convertir a la universidad en una fábrica de desempleados, donde se admite “que la universidad es una cosa y la realidad otra”. Lugares donde “nuestras acciones avalan formas de pensamiento y proyectos educativos que nos determinan ser actores de los sueños de otros sin mayor trámite” (Ramírez, 2007: 287), y “sueños” que pueden arrastrar graves consecuencias si es que no se alcanza un lugar porque simplemente somos muchos. Aquí es donde resalta la gravedad de limitarnos a acceder a una universidad sólo para competir por un lugar en el sueño laboral (reducido sólo a lo mercantil), pero como ésta es la única vía de subsistir en este patológico medio económico, el no perseguirlo representa una gran amenaza: la amenaza de morirse de hambre. Recordando los estudios de cultura y administración de Horkheimer “cuando con menos roces se adapte a la realidad integral, tanto más se desanimará de trascender y superar lo que ya hay” (Adorno. Horkheimer, 1989:65). Porlo tanto al reconocer a la universidad como refugio y creación de aspiraciones diferentes a “la realidad” y no sólo de funcionarios para ese mercado “de sueños” que son pesadilla para las mayorías4, es reconocer el imaginario radical aún posible, aquel que hace que las instituciones no sólo sean instituidas con inmovilidad social sino instituyentes: es 4 Se puede hacer una comparación de los sueños impuestos que promueve la formación universitaria con lo que Benjamin declaraba del capitalismo: “Los aspectos pesadillescos e infernales del capitalismo industrial estaban velados en la ciudad moderna por una vasta disposición de cosas que al mismo tiempo daban forma corporal a los deseos y anhelos de la humanidad. Dado que eran formas ‘naturales’, en tanto materia concreta, producían la ilusión de ser la realización de esos deseos, antes que su mera expresión cosificada y simbólica” (Buck Morss,2005: 82) En el caso del capitalismo académico esas “formas naturales” podrían ser los “papeles”, los títulos, lo certificados que cosifican la vocación. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 16 Marlen Alejandra Manríquez Miranda decir “que expresan el poder creativo (…) que producen lo que no era” (Moreno, 2007: 249), que se auto produzcan. Siguiendo el pensamiento de Cornelius Castoriadis “lo imaginario de lo que hablo no es imagen de. Es creación incesante y esencialmente indeterminada (social, histórica y psíquica) de figuras, formas e imágenes a partir de las cuales sólo puede tratarse de alguna cosa. Lo que llamamos realidad y racionalidad son obras de ello” (en Juárez, Corona, 2007:215). Reconocer esta capacidad de creación de la Universidad permite dotar de mayor sentido a los estudios universitarios, pues representa involucrarse no sólo en un proyecto personal, sino creativo y político, de vinculación con la comunidad al modificar el estado de cosas existentes. Todo “proyecto académico” es inevitablemente un “proyecto de vida”, (…) un proyecto de pensar y construir la vida con y entre nosotros y los otros. La “excelencia académica” se referencia así en las oportunidades que las universidades nos crean para “revolucionar las conciencias”, como dirán los reformistas; en las condiciones efectivas que ellas ofrecen para desestabilizar los dogmas que imponen los poderosos; en la lucha contra el autismo intelectual que nos proponen los dueños del poder […] Dirán los reformistas: “el chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes” (Iriarte, Correa, 2010: 27) Pero ¿es que siquiera la Universidad a la que se decide ingresar toma en cuenta esta característica? Y cómo será esto posible en un escenario donde la Universidad tiene que ajustar la educación al mercado, citando a Pablo Gentili “un mercado que divide, desintegra y, de forma implacable, aplasta las esperanzas de una vida digna en millones de personas” (Ibídem: 24). Cuando la institución educativa centra su prioridad en “formar” para el mundo laboral, y la realidad del trabajo actual es excluyente, hablamos de una Universidad igualmente excluyente, reproductora y pertinente a los parámetros de la realidad mercantilista. Esto se pretende ver como una solución: la de adaptar y asimilar las funciones de la Universidad al mercado, acortando la brecha entre ella y la “realidad”. El trabajo integral que caracterizaba a las universidades se desvanece en nombre de la función mercantil: “si la Universidad no compensa de algún modo-mas fomenta-la regresión de las demás instituciones Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 17 Marlen Alejandra Manríquez Miranda formadoras, en especial de la familia, entonces la humanidad queda asolada en medio de todos los llamados milagros económicos, y éstos, en vez de redundar en algo bueno, amenazan con acelerar la perdición” (Adorno, Horkheimer, 1989:78). En la universidad empresa, productora de conocimiento y de funcionarios, los alumnos se refugiarán en la utopía del mundo exitoso del trabajo y en el de alcanzar un lugar en este estrecho mundo laboral. Pero cuando de antemano se sabe que en este mercado (se puede hacer referencia al mercado del arte pero sus particularidades son tan excluyentes que son prácticamente inaccesibles para un recién egresado) no hay lugar para un “licenciado en artes plásticas”, la utopía ¿dónde se centra? Con qué aspiraciones se emprenden los estudios universitarios de los artistas y cuál es la promesa de la institución que los recibe y ¿en dónde se proyectan los futuros de los licenciados en artes plásticas? Volviendo un poco a lo tratado en el texto anterior, la autovaloración de la vocación resulta indispensable como motivación para la continuidad de la formación, ésta a su vez permite socializar más la actividad artística y con ello obtener el anhelado reconocimiento para mantener el sentimiento de pertenencia en comunidad. Después se adentró en el tema de la continuidad en la formación de la vocación o la profesión de artista donde ésta puede desarrollarse dentro o fuera de una institución educativa. En cuanto a quienes deciden encaminarse por la vía universitaria se topan con un escenario en crisis, debatiéndose entre autonomía y humanismo y la exigencia de una funcionalidad mercantil. Inevitablemente sus proyectos de vida, por la vía profesionalizante (seguramente más allá del proyecto vocacional), se verán influenciados. En seguida se tratará de cómo las particularidades de la transmisión y la concepción de las artes influyen o no en los modelos educativos que desarrollan las instituciones, los cuales a su vez son reproducidos -conscientemente o no, activa o pasivamente- por quienes son parte de esa formación. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 18 Marlen Alejandra Manríquez Miranda 1.2 ¿Nuevos mecenas para anclar sentido académico? Haciendo una pausa se cuenta con que: existen espacios para educar “profesionalmente” en arte; este lugar se refugia en otro espacio, la Universidad, que al igual que las artes, lucha por su reconocimiento como necesario para el desarrollo de la sociedad. Y así encontramos una causa en común. Pero si desde este punto de convergencia se puede vislumbrar una especie de “frente de lucha”, es necesario reconocer la manera en cómo éste se está diluyendo, detrás del perfil de la “universidad empresa: donde la universidad se considerará a partir de entonces, como una organización burocratizada, sólo distinguible de otros tipos de organizaciones, por su funcionalidad social” (Ibarra, citado por Correa, 2006: 6), y dentro de ella la incompatibilidad del arte con la administración hegemónica, y las deformaciones que sufrirá dentro de un escenario determinista. Como se puede deducir, incluir a las artes en la formación de licenciados, anexará las problematizaciones “del arte” a la enseñanza de ellas, y por ello en su planeación y análisis es necesario conocer el contexto social de las artes para poder explicar su situación actual. Los estudios de Arthur D. Efland sobre la educación de las artes, ayudan a esclarecer este proceso, donde sitúa a la enseñanza de las artes en el campo de la difusión: Las artes no constituyen reinos autónomos de actividad, ajenos a la influencia del desarrollo social. Dependen del mecenazgo para su mantenimiento, de la educación para su difusión, y se ven controladas por la censura; el carácter de tales sistemas dice mucho a cerca de la sociedad a la que pertenecen (Efland, 2002: 20). La Universidad al difundir conocimiento artístico y generar una promesa de inserción laboral, necesariamentetiene que involucrarse con las actuales formas de “mecenazgo” que permiten la manutención de los productores que está generando. Y esta institución al estar en un determinado sistema social, irá “amoldando” los conocimientos que se generan dentro de sus aulas para responder a ese sistema, sin Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 19 Marlen Alejandra Manríquez Miranda embargo esta es sólo una de sus caras pues no hay que olvidar su carácter de instituyente, de generadora. En el caso de la educación artística dentro de las Universidades, y el relativamente reciente giro hacia la formación de funcionarios, la unión entre la educación proporcionada por la institución universitaria y la preparación para la adecuación a los actuales mecenazgos van de la mano. Por ello, el imaginario o las metas a las que aspirarán los estudiantes dependerán en gran medida de la formación que les proporcione la institución en que están inmersos. Es importante preguntar si la persona que ingresa a un licenciatura en artes aspira a formarse como sólo un “buen funcionario de los saberes que aprendió en su licenciatura”: “un buen licenciado en artes” o si aspira a través de ella en convertirse en “artista”, preguntarse si cuando “salga” al mundo laboral querrá ser reconocido como “artista” (tal como se le llama arquitecto a alguien que estudio una “licenciatura en arquitectura”) o “licenciado en artes”, distinción aparentemente no muy relevante pero que analizada a profundidad resulta muy importante el ahondar pues la segunda habla de un oficio o “profesión” legitimado por una universidad y la primera conlleva una carga simbólica mucho más amplia, cuya legitimidad aún se tambalea hoy día a pesar de la institucionalización de las artes. Lo interesante a determinar es si la deontología a la que responden ambos términos (artista y licenciado en arte) es la misma, y hacia cuál se está inclinando la misión institucional y los proyectos de vida de los que ingresan a ella. Otra cuestión que se puede desprender es que si los artistas, los productores de arte, como lo menciona Efland, requieren del mecenazgo para la retribución de su trabajo5, ¿cuáles pueden ser los tipos de mecenazgo hacia los que oriente una universidad “ficción” y una universidad autónoma e instituyente? 5 Mecenazgo se explica como la manera en que se puede “retribuir” su producción, de una manera menos sacrificante o lucrativa que llamarla “venta” de la producción y del producto al reducirla a mercancía. Para valuar el precio de una obra se consideran los materiales, el tiempo invertido en su realización con base en el salario por hora de los profesionistas. En el mercado del arte especializado, se agregan valores como la cuota que se cederá a los intermediarios, y el valor va aumentando en cuanto a la venta de la “figura” del artista, ya no considerado como “licenciado” sino como figura pública. Existen algunos textos que pueden explicar “las particularidades del mercado del arte”, dos de ellos desde análisis econometras: El arte del Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 20 Marlen Alejandra Manríquez Miranda Si la creación artística es una “producción de imágenes en un espacio de ficción”, se puede hacer un paradigma con el actual papel de la Universidad, donde la “universidad empresa” hace una producción de funcionarios en un espacio de ficción instituido. De esta forma el panorama no es muy alentador, pero véase a la institución educativa autónoma: ésta haría una producción de sujetos críticos, formados en un espacio que aspira a dejar el lugar de ficción que intereses ajenos y contrarios le imputan. Como estudiante de una universidad y contando con que todo sujeto pedagógico requiere autonomía (para no ser considerado sólo un receptor de conocimiento), el estudiante de arte además está nutrido con las habilidades para generar “creaciones”: resulta por naturaleza instituido e instituyente. Como siglos atrás diría Schiller el artista es “aquel que estaría obligado a vivir con su siglo, pero no a ser un juguete de su siglo” (Schiller, 1968:45), esto sigue siendo válido, por no decir indispensable, para los artistas, y resultaría un criterio igualmente conveniente y deseable para la formación autónoma universitaria. A un estudiante de artes formado en una educación autónoma, se le proporcionaría indiscutiblemente aquello que José Ortega y Gasset denomina “la cuarta dimensión del arte” donde se da “la sensibilidad para los temas esencialmente humanos. De modo que las categorías estéticas sólo lo son en cuanto categorías humanas, es decir, en cuanto ponen de manifiesto los problemas fundamentales de la tragedia humana” (Ortega y Gasset, 1995: 19); donde “la forma soberana de vivir es convivir, y una convivencia cuidada, como se cuida una obra de arte, sería la cima del universo” (Ibídem: 27). Piénsese ahora si en un espacio descrito como tal el educar artistas seguiría siendo una sospechosa “inversión”. La coincidencia entre el perfil de un artista y los valores perseguidos por una institución autónoma harían de la universidad, un lugar indispensable para la crítica y la creatividad social, formando sujetos que no se limitan a adecuarse al estado de las cosas o a la “realidad” creada por una ideología deshumanizante. mercado del arte de�Miguel Peraza y Josu Iturbe�y V.V. AA Hablando en Plata. Otro más escrito por un artista visual dirigido a los productores: El arte de vivir del arte de F. Ehrenberg. Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 21 Marlen Alejandra Manríquez Miranda Este poder, el de la educación autónoma, se ve cada vez más amenazado por los intentos de adecuación a la realidad mercantil. En su intento por superar la condición de ajena a la “realidad”, la educación se ajusta a lo que el mercado demanda: “mientras la universidad se ha mercantilizado, al mismo tiempo ha adquirido las características de lo que Mollis (2010), denomina ‘la universidad ficción’, aquella que hace como que enseña, hace como que investiga, hace como que se solidariza” (Iriarte, Correa, 2010: 21), o en términos de la teoría de la pseudocultura de Adorno: una universidad que proporciona pseudoformación6. Para el caso de este fenómeno de la educación existe el término de “capitalismo académico”: Se trata de una gramática universal de la calidad de origen empresarial y organizacional fundamentada en una ideología economicista que premia la producción de bienes y servicios dentro de las instituciones formadoras y bajo una profunda preocupación por la medición de la eficiencia y eficacia, lo que le ha valido el nombre de capitalismo académico. (Slaughter y Leslie citado por Correa, 2010: 14) Volviendo hacia los sujetos, el imaginario o las metas a las que aspirarán los estudiantes dependerán en gran medida de la formación que les proporcione la institución en que están inmersos. Pero para llegar a la descripción de una situación semejante en un grupo de estudio ¿cómo y dónde encontrar los testimonios de la influencia institucional en el comportamiento y adecuación de los sujetos? Las narraciones institucionales proporcionan un discurso oficial, que lógicamente validará sus acciones y las sustentará con cifras. Narraciones en donde “la institución” habla sobre una comunidad a la que no escucha, que es abstracta, donde no tienen rostros ni voz los sujetos que la componen, sino que su importancia radica en representar cifras.Más engañoso aún encontrar estos testimonios cuando se nombrará a “los casos excelentes”, quienes sí tendrán rostro y merecerán ser nombrados en ceremonias o aparecer en carteles, fomentando la competitividad 6 En Teoría de la Pseudocultura Adorno se refiere a la pseudoformación como aquella formación que se desprende de la “implantación de cosas humanas”, absolutizándose y descansando en sí misma, tomando a la humanidad y a la cultura únicamente como bienes de cambio. (Adorno, Horkheimer, 1989:177). Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 22 Marlen Alejandra Manríquez Miranda individualista; donde no hay una conexión entre “caso excelente”7 y “caso excelente” para bien de “la comunidad”: Hay un criterio sencillo y bien seguro para examinar el valor espiritual de una comunidad. A saber las preguntas: ¿encuentra la totalidad de la actuación expresión en ella?, ¿se encuentra el completo ser humano comprometido con ella?, ¿resulta el completo ser humano imprescindible para ella?, o ¿es la comunidad tan prescindible para cada persona como cada persona para ella? (Benjamin, 2007:80) Si el sentimiento e importancia en comunidad radica en ser un dato cuantitativo más para obtener mayores puntajes en los organismos encargados de medir la calidad, eficacia y adecuación de las empresas del conocimiento, querrá decir que la satisfacción que cada sujeto excelente obtendrá será la de ser una cifra positiva más para la institución que administra ¿a una comunidad universitaria o a una clientela? Enmascarando a la oscura competencia falseándola con el título de “comunidad”, donde en cualquier momento alguien será más excelente, midiendo la calidad donde “el sentimiento del deber se encuentra calculado y derivado, incluso retorcido, pero no brota del trabajo mismo” (Ibídem). Como Benjamin explicaba sobre el concepto nazi de “comunidad de pueblo” que se refiere a cuando se “procura extirpar del individuo singular todo lo que impida su fusión total” (en Buck-Morss, 2005: 112), esto sucede cuando por comunidad se entiende una “masa de clientes”, tal como lo demuestran las evaluaciones docentes o de “calidad” que miden “con la misma vara” a todas las “comunidades”. ¿Es siquiera lícito que se le nombre “comunidad universitaria” donde muy difícilmente se aplica una respuesta afirmativa a las preguntas sobre el “sentimiento de comunidad”? Sin embargo la pregunta más importante es: ¿se puede despertar un sentimiento de corresponsabilidad dentro de éste entorno? No hay que olvidar que “el 7 En el caso de las instituciones culturales y artísticas de nuestro país, aún en los espacios oficiales como los Salones Anuales, se utiliza el término “jóvenes valores” que “en la práctica, sin embargo, se han convertido en aval por excelencia de beneficio de marchantes: luego que el INBA/CNCA o los institutos regionales destinan el presupuesto público requerido para reunir a los artistas jóvenes que serán premiados, entra la galería para cosechar las ganancias. Su preeminencia en los proyectos oficiales ha conducido al abuso del término “jóvenes valores”, concepto directamente derivado de una mercadotecnia agresiva que empezaron a ejercer las galerías privadas durante el sexenio delamadrista” (Ehrenberg, 2005: 178) Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 23 Marlen Alejandra Manríquez Miranda culto al ego es tan sanguinario como el de los antiguos aztecas, se alimenta de víctimas humanas” (Ramos, 1988:65). Se cuestiona ahora si en nombre de las exigencias “realistas” mercantiles la institución universitaria se ve sometida a generar artistas ficción, pseudo artistas o humanistas ficción, limitándose a responder al mandato del mercado8. En el caso de intentar responder ¿es que esto lo puede cuestionar el estudiante cuando emprende una carrera universitaria? ¿Lo puede responder al concluirla? ¿Acaso un “plan de estudios” consultado le puede vaticinar estas respuestas para así poder generar una verdadera elección? Dudosamente, pero es el único medio al que se puede recurrir antes de emprender una carrera. Por ello la consulta de los discursos institucionales, de las narraciones oficiales se convierte en un “acto de fe”, discursos responsables de alimentar las utopías de quienes se dejan guiar por ellos para formar parte de esa institución, responsables también de la cercanía o lejanía de “lo prometido” y “la realidad”. Porque ¿hasta qué punto podemos hablar de corresponsabilidad de los estudiantes si la formación proporcionada es dependiente y heterónoma? En los años 20, quienes pretendían fundar un nuevo modelo universitario eran los jóvenes revolucionarios que aspiraban a edificar una nueva sociedad. Más de medio siglo más tarde, quienes recogían el guante, con objetivos y demandas diametralmente opuestas a las de aquellos, eran los conservadores de antaño, travestidos ahora en gurúes o portavoces de un mercado de fronteras aparentemente ilimitadas…reformar las universidades pasó a ser identificada como una práctica inherentemente destinada a privatizar nuestras instituciones y a imponer la ley del más fuerte, discriminando a los más débiles y a los desprotegidos. (Pablo Gentili citado en Iriarte, Correa, 2010: 26) Como este trabajo lo plantea en su introducción, se trata de que las problemáticas se encuentren en “las manos” y no como cargas en las espaldas y es por 8 Felipe Ehrenberg describe el caso de la educación artística norteamericana: “Las galerías norteamericanas, siempre en pos de mercancía nueva, dependen mucho de las academias de arte. En su mayoría privadas, estas escuelas capacitan en la actualidad un promedio de 40, 000 egresados anualmente, que compiten ferozmente entre sí. A todos estos esperanzados y ambiciosos jóvenes se les enseña que la única manera de llegar al mercado es por medio de la galería. Saben que ésta los conducirá, con el apoyo de la crítica y la prensa especializada, a los compradores y de ahí, al museo. El acceso a la sociedad, al gran público pasivo es, por lo tanto, apenas una consecuencia, no una meta. El estadunidense es una suerte de sistema cerrado que contiene al artista, a la crítica, a la prensa y a la clientela, en el que el candado es la galería” (Ibid: 173) ¿Es éste el modelo que también pretender seguir nuestra universidad? Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 24 Marlen Alejandra Manríquez Miranda eso que una herramienta para lograr el objetivo de descubrir la influencia institucional son las entrevistas con los sujetos actores de un fenómeno semejante. El recurrir a los testimonios de quienes después de un verdadero “acto de fe” decidieron configurar sus proyectos de vida dando un paso por una Universidad humanista resulta un trabajo enriquecedor: con un texto oficial/institucional sería tanto como darle diagnóstico o pedirle síntomas a quién no padece males por su intrínseca necesidad de auto legitimarse. Los testimonios de viva voz de los sujetos resultan ser el medio más acertado para descubrir las influencias institucionales en la configuración o adecuación de las utopías tanto personales/profesionales como compartidas/gremiales, y las adaptaciones o resistencias que éstas han sufrido. Antes de comenzar a incluir en la narración tales testimonios, viene a continuación una reflexión sobre las cuestiones ya planteadas. 1.3 ¿Cómo tejer la utopía sobre el entorno óptimo para la vocación/profesión de artista? Seguramente ante cualquier protesta por la incomodidad de los artistas en la situación en queles toca tanto formarse como ejercer su actividad, se cuestionará ¿Y cuál sería entonces la situación humana óptima para ejercer la profesión de artista? En una “situación humana óptima” está claro que se habla de varios aspectos y no sólo del arte. Un artista en primer lugar es una persona, con todo un despliegue de potencialidades que no se agotan en su capacidad artística. Lo correcto es decir que “tal persona es un artista” a que “ese artista también es una persona”, por obvio que parezca se tiende a disociar estos conceptos9. Por ejemplo el sólo recordar cómo se maravillan las personas cuando se enteran de un dato sobre la vida cotidiana de un artista famoso de la antigüedad. Si a otros les sorprenden las extravagancias o 9 Felipe Ehrenberg también hace esta aclaración, pues por increíble que parezca, los principales malestares de los artistas nacen de esta disociación: “Pese a todas las leyendas negras que insisten en lo contrario, hay que subrayar que l@s artistas profesionales somos tan normales como la hija del vecino. Es más, somos gente normal plus; quiero decir que somos tan ciudadanos como cualquiera, en tanto debemos pagar impuestos y rentas, alimentarnos, meterle gasolina al auto y además, tomarnos unas vacaciones de vez en cuando; pero somos plus porque, al haber escogido nuestra profesión, nos ganamos el privilegio de soñar e imaginar, de usar la mente y las manos para desafiar a la segunda ley termodinámica y crear algo de la nada. Si a eso se le añade la (dudosa) recompensa de la fama, pues el plus es ¡Lujo!” (Ehrenberg, 2005:66) Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 25 Marlen Alejandra Manríquez Miranda irreverencias que hizo tal persona, y si acaso preguntan ¿por qué lo hizo?, muchas veces la respuesta se limita a: “es que es un artista” y quedan bastante conformes con esta contestación sin tener respuesta al por qué de fondo, y allí se agota la sorpresa. Es decir, dan por sentado que un artista es un ser fuera de “lo normal”. Retomando la primera idea expuesta sobre la capacidad imaginativa y creativa (como la principal característica de las personas con inclinaciones hacia las artes) debe ser que ésta característica no se agote sólo en la práctica artística, aunque posiblemente sólo será valorada por los demás en la manifestación de algún arte. Aunque la satisfacción de un artista sea intrínseca a su labor, esta no le basta para sentirse satisfecho como artista ni como ser humano, necesitando, como ser humano libre de narcisismo, del otro. Pero aplicando esta imaginación creativa y productiva en los demás aspectos de la vida puede ser que sí logre una vida óptima, que sea una persona “optimista”, definiendo al optimismo, según Walter Benjamin, como la capacidad de invención de nuevas maneras de vivir. Así, el optimismo viene a ser una consecuencia de la autonomía y la creatividad. Curiosamente, con base en los clichés, es más común identificar al artista con un ser “atormentado”, cabe aquí hacer una diferencia si estos tormentos son: o por el peso que es tener conciencia y como tal un peso y padecimiento que todo ser libre y autónomo experimenta, o por inclinación a un pesimismo quizá y muy justificado, o en el peor de los casos si es un mero regodeo masoquista. Si es por cliché, la opción más común al tormento de los artistas sea el “prestigio de sufrir”. Pero siendo un poco más serios, si sufre a causa del “peso de la conciencia”, éste no es un privilegio de los artistas, es la capacidad exclusiva del género humano. Pongámosle el extra de que ser artista es una actividad menospreciada o sospechosa para el resto de la sociedad, pero ésta no es la única actividad que se rechaza, a su lado marcha con muchas minorías: filósofos, escritores, etcétera. En definitiva, lo que se pretende concluir es que un “artista” no es una persona que intrínsecamente “sufre” más que otra. Padece lo que cualquier ser humano consciente tiene que experimentar mientras las realidades estén alejadas de la autonomía individual como colectiva, mientras se padezca una actitud heterónoma Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 26 Marlen Alejandra Manríquez Miranda ante la realidad. Es más, si el artista es el que desarrolla una imaginación desbordante tiene la ventaja de poder proyectar lo deseable que pueden ser las cosas. Y aún más: tiene el poder “creativo”, la facilidad de modificar la realidad (capacidad que demuestra en la capacidad de modificar la materia al “crear” una obra de arte). Es decir, de vivir “la vida como obra de arte”: “A esto llamó Nietzsche la actividad artística de la voluntad de poder, la invención de nuevas ‘posibilidades de vida’…Es una dimensión específica sin la cual no sería posible superar el saber ni resistir al poder”. Gilles Deleuze en su escrito titulado, precisamente, La vida como obra de arte nos dice: “no la existencia como sujeto, sino como obra de arte; y, en esta última fase, el pensamiento es un pensamiento-artista” (Deleuze, 1996:156) ¿O es posible ser artista sin un pensamiento-artista? [Hay que diferenciar que en la pseudoformación, se puede ser “licenciado en artes plásticas” por haber cubierto los requisitos de alguna institución limitándose a la adecuación de ciertos requisitos sin cuestionamiento profundo ni reflexión, usando simplemente del pensamiento funcionalista, cuando mucho ingenioso. Allí sí es posible ser artista o tener licencia de porque cierto número de datos cuantificables así lo instituyen]. De ahí que los conceptos de “vida como obra de arte” de Nietzsche, de “pensamiento artista” de Deleuze y el concepto de “imaginario” de Castoriadis, tienen en común el resultado de la autonomía: Auto-nomos [darse] uno mismo leyes […] Aparición de un eidos nuevo en la historia del ser […] Se trata de interrogarse sobre la ley y sus fundamentos y no quedarse fascinado por esta interrogación sino hacer e instituir […] La autonomía es el actuar reflexivo de una razón que se crea en un movimiento sin fin, de una manera a la vez individual y social” (Castoriadis citado en Romo; Rascón, 2007: 368) La autonomía es una aspiración deseable para el proyecto de felicidad de toda persona, no solamente para el de un artista. Pero según éstas afirmaciones las cualidades creativas de un “artista” lo acercan más al camino de la autonomía. “Interrogarse” es por tanto una condición para “hacerse e instituirse” como artista. Si es que deciden dedicarse a la labor artística por fuerza tienen que cuestionar el por Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 27 Marlen Alejandra Manríquez Miranda qué de sus malestares, cuestionar a las instituciones y a las “leyes” que los provocan, pues en una situación de comodidad raramente se cuestionan las causas. Por ello, ¿porqué conducirse como meros receptores de leyes ajenas que trágicamente les predisponen a una situación de desventaja? Actuando en el espacio público de aparición, es necesaria la adaptación, la resistencia y-lo más importante- la creación. Como personas conscientes existe la obligación de cuestionar el lugar que les es adjudicado en su beneficio o perjuicio: de instituidos a instituyentes, de heterónomos a autónomos. ¿Qué tan cómodos se sienten los artistas cuando se les dice que son “seres fuera de lo normal”? Si se ve en su aspecto positivo “fuera de lo normal” significará especial, ya sea por sus dotes, características o virtudes. Pero en su aspecto negativo será anormal, raro, curioso en su aspecto más amable ya que por lo menos provocarán atención, “curiosidad”. Por lo general a lo anormal se le desprecia, se le huye, se le aparta. En la situaciónactual de desventaja de los artistas es bastante claro que “fuera de lo normal” es tomado en su aspecto más negativo, pues se les excluye del proyecto social, cuando mucho serán curiosidades gratamente toleradas. A los artistas no les basta con “auto curiosearse”, éste seguramente será parte de un paso en el auto-conocerse, pero lo realmente esencial es crearse, instituirse. La “situación humana óptima” para el ejercicio profesional de un artista, no se resuelve por tanto con un proyecto limitado al ya de por sí instituido “mundo del arte”: lo óptimo para un “artista” no necesariamente es lo ideal para el resto de su despliegue personal-humano. Al topar con el otro “descubrimos nuestro lugar en el mundo” (Ortega y Gasset, 1941: 116), y muchos de los malestares vienen de la incomprensión con los otros, ¿Cómo esperar que la situación óptima se genere cuando sólo hay preocupación por “el arte”? ¿Cómo se eliminará la incomprensión dentro de un encierro narcisista? Regresando a las palabras de Arthur Efland, las artes y con ello los artistas al ser dependientes del mecenazgo y de la educación, la sociedad mercantil ve la aportación y mantenimiento hacia las artes como un acto “caritativo” y por ello “extraordinario” (aún no hablamos aquí del “mercado del arte” que es una de las Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 28 Marlen Alejandra Manríquez Miranda inversiones más lucrativas a la fecha). Y a lo extraordinario no queda exigirle nada, es suficiente su aparición. Por ello ¿cómo esperar que los actuales mecenas se preocupen por el “mejoramiento” o bienestar de los artistas? Es una situación de corresponsabilidad, las famosas musas no pueden hacer ese trabajo. Como primer paso hacia la posibilidad de cambio, conviene citar a la única exigencia que Walter Benjamin declaró hacia los artistas: � � ����� ���� �� � ���� ��� �� � ��� � � �������� � � � �� ������ ���� � ��� ���� ���� �� �� ��� ���� ������ ������������ ��������� � ������ ���� ��� � �� ����������� ���� �� �� ��� ��� � � ����� ����� � ���� � � � � � ������� � ����� �� �� �� � ������ ���� ��� � �������������� � � ��� �� ��� � ���� �������� ��� � � !� ��� ��� � �� ����������� �� �� ��"����� � �#$ �!������%&&%'�%()*� � Por lo cual es necesario preguntarse si la formación que proporcionan las instituciones educativas permite siquiera el desarrollo del pensamiento crítico necesario para crear otras opciones, si promueve el desarrollo del llamado imaginario radical que posibilita la autonomía. Más oscuro se torna el panorama cuando se muestran los casos de “triunfos”, de “excelencia”. Como la imagen del “empresario exitoso” ahora está la del “artista exitoso” que sólo se diferencia de aquél por los artículos que vende empezando por su imagen. Artistas que logran vender sus creaciones en cifras exorbitantes por el valor que el mercado del arte les asignó. Con la lógica del sistema capitalista ¿cuántos pueden ingresar a éste mercado? Pocos, muy pocos, por eso necesita de la exaltación de unos cuantos casos para poder justificarse, y no mostrar que para la mayoría implica una situación de desventaja y de exclusión. ¿Cómo sentir corresponsabilidad, cómo despertar un sentimiento de comunidad? “¿cómo vivir juntos cuando en las instituciones se fomenta la hipercompetitividad?”(Ramírez, 2007: 296).Y por si fuera poco en este encierro individualista se exigen “soluciones individuales a problemas compartidos” (Bauman, 2003: 169). Analizar el por qué en la realidad no se cumplen los juicios de valor, provoca el tener conciencia sobre las fuerzas que niegan su práctica. Y quizá por fin se mate- en Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 29 Marlen Alejandra Manríquez Miranda la concepción decimonónica- al “coloso” que oprime, para dejar de creer en las “fuerzas ciegas” que nos “gobiernan” (Cruz Revueltas, 2009: 93) 10. Vislúmbrese precisamente el óleo del Coloso de Asensio Juliá, ¿qué queda por hacer: huir del coloso como la gente del cuadro que corre despavorida, trepársele para hacerlo más grande y no ser de los pisados o hacer como el burro que se queda pasmado en medio del camino? Ninguna de las tres opciones es muy alentadora, pero como primer paso esperanzador, está la recomendación de José Ortega y Gasset: Para abrazar bien lo real, para apresarlo en su integridad, tenemos que lanzar hacia él los dos grandes tentáculos: el espanto y la ironía. Quién no se espanta- el thaumázein de Platón- no profundiza; quien no ironiza se deja arrastrar a lo profundo, naufraga, perece ahogado. Lo mejor es hacer como el buzo de Coromandel: que se sumerge hasta hallar en el abismo la valva preciosa; pero luego sale a la superficie iluminada trayendo la perla entre los dientes –gesto de sonrisa que multiplican las espumas innumerables sobre el haz marino. (Ortega y Gasset: 73) Aunque cada vez sea más difícil salir a la superficie, para ser autónomo e ir buscando la “situación humana óptima”, no hay más que abrazar bien lo real, no huirle. Como creador es más común intuir esa valva preciosa y representarla, la tarea siguiente consistirá en encontrar esas espumas innumerables que multipliquen la sonrisa por haberla encontrado. Evitar el error más grande que consiste en dar la espalda a lo real y querer que les trate bien de frente. Sumar el mito del artista bohemio e inofensivo más el del imaginario del éxito puede ser la ecuación más adecuada para volver asimilable el arte a los discursos hegemónicos. Las situaciones laborales a las que se enfrentan los sujetos fuera del entorno académico, ya de por sí impregnado de la lógica empresarial eficientista y competitiva, nublan aún más el panorama, donde la adecuación parece ser la salida lógica, conveniente, fácil. Salir “preparado” para “ganar” puestos, para ser más 10 En De críticos débiles y conceptos imprecisos Ehrenberg concluye lo siguiente: “Estamos ante un gravísimo problema cultural y social. Conceptos y operatividad deben ir de la mano. Nuestr@s artistas, tod@as, no sólo l@s visuales, hacen lo imposible por renovarse y enriquecer nuestro pensamiento, pero el contexto en que se desenvuelven l@s lastra y l@s inhibe: es metáfora de lo que le sucede al país, acaso a todo el subcontinente” (Ehrenberg, 2005: 188) Tesis TesisTesisTesisTesis Artes Visuales: Realidad o Utopía para el estudiante de la Licenciatura en Artes 30 Marlen Alejandra Manríquez Miranda “competente” que otro sabiendo de antemano que siempre habrá “mejores preparados” que en cualquier momento pueden tomar su puesto, preparados por instituciones más prestigiosas. Tomando en cuenta que en Latinoamérica se mantienen correlacionados los niveles sociales a los que los sujetos pertenecen y los niveles educativos a que se puede acceder, obtener un “buen puesto” es la ilusión por la que vale la pena hacer unos “buenos contactos”, ya que éstos son los intermediarios con los mecenas actuales, porque la clase social condena a los sujetos a “conformarse” con la universidad pública. Y ante este panorama ¿cómo se adecúa el “bohemio” egresado de una institución pública? Acaso como “joven promesa”, como “artista exitoso”, sacrificando la vocación por el éxito. ¿Qué hacer ante estos escenarios patológicos? En el pensamiento de Erich Fromm encontramos la alternativa del Sistema Hombre, que es una propuesta para re-humanizar-“sanar” a la sociedad. En consonancia con el pensamiento de los llamados románticos, como por ejemplo Schiller en su Educación Estética del Hombre, Fromm habla del equilibrio entre el pensamiento y el afecto, como la forma más humana de higiene mental. La razón mana de la combinación del pensamiento racional y el
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